6ta Semana
6ta Semana
6ta Semana
Realidad
El DCBN promueve una formación basada en competencias. Un currículo con esta orientación
organiza los saberes, experiencias y vínculos entre docentes y estudiantes a partir de
actuaciones complejas. Tales actuaciones dan sentido al proceso formativo y lo orientan hacia
resultados comunes que respeten la diversidad social, cultural y geográfica (Ministerio de
Educación, 2016) para atender las necesidades del contexto, así como las demandas
sociales, culturales, políticas, económicas, entre otras del siglo XXI.
1. El modelo curricular
Es el conjunto de definiciones, componentes curriculares y fundamentos epistemológicos y
pedagógicos interrelacionados que orienta la construcción del DCBN y establece las
intencionalidades curriculares en la formación de estudiantes de FID. Se construye a partir del
establecimiento del Perfil de Egreso de la Formación Inicial Docente, así como de la revisión y
priorización de diversos principios, teorías, enfoques y conceptos vinculados al desarrollo de
competencias. En conjunto, sustenta las decisiones tomadas en la elaboración, organización y
articulación de los elementos del Diseño Curricular Básico Nacional.
El modelo curricular responde a una concepción sistémica que articula las políticas y
objetivos establecidos para el sector Educación. Considera las demandas del Currículo
Nacional de la Educación Básica, del Marco de Buen Desempeño Docente, así como del
Proyecto Educativo Nacional. Su principal finalidad es comunicar cuáles son los puntos de
partida, cómo se relacionan sus elementos y qué énfasis presenta el DCBN.
2. Fundamentos curriculares
Son las premisas fundamentales que sustentan las intencionalidades definidas en el DCBN.
Estas premisas se han tomado de distintas teorías, enfoques y conceptos que sientan las
bases del currículo y otorgan una perspectiva desde donde abordar la implementación
curricular. Se agrupan en fundamentos epistemológicos y pedagógicos.
3. Fundamentos epistemológicos
Describen el conjunto de premisas que orientan una comprensión de la naturaleza de la
realidad y el conocimiento, así como la forma en que estos se construyen. Este tipo de
fundamentos
ARTICILO PEDAGOGICO
PRIMERA PARTE
TENDENCIAS EN EL DESARROLLO DE LOS SISTEMAS EDUCATIVOS
I. LOS NUEVOS ESCENARIOS Y SU IMPACTO EN LA EDUCACIÓN
El objetivo de esta primera parte del trabajo es explicar brevemente los cambios que están
aconteciendo y que configuran los escenarios futuros en los cuales se desarrollarán las acciones
educativas, y analizar cómo impactan en los sistemas educativos, en las instituciones escolares y en
los docentes.
1. Los cambios necesarios
Existe una conciencia muy fuerte de que se están agotando los estilos tradicionales de operar. Hay
mayor margen para la creatividad en la resolución de los problemas y también mayor tolerancia frente
a la inseguridad y a las incertidumbres. Se generan nuevas condiciones y oportunidades favorables
para los cambios.
En América Latina el reto es más complejo. La década de los ochenta concluye con una gran crisis
económica, con el caos que produce el desvanecimiento de una época histórica y la esperanza que
genera el comienzo de otra. Se encuentra sumida entre la crisis derivada de los problemas
acumulados del pasado, que todavía no ha resuelto y que se han agudizado en la década perdida de
los ochenta, y la crisis asociada a las transformaciones planetarias que dan cuenta de los cambios de
los sistemas productivos, de las nuevas tecnologías y de los nuevos modos de organización, que
originan un nuevo orden competitivo basado en el conocimiento (García Guadilla, l99l).
Frente a esta difícil situación, es necesario tener en cuenta un modelo de transformación y de
desarrollo alternativo que considere como estrategias básicas:
El fortalecimiento de los sistemas democráticos, pluralistas y participativos que posibiliten la
integración nacional, la cohesión social, la proyección de las culturas locales, el mayor
protagonismo de las personas y de los grupos, la elevación de las capacidades técnicas, la
representatividad en el ámbito de la actividad política y social y el logro de mayores grados de
consenso en la proposición de objetivos y metas.
La transformación de las estructuras productivas en el marco de la globalización cada vez
mayor de la economía, que les permita adecuarse a un nuevo paradigma caracterizado por la
competitividad internacional, el crecimiento económico suficiente y sostenido y la
modernización productiva.
La distribución justa y equitativa de los bienes y servicios que produce una sociedad, que
compatibilice el crecimiento económico con una mayor equidad, que dé respuestas a las altas
demandas sociales y que promueva la organización solidaria en la satisfacción de las
necesidades básicas.
La incorporación y difusión del progreso científico y tecnológico, en especial el derivado de la
microelectrónica y vinculado al procesamiento y trasmisión de información, que genera nuevas
formas de saber y desencadena innovaciones que penetran todas las actividades y provocan
cambios de gran importancia en la vida de las personas y de las instituciones.
La adopción de nuevas concepciones organizacionales caracterizadas por el desmontaje de
estructuras piramidales, jerárquicas, verticalistas, con mando fuerte, y su sustitución por
unidades autónomas y dinámicas; el aumento de la flexibilidad y de la adaptabilidad a
situaciones cambiantes; la mejora continua de la calidad de los procesos y de los resultados, y
el desarrollo de capacidades de cooperación y de negociación (Pérez, 1990).
2. El impacto de estos cambios en la educación: las nuevas demandas
La mayoría de los sistemas educativos ha iniciado procesos de reformas y transformaciones, como
consecuencia de la aguda conciencia del agotamiento de un modelo tradicional que no ha sido capaz
de conciliar el crecimiento cuantitativo con niveles satisfactorios de calidad y de equidad, e incorporar
como criterio prioritario y orientador para la definición de políticas y la toma de decisiones la
satisfacción de las nuevas demandas sociales.
Hoy hablamos de un nuevo orden mundial competitivo basado en el conocimiento, en el cual la
educación y la capacitación son el punto de apoyo de largo plazo más importante que tienen los
gobiernos para mejorar la competitividad y para asegurar una ventaja nacional. El funcionamiento
óptimo de los sistemas educativos pasa a ser una prioridad esencial de los países. Enunciamos a
continuación las principales demandas que los cambios plantean a los sistemas educativos y que se
incorporan a las agendas de especialistas y de gobernantes:
Preparar ciudadanas y ciudadanos capaces de convivir en sociedades marcadas por la
diversidad, capacitándolos para incorporar las diferencias de manera que contribuyan a la
integración y a la solidaridad, así como para enfrentar la fragmentación y la segmentación que
amenazan a muchas sociedades en la actualidad. En consecuencia, los sistemas educativos
serán responsables de distribuir equitativamente los conocimientos y el dominio de los códigos
en los cuales circula la información socialmente necesaria, y formar a las personas en los
valores, principios éticos y habilidades para desempeñarse en los diferentes ámbitos de la vida
social.
Formar recursos humanos que respondan a los nuevos requerimientos del proceso productivo
y a las formas de organización del trabajo resultantes de la revolución tecnológica. Para
incrementar la competitividad, el mayor desafío es la transformación de la calidad educativa:
grupos cada vez más numerosos de individuos con buena formación, impulso de la autonomía
individual, logro de un mayor acercamiento entre el mundo de las comunicaciones, la esfera del
trabajo y de la educación y otorgamiento de prioridad a las necesidades del desarrollo
económico: los usuarios, los mercados laborales y las empresas que utilizan conocimientos.
Capacitar al conjunto de la sociedad para convivir con la racionalidad de las nuevas
tecnologías, transformándolas en instrumentos que mejoren la calidad de vida (Mello, l993). Le
corresponde a los sistemas educativos impulsar la creatividad en el acceso, difusión e
innovación científica y tecnológica. Deben desarrollar capacidades de anticipación del futuro y
de actualización permanente para seleccionar información, para orientarse frente a los
cambios, para generar nuevos cambios, para asumir con creatividad el abordaje y resolución
de problemas. Los miembros activos de una sociedad no sólo necesitan tener una formación
básica, sino que deben incorporar conocimientos sobre informática y tecnología, aspectos que
no eran imprescindibles hace sólo una década.
SEGUNDA PARTE
TENDENCIAS EN LOS NUEVOS PAPELES QUE ASUME LA INSTITUCIÓN ESCOLAR
1. Descentralización y autonomía
Las nuevas demandas educativas refuerzan la defensa de la escuela como institución destinada
prioritariamente a la transmisión y apropiación del conocimiento sistematizado. El éxito de este nuevo
enfoque dependerá del equilibrio que se alcance entre los dos ejes de la organización institucional de
los sistemas educativos: el eje de la unidad que promueve la integración y el eje de la
descentralización que reconoce la diversidad.
En la última década se han producido estudios sobre la descentralización que tienden a enfatizar la
dimensión local como un ámbito privilegiado de intervención (Rivas, l99l). El surgimiento de la escuela
como una organización con cierta autonomía es uno de los procesos más significativos que están
ocurriendo en la transformación de los sistemas educativos. La falta de iniciativa y de autonomía en el
lugar en que la relación pedagógica ocurre, la dificultad en hacer llegar a las escuelas los recursos
consumidos por las máquinas burocráticas y la dudosa efectividad de los «paquetes preparados»,
junto con la excesiva reglamentación y la visión homogénea de realidades locales y escolares muy
dispares, son algunas de las explicaciones que justifican las estrategias de descentralización en el
sector educación.
Los procesos de descentralización se efectivizan en las escuelas cuando se acompañan con
autonomía y con poder de decisión sobre aspectos sustantivos de su quehacer. Estudios recientes lo
confirman a partir del análisis de características comunes que poseen algunas escuelas eficaces
(OCDE, l99l; Tedesco, l99l; Mello, l99l y l993). Haddad afirma que «las escuelas eficaces y bien
organizadas presentan varias características en común: disponen de un ambiente bien ordenado,
enfatizan el desempeño académico, establecen altas expectativas para el desempeño de sus alumnos
y son dirigidas por profesores y directores que realizan un enorme esfuerzo por ofrecer una enseñanza
efectiva y estimular a sus alumnos a que aprendan, independientemente de sus condiciones familiares
...» (l990).
2. Las nuevas funciones de la escuela
La lógica que opera para la transformación del Estado y la resignificación de sus funciones
adecuándolas a las demandas de la sociedad, se aplica también para la transformación de la escuela
y la resignificación de sus funciones para adecuarse a los requerimientos de la comunidad y satisfacer
sus necesidades educativas. En este marco se inscriben los nuevos papeles que asume la institución
escolar:
onvertirse en un espacio de democratización y participación de la sociedad, y de punto de
contacto de los sectores populares con el Estado. La expansión de la escolaridad representó
un significativo avance en la igualdad de las oportunidades de acceso al sistema. La equidad
sólo se logrará si la escuela tiene éxito en ofrecer a todos una educación de calidad,
Configurar un estilo de gestión a nivel local, diferenciado y flexible en su organización escolar,
que desarrolle capacidades y formas propias de interactuar en su medio social, que incorpore
las necesidades desiguales y que trabaje sobre ellas a lo largo de los años de escolaridad,
Conformar un ámbito con capacidad de decisión para la elaboración de su proyecto educativo y
la construcción de su propia identidad a partir del conocimiento más cercano de las demandas
sociales
Desarrollar capacidades para la gestión pedagógica de la institución, que focalice todos los
esfuerzos en el logro de metas que atiendan la calidad de los resultados educativos y el
mejoramiento del ambiente y de las condiciones de aprendizaje
Transformarse en un espacio con poder para organizar la oferta educativa y combinar el uso de
los recursos humanos, técnicos, físicos y financieros de acuerdo a las necesidades y
oportunidades en función de su propio proyecto educativo, a partir de la existencia de un
mínimo de oferta socialmente justa sin la cual las escuelas no pueden funcionar
Ejercer un desempeño institucional eficiente, que rinda cuentas a su comunidad de los
resultados de aprendizaje de sus alumnos
Constituirse en un espacio de democratización de las relaciones institucionales para el logro de
debates y consensos, de trabajo en equipo, de práctica cotidiana de valores democráticos, de
negociación de los conflictos de poder, de fortalecimiento de estructuras colegiadas (Consejos
de escuela) y de ejercicio de control social y comunitario sobre el cumplimiento de las metas
Desarrollar capacidades para la articulación orgánica con las instancias intermedias
(regionales) y centrales del sistema educativo en el marco de normativas establecidas que
definan las competencias respectivas.
3. Riesgos y condiciones de la autonomía
Algunas experiencias de descentralización han producido efectos contrarios a los previstos. Otras, en
cambio, demuestran que es posible conducir exitosamente procesos de construcción de autonomía
institucional.
El riesgo de reconcentrar el poder y reproducir a nivel local los inconvenientes del modelo de gestión
centralista y autoritaria, puede ser contrarrestado promoviendo la creación de estructuras participativas
como los consejos, cuyos integrantes limiten los abusos de poder.
En algunos países la producción de libros para adaptar contenidos curriculares con un enfoque
regional y localista estrecho ha demostrado una eficacia probadamente nula, aunque la inversión fuera
significativa en detrimento de otras prioridades. En estos casos debe procurarse un equilibrio entre los
contenidos generales y los locales que conduzca a un proceso integrador de alto carácter formativo
para los alumnos, que no pierda de vista la prioridad de la calidad de los aprendizajes básicos y
comunes.
La amenaza del aumento de las desigualdades, si no existen suficientes mecanismos de apoyo, se
puede evitar con una fuerte voluntad política que, implementando programas compensatorios,
garantice una oferta mínima socialmente justa.
Como consecuencia de un proceso sin control de la autonomía de las escuelas, la fragmentación del
sistema puede resguardarse con regulaciones claras que establezcan el equilibrio y la necesaria
integración y articulación entre el Estado y las unidades descentralizadas.
TERCERA PARTE
NUEVOS CAMPOS DE DECISIÓN DE LAS ESCUELAS
Un punto clave de la autonomía es dar a los establecimientos mayores atribuciones para ordenar su
funcionamiento y fortalecer las capacidades de sus recursos humanos para definir y llevar a cabo el
proceso educativo. Para ello es necesario analizar los nuevos campos de decisión donde esas
atribuciones se ejercen.
1. Los aspectos pedagógicos
La representación local en los currículos facilitará el fortalecimiento de la diversidad en el marco de
una base compartida de valores centrales, homogeneizadores del conjunto de la nación y su
articulación con los valores locales. Habrá más posibilidades de integración mientras más logrados y
compartidos estén los valores centrales y más fuerte sea la diversificación. El nuevo paradigma de la
gestión pedagógica es: unidad de objetivos, valores compartidos y creciente autonomía de ejecución
(Casassus, l993). La eficacia del Estado tiene que ver con la capacidad de articular la función de
integración y coherencia y con la función de legitimación de las diversidades.
La descentralización pedagógica se concreta en la escuela asumiendo nuevas atribuciones y
facultades para:
La elaboración de su propio proyecto educativo en relación con la captación de las demandas
de su comunidad, las políticas educativas determinadas por las instancias centrales y
regionales y por los programas que formulen para que sus alumnos aprendan. Cada escuela
desarrolla su propia cultura institucional de acuerdo a su vida interna desde donde construye su
identidad
La selección de objetivos y contenidos específicos, adecuados a los intereses de su contexto,
que se articulan con los contenidos mínimos y comunes para todo el país y los acordados para
la región
La participación de la comunidad en la determinación de los aprendizajes de desarrollo local
La conducción de los procesos de aprendizaje en el aula, en el marco de una nueva didáctica
adecuada a los nuevos cambios que están ocurriendo en los procesos de enseñanza y
aprendizaje
La selección de los recursos técnicos necesarios: guías, textos, materiales educativos,
equipamiento didáctico y tecnológico, de acuerdo a las características de la escuela y de sus
alumnos
La organización y capacitación de los docentes en función de las necesidades del proyecto
educativo institucional y de las políticas centrales
La selección de actividades extracurriculares propuestas por la comunidad
La evaluación de los resultados de los alumnos a nivel de la escuela y su articulación con las
mediciones de logros a nivel central o regional
La evaluación del desempeño de los docentes en el marco de un proceso de profesionalización
del rol,
Un componente fundamental, que supera la enumeración de los elementos, es la peculiar combinación
que cada escuela efectúa entre sus posibilidades, su cultura institucional, las demandas de la
comunidad y el logro de metas de calidad y de equidad que dan sentido a su proyecto educativo. En la
forma particular de ponderar los insumos reside la identidad de la institución, en la cual juega un papel
fundamental el director, cuyo desempeño afecta la dinámica educativa.
2. Los aspectos administrativos
Sobre este tema Guiomar Namo de Mello ha brindado aportes sustantivos en varias publicaciones.
Parte del análisis de los efectos que produjeron las estrategias centralizadas que se adoptaron para
mejorar la calidad de las escuelas, entre las cuales destaca la provisión de insumos básicos
necesarios para el funcionamiento cotidiano de los establecimientos. Estos insumos recibieron el
mismo tratamiento que las demás normas de organización escolar, es decir, todas las escuelas
recibieron los mismos insumos, sin considerar las peculiaridades de cada uno y, por lo general, los
recibieron fuera de fecha debido a la demora de los procedimientos burocráticos.
La autonomía de las escuelas requiere, como condición indispensable, el mayor grado de decisión
posible en lo relativo a dos insumos básicos y necesarios para su organización: finanzas y personal.
Una real alteración del poder del sistema educativo sólo será posible si se hace efectiva dicha
delegación. Dice la autora que ninguna institución puede tener identidad, iniciativa y proyecto si no
posee el control sobre sus propios recursos y sobre su equipo.
2.1. La administración de los recursos humanos
«...Las políticas homogéneas sobre la carrera magisterial y el salario fueron uno de los principales
factores que determinaron la pérdida de la fuerza de parte de las escuelas. Las normas de
incorporación, los nombramientos, las admisiones y despidos negociados directamente por los
sindicatos y la administración central, hacen difícil que las escuelas adopten decisiones responsables
sobre aspectos cruciales de su organización, tales como currículo, uso del tiempo, perfil de los
profesionales adecuados a sus propuestas de trabajo... En los países en que existe la estabilidad en la
carrera docente, sería deseable que ese derecho no estuviese limitado a puestos específicos en las
escuelas, sino a nivel del sistema... De esta forma, si la escuela decide despedir a un profesor o a un
técnico, podrá hacerlo poniendo al profesional a disposición de la administración central, la que
procederá a reubicarlo... reservando el derecho de la escuela a escoger. Deberán permitirse los
perfiles diferenciados de los equipos escolares, dependiendo de la propuesta de la escuela...» (Mello,
l993, págs. 204 y 205).
Esta proposición resulta interesante a mediano y largo plazo porque implica un tratamiento arduo de
negociación con los gremios docentes y de obtención de consenso en la sociedad. Los países
deberían realizar estudios y propuestas encaminados a fortalecer nuevos roles docentes y directivos
en función de las nuevas demandas, e ir adecuando paulatinamente la formación docente, la carrera
profesional, los sistemas de remuneración y los mecanismos de estímulos y de incentivos en relación
con el logro de metas de equidad, calidad y productividad.
A corto plazo podría avanzarse en áreas más flexibles en la organización escolar, como por ejemplo
en las actividades extracurriculares que se programan para enriquecer la oferta de enseñanza y que
tienen mecanismos diferentes en su implementación, con capacidad de decisión de la escuela sobre el
tipo de profesional a ser contratado.
2.2. La administración de los recursos financieros
a) Remuneraciones
«...Al menos una parte de las decisiones sobre las remuneraciones debería delegarse a las escuelas,
como por ejemplo, las jornadas extraordinarias de trabajo. Otra alternativa importante sería la
posibilidad de establecer estímulos salariales, a partir de niveles mínimos fijados en escalas
homogéneas, que diferenciaran los salarios en base a los resultados. De este modo, cada escuela
tendría derecho a un volumen adicional de recursos a ser utilizados para pagos extraordinarios de su
equipo, a partir de los resultados de las evaluaciones que indiquen que la escuela está mejorando su
desempeño. Este es, sin duda, un tema controvertido, pero no por eso debemos retirarlo de la agenda
de discusión...» (Mello, pág. 207).
La autora deja planteado un camino para las transformaciones estructurales que los países
emprendan, cuyo nivel de concreción dependerá de la combinación de múltiples factores entre los que
figuran la voluntad política de los gobiernos, las capacidades para negociar y para lograr consensos
graduales con los sindicatos, los docentes y la sociedad, la disponibilidad de recursos y la habilidad
para aprovechar los tiempos y las oportunidades que ofrezca la realidad con vistas a producir avances
consolidados.
b) Financiamiento de programas compensatorios
Para que la autonomía de las escuelas no produzca efectos negativos se requieren mecanismos
fuertes de compensación financiera. Le corresponde a la administración central, en cumplimiento de
las metas de calidad, equidad y universalización del acceso y del egreso, orientar recursos a las
escuelas para asegurar un mínimo de oferta socialmente justa, a partir de la cual cada institución
pueda elevar la calidad de los aprendizajes de sus alumnos.
Reafirmada esta responsabilidad de los gobiernos queda claro, por lo anteriormente expuesto, que se
debe cambiar la modalidad de intervención en la asignación de estos recursos, diseñando políticas y
estrategias diferenciadas según las necesidades de las instancias regionales y de las escuelas y
adoptando mecanismos distintos según el tipo de recurso. Por ejemplo, para proveer de libros de
textos, útiles y equipamiento a las escuelas, se justifica la centralización desde el punto de vista de la
economía de escala; en el caso de reparaciones escolares, resulta beneficioso descentralizar los
fondos a quien ejecute la obra, ya sean los municipios o las escuelas.
c) Financiamiento de proyectos institucionales
Para promover innovaciones educativas el Estado orienta su intervención a través de mecanismos que
alienten a las escuelas a mejorar sus niveles de calidad y eficiencia, e incentiven el uso racional de sus
recursos, voluntad que se expresa en su proyecto educativo. Para ello es necesario establecer
procedimientos para la convocatoria a la presentación de proyectos y el concurso para que se juzgue
la calidad de los mismos, efectuado por comisiones evaluadoras altamente capacitadas y de acuerdo a
normativas generales. El financiamiento de los mejores proyectos puede incluir un componente de
complemento salarial para los profesores comprometidos en ellos.
d) El presupuesto de la escuela autónoma
«...La autonomía financiera no es una transferencia esporádica de recursos que ya vienen
predestinados para cierto tipo de gasto... Se trata de crear mecanismos mediante los cuales la escuela
posea su propio presupuesto, transferido en cantidades globales, con capacidad para administrarlo y
con poder de decisión sobre cuáles son los gastos prioritarios, sin que existan limitantes referidos a
ciertos tipos de gastos. Y más todavía, los gastos de las planillas de sueldos serían parte constitutiva
de este presupuesto, aunque la escuela no sea la agencia pagadora, fijando los recursos destinados
en manos de la administración central del sistema que haría efectivos tales pagos con las
informaciones suministradas por las escuelas.... Los gastos que efectúa el Estado (sueldos, compra de
materiales), serán descontados del presupuesto de la escuela. La autonomía de la escuela no significa
que el presupuesto se transfiere en especies, sino que ésta tiene el poder de decidir cómo ejecutarlo,
aun cuando una parte permanezca como un crédito al que la escuela tiene derecho a pesar de estar
suministrado por las instancias centrales... Aunque dicha autonomía financiera no se implante de una
vez y completamente, previendo que habrá etapas y procesos de negociación, considerando inclusive
los plazos para capacitar a las escuelas en esta tarea, el objetivo final debe ser éste. Sólo en estos
términos la autonomía financiera puede constituir un instrumento de auto mejoramiento de las
escuelas, útil para perfeccionar su organización interna, obligando al equipo a pensar en el conjunto
de la escuela, en el proyecto, en los objetivos y en las prioridades» (Mello, págs. 208 y 210).
En este marco los países diseñarán sus alternativas y construirán sus caminos. Mientras tanto es
necesario conducir los procesos de transición y avanzar en la realización de estudios preparatorios
sobre normas jurídicas, simplificación de procedimientos de control burocrático, costos por tipos de
escuela, criterios comunes y diferenciales para la asignación de recursos, especificación de los gastos
que se reservan al Estado o a los municipios y los que se delegan a la escuela, y de acciones
destinadas al diseño de programas de capacitación destinados a desarrollar competencias para el
ejercicio de las nuevas tareas.
3. Los aspectos organizativos
3.1. Los tiempos de aprendizaje
La forma como se utilice el tiempo repercute en los logros educativos, tanto en el incremento de los
días/horas anuales de clase, como en el aprovechamiento de las horas diarias en que los alumnos
permanecen en la escuela. En una publicación reciente, Schiefelbein (1993) estima que «el tiempo
para el aprendizaje a veces se usa muy mal. Un estudio venezolano sobre la administración de las
clases encontró que sólo el 40% del tiempo destinado a impartir clases era usado efectivamente para
la enseñanza. La mitad del tiempo se pierde... En Chile, entre el 50 y el 64% del tiempo de los
docentes se destina a la enseñanza y un 22 a 29% adicional, a controlar la disciplina. Casos similares
se han detectado en otros países de América Latina.»
Es necesario determinar el nivel de competencias en la optimización de los tiempos de aprendizaje. A
la administración central le corresponde la fijación de la duración del ciclo lectivo, estimando el mínimo
de días y horas anuales para todo el país, y la determinación de la duración de la jornada mínima para
cada ciclo y nivel. A la administración regional le compete establecer la fecha de iniciación y
finalización del ciclo lectivo (meses de clase) y la distribución anual de las vacaciones. Serán
atribuciones de las escuelas la organización de los días de clase en la semana y de las horas de clase
en el día.
3.2. Los espacios educativos
Una de las áreas más exitosas en los procesos de descentralización es la de los recursos físicos.
Múltiples y variadas experiencias avalan la conveniencia de delegar las actividades de reparación y
mantenimiento edilicio en las escuelas o en los municipios, incrementando la eficiencia en el uso de
los aportes que hace el Estado.
La distribución del parque edilicio disponible para posibilitar un eficaz desempeño de las escuelas será
competencia de la administración regional, la asignación de los espacios institucionales donde se
produce el aprendizaje es atribución de la escuela, y la utilización de los espacios áulicos y
comunitarios para determinados tipos de aprendizaje será competencia de los docentes.
4. Las relaciones institucionales
La gestión democrática de las escuelas es un componente fundamental de la autonomía, en la medida
que implica una alteración del clima psicosocial y de las formas de ejercer el poder y el control
interpersonal. En algunos países iberoamericanos los procesos de descentralización han configurado
nuevos mecanismos para la elección de los directores en el ámbito de la comunidad educativa
(España, Brasil). El establecimiento de órganos colegiados como los Consejos de Escuela, los
Consejos de Administración o los Consejos de Grado como ámbitos participativos integrados por
docentes, padres y alumnos, generan una nueva relación de fuerzas donde es posible debatir ideas,
dirimir conflictos, constituirse en mecanismos de control para el conjunto y construir los consensos
necesarios para llevar adelante un proyecto educativo.
Solamente si la escuela es autónoma tiene sentido la participación de todos sus actores. Sin
instrumentos para ejecutar las decisiones, para evaluar y rendir cuentas, la participación tiende a ser
más bien trivial a través de la presencia en comisiones, en asambleas o en elecciones que, en verdad,
no conducen a la ejecución de las decisiones tomadas por falta de poder real a nivel de la escuela
(Mello, l993).
Fortalecer la función del director para el ejercicio de un liderazgo democrático y responsable, y
avanzar en la búsqueda de alternativas nuevas para la elección de un profesional que combine
criterios de competencia profesional y conocimientos técnicos, con legitimidad del liderazgo y
aceptación de su autoridad será, sin lugar a dudas, una prioridad para los gobiernos.
CUARTA PARTE
TENDENCIAS EN LA PROFESIONALIZACIÓN DE LOS DOCENTES
I. Rol profesional y autonomía escolar
Para responder a los requerimientos de una educación de calidad para todos es indispensable
promover la profesionalización de los docentes. El proceso de conversión del rol docente en
profesional es una exigencia no sólo de las transformaciones acaecidas en la organización del trabajo,
sino que es una consecuencia de los procesos de descentralización, de la autonomía en la gestión de
las escuelas y de los cambios que están ocurriendo en los procesos de enseñanza y aprendizaje, que
contraponen el rol tradicional de mero transmisor de conocimientos al de facilitador del aprendizaje de
los alumnos.
En la actualidad la docencia es una semi profesión desde el punto de vista sociológico, débilmente
estructurada, en una posición dominada por la burocratización de las instituciones y por la
desvalorización dentro del mercado de empleo. En muchos países iberoamericanos la actividad
docente no ha logrado todavía ser reconocida como profesión. Existe gran contradicción sobre la
trascendental misión que cumplen maestros y profesores a nivel del discurso político, y la situación
concreta en la que se desenvuelven. Las remuneraciones no se compadecen con las
responsabilidades asignadas ni con el nivel de preparación, y abundan más las frustraciones que las
gratificaciones entre los docentes. El efecto negativo de esta situación es la pérdida de jóvenes
talentosos que no se sienten atraídos por la función docente, y la dificultad para remontar los bajos
índices en los resultados del aprendizaje.
Iván Núñez señala que el rol profesional implica que el docente tiene una formación de nivel superior
que lo capacita para conectarse permanentemente con el saber pedagógico acumulado, para
diagnosticar los problemas de aprendizaje de sus alumnos y las necesidades educativas de su
entorno, para recurrir por sí mismo a la recreación o generación de métodos y técnicas y para la
elaboración local del currículum.
La autonomía escolar es el marco apropiado para la configuración profesional del rol docente. Una
auténtica descentralización que haga menos rígida y uniforme la administración, que entregue
crecientes cuotas de poder a los actores sociales y a las comunidades locales, que atienda a la
heterogeneidad de las realidades regionales y locales y a la diversidad de cada escuela y de cada
aula, es el ámbito privilegiado para construir la profesionalización del trabajo docente (Núñez, l990).
ACTIVIDAD ACADEMICA
1. Del articulo científico pedagógico realizar un trabajo de 5 integrantes por afinidad según lo
indicado
- Primera parte realizar un análisis
- Segunda parte Conclusiones y características
- Tercera parte una crítica y características
- Cuarta parte 5 aportes a la educación y sociedad
- Quinta parte los retos de la educación según III. El ejercicio de la profesión docente
- Sexta parte Investigar el analfabetismo y deserción escolar en el Perú
Fecha de entrega y exposición 07 de junio del 2024 vía classroom e impreso para vuestra exposición