Giros Epistemicos
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Utopía y Praxis Latinoamericana / Año 14. Nº 46 (Julio-Septiembre, 2009) Pp. 143 - 157
Revista Internacional de Filosofía Iberoamericana y Teoría Social / ISSN 1315-5216
CESA – FACES – Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
RESUMEN ABSTRACT
En este trabajo se presentan las principa- En este trabajo se presentan las principa-
les críticas a la racionalidad positivista de la les críticas a la racionalidad positivista de la
Modernidad y al corpus científico de estas cien- Modernidad y el corpus científico de estas cien-
cias. El contexto de esa crítica está dado por el cias. El contexto de esa crítica está dado por el
pensamiento posmoderno y complejo, que con- pensamiento posmoderno y complejo, que con-
sidera insuficiente el paradigma cartesiano de la sidera insuficiente el paradigma cartesiano de la
experiencia de la conciencia y la unidad del mé- experiencia de la conciencia y la unidad del mé-
todo, puesto que la constitución de la realidad es todo, puesto que la constitución de la realidad es
transdisciplinar pues surge de un complejo fe- transdisciplinar que surge de un complejo fenó-
nómeno intersubjetivo entre la racionalidad de meno intersubjetivo entre la racionalidad de los
los sujetos y los objetos de comprensión e inter- sujetos y los objetos de comprensión e interpre-
pretación. La fluidez y desorden, el caos y la in- tación. La fluidez y desorden, el caos y la incer-
certidumbre, son las relaciones de los nuevos tidumbre, son las relaciones de los nuevos pro-
procesos racionales que cuestionan la concep- cesos racionales que cuestionan la concepción
ción de linealidad, causalidad, probabilidad, ex- de linealidad, causalidad, probabilidad, experi-
perimento, de un mundo objetivado y estático. mento, de un mundo objetivado y estático. La
La realidad está formada por otros movimientos realidad está formada por otros movimientos
múltiples y heterogéneos que producen espa- múltiples y heterogéneos que producen espa-
cios inéditos de aparición. cios inéditos de aparición.
Palabras clave: Racionalidad, modernidad, Key words: Racionalidad, modernidad, pos-
posmodernidad, complejidad. modernidad, complejidad.
1 LANZ, R (1998). Temas posmodernos. Crítica de la razón formal, Colección Doxa y Episteme Nº 5. Cara-
cas. Fondo Editorial Tropykos. p. 13. Cfr. También de LANZ las siguientes obras: (1993). El discurso pos-
moderno. Crítica de la razón escéptica, Caracas Universidad Central de Venezuela. (1998). Ibid., La deri-
va posmoderna del sujeto, Caracas, Universidad Central de Venezuela.
2 Cfr. SANTOS, Boaventura De Sousa (1995). Una introducción a la Ciencia Posmoderna, Caracas, Uni-
versidad Central de Venezuela.
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disciplinas particulares puesto que en la Posmodernidad se parte de la idea que los proble-
mas sociales no pueden ser visto desde la totalidad.
Es decir, que el hecho mismo de reconocer abiertamente la pluralidad, diversidad,
implica que hay una ruptura con el modo de ver los hechos sociales desde el universalismo,
la totalidad. Esto es así por la sencilla razón de cómo se debe interpretar la dinámica de la
sociedad a partir de registros múltiples y diferentes, pero que debe ser relacionada a partir
de un complejo sistema de interacciones: unas expresas y otras tácitas, unas trascendentes y
otras inmanentes. Indiscutiblemente tiene que ser estudiada la realidad desde otros supues-
tos filosóficos, ontológicos, antropológicos, éticos, lógicos, que quiebren y transiten desde
los modelos de las disciplina a la interdisciplariedad y de ésta a la transdisciplinariedad.
Asimismo, aparecerán nuevos conceptos como lo son: la multidisciplinariedad y pluridis-
ciplinariedad, con el fin de llegar a la interdisciplinariedad y la trasdiciplinariedad, puesto
que son estos tipos de lógicas más polivalentes e intersubjetivas, las que marcarán una base
fundamental para comprender la realidad a los efectos de superar el racionalismo instru-
mental de las ciencias positivas3.
6 DELGADO, C (2008). “Transdisciplinariedad”, in: BIAGINI, H & ROIG, AA (Eds). Diccionario de Pen-
samiento Alternativo Latinoamericano, Argentina, Biblos.
7 MARTÍNEZ MIGUÉLES, M (2007). Transdisciplinariedad y lógica dialéctica. Un enfoque para la compleji-
dad del mundo actual. http://prof.usb.ve/miguelm/transdiscylogicadialectica.html. Consultado: 20/10.
8 DÍAZ, E (2008). Posmodernidad, Alfa=Biblos, Argentina. Venezuela.
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truida por la propia razón instrumental, rompiendo con la idea de “progreso”. Asimismo sur-
gen nuevas teorías y metodologías que pretenden fortificarse como paradigmas aunque,
como lo expresa Méndez, “todavía están en construcción discutiendo su propia fundamenta-
ción epistemológica. Entre estas teorías tenemos: La fenomenología, propuesta por Schult; el
interaccionismo simbólico, propuesto por Meed; la etnometodología, propuesto por Garfin-
kel; la teoría de la acción comunicativa, propuesta por Hebermas; (…) la investigación ac-
ción, propuesta por Lewin o Borda; la metodología holística, entre otros”9.
Ante ello, habría que preguntarse si efectivamente la Posmodernidad es o no una
nueva manera de estudiar la realidad; sí estas teorías y metodologías que surgen con la Pos-
modernidad responden satisfactoriamente a la manera de problematizar y resolver los nue-
vos fenómenos sociales emergentes que no pueden ser “aprehendidos” con los modelos ra-
cionales de la Modernidad. Y, por último, ¿cómo hacer para evitar caer en los errores que se
cometieron en la Modernidad?.
Este reto que asume y trae consigo la Posmodernidad abre una amplia gama de alter-
nativas en pro de resaltar, entre otras cosas, -como se ha mencionado antes- la diversidad,
relatividad, pluralidad de las cosas, así como también, nuevas lógicas epistemológicas;
marcando aun más la diferencias con la Razón de la Modernidad.
Entre algunos de los puntos que sirven de diferencian entre lo que es la Modernidad y
la Posmodernidad, tenemos los siguientes:
Cuadro 1
Modernidad Posmodernidad
10 Cfr. HEIDEGGER, M (1975). Ser, verdad y fundamento, Caracas, Monte Ávila Editores.
11 Cfr. BERMEJOS, D (2005). Posmodernidad: Pluralidad y Transversalidad, Barcelona, Anthropos, p. 11.
12 Ibid., p. 5.
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Es innegable que los grandes cambios que se han generado en el mundo, son produci-
dos por las complejas dinámicas que emergen de los actores de la sociedad. Los seres hu-
manos en su afán por superarse continuamente, crean las condiciones, las posibilidades
materiales (técnica y científicamente) para que esos cambios sean efectivos en el tiempo y
en el espacio. La razón es su principal instrumento para lograr ese objetivo: transformar la
realidad en la medida que el pensamiento evoluciona históricamente a través de los conoci-
mientos que obtiene gracias a la racionalidad. En eso consiste el desarrollo de la civiliza-
ción humana desde que se suprimió la Magia y el Mito, y se tuvo acceso al dominio de la ra-
cionalidad y a la conversión de ésta en el orden a partir del cual pensamos la realidad. Es de-
cir, el pensamiento racional es lo que nos da la característica principal de nuestra
humanidad, pero a la vez es el que nos procura nuestro desarrollo civilizatorio en el mundo.
Diversas han sido, entonces, las formar de pensar y razonar el mundo, nuestras con-
cepciones de lo que somos y de lo que el mundo nos hacer ser sufren una transformación
cualitativa y cuantitativamente en cada época, desde la griega hasta la actual. En cada épo-
ca (Antigua, Medieval, Renacentista, Moderna –y posmoderna)– con sus particulares pro-
cesos de transición hemos diagnosticado y proyectado el sentido de la vida en aras de un
universal humano cada vez más completo.
Ese universal siempre ha portado un ideal de libertad que en la sociedad se ha preten-
dido alcanzar a través de muchos medios: desde el misticismo y la especulación filosófica
hasta el racionalismo científico. Terminó prevaleciendo el pensamiento científico y tecno-
lógico sobre la filosofía y más todavía sobre la política. El tiempo histórico siempre, tarde o
temprano, pone en evidencia los aciertos y errores de las ciencias y sus crisis humanísticas.
Nuestra imagen y representación del mundo siempre es sometida a la prueba de la crítica
racional. Pero no todas las racionalidades son de igual forma y contenido.
En cada época la Razón (idealidad) y sus racionalismos (materialidad) crean domi-
nios y estructuras de poder. Así se podría hablar de razón teológica y de razón científica,
sólo por considerar dos puntos extremos. Estas dos racionalidades tienen una cosmovisión
del mundo muy diferente (o in-diferente entre sí) acerca del hombre y su historia. Pero el
mundo, precisamente, cambia y se transforma de acuerdo a nuestra visión (cosmos) de su
devenir. La Modernidad se auto representó racionalmente un mundo que reflejó una forma
de pensar determinada y preconcebida.
Ese mundo racionalmente científico, objeto del pensamiento calculador, predictivo,
científico, resultó ser un enemigo para el ser humano, más en el desarrollo de la sociedad capita-
lista que privilegia el mercado y el consumo. Esta es una característica fundamental de la razón
de la Modernidad, que explica en mucho el fracaso y la crisis de esta forma de pensamiento, al
considerar que podemos ser capaces de conocer la estructura esencial de la realidad del mundo
y transformarla en beneficio exclusivo de los intereses de la ciencia y de la economía. Este tipo
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de racionalidad científica dejó de lado la noción de Bien y Justicia que se requieren para huma-
nizar más al hombre, no para entrar en contradicción con su ser genérico.
El paradigma de este modelo de Razón es el que se cuestiona desde la crítica de un
nuevo paradigma que busca favorecer el desarrollo de otras formas del pensar racional.
Ante una concepción de la racionalidad, sobre todo la que se denomina científica, tan estre-
chamente sintética y reductora, es preciso plantear otra cosmovisión del mundo que pro-
pongan alternativas que la superen17.
Pensar en una racionalidad que transforme y se autotransforme, que sea menos mono-
lógica y más dialógica, es un proyecto de ciencia y de humanidad que responde a los desafíos
que plantea la crisis de la racionalidad Moderna. Desde diversas áreas del conocimiento cien-
tífico se vienen tejiendo una serie de postulados que nos permiten considerar que es posible y
justo la cancelación del paradigma de la razón autosuficiente. Estas tendencias del pensa-
miento son: la teoría de la información, la cibernética, la teoría de sistemas, la teoría del caos,
que nos permiten comprender que los sistemas están parcialmente en equilibrio pero que su
tendencia es al desequilibrio como medio de autotransformación. Es decir, que el mundo es
una realidad que puede ser entendida a partir de múltiples elementos constitutivos con un alto
grado de entropía, contingencia, mutabilidad, inestabilidad, que no responden exclusiva-
mente a sistema deductivos, reductivos y/o coactivos.
El filósofo francés E. Morin, entre otros científicos, entiende esta nueva forma de
pensar, esta nueva teoría de la racionalidad (posmoderna) como un pensar complejo18. Una
realidad que se estudie desde este punto de vista es compleja porque presenta problemas
que no pueden ser fragmentados y no pueden ser estudiados por la teoría positivista de la
Modernidad. Porque la realidad transcurre a partir y entre fenómenos no causales sino alea-
torios, sus procesos de comprensión son complejos porque requieren ser vistos desde
múltiples niveles de estructuración.
Este nuevo saber es visto por Morin como un desafío que abre la posibilidad de pen-
sar trascendiendo las incertidumbres y las contradicciones. Asimismo, manifiesta que la
“complejidad incluye la imperfección porque incluye la incertidumbre y el reconocimiento
de lo irreductible”19.
El pensamiento de la complejidad tiene que ver con la diversidad de elementos que
componen una situación, con un planteamiento envuelto de interacción, heterogeneidad,
de azar; que articula los conocimientos. “La conciencia de la complejidad nos hace com-
prender que no podremos escapar jamás a la incertidumbre y que jamás podremos tener un
saber total: “la totalidad es la no verdad”20”, es lo que firma Morin porque el conocimiento
no puede estudiarse en sí mismo, sino que debe relacionársele con el entorno. Por lo que la
Cuadro 2
Permite mantener la dualidad en el
P. Dialógicos
seno de la unidad. (Asocia orden y
desorden).
Esta idea es la que manifiesta Morin al querer explicar el pensamiento complejo. Así
las relaciones sociales no son sistema estables (cerrados) porque para Morin su comporta-
miento se aproxima a los sistemas inestables (abiertos), autoorganizados a través de otras
relaciones intrasistémicas donde se combinan características que nos obliga a movilizarnos
en una visión muy diferente del comportamiento social lineal. Pues, el sistema es muy sus-
ceptible o voluble a los cambios o transformaciones, a relaciones de intervención o incerti-
dumbre que le dan al sentido de la acción una polisemia de significados a explorar desde las
prácticas sociales que le sirven de medio.
De las variadas definiciones que da Morin sobre la complejidad, al menos hay dos de
singular importancia que aclaran su supuesto epistémico. Estas son:
integrando los modos simplificadores del pensar, pero sin caer en el reduccionis-
mo, ni en la unidimensionalidad. La complejidad se presenta con los rasgos per-
turbadores del desorden, de lo enredado, la ambigüedad y la incertidumbre; sien-
do nuestro contexto actual. Además asume la dificultad de evitar contradicciones
lógicas en el avance de los conocimientos y la comprensión”21.
iii) el principio hologramático, no sólo se es parte del todo, sino que el todo está en
cada una de las partes;
iv) el principio de adaptación y evolución conjunta, que considera que los proce-
sos de autoorganización los sistemas complejos se transforman conjuntamente
con su entorno: no puede suceder ningún cambio sin que se produzcan las varia-
ciones correspondientes entre unos y otros;
21 Ibid., p. 32.
22 MORIN, E (1996). “Por una reforma del entendimiento”, in: Correo de la UNESCO, Febrero.
23 Ibidem.
Zugey VELÁSQUEZ
154 Nuevos giros epistémicos para superar el modelo positivista
24 Cfr. SOTOLONGO, P (2007). Teoría social y vida cotidiana. La sociedad como sistema dinámico comple-
jo, Acuario, La Habana.
25 SOTOLONGO, P & DELGADO, C (2006). La revolución contemporánea del saber y la complejidad. Ha-
cia unas ciencias sociales de nuevo tipo, Buenos Aires, Argentina, Centro Latinoamericano de Ciencias
Sociales.
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el desequilibrio o caos, atenta contra su estabilidad. Los conceptos que maneja el pensar y
las teorías de la complejidad, nos permiten descubrir que en el campo de la racionalidad
científica de las ciencias sociales existen varios mitos o dogmas que hay que colocarlos
bajo la lupa de esta crítica epistémica. La tesis central será un mundo irregular, donde no
hay leyes, sino una gama de alternativas con sensibilidad en condiciones iniciales y de
fronteras. El pensamiento de la complejidad deja de ser dicotómico, característica sosteni-
da por la Modernidad, para pasar a ser formulado en sistema de redes. En tal sentido, los sis-
temas complejos se van a exteriorizar y se desplazan de abajo hacia arriba, de lo local a lo
global, pero no considerados en términos de jerarquización; por el contrario, se apuesta a
sociedades distributivas y no jerárquicas.
Sotolongo manifiesta, que la complejidad es un mundo del orden y del desorden; del
equilibrio y del desequilibrio simultáneamente, en el cual pequeñas consecuencias pueden
generar grandes efectos que hasta cierto punto son inexplicable. Lo que demuestra que no
todo puede ser controlado o dominado por la racionalidad humana. Por otro lado, la com-
plejidad admite las particularidades, éstas forman parte dialéctica de una universalidad
compleja que no las considera excluyentes sino implicativas. Se nos muestra un mundo di-
ferente donde no hay probabilidades ni causalidad lineal, sino que potencia las posibilida-
des, no se predice se prevé, por lo que amplía el campo de la indagación.
En definitiva, lo que reconoce abiertamente Sotolongo, y con quien compartimos sus
argumentos, es que se está en presencia de un cambio de episteme tan marcado que hasta en
la vida cotidiana se siente y se vive. Es a través de este nuevo pensamiento que está en curso
que es posible reconocer que en el diálogo y la cotidianidad es donde se puede hacer esa re-
construcción epistemológica del saber científico reconociendo sus límites, entre otras co-
sas, para superar las dicotomías del pensamiento científico clásico.
Lo que el pensamiento complejo puede hacer, es darle a cada uno una señal, una
ayuda a la memoria, que le recuerde: <No olvides que la realidad es cambiante, no
olvides que lo nuevo puede surgir, de todos modos, va a surgir>. La complejidad
se sitúa en un punto de partida para una acción más rica, menos mutilante. O creo
profundamente que cuanto menos mutilante sea un pensamiento, menos mutilará
a los humanos. Hay que recordar las ruinas que las visiones simplificantes han
producido, no solamente en el mundo intelectual, sino también en la vida. Sufi-
cientes sufrimientos aquejaron a millones de seres como resultado de los efectos
del pensamiento parcial unidimensional27.
Con lo antes expuesto, se aprecia lo abierto que se presenta este nuevo pensamiento,
así como también algunos puntos de encuentro con la Posmodernidad. Con esto no se pre-
tende ni se quiere decir que hablar de Posmodernidad es hablar de pensamiento complejo
porque no es así. Primero, porque son formas de pensamientos con particularidades y espe-
cifidades evidentes; una se interpreta como una crisis final de la Modernidad, la otra porque
reformula todo el campo del pensamiento filosófico y epistemológico en su racionalidad
universalidad. La similitud es que son contemporáneas en el tiempo y responden a tenden-
cias desconstructivas de los modelos científicos. Sin embargo, se busca resaltar, entre otras