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Resumen, Sociología U1, U2 PDF

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UNIDAD 1

LA REALIDAD COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL

LO SOCIAL LA NATURALIZACIÓN DE LO SOCIAL – LUCIA NEJAMKIS

El autor, Bourdieu, afirma que la Sociología es una ciencia completa, pero complicada. A diferencia de las ciencias puras, se le
cuestiona su validez porque revela verdades ocultas que pueden generar temor.

VIDA COTIDIANA:

El filósofo Alfred Schütz define el mundo de la vida cotidiana como “el lugar donde el hombre participa continuamente en
formas que son a la vez inevitables y pautadas (pareciendo “evidentes”), dentro del ámbito de la realidad. Aquella región en
la que el hombre puede intervenir y que puede modificar, mientras opera en ella a través de su organismo animado, se
denomina el mundo de la vida cotidiana”.
Por su parte la socióloga Agnes Heller (1994) entiende la Vida cotidiana como las actividades que realizamos para vivir y
seguir viviendo. Heller, afirma que la vida cotidiana es la dimensión en que se despliega la vida concreta de cada uno de
nosotros en contextos socioeconómicos y políticos definidos.
Para Alvin Gouldner (1996) la vida cotidiana es la suma de rutinas siempre presentes, pero por conocidas nunca
registradas. Es lo común, lo que hacemos todos los días.

En base a sus múltiples respuestas vemos que estas acciones que aparentemente se presentan como inherentes al ser humano, se pueden
realizar de distintas maneras y por consiguiente parecen no ser tan naturales como aparentan.

A partir del análisis de la vida cotidiana empezamos a preguntarnos cuanto de “natural” hay en las actividades que realizamos
habitualmente y cuanto de construido por nosotros los seres humanos. Y cuál es- si es que se puede hacer- la diferencia entre
ambos conceptos.

Vincent Marques (1992), en su libro No es natural. Para una Sociología de la vida cotidiana, analiza —a través del estudio de las
acciones cotidianas de un personaje llamado Josep Timoneda— cómo lo natural va desapareciendo de nuestra vida. Plantea
que, aun aquellas acciones que aparecen como necesidades biológicas, cada uno las va a realizar según sus propias formas, y
por lo tanto, la sociedad es el resultado de la interacción de los hombres y mujeres entre sí y con el medio. Lo social es lo que
adquirimos por el simple hecho de vivir en sociedad. Marques sostiene que, aun la satisfacción de nuestras necesidades
biológicas más elementales (como comer, dormir, reproducirse, etc.), son productos sociales; es decir, que la forma en que las
llevamos a cabo es cultural. Explica que no se puede negar que tenemos un sustrato biológico, pero de nada nos sirve decir que
nuestras acciones son naturales, porque los objetos y las formas en que sentimos, hablamos y necesitamos son muy variables.
"Las cosas no son necesariamente naturalmente como lo son aquí y ahora" (Marques, 1992: 15). Así es como se puede decir que
muy pocas cosas hechas por nosotros están programadas por la biología. Podemos acumular conocimiento, pero todo
depende de la sociedad.

"La sociedad nos marca no solo un grado concreto de satisfacción de las necesidades, sino una forma de sentir esas
necesidades y de canalizar nuestro deseos" (Marques, 1992: 3)

Así es como se puede explicar que cada grupo tiene sus propias pautas de “normalidad”, es decir, que lo que para una sociedad
es normal puede no serlo para otra. Por lo tanto, se puede decir que lo “normal” es lo que hace la mayoría y que el término de
“normalidad” es relativo, encontrando una relación directa con el contexto donde esta relación social se da. Se puede indicar,
entonces, que la sociedad “trabaja” sobre nuestra “naturaleza” porque nuestras acciones están predeterminadas por el tipo de
sociedad en que vivimos. En este sentido, si hay algo “natural”, sería el ser social, el vivir en sociedad.
En compañía de Agnes Heller (1994), podemos decir que la vida social es el producto de las actividades de los hombres. Los
objetos y sucesos del mundo social están inmersos en un horizonte de significatividad siempre variable, pero que se vuelve
relevante para los grupos humanos.
¿CÓMO PODEMOS COMUNICARNOS Y ENTENDERNOS CON LOS OTROS MIEMBROS DE UNA SOCIEDAD?

Los sociólogos Berger y Luckmann (2001), en su libro “La construcción social de la realidad”, señalan que la posibilidad de
entender los significados de los otros se relaciona con la idea de intersubjetividad. Plantean que vivimos en un mundo
intersubjetivo porque se comparte con los demás. Este mundo es intersubjetivo ya que habitamos en él como hombres y
mujeres vinculados mediante influencias y valores comunes, comprendiendo a los demás y siendo comprendidos por ellos
(Schütz, 1932). Además, explican que la interacción social crea esquemas tipificadores, lo que significa que los seres humanos
pueden producir objetivaciones como resultado de su actividad, las cuales se pueden situar al alcance de todos los que
comparten el mismo sistema.
El lenguaje es un conjunto de objetivaciones comunes que permite la estructuración del conocimiento y su trascendencia en el
tiempo. Es un elemento clave que facilita la comprensión de la realidad, que es intercomunicativa y objetiva. La vida cotidiana
está llena de objetivaciones, y su significación se refiere a la producción humana de signos, organizados en sistemas como
gestos y artefactos materiales. La significación lingüística es esencial para entender la realidad cotidiana, ya que el lenguaje
actúa como depósito de significados acumulados.
El conocimiento de la vida cotidiana se estructura en relevancias determinadas por los intereses pragmáticos y la situación
social del individuo. Existe una distribución social del conocimiento relacionada con la biografía y la experiencia de las
personas, lo que determina su rol en el espacio social.
El lenguaje es una red simbólica con dos aspectos: una pluralidad de símbolos interdependientes y la capacidad de conferir
significados al mundo. La noción de cultura es crucial para deshacer explicaciones naturalistas de los comportamientos
humanos, ya que la cultura abarca comportamientos no heredados genéticamente y permite al ser humano adaptarse y
transformar su entorno. La cultura se interpreta en un sentido amplio como modos de vida y de pensamiento, lo que resalta
que el ser humano es esencialmente un ser de cultura.
En síntesis, junto a Berger y Luckmann (2001), podemos afirmar que: 1) La sociedad es un producto humano. 2) La sociedad
es una realidad objetiva. 3) El hombre es un producto social.

EL LUGAR DEL SENTIDO COMÚN EN LA NATURALIZACIÓN DE LO SOCIAL

Lo social es producto de las actividades humanas, pero la vida cotidiana, a través de su rutina, a menudo oculta esta realidad. El
sentido común, como conocimiento compartido por la comunidad, juega un papel clave en la naturalización de lo social.
Basado en creencias y costumbres, el sentido común predomina cuando no se cuestionan las estructuras sociales, por lo que es
necesario desfamiliarizar lo que se percibe como familiar.
En nuestras vidas cotidianas, predomina el pensamiento del sentido común. Es crucial prestar atención a este tipo de
pensamiento, ya que la falta de cuestionamientos contribuye a naturalizar lo social. El sentido común se basa en prenociones,
es decir, saberes sociales preconcebidos y aceptados por todos, que no son criticados ni cuestionados científicamente.
Schütz (1932) define un presupuesto como el conocimiento o evidencia compartida sobre nuestro entorno, una certeza que
tenemos de las cosas y personas. Para Schütz, el mundo es un presupuesto para los hombres, pero el problema es que el
sentido común (pensamiento precientífico) opera mediante presupuestos y tipificaciones que refuerzan ese conocimiento,
impidiendo dudar de la realidad. Aunque el sentido común construye una forma de entender lo social, no da cuenta del
conocimiento que está construyendo.
Zygmunt Bauman (1994), en su libro “Pensando sociológicamente”, plantea - cuatro diferencias clave- entre la Sociología y el
sentido común al abordar la experiencia humana:
1. Discurso responsable: A diferencia del sentido común, la Sociología se subordina a reglas científicas, evitando ideas basadas
en creencias personales. Las ideas deben estar abiertas a un examen público ilimitado.
2. Amplitud de perspectiva: Los sociólogos adoptan una perspectiva más amplia que la del individuo, no solo recopilando más
datos, sino también generando un conocimiento de mayor calidad que analiza patrones sociales más allá de casos aislados.
3. Explicación de la realidad humana: La Sociología analiza redes de interdependencia humana en lugar de centrarse en
individuos o acciones aisladas. Explica la condición humana a través de estas redes que influyen en nuestras motivaciones y
acciones.
4. Desfamiliarizar lo familiar: El sentido común no cuestiona lo familiar, mientras que la Sociología desafía esta pasividad. La
repetición de actos rutinarios vuelve las cosas invisibles y autoexplicativas, limitando la curiosidad y la crítica. La Sociología, al
contrario, cuestiona lo familiar, incitando al cambio y la innovación.
En resumen, es necesario entender el sentido común, pero la Sociología debe alejarse de este al analizar fenómenos sociales,
evitando caer en explicaciones no científicas que deshumanicen las estructuras sociales.

EL APORTE DE LA SOCIOLOGÍA A LAS DISCUSIONES PREVIAMENTE ESTABLECIDAS: LA IMAGINACIÓN


SOCIOLÓGICA

El sentido común en la vida cotidiana dificulta la reflexión sobre la relación entre el individuo y la sociedad, lo que lleva a
entender las experiencias como separadas de su contexto histórico y social. La Sociología ofrece una perspectiva que permite
analizar las relaciones sociales considerando las “condiciones” y “oportunidades” del contexto.
Los conceptos de “historicidad” (interpretación de la temporalidad de los hechos) y “contexto” (situaciones y fenómenos que
influyen en los eventos) son fundamentales para entender la “biografía” de un individuo en su entorno. Sin embargo, a
menudo se ignora la interrelación entre estos elementos.
Wright Mills (1996) sostiene que las personas carecen de la capacidad mental para percibir esta interrelación, limitando su
comprensión de problemas personales en el contexto de transformaciones estructurales. Para superar esta limitación, Mills
introduce el concepto de “imaginación sociológica”, que permite identificar conexiones entre la trayectoria individual y el
contexto histórico. Esta capacidad ayuda a los individuos a evaluar su experiencia y destino, reconociendo la relación entre
“historia” y “biografía”, y favorece una mayor “conciencia de sí mismo”.

¿CÓMO NOS AYUDA LA IMAGINACIÓN SOCIOLÓGICA A COMPRENDER LA VINCULACIÓN ENTRE LO


INDIVIDUAL Y LO SOCIAL?

La imaginación sociológica permite diferenciar entre lo individual (biografía) y la estructura social a través de dos conceptos:
inquietud y problema.
1. Inquietud: Se refiere a un asunto privado en el que los valores de un individuo parecen estar amenazados.
2. Problema: Relacionado con cuestiones que trascienden el ambiente local del individuo y su vida interior, involucrando la
estructura social.
Mills sostiene que comprender la estructura social y sus vínculos es esencial para poseer imaginación sociológica. Esta
capacidad también permite establecer conexiones entre inquietudes y problemas, ayudando a desnaturalizar lo que se ha
naturalizado y a superar el pensamiento de sentido común.
En este contexto, el sociólogo Anthony Giddens (1981) plantea que la sociología, dependiente de la imaginación sociológica, no
puede ser un proceso rutinario, ya que se basa en el significado que las personas otorgan a sus acciones. Giddens señala que la
Sociología contribuye a la crítica y reforma social mediante:
1. Una mejor comprensión de las circunstancias sociales, lo que permite mayor control sobre ellas.
2. Un aumento de la sensibilidad cultural, fundamentando políticas en la diversidad cultural.
Por otro lado, Bauman destaca que la Sociología considera las acciones humanas como parte de elaboraciones más amplias,
donde los actores están enredados en redes de dependencia mutua. Se pregunta por las consecuencias de esta
interdependencia en el comportamiento humano, lo que forma el objeto de estudio de la sociología.
Bourdieu (2000) sostiene que la Sociología es una ciencia con sistemas coherentes de hipótesis y métodos de verificación,
pero su dificultad radica en que estudia objetos relacionados con luchas de poder. Esto la convierte en una disciplina que
desnaturaliza ideas comúnmente aceptadas que sustentan la dominación. Además, cuestiona la habitabilidad de un mundo
social completamente transparente. Sin embargo, plantea que el conocimiento sociológico puede ofrecer herramientas para
que las relaciones sociales sean menos adversas, permitiendo a los individuos dominar la dominación.

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