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Unidad I – Ambiente

Para comenzar a transitar el estudio de la problemática ambiental como primer


paso iremos a la definición del concepto ambiente. Antes podríamos preguntarnos:
 ¿Qué es el ambiente?
 ¿Es la naturaleza?
 ¿Es el lugar donde vivimos?
 ¿Es el planeta Tierra?
 ¿Qué relación tenemos con el ambiente?
El ambiente, en principio, es todo esto y mucho más. En esta primera unidad
trataremos de abordar el concepto de ambiente y sus diferentes acepciones.
Como primera aproximación a dicho concepto iremos a la raíz etimológica de la
palabra ambiente. Dicha palabra proviene del latín ambiens, entes, que significa
“que rodea o cerca”
Esta primera idea del concepto ha sido perfeccionada con el tiempo, desde una
perspectiva sistemática. Es decir, que se empezó a pensar en el ambiente como
sistemas dinámicos, que se modifican y presentan interrelaciones y donde todos
sus componentes forman una unidad sistémica. De este modo, puede pensarse al
planeta como una unidad sistema, caracterizado por su diversidad y complejidad,
que además se enriquece con el contexto, no solamente biológico, físico o
geográfico, sino que tiene dimensiones históricas, culturales y políticas.
En la actualidad, numerosas concepciones del ambiente conviven en relación a
este conocimiento. Veamos algunas de ellas:
Según Eloisa Trellez, el término ambiente implica “una concepción dinámica, cuyos
elementos básicos son una población humana con elementos sociales, un entorno
geográfico con elementos naturales y una infinita gama de interacciones entre
ambos elementos. Para completar el concepto hay que considerar, además, un
espacio y tiempo determinados en los cuales se manifiestan los efectos de estas
interacciones”.

¿Qué pasa entonces con el ser humano? ¿Es parte del ambiente? ¿Podemos separarnos?

Este interrogante nos lleva a uno de los primeros mitos que debemos desterrar:
¿son lo mismo ambiente y ecología?

A menudo se presentan confusiones terminológicas con la expresión ambiente,


que es necesario aclarar. Una de ellas es, por ejemplo, la de equiparar «ambiente»
con «ecología». La ecología, es una ciencia que como tal cuenta con sus propias
reglas, contenido conceptual, objeto específico de estudio e instrumentos de
trabajo, al igual que las demás ciencias, como la física, la matemática, la geología,
o las ciencias sociales.
El ambiente no es una disciplina científica, sino un campo de estudio, a cuyo
conocimiento han contribuido y siguen contribuyendo, en mayor o menor grado,
las diferentes disciplinas del saber humano, entre ellas la ecología, como también
los saberes culturales y tradicionales, artísticos y humanistas.

Esto quiere decir que su estudio implica que se involucren distintas ciencias o
disciplinas.
Como decíamos, el concepto de ambiente ha evolucionado y su proceso de
construcción no se detiene, tanto desde el punto de vista de su comprensión como
de su contenido. Lucie Sauvé (1999) trabaja sobre la heterogeneidad en el
concepto y propone que existen varias concepciones que hacen que el ambiente
se vea diferente.

● El ambiente como naturaleza/corriente naturalista


Constituye una actitud de apreciación, respeto y conservación del medio físico
natural.
Aquí́ el ambiente remite al “entorno original” del que el hombre se ha distanciado,
hecho que queda de manifiesto a raíz de las actividades antrópicas (humanas) que
han provocado su deterioro. Se considera a la naturaleza como al útero al que hay
que regresar, o bien como una catedral que se debe admirar.
Se trata de una corriente centrada en la relación del hombre con la naturaleza. El
en- foque educativo puede ser cognitivo (aprender de las cosas sobre la
naturaleza), experiencial (vivir en la naturaleza y aprender de ella), afectivo,
espiritual o artístico (asociando la creatividad humana a la de la naturaleza).
La tradición de la corriente naturalista es ciertamente muy antigua, si se
consideran las “lecciones de cosas” o el aprendizaje por inmersión e imitación en
los grupos sociales cuya cultura está estrechamente forjada en la relación con el
medio natural. En el curso del siglo XX, la corriente naturalista se asocia más
específicamente con el movimiento de “educación al medio natural” y a ciertas
proposiciones de “educación al aire libre”.
Las proposiciones de la corriente naturalista reconocen a menudo el valor
intrínseco de la naturaleza, más allá de los recursos que ella entrega y del saber
que se pueda obtener de ella.
● El ambiente como recurso
Esta corriente agrupa las proposiciones centradas en la “conservación” de los
recursos, tanto en lo que concierne a su calidad como a su cantidad: el agua, el
suelo, la energía, las plantas (principalmente las comestibles y medicinales), los
animales (por los recursos que se pueden obtener de ellos), el patrimonio
genético, el patrimonio construido, etc. Cuando se habla de “conservación de la
naturaleza”, o de la biodiversidad, se trata sobre todo de una naturaleza-recurso.
Encontramos aquí una preocupación por la “gestión del medio ambiente” o
“gestión ambiental”.
La “educación para la conservación” ha sido siempre parte integrante de la
educación familiar o comunitaria en los medios donde los recursos son escasos.
Los programas de educación ambiental centrados en las tres « R » ya clásicas
(Reducción, Reutilización y Reciclado), o aquellos centrados en preocupaciones de
gestión ambiental (del agua, de desechos, de la energía, por ejemplo) encuentran
su lugar en esta corriente. El énfasis generalmente está puesto en el desarrollo de
habilidades de gestión ambiental y en el ecocivismo. Encontramos aquí un
imperativo de acción: comportamientos individuales y proyectos colectivos.
Recientemente, la educación para el consumo, más allá de una perspectiva
económica, ha integrado más explícitamente una preocupación ambiental de la
conservación de recursos, asociada a una preocupación de equidad social.
● El ambiente como problema
También conocida como corriente resolutiva, surgió a comienzos de los años ‘70,
cuando se revelaron la amplitud, la gravedad y la aceleración creciente de los
problemas ambientales. Agrupa proposiciones en las que el medio ambiente está
considerado, sobretodo, como un conjunto de problemas.
Esta corriente adopta la visión central de educación ambiental propuesta por la
UNESCO en el marco del PIEA (1975-1995). Se trata de informar o de conducir a
la gente a informarse sobre problemáticas ambientales, así como a desarrollar
habilidades que apunten a resolverlas. Como en el caso de la corriente
conservacionista/recursista, a la que está frecuentemente asociada, se encuentra
aquí un imperativo de acción: modificación de comportamientos o proyectos
colectivos.
● El ambiente como medio de vida
El ambiente en nuestra vida cotidiana, escuela, trabajo. Incorpora elementos
socioculturales, históricos, etc. para trabajar el sentido de pertenencia. El
ambiente nos pertenece y al mismo tiempo pertenecemos a él.
Algunas estrategias educativas pueden estar basadas en la vida cotidiana de la
escuela, del barrio, de la comunidad. Así nos convertimos en transformadores del
ambiente, bajo la premisa “conocer el ambiente para construirlo”.
● El ambiente como biosfera
Esta concepción remite al concepto de la Tierra como nave espacial (Hipótesis
Gaia). El ecosistema es finito y es nuestro origen, por lo que allí encuentran
comienzo y final los se- res y las cosas. Es una concepción que da cabida a
intervenciones de orden esencialista, filosófico y humanista. Las cosmovisiones
indígenas se inscriben dentro de esta corriente.
● El ambiente como proyecto comunitario
Se considera al ambiente como entorno de una comunidad humana. Un medio que
se comparte, en el que la solidaridad constituye un valor. Se trata de una
concepción más sociológica y política. El ambiente es el medio para desarrollar la
democracia, a través del intercambio, del diálogo, de la comunicación. Desde lo
educativo se asocia a proyectos de investigación-acción tendientes a resolver
problemas comunitarios.

Por su parte Torres, (1996) también sustenta que el concepto de ambiente no


puede reducirse estrictamente a la conservación de la naturaleza, a la
problemática de la contaminación por desechos o a la deforestación, que en su
momento desde una postura ecologista se impuso; este concepto es mucho más
profundo y se deriva de la complejidad de los problemas y potencialidades
ambientales y del impacto de los mismos, no solo en los sistemas naturales
también en los sistemas sociales y económicos. De acuerdo con esto no se puede
reducir el estudio de lo ambiental en espacios formales o no formales, a la simple
actividad sin contexto y sin proceso, pues ello puede conducir a la desinformación,
a la atomización y a la ausencia de profundidad en el análisis. La profundidad es
la única garantía para la comprensión y la toma de decisiones.
Una definición más completa de ambiente nos la aporta Ernst Hajek que lo define
de esta manera:
“El ambiente es un sistema global complejo de múltiples y variadas
interacciones dinámico y evolutivo en el tiempo, formado por los sistemas
físico, biológico, social, económico y cultural en que vive el hombre y los
demás organismos”.
Esta evolución en la comprensión del ambiente fue generando distintas maneras
de abordarlo y de entenderlo. La concepción actual del ambiente nace con la
denominada “revolución del conocimiento”, que desde mitad del siglo pasado
generó nuevas tendencias de pensamiento como la aparición de la tecnología, y
más adelante el estudio del campo ambiental, que fue dando paso a una idea de
crisis civilizatoria, que llevó a pensar en una crisis de la cultura, de valores, de
principios éticos, políticos, etc.
Sostenemos que el ambiente es un sistema complejo, que tiene en cuenta un
equilibrio entre lo biológico el desarrollo humano y las instituciones sociales, que
lleva a las sociedades a la búsqueda de la mejora en su calidad de vida. Por tal
motivo el abordaje de dicha temática requiere una mirada integral e
interdisciplinaria.
La interdisciplinariedad, representa la posibilidad de traspasar los límites de
diferentes disciplinas con el fin de lograr una visión global e integradora evitando
el aislamiento de miradas que pueden ser dispersas o fraccionadas a la hora de
resolver problemáticas complejas como el abordaje de la temática ambiental. Es
decir, busca lograr una articulación de diferentes disciplinas para resolver
determinadas problemáticas.
¿Sera esa la respuesta del por qué estudiamos materias tan distintas en la carrera?

Actividad 1:
Buscar y subrayar en el texto las palabras cuyo significado desconocen. Leer de
nuevo el párrafo una vez que tengan la definición para verificar su comprensión.
Identificar las distintas definiciones de ambiente presentes en el texto. ¿En qué se
asemejan y en qué se diferencian?
Para saber más sobre la crisis civilizatoria, leer la nota de actualidad “Tres
ecologías para salir del desastre”, disponible en: https://contraeditorial.com/tres-
ecologias-para-salir-del-desastre/

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