Dónde Queda La Educación. Articulo de Opinion
Dónde Queda La Educación. Articulo de Opinion
Dónde Queda La Educación. Articulo de Opinion
“La educación es el alma más poderosa que podemos usar para cambiar el mundo”.
Nelson Mandela
La importancia de la educación en la sociedad actual es innegable. Un sistema educativo
sólido y equitativo es fundamental para el desarrollo de un país y el progreso de sus
ciudadanos. La educación en República Dominicana enfrenta diferentes desafíos que
afectan su calidad y accesibilidad para todos. En este artículo exploraremos la importancia
de la educación y los desafíos que enfrenta para lograr una educación de calidad para
todos.
Cuando se decide parar la docencia como mecanismo de defensa del gremio magisterial
para ser escuchados, se comete la más grave falta. Da pena ver la ambición, la avaricia y
la falta de sentido común por parte de los maestros, quienes, sin dar lugar a la capacidad
de ver más allá de lo que ellos consideran justo, sacrifican el pan de la enseñanza de miles
de niños. Nuestro país lleva años quedándose en los más bajos estándares en cuanto a la
educación. Esto no debe sorprender a nadie. En un país en el que no se respeta el derecho
a la educación y enseñar pasa de ser una vocación para convertirse en ambición, lo menos
que se puede reclamar es una educación de calidad.
Todos los años es lo mismo ¿Hasta cuándo tendremos que soportar esta ola de profesores
mediocres e inconscientes? Capaces de reclamar “sus derechos”, pero incapaces de
respetar los derechos ajenos. Dice una frase muy popular: “Tus derechos terminan donde
empiezan los derechos de los demás”: esta es la regla general para poder vivir plenamente
todos los derechos humanos. Es de esto de lo que nos hemos olvidado ¿Dónde quedan los
niños, qué culpa tienen ellos? ¿Qué enseñanza dejan los profesionales de la educación,
cuando no son capaces de salvaguardar el derecho de los niños al aprendizaje y su deber
propio de enseñar? Dejan las aulas para salir a las calles, se les olvida la inmensa
responsabilidad que tienen. Imaginemos que cada día en que se detiene la docencia, se
hicieran cálculos monetarios de las pérdidas producidas. Cada día sin clases, estamos
perdiendo algo mucho más valioso, algo incalculable. Un solo día sin clases es un acto
de crueldad hacia los estudiantes.
¡Profesor! Usted se formó para formar a otros. Lleva en sus hombros una inmensa
responsabilidad. Sea capaz de mirar más allá del deseo de recibir un aumento, trabaje por
compromiso y amor a la patria, piense en tantos que nos han precedido y se han
desgastado en silencio por la educación. Salir a protestar y detener la docencia no es la
solución. Es cierto que se acude a ella porque en años pasados ha sido este su mecanismo
de defensa que se ha convertido en su baluarte. Pero es necesario decir alto, hasta cuándo
jugaremos con la educación, hasta cuándo haremos de esto un negocio. El diálogo y la
negociación son mecanismos diplomáticos, éticos y profesionales.
Lo más lamentable es que son los profesores dominicanos, hijos de esta patria, quienes
tiran por el piso la educación, quienes con sus acciones gritan a viva voz que no les
importa en lo más mínimo el aprendizaje de aquellos a quienes se les ha puesto a
acompañar. Hasta que no se logre dar una mirada más allá de los propios intereses
seguiremos sumidos en el atraso y la mediocridad. Este año 2024 se pide un 20%, el año