Actividad Laboral
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Actividad Laboral
A lo largo de la historia, los sistemas de seguridad social han evolucionado como respuesta a
las necesidades cambiantes de las sociedades. En el caso de El Salvador, la Ley de
Organización y Funciones del Sector Trabajo y Previsión Social representa un hito en la
construcción de un marco legal sólido para proteger los derechos de los trabajadores y sus
familias. Este reporte profundizará en los antecedentes históricos de esta ley, su estructura y
los principales beneficios que brinda a la población asegurada. La seguridad social y la
previsión social son pilares fundamentales para garantizar el bienestar de la población
trabajadora. En este reporte, analizaremos en detalle el marco legal que regula estos sistemas
en El Salvador, con un enfoque especial en la Ley de Organización y Funciones del Sector
Trabajo y Previsión Social. Explicaremos los objetivos, alcances y desafíos de esta
normativa, así como su impacto en la vida de los salvadoreños. Si bien la seguridad social y
la previsión social son derechos fundamentales, en la práctica existen desafíos y brechas que
afectan a una parte significativa de la población salvadoreña. Este reporte busca analizar las
fortalezas y debilidades del sistema actual, identificando las principales problemáticas y
proponiendo posibles soluciones. Además, exploramos el papel del Estado, las empresas y los
trabajadores en la construcción de un sistema de protección social más equitativo y
sostenible.
Objetivo General:
Analizar el marco legal de la seguridad social y la previsión social en El Salvador, con énfasis
en la Ley de Organización y Funciones del Sector Trabajo y Previsión Social, a fin de evaluar
su efectividad en la protección de los derechos laborales y sociales de la población
salvadoreña.
Objetivos Específicos:
● Identificar las principales brechas y desafíos que enfrenta el sistema de seguridad social
salvadoreño.
● Comparar el sistema de seguridad social salvadoreño con convenios sobre estos temas de la
OIT.
Los collegia compitalitia, de carácter religioso, al igual que la sodalitates sacrae, y los
colegios de artífices o de oficios que eran verdaderas instituciones profesionales.
Estos collegias, tenían carácter de protección de los artesanos y por su importancia llegaron a
exceder sus verdaderos atributos para convertirse en un factor político, siendo perseguidos
por algunos emperadores.
También existió entre los pueblos germanos y bárbaros, una asociación de defensa y
asistencia mutua propia y característica, en donde además, había una fraternidad de armas y
banquetes, ésta asociación se llamó guilda y tuvo antigüedad remota. Con respecto a las
cofradías, éstas fueron desarrolladas en España, y se derivan por lo general de las guildas,
entre las mismas se distinguieron tres formas distintas, las religiosas, las religiosas –
benéficas, y las gremiales.
En el siglo XII, surge lo que se ha dado en llamar la revolución municipal, que da lugar a una
transformación del trabajo, en especial en su aspecto industrial, la artesanía familiar cede su
lugar en las ciudades y en el municipio a la artesanía de taller mediante la incorporación de la
explotación de extraños a la familia, así surge el régimen corporativo, que caracteriza el
trabajo subordinado hasta poco antes de la Revolución Francesa, y que fue suprimido en los
distintos estados medievales, por constituir un monopolio de la profesión que llevaba en sí
mismo el germen de la destrucción.
Además las apetencias políticas de la corporación, hicieron que la realeza las mirara con
cuidado, llegando a conceder patentes de maestros y obligando a los compañeros que
lograban tal grado a abonar una regalía al Estado.
El concepto de asistencia social no se conocía en esa época y solo se daba caridad en forma
privada a los menesterosos.
Revolución Industrial.
Dentro de éste período, donde trabajaron no solo los hombres, sino las mujeres y los niños, se
consiguió con el aumento considerable de la mano de obra, que ésta se abaratara, viéndose
los trabajadores comprimidos a magras retribuciones y a jornadas laborales de gran
extensión.
Además siguiendo los principios del liberalismo político, económico y social, que decía que
debía dejarse en plena y absoluta libertad al individuo, para que acuciado su afán egoísta
labrara su propio bienestar y progreso, lo que llevó a que no se crearán instituciones para
protección de los trabajadores y que el Estado tampoco interviniera en las relaciones
laborales, siendo la única forma de protección para el trabajador, aparte de la caridad y
beneficencia, el ahorro, que por los bajos salarios era muy difícil de concretar.
A principios del siglo XIX con el proletariado, a raíz de la necesidad de proteger a los
trabajadores cuya subsistencia dependía del pago regular de los salarios y, en consecuencia,
sufrían de privaciones cuando caían enfermos, se accidentan o quedan sin empleo.
El ahorro privado, el seguro y la beneficencia pública eran las tres únicas formas de
protección. Pero la primera de ellas, además de absolutamente insuficiente porque el ahorro
no puede extraerse sino de los salarios, resulta extemporáneo, puesto que el capital no se
forma sino después de cierto tiempo, mientras que la enfermedad, los accidentes y la muerte
pueden ocurrir en cualquier momento de la vida, aunque es cierto que algunos de estos
riesgos son probables en la edad avanzada. 758
El seguro privado, además de que procede de la misma extracción que el ahorro, ofrece el
inconveniente de que las compañías se resisten a cubrir ciertos riesgos, y con relación al de la
salud, de que operan con clientes absolutamente sanos.
Por último, la beneficencia pública para el socorro de los necesitados, si bien era insuficiente,
tenía al menos el mérito de reconocer que la so- ciedad estaba obligada a ayudar a los
menesterosos.
Para los trabajadores, sin embargo, esa forma de ayuda significaba una humillación y una
afrenta a la dignidad humana.
Hasta 1880 se aplicaban los seguros privados y se fue extendiendo el criterio de obligar a los
empleadores a asumir la responsabilidad de ciertos riesgos.
Así, entre las primeras leyes sobre seguridad social aparecen en Alemania, entre 1880 y 1890,
los seguros sociales por enfermedad y accidente, vejez e invalidez, que Francia implementó
en 1898. Es así como aparecen en el mundo las primeras leyes sobre trabajos de mujeres y
niños, sobre jornada de trabajo, accidentes de trabajo, seguros sobre vejez, enfermedad y
muerte.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos comienzan a reconocer que existe un
derecho natural para todo ciudadano, por el hecho de ser miembro de una sociedad, de tener
protección y amparo contra las distintas contingencias sociales, obedece a causas profundas
surgidas después de la última de creer que la lucha contienda mundial, pues además de la
gran movilización de masas y países enteros, se creó entre las naciones un sentido de
solidaridad humana y de necesidad de orden y seguridad que afianzará las conquistas
logradas en el plano militar, y que el soldado alejado de su patria tenía necesidad era por un
mundo mejor en el que las inseguridades serían borradas a su alrededor.
En 1934, la Conferencia abordó el tema del seguro contra el paro, en forma muy amplia, con
un convenio y una recomendación, luego de ello surgieron sistemas de protección contra el
desempleo en los distintos países del mundo, teniendo como antecedente anterior, el de
Alemania de 1927, que era contributivo y obligatorio y como antecedentes de voluntarios los
de Dinamarca, Finlandia y Suecia de 1933 y 1934.
En 1941, se celebró en Nueva York una Conferencia Internacional del Trabajo, y se acordó el
asegurar por parte de las naciones al individuo el mejoramiento de las condiciones de trabajo,
y una seguridad económica, base de la justicia social.
El 1 de diciembre de 1942, fue publicado en Inglaterra, el famoso Plan Beveridge, que tuvo
importancia desde el punto de vista de su aplicación y porque posteriormente fue incluido en
muchas constituciones, declaraciones, derechos y garantías de contenido social. El Plan
Beveridge, constituyó la concreción de un régimen especial de seguros sociales, contra la
interrupción o destrucción de la capacidad de obtener ganancias y para gastos especiales
originados por el nacimiento, el matrimonio o la muerte.
“Que toda persona como miembro de la sociedad tiene derecho a la seguridad social.”
1952, Convenio 102 normas mínimas sobre seguridad social, del 28-06- 1952, con entrada en
vigencia el 27-04-1955.
Establece la norma mínima para el nivel de las prestaciones de la seguridad social y las
condiciones para poder acceder a las mismas. Comprende las nueve ramas principales de la
seguridad social, es decir, asistencia médica, enfermedad, desempleo, vejez, accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales, familia, maternidad, invalidez, y prestaciones de
sobrevivientes.
Para garantizar que el Convenio pueda aplicarse cualesquiera sean las circunstancias
nacionales, el Convenio ofrece a los Estados la posibilidad de ratificación del Convenio,
aceptando al menos tres de las nueve ramas, y posteriormente acatando las obligaciones
derivadas de otras ramas, con lo que se permite alcanzar progresivamente todos los objetivos
establecidos en el Convenio.
El nivel de prestaciones mínimas puede determinarse en relación con el nivel salarial del país
de que se trate. Pueden preverse asimismo excepciones temporales para aquellos países cuya
economía y cuyos servicios médicos estén insuficientemente desarrollados, permitiéndoles,
de este modo, restringir el ámbito de aplicación del Convenio y la cobertura de las
prestaciones otorgadas.
1964, Convenio 121 sobre las prestaciones en caso de accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales.
1982, Convenio 157 sobre la conservación de los derechos en materia de seguridad social.
1988, Convenio 168, sobre el fomento del empleo y la protección contra el desempleo.
La seguridad social es la protección que una sociedad proporciona a los individuos y los
hogares para asegurar el acceso a la asistencia médica y garantizar la seguridad del ingreso,
en particular en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo,
maternidad o pérdida del sostén de familia.
Si bien es cierto que el objeto de su protección es el hombre contra las contingencias sociales,
“la Seguridad Social engloba el conjunto de medidas adoptadas por la sociedad con el fin de
garantizar a sus miembros, por medio de una organización apropiada, una protección
suficiente contra ciertos riesgos a los cuales se hallen expuestos".
Si quisiera darse un concepto de este derecho, expresa CORDINI, debería elaborarse sobre la
base de tres elementos fundamentales: su presupuesto sociológico, o sea, las contingencias
sociales, su fundamentación solidaria y su finalidad (cobertura de aquéllas). Podría así decirse
que es el conjunto de principios y normas que, en función de la solidaridad social, regula los
sistemas e instituciones destinados a conferir una protección jurídicamente garantizada en los
casos de necesidad bioeconómica determinados por contingencias sociales.
MIGUEL A. CORDINT, Derecho de la Seguridad Social, Ed. Eudela, Bs. As., 1966
Seguridad Social (perspectiva constitucional)
La seguridad social puede explicarse a través de tres elementos que la configuran, estos son:
i) la dignidad humana, que comprende la afirmación positiva del pleno desarrollo de la
personalidad de cada individuo en las diferentes etapas de la vida y la búsqueda de su
potenciación frente a las adversidades que se le presenten; ii) las contingencias que se
buscan prever, por cuanto basta observar la realidad social para percatarse de la existencia
de riesgos o necesidades sociales de diversa naturaleza patológicas, biológicas,
socioeconómicas, etc. que pueden afectar o poner en peligro la existencia digna de la persona,
sobre todo de los individuos desprovistos de medios económicos suficientes para enfrentarlas,
y iii) las medidas protectoras de carácter social, que buscan ser reguladas con anticipación
en el sistema de previsión social diseñado por el Estado para posibilitar a los individuos los
recursos necesarios a fin de paliar tales contingencias, los cuales pueden ser asumidos por la
sociedad con fundamento en el tradicional criterio de solidaridad o a través de un sistema de
ahorro personal.
La seguridad social como servicio público se encuentra configurada por tres elementos
básicos: i) la necesidad que debe satisfacerse, presupuesto de carácter general que es
entendido como la suma de necesidades o intereses individuales de los usuarios, por lo que la
expresión "servicio público" no hace referencia al ente que realiza la actividad de satisfacción
de esas necesidades e intereses, sino al destinatario del mismo; ii) la titularidad del sujeto que
presta el servicio, para lo cual debe tenerse presente que la prestación del mismo puede
adoptar varias modalidades, atendiendo a la participación más o menos directa de la
Administración, y iii) el régimen jurídico del servicio público, que debe enmarcarse en el
ámbito del Derecho Público, para evitar abusos de cualquier orden en que pudieran incurrir
quienes prestan o realizan el servicio.
En ese sentido, las medidas protectoras que conforman la seguridad social responden a una
necesidad general o pública, entendida como la suma de las necesidades de seguridad social
de todos los miembros de la sociedad, sin hacer distinciones entre hombres y mujeres; por
tanto, comporta la garantía de una provisión de medios materiales y de otra índole
verbigracia, el suministro de una pensión periódica–, para hacer frente a los riesgos,
contingencias o necesidades sociales a los que antes se ha hecho referencia.
En nuestro ordenamiento jurídico, los arts. 110 inciso 4°, 112 y 221 inciso 2° de la
Constitución obligan a que la regulación de los servicios públicos se encuentre en el ámbito
del Derecho Público, precisamente para garantizar la esencia del mismo. Justamente, el
Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos institución encargada de prestar,
entre otros, el servicio público de seguridad social a sus asegurados y derechohabientes–, en
claro desarrollo de lo dispuesto por el art. 220 de la Constitución, se adecua a los
parámetros antes señalados al prescribir en el art. 1 de la Ley del Instituto Nacional de
Pensiones de los Empleados Públicos lo siguiente: “Créase el ‘Instituto Nacional de
Pensiones de los Empleados Públicos’ como una entidad oficial autónoma de derecho
público, con personería jurídica y patrimonio propio, que tendrá por objeto el manejo e
inversión de sus recursos económicos destinados al pago de prestaciones, para la cobertura de
los riesgos de invalidez, vejez y muerte, de los empleados públicos”
PRINCIPIO DE UNIVERSALIDAD
Todas las personas deben participar de los beneficios del sistema de seguridad social. Con
este enunciado se superan las limitaciones propias de los seguros sociales que nacieron con
un carácter clasista, como un sistema de protección exclusivo, en función de los trabajadores
asalariados. La función de la seguridad social es proteger al ser humano como tal, dentro de
una determinada colectividad social, sin importar a qué dedique su existencia.
El acceso a la protección deja de ser un derecho para unos y una concesión graciosa para
otros, y se constituye en un derecho subjetivo público. El acceso a la seguridad social es un
derecho humano, es un derecho inherente al ser humano por el solo hecho de serlo. Además,
en tanto está reconocido por el derecho positivo, se califica, desde el punto de vista técnico
jurídico, como un derecho fundamental de rango constitucional.
PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD
Este principio viene a ser la otra cara del principio de universalidad. Si con el principio de
universalidad se pretende la protección a toda la población, es decir, se conceden derechos
derivados de la seguridad social a todos los pobladores, con el principio de solidaridad se
enuncia que toda la población, en la medida de sus posibilidades, debe contribuir
económicamente al financiamiento de aquella protección.
PRINCIPIO DE UNIDAD.
De acuerdo con este principio, el sistema de seguridad social como un todo, debe funcionar
con criterios congruentes y coordinados, y otorgar prestaciones o beneficios similares para
los diferentes colectivos que se protegen.
Este principio se ha confundido muchas veces con la exigencia de centralización en una sola
entidad de todo el sistema de seguridad social. Lo que se enfatiza con este principio es que
debe existir una congruencia en la gestión de las diferentes entidades que participan en la
administración del sistema de seguridad social, y en los beneficios otorgados por ellas, de
modo que la multiplicidad de instituciones no quiebre el principio de igualdad.
En el ámbito del derecho a la salud, este principio ha tenido un desarrollo significativo, no así
en relación con el derecho a la jubilación en el que, pese a algunos esfuerzos, se mantienen
diferencias importantes en las prestaciones y en las formas de financiamiento, sin que dichas
diferencias tengan respaldo técnico.
PRINCIPIO DE IGUALDAD.
Posiblemente es éste uno de los principios que menos se cumple particularmente por la
tendencia de igualar sin considerar las diferencias. Se echa de menos, en los sistemas de
seguridad social, una adecuada distinción de diferentes situaciones concretas tanto en lo que
hace a los beneficios derivados de la seguridad social como a las obligaciones frente a ella.
Es decir, ya los sistemas en sí mismos tienen la tendencia a establecer criterios de igualdad
frente a situaciones distintas y además esa tendencia se ve reforzada por la actitud de los
órganos jurisdiccionales de interpretar de forma favorable a igualar, pese a estar en presencia
de situaciones distintas.
Este principio tiene una doble vertiente. Significa por un lado que los beneficios de la
seguridad social deben crearse paulatinamente y continuar elevando progresivamente los
beneficios más allá de los niveles mínimos de protección. Significa al mismo tiempo que una
vez superada una fase evolutiva en relación con el contenido de las prestaciones no es dable
retrocederse a otra etapa.
Desde luego que la progresividad de los beneficios debe verse en forma global, de manera
que la supresión de un beneficio en sí misma no significaría una infracción a este principio de
evolución progresiva, sino que debe verse el sistema como un todo, de manera que es
perfectamente entendible la disminución o supresión de un beneficio en relación con el
aumento o creación de un beneficio distinto en otra área del sistema de seguridad social.
Tampoco se quebranta este principio, cuando resultan necesario hacer un ajuste para corregir
un error o bien para corresponder a la realidad económica.
Sin embargo, todo ente público, también los privados que prestan un servicio público, están
sujetos al principio de razonabilidad que es de rango Constitucional. Siendo ello así, la
planificación y la coordinación pueden resultar vinculantes, no en virtud de una relación de
tutela administrativa, sino en aplicación de la razonabilidad
La planificación y la coordinación son necesarias, ya no solo en el ámbito de las entidades
encargadas de la seguridad social como lo exige el principio de unidad, sino además, en
relación con todas las entidades del sector público y también del sector privado, cuando fuere
del caso. Solo así podrá instrumentarse el principio de concordancia de la seguridad social
con la realidad económica.
En un sentido muy genérico y amplio podría pensarse que dentro de este principio se
engloban los principios de universalidad, y de solidaridad, en tanto que, de acuerdo con el
principio de universalidad, se plantea la participación de la población en los beneficios de la
seguridad social, y con el de solidaridad se plantea la participación de la población en el
financiamiento de la seguridad social.
No obstante, cuando se habla de participación social se hace en una forma más restringida y
separada de aquellos principios, pues con ella se hace relación a que los diferentes colectivos
protegidos deben estar representados en la dirección de las entidades que administran los
diferentes programas de seguridad social y que, además, deben tener participación en el
diseño del sistema y de los cambios que se puedan dar en general, y en particular en el perfil
de beneficios.
PRINCIPIO DE INTEGRALIDAD.
De acuerdo con este principio, las prestaciones de la seguridad social del sistema deben ser
acordes con las necesidades de los colectivos que se pretende proteger. Las prestaciones de la
seguridad social no deben quedarse en la protección de los riesgos clásicos (invalidez, vejez,
muerte, enfermedad y maternidad), sino que debe tener un crecimiento constante tendiente a
detectar las diferentes necesidades sociales para acudir a su protección.
Para satisfacer las diferentes necesidades, de acuerdo con cada uno de los sectores protegidos,
deben establecerse beneficios adecuados a las diferentes circunstancias.
PRINCIPIO DE INMEDIATEZ
De acuerdo con este principio, los beneficios de la seguridad social deben llegar en forma
oportuna al beneficiario.
Para ello, para que los beneficios de la seguridad social lleguen en forma oportuna, es
necesario que los procedimientos sean ágiles y sencillos; los plazos de resolución, cortos. La
participación material del beneficiario en el trámite debe reducirse al mínimo, pues la
administración de la seguridad social debe suplir los trámites.
Debe darse publicidad a los beneficios, para que todos conozcan sus eventuales derechos. Es
contrario al principio de inmediatez el establecer beneficios sobre hipótesis confusas, cuya
existencia solo algunos conocen.
La prestación de los servicios debe desconcentrarse, para que las distancias territoriales no
sean obstáculo en la obtención de los beneficios.
El fin principal del Estado debe ser la tutela del ser humano. Dado ese carácter instrumental,
debe preferirse la asignación de recursos económicos a los programas de seguridad social,
particularmente a aquellos que tienden a la satisfacción de las necesidades fundamentales.
Este principio es de especial importancia en situaciones de crisis económica.
PRINCIPIOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL, Jorge Iván Calvo León.
https://www.binasss.sa.cr/revistas/rjss/juridica8/art3.pdf
● Las prestaciones que se conceden tienen por objeto aumentar el total de ingresos de
los beneficiarios hasta cierto nivel mínimo fijado por la sociedad, habida cuenta
asimismo de factores como el tamaño de la familia y determinadas obligaciones fijas
ineludibles, el pago de alquiler, por ejemplo.
● Las prestaciones no guardan relación con las ganancias anteriores de los beneficiarios,
ni con sus niveles de vida normales.
https://seguridadsocialnoticias.wordpress.com/2012/08/28/caracteristicas-de-la-asistenci
a-social/
Convenio 102 “Seguridad Social” (1952)
El presente convenio se compone por una serie de prestaciones que buscan favorecer a la
clase trabajadora, reconociendo las prestaciones médicas y económicas que tienen como
objetivo principal el bienestar de cada trabajador. Asimismo, se fundamenta en el principio de
un sistema de seguridad social que engloba el conjunto de las eventualidades y de las
prestaciones que deben extenderse gradualmente a toda la población trabajadora.
Por otro lado, establece que los regímenes de seguridad social se deben de administrar en una
base tripartita, es decir, Estado, empleadores y trabajadores. Y es por ello, que se desarrolla
mediante cuatro principios:
1. Asistencia Médica.
2. Prestaciones Monetarias de Enfermedad.
3. Prestaciones de Desempleo.
4. Prestaciones de Vejez.
5. Prestaciones en Caso de Accidentes del Trabajo y Enfermedad Profesional.
6. Prestaciones Familiares.
7. Prestaciones de Maternidad.
8. Prestaciones de Invalidez.
9. Prestaciones de Sobrevivientes.
Art. 1, inc. 2. Todo Miembro de la Organización Internacional del Trabajo que ratifique el
presente Convenio se obliga a garantizar a las víctimas de enfermedades profesionales o a sus
derechohabientes una indemnización basada en los principios generales de su legislación
nacional sobre la indemnización por accidentes del trabajo.
La tasa de esta indemnización no será inferior a la que establezca la legislación nacional por
el daño resultante de los accidentes del trabajo. A reserva de esta disposición, cada Miembro
quedará en libertad de adoptar las modificaciones y adaptaciones que estime oportunas, al
determinar en su legislación nacional las condiciones que han de regular el pago de la
indemnización por enfermedades profesionales, y al aplicar a las mismas su legislación sobre
la indemnización por accidentes del trabajo.
ART. 1, INC. 2. Todo Miembro de la Organización Internacional del Trabajo que ratifique el
presente Convenio se obliga a conceder a los nacionales de cualquier otro Miembro que lo
haya ratificado, y que fueren víctimas de accidentes del trabajo ocurridos en el territorio de
aquél, o a sus derechohabientes, el mismo trato que otorgue a sus propios nacionales en
materia de indemnización por accidentes del trabajo.
Esta igualdad de trato será otorgada a los trabajadores extranjeros y a sus derechohabientes
sin ninguna condición de residencia. Sin embargo, en lo que se refiere a los pagos que un
Miembro, o sus nacionales, tengan que hacer fuera de su propio territorio en virtud de este
principio, las disposiciones que hayan de tomarse se regirán, si fuere necesario, por acuerdos
especiales celebrados con los Miembros interesados.
LEGISLACIÓN NACIONAL.
CONSTITUCIÓN.
Art. 37.- El trabajo es una función social, goza de la protección del Estado, y no se considera
artículo de comercio. El Estado empleará todos los recursos que estén a su alcance para
proporcionar ocupación al trabajador, manual o intelectual, y para asegurar a él y a su familia
las condiciones económicas de una existencia digna. De igual forma promoverá el trabajo y
empleo de las personas con limitaciones o incapacidades físicas, mentales o sociales.
CÓDIGO DE TRABAJO.
Art. 324.- Las consecuencias de los riesgos profesionales de que responderán los patronos
son la muerte y la incapacidad del trabajador. La incapacidad puede ser permanente total,
permanente parcial y temporal.
Art. 46.- El monto de las cotizaciones a pagar por los patronos y los trabajadores, para la
cobertura de las contingencias de enfermedad, accidente común, accidente de trabajo,
enfermedad profesional y maternidad, será el ocho setenta y cinco por ciento (8.75%) de la
remuneración afecta al Seguro, distribuido de acuerdo con lo dispuesto en el inciso tercero
del Art. 29 de la Ley del Seguro Social, así: patronos, el seis veinticinco por ciento (6.25%);
y trabajadores, el dos cincuenta por ciento (2.50%). El Estado aportará en su calidad de tal,
una cuota fija para el financiamiento de esta rama de seguros, no menor de Cinco Millones de
Colones anuales, la cual será ajustada de acuerdo con los estudios actuariales cada cinco
años, y extraordinariamente, cuando sea necesario para el mantenimiento del equilibrio
financiero del régimen.
Respecto de los trabajadores del sector público sujetos al régimen especial a que se refiere el
Art. 99 de la Ley del Seguro Social, el monto de las cotizaciones a pagar por dichos
trabajadores y por el Estado, los Municipios o las Entidades Oficiales Autónomas y
Semiautónomas en su calidad de patronos, será el siete ochenta por ciento (7.80%) de la
remuneración afecta al Seguro.
Art. 37.- En caso de muerte de un asegurado por enfermedad común o profesional, accidente
común o de trabajo, o maternidad, se pagará a sus beneficiarios o a quien se encargare o
hubiere encargado de los gastos en concepto de servicios fúnebres, una cantidad equivalente a
dos veces el salario medio mensual cotizable al Régimen de Salud del Instituto Salvadoreño
del Seguro Social, determinado por el Departamento Actuarial y Estadístico, correspondiente
al primero de los dos últimos años anteriores a aquél que se otorgue la prestación, no
pudiendo en ningún caso ser inferior a la cantidad de 920.00 colones fijada con base en el
presente Artículo.
Dicha base no podrá ser inferior al salario mínimo legal mensual en vigencia, excepto en los
casos tales como aprendices, trabajadores agrícolas, domésticos y otros cuyos ingresos sean
inferiores a dicho mínimo, considerando los salarios mínimos de los sectores asociados, lo
cual será determinado a partir de la Normativa Técnica que emita el Comité de Normas del
Banco Central de Reserva.
Para los efectos de esta ley, se entenderá por salario mensual la suma de las retribuciones en
dinero que el trabajador reciba por los servicios ordinarios que preste durante un mes.
Considérese integrante del salario, todo lo que reciba el trabajador en dinero y que implique
retribución de servicios, incluido el período de vacaciones, comisiones y porcentajes sobre
ventas.
No forman parte del Ingreso Base de Cotización los siguientes conceptos:
b) El aguinaldo.
Art. 6º, INC 1. Proceden las licencias con goce de sueldo, por enfermedad, en el caso de que
ésta incapacite al empleado para un trabajo eficaz o vuelva imperioso el descanso del
paciente para su curación. Estos extremos, salvo lo dispuesto en el inciso siguiente, deberán
comprobarse por medio de una certificación extendida por un médico, por la dirección del
hospital en donde se atiende al paciente o, en casos especiales, a juicio prudencial del jefe del
respectivo servicio, por una certificación extendida por la Dirección General de Sanidad o sus
dependencias.
Este Convenio de la OIT, ratificado por El Salvador, tiene por objetivo principal el de
garantizar el acceso a un servicio de salud inmediato o de atención médica al instante de una
manera más amplia para la clase obrera. El Convenio C024 incluye a toda clase de
trabajadores como obreros, empleados, aprendices, trabajadores a domicilio y servicios
domésticos. Este convenio vino a revolucionar por sus múltiples beneficios que buscan cubrir
las necesidades médicas que puedan surgir en caso de enfermedad o de cualquier otra índole
siendo estos atención médica ya sea proporcionados directamente por el patrón o a través de
la acción de reembolso, o también la cobertura para la adquisición de medicamentos
necesarios y por supuesto la indemnización económica en los periodos de incapacidad
temporal debido a una enfermedad. En este convenio también se nos habla de el
financiamiento de estas coberturas del servicio médico la mayoría de veces suele ser suele ser
compartido entre empleadores, trabajadores y el Estado. Este sistema de financiamiento
tripartito busca garantizar la sostenibilidad del sistema en el largo plazo. Desde que se lanzó
este convenio en 1927 el área laboral y salud ha evolucionado significativamente ya que este
convenio aun en la actualidad sigue siendo un referente importante para el desarrollo de los
sistemas de seguros de diferentes países.
LEGISLACIÓN NACIONAL.
CONSTITUCIÓN.
Art. 50.- La seguridad social constituye un servicio público de carácter obligatorio. La ley
regulará sus alcances, extensión y forma. Dicho servicio será prestado por una o varias
instituciones, las que deberán guardar entre sí la adecuada coordinación para asegurar una
buena política de protección social, en forma especializada y con óptima utilización de los
recursos. Al pago de la seguridad social contribuirán los patronos, los trabajadores y el
Estado en la forma y cuantía que determine la ley. El Estado y los patronos quedarán
excluidos de las obligaciones que les imponen las leyes en favor de los trabajadores, en la
medida en que sean cubiertas por el Seguro Social.
Art.3.- El Régimen del Seguro social obligatorio se aplicará originalmente a todos los
trabajadores que dependan de un patrono, sea cual fuere el tipo de relación laboral que los
vincule y la forma en que se haya establecido la remuneración. Podrá ampliarse
oportunamente a favor de las clases de trabajadores que no dependen de un patrono. Podrá
exceptuarse únicamente la aplicación obligatoria del Régimen del Seguro, a los trabajadores
que obtengan un ingreso superior a una suma que determinará los reglamentos respectivos.
Sin embargo, será por medio de los reglamentos a que se refiere esta ley, que se determinará,
en cada oportunidad, la época en que las diferentes clases de trabajadores se irán
incorporando al Régimen del Seguro.
CÓDIGO DE TRABAJO.
Art. 66.- El régimen del seguro social obligatorio, en la medida y alcances determinados por
la Ley del Seguro Social y sus reglamentos, se aplicará a las relaciones de aprendizaje.
Este es un acuerdo internacional que establece reglas o normas para la protección de los
trabajadores en el lugar donde desarrollan sus actividades laborales respecto a enfermedades
profesionales, o enfermedades que puede contrae por la 7 realización de dicha actividad, el
convenio busc la garantización de una compensación justa por adquirir estas enfermedades.
Este convenio se basa en enfermedades e intoxicaciones causadas por la exposición a
sustancias peligrosas e incluso radiactivas en el lugar de trabajo. Estas enfermedades son
consideradas "profesionales" cuando están directamente relacionadas con la actividad laboral
del trabajador y están incluidas en un listado específico.
● Industrias poligráficas.
● Dorado a fuego.
Este convenio representa la necesidad de proteger los trabajadores de los riesgos para a salud
asociados a su trabajo, y como muchas veces por este tipo de trabajos riesgos que nadie
quiere hacer, pero existen estas personas valientes si lo hacen ya sea por necesidad ya que la
finalidad del trabajo es tener un ingreso fijo para poder subsistir. Además, sentó las bases
para el desarrollo de legislaciones nacionales más completas en materia de enfermedades
profesionales. A pesar que El Salvador no ha ratificado este convenio, si ha servido de
ejemplo para la creación de legislación en muchos países, incluyendo el nuestro.
LEGISLACIÓN NACIONAL.
CONSTITUCIÓN.
Art. 43.- Los patronos están obligados a pagar indemnización, y a prestar servicios médicos,
farmacéuticos y demás que establezcan las leyes, al trabajador que sufra accidente de trabajo
o cualquier enfermedad profesional.
CÓDIGO DE TRABAJO
c) Que se acredite un tiempo mínimo de servicios que a juicio de peritos sea suficiente para
contraerse. El patrono responderá por la enfermedad profesional aunque ésta se manifieste
con posterioridad a la terminación del contrato de trabajo, siempre que se justifiquen los
extremos exigidos en los literales a) y b) de este artículo y que, a juicio de peritos, dicha
enfermedad se hubiere contraído durante la vigencia del contrato.
Este convenio establece medidas para proteger a los trabajadores en caso de que sufran
accidentes laborales o contraen enfermedades profesionales. Su objetivo, principalmente, es
garantizar que estos trabajadores reciban una compensación digna para enfrentar las
consecuencias de estos infortunados accidentes. Este convenio cubre desde la atención
médica inmediata, las prestaciones económicas hasta la rehabilitación profesional. De este
convenio surge la importancia de la protección social para que tanto los trabajadores como
sus familias no queden desprotegidos en estos accidentes, claro si estas situaciones adversas
relacionadas con el trabajo.
Establece de la misma manera normas para evitar en la medida posible que ocurran estas
situaciones e invita a la creación de legislaciones adecuadas con inclusión de prestaciones
justas. Contribuye también a poder mejorar las condiciones de trabajo en general, al
promover un ambiente laboral más seguro y saludable.
LEGISLACIÓN NACIONAL.
CÓDIGO DE TRABAJO.
Art. 316.- Se entienden por riesgos profesionales, los accidentes de trabajo y las
enfermedades profesionales a que están expuestos los trabajadores a causa, con ocasión, o por
motivo del trabajo.
Art. 317.- Accidente de trabajo es toda lesión orgánica, perturbación funcional o muerte, que
el trabajador sufra a causa, con ocasión, o por motivo del trabajo. Dicha lesión, perturbación
o muerte ha de ser producida por la acción repentina y violenta de una causa exterior o del
esfuerzo realizado. Se consideran accidentes de trabajo los que sobrevengan al trabajador:
1º) En la prestación de un servicio por orden del patrono o sus representantes, fuera del lugar
y horas de trabajo;
2º) En el curso de una interrupción justificada o descanso del trabajo, así como antes y
después del mismo, siempre y cuando la víctima se hallare en el lugar de trabajo o en los
locales de la empresa o establecimiento;
Art. 318.- Se entenderá comprendido en la definición de accidente de trabajo, todo daño que
el trabajador sufra en las mismas circunstancias, en sus miembros artificiales y que les
disminuya su capacidad de trabajo.
PRESTACIONES DE MATERNIDAD.
El monto de esas
prestaciones no deberá ser
inferior a dos tercios de las
ganancias anteriores de la
mujer o de las ganancias que
se tomen en cuenta para
calcular las prestaciones.
LEGISLACIÓN SALVADOREÑA.
CONSTITUCIÓN.
SECCION SEGUNDA
TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL
Art. 37.- El trabajo es una función social, goza de la protección del Estado, y no se considera
artículo de comercio.
El Estado empleará todos los recursos que estén a su alcance para proporcionar ocupación al
trabajador, manual o intelectual, y para asegurar a él y a su familia las condiciones
económicas de una existencia digna. De igual forma promoverá el trabajo y empleo de las
personas con limitaciones o incapacidades físicas, mentales o sociales.
Art. 42.- La mujer trabajadora tendrá derecho a un descanso remunerado antes y después del
parto, y a la conservación del empleo. Las leyes regularán la obligación de los patronos de
instalar y mantener salas cunas y lugares de custodia para los niños de los trabajadores.
● CÓDIGO DE TRABAJO.
CAPITULO II
Art. 309 -El patrono está obligado a dar a la trabajadora embarazada, en concepto de
descanso por maternidad, doce semanas de licencia, seis de las cuales se tomarán
obligatoriamente después del parto; y además, a pagarle anticipadamente una prestación
equivalente al setenta y cinco por ciento del salario básico durante dicha licencia.
En caso de enfermedad que, de acuerdo con un certificado médico sea consecuencia del
embarazo, la trabajadora tendrá derecho a un descanso prenatal suplementario cuya duración
máxima será fijada por la reglamentación del presente Código.
En ningún caso el patrono estará obligado a pagar, una prestación en dinero más allá de los
límites previstos en el primer párrafo.
El patrono podrá deducir, de la prestación en dinero a que se refiere el primer párrafo de este
artículo, el equivalente de lo que la trabajadora hubiese recibido a título de subsidio en dinero
en virtud de la ley del Seguro Social y su Reglamento de Aplicación.
Art. 310.- Para que la trabajadora goce de la licencia establecida en el artículo anterior, será
suficiente presentar al patrono una constancia médica expedida en papel simple, en la que se
determine el estado de embarazo de la trabajadora, indicando la fecha probable del parto.
Art. 311.- Para que la trabajadora tenga derecho a la prestación económica establecida en este
Capítulo, será requisito indispensable que haya trabajado para el mismo patrono durante los
seis meses anteriores a la fecha probable del parto; pero en todo caso tendrá derecho a la
licencia establecida en el Art. 309.
Si una trabajadora lacta a su hijo, tendrá derecho con este fin, a una interrupción del trabajo
de hasta una hora diaria. A su pedido esta interrupción se podrá fraccionar en dos pausas de
treinta minutos cada una.
Las interrupciones de trabajo conforme a párrafo precedente serán contadas como horas de
trabajo y remuneradas como tales.
Art. 5.- Toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto,
tiene los siguientes derechos:
a) A ser tratada con calidez, respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la
intimidad; logrando un ambiente relajado y seguro para el binomio madre hijo durante todo el
proceso asistencial.
e) A recibir el correspondiente control pre natal y a estar acompañada, por una persona de su
confianza y elección durante el mismo, el trabajo de parto, parto y postparto.
f) Al alojamiento conjunto.
g) A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir
apoyo para amamantar.
h) A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.
i) A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las
drogas sobre el niño o niña y ella misma.
j) Recibir información sobre la evolución normal del embarazo y parto, así como, sobre los
síntomas de urgencia y riesgo obstétrico, si fuere el caso.
1. Tactos vaginales
2. Tricotomía
3. Enemas
4. Restricción de líquidos
5. Venopunciones innecesarias
6. Dilatación innecesaria del periné y el cérvix
7. Restricción de movimiento
8. Amniotomía
9. Dilatación manual del periné
10. Episiotomías
11. Revisión manual del periné
12. Maniobra de Kristeller
13. Separación de membranas manual dentro del útero materno
14. Corte temprano del cordón
q) Al contacto piel a piel, apego seguro, corte tardío del cordón umbilical, lactancia materna,
alojamiento conjunto; manteniendo en todo momento el contacto físico para propiciar el
vínculo afectivo; debiendo quedar registrado en el expediente de la madre las razones por las
que no pudieron realizarse o no fue posible.
r) A la educación prenatal.
Art. 59.- En caso de maternidad, la trabajadora asegurada tendrá derecho, en la forma y por
el tiempo que establezcan los reglamentos, a los siguientes beneficios:
c) Que se extienda un certificado médico para los efectos de la licencia que debe
concedérsele de conformidad con el código de trabajo.
d) Una ayuda para la lactancia, en especie o en dinero, cuando la madre esté imposibilitada,
según dictamen de los médicos del Instituto, para alimentar debidamente a su hijo.
CAPITULO IV
PRESTACIONES DE SALUD
Art. 14 Inc. 3° - Para recibir las prestaciones médicas de maternidad, será necesario acreditar
dieciséis semanas cotizadas en el transcurso de los doce meses calendario al mes en que se
presume ocurrirá el parto.
CAPITULO V
PRESTACIONES PECUNIARIAS Y EN ESPECIE EN CASO DE ENFERMEDAD,
ACCIDENTE COMÚN Y MATERNIDAD
Art. 25.- Habrá derecho a las prestaciones por maternidad señaladas en el Art. 59 de la Ley
siempre que la asegurada acredite 16 semanas cotizadas en el transcurso de los doce meses
calendario anteriores al mes en que se presume ocurrirá el parto.- Dicha acreditación será
verificada por el Centro de Atención que brindará el servicio mediante el documento de
identidad correspondiente.
Art. 26.- El subsidio de maternidad que dispone el Art. 59, letra ch) de la Ley, se otorgará
durante un período de 16 semanas dentro del cual debe estar comprendida la fecha del parto.
Art. 30.- La ayuda para la lactancia a que se refiere el literal d) del Art. 59 de la Ley del
Seguro Social sedará en especie, en la cantidad y calidad que los médicos del Instituto
determinen en cada caso por un término de doce semanas que se contará a partir de la fecha
fijada por los mismos, para la primera entrega. La ayuda para la lactancia podrá suspenderse
cuando se compruebe que el producto se utiliza para otros fines distintos de la alimentación
del infante, y no podrá demandarse cuando hayan transcurrido veinte semanas contadas desde
el día siguiente a la fecha del parto.
Art. 9 Inc.° 2 y 3° (reforma del año 2018, Decreto No. 43, D.O N° 132, Tomo N°420)
Inc. 2°-“La mujer en estado de gravidez gozará de la garantía de estabilidad laboral desde el
momento de la concepción, hasta que concluyan seis meses posteriores al descanso postnatal.
Durante este período será nulo todo acuerdo celebrado entre la mujer embarazada con su
empleador, ya que dicho derecho es irrenunciable, no obstante esto no será impedimento para
que la mujer protegida por la garantía antes mencionada, renuncie voluntariamente a su
trabajo.
Inc. 3° - La mujer trabajadora al reincorporarse a sus labores luego del descanso postnatal,
deberá cumplir con sus deberes y obligaciones laborales, así como con su jornada laboral
diaria, con el horario establecido y con todas las demás condiciones que establezca la
institución para la cual trabaja, evitando incurrir en una sanción disciplinaria. El
incumplimiento por parte del empleador de la ampliación de la garantía de estabilidad
laboral, será sancionado con multa de tres a seis salarios mínimos mensuales vigentes del
sector comercio y servicio. Lo anterior, sin perjuicio de los derechos reconocidos en la Ley a
la empleada embarazada.”
Los seguros por causa de muerte, también conocidos como seguros de vida, son pólizas que
proporcionan una suma de dinero a los beneficiarios designados en caso de que el asegurado
fallezca. Estos seguros tienen como objetivo principal ofrecer protección financiera a los
seres queridos del asegurado, ayudándoles a cubrir gastos como deudas, hipotecas, educación
de los hijos o gastos funerarios.
Será aplicable a los obreros, empleados y aprendices de las empresas industriales, de las
empresas comerciales y de las profesiones liberales, así como a los trabajadores a domicilio y
del servicio doméstico.
Los trabajadores que ejerzan profesiones liberales, es decir, aquellos trabajos que no tienen
una regulación o no necesitan un título para su desempeño.
los trabajadores que no reciban remuneración en dinero.
Los funcionarios retirados que realicen un trabajo asalariado y a las personas que disfruten de
una renta privada, cuando el retiro o la renta sea, por lo menos, igual a la pensión de
invalidez.
Art. 4
Art. 5
Aseguramiento de las cotizaciones realizadas por el asegurado en los casos que dejé de estar
sujeto al seguro.
Art. 6
Con el derecho del seguro de muerte, se reconoce a la mujer viuda y a los hijos del causante
el derecho de una pensión, en el caso de la mujer viuda procederá dicho derecho siempre y
cuando no haya contraído matrimonio.
Art.7
Establece que el derecho de pensión a favor de la mujer viuda puede estar sujeto a
determinadas condiciones:
Art 8
Cuando se trate del huérfano de una asegurada o pensionada, el derecho de pensión podrá
estar sujeto a la condición de que la madre hubiere contribuído al sostenimiento de su hijo o
fuere viuda en el momento de fallecer.
Art. 9
Cuando las cotizaciones se gradúen de acuerdo con el salario, el salario que haya servido de
base para la cotización deberá tenerse en cuenta en el cálculo de la pensión, sea o no ésta
variable según la antigüedad en el seguro.
Art 13
Art 14.
En caso de litigio sobre las prestaciones se reconocerá a los supervivientes del asegurado o
pensionado fallecido el derecho de recurso.
Art. 15
Los asalariados extranjeros estarán sujetos a la obligación del seguro y las cotizaciones
sometiéndose a la legislación del país en que trabajen.
Art 18
En los países que carezcan de legislación sobre el seguro obligatorio de muerte, al entrar en
vigor inicialmente este Convenio, se considerará que cualquier sistema existente de pensiones
no contributivas cumple con los requisitos del Convenio si garantiza un derecho individual de
pensión en las condiciones determinadas por los artículos 19 a 25.
LEGISLACIÓN NACIONAL.
● CÓDIGO DE TRABAJO
CAPÍTULO III
Art. 313. En caso de muerte del trabajador, el patrono queda obligado a entregar
inmediatamente a las personas que dependían económicamente de aquél prefiriéndolas por el
orden en que las hubiere enumerado en su contrato, de en su defecto, en cualquier registro de
la empresa, y para que se invierta especialmente en el sepelio del trabajador, una cantidad
equivalente a sesenta dias de salario, básico, pero en ningún caso la prestación aludida podrá
ser inferior a doscientos cincuenta colones ($28.57)
Art. 337.- Las indemnizaciones por muerte del trabajador se pagarán en forma de pensiones,
así: A los hijos, hasta que cumplan dieciocho años, pero si al cumplir dicha edad se hallaren
incapacitados totalmente para el trabajo y hubieren transcurrido menos de diez años desde la
muerte del trabajador, se deberá continuar pagando la indemnización hasta que transcurran
dichos diez años o hasta que cesare la incapacidad, si esto ocurriere antes. Al cónyuge o
compañero de vida, durante diez años, salvo que a la muerte del trabajador tuviere cincuenta
años o más, pues en este caso la pensión será vitalicia. A los ascendientes durante diez años.
A las demás personas que dependían económicamente del trabajador, durante tres años; pero
si se tratare de menores de dieciocho años, se les pagará la indemnización por el tiempo que
falte para que cumplan dicha edad, sin exceder en ningún caso el límite de tres años. Si al
cumplir dieciocho años se hallaren incapacitados totalmente para el trabajo y hubieren
transcurrido menos de tres años desde la muerte del trabajador, se deberá continuar pagando
la indemnización hasta que transcurran dichos tres años o hasta que cesare la incapacidad, si
esto ocurriere antes.
Art. 338.- El patrono estará obligado a pagar en concepto de indemnización, una cantidad
que se calculará con base en el salario básico que devengaba la víctima y cuya cuantía será:
a) De un cuarenta por ciento, si sólo hubiere un beneficiario; b) De un sesenta por ciento, si
hubiere dos beneficiarios; c) De un ochenta por ciento, si hubiere tres beneficiarios; y ch) De
un ciento por ciento, si hubiere cuatro o más beneficiarios. Cuando concurran cónyuge o
compañero de vida y otros beneficiarios, corresponderá al primero el cuarenta por ciento de
la cantidad que deba pagarse, y el resto a los demás por partes iguales; a menos que sólo
concurra con el cónyuge o compañero de vida otro beneficiario, pues en tal caso
corresponderá el cincuenta por ciento a cada uno. Si la dependencia económica de los
favorecidos fuere parcial, en el caso del inciso segundo del Art. 336, se reducirán
proporcionalmente los porcentajes contenidos en este artículo, a juicio prudencial del Juez
competente.
Art. 339.- El cónyuge o compañero de vida que fuere varón, tendrá derecho a la
indemnización correspondiente, siempre que, a juicio de peritos, no tenga aptitud para el
trabajo.
Los derechos que por esta Ley se conceden al cónyuge o compañero de vida caducarán si éste
contrajere nupcias o viviere en concubinato.
También perderá su derecho el cónyuge o compañero de vida que abandonare a los hijos
menores de dieciocho años habidos con la víctima.
CAPITULO I
CREACIÓN Y OBJETO
Art. 2.- El seguro social cubrirá en forma gradual los riesgos a que están expuestos los
trabajadores por causa de:
e) Muerte.
CAPITULO V
Art. 51 Inc. 2° - En caso de muerte del asegurado, sus deudos tendrán derecho a la ayuda
establecida en el Art. 66
Art. 58.- En caso de muerte del asegurado, por causa de accidente de trabajo o enfermedad
profesional, sus deudos tendrán derecho a los beneficios establecidos en la Sección Sexta de
este Capítulo.
SECCIÓN SEXTA
Art. 66.- El fallecimiento del asegurado o pensionado causará derecho a una cuota única para
gastos de sepelio, que el Instituto entregará a sus deudos o a quien hubiera costeado los
funerales.
Art 67.- El fallecimiento del trabajador asegurado o pensionado causará derecho a pensión de
sobrevivientes para las personas que dependían económicamente de él. Las normas para el
otorgamiento de tales pensiones, requisitos para que haya lugar al derecho, el cálculo y
fijación del monto y modalidades de su otorgamiento, deberán determinarse en los
reglamentos respectivos.
Art. 68.- Siendo varios los beneficiarios de pensiones por causa de muerte, y concurriendo en
algunos de ellos las circunstancias que, de acuerdo con los reglamentos suspendan el derecho
a la pensión, la cuota que pudiera corresponderles en la misma acrecerá a las de los demás en
la cuantía y circunstancias que establezcan dichos reglamentos.
Art. 69.- Los reglamentos determinarán la forma, el monto, el principio de pago y la duración
de los beneficios otorgados en esta Sección.
c) Si el afiliado hubiere estado pensionado por la modalidad de renta programada con renta
vitalicia diferida, se procederá como sigue, según sea el caso:
Art. 149.- Para que los beneficiarios de pensión de sobrevivencia tengan derecho a la
garantía estatal de la pensión mínima, el afiliado causante debe haber cumplido alguno de los
siguientes requisitos, según sea el caso:
a) Tres años de cotizaciones durante los cinco años anteriores a la fecha del fallecimiento; o,
b) Estar cotizando al momento en que falleció, en caso de muerte por accidente común, y
siempre que hubiere cotizado al menos seis meses durante los últimos doce y que el accidente
haya ocurrido después de su afiliación; o,
Art. 183.- Para los efectos de esta Ley, se denominará Sistema de Pensiones Público a los
regímenes de invalidez, vejez y muerte administrados por el Instituto Salvadoreño del Seguro
Social, y por el Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos, incluyendo a los
beneficiarios de la Ley de Incorporación al Instituto de Pensiones de los Empleados Públicos
de las Jubilaciones y Pensiones Civiles a cargo del Estado, de fecha veintinueve de marzo de
mil novecientos noventa, publicada en Diario Oficial Número 86, Tomo 307 del seis de abril
de mil novecientos noventa (Decreto 474); del Decreto Número 667 del Sistema Temporal de
Pensiones de Vejez, de fecha diecinueve de diciembre de mil novecientos noventa, publicado
en Diario Oficial Número doscientos ochenta y seis, Tomo 309, del veinte de diciembre de
mil novecientos noventa; y sus correspondientes reformas.
Las personas que se encontraren afiliadas en uno de los programas de invalidez, vejez y
muerte administrado por el Instituto Salvadoreño del Seguro Social o por el Instituto
Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos, se someterán a las disposiciones que en
esta Ley se decretan y a las contenidas en las Leyes de dichos Institutos, en lo que no se
oponga ni sea incompatible con la presente Ley, a partir de la fecha en que entre en
operaciones el Sistema de Ahorro para Pensiones de conformidad con el artículo 233 de esta
Ley.
c) Si fuere un asegurado que no hubiere registrado cotizaciones por un período mayor a los
doce meses antes de su deceso, siempre que totalice diez años de cotizaciones al Sistema.
Beneficiarios
a) Los hijos del afiliado hasta la edad de 18 años o hasta los 24 años si realizan estudios de
enseñanza básica, media, técnica o superior; o de cualquier edad si son discapacitados.
c) Los padres del causante, si no existieren otros beneficiarios, si fueren mayores de 60 años
de edad el padre y mayor de 55, la madre, al momento de ocurrir la muerte del afiliado. No
obstante lo anterior, si los padres tienen la condición de inválidos a ese momento, no se harán
exigibles dichas edades.
Beneficios
Art. 205.- Las pensiones de viudos, viudas o convivientes, serán abonadas mensualmente,
por un monto igual al 50% de la pensión que percibía el causante o que habría tenido derecho
a recibir por vejez a la fecha de su fallecimiento. Esta caducará por matrimonio, unión no
matrimonial o fallecimiento del beneficiario.
Art. 206.- Las pensiones de orfandad de cada hijo, ascenderán al 25% de la pensión que
percibía el causante o de la que éste hubiere tenido derecho a recibir por vejez. Si la orfandad
es de padre y madre, dicha pensión se elevará al 40%.
Art. 207.- La suma de las pensiones de viudez y orfandad ocasionadas por un mismo
causante, no podrá exceder del 100% de la pensión que percibía el causante o de la que habría
tenido derecho a recibir por vejez. Si fuera mayor, se reducirá proporcionalmente hasta
alcanzar dicho límite.
Art. 208.- Si procediere el derecho a pensión de ascendiente, el padre y la madre recibirán
cada uno el equivalente al 30% de la pensión que percibía o habría tenido derecho el causante
a la fecha de su fallecimiento. Si sólo existiere uno de ellos, corresponderá al 40%.
SEGURIDAD E HIGIENE DEL TRABAJO.
CONCLUSIÓN