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Ensayo Constitucional

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INCORPORADO A LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA.

RVOE 20120206 DE FECHA 15 DE JUNIO 2012.

CHARLES LOUIS DE SECONDANT, BARÓN DE MONTESQUIEU.


SU OBRA EL “ESPÍRITU DE LAS LEYES “

ENSAYO PARA APROBAR LA EXPERIENCIA EDUCATIVA DE DERECHO


CONSTITUCIONAL.
PRIMER PARCIAL.

PRESENTA. MARISOL MARTÍNEZ JUÁREZ.

DOCENTE.
DRA. GUADALUPE ALFARO JUÁREZ.

CIUDAD DE MÉXICO A 22 DE JULIO DE 2024.


INTRODUCCIÓN.
En el mundo de la filosofía política, pocas obras han tenido un impacto tan duradero y
significativo como “El espíritu de las leyes” de Charles-Louis de Secondat, barón de La
Brède y Montesquieu. Publicada por primera vez en 1748, esta obra maestra ha sido un
faro de conocimiento e inspiración para generaciones de pensadores, políticos y
estudiosos. Montesquieu, un ilustrado francés del siglo XVIII, se destacó no solo por su
erudición y agudeza intelectual, sino también por su profunda comprensión de las
complejidades de la política y la sociedad. En “El espíritu de las leyes”, Montesquieu se
embarca en un ambicioso proyecto: analizar las diversas formas de gobierno, las leyes
que las rigen y las condiciones que favorecen su estabilidad o su decadencia. A través
de un enfoque comparativo y científico, Montesquieu desentraña los principios
fundamentales que subyacen a la organización política, identificando la separación de
poderes como uno de los pilares esenciales para prevenir el abuso de autoridad y
garantizar la libertad individual. La influencia de Montesquieu en la filosofía política
moderna es innegable. Sus ideas sentaron las bases para la teoría constitucional y el
concepto de Estado de derecho, moldeando las constituciones de numerosos países y
sirviendo de guía para la creación de sistemas políticos más justos y equitativos. A
través de su obra, Montesquieu nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana, el
poder político y la importancia de establecer controles y equilibrios que preserven la
libertad y la justicia. En este ensayo, exploraremos la relevancia continua de “El espíritu
de las leyes” en el mundo contemporáneo, analizando su legado intelectual y su
impacto en la teoría política. A través de un análisis detallado de las ideas de
Montesquieu, buscaremos comprender cómo sus enseñanzas pueden iluminar los
desafíos políticos y sociales de nuestro tiempo, y cómo su visión visionaria sigue
resonando en la búsqueda de sociedades más libres, equitativas y democráticas. Para
comprender plenamente la obra de Montesquieu, es crucial situarla en el contexto
histórico y filosófico de su época. Nacido en 1689 en una familia noble de la región de
Burdeos, Montesquieu creció en un entorno de privilegio y educación. Sin embargo, su
curiosidad intelectual y su espíritu inquisitivo lo llevaron a cuestionar las estructuras de
poder existentes y a explorar nuevas formas de organización política basadas en la
razón y la justicia. La obra más célebre de Montesquieu, “El espíritu de las leyes”,
refleja su profundo compromiso con la razón y la observación empírica. A lo largo de
sus páginas, Montesquieu despliega un análisis minucioso de las diferentes formas de
gobierno, desde las monarquías hasta las repúblicas, examinando las leyes,
costumbres e instituciones que las sustentan. Su enfoque comparativo y su afán por
descubrir las regularidades en el funcionamiento de los sistemas políticos en que lo
convierten. Es precursor de la Sociología, y la concepción sociología de las leyes y las
formas de gobierno, a los ojos de sus pares su obra no era afortunada.

DESARROLLO.

Charles-Louis de Secondat nació el 18 de enero de 1689 en el castillo de La Brède,


próximo a Burdeos. Su familia, perteneciente a la antigua nobleza de la Guyena, hacía
apenas dos generaciones que se había incorporado a la nobleza de toga, la nobleza de
robe; ésta era llamada así́ por prosperar en el desempeñó de las magistraturas
públicas, que entonces se compraban y vendían. Al ejercicio de las leyes se encaminó
su formación, estudiando Derecho en la Universidad de Burdeos, y en 1714, tras la
muerte de su padre, fue designado consejero del Parlamento de esta ciudad. Dos años
después heredaba del barón de Montesquieu, su tío, este título y una de las
presidencias del citado Parlamento.

PENSAMIENTO POLÍTICO DE MONTESQUIEU.

En 1721 publicó en Ámsterdam, de forma anónima, las Cartas Persas, un retrato


satírico de la sociedad europea a través de los ojos de dos viajeros orientales, que
supuso su inmediato triunfo en el mundo de las letras. Los salones de Paris le abrieron
sus puertas, y allí́ residió́ durante un tiempo hasta que, tras ingresar en la Academia
Francesa y vender en 1728 la presidencia del Parlamento, un cargo burocrático poco
compatible con su curiosidad e intereses, emprendió́ un largo viaje por Europa. Recorrió́
Austria, Italia, Suiza, Holanda y, en especial, Inglaterra, estudiando las instituciones y
tradiciones políticas de los distintos países, esfuerzo que alimentó su reflexión posterior.

“En 1731, de nuevo en Francia, se instaló en La Brède, donde escribió sus dos obras
mayores. La primera, Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia
de los romanos, vio la luz en 1734. Cuando ya se habían sucedido siete ediciones de la
misma apareció, en 1748, El espíritu de las leyes, que conoció un éxito fulminante, con
1
más de veinte ediciones en dos años”. Su pensamiento político, plasmado en obras
como “El espíritu de las leyes”, se caracteriza por su defensa de la libertad, la
separación de poderes y la importancia de adaptar las instituciones políticas a las
circunstancias concretas de cada sociedad. Uno de los conceptos fundamentales en el
pensamiento político de Montesquieu es la separación de poderes. Para él, la división
del poder en legislativo, ejecutivo y judicial era esencial para evitar la tiranía y proteger
la libertad de los ciudadanos. Esta idea, que se basa en la noción de que el poder
corrompe y de que es necesario limitar su ejercicio mediante controles y equilibrios,
tuvo una influencia duradera en la teoría política moderna. Montesquieu también
destacó la importancia de adaptar las instituciones políticas a las circunstancias
particulares de cada sociedad. En su obra, sostuvo que las leyes y las formas de
gobierno deben reflejar las costumbres, la geografía y el clima de un país, ya que cada
nación tiene sus propias necesidades y peculiaridades que deben ser tenidas en cuenta
a la hora de diseñar su sistema político. Además, Montesquieu fue un crítico del
despotismo y de cualquier forma de gobierno que no respetara los derechos y las
libertades de los ciudadanos. Abogó por un gobierno limitado, en el que las leyes fueran
claras, estables y aplicables por igual a todos los individuos. Su defensa de la libertad
individual y de un sistema de pesos y contrapesos ha sido fundamental para el
desarrollo de las democracias liberales modernas.

LAS FORMAS DE GOBIERNO SEGÚN MONTESQUIEU.


Montesquieu identifica tres formas básicas de gobierno: la monarquía, la república y el
despotismo, cada una con sus propias ventajas. La república, por otro lado, es una
forma de gobierno en la que el poder reside en el pueblo, ya sea directamente o a
través de representantes elegidos. Montesquieu considera que la república es la forma
de gobierno más adecuada para preservar la libertad, ya que implica la participación de
los ciudadanos en la toma de decisiones políticas y promueve la rendición de cuentas
de los gobernantes. Sin embargo, advierte que las repúblicas pueden ser inestables si

1
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/montesquieu-el-filosofo-ilustrado-que-desarrollo-la-teoria-de-la-separacion-de-
poderes_18901 “En 1731, de nuevo en Francia, se instaló en La Brède, donde escribió sus dos obras mayores. La primera,
Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos, vio la luz en 1734. Cuando ya se habían sucedido
siete ediciones de la misma apareció, en 1748, El espíritu de las leyes, que conoció un éxito fulminante, con más de veinte
ediciones en dos años”.
no se respetan los principios de equilibrio de poderes y de respeto a las leyes. La
monarquía es una forma de gobierno en la que el poder está concentrado en manos de
un monarca, quien ejerce el poder ejecutivo y, en algunos casos, también el legislativo.
Montesquieu reconoce que la monarquía puede ser beneficiosa cuando el monarca
gobierna con sabiduría y moderación, ya que puede garantizar la estabilidad y la
cohesión social. Sin embargo, advierte que si el monarca abusa de su poder, la
monarquía puede degenerar en despotismo. Por último, el despotismo es una forma de
gobierno en la que el poder está concentrado en manos de un solo individuo que ejerce
un control absoluto sobre la sociedad. Montesquieu considera que el despotismo es la
forma de gobierno más peligrosa, ya que implica la supresión de las libertades
individuales y la arbitrariedad en el ejercicio del poder. Advierte que el despotismo
conduce inevitablemente a la opresión y a la tiranía, bajo un despotismo un solo
hombre, sin ley ni reglamento, impulsa todo según su voluntad, cuando en una
república todo el pueblo posee el poder soberano, es una democracia. Cuando este
poder está en manos de solo una parte del pueblo, es una aristocracia. En una
democracia, el pueblo, en ciertos aspectos, es el monarca; en otros, son el sujeto. No
puede reinar sino por sus votos, por lo que las leyes que establecen el derecho al voto
son fundamentales en esta forma de gobierno. Un pueblo que posea un poder soberano
debe hacer todo lo que pueda hacer bien; lo que no puede hacer bien debe dejarlo a
sus ministros. Sin embargo, sus ministros no son los suyos a menos que los designe;
Por lo tanto, es un principio fundamental de este gobierno que el pueblo debe nombrar
a sus ministros. Hay dos excesos que una democracia debe evitar: el espíritu de
desigualdad, que conduce a una aristocracia o un gobierno de un solo hombre; y el
espíritu de excesiva igualdad, que acaba en despotismo. En su obra, Montesquieu no
solo analiza estas formas de gobierno, sino que también examina las condiciones que
pueden favorecer o inhibir su desarrollo. Destaca la importancia de la separación de
poderes y de un sistema de controles y equilibrios para prevenir el abuso de poder y
garantizar la libertad de los ciudadanos. En su obra hace una reflexión profunda sobre
las formas de gobierno y sus implicaciones para la libertad y la estabilidad política. Su
análisis de la monarquía, la república y el despotismo sigue siendo relevante en la
actualidad y ofrece valiosas lecciones para la teoría política contemporánea.
Montesquieu, en efecto, no considera la intervención de la providencia como motor del
cambio histórico, sino que busca las causas de este en la propia sociedad romana. Si
su grandeza radicó en las instituciones y las virtudes republicanas, su decadencia
provino entre otros motivos de una expansión tan colosal como rápida, que dio el poder
a los jefes militares abriendo con ello paso al Imperio, régimen que supuso el fin de las
antiguas libertades”.2 Esta aproximación de Montesquieu al estudio del pasado, sumada
a sus conocimientos de derecho, de historia antigua y medieval y de las instituciones
políticas, en especial de las inglesas gran propietario de viñedos, exportaba sus caldos
a Inglaterra y Holanda, se halla en la base de El espíritu de las leyes. La obra marca el
nacimiento de la sociología política, con la investigación de los fundamentos de las
formas de gobierno de las que Montesquieu distingue tres: la monárquica, sustentada
en el honor; la republicana, asentada en la virtud; y la despótica, que descansa en el
temor, las cuales dependen, en su opinión, de factores como las tradiciones culturales,
la economía, la geografía o el clima. Tras analizar estas tres principales formas de
gobierno monarquía, república y despotismo, Montesquieu concluye en El espíritu de
las leyes que la separación de poderes es imprescindible para garantizar tanto el
equilibrio entre los mismos como los derechos y las libertades de las personas. De ahí
que se le conozca como “el padre de la división de poderes”.

En “El espíritu de las leyes”, Montesquieu aborda una amplia gama de temas
relacionados con la política, la sociedad y la ley. Algunos de los temas principales que
se tratan en esta obra son los siguientes:

1. Separación de poderes: Montesquieu defendió la idea de dividir el poder político


en diferentes ramas, como el poder legislativo, ejecutivo y judicial, para evitar la
concentración de poder y garantizar un sistema de equilibrio y control mutuo.
2. Formas de gobierno: El autor analiza y compara diferentes formas de gobierno,
como la monarquía, la república y el despotismo, examinando sus ventajas y
desventajas, así como las condiciones necesarias para su funcionamiento
adecuado.
2
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/montesquieu-el-filosofo-ilustrado-que-desarrollo-la-teoria-de-la-separacion-de-
poderes_18901 “Montesquieu, en efecto, no considera la intervención de la providencia como motor del cambio histórico, sino que
busca las causas de este en la propia sociedad romana. Si su grandeza radicó en las instituciones y las virtudes republicanas, su
decadencia provino (entre otros motivos) de una expansión tan colosal como rápida, que dio el poder a los jefes militares abriendo
con ello paso al Imperio, régimen que supuso el fin de las antiguas libertades”
3. Derecho y justicia: Montesquieu explora la relación entre las leyes y la justicia,
argumentando que las leyes deben ser claras, consistentes y aplicadas de
manera imparcial para garantizar la protección de los derechos individuales y la
estabilidad social.
4. Clima y geografía: El autor introduce la idea de que el clima y la geografía
pueden influir en la forma de gobierno y en el carácter de las sociedades,
argumentando que diferentes condiciones ambientales pueden dar lugar a
diferentes formas de organización política.
5. Sociedad y costumbres: Montesquieu examina las costumbres, tradiciones y
características de diferentes sociedades y cómo influyen en su gobierno y leyes.
También discute la importancia de la educación y la moral en la formación de
ciudadanos virtuosos.

LA DIVISIÓN DE PODERES SEGÚN MONTESQUIEU.

“El espíritu de las leyes” introdujo la idea de la separación de poderes como un principio
fundamental para prevenir el abuso de poder y proteger la libertad individual.
Montesquieu propuso dividir el poder del Estado en tres ramas distintas: el poder
legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial, con funciones y responsabilidades
claramente definidas.

El poder legislativo es aquel encargado de la creación de las leyes. Montesquieu


argumentaba que este poder debía residir en una asamblea representativa del pueblo,
para garantizar que las leyes emanaran del consentimiento de los gobernados y
reflejaran sus intereses y valores. La separación del poder legislativo de los otros
poderes era crucial para evitar la concentración excesiva de poder en manos de una
sola persona o grupo.

El poder ejecutivo, por su parte, tiene la responsabilidad de aplicar y ejecutar las leyes
establecidas por el poder legislativo. Montesquieu señalaba que este poder debía ser
ejercido por una figura o un cuerpo distinto al legislativo, con el fin de evitar que la
misma autoridad que crea las leyes también las aplique, lo que podría conducir a la
tiranía y al abuso de poder.
Finalmente, el poder judicial es el encargado de interpretar y aplicar las leyes en los
casos concretos que se presentan ante los tribunales. Montesquieu sostenía que este
poder debía ser independiente tanto del legislativo como del ejecutivo, para garantizar
que las leyes se apliquen de manera imparcial y justa, protegiendo así los derechos de
los ciudadanos frente a posibles arbitrariedades del Estado.

La separación de poderes propuesta por Montesquieu tiene como objetivo principal


evitar la concentración excesiva de poder en una sola institución o persona, y garantizar
que cada uno de los poderes actúe como un contrapeso a los otros, en un sistema de
controles y equilibrios. Esta división de poderes se ha convertido en un principio
fundamental de la teoría política moderna y ha sido incorporada en numerosas
constituciones alrededor del mundo. La división de los poderes según Montesquieu es
un principio esencial para la protección de la libertad y la prevención del abuso de poder
en un Estado. Su propuesta de separar el poder legislativo, ejecutivo y judicial ha
influido de manera significativa en el desarrollo de las democracias modernas y sigue
siendo un referente fundamental en la teoría política contemporánea.

LA SEPARACIÓN DE PODERES ANTE EL ABSOLUTISMO MONARQUÍCO.

“El sistema político imperante entonces era el absolutismo. Un rey, Luis XV, mandaba
en todo y todos, incluyendo en su Justicia. Porque era del monarca y se aplicaba de
forma arbitraria, dando a los jueces un amplio margen de interpretación de sus leyes.
Las ideas de Montesquieu rompieron con todo. Propuso una nueva división de poderes
del Estado. Concretamente en tres partes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial”. 3 En la
Europa del Antiguo Régimen, el absolutismo monárquico era una forma de gobierno
caracterizada por la concentración de todo el poder en manos del monarca, quien
gobernaba de manera absoluta y sin limitaciones. Esta concepción del poder planteaba
un desafío a la idea de la separación de poderes promovida por Montesquieu en su
obra “El espíritu de las leyes”. El absolutismo monárquico se fundamentaba en la idea
del “derecho divino de los reyes”, según el cual el monarca gobernaba con autoridad
otorgada por Dios y no estaba sujeto a controles o limitaciones terrenales. En este
3
https://confilegal.com/20180826-quien-montesquieu-padre-del-invento-la-division-poderes/ “El sistema político imperante entonces
era el absolutismo. Un rey, Luis XV, mandaba en todo y todos, incluyendo en su Justicia. Porque era del monarca y se aplicaba de
forma arbitraria, dando a los jueces un amplio margen de interpretación de sus leyes. Las ideas de Montesquieu rompieron con
todo. Propuso una nueva división de poderes del Estado. Concretamente en tres partes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial”.
contexto, el monarca concentraba en su persona el poder legislativo, ejecutivo y judicial,
lo que le permitía tomar decisiones de manera unilateral y sin rendir cuentas a ningún
otro poder. Montesquieu, por su parte, cuestionó esta concentración absoluta de poder
y propuso la separación de los poderes como un principio esencial para prevenir el
abuso de autoridad y proteger la libertad de los ciudadanos. Para Montesquieu, la
división del poder en tres ramas independientes -legislativa, ejecutiva y judicial- era
fundamental para garantizar que ningún individuo o grupo pudiera ejercer un control
absoluto sobre el Estado. En contraposición al absolutismo monárquico, Montesquieu
defendía la idea de que la separación de poderes era necesaria para mantener el
equilibrio y la armonía en el gobierno, evitando así la tiranía y la opresión. Al separar las
funciones legislativa, ejecutiva y judicial en distintas instancias, se establecía un sistema
de controles y equilibrios que limitaba el poder de cada rama y aseguraba la protección
de los derechos individuales. La influencia de Montesquieu en la teoría política fue
significativa, ya que su propuesta de separación de poderes se convirtió en un principio
fundamental de las democracias modernas. A través de la división de poderes, se
buscaba garantizar la libertad, la justicia y la estabilidad política, en contraposición a la
concentración absoluta de poder que caracterizaba al absolutismo Monárquico. En
conclusión, la separación de poderes propuesta por Montesquieu representó una
ruptura con el modelo de gobierno absolutista que predominaba en la Europa de su
época. Su defensa de un sistema de controles y equilibrios ha dejado un legado
perdurable en la teoría política y ha contribuido a la consolidación de regímenes
democráticos basados en el respeto a la ley y a los derechos individuales.

SOBERANÍA NACIONAL Y SEPARACIÓN DE PODERES VAN DE LA MANO.

La teoría de la separación de poderes fue tratada por diversos pensadores del siglo
XVIII, como el estadounidense Alexander Hamilton, el enciclopedista francés Jean
Jacques Rousseau, y el británico John Locke, quien, anticipándose a nuestro
protagonista, describió antes la separación del poder legislativo y el ejecutivo y el hecho
de que la autoridad del Estado debía sostenerse sobre los principios de soberanía
popular y legalidad, pero su formulación práctica fue obra de Montesquieu. Otro de los
principios de la Ilustración y del liberalismo político del siglo XVIII que defiende
Montesquieu es la soberanía nacional, que requiere la prohibición del mandato
imperativo, algo que Montesquieu refleja en su obra. “En el mandato imperativo, los
representantes electos sólo representan a los votantes que les han elegido, un requisito
de la democracia directa que propone Rousseau en su Contrato Social, enfrentada a la
4
democracia representativa” En cambio, para que el poder resida realmente en la
nación o en el pueblo, que por aquel entonces equivalía a decir varón propietario de un
patrimonio propio, evidenciado en el voto por sufragio censitario los políticos, una vez
elegidos, pasan a representar al conjunto de los ciudadanos. Esto es lo que se conoce
como mandato representativo, requisito para que exista soberanía nacional a ojos de
Montesquieu.

LA INFLUENCIA DE MONTESQUIEU EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTADOS


MODERNOS.

Sus ideas tuvieron una influencia decisiva en la gestación y formación del sistema
político democrático de los Estados Unidos y, posteriormente, en la Revolución
Francesa. Unas ideas que hoy compartimos y aplicamos diariamente en un sistema
democrático al servicio del pueblo para el pueblo y por el pueblo. Como ven, las ideas
de Montesquieu jamás han tenido tan buena salud como en nuestro tiempo, por mucho
que algunos digan que ha muerto. Aunque algunos años atrás el entonces
vicepresidente del Gobierno de Felipe González, Alfonso Guerra, declaró en la cumbre
de su poder que, Montesquieu había muerto. Aquello produjo un gran revuelo entre los
que sabían quién era Montesquieu. Y no fue porque el susodicho hubiera fallecido de
repente, que no era el caso, porque Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y
Barón de Montesquieu, ciudadano francés, nos había abandonado 250 años atrás, en
1755.

4
https://confilegal.com/20180826-quien-montesquieu-padre-del-invento-la-division-poderes/ “En el mandato imperativo, los
representantes electos sólo representan a los votantes que les han elegido, un requisito de la democracia directa que propone
Rousseau en su Contrato Social, enfrentada a la democracia representativa”
“No, lo dijo porque quería significar que el sistema de separación de poderes, del que
era creador Montesquieu, adoptado hoy por todas las democracias occidentales, había
muerto. El francés, como se suele decir, es hoy un muerto muy vivo”.5

La influencia de Montesquieu en la formación de los estados modernos se evidencia en


la adopción de la separación de poderes como principio fundamental en numerosas
constituciones alrededor del mundo. Países como Estados Unidos, con su Constitución
de 1787, y Francia, con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de
1789, incorporaron los principios montesquianos en sus textos constitucionales,
sentando las bases para la organización de sus sistemas políticos. Además,
Montesquieu contribuyó al desarrollo del federalismo, un sistema de gobierno en el cual
el poder se divide entre un gobierno central y entidades subnacionales, como estados o
provincias. Esta forma de organización política, presente en países como Estados
Unidos, Alemania o Australia, refleja la preocupación de Montesquieu por evitar la
concentración excesiva de poder en una sola autoridad y por promover la participación
ciudadana a nivel local.

La influencia de Montesquieu en la formación de los estados modernos es innegable.


Su defensa de la separación de poderes y su visión de un gobierno limitado han
permeado en las estructuras políticas de numerosos países, contribuyendo a la
consolidación de sistemas democráticos y al resguardo de las libertades individuales.
Montesquieu, a través de su legado intelectual, continúa siendo una figura relevante en
la historia del pensamiento político y en la configuración de los estados
contemporáneos.

CONDENADO POR LA SORBONA.

Aunque no publicó con su nombre las dos obras citadas para evitar problemas con la
Corona y con la Iglesia, El espíritu de las leyes fue condenado por la Sorbona y en 1752
Roma lo incluyó en el Índice de libros prohibidos. Tres años después, el 10 de febrero
de 1755, casi ciego al cabo de una vida dedicada a la lectura y la escritura,
Montesquieu fallecía en París.
5
https://confilegal.com/20180826-quien-montesquieu-padre-del-invento-la-division-poderes/ “No, lo dijo porque quería significar que
el sistema de separación de poderes, del que era creador Montesquieu, adoptado hoy por todas las democracias occidentales,
había muerto. El francés, como se suele decir, es hoy un muerto muy vivo”.
CONCLUSIÓN.

En un mundo en constante evolución, la figura de Montesquieu y su obra “El espíritu de


las leyes” continúan siendo relevantes y actuales en la configuración de los estados
modernos y en la promoción de sistemas políticos basados en la libertad, la justicia y la
separación de poderes. La influencia de Montesquieu en la historia política ha sido
profunda y duradera, y su legado intelectual sigue siendo una fuente de inspiración para
la reflexión y la acción en la actualidad. La defensa de Montesquieu de la separación de
poderes como un mecanismo crucial para evitar la tiranía y garantizar la libertad
individual ha dejado una marca indeleble en la teoría política moderna. La división de
poderes en poder legislativo, ejecutivo y judicial, con sus respectivas funciones y
responsabilidades claramente definidas, ha sido adoptada por numerosos países
alrededor del mundo como un principio fundamental en la organización de sus sistemas
políticos y en la protección de los derechos de sus ciudadanos. Además, la
preocupación de Montesquieu por la limitación del poder estatal y la promoción de la
participación ciudadana se refleja en la importancia que se le otorga a la transparencia,
la rendición de cuentas y la democracia en las sociedades contemporáneas. Sus ideas
han contribuido a la consolidación de regímenes democráticos y al fortalecimiento de
las instituciones encargadas de garantizar el respeto a la ley y la protección de los
derechos fundamentales de los individuos. En un contexto global caracterizado por
desafíos políticos, sociales y económicos, la obra de Montesquieu nos invita a
reflexionar sobre la importancia de mantener vivos los principios de libertad, justicia y
equidad en la esfera pública. Su legado intelectual nos recuerda que la participación
activa de los ciudadanos en la defensa de sus derechos y en la vigilancia del ejercicio
del poder es esencial para la preservación de la democracia y el Estado de derecho. La
influencia de Montesquieu en la formación de los estados modernos es innegable, y su
legado perdura como una fuente de inspiración y guía para aquellos que buscan
construir sociedades más justas, igualitarias y respetuosas de la dignidad humana. En
un mundo marcado por la diversidad y la complejidad, las ideas de Montesquieu nos
recuerdan que la defensa de la libertad y la democracia es un compromiso colectivo
que requiere el compromiso activo y la participación informada de todos los ciudadanos.
FICHAS BIBLIOGRAFÍCAS.

1. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/montesquieu-el-filosofo-ilustrado-
que-desarrollo-la-teoria-de-la-separacion-de-poderes_18901 “En 1731, de nuevo
en Francia, se instaló en La Brède, donde escribió sus dos obras mayores. La
primera, Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los
romanos, vio la luz en 1734. Cuando ya se habían sucedido siete ediciones de la
misma apareció, en 1748, El espíritu de las leyes, que conoció un éxito
fulminante, con más de veinte ediciones en dos años”.
2. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/montesquieu-el-filosofo-ilustrado-
que-desarrollo-la-teoria-de-la-separacion-de-poderes_18901 “Montesquieu, en
efecto, no considera la intervención de la providencia como motor del cambio
histórico, sino que busca las causas de este en la propia sociedad romana. Si su
grandeza radicó en las instituciones y las virtudes republicanas, su decadencia
provino (entre otros motivos) de una expansión tan colosal como rápida, que dio
el poder a los jefes militares abriendo con ello paso al Imperio, régimen que
supuso el fin de las antiguas libertades”
3. https://confilegal.com/20180826-quien-montesquieu-padre-del-invento-la-
division-poderes/ “El sistema político imperante entonces era el absolutismo. Un
rey, Luis XV, mandaba en todo y todos, incluyendo en su Justicia. Porque era del
monarca y se aplicaba de forma arbitraria, dando a los jueces un amplio margen
de interpretación de sus leyes. Las ideas de Montesquieu rompieron con todo.
Propuso una nueva división de poderes del Estado. Concretamente en tres
partes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial”.
4. https://confilegal.com/20180826-quien-montesquieu-padre-del-invento-la-
division-poderes/ “En el mandato imperativo, los representantes electos sólo
representan a los votantes que les han elegido, un requisito de la democracia
directa que propone Rousseau en su Contrato Social, enfrentada a la
democracia representativa”
5. https://confilegal.com/20180826-quien-montesquieu-padre-del-invento-la-
division-poderes/ “No, lo dijo porque quería significar que el sistema de
separación de poderes, del que era creador Montesquieu, adoptado hoy por
todas las democracias occidentales, había muerto. El francés, como se suele
decir, es hoy un muerto muy vivo”.

FUENTES DE INFORMACIÓN

1. Perfiles de las Ciencias Sociales. Año 1. Nº 2. Enero. Junio 2014,. México.


Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. MONTESQUIEU Y LA SEPARACIÓN
DEL PODER EN AMÉRICA LATINA.
2. Revista Ciencia Política. Vil. 31. Número. 1. 2011. PP. 47-61. Pontificia
Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile. TEORÍA DE LA
DISTRIBUCIÓN SOCIAL DEL PODER.
3. Biblioteca Jurídica Virtual Del Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM.
MONTESQUIEU EN AMÉRICA.

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