Vitale Gisela
Vitale Gisela
Vitale Gisela
FACULTAD DE ODONTOLOGÍA
Quiero agradecer en igual medida a todas las personas que de diferentes maneras me
ayudaron a lograr este gran objetivo en mi vida.
En primer lugar, a mi familia, por su apoyo incondicional.
Al equipo de docentes de la Carrera de Especialización en Endodoncia por su invalorable
profesionalismo, dedicación y capacidad de formación.
A mi directora de tesina Esp. Od. Mariana Carvajal por su guía, buena disposición y
paciencia durante la realización de mi trabajo final.
A mis compañeros que hicieron que el cursado fuera ameno e inolvidable, me llevo un
hermoso y divertido grupo de amigos y colegas.
A la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Cuyo por darme la
posibilidad de perfeccionamiento en la profesión.
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ÍNDICE
Resumen…………………………………………………………………………...Pág. 4
Introducción………………………………………………………………………..Pág. 6
Caso Clínico…………………………..……………………………………………Pág. 29
Discusión…………………………………………………………………...….......Pág. 35
Conclusiones………………………………………………………………………Pág. 38
Referencias Bibliográficas……..…….……………………………………………Pág. 39
3
RESUMEN
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Es por ello que el objetivo que se propone en este trabajo es profundizar en el estudio tanto
de las diferentes soluciones irrigantes como de las variadas técnicas de irrigación vigentes
en la actualidad, utilizados para optimizar los procedimientos de limpieza y desinfección
en los tratamientos endodónticos, haciendo énfasis en la irrigación ultrasónica pasiva.
Asimismo, se desarrolla un caso clínico en donde la activación de los irrigantes por medio
de la utilización de un dispositivo ultrasónico posibilitó mejorar notablemente la
permeabilidad del conducto.
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INTRODUCCIÓN
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de detritus interfiere con la anti sepsis y la obturación potenciando el fracaso del
tratamiento endodóntico (Chubb, 2019) ( Andrabi et al., 2014).
Por otra parte, se ha demostrado también que incluso en conductos bien preparados queda
aproximadamente un 35% de las paredes sin instrumentar; de ahí la importancia de la
acción química y mecánica de los irrigantes. Mecánicamente, los irrigantes actúan como
un enjuague para la remoción del smear layer, logrando así el completo desbridamiento y
desinfección del sistema de conductos; de lo contrario el barro dentinario permanecerá en
el conducto después de la instrumentación (Mohammadi et al., 2015).
El desbridamiento químico es especialmente necesario en dientes con anatomía interna
compleja tales como aletas, istmos, conductos laterales y áreas amplias de un conducto
ovalado que pueden no ser alcanzadas por la instrumentación. Por ello es necesario actuar
en estas áreas de las paredes donde puede desarrollarse un complejo biofilm difícil de
desorganizar (Haapasalo el al., 2014) ( Darcey et al., 2016).
La reducción de la carga microbiana en el sistema de conductos es un prerrequisito para
curar las lesiones de origen endodóntico. Dicha reducción bacteriana es influenciada por
el tipo de irrigante, el método de liberación y su activación. Otras de las funciones
fundamentales, según el irrigante usado, son reducir la fricción entre los instrumentos y la
dentina, evitar el incremento de la temperatura causada por dicho roce, mejorar la
efectividad del corte de las limas, disolver tejidos, y además, lograr un efecto de lavado,
antimicrobiano y antibiofilm (Haapasalo et al., 2014).
Las características que sugiere la Asociación Americana de Endodoncia de una solución
irrigante óptima para el tratamiento endodóntico son: amplio espectro antimicrobiano, alta
eficacia contra anaerobios y microorganismos facultativos organizados en biofilm,
capacidad para disolver remanentes de tejido pulpar necrótico, inactivar endotoxinas,
prevenir la formación de smear layer durante la instrumentación o disolverlo una vez
formado, no presentar toxicidad en contacto con tejido vital, no ser cáustico para el tejido
periodontal y tener mínimo potencial para causar reacciones anafilácticas.
Otras características referidas por Haapasalo, M.et al. (2014) de una solución irrigante
ideal son: el bajo costo, poseer acción de lavado, mejorar el corte de la dentina por los
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instrumentos, control de la temperatura, buena penetración dentro del sistema de canales,
no reaccionar con consecuencias negativas con otros materiales dentales y no debilitar a
la dentina.
Kandaswami, D. et al. (2010), clasificó los irrigantes como agentes químicos sintéticos y
agentes naturales. Dentro de los primeros se encuentran aquellos que disuelven tejidos
como el hipoclorito de sodio (NaOCL), los agentes antibacterianos como Clorhexidina y
MTAD y los agentes quelantes como EDTA, ácido maleico, HEBP y ácido cítrico. Como
irrigantes naturales se consideran el Té verde, Herbal (triphala) y la morinda citrifolia.
El hipoclorito de sodio tiene una extensa historia en medicina y odontología y su uso
continúa siendo popular incluso hoy en día. Fue descripto como irrigante en endodoncia
en 1919 y posee muchos de los atributos de un agente antimicrobiano ideal (Darcey et al.,
2016). Es un agente oxidante en forma líquida de color verdoso o amarillento.
Químicamente está compuesto por un átomo de cloro (CL), un átomo de sodio (Na) y un
átomo de oxígeno (O) y se obtiene mediante el método de Hooker (Othmer 2004).
Además, se comporta como un efectivo antimicrobiano y agente proteolítico, tiene poder
para disolver tejido orgánico y actúa también como lubricante. Las soluciones comerciales
de NaOCL son fuertemente alcalinas e hipertónicas. El NaOCL es también, un solvente
orgánico eficiente que causa degeneración en la dentina debido a la disolución del
colágeno por la ruptura del enlace entre los átomos de carbono y la desorganización de la
estructura proteica primaria (T. Rödig et al., 2010).
El poder antimicrobiano del NaOCL radica en su capacidad de oxidación y esta capacidad
de remover el biofilm es dosis dependiente, es decir, a más concentración más actividad
antibacteriana. Principalmente, un biofilm es una estructura compleja en donde crecen
microorganismos, embebidos en una matriz extracelular; es un sistema dinámico y
representa un modo de protección de crecimiento que permite a las células sobrevivir. El
estadio inicial de la formación del biofilm incluye la unión de la bacteria a un sustrato, su
crecimiento y división, conduciendo a la colonización de las áreas circundantes y su
posterior maduración. El ambiente en un biofilm no es homogéneo, sino que están
organizadas según sus requerimientos y tiene relevancia clínica debido a que proporciona
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a la bacteria un ambiente protector de agentes antibacterianos, antibióticos y de la
respuesta inmune (Hall-Stoodley and Stoodley, 2009).
El NaOCL actúa sobre el biofilm ya sea disolviendo completamente de células con
ausencia de evidencia visual, desorganizando y separando las células bacterianas
dejándolas no viables, dejándolas adheridas al biofilm, pero no viables, rotas y separadas
del biofilm, pero viables o adheridas y viables. El NaOCL al 6% demostró ser el único
agente capaz de remover físicamente un biofilm artificial y matar las bacterias,
demostrando un efecto dosis dependiente del NaOCL contra las mismas, es decir que en
altas concentraciones fue más antibacteriano (Clegg et al., 2006).
Debido a que las moléculas de cloro son muy volátiles, la solución se torna inestable, es
por ello que la misma debe ser almacenada en una botella no reactiva, hermética, de color
oscuro y en un lugar fresco (Darcey et al., 2016).
El mecanismo de acción del NaOCL sobre el tejido orgánico se manifiesta a través de tres
reacciones: una reacción de saponificación, una reacción de neutralización de
aminoácidos y una reacción de cloraminación.
En la reacción de saponificación actúa como un solvente orgánico y de grasas, degradando
los ácidos grasos y transformándolos en sales de ácidos grasos (jabón) y glicerol (alcohol),
lo cual reduce la tensión superficial de la solución y sobre los aminoácidos reacciona
neutralizándolos, formando agua y sal con la salida del ion hidroxilo, resultando en una
reducción del pH (Estrela et al., 2002).
En referencia a la reacción de cloraminación, el ácido hipocloroso presente en el
hipoclorito de sodio, al entrar en contacto con el tejido orgánico, actúa como un solvente
y libera cloro. Luego, éste se combina con una proteína del grupo amina formando
cloramina, la cual interfiere en el metabolismo celular. Además, el cloro, al ser un fuerte
oxidante, tiene una acción antimicrobiana inhibiendo las enzimas bacterianas y llevando
a una oxidación irreversible a los grupos sulfidrilos de las mismas (Estrela et al., 2002).
Las tres reacciones descriptas ocurren ante la presencia de microorganismos y de tejido
orgánico, conduciendo a un efecto antimicrobiano y al proceso de disolución de tejidos.
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Por otra parte, el ion hidroxilo daña el componente lipídico de la membrana bacteriana y
el ADN; su alto pH desnaturaliza las proteínas y perjudica las condiciones celulares
ideales. Asimismo, el ion cloro rompe los enlaces peptídicos disolviendo las proteínas y
liberando, además, cloramina que es un compuesto antibacteriano. Por consiguiente, la
solución de hipoclorito de sodio continúa siendo considerada una solución gold standard
dentro de los irrigantes endodónticos (Darcey et al., 2016).
En la literatura se puede encontrar que el NaOCL puede ser usado en concentraciones del
rango de 0,5 a 6%. Las altas y bajas concentraciones son igualmente eficientes en reducir
el número de bacterias en sistemas de conductos infectados pero el efecto de disolución
de tejidos está directamente relacionado a la concentración (Estrela et al., 2002).
En suma, el régimen de irrigación más efectiva es NaOCL al 5,25% por 40 min. La
irrigación con concentraciones de 1,3 % y 2,5% para el mismo intervalo de tiempo es
inefectivo para remover E. faecalis desde los túbulos dentinarios (Retamozo et al., 2010).
El volumen es más crítico para la desinfección que la concentración. La irrigación
frecuente con NaOCL fresco es importante y el uso de gran cantidad de irrigante compensa
las bajas concentraciones que pudieran utilizarse. Hay que tener en cuenta que el NaOCL
inactivará estos componentes muy rápido por lo que solución irrigante fresca deberá ser
agregado al sistema de canales constantemente. El ion cloro, el cual es responsable de la
disolución y capacidad antibacteriana del NaOCL, es inestable y consumido rápidamente
durante la primera fase de disolución de tejidos, probablemente dentro de los 2 min., lo
cual proporciona la razón para el continuo recambio.
En referencia al tiempo necesario para alcanzar niveles óptimos de acción química,
algunos artículos refieren la acción bactericida en 30 min. usando NaOCL al 0,5%,
mientras más alta es la concentración se necesitará solo 30 seg. para hacer el mismo
trabajo. Es importante recordar que la presencia de materia orgánica, exudado
inflamatorio, restos de tejido y biomasa microbiana consume las moléculas de NaOCL y
en consecuencia debilita su efecto. El tiempo óptimo que un irrigante con hipoclorito en
una concentración determinada necesita permanecer en un sistema de conductos es aún
un problema pendiente de respuesta (Zehnder, 2006).
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Por otra parte, podemos modificar la eficacia del NaOCL alterando el pH ya que sus
propiedades antibacterianas y disolución de tejidos decrece cuando se lo diluye en agua
dando la siguiente reacción: NaOCL + H2O = NaOH + HOCL (ácido hipocloroso). En
solución acuosa, el ácido Hipocloroso se disocia en anión hipoclorito (OCL-). El cloro
disponible es la suma de HOCL y la concentración de OCL- en la solución y puede ser
definido como una medida de la capacidad oxidante y es expresada en término de la
cantidad de cloro elemental.(Zehnder, 2006)
El ácido hipocloroso se considera un oxidante más fuerte que el ion hipoclorito. La
molécula del HOCL es responsable de la fuerte cloración y la acción oxidante sobre los
tejidos y microorganismo. La disociación de este ácido hipocloroso depende del pH, a un
pH 10, básicamente todo el cloro está en la forma de anión hipoclorito, lo contrario ocurre
a un pH 4,5, donde el cloro está en la forma de ácido hipocloroso. Las propiedades
desinfectantes decrecen con pH altos.
Un aumento de la temperatura en el NaOCL de baja concentración mejora su capacidad
de disolver tejidos y remueve virutas de dentina más eficientemente. Es así como, la
capacidad del NaOCL al 1 % a 45ºC en disolver la pulpa dental humana es igual a una
solución al 5,25% a 20ºC (Zehnder, 2006).
La profundidad de penetración del NaOCL en los túbulos dentinarios varía entre 77 y 300
µm, y depende de la concentración, el tiempo y la temperatura (Zou et al., 2010).
Desafortunadamente, aunque el NaOCL tiene muchas de las propiedades ideales, también
tiene limitaciones como la toxicidad. Las características químicas responsables de la
hidrólisis del biofilm produce efectos devastadores en células del tejido vivo siendo
extremadamente citotóxico. Por tal motivo debe ser usado adecuadamente y con las
medidas de precaución necesarias en un tratamiento endodóntico. Además, es inefectivo
en la remoción del smear layer, corrosivo, puede causar decoloración y posee olor
desagradable.
Las recomendaciones fundamentales en cuanto al uso clínico del NaOCL en
concentraciones entre 2,5 y 6% son: debe ser usado durante la limpieza completa y la
conformación, la cámara pulpar debe ser utilizada como reservorio de irrigante fresco y
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una vez que la preparación mecánica esté finalizada y se determine la lima apical maestra,
se debe comenzar con la activación de NaOCL fresco en cada conducto (Gulabivala et al.,
2010).
Otra de las soluciones irrigantes en endodoncia es el digluconato de clorhexidina, la cual
es extensamente usada en desinfección debido a su excelente actividad antimicrobiana,
sin embargo, su capacidad para disolver tejido está completamente ausente. Es una sal
fácilmente soluble en agua, muy estable, la cual posee una molécula fuertemente básica
con un pH entre 5,5 y 7. Químicamente pertenece al grupo polibiguanida que consiste en
dos aros simétricos de 4-clorofenol y dos grupos biguanida conectados por una cadena
central de hexametileno (Zehnder, 2006).
Este compuesto tiene una actividad de amplio espectro contra bacterias Gram positivas,
negativas y antifúngico, como resultado de la disrupción de la pared de la célula bacteriana
debido a su carga catiónica capaz de unirse electrostáticamente a la superficie cargada
negativamente de la bacteria, dañando las capas exteriores de la pared celular y haciéndola
más permeable. Es hidrofóbica y lipofílica e interactúa con fosfolípidos y
lipopolisacáridos de la membrana celular bacterianas, entra a la célula a través de un tipo
de mecanismo de transporte activo o pasivo, alterando el equilibrio osmótico de la célula,
lo cual aumenta la permeabilidad de la pared celular permitiendo a la molécula de CHX
penetrar dentro de la bacteria. El daño de esta delicada membrana permite la filtración de
componentes intracelulares, en especial adenosín trifosfato y ácido nucleico. Como
consecuencia el citoplasma coagula reduciendo la fuga, produciéndose un efecto bifásico
sobre la permeabilidad de la membrana (Darcey et al., 2016) ( Athanassiadis, Abbott and
Walsh, 2007).
Dependiendo de su concentración, la CHX puede tener efecto bacteriostático o
bactericida. En altas concentraciones (2%), actúa como un detergente y ejerce su efecto
bactericida dañando la membrana celular y causando la precipitación del citoplasma. A
bajas concentraciones (0,2 %), la CHX es bacteriostática, causando que sustancias de bajo
peso molecular se filtren fuera de la membrana celular sin dañar permanentemente la
célula.
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También, la CHX ha sido usada como sustituto del NaOCL, sin embargo, sigue siendo
inferior debido a que no posee la capacidad de disolver materia orgánica y su efecto sobre
el biofilm bacteriano es menor (Darcey et al., 2016).
Debido a su molécula de naturaleza catiónica, puede ser adsorbida por sustratos aniónicos
como la mucosa oral y la estructura dentaria como la hidroxiapatita, siendo una reacción
reversible de recepción y lanzamiento que conduce a la substantividad. Este efecto que
depende de la concentración de la CHX, a bajas concentraciones solo una monocapa es
adsorbida sobre la superficie del diente y a altas concentraciones una multicapa,
proporcionando un reservorio de CHX el cual puede rápidamente lanzar el exceso al
ambiente cuando decrece (Darcey et al., 2016).
Sin embargo, se han informado reacciones alérgicas como dermatitis de contacto por el
uso de CHX como también casos de gingivitis descamativa, decoloración de dientes,
lengua y disgeusia (Mohammadi and Abbott, 2009).
El efecto antimicrobiano del NaOCL al 2,5% y clorhexidina al 0,2% usados juntos es
mayor que si usamos cada uno por separados, pero la combinación entre ambos irrigantes
produce una reacción ácido-base dando lugar a la formación de una sal neutra insoluble
llamada paracloroanhilina (PCA). Este precipitado se produce cuando las moléculas de
NaOCL se mezclan con las de CHX hidrolizándose en pequeños fragmentos. El primer
enlace que se rompe en esta reacción es entre el carbono y el nitrógeno debido a la baja
energía de disociación de enlace de estos dos átomos. La filtración de PCA desde el
precipitado insoluble mostró ser citotóxico en ratas y posiblemente carcinogénico en
humanos. A nivel de los conductos, este precipitado cubre la superficie de dentina
ocluyendo significativamente los túbulos afectando el sellado del canal radicular durante
la obturación y también mancha el elemento dentario (Basrani el al. 2007) ( Darcey et
al., 2016).
El compuesto PCA mostró ser toxico en humanos con exposiciones cortas, resultando en
cianosis la cual es una manifestación de la formación de metahemoglobina. Esta
interacción se evita o se minimiza irrigando el conducto con agua destilada o solución
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fisiológica entre ambos irrigantes o usando por ejemplo EDTA después del NaOCL y
antes de CHX o alternativamente secando los canales con puntas de papel.
Como se refería con anterioridad, durante el desarrollo de la preparación quirúrgica se
generan cantidades variables de detritus compuesto por restos de dentina y remanentes
pulpares ya sea vitales o necróticos que se depositan y acumulan sobre las paredes del
conducto radicular. En el 2003 la Asociación Americana de Endodoncia definió al smear
layer como una película superficial de detritus retenidos sobre la dentina u otras
superficies después de la instrumentación ya sea con instrumentos rotatorios o limas
endodónticas, que consiste en partículas de dentina, remanentes de tejido pulpar vital o
necrótico, componentes bacterianos e irrigantes retenidos (Ng, Mann and Gulabivala,
2011).
Algunos investigadores enfatizan la importancia de remover el smear layer para permitir
al irrigante, medicación y cementos penetrar dentro de los túbulos dentinarios y mejorar
la desinfección. El componente orgánico del mismo logra ser degradado por la solución
de NaOCL, no así el componente inorgánico. Para ello es necesario la utilización de
agentes químicos de otra naturaleza como son los quelantes.
Los agentes quelantes pueden ser clasificados en débiles o fuertes; dentro del grupo de los
quelantes fuertes se encuentran: Ácido etildiaminotetraacético (EDTA), Ácido cítrico y
Ácido maleico mientras que un quelante débil es el Ácido etidrónico o etidronato (HEBP).
El ácido etilendiaminotetraacético (EDTA) es sugerido como irrigante porque puede
quelar y remover la porción mineralizada del smear layer. Tiene la capacidad de captar
iones metálicos di y tricatiónicos como el Ca 2+ y el Fe 3+ que después de estar unidos al
EDTA, permanecen en suspensión, pero presentan reactividad disminuida.
En exposición directa por tiempo extendido, el EDTA extrae proteínas de la superficie
bacteriana por combinación con iones metálicos, lo cual puede eventualmente provocar la
muerte bacteriana. Los quelantes tales como el EDTA, se unen a los iones Ca disponibles
formando complejos estables, logrando un equilibrio sin tener lugar ninguna disolución
adicional , por lo tanto, el EDTA es autolimitante (Hülsmann, Heckendorff and Lennon,
2003).
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Sin embargo, para que pueda remover el smear layer efectivamente, un componente
proteolítico como el NaOCL, debe usarse para remover el componente orgánico del
mismo.
Un enjuague final continuo de 3 minutos con 5 ml de EDTA al 17%, remueve el smear
layer de las paredes del conducto radicular, descalcificando la dentina a una profundidad
de 20 a 30 µm en 5 min., sin mostrar erosión peritubular, lo que si se ve cuando el EDTA
se usa como primer enjuague seguido por NaOCL al 5,25% (Saito et al., 2008).
Las investigaciones que estudiaron la interacción del EDTA con NaOCL concluyeron que
el EDTA mantuvo su capacidad de formar complejos con el Ca cuando se lo mezclaba
con NaOCL, pero el EDTA causaba que el NaOCL perdiera su capacidad de disolver
tejidos. Clínicamente, esto sugiere que el EDTA y NaOCL deben usarse separadamente.
En la endodoncia moderna, EDTA es usado por alrededor de 1 min. una vez que se
completó la limpieza y conformación de los conductos, pudiéndose activar
ultrasónicamente para una mejor penetración en los túbulos dentinarios. Cabe destacar
que los quelantes tienen un rango de temperatura en la que trabajan mejor, cuando el
EDTA es calentado de 20 a 90°, la capacidad de unirse al Ca decrece (Hülsmann,
Heckendorff and Lennon, 2003) (Zehnder et al., 2005).
Asimismo, cuando el EDTA interactúa con la CHX, se forma un precipitado blanco el
cual el 90 % es EDTA o CHX, con menos de 1% de un producto de descomposición
formado por agua, gluconato y sodio. La CHX no es degradada por el EDTA bajo
condiciones normales, este precipitado es una sal formada por neutralización electrostática
de cationes de CHX y aniones de EDTA. La significancia clínica de este precipitado es
aún desconocida (Rasimick et al., 2008).
Igualmente, el ácido cítrico es un ácido orgánico débil utilizado como irrigación final por
su buena acción en remover el smear layer cuando se lo utiliza a una concentración del 10
% y demostró ser menos citotóxico y menos agresivo en la respuesta inflamatoria que el
EDTA al 17 % (Mohammadi Z et al. 2017).
También, el ácido maleico es un ácido orgánico medio dicarboxílico, que posee habilidad
para remover el smear layer. Se ha reportado que una irrigación final con ácido maleico
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al 7% por 1 minuto fue más eficiente que el EDTA al 17% en remover el smear layer
desde el tercio apical del sistema de conductos (Mohammadi et al., 2017).
Existe, además, otra sustancia conocida como ácido etidrónico o etidronato (1-
hidroxietilideno- 1,1-bifosfonato), (HEBP), que previene la reabsorción ósea y que ha sido
utilizada en medicina en pacientes con enfermedad de Paget u osteoporosis. Es
considerado el único quelante que puede mezclarse con NaOCL sin interferir en su
propiedad antimicrobiana. Ha sido propuesto como alternativa al EDTA y al ácido
maleico y se usa en una concentración de 9 a 18% aunque su cinética de desmineralización
fue significativamente más lenta que EDTA al 17% ). La combinación de NaOCL y HEBP
previene la formación del smear layer durante la instrumentación rotatoria, efecto similar
logrado con NaOCL seguido por EDTA. Consecuentemente, la solución NaOCL/HEBP
puede ser usado como un irrigante único durante y después de la instrumentación,
reemplazando el enjuague final con un agente quelante (Zehnder et al., 2005) (De-Deus
et al., 2008).
Asimismo, se han desarrollado dos nuevos irrigantes basados en la mezcla de antibióticos,
ácido cítrico y un detergente que actúa como surfactante disminuyendo la tensión
superficial lo que facilita su penetración en la dentina. Esto le otorga la capacidad de
remover el smear layer y el tejido orgánico desde los conductos infectados. Uno de ellos,
QMix, fue introducido al mercado en el 2011, está compuesto por CHX, EDTA más un
surfactante. Su uso se recomienda una vez finalizada la instrumentación del conducto,
después de haber irrigado con NaOCL (Stojicic et al., 2012) (Darcey et al.,2016).
De modo similar, Torabinejad et al. (2003) desarrolló un irrigante llamado MTAD que
combina propiedades quelantes y antibacterianas. Es una mezcla de 3% de doxiciclina,
4,3 % de ácido cítrico y un detergente (Tween 80). El efecto bactericida del MTAD fue
inferior al NaOCL de 1%-6% contra E faecalis y su actividad antibacteriana puede ser
inhibida por el efecto buffer de la dentina y la albúmina del suero presente en los
conductos radiculares. El ácido cítrico del MTAD puede servir para remover el smear
layer, permitiendo a la doxiciclina entrar a los túbulos dentinarios y ejercer el efecto
antibacteriano. El protocolo indica su uso como irrigación final de 5 minutos previa
16
irrigación con NaOCL al 1,3 %, aunque este enjuague final puede tener un efecto negativo
sobre la unión de cementos a base de resinas e Hidróxido de Ca debido a la formación de
precipitados (Torabinejad et al., 2003).
Otro producto disponible es el Tetraclean (Ogna Laboratori Farmaceutici, Muggio, Italia)
que es una combinación similar al MTAD, pero difiere en la concentración del antibiótico
(150 mg/5 ml de doxiciclina en el MTAD y 50 mg/5ml para Tetraclean) y el tipo de
detergente (Tween 80 para MTAD, polipropilenglicol para Tetraclean) (Mohammadi et
al., 2012).
Por otra parte, en el grupo de los agentes naturales, existe el Herbal (triphala) que consiste
en frutas secadas y pulverizadas de tres plantas medicinales: Terminalia bellerica,
Terminallia chebula y Emblica officinalis. Este agente logró matar el 100% de E faecalis
en 6 min., lo cual puede ser atribuido a un efecto sinérgico de los componentes de las tres
plantas medicinales. Es además rico en ácido cítrico, el cual ayuda a remover el smear
layer. Las ventajas de usar esta alternativa es la fácil disponibilidad, costo-efectividad,
larga vida útil, baja toxicidad y ausencia de resistencia microbiana (Prabhakar et al.,
2010).
Asimismo, el té verde, extraído de la planta Camelia sinensis, posee polifenoles los cuales
mostraron una significativa actividad antibacteriana contra el E faecalis, logrando su
eliminación al 100% durante un uso de 6 min., además puede suprimir la progresión de la
periodontitis apical por ser un efectivo agente antimicrobiano. (Prebhakar el al.,2010)(Lee
et al., 2009).
También, la morinda citrifolia (MCJ) es una planta exótica polinesia cuyo jugo posee un
amplio rango de efectos terapéuticos, incluyendo efecto antibacteriano, antifúngico,
antiinflamatorio, antihelmíntico, analgésico, hipotensivo, además, MCJ contiene como
componente antibacteriano L-asperuloside y alizarin.
La eficacia del MCJ al 6% para remover el smear layer fue similar al del NaOCL al 6%
en conjunción con EDTA. Su uso tiene la ventaja de que es un antioxidante biocompatible
y esto no produce injurias severas al paciente si ocurre un accidente de extravasación como
ocurre con el NaOCL (Murray et al., 2008).
17
Otros irrigantes utilizados en endodoncia incluyen: solución salina, peróxido de
hidrógeno, peróxido de urea y componentes iodados, los cuales no tienen capacidad de
disolución de tejidos y todos excepto el iodo, no poseen actividad antibacteriana. Por lo
tanto, su uso no está indicado en circunstancias normales (Haapasalo et al., 2014).
Sin embargo, para lograr la acción de los agentes químicos detallados anteriormente, debe
existir un sistema eficaz de liberación del irrigante hasta la longitud de trabajo. Para ello,
es necesario contar con un sistema mejorado de administración que proporcione un flujo
y un volumen de irrigación adecuados a dicha longitud para ser eficaz en la debridación
del sistema de canales sin forzar la solución en los tejidos perirradiculares.
Inicialmente, los objetivos de la irrigación pueden ser separados en dos grupos ya que
realizan dos efectos simultáneos pero distintos. Uno de ellos es el efecto químico, que
conlleva la ruptura química o inactivación del biofilm, muerte de microorganismos e
inactivación de endotoxinas, disolución de tejido pulpar remanente y del smear layer por
la actividad química de los componentes del irrigante. Claramente, el efecto químico
puede sólo ser ejercido por soluciones químicamente activas (ej. NaOCL). Otro es el
efecto mecánico que actúa provocando arrastre mecánico, separación y remoción de
microorganismos/biofilm, remanente de tejido pulpar y restos de dentina desde el sistema
de canales radiculares por fuerzas aplicadas por el flujo del irrigante. El efecto mecánico
puede ser ejercido por irrigantes con actividad química e inertes (ej. Agua, solución
salina)(Zehnder, 2006).
Los irrigantes pueden alcanzar los sitios inaccesibles, principalmente debido a la dinámica
del flujo durante la liberación o durante la agitación; de esta manera, las partículas
químicamente activas (molécula/ion) son transportadas rápida y eficientemente por el
movimiento del fluido, proceso denominado convección. Además, mientras el irrigante
fluye aplica fuerzas sobre el material dirigido, ejerciéndose así un efecto mecánico
(Trusquey et al., 2009).
Por el contrario, en áreas de los conductos radiculares donde no puede crearse el flujo, el
irrigante puede ser transportado por difusión, que es el movimiento aleatorio de las
partículas en el fluido. Este proceso es más lento que la convección y la velocidad es
18
afectada por el tamaño de las partículas, la temperatura y el gradiente de concentración y
además la difusión no ejerce ningún efecto mecánico (Boutsioukis et al., 2010).
La liberación del irrigante mediante jeringa y aguja durante el tratamiento endodóntico
data de más de cien años. A pesar de su larga historia y el desarrollo de nuevos y más
sofisticados sistemas de irrigación, su uso es aún recomendado.
Se ha abogado por la irrigación convencional con jeringas como un método eficiente antes
de la aparición de la activación ultrasónica pasiva. Esta técnica sigue siendo ampliamente
aceptada tanto por los odontólogos generales como por los endodoncistas y consiste en la
dosificación de un irrigante en un conducto a través de agujas/cánulas de medidores
variables, ya sea pasivamente o con agitación (Gu et al., 2009).
Las jeringas de plástico de diferentes tamaños (1 a 20 ml) se utilizan comúnmente para
irrigación y aunque las de gran volumen potencialmente permiten algunos ahorros de
tiempo, son más difíciles de controlar la presión y pueden ocurrir accidentes por
extravasación de irrigante. Por lo tanto, para maximizar la seguridad y el control, se
recomienda el uso de jeringas de 1 a 5 ml. Todas las jeringas para irrigación endodóntico
deben tener un diseño Luer-Lok y debido a las reacciones químicas entre muchos
irrigantes, deben utilizarse jeringas separadas para cada solución (Pasricha, Makkar and
Gupta, 2015).
Por otra parte, varios tipos de agujas han sido usadas para la liberación de irrigantes dentro
de los conductos radiculares, estas difieren principalmente en la presencia de una punta
abierta o cerrada y una o más salidas y el tamaño de las agujas de irrigación están
calibradas de acuerdo a las especificaciones ISO, sin embargo, el calibre no puede ser
directamente comparado con el tamaño de los instrumentos (Pasricha, Makkar and Gupta,
2015).
Las agujas más pequeñas permiten la liberación del irrigante cerca del ápice y esto no está
exento de problemas de seguridad, por ello, en los últimos años se han introducido varias
modificaciones en su diseño para facilitar la eficacia y minimizar los riesgos de extrusión.
Las puntas abiertas exprimen el extremo hacia el ápice y consecuentemente aumentan la
presión apical dentro del conducto, por el contrario, las puntas de irrigación de
19
terminación cerrada son de ventilación lateral y crean así más presión sobre las paredes
del conducto y mejoran la activación hidrodinámica del irrigante reduciendo la posibilidad
de extrusión apical, además esto permite el reflujo del irrigante y hace que más residuos
se desplacen coronalmente, evitando al mismo tiempo la extrusión inadvertida del
irrigante en los tejidos periapicales. Una de las ventajas de la irrigación con jeringa es que
permite un control comparativamente fácil de la profundidad de penetración de la aguja
dentro del canal y el volumen de irrigante que se descarga a través de ella (Pasricha,
Makkar and Gupta, 2015).
Mientras se presiona el émbolo, la presión dentro de la jeringa permanece
considerablemente más alta que la presión ambiental alrededor de la punta de la aguja (la
cual es casi atmosférica), esta diferencia de presión dirige el irrigante a través de la aguja
hacia el canal radicular denominándose técnica por presión positiva. La velocidad del flujo
del irrigante es proporcional a esta diferencia, pero también es afectada por el tamaño de
la aguja y otros parámetros. Así, para la misma diferencia de presión, la velocidad del
flujo a través de una aguja pequeña será mucho menor que a través de una aguja grande,
en otras palabras, se requiere una diferencia de presión más grande para la misma
velocidad del flujo a través de una aguja pequeña (Brunson et al., 2010).
La irrigación por presión positiva está asociada a dos inconvenientes: riesgo de extrusión
e incapacidad de irrigar la región apical, esto último se cree que es debido a la formación
de burbujas de aire dentro del canal, bloqueando la penetración del irrigante, un fenómeno
conocido como vapour lock. Este problema puede ser minimizado usando la técnica de
permeabilidad o irrigación por presión negativa o también a través de un método simple
para interrumpir el bloqueo de vapor podría lograrse a través del uso de un material de
relleno radicular bien ajustado activado a mano (por ejemplo, un cono de gutapercha
tamaño 40/.06) que se introduce a la longitud de trabajo después de la instrumentación
rotatoria correspondiente (es decir, tamaño 40/.06 cónico). Este método, aunque
engorroso, elimina la burbuja de vapor porque el espacio de aire ocupado previamente se
sustituye por el material de relleno radicular. (Darcey et al., 2016) ( Pasricha, Makkar and
Gupta, 2015).
20
El diseño de la punta y el tamaño de la aguja pueden tener un impacto significativo en el
patrón de flujo de irrigación, la velocidad, la profundidad de penetración y la presión sobre
las paredes y el vértice del canal de la misma. La medida de la punta de irrigación
determinará en gran medida la profundidad con la que un irrigador puede penetrar en el
canal. Una punta de calibre 21 puede alcanzar el ápice de un canal ISO de tamaño 80, la
punta de calibre 23 puede alcanzar un tamaño 50 y una punta de calibre 30 puede alcanzar
el ápice de un canal tamaño 25. La aguja de calibre 27 es el tamaño preferido para
procedimiento endodónticos rutinarios. Varios estudios han demostrado que la solución
irrigante solo tiene un efecto limitado más allá de la punta de la aguja debido a la zona de
agua muerta o a veces burbujas de aire en el conducto radicular a nivel apical, impidiendo
la penetración de la solución (Pasricha, Makkar and Gupta, 2015).
Desde hace décadas, una de las técnicas básicas de activación es la agitación dinámica
manual. Ésta puede ser realizada con limas manuales, cepillos o cono de gutapercha
adaptado con movimientos hacia arriba y abajo del espacio del conducto mientras se libera
el irrigante. Hay que tener cuenta que la activación dinámica manual comienza
tempranamente durante la preparación del canal cuando la primera lima exploradora es
ubicada dentro del mismo y su progresión mueve el irrigante más allá de la punta y una
vez que la longitud de trabajo ha sido conseguida, el movimiento reciprocante vertical
usado permite a la solución involucrar todo el espacio del canal (Vera et al., 2012).
Obviamente, es este estadio del procedimiento la cantidad de irrigante es pequeña, durante
la conformación del canal, el uso repetido de la lima de permeabilidad después de cada
instrumento, ayuda a romper las burbujas de gas y mueve el irrigante fresco en apical
mezclándolo con la solución estancada de la “zona muerta”(Gao et al., 2009).
Después que el conducto ha sido conformado, es llenado con el irrigante y un cono
maestro de gutapercha es insertado, y luego se bombea hacia arriba y abajo con
movimientos rápidos de 3 mm. Esto puede superar el vapour lock y facilita el recambio
del irrigante cerca de la longitud de trabajo final, mientras que al mismo tiempo desinfecta
el cono de gutapercha previo a la cementación (Darcey et al., 2016).
21
La agitación dinámica manual es aún una manera de ayudar al irrigante estar en contacto
con las paredes del conducto, alcanzar la porción apical del mismo y desalojar el efecto
vapour lock. Genera altos cambios de presión intracanal durante el movimiento de entrada
y salida del cono y la alta frecuencia de los golpes crea turbulencias y mejora la difusión,
además posee la ventaja de no corte de las paredes, por lo tanto, no hay riesgo de generar
nuevo smear layer o transportación externa del foramen. La presencia de un espacio
delgado entre el cono y las paredes del canal es crítica para permitir el reflujo del irrigante
e induce un efecto hidrodinámico efectivo (Andrabi et al., 2014).
Un cambio significativo en los procedimientos de irrigación se produjo con la
incorporación de dispositivos para la irrigación sónica y ultrasónica. Los dispositivos
sónicos para la agitación del irrigante oscilan a una frecuencia de 20- 20.000 Hz, uno de
los sistemas disponible con esta tecnología es el EndoActivador (Dentslpy Tulsa Dental
Specialties, USA) que es una pieza de mano que opera con baterías, posee un motor con
tres velocidades y dispone de tres puntas poliméricas de diferentes tamaños (15/.02,
S5/.04, 35/.04), estas puntas agitan la solución irrigante ubicada dentro del conducto
previamente llevada con jeringa y aguja. Esta técnica mejora la limpieza comparada con
la técnica convencional, pero es inferior a la IUP en remover el smear layer (Darcey et al.,
2016).
Los dispositivos ultrasónicos fueron introducidos en endodoncia por Richman en 1957.
Las limas activadas por ultrasonido tienen el potencial de preparar y desbridar los
conductos mecánicamente, son manejadas por oscilación a frecuencias ultrasónicas de 25-
30 kHz que está más allá del límite del oído humano Las limas operan en vibración
transversa estableciendo un patrón característico de nodos y antinodos a través de su
longitud. Desafortunadamente, esto demostró la dificultad de controlar el corte de la
dentina durante la preparación ultrasónica, y como resultado es imposible controlar la
forma de la preparación del conducto y perforaciones apicales (Van Der Sluis et al., 2007).
Por otro lado, se ha demostrado que las limas activadas ultrasónicamente son efectivas
para la irrigación de los conductos. En la literatura se han descripto dos tipos de irrigación
ultrasónica, donde una es combinada con instrumentación ultrasónica simultánea y otra
22
sin instrumentación simultánea, llamada irrigación ultrasónica pasiva (Van Der Sluis et
al., 2007).
La irrigación ultrasónica pasiva (IUP), fue descripta por Weller et al. (1980), el término
“pasivo” no es una descripción adecuada para el proceso, de hecho, es activo; el término
“pasivo” se refiere a la acción de “no corte” de las limas activadas ultrasónicamente. IUP
se basa en la transmisión de energía acústica desde una lima oscilante o alambre liso al
irrigante dentro del conducto. La energía es transmitida por medio de ondas ultrasónicas
y puede inducir transmisión acústica y cavitación del irrigante.
El ultrasonido es una vibración u onda acústica de la misma naturaleza que el sonido pero
a una frecuencia más alta que la percibida por el oído humano (aproximadamente 20.000
Hz ) (Mozo, Llena and Forner, 2012).
Un dispositivo ultrasónico convierte energía eléctrica en ondas ultrasónicas de una cierta
frecuencia por magnetoestricción o por piezoelectricidad. La magnetoestricción es
generada por la deformación de un material ferromagnético sujeto a un campo magnético;
la piezoelectricidad es la generación de estrés en cristales dieléctricos sujeto a la
aplicación de un voltaje (Van Der Sluis et al., 2007).
El generador magnetoestrictivo utiliza el principio de magnetoestricción en el cual ciertos
materiales se expanden y contraen cuando se coloca en un campo magnético alterno. La
corriente eléctrica alterna desde el generador ultrasónico es convertida primero en un
campo magnético alterno a través del uso de una bobina de alambre dentro de la pieza de
mano ultrasónica que luego es usado para inducir vibraciones mecánicas a una frecuencia
ultrasónica en bandas resonantes de nickel u otro material magnetoestrictivo que están
unidos a la superficie para ser vibrados (Van Der Sluis et al., 2007).
Debido a que los materiales magnetoestrictivos se comportan idénticamente a un campo
magnético de cualquier polaridad, la frecuencia de la energía eléctrica aplicada al
transductor (alambre enrollado) es la mitad de la frecuencia de salida deseada. Esta forma
de generador ultrasónico requiere dos transformaciones de energía: eléctrica a magnética
y magnética a mecánica. Durante esta transformación de energías, se genera calor,
23
afectando la eficacia de este tipo de generador y requiriendo medidas de enfriamiento para
disiparlo (Van Der Sluis et al., 2007).
Este generador opera de 18 a 25 KHz y crea figuras de ocho (movimiento elíptico) lo cual
no es ideal para endodoncia (Mozo, Llena and Forner, 2012).
El generador piezoeléctrico, convierte energía eléctrica directamente a energía mecánica.
Cuando la energía eléctrica es aplicada a un material cerámico piezoeléctrico (titanato de
bario o titanato de zirconio de plomo) hay una conversión y amplificación de la energía
eléctrica a energía mecánica por medio de la vibración del material dentro de la pieza de
mano ultrasónica que es directamente transmitida a la punta ultrasónica.
Asimismo, las unidades piezoeléctricas tienen algunas ventajas sobre las unidades
magnetoestrictivas, como que producen más ciclos por segundo, 40 frente a 24 KHz, las
puntas de esta unidad trabajan en un movimiento lineal de adelante hacia atrás como un
pistón, el cual es ideal para tratamientos endodónticos y no generan calor (Mozo, Llena
and Forner, 2012).
Una de las ventajas más importantes de las puntas ultrasónicas es que no rotan, por lo
tanto, dan seguridad y control mientras mantienen alta eficacia de corte.
Se producen nodos y antinodos a través de la longitud de una lima endosónica activada a
30 kHz por lo que la amplitud de desplazamiento de la lima no aumenta linealmente con
un aumento de poder del generador, estos hallazgos aplican en particular cuando canales
ocultos son permeabilizados o cuando postes o instrumentos fracturados son retirados
(Mozo, Llena and Forner, 2012).
La interacción de la energía ultrasónica y los irrigantes es un sistema sinérgico, logrando
activar sus efectos químico-biológico cuando están bajo su acción.
El efecto primario del ultrasonido es definido como cavitación (estable y transitoria) y
transmisión acústica. La cavitación transitoria ocurre cuando la energía ultrasónica crea
una burbuja la cual crece hasta cierto punto y luego colapsa violentamente produciendo
altas temperaturas y presión dentro del gas aún contenido en el líquido, lo que resulta en
generación de radicales libres y ondas de choque radiales creando un efecto de vórtice el
cual limpia irregularidades en los conductos y mata microrganismos. La energía en el
24
punto del colapso es suficiente para disociar las moléculas de gas en la burbuja lo cual
produce luz, proceso llamado sonoluminiscencia. El efecto oscilatorio del instrumento
ultrasónico, el cual agita vigorosamente la solución irrigante, forma burbujas las cuales
oscilan en tamaño, pero no estallan, es definida como cavitación resonante o estable. Por
otro lado, la corriente acústica puede ser definida como un movimiento rápido de fluidos
en una forma circular o vórtice alrededor de la lima vibrando (Mozo, Llena and Forner,
2012) (Ahmad, Pitt Ford and Crum, 1987).
La IUP ha demostrado ser capaz de eliminar detritus, smear layer, mejorar la capacidad
del NaOCL en disolver restos orgánicos y asociado al EDTA mejora la limpieza de los
conductos después de la preparación, El uso de estas combinaciones mejora el intercambio
de sustancias en el canal, permite calentar el irrigante, eliminar detritus dentinarios
logrando crear un gran efecto de limpieza, útil en áreas anatómicas difíciles y su
efectividad está directamente asociada con el irrigante usado combinado con la vibración
ultrasónica el cual genera movimiento continuo del mismo (Van Der Sluis et al., 2007).
Las limas activadas pasivamente con energía ultrasónica, produce una limpieza
significativa de los conductos en comparación con la instrumentación solo manual,
también es efectiva cuando toca el mango de la lima insertada en el conducto, la cual
transmite la vibración al irrigante, pero hay un gran riesgo de tocar y deformar las paredes.
El uso de agitación ultrasónica aumenta la efectividad del NaOCL al 5,25% en las paredes
del conducto en el tercio apical. La irrigación ultrasónica pasiva con una punta de nickel-
titanio tiene efectos de disolución de tejido superior comparado con la activación sónica
del irrigante (Kandaswamy D y Venkateshbabu N 2010).
Su uso en canales estrechos o curvos restringe su movimiento vibratorio libre y
posiblemente también su eficacia, por lo tanto. en conductos con diámetros pequeños, la
solución irrigante tiene la dificultad de alcanzar el ápice y menos influencia tiene la IUP.
Es importante la aplicación del ultrasonido sea en conductos completamente preparados
para la libre oscilación del instrumento y su efecto sea mayor que una oscilación forzada
contra las paredes.
25
Dos métodos de lavado pueden ser usados durante la IUP, flujo continuo e intermitente,
el flujo continuo dispone de un suministro ininterrumpido de solución irrigante fresca en
los conductos, proporcionando resultados más efectivos y reduciendo el tiempo requerido
para la irrigación, esto es debido al hecho de que el cloro es inestable y rápidamente
consumido durante la primer parte de la disolución de tejidos, probablemente dentro de
los 2 min., por otra parte, en la técnica de flujo intermitente, el irrigante es inyectado al
conducto mediante una jeringa y luego activado con el instrumento ultrasónico. La
cantidad de irrigante en la región apical puede ser controlado por la profundidad de
penetración de la aguja, este grado de control no es posible con la técnica de flujo
continuo. Ambos métodos probaron ser igualmente efectivos en remover detritus
dentinario en modelo ex vivo cuando el tiempo de irrigación fue de 3 min. (Van Der Sluis
et al., 2007).
Los productos disponibles que el clínico puede utilizar para IUP incluyen puntas de
soporte que permiten la inserción de limas de mano como limas tipo K, espaciadores o
insertos especialmente diseñados (diamantados, estriados, lisos, etc.)
Por otra parte, existe otro sistema denominado SAF que combina instrumentación
continua e irrigación. Es un instrumento que se adapta por sí mismo a la forma del canal,
remueve la dentina de manera uniforme en contraposición a las limas rotatorias las cuales
remueven excesivamente dentina intentando incluir todo el canal dentro de la preparación.
Combinada con una irrigación efectiva, esto permite un nuevo concepto de endodoncia
mínimamente invasiva (De-Deus et al., 2011).
El sistema SAF consiste en una lima autoajustable que opera con una pieza de mano y una
bomba de irrigación que libera un flujo continuo de irrigante a través de la lima hueca, la
cual no tiene un núcleo metálico sólido, es un tubo hueco de nickel titanio con una punta
posicionada asimétricamente. Está provisto de un eje de rotación libre conectado a un tubo
de propileno, permitiendo al irrigante fluir a través de la lima hueca dentro del conducto
El reservorio del irrigante tiene una capacidad de 500 ml y es alimentado por una batería
recargable. Tiene un flujo ajustable de 1-10 ml/min. (Van Der Sluis et al., 2007).
26
Este sistema es definido como un sistema de irrigación sin presión que es aplicada a través
del proceso de instrumentación. Una vez que el irrigante entra al SAF, no debe existir
ninguna presión en el tubo debido a la estructura enrejada de la lima. El irrigante es
liberado continuamente dentro del canal y las vibraciones de la lima, combinado con el
movimiento de picoteo aplicado por el operador resulta en una mezcla continua del
irrigante presente en el conducto con el irrigante fresco.
El protocolo SAF requiere glide path que permita a la lima alcanzar la longitud de trabajo,
luego es usado por 4 min con movimientos de picoteo con simultáneo y continuo flujo de
NaOCL fresco. Esto explicaría la limpieza efectiva de la parte apical del canal, huecos y
aletas (De-Deus et al., 2011).
Cuando usamos el sistema SAF con EDTA, este puede ser aplicado con jeringa y aguja y
luego agitado por 30 seg. con la lima en forma de bombeo.
Hace unos años, además de los sistemas de irrigación por presión positiva surgieron
sistemas de irrigación por presión negativa en los cuales un volumen cerrado tiene una
presión menor que su entorno, limitando así las posibilidades de extrusión de las
soluciones irrigantes.
Uno de ellos, involucra el uso de una cánula de liberación del irrigante combinado con un
sistema de microsucción (EndoVac, SybronEndo, Orange, CA). La cánula de aspiración
extrae el irrigante dentro del conducto creando una presión negativa, provocando un
continuo recambio del irrigante y reduciendo el riesgo de extrusión. Pero esto no está
exento de limitaciones, ya que requiere de preparaciones apicales por encima de ISO 40
para permitir la introducción de ambas cánulas (lo que no es posible en canales curvos),
las cánulas pueden bloquearse con detritus y se debe crear una preparación coronal que
permita la adaptación del sistema (Darcey et al., 2016).
Recientemente, ha sido introducido en el mercado el sistema de ultralimpieza multisónica
que utiliza múltiples ondas sónicas para facilitar la irrigación. El mismo es comercializado
como Gentle Wave (Sonendo, California USA), opera con una pieza de mano que es
ubicada en la cámara pulpar sellando al diente de la cavidad oral y es activado desde una
computadora. Se liberan 45 ml. del irrigante a 40° C en forma de spray hacia el conducto
27
y un sistema de aspiración interna lo remueve coronalmente. Estudios in vitro mostraron
alta velocidad en disolución de tejidos con diferentes concentraciones de NaOCL y agua
(Darcey et al., 2016).
En suma, y por todo lo anteriormente expuesto, el objetivo que se ha propuesto para el
presente trabajo es profundizar en el estudio tanto de las diferentes soluciones irrigantes
como de las variadas técnicas de irrigación vigentes en la actualidad, utilizados para
optimizar los procedimientos de limpieza y desinfección en los tratamientos endodónticos.
28
CASO CLÍNICO
29
Fig. 1 Radiografía preoperatoria
30
en el mismo (Fig. 2). La conformación del conducto se realizó con instrumentos de níquel
titanio del sistema mecanizado I Race (FKG Dentaire, Suiza) que posee limas N° 15/.06,
25/.04 y 30/.04, utilizando un motor VDW, Silver (Alemania) con movimiento de rotación
continua a una velocidad de 600 rpm (Fig. 3). La irrigación simultánea se efectuó con
solución de NaOCL al 5,25% en forma convencional sin activación. Una vez finalizada la
conformación, la irrigación final se realizó con 3ml de EDTA al 17% para lograr la
eliminación del barro dentinario y 5ml de solución fisiológica, para luego proceder a la
aspiración y secado del conducto con puntas de papel estériles (Meta Biomed Co. Ltd,
Corea).
31
Luego se llevó al conducto un cono de gutapercha 30/.04 Dia Dent (Dia Dent Group,
Corea) coincidente con el último instrumento utilizado, logrando la adaptación del mismo
en el conducto en diámetro y longitud.
Sin embargo, al realizar la conometría se constató que el cono apical maestro no
presentaba una adaptación aceptable a pesar de alcanzar la longitud de trabajo al igual que
el último instrumento utilizado, situación causada presumiblemente por la presencia de
restos de smear layer o barrillo dentinario (Fig. 4).
Fig. 4 Conometría
32
(Fig. 8). Una vez realizado el último lavaje con suero fisiológico, se aspiró y secó el
conducto con conos de papel , se constató que el cono maestro llegue a la longitud de
trabajo y se obturó con conos de gutapercha con la técnica de condensación lateral,
utilizando espaciadores ABCD ( Dentsply Maillefer, USA) y cemento Sealer 26
(Dentsply, USA), el corte de la gutapercha se realizó con instrumento Peter Thomas y se
colocó Ionómero Vítreo Densell (Dental Medrano, Argentina) como material de
obturación provisorio.
33
Fig 7 EDTA al 17% Fig. 8 Activación Ultrasónica
Pasiva
34
DISCUSIÓN
35
Estos resultados sugieren que si la CXH es utilizada como irrigante endodóntico, agentes
adicionales son necesarios para la disrupción física del biofilm (Clegg et al., 2006), razón
por la cual se priorizó la utilización del NaOCl en el caso clínico del presente trabajo.
Hay un consenso general de que IUP es más efectiva que la irrigación convencional con
aguja y jeringa en la eliminación de tejido pulpar y detritus dentinario debido al hecho de
que el ultrasonido crea una mayor velocidad y volumen de flujo del irrigante contra las
paredes del conducto, de este modo elimina más detritus produciendo menos
empaquetamiento apical y mejora el acceso de los productos químicos en los canales
accesorios, en comparación con la irrigación manual (Mozo, Llena and Forner, 2012),
(Vivan et al., 2016), ( Lee et al., 2004) y (Van Der Sluis, Wu and Wesselink, 2005).
En términos de penetración del irrigante, varios estudios como los de Metzler y
Montgomery, (1989), Haidet et al. (1989) y más recientemente De Gregorio et al. (2009)
y Al-Jadaa et al. (2009) mostraron la habilidad de IUP para mejorar la penetración y
dispersión de los irrigante dentro de los canales laterales, limpiando profundamente istmos
y canales ovales comparado con la utilización de jeringa y aguja.
Como se demostró en el caso clínico, el uso de IUP logro el completo desbridamiento del
conducto, eliminando el smear layer post instrumentación mecánica que había quedado
obliterando la porción apical del mismo dando como resultado la completa limpieza,
desinfección y obturación hasta la longitud de trabajo.
En cuanto al tipo y concentración del irrigante asociado a la IUP en la eliminación del
smear layer, hay numerosos estudios que reportan la eficacia del NaOCL en
concentraciones que van de 0,5 al 12 % y con diferente tiempo de exposición a la energía
ultrasónica (10 seg. a 5 min.)
En un estudio de Cameron (1983) reportó la remoción completa del smear layer utilizando
NaOCL al 3 % con IUP de 3 a 5 min, lo mismo pudo lograr AlaÇam (1987) pero utilizando
el NaOCL al 5 % con 3 min. de IUP y Huque et al.( 2002) después de 12 min de IUP con
NaOCL al 12 %. En general, la literatura recomienda períodos de 30 seg. a 3 min., a pesar
de que no hay un consenso definido sobre la duración exacta de tiempo. Períodos de
36
irrigación pasiva más cortos hacen más fácil mantener la lima centrada en el conducto
(Munley and Goodell, 2007).
Cuando el NaOCL fue combinado con EDTA, las investigaciones mostraron un marcado
resultado en la remoción del smear layer (Andrabi et al., 2014),(Goel and Tewari, 2009)
(Kuah et al., 2009), sin embargo también hay estudios donde no se encontró que la IUP
fuera muy efectiva incluso utilizando NaOCL con EDTA (Abbott et al., 1991), (Saber and
Hashem, 2011). El uso de NaOCL al 5,25% seguido por un quelante como EDTA al 17
% en dos ciclos de 30 seg. cada uno, logró la remoción completa del smear layer como
quedó demostrado en el caso clínico, logrando disolver y eliminar tanto la porción
orgánica como inorgánica del mismo.
Con respecto a la seguridad, Malki et al.(2012) evaluaron el potencial de riesgo de
extrusión de detritus e irrigante durante el uso de IUP y reportó un movimiento de fluido
que se extendió 3 mm más allá de la punta de la lima ultrasónica, mientras que Mitchell,
Baumgartner and Sedgley (2011) , reportaron que se produjo más extrusión del irrigante
y de detritus a través del ápice cuando se utilizó IUP en comparación con la irrigación
convencional de jeringa y aguja. Por otra parte, Tasdemir et al. (2008) refirieron menos
extrusión apical de irrigantes cuando se lo comparó con la jeringa y aguja y Malentacca
et al. (2012) reportaron la ausencia de extrusión de irrigante durante la IUP cuando la lima
se mantuvo de 3 a 5 mm del ápice; sin embargo, la extrusión puede ocurrir cuando la lima
se ubica a 1 mm del ápice.
En concordancia con los autores que evaluaron los beneficios de la IUP y como se observa
en la resolución del caso clínico, queda demostrado que la utilización de la IUP después
de la conformación mecánica final del conducto aporta beneficios ya que potencia la
acción de los irrigantes por sinergismo, además de la acción mecánica provocada por el
efecto de cavitación y microcorriente acústica logrando llegar a zonas anatómicas
anfractuosas.
37
CONCLUSIONES
38
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