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El Cuerpo en Terapia - M.A.

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El cuerpo en el proceso de terapia

• AUTOR: MARÍA ÁNGELES ASENSIO

1. Resumen

Este trabajo pretende resaltar la importancia del cuerpo humano en el proceso


psicoterapéutico, visto como una actuación integral, en la que se incluya la
atención a los procesos corporales junto a los procesos psicológicos.

Una psicoterapia basada solamente en los procesos psicológicos y que ignora los
procesos corporales no es una terapia integrativa. Al igual que el trabajo corporal
que se concentra en el cambio físico y resta importancia a la emoción y su
significado, es unilateral y no integrado.

2. El enfoque corporal en psicoterapia.


El estudio de los síntomas corporales como expresión de enfermedades psíquicas
se concreta a finales del siglo XIX con Charcot y los pacientes histéricos en estado
hipnótico. Charcot hipnotizaba a la gente y probó que se pueden introducir ideas
en alguien en estado hipnótico y producir un síntoma psíquico. Freud aprendió de
Charcot que “las enfermedades pueden ser causadas por ideales”.

Breuer habló a Freud del procedimiento de “Cura de charlas” con la paciente Anna
O. Era una paciente histérica muy grave, padecía contracturas, parálisis, ceguera y
deterioro del habla. Breuer se dio cuenta del hecho de que cuando ella le hablaba
del origen del síntoma, éste tiende a desaparecer. La “Cura de charlas” se
convierte entonces en la base de toda psicoterapia.

Hasta entonces predominaba el modelo médico según el cual las enfermedades


tenían una causa física y su tratamiento consistía en hacer desaparecer la
enfermedad tratando los síntomas o eliminando la causa.

Los pacientes con enfermedades nerviosas se les trataban con medidas físicas de
contención, haciéndoles dar vueltas en una silla hasta marearles, sumergirles en
baños de agua fría, aguas minerales, electroterapia e incluso el propio Freud probó
con sesiones de magnetismo en las que transfería síntomas de una parte del
cuerpo a otra.
Freud encontró una prueba en la histeria para justificar que lo psíquico produce
síntomas orgánicos como parálisis o ceguera y, de esa manera, se abre la puerta a
la causalidad psíquica en el mundo de la causalidad orgánica con la aprobación de
la comunidad médica.

El psicoanálisis contribuyó a esta visión causalista de la enfermedad al establecer


la posibilidad de la existencia de causas psicológicas profundas y desconocidas
para el propio enfermo en una segunda mente o en lo que Freud llamó el
inconsciente.

El enfoque psicosomático nace al aceptar la existencia de causas psíquicas en el


origen de enfermedades orgánicas. Este enfoque ve el cuerpo y la mente como
entidades distintas que pueden afectarse causalmente entre sí. La mente puede
sanar y enfermar a través de procesos corporales y a la inversa, el cuerpo puede
sanar y enfermar a través de procesos psíquicos porque ambos forman parte de un
mismo sistema.

La perspectiva Monista señala que la mente no es nada más que el resultado de la


química electro-física del cerebro y las enfermedades mentales se tratarían con
fármacos. Esta es la visión de los médicos-psiquiatras.

La perspectiva Dualista considera que cuerpo y mente están separados. Por tanto
para los problemas mentales se requeriría terapia verbal y para tratar el malestar
corporal se recurriría a la terapia física. Así la terapia psicoanalítica o la terapia
centrada en el cliente de Rogers utilizan intervenciones que son casi
exclusivamente verbales. Por otro lado, la integración estructural de Rolf, la técnica
Alexander o la de Feldenkrais utilizan el trabajo con lo somático como si estuviera
esencialmente separado de lo mental. Una tercera perspectiva mantiene la
separación mente-cuerpo pero con afectación mutua de uno sobre otro. De tal
forma que en la práctica terapéutica se combina el trabajo mental y el corporal
alternándose en distintos momentos como ocurre por ejemplo, en las terapias que
utiliza Gestalt y Rolfing y no se intenta trabajar simultáneamente con el proceso
corporal y el proceso psicológico como una unidad.

La técnica terapéutica gestáltica no debería escindir a la persona prestando


atención a un aspecto de la misma como si estuviera separado del resto de la
persona. Según Kepner, en una terapia integrada:
▪ El proceso psicológico que se expresa verbalmente (conflictos
psíquicos o creencias) está intrínsecamente conectado a sus
expresiones corporales.
▪ Los procesos físicos como postura, contención muscular y
perturbaciones somáticas, son vistos como expresiones significativas
de la persona.
▪ Se considera que tanto los procesos físicos como los psicológicos son
aspectos del mismo todo.
Ginger puntualiza que en psicoanálisis se habla del cuerpo pero no se le mueve y
en psicodrama el cuerpo se mueve pero no se habla de él. En Gestalt el cuerpo se
mueve y se habla explícitamente de él. Perls fue la primera persona que se
preocupó por combatir la enajenación del propio cuerpo. Denunció ese hablar en
tercera persona que usamos al referirnos a nuestro cuerpo o sus partes: la cabeza,
el estómago…en vez de decir mi cabeza, mi estómago. Desde el lenguaje nos obligó
a reposeernos, a no ponernos en manos de otro como un paquete que no sabemos
lo que contiene. Se habla de la Gestalt como una terapia corporal: toma en cuenta
el cuerpo, establece relaciones entre determinadas situaciones conflictivas y la
aparición de síntomas.

3. El cuerpo comunica lo que la mente calla.


“Encerrados en nuestra mente, hemos olvidado cómo pensar con nuestro cuerpo,
cómo servirnos de él para llegar al conocimiento” (Fritjof Capra).

El guión de vida es un grupo complejo de patrones relacionales inconscientes


basados en reacciones fisiológicas de supervivencia, conclusiones de la vida
implícitas (aquellas compuestas de reacciones inconscientes para las que todavía
no hay lenguaje, capacidad de secuenciación de eventos o pensamiento
consciente) y decisiones explícitas formadas bajo estrés en cualquier momento del
desarrollo, que inhiben la espontaneidad y limitan la flexibilidad en la resolución de
problemas, el mantenimiento de un estado saludable y las maneras de
relacionarse con las personas (Erskine,1986).

En palabras de Mario Salvador: “Antes de que el niño tenga lenguaje ya ha


aprendido somáticamente un patrón de apego o de estar en relación que está
codificado en el cuerpo. El sentido más profundo del yo está en la consciencia
somática”.
Del trabajo gestáltico surge la idea de que así como en cada célula está la
estructura genética del individuo, en cada órgano hay una información total de la
persona. Al no separar al individuo en mente y cuerpo, los conflictos de una
persona tienen que ver con su enfermedad. La etiología emocional puede verse en
muchas patologías orgánicas.

Un síntoma es como un aviso que se mantiene en el cuerpo hasta que se le hace


caso. Cuando ya hace tiempo que te está avisando y no le prestas atención, se
manifiesta en una enfermedad que expresa lo que está ocurriendo. No es tan
importante la enfermedad en sí, como el órgano afectado.

Se suele poner la atención en el síntoma orgánico y no en la causa psíquica y


mientras se mantiene la atención en la enfermedad se está bajo el efecto de su
poder. La solución a la enfermedad no es tanto combatir la enfermedad sino
encontrar la solución a través de la enfermedad. Nuestras creencias interiores se
manifiestan físicamente en distintas partes del cuerpo.

A nivel psicosomático, por ejemplo, todo lo referente al estómago debe


encuadrarse dentro del área emocional. Muchos pacientes refieren haber sentido
un “nudo” en el estómago ante situaciones emocionales que les desbordan.

La columna vertebral representa nuestra aceptación o resistencia del Poder de la


vida, circulando y expresándose a través de nosotros. Nuestra conexión con la
tierra y el cosmos.

El corazón expresa el sentido de Amor en la vida. Ante una situación de miedo el


corazón se acelera, mientras que en una situación de confianza se ralentiza. Para
su aplicación en la práctica psicoterapéutica el punto de partida es definir el órgano
o la parte del cuerpo afectada y averiguar qué relación puede tener con las
creencias interiores o con áreas muy concretas de la vida. Indagar en la vida del
paciente los acontecimientos concretos que puedan estar relacionados y analizar
las creencias, consecuencias y decisiones tomadas a partir de dichos
acontecimientos.

4. El cuerpo y las emociones.


Emoción viene del latín “emotio” y significa “impulso que induce a la acción”. La
emoción es energía en movimiento que hace reaccionar al organismo y por tanto
se manifiestan en nuestro cuerpo. De manera que las emociones dan lugar a una
acción si se procesan adecuadamente, o por el contrario, pueden bloquear el
cuerpo si no se procesan adecuadamente.

La alexitimia es la incapacidad para expresar verbalmente las emociones debido a


que estas personas no son capaces de identificar lo que sienten, entenderlo o
describirlo. Muchas personas alexitímicas al no saber identificar, entender o
gestionar sus emociones, las derivan hacia el cuerpo, somatizan, creando
trastornos somáticos y enfermedades psicosomáticas.

Un paciente que no sabe identificar y nombrar la emoción que está notando en su


cuerpo, puede expresarla refiriéndose a la sensación corporal que está sintiendo
en ese momento. Por ejemplo, la Tristeza puede manifestarse con sensaciones del
tipo de presión en el pecho, dificultad al respirar, ganas de llorar o cansancio. El
Miedo también se siente corporalmente como vértigo, parálisis, tensión muscular,
dolor de espalda, nudo en el estómago, opresión en el pecho, dificultad al respirar
o fatiga. El dolor de mandíbula, estómago revuelto o ganas de golpear algo o a
alguien son signos manifiestos de rabia. El amor se siente corporalmente como
mariposas en el estómago, el corazón ensanchado y contento y sensación de estar
flotando.

Al realizar cualquier técnica de trabajo emocional en una situación de terapia, debe


haber congruencia entre la emoción que se está expresando, el sonido que se
emite (o palabras) y el movimiento corporal realizado.

Cuando Perls decía a las personas que exageren sus movimientos y voces, estaba
trabajando para profundizar su experiencia, para llegar a los sentimientos, para
llegar a una experiencia alejándose del mero hablar.

La Bioenergética es también una forma de terapia que combina el trabajo con el


cuerpo y con la mente para resolver problemas emocionales. A través de la
regulación de la respiración y de sesiones de relajación muscular se facilita el
contacto corporal con las sensaciones internas que pueden evocar emociones.

El lenguaje corporal nos puede informar del tipo de emoción que está sintiendo un
paciente aunque no nos lo verbalice.

1. La Alegría se manifiesta corporalmente a través de la risa a


carcajadas, sonreír o mostrando unos ojos brillantes,
abiertos al disfrute y sonrientes. El cuerpo de una persona
alegre se muestra activo, vibrante, atento y con ganas de
relacionarse y de hacer cosas, de compartir con los demás
y abrazarse con entusiasmo.
2. La Tristeza se muestra corporalmente mediante el llanto, la
expresión facial: ojos caídos, boca sin sonrisa, ojeras. El
cuerpo se muestra lánguido, como sin fuerza, músculos
flácidos, encogimiento de hombros, movimientos y
velocidad del habla lentos. En los niños la tristeza puede
manifestarse en forma de cansancio, mal humor, pérdida de
apetito y pasividad ante los juegos.
3. El Amor es la emoción que nos da la vida, es el elemento
energético que nos conecta con todo lo que nos rodea. Da
lugar a conductas de acercamiento, besos, abrazos,
caricias táctiles y favorece la intimidad. El Amor se
transmite a través de caricias verbales y no verbales, con
palabras, con gestos, incluso sabiendo poner los límites
adecuados. Cuando sentimos Amor el cuerpo reacciona
desde el hipotálamo hasta las glándulas suprarrenales
liberando adrenalina y noradrenalina. El cuerpo se activa
elevando la frecuencia cardíaca, aumentando la tensión
arterial sistólica, el metabolismo se prepara para la acción
muscular y se producen más glóbulos rojos optimizando la
respiración.
4. El Miedo se manifiesta corporalmente con sensación de
sequedad de boca, sudoración excesiva, temblores en el
cuerpo y en la voz, diarrea, frecuentes ganas de orinar,
enuresis y encopresis (por relajación de los esfínteres
urinario y anal), onicofagia (morderse las uñas), terrores
nocturnos, comportamientos de inhibición y evitativos
(negarse de forma injustificada a hacer cosas normales para
su edad y situación) y multitud de patologías sobretodo
digestivas, respiratorias y dermatológicas.Al conectar con la
emoción del Miedo generalmente se tiene una sensación
desagradable de tensión nerviosa en el cuerpo que nos
prepara para estar en alerta ante una situación desconocida
o temida.Las tres posibles reacciones ante esta emoción
son: la huída o evitación de la situación temida, el
enfrentamiento o agresión y la pasividad. Hay varias formas
de manifestar el miedo a través de la pasividad:
▪ Paralización: no hacer nada.
▪ Agitación: hacer muchas cosas con poca
productividad.
▪ Sobreadaptación: hacer lo que el otro espera de
mí.
▪ Agresión-pasiva: comportamientos
autoagresivos (adicciones, accidentes,
somatizaciones) o agresiones al otro “sin darnos
cuenta”, olvidos, golpes solos o con otros sin
querer.
La forma más natural que tienen los niños de exteriorizar el miedo es gritando y
llorando.

1. El Poder es la emoción que nos conecta con nuestra propia fuerza y


seguridad interna, generando autoestima y confianza en nuestra
capacidad personal de afrontar eficazmente los retos diarios. Su
expresión corporal se manifiesta con la cabeza y barbilla alta, cuerpo
erguido y hombros hacia atrás sacando pecho (como los soldados),
tono de voz firme, alto y decidido, en general el cuerpo en actitud de
disposición para la acción.
2. La Rabia es la respuesta emocional de defensa ante una situación
estimular de agresión o de frustración. La sensación de malestar que se
genera en el cuerpo se expresa corporalmente con el gesto facial de
enfado, ceño fruncido, labios apretados, piel roja, el ritmo cardíaco se
acelera y sube la presión arterial. Los puños apretados y tensión
muscular en piernas y brazos pueden indicarnos de forma no verbal esa
rabia sentida y no expresada con palabras. El enfado manifiesto, el
aislamiento del grupo social o la agresividad en el juego son formas
conductuales que tienen los niños de manifestar su rabia.La rabia
genera una energía que es necesario descargarla exteriormente de
forma sana sin hacerse daño uno mismo ni a nada ni a nadie. Las formas
más habituales de expresar la rabia son a través de la garganta (gritos,
palabras o gruñidos) y con gestos corporales (sacar la lengua, corte de
mangas, gesto de la mano con el dedo corazón hacia arriba) y con los
movimientos corporales de golpear, correr, pisar enérgicamente,
puñetazos, patadas, palmadas. En general cualquier deporte o
actividad que implique un ejercicio físico es una forma sublimada de
descarga de energía y de canalizar la rabia generada en las
interacciones cotidianas.
5. Mi experiencia profesional en cuidados corporales.
Desde la perspectiva que puede proporcionar trabajar veintisiete años como
enfermera me he dado cuenta de la importancia de los cuidados integrales ante
pacientes con patología orgánica. Aunque el problema de salud evidente es a nivel
orgánico no hay que olvidar que es un ser pensante y “sintiente”. Al trauma físico
evidente se le trata junto con el trauma emocional consecuente. El profesional de
Enfermería no sólo se limita a proporcionar los cuidados corporales específicos
mediante técnicas y procedimientos clínicamente reconocidos, sino que, si busca
la excelencia profesional, se nos enseña también la labor de apoyo emocional
como parte de los cuidados integrales.

Por ejemplo, una cura de una herida quirúrgica no se limita a la preparación del
material estéril necesario y aplicación de analgésicos, sino que siempre que sea
posible, establecer un diálogo previo con el paciente para informarle del
procedimiento, repercute positivamente disminuyendo, en la medida de lo posible,
la ansiedad que ya de por sí está elevada al estar ingresado en un hospital. Que el
paciente participe controlando su respiración o mediante relajación muscular
ayuda en el procedimiento enfermero. Finalizar reconociendo su valentía y dando
ánimos para la pronta recuperación repercute positivamente en el bienestar físico
y emocional. El objetivo principal de los cuidados de enfermería es favorecer el
bienestar psicofísico de los pacientes para lograr el autocuidado integral. En esto
puede verse un paralelismo con el objetivo psicoterapéutico integrativo, cuando
desde los cuidados psíquicos se integra la terapia corporal.

Mi especial sensibilidad al llanto y sufrimiento de los pacientes pediátricos me lleva


a acudir a su lado ante un llanto insistente que dispara las alarmas de los
monitores. Mi interés se centra en averiguar la posible causa de la incomodidad
que en ese momento siente un niño que llora y resolverlo satisfactoriamente por
ambas partes. Desde colocar simplemente un chupete caído y que proporciona
consuelo su succión, hasta incorporar el cuerpo para cambiarle de postura,
arroparle si tiene frío, destaparle si tiene fiebre, favorecer el eructo si acaba de
comer o facilitar la eliminación de heces o gases si está estreñido, aplicar el
tratamiento analgésico adicional, acunarle, susurrarle silencio, música de dormir
o una película infantil, un masaje corporal relajante o frotarle la espalda
cariñosamente son ejemplos de técnicas de terapia corporal que ayudan a
restablecer el bienestar psicológico perdido. En esos momentos estoy realizando
una función de córtex auxiliar externo que ayuda a la regulación emocional del niño
pequeño.

Siegel propone que la actitud de consciencia plena (mindfulness) sobre los estados
y procesos internos es una forma de auto-relación, una forma interna de sintonía
con uno mismo, que crea los mismos efectos que la sintonía interpersonal. Sitúa
esta capacidad de mindfulness en el área prefrontal del córtex, aquí reside la
capacidad de la mente de volverse sobre sí misma y observarse. Podríamos decir
que la persona se dispone a estar plenamente presente observando con respeto y
aceptación su mundo interno.

El terapeuta, pues, ha de desempeñar el papel que hace un buen padre o madre,


actuando como un córtex auxiliar externo que presta atención a la narrativa verbal
y no verbal que manifiesta el cliente en el momento que están frente a frente. En
una actitud presente puede dejarse impactar, sin ideas pre-concebidas, por la
experiencia emergente del paciente, indagando sobre aquellos aspectos de la
experiencia que aparecen en la narrativa (pensamientos, fantasías, reacciones
fisiológicas, gestos, estados emocionales y sensaciones), en adecuada sintonía
con el ritmo, las necesidades relacionales y evolutivas. De este modo, puede
facilitar una experiencia de continuo contacto interpersonal que facilita asimismo
el contacto interno.

Conclusiones
El trabajo corporal forma parte de la psicoterapia integrativa teniendo en cuenta al
organismo en su totalidad y no simplemente su pensamiento o emoción a través de
la voz (conducta verbal) o de la acción (conducta motora).

Aunque el psicoanálisis esté considerado como una disciplina limitada al estudio


de los problemas psíquicos, tuvo su origen en las alteraciones de las funciones
somáticas cuya etiología no podía ser atribuida a daños orgánicos.

La expresión corporal como fuente de información psíquica, la expresión de las


emociones a través del cuerpo junto con los beneficios psicológicos del ejercicio
físico y del apoyo emocional en los pacientes con patologías orgánicas nos
conduce a la conclusión de que la interacción mente-cuerpo es un tipo de relación
interdependiente.

“El psicoterapeuta tiene que no temerle al cuerpo, tiene que saber que se puede
contar con él, porque está hecho de tal modo que es óptimo para lo que de él
esperamos. Para que realmente podamos facilitarle a otra persona que se conecte
con su cuerpo, tenemos que empezar a vivenciar el propio” (Adriana Schnake).

Bibliografía.
▪ Chias, M. y Zurita, J. Emocionarte con los niños. Sevilla: Desclée de
Brouwer (2010).
▪ Gallwey, W.Timothy El juego interior del tenis. Barcelona. Sirio(1997)
▪ Lowen, A. El lenguaje del cuerpo. Barcelona: Herder (1985).
▪ Rolf, Eric. La medicina del alma. Valencia: Terapion (1997).
▪ Sarno, John E. Curar el cuerpo, eliminar el dolor. Málaga: Sirio (1998).
▪ Schnake, Adriana. Los diálogos del cuerpo. Santiago de Chile: Cuatro
vientos (1995).
▪ Scnake, Adriana. La voz del síntoma. Ed. Cuatro vientos (2001).
▪ Apuntes del módulo “La incorporación del cuerpo al proceso
terapéutico” del Master de Psicoterapia Humanista Integrativa.
Instituto Galene de Psicoterapia (2012).
▪ Salvador, Mario C. Apuntes “El guión de vida en el cuerpo: las
decisiones somáticas y abordaje terapéutico para su intervención”.
Master Psicoterapia Humanista Integrativa. Instituto Galene de
Psicoterapia (2012).

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