Cetoacidosis Diabética - Trastornos Endocrinológicos y Metabólicos - Manual MSD Versión para Profesionales
Cetoacidosis Diabética - Trastornos Endocrinológicos y Metabólicos - Manual MSD Versión para Profesionales
Cetoacidosis Diabética - Trastornos Endocrinológicos y Metabólicos - Manual MSD Versión para Profesionales
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Versión para profesionales
Cetoacidosis diabética
Por Erika F. Brutsaert, MD, New York Medical College
La cetoacidosis diabética es una complicación metabólica aguda de la diabetes que se caracteriza por
hiperglucemia, hipercetonemia y acidosis metabólica. La hiperglucemia causa diuresis osmótica con pérdida
significativa de líquidos y electrolitos. La cetoacidosis diabética se identifica con mayor frecuencia en pacientes
con diabetes mellitus tipo 1. Provoca náuseas, vómitos y dolor abdominal, que pueden progresar al edema
cerebral, el coma y la muerte. La cetoacidosis diabética se diagnostica a través de la detección de
hipercetonemia y acidosis metabólica con brecha aniónica en presencia de hiperglucemia. El tratamiento
consiste en expansión de volumen, reposición de insulina y prevención de la hipopotasemia.
La cetoacidosis diabética (CAD) se produce en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y es menos frecuente en aquellos con diabetes tipo 2.
Aparece cuando las concentraciones de insulina no son suficientes para cubrir las necesidades metabólicas básicas del cuerpo. La
cetoacidosis diabética es la primera manifestación de la diabetes mellitus tipo 1 en una proporción minoritaria de pacientes. La deficiencia de
insulina puede ser absoluta (p. ej., durante períodos de administración de insulina exógena) o relativa (p. ej., cuando la dosis habitual de
insulina no cubre las necesidades metabólicas del organismo sometido a un estrés fisiológico).
Los [factores fisiológicos contribuyentes al estrés que pueden desencadenar la cetoacidosis diabética incluyen
Infarto de miocardio
Accidente cerebrovascular
Pancreatitis
Embarazo
Traumatismo
Corticosteroides
Diuréticos tiazídicos
Simpaticomiméticos
La cetoacidosis diabética es menos frecuente en la diabetes mellitus tipo 2, pero puede aparecer en situaciones de estrés fisiológico inusual.
La diabetes tipo 2 que tiende a provocar cetosis es una variante de la diabetes tipo 2, que a veces se observa en pacientes obesos, a menudo
de origen africano (incluido afroestadounidense o afrocaribeño). Los paceientes con diabetes propensa a la cetosis (también conocida como
diabetes Flatbush) pueden tener un deterioro significativo de la función de las células beta con hiperglucemia y, por lo tanto, es más probable
que desarrollen cetoacidosis diabética en un contexto de hiperglucemia significativa.
Los inhibidores de SGLT-2 han sido implicados en el desarrollo de cetoacidosis diabética tanto en la diabetes mellitus tipo 1 como en la tipo 2.
En pacientes embarazadas y en pacientes que toman inhibidores de SGLT2, la cetoacidosis diabética puede ocurrir con niveles de glucosa en
sangre más bajos o incluso niveles normales de glucosa en sangre. La cetoacidosis diabética normoglucémica también puede ocurrir con el
abuso de alcohol o la cirrosis.
El glucagón también estimula la conversión mitocondrial de ácidos grasos libres en cetonas. En condiciones normales, la insulina bloquea la
cetogénesis al inhibir el transporte de los derivados de los ácidos grasos libres a la matriz mitocondrial, pero en ausencia de insulina, la
cetogénesis avanza. Los principales cetoácidos sintetizados, el ácido acetoacético y el ácido beta-hidroxibutírico, son ácidos orgánicos fuertes
que provocan acidosis metabólica. La acetona producida durante el metabolismo del ácido acetoacético se acumula en el suero y se elimina
lentamente a través de la respiración.
La hiperglucemia secundaria a la deficiencia de insulina causa diuresis osmótica, que promueve la pérdida de abundante cantidad de agua y
electrolitos con la orina. La excreción urinaria de las cetonas genera una pérdida obligatoria adicional de sodio y potasio. La natremia puede
descender debido a la natriuresis o aumentar como resultado de la excreción de grandes volúmenes de agua libre. También se pierden
grandes cantidades de potasio. A pesar de la deficiencia corporal total significativa de potasio, la potasemia inicial típica es normal o alta
debido a la transferencia extracelular del potasio en respuesta a la acidosis. La potasemia suele disminuir aún más durante el tratamiento
porque la insulina moviliza el potasio hacia el interior de las células. Si no se controla la potasemia y se repone en caso de ser necesario,
puede producirse una hipopotasemia, que puede ser riesgosa para la vida del paciente.
El edema cerebral agudo, una complicación observada en alrededor del 1% de los pacientes con cetoacidosis diabética, se ve sobre todo en
niños y, con menor frecuencia, en adolescentes y adultos jóvenes. La cefalea y el nivel de consciencia fluctuante sugieren esta complicación
en algunos individuos, pero el paro respiratorio es la manifestación inicial en otros casos. La causa no se comprende completamente, pero
puede estar relacionada con reducciones demasiado rápidas de la osmolalidad sérica o con isquemia encefálica. Es más probable verlo en
niños < 5 años cuando la cetoacidosis es la manifestación inicial de la diabetes mellitus. Los niños con valores máximos de nitrógeno ureico
en sangre y mínimos de PaCO2 (presión parcial arterial de dióxido de carbono) en el momento de la presentación tienen un riesgo más alto
de presentar esta complicación. El retraso en la corrección de la hiponatremia y la administración de bicarbonato durante el tratamiento de la
cetoacisosis diabética son factores de riesgo adicionales.
Cetonemia
En los pacientes en los que se sospecha una cetoacidosis diabética hay que medir las concentraciones séricas de electolitos, el nitrógeno
ureico en sangre y la creatininemia, la glucemia, la cetonemia y la osmoridad del plasma. Debe evaluarse la cetonuria. Los pacientes que
impresionan en mal estado general y los que presentan pruebas positivas para cetonas deben ser sometidos a una evaluación de los gases
en sangre arterial.
La cetoacidosis diabética se diagnostica cuando se detecta un pH arterial < 7,30 con brecha aniónica > 12 y cetonemia. Las guías difieren
sobre los niveles específicos de hiperglucemia que se deben incluir en los criterios diagnósticos para la cetoacidosis diabética. Con mayor
frecuencia se especifica un nivel de glucosa en sangre > 200 mg/dL (11,1 mmol/L) o > 250 mg/dL (13,8 mmol/L), pero dado que puede ocurrir
una cetoacidosis diabética en pacientes con niveles de glucosa normales o ligeramente elevados, algunas guías no establecen un nivel
específico (1, 2). Se puede hacer un diagnóstico presuntivo cuando las concentraciones urinarias de glucosa y cetonas son positivas en el
análisis de orina. La evaluación de una muestra de orina con tiras reactivas y algunas pruebas en sangre para detectar cetonas pueden
subestimar el grado de cetosis porque solo identifican el ácido acetoacético y no el ácido beta-hidroxibutírico, que suele ser el cetoácido
predominante. El beta-hidroxibutirato en sangre puede medirse o el tratamiento puede iniciarse sobre la base de la sospecha clínica y la
presencia de acidosis con brecha aniónica si las cetonas séricas o urinarias son bajas.
Deben buscarse signos y síntomas de la enfermedad desencadenante con estudios apropiados (p. ej., cultivos, estudios de diagnóstico por la
imagen). En los adultos se debe realizar un electrocardiograma para identificar un infarto de miocardio y para deternimar la importancia de
las alteraciones de la potasemia.
La hiperglucemia puede causar hiponatremia dilucional, de manera que la natremia debe corregirse agregando 1,6 mEq/L (1,6 mmol/L) por
cada 100 mg/dL (5,6 mmol/L) de aumento de la glucemia por encima de 100 mg/dL (5,6 mmol/L). A modo de ejemplo, en un paciente con
natremia de 124 mEq/L (124 mmol/L) y glucemia de 600 mg/dL (33,3 mmol/L), deben agregarse 1,6 ([600 − 100]/100) = 8 mEq/L (8 mmol/L) a
los 124 para obtener la natremia corregida de 132 mEq/L (132 mmol/L).
A medida que se corrige la acidosis, la potasemia desciende. Una potasemia inicial < 4,5 mEq/L (< 4,5 mmol/L) indica una depleción
significativa de potasio y requiere un suplemento inmediato de este catión.
Las concentraciones séricas de amilasa y lipasa suelen estar elevadas, incluso en ausencia de pancreatitis (que puede estar presente en
pacientes con cetoacidosis alcohólica y en los que presentan hipertrigliceridemia concurrente).
(ADA) and the European Association for the Study of Diabetes (EASD). Diabetes Care
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Corrección de hipopotasemia
Insulina por vía intravenosa (siempre que la potasemia sea ≥ 3,3 mEq/L [3,3 mmol/L])
En forma inusual, bicarbonato de sodio por vía intravenosa (si pH < 7 después de 1 h de tratamiento)
Los objetivos más urgentes para el tratamiento de la cetoacidosis diabética son la reposición rápida del volumen intravascular, la corrección
de la hiperglucemia y la acidosis y la prevención de la hipopotasemia (1, 2). La identificación de los factores desencadenantes también es
importante.
El tratamiento debe realizarse en la unidad de cuidados intensivos porque al principio hay que realizar exámenes clínicos y de laboratorio 1
vez por hora o cada 2 horas para poder implementar los ajustes necesarios en el tratamiento.
Reposición de volumen
El volumen intravascular debe restaurarse rápidamente para aumentar la presión arterial y asegurar la perfusión glomerular; una vez que se
restablece el volumen intravascular, los déficits hídricos corporales restantes se corrigen más lentamente, generalmente durante alrededor
de 24 h. La reposición hídrica inicial en los adultos se logra típicamente con la infusión IV rápida de 1 a 1,5 L de solución fisiológica en la
primera hora, seguida de infusiones de solución fisiológica a una velocidad de 250 a 500 mL/hora. Pueden ser necesarios bolos adicionales o
una velocidad de infusión más rápida para elevar la tensión arterial. Pueden ser necesarias velocidades de infusión más lentas en pacientes
con insuficiencia cardíaca o en aquellos con riesgo de sobrecarga de volumen. Si la concentración sérica de sodio es normal o alta, la solución
fisiológica se reemplaza por solución salina al 0,45% después de la reposición inicial. Cuando la glucemia desciende a < 200 mg/dL (< 11,1
mmol/L), se debe cambiar el líquido administrado por vía IV y se puede agregar dextrosa al 5 al 10% a la solución salina al 0,45%.
En los niños, se estima que la deficiencia hídrica oscila entre 30 y 100 mL/kg de peso corporal. También deben calcularse y administrarse los
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En los niños, se estima que la deficiencia hídrica oscila entre 30 y 100 mL/kg de peso corporal. También deben calcularse y administrarse los
requerimientos de líquidos de mantenimiento (para las pérdidas continuas). La reposición hídrica inicial debe realizarse con solución
fisiológica (10 mL/kg) durante 1 a 2 horas, que puede repetirse, seguida de solución salina al 0,45% con dextrosa una vez que la glucemia es <
300 mg/dL y la tensión arterial es adecuada. La deficiencia remanente de líquido debe reponerse durante las siguientes 24-48 horas,
típicamente a una velocidad (que incluye los líquidos de mantenimiento) de entre 2 y 5 mL/kg/h, lo que depende del grado de deshidratación.
salina al 0,9%. Insulin should be withheld until serum potassium is ≥ 3,3 mEq/L (≥ 3,3 mmol/L). mantenimiento para niños
Las cetonas deben comenzar a desaparecer en las siguientes horas si se administran dosis suficientes de insulina. No obstante, mientras se
resuelve la acidosis, la depuración de las cetonas puede parecer retrasarse debido a la conversión del beta-hidroxibutirato en acetoacetato
(que es la “cetona” medida en la mayoría de los laboratorios hospitalarios). El pH sérico y la concentración sérica de bicarbonato también
deben mejorar rápidamente, pero la normalización de las concentraciones séricas de bicarbonato puede tardar 24 h. El bicarbonato puede
conducir al desarrollo de edema cerebral agudo (principalmente en niños) y no debe administrarse en forma sistemática. Si se va a usar
bicarbonato, solo debe iniciarse si el pH es < 6,9, y solo debe intentarse una elevación moderada del pH con dosis de 50 a 100 mEq (50 a 100
mmol) administradas durante 2 horas, seguidas por la medición repetida del pH arterial y ell potasio sérico.
Cuando la glucemia alcanza un valor < 200 mg/dL (< 11,1 mmol/L) en adultos, debe agregarse dextrosa al 5-10% a los líquidos infundidos por
vía intravenosa para reducir el riesgo de hipoglucemia. La concentración de dextrosa puede ajustarse y la dosis de insulina puede reducirse
para mantener la glucosa entre 150 y 200 mg/dL (8,3 a 11,1 mmol/L), pero la infusión IV continua de insulina regular debe mantenerse hasta
que la brecha aniónica se haya reducido en 2 análisis de sangre consecutivos y la sangre y la orina se mantengan negativas para las cetonas.
Puede ser necesaria una mayor duración del tratamiento con insulina y dextrosa en la CAD asociada con el uso de inhibidores de SGLT-2.
Cuando el paciente está estable y puede alimentarse por vía enteral, se inicia un régimen típico con una mezcla dividida o un bolo basal de
insulina. La infusión intravenosa de insulina debe mantenerse entre 1 y 4 h después de la dosis inicial de insulina por vía subcutánea. Los
niños deben continuar con una infusión de 0,05 unidades/kg/hora de insulina hasta el inicio de la administración subcutánea de insulina y
hasta que el pH sea > 7,3.
Prevención de la hipopotasemia
La prevención de la hipopotasemia requiere la reposición de entre 20 y 30 mEq (20 a 30 mmol) de potasio por cada litro de líquido
administrado por vía intravenosa con el fin de mantener una potasemia de entre 4 y 5 mEq/L (4 y 5 mmol/L). Si la potasemia es < 3,3 mEq/L
(3,3 mmol/L), debe suspenderse la insulina y administrarse potasio a una velocidad de 40 mEq/h hasta que la potasemia sea ≥ 3,3 mEq/L (≥
3,3 mmol/L); a su vez, si la potasemia es > 5 mEq/L (> 5 mmol/L), puede suspenderse el suplemento de potasio.
La potasemia inicial normal o alta puede reflejar la movilización de los depósitos intracelulares en respuesta a la acidemia y ocultar la
verdadera deficiencia de potasio que presentan casi todos los pacientes con cetoacidosis diabética. La reposición de insulina moviliza
rápidamente el potasio hacia el interior de las células, de manera que deben evaluarse los niveles de potasio 1 vez por hora o cada 2 horas en
los estadios iniciales del tratamiento.
Otras medidas
La hipofosfatemia es un hallazgo habitual durante el tratamiento de la cetoacidosis diabética, pero no pudo determinarse si la reposición de
fosfato produce un beneficio en la mayoría de los casos. Si está indicado (p. ej., en la rabdomiólisis, la hemólisis o el deterioro neurológico),
pueden infundirse entre 1 y 2 mmol/kg de fosfato de potasio durante 6 a 12 h. La reposición de fosfato de potasio suele reducir la calcemia,
por lo que debe controlarse.
Si se sospecha edema cerebral, el tratamiento consiste en hiperventilación, corticoides y manitol, pero estas medidas a menudo son
ineficaces después de la aparición de un paro respiratorio.
Conceptos clave
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Conceptos clave
La cetoacidosis diabética es una complicación metabólica aguda de la diabetes que se caracteriza por hiperglucemia,
hipercetonemia y acidosis metabólica.
La cetoacidosis diabética puede ocurrir cuando los estresores fisiológicos agudos que generan estrés (p. ej., infecciones,
infarto de miocardio) pueden desencadenar acidosis, una moderada elevación de la glucosa, deshidratación y la pérdida
severa de potasio en pacientes con diabetes tipo 1.
Diagnosticar cuando se detecta un pH arterial < 7,30 con brecha aniónica > 12 y cetonemia en presencia de hiperglucemia.
La acidosis típicamente se corrige con líquidos IV e insulina; considerar el bicarbonato solo si la acidosis marcada (pH < 7)
persiste después de 1 h de terapia.
Mantener la insulina hasta que la potasemia sea ≥ 3,3 mEq/L (≥ 3,3 mmol/L).
El edema cerebral agudo es una complicación infrecuente (alrededor del 1%) pero letal y se ve sobre todo en niños y, con
menor frecuencia, en adolescentes y adultos jóvenes.
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