Fijaciones Óseas
Fijaciones Óseas
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FIJACIONES ÓSEAS
Biomateriales I
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Índice de contenidos
Resumen
Introducción
1. Descripción
1.1. Fijaciones óseas externas
1.1.1. Descripción
1.1.2. Procedimiento
1.1.3. Tipos
1.2. Fijaciones óseas internas
1.2.1. Clavo Precice
1.2.2. Varillas y Clavos
1.2.3. Placas
1.2.4. Grapas óseas
1.2.5. Alambres
1.2.6. Yeso de espiga
1.3. Funciones
1.3.1. Alargamiento de huesos
1.3.2. Corrección de deformidades
1.3.3. Estabilización de fracturas
1.3.4. Promoción en curaciones óseas
1.3.5. Restauración de la función ósea
1.3.6. Contención de la fractura estable
1.3.7. Evitar complicaciones a largo plazo
1.3.8. Mejora en la calidad de vida
2. Materiales
2.1. Acero Inoxidable
2.2. Titanio
2.3. Comparativa Acero inoxidable y titanio
2.4. Aleaciones de magnesio
2.5. Polimetilmetacrilato (PMMA)
2.6. PEEK
2.7. Yeso (CaSO4.2H2O)
3. Biocompatibilidad
Conclusiones
Glosario
Referencias
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Resumen
La fijación ósea es un pilar fundamental de la ortopedia y la cirugía reconstructiva, que
ha experimentado una evolución considerable en las últimas décadas, gracias al avance en
tecnología, materiales y sobre todo técnicas quirúrgicas.
Ésta área multidisciplinaria ha revolucionado la manera en la que abordamos las lesiones
musculoesqueléticas, ofreciendo soluciones efectivas para fracturas y traumatismos simples y
complejos, corrección de deformidades y alargamiento óseo, entre muchos otros desafíos
clínicos.
En este trabajo, se explorará la relevancia de las fijaciones óseas en el contexto actual, el
enfoque innovador que han adoptado en los últimos años, la estructura propuesta para su estudio
y las dificultades encontradas en su aplicación clínica.
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Introducción
Historia
La historia del clavo intramedular para el tratamiento de fracturas óseas largas y no
uniones es larga e histórica. Desde los primeros ejemplos registrados en Méjico del siglo XVI
hasta los procedimientos actuales de hoy en día, ha habido una evolución del diseño, los
materiales y los principios básicos de la ciencia, lo que ha dado lugar a una técnica bien aceptada
y exitosa durante las últimas décadas.
No fue hasta el informe de Smith Petersen en 1931 sobre el uso exitoso de clavos de
acero inoxidable para el tratamiento de las fracturas de cuello femoral, que la aplicación de
implantes intramedulares metálicos comenzó a expandirse rápidamente.
La ortopedia moderna aborda una amplia gama de condiciones locomotoras que afectan a
la movilidad y a la calidad de vida de los pacientes, desde fracturas más simples hasta
deformidades congénitas complejas.
Dificultades y Desafíos
A pesar de los avances significativos, las fijaciones óseas enfrentan varios desafíos en su
aplicación clínica. Estos incluyen la gestión de complicaciones postoperatorias como
infecciones, reacciones alérgicas y fallos mecánicos, así como la necesidad de mejorar la
precisión y la personalización de los tratamientos.
1. DESCRIPCIÓN
1.1.1. Descripción
Los fijadores externos son dispositivos metálicos que se fijan a los huesos del brazo,
pierna o pie con pasadores o alambres roscados, pasando a través de la piel, músculos e
insertándose en los huesos, en algunos casos, es necesaria la intervención con más de un fijador
externo.
1.1.2. Procedimiento
Mediante una cirugía, se emplean alfileres o alambres para la inserción en el hueso y con el
empleo de pasadores, alambres, abrazaderas y varillas, se sujetan al marco del fijador
externo
1.1.2.1 Post-operatorio:
Fase de curación (5-7 días), fase de distracción (proceso gradual de separación
lenta de los segmentos óseos, a un ritmo lento de 1 mm/día, donde se regenera el hueso),
fase de consolidación (el hueso regenerado se endurece, y se considera ‘consolidado’
una vez se ha calcificado por completo, proceso que generalmente conlleva el doble de
tiempo que la fase de distracción).
Tras aproximadamente 3 meses, el fijador externo se retira mediante un
procedimiento quirúrgico ambulatorio, y como protección adicional, se puede aplicar un
yeso o emplear un aparato ortopédico durante 3-4 semanas.
1.1.2.2. Problemas:
Las infecciones en el sitio del alfiler son el problema más común a nivel cutáneo, que se
manifiesta como sensibilidad y enrojecimiento del área infectada, si son tratadas con antibióticos
orales, deberían mejorar dentro de las 24 a 48 horas posteriores al inicio del tratamiento.
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- Si no se detecta de forma precoz, hay riesgo de una infección más grave (es decir,
síndrome de shock tóxico o fascitis necrotizante) que puede poner en peligro la vida es
extremadamente raro.
Los signos de una infección más grave son dolor en el lugar del alfiler, además de
síntomas sistémicos (fiebre, fatiga, erupciones, náuseas, vómitos…)
1.1.3. Tipos
- Fijadores externos circulares/anillos: Rodean total o parcialmente el brazo, pierna
o pie a tratar, formados por 2 o más anillos circulares conectados con puntales, alambres o
pasadores.
- Fijadores externos monolaterales: Barra recta que se coloca en un lado del brazo,
pierna o pie, conectándose al hueso mediante tornillos, generalmente recubiertos de
hidroxiapatita para una mejor "sujeción" de los tornillos en el hueso y evitar que se aflojen,
siendo ajustables mediante perillas.
lentamente, gracias al imán en su interior, que al colocar el ERC contra la extremidad, hace que
gire y el el hueso se alargue.
El hueso se alarga en cantidades muy pequeñas, por lo que la sensación de dolor es mínima o
nula.
La forma en que se inserta Precice depende del hueso y de la situación particular del paciente:
● Para el fémur (hueso del muslo), el dispositivo se puede insertar de dos maneras
diferentes:
Inserción anterógrada: se realiza a través de
la parte superior más cercana a la cadera,
mediante una osteotomía.
La ubicación del imán afectará el lugar donde el paciente coloca el ERC en el muslo.
● Para la tibia (hueso de la espinilla), el dispositivo casi siempre se insertará desde la parte
superior de la tibia más cercana a la rodilla.
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● Para el húmero (hueso de la parte superior del brazo), el dispositivo se insertará a través
de la parte superior del húmero que está más cerca del hombro (desde el hombro hacia el
codo).
Entre sus usos se encuentran la estabilización de los huesos después de la corrección de una
deformidad o fractura, el alargamiento de estos e incluso para la administración de un antibiótico
a un hueso infectado.
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Durante la cirugía, el médico empleará un taladro ortopédico de forma que se crea un canal en la
cavidad medular, la manera de insertar la varilla o clavo dependerá tanto del hueso como de su
localización, de la misma forma que se insertan en el clavo preciso.
1.2.3. Placas:
Las placas están hechas de acero inoxidable o titanio de grado quirúrgico, y se fijan al
hueso con tornillos. Estas se emplean tras una osteotomía, tras una fractura y para realizar un
crecimiento guiado en niños, corrigiendo lentamente los huesos torcidos mediante el crecimiento
natural sin cortar los huesos quirúrgicamente.
1.2.5. Alambres:
En casos simples, especialmente en
niños, la estabilización se logra con
fijación interna como alfileres o
alambres. Los pasadores y cables
están hechos de metales compatibles
con el cuerpo, como acero inoxidable
y titanio. Los clavos y alambres
pueden enterrarse debajo de la piel o dejarse sobresaliendo fuera de la piel. Los alfileres o
alambres que sobresalen fuera de la piel generalmente se encuentran debajo de un yeso o férula,
donde no los verá ni podrá tocarlos.
Como se mencionó anteriormente, hay dos razones principales por las que se utilizan alfileres o
alambres para reparar huesos rotos:
1) por lesión/trauma
En ambas situaciones, los clavos o alambres de fijación interna se utilizan para mantener
la posición deseada hasta que sane. Una vez que los huesos sanan, la fijación interna ya no sirve
para nada.
estabilidad es crucial, el yeso se puede extender más arriba en el pecho. Si ambas piernas están
enyesadas, también hay una barra que conecta las dos extremidades para fortalecer el yeso.
1.3. Funciones
El médico necesita dejar espacio para que el dispositivo encaje dentro del hueso,
utilizando un taladro ortopédico, creará un canal en la cavidad de la médula en el centro del
hueso (parte blanda) lo suficientemente grande como para que el Precice quepa dentro de él.
el hueso sana antes de alcanzar la longitud deseada. Para evitarlo, se puede aumentar la
velocidad de distracción, es decir, la velocidad a la que se separan los segmentos óseos.
Durante la cirugía, el médico hace un corte a lo largo del hueso para crear dos
segmentos óseos separados. Este procedimiento quirúrgico para cortar un hueso se llama
osteotomía. Luego, el médico enderezará el hueso.
El uso de fijaciones internas permiten una estancia más corta en el hospital y además
aceleran el proceso de curación ósea, además de que reducen la incidencia de seudoartrosis y
unión defectuosa de los huesos rotos.
Dentro de la gran variedad de fijaciones óseas que existen podemos destacar:
1.3.4.1. Placas: el uso de placas permiten mantener unidos los trozos de huesos rotos. Se
unen al hueso mediante tornillos.
Se pueden dejar en su lugar después de que termine la curación ósea, o se pueden en algunos
casos seleccionados quitar.
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1.3.4.2. Tornillos: los tornillos suelen presentar diversos tamaños para usarse con
huesos de diferentes tamaños. Estos se pueden usar tanto solos para sujetar una fractura o
con placas varillas o clavos.
Al igual que las placas, una vez que el hueso haya terminado de sanar, se pueden dejar o
retirarse.
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1.3.4.3. Varillas o clavos: cuando los huesos son largos, la mejor manera de
mantener las piezas unidas del hueso es insertando este tipo de materiales a través del
centro hueco del hueso que normalmente contiene algo de médula. Los tornillos en cada
extremo de la barra se emplean para evitar que la fractura se acorte o gire, y también
mantienen la barra en su lugar hasta que la fractura haya sanado.
Al igual que las anteriores, pueden dejarse en el hueso después de que se complete la
curación.
Es un método bastante utilizado en las fracturas del fémur y de la tibia.
Tanto las fijaciones óseas internas o externas en algunos casos permiten la movilización
temprana del paciente, lo que puede acelerar la recuperación y reducir complicaciones
relacionadas con la inmovilidad prolongada, puede hacerlo de varias maneras, además de que
recuperan gracias a estas la fuerza en la zona fracturada, por tanto tiene capacidad de restaurar la
función del hueso afectado.
Consiste en una tracción del miembro hasta que se consolide la fractura. Busca vencer el
tono muscular y reducir los desplazamientos en el eje: acortamiento, así como las angulaciones y
la rotación. Se puede mantener hasta la consolidación de la fractura. Se pasa una aguja metálica o
de Kirschner por los huesos y se sujetan con un estribo que es un elemento metálico que tiene
forma de herradura donde se colara el peso. Muy usado en fracturas de fémur en niños (en ellos
se hace sobre partes blandas y sobre los dos miembros) en adultos sobre hueso.
Como gracias a las fijaciones óseas se produce una restauración exitosa, y se evita el
riesgo de complicaciones, se produce un impacto muy significativo en la calidad de vida de los
pacientes. Las fijación sosias siempre permiten a las personas volver a hacer actividades
normales de manera mucho más rápida.
2. MATERIALES
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La gran mayoría de las propiedades mecánicas varían en función de los elementos de aleación
(composición química) y el procesamiento (microestructura).
Sin embargo, se utiliza como dispositivo a corto plazo, su historial de aplicación clínica ha
revelado que no son seguros para ser utilizados como dispositivos permanentes sometidos a
carga, debido a que las condiciones de trabajo mecánicas dentro del cuerpo son mucho más
complicadas que una simple carga de compresión.
Como todo acero austenítico, es dúctil, relativamente blando y no muy resistente al desgaste,
debido a su estructura FCC y su bajo contenido en carbono
- La “L” simboliza su bajo contenido en carbono, por lo que es menos propenso a la
corrosión intergranular cuando está en contacto directo con fluidos biológicos.
- Contiene aproximadamente 17-19% de Cr y 14% de Ni que ayuda a estabilizar la
austenita* en el acero.
La austenita* es una fase cristalina que puede encontrarse en los aceros y se caracteriza por su:
- Estabilidad a elevadas temperaturas
- Buena ductilidad y conformabilidad
- No magnética a temperatura ambiente
- Resistencia a la corrosión
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Una gran ventaja del empleo de aceros inoxidables, es la relación propiedades mecánicas-precio:
2.2. Titanio
Además, presenta el mejor módulo de Young (5 veces superior al del hueso cortical), evitando
así la lisis del hueso por transmisión de cargas homogénea, una alta resistencia a la corrosión, y
menor toxicidad que las aleaciones de Ni y Co, pues no genera respuesta inmune y supone un
menor riesgo de infección.
Sin embargo, posee una baja resistencia a la fricción, un desgaste acelerado, es más caro y
resulta problemático en el ámbito de la imagenología médica.
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2.2.1. Tipos
- Alfa titanio (α-titanio): Este tipo de titanio es más suave y más maleable que el beta
titanio. Tiene una estructura cristalina hexagonal compacta a temperatura ambiente. El
alfa titanio es conocido por su excelente biocompatibilidad, resistencia a la corrosión y
capacidad para unirse químicamente con el tejido óseo.
- Beta titanio (β-titanio): El beta titanio, por otro lado, tiene una estructura cristalina
cúbica centrada en el cuerpo. Tiene una mayor dureza superficial que el alfa titanio, lo
que lo hace útil en aplicaciones donde se requiere mayor resistencia mecánica. Sin
embargo, puede ser menos biocompatible que el alfa titanio.
En muchos casos, el alfa titanio es preferido debido a su capacidad para unirse con el tejido óseo.
Sin embargo, en ciertas situaciones donde se requiere una mayor resistencia mecánica, el beta
titanio podría ser la elección preferida.
A pesar que el titanio parece presentar propiedades ligeramente mejores que el acero en la
mayoría de aspectos, la diferencia de coste suele inclinar la balanza a favor del acero
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Las aleaciones de magnesio tienen una densidad muy próxima a la del hueso y unas
propiedades mecánicas muy similares, por lo que son candidatas ideales para fijaciones óseas.
Sin embargo, poseen una alta tasa de degradación en los fluidos corporales con altas
concentraciones de cloruros, que puede inducir a la falta de integridad mecánica durante la
formación del nuevo tejido óseo y a la inflamación aguda de los tejidos (relacionada con la
liberación del gas hidrógeno que acompaña a la disolución del magnesio)
Al progresar la polimerización del monómero, la consistencia del cemento se hace cada vez más
dura, hasta que se solidifica.
También puede ser empleado en grapas óseas, de forma que se descomponen gradualmente en el
cuerpo.
3. BIOCOMPATIBILIDAD
El hueso es un tejido único capaz de repararse a sí mismo tras sufrir daños. Sin embargo hay
casos de fracturas y defectos que requieren una intervención clínica para su correcta alineación y
cicatrización. Para ello es necesario considerar cuidadosamente el material utilizado para crear
los implantes y evitar estos problemas.
Las tres clases de biomateriales (metales, cerámicas y polímeros) se han utilizado para el
tratamiento de fracturas y cada uno de ellos tiene sus ventajas y limitaciones. Además hay que
tener en cuenta las propiedades mecánicas y las propiedades superficiales del material, así como
sus propiedades químicas y sus propiedades de fallo, de modo que el implante se asemeje a las
propiedades biomecánicas del hueso y se integre en el tejido nativo manteniendo su integridad
durante el tiempo necesario.
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Los requisitos fundamentales de la ingeniería del tejido óseo pueden resumirse con el
concepto del diamante, que proporciona cuatro factores básicos necesarios para el éxito de
cicatrización ósea, con la ingeniería del tejido óseo:
Otro aspecto a tener en cuenta es al paciente y sus antecedentes, ya que estos pueden incluir
factores de riesgo que aumenten las probabilidades de sufrir fracturas o defectos óseos. Por
ejemplo, la edad de un paciente puede tener grandes connotaciones relacionadas con el sistema
esquelético, ya que el envejecimiento está relacionado con mayores tasas de fracturas y una
menor curación de las mismas, y también se asocia a afecciones como la osteoporosis y la
artrosis.
Otra consideración importante es el proceso natural de cicatrización del hueso. El objetivo de los
implantes debe ser aprovechar la fisiología natural de la regeneración ósea o, al menos, no
obstaculizarla.
biodegradación podría ser tóxica en grandes cantidades. Las alergias a los materiales
biodegradables son poco comunes pero podrían ocurrir en personas sensibles a ciertos
componentes. Los síntomas pueden incluir irritación y erupción cutánea en el sitio de
implantación.
Es importante tener en cuenta que las reacciones adversas a los materiales ortopédicos son poco
comunes, pero es crucial que los pacientes y los profesionales de la salud estén atentos a
cualquier signo de toxicidad o alergia después de la implantación de un dispositivo.
Conclusión
Las fijaciones óseas son un procedimiento esencial en la ortopedia y la traumatología, que tiene
como objetivo estabilizar fracturas, corregir deformidades y facilitar la recuperación ósea. Estas
intervenciones han ido evolucionando gracias a los avances en biomateriales permitiendo
tratamientos más efectivos y con menores complicaciones.
Los metales como las aleaciones de titanio siguen siendo el estándar debido a su combinación de
fuerza y biocompatibilidad. Las aleaciones de titanio, en particular, son altamente valoradas por
su excelente resistencia mecánica, baja densidad y resistencia a la corrosión, lo que las hace
ideales para aplicaciones en fijaciones óseas. Además, el titanio posee una notable
biocompatibilidad, lo que significa que es menos probable que provoque reacciones adversas en
el cuerpo y se integra bien con el hueso circundante, promoviendo una recuperación efectiva.
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Por otro lado, los polímeros reabsorbibles representan una prometedora área de investigación y
desarrollo. Estos materiales, como el ácido poliláctico (PLA) y el ácido poliglicólico (PGA), se
descomponen gradualmente en el cuerpo, eliminando la necesidad de una segunda cirugía para
retirar el implante una vez que el hueso ha sanado. Esta característica es especialmente útil en
pacientes pediátricos, donde el crecimiento óseo continuo requiere soluciones temporales que no
interfieran con el desarrollo natural. Sin embargo, uno de los desafíos actuales es mejorar las
propiedades mecánicas de estos polímeros para garantizar que proporcionen una estabilidad
suficiente durante el período de curación.
Los recubrimientos bioactivos también están revolucionando el campo de las fijaciones óseas.
Estos recubrimientos, como la hidroxiapatita, están diseñados para promover la osteointegración
y reducir el riesgo de infección. La hidroxiapatita, por ejemplo, imita la composición mineral del
hueso natural, facilitando una mejor integración del implante con el hueso circundante y
acelerando el proceso de curación. Además, se están desarrollando recubrimientos
antibacterianos que ayudan a prevenir infecciones en el sitio del implante, una complicación
común y potencialmente grave en las cirugías ortopédicas.
A medida que la ciencia de los materiales continúa avanzando, es probable que veamos una
mejora continua en la eficacia y seguridad de las fijaciones óseas. La investigación en materiales
compuestos, nanotecnología y recubrimientos inteligentes promete llevar las fijaciones óseas a
un nuevo nivel, proporcionando soluciones más duraderas y personalizadas. Por ejemplo, la
impresión 3D está emergiendo como una herramienta poderosa para crear implantes
personalizados que se ajusten perfectamente a la anatomía del paciente, mejorando la integración
y reduciendo el tiempo de recuperación.
En conclusión, las fijaciones óseas han recorrido un largo camino desde sus inicios, y los
avances en biomateriales han sido fundamentales para este proceso. Con la continua evolución
de la ciencia de los materiales, es probable que estas mejoras no solo aumenten la eficacia y
seguridad de las fijaciones óseas, sino que también amplíen las posibilidades de tratamiento,
beneficiando a millones de pacientes en todo el mundo.
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Glosario
Fascitis necrotizante: Infección grave que afecta a los tejidos blandos mediante necrosis tisular.
Ferritizante: Elemento que forma parte de la familia de los ferríticos, es decir, que no contienen
Ni, y el elemento más abundante es el Cromo.
Pseudoartrosis: Enfermedad que impide la regeneración del hueso tras una fractura.
Referencias
https://www.urv.cat/media/upload/arxius/URV_Solidaria/COT/Contenido/
Tema_2/2.5._tecnicas_de_tratamiento_de_las_fracturas.pdf
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048761917300030