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Lectura Seguridad Social

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Origen de la seguridad social y los sistemas pensionales

La seguridad social es un reglón del bienestar social enmarcado en el


esfuerzo realizado por los gobiernos con el objeto de garantizar a la
población el acceso equitativo a diferentes mecanismos de prevención y
protección. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 1991,
definió el término como:

La protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante


una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y
sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte
reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad,
accidente de trabajo, o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez
y muerte (ANSES, 2010, p. 5).

La necesidad de seguridad ha sido el motor progresista de la


humanidad, la idea tras la noción del desarrollo económico, político y
científico. La agricultura, la ganadería y, posteriormente, la capacidad de
reserva y aprovisionamiento de granos para combatir las malas
cosechas, constituyó la principal causa de formación de sociedades
sedentarias que encontraron en esta forma de vida un resguardo frente
a la vulnerabilidad y el riesgo de la vida nómada que fue sustituida por
tribus, ciudades y Estados. De acuerdo con Nugent (1997), hay
múltiples pruebas que permiten evidenciar la existencia de registros
históricos sobre seguridad social en las culturas antiguas.

En primera instancia, en el antiguo Egipto existía el auxilio contra la


enfermedad como dispositivo de salud pública financiado con un
impuesto especial. Paralelamente, en Babilonia los esclavos debían
suplir el servicio médico costeado por sus propietarios. De la misma
forma, en Grecia existieron las erans o asociaciones de trabajadores con
fines de ayuda mutua, y en Roma los artesanos formaron unidades
solidarias para atender menesteres fúnebres (collegia corpora
oficie). Por otro lado, originarias de Escandinavia y diseminadas por
Gran Bretaña y Alemania a finales del siglo VII, las guilda fueron una
comunidad dedicada a la asistencia voluntaria de enfermos. En América
Latina, el imperio Inca amparaba a los ciudadanos cubriendo
necesidades básicas en salud, alimentación, vivienda y vestido, a partir
del combate a las desigualdades sociales, el hambre y la miseria. Así
mismo, la civilización Azteca desarrolló la agricultura
comunitaria (Calpulli) como medida de protección alimentaria. En 1601
se implementó en Inglaterra un impuesto que años más tarde se
introdujo en Suecia y Dinamarca con objeto de brindar asistencia a los
pobres, huérfanos, viejos, enfermos y sin trabajo (Nugent, 1997).

Las asociaciones mutuales solidarias de las civilizaciones antiguas fueron


los primeros avances para conformar organismos formales de seguridad
social. Con el transcurso del tiempo, el sentir popular de la clase obrera
hizo posible extender la protección a todos los trabajadores sin
distinción de actividad económica, garantizando el amparo contra el
riesgo de enfermedad, accidente, maternidad, vejez y muerte. Fue así
como mediante iniciativa de la mutualidad, el ahorro privado, el seguro
privado y la asistencia pública a finales del siglo XVIII y principios del
siglo XIX, se gestaron en la sociedad industrial europea los primeros
sistemas formales de seguridad social (Nugent, 1997).
En 1883, con objeto de calmar las revueltas obreras de la época, el
canciller alemán Otto von Bismark presentó al Parlamento el proyecto
de creación de un seguro que favoreciera de manera obligatoria a los
trabajadores contra el riesgo de enfermedad y la contingencia de
maternidad. El mecanismo sería sostenible en el tiempo mediante la
cotización compartida del trabajador y el empleador. El proyecto se
aprobó inicialmente como ley para el sector industrial, extensivo al
sector agrícola y de transporte en 1886. Alterno al seguro de salud, el
Parlamento aprobó en 1884 el seguro obligatorio contra accidentes de
trabajo, y en 1889 la ley del seguro de vejez e invalidez. Finalmente, en
1901 se promulgó el primer código de seguros sociales que luego fue
copiado por gobiernos europeos en amparo de la población trabajadora
(Nugent, 1997).

Por otro lado, el seguro privado propuesto a finales del siglo XIX no
cubría la totalidad de los riesgos y requería del pago continuo de primas.
La carencia de regulación, vigilancia y control dio forma a
la responsabilidad por riesgo profesional. En 1897 se formuló en
Francia la teoría del riesgo pretendiendo defender a los trabajadores que
sufrían accidentes en la ejecución de labores industriales, y que no eran
asumidos como responsabilidad del patrono. Años más tarde, la teoría
del riesgo por autoridad consideró que la autoridad entraña
responsabilidad y, en concordancia, la autoridad es la fuente primaria de
los accidentes de trabajo por tratarse de un evento proveniente de una
actividad productiva dirigida. Ese fue el origen legítimo de los sistemas
de riesgos profesionales (Nugent, 1997).

La seguridad social llegó al mundo americano mediante la Social


Segurity Act promulgada por el presidente Franklin D. Roosevelt en
1936, con objeto de hacer frente a la situación de miseria que vivió el
país luego de la gran crisis de 1929. La medida pretendía otorgar
beneficios económicos a desempleados, indigentes, viudas, ancianos y
discapacitados, mediante el seguro de invalidez, vejez, muerte y
desempleo, utilizando todas las instituciones del Estado para el
propósito de buscar bienestar e integración del tejido social (Nugent,
1997).

En 1938, la OIT difundió la importancia de la seguridad social tras la


aprobación de la ley que llevaba el mismo nombre en Nueva Zelanda. El
texto fue tomado como referencia por tratarse del documento que hasta
el momento definía y acuñaba en las mejores palabras el significado de
la seguridad social. En septiembre de 1942 se celebró en Santiago de
Chile la primera Conferencia Interamericana de Seguridad Social, en la
que se formuló la Declaración de Santiago, proclamando, entre otros
aspectos:

Cada país debe crear, mantener y acrecentar el valor intelectual, moral


y físico de sus generaciones venideras y sostener a las generaciones
eliminadas de la vida productiva. Este es el sentido de la seguridad
social: una economía auténtica y racional de los recursos y los valores
humanos. Las decisiones de América en orden de la nueva estructura de
la Seguridad Social, constituyen un aporte a la solidaridad del mundo en
la conquista del bienestar de los pueblos y al logro del mantenimiento
de la paz (Nugent, 1997, p. 613).

Así mismo, en 1942, el economista Sir William Beveridge publicó en


Inglaterra el informe Social Insurance and Allied Services, en el que
proponía la necesidad de incluir tres supuestos fundamentales para
hacer sostenible en el transcurso del tiempo cualquier sistema de
seguridad social:

1. Una asignación mensual para los mayores de edad, y para hijos


menores edad condicionada a culminar estudios superiores cuando
los padres fallecieran.
2. Servicio de salud y rehabilitación de carácter universal,
condicionado a restablecer las capacidades laborales.
3. Garantizar el trabajo como fuente de todo capital evitando el
desempleo masivo.

Beveridge elaboró un complejo plan a partir del cual atacaba de manera


certera y frontal la indigencia, la enfermedad, la ignorancia y la
ociosidad, plan que fue rápidamente multiplicado en diferentes países
europeos dada la difusión que varias entidades multilaterales le
otorgaron (Nugent, 1997).

Posteriormente, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la


ONU en 1948, señaló:

Art. 22. Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la


seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la
cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los
recursos de cada Estado, satisfacción de los derechos económicos,
sociales y culturales, indispensables a su dignidad (ONU, 2010).

Art. 25. [ ... ] tiene asimismo derecho a los seguros en caso de


desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de
pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes
de su voluntad (ONU, 2010).

Similares principios fueron incorporados en la Carta de Libertad Europea


en 1950, la Declaración de Filadelfia aceptada por la oit en 1952, la
Carta Social Europea de 1961, el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de la ONU en 1966, la Convención de
Derechos Humanos de 1969 y la Declaración Iberoamericana de
Seguridad Social de 1972 y 1976 (Nugent, 1997).

En Colombia, la seguridad social data de la Constitución de 1886 que


instauró el modelo higienista para desarrollar programas preventivos
que evitaran la proliferación de enfermedades. Para inicios del siglo XX,
y como medida que garantizaba el bienestar de los miembros de la
fuerza pública que participaron y recibieron lesiones físicas en la guerra
de los Mil días, el Estado entregó una indemnización económica de
retiro. En 1915, la Ley 57 realizó la primera reglamentación de
accidentes de trabajo tipificando las incapacidades, la indemnización por
limitación física causada en el ejercicio laboral y el reconocimiento de
prestaciones económicas de sobrevivencia para la familia del trabajador.
Posteriormente, la Ley 90 de 1946 estableció el seguro social obligatorio
y la creación del Instituto Colombiano de Seguros Sociales (ICSS).

Otras fechas importantes son:

- En 1946 se crea la Caja Nacional de Previsión (CAJANAL).


- En 1950, mediante Ley 3743, se expide el primer código sustantivo de
trabajo.
- En 1967 se crea el Instituto Colombiano de Seguros Sociales
(pensiones).
- En 1970 se desarrolla el Sistema Nacional de Salud.
- En 1993, mediante la Ley 100, se crea el Sistema General de
Seguridad Social Integral (salud, riesgos profesionales, pensiones y
servicios complementarios).

2. Sistema General de Pensiones en Colombia

El objetivo del Sistema General de Pensiones (SGP) es asegurar la


población colombiana contra el riesgo de vejez, invalidez y muerte,
mediante el reconocimiento de prestaciones económicas y pensiones
que satisfagan el sostenimiento y la calidad de vida del asegurado y su
núcleo familiar (Ley 100 de 1993).

A partir de la entrada en vigencia de la Ley 100 de 1993, el SGP estará


constituido por dos regímenes diferenciados disponibles para los
trabajadores del sector público y privado. El 155 (actual Colpensiones) o
Régimen Solidario de Prima Media con Prestación Definida y el Régimen
de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS) (fondos de pensiones
privados - AFP), coexistirían en adelante para brindar protección y
cubrimiento a la población vinculada al sistema. El RAIS está compuesto
por administradoras privadas agremiadas en la Asociación Colombiana
de Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías (ASOFONDOS)
y vigiladas por la Superintendencia Financiera de Colombia.

Mediante la Ley 1151 de 2007, se anunció la creación de la


Administradora Colombiana de Pensiones (Colpensiones), que "será una
empresa industrial y comercial del Estado con personería jurídica,
autonomía administrativa y financiera, vinculada al Ministerio de la
Protección Social", que sustituirá al 155 en la labor de administrar las
pensiones del Régimen de Prima Media (Ministerio de la Protección
Social, 2009).

2.1. Régimen de Prima Media (RPM-ISS), déficit pensiona! y


gasto del GNC

El Instituto Nacional de Seguros Sociales fue creado en 1948, y desde


1967 ofrece el servicio previsional a través del Régimen de Prima Media
(RPM). La institución opera bajo el esquema de reparto simple mediante
una cuenta común de los afiliados, modalidad en la cual los aportes
vigentes cubren las pensiones actuales y futuras a través del
apalancamiento intergeneracional. Antes de 1994, el 155 cobijaba 70°/o
de los afiliados, mientras el restante 30°/o se repartía entre CAJANAL, 55
fondos nacionales y 991 fondos territoriales (Clavijo, 2011).

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