Pregon Criollo 106 Noviembre 2020
Pregon Criollo 106 Noviembre 2020
Pregon Criollo 106 Noviembre 2020
1. Índice Pag. 2
2. Editorial Pag. 3
3. Novedades Pag. 4
4. Nota de tapa: Armando Tejada Gómez-Todas las voces, todas Pag. 11
5. La presencia del Incesto en el folklore riojano, por Fernando. Justo Pag. 14
6. Rol de la Mujer criolla y aborigen, por María Cristina Bianchetti Pag. 21
7. Estructura de Improvisación en payada rioplantese - 3ª parte, por Matías Isolabella Pag. 25
8. Una fuente desconocida de textos fileteados en vehículos: Norberto Pablo Cirio.-2ª parte Pag. 34
9. Posicionamientos: Robert Lehman Nitzche, pruebas contundentes de su presencia en
Napalpi en tiempos de la masacre por Lena Dávila Pag. 38
10. El cine y sus miradas sobre la cultura tradicional- -¡Que Viva México! - Maricel Pelegrin Pag. 45
11. El Tahiel - 6a parte, por Pedro Patzer Pag. 47
12. Noticias de los Amigos/ Regionales Pag. 53
13. Vestimenta Argentina por María Delia Millán de Palavecino-3ª nota Pag. 78
14. Celebraciones tradicionales: Dia de Muertos - México Pag. 84
15. Canción Popular y memorias, por Irene Noemí Lopez Pag. 89
16. Manolo Juarez trayectoria entera de un compositor anfibio, por Juan Manuel Mannarino Pag. 96
17. Córdoba y las tradiciones Orales - Relatos del Viento Pag. 100
18. Un aporte de Guastavino y Lima Quintana al mundo de la Nueva Canción argentina
por Silvina Luz Mansilla Pag. 103
19. Empanadas, la comida más federal, por Gimena Pepe Arias Pag. 111
20. El arte de este número: Mario Anganuzzi Pag. 117
21. La capataza, de Atahualpa Yupanqui, décimo tercer entrega Pag. 121
Las imágenes que completan las páginas. son del Mario Anganuzzi, protagonista del artículo 20
Cuando aparecen subrayados en ciertos textos nombres propios, corresponden en general a las
fotografías que ilustran dichos textos.
Carlos Molinero
Se hizo en Neuquén y en modo virtual. Su programa fue de una variedad y a la vez de una
profundidad muy especial. La localización “originaria” era, además, emblemática para la
Academia. Los anteriores fueron sucesivamente en Cuyo, el NEA, CABA, Centro, y NOA.
Patagonia requería su lugar esencial. Y ciertamente, en la distribución de los temas, se notó.
Revise el programa.
La distribucion de los inscriptos, superando el millar, tambien lo reflejó (29%).
Un comentario con más detalle, dada la intensidad de las jornadas y el cierre de esta edición,
quedará para el número proximo del Pregón Criollo, en Diciembre.
Vayan, en tanto estas muestras, que permiten verlo en los enlaces que indicamos:
CONGRESO COMPLETO
http://www.neuquencapital.gov.ar/vi-congreso-nacional-de-folklore/
FELICITACIONES MAESTRO!
El acuerdo entre la Academia con el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, abrió el
espacio de transmisión de “Folklore en casa” por la televisión, específicamente en el Canal de la
Ciudad. En coproducción entre la Academia Nacional del Folklore y la Dirección General de
Música de CABA, cada semana se estrena un nuevo capítulo. Figuras destacadas de la música
popular ( y del arte en general) son entrevistados por Victoria Casaurang mientras nos presentan lo
mejor de su obra. Deléitese con ellos. Para muestra, puede ver los ya presentados. Se accede a
ellos, además, por la red, en este enlace:
https://bit.ly/33bHWKE
Ya están subidos los Programas anteriores, y seguirán cada semana en este enlace:
https://bit.ly/3pVuqou
https://www.youtube.com/user/AcademiaDelFolklore
6.- Encuesta de las Academias de Danza del país para el 4º Simposio Nacional
-----------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------
-------------------------------------
Le solicitamos enviar la siguiente síntesis informativa antes del Viernes 18 de Diciembre de 2020,
mediante el siguiente formulario On Line:
https://forms.gle/HUEFBvVcpNCsLQkd9
Gloriana contó cual era la gran pasión de Armando Tejada Gómez: “Era un gran
cocinero. Disfrutaba mucho compartir la comida que él hacía con las personas que quería. Así nació
el libro del Canto de las Comidas. El decía que la cocina era el lugar por excelencia para mostrar
afecto“.
En 1950 comenzó a trabajar de locutor en LV20 Radio de Cuyo. Allí conoció al músico Oscar
Matus, con quién lo unió una larga sociedad musical. Juntos escribieron canciones imborables: “Los
hombres del río”, “Coplera del viento” entre otras. Su carrera cambió radicalmente cuando orientó
su poesía hacia la problemática social. El poema Un niño en la calle, de 1955, fue un ejemplo
del nuevo rumbo:
A esta hora exactamente hay un niño en la calle.
El pintor Carlos Alonso y una obra singular: sus amigos del exilio. Allí están Armando Tejada
Gómez, Horacio Guarani y Hamlet Lima Quintana.
Armando te hablaba con verdades muy grandes. Un tipazo con el cual podías hablar de
cualquier cosa. Era muy agradable escuchar esas conversaciones en rima, poesía y prosa.
Carlos Alonso pintaba. Eran muy locas esas noches en Madrid.
Mi viejo comenzó a codearse junto a Armando escuchando mucho a los viejos folkloristas del
norte. Ambos tenían un respeto muy grande por ellos. Aprendieron de ellos a escuchar y
expresarse. Escuchar los temas, comprenderlos y luego saber que cantaban. Ni mi viejo ni
Armando querían ser famosos. Lo fueron por el trabajo que pusieron para que se reconozca la
música folklórica.
Armando Tejada Gómez falleció en Buenos Aires el 3 de noviembre de 1992. Tenía 63 años. Su
obra ha sido motivo de estudio en diversas universidades internacionales. Pero sobre todo, motivo
de inspiración para cientos de músicos. Para el guitarrista mendocino Pablo Budini “Uno va
creciendo y comprendiendo la obra de Armando. Canción de todos es una obra majestuosa que
reune poesía, descripción y una fuerte carga emocional. Con el tiempo va agigantando la figura
de Tejada. Es como Gardel o Piazzola. Mientras más lo investigás, Tejada se hace más grande e
inagotable. Es un norte para todos los que amamos la palabra. Dueño de la mendocinidad y el gran
talento”.
Héctor Minutillo, creador de Desde el Origen y profundo admirador del poeta mendocino,
reflexionó sobre la figura de Tejada Gómez:
“¿Que decir sobre el poeta? Alguien que nació en un recodo de Guaymallén. Cultura huarpe.
Hijo 23 de 24 hermanos. El 24 fue el Toto, quien años más tarde, en el poema Hay un niño en
la calle, lo nombra: “Cae el toto con su poquita sangre“, la policía lo mató de un tiro en la
cabeza al lado de él por el robo de una gallina. Armando Tejada Gómez, profeta del
viento. Como no iba a serlo si de un hombre sin estudio llegó a ser semejante poeta.
Cuando fue diputado mendocino por la UCRI, cada discurso suyo fue una obra poética. Un
hombre que le abrió la cabeza a toda la generación con esa hermosa poesía del carcelero:
“Estamos prisioneros carcelero. Yo de tus torpes barrotes, tu de miedo“. Un hombre que
a través de la poesía le habló al amor en Zamba Azul y en un montón de otras canciones.
Supo levantar la bandera de los humildes. Supo ser la barricada poética. Supo decirle a
Borges, cuando le entregaban el premio Honoris Causa en Inglaterra, que a nosotros
nos matan de hambre por las tierras. Es alguien que extraño y espero. Por eso le dediqué
este poema:
Fuente: https://radiografica.org.ar/2020/05/10/armando-tejada-gomez-la-voz-de-todas-las-voces/
Quiero hablar de la mujer simple, la mujer que acompañó siempre al hombre como piedra angular
del hogar. Estamos acostumbrados a las loas que por siglos dimos a las heroínas de la
independencia y la verdad es que olvidamos las desconocidas mujeres que desde todos los ángulos
de la patria dieron su vida por ella.
Todas hemos tenido oportunidad de asistir a conferencias donde resaltamos el rol de las mujeres
patricias que son las que trascienden, ya que sus acciones descuellan al entrar en la historia junto a
los héroes de la Patria. A lo largo de la historia hubo mujeres cuyas acciones repercutieron por una u
otra razón; saber, valentía, expresiones artísticas, santidad, adelantarse a sus pares o por sus
capacidades histriónicas. Mártires o heroínas se destacaron por sus propios medios, o porque
combatieron a la par de quienes amaron, o compartieron ideales y sentimientos para buscar libertad,
dignidad e independencia, reclamando el derecho a la autodeterminación de los pueblos, dejando de
ser colonias o proyecciones europeas de ultramar.
Desde México hacia el sur, muchas mujeres nativas hicieron de su nombre una leyenda sin importar
su condición social, una fueron junto a sus hombres “Juanas o Adelitas”, otras “Cuarteleras o
Fortineras”. Por lo general desconocemos en el norte argentino la participación de la mujer indígena
y mestiza a lo largo de la conquista, o las de la ocupación del Chaco, en la lucha contra el indio
bravío, pero muchas de ellas dieron la vida, arengando al pueblo, a sus hermanos e incluso a sus
maridos para expulsar a los colonizadores; muchos nombres de doncellas incaicas levantaron sus
voces en el S. XVI primero en Perú, más tarde en Ecuador y Bolivia. Desde Anacaona, la primera
mujer que reprochó a un Gobernador Hispano por los atropellos cometidos en Santo Domingo, hasta
las heroínas del sometido Imperio Incaico, fueron muchas las mujeres que sufrieron tormentos y
dieron su vida por recuperar su tierra y la dignidad.En este bicentenario conocemos solo el nombre
de la mayoría de aquellas destacadas damas, cuyos nombres trascendieron en la historia, al nacer
en el seno de familias patricias que de un lado u otro tomaron partida en la lucha.
En este contexto encontramos a las heroínas de la independencia y hemos escuchado muchas
veces hablar de Gertrudis Medeiros, Juana Moro de López, Juana Azurduy, Petrona Arias, Juana
Torino, María Loreto Sánchez, Andrea Zenarrusa de Uriondo, Carmen Puch de Güemes, María
Magdalena Güemes, quienes montaron una red de “Bomberas” integradas por ellas y sus criadas,
sean criollas o negras quienes mientras lavaban ropa y recogían agua en los arroyos que
circundaban la ciudad, llevaban y traían mensajes informando de las acciones, intenciones y
desplazamientos de las tropas enemigas. Salta, Jujuy, Tarija, Chuquisaca, Cochabamba las vio
actuar e integrar una red de mujeres donde no existían clases sociales, las mujeres de la más alta
sociedad actuaban junto a campesinas, esclavas, criadas, criollas e indígenas, buscando defender a
sus hombres que junto a Güemes, Belgrano, Padilla quienes defendían la frontera norte de la
Intendencia de Salta dentro del Alto Perú.
La cuartelera
Durante la guerra de la independencia las mujeres tuvieron un rol protagónico extraordinario. Todos
conocemos el rol de la mujer salteña y del noroeste en general, tanto en salones y tertulias donde
agasajando al enemigo hacían gala de su ponderada belleza enamorando o seduciendo a los
enemigos, y propiciando grandes deserciones, cuando no actuando como informantes de los
patriotas. Pero pocas mujeres trascendieron cuando formando parte de la servidumbre o del
campesinado fueron quienes arriesgaron su vida trasponiendo las líneas enemigas para llevar
mensajes a las fuerzas defensoras. Muchas de ellas fueron espías, informantes, y en la necesidad
cuarteleras, marchando a la zaga de la tropa como cocineras, lavanderas, curanderas, zapateras,
para acondicionar botas u ojotas y remendonas o costureras para reparar los escasos harapos que
llevaban como uniformes. En la batalla enfermeras, restañando las heridas en los combates y
finalmente guerreras, al alzar las armas abandonadas en el fragor de la contienda, luchando a la
par de los hombres reemplazando a los caídos.
Siempre se habló desdeñosamente de la chusma que marchaba tras los soldados, las cuarteleras
que iban a retaguardia de los soldados dudando de su moral y colocándolas en lo más bajo de la
escala social, comparándola con “la chusma de la indiada”; solo dos personas alzaron su voz para
AMBOS SABÍAN QUE LOS FONDOS PARA SUELDOS DE ESOS SOLDADOS NUNCA
LLEGARIAN.
La reacción de Sarmiento se debió a que en las áreas urbanas y en los corrillos maliciosos de las
tertulias femeninas distante de las áreas de la lucha, entre saraos y conciertos banales, de quienes
se consideraban ajenas a las campañas y disputas, había escuchado que se las mencionaba
despectivamente como chinas, milicas, cuarteleras, fortineras o chusma, epítetos complacientes
para denominarlas solapadamente como mujeres de baja calaña o prostitutas, términos con los que
eran agredidas disimuladamente en los círculos sociales con
apelativos abiertamente degradantes.
La mayoría eran esposas, novias, madres, campesinas y
pastoras, simplemente mujeres al servicio del regimiento o de
sus hombres. Casi siempre formaban un cuerpo que
representaba la dos terceras parte de los soldados. Un ejemplo
lo representa la Conquista del Desierto donde sobre seis mil
soldados, las fortineras llegaba a cuatro mil. Otro tanto ocurría
con Vilcapugio y Ayohuma donde las mujeres formaban un
ejército apenas inferior al oficial y donde muchas enarbolaron
las armas de los caídos en el fragor de la batalla.
Estas mujeres por ser desconocidas no figuran en los libros de
historia, sus nombres era una parte más del paisaje. En el sur,
algunas de ellas trascendieron durante la campaña del
desierto, pues en la conquista de la frontera sur muchas viudas
reclamaron la pensión de sus maridos muertos en los frentes de
batalla y otras lo hicieron por méritos propios, pues fallecido su marido empuñaron sus armas y
llegaron a tener grado militar y cobrar sueldo en el Ejército. Infortunadamente fueron degradadas
nuevamente como cuarteleras en 1904 dejando de percibir sus haberes, cuando lo habían perdido
todo, familia, hijos y hasta los terrenos que les dieron para que armaran sus ranchos. Muchas nunca
llegaron a cobrar sus sueldos y terminaron pidiendo limosna en la Plaza de la Victoria o en los atrios
de las iglesias de San Francisco o Santo Domingo donde asistían los propios jefes de la campaña y
lo más granado de la élite porteña.
Se les llamó soldaderas, fortineras y cuarteleras. De entre el humo y el fuego de los combates se
percibían sus borrosas siluetas andrajosas, emponchadas, llevando cántaros de agua para los ago-
nizantes y fuentes de comida para los hambrientos. Ellas estuvieron en el nacimiento de las patrias
americanas socorriendo heridos, ayudándolos a morir, sepultándolos y rezando por ellos, y su valor
las llevó hasta tener sus hijos en el fragor de los combates. Finalizadas las batallas se les permitía
vivir a extramuros de los cuarteles, harapientas, hacinadas, pero cumpliendo su rol de sostenedoras
de las topas que tampoco recibían su paga; allí nuevamente eran lavanderas, cocineras,
remendonas, curanderas, amantes, viviendo entre toldos, mugres y barro, compartiendo el hambre
junto a la tropa licenciada, a extramuros de la Ciudad de Buenos Aires.
Quienes regresaron a sus posesiones, particularmente las de origen andino, tal como lo hacen hoy
aquellas mujeres solas que viven en los cerros, se quedaron en sus tierra para aferrar la azada y el
pico o empuñar el arado, poniendo activo el ciclo agrario, pues había otra amenaza aún peor que la
guerra, y que era su resultado, la hambruna de las tierras arrasadas. En su hogar junto al arado,
esquilaba llamas y ovejas, tejía costales, ponchos, fajas, cuidaba el ganado y supervisaba todas las
tareas ayudadas por sus ancianos y niños; sin tiempo a pensar, y restañaba sus heridas mientras
veía crecer el maíz.
Siendo niña, conocí la última negra cuartelera que lavaba ropa para los soldados, y planchaba
almidonadas camisas y enaguas para que las familias patricias lucieran en el club 20. Una anciana
menuda de porte erguido, que pasaba con sus humildes prendas almidonadas por la puerta de mi
Tercera nota
En 1992 inicié de modo independiente el proyecto El filete porteño. Identidad plástica del
argentino desde la disciplina en la que ese año comenzaba a formarme, la antropología social.
Mi primera publicación fue un artículo en las actas de unas jornadas en Chivilcoy (Cirio 1995).
Este estudio lo desarrollé, aunque con altibajos, hasta 2003, cuando reedité mi segundo
artículo, “El filete porteño: bibliografía crítica y definición conceptual” (Cirio 1998) como capítulo
del libro del fileteador Alfredo Genovese (2003a), a su pedido, al parecerle necesario para
presentar el tema en un marco académico. Lo producido, si bien es poco, lo creo sólido pues
es fruto de un enfoque basado en un triple dispositivo: rastrero y lectura crítica de bibliografía y
fuentes, reflexión teórica para definir el filete y trabajos de campo para entrevistar a los actores
sociales implicados y documentar filetes en la Ciudad de Buenos Aires y localidades aledañas,
generando un corpus de 159 fotografías (153 propias, a color) y 955 textos escritos (949
propios), entre otras cuestiones.
Segunda parte
Hacia una visión federal del filete
Este artículo, apenas el tercero original de mi investigación1, lejos está de motivarme a retomarla.
Necesitaría repensar el marco teórico, revisar y actualizar la bibliografía, buscar más fuentes secas y
hacer etnografía dado el salto cualitativo del filete. Con todo, mi deseo por publicar este manuscrito
me invita a problematizar un aspecto que en su momento no consideré: el viso de porteñidad que
siempre se dio al tema. Creo que ello es menos fruto de un enfoque federal que fruto naturalizado de
la ubicación de sus investigadores y radio de acción. A nivel ideológico es consecuencia del sesgo
unitario que aún padece el país pues, por más que constitucionalmente sea federal, la gravitación de
la Ciudad de Buenos Aires es tal que en muchos temas se opera una significación metonímica,
entender a ésta por la Argentina.
1 A ellos sumo un cuarto, inédito, de 1993, Los carros de costado sentencioso : El filete porteño como elemento contestatario de
nuestras clases subalternas.
Estudiar las patentes para datar el manuscrito me invitó a revisar las fotografías etnográficas para
reparar en las que no son de Capital ni Buenos Aires pues hasta 1994 rigió el primer sistema
centralizado de emisión, consistiendo cada patente en seis dígitos precedidos por una letra
identificadora de la provincia que, para Santa Fe, era la S. Aunque mi etnografía fue en Buenos
Aires y alrededores al menos dos vehículos (pues en otros no se ve la patente) eran de allí. Ellas
enriquecen la problemática junto a otra con la G, de Santiago del Estero y, la cuarta, con un texto
fileteado que hace pensar que el vehículo era de La Rioja, por
lo que su patente comenzaría con F.
Una solución a tal disyuntiva es que este campo de estudio deje su sesgo cosalista, anecdótico y
conjetural a favor de incluir al ser humano que da entidad, uso y significado al filete en perspectiva
antropológica, por ejemplo entrevistando a los dueños de vehículos, a los de las empresas de
carrocería y a los fileteadores por fuera del radio geográfico fijado “natural”. ¿Cuántos otros
intelectuales “del interior” los estudiaron y los desconocemos porque siguen inéditos, como Zapata
Gollán, o porque este tema no se estudia fuera de Buenos Aires y Gran Buenos Aires? Al darle a
leer el borrador de este artículo a Alfredo Genovese recordó que en 1995 en San Miguel del
Tucumán conoció al fileteador Soto al advertir el cartel de su taller, cuyo estilo le recordó al de
Martiniano Arce, fileteador porteño contemporáneo.
También en Tucumán, Simoca fue nombrada en 1966 Capital Nacional del Sulky y, desde 1985,
hace su fiesta en noviembre en la cual, entre otras actividades, desfilan sulkys en contexto
tradicionalista, por lo que cabría estudiarla en procura de un posible estilo de fileteo local. En 2006 él
estuvo allí y me comentó que
“Visité una fábrica bastante rudimentaria y que había tenido días mejores. Me llamó la atención
que los fileteados que les aplicaba el fabricante estaban hechos con esténcil y eran muy
parecidos a los que hacen en los camiones de Brasil.
No pude ver ninguna unidad teminada o en funcionamiento en la ciudad (pase justo a la hora de
la siesta y no me quedé más que esa tarde). Por otra parte, todas las personas con quien hablé
sobre el fileteado en ciudades del interior me dijeron de haber visto camiones fileteados muy
viejos que venían de Buenos Aires ya pintados (incluso uno hecho por Leon Untroib), con lo que
creo que la ornamentacion de fileteado en el interior se dio por la copia que los artistas locales
veían en esos vehículos que procedían de Buenos Aires.
No sería el caso de este taller de Simoca, cuyo propietario no tenía la menor idea del fileteado
porteño, pero aún así pintaba rudimentariamente los sulkys. Otra curiosidad es que las ruedas
ya no se hacen más de madera sino con rayos de metal como una gran rueda de bicicleta”
(Alfredo Genovese, comunicación personal, 18-sept-2020).
Bibliografía
2003b La desaparición del candombe argentino: Los muertos que vos matáis gozan de buena
salud. Música e Investigación 12-13: 181-202. Buenos Aires: Instituto Nacional de Musicología
“Carlos Vega”.
2008 El filete: definición teórica. En Alfredo Genovese. Filete porteño. Buenos Aires:
Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, p.
21-33 y 112.
2020 ¿Candombe o candombes? Pregón Criollo 100: 83-85. Buenos Aires: Academia
Nacional del Folklore. Revista on line http://academianacionaldelfolklore.org/#!/-pregon-criollo-
mayo-2020/
Frigerio, Alejandro
Genovese, Alfredo
2008 Filete porteño. Buenos Aires: Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico
Cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
1983 Ayer nomás : Calle Corrientes entre Esmeralda y Suipacha. Buenos Aires 1900.
Buenos Aires: Academia Argentina de Letras.
1987a Los negros. América 6: 117-122. Santa Fe: Centro de Estudios Hispanoamericanos.
1987b El canto del indio. América 6: 95-99. Santa Fe: Centro de Estudios Hispanoamericanos.
Los diarios informaron: “En una histórica sentencia (…)la Cámara Federal de Apelaciones de
Resistencia, dictó un pormenorizado fallo en el que consigna el resarcimiento económico del Estado
nacional (al pueblo Qom), por los hechos acontecidos el 19 de julio de 1924 en lo que se conoce
como la “Masacre de Napalpí”.El Estado deberá pagar 375 millones y cumplir con una serie de
requisitos tendientes “a la no repetición del hecho”, (…) Allí fueron asesinadas 1.500 personas
pertenecientes al pueblo Qom”.(Pagina 12-17/9/20) Parte de esa historia se había prefigurado, dice
la autora, ya en la concepción de “reserva”, del antropólogo Roberto Lehmann-Nitsche. Este trabajo,
publicado en Debats, 2015, puede ser útil para pensar el impacto de “estudios” aparentemente
neutros, sobre un “sujeto social”. Además de comprender cómo enfrentaron la época, los
antropólogos actuantes.
Robert Lehmann-Nitsche
Pruebas contundentes sobre su presencia en Napalpí en
tiempos de la masacre
Lena Dávila
Primera parte
La Reducción indígena de Napalpí
La Reducción indígena de Napalpí, hoy conocida como Colonia Aborigen Chaco, fue fundada en
1911 en el Territorio Nacional del Chaco (actual provincia de Chaco, Argentina).1 Allí
“fueron radicados, por el Gobierno Nacional, unos centenares de Tobas y Mocovíes con el fin de
acostumbrarlos a la vida sedentaria del agricultor”.2 La mayor parte de sus integrantes pertenecían a
estos pueblos y hacia 1915 habitaban en la Reducción alrededor de 1.300 indígenas.
Napalpí fue establecida en el marco de un proyecto de carácter nacional que buscaba integrar a los
grupos indígenas a la sociedad. En palabras de su Director, el naturalista Enrique Lynch Arribálzaga,
ésta era la primera reducción ideada “con arreglo al plan racional de trabajo permanente y trato
amistoso, para educar al indio y asimilarlo a la masa general del pueblo”.3
Las reducciones y misiones religiosas sólo pudieron establecerse una vez concluidas las campañas
militares realizadas en el territorio argentino durante las últimas décadas del siglo XIX. En el caso
particular del Gran Chaco4, las incursiones del Ejército tuvieron por propósito el disciplinamiento de
las poblaciones originarias y su consiguiente incorporación como mano de obra barata, dada la
demanda de los ingenios azucareros, obrajes y algodonales. Paralelamente a las campañas se creó
en 1872 el Gobierno y la Administración del Territorio Nacional del Chaco que incluía a las actuales
provincias de Chaco, Formosa, parte de las provincias de Santa Fe y Santiago del Estero y una
pequeña fracción del sur de Paraguay.5 Cuatro años después se promulgó la Ley de Inmigración y
Colonización6 cuyo propósito era la ocupación de las tierras principalmente por inmigrantes
La masacre
Continuará…
2 Lehmann-Nitsche, Robert, “La astronomía de los Tobas (segunda parte)”, Revista del Museo de La
Plata, 1924-1925, Tomo XXVIII, pp. 181-209.
3 Lynch Arribálzaga, Enrique, Informe sobre la Reducción de Indios de Napalpí elevado a la
Dirección General. Buenos Aires, Imprenta y Encuadernación de la Policía, 1914, pp. 72.
4 La región del Gran Chaco comprende el centro sur de Brasil, el oeste de Paraguay, el oriente
boliviano y el centro norte de Argentina. Generalmente se subdivide en Boreal, Central y Austral.
5 El Territorio Nacional del Gran Chaco o Gobernación del Chaco se creó por decreto del presidente
Domingo Faustino Sarmiento. Su primer gobernador fue Julio de Vedia, con capital en Villa
Occidental. En 1884, en función de la Ley Nº 1532 de Organización de los Territorios Nacionales, la
Gobernación del Chaco se dividió en: Territorio Nacional de Formosa y Territorio Nacional del Chaco
al sur del río Bermejo, estableciéndose su capital en Resistencia.
6 Esta Ley, promulgada durante el Gobierno del Presidente Nicolás Avellaneda (1874-1880), fue el
instrumento jurídico sobre el cual se apoyó la ocupación efectiva del Chaco.
7 Lynch Arribálzaga, Op. Cit.
8 Ibídem, p. 16.
9 Ibídem, p. 15.
10 Por definición, los cortesanos son quienes sirven al Rey, representante de la suprema autoridad.
Al referirse a los indígenas de esta manera, Lynch Arribálzaga supone sujetos educados para servir
a aquella porción de la población blanca que realiza “tareas calificadas”. Los miembros de esta
clase, dado su nivel de instrucción, son nombrados también como bachilleres.
11 Lynch Arribálzaga, Op. Cit., p. 50.
12 Ibídem, p. 49.
13 Ibídem, p. 97.
14 Viyeiro, Juan César, Enrique Lynch Arribálzaga. Benefactor del Chaco [en línea], Centro Vasco
del Chaco, Chaco, 2014, consultado el 10 de agosto de 2014.
URL: http://www.vascosdelchaco.com/index.php/component/content/article/35-vascos-notables/98-
enrique-lynch-arribalzaga.html
15 Lynch Arribálzaga, Op. Cit., p. 69-70.
16 Lynch Arribálzaga, Op. Cit., Iñigo Carrera, Nicolás, Indígenas y fronteras. Campañas militares y
clase obrera. Chaco, 1870-1930, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1984 y Viyeiro, Op.
Cit.
17 Lynch Arribálzaga, Op. Cit., p. 38.
18 Ibídem, p. 14.
19 Lehmann-Nitsche, Robert, "Estudios antropológicos sobre los Chiriguanos, Chorotes, Matacos y
Tobas (Chaco occidental)", Anales del Museo de La Plata, 1907, Tomo I, Segunda Serie, pp. 53-151
y Lehmann-Nitsche, Robert, El problema indígena. Necesidad de destinar territorios reservados a los
indígenas de Patagonia, Tierra del Fuego y Chaco según el proceder de los Estados Unidos de
Norte América, Buenos Aires, Coni hermanos, 1915.
20 Lynch Arribálzaga, Op. Cit.
21 Entre 1920 y 1940 se produjo una importante expansión de los algodonales ubicados en la
provincia del Chaco. Sin embargo, la escasez de mano de obra fue una de las principales
limitaciones a resolver, dado que la mayoría de los trabajadores migraban en la época de la cosecha
Sexta parte
Pedro Patzer
Tanto se escribió del conjunto, como sobre la partida este mes de Polo…. Elegimos uno de esos
artículos, aunque le ofrecemos dos aportes adicionales: otras notas, que puede leerlas aquí:
https://www.lagaceta.com.ar/nota/869473/espectaculos/sobre-polo-roman-hizo-cosas-bien-lo-
querian-mucho.html
https://www.clarin.com/espectaculos/luto-folclore-murio-eduardo-polo-roman-historico-musico-
chalchaleros_0_NJjR5SJzy.html
https://www.cadena3.com/noticia/informados-al-regreso/fallecio-el-ex-chalchalero-eduardo-polo-
roman_275954
****************************
Recordamos sus palabras cuando habló en el Senado que convirtió en Ley a la Academia
Nacional del Folklore :”No sabía que no había una Academia del Folklore ¿Cómo tardamos
tanto?. Nuestro Académico nos cuenta de él.
**************************
Mario Pereyra
Se fue, a los 77, este primero de Noviembre, el sanjuanino cordobés de la radio, el divulgador del
Folklore… y polémico opinador (particularmente por su opinión sobre el período trágico del 76 al 83),
voz radial de Cosquin…y tanto más.
Por estas intervenciones poco felices y por su centralidad, Mario Pereyra fue repudiado y dividió aguas. No
obstante, a la hora de su partida es inevitable destacar que sus modos expresivos, su capacidad de armar
equipos y su determinación de priorizar la intuición por encima de “lo aconsejable” revolucionaron al ambiente
radial cordobés.
(Facundo Luque/ archivo)
************************
Este cuaderno forma parte del proyecto institucional, denominado Bienes culturales y
patrimoniales en Jujuy: identificación, difusión y comunicación participativa, dirigido por Ana
Teruel y Ethel Alderete. Como indican estas investigadoras: “desde esta Unidad nos proponemos
comunicar los avances de nuestras investigaciones con la comunidad en general; partimos de la
idea que en las ciencias sociales y las humanidades estudiamos cuestiones cercanas a la
experiencia común y cotidiana de las personas, por lo que es necesario producir materiales que nos
permitan dar a conocer estos estudios de una forma accesible y confiable”.
Los dos cuadernos que conforman la obra Jujuy. Pobladores, saberes e historias, en su versión
digital, son de acceso abierto y gratuito, se pueden descargar sin registro o suscripción previa, en la
siguiente dirección:
https://cisor.conicet.gov.ar/cuadernosdelcisor/
o enviando un correo a
comunicacion@cisor.unju.edu.ar
Fue convocado al encuentro literario para presentar su libro en dos tomos “El viaje del
poema”, un trabajo de complicación e investigación que el escritor puntano hizo durante
muchos años y que no fue presentado en San Luis. También, lo hará con los siete tomos de
las Obras Completas de Jesús Liberato Tobares.
La primera Feria Digital del Libro San Luis 2020, que se desarrollará del 12 al 14 de noviembre
próximos, tendrá la presentación del libro “El viaje del poema, mapa documental de la poesía
puntana”, una compilación realizada por el escritor Gustavo Romero Borri de todos los poetas que a
lo largo de la historia de San Luis se han expresado a través del verso y de la poesía.
3. Actuaciones y Presentaciones
-Es muy fuerte la emocionalidad que fluye de tus palabras cuando hablás de la música como
refugio. Tiene que haber algo más en esto…
-Por supuesto (risas). Puedo estar días hablando de esto, porque la música nos acompaña en esto
de vivir y resistir ¿Qué sería de nosotros sin ella, no? La música saca lo más genuino, lo más
hermoso de nosotros mismos, y de nuestra memoria emocional. Por eso, miro los conciertos de
los colegas también, y trato de conectarme colectivamente con ese lenguaje que me hace y que nos
hace tan bien.
-Funciona en el sentido que la música me ha ayudado a salir de momentos personales muy difíciles.
Y este período fue uno de ellos, porque personalmente, al menos los primeros meses, los viví en
forma de parálisis. Luego, por suerte, reapareció esa sensación de sacar afuera todo aquello que me
venía movilizando para adentro. Digamos que me esperé, y todo empezó a aparecer como una
necesidad perentoria, imperiosa. Apareció la música de mi corazón.
. /(…)“Una de las cosas importantes que me pasó en este tiempo fue volver al paisaje sonoro
de mi región”, aproxima.
-Una vuelta emocional a los orígenes… ha pasado mucho en estos tiempos aciagos y
reflexivos.
-Totalmente. De golpe me daba la sensación que estaba componiendo desde mi propia tierra,
parada y mirando el río, el estero… sentía la fuerza de la naturaleza de mi tierra, de sus colores, de
sus sonidos y de sus aromas, y eso aparecía en mi guitarra, junto a las palabras que me venían de
esas emociones. Esto es algo que me da fuerzas para seguir, y por eso quiero compartir todo lo que
-Más allá de lo compositivo, ¿cómo sobreviviste al lío virtual en que metió a la humanidad
esta pandemia?
-Este tiempo inesperado nos colocó en una situación límite, que nos obligó a un proceso de
adaptación extraordinario. De todas formas, la tecnología ya estaba instalada en mi vida, ya que la
incluí como una herramienta de trabajo con mucha naturalidad, no sin antes pasar por un rechazo
también natural (risas). No sé, la pandemia nos obligó a una escalada tecnológica que si o si hay
que aplicar a la vida entera… hay que usarla para ver a la persona amada, para encontrarse con los
hijos, con la familia, con los nietos y con los amigos, además de hacer nuestro trabajo, ¿no?
Realmente atravesó nuestras vidas. Es algo que me cuesta mucho, claro, porque extraño una
manera de ser popular que necesita del contacto, del abrazo, del encuentro, de ese compartir
permanente con los demás, que es muy parte de nuestra manera de ser. Pero, bueno, vuelvo, hubo
que adaptarse y aceptar la tecnología… no podemos prescindir de ella.
-¿Cuál es tu reflexión acerca del momento político, económico y cultural que se está viviendo
hoy en la Argentina, y en América Latina?
https://www.pagina12.com.ar/304355-teresa-parodi-los-artistas-estamos-para-preguntar-no-para-re
+ Los 4 de Córdoba,
+Libros rememorados
En las redes recuperamos estas fotos, así encabezadas:
“Un amigo ha llegado hoy hasta mi biblioteca. Es un libro que
guarda misterios del Tucumán de 1946: su música, su gente y sus
paisajes. Se me estruja el corazón de la emoción.
Y qué inmensas fueron Isabel Aretz y la fotógrafa que la
acompañaba en sus viajes, Helena Hosmann!!! Adjunto tres fotos a
pedido de German Paz
+Tradiciones
Chango Farías Gómez, Eduardo Falú, Facundo Ramírez , Susana Rinaldi y Suna Rocha.
“Me llegó medio de la galera esta letra. Resulta que en el año 1967, (Armando) Tejada Gómez
estaba en Villa Gesell. Andaba por ahí por la playa y unos vagos mendocinos que estaban de
vacaciones, lo ven –ya era conocido, había hecho un montón de canciones- y le dicen “Don
Armando, esta noche vamos a hacer una asado, ¿quiere venir?”. Y se juntaron. Orlando Giménez,
un músico que estaba allí, en el medio del asado le dice al Amando “vamos a cantarle a Mendoza…”
y ahí pintó una cueca. Tejada Gómez escribió la letra, Giménez le puso música, y dejaron el
manuscrito con las dos firmas.
Resulta que Fernando Simón guardó, la noche del asado, ese manuscrito que había quedado sobre
la mesa y al llegar a su casa lo archivó. En el año 2006, mientras este abogado revisaba uno de sus
libros, apareció entre sus páginas la letra de Cueca de lejos, arrastrando consigo toda aquella
historia de treinta y nueve años atrás. Simón le confió el manuscrito a Graciela Distéfano quién
pensó en Polo Martí para que la musicalizara. Polo, después de buscar infructuosamente al
compositor original, decidió renacer la cueca del Armando, que hoy es el tema 3 de "Frutos".
( De una entrevista de El Otro )
Bejarano con Naldo Labrin, Delfor Sombra, Guadalupe Pineda Aguilar y Maurce Azzouline
fundaron Sanampay, que en quechua significa “cuando vos me necesités voy a estar”
En Infobae, del 22/11/20 esta nota, que en extenso publicaremos más adelante, realizó el reportaje
que recomendamos con este enlace
https://www.infobae.com/sociedad/2020/11/22/musica-cultura-y-politica-la-cancion-es-urgente-en-la-
voz-de-marian-farias-gomez/
Y a modo de anticipo degustatorio, reproducimos estas frases del mismo:
Día de Muertos
Mezcla de tradiciones en la celebración más importante de México
en Facebook
El Día de Muertos se ha vuelto una fiesta representativa del pueblo mexicano, una tradición que
mantiene vivo el homenaje a la muerte para recordar, “traer de vuelta al
corazón” etimológicamente, la vida y las acciones de aquellos que fallecieron.
Muchos se refieren a la mezcla de la creencias europeas e indígenas bajo el término sincretismo,
sin embargo, los historiadores Alfredo López Austin y Sergio Ángel Vázquez, ambos de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especializados en la cosmovisión de los
pueblos prehispánicos, concuerdan en que se trata más bien de una tradición cultural.
Todas las costumbres que existen hoy en día entorno a esta fiesta, que la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró como Patrimonio
Inmaterial de la Humanidad en 2008, se establecieron a través de un largo proceso de
transformación.
Ángel Vázquez explicó que la tradición cultural entorno al Día de Muertos implica que la cultura
nahua no tiene rupturas ni permanencias, sino que se mantuvo en constante transformación durante
el periodo colonial, es decir, "cuando irrumpe la llegada de los españoles con su propio bagaje
cultural y se mezcla con el de los indígenas. La tradición cultural implica transformación siempre”,
especificó el historiador.
A pesar de que las prácticas católicas se impusieron, muchos elementos de las costumbres
prehispánicas permanecen hasta nuestros días. Entre ellas, Johansson explica que los altares que
se ponen en Día de Muertos tienen el objetivo de “retro-alimentar su presencia inasible en un festín
Día de Muertos
Los principales Rituales
(FOTOs: CUARTOSCURO)
El Día de Muertos es una de las fechas más importantes celebradas en México, producto de la unión
de prácticas y características de los colonizadores europeos con las culturas indígenas americanas.
De ahí que se hayan tomado ciertas costumbres estadounidenses homólogas. Estas derivaciones se
cimentaron en forma de rituales mexicanos que, año con año, atraen a miles de personas al país.
Las ofrendas
Las ofrendas que se realizan hoy en día
tienen características de ambas
tradiciones, pues estas evolucionaron
en manera conjunta hasta las que
tenemos hoy en día.
Así podemos encontrar ofrendas con tres niveles que representan la iglesia terrenal, la iglesia
purgante y la iglesia celestial, las cruces, las veladoras. También es posible reconocer el incienso, la
flor de cempasúchil, las calaveras, el copal, el petate, la comida y el arco de flores que representaba
la entrada al inframundo en culturas prehispánicas.
Después de varias décadas, en la ofrenda mexicana se pueden encontrar unos u otros elementos
para celebrar el 2 de noviembre. Incluso en la Ciudad de México se realizan grandes ofrendas en
honor a personajes icónicos de la cultura mexicana entre los que se cuentan cineastas,
investigadores, políticos, artistas etc. Esto como parte del gran festejo que hoy representa el Día de
Muertos.
Pedir “calaverita”
Los niños salen a cantar, rimar o simplemente a pedir: “Me das para mi calaverita” Cada año los
niños mexicanos salen a las calles disfrazados de todo tipo de personajes, que pueden ser
terroríficos o no, para pedir la famosa “calaverita”. Una práctica que tiene una versión homóloga, en
Estados Unidos, con el 31 de octubre al celebrar Halloween. En el país del norte los niños practican
el famoso Trick or Threat (Dulce o truco) en donde si los habitantes no les dan dulces, ellos les
hacen travesuras.
La tradición en México no es así. Los niños salen a cantar,
rimar o simplemente a pedir: “Me das para mi
calaverita”. Un rastreo histórico de esta práctica remite a la
cultura mexica donde existía la historia de un niño
macehual de origen humilde y de clase baja que al
quedar huérfano y sin dinero salía a pedir a sus vecinos
que le regalaran un poco de comida o objetos para
colocar la ofrenda a sus seres queridos. En una de las
celebraciones decidió salir pintado de calavera.
A partir de ese entonces pedir calavera se volvió una
actividad representativa de la fecha, pues en la colonia los niños salían a las calles con una
calabaza o una calavera cóncavas a la que le colocaban una vela en el fondo. Salían a hacer
oraciones solicitando en el camino que las personas les regalaran algo.
Así continuó esta tradición que terminó por fusionarse con ciertos elementos del Halloween, aunque
en México conserva el folklor de salir a recibir no solo dulces, también comida o un poco de dinero.
Visitar el panteón
La cercanía física con los restos del difunto en esta
fecha se ha vuelto el centro de prácticas como la del
pueblo de San Andrés Mixquic, en la alcaldía
Tlahuác
Visitar la tumba de los difuntos es una de las
prácticas que en México se realizan también el día
de la muerte del ser querido, en su cumpleaños o en
una fecha representativa para la familia y en la que
se toma un momento para conmemorar y recordar a
la persona. En Día de Muertos se vuelve una
visita especial ya que la conmemoración se
presta para recordar, de manera colectiva, a los
difuntos.
Muchas personas ponen sus ofrendas en los panteones. La cercanía física con los restos del difunto
en esta fecha se ha vuelto el centro de prácticas como la del pueblo de San Andrés Mixquic, en la
alcaldía Tlahuác, donde cada año se realiza “La Alumbrada”, un espectáculo donde las gran
cantidad de velas ilumina el camino de los muertos que volverán a ese lugar a disfrutar las ofrendas
de sus seres queridos.
Fuente Infobae 31/10/2019
Figura en los datos de la red que la celebración de los Muertos en México fue declarada Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Sus orígenes pueden ser trazados hasta la
época de los indígenas de Mesoamérica, tales como los Aztecas, Mayas, Purépechas, Nahuas y
Totonacas. Los rituales que celebran las vidas de los ancestros se realizaron por estas civilizaciones
por lo menos durante los últimos 3,000 años. En la era prehispánica era común la práctica de
conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el
renacimiento.
Para los antiguos mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión
católica, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Por el contrario,
ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo
de muerte que habían tenido, y no por su comportamiento en la vida. De esta forma, las direcciones
que podrían tomar los muertos son:
El Tlalocan o paraíso de Tláloc, dios de la lluvia. A este sitio se dirigían aquellos que morían en
circunstancias relacionadas con el agua: los ahogados, los que morían por efecto de un rayo, los
que morían por enfermedades como la gota o la hidropesía, la sarna o las bubas, así como también
los niños sacrificados al dios.
El omeyocán, paraíso del sol, presidido por Huitzilopochtli, el dios de la guerra. A este lugar llegaban
sólo los muertos en combate, los cautivos que se sacrificaban y las mujeres que morían en el parto.
El Mictlán, destinado a quienes morían de muerte natural. Este lugar era habitado por Mictlantecuhtli
y Mictecacíhuatl, señor y señora de la muerte. Era un sitio muy oscuro, sin ventanas, del que ya no
era posible salir. Por su parte, los niños muertos tenían un lugar especial, llamado
Chichihuacuauhco, donde se encontraba un árbol de cuyas ramas goteaba leche, para que se
alimentaran. Los niños que llegaban aquí volverían a la tierra
cuando se destruyese la raza que la habitaba. De esta forma,
de la muerte renacería la vida.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos cayó en el
noveno el mes del calendario solar azteca, cerca del inicio de
agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las
festividades eran presididas por el dios Mictecacihuatl,
conocido como la "Dama de la muerte" (actualmente llamada
La Calavera Garbancera mejor conocida como la CATRINA,
es una figura creada por José Guadalupe Posada y
bautizada por el muralista Diego Rivera.). Las festividades eran dedicadas a la celebración de los
niños y las vidas de parientes fallecidos
En la época que vivimos ahora en la actualidad se le conmemora a 2 días del mes de noviembre a
los fieles difuntos pero muchos dejan de resaltar 3 dias de estos antes que son
El 29 de octubre es dedicado a aquellos que mueren asesinados o en un accidente.
El 30 de octubre se celebra a los niños del limbo, siendo aquellos que mueren sin el sacramento del
bautismo, es por ello que en este día se añaden al altar dulces, juguetes y/o alguna pertenecía del
difuntito.
El 31 de octubre se dedica a los niños, y se colocan flores blancas, pan, atole, tamales de dulce,
frutas, vasos con agua para mitigar su sed y un plato con sal. Cada vela que se enciende representa
a un niño muerto, posteriormente se enciende el sahumerio con copal e incienso, elementos que
simbolizan el aire y la tierra…
El 1 de noviembre se dedicada a los fieles difuntos mayores para quienes se agregan los cigarros,
el aguardiente, tamales de chile, mole, vasos con agua, entre otros, se enciende el sahumerio con
copal e incienso, y mucho más que en unos momentos conocerán los elementos del altar de día de
muertos
El 2 de noviembre, se dedica a la visita del cementerio; es por ello que, los pobladores llevan sus
coronas, flores y velas para alegrar al difunto.
Sin embargo muchos mexicanos consideran que el Día de Muertos al ser una fiesta sincrética es
capaz de convivir y adoptar otros festejos no tradicionales de manera sana, permitiendo el uso de los
disfraces, sin restar su importancia cultural y ni poner en riesgo su existencia en México,
continuando un proceso de transformación cultural que se ha venido desarrollando durante los
últimos siglos.
Pianista heterodoxo, referente del folclore como de la música clásica, se editan 13 discos con su
obra completa, disponible por primera vez. Lo recuerdan Teresa Parodi, Adrián Iaies y Marcelo
Lombardero, entre otros.
“La añera”, según Teresa Parodi, es el signo de una herejía interpretativa que, sin embargo,
reconocía la nobleza de las raíces: Juárez como un pianista que, formado en el mundo
académico, renovó el folclore ampliando su universo sonoro desde un notable conocimiento
de la tradición, de Andrés Chazarreta a Eduardo Falú, de Yupanqui a Ariel Ramírez.
Por eso, para Parodi, la compilación de toda la obra completa del pianista y compositor– uno
de los artistas más importantes de la música popular argentina fallecido de Covid en julio a sus 83
años–, constituye un “acontecimiento histórico”. Disponible en las plataformas digitales a través del
sello The Orchard y en www.manolojuarez.com, se trata de un material original: son trece discos
remasterizados y recopilados por Manolo junto a su hija Mora. Cincuenta años de una vasta obra
que incluye folclore, tangos, obras de cámara, sinfónicas y para instrumentos. El Trío Juárez,
Juárez-Homer, Juárez-Vitale, como cuarteto, un concierto en vivo en el Teatro Colón, son algunos
de los materiales.
Pero fue en realidad el músico Guillo Espel quien había dado el puntapié, cuando tiempo atrás pasó
los primeros LP a CD. Y convenció a la familia Juárez de juntar la obra, que estaba dispersa y se
había dejado de editar fuera de los cánones industriales.
Considerado por la crítica como el Piazzolla del folclore y erudito de la música académica por
estudiar con maestros como Ruwin Elich y Horacio Siccardi, a los 17 años Juárez recibió el primer
premio de composición en Milán por su Tríptico para piano.
Le pagaron una beca para estudiar música clásica pero lo primero que compuso fueron obras
folclóricas. “Sabemos que la música sinfónica de cámara tiene un proceso de elaboración, de
complejidad, que le da un vuelo al sonido.
“La división de la llamada música seria y la música popular es una pelotudez”, enfatizó Juárez
en una de sus últimas entrevistas. Parodi lo reconoce como una virtud. “Fue el tipo que nos enseñó
a escuchar la música sin etiquetas”, dice la cantante. “Analizar a Ravel, a Chopin, y al mismo tiempo
el acervo de los ritmos y las melodías folclóricas. Eso nos dio una exigencia grande para el trabajo
propio”.
En realidad, antes de viajar a Italia su escuela habían sido los cabarets del bajo fondo porteño. Allí,
de adolescente y para sumar un ingreso a su familia, improvisaba blues, boggie-woggie y jazz entre
los preludios de Rachmaninov y los “Impromptus” de Schubert que aprendía en sus clases
particulares.
Esos dos matrimonios, el del salón y el de la calle, le darían una singular impronta pero, a la vez, le
costarían disgustos: sus largas versiones de zambas y chacareras recibían críticas del statusquo del
folclore. Sus primeros discos –Trío Juárez (1970), De aquí en más (1975) y Tiempo
Reflejado (1977)– no fueron bien recibidos por el público ni se recepcionaron más allá de un circuito
de culto. “Un verdadero artista es valorado en el tiempo, no en la inmediatez –dice Dino Saluzzi,
que participó con su bandoneón en Tiempo Reflejado–. Manolo siempre buscó su camino sin imitar a
nadie”.
A sus veintipico, Juárez dejó de tocar jazz. Decidió quedarse en la Argentina cuando le llovían
ofertas laborales del exterior y descubrió que algunos lo habían dado por muerto. Entonces grabó un
disco con Lito Vitale, a dos pianos, en 1983.
Una sociedad que culminaría en Lito Vitale como productor de sus discos, como el
extraordinario Grupo de Familia (1997), de gran repercusión porque hacía años que Manolo no
grababa. “Su obra es indispensable para nuestra música –agrega Vitale sobre la edición de su
catálogo completo–. El aporte que hizo al folclore fue definitivo para su enriquecimiento armónico”.
El disco con Vitale fue inédito en su género, con largas improvisaciones sobre canciones como
“Criollita santiagueña” y temas propios como “Presencia del diablo” y “Chacarera sin segunda”, que
se convertirían en pequeños manifiestos de la obra de Juárez.
Allí donde se expresan la variedad tímbrica, las tensiones armónicas y las texturas sobre zambas,
chacareras, cuecas y milongas, marcas de un estilo pianístico que jamás abandonaría, llegando
hasta su último álbum Manolo Juárez Cuarteto (2012).
El músico cordobés Daniel Homer, que grabó en Tiempo Reflejado (1977), otro de sus discos
fundamentales donde batió el récord de grabación con la deslumbrante y psicodélica versión de
“Chacarera sin segunda” en 15 minutos, cuenta que cierta vez, de forma espontánea, grabaron
“Caprichos de Medianoche”, de Joe Zawinul, legendario compositor de Weather Report y el jazz
fusión. “Lo hicimos con aire de zamba. Manolo te sorprendía, siempre pensaba que la música
carecía de fronteras”, recuerda Homer.
En toda melodía clásica hay una base popular, y en toda melodía popular hay una base clásica,
decía Juárez. El director de escena Marcelo Lombardero lo considera como un compositor anfibio,
un caso excepcional junto a Gerardo Gandini. “Era tan irrepetible que sumaba lo mejor de ambos
mundos: el rigor académico y la frescura de la música popular”, resalta.
Manolo Juárez innovó a solas con el piano, con dúos, tríos y cuartetos. “Un tipo que trató de
ser coherente, que no se traicionó a sí mismo”, se definía. Ya no será un pianista de culto para
melómanos: su discografía ya es parte del tesoro de la música popular argentina. Maestro del tempo
como pocos y cultor de una refinada armonía, brilló como artista gregario entre clásico y moderno.
Alguien que, en palabras de su hija Mora, se convirtió ahora en Manolo Juárez en el mundo digital,
único y eterno: “La obra de un artista es una obra en el tiempo. Y mi viejo es para siempre”.
Manolo Juárez alababa a Andrés Chazarreta, el compositor santiagueño considerado como uno de
los pioneros del folclore. El gesto parecía una extrañeza para un pianista heterodoxo que había sido
bastardeado por los popes de la tradición.
Pero Manolo era un estudioso del vasto caudal de la música popular argentina, tanto en su vertiente
anónima como en la autoral. Estudiar y analizar para ampliar influencias y no repetir nada, era otro
de sus lemas favoritos. Para darle una impronta moderna y un toque singular, alejado de los
esquemas previsibles de las formas folclóricas.
El sonido de Juárez tenía una particular obsesión en su entramado armónico. Para Pujol, cuando el
músico grabó su primer disco,
Trío Juárez (1970), era un compositor “clásico” perfectamente formado a la vez que un inspirado
intérprete “popular” de piano. En la Buenos Aires de los 70, el pianista buscaba un lenguaje
singular bajo su aura sofisticada –mezcla de influencias que iban de Bartók a De Caro, de
Stravinsky a Bill Evans. Sin embargo, la música popular argentina nunca dejaba de latir entre sus
lazos rítmicos y melódicos.
“Algunos guardianes de la tradición repudiarán esa manera de tocar folclore, pero ningún oyente
honesto y mínimamente enterado de la música criolla podrá decir que al joven pianista ‘la empanada
no le chorrea’, como él mismo sentenciará muchos años más tarde”, apunta Pujol.
En Grupo de Familia (1997) demuestra su falta de prejuicios a la hora de abordar una melodía,
propio de una identidad musical que podía pasar de obras íntimas como las dedicadas sus hijos –
“Pablo y Alejandro” y “Mora”– a un vuelo sin escalas de versiones de “Alfonsina y el mar” o
“Nostalgias Santiagueñas”, donde dialogaban entre sí Horacio Salgán, Keith Jarret, Edgar Varese, la
Escuela de Viena, Tom Jobim, las sinfonías de Mahler y Astor Piazzolla.
Y la etapa final de su obra no renunció a un perfil que, parafraseando a Borges, antes que
compositor fue oyente y un analista musical apasionado. Dos pianistas que continuaron su legado,
Lilian Saba y Haydeé Schvartz, lo sitúan como alguien que abrió puertas y facilitó caminos.
Según Schvartz, el pianista cordobés tenía regocijo con autores como Schumann y Debussy. “Soy
centroeuropeo cuando compongo y folclorista argentino cuando toco el piano”, decía Manolo, y tal
vez su disco de solo piano en el Teatro Colón (2004) constituya la simbiosis perfecta, con una
notable versión de “La añera”, que tiene tanto de Debussy y de Chopin como de Yupanqui pero que,
en su conjunto, suena irrepetible con ese toque magistral que elaboraba con su armonía.
Uno de sus últimos discos, Manolo Juárez-Daniel Homer Cuarteto (2004), es sinónimo de su sonido
moderno, que el pianista Mingui Ingaramo lo sitúa más allá de la improvisación jazzística.
“Los interpreto como genuinamente juarísticos, con una evolución armónica dentro de los
parámetros orgánicos de la música popular argentina”, dice.
Un Manolo Juárez que, hasta el final de sus días, depuró su técnica. Y lo hizo al servicio de una
estética.
Relatos del Viento es una Asociación Civil y Cultural sin fines de lucro cuyo máximo objetivo es
aportar al fortalecimiento de las identidades regionales campesinas y populares. El camino elegido
para tal fin es la revalorización de sus Tradiciones Orales (saberes, sabidurías, relatos y creencias
ancestrales). Esta labor se realiza con el involucramiento de la comunidad en general y la especial
participación de sus instituciones educativas. Ese proyecto matriz es el corazón de nuestra
Asociación, el motor que impulsa el resto de las acciones y la fuente de donde se alimentan y
articulan las distintas áreas.
Relatos del Viento inicia sus actividades en el año 2005 -primero como colectivo cultural- y desde
entonces ha desarrollado proyectos en más de 60 parajes y localidades del Nor-oeste, Norte y Nor-
este de la Provincia de Córdoba (Argentina).
La revalorización de las Tradiciones Orales (como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial) es para
esa Asociación una prioridad estratégica. En la oralidad de cada pueblo reside el componente
cultural más genuino de su identidad. Y en Latinoamérica esto cobra una relevancia aún mayor: este
yacimiento cultural vivo, representa un sólido punto de partida para el proceso de descolonización.
Proyectos vigentes
Proyecto matriz "Revalorización de la cultura oral para el fortalecimiento de las identidades
regionales"
Está diseñado para lograr el involucramiento de cada comunidad, haciendo propios sus tiempos y
formas. Es integral porque se trabaja con las familias, los vecinos y la escuela. Está dividido en las
siguientes etapas:
Este proyecto es el motor de la Asociación. Sin el sostenimiento del mismo, el resto de las acciones
carecen de sentido.
https://www.relatosdelviento.org/archivo-oral/leyendas/144-leyenda-de-la-piedra-que-llora
Crear las bases de un modelo productivo artesanal, popular y campesino, junto a un circuito de
distribución y comercialización inicial.
Sociedad
¿Qué tendrá esa masa breve, que apenas envuelve un relleno de carne (mayoritariamente, aunque
no sólo de carne), sabrosa hasta el deleite universal a la que llamamos empanada? ¿Cuál es el
secreto de esa debilidad de los argentinos? ¿Por qué nos gusta tanto si a veces tenemos que
comerla con las piernas abiertas para evitar el enchastre con los jugos que alguna derrama al
morderla? ¿Por qué en nuestro país, debido a sus diferentes ingredientes, modos de preparación y
cocción, se ha transformado en una amable pulseada gastronómica de norte a sur para apropiarse
de sus verdaderas esencias y de su patente originaria?
Para hablar de la (las) empanada (s), hay que rastrear primero en la historia. En su libro “La comida
en la historia argentina”, Daniel Balmaceda confirma que, producto de la herencia hispana, las
empanadas ya existían acá en tiempos del Virreinato del Río de la Plata y de la Revolución de
Mayo, en coincidencia con los íconos que desde infancias pretéritas se recuerdan aún en nuestros
días en los actos escolares.
Balmaceda aclara que no se trataba de vendedores “ambulantes”, como los conocimos siempre,
sino “callejeros”, porque se instalaban en lugares fijos de la Ciudad. Ya acercándose a fin del siglo
XIX, su clientela se nutría de los sectores medios de la población, aquellos que no podían regresar a
sus casas para los abundantes almuerzos de entonces, y también de quienes compraban
empanadas a la salida del teatro. El historiador descree de aquella copla “empanadas calientes
que queman los dientes” en la época de la Revolución de Mayo, cuando se vendían frías, dato que
se articula con la diversidad inmigratoria de nuestro país: ya a principios del siglo XX, los españoles
las vendían frías y los italianos del sur, calientes para disimular su falta de frescura.
Tan relevante son en la historia argentina que Balmaceda asocia las empanadas con nuestras
guerras de la Independencia, y relata que el caudillo Juan Martín de Güemes ordenó que se
alimentara con ellas a las tropas que volvían de la batalla el 4 de marzo de 1820. Desde entonces,
cada 4 de marzo se celebra el Día de la Empanada Salteña.
Es conocida la anécdota de Sarmiento, citada en el libro “Sarmiento anecdótico”, de Augusto Belin
Sarmiento, su nieto, de Editorial Kapelusz (1961). Según el autor, en una reunión celebrada en
Tucumán para sentar las bases del Observatorio Astronómico que el sanjuanino impulsaba, siendo
ya Presidente de la República, se sirvieron empanadas. De inmediato, el “padre del aula” pidió
verificar si en el cónclave había representantes de todas las provincias. Confirmado esto, alzó al aire
una empanada, y pronunció la temeraria y provocadora sentencia: “La verdad es que ninguna
empanada del mundo vale la empanada sanjuanina”. Fue tal el “alboroto federal” que Sarmiento
llamó a la calma en tono exaltado, antes de contar su aleccionadora moraleja: “Señores: para hacer
valer cada uno la empanada de su predilección, hemos hecho caso omiso de la empanada nacional.
Esta discusión es un trozo de historia argentina, pues mucha de la sangre que hemos derramado
ha sido para defender cada uno su empanada… Amemos, señores, la empanada nacional, sin
perjuicio de saborear todas las empanadas de cada cual”.
“Amemos, señores, la empanada nacional, sin perjuicio de saborear todas las empanadas de cada
cual”
--Digamos primero que en una tierra que produce harinas y carnes en abundancia, toda empanada
es sencilla. Una masa, un poco de carne y estamos. Los ingredientes cambian de acuerdo a la
producción de alimentos de cada región. La zona litoraleña, por ejemplo, es un área más cálida, más
tropical, con zonas más inundables. No les hace falta mucho el trigo, por eso usan también harina de
mandioca. Y la carne de vaca la alternan con los pescados o con carne de yacaré, interesante, súper
rica, que por lógica no se acostumbra tanto en otros lados. Y la condimentación es más neutra, no
tan intensa como en el Norte.
--Cuyo es la gran región de la empanada, con Mendoza y San Juan como los dos grandes ejes.
También podríamos incluir en el área a La Rioja y Tucumán, aunque ambas están también
asociadas al norte. En Cuyo nos encontramos con empanadas de mucho carácter, que cobraron
gran auge en la zona, yo creo que por el tema político, por todo lo que significó Cuyo en el desarrollo
y gestación de nuestra Patria. Allí, la cultura de la empanada estuvo desde nuestros orígenes como
Nación en las tertulias, las reuniones políticas, los viajes, los encuentros, las batallas, así fue como
el plato fue adquiriendo su propia identidad. De acuerdo a los rasgos productivos regionales, a la
carne se le suma las aceitunas, la oliva, la papa, los frutos de la vid.
--Si, como se cree, la empanada tuvo un origen árabe y pasó a España para luego ser
trasplantada a nuestras tierras, ¿por qué la consideramos tan nuestra?
--Porque acá le agregamos nuestra cultura, nuestra forma de ser, hay un marco cultural que lo
explica, la empanada es nuestro folclore. Cuando te sentás con un argentino en cualquier lugar,
cerca de un horno de barro, en una finca, al lado de una parrilla, a la intemperie con el aire seco de
montaña, con un vino blanco frío o un buen tinto, una empanada es compartir todo eso. Como el
asado, con la empanada se comparte. Eso le da contexto y sentido.
Como secretito para que salgan bien y no se rompan explica que la masa debe resultar dura para
que las tapas sean resistentes y no “copien” la forma del relleno. Si no se desea utilizar grasa, se
pueden hacer con una parte de manteca para suavizarlas, tanto en el relleno como en la masa. “Es
importante trabajar el relleno por separado y unir para “administrar jugos. Queremos que el relleno
libere toda su humedad dentro del horno”, señala el chef y recomienda que, si se van a freezar,
“mejor sin el huevo”.
Sin embargo, en estos tiempos ha disminuido la elaboración con estos productos de caza debido a
la preservación de la flora y fauna de la provincia y el compromiso con el Gran Parque Iberá: si bien
no está prohibido su consumo, se evita el exceso. “Hay dos estilos de empanadas en Corrientes por
las características heredadas de la cocina guaranítica paraguaya: el chipá So'o que lleva una masa
de harina de maíz y queso sin tener forma clásica de empanadas, y el pastel mandó, masa de puré
de mandiocas, huevos, harina de maíz”, agrega la coordinadora de la primera red de cocineros de
gastronomía regional del país.
Mario Anganuzzi
Mario Nicolás Irineo Anganuzzi, (Buenos Aires 26 de agosto de 1888 - Buenos Aires 25 de marzo de
1975) fue un pintor de aire libre argentino impresionista y autodidacta. Dedicó gran parte de su obra
a pintar paisajes, animales, evocando un costumbrismo descriptivo.1
Obra[editar]
Anganuzzi, fue un pintor impresionista de aire libre que realizó su obra principalmente en dos
regiones diferenciadas de Argentina. La primera en Potrerillos (Mendoza), y la segunda en Chilecito
(La Rioja).2 A través de su obra representó motivos típicos mendocinos y pintó escenas descriptivas
del costumbrismo regional.2
Su obra fue fuertemente influenciada por Fernando Fader, clave en la formación de las escuelas
provincianas y que negaba el naturalismo meramente descriptivo para exaltar las características
específicas presentes en cada región.3
Mario Nicolás Irineo Anganuzzi, su nombre completo, nació en Buenos Aires el 26 de agosto de
1888. De formación autodidacta ha realizado su obra en dos regiones y épocas muy definidas. La
primera corresponde a su actuación en Potrerillos, Mendoza y la segunda, a la de Chilecito, La Rioja,
en donde se radicó y volcó su amor por el lugar en obras de paisajes, figuras y animales evocando
un costumbrismo descriptivo. Ejerció la docencia artística en la Escuela Normal Mixta "Joaquín V.
González" de Chilecito durante 14 años y en Buenos Aires en las Escuelas Nacionales de Bellas
Artes "Manuel Belgrano" y "Prilidiano Pueyrredón“. Expuso en el Salón Costa (1918); en las salas
nacionales del Museo de Bellas Artes de Buenos Aires (1923); en la Galería Witcomb de Buenos
Aires (repetidas veces entre 1925 y 1950); en la Galería Argentina (1952); en el Salón Banco
Provincial (Mendoza, 1927) y en la galería Witcomb de Rosario (1932), entre otras. Murió el 25 de
marzo de 1975.
(Buenos Aires, 1888-1975) Pintor autodidacto. En 1918 realizó su primera exposición integrada con
motivos típicos mendocinos. Diez años después se trasladó a Chilecito (La Rioja) y pintó escenas y
tipos de la región con fuerte policromía descriptiva del costumbrismo regional.
Se halla representado en los museos de Santa Fe, Paraná, Rosario, La Plata, y en la galería
presidencial de la Casa de Gobierno, entre otros.
En 1976 se realizó una exposición en Witcomb al cumplir sus bodas de oro con la pintura.
Los Mineros
Paisaje de La Rioja
Chilecito, Rancho
Ranchos
undécima entrega
Nota: La Academia Nacional del Folklore, y este Pregon Criollo, utilizan la grafia original del
término folklore (con K) aunque ahora se acepta (por ej. el Diccionario de la Real Academia), su uso
con C. Cada autor elige el modo de expresarse y asi lo respetamos, aunque reservamos su ajuste
cuando eventualmente se refieran a la Institución o sus productos, en cuyo caso mantenemos la
grafia propia.
Cuando aparecen subrayados en ciertos textos nombres propios, corresponden en general a las
fotografías que ilustran dichos textos.
Noticia importante:
Nos han consultado varios amigos sobre la posibilidad de incorporar escritos o notas para “El
Pregón Criollo”, que sale todos los meses. Desde luego aceptamos (esperamos) tanto sugerencias
como correos (con críticas o elogios), así como notas y noticias para publicación. Pueden ser
enviadas a estos correos:
de la Academia: info@academianacionaldelfolklore.org
del editor: carlos@molinero.com.ar
Sugerimos, eso sí, que las eventuales notas sean breves, como es el estilo de este periódico digital
que ustedes pueden apreciar. Y las noticias, que sean de la fecha del próximo “Pregón Criollo”,
para no mantener demasiado archivos “a futuro”. Los esperamos.