R.A. 01-AE - Resuelve Solicitud Cautelar
R.A. 01-AE - Resuelve Solicitud Cautelar
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DEMANDANTE:
CONSTRUCTORA CAMARGO VERGARA SRL.
DEMANDADO:
MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE HUACABAMBA
VISTOS:
CONSIDERANDO:
“(…)
TERCERO: DESÍGNESE como árbitro de emergencia titular para este
expediente al Dr. Víctor Hugo Quijada Tacuri y NOTIFÍQUESE a
dicho profesional tal nombramiento, a efectos de que cumpla con dar
respuesta al mismo de conformidad con lo señalado en el sexto
considerando de la presente Resolución.”
SEGUNDO: Al respecto, por medio de la Carta de Vistos iv), este Árbitro ha
comunicado su aceptación al cargo encomendado; por lo que, corresponde tener por
aceptada la designación.
CUARTO: El artículo 27° del Reglamento de Arbitraje de la Corte, dispone que, antes
de la constitución del Tribunal Arbitral, cualquiera de las partes puede solicitar al
Centro las medidas cautelares que estimen convenientes. El Centro tramitará la petición,
siempre que, conforme al convenio arbitral, tenga competencia para conducir y
organizar el proceso arbitral, decisión que no impide que las partes puedan recurrir a las
autoridades judiciales para el mismo fin.
QUINTO: Así, teniendo en cuenta que, en el convenio arbitral suscrito entre las partes,
ubicado en la cláusula vigésima primera del Contrato de Ejecución de Obra N° 001-
2024-MDH, no se ha determinado institución arbitral específica ni se ha precisado el
tipo de arbitraje, de conformidad con lo regulado en el numeral 226.2 del artículo 226°
del Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado (RLCE), las partes pueden
acudir a cualquier institución arbitral.
I. ANTECEDENTES
SEXTO: Ante ello, con fecha 13 de junio de 2024, la Entidad comunica la resolución
del Contrato en forma total, bajo causal de aplicación de máxima penalidad.
Asimismo, la cláusula vigésima del Contrato especifica el marco legal del mismo,
indicando que, en lo no previsto en la Ley de Contrataciones del Estado y su
Reglamento, serán aplicables las Directivas que emita el OSCE y demás normativa
especial que resulte aplicable; siendo de aplicación supletoria las normas del Código
Civil vigente y demás normas de derecho privado.
De la revisión del pedido cautelar, se advierte que el solicitante requiere que la solicitud
sea resuelta previamente al traslado a la contraparte; debido a que la Entidad pretendería
ejecutar arbitrariamente la Carta Fianza de Adelanto Directo, tras haber resuelto el
Contrato.
Por lo que, si se corre traslado previo a la Entidad, esto podría ocasionar la ejecución
acelerada de dicha Carta Fianza, siendo su no ejecución precisamente el objetivo de la
medida cautelar solicitada.
IV. ANÁLISIS
Para esto es pertinente señalar que, el ordenamiento peruano, ha optado por identificar
al arbitraje en su naturaleza jurisdiccional. Así, tenemos que la Constitución Política de
1993 ha otorgado a la vía arbitral naturaleza jurisdiccional; como se puede apreciar en
su artículo 139º que se transcribe a continuación:
Ahora bien, cabe precisar que, en referencia a la solicitud cautelar de no innovar, será de
aplicación la normativa relativa a las medidas cautelares, contenida en el Texto Único
de Procedimientos del Código Procesal Civil (en adelante, “CPC”), en calidad de norma
de Derecho Público, en estricto cumplimiento del orden de prelación normativa
prescrito en la LCE. Específicamente, lo dispuesto en el TÍTULO IV de la SECCIÓN
QUINTA de dicho cuerpo normativo, en lo que resulte aplicable y que no contravenga
lo dispuesto en ordenamiento jurídico vigente.
Sobre el particular, el artículo 610º señala que el que solicita la medida debe: 1) exponer
los fundamentos de su pretensión cautelar; 2) señalar la forma de ésta; 3) indicar, si
fuera el caso, los bienes sobre los que debe recaer la medida y el monto de su
afectación; 4) ofrecer contracautela; y 5) designar el órgano de auxilio judicial
correspondiente, si fuera el caso.
A continuación, el artículo 611º del precitado CPC prescribe que el juez, atendiendo a la
naturaleza de la pretensión principal y a fin de lograr la eficacia de la decisión
definitiva, dicta medida cautelar en la forma solicitada o en la que considere adecuada,
siempre que, de lo expuesto y la prueba presentada por el demandante, aprecie: 1) la
verosimilitud del derecho invocado; 2) la necesidad de la emisión de una decisión
preventiva por constituir peligro la demora del proceso o por cualquier otra razón
justificable; 3) la razonabilidad de la medida para garantizar la eficacia de la pretensión.
De la misma manera, la resolución debe precisar: 4) la forma, naturaleza y alcances de
la contracautela.
Con lo cual, en esta parte corresponderá evaluar el fondo de la solicitud presentada por
la solicitante a la luz de los requisitos consignados en el artículo 611º del TUO; a saber:
i) la verosimilitud del derecho invocado; ii) la necesidad de la emisión de una decisión
preventiva por constituir peligro en la demora del proceso o por cualquier otra razón
justificable; y, iii) la razonabilidad de la medida para garantizar la eficacia de la
pretensión; y, finalmente, se procederá, de ser el caso, a evaluar y/o adecuar: iv) la
contracautela ofrecida.
Del mismo modo, el numeral 27.6 del artículo 27° del Reglamento de Arbitraje COAR,
también incluye como una posible medida cautelar a otorgar por parte del Árbitro de
Emergencia a la solicitada por el Consorcio en el presente caso, a saber:
b) Que adopte las medidas necesarias para impedir algún daño actual o
inminente o la afectación del proceso arbitral.
Se debe tener presente que “El derecho a la tutela procesal efectiva no solo tiene un
ámbito limitado de aplicación, que se reduce a sede judicial. Se emplea en todo
procedimiento en el que una persona tiene derecho al respeto de resguardos mínimos
para que la resolución final sea congruente con los hechos que la sustenten” 1. Es decir,
se debe tutelar el derecho del accionante en un procedimiento arbitral, como en el caso
que nos toca atender.
Queda claro entonces, que el Árbitro de emergencia, está dotado por la propia Ley y la
Constitución para ejercer funciones dentro del ámbito de su competencia, es decir,
dentro de un proceso arbitral, incluso de emergencia, como el que nos ocupa.
En ese sentido, de conformidad con lo regulado en el numeral 27.3 del artículo 27° del
Reglamento de Arbitraje COAR, el Contratista tiene el plazo de cinco (5) días hábiles
para presentar su solicitud de arbitraje, de no haberlo hecho ya. Proceso principal en
donde se resolverán las controversias de fondo, relacionadas con la resolución del
Contrato y los supuestos incumplimiento de cada una de las partes.
Por otro lado, la misma doctrina expresa que la verosimilitud consiste en un “fumus
boni iuris”, una mera “apariencia de buen derecho”; en otras palabras, que las
pretensiones tengan un viso de razonabilidad, aunque sea tenue y evanescente. Es decir,
que lo que se exige es que no se la pueda considerar prima facie como un pedido ajeno a
Derecho.
En ese mismo sentido, Monroy Palacios indica que “la propia estructura del pedido
cautelar, al buscarse con urgencia un mecanismo que acabe con la situación de
peligro, impide un análisis detallado de la fundabilidad de la pretensión llevada al
proceso.”
De acuerdo con lo expuesto, este Árbitro de Emergencia solo necesita una convicción
preliminar para el otorgamiento de la medida y, en ese sentido, debe cautelar el
equilibrio económico del contrato; esto significa prevenir del perjuicio a alguna de las
partes, utilizando para ello las facultades otorgadas como Árbitro de Emergencia.
Ello, lo señala el Contratista, podría servir en su caso, para que la Entidad descuenta la
penalidad aplicada, en lugar de ejecutar la garantía de Adelanto Directo; toda vez que
esto ocasionaría un perjuicio económico y financiero al Contratista.
En adición a ello, cabe tener en cuenta que, en el presente caso existió una observación
del Contratista sobre el Expediente Técnico que requirió resolver a la Entidad, esto,
antes de que la Entidad aplicará las penalidades por falta de personal clave. Además, la
Entidad, lejos de resolver las deficiencias del Expediente Técnico, se limitó a señalar
que ello debió haber sido advertido por el Contratista en la etapa de adjudicación.
En coherencia con ello, el Contratista, luego de advertir que las supuestas deficiencias
del Expediente Técnico impedían la continuación de la ejecución contractual, suspendió
sus actividades, ante la falta de solución a dicho cuestionamiento por parte de la
Entidad.
En ese sentido, sin emitir una opinión sobre el fondo, ya que no corresponde a este
Árbitro de emergencia, siendo que, por lo demás, no cuenta con los elementos
suficientes para ello, sí se logra advertir el fumus boni iuris.
2
Art. 33.3° de la LCE respecto a las Garantías señala: En virtud de la realización automática, a primera solicitud, las empresas
emisoras no pueden oponer excusión alguna a la ejecución de las garantías debiendo limitarse a honrarlas de inmediato dentro del
plazo máximo de tres (3) días hábiles. Toda demora genera responsabilidad solidaria para el emisor de la garantía y para el postor o
contratista, y da lugar al pago de intereses legales en favor de la Entidad.
Que, de la misma manera, Ottolenghi señala que es necesario que, a causa de esa
inminencia del peligro, tal medida tenga carácter de urgencia, en cuanto se ha de prever
que, si la misma se demorase, se transformaría en daño efectivo o se agravaría el ya
ocurrido; esto es, que la providencia cautelar debe ser dictada sin demora, porque, de
otro modo, sería ineficaz.
Sosteniendo su posición, Monroy Palacios cita al profesor español Juan Montero Aroca,
el mismo que ha señalado que “el periculum in mora no es el peligro de daño genérico
jurídico (…) sino el peligro específico derivado de la duración de la actividad
jurisdiccional (…) mientras el daño ya causado encuentra su remedio en los procesos
declarativo y ejecutivo, las medidas cautelares tratan de evitar que ese daño se agrave
como consecuencia de la duración de aquellos”.
Así las cosas, este Árbitro de Emergencia también estima superado el requisito de
peligro en la demora o “periculum in mora”.
3. DE LA ADECUACIÓN DE LA MEDIDA
En cuanto a la adecuación de la medida, esta consiste en que las medidas cautelares sean
congruentes con lo que se pide en la demanda, y cuya eficacia se pretende garantizar, así
como que sean proporcionales, es decir, lo menos gravoso posible para quien las
soporta.
En ese sentido, la medida cautelar que se solicite no debe estar dirigida a causar un
perjuicio en la contraparte de un modo desproporcionado, abusivo o innecesario, sino
que debe estar orientada, estrictamente, a asegurar el cumplimiento de la decisión
definitiva de fondo.
Cabe precisar que, si bien el Contratista también solicita, como primera pretensión
cautelar, la abstención de la Entidad de resolver el Contrato, también se tiene probado
que, a la fecha, la Entidad ya ha resuelto el Contrato; con lo cual, se hace imposible
fáctica y jurídicamente atender a este pedido.
4. DE LA CONTRACAUTELA
Que, por otro lado, la contracautela opera como una garantía por la realización de la
medida cautelar, fundada en el principio de igualdad, pues debe preverse la posibilidad
de asegurar a la demandada la efectividad del resarcimiento de los posibles daños que
pudieran generarse como consecuencia de conceder la medida cautelar.
En ese sentido, este Árbitro de emergencia, acepta como contracautela la misma Carta
Fianza N° CF-00002332 de Adelanto Directo y, además, una Caución Juratoria por el
mismo monto, que deberá suscribirse ante Notario Público, dentro del plazo de cinco (5)
días hábiles, y presentarse ante la Secretaría Arbitral de COAR.