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Fijaciones Óseas

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FIJACIONES ÓSEAS 1

FIJACIONES ÓSEAS

Baquedano Leceaga, Ana


De Carlos Elizalde, Ainara
Jimeno Carrascal, Ana
Roldan Martin, Celia
Kaced, Malika

Biomateriales I
7/6/24
FIJACIONES ÓSEAS 2

Índice de contenidos
Resumen
Introducción
1. Descripción
1.1. Fijaciones óseas externas
1.1.1. Descripción
1.1.2. Procedimiento
1.1.3. Tipos
1.2. Fijaciones óseas internas
1.2.1. Clavo Precice
1.2.2. Varillas y Clavos
1.2.3. Placas
1.2.4. Grapas óseas
1.2.5. Alambres
1.2.6. Yeso de espiga
1.3. Funciones
1.3.1. Alargamiento de huesos
1.3.2. Corrección de deformidades
1.3.3. Estabilización de fracturas
1.3.4. Promoción en curaciones óseas
1.3.5. Restauración de la función ósea
1.3.6. Contención de la fractura estable
1.3.7. Evitar complicaciones a largo plazo
1.3.8. Mejora en la calidad de vida

2. Materiales
2.1. Acero Inoxidable
2.2. Titanio
2.3. Comparativa Acero inoxidable y titanio
2.4. Aleaciones de magnesio
2.5. Polimetilmetacrilato (PMMA)
2.6. PEEK
2.7. Yeso (CaSO4.2H2O)

3. Biocompatibilidad
Conclusiones
Glosario
Referencias
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Resumen
La fijación ósea es un pilar fundamental de la ortopedia y la cirugía reconstructiva, que
ha experimentado una evolución considerable en las últimas décadas, gracias al avance en
tecnología, materiales y sobre todo técnicas quirúrgicas.
Ésta área multidisciplinaria ha revolucionado la manera en la que abordamos las lesiones
musculoesqueléticas, ofreciendo soluciones efectivas para fracturas y traumatismos simples y
complejos, corrección de deformidades y alargamiento óseo, entre muchos otros desafíos
clínicos.
En este trabajo, se explorará la relevancia de las fijaciones óseas en el contexto actual, el
enfoque innovador que han adoptado en los últimos años, la estructura propuesta para su estudio
y las dificultades encontradas en su aplicación clínica.
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Introducción
Historia
La historia del clavo intramedular para el tratamiento de fracturas óseas largas y no
uniones es larga e histórica. Desde los primeros ejemplos registrados en Méjico del siglo XVI
hasta los procedimientos actuales de hoy en día, ha habido una evolución del diseño, los
materiales y los principios básicos de la ciencia, lo que ha dado lugar a una técnica bien aceptada
y exitosa durante las últimas décadas.

Aunque el clavo intramedular es ahora el estándar de atención para el tratamiento de las


fracturas diafisarias de las extremidades inferiores, la introducción de la técnica fue altamente
cuestionada tanto en Europa como en América del Norte durante la primera mitad del siglo XX.
Durante la Primera Guerra Mundial, Hey Groves de Inglaterra informó sobre el uso de varillas
metálicas para el tratamiento de heridas de bala, pero parecía tener una alta tasa de infección y no
fue universalmente aceptada.

No fue hasta el informe de Smith Petersen en 1931 sobre el uso exitoso de clavos de
acero inoxidable para el tratamiento de las fracturas de cuello femoral, que la aplicación de
implantes intramedulares metálicos comenzó a expandirse rápidamente.

Relevancia y contexto actual

La ortopedia moderna aborda una amplia gama de condiciones locomotoras que afectan a
la movilidad y a la calidad de vida de los pacientes, desde fracturas más simples hasta
deformidades congénitas complejas.

Además, con el aumento de la longevidad y la actividad física en la población, la


demanda de procedimientos ortopédicos ha crecido considerablemente.

El enfoque innovador en el desarrollo de dispositivos y técnicas de fijación ósea, ha sido


impulsado por la búsqueda continua de resultados clínicos óptimos y la mejora de la experiencia
del paciente. Desde la introducción de materiales biocompatibles hasta la aplicación de
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tecnología de vanguardia en la fabricación de dispositivos personalizados, los avances en este


campo han permitido una atención más precisa, menos invasiva y con tiempos de recuperación
reducidos, mejorando así la seguridad de las intervenciones ortopédicas.

Dificultades y Desafíos

A pesar de los avances significativos, las fijaciones óseas enfrentan varios desafíos en su
aplicación clínica. Estos incluyen la gestión de complicaciones postoperatorias como
infecciones, reacciones alérgicas y fallos mecánicos, así como la necesidad de mejorar la
precisión y la personalización de los tratamientos.

Además, la disponibilidad limitada de materiales biocompatibles y la complejidad de


algunos procedimientos quirúrgicos representan obstáculos adicionales en la práctica ortopédica
contemporánea.
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1. DESCRIPCIÓN

1.1. Fijaciones óseas externas

1.1.1. Descripción
Los fijadores externos son dispositivos metálicos que se fijan a los huesos del brazo,
pierna o pie con pasadores o alambres roscados, pasando a través de la piel, músculos e
insertándose en los huesos, en algunos casos, es necesaria la intervención con más de un fijador
externo.

1.1.2. Procedimiento
Mediante una cirugía, se emplean alfileres o alambres para la inserción en el hueso y con el
empleo de pasadores, alambres, abrazaderas y varillas, se sujetan al marco del fijador
externo

1.1.2.1 Post-operatorio:
Fase de curación (5-7 días), fase de distracción (proceso gradual de separación
lenta de los segmentos óseos, a un ritmo lento de 1 mm/día, donde se regenera el hueso),
fase de consolidación (el hueso regenerado se endurece, y se considera ‘consolidado’
una vez se ha calcificado por completo, proceso que generalmente conlleva el doble de
tiempo que la fase de distracción).
Tras aproximadamente 3 meses, el fijador externo se retira mediante un
procedimiento quirúrgico ambulatorio, y como protección adicional, se puede aplicar un
yeso o emplear un aparato ortopédico durante 3-4 semanas.

1.1.2.2. Problemas:
Las infecciones en el sitio del alfiler son el problema más común a nivel cutáneo, que se
manifiesta como sensibilidad y enrojecimiento del área infectada, si son tratadas con antibióticos
orales, deberían mejorar dentro de las 24 a 48 horas posteriores al inicio del tratamiento.
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- Si no se detecta de forma precoz, hay riesgo de una infección más grave (es decir,
síndrome de shock tóxico o fascitis necrotizante) que puede poner en peligro la vida es
extremadamente raro.
Los signos de una infección más grave son dolor en el lugar del alfiler, además de
síntomas sistémicos (fiebre, fatiga, erupciones, náuseas, vómitos…)

1.1.3. Tipos
- Fijadores externos circulares/anillos: Rodean total o parcialmente el brazo, pierna
o pie a tratar, formados por 2 o más anillos circulares conectados con puntales, alambres o
pasadores.
- Fijadores externos monolaterales: Barra recta que se coloca en un lado del brazo,
pierna o pie, conectándose al hueso mediante tornillos, generalmente recubiertos de
hidroxiapatita para una mejor "sujeción" de los tornillos en el hueso y evitar que se aflojen,
siendo ajustables mediante perillas.

1.1. Fijaciones óseas internas


1.2.1. Clavo Precice:
Anteriormente, la única forma de alargar un hueso era aplicar en la pierna un
fijador externo, sin embargo, el sistema de alargamiento Precice (NuVasive
Specialized Orthopaedics), permite un tratamiento alternativo para el
alargamiento de extremidades mucho más preciso.

El sistema consta de una varilla metálica telescópica, el clavo alargador,


que se inserta a través de una pequeña incisión en el canal óseo donde se
encuentra la médula ósea.

Como el fijador consta alberga un motor magnético en su interior, al


paciente se le proporciona un controlador remoto externo (ERC) que hace que el clavo se alargue
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lentamente, gracias al imán en su interior, que al colocar el ERC contra la extremidad, hace que
gire y el el hueso se alargue.

El hueso se alarga en cantidades muy pequeñas, por lo que la sensación de dolor es mínima o
nula.

La forma en que se inserta Precice depende del hueso y de la situación particular del paciente:
● Para el fémur (hueso del muslo), el dispositivo se puede insertar de dos maneras
diferentes:
Inserción anterógrada: se realiza a través de
la parte superior más cercana a la cadera,
mediante una osteotomía.

Inserción retrógrada: se realiza a través de la parte inferior más cercana a la


rodilla, mediante una osteotomía.

La ubicación del imán afectará el lugar donde el paciente coloca el ERC en el muslo.

● Para la tibia (hueso de la espinilla), el dispositivo casi siempre se insertará desde la parte
superior de la tibia más cercana a la rodilla.
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● Para el húmero (hueso de la parte superior del brazo), el dispositivo se insertará a través
de la parte superior del húmero que está más cerca del hombro (desde el hombro hacia el
codo).

Tras la intervención, el paciente debe permanecer en el hospital de 2 a 3 días. Durante la fase de


distracción, el paciente realizará visitas postoperatorias cada 2 semanas; una vez completada,
comenzará la fase de consolidación para la solidificación del hueso. Durante esta fase del
tratamiento, la fisioterapia es fundamental para garantizar el movimiento completo de la
extremidad.

1.2.2. Varillas y clavos:


Las varillas y clavos, también llamados dispositivos
intramedulares (por insertarse dentro del hueso), son
estructuras cilíndricas y metálicas (acero inoxidable o
titanio) que se introducen en la cavidad medular de un
hueso largo mediante cirugía.

Sin embargo, únicamente los clavos se fijan al hueso


con pernos transversales o tornillos de bloqueo
gracias a los agujeros perforados en sus extremos, con
el objetivo de aumentar la estabilidad una vez dentro
del hueso.

Entre sus usos se encuentran la estabilización de los huesos después de la corrección de una
deformidad o fractura, el alargamiento de estos e incluso para la administración de un antibiótico
a un hueso infectado.
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Durante la cirugía, el médico empleará un taladro ortopédico de forma que se crea un canal en la
cavidad medular, la manera de insertar la varilla o clavo dependerá tanto del hueso como de su
localización, de la misma forma que se insertan en el clavo preciso.

1.2.3. Placas:
Las placas están hechas de acero inoxidable o titanio de grado quirúrgico, y se fijan al
hueso con tornillos. Estas se emplean tras una osteotomía, tras una fractura y para realizar un
crecimiento guiado en niños, corrigiendo lentamente los huesos torcidos mediante el crecimiento
natural sin cortar los huesos quirúrgicamente.

Tras una osteotomía, estas pueden reducir el


riesgo de pseudoartrosis y consolidación defectuosa
(hueso torcido).

Tras una fractura compleja, (las simples se


pueden estabilizar con yesos o férulas) el empleo de una
placa permite que el hueso se mantenga en la posición
correcta mientras sana, una vez curado, se puede retirar la placa, aunque en adultos pueden
permanecer en su lugar para siempre.

1.2.4. Grapas óseas:


Aunque son similares a las que se emplean para grapar
hojas de papel, las grapas óseas están hechas de acero
inoxidable o titanio de grado quirúrgico y son más gruesas,
resistentes y grandes.
Éstas se emplean después de cortar quirúrgicamente un
hueso (estabilización) o para unir tendones o ligamentos al
hueso en una cirugía de reconstrucción.
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1.2.5. Alambres:
En casos simples, especialmente en
niños, la estabilización se logra con
fijación interna como alfileres o
alambres. Los pasadores y cables
están hechos de metales compatibles
con el cuerpo, como acero inoxidable
y titanio. Los clavos y alambres
pueden enterrarse debajo de la piel o dejarse sobresaliendo fuera de la piel. Los alfileres o
alambres que sobresalen fuera de la piel generalmente se encuentran debajo de un yeso o férula,
donde no los verá ni podrá tocarlos.
Como se mencionó anteriormente, hay dos razones principales por las que se utilizan alfileres o
alambres para reparar huesos rotos:

1) por lesión/trauma

2) después de un procedimiento quirúrgico para enderezar dos huesos torcidos.

En ambas situaciones, los clavos o alambres de fijación interna se utilizan para mantener
la posición deseada hasta que sane. Una vez que los huesos sanan, la fijación interna ya no sirve
para nada.

1.2.6. Yeso en espiga:


El yeso en espiga es un tipo de yeso que se usa en niños
después de una cirugía de pelvis o cadera donde se requiere
estabilidad o protección adicional de la cadera o el fémur. El
yeso puede incorporar una o ambas piernas, aunque a menudo se
deja fuera el pie de la pierna operada.
La altura del yeso en espiga suele llegar al nivel del
vientre o la parte inferior de la costilla del niño, pero si la
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estabilidad es crucial, el yeso se puede extender más arriba en el pecho. Si ambas piernas están
enyesadas, también hay una barra que conecta las dos extremidades para fortalecer el yeso.

1.3. Funciones

1.3.1. Alargar gradualmente un hueso


El alargamiento de extremidades es un proceso gradual mediante el cual los huesos y
tejidos blandos (piel, músculos, nervios…) de los brazos o las piernas, aumentan de longitud.

El médico necesita dejar espacio para que el dispositivo encaje dentro del hueso,
utilizando un taladro ortopédico, creará un canal en la cavidad de la médula en el centro del
hueso (parte blanda) lo suficientemente grande como para que el Precice quepa dentro de él.

Mediante una osteotomía, los diferentes modelos de Precice (frecuentemente empleado


en alargamiento de huesos) pueden alargar el hueso un total de 30, 50 o 80 mm. Sin embargo, es
posible que el hueso de una persona aún sea demasiado pequeño para utilizarlo, pues los únicos
diámetros que se ofrecen son de 8,5, 10,7 y 12,5 mm. De la misma forma, el hueso también debe
ser lo suficientemente largo para caber en el Precice, pues el clavo más corto mide 160 mm para
la tibia y 170 mm para el fémur.
Cada uno de estos parámetros se medirá mediante una radiografía.

Si el hueso se alarga demasiado rápido, como podría ser en el caso de fumadores y


diabéticos, significa que hay una malformación del hueso regenerado, o que los tejidos blandos
se están resistiendo al estiramiento. Para evitarlo, durante todo el proceso de distracción, el
paciente asistirá a fisioterapia.

Si el hueso se alarga demasiado lentamente (consolidación prematura), significa que el


hueso regenerado se ha endurecido y los dos segmentos óseos ya no se pueden separar, es decir,
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el hueso sana antes de alcanzar la longitud deseada. Para evitarlo, se puede aumentar la
velocidad de distracción, es decir, la velocidad a la que se separan los segmentos óseos.

1.3.2. Corrección de deformidades


La corrección de deformidad es un procedimiento para enderezar un hueso que está
doblado o torcido de una manera que no es normal. Una vez enderezado el hueso, el brazo, la
pierna o el pie tienen una alineación y función normales. Las deformidades se pueden corregir de
dos formas diferentes:

1.3.2.1. Corrección aguda (Todo a la vez durante un procedimiento quirúrgico)

Durante la cirugía, el médico hace un corte a lo largo del hueso para crear dos
segmentos óseos separados. Este procedimiento quirúrgico para cortar un hueso se llama
osteotomía. Luego, el médico enderezará el hueso.

1.3.2.1. Corrección gradual (Lentamente en el transcurso de varias semanas o meses)

Durante la cirugía, se aplica un fijador externo al hueso. Luego, el médico corta el


hueso (osteotomía) en dos segmentos óseos separados y puede realizar procedimientos de
tejidos blandos para preparar los músculos y nervios.

1.3.3. La estabilización de la fractura

1.3.3.1 Fijador externo

Este tipo de fijación se utiliza cuando el proceso de reducción de la fractura


resulta inestable, o imposible. La estabilidad dependerá del montaje del fijador. Las
cargas pasan del hueso al fijador y saltan la fractura volviendo al hueso; de esta forma el
foco de la fractura queda inmovilizado y descargado y permite así consolidar fácilmente
por la estabilidad que presenta el montaje.

Los clavos y la movilización externa tienen que estar cerca de la fractura.


La estabilidad depende del montaje del fijador que pueden ser:
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Fijadores amilanares: en un plano


➢ Fijadores amilanares: en un plano
➢ Fijadores biplanares: en dos planos
➢ Fijadores trepanares: en tres planos

Fijador externo de Ilizarov


Frente al sistema anterior que da una fijación rígida, existe el fijador externo de
Ilizarov que inventó otro sistema indicado para fracturas articulares y reconstrucciones
óseas, en este sistema las agujas elásticas se tensan sobre los aros y dan una fijación
elástica lo que permitirá una carga precoz (los pacientes pueden empezar a andar al día
siguiente porque absorbe todas las cargas fácilmente y da una estabilidad elástica (lo
normal 2-5 cm de anchura)) Hay que preparar el fijador externo antes de poner las agujas.
Es muy complicado porque primero hay que montarlo estéril en el quirófano, sin
embargo, las agujas se contaminan menos que el tornillo y además son más elásticas.

1.3.4 Promoción en curaciones óseas:

El uso de fijaciones internas permiten una estancia más corta en el hospital y además
aceleran el proceso de curación ósea, además de que reducen la incidencia de seudoartrosis y
unión defectuosa de los huesos rotos.
Dentro de la gran variedad de fijaciones óseas que existen podemos destacar:
1.3.4.1. Placas: el uso de placas permiten mantener unidos los trozos de huesos rotos. Se
unen al hueso mediante tornillos.
Se pueden dejar en su lugar después de que termine la curación ósea, o se pueden en algunos
casos seleccionados quitar.
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En esta imágen podemos ver


una fractura de fractura de
fémur tratada con placas y
tornillos

Hay dos tipos de placas:


➔ Placas de compresión: Son rígidas lo que provoca una fricción placa-
hueso; anclaje- tornillo- hueso. Dentro de sus inconvenientes
encontraremos desperiostización y rigidez excesiva así como que en el
hueso osteoporótico los tornillos hacen mala prensa. No proporciona
elasticidad. Al ser placas rígidas están unidas al hueso (se extrae el
periostio de la zona), se aplica la placa moldeada sobre la cortical y
para que quede sujeta se usan tornillos. En el hueso esponjoso estos no
sujetan todo lo que deben pero en el adulto joven sí. A medida que se
atornilla el tornillo, este se desplaza por un canal de la placa lo que
permite el acercamiento de los tornillos, trasladando el fragmento óseo
hasta que se queden unidos, permitiendo la unión y compresión de la
fractura facilitando la unión.

➔ Placas bloqueadas con o sin compresión: el tornillo bloqueado a la


placa se solidariza con ella y actúa como un fijador externo. El
contacto placa-hueso deja de ser necesario para proporcionar la
estabilidad de la osteosíntesis. Este tipo de placa evita la
desperiostización excesiva, dan una mayor elasticidad en la síntesis,
permiten dirigir los tornillos en varias direcciones y están indicadas en
las fracturas epifisarias o osteoporóticas. Surgen como consecuencia
de que el método anterior (placas rígidas) no era muy eficaz. Este
método consiste en la existencia de un fijador externo y tornillos que
se unen a la placa formando una estructura que no necesita quedar
unida al hueso sin periostio, se ancla muy bien en osteoporótico y
además permite cierta elasticidad.

1.3.4.2. Tornillos: los tornillos suelen presentar diversos tamaños para usarse con
huesos de diferentes tamaños. Estos se pueden usar tanto solos para sujetar una fractura o
con placas varillas o clavos.
Al igual que las placas, una vez que el hueso haya terminado de sanar, se pueden dejar o
retirarse.
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1.3.4.3. Varillas o clavos: cuando los huesos son largos, la mejor manera de
mantener las piezas unidas del hueso es insertando este tipo de materiales a través del
centro hueco del hueso que normalmente contiene algo de médula. Los tornillos en cada
extremo de la barra se emplean para evitar que la fractura se acorte o gire, y también
mantienen la barra en su lugar hasta que la fractura haya sanado.
Al igual que las anteriores, pueden dejarse en el hueso después de que se complete la
curación.
Es un método bastante utilizado en las fracturas del fémur y de la tibia.

En esta imágen observamos


una radiografía donde se
muestra una fractura del
fémur curada tratada con
clavos intramedulares

1.3.4.4. Alambres y alfileres: se utilizan especialmente para unir piezas de hueso


que resultan ser demasiado pequeñas como para fijarlas con alguno de los materiales que
hemos dicho anteriormente. En muchos casos se utilizan junto con otras formas de
fijación interna, pero se pueden usar solos para tratar fracturas de huesos muy pequeños
como son por ejemplo los que se encuentran en las manos y en los pies.
Los alambres generalmente se suelen retirar después de un cierto periodo de tiempo, pero
también existe la posibilidad de dejarse permanentemente para algunas fracturas.

Rx de frente de la muñeca con


agujas como tratamiento de la fractura
de la diáfisis del 4º y el 5º metacarpiano
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1.3.5. Restauración de la función ósea

Tanto las fijaciones óseas internas o externas en algunos casos permiten la movilización
temprana del paciente, lo que puede acelerar la recuperación y reducir complicaciones
relacionadas con la inmovilidad prolongada, puede hacerlo de varias maneras, además de que
recuperan gracias a estas la fuerza en la zona fracturada, por tanto tiene capacidad de restaurar la
función del hueso afectado.

1.3.6. Contención de la fractura estable

1.3.6.1 Inmovilización con vendaje blando

Con vendas con almohadillado que mantienen la fractura): clavícula, hombro.

1.3.6.2 Yeso circular

Se encarga de inmovilizar la diáfisis fracturada y las 2 articulaciones vecinas. Usado para


el antebrazo y la tibia. En estos casos hay que sujetar las dos articulaciones. Por ejemplo en casos
de fractura de tibia hay que inmovilizar también el tobillo. Nunca hay que ponerlo cerrado en las
primeras 48 horas si hay inflamación porque se comprimen las celdas aponeuróticas y se puede
producir un síndrome compartimental.
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1.3.6.3 La tracción continua

Consiste en una tracción del miembro hasta que se consolide la fractura. Busca vencer el
tono muscular y reducir los desplazamientos en el eje: acortamiento, así como las angulaciones y
la rotación. Se puede mantener hasta la consolidación de la fractura. Se pasa una aguja metálica o
de Kirschner por los huesos y se sujetan con un estribo que es un elemento metálico que tiene
forma de herradura donde se colara el peso. Muy usado en fracturas de fémur en niños (en ellos
se hace sobre partes blandas y sobre los dos miembros) en adultos sobre hueso.

1.3.7. Evitar complicaciones a largo plazo

Si no se usa una adecuada fijación de la fractura, pueden surgir importantes


complicaciones a largo plazo, como son las deformidades óseas o problemas de alienación de los
huesos.

1.3.8. Mejora en la calidad de vida

Como gracias a las fijaciones óseas se produce una restauración exitosa, y se evita el
riesgo de complicaciones, se produce un impacto muy significativo en la calidad de vida de los
pacientes. Las fijación sosias siempre permiten a las personas volver a hacer actividades
normales de manera mucho más rápida.

2. MATERIALES
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La gran mayoría de las propiedades mecánicas varían en función de los elementos de aleación
(composición química) y el procesamiento (microestructura).

2.1. Acero Inoxidable


Todos los aceros inoxidables llevan como mínimo un 13% de Cr (lo cual explica su buen
desempeño frente a la corrosión), pues se trata de un elemento ferritizante, además, muchos
llevan también cantidades variables de Ni, que es austenitizante, y como resultado, se forman
microestructuras ferríticas, austeníticas, duplex y martensíticos (templables).

Sin embargo, se utiliza como dispositivo a corto plazo, su historial de aplicación clínica ha
revelado que no son seguros para ser utilizados como dispositivos permanentes sometidos a
carga, debido a que las condiciones de trabajo mecánicas dentro del cuerpo son mucho más
complicadas que una simple carga de compresión.

2.1.1. AISI 316 L


El acero inoxidable más utilizado en prácticas quirúrgicas y ortopédicas es el acero inoxidable
316L, perteneciente a la familia de los austeníticos (llevan una alta cantidad de níquel, suficiente
para que a temperatura ambiente se encuentren en fase austenítica, por lo que no son
ferromagnéticos).

Como todo acero austenítico, es dúctil, relativamente blando y no muy resistente al desgaste,
debido a su estructura FCC y su bajo contenido en carbono
- La “L” simboliza su bajo contenido en carbono, por lo que es menos propenso a la
corrosión intergranular cuando está en contacto directo con fluidos biológicos.
- Contiene aproximadamente 17-19% de Cr y 14% de Ni que ayuda a estabilizar la
austenita* en el acero.
La austenita* es una fase cristalina que puede encontrarse en los aceros y se caracteriza por su:
- Estabilidad a elevadas temperaturas
- Buena ductilidad y conformabilidad
- No magnética a temperatura ambiente
- Resistencia a la corrosión
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Una gran ventaja del empleo de aceros inoxidables, es la relación propiedades mecánicas-precio:

2.2. Titanio

A diferencia del acero inoxidable, el titanio y sus


aleaciones tienen algunas ventajas: no sólo es un
material más inerte (por la capa de TiO2 que se
forma en su superficie) y biocompatible, sino
que su módulo elástico y densidad se aproximan algo más a la del hueso.

Además, presenta el mejor módulo de Young (5 veces superior al del hueso cortical), evitando
así la lisis del hueso por transmisión de cargas homogénea, una alta resistencia a la corrosión, y
menor toxicidad que las aleaciones de Ni y Co, pues no genera respuesta inmune y supone un
menor riesgo de infección.

Sin embargo, posee una baja resistencia a la fricción, un desgaste acelerado, es más caro y
resulta problemático en el ámbito de la imagenología médica.
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2.2.1. Tipos

- Alfa titanio (α-titanio): Este tipo de titanio es más suave y más maleable que el beta
titanio. Tiene una estructura cristalina hexagonal compacta a temperatura ambiente. El
alfa titanio es conocido por su excelente biocompatibilidad, resistencia a la corrosión y
capacidad para unirse químicamente con el tejido óseo.
- Beta titanio (β-titanio): El beta titanio, por otro lado, tiene una estructura cristalina
cúbica centrada en el cuerpo. Tiene una mayor dureza superficial que el alfa titanio, lo
que lo hace útil en aplicaciones donde se requiere mayor resistencia mecánica. Sin
embargo, puede ser menos biocompatible que el alfa titanio.

En muchos casos, el alfa titanio es preferido debido a su capacidad para unirse con el tejido óseo.
Sin embargo, en ciertas situaciones donde se requiere una mayor resistencia mecánica, el beta
titanio podría ser la elección preferida.

2.3. Comparativa acero inoxidable y titanio

Respecto a su composición, la principal diferencia, es que el acero inoxidable es un metal de


aleación, mientras que el titanio es un metal.
En cuanto a sus características:
- El titanio tiene una mayor resistencia bajo tensiones de carga repetidas, pudiendo
soportar la tensión durante la fijación interna.
- El acero inoxidable tiene un módulo elástico mayor que el titanio
- El titanio es menos propenso a la generación de una reacción inmune, por el hecho de ser
más resistente a la corrosión en comparación con los implantes de acero inoxidable.
- El titanio es más fuerte y más ligero en comparación con el acero inoxidable.

A pesar que el titanio parece presentar propiedades ligeramente mejores que el acero en la
mayoría de aspectos, la diferencia de coste suele inclinar la balanza a favor del acero
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inoxidable si ambas sustancias se consideran adecuadas. Sin embargo, por lo general es la


naturaleza de su uso lo que determina qué metal se elige.

2.4. Aleaciones de magnesio


Una solución para insertos no permanentes que tendrían que ser retirados una vez que han
cumplido su función (por ejemplo, tornillos o fijaciones, una vez que el hueso se ha soldado) es
hacerlos de aleaciones fácilmente corrosibles en el entorno del organismo y que no den lugar a
toxicidad por sus productos de corrosión.

Las aleaciones de magnesio tienen una densidad muy próxima a la del hueso y unas
propiedades mecánicas muy similares, por lo que son candidatas ideales para fijaciones óseas.

A diferencia de los metales actualmente utilizados en el área ortopédica (acero inoxidable,


aleaciones de titanio y aleaciones cromo-cobalto), los implantes de magnesio biodegradables
eliminarían la innecesaria residencia del metal en el cuerpo o la necesidad de una cirugía
de remoción una vez reparada la fractura.

Sin embargo, poseen una alta tasa de degradación en los fluidos corporales con altas
concentraciones de cloruros, que puede inducir a la falta de integridad mecánica durante la
formación del nuevo tejido óseo y a la inflamación aguda de los tejidos (relacionada con la
liberación del gas hidrógeno que acompaña a la disolución del magnesio)

2.5. Polimetilmetacrilato (PMMA)


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El Polimetilmetacrilato (PMMA) es un polímero acrílico inerte que se emplea como cemento


para fijaciones óseas. Se compone de dos partes, una en polvo y otra líquida en una proporción
2/1.

Al progresar la polimerización del monómero, la consistencia del cemento se hace cada vez más
dura, hasta que se solidifica.

También puede ser empleado en grapas óseas, de forma que se descomponen gradualmente en el
cuerpo.

2.5. Poliéter-éter-cetona (PEEK)


En placas, tornillos y clavos intramedulares, se emplea el PEEK para estabilizar fracturas óseas,
proporcionando una fijación sólida y duradera, además, el PEEK es radiotransparente, lo que
facilita la visualización en técnicas de imagenología, como las radiografías.

2.6. Yeso (CaSO4·2H20)


El yeso se hace calcinando el yeso mineral a unos 180ºC, cuando se mezcla con agua, se
rehidrata y se transforma en un sólido duro y blanco. El yeso comienza a endurecerse en unos
minutos y alcanza su dureza completa en aproximadamente 24-48 horas. Durante este tiempo, es
importante que el paciente mantenga la extremidad inmovilizada y en la posición correcta.

En cuanto a sus propiedades mecánicas, incluye un módulo elástico de aproximadamente 1-2


GPa y una resistencia a la compresión de 4-6 MPa. Estas características proporcionan la rigidez y
soporte necesarios para mantener los huesos en posición durante la curación. Sin embargo, su
baja resistencia a la tracción (<2 MPa) y su fragilidad lo hacen susceptible a fracturas bajo
tensiones directas. Su densidad de 2.3 g/cm 3 contribuye a un peso relativamente alto, lo que
puede resultar incómodo para los pacientes. A pesar de estas limitaciones, sigue siendo una
opción económica y fácil de aplicar.
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3. BIOCOMPATIBILIDAD

La biocompatibilidad es la capacidad de un biomaterial para realizar su función deseada en el


marco de una terapia médica, sin provocar efectos locales o sistémicos indeseables en el
organismo afectado, generando la respuesta celular o tisular beneficiosa más apropiada en esa
situación específica y optimizando el desempeño clínicamente relevante de esa terapia.

La biocompatibilidad es un factor crucial para el éxito de las fijaciones óseas. Un material


biocompatible debe ser inerte o interactuar de manera favorable con el entorno biológico del
paciente, evitando reacciones adversas y promoviendo la cicatrización y regeneración ósea. La
resistencia a la corrosión es una característica esencial, especialmente en implantes metálicos,
para prevenir la liberación de iones metálicos que podrían desencadenar respuestas inflamatorias
o tóxicas. Además, la capacidad de integrarse con el tejido óseo sin provocar reacciones
inmunológicas adversas es fundamental para asegurar la estabilidad y funcionalidad del implante
a largo plazo.

El hueso es un tejido único capaz de repararse a sí mismo tras sufrir daños. Sin embargo hay
casos de fracturas y defectos que requieren una intervención clínica para su correcta alineación y
cicatrización. Para ello es necesario considerar cuidadosamente el material utilizado para crear
los implantes y evitar estos problemas.

Las tres clases de biomateriales (metales, cerámicas y polímeros) se han utilizado para el
tratamiento de fracturas y cada uno de ellos tiene sus ventajas y limitaciones. Además hay que
tener en cuenta las propiedades mecánicas y las propiedades superficiales del material, así como
sus propiedades químicas y sus propiedades de fallo, de modo que el implante se asemeje a las
propiedades biomecánicas del hueso y se integre en el tejido nativo manteniendo su integridad
durante el tiempo necesario.
FIJACIONES ÓSEAS 25

Los requisitos fundamentales de la ingeniería del tejido óseo pueden resumirse con el
concepto del diamante, que proporciona cuatro factores básicos necesarios para el éxito de
cicatrización ósea, con la ingeniería del tejido óseo:

● Una población sana de células osteogénicas: que permitan el recrecimiento óseo


● Factores de crecimiento: que provoquen eventos celulares que favorezcan la
cicatrización
● Un andamiaje osteoconductor: que propicie el crecimiento óseo
● Un buen entorno mecánico: que proporcione la estabilidad suficiente para la
cicatrización sin dejar de reflejar las propiedades mecánicas del tejido nativo

Otro aspecto a tener en cuenta es al paciente y sus antecedentes, ya que estos pueden incluir
factores de riesgo que aumenten las probabilidades de sufrir fracturas o defectos óseos. Por
ejemplo, la edad de un paciente puede tener grandes connotaciones relacionadas con el sistema
esquelético, ya que el envejecimiento está relacionado con mayores tasas de fracturas y una
menor curación de las mismas, y también se asocia a afecciones como la osteoporosis y la
artrosis.

Otra consideración importante es el proceso natural de cicatrización del hueso. El objetivo de los
implantes debe ser aprovechar la fisiología natural de la regeneración ósea o, al menos, no
obstaculizarla.

La cicatrización ósea puede producirse de forma indirecta o directa:


● Cicatrización indirecta o secundaria: es el proceso natural de curación del hueso y
consta de tres fases que se solapan temporalmente
1) 1ª Fase: se trata de una fase inflamatoria y destructiva que dura aproximadamente
una semana y que despeja el foco de la fractura y da lugar a la formación de un
hematoma.
FIJACIONES ÓSEAS 26

2) 2ª Fase: consiste en una fase reparadora que comienza aproximadamente una


semana después y dura hasta la cuarta semana después de la fractura, en la que se
forma un callo blando de cartílago que posteriormente se sustituye por un callo
duro de hueso formado por osificación intramembranosa u osificación
endocondral, dependiendo del tipo de hueso.
3) 3ª Fase: es la fase de remodelación y puede comenzar tan pronto como la tercera
semana después de la fractura y puede tardar años en completarse. Esta duración
está influida por factores como el tipo de fractura, la edad del paciente y otras
enfermedades existentes. La fase de remodelación restablece la anatomía y la
fisiología del hueso al estado anterior a la fractura.

● Cicatrización directa o primaria: sólo se produce cuando los fragmentos de las


superficies óseas vasculares están en contacto y, por lo tanto, sólo se produce como
resultado de una fijación rígida. Este tipo de cicatrización sigue el mismo proceso que la
cicatrización ósea indirecta, pero evita la formación del callo, puesto que las superficies
óseas vasculares ya están en contacto.

El mecanismo de cicatrización ósea con un implante es similar al de la cicatrización ósea sin


implante. El hueso que se forma alrededor del implante actúa como estabilizador del mismo, y
esta formación ósea depende en gran medida de la composición química y topografía de la
superficie del implante. Tras la implantación, la formación de hueso alrededor del implante
aumenta enormemente.

En el caso de las fijaciones óseas, se utilizan aleaciones metálicas de un pequeño subconjunto


de la gran variedad de aleaciones que se emplean en los diferentes sectores industriales. Algunas
de las condiciones que deben satisfacer (y que conducen a eliminar muchas otras opciones) son:
● Resistencia a la corrosión.
● Ausencia de toxicidad: los elementos de aleación no deben ser tóxicos ni formar
compuestos tóxicos.
FIJACIONES ÓSEAS 27

● Cito/Histo compatibilidad: deben permitir el crecimiento celular normal y, si es posible,


la integración con los tejidos. Por otro lado, se valora también que dificulten el
crecimiento de films bacterianos.
● Propiedades mecánicas adecuadas, muy especialmente en referencia a su densidad.

Problemas relacionados con su biocompatibilidad


● Titanio y acero inoxidable: En general, el titanio y el acero inoxidable son considerados
biocompatibles y seguros para su uso en el cuerpo humano. Sin embargo, en casos raros,
pueden ocurrir reacciones adversas debido a la liberación de iones metálicos en el cuerpo.
La alergia al titanio y al acero inoxidable es extremadamente rara, pero puede ocurrir en
personas sensibles a estos metales. Los síntomas pueden incluir irritación, inflamación y
erupción cutánea en el sitio de implantación.

● Polímeros: Los polímeros utilizados en la fijación ortopédica, como el polietileno y el


poli(L-láctido-co-D,L-láctido) (PLDLA), generalmente se consideran seguros y
biocompatibles pero algunos aditivos o impurezas en los polímeros pueden ser tóxicos.
Las alergias a los polímeros son poco comunes pero pueden ocurrir en personas sensibles
a ciertos componentes o aditivos. Los síntomas pueden incluir irritación, inflamación y
erupción cutánea en el sitio de implantación.

● Cerámicas bioactivas: Las cerámicas bioactivas, como la hidroxiapatita, son


generalmente seguras para su uso en el cuerpo humano debido a su composición similar
al tejido óseo, aunque la liberación de ciertos productos químicos durante la fabricación o
la degradación podría ser tóxica. Las alergias a las cerámicas son extremadamente raras,
pero podrían ocurrir en personas sensibles a ciertos componentes. Los síntomas pueden
incluir irritación y erupción cutánea en el sitio de implantación.

● Materiales biodegradables: Los materiales biodegradables, como el ácido poliláctico


(PLA) y el ácido poliglicólico (PGA), son generalmente seguros para su uso en el cuerpo
humano. Sin embargo, la liberación de productos de degradación durante el proceso de
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biodegradación podría ser tóxica en grandes cantidades. Las alergias a los materiales
biodegradables son poco comunes pero podrían ocurrir en personas sensibles a ciertos
componentes. Los síntomas pueden incluir irritación y erupción cutánea en el sitio de
implantación.

Es importante tener en cuenta que las reacciones adversas a los materiales ortopédicos son poco
comunes, pero es crucial que los pacientes y los profesionales de la salud estén atentos a
cualquier signo de toxicidad o alergia después de la implantación de un dispositivo.

Conclusión
Las fijaciones óseas son un procedimiento esencial en la ortopedia y la traumatología, que tiene
como objetivo estabilizar fracturas, corregir deformidades y facilitar la recuperación ósea. Estas
intervenciones han ido evolucionando gracias a los avances en biomateriales permitiendo
tratamientos más efectivos y con menores complicaciones.

La evolución de los biomateriales ha ofrecido mejores resultados clínicos y una recuperación


más rápida para los pacientes, transformando significativamente las prácticas quirúrgicas y los
resultados en el campo de la ortopedia.

Los metales como las aleaciones de titanio siguen siendo el estándar debido a su combinación de
fuerza y biocompatibilidad. Las aleaciones de titanio, en particular, son altamente valoradas por
su excelente resistencia mecánica, baja densidad y resistencia a la corrosión, lo que las hace
ideales para aplicaciones en fijaciones óseas. Además, el titanio posee una notable
biocompatibilidad, lo que significa que es menos probable que provoque reacciones adversas en
el cuerpo y se integra bien con el hueso circundante, promoviendo una recuperación efectiva.
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Por otro lado, los polímeros reabsorbibles representan una prometedora área de investigación y
desarrollo. Estos materiales, como el ácido poliláctico (PLA) y el ácido poliglicólico (PGA), se
descomponen gradualmente en el cuerpo, eliminando la necesidad de una segunda cirugía para
retirar el implante una vez que el hueso ha sanado. Esta característica es especialmente útil en
pacientes pediátricos, donde el crecimiento óseo continuo requiere soluciones temporales que no
interfieran con el desarrollo natural. Sin embargo, uno de los desafíos actuales es mejorar las
propiedades mecánicas de estos polímeros para garantizar que proporcionen una estabilidad
suficiente durante el período de curación.

Los recubrimientos bioactivos también están revolucionando el campo de las fijaciones óseas.
Estos recubrimientos, como la hidroxiapatita, están diseñados para promover la osteointegración
y reducir el riesgo de infección. La hidroxiapatita, por ejemplo, imita la composición mineral del
hueso natural, facilitando una mejor integración del implante con el hueso circundante y
acelerando el proceso de curación. Además, se están desarrollando recubrimientos
antibacterianos que ayudan a prevenir infecciones en el sitio del implante, una complicación
común y potencialmente grave en las cirugías ortopédicas.

A medida que la ciencia de los materiales continúa avanzando, es probable que veamos una
mejora continua en la eficacia y seguridad de las fijaciones óseas. La investigación en materiales
compuestos, nanotecnología y recubrimientos inteligentes promete llevar las fijaciones óseas a
un nuevo nivel, proporcionando soluciones más duraderas y personalizadas. Por ejemplo, la
impresión 3D está emergiendo como una herramienta poderosa para crear implantes
personalizados que se ajusten perfectamente a la anatomía del paciente, mejorando la integración
y reduciendo el tiempo de recuperación.

En conclusión, las fijaciones óseas han recorrido un largo camino desde sus inicios, y los
avances en biomateriales han sido fundamentales para este proceso. Con la continua evolución
de la ciencia de los materiales, es probable que estas mejoras no solo aumenten la eficacia y
seguridad de las fijaciones óseas, sino que también amplíen las posibilidades de tratamiento,
beneficiando a millones de pacientes en todo el mundo.
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Glosario

Diafisaria: Porción cilíndrica intermedia de los huesos largos

Fascitis necrotizante: Infección grave que afecta a los tejidos blandos mediante necrosis tisular.

Ferritizante: Elemento que forma parte de la familia de los ferríticos, es decir, que no contienen
Ni, y el elemento más abundante es el Cromo.

Módulo de Young: Constante que relaciona el esfuerzo y la deformación de un material


sometido a tracción/compresión.

Osteotomía: Procedimiento quirúrgico para reparar las articulaciones dañadas cortando y


remodelando los huesos.

Pseudoartrosis: Enfermedad que impide la regeneración del hueso tras una fractura.

Referencias

Historia: Wayback Machine (archive.org)


Descripción: Internal Fixation: Rods and Nails | International Center for Limb Lengthening
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Materiales: CAPITULO 23.pdf (secot.es)


IMPLANTES ORTOPÉDICOS – Traumatologo Quito – Dr. Luis Santamaría Salas
(traumatologia.com.ec)
Presentaciones de clase
Funciones: https://www.ucm.es/data/cont/docs/420-2014-02-18-03%20Tratamiento%20de
%20Fracturas.pdf
https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/deformidades-oseas

https://www.urv.cat/media/upload/arxius/URV_Solidaria/COT/Contenido/
Tema_2/2.5._tecnicas_de_tratamiento_de_las_fracturas.pdf

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048761917300030

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