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Giros Epistemicos

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NOTAS Y DEBATES DE ACTUALIDAD

Utopía y Praxis Latinoamericana / Año 14. Nº 46 (Julio-Septiembre, 2009) Pp. 143 - 157
Revista Internacional de Filosofía Iberoamericana y Teoría Social / ISSN 1315-5216
CESA – FACES – Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela

Nuevos giros epistémicos para superar el modelo positivista


de la disciplinariedad en las ciencias sociales
New Epistemic Directions to Surpass the Positivist Model
of Disciplinarity in the Social Sciences
Zugey VELÁSQUEZ
Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos, Universidad del Zulia,
Maracaibo, Venezuela

RESUMEN ABSTRACT
En este trabajo se presentan las principa- En este trabajo se presentan las principa-
les críticas a la racionalidad positivista de la les críticas a la racionalidad positivista de la
Modernidad y al corpus científico de estas cien- Modernidad y el corpus científico de estas cien-
cias. El contexto de esa crítica está dado por el cias. El contexto de esa crítica está dado por el
pensamiento posmoderno y complejo, que con- pensamiento posmoderno y complejo, que con-
sidera insuficiente el paradigma cartesiano de la sidera insuficiente el paradigma cartesiano de la
experiencia de la conciencia y la unidad del mé- experiencia de la conciencia y la unidad del mé-
todo, puesto que la constitución de la realidad es todo, puesto que la constitución de la realidad es
transdisciplinar pues surge de un complejo fe- transdisciplinar que surge de un complejo fenó-
nómeno intersubjetivo entre la racionalidad de meno intersubjetivo entre la racionalidad de los
los sujetos y los objetos de comprensión e inter- sujetos y los objetos de comprensión e interpre-
pretación. La fluidez y desorden, el caos y la in- tación. La fluidez y desorden, el caos y la incer-
certidumbre, son las relaciones de los nuevos tidumbre, son las relaciones de los nuevos pro-
procesos racionales que cuestionan la concep- cesos racionales que cuestionan la concepción
ción de linealidad, causalidad, probabilidad, ex- de linealidad, causalidad, probabilidad, experi-
perimento, de un mundo objetivado y estático. mento, de un mundo objetivado y estático. La
La realidad está formada por otros movimientos realidad está formada por otros movimientos
múltiples y heterogéneos que producen espa- múltiples y heterogéneos que producen espa-
cios inéditos de aparición. cios inéditos de aparición.
Palabras clave: Racionalidad, modernidad, Key words: Racionalidad, modernidad, pos-
posmodernidad, complejidad. modernidad, complejidad.

Recibido: 08-02-2009 · Aceptado: 10-06-2009


Zugey VELÁSQUEZ
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1. INTRODDUCIÓN: NUEVOS CAMINOS PARA LAS CIENCIAS SOCIALES


Según Lanz, las tradicionales “disciplinas científicas” están tocadas de raíz por la re-
volución epistemológica que está suponiendo la posmodernidad. Esta transformación pro-
funda del piso epistémico donde se fundó la racionalidad moderna abre un amplio campo
para la innovación, para el refrescamiento de concepciones, para la aparición de nuevas
prácticas, para el cultivo de otro tipo de experiencia respecto al conocimiento1. A partir de
este planteamiento es obvio el reconocimiento de la Modernidad como un modo de pensar
y de hacer a través del desarrollo de las ciencias positivistas.
En su momento estas ciencias, como lo señala Boaventura de Sousa2, cumplieron su
función de hacer explicativo modelos de la realidad que funcionaban en la medida que esos
modelos reproducían aquellas instancias de la realidad susceptible de control, cálculo, me-
dida y cantidad, como si fuera un objeto concreto en sí mismo. Este tipo de ciencias ampa-
rada en el principio experimental de la demostración (verificación de la verdad objetiva)
científica, fueron insuficientes para ofrecer una interpretación más profunda que implicará
la exploración de otras relaciones que se desestimaron como importantes para la visión de
conjunto que permitía la totalidad. Se trataba, entonces, de esclarecer una dimensión de las
relaciones que constituían la realidad desde una perspectiva holística y epifenoménica de la
realidad. Otros sistemas que subyacían a las relaciones formales externas de la realidad, no
eran estudiados por las teorías del conocimiento y sus modelos, pues el dogma de la racio-
nalidad era la unidad de las relaciones del sistema que servía de soporte a la realidad. Esa
concepción de una estructura estática sobre la que se hacían emergentes las ciencias positi-
vas, evitaba las interpretaciones críticas y el poder heurístico que portan las ciencias del
sentido o hermenéuticas para la comprensión de la complejidad del mundo social que debe
ser considerada a partir de la desestructuración que sufre la realidad hasta lograr descen-
trarla de su núcleos duros, a través de una concepción de la diferencia y la diversidad de
planos en conjunción y disociación que convierten a la realidad en un haz de luz que se
despliega por todas partes, casi inaccesible a cualquiera de los tipos de modelos de
conocimiento basado en lógicas de explicación causal.
Puede decirse que con este planteamiento se reconoce la incapacidad de los marcos
teóricos de la racionalidad Moderna que hasta épocas recientes aparecían abanderando las
ciencias sociales, –producto de la Modernidad– al momento de explicar la realidad social
creciente y compleja.
Ahora bien, no hay que negar que gracias a la Posmodernidad se propicia un intere-
sante avance en las ciencias sociales –a pesar del no reconocimiento de este fenómeno por
varios autores–; y nos referimos al hecho particular de prescindir del estudio de los fenó-
menos desde la disciplinariedad. Se abre para las Ciencias Sociales la posibilidad de abor-
dar la realidad de una manera completamente diferente a como se planteó en la Moderni-
dad. Esta nueva manera de abordar la realidad no significa, precisamente, avanzar desde la

1 LANZ, R (1998). Temas posmodernos. Crítica de la razón formal, Colección Doxa y Episteme Nº 5. Cara-
cas. Fondo Editorial Tropykos. p. 13. Cfr. También de LANZ las siguientes obras: (1993). El discurso pos-
moderno. Crítica de la razón escéptica, Caracas Universidad Central de Venezuela. (1998). Ibid., La deri-
va posmoderna del sujeto, Caracas, Universidad Central de Venezuela.
2 Cfr. SANTOS, Boaventura De Sousa (1995). Una introducción a la Ciencia Posmoderna, Caracas, Uni-
versidad Central de Venezuela.
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 14, No. 46 (2009), pp. 143 - 157 145

disciplinas particulares puesto que en la Posmodernidad se parte de la idea que los proble-
mas sociales no pueden ser visto desde la totalidad.
Es decir, que el hecho mismo de reconocer abiertamente la pluralidad, diversidad,
implica que hay una ruptura con el modo de ver los hechos sociales desde el universalismo,
la totalidad. Esto es así por la sencilla razón de cómo se debe interpretar la dinámica de la
sociedad a partir de registros múltiples y diferentes, pero que debe ser relacionada a partir
de un complejo sistema de interacciones: unas expresas y otras tácitas, unas trascendentes y
otras inmanentes. Indiscutiblemente tiene que ser estudiada la realidad desde otros supues-
tos filosóficos, ontológicos, antropológicos, éticos, lógicos, que quiebren y transiten desde
los modelos de las disciplina a la interdisciplariedad y de ésta a la transdisciplinariedad.
Asimismo, aparecerán nuevos conceptos como lo son: la multidisciplinariedad y pluridis-
ciplinariedad, con el fin de llegar a la interdisciplinariedad y la trasdiciplinariedad, puesto
que son estos tipos de lógicas más polivalentes e intersubjetivas, las que marcarán una base
fundamental para comprender la realidad a los efectos de superar el racionalismo instru-
mental de las ciencias positivas3.

2. ACTUALIDAD DE LA RACIONALIDAD EPISTÉMICA POSMODERNA


EN LAS CIENCIAS SOCIALES: MÁS ALLÁ DE LA UNIDAD
DEL MÉTODO
Se trata de desafiar el modo racional que está anclado en nuestros pensamientos al que-
rer estudiar los fenómenos sociales según el modelo disciplinar de las ciencias: el mundo y
toda la realidad que lo envuelve se comporta funcionalmente de acuerdo a las leyes que lo de-
terminan. Por lo que no es tarea fácil cortar de raíz esa manera de concebir el mundo.
Según Méndez, “las disciplinas responden a la delimitación de objetos o de espacios
o problemas específicos de la realidad. Estableciendo su propia autonomía”4. En tal senti-
do, desde esta mirada quedan a un lado muchos aspectos de interés que serían importantes
considerarlos, por lo que es necesario romper con las fronteras que existen entre las dife-
rentes especialidades, para favorecer la reapropiación cognitiva de categorías y estrategias
de conocimientos provenientes de otras disciplinas en el interior de un discurso
disciplinario.
La necesidad de hacer práctico esto, es una renovación continua de los estudios en las
ciencias sociales: una multiplicidad de perspectivas insistiendo en la relatividad de las mis-
mas, y evitar el supra dominio de la universalidad científica sobre el particular existencial;
relación comparable entre las ciencias naturales y, por oposición, las ciencias del sentido,
de la intersubjetividad, la alteridad, que indagan en el sentido oculto que porta la vida hu-
mana que se desarrolla en sociedad. Esto debería preocuparnos a la hora de la interpreta-
ción que se realiza en las ciencias y las ciencias sociales en general5.

3 DÍAZ-MONTIEL, ZC (2006). “Crítica a la razón instrumental de las instituciones políticas de la Modernidad”.


Utopía y Praxis Latinoamericana. Año. 11, nº. 32, Enero-Marzo, CESA, Universidad del Zulia, Maracaibo.
4 MÉNDEZ, E (2003). ¿Cómo no naufragar en la era de la informática?. Epistemología para internáutas e
investigadores, Maracaibo, Venezuela. EdiLUZ, p. 46.
5 FOLLARI, R (2007). Epistemología y sociedad, Argentina, Homo Sapiens.
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Esta propensión a una nueva mirada de la realidad a través de enfoques transdiscipli-


narios en las ciencias sociales6, conlleva a la aparición de nuevos problemas de orden meto-
dológico y epistemológico. Entre los actores de estas prácticas y los problemas y/o conflic-
tos que están a la espera de solución: está el sentido de la acción social intersubjetiva que
demanda la aceptación y el reconocimiento por parte de los actores. No existe sentido auto-
donado por sí en cada uno de los sistema de relacionalidad porque el sentido que se percibe
en la realidad es compartido a través de un conjunto de relaciones donde la dotación de la
significación del sentido está en “manos” de un colectivo social diverso en razón de su dife-
rencialidad según los patrones de conducción social para la integración o desintegración.
Quienes sean practicantes de estas relaciones sociales múltiples deben compartir sus aso-
ciaciones desde diversos planos, entre éstos el discursivo y para ello requieren legislar so-
bre los valores, las motivaciones, las reflexiones, críticas, argumentación, promovidas por
la praxis social individual o colectiva. Pero debe tenerse presente, que una disciplina puede
reivindicar su particularidad sólo en cuanto se convierte a sí misma en interdisciplinar; y
que las discusiones que hoy prevalecen acerca de la inter/ multi / pluri y transdiciplinarie-
dad revelan que el desarrollo de las Ciencias Sociales durante el siglo XX, ha avanzado más
allá de alcanzar un sentido de especialización7.
Es conveniente considerar cada una de estas perspectivas de interacción disciplinar
que comprometen la validez del paradigma de la racionalidad de la Modernidad, pues abre
grandes y severas fisuras en el mapa cognoscitivo de las ciencias positivas. Las nuevas
ciencias, sobre todo las sociales, al estudiar el sentido de la acción humana en cuanto senti-
do que porta y transmite la intersubjetividad, se aproxima a ese plano de la acción que está
condicionado por la revelación hermenéutica de su significación, ya que el sujeto que la
porta y transfiere es un sujeto de conciencia intencional con una capacidad de designación,
que es la que permite comprender los contenidos y sentidos ocultos de la realidad

3. LA POSMODERNIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES: CRISIS DE LA


RACIONALIDAD MONOLÓGICA
La Posmodernidad trajo consigo una serie de cambios en las ciencias sociales; uno de
estos, es la redención del hombre, pues deja de ser percibido como objeto. Surge una nueva
racionalidad, el hombre es visto como un ser activo admitiéndose en este sentido el estudio
de dimensiones subjetivas8.
En tal sentido, la Posmodernidad personifica una nueva manera de repensar, de reinter-
pretar la realidad en la cual se reconoce que es el propio hombre y no los metarrelatos quienes
construyen las prácticas diarias, y como tal deben de estudiarse dándole cabida a la diversi-
dad y pluralidad; reconociendo al otro como parte integrante de él, de su entorno, de su vida
cotidiana. Se replantean las relaciones sociales en correspondencia a sus estructuras, logran-
do nuevas maneras de estudiar la realidad social. Pues la idea del “individuo libre” fue des-

6 DELGADO, C (2008). “Transdisciplinariedad”, in: BIAGINI, H & ROIG, AA (Eds). Diccionario de Pen-
samiento Alternativo Latinoamericano, Argentina, Biblos.
7 MARTÍNEZ MIGUÉLES, M (2007). Transdisciplinariedad y lógica dialéctica. Un enfoque para la compleji-
dad del mundo actual. http://prof.usb.ve/miguelm/transdiscylogicadialectica.html. Consultado: 20/10.
8 DÍAZ, E (2008). Posmodernidad, Alfa=Biblos, Argentina. Venezuela.
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truida por la propia razón instrumental, rompiendo con la idea de “progreso”. Asimismo sur-
gen nuevas teorías y metodologías que pretenden fortificarse como paradigmas aunque,
como lo expresa Méndez, “todavía están en construcción discutiendo su propia fundamenta-
ción epistemológica. Entre estas teorías tenemos: La fenomenología, propuesta por Schult; el
interaccionismo simbólico, propuesto por Meed; la etnometodología, propuesto por Garfin-
kel; la teoría de la acción comunicativa, propuesta por Hebermas; (…) la investigación ac-
ción, propuesta por Lewin o Borda; la metodología holística, entre otros”9.
Ante ello, habría que preguntarse si efectivamente la Posmodernidad es o no una
nueva manera de estudiar la realidad; sí estas teorías y metodologías que surgen con la Pos-
modernidad responden satisfactoriamente a la manera de problematizar y resolver los nue-
vos fenómenos sociales emergentes que no pueden ser “aprehendidos” con los modelos ra-
cionales de la Modernidad. Y, por último, ¿cómo hacer para evitar caer en los errores que se
cometieron en la Modernidad?.
Este reto que asume y trae consigo la Posmodernidad abre una amplia gama de alter-
nativas en pro de resaltar, entre otras cosas, -como se ha mencionado antes- la diversidad,
relatividad, pluralidad de las cosas, así como también, nuevas lógicas epistemológicas;
marcando aun más la diferencias con la Razón de la Modernidad.
Entre algunos de los puntos que sirven de diferencian entre lo que es la Modernidad y
la Posmodernidad, tenemos los siguientes:

Cuadro 1
Modernidad Posmodernidad

• Se trabaja bajo la idea de leyes universales. • Se trabaja bajo la idea de relatividad.


• Apuesta al futuro (progreso). • Se centra en el presente.
• Se legitima a través de metarrelatos. • Trata de legitimarse reconociendo la
diversidad.
• Promueve la utilización de métodos de las
ciencias naturales. • Promueve la integración de métodos en el cual
lo cualitativo marcará la pauta.
Fuente: elaboración propia, 2008.

En general, no hay dudas para entender que la Posmodernidad es un clima, el espíritu de


una época en el cual se aprecian nuevas realidades a través de unos fenómenos que requieren
ser estudiados más allá del rango de la objetividad objetivante de la razón científica a la que nos
ha acostumbrado la Modernidad. La desconfiguración de la realidad no porta ninguna posible
reconfiguración de acuerdo a los elementos ya conocidos que intentan una reproducción fiel y
exacta a lo que previamente portaba el momento cognitivo de la realidad “dada”. La compren-
sión de la realidad cancela ese momento positivo del hecho real, por sus tramas subyacentes, es
decir, va más allá de la huella que una realidad interpretada expresa o comunica. El otro orden
de ella que queda susbsumido por la presencia metafísica, de la objetivación del hecho como

9 MÉNDEZ, E (2003). Op. cit., p. 49.


Zugey VELÁSQUEZ
148 Nuevos giros epistémicos para superar el modelo positivista

condición empírica de la realidad, es lo que ahora interesa para recomprender el sentido de la


vida y del mundo10. Se trata, entonces, de elaborar esa mirada subjetiva que expone la realidad
en un sentido reconstructivo para poder develar las otras tramas invisibles que pulsan sobre el
fenómeno de la apariencia de la realidad.
Por supuesto entran en la palestra nuevos actores, nuevas situaciones, donde se afilia
el juego del “todo se vale”, afirmándose un cambio de paradigma definido por la pluralidad
para darle cabida, entre otros aspectos, a la razón posmoderna.
Para Bermejos11 la pluralidad que se presenta en la Posmodernidad es una “plurali-
dad radical” optando por una racionalidad y realidad diferente, y para ello este autor se sus-
tenta en lo planteado por Welsch mediante su “Razón transversal” cuando sustenta que no
puede dejarse a un lado el concepto de razón, pero éste tiene que ser visto de otra manera,
no entendido como unidad sino que esta racionalidad debe reconocer en todo momento la
pluralidad convirtiéndose de esta manera en una pluralidad radical.
Para explicarse mejor, Bermejos manifiesta que existen dos tipos de pluralidad: la ra-
dical y la absoluta. La pluralidad radical consistiría en la hibridación de lo unitario y lo
plural, en el cual hay una conexión entre la estructura de lo racional y real, logrando el con-
texto actual que es la complejidad; mientras que la pluralidad absoluta se referirá a la plu-
ralidad que solo reconoce una sola razón, por lo que separa y niega cualquier conexión que
pueda darse entre los diversos tipos de racionalidad.
En efecto, la razón girará en torno a la crítica y no a la unidad, viéndose a la razón de
manera plural, compleja. De este modo la crítica y la pluralidad van a ser las banderas de la
nueva racionalidad que se puede lograr a través la idea de transversalidad o razón transver-
sal planteada –como se mencionó anteriormente- por Welsch 12 que no es más que entender
la razón desde la unidad y pluralidad dejando al descubierto la complejidad.
Este sería, para este autor, cumplida la Posmodernidad, el nuevo pensamiento del
cual se hablará y estudiará; sin dejar de reconocer, entre otras cosas, las alternativas que tra-
jo consigo la Posmodernidad al momento de estudiar la realidad no como un Todo absoluto
y estático, sino al Todo como un status que responde a un movimiento más complejo donde
las partes que lo constituyen están permanentemente en deconstrucción. No es posible, en-
tonces, un solo modo de concebir y comprender, abordad la realidad; menos aún, si habla-
mos de las diversidad de tramas que conforman la realidad social. Las posturas posmoder-
nas de alguna manera entran a cuestionar cualquier tipo de procesos funcionales o lineales
con los cuales se pretenda estudiar la realidad y considerar que los resultados son objetiva-
mente científicos, puesto que de ellos se logra alguna explicación universal de esos
procesos sociales intersubjetivamente motivados.
La realidad social siempre está abierta a una hermenéusis múltiple y posracionalista.
Es decir, ella porta un universo plural de significaciones donde los sistemas de compren-
sión sufren diversas formas de interacciones que surgen de las dinámicas no autorreguladas
del sistema. Eso podría entenderse desde el pensamiento complejo, como un movimiento
de reflexión y acción epistémico entre los objetos cognitivos temáticos de un tipo de cono-

10 Cfr. HEIDEGGER, M (1975). Ser, verdad y fundamento, Caracas, Monte Ávila Editores.
11 Cfr. BERMEJOS, D (2005). Posmodernidad: Pluralidad y Transversalidad, Barcelona, Anthropos, p. 11.
12 Ibid., p. 5.
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cimiento y la interacción de otros objetos desarrollados intersubjetivamente en diversos


contextos de la racionalidad13. Se hace emergente la idea de que no es suficiente una episte-
me que de cuenta de lo que es el conocimiento disciplinar, sino que la propia comprensión
fenomenológica de la realidad considera la aprehensión de la realidad en sentido multifor-
me y transdisciplinar. La idea de que el conocimiento no es único y absoluto por parte de un
dominio de las ciencias, abre el espacio de comprensión de los procesos científicos de la
racionalidad que permite plantear la diversidad de planos de comprensión de la realidad.
Para Lanz la diversidad de posturas y cuestiones críticas que genera la Posmoderni-
dad estimulan el desarrollo de enfoques que favorecen la transdiciplinariedad, lo que per-
mite perspectivas múltiples del estudio del sujeto en su interacción con la sociedad y la na-
turaleza14. Es lo que también considera Lanz, a favor de la Posmodernidad entendida como
una postura de la racionalidad que busca descentrar y desfundamentar los aprioris científi-
cos de la racionalidad moderna que había planteado la concepción del sujeto epistemológi-
co como eje de la auténtica racionalidad, sin percatarse que las condiciones ontológicas del
sujeto están influenciado los cambios cognoscitivos de las categorías con las cuales históri-
camente el sujeto se presenta frente al mundo como sujeto activo de la acción de conoci-
miento, y no como sujeto pasivo receptor del conocimiento. Señala Lanz al respecto: “Po-
dría asegurar, sin grandes riesgos, que una teoría posmoderna del sujeto (una nueva con-
cepción el sujeto en la posmodernidad) pasa por la asunción consistente de una perspectiva
epistemológica transdiciplinaria”15.
La realización del proyecto de la racionalidad Modernidad, termina desfasada de una
filosofía fenomenológica del conocimiento que permita considerar las fluctuaciones de la
realidad a partir de un haz multidireccional que no admite el supuesto de alguna totalidad.
Por el contrario, se trata de asumir el sentido de encrucijada como indican Follari-Lanz, al
considerar los fenómenos sociales, vistos desde la Posmodernidad, como no estructurables
en sí mismos ya que no pueden permanecer condicionados por el horizonte restrictivo de la
teoría o de las prácticas metodo-lógicas deductivas16.

13 MÁRQUEZ-FERNÁNDEZ, Á (2000). “Razón posmoderna y discurso antrópico”. Revista Venezolana de


Ciencias Sociales. UNERMB, Vol. 4, Nº 2, Diciembre.
14 Cfr. LANZ, R (1998). Op. cit., p. 23.
15 Ibid., p. 28.
16 FOLLARI, R & LANZ, R (1998). Enfoques sobre posmodernidad en América Latina, Caracas, Sentido.
p. 121.
Zugey VELÁSQUEZ
150 Nuevos giros epistémicos para superar el modelo positivista

3. EL PENSAMIENTO COMPLEJO EN LAS CIENCIAS SOCIALES:


LOS SISTEMAS DINÁMICOS MULTIVERSOS

“El pensamiento es a la vez uno/múltiple, polimorfo,


abierto, versátil; puede aplicarse a todos los problemas
y por tanto a todos los problemas del conocimiento”.
Edgar Morin.

Es innegable que los grandes cambios que se han generado en el mundo, son produci-
dos por las complejas dinámicas que emergen de los actores de la sociedad. Los seres hu-
manos en su afán por superarse continuamente, crean las condiciones, las posibilidades
materiales (técnica y científicamente) para que esos cambios sean efectivos en el tiempo y
en el espacio. La razón es su principal instrumento para lograr ese objetivo: transformar la
realidad en la medida que el pensamiento evoluciona históricamente a través de los conoci-
mientos que obtiene gracias a la racionalidad. En eso consiste el desarrollo de la civiliza-
ción humana desde que se suprimió la Magia y el Mito, y se tuvo acceso al dominio de la ra-
cionalidad y a la conversión de ésta en el orden a partir del cual pensamos la realidad. Es de-
cir, el pensamiento racional es lo que nos da la característica principal de nuestra
humanidad, pero a la vez es el que nos procura nuestro desarrollo civilizatorio en el mundo.
Diversas han sido, entonces, las formar de pensar y razonar el mundo, nuestras con-
cepciones de lo que somos y de lo que el mundo nos hacer ser sufren una transformación
cualitativa y cuantitativamente en cada época, desde la griega hasta la actual. En cada épo-
ca (Antigua, Medieval, Renacentista, Moderna –y posmoderna)– con sus particulares pro-
cesos de transición hemos diagnosticado y proyectado el sentido de la vida en aras de un
universal humano cada vez más completo.
Ese universal siempre ha portado un ideal de libertad que en la sociedad se ha preten-
dido alcanzar a través de muchos medios: desde el misticismo y la especulación filosófica
hasta el racionalismo científico. Terminó prevaleciendo el pensamiento científico y tecno-
lógico sobre la filosofía y más todavía sobre la política. El tiempo histórico siempre, tarde o
temprano, pone en evidencia los aciertos y errores de las ciencias y sus crisis humanísticas.
Nuestra imagen y representación del mundo siempre es sometida a la prueba de la crítica
racional. Pero no todas las racionalidades son de igual forma y contenido.
En cada época la Razón (idealidad) y sus racionalismos (materialidad) crean domi-
nios y estructuras de poder. Así se podría hablar de razón teológica y de razón científica,
sólo por considerar dos puntos extremos. Estas dos racionalidades tienen una cosmovisión
del mundo muy diferente (o in-diferente entre sí) acerca del hombre y su historia. Pero el
mundo, precisamente, cambia y se transforma de acuerdo a nuestra visión (cosmos) de su
devenir. La Modernidad se auto representó racionalmente un mundo que reflejó una forma
de pensar determinada y preconcebida.
Ese mundo racionalmente científico, objeto del pensamiento calculador, predictivo,
científico, resultó ser un enemigo para el ser humano, más en el desarrollo de la sociedad capita-
lista que privilegia el mercado y el consumo. Esta es una característica fundamental de la razón
de la Modernidad, que explica en mucho el fracaso y la crisis de esta forma de pensamiento, al
considerar que podemos ser capaces de conocer la estructura esencial de la realidad del mundo
y transformarla en beneficio exclusivo de los intereses de la ciencia y de la economía. Este tipo
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 14, No. 46 (2009), pp. 143 - 157 151

de racionalidad científica dejó de lado la noción de Bien y Justicia que se requieren para huma-
nizar más al hombre, no para entrar en contradicción con su ser genérico.
El paradigma de este modelo de Razón es el que se cuestiona desde la crítica de un
nuevo paradigma que busca favorecer el desarrollo de otras formas del pensar racional.
Ante una concepción de la racionalidad, sobre todo la que se denomina científica, tan estre-
chamente sintética y reductora, es preciso plantear otra cosmovisión del mundo que pro-
pongan alternativas que la superen17.
Pensar en una racionalidad que transforme y se autotransforme, que sea menos mono-
lógica y más dialógica, es un proyecto de ciencia y de humanidad que responde a los desafíos
que plantea la crisis de la racionalidad Moderna. Desde diversas áreas del conocimiento cien-
tífico se vienen tejiendo una serie de postulados que nos permiten considerar que es posible y
justo la cancelación del paradigma de la razón autosuficiente. Estas tendencias del pensa-
miento son: la teoría de la información, la cibernética, la teoría de sistemas, la teoría del caos,
que nos permiten comprender que los sistemas están parcialmente en equilibrio pero que su
tendencia es al desequilibrio como medio de autotransformación. Es decir, que el mundo es
una realidad que puede ser entendida a partir de múltiples elementos constitutivos con un alto
grado de entropía, contingencia, mutabilidad, inestabilidad, que no responden exclusiva-
mente a sistema deductivos, reductivos y/o coactivos.
El filósofo francés E. Morin, entre otros científicos, entiende esta nueva forma de
pensar, esta nueva teoría de la racionalidad (posmoderna) como un pensar complejo18. Una
realidad que se estudie desde este punto de vista es compleja porque presenta problemas
que no pueden ser fragmentados y no pueden ser estudiados por la teoría positivista de la
Modernidad. Porque la realidad transcurre a partir y entre fenómenos no causales sino alea-
torios, sus procesos de comprensión son complejos porque requieren ser vistos desde
múltiples niveles de estructuración.
Este nuevo saber es visto por Morin como un desafío que abre la posibilidad de pen-
sar trascendiendo las incertidumbres y las contradicciones. Asimismo, manifiesta que la
“complejidad incluye la imperfección porque incluye la incertidumbre y el reconocimiento
de lo irreductible”19.
El pensamiento de la complejidad tiene que ver con la diversidad de elementos que
componen una situación, con un planteamiento envuelto de interacción, heterogeneidad,
de azar; que articula los conocimientos. “La conciencia de la complejidad nos hace com-
prender que no podremos escapar jamás a la incertidumbre y que jamás podremos tener un
saber total: “la totalidad es la no verdad”20”, es lo que firma Morin porque el conocimiento
no puede estudiarse en sí mismo, sino que debe relacionársele con el entorno. Por lo que la

17 Cfr. VATTIMO, G et al (1990). En Torno a la posmodernidad, Barcelona, Anthropos Editorial.


18 Un interesante Dossier se publicó bajo el título “Edgard Morin: de la complejidad d la multiversidad. Los
nuevos escenarios del Saber”, en Utopía y Praxis Latinoamericana Año: 12, nº. 38, Julio-Septiembre de
2009, bajo la coordinación del Dr. Pedro Sotolongo, la Cátedra sobre Teorías y Pensar Complejos y el Insti-
tuto de Filosofía de La Habana (Cuba), con la colaboración de Edgar Morin, Mayra Paula Espina Prieto,
Antonio Correa Iglesias, Yohanka León del Río, Denis Najmanovich, Carlos Rodríguez Gutiérrez, Álvaro
B. Márquez-Fernández, Jorge Liberati y Frei Betto. Disponible la versión electrónica (PDF), en www.scie-
lo.org.ve
19 MORIN, E (1998). Introducción al pensamiento Complejo, Barcelona, España, Gedisa, p. 143.
20 Ibid., p. 101.
Zugey VELÁSQUEZ
152 Nuevos giros epistémicos para superar el modelo positivista

complejidad es un pensamiento que no rechaza lo simple, sino por el contrario lo articula


con otros elementos. Para explicar aún más en que consiste el pensamiento complejo, Mo-
rin nos habla de seis principios –que en este aparte mencionaremos tres, para luego
mencionar el resto–. Estos principios contribuyen a pensar la complejidad.
Estos principios toman en cuenta la interacción en su relación con el contexto, pues
se crea un movimiento recursivo en un mundo de fluctuaciones, aleatorio, de bifurcaciones,
de tiempos múltiples.
Morin habla y explica que el principio dialógico, el principio de recursividad organiza-
cional y el principio hologramático, integran los elementos que conforman la complejidad;
donde el orden y el desorden están presentes, donde la reductividad no puede ser la premisa
de investigación porque es limitante, donde la realidad es concebida, sobre todo al momento
de estudiarla, de abordarla, como una trama de relaciones en permanente transformación a
través de un pensamiento que considera “las partes en el todo y el todo en las partes”.

Cuadro 2
Permite mantener la dualidad en el
P. Dialógicos
seno de la unidad. (Asocia orden y
desorden).

Rompe con la idea lineal de causa-


efecto. Es un ciclo, todo lo es
P. de Recursividad
producido vuelve sobre aquello que
Organizacional lo ha producido.

Ve las partes en el todo y el todo en


las partes. Está ligada a la idea
P. Hologramático
recursiva y dialógica.
Fuente: elaboración propia con base en Morin (1998).

Esta idea es la que manifiesta Morin al querer explicar el pensamiento complejo. Así
las relaciones sociales no son sistema estables (cerrados) porque para Morin su comporta-
miento se aproxima a los sistemas inestables (abiertos), autoorganizados a través de otras
relaciones intrasistémicas donde se combinan características que nos obliga a movilizarnos
en una visión muy diferente del comportamiento social lineal. Pues, el sistema es muy sus-
ceptible o voluble a los cambios o transformaciones, a relaciones de intervención o incerti-
dumbre que le dan al sentido de la acción una polisemia de significados a explorar desde las
prácticas sociales que le sirven de medio.
De las variadas definiciones que da Morin sobre la complejidad, al menos hay dos de
singular importancia que aclaran su supuesto epistémico. Estas son:

1) (…) un tejido (complexus: lo que esté tejido en conjunto) de constituyentes he-


terogéneas inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo múlti-
ple (…) la complejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado, de
lo inextricable, del desorden, la ambigüedad, la incertidumbre (…). En pocas pa-
labras la complejidad se refiere a problema no a solución. La complejidad busca
interrelacionar variedad de elementos que pueden pensarse no adecuadamente,
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 14, No. 46 (2009), pp. 143 - 157 153

integrando los modos simplificadores del pensar, pero sin caer en el reduccionis-
mo, ni en la unidimensionalidad. La complejidad se presenta con los rasgos per-
turbadores del desorden, de lo enredado, la ambigüedad y la incertidumbre; sien-
do nuestro contexto actual. Además asume la dificultad de evitar contradicciones
lógicas en el avance de los conocimientos y la comprensión”21.

2) El pensamiento de la complejidad no es de ningún modo un pensamiento que


rechaza la certeza para sustituirla por la incerteza, que rechaza la separación para
incluir inseparabilidad, que rechaza la lógica para permitirse transgresiones. La
propuesta consiste, por el contrario, en efectuar un ir y venir incesante entre certe-
za e incerteza, entre lo elemental y lo general, entre lo separable y lo inseparable
(…) Se trata de articular los principios de orden y desorden, de separación y
unión, de autonomía y dependencia, que son al mismo tiempo complementarios,
competidores y antagónicos en el seno del universo22.

La idea general de sus planteamientos es considerar la realidad social como sistema


autotransformable. Al desaparecer la concepción causal-lineal de la razón Moderna, en-
tonces, el espacio de interacción donde convergen los fenómenos de la realidad en sus orí-
genes, se abren a un diversidad de tramas mucho más profundas. Esto le permite a Morin,
formular al menos, seis principios que sustentan la teoría de la complejidad23:

i) el principio dialógico (relación entre elementos inseparables);

ii) el principio de recursividad organizativa, según el cual, captada y producida la


información, el sistema complejo consigue mantener una dinámica adecuada en-
tre continuidad y ruptura. Al mismo tiempo en que se conservan sus estructuras
esenciales (recurrentemente reformuladas), se adquieren nuevas propiedades de
adaptación y modificación del entorno. El sistema no se modifica desde afuera: se
autoorganiza, porque está compuesto de elementos con capacidad de aprendizaje;

iii) el principio hologramático, no sólo se es parte del todo, sino que el todo está en
cada una de las partes;

iv) el principio de adaptación y evolución conjunta, que considera que los proce-
sos de autoorganización los sistemas complejos se transforman conjuntamente
con su entorno: no puede suceder ningún cambio sin que se produzcan las varia-
ciones correspondientes entre unos y otros;

v) el principio de no proporcionalidad o no linealidad de la relación causa-efecto:


hechos menores pueden desencadenar procesos de cambios mayores. El sistema

21 Ibid., p. 32.
22 MORIN, E (1996). “Por una reforma del entendimiento”, in: Correo de la UNESCO, Febrero.
23 Ibidem.
Zugey VELÁSQUEZ
154 Nuevos giros epistémicos para superar el modelo positivista

complejo es altamente sensible a las condiciones que prevalecen sujetas o relacio-


nadas con la “fuerza de los pequeños acontecimientos”;

vi) el principio de la sensibilidad a las condiciones iniciales; a la más leve modifi-


cación de las condiciones iniciales de surgimiento y organización de un sistema
complejo, pueden darse resultados muy diferentes.

El supuesto “científico” de que la “ciencia” es una estructura que se organiza alrede-


dor de un “centro”, aún guardando relación con su exterioridad, siempre es un orden de
causalidad que no hace posible la discontinuidad. Sobre todo, porque la acción del sujeto
cognoscente termina fuera del proceso de conocimiento. Esto es muy cuestionable porque,
precisamente, el pensamiento de la complejidad lo que descubre es que la “estructura de la
ciencia” tiene un carácter altamente holístico que permite incorporar la actividad subjetiva
del investigador perceptor-receptor de la realidad. Esta nueva relación en la estructura cog-
noscitiva de la ciencia, considera la ciencia como un conocimiento intersubjetivamente
comunicado y compartido.
Se trata de entender que los sistemas son dinámicos vistos desde cualquier punto de
vista, donde los principios que propone Morin para el estudio de la realidad se hacen efecti-
vos. Todo sistema está referido por innumerables tipos de perturbaciones que afectan en su
conjunto las condiciones de su organización inicial, en razón de varias variables: porque
cambia la velocidad del sistema; porque son distintos los observadores; porque las coorde-
nadas espaciales se han modificado; porque los cuerpos materiales han sufrido alteraciones
o, en fin, porque es prácticamente imposible determinar el completo estado actual del un fe-
nómeno dado. En suma, no siempre se conocen toda la información suficiente para prede-
cir los acontecimientos futuros de los sistemas dinámicos24.
Carlos Delgado y Pedro Sotolongo25, dos investigadores del Instituto de Filosofía de
La Habana, estudiosos del pensamiento de la complejidad y seguidores de E. Morin, consi-
deran que ésta postura epistémica que está conformada por diversas interacciones teóricas
y prácticas del conocimiento, ya mencionadas, y a la que se le ha dado el nombre de Com-
plejidad, no tiene porque ser asociada a una forma de pensar y conocer complicada. Lo que
pretende es estudiar aspectos inéditos que en las ciencias positivas de la Modernidad, son
planteados dentro de los problemas de investigación de forma holística e intercontextual.
Es un saber que apuesta por no desmembrar la totalidad al momento de estudiarla ya
que es imprescindible la relación con la época y las características políticas, éticas, socioló-
gicas, etc., propias de la totalidad histórica. La mirada del investigador social debe ser poli-
céntrica, situarse en un postura donde la trama a estudiar se revele en toda su diversidad,
ésta es una condición indispensable para producir un conocimiento transdisciplinar desde
el interior del sistema de relaciones estudiado, que permanece en un proceso de
diferenciación constante.

24 Cfr. SOTOLONGO, P (2007). Teoría social y vida cotidiana. La sociedad como sistema dinámico comple-
jo, Acuario, La Habana.
25 SOTOLONGO, P & DELGADO, C (2006). La revolución contemporánea del saber y la complejidad. Ha-
cia unas ciencias sociales de nuevo tipo, Buenos Aires, Argentina, Centro Latinoamericano de Ciencias
Sociales.
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 14, No. 46 (2009), pp. 143 - 157 155

A diferencia de la investigación social clásica de la Modernidad, que parte de la rela-


ción dualista entre sujeto y objeto, en el pensar de la complejidad no entiende la interpreta-
ción de la acción de sujeto como separada del objeto, sino que es resultado de esa co-pre-
sencia ontológica. Más bien considera que el objeto sólo es definible en su relación con el
sujeto. Es decir, que se comprende la realidad como una construcción intersubjetiva de los
sujetos sociales en sus diferentes manifestaciones. Más todavía, la interpretación del objeto
por parte del sujeto siempre implica una semiosis acerca de la recomprensión que sufre el
objeto en el sistema de relaciones que organizan los sujetos.
Son prácticas significantes que cada sujeto o actor social construyen en la medida
que sufren una reelaboración conceptual o teórica, en razón de los diferentes contextos de
la interacción. Eso hace posible abrir el sistema de los objetos y las relaciones subjetivas de
los sujetos a otras acciones. Precisamente, porque el sujeto o los sujetos, en este proceso vi-
vencial y existencial de la acción que promueven la transformación se autotransforman y
resignifican la realidad en referencia a otras semiosis o prácticas sociales. La interpretación
de la acción social no es una premodificación de conductas programables, debido a que las
acciones que se proyectan en la realidad son contingente. Este presupuesto que Morin defi-
ne como la reflexividad, permite entender que el sujeto de la acción social es parte del estu-
dio de esa acción que lo hace concreto al reconocerse que es el sujeto del objeto social e his-
tórico. Precisamente, porque el sujeto está integrado a la comprensión de la(s) acción(es)
social(es). Es el movimiento de la reflexividad en la construcción del conocimiento.
Para Sotolongo, la importancia del pensar de la complejidad es que ésta emana de la
praxis cotidiana, donde las herramientas cognitivas construidas por la episteme de la Mo-
dernidad no poseen suficiente capacidad heurística para poder aprehender y solucionar de
manera no reduccionista los fenómenos. Es diferente del saber analítico y lineal proclama-
do por la Modernidad, pues busca una gama de alternativas de comportamientos no lineales
y de formas fractálicas no clásicas. Para Sotolongo, las bases de este saber contemporáneo
se manifiesta a través de lo que él llama las cinco direcciones de pensamiento y praxis, que
profundizan en la contribución de la no linealidad y transcidiplinariedad de nuevo tipo, es-
tas “direccionalidades” son: la bioética global y profunda, el enfoque de la complejidad, el
ambientalismo holístico, los estudios Ciencia- tecnología – sociedad (Estudios CTS), y la
nueva epistemología o de 2º orden (epistemología de la reflexividad)26.
De cada una de estas “direccionalidades” nuestro investigador latinoamericano va
dejando claro que no hay dudas de la existencia de unas mutaciones cualitativas en el saber
de la racionalidad Moderna. Ella se presentaba con respecto del conocimiento instituido
por las ciencias, como conocimiento objetivo y sin alternativas.
Otro concepto clave del pensamiento de la complejidad, es el concepto de “atractor”
que se entiende como ese movimiento por el que el equilibrio de la realidad se desintegra
por medio de un desplazamiento de la centralidad de la razón hacia los bordes o periferia de
las teorías y métodos. Ese alejamiento pone en riesgo la fundamentación ontológica del co-
nocimiento como unidad racional absoluta y universal, ya que la aproximación a lo que es

26 SOTOLONGO P (2007). El Pensamiento –y las ciencias– de la complejidad y las estrategias de indaga-


ción de fenómenos complejos, Material de Clases. IIIª Edición del Seminario de Investigaciones Epistémi-
cas. Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos (CESA), Universidad del Zulia, Maracaibo, Vene-
zuela.
Zugey VELÁSQUEZ
156 Nuevos giros epistémicos para superar el modelo positivista

el desequilibrio o caos, atenta contra su estabilidad. Los conceptos que maneja el pensar y
las teorías de la complejidad, nos permiten descubrir que en el campo de la racionalidad
científica de las ciencias sociales existen varios mitos o dogmas que hay que colocarlos
bajo la lupa de esta crítica epistémica. La tesis central será un mundo irregular, donde no
hay leyes, sino una gama de alternativas con sensibilidad en condiciones iniciales y de
fronteras. El pensamiento de la complejidad deja de ser dicotómico, característica sosteni-
da por la Modernidad, para pasar a ser formulado en sistema de redes. En tal sentido, los sis-
temas complejos se van a exteriorizar y se desplazan de abajo hacia arriba, de lo local a lo
global, pero no considerados en términos de jerarquización; por el contrario, se apuesta a
sociedades distributivas y no jerárquicas.
Sotolongo manifiesta, que la complejidad es un mundo del orden y del desorden; del
equilibrio y del desequilibrio simultáneamente, en el cual pequeñas consecuencias pueden
generar grandes efectos que hasta cierto punto son inexplicable. Lo que demuestra que no
todo puede ser controlado o dominado por la racionalidad humana. Por otro lado, la com-
plejidad admite las particularidades, éstas forman parte dialéctica de una universalidad
compleja que no las considera excluyentes sino implicativas. Se nos muestra un mundo di-
ferente donde no hay probabilidades ni causalidad lineal, sino que potencia las posibilida-
des, no se predice se prevé, por lo que amplía el campo de la indagación.
En definitiva, lo que reconoce abiertamente Sotolongo, y con quien compartimos sus
argumentos, es que se está en presencia de un cambio de episteme tan marcado que hasta en
la vida cotidiana se siente y se vive. Es a través de este nuevo pensamiento que está en curso
que es posible reconocer que en el diálogo y la cotidianidad es donde se puede hacer esa re-
construcción epistemológica del saber científico reconociendo sus límites, entre otras co-
sas, para superar las dicotomías del pensamiento científico clásico.

Lo que el pensamiento complejo puede hacer, es darle a cada uno una señal, una
ayuda a la memoria, que le recuerde: <No olvides que la realidad es cambiante, no
olvides que lo nuevo puede surgir, de todos modos, va a surgir>. La complejidad
se sitúa en un punto de partida para una acción más rica, menos mutilante. O creo
profundamente que cuanto menos mutilante sea un pensamiento, menos mutilará
a los humanos. Hay que recordar las ruinas que las visiones simplificantes han
producido, no solamente en el mundo intelectual, sino también en la vida. Sufi-
cientes sufrimientos aquejaron a millones de seres como resultado de los efectos
del pensamiento parcial unidimensional27.

Con lo antes expuesto, se aprecia lo abierto que se presenta este nuevo pensamiento,
así como también algunos puntos de encuentro con la Posmodernidad. Con esto no se pre-
tende ni se quiere decir que hablar de Posmodernidad es hablar de pensamiento complejo
porque no es así. Primero, porque son formas de pensamientos con particularidades y espe-
cifidades evidentes; una se interpreta como una crisis final de la Modernidad, la otra porque
reformula todo el campo del pensamiento filosófico y epistemológico en su racionalidad
universalidad. La similitud es que son contemporáneas en el tiempo y responden a tenden-
cias desconstructivas de los modelos científicos. Sin embargo, se busca resaltar, entre otras

27 MORIN, E (1998). Op. cit., p. 118.


Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 14, No. 46 (2009), pp. 143 - 157 157

cosas, como la Posmodernidad pertenece al campo de las transformaciones y busca alterna-


tivas que favorezcan los nuevos saberes originales. Ambas hablan de incertidumbre, relati-
vidad, de la no totalidad, la necesidad de asumir lo incierto, considerar la ambigüedad,
entre otros aspectos que se mantienen ocultos de la realidad que es fenoménica.
La Posmodernidad y complejidad coinciden de alguna manera, en que sus saberes se
nutren y cobran fuerza de la transdiciplinariedad; pues ésta reconoce la multidimensionali-
dad de la realidad; además, la transdisciplinariedad forma parte de los frutos de la
Posmodernidad.
Ambas vanguardias del pensamiento y de la acción, marcan un límite que ha sido re-
basado por la crítica de una episteme de las ciencias, una política de conocimiento y una fi-
losofía de la hermenéutica, que indudablemente viene a contribuir a la creación de nuevos
escenarios sociales donde se pueden desarrollar las condiciones de vida desde relaciones
sociales efectivamente integradas en sistemas de no lineales y no jerárquicos.
Esto abre la oportunidad a que actores sociales emerjan de las dinámicas cotidianas
de la vida y sus simbolizaciones, lenguajes y representaciones. Los “objetos de estudio” ya
no están enmarcados en categorías lógicas universales, sino en los patrones de vida de la
realidad singular donde son las características que se producen en el seno de las culturas las
que se deberán considerar como los elementos de composición de los sistemas sociales.
Son en estas formas culturales de lo cotidiano y de las prácticas sociales colectivas, donde
se deben situar los análisis e interpretaciones de lo que es el hecho social y las vivencias hu-
manas que forman parte de él. Es la salida a la esfera de la realidad de las múltiples relacio-
nalidades que forman parte de los sistemas de interacción donde el sentido y la intención de
los sujetos o colectivos sociales se manifiestan.
Adolfo José Bueno Castro Cursó los tres últimos años de Bachillera-
to en “The Lawrenceville School”, lo cual le permitió entrar a Princeton
University, institución liberal de gran altura impregnada de “secular hu-
manism”.
La experiencia sembró en su mente serios interrogantes cuya res-
puesta requería mayor madurez intelectual. Dejó Princeton en el pe-
núltimo año de “Liberal Arts” para estudiar Sagrada Teología. Obtuvo
su Doctorado en la Universidad del Luterano con una tesis sobre un pro-
fesor de Oxford: The vision of History of C.H. Dodd. Pensaba encontrar
en Roma, en un contexto de simbiosis entre fe y razón, un “training” si-
milar al de Princeton pero la Academia era inferior. Aprendió la filoso-
fía de la escuela Tomista en boga, que no proporcionaba las armas para
impugnar el bien entramado “secular humanism”. Intensificó entonces
el estudio personal de Tomás de Aquino y, en un curso de verano en la
Universidad de Navarra, conoció a los profesores Willmore Kendall de
Yale University y Antonio Fontán, que lo introdujeron a la obra de Eric
Voegelin. Éstas fueron las principales herramientas para enfrentar tan-
to el “secular humanism” como Tomismos decadentes o estériles, y sis-
temas Idealistas o Positivistas.
Después de su ordenación sacerdotal, 13 de agosto de 1961, la labor
pastoral dejaba tan poco tiempo que esta tarea intelectual sólo obedecía
a una necesidad interior de verdad y coherencia. Con la ayuda del compu-
tador (ordenador) fue posible pasar a la escritura lo que estaba en la men-
te. Así nació La tribulación Logicista de Sofía….

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