04-Estrategias de La Investigacion Historica
04-Estrategias de La Investigacion Historica
04-Estrategias de La Investigacion Historica
LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA
orígenes de una fuente material se pregunta lo siguiente: cuá ndo o por qué fue
elaborado el documento, quién fue el autor o creador, si escribió el material el
autor a quien se le atribuye, si es ése el original o bien es una copia exacta del
trabajo del autor (y en su caso si es posible restaurar el texto original del
documento. Preguntá ndose infinidad de cuestionamientos se debe de determinar
cuá ndo, dó nde y por qué fue producido un documento o vestigio y verificar quién
fue su autor. La determinació n de la autoría es una prueba que el historiador de be
realizar con frecuencia, puesto que algunos documentos no incluyen el nombre del
autor, ocultan su identidad con un seudó nimo, o bien mencionan como autor a
alguien que no tuvo en el trabajo ninguna participació n significativa. Para
determinar la autoría es necesario un trabajo riguroso de investigació n para
rastrear documentos anó nimos y sin fecha, descubrir falsificaciones o plagios,
hallar elementos identificados de manera incorrecta o devolver a un documento su
forma original. Durante la bú squeda de indicios se deben examinar atentamente
los materiales de que se dispone y preguntarse si son tó picos de otros trabajos del
autor y del período en que fue escrito el documento, el lenguaje, el estilo, la
ortografía, el manuscrito y la impresió n de este ú ltimo; si el autor manifiesta una
ignorancia impropia de un hombre con su formació n cultural, si escribió sobre
sucesos, cosas o lugares que un hombre de su época no podía conocer, si alguien
alteró el manuscrito con o sin intenció n al copiarlo de manera incorrecta, o bien
agregando o eliminando pasajes; si se trata de un original o una copia del trabajo
del autor; si el manuscrito no tiene fecha o se desconoce al autor, si hay algú n
indicio interno en el documento que revele su origen.Al examinar un documento o
vestigio para determinar su autenticidad, es necesario poseer un nutrido bagaje de
conocimientos histó ricos y de cará cter general. También se debe tener un buen
sentido de la cronología, una mente dú ctil, sentido comú n, capacidad para
comprender el comportamiento humano y gran paciencia y perseverancia. Para
resolver ciertos problemas se debe contar con ciertas nociones de filología,
química, antropología, arqueología, cartografía, numismá tica, arte, literatura y
paleografía, ademá s de conocer diversos idiomas modernos y antiguos. Claro que
el historiador no puede poseer una formació n ilimitada, pero sí una preparació n
especializada en las disciplinas auxiliares que guardan relació n estrecha con el
problema de estudio. Si no está capacitado para afrontar ciertos aspectos de la
crítica textual, deberá buscar ayuda de expertos competentes en ese campo.
Crítica interna: Después de realizar la crítica externa de una fuente, es momento
de proceder a la crítica interna. La primera se refiera a la determinació n de la
época, lugar y autoría del documento, y procura restaurar la forma original y el
lenguaje empleado por el autor. La crítica interna consiste en determinar el
significado y confiabilidad de los datos que contiene el documento. Para verificar el
contenido de una fuente, el historiador se pregunta qué quiso significar el autor
con cada palabra y cada expresió n, y si son dignos de fe sus asertos. La finalidad de
la crítica interna consiste en determinar las condiciones en que se produjo el
documento, la validez de las premisas intelectuales sobre las que se basó el autor y
implica que no los conoce (el argumento delsilentio), o que no han ocurrido;
subestimar una fuente es tan erró neo como atribuirle un valor del que carece, y no
es mejor situar un suceso en una época anterior a aquélla en que efectivamente se
produjo, que ubicarlo en un momento posterior a aquél en que ocurrió ; una sola
fuente verídica puede servir para confirmar la existencia de una idea pero, para
poder probar la realidad de los sucesos o hechos objetivos, se requieren otros
testigos directos, idó neos e independientes; la presencia de errores idénticos
prueba que las fuentes dependen una de otra, o que derivan de una fuente comú n;
si los testigos se contradicen en un punto, uno u otro pueden estar en lo cierto,
pero también es posible que ambos se equivoquen; las declaraciones de los
testigos directos, idó neos e independientes, que informan acerca del mismo hecho
fundamental y también sobre algunos incidentes colaterales, pueden aceptarse en
aquellos puntos en los que concuerdan; el testimonio oficial, oral o escrito, debe
compararse, siempre que sea posible, con el que procede de las fuentes
extraoficiales, porque ni uno ni otro son suficientes por sí mismos; un documento
puede proporcionar pruebas confiables sobre ciertos puntos y, sin embargo,
carecer de valor con respecto a otros.
Formulación de hipótesis: Los historiadores no reú nen documentos y restos de
manera azarosa para someterlos luego a una intensa crítica y presentar al pú blico
una masa de hechos (nombres, sucesos, lugares y fechas) como si fueran las
cuentas de un collar. Las informaciones parciales que no guardan entre sí relació n
alguna, no permiten lograr un significativo avance del conocimiento. Aunque los
estudiosos agrupen los hechos y luego organicen las diferentes categorías en un
orden ló gico, no podrá n sino ofrecer una narració n inconexa en la que los diversos
sucesos quedará n sin explicació n. Los hechos aislados carecen de significado, y en
consecuencia los investigadores no pueden limitarse a describirlos y clasificarlos
segú n sus características superficiales. Para elaborar trabajos valiosos proponen
distintas hipó tesis que expliquen los sucesos y condiciones. Buscan conexiones
ocultas, pautas fundamentales o los principios generales y, de esa manera,
procuran explicar o describir las interrelaciones estructurales que existen entre los
fenó menos. Después de formular las hipó tesis, buscan las pruebas que las
confirmen o las refute.
Informe sobre los descubrimientos: Una vez que han completado los
descubrimientos, los historiadores redactan los informes en los que exponen el
desarrollo de sus trabajos de manera organizada. La exposició n incluye el
enunciado del problema, una reseñ a de la literatura utilizada, los supuestos
bá sicos de la hipó tesis, la formulació n de ésta, los métodos que se emplean para
ponerla a prueba, los resultados que se obtienen, las conclusiones que se obtienen,
las conclusiones a que se llega y la bibliografía. La hipó tesis ayuda al historiador a
determinar cuá les son los aspectos importantes para el estudio y proporciona una
estructura que permite exponer las conclusiones de manera significativa. Dentro
del marco de la hipó tesis, el historiador organizará su material segú n un orden
sistemá tico que puede ser cronoló gico, geográ fico, temá tico, o bien una
combinació n de ellos. También deberá decidir qué grado de importancia otorgará a
las diversas pruebas y qué espacio les concederá en su informe. Si se expusiera la
totalidad de los hechos, se ofrecerá una imagen distorsionada del pasado. Para
determinar cuá les son los datos má s significativos y cuá ntos de ellos deben
incluirse en la exposició n final, es necesario efectuar una reevaluació n de la
hipó tesis y de todo el estudio. La organizació n de los datos debe ser coherente,
organizada y amena, para que aparte de lograr precisió n también despierte el
interés en el lector, mediante un elevado nivel de calidad literaria, evitando
embellecer las narraciones con digresiones dramá ticas que distorsionen la verdad.
Desarrollando las habilidades creativas y críticas, el historiador puede aprender a
redactar narraciones lú cidas, ló gicas y llenas de vida, sin violar la rigurosidad del
trabajo.
Evaluación de la investigación histórica: En el entendido de que el historiador
só lo puede ofrecer una imagen fragmentaria del pasado, y de que el conocimiento
histó rico es parcial sobre la base de conjeturas, se puede determinar en qué
medida la historia representa con exactitud la realidad pasada. La investigació n
histó rica tiene cará cter científico, dentro de ciertos límites: las conclusiones a las
que llega un historiador pueden ser verificadas por otros estudiosos puede
formular hipó tesis, reú ne y analiza pruebas importantes para cerciorarse de que
su hipó tesis proporciona una explicació n má s satisfactoria que la ofrecida por las
teorías opuestas; se sabe que cada suceso depende de sus causas, de sus
condiciones para que aquél se produzca; el historiador trata e seleccionar las
condiciones que probablemente precipitaron un suceso procura comprobar si una
o má s de ella pueden haberlo originado. El historiador nunca tendrá la seguridad
de haber tomado en cuenta todos los factores pertinentes, puesto que los hechos
histó ricos tienen un complejo esquema de interacció n de los fenó menos, porque no
obedecen a una ú nica causa. La investigació n histó rica no puede probar sus
hipó tesis mediante la experimentació n o la observació n controlada, no puede
recrear personalidades ni condiciones que ya no existen con el propó sito de
examinarlas y estudiarlas controlando todos los factores importantes; los
historiadores limitan sus exá menes a los datos de que disponen e intentan obtener
una mejor comprensió n de ellos mediante comparaciones histó ricas y
construcciones hipotéticas, comparan y contrastan un suceso con otros similares
para identificar semejanzas y diferencias: la autenticidad y confiabilidad de las
fuentes histó ricas dependen de el sometimiento riguroso a la crítica externa y a la
interna de las fuentes, y del grado de informació n obtenida respecto del pasado y
el presente para la reconstrucció n de los sucesos. A través de una amplia
comprensió n del pasado y del presente es posible que el investigador no
distorsione o interprete erró neamente las pruebas importantes, y es má s probable
que elabore un relato acorde a los sucesos del pasado. El historiador no busca
formular generalizaciones como en las ciencias naturales, sino identificar los
factores singulares asociados con un determinado fenó meno y gracias a los cuales
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