Amós 2. Oráculo Contra Israel
Amós 2. Oráculo Contra Israel
Amós 2. Oráculo Contra Israel
Proféticos y Sapienciales
Informe de lectura: El oráculo contra Israel: una lectura de Amós 2,6-16
Presentado por: Daniel Mauricio Figueroa Jaimes
AMÓS 2, 6-16
Uno de los textos más representativos del profeta Amós, es el del oráculo contra Israel, el
octavo, los demás, dirigidos, uno contra Judá y los seis primeros contra pueblos paganos.
Su importancia tiene razón de ser por el contenido del oráculo y cada uno de los elementos
que lo hacen único y distinto de los demás oráculos.
La estructura de los seis primeros oráculos es la misma en todos ellos (introducción del oráculo,
destinatario, exposición del pecado, castigo y conclusión del pecado) . No obstante, en el oráculo contra
Israel, cambia a partir de la descripción del pecado, en donde no es uno sino varios y con
unos matices interesantes, seguido de una requisitoria profética acompañada de un prólogo
histórico que menciona la intervención de Yahvé en la historia del pueblo.
Comentario
A partir del análisis exegético y detallado de las distintas voces y contextos, se resaltan los
siguientes elementos del oráculo:
Así dice el Señor
La introducción a todos los oráculos. Aquí se destaca el llamado de Amós por parte de
Dios, en el que el profeta, sirviendo de mediador hace la denuncia de cómo Dios ha
cambiado su actitud con respecto a su pueblo por las faltas, mencionadas a partir de una
fórmula matemática para acentuar que las fallas del pueblo son numerosas y constantes, es
decir, su comportamiento es peor que el de los paganos y, por ende, surge el oráculo.
Denuncia de los pecados de Israel
Los pecados cometidos son denunciados porque la falla va dirigida a las relaciones
interpersonales, una clara tendencia idolátrica y las faltas de los funcionarios del reino. La
primera parte de la acusación, las personas afectadas refieren al justo, indigente, mísero y
pobre.
El justo es aquel, desde la línea de Amós el que es cercano y unido a Dios, pues la justicia
procede de Yahvé. El indigente no puede valerse por sí mismo; el pobre es el oprimido
cuyo camino es torcido y desechado y mísero es frágil y humillado. El justo y el pobre son
sinónimos para Amós y delante de Dios la condición social no califica a alguien de justo o
no, sino más bien la relación de ese alguien con Dios.
La acción de vender y pisotear pone de manifiesto la desequilibrada situación social en el
Reino del Norte, dado que ha desaparecido la fraternidad, equidad y solidaridad entre los
hermanos. Pisotear significa evadir a los pobres para que no puedan buscar el bien que
anhelan.
La segunda parte de la denuncia de los pecados de Israel describe cómo el pueblo volvió
como costumbre un comportamiento censurable, en donde cada hombre ha estado
frecuentando a la joven, es decir, la diosa cananea Ashera para profanar el nombre de Dios
y caer en la idolatría.
La tercera parte, denuncia el desequilibrio entre ricos y pobre, pues los ricos, explotan a los
menos favorecidos y dejan a un lado la solidaridad.
Requisitoria profética
Característica de Amós, esta requisitoria resalta por medio del prólogo histórico la obra de
Dios en medio de Israel, haciendo una síntesis breve del credo histórico, la destrucción del
amorreo (la tierra prometida que habitó Israel) por parte de Dios, y la acusación sobre como
en plena oposición a Dios, pervirtieron al Nazireo, que buscaban libremente a Dios para
consagrarse a él y a los profetas, a quienes no permitieron que el canal de comunicación
entre Dios y el hombre se pudiera abrir.
Formulación del castigo
El profeta resalta que el castigo que recibirá Israel será el de perder todo aquello en lo que
los Israelitas confiaban, no en lo material sino en lo humano, es decir, no habrá fortaleza ni
vigor, ni consistencia, ni mucho menos huir, dado que la humillación y esclavitud llegará a
todos.
En conclusión, el oráculo contra Israel subraya que el pecado del pueblo elegido se reviste
de tal gravedad, precisamente por esa elección divina, en donde se espera una respuesta
acorde a la alianza con Dios y por consiguiente el castigo irá referido al ámbito humano,
pues el pueblo se apartó de Dios y le traicionó adorando otros dioses y destruyéndose entre
sí.