Tema 5 Geo
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1. EL ESPACIO RURAL
1. Los rasgos del espacio rural
El espacio rural comprende el territorio no urbanizado, que se identifica con los municipios de menos de 10 000 habitantes.
De su estudio se ocupa la geografía rural, que analiza las interrelaciones entre las actividades rurales y el territorio donde se
practican.
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El espacio rural es dinámico, porque ha ido cambiando según las demandas socioeconómicas de cada momento histórico.
Tradicionalmente ha sido en un espacio agrario, donde se practicaban actividades agrícolas, ganaderas y forestales
destinadas a proporcionar alimentos. Desde la década de 1990 se ha convertido en un espacio multifuncional, que acoge
nuevas ocupaciones demandadas por la sociedad urbana posmoderna: residenciales, económicas; y de conservación de la
naturaleza, del paisaje y de la cultura tradicional.
Y el espacio rural es heterogéneo, porque los cambios señalados no han afectado por igual a todo el territorio y coexisten
situaciones muy diversas.
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No obstante, la incidencia de las condiciones naturales es menor que en el pasado, gracias a los avance técnicos que
permiten superar algunas limitaciones.
La distribución de las explotaciones incluía numerosas parcelas, a menudo separadas entre sí. En la actualidad, la situación
ha mejorado gracias a la concentración parcelaria. Esta política, iniciada en 1952, pretende disminuir el minifundio y la
dispersión parcelaria concediendo a cada propietario una sola parcela o unas pocas. El resultado son parcelas menos
numerosas, más grandes y más regulares; la reducción de lindes; y una nueva red de caminos.
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El régimen de tenencia es le grado de dominio sobre la explotación agraria. En la tenencia directa, el propietario y el
explotador agrario son la misma persona. En la tenencia indirecta, el propietario cede a la explotación de la tierra a otra
persona a cambio del pago de un porcentaje de la cosecha – aparcería – o del pago de una renta – arrendamiento –.
Los sistemas agrarios son los procedimientos empleados para obtener productos agrarios. Extensivos si el terreno no se
aprovecha al máximo por falta de inversión o por empleo de técnicas tradicionales; e intensivos si el terreno se aprovecha al
máximo por el empleo de mucho trabajo, o de inversiones y técnicas modernas.
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Las técnicas agrarias o instrumentos de producción han incorporado avances como el uso de maquinaria; la selección
genética de semillas y razas ganaderas; el empleo de fertilizantes y productos fitosanitarios químicos; y los piensos
compuestos.
La estructura agraria productivista se inició en la 1960. Su objetivo es maximizar la producción para venderla en el mercado.
Se caracteriza por el empleo de una población escasa; un progresivo aumento del tamaño de las explotaciones que tienden a
la especialización productiva. Como consecuencia, la producción es abundante y homogénea; y se destina a la venta en un
mercado cada vez más globalizado y liberado. El impacto ambiental de esta agricultura es elevado: deforestación,
sobreexplotación y contaminación del suelo y del agua.
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La estructura agraria posproductivista se inició en 1990. Su objetivo es la sostenibilidad, combinando la competitividad con
la conservación de la herencia cultural agraria y del medio ambiente. Se caracteriza por el empleo de una población escasa;
el predominio de explotaciones familiares que tienden a la diversificación productiva; el uso de sistemas extensivos y de
técnicas respetuosas con le medio ambiente. Como consecuencia, la producción es variada y de calidad, y se destina a un
creciente número de consumidores “verdes” dispuestos a pagar más por este tipo de productos. El impacto ambiental trata
de reducirse.
1 La actividad agrícola
1.1 La estructura agrícola
La agricultura tradicional se basaba en el policultivo, utilizaba técnicas atrasadas y sistemas de cultivo extensivos, que
ocasionaban una producción escasa, orientada al autoconsumo o a la venta de reducidos excedentes en el mercado nacional.
La agricultura actual incluye explotaciones productivistas q tienden a la especialización, a la tecnificación y a la intensificación
para lograr una producción abundante, orientada a la venta en el mercado; y explotaciones posproductivistas que optan por
la diversificación, las técnicas respetuosas con el medio ambiente y la extensificación, para lograr una producción de calidad.
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La agricultura tiende a especializarse en los productos que se dan mejor en cada región.
El cultivo incorpora técnicas modernas:
El uso de maquinaria creció desde la década de 1960. En la actualidad se fomenta su renovación por maquinas más
ecológicas; y su uso colectivo mediante cooperativas o empresas de servicios. El consumo de pesticidas y fertilizantes
químicos, que en los últimos años se han estabilizado por razones medioambientales y por el fomento del abono orgánico.
Se utilizan semillas seleccionadas y cultivos transgénicos o manipulados genéticamente para dotarlos de ciertas
propiedades e incrementar los rendimientos. No obstante, se promueve también una revalorización de cultivos autóctonos
para recuperar la diversidad vegetal. Y se emplean diversas técnicas para superar los condicionantes naturales. El clima se
modifica en el caso de los cultivos forzados creando microclimas cálidos y humados bajo estructuras de cristal o de plástico,
permanentes o no permanentes.
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La agricultura intensiva ha ganado peso gracias a la disminución del barbecho en los secanos y a la ampliación del regadío.
El barbecho es una practica agrícola tradicional consistente en dejar descansar la tierra un tiempo variable para recuperar la
fertilidad del suelo. La superficie de barbecho completo, de un año o más de duración, ha retrocedido en España hasta
fechas recientes. Las causas son la generalización del medio barbecho o semillado, que reduce el periodo de descanso
sembrando alguna planta recuperadora del suelo de ciclo corto; el uso de fertilizantes; el empleo de maquinas; y la extensión
del regadío.
La distribución del barbecho contrapone una escasa incidencia en el norte peninsular y elevados valores en Castilla-La
Mancha y Aragón.
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El regadío es una práctica agrícola consistente en aportar a los cultivos agua adicional a la proporcionada x las
precipitaciones. Para ello, se emplean diversos sistemas como el riego por gravedad, por aspersión o por goteo. Los regadíos
pueden ser:
-Los regadíos intensivos, al aire libre o en invernaderos, proporcionan varias cosechas anuales. Se dedican a las frutas y
hortalizas, y, en algunos casos, a cultivos tropicales.
-Los regadíos extensivos proporcionan una sola cosecha en la misma época que la de los secanos vecinos. Se dedican a los
mismos cultivos que estos, aunque con un rendimiento muy superior.
La superficie regada experimentó un considerable aumento a lo largo del siglo XX gracias a la realización de grandes obras
estatales. En la actualidad, la política de regadíos se orienta sobre todo a mejorar y modernizar los regadíos existentes. La
distribución del regadío muestra claros contrastes. Es escaso en el norte peninsular húmedo. Y se concentra en el area de
clima mediterráneo, de precipitaciones escasas e irregulares donde se diferencian dos zonas:
-En el litoral mediterráneo predomina el regadío intensivo, que se beneficia de las temperaturas suaves, la protección del
relieve, la existencia de suelos apropiados y la demanda internacional.
-En el interior peninsular predomina el regadío extensivo, que se beneficia del agua aportada por los grandes ríos
peninsulares; de la mecanización total que permiten sus cultivos; de la creciente demanda de cereales-pienso y de ciertos
cultivos y de ciertos cultivos industriales. No obstante, existen también importantes áreas de regadío intensivo a orillas de los
ríos Ebro y Guadalquivir.
Las ventajas del regadío son numerosas. En el terreno económico, la producción se estabiliza al no depender de los ciclos de
sequia, se diversifica y se incrementa (un cultivo de regadío al aire libre produce 5 veces más que en secano); además, se
elevan las rentas de los agricultores. En el terreno social, mejora el nivel de vida, al aumentar la demanda y la dotación de
servicios. En el terreno demográfico, contribuye a fijar a la población, al romper la emigración de muchas comarcas e incluso
atraer trabajadores inmigrantes para las tareas agrarias, las industrias transformadoras y los servicios asociados al riego. En
el terreno cultural, mejora la preparación técnica y profesional. Y en el terreno ambiental, colabora a la diversidad de
ecosistemas y de paisajes; y mantiene un valioso patrimonio histórico y cultural.
La actual política de riego está determinada por las existencias comunitarias y la necesidad de adaptarse al cambio climático
que reducirá la disponibilidad de agua. Se propone mejorar la eficiencia del riego: uso de sistemas menos consumidores,
sensibilización de lo regantes, instalación de contadores y precios que promuevan un uso más eficiente, construcción de
balsas de almacenamiento, uso de agua desalada. También se propone mejorar las condiciones socioeconómicas de las
zonas regadas; conservar los valores naturales, paisajísticos y culturales asociados al riego.
Las leguminosas son cultivos herbáceos destinados al consumo humano en verde o en seco (judías, lentejas, garbanzos,
habas secas y guisantes), o a la alimentación del ganado (vez, yeros). Su area de cultivo coincide prácticamente con la de los
cereales, con los que rotan; pues constituyen un cultivo de descanso o semibarbecho, dado que sus raíces fijan a la tierra el
nitrógeno del aire. La producción se ha incrementado en los últimos años gracias a los programas europeos que fomentan las
rotaciones de cultivos.
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La vid es un cultivo arbustivo de secano que produce uvas destinadas al consumo en fresco y sobre todo a la elaboración de
vino. Su area productiva principal es Castilla-La Manca. Desde 1990, la política de la UE ha favorecido la orientación hacia el
viñedo de calidad, que ha reducido la superficie y ha introducido mejoras técnicas. Así se ha incrementado la producción,
aunque existen grandes fluctuaciones anuales debido a su fuerte dependencia de las condiciones climatológicas. El vino se
exporta y arroja una balanza positiva, aunque se enfrenta a la competencia de la cerveza y de las bebidas sin alcohol.
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El olivo es un cultivo arbóreo de secano, muy resistente a la sequia estival, que destina parte de su cosecha a la aceituna de
mesa y el resto a la obtención de aceite. Su area productiva principal es Andalucía, especialmente Jaén y Córdoba. También
por Extremadura y algunas provincias de Castilla-La Manca y del litoral mediterráneo.
Dado que el olivo es un árbol vecero, alterna buenas y malas cosechas. El aceite de oliva se exporta, ocupando España el
primer lugar mundial; aunque se enfrenta a la competencia de aceites más baratos, como el aceite de aceite virgen.
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Los cultivos industriales se destinan a la transformación industrial. Los más destacados son le girasol (aceite, tortas para el
ganado y biodiésel); la remolacha (azúcar y bioetanol); el algodón (tejidos); el tabaco (industria tabaquera) y el lúpulo
(cerveza). Su area productiva principal son los secanos de Andalucía y Castilla y León para el girasol; los regadíos de la mitad
septentrional para la remolacha (valle del Duero) y el lúpulo (León); y los regadíos de la mitad meridional para el algodón
(Andalucía) y el tabaco (Cáceres). La producción se encuentra muy relacionada con la industria, que muchas veces es quien
proporciona las semillas, da instrucciones a los agricultores y supervisa y contrata la producción.
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Los cultivos forrajeros (alfalfa, maíz forrajero) se destinan a la alimentación animal en freso o en seco tras su deshidratación
natural o industrial. El principal es la alfalfa utilizada en las rotaciones de cultivos por su eficacia para la recuperación del
suelo.
Su área de cultivo se concentra en los secanos de la mitad de la Península, por su clima más húmedo, y en los regadíos
extensivos de Andalucía, Aragón, Navarra y ambas Castillas. La superficie y la producción han crecido, paralelamente al
incremento de la ganadería y de la demanda de productos para su alimentación.
2. La actividad ganadera
2.1 La estructura ganadera
La ganadería tradicional se basaba en la coexistencia de distintas especies ganaderas en el mismo ámbito, integradas por
razas autóctonas con elevado grado de rusticidad; y utilizaba técnicas atrasadas y sistemas extensivos que ocasionaban bajos
rendimientos. La ganadería actual incluye explotaciones productivistas que tienden a la especialización, a la tecnificación y a
la intensificación para lograr una producción abundante, orientada a la venta en el mercado; y explotaciones
posproductivistas, que optan por la diversificación y a la extensificación orientadas a la venta de productos de calidad.
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La ganadería tiende a especializarse en la producción de carne o de leche. Esto ha supuesto la sustitución de las razas
nacionales por otras extranjeras seleccionadas y la casi desaparición de las razas de aptitud mixta (carne y leche). No
obstante, se está produciendo una reciente recuperación de las razas autóctonas, gracias a las subvenciones concedidas.
La tecnificación se ha incrementado con el empleo de ordeñadoras mecánicas y el estudio científico de la alimentación del
ganado. Este hecho ha elevado los rendimientos.
La ganadería intensiva ha ganado peso respecto a la extensiva:
La ganadería extensiva depende del medio físico y se alimenta a diente en prados y pastizales naturales. Se localiza en la
España húmeda. Suele ir asociada a razas autóctonas y a técnicas tradicionales y tiene elevada dependencia de las
subvenciones comunitarias.
La ganadería intensiva o industrial está desvinculada del medio físico, al encontrarse estabulada y alimentarse total o
parcialmente con piensos. Se localiza cerca de los centros de consumo urbano y en el nordeste y litoral mediterráneo
peninsular. Suele ir asociada a razas extranjeras seleccionadas; emplea técnicas modernas; y tiene elevada dependencia de
los caros piensos importados y de la industria transformadora.
La ganadería bovina se destina principalmente a la producción de carne y de leche. La localización del bovino de carne
extensivo se encuentra en las dehesas de las penillanuras occidentales; la cornisa cantábrica; y las áreas de montaña; y la del
bovino de carne intensivo – cebo de terneros –, cerca de las ciudades, en Cataluña, Castilla y León, y Aragón. El bovino de
leche extensivo se localiza en el norte peninsular y en algunas áreas de Andalucía; y el de leche intensivo, cerca de las
ciudades.
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La producción de carne bovina tiende a decrecer, debido al cambio de hábitos alimentarios y a la competencia de las carnes
más baratas de cerdo y aves. La producción de leche estuvo marcada por los excedentes comunitarios que llevaron a
imponen cuotas de producción y a subvencionar el abandono de la actividad. El resultado fue el aumento del tamaño de las
explotaciones; la reconversión de arte del sector al bovino de carne; y la eliminación de los excedentes. Por eso, desde 2015
se han suprimido las cuotas.
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La ganadería ovina y la caprina se destinan principalmente a la producción de carne y de leche; y al suministro de lana o de
cuero. La localización del ovino y el caprino en régimen extensivo se sitúa en los secanos del interior peninsular, donde se
alimenta en los rastrojos y barbechos. El régimen intensivo de cebo de corderos y ordeño se está incrementando.
La producción de carne de ovino y caprino desciende por la reducción de animales de régimen extensivo. En cambio, la
producción de leche de oveja y cabra se ve favorecida por la alta demanda y los elevados precios.
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La ganadería porcina se destina en parte al consumo en freso y en parte a la chacinería o elaboración de embutidos. La
localización del porcino extensivo, basado en razas autóctonas de calidad (cerdo ibérico), se concentra en las dehesas
occidentales. El porcino intensivo predomina en Cataluña y Murcia. Habitualmente se basa en razas foráneas de cerdo
“blanco” y adopta el sistema de la integración, es decir, la conjunción de una empresa que proporciona la materia prima y los
piensos, y un ganadero, que aporta el establo y el trabajo.
España se sitúa como el segundo productor de la UE y se exporta en gran parte, aunque el precio experimenta oscilaciones.
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3. La actividad forestal
La superficie forestal de España es de 19 millones de hectáreas. Las especies maderables principales son frondosas (haya,
roble) y coníferas (pino resinero).
El destino principal de la madera es el aserrío para las industrial de la construcción y del mueble; y la trituración para
tableros y pasta de papel. Además la producción de biomasa, las setas y los hongos.
Las áreas madereras principales son Galicia y Asturias.
La producción de madera ha aumentado por la expansión de especies de crecimiento rápido. Aun así, es insuficiente, por lo
que es necesario importar casi el 25% de la madera consumida de zonas frías o tropicales.
La PAC y el Plan Forestal Español fomentan las repoblaciones. Los objetivos son incrementar la producción de madera y
fomentar otros usos del bosque.
Los cambios recientes experimentados por el poblamiento rural son numerosos. Los asentamientos de las zonas menos
accesibles y con recursos más escasos reducen su tamaño o quedan abandonados debido al éxodo rural. Los de las áreas
costeras pierden su carácter agrario por la implantación de edificaciones e infraestructuras relacionadas con el turismo.
La forma de la cubierta suele ser inclinada en las áreas de alta pluviosidad y plana en las de escasas precipitaciones.
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5. El deterioro paisajístico
El riesgo de deterioro o desaparición de algunos paisajes rurales tradicionales, de gran valor histórico, cultural y natural, se
debe al despoblamiento rural por el abandono de ciertas actividades tradicionales y a la presión urbana sobre el especio
rural próximo.
Los nuevos usos implantados en el espacio rural son usos residenciales, como viviendas secundarias o residencias
principales; usos industriales, derivados del traslado de fabricas o aprovechar las materias primas; usos terciarios como
grandes superficies comerciales; y uso ambientales, como la conservación de espacios naturales, y del patrimonio histórico y
cultural.
Las consecuencias de estos nuevos usos en el plano demográfico, la instalación de habitantes en el espacio rural favorece
una distribución mas equilibrada de la población, al frenar o invertir la tradicional tendencia al despoblamiento del campo.
En el plano económico supone una distribución más equilibrada de las actividades; aunque pueden surgir conflictos por el
uso de recursos. En el plano social, la llegada de nuevos habitantes (urbanitas, inmigrantes extranjeros) diversifica a la
antigua comunidad agraria. En el plano ambiental, se incrementa la valoración de la naturaleza, el paisaje y el patrimonio
cultural rural. Y en el plano territorial, se logra una mayor integración, al romperse la tradicional contraposición entre lo
rural y lo urbano.
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5. La acuicultura
La acuicultura es la cría de especies vegetales y animales acuáticos, marinos o de agua dulce.
5.1 Los condicionantes naturales y humanos
Los condicionantes naturales de España para la acuicultura son favorables. Dispone de costas largas y diversas; y de
numerosos ríos, lagos y embalses.
Los condicionantes humanos son una población escasa, con alta representación femenina.
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La acuicultura marina en las costas del NO y cantábrica se orienta al cultivo de moluscos, sobre todo mejillón, centrado en
Galicia.
La acuicultura continental se centra en la trucha arco iris producida en Castilla y León, Galicia, Andalucía y Cataluña.
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