ADÁN Quién Es Él
ADÁN Quién Es Él
ADÁN Quién Es Él
ADÁN
¿Quién es Él?
por Mark E. Petersen
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CONTENIDO
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TEMA DE DEBATE
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Algunos eruditos judíos también se han unido al desfile
diciendo que los relatos bíblicos de la creación, del Jardín del
Edén, de nuestros primeros padres y del diluvio son todos mi-
tos, con paralelos cuestionables en los escritos de otros pue-
blos antiguos. Mientras que los judíos ortodoxos aún creen en
la Torá y lo que dice sobre Adán y Eva, incluso ellos están dis-
minuyendo en número a medida que la incredulidad invade las
filas de la "raza elegida."
Los diccionarios también tienden a desinflar la historia del
Jardín del Edén y hablan de Adán como simplemente un sím-
bolo de la "naturaleza no regenerada del hombre." La esposa
de Adán es descrita como meramente un símbolo, "una cria-
tura femenina sin esfuerzo cuya carrera personal nunca inter-
fiere con su papel como una encantadora Eva eterna."
Aparentemente, los lexicógrafos, como muchos clérigos,
no están en absoluto seguros de que Adán y Eva hayan sido
individuos reales que alguna vez vivieron y respiraron aquí en
la tierra, o que el Jardín del Edén fuera algo más que una in-
vención de la imaginación de alguien.
Una edición reciente del Libro Judío del Conocimiento cla-
sifica las historias en los cinco libros de Moisés como invencio-
nes de los israelitas, y trata de mostrar que similares "mitos"
se encuentran en los escritos de otros pueblos antiguos. Algu-
nos eruditos incluso dicen que los israelitas tomaron estos "mi-
tos" de sus vecinos. No toman en cuenta el hecho de que los
relatos originales y verídicos probablemente fueron distorsio-
nados y diseminados a varias partes de la tierra cuando el Se-
ñor dispersó a la gente al confundir su idioma en Babel. Parece
más fácil para estos escritores clasificar todos los relatos como
leyendas y dejarlos así.
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Las iglesias cristianas de larga data, en su mayor parte,
aceptan a Adán y Eva como personas reales, pero complican
tanto su teología sectaria con conceptos peculiares del pecado
original y lo que hizo por nosotros que la persona promedio
termina cuestionando realmente la sabiduría de Dios y pregun-
tándose si la Deidad realmente sabía lo que estaba haciendo.
El Question Box, publicado por la Paulist Press y con el
imprimatur del Cardenal Patrick Hayes, arzobispo de Nueva
York, dice que "el pecado de Adán fue un pecado de orgullo. ...
El comer una manzana era una cosa trivial en sí misma, pero
Dios lo convirtió en una prueba suprema de lealtad. Fue un pe-
cado grave, porque Adán podría haberlo evitado fácilmente, ya
que no había en él ni ignorancia ni concupiscencia, y cierta-
mente sabía, como cabeza de la raza, cuáles serían las terribles
consecuencias para toda la humanidad." (Reverendo Bertrand
L. Conway, The Question Box, Nueva York: Paulist Press, 1929,
p. 219.)
El mismo libro también llama al pecado de Adán "una
ofensa de ... prevaricación," y añade, "El Pecado Original es de
hecho un gran misterio, que la razón humana no puede com-
prender." (Íbid., p. 220.)
Comentando sobre el extremo al que algunas denomi-na-
ciones habían llevado su creencia sobre el pecado original, el
Presidente Joseph Fielding Smith escribió en una ocasión:
"Cuando se restauró el Evangelio... se estaba enseñando
entre la gente una doctrina sumamente perniciosa. Todos po-
demos estar agradecidos al Señor de que casi ha desaparecido,
pues no podía vivir a la luz del Evangelio revelado. Esta era la
doctrina de que los infantes no bautizados (no rociados), mu-
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chos de ellos no más largos que 'una cuarta,' estaban en el in-
fierno en tormento eterno, porque sus padres no los habían
bautizado por un sacerdote no autorizado que no tenía autori-
dad divina. Cuando yo estaba en el campo misio-nal..., un hom-
bre y su esposa, a quienes yo estaba enseñando el Evangelio,
me preguntaron si había alguna esperanza para los bebés que
mueren sin ser bautizados por un sacerdote. Luego relataron
la siguiente historia: Uno de sus hijos murió en la primera in-
fancia. Pidieron al ministro de su iglesia que se encargara del
funeral y diera al niño un 'entierro cristiano.' Este se negó, por-
que, explicó, el niño no había sido 'bautizado' y, por lo tanto,
no podía recibir un entierro cristiano. Los padres estaban des-
consolados; se les había hecho creer que su hijo estaba conde-
nado eternamente, y que no debían pensar en volver a verlo
jamás porque estaba asignado a permanecer en el tormento
del infierno para siempre. ¿Puedes imaginar algo más anticris-
tiano que una enseñanza de este tipo?" (El Camino a la Perfec-
ción, Salt Lake City: Sociedad Genealógica de Utah, 1949, p.
198.)
La caída de Adán y Eva no fue una tragedia. Fue una ben-
dición disfrazada, porque sin ella ninguno de nosotros habría
nacido, ya que Adán y Eva, en su estado original, no podían te-
ner hijos, como explica el Libro de Mormón:
"Y he aquí, si Adán no hubiese transgredido, no habría
caído, pero habría permanecido en el jardín del Edén. Y todas
las cosas que fueron creadas habrían permanecido en el mismo
estado en que se encontraban después de haber sido creadas;
y habrían permanecido para siempre, y no tendrían fin.
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"Y no habrían tenido hijos; por lo cual habrían permane-
cido en un estado de inocencia, sin tener gozo, porque no co-
nocían la miseria; haciendo lo malo, porque no conocían el pe-
cado." (2 Nefi 2:22-23.)
El Dr. James E. Talmage explicó que cuando llegó la ten-
tación en el Jardín del Edén, "la mujer fue cautivada por estas
representaciones; y, deseando poseer las ventajas descritas
por Satanás, desobedeció el mandamiento del Señor y comió
del fruto prohibido. No temía el mal porque no lo conocía.
Luego, al decirle a Adán lo que había hecho, lo instó a comer
del fruto también.
"Adán se encontró en una posición que le hacía imposible
obedecer ambos mandamientos específicos dados por el Se-
ñor. A él y a su esposa se les había mandado multiplicarse y
llenar la tierra. Adán aún no había caído al estado de mortali-
dad, pero Eva ya lo había hecho; y en tales condiciones disími-
les los dos no podían permanecer juntos, y por lo tanto no po-
dían cumplir con el requisito divino de procreación. Por otro
lado, Adán estaría desobedeciendo otro mandamiento al ceder
a la petición de Eva. Él deliberadamente y sabiamente decidió
cumplir con el primer y mayor mandamiento; y, por lo tanto,
con entendimiento de la naturaleza de su acto, también comió
del fruto que crecía en el árbol del conocimiento. ... El profeta
Lehi, al exponer las escrituras a sus hijos, declaró: 'Adán cayó
para que los hombres existiesen; y existen los hombres para
que tengan gozo.'
El Dr. Talmage luego dice:
"Se ha vuelto una práctica común entre la humanidad car-
gar de reproches a los progenitores de la familia, y pintar el
supuesto estado bendito en el que viviríamos si no fuera por la
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caída; cuando nuestros primeros padres merecen nuestra más
profunda gratitud por su legado a la posteridad: el medio de
ganar gloria, exaltación y vidas eternas. ... De Padre Adán he-
mos heredado todos los males a los que está sujeta la carne;
pero tales son necesariamente incidentales al conocimiento
del bien y del mal, mediante el uso adecuado del cual el hom-
bre puede llegar a ser como los Dioses." (Artículos de Fe, pp.
65, 70.)
Adán y Eva eran personas reales. Eran hijos de Dios. Hi-
cieron la voluntad de Dios y abrieron el camino para que noso-
tros hiciéramos lo mismo.
Hay mucho significado en la genealogía del Salvador tal
como aparece en Lucas. Concluye con una lista de las genera-
ciones como sigue:
"Que fue hijo de Matusalén, que fue hijo de Enoc, que fue
hijo de Jared, que fue hijo de Malaleel, que fue hijo de Cainán,
que fue hijo de Enós, que fue hijo de Set, que fue hijo de Adán,
que fue hijo de Dios." (Lucas 3:37-38. Cursivas añadidas.)
El matrimonio de Adán y Eva fue una realidad y Dios lo
realizó. El Presidente Joseph Fielding Smith es citado sobre este
tema:
"Paul declaró que, 'Ni el hombre es sin la mujer, ni la mu-
jer sin el hombre, en el Señor.' Y el Señor dijo que le daría al
hombre una compañera que sería una ayuda idónea para él: es
decir, una ayuda que cumpliría con todos los requisitos, no solo
de compañía, sino también mediante la cual la plenitud de los
propósitos del Señor podría lograrse con respecto a la misión
del hombre a través de la vida mortal y hacia la eternidad.
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"Ni el hombre ni la mujer [eran] capaces de llenar la me-
dida de su creación solos. Se requería la unión de los dos para
completar al hombre a la imagen de Dios. El Señor dijo, 'Haga-
mos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra seme-
janza. ... Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó.' (Gén. 1:26-27.)
"Además, cuando la mujer fue presentada al hombre,
Adán dijo: 'Esta [mujer] es ahora hueso de mis huesos y carne
de mi carne.' (Gén. 2:23; Moisés 3:23.) De esto entendemos
que su unión con Eva sería eterna. El Salvador confirmó esta
doctrina cuando dijo a los judíos: 'Por esto dejará el hombre a
su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán
una sola carne. Así que no son ya más dos, sino una sola carne.'
(Mat. 19:5-6.) ...
"El Profeta José enseñó que 'el matrimonio era una insti-
tución del cielo, instituida en el Jardín del Edén; [y] que es ne-
cesario que sea solemnizada por la autoridad del sacerdocio
eterno.'
"El matrimonio tal como fue establecido en el principio
era un convenio eterno. El primer hombre y la primera mujer
no fueron casados hasta que la muerte los separara, porque en
ese momento la muerte no había llegado al mundo. La cere-
monia en esa ocasión fue realizada por el Padre Eterno mismo
cuyo trabajo perdura para siempre. Es la voluntad del Señor
que todos los matrimonios sean de carácter similar, y al con-
vertirse en 'una sola carne' el hombre y la mujer deben conti-
nuar en el estado matrimonial, según el plan del Señor, a lo
largo de toda la eternidad así como en esta vida mortal." (Bruce
R. McConkie, compilador, Doctrinas de Salvación, Bookcraft,
1955, 2:70-71.)
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ANÁLISIS
Mark E. Petersen comienza señalando la controversia y
los malentendidos que rodean a Adán y Eva, descritos como la
pareja más malentendida en la historia. Esta introducción pre-
para el terreno para discutir las diversas teorías y malinterpre-
taciones que han surgido a lo largo del tiempo.
Petersen argumenta que los maestros de religión han
sido los principales responsables de la confusión sobre Adán y
Eva. Al no comprender plenamente los hechos, han impuesto
nociones personales y credos no inspirados que han contri-
buido a la proliferación de conceptos erróneos. Un ejemplo
prominente es la doctrina del pecado original, que ha generado
numerosos problemas teológicos y conceptuales.
El autor critica la tendencia moderna de clérigos y erudi-
tos a considerar el relato del Jardín del Edén como un mito.
Esta perspectiva, junto con las teorías evolutivas que sugieren
un origen accidental de la humanidad a partir de una célula, ha
profundizado la confusión. Petersen se opone firmemente a
estas interpretaciones, defendiendo la historicidad y realidad
de Adán y Eva y del Jardín del Edén.
Una de las teorías más controvertidas es la que sugiere
que Adán era una deidad. Petersen aborda esta malinterpreta-
ción, que surge de una declaración atribuida a Brigham Young,
y la refuta mediante una interpretación cuidadosa de las escri-
turas y la revelación moderna. Esta refutación es crucial para
clarificar la naturaleza humana de Adán y Eva.
El texto también menciona cómo algunos eruditos judíos
y diccionarios tienden a desinflar la historia del Jardín del Edén,
presentando a Adán y Eva como meros símbolos. Esta postura
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contribuye a la incredulidad y al escepticismo sobre la existen-
cia real de estos personajes bíblicos.
Petersen critica las interpretaciones extremas del pecado
original que han llevado a creencias anticristianas, como la con-
denación de los infantes no bautizados. Aquí se destaca la en-
señanza del presidente Joseph Fielding Smith, quien rechaza
tales doctrinas y subraya la bendición disfrazada que repre-
senta la Caída de Adán y Eva. Esta perspectiva positiva de la
Caída es fundamental en la teología del evangelio restaurado.
El autor cita el Libro de Mormón y las enseñanzas de Ja-
mes E. Talmage para argumentar que la Caída fue necesaria
para el plan de Dios. Sin la transgresión de Adán y Eva, la hu-
manidad no podría existir, ni podría experimentar gozo y pro-
gresar espiritualmente. Esta visión transforma la Caída de una
tragedia a una bendición esencial para el crecimiento y la exal-
tación humana.
Finalmente, Petersen afirma la realidad de Adán y Eva
como individuos reales y progenitores de la humanidad. Des-
taca la importancia del matrimonio eterno, instituido por Dios,
y cómo esta unión refleja el plan divino para la humanidad. Las
enseñanzas del Profeta José Smith y la doctrina del matrimonio
eterno subrayan la continuidad y propósito eterno del matri-
monio iniciado con Adán y Eva.
Mark E. Petersen presenta un argumento robusto y bien
fundamentado en defensa de la historicidad y relevancia de
Adán y Eva. Su enfoque, basado en escrituras y revelación mo-
derna, ofrece una clarificación importante frente a las diversas
teorías y malinterpretaciones que han surgido a lo largo del
tiempo. Este análisis es valioso no solo para los miembros de la
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Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, sino tam-
bién para cualquier estudiante serio de teología que busca
comprender la figura de Adán y Eva en un contexto religioso
más amplio.
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MIGUEL EL ARCÁNGEL
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El Profeta José, hablando de los ángeles, dijo: "Estos án-
geles están bajo la dirección de Miguel o Adán, que actúa bajo
la dirección del Señor." (Enseñanzas del Profeta José Smith, p.
168.)
Sobre este mismo punto, el Profeta también dijo: "El Pa-
dre llamó a todos los espíritus ante Él en la creación del hom-
bre, y los organizó. Él (Adán) es la cabeza, y se le dijo que se
multiplicara." (Enseñanzas, p. 158.)
Hablando del sacerdocio, el Profeta dijo: "Cristo es el
Gran Sumo Sacerdote; Adán el siguiente." (Enseñanzas, p.
158.)
También se refirió al sacerdocio que es "según el orden
del Hijo de Dios," más tarde llamado el Sacerdocio de Melqui-
sedec para evitar el uso demasiado frecuente del nombre de la
Deidad. (Enseñanzas, p. 167.)
Dijo el Profeta: "El Sacerdocio fue dado primero a Adán;
él obtuvo la Primera Presidencia y mantuvo las llaves de ella de
generación en generación. Lo obtuvo en la Creación, antes de
que se formara el mundo. . . . Se le dio dominio sobre toda cria-
tura viviente. Él es Miguel el Arcángel, mencionado en las Es-
crituras. Luego a Noé, que es Gabriel; él está en la siguiente
autoridad a Adán en el Sacerdocio; fue llamado por Dios a este
oficio, y fue el padre de todos los vivos en este día, y se le dio
el dominio." (Enseñanzas, p. 157.)
Otra indicación de que Adán era el arcángel, el líder de
todos los espíritus en la vida preterrenal, pero siempre subor-
dinado a Jehová, quien era Cristo, es que fue él, Miguel, quien
lideró los ejércitos del cielo al expulsar al rebelde Lucifer de los
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cielos cuando decidió luchar contra Dios. Se recordará que Lu-
cifer también era un "ángel de Dios que tenía autoridad en la
presencia de Dios." Pero él "se rebeló contra el Unigénito Hijo
a quien el Padre amaba y que estaba en el seno del Padre."
(D&C 76:25.)
El presidente Joseph Fielding Smith dijo esto:
"En cuanto a la posesión del sacerdocio en la preexis-ten-
cia, diré que había una organización allí tal como hay una orga-
nización aquí, y los hombres allí tenían autoridad. Los hombres
elegidos para posiciones de confianza en el mundo de los espí-
ritus tenían sacerdocio. (Alma 13:3-9.)
"A Adán, después de ser expulsado del Jardín del Edén, se
le reveló el plan de salvación, y sobre él se confirió la plenitud
del sacerdocio. Como Miguel, el príncipe, tiene las llaves de to-
das las dispensaciones, nombramiento que recibió bajo Jesu-
cristo, `Quien ha nombrado a Miguel vuestro príncipe, y ha es-
tablecido sus pies, y lo ha puesto en alto, y le ha dado las llaves
de la salvación bajo el consejo y dirección del Santo, quien no
tiene principio de días ni fin de vida.' (Ver D&C 78:16.)
"Adán recibió el santo sacerdocio y fue mandado por el
Señor a enseñar a sus hijos los principios del evangelio. Ade-
más, Adán fue bautizado para la remisión de sus pecados, por-
que los mismos principios por los cuales los hombres se salvan
ahora fueron los principios por los cuales los hombres se salva-
ron en el principio. En ese día, todos los que se arrepintieron y
fueron bautizados recibieron el don del Espíritu Santo por la
imposición de manos. Adán hizo conocer todas estas cosas a
sus hijos e hijas." (Doctrinas de Salvación, Bookcraft, 1956,
3:81-82.)
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Observa aquí que Lucifer, como Miguel, era un ángel de
Dios "que tenía autoridad en la presencia de Dios" antes de su
rebelión. En este sentido, Lucifer y Miguel eran similares, ex-
cepto que aunque Lucifer era un ángel con gran autoridad en
la presencia de Dios, era Miguel quien era el jefe o el arcángel,
y no Lucifer.
Obviamente ambos eran grandes espíritus en esa vida
preterrenal, ambos con alta autoridad allí. Pero Lucifer se con-
virtió en traidor y permitió que su ambición lo cegara. Por lo
tanto, luchó contra Dios, y "fue arrojado de la presencia de Dios
y del Hijo, y fue llamado Perdición, porque los cielos lloraron
por él, era Lucifer, un hijo de la mañana." (D&C 76:25-26.)
"Y hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon
contra el dragón, y el dragón [Lucifer] luchó y sus ángeles,
"Y no prevalecieron; ni se halló más su lugar en el cielo.
"Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua, lla-
mada el Diablo, y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue
arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él."
(Apocalipsis 12:7-9.)
Entonces Miguel, el general de los ejércitos del Señor, fue
triunfante. Pero ten en cuenta que él era un ángel al igual que
lo había sido Lucifer, excepto que Miguel era justo y leal a
Jehová. No obstante, él era un ángel, el arcángel. Las personas
que intentan atribuirle divinidad simplemente no conocen las
escrituras.
En su capacidad de arcángel, Miguel aún tiene un gran
ministerio relacionado con los últimos días. Será una figura
clave en anunciar el momento para que los muertos sean resu-
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citados. "... antes de que la tierra pase, Miguel, mi arcángel [ob-
serva que todavía será un arcángel entonces], sonará su trom-
peta, y entonces todos los muertos despertarán, porque sus
tumbas se abrirán, y saldrán, sí, todos." (D&C 29:26.)
Otra gran guerra tendrá lugar como parte de la "escena
de cierre." Dice la escritura:
"... Satanás será atado, esa serpiente antigua, que es el
diablo, y no será desatado por el espacio de mil años.
"Y luego será desatado por un poco de tiempo, para que
pueda reunir a sus ejércitos.
"Y Miguel, el séptimo ángel, incluso el arcángel, reunirá a
sus ejércitos, incluso los ejércitos del cielo.
"Y el diablo reunirá a sus ejércitos, incluso los ejércitos del
infierno, y subirá a la batalla contra Miguel y sus ejércitos.
"Y entonces vendrá la batalla del gran Dios; y el diablo y
sus ejércitos serán arrojados a su propio lugar, para que no ten-
gan más poder sobre los santos en absoluto.
"Porque Miguel luchará sus batallas, y vencerá a aquel
que busca el trono de aquel que se sienta en el trono, incluso
el Cordero." (D&C 88:110-115. Cursivas añadidas.)
Para dejar aún más claro el hecho de que Miguel, como
ángel, trabaja bajo la dirección del Salvador, Jesucristo, quien
es Deidad y quien preside sobre Miguel, o Adán, tenemos esto:
"... El Señor Dios, ... Quien ha nombrado a Miguel vuestro prín-
cipe, y ha establecido sus pies, y lo ha puesto en alto, y le ha
dado las llaves de la salvación bajo el consejo y dirección del
Santo que no tiene principio de días ni fin de vida." (D&C 78:15-
16. Cursivas añadidas.)
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Observa la distinción entre Miguel y el Santo.
El Profeta José también deja claro que no solo era Adán
el arcángel Miguel, sino que también era el mismo ser que se
menciona en la escritura como el Anciano de Días.
Cuando José y Sidney Rigdon visitaron Spring Hill, Mis-
souri, el Profeta explicó que "por la boca del Señor fue nom-
brado Adán-ondi-Ahman, porque, dijo Él, es el lugar donde
Adán vendrá a visitar a su pueblo, o el Anciano de Días se sen-
tará, como se menciona en el libro de Daniel el Profeta." (En-
señanzas, p. 122.)
El Profeta dijo además sobre este punto: "Daniel en su
séptimo capítulo habla del Anciano de Días; se refiere al hom-
bre más viejo, nuestro Padre Adán, Miguel, él llamará a sus hi-
jos juntos y celebrará un consejo con ellos para prepararlos
para la venida del Hijo del Hombre. Él (Adán) es el padre de la
familia humana, y preside sobre los espíritus de todos los hom-
bres, y todos los que han tenido las llaves deben presentarse
ante él en este gran consejo. Esto puede ocurrir antes de que
algunos de nosotros dejemos esta etapa de acción. El Hijo del
Hombre se presenta ante él, y se le da gloria y dominio. Adán
entrega su administración a Cristo, lo que le fue entregado a él
como poseedor de las llaves del universo, pero retiene su posi-
ción como cabeza de la familia humana." (Enseñanzas, p. 157.)
Luego el Profeta habla de una visión que tuvo: "Vi a Adán
en el valle de Adán-ondi-Ahman. Llamó a sus hijos y los bendijo
con una bendición patriarcal. El Señor apareció en medio de
ellos, y él (Adán) los bendijo a todos, y predijo lo que les suce-
dería hasta la última generación." (Enseñanzas, p. 158.)
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Esto evidentemente se refiere a una reunión de la familia
de Adán que se llevó a cabo mientras él aún estaba en la mor-
talidad. En una revelación dada al Profeta José en agosto de
1830, el Señor identificó a Adán como Miguel en estas pala-
bras: "Y también con Miguel, o Adán, el padre de todos, el prín-
cipe de todos, el anciano de días." (D&C 27:11.)
El presidente Joseph Fielding Smith escribió: "La declara-
ción, `Y cuando tomó un tabernáculo fue engendrado por su
Padre en el cielo, de la misma manera que los tabernáculos de
Caín, Abel, y el resto de los hijos e hijas de Adán y Eva,' se re-
fiere al cuerpo de Jesucristo.
"Adán murió como el Padre dijo que lo haría al participar
del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. El espí-
ritu y el cuerpo de Adán fueron separados, y no obtuvo la re-
surrección hasta después de la resurrección de Jesucristo.
Adán, cuando era un espíritu sin el cuerpo, no podía engendrar
un cuerpo de carne y huesos, por lo tanto, no podía ser el Padre
de Jesucristo en la carne.
"Además, Adán dependía de Jesucristo al igual que noso-
tros para la resurrección que vino por el hecho de que Jesús
tenía vida en sí mismo como su Padre. Por lo tanto, tenía que
tener un Padre que tuviera un cuerpo de carne y huesos que
fuera inmortal, no un padre que fuera un espíritu con un
cuerpo en la tumba, cuyo cuerpo se había convertido en
polvo." (Doctrinas de Salvación, Bookcraft, 1954, 1:105.)
ANÁLISIS
Destaca que Adán y Eva eran seres humanos como noso-
tros, que vivieron, trabajaron y tuvieron una existencia mortal.
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Esto refuerza la idea de su humanidad y similitud con nosotros.
También se menciona su preexistencia, sugiriendo que antes
de vivir en la tierra, existían en una forma espiritual.
La identidad de Adán en la preexistencia es un punto cen-
tral del texto. Adán es identificado como Miguel el Arcángel,
una figura preeminente entre los ángeles. Este título de arcán-
gel implica liderazgo y una posición de alta distinción, pero cla-
ramente establece que Adán no era una deidad. El prefijo "arc"
significa jefe o preeminente, lo que refuerza su papel de lide-
razgo entre los ángeles.
El texto refuta explícitamente la idea de que Adán alcanzó
el rango de deidad. No hay escrituras que apoyen esta teoría,
y se enfatiza que Adán, aunque distinguido, era un ángel y no
una deidad. Esta aclaración es crucial para corregir malenten-
didos y evitar la atribución errónea de divinidad a Adán.
Adán, como Miguel, tenía una gran autoridad en la pre-
existencia y lideró a los ejércitos celestiales en la batalla contra
Lucifer. Esta guerra en el cielo es una parte significativa de la
doctrina, y Miguel/Adán es presentado como un líder justo y
leal a Jehová. Además, en la mortalidad, Adán recibió el sacer-
docio y fue instruido para enseñar a sus hijos los principios del
evangelio, subrayando su continuo liderazgo y responsabili-
dad.
El texto también explora la organización del sacerdocio
en la preexistencia y en la tierra. Adán, como el primer en reci-
bir el sacerdocio, es una figura central en la administración di-
vina. Esta organización jerárquica y la continuidad del sacerdo-
cio a través de las generaciones son elementos importantes en
la teología.
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El papel de Adán en la Caída es reinterpretado como una
bendición disfrazada, esencial para el plan de salvación. La
Caída permitió la mortalidad y la posibilidad de progresar y ex-
perimentar el gozo. Esta visión positiva de la Caída contrasta
con las doctrinas tradicionales que la ven como una tragedia.
Adán es identificado como el Anciano de Días, una figura
profética que jugará un papel crucial en los eventos de los últi-
mos días. Esta identificación subraya su importancia continua
en el plan de Dios y su liderazgo eterno sobre la humanidad.
El texto proporciona una visión detallada y doctrinal-
mente rica de Adán como Miguel el Arcángel, abordando y co-
rrigiendo malentendidos comunes. La claridad con la que se
presenta la humanidad de Adán, su papel en la preexistencia y
en la mortalidad, y su continua relevancia en el plan de Dios es
valiosa para cualquier estudioso de la teología.
Mark E. Petersen logra desmitificar conceptos erróneos y
presentar una imagen coherente y scripturalmente respaldada
de Adán. Este enfoque no solo corrige errores doctrinales, sino
que también refuerza la fe y comprensión de los creyentes so-
bre el papel crucial de Adán en el plan de salvación.
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ADÁN NO ERA UNA DEIDAD
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Hijo y estaba sujeto a su dirección, como indican claramente
las escrituras." (Doctrinas de Salvación, Bookcraft, 1954, 1:96-
97.)
Algunos disidentes nos harían creer que Adán es nuestro
Dios y que no tenemos nada que ver con ningún otro Dios, lo
cual, a simple vista, es ridículo. Decir que Adán es Dios, por su-
puesto, está completamente y absolutamente en contra de las
escrituras, así como de nuestros Artículos de Fe, en los cuales
decimos: "Creemos en Dios el Eterno Padre [signifi-cando
Elohim], y en su Hijo Jesucristo [significando Jehová], y en el
Espíritu Santo."
Adán no es ni siquiera mencionado en esa declaración so-
bre la Trinidad, ni siquiera con su nombre primigenio, Miguel.
Y decir que no tenemos nada que ver con "ningún Dios
excepto Adán", quien no es un Dios sino el arcángel, viola todas
las enseñanzas del evangelio de Cristo, quien nos enseñó a orar
al Padre en nombre de Cristo, quien nos proporcionó todas las
enseñanzas del evangelio, y en cuya redención dependemos
total y completamente para la salvación eterna, porque no hay
otro nombre, bajo el cielo, dado a los hombres en el que poda-
mos ser salvos. (Ver Hechos 4:12.)
No existe tal relación con Adán, quien solo nos dio la mor-
talidad, pero no la inmortalidad, ni la salvación, ni la exaltación.
Estas bendiciones nos llegan solo a través de Jesucristo el Se-
ñor.
Como Pedro le dijo a la gente en el día de Pentecostés:
"Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este
mismo Jesús a quien vosotros habéis crucificado, Dios le ha he-
cho Señor y Cristo." (Hechos 2:36.) Pero no así con Adán.
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En este punto podríamos parafrasear las palabras de Pa-
blo a los corintios: "¿Está dividido Cristo? ¿Fue Adán crucifi-
cado por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de
Adán?" (1 Cor. 1:13.)
¿No tenemos todo que ver con Dios nuestro Padre Eterno
y con Jesucristo nuestro Salvador? ¿Y el Espíritu Santo, que nos
es dado como compañero, maestro y revelador? Por eso noso-
tros, como miembros de la Iglesia, tenemos el don del Espíritu
Santo. Decir que no tenemos nada que ver con la Trinidad es
contrario a todas las escrituras sagradas.
Es interesante recordar que el Libro de Mormón dice que
Cristo, no Adán, es el Dios de esta tierra, aunque Adán vivió en
lo que ahora es Misuri, EE. UU. (Ver Éter 2:12.)
Es muy apropiado aquí citar al presidente Joseph Fielding
Smith en su declaración clásica: "Si alguna vez digo algo con-
trario a las escrituras, prevalecen las escrituras." Esto se aplica
a todos, incluso a Brigham Young.
Al identificar a Adán, el presidente Young dijo: "El Señor
envió su Evangelio al pueblo; dijo, Se lo daré a mi hijo Adán, de
quien Matusalén lo recibió; y Noé lo recibió de Matusalén; y
Melquisedec ministró a Abraham." (Discursos de Brigham
Young, Deseret Book, 1946, p. 105. Cursivas añadidas.)
En un discurso en el Tabernáculo de Salt Lake el 17 de
abril de 1870, el presidente Young dijo esto: "El mundo puede
en vano hacer la pregunta: '¿Quiénes somos?' Pero el Evange-
lio nos dice que somos los hijos e hijas de ese Dios a quien ser-
vimos. Algunos dicen, 'Somos los hijos de Adán y Eva.' Así es, y
ellos son los hijos de nuestro Padre Celestial." (Journal of Dis-
courses [JD], 13:311.)
25
En comentarios también en Salt Lake City el 8 de julio de
1863, el presidente Young dijo: "Creemos en Dios el Padre y en
Jesucristo nuestro hermano mayor. Creemos que Dios es una
persona de tabernáculo, que posee en un grado infinitamente
superior todas las perfecciones y cualidades de sus hijos mor-
tales. Creemos que hizo a Adán a su propia imagen y seme-
janza, como testificó Moisés. . . ." (JD, 10:230-31.)
En otro momento, el presidente Young dijo: "Adán estaba
tan familiarizado con su Padre, quien lo colocó en la tierra,
como nosotros lo estamos con nuestros padres terrenales. El
Padre frecuentemente venía a visitar a su hijo Adán, y hablaba
y caminaba con él; y los hijos de Adán estaban más o menos
familiarizados con él. . . ." (JD, 9:148.)
El 9 de abril de 1852, el presidente Young dijo: "Es cierto
que la tierra fue organizada por tres personajes distintos, a sa-
ber, Elohim, Yahovah y Miguel, estos tres formando un quó-
rum. . . ." (JD, 1:50.) Entonces, ¿podría Adán ser Elohim, como
algunos dicen? Estos eran tres personas distintas.
El 6 de noviembre de 1864, el presidente Young dijo:
"Tres años antes de la muerte de Adán, llamó a Set, Enós, Cai-
nán, Mahalaleel, Jared, Enoc y Matusalén, que eran todos
Sumo Sacerdotes, con el resto de su posteridad que eran jus-
tos, al valle de Adam-ondi-Ahman, y allí les otorgó su última
bendición. Y el Señor se apareció a ellos, y se levantaron y ben-
dijeron a Adán, y lo llamaron Miguel, el Príncipe, el Arcángel."
(JD, 10:355.)
El élder Charles C. Rich no estuvo presente el día en que
el presidente Young dio un discurso que se informó errónea-
mente diciendo que Adán era nuestro Padre Celestial. (Ver JD
1:51.) El sermón se pronunció el 9 de abril de 1852, y el élder
26
Rich regresó el 21 de abril. En una copia del Journal of Discour-
ses, el élder Ben E. Rich, hijo del élder Charles C. Rich, se refirió
a la mala cita tal como aparece en el Journal of Discourses, y
con su propia mano corrigió la declaración para que diga lo si-
guiente: "Jesús nuestro hermano mayor, fue engendrado en la
carne por el mismo personaje que habló con Adán en el Jardín
del Edén, y que es nuestro Padre Celestial." En esta misma de-
claración, Ben E. Rich escribió: "Tal como se corrigió arriba es
lo que el Presidente Young dijo, como me testificó mi padre, C.
C. Rich." (Esta declaración firmada está en manos del Departa-
mento de Historia de la Iglesia.)
Algunos de los reporteros en el Tabernáculo en esos días
no eran tan hábiles como otros, y admitidamente cometieron
errores, como la mala cita del presidente Young mencionada
anteriormente, que fue corregida por el hermano Rich y que ha
hecho que algunas personas en la Iglesia se desvíen.
A simple vista, el error es obvio. Encontramos en Génesis
2:15-16 y 3:8-9 que Dios caminó y habló con Adán en el Jardín
del Edén.
Que otros errores fueron cometidos por los reporteros
que registraron sermones de los hermanos de esos días está
bien atestiguado. Como ejemplo, proporcionamos la siguiente
declaración hecha el 7 de octubre de 1903 por el presidente
Joseph F. Smith:
"Quiero llamar su atención sobre un asunto importante.
Se está imprimiendo en forma circular ahora por personas no
autorizadas un sermón pronunciado hace años por el presi-
dente Brigham Young sobre la cuestión de los Sumo Sacerdotes
y los Setenta, que no es correcto. Cuando estaba presidiendo
sobre la Misión Británica hace algunos años, este sermón fue
27
impreso en el Deseret News y cuando llegó a Liverpool, Charles
W. Nibley y Henry W. Naisbitt estaban trabajando conmigo allí
asistiendo en la publicación del Millennial Star. Tenían la forma
lista para imprimir y me trajeron la copia y dije, 'Ese discurso
no puede ser impreso en el Star.' 'Pero,' dijo el hermano Nibley,
'¿no es el sermón del presidente Brigham Young?' 'Quizás lo
sea,' dije, 'pero no puede ir en el Star.' Entonces estos herma-
nos comenzaron a trabajar conmigo para convencerme de que
no tenía derecho a interferir con los discursos del presidente.
Dije, 'No importa, ese discurso no es cierto tal como está ante
ustedes, no dice la verdad, no es cierto, es contrario a la pala-
bra del Señor y no puede ser puesto en el Star.' A la mañana
siguiente escuché un golpe en la puerta y cuando pregunté qué
pasaba, esto fue mucho antes del amanecer, y cuando fui a ver,
he aquí que era un cablegrama del presidente Brigham Young,
ordenándome no publicar ese discurso en el Millennial Star, y
nunca fue impreso, por la autoridad del presidente Brigham
Young." (Citado en el Diario Diario de John M. Whitaker, p. 95,
en archivos del Departamento de Historia de la Iglesia.)
"Nota: El Millennial Star fue publicado por primera vez
por Joseph F. Smith el lunes 4 de junio de 1877 - Albert Carring-
ton, en su último número citado del número del 1 de mayo del
Deseret News. Desde el 1 de abril hasta la desaparición del pre-
sidente Brigham Young, hubo en el Deseret News ocho discur-
sos de Brigham Young que no fueron impresos en el Millennial
Star:
1. p. 225 - 6 de mayo de 1877
2. p. 247 - 6 de abril de 1877
3. p. 274 - 25 de mayo de 1877
4. p. 306 - 18 de mayo de 1877
5. p. 358 - 29 de abril de 1877
28
6. p. 418 - 24 de julio de 1877
7. p. 434 - 17 de junio de 1877
8. p. 482 - 19 de agosto de 1877"
(Diario de John M. Whitaker, vol. 2, p. 566.)
Esta última nota en sí misma es muy significativa. Eviden-
temente, había una buena razón para que estos discursos no
se publicaran.
Durante la investigación de Reed Smoot, el presidente
Charles W. Penrose fue interrogado sobre la fiabilidad del Jour-
nal of Discourses, y él también admitió que los reporteros co-
metieron errores, afirmando que algunos de esos volúmenes
contienen sermones "cuya autenticidad ha sido cuestionada."
Tomado del registro oficial, su testimonio dice lo si-
guiente. El abogado que lo interrogaba era Robert W. Tayler.
"Sr. Tayler. ¿Hubo publicaciones conocidas como el 'Jour-
nal of Discourses'?"
"Sr. Penrose. Sí."
"Sr. Tayler. ¿Fueron publicadas por la iglesia?"
"Sr. Penrose. Creo que fueron publicadas por George D.
Watt y J.D. Long, originalmente, en Liverpool, Inglaterra."
"Sr. Tayler. ¿En interés de la iglesia?"
"Sr. Penrose. Por supuesto que se suponía que todas eran
en interés de la Iglesia, pero no creo que la Iglesia las publicara.
No estoy seguro de eso."
"Sr. Tayler. ¿Ha escuchado alguna vez cuestionar la auto-
ridad de esa publicación? . . ."
"Sr. Penrose. ¿En qué sentido quiere decir?"
29
"Sr. Tayler. ¿Puede responder a la pregunta, la corrección
de la publicación?"
"Sr. Penrose. ¿Se refiere a la corrección de su contenido?"
"Sr. Tayler. Sí."
"Sr. Penrose. Oh sí, hay algunas cosas allí que han sido
disputadas."
"Sr. Tayler. ¿Es decir, disputadas por las personas que las
pronunciaron?"
"Sr. Penrose. Oh, no; disputadas por otros. . . . No consi-
deramos estos libros como autoridades, solo como obras de
referencia, a veces, para dar las ideas que estos hombres man-
tenían sobre estos temas. . . . Puedo agregar a eso, Sr. Tayler,
si me lo permite, que hay algunos sermones publicados en el
Journal of Discourses cuya autenticidad ha sido disputada, por
ejemplo, algunos de los sermones atribuidos a José Smith, el
profeta. Fueron tomados en ese momento a mano y han sido
publicados en el Journal of Discourses y ha habido disputas so-
bre su corrección." (Investigación de Reed Smoot, vol. 2, 20 de
diciembre de 1904, pp. 440-42. Cursivas añadidas.)
El presidente John Taylor fue un asociado cercano del
profeta José Smith y aprendió doctrina de él. También fue cer-
cano al presidente Brigham Young en el ministerio. A continua-
ción, se presentan algunas citas de sermones del presidente
Taylor, tal como se proporcionan en El Reino del Evangelio, una
compilación de su obra utilizada como libro de texto hace al-
gunos años en los quórumes del sacerdocio de la Iglesia.
(Bookcraft, 1964. Cursivas añadidas.)
30
En la página 91 de ese libro leemos: "¿Cómo obtuvo Adán
su información sobre las cosas de Dios? La obtuvo a través del
evangelio de Jesucristo, y a través de este mismo sacerdocio
del que hemos estado hablando. Dios vino a él en el Jardín y
habló con él." Esto apoya la corrección de Charles C. Rich a la
que nos hemos referido anteriormente.
En la página 96 encontramos esto: "Adán y Eva ambos
consideraron que habían ganado, en lugar de haber sufrido una
pérdida, a través de su desobediencia a esa ley. . . . Al seguir el
curso que tomaron, a través de la expiación, verían a Dios
como lo habían hecho antes."
En la página 97: "Cuando Adán y Eva comieron del fruto
prohibido, la misericordia de Dios se extendió a ellos, y perci-
bieron, como Eva lo expresó, que si no hubiera habido caída,
no habrían tenido posteridad. . . ." Página 98: "Y así Adán y Eva
se regocijaron en sus corazones de que Dios hubiera propor-
cionado el plan, y aunque habían caído, sin embargo, en esta
vida, a través de la expiación, tendrían gozo, y en el futuro re-
gresarían a su Padre, y allí se regocijarían enormemente en la
abundante misericordia de Dios, y en la redención realizada
para ellos por el Hijo de Dios."
Es evidente aquí que el presidente Taylor no tenía la in-
tención de que Adán fuera Dios. De lo contrario, sus comenta-
rios no tendrían sentido. Pero reflejan las enseñanzas correctas
del profeta José Smith.
En la página 102, se cita al presidente Taylor en relación
con la tierra de Adam-ondi-Ahman, "o en otras palabras, el va-
lle donde Dios habló con Adán."
31
En la página 218 de este mismo libro leemos del presi-
dente Taylor: "Cuando Adán fue expulsado del jardín, se colocó
un ángel con una espada llameante para guardar el camino del
árbol de la vida, para que el hombre no comiera de él y se vol-
viera inmortal en su estado degenerado, y así incapaz de obte-
ner esa exaltación que sería capaz de disfrutar a través de la
redención de Jesucristo y el poder de la resurrección, con su
cuerpo renovado y glorificado. Habiendo probado la natura-
leza de la caída, y habiendo lidiado con el pecado y la miseria,
conociendo, como los Dioses, tanto el bien como el mal, ha-
biendo, como Jesús, vencido el mal, y a través del poder de la
expiación habiendo conquistado la muerte, el infierno y la
tumba, recupera ese paraíso del que fue desterrado, no en la
capacidad de un hombre ignorante, desconocedor del mal,
sino como un Dios."
Esto es interesante: Adán, al ser salvado a través de la ex-
piación del Salvador, podría convertirse "como un Dios," lo cual
es cierto también para el resto de nosotros que obedecemos
el evangelio. Había llegado a conocer el bien y el mal a través
de la caída, y así en este sentido se convirtió "como los Dioses,"
dijo el presidente Taylor. Pero en ningún momento el presi-
dente Taylor dice que Adán era Dios, porque entonces era y
sigue siendo el arcángel.
Las escrituras son interesantes en este punto.
La Biblia Reina-Valera, hablando de la tentación, cita al
diablo diciendo a Eva: "... vuestros ojos serán abiertos, y seréis
como dioses, sabiendo el bien y el mal." (Génesis 3:5.)
Y después de la caída leemos: "Y dijo Jehová Dios: He aquí
el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal.
. . ." (Génesis 3:22. Cursivas añadidas.)
32
La Biblia Católica Knox dice: "Él [el Señor] dijo, He aquí
que Adán se ha vuelto como uno de nosotros, con conoci-
miento del bien y el mal."
La versión de Moffatt dice: "Entonces dijo Dios el Eterno,
el hombre se ha vuelto como uno de nosotros, conoce el bien
y el mal."
La Biblia de Goodspeed dice: "Entonces el Señor Dios dijo,
Mira, el hombre se ha vuelto como uno de nosotros, en cono-
cer el bien y el mal."
La Perla de Gran Precio dice: "Y yo, el Señor Dios, dije a
mi Unigénito: He aquí, el hombre es como uno de nosotros al
conocer el bien y el mal. . . ." (Moisés 4:28. Cursivas añadidas.)
La última versión es muy interesante y debería refutar
cualquier y todas las afirmaciones de que Adán era el Padre de
Jesucristo, o que era Deidad en absoluto, porque "el hombre"
mencionado era Adán, completamente separado y aparte del
Padre y del Hijo.
Observa que el Todopoderoso estaba con el Salvador y le
habló acerca de Adán, un tercero. Se refirió a Adán como el
hombre, este tercero, que ahora había logrado una semejanza
con el Padre y el Hijo en que ahora conocía la diferencia entre
el bien y el mal.
Cualquier persona justa capaz de leer inglés común debe-
ría reconocer que Adán era un tercero en esta situación. El Pa-
dre y el Hijo se hablaron entre sí sobre este tercero. Adán no
era parte de la conversación. Ahora era un ser mortal como re-
sultado de la caída, y acababa de aprender la diferencia entre
el bien y el mal. El Padre Eterno y el Hijo, Jehová, ya conocían
esta diferencia por alguna experiencia previa no registrada.
33
Fue la primera experiencia de Adán, su gran descubrimiento. Y
en este sentido, lo que dijo Satanás se convirtió en un hecho:
se había vuelto como los Dioses, conociendo el bien y el mal.
Todas estas escrituras muestran la separación entre Adán y la
Deidad.
Cuando el Padre habló de su Hijo Amado y dijo, "Yo, el
Señor Dios, dije a mi Unigénito: He aquí, el hombre es como
uno de nosotros," de ninguna manera se refería a sí mismo
como Adán, ni indicó que Adán era el Padre. Todo el concepto
erróneo de Adán-Dios se convierte en una contradicción ridí-
cula a la luz de esta única escritura.
El presidente Wilford Woodruff, quien también fue ense-
ñado por el profeta José y Brigham Young y fue un asociado
cercano del presidente Taylor, ciertamente conocía la correcta
identidad de Adán. En su diario del 21 de enero de 1867, escri-
bió: "¿Quién era Miguel, el Arcángel?" "Él es Adán. . . ." (Mat-
thias F. Cowley, Wilford Woodruff, Deseret News, 1909, p.
450.)
El presidente Joseph Fielding Smith escribió en una carta:
"El presidente Brigham Young estaba completamente fa-
miliarizado con la doctrina de la Iglesia. Estudió la Doctrina y
Convenios y muchas veces citó de ella, los pasajes particulares
sobre la relación de Adán con Jesucristo. Sabía perfectamente
bien que Adán había sido colocado a la cabeza de la familia hu-
mana por mandamiento del Padre, y esta doctrina la enseñó
durante los muchos años de su ministerio."
El presidente Smith también escribió: "Esta doctrina fue
enseñada por José Smith, quien dijo:
34
"`El Sacerdocio fue dado primero a Adán. Lo obtuvo en la
Creación, antes de que se formara el mundo. Se le dio dominio
sobre toda criatura viviente. Él es Miguel el Arcángel, mencio-
nado en las escrituras. . . . El Sacerdocio es un principio eterno,
y existió con Dios desde la eternidad, y hasta la eternidad, sin
principio de días ni fin de años. Las llaves tienen que ser traídas
del cielo cada vez que se envía el evangelio. Cuando se revelan
desde el cielo, es por la autoridad de Adán. . . . Cristo es el Gran
Sumo Sacerdote, Adán el siguiente.'
"Si las llaves de la salvación han sido confiadas a las ma-
nos de Adán, bajo la dirección de Jesucristo, ¿hay algo fuera de
lugar para que el presidente Brigham Young declare que es
Adán con quien tenemos que ver? Y sin embargo aquí está el
reconocimiento de la superioridad de Jesucristo. Siendo esto
verdad, entonces la familia humana está inmediatamente su-
jeta a Adán y él al Redentor del mundo. De nuevo, para ilustrar
este punto:
"En la Iglesia tenemos un oficial presidente a quien llama-
mos el obispo; él tiene pleno cargo en la estaca sobre la que
preside. Este obispo está sujeto a la dirección del presidente
de estaca, y él a su vez a la Presidencia de la Iglesia. El único,
en el mismo sentido, con quien los miembros tienen que ver es
el obispo, pero él no es el oficial superior de ninguna manera.
"En otra revelación que el presidente Young enseñó mu-
chas veces, encontramos lo siguiente:
"`Por tanto, en verdad os digo que todas las cosas son
para mí espirituales, y en ningún momento os he dado una ley
que fuera temporal; ni a ningún hombre, ni a los hijos de los
hombres; ni a Adán, vuestro padre, a quien creé.' [D&C 29:34.
Cursivas añadidas.]
35
"La doctrina enseñada por la Iglesia en relación con Adán
está claramente definida en lo siguiente tomado de la Sección
107 de Doctrina y Convenios.
"`Tres años antes de la muerte de Adán, llamó a Set, Enós,
Cainán, Mahalaleel, Jared, Enoc y Matusalén, que eran todos
sumos sacerdotes, con el resto de su posteridad que eran jus-
tos, al valle de Adam-ondi-Ahman, y allí les otorgó su última
bendición.
"`Y el Señor se apareció a ellos, y se levantaron y bendije-
ron a Adán, y lo llamaron Miguel, el príncipe, el arcángel.
"`Y el Señor administró consuelo a Adán, y le dijo: Te he
puesto a la cabeza; una multitud de naciones vendrá de ti, y tú
eres príncipe sobre ellos para siempre.
"`Y Adán se levantó en medio de la congregación; y, a pe-
sar de que estaba inclinado con la edad, lleno del Espíritu
Santo, predijo todo lo que le sucedería a su posteridad hasta la
última generación.' [D&C 107:53-56.
"De estos pasajes, el presidente Brigham Young podría
muy bien decir que estamos sujetos a Adán; que él gobierna
sobre su posteridad, y nos da mandamientos, así como él re-
cibe mandamientos de Jesucristo, quien lo dirige en su minis-
terio y lo hará hasta el último día del tiempo. Y esto no resta
nada del poder, grandeza y gloria de Dios el Padre y su Hijo Je-
sucristo." (Correspondencia personal.)
ANÁLISIS
Se establece claramente que Adán, conocido también
como Miguel el Arcángel, no es una deidad. En lugar de eso,
36
Adán es descrito como el principal siervo de la Deidad y el líder
de los ejércitos del cielo. Esta posición de alto rango y respon-
sabilidad es significativa, pero no lo eleva al nivel de una dei-
dad.
El texto refuta la idea de que Adán es Dios, una creencia
que algunos disidentes han sostenido. Se cita al presidente
Brigham Young y al presidente Joseph Fielding Smith para acla-
rar que Adán, aunque muy cercano a la Deidad y partícipe en
la creación de la tierra, es Miguel el Arcángel y no Elohim, el
Dios a quien adoramos.
Se destaca que algunas interpretaciones erróneas de los
discursos de Brigham Young han llevado a confusiones. Por
ejemplo, el texto menciona un error en la transcripción de un
discurso que sugirió incorrectamente que Adán era nuestro Pa-
dre Celestial. Esta mala interpretación ha sido corregida por va-
rios líderes de la iglesia, subrayando la importancia de leer y
entender correctamente las escrituras y los discursos oficiales.
El texto también identifica a Adán como el Anciano de
Días, una figura profética mencionada en el libro de Daniel.
Esta identificación refuerza la importancia de Adán en la histo-
ria y el futuro de la humanidad, destacando su papel en los
eventos de los últimos días y su liderazgo continuo bajo la di-
rección de Jesucristo.
El texto enfatiza la doctrina del evangelio de Jesucristo,
que enseña que debemos orar al Padre en el nombre de Cristo
y que dependemos completamente de Jesús para nuestra sal-
vación. Se subraya que Adán, aunque crucial en la historia hu-
mana, no tiene el rol redentor que tiene Cristo. Las bendiciones
de la inmortalidad, la salvación y la exaltación vienen única-
mente a través de Jesucristo.
37
El texto explora cómo Adán, en su papel como Miguel el
Arcángel, tenía autoridad en los cielos antes de la creación del
mundo y cómo recibió el sacerdocio en la tierra. Esta continui-
dad de autoridad y liderazgo espiritual es crucial en la estruc-
tura doctrinal de la iglesia.
El texto de Mark E. Petersen proporciona una clarificación
necesaria y detallada sobre la naturaleza y el papel de Adán en
la teología de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últi-
mos Días. Al abordar y refutar las malinterpretaciones y ense-
ñanzas erróneas, Petersen reafirma la doctrina correcta ba-
sada en las escrituras y las enseñanzas de los profetas moder-
nos.
La insistencia en la separación entre Adán y la Deidad es
fundamental para mantener la integridad de la doctrina del
evangelio. Adán es un ser preeminente y respetado, pero su
papel es claramente distinto del de Elohim y Jesucristo. Esta
distinción es esencial para una comprensión correcta de la je-
rarquía celestial y la estructura del sacerdocio.
El enfoque de Petersen en las enseñanzas de los profetas,
como Brigham Young y Joseph Fielding Smith, ayuda a propor-
cionar un contexto histórico y doctrinal más amplio, que es cru-
cial para entender las complejidades de estas enseñanzas. La
aclaración de los errores de transcripción y las malinterpreta-
ciones históricas también es importante para evitar confusio-
nes y mantener la pureza doctrinal.
En resumen, este análisis y comentario subrayan la im-
portancia de adherirse a las escrituras y las enseñanzas oficia-
les de la iglesia para evitar malentendidos y fortalecer la fe en
las verdades del evangelio restaurado.
38
¿ES TODO UN MITO?
39
Podríamos recordar que es la Biblia la que cuenta esta
historia, y creemos que la Biblia es la palabra de Dios.
El Libro de Mormón sostiene la misma historia y añade
más detalles. También creemos que es la palabra de Dios.
La Perla de Gran Precio entra en gran detalle sobre Adán,
su creación, la caída, sus tratos posteriores con Dios, su bau-
tismo y sus convenios con Dios. Relata que Adán vivió y enseñó
a su familia la verdad sobre el evangelio. También creemos que
la Perla de Gran Precio es la palabra de Dios. Dice la verdad.
Doctrina y Convenios está lleno de referencias a Adán, la
caída, la redención de esa caída, la concesión del sacerdocio y
la manera en que ese sacerdocio se transmitió de una genera-
ción a otra. Se extiende en afirmar la expiación de Cristo, quien
realmente nos redimió de la caída de Adán. ¡Eso no es un mito!
Declaramos sinceramente que Doctrina y Convenios es la
palabra de Dios. Dice la verdad sobre Adán y es divinamente
dado.
El Profeta José Smith habló a menudo sobre Adán y su
misión. Asimismo, lo han hecho todos los presidentes posterio-
res de la Iglesia a quienes sostenemos como profetas, videntes
y reveladores inspirados: hombres de verdad, hombres de
Dios, hombres de revelación. ¿Enseñaron mitos? ¿Engañaron a
la gente? Por supuesto que no. Tenemos el testimonio de que
lo que enseñaron era la palabra de Dios. El Todopoderoso
mismo lo dijo con estas palabras directas:
". . . hablarán según sean inspirados por el Espíritu Santo.
"Y todo lo que hablen cuando sean inspirados por el Espí-
ritu Santo será escritura, será la voluntad del Señor, será el
40
pensamiento del Señor, será la voz del Señor y el poder de Dios
para salvación." (D&C 68:3-4.)
Es esencial decir que el relato de Adán, su caída y su mi-
nisterio posterior es uno de los pilares fundamentales de nues-
tra religión. Es vital y verdadero. Sin él, no tendríamos el evan-
gelio de Cristo.
Si rechazamos a Adán, debemos, en toda coherencia, re-
chazar también a Cristo, porque fue Cristo quien expió el pe-
cado de Adán. Así que si rechazamos la caída, debemos tam-
bién rechazar la redención. Y si rechazamos la caída, que trajo
la muerte al mundo, debemos también negar la resu-rrección
de los muertos. Pero no podemos negar la resurrec-ción, por-
que al hacerlo negaríamos al Salvador.
También rechazaríamos toda la restauración del evange-
lio, porque fue traído a la tierra por siervos resucitados de Dios:
Moroni, Juan el Bautista, Pedro y Santiago, quienes, junto con
Juan, una persona traducida, ministraron a José Smith. Por lo
tanto, si rechazamos a Adán, debemos rechazar a José Smith y
todo lo que representó y enseñó. ¿Qué verdadero Santo de los
Últimos Días está preparado para hacer eso?
Hay decenas de referencias en nuestras escrituras mo-
dernas a Adán y Eva, la caída y la redención. Note esto de Doc-
trina y Convenios:
"El orden de este sacerdocio fue confirmado para ser
transmitido de padre a hijo, y pertenece legítimamente a los
descendientes literales de la simiente escogida, a quienes se
hicieron las promesas.
"Este orden se instituyó en los días de Adán y descendió
por linaje de la siguiente manera:
41
"De Adán a Set, quien fue ordenado por Adán a la edad
de sesenta y nueve años, y fue bendecido por él tres años antes
de la muerte de él (Adán), y recibió la promesa de Dios por me-
dio de su padre, que su posteridad sería la escogida del Señor
y que serían preservados hasta el fin de la tierra;
"Porque él (Set) era un hombre perfecto, y su semejanza
era la imagen expresa de su padre, tanto que parecía ser como
su padre en todas las cosas, y podía distinguirse de él solo por
su edad.
"Enós fue ordenado a la edad de ciento treinta y cuatro
años y cuatro meses, por mano de Adán.
"Dios llamó a Cainán en el desierto en el cuadragésimo
año de su edad; y se encontró con Adán mientras viajaba al lu-
gar de Shedolamak. Tenía ochenta y siete años cuando recibió
su ordenación.
"Mahalaleel tenía cuatrocientos noventa y seis años y
siete días cuando fue ordenado por mano de Adán, quien tam-
bién lo bendijo.
"Jared tenía doscientos años cuando fue ordenado por
mano de Adán, quien también lo bendijo.
"Enoc tenía veinticinco años cuando fue ordenado por
mano de Adán; y tenía sesenta y cinco años y Adán lo bendijo.
"Y vio al Señor, y caminó con él, y estuvo ante su rostro
continuamente; y caminó con Dios trescientos sesenta y cinco
años, haciendo un total de cuatrocientos treinta años cuando
fue trasladado.
"Matusalén tenía cien años cuando fue ordenado por
mano de Adán.
42
"Lamec tenía treinta y dos años cuando fue ordenado por
mano de Set.
"Noé tenía diez años cuando fue ordenado por mano de
Matusalén.
"Tres años antes de la muerte de Adán, llamó a Set, Enós,
Cainán, Mahalaleel, Jared, Enoc y Matusalén, quienes eran to-
dos sumos sacerdotes, con el resto de su posteridad que eran
justos, al valle de Adam-ondi-Ahman, y allí les otorgó su última
bendición.
"Y el Señor se apareció a ellos, y se levantaron y ben-dije-
ron a Adán, y lo llamaron Miguel, el príncipe, el arcángel.
"Y el Señor administró consuelo a Adán, y le dijo: Te he
puesto a la cabeza; una multitud de naciones vendrá de ti, y tú
eres príncipe sobre ellos para siempre.
"Y Adán se levantó en medio de la congregación; y, a pe-
sar de que estaba inclinado con la edad, lleno del Espíritu
Santo, predijo todo lo que le sucedería a su posteridad hasta la
última generación.
"Todas estas cosas estaban escritas en el libro de Enoc, y
serán testificadas en su debido tiempo." (D&C 107:40-57.)
Y lee lo que dice Doctrina y Convenios en D&C 84 al hablar
del descenso del sacerdocio:
"El cual Abraham recibió el sacerdocio de Melquisedec,
quien lo recibió por medio de la línea de sus padres hasta Noé;
"Y de Noé hasta Enoc, por medio de la línea de sus padres;
43
"Y de Enoc hasta Abel, quien fue muerto por la conspira-
ción de su hermano, quien recibió el sacerdocio por los man-
damientos de Dios, por mano de su padre Adán, quien fue el
primer hombre—
"El cual sacerdocio continúa en la iglesia de Dios en todas
las generaciones, y es sin principio de días ni fin de años.
"Y el Señor también confirmó un sacerdocio sobre Aarón
y su simiente, a lo largo de todas sus generaciones, el cual sa-
cerdocio también continúa y permanece para siempre con el
sacerdocio que es según el orden más santo de Dios.
"Y este mayor sacerdocio administra el evangelio y posee
la llave de los misterios del reino, incluso la llave del conoci-
miento de Dios.
Por tanto, en las ordenanzas de este se manifiesta el po-
der de la divinidad." (D&C 84: 14-20. Cursivas añadidas.)
En numerosas citas del Libro de Mormón aprendemos
que Adán, de hecho, fue una realidad, un gran sumo sacerdote,
el progenitor de toda la humanidad en la carne. Nadie que lea
el Libro de Mormón puede razonablemente dudar de la exis-
tencia, la caída y la misión de Adán y Eva.
Como ejemplo, considera lo siguiente:
"Y después que Adán y Eva hubieron tomado del fruto
prohibido, fueron echados del Jardín del Edén, para labrar la
tierra.
"Y han traído hijos; sí, incluso la familia de toda la tierra.
44
"Y los días de los hijos de los hombres fueron prolon-ga-
dos, según la voluntad de Dios, para que se arrepintieran mien-
tras estuvieran en la carne; por lo tanto, su estado se convirtió
en un estado de probación, y su tiempo se prolongó según los
mandamientos que el Señor Dios dio a los hijos de los hombres.
Porque dio mandamiento de que todos los hombres deben
arrepentirse; porque mostró a todos los hombres que estaban
perdidos, a causa de la transgresión de sus padres.
"Y ahora, he aquí, si Adán no hubiera transgredido, no ha-
bría caído, pero habría permanecido en el Jardín del Edén. Y
todas las cosas que fueron creadas deben haber permanecido
en el mismo estado en que estaban después de haber sido
creadas; y deben haber permanecido para siempre, y no tener
fin.
"Y no habrían tenido hijos; por lo tanto, habrían perma-
necido en un estado de inocencia, sin tener gozo, porque no
conocían la miseria; haciendo lo malo, porque no conocían el
pecado.
"Pero he aquí, todas las cosas se han hecho en la sabidu-
ría de aquel que lo sabe todo.
"Adán cayó para que los hombres existiesen; y existen los
hombres para que tengan gozo.
"Y el Mesías viene en la plenitud de los tiempos, para re-
dimir a los hijos de los hombres de la caída. Y porque son redi-
midos de la caída han llegado a ser libres para siempre, cono-
ciendo el bien del mal; para obrar por sí mismos y no ser obra-
dos, salvo por el castigo de la ley en el gran y último día, según
los mandamientos que Dios ha dado.
45
"Por tanto, los hombres son libres según la carne; y todas
las cosas se les han dado que son convenientes para el hombre.
Y son libres para elegir la libertad y la vida eterna, mediante el
gran Mediador de todos los hombres, o para elegir la cautivi-
dad y la muerte, según la cautividad y el poder del diablo; por-
que él busca que todos los hombres sean miserables como él."
(2 Nefi 2:19-27.)
La Perla de Gran Precio cuenta detalles de la vida de Adán
y Eva, su creación y ministerio. También explica cómo, antes de
que se creara el mundo, Cristo fue elegido como el Redentor,
para llevar a cabo la redención sobre la cual se basa todo el
plan de Dios, y ese plan incluía la caída de Adán.
Para que el hombre progresara, tenía que convertirse en
mortal. Fue según el plan eterno de Dios. La mortalidad se lo-
gró a través de la caída de Adán. Por lo tanto, Jesús, como
Jehová, en nuestro estado preexistente aceptó el plan general
del Padre Eterno, incluida la caída, se ofreció a sí mismo como
nuestro Redentor y se preparó entonces para lograr nuestra
redención.
Por supuesto que Adán vivió. También su esposa Eva. Y,
por supuesto, hubo una caída y una redención. Rechazar todo
esto es rechazar todo el plan de salvación y dar la espalda al
Señor.
Todos los lectores de la Biblia aman el capítulo quince de
Primera de Corintios, donde el apóstol Pablo da su testimonio
sobre Adán y el Salvador. Allí afirma con toda seriedad el hecho
de la redención. Observa sus palabras:
46
"Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos,
¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección
de muertos?
"Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco
Cristo resucitó;
"Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predi-
cación, vana es también vuestra fe.
"Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos
testificado de Dios que él resucitó a Cristo; al cual no resucitó,
si es que los muertos no resucitan.
"Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo re-
sucitó;
"Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en
vuestros pecados.
"Entonces también los que durmieron en Cristo perecie-
ron.
"Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos
los más dignos de conmiseración de todos los hombres.
"Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias
de los que durmieron es hecho.
"Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, tam-
bién por un hombre la resurrección de los muertos.
"Porque así como en Adán todos mueren, así también en
Cristo todos serán vivificados." (1 Cor. 15:12-22.)
47
ANÁLISIS
Mark E. Petersen comienza abordando la controversia so-
bre si la historia de Adán y Eva, el Jardín del Edén y la Caída es
un mito. Define un mito como "una historia inventada como
una explicación velada de una verdad" y como "una historia
que generalmente es de origen desconocido y al menos par-
cialmente tradicional". Aquellos que sostienen que la historia
de Adán y Eva es un mito están, en efecto, descartando la con-
fiabilidad de la Biblia y otras escrituras sagradas que relatan es-
tos eventos.
El autor refuta la idea de que la historia de Adán y Eva sea
un mito, afirmando la autenticidad y veracidad de las escrituras
que detallan estos eventos. Se argumenta que la Biblia, el Libro
de Mormón, la Perla de Gran Precio y Doctrina y Convenios son
la palabra de Dios y contienen relatos verdaderos sobre Adán
y Eva.
Se enfatiza que los profetas, desde José Smith hasta los
presidentes posteriores de la Iglesia, han enseñado consis-ten-
temente sobre la realidad de Adán y Eva y la importancia de su
misión. Estas enseñanzas no son consideradas mitos, sino re-
velaciones divinas y verdades fundamentales para la fe.
El relato de la Caída de Adán es presentado como uno de
los pilares fundamentales de la religión. La caída es vista como
un evento necesario y parte del plan de salvación, ya que sin
ella no tendríamos el evangelio de Cristo. El rechazo de la Caída
llevaría al rechazo de la redención, la resurrección y, en última
instancia, la totalidad de la restauración del evangelio.
Se citan numerosos pasajes de Doctrina y Convenios que
detallan la transmisión del sacerdocio desde Adán a través de
48
generaciones. Esto subraya la importancia de Adán como el pri-
mer en recibir el sacerdocio y cómo esta autoridad divina se ha
mantenido a lo largo del tiempo.
El texto refuerza la autenticidad de Adán y Eva al citar pa-
sajes del Libro de Mormón y la Perla de Gran Precio. Estos li-
bros añaden detalles sobre la creación, la caída y el ministerio
posterior de Adán, confirmando su existencia y su papel crucial
en el plan de Dios.
Finalmente, el autor cita 1 Corintios 15, donde el apóstol
Pablo testifica sobre la resurrección de Cristo y su relación con
Adán. Pablo afirma que "por cuanto la muerte entró por un
hombre, también por un hombre la resurrección de los muer-
tos", destacando la conexión esencial entre Adán y Jesucristo
en el plan de salvación.
Mark E. Petersen ofrece una defensa robusta y bien fun-
damentada de la historicidad de Adán y Eva y de la importancia
de sus roles en el plan de salvación. Al abordar directamente
las afirmaciones de que la historia de Adán es un mito, Peter-
sen reafirma la autenticidad de las escrituras y las enseñanzas
de los profetas modernos.
La argumentación presentada es coherente y lógica, des-
tacando que rechazar la realidad de Adán y Eva implica recha-
zar todo el fundamento del evangelio de Cristo. Esta interco-
nexión entre la Caída, la Redención y la Resurrección es crucial
para entender la doctrina de la Iglesia de Jesucristo de los San-
tos de los Últimos Días.
Petersen también hace un buen uso de las escrituras para
apoyar su argumento, citando pasajes clave que refuerzan la
veracidad de la historia de Adán y Eva. Al hacerlo, ofrece un
49
testimonio fuerte y convincente de la importancia de aceptar
estos eventos como hechos históricos y divinamente revela-
dos.
En resumen, este análisis y comentario subrayan la nece-
sidad de aceptar la historia de Adán y Eva no solo como una
verdad teológica, sino como una base esencial para la fe y la
doctrina de la restauración del evangelio.
50
LOS CRÍTICOS DE LA BIBLIA
51
los clérigos y gobernantes que intentaron aplastar ese movi-
miento! En su ignorancia trataron de apagar la llama de la fe
genuina y la luz de la revelación encontradas en las páginas sa-
gradas de las escrituras.
Dios sabía lo que hacía. Preservó la Biblia, primero mien-
tras se compilaba, y luego la sacó de la oscuridad en prepara-
ción para la restauración de su evangelio en estos últimos días.
Es el "libro del Cordero de Dios". Nephi dijo al respecto:
"Y el ángel me dijo: ¿Sabes tú el significado del libro?
"Y le dije: No lo sé.
"Y él me dijo: He aquí, procede de la boca de un judío. Y
yo, Nefi, lo vi; y me dijo: El libro que ves es un registro de los
judíos, el cual contiene los convenios del Señor que él ha hecho
con la casa de Israel; y también contiene muchas de las profe-
cías de los santos profetas; y es un registro semejante a los gra-
bados que están sobre las planchas de bronce, salvo que no
son tantos; no obstante, contienen los convenios del Señor, los
cuales él ha hecho con la casa de Israel; por lo tanto, son de
gran valor para los gentiles.
"Y el ángel del Señor me dijo: Has visto que el libro proce-
dió de la boca de un judío; y cuando salió de la boca de un judío,
contenía la claridad del evangelio del Señor, del cual dan testi-
monio los doce apóstoles; y dan testimonio según la verdad
que está en el Cordero de Dios.
"Por lo tanto, estas cosas salieron de los judíos en pureza
hacia los gentiles, según la verdad que hay en Dios.
52
"Y después que salieron de las manos de los doce apósto-
les del Cordero, de los judíos a los gentiles, viste el estableci-
miento de una iglesia grande y abominable, que es más abomi-
nable que todas las demás iglesias; porque he aquí, han qui-
tado del evangelio del Cordero muchas partes que son claras y
sumamente preciosas; y también muchos convenios del Señor
han quitado.
"Y todo esto han hecho para pervertir los rectos caminos
del Señor, para cegar los ojos y endurecer el corazón de los hi-
jos de los hombres.
"Por tanto, has visto que después que el libro salió de las
manos de la iglesia grande y abominable, han quitado muchas
cosas claras y preciosas del libro, que es el libro del Cordero de
Dios.
"Y después que quitaron estas cosas claras y preciosas,
salió a todas las naciones de los gentiles; y después que salió a
todas las naciones de los gentiles, sí, aun sobre las muchas
aguas que has visto, con los gentiles que han salido de cautivi-
dad, has visto —a causa de las muchas cosas claras y preciosas
que se han quitado del libro, que eran claras para el entendi-
miento de los hijos de los hombres, conforme a la claridad que
está en el Cordero de Dios— a causa de estas cosas que se han
quitado del evangelio del Cordero, un gran número tropieza,
sí, tanto que Satanás tiene gran poder sobre ellos." (1 Nefi
13:21-29. Cursivas añadidas.)
La Biblia en sí misma es un milagro divino. La preservación
de la Biblia y su supervivencia hasta nuestros días es también
un milagro. El hecho de que haya resistido los ataques despia-
dados de clérigos ciegos, reyes y gobernadores ignoran-tes y
53
prejuiciosos, sin mencionar los ataques posteriores de una in-
telectualidad mal orientada, también es un milagro. A pesar de
sus pérdidas, como describe Nefi, sigue siendo un pilar de Dios
en estos últimos días y contiene su verdadera palabra "en la
medida en que esté traducida correctamente."
Pero no necesitamos preocuparnos demasiado por esas
palabras: "en la medida en que esté traducida correctamente",
porque ahora, en una época en que hay literalmente decenas
de traducciones, estas nuevas versiones declaran firmemente
la existencia de Dios, la misión y expiación del Salvador, y la
historia de Adán y Eva, presentada como un hecho, no como
ficción.
Así que la Biblia declara la palabra de Dios. Enseña a todos
los que quieran escuchar la verdad del evangelio y dice especí-
ficamente que hubo una caída en el Jardín del Edén, y que hubo
y hay una redención por el Hijo de Dios, Jesucristo.
El Libro de Mormón sostiene la Biblia como la palabra de
Dios.
Doctrina y Convenios sostiene la Biblia como la palabra
de Dios.
El profeta José Smith sostuvo la Biblia como la palabra de
Dios.
¡Y nosotros también debemos hacerlo!
Como Santos de los Últimos Días, debemos preguntarnos
si nos alinearemos con los críticos de la Biblia que denuncian la
historia de Adán y Eva, o si aceptaremos las escrituras como
hechos y como la palabra revelada del Señor. Para los fieles,
solo puede haber una elección. Es un caso de la sabiduría del
54
hombre versus la sabiduría de Dios, y según el Señor, la sabi-
duría del hombre es necedad para él. (1 Cor. 3:19.)
La integridad de la Biblia es un desafío sin éxito. Al igual
que la raza judía, ha sido preservada para los propósitos del
Señor, y como un escritor ha dicho: "Sin la Biblia, es imposible
imaginar que los judíos podrían haber sobrevivido como un
pueblo distintivo o como una comunidad religiosa durante tan-
tos siglos y a través de tantas vicisitudes." (Nathan Ausubel, en
The Book of Jewish Knowledge, New York: Crown Publishers,
1964, p. 38.)
La verdad de la Biblia, en su conjunto, es también un tes-
timonio de su contenido, que proporciona el relato de Adán y
Eva y el tema estrechamente relacionado de la expiación del
Salvador.
El peso combinado de la evidencia a favor de la Biblia es
mucho mayor que la evidencia en su contra (que es en gran
parte conjetura e hipótesis), de modo que la oposición apenas
merece una consideración seria. Especialmente esto es cierto
en lo que respecta a los Santos de los Últimos Días, porque en
la revelación moderna el Señor mismo la sostiene.
La arqueología bíblica en los últimos años ha abierto una
nueva puerta a la fe aumentada en esta sagrada palabra. Los
descubrimientos de lugares reales y la confirmación de eventos
reales relatados en la Biblia están saliendo a la luz en gran nú-
mero. El descubrimiento de bibliotecas antiguas de escritos
históricos por sí solo ha sido extenso. Estos ayudan a confirmar
la Biblia. Nadie necesita ser más una víctima de la crítica viciosa
y a menudo poco académica de las escrituras sagradas.
55
Mientras los críticos buscan desacreditar la Biblia, los de-
fensores de este volumen inspirado contraatacan con palabras
mucho más comprensibles y contundentes. ¿Puede alguno de
esos críticos ser considerado tan grande como los defensores
mencionados a continuación?
Considera solo algunos de sus comentarios:
La escritura fue tan importante para George Washington,
el primer presidente de los Estados Unidos, que dijo: "Es impo-
sible gobernar correctamente el mundo sin Dios y la Biblia."
William Gladstone dijo: "He conocido a noventa y cinco
de los grandes hombres del mundo en mi tiempo, y de estos,
ochenta y siete fueron seguidores de la Biblia. La Biblia está
marcada con una Especialidad de Origen y una distancia incon-
mensurable la separa de todos los competidores."
Abraham Lincoln dijo: "Creo que la Biblia es el mejor re-
galo que Dios ha dado al hombre. Todo el bien del Salvador del
mundo se nos comunica a través de este libro."
Y Thomas Carlyle: "La Biblia es la declaración más verda-
dera que jamás se haya hecho con letras alfabéticas desde el
alma del hombre, a través de la cual, como a través de una ven-
tana divinamente abierta, todos los hombres pueden mirar ha-
cia la quietud de la eternidad y discernir en destellos su hogar
lejano y largamente olvidado."
El filósofo alemán Immanuel Kant dijo: "La existencia de
la Biblia como un libro para el pueblo es el mayor beneficio que
la raza humana ha experimentado. Todo intento de menos-
preciarla es un crimen contra la humanidad."
56
John Quincy Adams, sexto presidente de los Estados Uni-
dos, dijo: "He hecho de la lectura de la Biblia una práctica du-
rante varios años para leerla en el transcurso de cada año.
Usualmente dedico a esta lectura la primera hora después de
levantarme cada mañana."
Horace Greeley dijo: "Es imposible esclavizar mental o so-
cialmente a un pueblo que lee la Biblia."
Dwight L. Moody hizo este comentario interesante: "Sé
que la Biblia es inspirada porque me inspira."
(Todos los comentarios anteriores son de Emerson Roy
West, Vital Quotations, Bookcraft, 1968, pp. 22-23.)
ANÁLISIS
Mark E. Petersen comienza reconociendo que la Biblia ha
soportado numerosos ataques a lo largo de los años, pero si-
gue siendo el libro más vendido del mundo. Este hecho es atri-
buido a un "poder especial" y a la preservación divina, lo que
refleja la creencia de que la Biblia tiene una importancia espi-
ritual única y duradera.
Petersen menciona a figuras históricas como William Tyn-
dale y John Wycliffe, quienes sacrificaron sus vidas y soporta-
ron grandes sufrimientos para traducir y difundir la Biblia. Es-
tos ejemplos subrayan el valor y la dedicación de aquellos que
creían profundamente en la importancia de hacer accesible la
palabra de Dios. Sus esfuerzos se presentan como parte del
plan divino para preparar el camino para la restauración del
evangelio por medio de José Smith.
57
El autor sostiene que Dios ha preservado la Biblia a lo
largo de los siglos, asegurando su supervivencia y su impacto
continuo. Esta creencia se apoya en el testimonio de Nefi en el
Libro de Mormón, que describe la Biblia como un "libro del Cor-
dero de Dios". Nefi también advierte sobre las alteraciones y
omisiones que ocurrieron cuando el libro pasó por manos hu-
manas, lo que explica algunas de las diferencias y problemas
en las versiones modernas de la Biblia.
A pesar de las críticas y los intentos de desacreditarla, la
Biblia sigue siendo una fuente de verdad y guía espiritual. El
autor argumenta que, aunque la Biblia ha sufrido pérdidas de
"cosas claras y preciosas", todavía contiene la palabra de Dios
y debe ser valorada y defendida. Se menciona que nuevas tra-
ducciones modernas refuerzan la existencia de Dios, la misión
de Jesucristo y la historicidad de Adán y Eva.
El texto cita a varios personajes históricos, desde presi-
dentes de Estados Unidos hasta filósofos, que han defendido y
elogiado la Biblia. Estos testimonios refuerzan la idea de que la
Biblia es una fuente de sabiduría y guía moral invaluable, res-
petada y venerada por figuras influyentes a lo largo de la histo-
ria.
Mark E. Petersen ofrece una defensa apasionada y bien
fundamentada de la Biblia como la palabra de Dios. Al destacar
la dedicación y los sacrificios de figuras históricas como Tyn-
dale y Wycliffe, el autor subraya la importancia de la Biblia y el
impacto que ha tenido en la humanidad. Estos ejemplos de fe
y dedicación sirven como un poderoso recordatorio de la im-
portancia de preservar y valorar las escrituras.
58
La referencia a la visión de Nefi en el Libro de Mormón es
especialmente relevante para los miembros de la Iglesia de Je-
sucristo de los Santos de los Últimos Días, ya que proporciona
un contexto adicional para entender los desafíos que la Biblia
ha enfrentado y cómo ha sido preservada por la mano divina.
Esta perspectiva ayuda a los creyentes a ver la Biblia no solo
como un texto histórico, sino como una parte integral del plan
de Dios para la humanidad.
Además, el autor aborda las críticas modernas de manera
eficaz, argumentando que la Biblia, a pesar de sus alteraciones,
sigue siendo una fuente de verdad y guía espiritual. La mención
de traducciones modernas que afirman la misión de Cristo y la
historia de Adán y Eva refuerza la idea de que la Biblia sigue
siendo relevante y precisa en su mensaje central.
Finalmente, los testimonios de figuras históricas influyen-
tes proporcionan un respaldo adicional a la validez y el valor de
la Biblia. Estas citas refuerzan la idea de que la Biblia ha sido
una fuente de inspiración y guía moral para muchas de las
mentes más grandes de la historia, lo que subraya su impor-
tancia y su impacto duradero.
En resumen, el análisis y comentario del texto destacan la
importancia de la Biblia como la palabra de Dios, la dedicación
de aquellos que han luchado por preservarla y su relevancia
continua en la vida de los creyentes. Este enfoque proporciona
una defensa sólida y convincente de la Biblia contra las críticas
y reafirma su lugar central en la fe y la práctica religiosa.
59
LA VERDADERA CREACIÓN
60
Fue Sir James Jeans, astrónomo británico, quien escribió:
"Este nuevo conocimiento nos obliga a revisar nuestras prime-
ras impresiones apresuradas de que habíamos tropezado con
un universo que o no se preocupaba por la vida o era activa-
mente hostil a la vida. . . . Descubrimos que el universo muestra
evidencia de un poder diseñador o controlador que tiene algo
en común con nuestras propias mentes individua-les." (The
Mysterious Universe, Nueva York: The Macmillan Co., 1930,
pp. 158-59.)
Einstein dijo: "La armonía de la ley natural revela una In-
teligencia de tal superioridad que, comparada con ella, todo el
pensamiento y la actuación sistemática de los seres huma-nos
es una reflexión completamente insignificante." (Alfred G. Fisk,
The Search for Life's Meaning, Nueva York: Fleming H. Revell
Co., 1946, p. 90.)
Fraser-Harris, fisiólogo británico, escribió: "Una unidad
tan sorprendente se percibe en todo el Universo, un grado tan
alto de precisión caracteriza tanto la materia inerte como la
viva que nos vemos obligados a imaginar el Universo como el
resultado de un Propósito Inteligente. Cada una de las ciencias
cuenta la misma historia: una uniformidad de plan autocohe-
rente." (Ibid., p. 90.)
Una observación muy interesante sobre la creación pro-
viene del hombre que fue pionero en la computadora, que hoy
en día ha tomado una parte tan importante en nuestras vidas.
El Dr. Claude M. Hathaway, diseñador del "cerebro electró-
nico" para el Comité Asesor Nacional de Aeronáutica y diseña-
dor para la General Electric Company, escribió:
". . . el diseño requiere un diseñador. Esta razón racional
más fundamental para mi creencia en Dios es una que ha sido
61
enormemente reforzada por mi experiencia en ingeniería. Des-
pués de años de trabajo en el desarrollo y diseño de mecanis-
mos complicados y circuitos electrónicos, he adquirido una tre-
menda apreciación por el diseño dondequiera que lo encuen-
tre. Con tal trasfondo, es impensable que el diseño inconcebi-
blemente maravilloso en el mundo que nos rodea pudiera ser
otra cosa que el producto de un Diseñador personal e infinita-
mente inteligente. Ciertamente, este es un argumento antiguo
que la ciencia moderna ha hecho más poderoso que nunca an-
tes. . . .
"Después de trabajar en esta computadora durante uno
o dos años, y después de enfrentar y resolver los muchos pro-
blemas de diseño que presentó, es completamente irracional
para mí pensar que tal dispositivo podría surgir de alguna otra
manera que no fuera a través de la agencia de un diseñador
inteligente.
"Ahora, el mundo que nos rodea es un vasto conjunto de
diseño u orden, independiente pero interrelacionado, mucho
más complejo en cada pequeño detalle que mi `cerebro elec-
trónico.' Si mi computadora requería un diseñador, ¿cuánto
más lo hizo esa compleja máquina fisico-química-biológica que
es mi cuerpo humano, que a su vez es solo una parte extrema-
damente diminuta del cosmos casi infinito?
"El diseño, el orden, la disposición, llámalo como quieras,
solo puede resultar de dos causas: casualidad o diseño. Cuanto
más complejo es el orden, más remota es la posibilidad de ca-
sualidad. Colocados como estamos en medio de un diseño
poco menos que infinito, no puedo evitar creer en Dios." (John
Clover Monsma, The Evidence of God in an Expanding Uni-
verse, Nueva York: G.P. Putnam's Sons, 1958, pp. 144-45.)
62
Esto nos recuerda una declaración hecha por el Dr. Arthur
H. Compton, ganador del Premio Nobel, quien escribió un ar-
tículo titulado "Lo que tú y yo necesitamos saber" en abril de
1941. Escribió en el Los Angeles Times lo siguiente: "Donde hay
plan, hay inteligencia, y un universo que se desarrolla de ma-
nera ordenada testifica la verdad de la declaración más majes-
tuosa jamás pronunciada: en el principio—DIOS."
El Dr. Henry Eyring es un gran científico mormón que
tiene ocho títulos de doctorado. Ha servido como presidente
de la Sociedad Americana de Química y de la Asociación Ame-
ricana para el Avance de la Ciencia. Posee el máximo honor
científico del país, la Medalla Nacional de Ciencia, que le fue
entregada por el presidente Lyndon B. Johnson. En su libro La
Fe de un Científico, dice: "Adoro a la Inteligencia Suprema del
universo y estoy convencido de que, por sabios que sean los
hombres y a pesar de las cosas maravillosas que han hecho, el
Creador de este universo va mucho más allá de cualquier cosa
que los hombres entiendan, que es ridículo hablar de los dos
en los mismos términos. En la medida en que he podido obser-
var, aquellos que estudian profundamente los asuntos científi-
cos a menudo son de esa persuasión.
"Dado que toda verdad tiene una única fuente, los apa-
rentes conflictos [entre ciencia y religión] que a menudo nos
molestan reflejan solo nuestra comprensión incompleta. . . ."
(La Fe de un Científico, Bookcraft, 1967, p. 107.)
"Creo que cada brillante conquista hecha por el hombre
no es más que una manifestación de la chispa divina que lo dis-
tingue del resto de la creación. El hombre está hecho a la ima-
gen de Dios, destinado a seguir aprendiendo y perfeccio-nán-
63
dose a lo largo de la eternidad. Aceptar la idea de que la per-
sonalidad humana termina con la muerte es aceptar la vida
como un gesto inútil y sin sentido." (Ibid., p. 98.)
Es interesante que el Dr. Eyring luego cite al Dr. Harlow
Shapley diciendo que hay numerosos planetas en los cielos en
los que es razonable suponer que podría o existe vida. (Harlow
Shapley, Of Stars and Man, p. 74)
El Dr. Eyring continúa: "Es natural concluir que el universo
está inundado de seres inteligentes y, presumiblemente, siem-
pre lo ha estado. Cualquier desarrollo de inteligencias que
pueda ocurrir en esta tierra solo repite lo que ha sucedido pre-
viamente en otros lugares." (Ibid.)
Sí, Dios vive. Nos dio nuestra creación, nuestra tierra y
todo lo que hay en ella. También nos dio la sagrada historia de
la creación. Nos dio las escrituras que la proporcionan, y nos
dio el testimonio, su propio testimonio, de que todo es verdad.
Los descubrimientos de los antropólogos y la interpreta-
ción de esos hallazgos parecen, en la superficie, muy convin-
centes, pero cuando se examinan cuidadosamente, todavía se
encuentran basados solo en hipótesis.
Desafortunadamente, tales puntos de vista están encon-
trando su camino en los libros de texto de nuestras escuelas
públicas y se presentan como si fueran hechos, como si estu-
vieran probados más allá de toda duda. Por lo tanto, nuestros
niños están aprendiendo a aceptar esas teorías como hechos y
a considerar la evolución como la única verdadera explicación
del origen de la vida. Pero no todos los científicos están de
acuerdo con los antropólogos de ninguna manera. Por ejem-
plo:
64
El Dr. Gerald T. Den Hartog, agrónomo investigador del
Departamento de Agricultura de EE. UU., escribe: "Por sele-
cción natural y selección humana se ha avanzado en la obten-
ción de biotipos dentro de cada una de las especies domestica-
das. . . . Sin embargo, y este es el gran punto a destacar: bási-
camente, las especies de plantas siguen siendo las mismas a lo
largo de los tiempos, independientemente de los procesos de
selección, cambios en el clima y el entorno, o ataques persis-
tentes y generalizados de enemigos biológicos. El mandato del
Creador en Génesis 1 se está cumpliendo hasta el día de hoy.
"Una ilustración llamativa de la persistencia de las espe-
cies de plantas es proporcionada por los hallazgos de los ar-
queólogos de semillas de trigo y otros productos vegetales que
corresponden a nuestras especies actuales y que han perma-
necido relativamente sin cambios durante miles de años. . . .
"Las plantas se reproducen según su especie, infalible-
mente. La herencia no procede de manera salvaje, al azar, des-
controlada. El trigo produce trigo, la cebada cebada, un olivo
un olivo, en todo tipo de entornos, generación tras generación.
"Para mí, esto indica la existencia de un Dios Creador, ili-
mitado tanto en conocimiento como en poder." (Monsma, op.
cit., pp. 103-105.)
De acuerdo con él está el Dr. Walter Edward Lammerts,
genetista de la Universidad de California, quien dice que aun-
que se obtienen algunas mutaciones y son señaladas con entu-
siasmo por los evolucionistas, como regla no sobreviven. ". . .
la mayoría de las mutaciones son letales," dice. ". . . la ciencia
de la genética no ofrece ninguna evidencia para creer en los
dos supuestos básicos de Charles Darwin. . . . Excepto por las
mutaciones ocasionales (cambios), tales líneas se reproducen
65
fielmente y no varían en todas las direcciones posibles como
postuló Darwin." (Ibid., p. 114.)
El Dr. Lester Zimmerman, de la Universidad de Purdue,
especialista en plantas y suelos del Servicio de Conservación de
Suelos de EE. UU., hizo la pregunta: "¿Quién fue el que estable-
ció y puso en marcha las leyes de la genética y el crecimiento
de las plantas?. . . ¿De dónde vinieron las primeras plantas?. . .
un origen casual está lógicamente fuera de cuestión, y la supo-
sición de un originador inteligente es imperativa: ¿Quién hizo
las primeras plantas?"
Luego cita a Job, capítulo 38, y concluye: "La respuesta
del Libro de Job a la pregunta del origen y mantenimiento del
universo (y eso naturalmente incluye el mundo vegetal) es mi
respuesta. Toda la Naturaleza fue originada por Dios, y Él la
sostiene, incesantemente." (Ibid., pp. 195-96.)
Y la misma respuesta se refiere tanto al hombre como a
la vida vegetal. El Dr. Alfred G. Fisk de la Universidad Estatal de
San Francisco, quien escribió su libro "Search for Life's
Meaning" para ser usado en clases de filosofía en esa escuela,
citó a numerosos científicos destacados indicando que creían
en una creación divina por un Diseñador Inteligente. Luego
dijo: "Podrían añadirse citas similares de cualquier número de
científicos destacados a los que hemos dado, incluyendo nom-
bres como los de los ganadores del Premio Nobel, Compton y
Millikan; el profesor de geología de la Universidad de Harvard,
Kirtley F. Mather, y el gran físico, Michael Pupin. Estos científi-
cos no hablan desde el punto de vista de la experiencia reli-
giosa; están interpretando el mundo abierto a la vista por la
investigación científica. En su juicio, es un mundo de estructura
unificada, de orden, de diseño. Esta unidad implica para ellos,
66
como para nosotros, un Organizador, Diseñador, Ordenador.
Al comprender las `leyes' del azar, estos científicos saben que
no es razonable suponer que el orden de la naturaleza se haya
producido por casualidad. Hablan naturalmente, por lo tanto,
del Arquitecto, el Creador, la Inteligencia en el corazón de las
cosas, una Mente que es como la mente de un Gran Matemá-
tico, evidenciada por el orden matemático de la creación."
(Fisk, op. cit., pp. 90-91.)
Fisk continúa, hablando de la creación: "Uno no puede
dar cuenta razonablemente del mundo que tenemos sobre la
base de un accidente sin plan. La hipótesis de un dios Creador
es un postulado necesario. Como lo expresó el científico Arthur
H. Compton: `. . . La evidencia de las ciencias biológicas y físicas
hace difícil escapar a la conclusión de que nuestro mundo está
controlado por una Inteligencia suprema que dirige la creación
según algún gran plan.'" (Ibid., pp. 96-97.)
Fue Robert Millikan quien dijo: "Nada podría ser más an-
tagónico al espíritu de la ciencia [que el ateísmo]. Me parece
que cualquiera que reflexione un poco cree de una manera u
otra en Dios." (Citado en Fisk, op. cit., p. 233.)
Y Kirtley F. Mather, en Science in Search of God, es citado
diciendo: "Cuanto más sabemos sobre el mundo en el que vivi-
mos, mejor es nuestra comprensión de Dios, más verdadera es
nuestra comprensión de Su carácter. Dios se revela parcial-
mente por la naturaleza inanimada con sus planetas obedien-
tes a la ley y sus reacciones químicas ordenadas. . . . Pero en-
contramos ese poder en un plano claramente superior cuando
consideramos los lirios del campo o contemplamos las aves del
cielo. . . . Luego, cuando investigamos a la humanidad e inda-
gamos en la naturaleza del hombre, ampliamos enormemente
67
nuestra estimación de las fuerzas que pueden producir perso-
nalidad así como organismo." (Nueva York: Henry Holt, 1928,
pp. 74-75.)
Elmer Davis, escritor de ciencia ampliamente conocido,
dijo en un artículo en Harper's, "Lejos de abolir a Dios, la ciencia
moderna, en particular la astrofísica, casi ha abolido el
ateísmo." (Harper's, marzo de 1930, p. 399.)
A. Cressy Morrison escribió un libro sobre ciencia y reli-
gión, titulado "Man Does Not Stand Alone"; y un volumen con-
densado de esta obra fue publicado por Reader's Digest Press.
Morrison sirvió como presidente de la Academia de Ciencias de
Nueva York y del Instituto Americano de la Ciudad de Nueva
York, y fue miembro de la junta ejecutiva del Consejo Nacional
de Investigación, miembro del Museo Americano de Historia
Natural y miembro vitalicio de la Real Institución de Gran Bre-
taña.
Cuando se publicó el libro, Clare Boothe Luce, conocida
periodista, dijo: "Creo que este libro ha hecho más conversos
del ateísmo al teísmo que miles y miles de los tratados de la
iglesia que se difunden por la tierra todo el año." El Los Angeles
Times dijo: "El argumento del libro es casi abrumador . . . vale
la pena el tiempo de cualquiera." El Christian Advocate escri-
bió: "Apilando hecho sobre hecho, el autor muestra la absurdi-
dad del punto de vista ateo."
Entre otras cosas, Morrison escribió lo siguiente: "El pri-
mer capítulo de Génesis contiene la verdadera historia de la
creación, y su esencia no ha sido cambiada por el conocimiento
adquirido desde que fue escrito. Esta declaración causará una
sonrisa en el rostro afable del científico y una mirada de incre-
dulidad pero satisfacción del verdadero creyente."
68
Después de discutir la creación de los animales y las hier-
bas y el hecho de que "He dado toda hierba verde para comer",
dice:
"Aquí hay una declaración en biología que es muy sor-
prendente, considerando la época en que se hizo. Es correcta
y está en perfecta concordancia con el conocimiento científico.
La declaración sobre las hierbas verdes no se demostró verda-
dera hasta que se descubrió la síntesis de la clorofila y se dio a
conocer por la ciencia que toda la vida dependía de cada cosa
verde. Así es el orden de procedimiento desde el caos hasta el
hombre y su dominio. ¿Puede la ciencia encontrar un defecto
en esta historia breve jamás contada? ¿La historia del mundo
en unas pocas líneas impresas? El resto es detalle. Debemos
rendir homenaje al escritor, desconocido y no anunciado, en
completa humildad inclinarnos ante su sabiduría y admitir su
inspiración. Ante la simple verdad aquí contada, no discutamos
sobre detalles debidos a la traducción e interpolación humana
o sobre la cuestión de cómo Dios hizo su trabajo o el tiempo
que tomó. ¿Quién lo sabe? Los hechos tal como se cuentan han
llegado a través de los siglos y son hechos. . . .
"El científico no afirma, ni puede negar, la existencia del
Espíritu o una Inteligencia Suprema, sin embargo, en su interior
siente el impacto de la conciencia, el pensamiento, la memoria
y las ideas que emanan de esa entidad que llamamos alma.
Sabe que su inspiración no proviene de la materia. La ciencia
no tiene derecho a la última palabra sobre la existencia de una
Inteligencia Suprema hasta que pueda hablar esa palabra de
manera definitiva y para siempre." (A. Cressy Morrison, Man
Does Not Stand Alone, Fleming H. Revell Co., 1944, pp. 103-
104.)
69
Los antropólogos en particular, pero también los arqueó-
logos y otros científicos, utilizan libremente cifras de alta mag-
nitud al estimar la edad de la vida en la tierra, que van desde
miles hasta millones de años en el pasado. Gran parte de la da-
tación se ha alcanzado mediante el uso del método del radio-
carbono, que ha sido considerado confiable durante años por
algunos científicos, pero que ha sido cuestionado repetida-
mente por otros. Ahora viene un comunicado de prensa de
United Press International desafiando con fuerza la exactitud
de ese método para cualquier período anterior al 2000 a.C. El
artículo de noticias dice:
"Berrien Springs, Michigan (UPI): Un método amplia-
mente aceptado para determinar la edad de diversas formas
de vida en la tierra hasta el 50,000 a.C. puede estar muy equi-
vocado para objetos de más de 4,000 años de antigüedad,
afirma un físico.
"Robert Brown, en un documento que desafía la validez
del método de datación por radiocarbono, dijo que cree que la
vida en la tierra comenzó alrededor del 5,000 a.C., aproxi-ma-
damente el tiempo en que algunos eruditos bíblicos dicen que
la tierra fue creada.
"Brown, director del Instituto de Investigación Geocien-
tífica de la Universidad de Andrews aquí, dijo que la técnica
para determinar la edad de los organismos muertos ha demos-
trado ser bastante precisa hasta el 2000 a.C.
"Pero, dijo, los datos recopilados durante su estudio de
10 años del método sugieren que los átomos de carbono ra-
diactivo no existían en la atmósfera terrestre en cantidades
medibles antes del 2000 a.C., y por lo tanto no pueden usarse
para datar objetos anteriores a ese tiempo.
70
"Brown dijo que comenzó su investigación con un escep-
ticismo inicial sobre la datación por radiocarbono basado en su
creencia en los relatos bíblicos de la creación y el diluvio uni-
versal.
"`Todo lo que teníamos en el pasado era especulación,
que es el último intento desesperado de un creyente para man-
tener su fe sin hacer parecer que ha apagado su cerebro,' dijo.
"El método de radiocarbono, desarrollado poco después
de la Segunda Guerra Mundial, implica medir la radiactividad
emitida por el isótopo carbono-14, que se produce en el aire
por los rayos cósmicos que golpean las moléculas de aire y es
absorbido por todos los organismos vivos.
"Pero, dijo Brown, en lugar de indicar un largo período de
descomposición radiactiva, los bajos niveles de radiocarbono
podrían simplemente indicar que algunos organismos comen-
zaron con menos radiocarbonos.
"Condiciones como la temperatura del planeta y los cam-
pos geomagnéticos y solares magnéticos que rodean el globo
han alterado los radiocarbonos atmosféricos, causando que las
fechas de carbono-14 difieran del tiempo real, dijo.
"En algún momento en el tiempo, dijo, no había radiocar-
bonos en la atmósfera. Luego, en algún momento antes del
2000 a.C., probablemente ocurrió un cambio atmosférico im-
portante que resultó en una acumulación de carbono-14 en la
atmósfera durante varios siglos." (Deseret News, 2 de enero de
1976.)
La historia del "reloj de tiempo" del radiocarbono es in-
teresante. Fue descubierto por el Dr. W. F. Libby, quien recibió
un premio Nobel por su trabajo. Como explicaron el Dr. Melvin
71
A. Cook y M. Garfield Cook en su libro Science and Mormonism,
este "más confiable de todos los relojes radiactivos ha sido am-
pliamente aceptado a pesar de una debilidad reconocida en los
primeros días de su desarrollo por el Dr. Libby mismo. . . . De-
bido a que solo tomaría alrededor de 30,000 años para que el
radiocarbono se acerque lo suficiente al equilibrio general en
la tierra como para que un desequilibrio no pueda ser detec-
tado experimentalmente, el Dr. Libby eligió rechazar esta evi-
dencia sobre la base de lo que consideraba conocimiento co-
mún de que la tierra no es meramente más de 30,000 años sino
incluso miles de millones de años. Uno debe tener una gran fe
en su teoría para ignorar datos experimen-tales con el fin de
retenerla. El Dr. Libby adoptó el modelo de equilibrio para leer
su reloj de tiempo radiactivo; la evidencia indica que debería
haber adoptado un modelo de no equilibrio para ser coherente
con los datos observados y los otros postulados de su modelo
de radiocarbono. Si hubiera adop-tado el modelo de no equili-
brio, su método todavía podría haberse aplicado fácilmente (y
con diferencias relativamente pequeñas para edades no mayo-
res de 4,000 años). Sin embargo, habría fechado toda la atmós-
fera de la tierra en aproximadamente 10,000 años de edad."
(Science and Mormonism, 1967, p. 166.)
¡Qué rechazo tan abrumador habría sido para todas las
fechas conjeturadas sobre el origen de la vida, que algunos
pondrían en millones de años!
Debe recordarse que incluso los evolucionistas admiten
que su evidencia es en gran medida conjetural y que tratan con
vastos períodos de tiempo en los que un millón o dos años pa-
recen hacer poca, si alguna, diferencia.
72
Una edición reciente del Atlas of Ancient Archaeology,
por ejemplo, dice: "Nadie que lea periódicos puede dejar de
saber que ahora hay pruebas convincentes de que los primeros
pasos en la evolución humana (la aparición de la familia de los
homínidos) tuvieron lugar en África al sur del Sahara. Parece
que entre hace cuatro y tres millones de años, cuando el clima
cálido de la Edad Pliocena daba paso a la mucho más fría Edad
Pleistocena, los primates en África subsahariana estaban evo-
lucionando hacia los primeros `hombres' o homínidos."
El volumen luego describe el homo habilis, una rama de
los homínidos, que era "un pequeño individuo que promediaba
alrededor de cuatro pies de altura, pero tenía un cerebro rela-
tivamente grande de alrededor de 700 cc, y se cree que domi-
naba, tal vez cazaba y comía, a los sobrevivientes Australo-
pithecinos." (McGraw-Hill, 1975, pp. 7-8.) ¿Cómo podría al-
guien saberlo?
Nota que "se cree" que hicieron tal y tal cosa. Esta admi-
sión corresponde con otra en la página opuesta de este mismo
libro, en la que el autor admite "tan poco sabemos," y "sin em-
bargo, tan incierta es la evidencia."
Los interminables viajes evolutivos en los mares de la es-
peculación ciertamente no pueden permitirse destruir nuestra
fe en la revelación divina, la cual refuta completamen-te estas
hipótesis.
Debe recordarse que, al igual que hay muchos puntos de
vista diferentes sobre la religión entre las numerosas iglesias,
también hay igualmente puntos de vista diferentes entre los
científicos.
73
Es un error asumir que hay una ciencia, una explicación
unida para el origen de la vida, el origen del hombre o el origen
del universo, porque simplemente no es así.
Hay investigadores imaginativos en ciencia como los hay
en bibliología, y no todos llegan a las mismas respuestas. La
misma divergencia de opiniones entre los investigadores, tanto
antropólogos como otros, es una evidencia en sí misma de que
no hay un terreno común en estos asuntos entre los científicos,
por muy sinceros que sean.
Es un crédito para ellos que, como hombres honestos,
ajustan su pensamiento a medida que se presentan nuevas
pruebas. Esto también indica que no todos han encontrado aún
la respuesta final al origen del hombre ni al comienzo de la vida
en ningún otro campo, aunque muchos, como se indicó ante-
riormente, creen en la creación divina.
Dado que tenemos la palabra segura de la revelación para
guiarnos en cuanto a la creación, ¿cambiaremos esta por hipó-
tesis no probadas?
¿Cambiaremos la verdad sólida por la especulación?
Dios vive. Adán fue el primer hombre. Cayó para propor-
cionar la mortalidad. Cristo es el Unigénito Hijo de Dios. Murió
para darnos la resurrección y la redención.
ANÁLISIS
Mark E. Petersen aborda una de las controversias más
persistentes entre la ciencia y la religión: la historia de la crea-
ción según la Biblia frente a la teoría de la evolución. El autor
defiende la veracidad del relato bíblico de la creación y critica
74
la teoría de la evolución, argumentando que esta última se
basa en conjeturas y falta de evidencia sólida.
El texto sostiene que la teoría de la evolución carece de
pruebas concluyentes, destacando que no se ha encontrado
ningún "eslabón perdido" y que los descubrimientos arqueoló-
gicos son interpretados de manera especulativa. El autor cita a
varios científicos que cuestionan la idea de que la vida y el uni-
verso hayan surgido por accidente o por procesos naturales sin
intervención divina.
Se presentan citas de varios científicos destacados, como
Sir Ambrose Fleming, Sir James Jeans, Albert Einstein, Fraser-
Harris, y otros, que apoyan la idea de un diseño inteligente de-
trás del universo. Estas citas refuerzan la argumentación de
que la complejidad y el orden del universo no pueden expli-
carse por casualidad, sino que apuntan a la existencia de un
Creador inteligente.
Mark E. Petersen incluye el testimonio del Dr. Claude M.
Hathaway, un ingeniero y diseñador de computadoras, quien
argumenta que la complejidad del diseño en el mundo natural
es mucho mayor que cualquier cosa creada por el hombre, y
por lo tanto, debe ser producto de un diseñador divino. Este
testimonio se utiliza para destacar la improbabilidad de que el
universo haya surgido sin una inteligencia superior detrás.
El autor afirma que Dios es el Creador del universo y que
la Biblia contiene la verdadera historia de la creación. Se citan
diversos pasajes bíblicos y declaraciones de líderes religiosos
para apoyar esta afirmación. Además, se menciona que la cien-
cia moderna no ha proporcionado pruebas suficientes para
desacreditar la narración bíblica de la creación.
75
El texto concluye enfatizando la importancia de la fe en la
revelación divina sobre la especulación científica. Se presenta
la creación de Adán como un hecho revelado y fundamental
para la fe cristiana, destacando que Cristo es el Redentor que
proporciona la resurrección y la redención a la humanidad.
El texto de Mark E. Petersen ofrece una defensa sólida de
la creación bíblica, presentando argumentos contra la teoría de
la evolución y citando a científicos prominentes que apoyan la
idea de un diseño inteligente. La crítica a la evolución se centra
en la falta de pruebas concluyentes y la dependencia de la es-
peculación para explicar el origen de la vida y el universo.
La inclusión de testimonios de científicos y diseñadores
proporciona un respaldo significativo a la argumentación del
autor, destacando que muchos expertos reconocen la impro-
babilidad de que la complejidad del universo haya surgido sin
una inteligencia superior. Este enfoque refuerza la idea de que
la fe en un Creador es racional y compatible con la observación
científica.
El autor también hace hincapié en la importancia de la re-
velación divina, argumentando que la verdad revelada por Dios
debe prevalecer sobre las hipótesis no probadas de la ciencia.
Esta perspectiva es fundamental para los creyentes que ven en
la Biblia y otras escrituras sagradas la guía definitiva para en-
tender el origen y propósito de la vida.
En resumen, el análisis y comentario del texto subrayan
la validez de la creación bíblica y la necesidad de confiar en la
revelación divina. Al cuestionar la teoría de la evolución y pre-
sentar testimonios de científicos que apoyan el diseño inteli-
gente, el autor proporciona una defensa convincente de la fe
en Dios como Creador del universo.
76
ADÁN JUNTO A CRISTO
77
Nacimos en la tierra como bebés, igual que él. Iremos a la
tumba como él lo hizo. Estaremos en la semejanza de su resu-
rrección. En todos los sentidos él es nuestro prototipo físico,
desde el principio hasta el final. Y Dios es el Padre de todos no-
sotros.
El Todopoderoso, al crear diversas formas de vida, or-
denó a todas que se reprodujeran según su propia especie. El
hombre también fue mandado a reproducirse a sí mismo. Sólo
podía procrear según su especie conforme a la ley de Dios, y
era "según la especie" u orden de su Padre Eterno en el cielo.
No se involucraron formas de vida inferiores.
Cuando el Todopoderoso habló de formas de vida inferio-
res que creó, dijo esto: "Y también se convirtió en un alma vi-
viente... porque permanece en la esfera en la que yo, Dios, la
creé, sí, incluso todas las cosas que preparé para el uso del
hombre." (Moisés 3:9. Énfasis añadido.)
Esto es interesante a la luz de la escritura anterior en la
que toda vida fue mandada a reproducirse solo según su espe-
cie. Ahora dice que todas las formas de vida permanecieron en
la esfera en la que las creó. No hubo transferencia de una es-
pecie a otra.
Esto también es interesante:
"Y de la tierra el Señor Dios formó toda bestia del campo,
y toda ave del aire; y ordenó que vinieran a Adán, para ver
cómo las llamaría; y también eran almas vivientes; porque yo,
Dios, soplé en ellas el aliento de vida, y ordené que cualquier
cosa que Adán llamara a cada criatura viviente, ese sería su
nombre.
78
"Y Adán dio nombres a todo ganado, y a las aves del aire,
y a toda bestia del campo..." (Moisés 3:19-20.)
Los expertos en las ciencias de la vida saben que tal tarea
requeriría gran inteligencia. Ningún "pre-hombre" podría ha-
cer eso.
La escritura continúa: "... Adán comenzó a labrar la tierra,
y a tener dominio sobre todas las bestias del campo, y a comer
su pan con el sudor de su frente, como yo, el Señor, le había
mandado. Y Eva, también, su esposa, trabajó con él." (Moisés
5:1.)
Entonces, ¿cuándo comenzó la agricultura? No fue una
evolución en absoluto, como algunos antropólogos han es-
crito. La agricultura comenzó con el primer hombre, simultá-
neamente con su expulsión del Jardín del Edén, simultánea-
mente con su transición de lo que el Dr. James E. Talmage llama
un estado inmortal (no sujeto a la muerte) a la mortalidad. De
hecho, un tipo de agricultura comenzó antes de la caída de
Adán, porque "el Señor Dios tomó al hombre, y lo puso en el
Jardín del Edén, para que lo labrara y lo guardara." (Moisés
3:15.) Así que Adán era un agricultor desde el principio.
El hombre tenía que comer, y ahora, siendo mortal, tenía
que hacerlo con el sudor de su frente. Tenía que trabajar, la-
brar la tierra y domesticar animales para que algunos de ellos
también trabajaran. Eso fue desde el principio y no fue parte
de algún desarrollo posterior, como se afirma.
No solo Adán y Eva se convirtieron en agricultores, sino
que enseñaron a sus hijos también, y ellos también se convir-
tieron en agricultores y ganaderos. Notemos la escritura: "Abel
79
fue pastor de ovejas, pero Caín fue labrador de la tierra." (Moi-
sés 5:17.) Fue para obtener los rebaños de Abel que Caín mató
a su hermano, porque dijo: "...seguramente los rebaños de mi
hermano caen en mis manos." (Moisés 5:33.)
Entonces los primeros hombres conocían la agricultura.
Adán tuvo una numerosa posteridad. ¿No ganarían ellos su
sustento de manera similar a como lo hizo él?
Ahora, ¿quién fue Adán?
"Y al primer hombre de todos los hombres he llamado
Adán, que es muchos." (Moisés 1:34.)
Tengamos en cuenta que aunque esta información se
toma de los escritos de Moisés, no fue dada a José Smith por
manuscrito ni por traducción de algún registro antiguo. Le fue
dada por el Señor como revelación moderna. Así que es un he-
cho, no una mitología en ningún sentido.
En otras revelaciones dadas a José Smith tenemos la
misma información. Cuando el Señor trazó la línea del sacerdo-
cio, dijo: "Y de Enoc a Abel, quien fue asesinado por la conspi-
ración de su hermano [la historia de Caín y Abel por lo tanto
también era verdadera y no una fábula], quien recibió el sacer-
docio por los mandamientos de Dios, por la mano de su padre
Adán, quien fue el primer hombre—El cual sacerdocio continúa
en la iglesia de Dios en todas las generaciones, y no tiene prin-
cipio de días ni fin de años." (D&C 84:16-17. Énfasis añadido.)
Enfrentémoslo. Esta es una revelación moderna. Este es
Dios hablando, y nos está diciendo esto para que "no seamos
más niños, zarandeados de aquí para allá, y llevados por todo
80
viento de doctrina, por la artimaña de los hombres, y astu-
cia"—o, como dice la versión revisada de la Biblia, "tras las ase-
chanzas del error." (Efesios 4:14.)
Así como Adán fue el primer hombre, Eva fue la primera
mujer; y por revelación al Profeta José Smith, tenemos el hecho
de que ella fue la "primera de todas las mujeres." En el cuarto
capítulo del libro de Moisés en la Perla de Gran Precio, encon-
tramos lo siguiente: "Y Adán llamó el nombre de su esposa Eva,
porque ella era la madre de todos los vivientes; porque así la
he llamado yo, el Señor Dios, la primera de todas las mujeres,
que son muchas." (Moisés 4:26.)
Así que vemos claramente, entonces, por la revelación
actual de Dios a José Smith que no solo ella fue la primera mu-
jer, sino que también fue "la madre de todos los vivientes" se-
res humanos. Dado que se nos da este gran hecho por revela-
ción, debería aclarar muchas preguntas importantes en nues-
tras mentes y eliminar las incertidumbres que surgen de las en-
señanzas de hombres no inspirados.
Adán y su familia vivieron de manera muy similar a la
gente de hoy. Trabajaron para ganarse la vida. Tuvieron sus
buenos y malos momentos. Algunos de sus hijos fueron obe-
dientes; otros no. Mientras Adán les enseñaba el evangelio, Sa-
tanás también vino y algunos de ellos fueron influenciados en
sentido contrario. Pero:
"... Adán escuchó la voz de Dios y llamó a sus hijos a arre-
pentirse.
"Y entonces comenzaron estos hombres a invocar el nom-
bre del Señor, y el Señor los bendijo;
81
"Y se llevó un libro de memorias, en el cual se registraba,
en el lenguaje de Adán, porque se les daba a todos los que in-
vocaban a Dios para escribir por el espíritu de inspiración;
"Y por ellos se enseñaba a sus hijos a leer y escribir, te-
niendo un lenguaje que era puro y sin mancha." (Moisés 6:1, 4-
6.)
Y lo que es más, estos primeros hombres, altamente inte-
ligentes y enseñados por inspiración de Dios, también se con-
virtieron en genealogistas. Esta fue una de las importantes res-
ponsabilidades que el Señor les impuso; y no solo escribieron
genealogía e historia familiar (su libro de recuerdos), sino que
incluso llevaron un cuidadoso registro de sus ordenaciones.
"Ahora bien, esta profecía la habló Adán según fue mo-
vido por el Espíritu Santo, y se llevó una genealogía de los hijos
de Dios. Y este fue el libro de las generaciones de Adán..." (Moi-
sés 6:8.)
Dijo el Presidente Joseph Fielding Smith: "Adán fue colo-
cado aquí, no como un salvaje semicivilizado, sino como un
hombre perfectamente desarrollado, con una inteligencia ma-
ravillosa, porque ayudó a crear esta tierra. Fue elegido en la
preexistencia para ser el primer hombre sobre la tierra y el pa-
dre de la raza humana, y presidirá sobre su posteridad para
siempre.
"Ahora, el Señor no eligió a un ser que acababa de desa-
rrollarse a partir de las formas de vida inferiores, para ser un
príncipe, un arcángel, para presidir sobre la raza humana para
siempre. ¡Adán, como Miguel, fue una de las mayores inteli-
82
gencias en el mundo de los espíritus y está al lado de Jesu-
cristo! Cuando vino a la tierra, el Señor le dio una forma de go-
bierno perfecta.
"El primer hombre colocado en esta tierra fue un ser in-
teligente, creado a la imagen de Dios, poseedor de sabiduría y
conocimiento, con poder para comunicar sus pensamientos en
un lenguaje, tanto oral como escrito, que era superior a cual-
quier cosa que se encuentre en la tierra hoy en día. Esto puede
sonar muy contundente y dogmático para aquellos que sostie-
nen el otro punto de vista, pero no lo es más que sus declara-
ciones en sentido contrario. Además, no lo digo por mí mismo,
sino que simplemente repito lo que el Señor ha dicho; ¡y segu-
ramente el Creador, por encima de todos los demás, debería
saberlo!
"El primer hombre fue instruido por el mejor maestro que
jamás tuvo el hombre, porque fue enseñado por Dios y habló
el idioma del Altísimo, en el cual los ángeles conversaban. Este
idioma lo enseñó a sus hijos. Es cierto que se le dejó trabajar,
mediante el uso de sus facultades, muchos de los grandes se-
cretos de la naturaleza; pero el Señor no lo dejó desamparado,
sino que lo instruyó, y fue inspirado por el Espíritu del Señor.
"El Señor le dio mandamientos después de que fue expul-
sado del Jardín del Edén, le reveló el plan de salvación, y en-
señó a sus hijos, y estableció un gobierno. Fue un gobierno per-
fecto, porque Adán escuchó los consejos del Todopoderoso, su
Padre, y nuestro Padre. Enseñó a sus hijos los principios de la
verdad divina y trató de establecerlos en el conocimiento y la
comprensión de las cosas del reino de Dios.
83
"Algunas personas tienen la idea de que los Diez Manda-
mientos fueron dados por primera vez por Moisés cuando diri-
gió a los hijos de Israel y formuló su código de leyes. Este no es
el caso. Estos grandes mandamientos son desde el principio y
se entendieron en comunidades justas en los días de Adán. De
hecho, son partes fundamentales del evangelio de Jesucristo,
y el evangelio en su plenitud fue dado por primera vez a Adán."
(Doctrines of Salvation, 1:94-96.)
Los antropólogos nos dicen que la religión entre los pri-
meros hombres evolucionó a partir de supersticiones. ¡Pero
cuán lejos están de la verdad! La religión fue revelada por Dios
al primer hombre, a quien ordenó como sumo sacerdote y a
quien le dio la Primera Presidencia. ¿Primera Presidencia de
qué? ¡De la Iglesia de Jesucristo, la única organización en la que
hay una verdadera Primera Presidencia, con las llaves divinas y
los poderes de la misma! (Teachings of the Prophet Joseph
Smith, p. 157.)
El Profeta José dice que "el Sacerdocio es un principio
eterno, y existió con Dios desde la eternidad... Las llaves tienen
que ser traídas del cielo siempre que se envíe el Evangelio.
Cuando se revelan desde el cielo, es por la autoridad de Adán."
¿Y por qué?
Porque Adán está al lado de Cristo en autoridad y fue el
primer hombre en recibir las llaves de la Primera Presidencia.
(Teachings, pp. 157-58.)
El Profeta, nuevamente hablando de Adán como el pri-
mer hombre, dijo que "es mencionado en Daniel como el `An-
ciano de Días,' o en otras palabras, el primero y el más antiguo
de todos, el gran progenitor de quien se dice en otro lugar que
84
es Miguel, porque fue el primero y el padre de todos, no solo
por progenie, sino el primero en tener las bendiciones espiri-
tuales, a quien se le dio a conocer el plan de las ordenanzas
para la salvación de su posteridad hasta el fin, y a quien Cristo
fue revelado primero, y a través de quien Cristo ha sido reve-
lado desde el cielo, y continuará siendo revelado desde enton-
ces. Adán tiene las llaves de la dispensación de la plenitud de
los tiempos; es decir, la dispensación de todos los tiempos ha
sido y será revelada a través de él desde el principio hasta
Cristo, y de Cristo hasta el fin de las dispensaciones que se re-
velarán." (Teachings, p. 167.)
Así que no solo Adán y su familia eran personas inteligen-
tes, sino que recibieron las revelaciones de Dios, quien los en-
señó. La Iglesia fue organizada entre ellos, y el sacerdocio les
fue conferido para dar validez a todo lo que hicieron.
La genealogía del Salvador según proporcionada en Lucas
llama a Adán un hijo de Dios. (Lucas 3:38.) Así lo hace la reve-
lación dada a José Smith: "Y esta es la genealogía de los hijos
de Adán, quien era el hijo de Dios, con quien Dios mismo con-
versó. Y ellos eran predicadores de justicia, y hablaron y profe-
tizaron, y llamaron a todos los hombres, en todas partes, a
arrepentirse; y la fe fue enseñada a los hijos de los hombres."
(Moisés 6:22-23.)
Necesitamos entender el verdadero concepto del primer
hombre, Adán. Él estaba al lado de Cristo en autoridad en la
creación; todavía lo está. Dirige todas las dispensaciones del
evangelio jamás dadas a la humanidad, como enseñó el Profeta
José Smith.
Fue un predicador de justicia para su familia. Poseyendo
las llaves de la Primera Presidencia, presidió la Iglesia de Cristo
85
en su día, porque la Iglesia fue organizada entre sus descen-
dientes. Se le enseñó el evangelio desde el comienzo de su
mortalidad. Fue bautizado, al igual que nosotros, y recibió el
don del Espíritu Santo, al igual que nosotros:
"Y sucedió que cuando el Señor habló con Adán, nuestro
padre, Adán clamó al Señor, y fue arrebatado por el Espíritu del
Señor, y fue llevado al agua, y fue sumergido en el agua, y fue
sacado del agua.
"Y así fue bautizado, y el Espíritu de Dios descendió sobre
él, y así nació del Espíritu, y fue vivificado en su hombre inte-
rior.
"Y oyó una voz del cielo, que decía: Tú eres bautizado con
fuego y con el Espíritu Santo. Este es el testimonio del Padre y
del Hijo, de ahora en adelante y para siempre." (Moisés 6:64-
68.)
Aquí hay un punto importante. Notemos estas palabras:
"Este es el testimonio del Padre y del Hijo, de ahora en ade-
lante y para siempre." El Padre y el Hijo aquí testificaron que
Adán, quien era una tercera persona y que en la preexistencia
era Miguel, pero ahora en la mortalidad era Adán, fue bauti-
zado para la remisión de su pecado cometido en el Jardín del
Edén. El versículo 53 de ese capítulo dice específicamente que
en el bautismo Adán recibió la remisión de su pecado:
"Y nuestro padre Adán habló al Señor y dijo: ¿Por qué es
que los hombres deben arrepentirse y ser bautizados en agua?
Y el Señor dijo a Adán: He aquí, te he perdonado tu transgre-
sión en el Jardín del Edén." (Énfasis añadido.)
Esta es una declaración notable. El bautismo ahora le dio
a Adán libertad de culpa por la caída. Pero no eliminó la pena
86
de su pecado, que era la mortalidad y la eventual muerte. La
resurrección del Salvador fue proporcionada para superar la
muerte y convertir la mortalidad en inmortalidad. El bautismo
no hace eso. Pero fue el bautismo lo que limpió a Adán de la
culpa, para que nuevamente pudiera comunicarse libremente
con el Señor.
Esto nos lleva a algunas preguntas serias: Algunos dicen
que Adán era Dios el Padre Eterno. Sin embargo, Adán pecó.
¿Dios peca? ¿Requeriría nuestro Dios y Padre el bautismo para
liberarse del pecado? ¿Diremos que Dios el Padre podría, o
hizo, pecar? Si Dios pecara, ¿no dejaría de ser Dios?
Así que nuevamente la fábula de Adán-Dios se muestra
como una contradicción ridícula.
El nombre de Cristo fue revelado a Adán mientras se le
daba el evangelio, y el plan de redención se le dio a conocer.
Notemos nuevamente el registro de las escrituras:
"Pero Dios ha dado a conocer a nuestros padres que to-
dos los hombres deben arrepentirse.
"Y llamó a nuestro padre Adán con su propia voz, di-
ciendo: Yo soy Dios; hice el mundo, y los hombres antes de que
estuvieran en la carne.
"Y también le dijo: Si te vuelves a mí, y escuchas mi voz, y
crees, y te arrepientes de todas tus transgresiones, y eres bau-
tizado, incluso en agua, en el nombre de mi Unigénito, quien
está lleno de gracia y verdad, que es Jesucristo, el único nom-
bre que se dará bajo el cielo, por el cual vendrá la salvación a
los hijos de los hombres, recibirás el don del Espíritu Santo, pi-
diendo todas las cosas en su nombre, y todo lo que pidas, se te
dará.
87
"Y nuestro padre Adán habló al Señor y dijo: ¿Por qué es
que los hombres deben arrepentirse y ser bautizados en agua?
Y el Señor dijo a Adán: He aquí, te he perdonado tu transgre-
sión en el Jardín del Edén.
"De ahí surgió el dicho entre la gente, que el Hijo de Dios
ha expiado la culpa original, en la que los pecados de los padres
no pueden ser respondidos sobre las cabezas de los hijos, por-
que ellos son completos desde la fundación del mundo." (Moi-
sés 6:50-54.)
El pecado original de Adán era una cosa, pero los pecados
que cometemos individualmente son otra cosa completa-
mente. Debemos asumir la plena responsabilidad de nuestros
propios actos. Si pecamos, lo hacemos como agentes libres.
Como dice uno de nuestros Artículos de Fe: "Creemos que los
hombres serán castigados por sus propios pecados, y no por la
transgresión de Adán."
Sin libre albedrío no podría haber evangelio de Cristo. El
desarrollo del carácter proporcionado por el evangelio nos lle-
vará a la perfección de la que habló el Salvador en el Sermón
del Monte solo si elegimos vivir el evangelio. De lo contrario,
nunca podremos recibir sus beneficios. (Alma 12:18.) Ese dere-
cho de elección, ese derecho de libre albedrío, debe ser siem-
pre preservado. Si un hombre comete pecado, debe tener la
libertad de apartarse de sus caminos y arrepentirse, y así entrar
bajo el alcance del evangelio.
Por lo tanto, el evangelio se llama la "ley perfecta de la
libertad" (Santiago 1:25), y aquellos que son bendecidos por
ella disfrutan de la "gloriosa libertad de los hijos de Dios" (Ro-
manos 8:21).
88
Cuando Pablo se dirigió a los corintios, dijo: "...donde está
el Espíritu del Señor, allí hay libertad." (2 Corintios 3:17.) Esto
se refleja en la declaración del Libro de Mormón de que "el Es-
píritu de Dios... también es el Espíritu de libertad." (Alma
61:15.) Isaías predijo que la libertad caracterizaría las labores
del Salvador, quien lo confirmó mientras ministraba en Pales-
tina. (Isaías 61:1; Lucas 4:18.)
Entendiendo la importancia del libre albedrío, y sabiendo
que sus hijos tendrían la oportunidad de elegir entre el bien y
el mal, Adán predicó el arrepentimiento en su día. Su familia
valoraba el libre albedrío. Fue preservado por el propio Señor,
quien dijo:
"Y se les da para saber el bien del mal; por tanto, son
agentes por sí mismos, y te he dado otra ley y mandamiento.
"Por tanto, enséñalo a tus hijos, que todos los hombres,
en todas partes, deben arrepentirse, o de ninguna manera pue-
den heredar el reino de Dios, porque ninguna cosa impura
puede habitar allí, o habitar en su presencia; porque, en el len-
guaje de Adán, Hombre de Santidad es su nombre, y el nombre
de su Unigénito es el Hijo del Hombre, incluso Jesucristo, un
Juez justo, que vendrá en la plenitud de los tiempos.
"Por lo tanto, te doy un mandamiento, que enseñes estas
cosas libremente a tus hijos, diciendo:
"Que por razón de la transgresión viene la caída, la cual
caída trae la muerte, y en la medida en que naciste en el
mundo por agua, y sangre, y el espíritu, que yo he hecho, y así
te convertiste en polvo, un alma viviente, así también debes
nacer de nuevo en el reino de los cielos, de agua y del Espíritu,
y ser limpiado por la sangre, incluso la sangre de mi Unigénito;
89
para que puedas ser santificado de todo pecado, y disfrutar de
las palabras de vida eterna en este mundo, y vida eterna en el
mundo venidero, incluso la gloria inmortal;
"Porque por el agua guardas el mandamiento; por el Es-
píritu eres justificado, y por la sangre eres santificado;
"Por tanto, se da para que permanezca en ti; el testimo-
nio del cielo; el Consolador; las cosas pacíficas de la gloria in-
mortal; la verdad de todas las cosas; aquello que vivifica todas
las cosas, que da vida a todas las cosas; aquello que sabe todas
las cosas, y tiene todo poder según la sabiduría, misericordia,
verdad, justicia y juicio.
"Y ahora, he aquí, te digo: Este es el plan de salvación para
todos los hombres, mediante la sangre de mi Unigénito, que
vendrá en la plenitud de los tiempos." (Moisés 6:56-62.)
Estas escrituras responden a todas las especulaciones de
los antropólogos que dicen que toda la religión evolucionó, que
incluso el judaísmo evolucionó, y que eventualmente el cristia-
nismo hizo lo mismo.
El evangelio nos fue predicado por primera vez en nuestra
vida preexistente. Allí se nos explicó el plan de salvación. Cristo
fue elegido como el Redentor en ese período pristino, y cuando
lo aceptamos allí, todas las huestes del cielo gritaron de gozo.
(Job 38.) El programa del Señor fue completamente explicado
para nosotros en ese momento, porque éramos personas inte-
ligentes como espíritus preterrestres, y fuimos organizados allí
antes de que el mundo existiera. Luego fuimos transferidos de
una existencia inteligente (preterrenal) a otra (mortalidad)
aquí en la tierra.
Tenemos esta interesante información:
90
"Ahora bien, el Señor me había mostrado a mí, Abraham,
las inteligencias que fueron organizadas antes de que el mundo
existiera; y entre todas ellas había muchos de los nobles y gran-
des;
"Y Dios vio que estas almas eran buenas, y se paró en me-
dio de ellas, y dijo: Estos haré mis gobernantes; porque se paró
entre aquellos que eran espíritus, y vio que eran buenos; y me
dijo: Abraham, tú eres uno de ellos; fuiste elegido antes de na-
cer.
"Y se paró uno entre ellos que era semejante a Dios, y dijo
a los que estaban con él: Descenderemos, pues hay espacio allí,
y tomaremos de estos materiales, y haremos una tierra donde
estos puedan habitar;
"Y los probaremos allí, para ver si harán todas las cosas
que el Señor su Dios les mandará;
"Y aquellos que guardan su primer estado serán añadi-
dos; y aquellos que no guardan su primer estado no tendrán
gloria en el mismo reino con aquellos que guardan su primer
estado; y aquellos que guardan su segundo estado tendrán glo-
ria añadida sobre sus cabezas para siempre jamás.
"Y el Señor dijo: ¿A quién enviaré? Y uno respondió seme-
jante al Hijo del Hombre: Aquí estoy, envíame. Y otro respon-
dió y dijo: Aquí estoy, envíame. Y el Señor dijo: Enviaré al pri-
mero.
"Y el segundo se enojó, y no guardó su primer estado; y,
en ese día, muchos lo siguieron." (Abraham 3:22-28.)
Se da más luz en Moisés:
91
"Y yo, el Señor Dios, hablé a Moisés, diciendo: Aquel Sa-
tanás, a quien has mandado en el nombre de mi Unigénito, es
el mismo que fue desde el principio, y vino ante mí, diciendo:
He aquí, aquí estoy, envíame, seré tu hijo, y redimiré a toda la
humanidad, para que ni una sola alma se pierda, y segura-
mente lo haré; por tanto, dame tu honor.
"Pero he aquí, mi Hijo Amado, que fue mi Amado y Ele-
gido desde el principio, dijo a mí: Padre, hágase tu voluntad, y
la gloria sea tuya para siempre.
"Por tanto, porque Satanás se rebeló contra mí, y trató de
destruir la agencia del hombre, que yo, el Señor Dios, le había
dado, y también, para que yo le diera mi propio poder; por el
poder de mi Unigénito, hice que fuera echado abajo;
"Y se convirtió en Satanás, sí, el diablo, el padre de todas
las mentiras, para engañar y cegar a los hombres, y llevarlos
cautivos a su voluntad, tanto como no quisieran escuchar mi
voz." (Moisés 4:1-4.)
Necesitamos ver la verdadera imagen de Adán y su fami-
lia, y del Señor y su plan para nosotros.
Todo fue preparado desde el principio. No hubo un desa-
rrollo lento de los seres humanos en la tierra. Fueron colocados
aquí de repente en la forma de Adán y Eva. Comprendamos
que estas dos personas estaban entre las inteligencias princi-
pales y los hijos más avanzados de Dios en la vida preterrenal.
Jesús fue elegido como el Redentor, pero Adán está al lado de
él.
Adán, este primer hombre, fue un instrumento escogido
de Dios y lo ha sido desde las eternidades. Cuando llegó el mo-
92
mento de que Dios poblara esta tierra, envió al gran y signifi-
cativo ser que estaba al lado de Jehová como el primero en ve-
nir aquí. No era un hombre de las cavernas miserable o un pre-
hombre o un eslabón perdido. Estaba al lado de Dios. Era el
Arcángel entre todas las huestes del cielo. Era altamente inte-
ligente, enseñado por Dios, guiado por Dios y ordenado por
Dios.
La Iglesia de Jesucristo fue organizada entre su familia, y
Adán fue hecho el jefe terrenal de ella. Todavía es el siguiente
oficial en la iglesia, por toda la eternidad, bajo Cristo. Como dijo
José Smith, Adán preside sobre todas las dispensaciones, y
siempre que se han dado dispensaciones del evangelio a la tie-
rra por el Salvador, se ha hecho a través de Adán y por la auto-
ridad dada a Adán por el Salvador.
Adán fue y es un tremendo individuo. Ha sido gravemente
malinterpretado. Incluso los religiosos lo han rebajado y mini-
mizado.
Jesús mismo es a menudo malentendido, siendo referido
solo como el bebé de Belén que comenzó su carrera como un
niño nacido en un establo, más tarde convirtiéndose en un pre-
dicador itinerante en Palestina.
Adán es igualmente malentendido, siendo criticado por
su pecado original y equiparado con hombres de las cavernas
y eslabones perdidos, o peor aún, con algún gusano primitivo
o microbio.
Cristo es Dios, el Creador, y con su Padre es el más grande
de todos. Pero Adán está al lado de él, y nunca se olvide de eso.
93
ANÁLISIS
Mark E. Petersen plantea una explicación alternativa para
el origen del "hombre de las cavernas", "hombre primitivo" y
"hombre de la Edad de Piedra", sugiriendo que estos son el re-
sultado de una regresión y deterioro a partir de un estado ini-
cial más elevado conocido por el primer hombre, Adán. El ar-
gumento central es que la humanidad comenzó en un estado
avanzado, y cualquier aparente primitivismo es una degenera-
ción de esa condición inicial.
Petersen cita escrituras que afirman que Dios creó al
hombre a Su imagen, específicamente a la imagen de Su Hijo
Unigénito, Jesús el Cristo. Esto establece que la humanidad
tiene un origen divino y noble, distinto de cualquier forma de
vida inferior. El autor enfatiza que la semejanza entre la huma-
nidad y Cristo es tanto física como espiritual, destacando la
idea de que Jesús es el prototipo y modelo para la existencia
humana.
La creación de diversas formas de vida según su especie,
tal como se describe en las escrituras, se utiliza para argumen-
tar que no hubo transferencia entre especies. El autor refuerza
que la reproducción según su propia especie es una ley divina
que impide la evolución de formas inferiores a superiores. Esto
contrasta con las teorías evolutivas que sugieren la transición
de especies.
El autor subraya la inteligencia y capacidades avanzadas
de Adán, señalando que nombró a todas las criaturas, un acto
que requeriría gran conocimiento. Esto contrasta con la idea
del "hombre primitivo" como un ser de escasa inteligencia.
Además, se menciona que Adán y Eva eran agricultores desde
94
el principio, lo que refuta la noción de que la agricultura fue
una invención posterior en la historia humana.
El texto menciona que Adán fue el primer hombre y que
el sacerdocio se transmitió a través de él a las generaciones si-
guientes. Se destaca la organización de la Iglesia de Jesucristo
y la enseñanza del evangelio desde los tiempos de Adán. La re-
velación moderna a José Smith sobre Adán y Eva refuerza la
veracidad de estas afirmaciones.
El autor enfatiza la posición de Adán como un ser alta-
mente avanzado y cercano a Cristo en autoridad. Adán es des-
crito como el líder de todas las dispensaciones del evangelio y
se le atribuye un papel significativo en la historia de la humani-
dad. La relación de Adán con Cristo es crucial, ya que Adán está
al lado de Cristo en autoridad desde el principio hasta el fin de
los tiempos.
Mark E. Petersen critica las teorías evolutivas que sugie-
ren un desarrollo gradual de la humanidad desde formas de
vida inferiores. Argumenta que la humanidad comenzó con
Adán, un ser creado directamente por Dios, y que cualquier de-
generación a estados más primitivos es un retroceso, no un
avance. Esta perspectiva rechaza la idea de que la religión evo-
lucionó a partir de supersticiones, afirmando en cambio que
fue revelada por Dios desde el principio.
El autor concluye reafirmando la importancia de Adán en
la teología cristiana. Adán no solo es el primer hombre, sino
también un ser elegido por Dios para presidir sobre la humani-
dad. Se destaca su rol en la enseñanza del evangelio y la orga-
nización de la Iglesia. Adán es presentado como un ser noble e
inteligente, al lado de Cristo en autoridad, y esencial para en-
tender el plan de salvación de Dios.
95
El texto ofrece una defensa robusta de la visión tradicio-
nal cristiana sobre la creación y el origen de la humanidad, con-
trastándola con las teorías evolutivas. Al enfatizar la inteligen-
cia y nobleza de Adán, y su relación cercana con Cristo, el autor
proporciona una perspectiva que busca reafirmar la fe en la re-
velación divina y la veracidad de las escrituras. Esta defensa
puede ser vista como un esfuerzo por fortalecer la identidad y
creencias fundamentales dentro del contexto del cristianismo,
particularmente dentro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días.
La crítica a las teorías evolutivas y la defensa de la crea-
ción directa de Adán por Dios refleja una visión teológica que
se mantiene firme en la interpretación literal de las escrituras.
Este enfoque subraya la importancia de la fe y la revelación di-
vina como fuentes de verdad, desafiando las interpretaciones
científicas que pueden parecer contradictorias. En un mundo
donde las teorías científicas y las creencias religiosas a menudo
entran en conflicto, este texto proporciona una visión que
busca reconciliar la fe con una comprensión coherente y unifi-
cada del origen humano según las enseñanzas religiosas.
96
EL PECADO ORIGINAL
97
tólicos romanos. El libro Catholic Belief, revisado por el canó-
nigo Joseph Cartmell, D.D., escrito bajo el imprimatur de la igle-
sia romana y publicado en Gran Bretaña en 1957, dice sobre el
pecado original: "La Iglesia enseña... que todos los hombres,
descendientes naturales de Adán (excepto Nuestra Señora) [es
la creencia de esa iglesia que María, la madre de Cristo, fue
exenta del pecado original], han contraído la culpa del pecado
original; en otras palabras, que vienen a este mundo privados
de la santidad y justicia que Dios pretendía que tuvieran... El
pecado original es un estado de pecado que heredamos." (Lon-
dres: Burns Oates and Washbourne, Ltd., 1957, p. 7.)
The Question Box, publicado por la iglesia romana para
responder preguntas planteadas por los protestantes, dice so-
bre el pecado original: "Fue un pecado grave, porque Adán po-
dría haberlo evitado fácilmente, ya que en él no había ni igno-
rancia ni concupiscencia [un fuerte o ardiente deseo], y cierta-
mente sabía, como cabeza de la raza, qué terribles consecuen-
cias seguirían para toda la humanidad." (p. 219.)
Erróneamente se declara que el bautismo es el medio
para escapar de la mancha del pecado original.
Es asombroso cuánto malinterpretan las personas secta-
rias la caída de Adán. Como se citó anteriormente, el Libro de
Mormón deja claro que la caída fue parte del plan divino, una
necesidad, y que sin ella no habría habido raza humana, ya que
Adán y Eva eran físicamente incapaces de tener hijos en su con-
dición paradisíaca.
No solo es la visión sectaria del pecado original basada en
una completa mala interpretación de la verdadera doctrina so-
bre la caída, sino que también es un error suponer que el bau-
tismo fue provisto para eliminar los efectos del pecado original.
98
La escritura es muy clara al afirmar que si Adán y Eva co-
mían del fruto prohibido, resultaría en muerte. Por lo tanto, la
muerte fue la pena por el pecado original, y el bautismo no su-
pera la muerte. La resurrección del Salvador hizo eso.
"... el día que comas de él, ciertamente morirás", dice la
Biblia King James (Génesis 2:17), al explicar el pecado de Adán
y Eva.
O como la Torá de los judíos lo expresa: "De todo árbol
del jardín puedes comer libremente, pero del árbol del conoci-
miento del bien y del mal, no comerás de él, porque el día que
comas de él, ciertamente morirás."
La Biblia de Jerusalén, una versión católica reciente, tiene
esta interpretación del pasaje en cuestión: "Puedes comer,
ciertamente, de todos los árboles del jardín. Sin embargo, del
árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque
el día que comas de él, ciertamente morirás."
The Complete Bible, An American Translation, de Smith y
Goodspeed, dice: "De todo árbol del jardín puedes comer libre-
mente; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no
comerás; porque el día que comas de él, ciertamente morirás."
Otra Biblia católica romana, traducida por Mons. Knox,
utilizando la Vulgata como base después de comparaciones
con textos hebreos y griegos, y publicada en Inglaterra en
1955, dice: "Puedes comer hasta saciarte de todos los árboles
del jardín, excepto del árbol que trae el conocimiento del bien
y del mal; si alguna vez comes de él, tu destino es la muerte."
The Living Bible, Billy Graham Crusade Edition, dice: "Pue-
des comer de cualquier fruta en el jardín, excepto del Árbol de
la Conciencia, porque su fruta abrirá tus ojos para hacerte
99
consciente del bien y del mal. Si comes de su fruta, estarás con-
denado a morir."
Se podrían citar otras traducciones modernas sobre este
texto, pero todas coinciden: la muerte fue la pena por comer
de ese árbol.
El libro de Moisés, que fue dado por revelación al Profeta
José Smith y, por lo tanto, no estuvo sujeto a errores de tra-
ducción, dice:
"Y yo, el Señor Dios, ordené al hombre, diciendo: De todo
árbol del jardín puedes comer libremente,
"Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no
comerás de él; sin embargo, puedes elegir por ti mismo, por-
que te es dado; pero, recuerda que lo prohíbo, porque el día
que comas de él, ciertamente morirás." (Moisés 3:16-17.)
Esto es confirmado por lo que Eva dijo cuando el diablo la
tentó a violar el mandato de Dios. Dice la Versión King James:
"Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los ani-
males del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mu-
jer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del jar-
dín?
"Y la mujer dijo a la serpiente: Podemos comer del fruto
de los árboles del jardín;
"Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín, dijo
Dios: No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.
"Y la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
100
"Porque Dios sabe que el día que comáis de él, se os abri-
rán los ojos, y seréis como dioses, conociendo el bien y el mal."
(Génesis 3:1-5.)
La Biblia de Jerusalén dice:
"La serpiente era el más sutil de todos los animales salva-
jes que Yahvé Dios había hecho. Le preguntó a la mujer: ¿Es
verdad que Dios dijo que no comeréis de ningún árbol del jar-
dín?
"La mujer respondió a la serpiente: Podemos comer el
fruto de los árboles del jardín.
"Pero del fruto del árbol que está en el medio del jardín,
Dios dijo: No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.
"Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; Dios
sabe bien que el día que comáis de él, se os abrirán los ojos, y
seréis como dioses, conociendo el bien y el mal."
An American Translation de Smith y Goodspeed dice:
"Ahora bien, la serpiente era la más astuta de todos los
animales salvajes que el Señor Dios había hecho.
"Y así que Dios ha dicho que no comeréis de ningún árbol
del jardín?", dijo a la mujer.
"Del fruto de los árboles del jardín podemos comer," dijo
la mujer a la serpiente; "es solo del fruto del árbol que está en
medio del jardín que Dios ha dicho: No comeréis de él, ni lo
tocaréis, para que no muráis."
"Pero la serpiente dijo a la mujer,
101
"No moriréis en absoluto; porque Dios sabe que el mismo
día que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como dio-
ses que conocen el bien y el mal."
La Biblia Knox Católica dice:
"De todas las bestias que el Señor Dios había hecho, no
había ninguna que pudiera igualar a la serpiente en astucia.
Fue él quien dijo a la mujer: ¿Qué es este mandato que Dios os
ha dado, no comer del fruto de ningún árbol del jardín?
"A lo que la mujer respondió: Podemos comer el fruto de
cualquier árbol del jardín, excepto del árbol que está en medio
de él; es esto lo que Dios nos ha prohibido comer o incluso to-
car, bajo pena de muerte.
"Y la serpiente le dijo: ¿Qué es esta charla de muerte?
Dios sabe bien que en cuanto comáis de este fruto vuestros
ojos se abrirán, y vosotros mismos seréis como dioses, cono-
ciendo el bien y el mal."
Y la Biblia de Billy Graham dice:
"La serpiente era la más astuta de todas las criaturas que
el Señor Dios había hecho. Así que la serpiente se acercó a la
mujer. "¿De verdad?" preguntó. "¿Ninguna fruta del jardín?
¿Dios dice que no debéis comer nada de ella?
"'Por supuesto que podemos comerla', le dijo la mujer.
'Es solo la fruta del árbol en el centro del jardín lo que no de-
bemos comer. Dios dice que no debemos comerla ni siquiera
tocarla, o moriremos.'
"'¡Eso es mentira!' siseó la serpiente. 'No moriréis. Dios
sabe muy bien que en cuanto comáis de ella, se os abrirán los
102
ojos, y seréis como él, pues conoceréis la diferencia entre el
bien y el mal.'"
Otras traducciones modernas siguen la misma línea. To-
das dicen que la muerte fue el resultado de la caída.
Nuestro libro de Moisés, nuevamente por revelación,
dice:
"Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los ani-
males del campo que yo, el Señor Dios, había hecho.
"Y Satanás lo puso en el corazón de la serpiente, (porque
había alejado a muchos tras él), y también buscó engañar a Eva,
porque no conocía la mente de Dios, por lo cual buscó destruir
el mundo.
"Y dijo a la mujer: Sí, ¿Dios ha dicho: No comeréis de todo
árbol del jardín? (Y habló por boca de la serpiente.)
"Y la mujer dijo a la serpiente: Podemos comer del fruto
de los árboles del jardín;
"Pero del fruto del árbol que ves en medio del jardín, Dios
ha dicho: No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.
"Y la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
"Porque Dios sabe que el día que comáis de él, se os abri-
rán los ojos, y seréis como dioses, conociendo el bien y el mal."
(Moisés 4:5-11.)
Con los hechos ante nosotros, como están contenidos en
las diversas versiones de las escrituras, y particularmente en la
revelación conocida como el libro de Moisés en nuestra Perla
de Gran Precio, ¿puede alguien no ver que es la muerte lo que
resultó de la caída?
103
¿Y qué elimina la muerte? ¿El bautismo? Difícilmente.
Fue la expiación y resurrección de Cristo lo que venció la
muerte. El bautismo no tuvo nada que ver con eso. Todas las
personas, bautizadas o no, cristianas o no, judías o no, gentiles
o no, serán resucitadas por el poder de Cristo.
Pablo lo expresó: "Porque así como en Adán todos mue-
ren, también en Cristo todos serán vivificados." (1 Cor. 15:22.)
Pablo también habló sobre la relación de Adán con Cristo,
y de la caída con la redención, y dijo:
"Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos,
¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección
de los muertos?
"Pues si no hay resurrección de los muertos, tampoco
Cristo resucitó.
"Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predi-
cación, vana es también vuestra fe.
"Y somos hallados falsos testigos de Dios, porque hemos
testificado de Dios que él levantó a Cristo; al cual no levantó, si
en verdad los muertos no resucitan.
"Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo re-
sucitó.
"Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en
vuestros pecados.
"Entonces también los que durmieron en Cristo perecie-
ron.
"Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos
los más dignos de lástima de todos los hombres.
104
"Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias
de los que durmieron es hecho.
"Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, tam-
bién por un hombre la resurrección de los muertos.
"Porque así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados." (1 Cor. 15:12-22.)
Es obvio, entonces, cuán ampliamente las iglesias del
mundo se han desviado de la verdad con respecto a Adán, la
caída, Cristo y la resurrección, y la verdadera doctrina del bau-
tismo para la remisión de los pecados. El bautismo se dio para
remitir nuestros pecados personales, así como para otorgarnos
la admisión a la Iglesia. No tiene nada que ver con el pecado de
Adán, la muerte o la resurrección.
Nuestro segundo Artículo de Fe se dirige a este punto:
"Creemos que los hombres serán castigados por sus propios
pecados y no por la transgresión de Adán."
No queda mancha alguna sobre ninguno de nosotros de-
bido al pecado de Adán. Nacemos puros e inocentes ante Dios.
De hecho, él nos considera inaccountables por los pecados
hasta que alcanzamos la edad de ocho años. Esto está muy le-
jos del bautismo infantil y su supuesto propósito.
Note lo que dice el Señor en la revelación moderna:
"Pero he aquí, os digo, que los niños pequeños son redi-
midos desde la fundación del mundo por mi Unigénito;
"Por tanto, no pueden pecar, porque no se da poder a Sa-
tanás para tentar a los niños pequeños, hasta que comiencen
a ser responsables ante mí." (D&C 29:46-47.)
105
"Pero los niños pequeños son santos, siendo santificados
por medio de la expiación de Jesucristo; y esto es lo que signi-
fican las escrituras." (D&C 74:7.)
El Señor también dijo: "Todo espíritu de hombre fue
inocente en el principio; y Dios, habiendo redimido al hombre
de la caída, los hombres se volvieron nuevamente, en su es-
tado infantil, inocentes ante Dios." (D&C 93:38.)
Y luego dijo:
"Y además, en la medida en que los padres tienen hijos
en Sión, o en cualquiera de sus estacas que están organizadas,
y no les enseñan a comprender la doctrina del arrepenti-
miento, la fe en Cristo, el Hijo del Dios viviente, y del bautismo
y el don del Espíritu Santo por la imposición de manos, cuando
tengan ocho años, el pecado recaerá sobre la cabeza de los pa-
dres.
"Porque esto será una ley para los habitantes de Sión, o
en cualquiera de sus estacas que están organizadas.
"Y sus hijos serán bautizados para la remisión de sus pe-
cados cuando tengan ocho años, y recibirán la imposición de
manos.
"Y también enseñarán a sus hijos a orar y a caminar rec-
tamente delante del Señor." (D&C 68:25-28.)
Adán sirvió el propósito de Dios en su capacidad, al igual
que Cristo en su papel vital. Todo estaba en el plan del Señor.
En cuanto a la caída, el presidente Joseph Fielding Smith
dijo:
106
"Antes de participar del fruto, Adán podría haber vivido
para siempre; por lo tanto, su estado era uno de inmortalidad.
Cuando comió, se volvió sujeto a la muerte y, por lo tanto, se
volvió mortal. Esto fue una transgresión de la ley, pero no un
pecado en el sentido estricto, ¡porque era algo que Adán y Eva
tenían que hacer!
"Estoy seguro de que ni Adán ni Eva lo consideraron un
pecado cuando aprendieron las consecuencias, y esto se des-
cubre en sus palabras después de aprender las consecuencias.
"Adán dijo: `Bendito sea el nombre de Dios, porque de-
bido a mi transgresión mis ojos están abiertos, y en esta vida
tendré gozo, y nuevamente en la carne veré a Dios.'
"Eva dijo: `Si no fuera por nuestra transgresión, nunca ha-
bríamos tenido descendencia, y nunca habríamos conocido el
bien y el mal, y el gozo de nuestra redención, y la vida eterna
que Dios da a todos los obedientes.' [Moisés 5:10-11.]
"¡Difícilmente podemos considerar algo que resulta en
tales beneficios como un pecado, en el sentido en que consi-
deramos el pecado." (Doctrinas de Salvación, 1:115.)
El presidente Smith también dijo:
"El evangelio nos enseña que si Adán y Eva no hubieran
participado de ese fruto del árbol del conocimiento del bien y
del mal, habrían permanecido en el Jardín del Edén en esa
misma condición que prevalecía antes de la caída. Bajo esas
condiciones no habrían tenido descendencia. `Adán cayó para
que los hombres existiesen' como fue decretado en los cielos
antes de que el mundo existiera. Lehi nos ha dado una visión
muy clara y comprensiva de la misión de Adán y de la expiación
de Jesucristo, y el Libro de Mormón es muy explícito al enseñar
107
estas doctrinas fundamentales. En cuanto a la condición pre-
mortal de Adán y de toda la tierra, Lehi ha declarado lo si-
guiente:
"`Y ahora, he aquí, si Adán no hubiera transgredido, no
habría caído, sino que habría permanecido en el jardín del
Edén. Y todas las cosas que fueron creadas habrían permane-
cido en el mismo estado en que estaban después de ser crea-
das; y habrían permanecido para siempre, y sin fin.' [2 Ne. 2:19-
26.]
"¿No es esta declaración lo suficientemente clara? ¿A
quién vais a creer, al Señor o a los hombres?
"El Señor no tenía la intención de que la tierra permane-
ciera en esa condición. Lehi además dice: Pero he aquí, todas
las cosas han sido hechas en la sabiduría de aquel que conoce
todas las cosas.' Esta tierra fue preparada para el avance de los
hijos de Dios. Venimos de la preexistencia para recibir taber-
náculos de carne y hueso y pasar por la mortalidad. Se decretó
en los cielos que los hombres debían morir después de entrar
en esta probación y aprender los dolores y tribulaciones de la
mortalidad, así como sus alegrías y felicidad. Jesucristo es men-
cionado en las escrituras como el Cordero inmolado desde la
fundación del mundo. [Rev. 13:8.] Pedro dice que no fuimos
redimidos con cosas corruptibles, como plata y oro, sino con la
preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha,
quien en verdad fue predestinado antes de la fundación del
mundo, pero manifestado en estos últimos tiempos por voso-
tros.' [1 Ped. 1:20.] Así que el plan de salvación se entendió
completamente en el mundo de los espíritus, y se nos enseñó
el propósito de la vida mortal que Adán debía traer a la tierra.
108
"Por revelación, estamos bien informados de que Adán
no estaba sujeto a la muerte cuando fue colocado en el Jardín
del Edén, ni había muerte en la tierra. El Señor no ha conside-
rado oportuno decirnos definitivamente cómo llegó Adán, por-
que no estamos listos para recibir esa verdad. No vino aquí
como un ser resucitado para morir de nuevo, porque se nos
enseña claramente que aquellos que pasan por la resurrección
reciben inmortalidad y no pueden morir más.
"Es suficiente para nosotros saber, hasta que el Señor re-
vele más al respecto, que Adán no estaba sujeto a la muerte,
pero tenía el poder, al transgredir la ley, de volverse sujeto a la
muerte y causar la misma maldición sobre la tierra y toda la
vida en ella. Porque esta tierra, una vez declarada buena, fue
maldecida después de la caída. Está pasando por su probación
mortal al igual que la vida que está en ella, y eventualmente
recibirá la resurrección y un lugar de exaltación que está decre-
tado en los cielos para ella." (Doctrinas de Salvación, 1:109-10.)
ANÁLISIS
Mark E. Petersen proporciona un análisis detallado de la
doctrina del pecado original y su impacto en la teología y prác-
ticas bautismales de diversas denominaciones cristianas. El ori-
gen de la doctrina se rastrea hasta los concilios de la Iglesia Ca-
tólica en los siglos V y XVI, con una mención específica del Con-
cilio de Cartago (418 d.C.), el Concilio de Orange (529) y el Con-
cilio de Trento (1546). La adopción de esta doctrina por algunas
iglesias protestantes también se discute, destacando las dife-
rentes prácticas bautismales entre ellas.
109
La definición de pecado original en el contexto católico es
que todos los hombres, excepto María, la madre de Cristo, na-
cen con la culpa del pecado original. Esto se basa en la ense-
ñanza de que Adán, como cabeza de la raza humana, cometió
un pecado que afectó a toda su descendencia. El bautismo, se-
gún la doctrina católica, es el medio para eliminar la mancha
del pecado original.
El texto argumenta que la visión sectaria del pecado ori-
ginal está basada en una mala interpretación de la verdadera
doctrina sobre la caída de Adán. Se enfatiza que la caída fue
una parte necesaria del plan divino para permitir la existencia
de la raza humana. El bautismo no elimina los efectos del pe-
cado original (la muerte), sino que es la resurrección de Cristo
la que supera la muerte.
El autor presenta varias traducciones de la Biblia para
mostrar que la muerte fue el resultado de la caída de Adán. La
Biblia King James, la Torá judía, la Biblia de Jerusalén, The Com-
plete Bible de Smith y Goodspeed, la Biblia Knox Católica y The
Living Bible, todas coinciden en que la muerte fue la conse-
cuencia de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Se menciona el libro de Moisés en la Perla de Gran Precio,
dado por revelación a José Smith, que confirma que la muerte
fue la consecuencia de la caída. Este libro se presenta como
libre de errores de traducción y, por lo tanto, más confiable en
su interpretación.
Mark E. Petersen argumenta que el bautismo no elimina
la muerte, sino que es la expiación y resurrección de Cristo lo
que supera la muerte. Pablo, en 1 Corintios 15:22, enfatiza que
110
así como en Adán todos mueren, en Cristo todos serán vivifica-
dos. Esta resurrección es universal y no está limitada a aquellos
que han sido bautizados.
El bautismo se presenta como un medio para la remisión
de los pecados personales y la admisión a la Iglesia, no como
una solución al pecado original. El Segundo Artículo de Fe de la
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días afirma
que los hombres serán castigados por sus propios pecados, y
no por la transgresión de Adán.
El texto destaca que los niños nacen puros e inocentes
ante Dios. Doctrina y Convenios (D&C 29:46-47) afirma que los
niños pequeños son redimidos desde la fundación del mundo
por medio de Jesucristo y no pueden pecar hasta que sean res-
ponsables. D&C 68:25-28 especifica que los niños deben ser
enseñados y bautizados a los ocho años para la remisión de sus
pecados.
El presidente Joseph Fielding Smith es citado diciendo
que la caída de Adán no fue un pecado en el sentido estricto,
sino una transgresión necesaria para que la humanidad pu-
diera existir y progresar. Se menciona que la caída fue prevista
en el plan divino y que Cristo fue predestinado desde la funda-
ción del mundo para ser el Redentor.
El texto proporciona una defensa sólida y bien fundamen-
tada de la interpretación de la caída de Adán y el pecado origi-
nal desde la perspectiva de la Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días. Al enfatizar la importancia de la resurrec-
ción de Cristo como solución a la muerte y al aclarar el verda-
dero propósito del bautismo, el autor ofrece una visión cohe-
rente y teológicamente consistente.
111
La crítica a las interpretaciones sectarias del pecado ori-
ginal y la aclaración de la doctrina del bautismo y la resurrec-
ción tienen implicaciones significativas para la teología cris-
tiana. La interpretación de que la caída de Adán fue una parte
necesaria del plan divino y no un pecado condenatorio trans-
forma la comprensión de la humanidad y su relación con Dios.
El enfoque en la resurrección universal a través de Cristo
resalta la inclusividad del plan de salvación y subraya la miseri-
cordia y justicia divinas. La resurrección no está limitada por
actos rituales como el bautismo, sino que es un don ofrecido a
toda la humanidad.
La afirmación de que los niños son inocentes hasta que
alcanzan la edad de responsabilidad enfatiza la justicia y mise-
ricordia de Dios. Esto contrasta con las doctrinas que sugieren
la necesidad del bautismo infantil para la salvación y alivia la
angustia de los padres preocupados por el destino eterno de
sus hijos pequeños.
El texto ofrece una perspectiva que busca reconciliar las
escrituras con la revelación moderna, proporcionando una
comprensión más profunda y compasiva de la naturaleza hu-
mana y el plan de salvación. Al aclarar el propósito del bau-
tismo y la naturaleza de la caída de Adán, se presenta una teo-
logía que es tanto racional como espiritualmente satisfactoria,
enfatizando la justicia, misericordia y amor de Dios hacia toda
la humanidad.
112
BAUTISMO INFANTIL
113
"El Señor se lleva a muchos incluso en la infancia, para
que puedan escapar de la envidia del hombre, y de las penas y
males de este mundo presente; eran demasiado puros, dema-
siado hermosos, para vivir en la tierra; por lo tanto, si se consi-
dera correctamente, en lugar de llorar tenemos razón para re-
gocijarnos ya que están libres del mal, y pronto los tendremos
de nuevo." (Enseñanzas, pp. 196-97).
Lo más destacado que tenemos en todas las escrituras sa-
gradas en contra del bautismo infantil aparece en el Libro de
Mormón, donde el profeta Mormón dice:
"Mi amado hijo, Moroni, me regocijo en gran manera de
que el Señor Jesucristo se haya acordado de ti, y te haya lla-
mado a su ministerio, y a su obra santa.
"Siempre me acuerdo de ti en mis oraciones, orando con-
tinuamente a Dios el Padre en el nombre de su Santo Niño, Je-
sús, que él, a través de su infinita bondad y gracia, te mantenga
mediante la perseverancia de la fe en su nombre hasta el fin.
"Y ahora, hijo mío, te hablo concerniente a lo que me
aflige en gran manera; porque me aflige que haya disputas en-
tre vosotros.
"Pues, si he aprendido la verdad, ha habido disputas en-
tre vosotros concernientes al bautismo de vuestros niños pe-
queños.
"Y ahora, hijo mío, deseo que trabajes diligentemente
para que este gran error sea eliminado de entre vosotros; pues,
para este propósito he escrito esta epístola.
114
"Pues inmediatamente después de haber sabido estas co-
sas de vosotros, consulté al Señor sobre el asunto. Y la palabra
del Señor vino a mí por el poder del Espíritu Santo, diciendo:
"Escucha las palabras de Cristo, tu Redentor, tu Señor y
tu Dios. He aquí, vine al mundo no para llamar a los justos sino
a los pecadores al arrepentimiento; los sanos no necesitan mé-
dico, sino los que están enfermos; por tanto, los niños peque-
ños están sanos, porque no son capaces de cometer pecado;
por lo tanto, la maldición de Adán es quitada de ellos en mí, de
modo que no tiene poder sobre ellos; y la ley de la circuncisión
es abolida en mí.
"Y de esta manera el Espíritu Santo manifestó la palabra
de Dios a mí; por tanto, hijo mío amado, sé que es una solemne
burla ante Dios que bautices a los niños pequeños.
"He aquí te digo que esto enseñarás: arrepentimiento y
bautismo a aquellos que son responsables y capaces de come-
ter pecado; sí, enseña a los padres que deben arrepentirse y
ser bautizados, y humillarse como sus niños pequeños, y todos
serán salvos con sus niños pequeños.
"Y sus niños pequeños no necesitan arrepentimiento, ni
bautismo. He aquí, el bautismo es para arrepentimiento, para
el cumplimiento de los mandamientos y para la remisión de
pecados.
"Pero los niños pequeños están vivos en Cristo, desde la
fundación del mundo; si no fuera así, Dios sería un Dios parcial,
y también un Dios cambiante, y un respetador de personas;
porque, ¿cuántos niños pequeños han muerto sin bautismo?
"Por tanto, si los niños pequeños no pudieran ser salvos
sin bautismo, estos deben haber ido a un infierno sin fin.
115
"He aquí te digo, que el que supone que los niños peque-
ños necesitan bautismo está en el amargo dolor y en los lazos
de la iniquidad, porque no tiene ni fe, ni esperanza, ni caridad;
por tanto, si muriera en este pensamiento, debe bajar al in-
fierno.
"Porque terrible es la maldad de suponer que Dios salva
a un niño por el bautismo, y que el otro debe perecer porque
no tiene bautismo.
"¡Ay de aquellos que pervierten los caminos del Señor de
esta manera, porque perecerán si no se arrepienten! He aquí,
hablo con valentía, teniendo autoridad de Dios; y no temo lo
que el hombre pueda hacer; porque el amor perfecto echa
fuera todo temor.
"Y estoy lleno de caridad, que es amor eterno; por tanto,
todos los niños son iguales para mí; por lo tanto, amo a los ni-
ños pequeños con un amor perfecto; y son iguales y partícipes
de la salvación.
"Porque sé que Dios no es un Dios parcial, ni un ser cam-
biante; sino que es inmutable desde toda la eternidad hasta
toda la eternidad.
"Los niños pequeños no pueden arrepentirse; por tanto,
es una terrible maldad negarles las puras misericordias de Dios,
porque todos son iguales en él debido a su misericordia.
"Y el que dice que los niños pequeños necesitan bautismo
niega las misericordias de Cristo, y menosprecia su expiación y
el poder de su redención.
"¡Ay de tales, porque están en peligro de muerte, infierno
y tormento sin fin! Lo digo con valentía; Dios me ha mandado.
116
Escuchadles y prestad atención, o estarán en contra de voso-
tros en el tribunal de Cristo.
"Porque he aquí que todos los niños pequeños están vi-
vos en Cristo, y también todos aquellos que están sin la ley.
Porque el poder de la redención viene sobre todos aquellos
que no tienen ley; por tanto, el que no es condenado, o el que
no está bajo condenación, no puede arrepentirse; y para tales,
el bautismo no tiene valor—
"Pero es una burla ante Dios, negando las misericordias
de Cristo, y el poder de su Espíritu Santo, y poniendo confianza
en obras muertas.
"He aquí, hijo mío, esto no debería ser así; porque el arre-
pentimiento es para aquellos que están bajo condenación y
bajo la maldición de una ley quebrantada.
"Y los primeros frutos del arrepentimiento es el bau-
tismo; y el bautismo viene por la fe para el cumplimiento de los
mandamientos; y el cumplimiento de los mandamientos trae
la remisión de los pecados;
"Y la remisión de los pecados trae mansedumbre y humil-
dad de corazón; y debido a la mansedumbre y humildad de co-
razón viene la visitación del Espíritu Santo, que el Consolador
llena de esperanza y amor perfecto, el cual perdura por la dili-
gencia en la oración, hasta que llegue el fin, cuando todos los
santos moren con Dios." (Moro. 8:2-26).
117
ANÁLISIS
El texto aborda la controversia y las doctrinas relaciona-
das con el bautismo infantil, presentando argumentos teológi-
cos y doctrinales desde la perspectiva de la Iglesia de Jesucristo
de los Santos de los Últimos Días (IJSUD). La discusión se centra
en la interpretación del bautismo infantil y su incompatibilidad
con las enseñanzas del Salvador, así como las escrituras sagra-
das proporcionadas por el Libro de Mormón y las revelaciones
modernas.
Históricamente, el bautismo infantil se ha practicado en
varias denominaciones cristianas, basándose en la creencia de
que el bautismo es necesario para la salvación, incluso para los
infantes. Esta práctica se consolidó en la teología católica du-
rante los concilios de la Iglesia en los siglos V y XVI y se extendió
a algunas denominaciones protestantes. Sin embargo, el texto
argumenta que esta práctica no estaba presente en las ense-
ñanzas originales de Jesús y es un malentendido de la verda-
dera doctrina del evangelio.
Mark E. Petersen cita a Jesús en Mateo 19:14: "Dejad a
los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es
el reino de los cielos." Esta declaración enfatiza que los niños
ya son parte del reino de los cielos y no necesitan las ordenan-
zas salvadoras del evangelio para alcanzar la salvación. Según
el Profeta José Smith, los niños que mueren antes de la edad
de responsabilidad son automáticamente salvos en el reino ce-
lestial.
El Libro de Mormón proporciona una condena explícita
del bautismo infantil a través del profeta Mormón en una epís-
tola a su hijo Moroni (Moroni 8:2-26). Mormón enseña que los
niños pequeños no son capaces de cometer pecado y, por lo
118
tanto, no necesitan arrepentimiento ni bautismo. El bautismo
infantil se describe como una "solemne burla ante Dios" y una
negación de las misericordias de Cristo y el poder de su reden-
ción.
1. Inocencia de los Niños: El texto argumenta que los niños
son puros e inocentes y no necesitan arrepentimiento ni
bautismo. La maldición de Adán es quitada de ellos a tra-
vés de Cristo, y la ley de la circuncisión es abolida.
2. Salvación a través de Cristo: La salvación de los niños se
basa en la expiación de Jesucristo. Los niños que mueren
antes de alcanzar la edad de responsabilidad (ocho años)
son salvos automáticamente en el reino celestial.
3. Bautismo para Arrepentimiento: El bautismo es para
aquellos que son responsables y capaces de cometer pe-
cado. Los adultos deben arrepentirse y ser bautizados,
pero los niños no necesitan este sacramento ya que no
han cometido pecado.
4. Misericordia y Justicia de Dios: Dios no es un ser parcial
ni cambiante. Todos los niños son iguales y partícipes de
la salvación. Suponer que los niños necesitan bautismo
para la salvación es negar las misericordias de Cristo y el
poder de su redención.
El Profeta José Smith afirmó que todos los niños que mue-
ren antes de la edad de responsabilidad son salvos en el reino
celestial. Esta perspectiva consuela a los padres que han per-
dido a sus hijos pequeños, asegurándoles que sus hijos están
en un lugar de paz y seguridad con Dios.
El bautismo infantil, según la perspectiva de la IJSUD, es
innecesario y teológicamente erróneo. Los niños son vistos
119
como seres puros e inocentes que no requieren las ordenanzas
de arrepentimiento y bautismo hasta que alcanzan la edad de
responsabilidad. Esta interpretación está respaldada por las es-
crituras modernas, incluyendo el Libro de Mormón y las reve-
laciones dadas a José Smith.
El análisis presentado en el texto ofrece una visión clara y
compasiva de la inocencia y la salvación de los niños pequeños.
Al enfatizar la misericordia y justicia de Dios, se proporciona
una base teológica sólida para rechazar la práctica del bau-
tismo infantil y consolar a aquellos que han perdido a sus hijos
pequeños. Esta perspectiva subraya la importancia de la reve-
lación moderna en la comprensión de las doctrinas del evange-
lio y reafirma la confianza en la bondad y el amor de Dios hacia
todos sus hijos.
120
LA SANTA TRINIDAD
121
La revelación moderna declara enfáticamente: "Miguel, o
Adán, el padre de todos, el príncipe de todos, el anciano de
días." (D. y C. 27:11).
Es este mismo Miguel — aún un ángel, nunca identificado
como Deidad, sino más bien como el ángel o sirviente de la Dei-
dad — quien tocará la trompeta al comienzo de la resurrección:
"Pero he aquí, en verdad te digo, antes de que la tierra pase,
Miguel, mi arcángel, tocará su trompeta, y entonces todos los
muertos despertarán, porque sus tumbas se abrirán, y saldrán,
sí, todos." (D. y C. 29:26).
Por lo tanto, queda claro más allá de toda duda que los
tres que organizaron la tierra eran un "quórum" separado, un
triunvirato diferente, aparte de la Santa Trinidad. El presidente
Young identifica a toda la Trinidad como Deidad, pero no con
el grupo que organizó la tierra, porque uno de ellos, Miguel, no
era Deidad — era aún un ángel, aunque el jefe de los ángeles.
Es interesante que el presidente Young hablara de Adán,
como Miguel, ayudando en la creación de la tierra. Realmente
era muy apropiado que Miguel ayudara a formar la tierra que
iba a ocupar como el primer hombre, y que se convertiría en
un hogar para sus descendientes. Y dado que el Salvador, como
Jehová, iba a venir a esta misma tierra para realizar la expiación
por el primer pecado cometido aquí, también era muy apro-
piado que él también participara en la creación de esta tierra.
Así que ambos trabajaron juntos en la creación, Jehová y
Miguel, bajo la dirección del Padre Eterno, Elohim. Y ambos tra-
bajaron juntos en el plan general de salvación para la humani-
dad, Adán proporcionando la mortalidad sin la cual no podría-
mos ser probados y examinados en el plan del Señor, y Jesús
proporcionando la redención, tanto de la mortalidad y su fin
122
último — la muerte — como del pecado, que también era parte
de nuestra experiencia mortal.
Qué notable es que aprendamos que estos dos grandes
seres — Cristo, el Hijo de Dios, y Miguel, su principal sirviente
— trabajaron tan estrechamente y en tal unidad para hacer po-
sible el progreso eterno de la humanidad. Como sirvientes del
Padre Eterno, verdaderamente se convirtieron en los instru-
mentos principales en las manos del Todopoderoso para llevar
a cabo la mortalidad, la inmortalidad y la vida eterna del hom-
bre.
Es fácil de entender, entonces, como dijo el Profeta José,
que Adán está próximo a Cristo en autoridad. (Enseñanzas, p.
158).
No sabemos qué parte pudo haber tenido el Espíritu
Santo en la creación. La versión King James de la Biblia dice:
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba
desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del
abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas."
(Génesis 1:1-2. Itálicas añadidas).
La Biblia de Jerusalén dice: ". . . Y el espíritu de Dios ale-
teaba sobre la superficie de las aguas."
La versión americana Smith-Goodspeed no lo menciona,
y tampoco la Torá. Sin embargo, las "Santas Escrituras" según
el texto masorético, una publicación de la Sociedad de Publica-
ción Judía de América, dice: ". . . y el Espíritu de Dios aleteaba
sobre la superficie de las aguas."
La versión de Billy Graham dice: ". . . la tierra era al prin-
cipio una masa informe y caótica, con el Espíritu de Dios revo-
loteando sobre los vapores oscuros."
123
Nuestro libro de Moisés dice: "Yo soy el Principio y el Fin,
el Dios Todopoderoso; por mi Unigénito creé estas cosas; sí, en
el principio creé los cielos y la tierra sobre la cual te encuentras.
Y la tierra estaba desordenada y vacía; e hice que las tinieblas
cubrieran la faz del abismo; y mi Espíritu se movía sobre la faz
de las aguas, porque yo soy Dios." (Moisés 2:1-2).
El libro de Abraham dice: ". . . ellos, es decir, los Dioses,
organizaron y formaron los cielos y la tierra. . . . y las tinieblas
reinaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de los Dioses ale-
teaba sobre la superficie de las aguas." (Abr. 4:1-2).
En sus Artículos de Fe, el Dr. James E. Talmage dice esto:
"El Espíritu Santo está asociado con el Padre y el Hijo en
la Divinidad. A la luz de la revelación, se nos instruye sobre la
personalidad distinta del Espíritu Santo. Es un ser dotado con
los atributos y poderes de la Deidad, y no una mera fuerza o
esencia. El término Espíritu Santo y sus sinónimos comunes, Es-
píritu de Dios, Espíritu del Señor, o simplemente, Espíritu, Con-
solador y Espíritu de Verdad, aparecen en las escrituras con sig-
nificados claramente diferentes, refiriéndose en algunos casos
a la persona de Dios el Espíritu Santo, y en otros casos al poder
o autoridad de este gran Personaje, o a las agencias a través de
las cuales Él ministra. El contexto de tales pasajes muestra cuál
de estos significados aplica." (P. 159).
Y luego el Dr. Talmage continúa diciendo:
"Mucho de la confusión existente en las concepciones hu-
manas sobre la naturaleza del Espíritu Santo surge del fallo co-
mún de separar su persona y poderes. Claramente, tales expre-
siones como ser llenos del Espíritu Santo y su descenso sobre
124
las personas, se refieren a los poderes e influencias que ema-
nan de Dios, y que son característicos de Él; pues el Espíritu
Santo puede operar de esta manera simultáneamente sobre
muchas personas, incluso si están ampliamente separadas,
mientras que la persona actual del Espíritu Santo no puede es-
tar en más de un lugar a la vez. Sin embargo, leemos que a tra-
vés del poder del Espíritu, el Padre y el Hijo operan en sus actos
creativos y en su trato general con la familia humana. El Espí-
ritu Santo puede ser considerado como el ministro de la Divini-
dad, llevando a cabo las decisiones del Consejo Supremo.
"En la ejecución de estos grandes propósitos, el Espíritu
Santo dirige y controla las diversas fuerzas de la naturaleza, de
las cuales, de hecho, unas pocas, y estas quizás de menor or-
den, maravillosas como incluso la menor de ellas parece para
el hombre, han sido investigadas hasta ahora por los mortales.
La gravitación, el sonido, el calor, la luz, y el poder aún más
misterioso y aparentemente sobrenatural de la electricidad, no
son sino los siervos comunes del Espíritu Santo en sus opera-
ciones. Ningún pensador serio, ningún investigador sincero su-
pone que ha aprendido ya todas las fuerzas existentes y ope-
rando sobre la materia; de hecho, los fenómenos observados
de la naturaleza, aún totalmente inexplicables para él, superan
con creces aquellos para los cuales ha ideado incluso una ex-
plicación parcial. Hay poderes y fuerzas al mando de Dios, com-
parados con los cuales la electricidad es como el caballo de
carga para la locomotora, el mensajero a pie para el telégrafo,
la balsa de troncos para el vapor de océano. Con todo su cono-
cimiento científico, el hombre sabe muy poco sobre la maqui-
naria de la creación; y sin embargo, las pocas fuerzas que co-
noce han producido milagros y maravillas, que, de no ser por
125
su realización real, estarían más allá de la creencia. Estas pode-
rosas agencias, y las más poderosas aún desconocidas para el
hombre, y muchas, quizás, para la condición actual de la mente
humana incomprensibles, no constituyen el Espíritu Santo,
sino que son las agencias ordenadas para servir sus propósi-
tos." (Páginas 160-61).
Como explica el Dr. Talmage, hay una diferencia entre la
personalidad del Espíritu Santo y el poder que él dirige y por el
cual se logran cosas tan grandes.
Ciertamente, el Espíritu de Dios operaba de alguna ma-
nera en la creación. Algunos versículos en D&C 88 de Doctrina
y Convenios son interesantes al respecto. Después de que el
Señor se refiere al Espíritu Santo o al Consolador, habla de la
verdad que brilla: "Esta es la luz de Cristo. Así como también él
está en el sol, y la luz del sol, y el poder por el cual fue hecho.
"Así como también él está en la luna, y es la luz de la luna,
y el poder por el cual fue hecha;
"Así como también la luz de las estrellas, y el poder por el
cual fueron hechas;
"Y la tierra también, y el poder de ella, incluso la tierra
sobre la cual estáis parados. . . .
"Esta luz procede de la presencia de Dios para llenar la
inmensidad del espacio—
"La luz que está en todas las cosas, que da vida a todas las
cosas, que es la ley por la cual todas las cosas son gobernadas,
incluso el poder de Dios que se sienta en su trono, que está en
el seno de la eternidad, que está en medio de todas las cosas."
(D. y C. 88:7-10, 12-13).
126
Y luego dice:
"Todos los reinos tienen una ley dada,
Y hay muchos reinos, porque no hay espacio en el cual no
haya un reino, y no hay reino en el cual no haya espacio, ya sea
un reino mayor o menor.
"Y a cada reino se le da una ley; y a cada ley hay ciertos
límites y condiciones también." (D. y C. 88:36-38).
ANÁLISIS
El texto comienza con una enseñanza de Brigham Young,
uno de los primeros líderes y profetas de la Iglesia de Jesucristo
de los Santos de los Últimos Días (IJSUD), quien explicó que la
creación de la tierra fue llevada a cabo por tres personajes dis-
tintos: Elohim (Dios el Padre), Jehová (Jesucristo) y Miguel
(Adán). Brigham Young también distinguió claramente entre
estos tres y la Santa Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo).
Elohim, Jehová y Miguel en la Creación: Según Brigham
Young, estos tres personajes trabajaron juntos en un "quórum"
o triunvirato para organizar la tierra. Miguel, también conocido
como Adán, participó en la creación, aunque no se le considera
Deidad en el mismo nivel que Elohim y Jehová. Esta distinción
es crucial para entender el papel de Miguel en el plan de salva-
ción.
Miguel como Arcángel: La Doctrina y Convenios (D&C)
27:11 describe a Miguel como "el padre de todos, el príncipe
de todos, el anciano de días". Aunque tiene una posición ele-
127
vada, sigue siendo un ángel y no parte de la Deidad. Este esta-
tus se reafirma en D&C 29:26, donde se menciona que Miguel
tocará la trompeta al comienzo de la resurrección.
El texto analiza diversas interpretaciones de Génesis 1:1-
2, que mencionan al "Espíritu de Dios" moviéndose sobre la faz
de las aguas. Diferentes versiones de la Biblia ofrecen traduc-
ciones ligeramente distintas, pero todas sugieren la presencia
del Espíritu Santo en el acto de la creación. En el libro de Moi-
sés y el libro de Abraham (escrituras de la IJSUD), se menciona
que "el Espíritu de Dios" o "el Espíritu de los Dioses" aleteaba
sobre las aguas.
James E. Talmage, en sus "Artículos de Fe", explica que el
Espíritu Santo es un ser dotado con los atributos y poderes de
la Deidad. Él distingue entre la personalidad del Espíritu Santo
y el poder que este dirige. El Espíritu Santo puede operar simul-
táneamente en múltiples lugares a través de su influencia y po-
der, aunque su persona no puede estar en más de un lugar a la
vez.
D&C 88:7-13 describe cómo la luz de Cristo llena la in-
mensidad del espacio y da vida a todas las cosas. Esta luz es la
ley por la cual todas las cosas son gobernadas, siendo el poder
de Dios. Estos versículos sugieren que el Espíritu Santo, a través
de la luz de Cristo, jugó un papel vital en la creación y el soste-
nimiento del universo.
El texto subraya la importancia de distinguir entre Elohim,
Jehová y Miguel, y entre estos y la Santa Trinidad. Brigham
Young dejó claro que Miguel, aunque muy importante en el
plan de salvación, no es Deidad en el mismo sentido que el Pa-
128
dre y el Hijo. Esta distinción ayuda a evitar confusiones doctri-
nales y malentendidos sobre la naturaleza y roles de estos per-
sonajes.
El Espíritu Santo, aunque no se menciona explícitamente
como parte del quórum que organizó la tierra, juega un papel
crucial en la creación y en el funcionamiento del universo. Su
influencia se extiende a todas las cosas, y es a través de su po-
der que se manifiestan muchos de los actos creativos y soste-
nedores de Dios.
Las escrituras modernas, como el libro de Moisés y Doc-
trina y Convenios, proporcionan claridad adicional sobre estos
temas y ayudan a los miembros de la IJSUD a comprender me-
jor las doctrinas esenciales de su fe. Estas revelaciones subra-
yan la unidad y colaboración entre Cristo y Miguel en la crea-
ción y en el plan de salvación.
Este análisis reafirma la importancia de entender la natu-
raleza distintiva de Elohim, Jehová y Miguel, y el papel integral
del Espíritu Santo en la creación. La claridad doctrinal propor-
cionada por los líderes y las escrituras modernas de la IJSUD es
vital para comprender y enseñar correctamente estas verda-
des fundamentales. La colaboración y los roles específicos de
estos personajes en el plan de salvación muestran la profundi-
dad y belleza del diseño divino para la humanidad.
129
LA REDENCIÓN
130
la muerte de Cristo trae la resurrección, que trae una reden-
ción de un sueño sin fin, del cual sueño todos los hombres se-
rán despertados por el poder de Dios cuando la trompeta
suene; y saldrán, tanto pequeños como grandes, y todos esta-
rán ante su tribunal, siendo redimidos y liberados de esta
eterna banda de muerte, que es una muerte temporal.
"Y entonces viene el juicio del Santo sobre ellos; y enton-
ces viene el momento en que el que es inmundo será inmundo
todavía; y el que es justo será justo todavía; el que es feliz será
feliz todavía; y el que es infeliz será infeliz todavía." (Morm.
9:11-14).
El profeta Jacob, en el Libro de Mormón, dijo:
"¡Oh, la grandeza de la misericordia de nuestro Dios, el
Santo de Israel! Porque él libra a sus santos de ese terrible
monstruo el diablo, y de la muerte, y del infierno, y de ese lago
de fuego y azufre, que es tormento sin fin.
"¡Oh, cuán grande es la santidad de nuestro Dios! Porque
él sabe todas las cosas, y no hay nada que no sepa.
"Y él viene al mundo para salvar a todos los hombres si
escuchan su voz; porque he aquí, él sufre los dolores de todos
los hombres, sí, los dolores de toda criatura viviente, tanto
hombres, mujeres, y niños, que pertenecen a la familia de
Adán.
"Y sufre esto para que la resurrección pase sobre todos
los hombres, para que todos puedan estar ante él en el gran y
juicio día.
131
"Y él manda a todos los hombres que se arrepientan, y
sean bautizados en su nombre, teniendo perfecta fe en el
Santo de Israel, o no pueden ser salvos en el reino de Dios.
"Y si no se arrepienten y creen en su nombre, y son bau-
tizados en su nombre, y perseveran hasta el fin, deben ser con-
denados; porque el Señor Dios, el Santo de Israel, lo ha dicho.
"Por tanto, él ha dado una ley; y donde no hay ley dada
no hay castigo; y donde no hay castigo no hay condenación; y
donde no hay condenación, las misericordias del Santo de Is-
rael tienen derecho sobre ellos, debido a la expiación; porque
son liberados por su poder.
"Porque la expiación satisface las demandas de su justicia
sobre todos aquellos que no han recibido la ley, que son libe-
rados de ese terrible monstruo, muerte e infierno, y el diablo,
y el lago de fuego y azufre, que es tormento sin fin; y son res-
taurados a ese Dios que les dio aliento, que es el Santo de Is-
rael.
"Pero ¡ay de aquel que ha recibido la ley, sí, que tiene to-
dos los mandamientos de Dios, como nosotros, y que los trans-
grede, y desperdicia los días de su probación, porque terrible
es su estado!
"¡Oh, ese astuto plan del maligno! ¡Oh, la vanidad, y las
debilidades, y la necedad de los hombres! Cuando son instrui-
dos piensan que son sabios, y no escuchan el consejo de Dios,
porque lo dejan de lado, suponiendo que saben por sí mismos,
por lo cual, su sabiduría es necedad y no les beneficia. Y pere-
cerán.
"Pero ser instruido es bueno si escuchan los consejos de
Dios." (2 Ne. 9:19-29).
132
Estas palabras del Salvador son significativas:
"Como el Padre me conoce, así también yo conozco al Pa-
dre; y pongo mi vida por las ovejas.
"También tengo otras ovejas que no son de este redil; a
ellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño y
un pastor.
"Por eso me ama el Padre, porque pongo mi vida, para
volverla a tomar.
"Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo.
Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a to-
mar. Este mandamiento recibí de mi Padre." (Juan 10:15-18).
Y una de las cosas más grandes que tenemos sobre la ex-
piación es una revelación dada a través de José Smith en la que
el Salvador dijo:
"Por tanto, os mando que os arrepintáis, y guardéis los
mandamientos que habéis recibido de la mano de mi siervo
José Smith, hijo, en mi nombre:
"Y es por mi poder todopoderoso que los habéis recibido;
"Por tanto, os mando que os arrepintáis—arrepentíos,
para que no os castigue con la vara de mi boca, y con mi ira, y
con mi enojo, y vuestros sufrimientos sean intensos—cuán in-
tensos no sabéis, cuán exquisitos no sabéis, sí, cuán difíciles de
soportar no sabéis.
"Porque he aquí, yo, Dios, he sufrido estas cosas por to-
dos, para que no sufran si se arrepienten;
"Pero si no se arrepienten, deben sufrir así como yo;
133
"El cual sufrimiento hizo que yo mismo, sí, Dios, el mayor
de todos, temblara a causa del dolor, y sangrara por cada poro,
y padeciera tanto en cuerpo como en espíritu—y deseara no
beber la amarga copa, y desmayar—
"Sin embargo, gloria sea al Padre, y bebí y terminé mis
preparativos para con los hijos de los hombres.
"Por tanto, os mando nuevamente que os arrepintáis,
para que no os humille con mi poder todopoderoso; y que con-
feséis vuestros pecados, para que no sufráis estos castigos de
los que he hablado, de los cuales en el grado más pequeño, sí,
incluso en el menor grado, habéis probado en el momento en
que retiré mi Espíritu." (D. y C. 19:13-20).
Y luego concluye:
"Orad siempre, y derramaré mi Espíritu sobre vosotros, y
grande será vuestra bendición—sí, incluso más que si obtuvie-
rais tesoros de la tierra y corrupción hasta su extensión.
"He aquí, ¿puedes leer esto sin regocijarte y levantar tu
corazón por alegría?
"¿O puedes seguir corriendo más tiempo como un guía
ciego?
"¿O puedes ser humilde y manso, y conducirte sabia-
mente ante mí? Sí, ven a mí tu Salvador. Amén." (D. y C. 19:38-
41).
ANÁLISIS
La redención es un tema central en la teología cristiana y
especialmente en la doctrina de la Iglesia de Jesucristo de los
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Santos de los Últimos Días (IJSUD). La expiación de Jesucristo
es vista como el acto supremo de amor y sacrificio, destinado
a redimir a la humanidad de la caída de Adán y de los pecados
individuales.
El apóstol Pablo resume la relación entre la caída y la ex-
piación en 1 Corintios 15:22: "Porque así como en Adán todos
mueren, así también en Cristo todos serán vivificados." Esta
afirmación encapsula la doctrina de que la muerte y el pecado
entraron al mundo a través de Adán, pero la vida eterna y la
redención vienen a través de Jesucristo.
La doctrina mormona sostiene que Jesucristo fue preor-
denado como el Redentor en el consejo preterrenal, un con-
cepto que enfatiza la preexistencia y el plan divino de salva-
ción. En Moisés 4:2, Jesús dice: "Padre, hágase tu voluntad, y
la gloria sea tuya para siempre," demostrando su disposición a
cumplir la voluntad del Padre y llevar a cabo la expiación.
El profeta Moroni en Mormón 9:11-14 y Jacob en 2 Nefi
9:19-29 proporcionan testimonios profundos sobre la expia-
ción y la redención. Moroni habla de la resurrección como la
redención de un "sueño sin fin" y el juicio final, donde cada
persona será juzgada según sus obras. Jacob, por otro lado, en-
fatiza la misericordia y la omnisciencia de Dios, y el sufrimiento
de Cristo por todos los hombres, mujeres y niños de la familia
de Adán, para que la resurrección sea posible para todos.
En Juan 10:15-18, Jesús expresa su voluntad de entregar
su vida voluntariamente y su poder para retomarla, desta-
cando su obediencia al Padre y su amor por la humanidad. Esta
capacidad y disposición de sacrificar su vida es central para la
doctrina de la redención.
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Una de las revelaciones más poderosas sobre la expiación
se encuentra en Doctrina y Convenios 19:13-20, donde el Sal-
vador describe su sufrimiento en el Jardín de Getsemaní y en
la cruz. Jesús declara que sufrió para que los seres humanos no
tengan que sufrir si se arrepienten. Este sufrimiento fue tan in-
tenso que hizo que "Dios, el mayor de todos," temblara de do-
lor y sangrara por cada poro.
La revelación en D&C 19 enfatiza la necesidad del arre-
pentimiento para evitar el sufrimiento que Cristo ya soportó.
La expiación de Jesucristo ofrece un camino para la redención,
pero requiere que las personas se arrepientan y sigan sus man-
damientos. Esta idea está en consonancia con las enseñanzas
de Jacob en el Libro de Mormón sobre la importancia de la ley
y el arrepentimiento.
El análisis de la redención en este contexto destaca varios
puntos clave:
Caída y Redención: La doctrina mormona ve la caída de
Adán como una parte necesaria del plan de salvación, que fue
seguida por la redención a través de Jesucristo.
Preexistencia y Preordenación: Jesucristo fue preorde-
nado como el Redentor en el consejo preterrenal, lo que sub-
raya el plan divino y la preparación para la redención desde an-
tes de la creación del mundo.
Sufrimiento y Amor de Cristo: El sufrimiento de Cristo en
el Jardín de Getsemaní y en la cruz es central para la expiación.
Este sufrimiento fue soportado voluntariamente por amor a la
humanidad y para cumplir la voluntad del Padre.
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Necesidad de Arrepentimiento: La redención a través de
Cristo está disponible para todos, pero requiere arrepenti-
miento y obediencia a los mandamientos. Sin arrepentimiento,
las personas deben sufrir por sus propios pecados.
Juicio y Resurrección: La expiación garantiza la resurrec-
ción para todos, pero el juicio final determinará el destino
eterno de cada persona basado en sus obras y su aceptación
de la expiación.
En resumen, la redención es un tema profundo y multifa-
cético que abarca la caída de Adán, la preordenación de Cristo,
su sufrimiento expiatorio, y la necesidad del arrepentimiento y
la obediencia para recibir los beneficios completos de su sacri-
ficio. La doctrina mormona enfatiza tanto la justicia como la
misericordia de Dios, ofreciendo un camino de redención y vida
eterna a través de Jesucristo.
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