Sermn sobre Efesios 2:1-10 ~ "Estaban muertos en pecado" ~ por John Abels con todos los derechos reservados.

Terminamos nuestro ltimo versos del captulo 1 y vimos a Cristo exaltado para ser Cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo. El captulo 1 seala que Cristo compr a la iglesia, que purifica a la iglesia, que edifica a la iglesia, y que Cristo gua a la iglesia. Los primeros diez versos del captulo 2 estn estrechamente relacionados con los ltimos versos del captulo 1, que declaran que el poder de Dios levant a Cristo de los muertos y le dio dominio sobre todas las cosas. El pasaje que tenemos hoy (2:1-10) muestra que el mismo poder est en operacin cuando levanta a los creyentes de la muerte del pecado y los eleva a los lugares celestiales con Cristo. En esta seccin del libro, Pablo nos da una descripcin del estado pasado, presente y futuro de la iglesia y los creyentes. 1. El Estado Antes de la Conversin. Pablo expone el estado en que se hallaban antes de convertirse al cristianismo para hacer nfasis al gran poder y la misericordia que han experimentado. En esa manera la descripcin de su vida anterior llega a ser un contraste con la nueva vida en Cristo y pueden apreciar, ms, la gracia y el poder asombroso de Dios. Pablo les dice: estaban muertos, eran esclavos del mal, y eran objetos de la ira divina. vv, 1-3 "Y el os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.....en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al prncipe de la potestad de aire, el espritu que ahora opera en los hijos de desobediencia...entre los cuales tambin todos vosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne y los pensamientos, y ramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dems." "Estaban muertos en sus delitos y pecados." Esto nos habla de la muerte espiritual de Adn, la cual ha sido imputada, o traspasada, a nosotros, Romanos 5:12 dice "por tanto, como el pecado entr en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, as la muerte pas a todos los hombres, ....." El primer pecado trajo la ruina moral de la raza y a la vez, trajo la muerte fsica a todo ser humano. La consecuencia del pecado de Adn es que "los muchos fueron constituidos pecadores." Romanos 5:19 y "por la transgresin de (Adn) la condenacin a todos los hombres." Romanos 5:18 El pecado de Adn nos hizo los hijos de un hombre cado. y ahora todos tenemos la misma naturaleza que tuvo Adn. Es la naturaleza pecaminosa que no tiene inclinacin hacia Dios sino que se inclina al mal. Adn muri, espiritualmente, el da que no crey a Dios y le desobedeci. Se asust, huy de Dios y trato de esconderse. No estaba buscando a Dios. Esta es la posicin del hombre natural, o sea, el no creyente, hoy. No es cierto, como algunos dicen, que en cada ser humano hay una chispa de lo divino y que estn buscando a Dios. El mero da que Adn desobedeci, y pec, el muri a Dios y a las cosas de Dios - aunque no falleci hasta unos 900 aos despus. Pero, perdi la capacidad y el hambre para las cosas de Dios. Fue separado de Dios, porque la muerte es una separacin. y desde estonces, esa naturaleza vieja de Adn, esa naturaleza que est propensa a hacer el mal, ha sido pasada a todos sus dependientes. Solamente el Espritu Santo puede redargir la conciencia del hombre. Ni tu, ni yo. lo podemos hacer. Solamente el Espritu de Dios lo puede hacer. La descripcin de nuestro pasado no es bella "muertos en delitos y pecados." "Siguiendo el ejemplo, o la corriente, de este mundo." Nos conformamos a la moda del mundo segn nos mandaba el prncipe de est mundo, Satans. Ni pensamos por nosotros mismos. Dejamos que nos gue, Seguimos tambin nuestros propios deseos y cumplimos los caprichos de nuestros pensamientos.

Antes de conocer a Cristo como nuestro nico y suficiente Salvador, nosotros cumplimos con los malos deseos de la naturaleza humana, los deseos de tener lo que agradaba a los ojos, y con el orgullo de las cosas del mundo. II. PERO - Hay, que linda palabra! Vv. 4-6 "Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos am, aun estando nosotros muertos en pecado, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con l nos resucit, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jess." La conjuncin "pero" es tan importante. Antes eramos objetos de la ira de Dios: pero ahora somos recipientes de su misericordia. Antes estbamos atrapados en las garras de la muerte espiritual: pero ahora hemos sido levantados a nueva vida. Antes estbamos en la esclavitud del pecado: pero ahora somos salvos por la gracia. Una vez anduvimos entre los desobedientes: pero ahora gozamos de la comunin con el Hijo de Dios. Estos versos presentan un contraste notable entre las condiciones pasadas y presentes de los creyentes. Pero Dios tiene misericordia, nos am tanto, que nos dio vida eterna juntamente con Cristo. Dios es rico en misericordia. Este es un cambio radical de los primeros tres versos. All todo es negro y sin esperanza alguna. El hombre es un fracaso total: es incapaz de salvarse a s mismo. Entonces Dios entra a la escena de muerte con su misericordia. Y El es rico en misericordia. Hay bastante para todos y para cualquiera necesidad. Que significa sel salvo por la gracia de Dios? Antes estbamos muertos en delitos y pecados y totalmente incapaz de salvarnos a nosotros mismos. Es entonces cuan Dios viene y nos levanta de ese abismo y nos hace sentarnos con El. Dios nos encuentra la razn por que lo hace por nosotros, si no que la encuentra en si mismo. Es por que nos ama. En los vv, 8,9 leemos, "porque por gracia sois salvos por medio de la fe: y esto no es de vosotros pues don de Dios: no por obras para que nadie se glore," Dios es santo: Dios es justo: Dios es bueno: Dios no puede hacer el mal o hacer algo en una forma deshonesta. Por eso fue preciso que alguien pagara la deuda del pecado para que nosotros pudiramos ser salvos. Y Cristo, "al que no conoci pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros furamos hechos justicia de Dios en l." 2 Corintios, 5.21 Juan 3.16 dice: "porque de tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, ms tenga vida eterna," No dice all que nos am tanto que nos salv. No, sino que dice que nos am tanto que dio a su Hijo unignito "para que todo aquel que en l cree, no se pierda, ms tenga vida eterna." Somos pecadores perdidos, pero an as Dios nos ama, pero el amor de Dios no es suficiente para llevarnos a la gloria. Dios tuvo que proveer la salvacin, y El pag la penalidad del pecado. Ahora, Dios puede invitar al mundo perdido con decir, "si crees en mi Hijo, El quien muri por ti yo te puedo salvar," Dios nos salva por su gracia - algo que no merecemos. Oh s, mis hermanos, Dios nos ha levantado de este cementerio espiritual. Nuestra posicin presente es: "Nos resucit juntamente con Cristo Jess y nos hizo sentar con l en los cielos," III. Pero, Qu tal el futuro? Por que ha hecho Dios todo esto por los creyentes? Pes, una parte de la respuesta ya ha sido dada. Dios actu en esta manera a causa de "su gran amor con que nos am" (v,4) Pero eso es mas bien el motivo de Dios, mientras la completa declaracin del propsito se encuentra en los vv, 7-10 y es de hacer de los creyentes una demostracin eterna de su gracia. V. 7 "para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jess." Y de hacer posible una vida de buenas obras por parte de los creyentes, v. 10 "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jess para buenas obras, las cuales Dios prepar de antemano para que anduviramos en ellas."

Estas dos ideas no estn totalmente separadas ni son totalmente distintas. La manifestacin de la gracia de Dios y la santidad de vida y servicio de su pueblo van mano a mano. Por eso decimos. La salvacin es FE EN ACCIN. El verso siete seala que llegamos a ser monumentos de su gracia, o canales de bendicin por los cuales la verdad de esta gracia se da a conocer a todo el mundo, somos "cartas abiertas" al mundo de lo que Cristo puede hacer con un vil pecador al redimirle y poner sus pies sobre la verdadera Roca. Y esto para la honra y gloria del Seor, por eso, vivimos como es digno un hijo de Dios. El versculo diez es para confirmar la gran verdad de los vv. 8 y 9 y dar razn de ella. Dice en los vv. 8 y 9 "porque por gracia sois salvos por medio de la fe y esto no es de vosotros, pues es don de Dios. no por obras, para que nadie se glore," La salvacin no puede ser por obras porque nosotros, los creyentes, somos la obra de Dios. La palabra griega traducida por "hechura" (v.10) significa "una cosa hecha" y se usaba para referirse a un producto terminado, tal como una obra de arte, como una pintura, una escultura en piedra, o una literatura. Dios cre toda cosa material y el firmamento anuncia la obra de su mano, pero la obra ms grande, su obra maestra, es una nueva criatura en Cristo Jess. Nosotros somos "hechura suya" y la salvacin es tan transformadora que Pablo dice que somos "creados en Cristo Jess," una nueva creacin. II Corintios, 5.17, "De modo que si alguno est en Cristo nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron: he aqu todas son hechas nuevas," Pero, por que fuimos creados? El nfasis del verso est en la frase "para buenas obras". Esto es el fin que Dios tena en mente cuando nos volvi a crear en Cristo. En estos versos se debe distinguir, claramente, entre las obras buenas como la base de la salvacin y las obras buenas como la prueba del fruto de ellas. No somos salvos por obras, pero con toda seguridad somos salvos para hacerlas, Pablo lo expresa en otro lugar. Cristo "se dio a si mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para si un pueblo propio, celoso de buenas obras." Tito 2:14 Por lo tanto, los que creemos en Dios debemos ocuparnos en buenas obras..... Estas buenas obras "Dios prepar de antemano para que anduviramos en ellas," As que no solamente son accesorios, o secundarios, de la vida cristiana diaria, sino parte del plan eterno de Dios para el cristiano. Para ellas somos creados, y Dios espera que las hagamos. Creo que hemos estado tan temerosos de que alguien nos acuse de ensear una salvacin por obras, que no hemos hecho bastante nfasis bblico en las obras como fruto y prueba de la salvacin. En resumen, esta porcin ensea que todos somos, por naturaleza, esclavos del pecado: ensea que la salvacin se halla en la gracia y la misericordia de Dios, y no en ningn mrito nuestro: ensea que la fe en Cristo es el medio por el cual nos apropiamos la gracia que Dios ofrece: ensea que la vida de obediencia es el resultado final de la salvacin. El punto mayor de esta porcin se centraliza en lo que Dios ha hecho para nosotros en Cristo. Nos ha dado vida - vida abundante aqu en la tierra y vida eterna en los lugares celestiales con El. Nosotros somos hechura de Dios creados en Cristo Jess con el propsito de hacer buenas obras, por lo tanto, con nuestra alabanza debemos mostrar nuestro agradecimiento a El. La salvacin no es una mera liberacin del castigo del pecado. Es el comienzo de una vida nueva destinada a ser ms y ms semejante a Cristo. Solamente cuando esto ocurre, podemos ser los instrumentos tiles en sus manos.

As que, (2 Pedro 3:18) "creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Seor y Salvador Jesucristo," Dios quiere que disfrutemos de nuestra comunin con El. Pero es imposible tener comunin con El sin poner nuestra confianza en El. Dice la Biblia en Romanos, 6:23, "Porque la paga del pecado es muerte, ms la ddiva de Dios es vida eterna en Cristo Jess Seor nuestro," Siendo Dios santo, los pecados cometidos por el hombre, lo separan de esta comunin con Dios. La Biblia dice en Glatas que los que practican tales cosas como adulterio, inmundicia, lascivia, idolatra, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, envidias, homicidios, borracheras, y cosas semejantes a estas, no heredarn el reino de Dios.(5:19-21) Pero Dios ha provisto la manera de ser salvos, y liberarnos, del pecado. Dice en Efesios 2:8 "por la gracia somos salvos por la fe," Jess es el nico camino. Hay que poner nuestra confianza en El. El Dijo, "Yo estoy a la puerta y llamo: Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrar a l y cenar con l y l conmigo," Apocalipsis 3:20 Porqu no lo dejas entrar?.

Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo nos escogi en l antes de la fundacin del mundo, para que furamos santos y sin mancha delante de l. (Ef 1.3-4)1 Esto es, Cristo de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre s por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, segn la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificndose en amor. (Ef 4.15-16)2

1Batchelor, Mary, Abramos la Biblia!, (Miami, FL: Sociedades Bblicas Unidas) 1999. 2Batchelor, Mary, Abramos la Biblia!, (Miami, FL: Sociedades Bblicas Unidas) 1999.

MUERTE Desde cierto punto de vista la muerte resulta algo muy natural: Est establecido para los hombres que mueran una sola vez (He. 9.27). Puede ser aceptada sin rebelda: Vamos tambin nosotros, para que muramos con l (Jn. 11.16). Desde otro punto de vista resulta algo sumamente antinatural. Es la paga del pecado (Ro. 6.23), y en ese sentido debe ser temido. Ambas perspectivas aparecen en la Biblia, y ninguna de las dos debe ser pasada por alto. La muerte es una necesidad biolgica, pero los hombres no mueren en la forma sencilla en que lo hacen los animales. I. Muerte fsica La muerte parece ser necesaria para cuerpos como los nuestros. El deterioro fsico y la eventual disolucin final son inevitables. No obstante, la Biblia habla de la muerte como consecuencia del pecado. Dios le dijo a Adn: El da que de l comieres, ciertamente morirs (Gn. 2.17). Pablo nos dice que el pecado entr en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte (Ro. 5.12), y tambin que la paga del pecado es la muerte (Ro. 6.23). Pero cuando examinamos ms detenidamente el asunto, vemos que Adn no muri fsicamente el mismo da en que desobedeci a Dios. En Ro. 5 y 6 Pablo contrasta la muerte que sobrevino a consecuencia del pecado de Adn con la vida que Cristo ha trado a los hombres. Ahora bien, la posesin de la vida eterna no anula la muerte fsica. Est en contraposicin a un estado espiritual y no a un acontecimiento fsico. Lo que se infiere de todo esto es que la muerte que es consecuencia del pecado va ms all de la muerte del cuerpo. Pero a este pensamiento debemos agregar el otro de que los pasajes de las Escrituras que vinculan al pecado y la muerte no modifican el concepto de la muerte. Dichos pasajes no nos revelan otra cosa que no sea el significado usual de la palabra. Quiz debamos entender que la mortalidad es el resultado del pecado de Adn, y que el castigo incluye tanto el aspecto fsico como el espiritual. Pero no sabemos lo suficiente acerca de la condicin de Adn antes de la cada como para hablar de ella. Si su cuerpo era semejante al nuestro, sera mortal; de lo contrario, no tenemos forma de saber cmo era, ni si era o no mortal. Parecera mejor considerar que la muerte es algo que comprende al hombre completo. El hombre no muere como cuerpo sino que muere como hombre, con la totalidad de su ser. Muere como ser espiritual y fsico. Y la Biblia no hace una distincin neta entre los dos aspectos. Por lo tanto, la muerte fsica constituye tanto smbolo como expresin adecuados de aquella muerte ms profunda que es consecuencia inevitable del pecado, con la que forma una sola unidad. II. Muerte espiritual Esta muerte es un castigo divino. Ya hemos observado que Ro. 6.23 describe a la muerte como la paga del pecado, e. d. la recompensa que merece el pecado. Pablo puede hablar de ciertos pecadores que conocen el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte (Ro. 1.32). Es el pensamiento del juicio de Dios lo que est a la base de la referencia que hace Juan al pecado de muerte (1 Jn. 5.16). Esta constituye una verdad muy importante, pues nos permite apreciar cun grande es el horror de la muerte. A la vez, paradjicamente, nos proporciona esperanza. El hombre no ha quedado atrapado en una red tejida por la ciega fatalidad, de tal suerte que, habiendo una vez cometido pecado, no hay nada que se pueda hacer para remediarlo. Dios est por encima de todas las cosas, y si bien

ha decretado que la muerte es la paga del pecado, tambin ha resuelto dar vida eterna a los pecadores. El NT a veces destaca las serias consecuencias del pecado haciendo referencia a la segunda muerte (Jud. 12; Ap. 2.11, etc.). Esta es una expresin rabnica que significa perdicin eterna. Debe entenderse en el mismo sentido que los pasajes en los que el Seor habla del fuego eterno preparado para el diablo y sus ngeles (Mt. 25.41), el castigo eterno (en contraposicin a la vida eterna, Mt. 25.46), y otros pasajes similares. El estado final del hombre impenitente se describe de varias maneras, tales como muerte, castigo, perdicin, etc. Obviamente no sera prudente equipararla con ninguno de ellos. Pero es igualmente obvio que, segn describe la Biblia, se trata de un estado que debe mirarse con horror. A veces se objeta que esto no condice con la descripcin de Dios como un Dios de amor. En este sentido, hay aqu un profundo misterio, pero al menos se puede decir que la objecin, en la forma en que se la presenta habitualmente, pierde de vista el hecho de que la muerte es un estado a la vez que un hecho. El ocuparse de la carne es muerte, escribe Pablo (Ro. 8.6). No dice que el ocuparse de la carne ha de producir la muerte; dice que es muerte, y agrega que la mente carnal es enemistad contra Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede. La misma verdad se expresa de una manera distinta cuando Juan dice: El que no ama permanece en muerte (1 Jn. 3.14). Cuando entendemos la verdad de que la muerte es un estado, nos damos cuenta de la imposibilidad de que el impenitente se salve, pues para esa persona la salvacin sera una contradiccin. Para ser salvo, el hombre debe pasar de muerte a vida (Jn. 5.24). III. Victoria sobre la muerte Un aspecto interesante de la enseanza neotestamentaria sobre el tema de la muerte es que se pone el acento en la vida. Si consultamos una concordancia notaremos que en casi todas partes se utiliza el vocablo (muerto) para describir la resurreccin de los muertos o cosas parecidas. En las Escrituras se enfrenta a la muerte como se enfrenta toda la realidad, pero el inters principal gira en torno a la vida, y la muerte se trata en forma ms o menos incidental, como aquello de lo cual se salva a los hombres. Cristo adopt nuestra naturaleza para destruir por medio de la muerte al que tena el imperio de la muerte, esto es, al diablo (He. 2.14). El poder del diablo siempre se considera como sujeto al dominio de Dios (Job 2.6; Lc. 12.5, etc.). De ningn modo tiene a la muerte sujeta a su arbitrio en forma absoluta, aunque esta, que es la negacin de la vida, es su esfera natural. Cristo vino para poner fin a la muerte. Como indica el pasaje de Hebreos, fue por medio de la muerte que derrot a Satans. Fue por medio de la muerte que quit nuestro pecado. Porque en cuanto muri, al pecado muri una vez por todas (Ro. 6.10). Aparte de Cristo, la muerte es el enemigo supremo, el smbolo de nuestra separacin de Dios, el horror definitivo. Pero Cristo se ha valido de la muerte para librar a los hombres de ella. Muri a fin de que los hombres pudieran vivir. Llama la atencin el hecho de que el NT pueda decir que los creyentes duermen en lugar de decir que mueren (p. ej. 1 Ts. 4.14). Jess carg con todo el horror de la muerte, por cuyo motivo para los que estn en Cristo la muerte ha sido transformada de tal forma que no es ms que un sueo. Hasta dnde alcanza la victoria que Cristo gan sobre la muerte lo indica su resurreccin. Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseorea ms de l (Ro. 6.9). La resurreccin es el gran acontecimiento triunfal, y la gran nota de victoria en todo el NT tiene su origen all. Cristo es el Autor de la vida (Hch.

3.15), Seor as de los muertos como de los que viven (Ro. 14.9), el Verbo de vida (1 Jn. 1.1). Su victoria sobre la muerte es completa, y esa victoria est a disposicin de su pueblo. La destruccin de la muerte es cosa segura (1 Co. 15.26, 54ss; Ap. 21.4). La segunda muerte no tiene ninguna potestad sobre el creyente (Ap. 2.11; 20.6). De acuerdo con este concepto, el NT entiende la vida eterna no como la inmortalidad del alma, sino en funcin de la resurreccin del cuerpo. No hay forma ms grfica de ilustrar el carcter definitivo y completo de la derrota de la muerte. No solamente existe un futuro glorioso, sino que hay un presente glorioso. El creyente ya ha pasado de muerte a vida (Jn. 5.24; 1 Jn. 3.14). Est libre de la ley del pecado y de la muerte (Ro. 8.2). La muerte no lo puede separar de Dios (Ro. 8.38s). Jess dijo: El que guarda mi palabra, nunca ver muerte (Jn. 8.51). Tales palabras no niegan la realidad de la muerte biolgica; ms bien nos encaminan hacia la verdad de que la muerte de Jess significa que el creyente ha salido completamente de aquel estado que es la muerte. Ha sido introducido en un nuevo estado, que ha sido muy aptamente caracterizado como la vida. En su momento atravesar la puerta que llamamos la muerte, pero el aguijn ha sido extrado. La muerte de Jess representa la victoria sobre la muerte para sus seguidores. BIBLIOGRAFA. K. Rahner, Sentido teolgico de la muerte, 1969; L. Coenen, Muerte, DTNT, 1985, t(t). III, pp. 113127; H. J. Kraus, Teologa de los Salmos, 1985, pp. 219 226; M. F. Sciacca, Muerte e inmortalidad, 1962; G. von Rad, Teologa del Antiguo Testamento, 1978, t(t). I, pp. 473478; 493/497; H. H. Rowley, La fe de Israel, 1973, pp. 144170; E. Jacob, Teologa del Antiguo Testamento, 1969, pp. 279294; G. Gerleman, Morir, DTMAT, 1978, t(t). I, cols. 12171222; W. Eichrodt, Teologa del Antiguo Testamento, 1975, t(t). II, pp. 215ss, 491503; E. F. Harrison, Muerte, DT, 1985, pp. 358359; J. von Allmen, Muerte, Vocabulario bblico, 1968, pp. 207211; K. H. Schelkle, Teologa del Nuevo Testamento, 1978, t(t). IV, pp. 8395; H. M. Feret, El misterio de la muerte y su celebracin, 1962; J. Pieper, Muerte e inmortalidad, 1970. C. S. Lewis, Miracles, 1947, pp. 150ss; J. Pelikan, The Shape of Death, 1962; K. Rahner, On the Theology of Death, 1961; Leon Morris, The Wages of Sin, 1955; M. Paternoster, Thou Art There Also: God, Death, and Hell, 1967. 3

Captulo 2
2.1 Estabais muertos: El hombre no necesita meramente a un gua o a un maestro. l est muerto y lo que necesita es a alguien capaz de resucitar su espritu. 2.2 El modo y las actitudes de la sociedad son formados por el prncipe de la potestad del aire, un ttulo para Satans que tiene relacin con la influencia que ejerce sobre todas y cada cultura. 2.3 Hijos de ira: El fin inevitable de los hijos de desobediencia (v. 2) es estar bajo la condenacin de un Dios justamente airado; es enfrentar un juicio justificado por haber violado fronteras conocidas de orden espiritual y moral (vase Ro 1.1821).

3Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Biblico Certeza, (Barcelona, Buenos Aires, La Paz, Quito: Ediciones Certeza) 2000, c1982.

2.6 Nos hizo sentar... con Cristo Jess: Tres nos que encontramos en los vv. 5 y 6 sealan nuestra unin con Cristo: 1) en su resurreccin; 2) en su ascensin; y 3) en su papel actual a la diestra de Dios. Desde este lugar de compaerismo, l nos concede que participemos en las obras del poder de su reino (Col 1.13). 2.7 En los siglos venideros: No importa la gloria que podamos experimentar y gozar en el tiempo presente por el poder y la autoridad del reino de Cristo, es claro que aun hay mucho que no se ha realizado, lo que se har efectivo en la consumacin de esta era y con la inauguracin del inimaginable futuro que Dios tiene reservado para los suyos. 2.8 Gracia habla de la inmerecida bondad por la cual nos es dada la salvacin, pero tambin es la poderosa palabra que describe las formas de operar del Espritu Santo. Gracia es una fuerza tanto como favor; un verbo, pero tambin un sustantivo. 2.10 Creados... para que anduvisemos en ellas: Lo maravilloso de la obra de nueva creacin de Dios en cada creyente es que l renueva la naturaleza de sus hijos redimidos para realizar buenas obras.4

4Hayford, Jack W., General Editor, Biblia Plenitud, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1994.