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Lab 13

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE INGENIERÍA QUÍMICA

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA AMBIENTAL

PRÁCTICA DE LABORATORIO:

MODELO DE EXTRACCIÓN DE PECTINA A PARTIR DE RESIDUOS DE


FRUTAS.

AUTOR:

DE LA CRUZ BARBOZA MATÍAS MANUEL

EXPERIENCIA CURRICULAR

BIOQUÍMICA AMBIENTAL

CICLO-SECCIÓN:

V-B

DOCENTE COORDINADOR:

CINTHYA LISSETT ASPAJO VILLALAZ

DOCENTE DE PRÁCTICA:

ESPINOZA RAMIREZ JESSICA

TRUJILLO – PERÚ

2024
INTRODUCCIÓN

Los residuos de frutas son una fuente potencialmente valiosa de pectina, un polisacárido
con diversas aplicaciones en la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética. La pectina
se encuentra principalmente en las paredes celulares de las frutas, y su extracción se
realiza comúnmente mediante procesos de hidrólisis ácida (Contreras, 1997).

Este método aprovecha la capacidad del ácido para descomponer las estructuras celulares
y liberar la pectina, permitiendo su posterior aislamiento y purificación. En esta práctica,
se ha implementado un proceso de extracción de pectina a partir de residuos de frutas
utilizando hidrólisis ácida, con el objetivo de evaluar la eficiencia del proceso y la calidad
del producto obtenido. Se espera que esta metodología no solo maximice la recuperación
de pectina sino que también promueva un enfoque sostenible para el manejo de residuos
agroindustriales. (Cerón, 2011)

La hidrólisis ácida es un método utilizado para extraer pectina a partir de residuos de


frutas, que se basa en la descomposición de los polisacáridos presentes en las paredes
celulares de las frutas mediante la acción de un ácido. Este proceso es especialmente
efectivo en la extracción de pectina de cáscaras y pulpas de frutas (Zegada, s. f.).

OBJETIVO:

Extraer la pectina a partir de residuos de frutas, empleando un proceso de extracción


convencional por hidrólisis ácida.

MATERIALES

1. Material biológico:

Residuos de frutas

2. Material y equipo de laboratorio:

Vasos de precipitación o frascos de vidrio o plástico transparentes, 500 y 1000 mL.


Cuchillo, tabla de picar.
Balanza mecánica y balanza analítica digital.
pH-metro o tiras indicadoras de pH.
Cocina eléctrica.
Termómetro de mercurio, hasta 120°C.
Colador de plástico.
Tela lienzo o gasa.
Centrífuga.
Estufa.
Placas Petri.
3. Reactivos y soluciones:

Ácido clorhídrico concentrado o 5 N.


Agua corriente de caño.
Alcohol etílico (etanol) 96%.

PROCEDIMIENTO

El proceso comienza con la selección cuidadosa de los frutos en buen estado,


asegurándose de que no presenten lesiones que puedan comprometer la calidad
del producto final. Una vez seleccionados, los frutos se lavan con agua corriente
para eliminar cualquier suciedad o impurezas superficiales.

Posteriormente, se procede a la preparación del material vegetal, retirando las


cáscaras de los frutos y cortándolas en partes pequeñas, facilitando así los procesos
subsecuentes de inactivación enzimática y extracción de la pectina. La
inactivación enzimática se realiza colocando 100 gramos de la muestra preparada
en una olla junto con 200 mililitros de agua corriente. Esta mezcla se somete a un
tratamiento térmico a 100°C durante 20 minutos, con el fin de desactivar cualquier
enzima que pueda degradar la pectina durante la extracción.

A continuación, la mezcla es licuada y filtrada utilizando una tela de filtración


(tela nansú), separando así la materia sólida del líquido. El sólido resultante se
somete a un proceso de hidrólisis ácida, donde se coloca en una olla con agua
acidulada a un pH menor o igual a 2, en una proporción de 1:3. Esta mezcla se
trata térmicamente a una temperatura entre 80 y 90°C durante 60 minutos, lo que
facilita la liberación de la pectina de las paredes celulares.
Después de la hidrólisis, la mezcla se filtra nuevamente para eliminar cualquier
residuo sólido, recolectando el sobrenadante que contiene la pectina disuelta. Para
precipitar la pectina, se añade alcohol etílico al 96% en una proporción de 1:2 a la
solución de la hidrólisis ácida. Este proceso de adición se realiza lentamente y con
agitación constante, permitiendo que la pectina se separe y pueda ser recolectada
mediante filtración con la tela nansú.

Finalmente, la pectina obtenida se seca a una temperatura de 60°C durante 12


horas, obteniendo así el producto final en una forma sólida y lista para su
caracterización o aplicación en diferentes contextos industriales. Este
procedimiento no solo ilustra un método eficiente de extracción de pectina, sino
que también ofrece una manera sostenible de utilizar residuos de frutas,
contribuyendo a la reducción de desperdicios y al aprovechamiento integral de los
recursos naturales.

RESULTADOS

Después de seguir el procedimiento descrito en la práctica, se obtuvieron los siguientes


resultados, desde un ámbito general se puede observar que se ha extraído una buena
cantidad de pectina.

Tabla 1. Cantidad de pectina extraída

Componentes Peso del material (gr)

Cáscara de mandarina (ver


200,000
ANEXO 1)

Pectina húmeda (ver ANEXO 2) 12,614

DISCUSIÓN

Al comparar los resultados obtenidos en el análisis detallado de la extracción de pectina


con los datos generales proporcionados en la práctica, se observan varias diferencias y
similitudes significativas.

En el análisis detallado, se llevó a cabo una caracterización meticulosa de la materia


prima, especificando un contenido de humedad del 83,35% en los residuos de naranja.
Además, se determinó que el porcentaje de pectina obtenido de la materia prima pre-
tratada fue del 41,8%, lo que, ajustado por la humedad, da un porcentaje en base húmeda
de 7,73%. Esto sugiere que, aunque la materia prima contenía una cantidad razonable de
pectina, la cantidad extraíble en condiciones específicas era relativamente modesta, lo que
refleja una eficiencia moderada del proceso.

Por otro lado, los resultados generales indicaron la extracción de 12,614 gramos de
pectina húmeda a partir de 200 gramos de cáscara de mandarina, lo que implica un
rendimiento del 6,31% de pectina en base húmeda. Este valor, aunque más bajo que el
porcentaje de pectina calculado en el análisis detallado (7,73%), sigue siendo
considerable y muestra que el proceso ha sido efectivo en extraer una cantidad útil de
pectina.

Las diferencias en los rendimientos pueden atribuirse a varios factores, como las
condiciones específicas de extracción (pH, temperatura, tiempo, método de secado), el
tipo de fruta utilizada (mandarina frente a naranja), y la precisión en la separación de la
pectina de otras impurezas. Además, en el análisis detallado, se utilizó un enfoque más
riguroso para evaluar las variables de proceso, como el efecto del pH y el porcentaje de
metoxilos, lo que permitió una caracterización más completa de la pectina obtenida
(Zegada, 2015).

En términos de calidad, el análisis detallado también reveló que la pectina extraída


presentaba un contenido de ácido galacturónico inferior al estándar comercial, sugiriendo
la presencia de impurezas. Esto no fue discutido en los resultados generales, pero es un
aspecto crucial para evaluar la pureza y, por ende, la aplicabilidad de la pectina obtenida
(Contreras, 1997).

Aunque ambos conjuntos de resultados indican que se logró extraer pectina de manera
efectiva, el análisis detallado proporciona una visión más completa y matizada,
especialmente en cuanto a la calidad del producto y la influencia de las condiciones de
proceso. El resultado general sugiere un rendimiento efectivo en términos de cantidad,
mientras que el análisis detallado enfatiza la importancia de optimizar las variables de
proceso para mejorar tanto la cantidad y la calidad de la pectina obtenida. (Zegada, 2015).
CONCLUSIÓNES

El proceso de extracción de pectina mediante hidrólisis ácida a partir de residuos de frutas


resultó ser efectivo, logrando un rendimiento considerable en la cantidad de pectina
obtenida. Sin embargo, se observó que la eficiencia del proceso y la calidad del producto
final dependen en gran medida de las condiciones de extracción, tales como pH,
temperatura, y tiempo de reacción. Los análisis detallados sugieren que, aunque el proceso
utilizado es adecuado para la obtención de pectina, existen oportunidades de optimización
para mejorar tanto el rendimiento como la pureza del producto.

En particular, es necesario prestar atención a la minimización de impurezas, como los


bajos niveles de ácido galacturónico observados, que pueden afectar la aplicabilidad
industrial de la pectina obtenida. En general, este experimento no solo subraya la
viabilidad del uso de residuos de frutas como fuente de pectina, sino que también destaca
la importancia de un control riguroso de las variables de proceso para obtener un producto
de alta calidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Cerón-Salazar, I., & Cardona-Alzate, C. (2011). Evaluación del proceso integral


para la obtención de aceite esencial y pectina a partir de cáscara de naranja. Ingeniería y
ciencia, 7(13), 65-86.

Contreras Esquivel, J., Hours, R., Aguilar, C., Reyes Vega, M., & Romero, J.
(1997). Revisión: Extracción microbiológica y enzimática de pectina. Arch. latinoam.
nutr, 208-16.

Zegada Franco, Vanesa Y.. (2015). EXTRACCIÓN DE PECTINA DE


RESIDUOS DE CÁSCARA DE NARANJA POR HIDRÓLISIS ÁCIDA ASISTIDA
POR MICROONDAS (HMO). Investigación & Desarrollo, 1(15), 65-76. Recuperado en
08 de agosto de 2024, de
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2518-
44312015000100007&lng=es&tlng=es.
ANEXOS

Figura 1. Cáscara de mandarina trozada

Figura 2. Pectina en la balanza

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