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Ap6231 2024 (59268)

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DIEGO EUGENIO CORREDOR BELTRÁN

Magistrado ponente

AP6231-2024
Radicado N° 59268
Acta 260.

Bogotá, D.C., veintitrés (23) de octubre de dos mil


veinticuatro (2024).

VISTOS

Se decide sobre la admisibilidad de la demanda de


casación presentada por el apoderado de FERNANDO
GONZÁLEZ MANCILLA, contra la sentencia de segunda
instancia proferida por la Sala Penal del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Cali, el 2 de diciembre de 2020,
mediante la cual confirmó, con modificación, la emitida por
el Juzgado 9 Penal del Circuito con Funciones de
Conocimiento de la misma ciudad, para condenarlo como
autor de los delitos de pornografía con menor de 18 años,
en concurso homogéneo y sucesivo, en concurso
heterogéneo con acceso carnal abusivo con menor de 14
años.
Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

HECHOS

Con reflejo de lo determinado en el escrito de


acusación y el fallo de primer grado, el Tribunal los plasmó
de la siguiente manera:

a. - En el mes de octubre de año 2016 la Fiscalía


General de la Nación de la Ciudad Santiago de Cali,
tuvo conocimiento de que en el inmueble ubicado en el
Barrio el Lido de esta ciudad concretamente en carrera
55 B N° 1 - 45, se captaba a niñas menores de edad,
con el fin de que a cambio de una suma de dinero que
oscilaba entre $30.000.00 y $50.000.00 pesos
admitieran sostener relaciones sexuales con un hombre
adulto quien además las filmaba y fotografiaba material
que posteriormente al parecer era exhibido, actividad
que se venía realizando desde el año 2012 donde las
victimas en su gran mayoría residían en el Barrio Siloé
sector reconocido por su alta vulnerabilidad social.

b. - El seis de octubre del año 2016 en el inmueble


citado fue encontrado abundante material consistente
en fotografías y videos con imágenes de sexo explícito
en el que participan niñas menores de edad, contenido
en diferentes dispositivos (teléfono celular,
computadores y memorias USB), de propiedad de
FERNANDO GONZALEZ MANCILLA, quien fue ubicado en
dicha casa cuando se disponía a salir de la misma en
compañía de tres menores de edad M.T.L.M., A.L.M.S. y
L.V.B.A., de 13, 16 y 15 años respectivamente, las dos
últimas habían terminado de sostener relaciones
sexuales con el adulto al tiempo que habían sido
grabadas y fotografiadas recibiendo una suma de
$40.000.oo pesos por parte de GONZALEZ MANCILLA.

c- La menor A.M.S. en el año 2012 cuando tenía trece


años sostuvo relaciones sexuales con FERNANDO
GONZALEZ MANCILLA, a quien dejó de ver por un
tiempo volviendo a encontrarlo nuevamente ahora,
accediendo voluntariamente a sus requerimientos."

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

ACTUACIÓN PROCESAL

1. En audiencias concentradas celebradas el 14 de


octubre de 2016, ante el Juzgado 3 Penal Municipal con
Funciones de Control de Garantías de Cali, (i) se legalizó la
captura de FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA, a quien (ii) la
Fiscalía le formuló imputación como presunto autor de los
delitos de pornografía con menor de 18 años, en concurso
homogéneo y sucesivo, en concurso heterogéneo con
acceso carnal abusivo con menor de 14 años (Artículos 208
y 218 del Código Penal), cargos que no aceptó, al tiempo
que (iii) el juzgador le impuso medida de aseguramiento
restrictiva de la libertad en establecimiento carcelario.

2. El escrito de acusación fue presentado el 13 de


diciembre de 2016, correspondiendo asumir la actuación al
Juzgado 9 Penal del Circuito con Funciones de
Conocimiento de Cali, autoridad que desarrolló las
audiencias de: (i) formulación de acusación, 17 de febrero
de 2017, en la que el ente persecutor mantuvo los cargos
endilgados en la fase preliminar; (ii) la preparatoria, que se
realizó el 27 de septiembre siguiente y (iii) el juicio oral y
público, que se instaló el 26 de octubre del mismo mes y
año, y luego de varias sesiones finiquitó el 1 de noviembre
de 2019, con el anuncio de sentido condenatorio del fallo.

3. Acorde con lo anterior, el juzgador de


conocimiento, mediante decisión de 2 de diciembre de

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

2019, sentenció a FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA, a la


pena principal de 200 meses de prisión y multa de 488
S.M.L.M.V. Adicionalmente, como sanción accesoria, le
impuso la inhabilitación para el ejercicio de derechos y
funciones públicas por el mismo lapso de la pena restrictiva
de la libertad, al tiempo que le negó la suspensión
condicional de la ejecución de la pena y la prisión
domiciliaria.

4. En contra de la sentencia precedente, el defensor


del implicado interpuso recurso de apelación. En virtud de
ello, la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Cali, mediante fallo de 2 de diciembre de 2020, adoptó
las siguientes determinaciones:

PRIMERO: CONFIRMAR PARCIALMENTE la sentencia No.


106 del dos (02) de diciembre de dos mil diecinueve
(2019), que CONDENÓ al señor FERNANDO GONZÁLEZ
MANCILLA.

SEGUNDO: MODIFICAR la condena, la cual quedará así:


CONDENAR a FERNANDO GONZALEZ MANCILLA, a la
pena principal de CIENTO SESENTA Y NUEVE (169)
MESES DE PRISIÓN y MULTA equivalente a
CUATROCIENTOS OCHENTA Y OCHO (488) S.M.L.M.V. al
hallarlo penalmente responsable de los delitos de
PORNOGRAFIA CON MENOR DE 18 AÑOS EN CONCURSO
HOMOGENEO Y SUCESIVO EN CONCURSO
HETEROGÉNEO CON ACCESO CARNAL ABUSIVO CON
MENOR DE CATORCE AÑOS.

Tal determinación tuvo como fundamento la


exoneración de responsabilidad del procesado, respecto de

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CUI: 76001600067820150031401
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los mismos ilícitos, pero en relación con la menor M.T.L.M.,


por los que fue acusado.

5. En contra de la decisión precedente el defensor


interpuso recurso extraordinario de casación, cuya
demanda pasa a sintetizarse.

LA DEMANDA

Primer cargo – Falso juicio de identidad

Enunció el censor que en este yerro incurrió el


Tribunal por distorsionar el testimonio de la menor
A.L.M.S., quien es una de las dos víctimas reconocidas en
la actuación.

En aras de precisar el punto, el demandante resumió


el contenido de la exposición vertida por la deponente en
el juicio oral y trasliteró la valoración que de esa prueba
realizó el Tribunal.

Seguidamente, resaltó que, aunque la menor fue


clara en indicar que sostuvo relaciones sexuales con el
implicado cuando ella descontaba 13 años, nunca informó
que este último supiera que « para aquella época contaba con

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Casación acusatorio N° 59268
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13 años.». Sin embargo, la judicatura supuso que ella

manifestó que él conocía de su edad.

Por ende, se presentó una indebida aplicación del


tipo penal consagrado en el artículo 208 del Código Penal,
así como de la «causal exagerativa de responsabilidad
contenida en el artículo 32.10 (error de tipo) de la misma
norma», toda vez que la menor «no demostró el aspecto
subjetivo del tipo penal base (conocimiento de edad de la
víctima) y ello ocurre por un error de valoración del
testimonio.» (Resaltado fuera de texto).

A continuación, el libelista procedió con la relación


de los diversos medios de convicción de cargo,
construidos en el juicio oral, de cuya sucinta semblanza
consideró que ninguno de ellos respaldaba la tesis de que
el implicado tuviera conocimiento de la edad de A.L.M.S.

Señaló que para la configuración de esa causal de


“exoneración de responsabilidad” solo bastaba que el
implicado desconociera la edad de la víctima, sin que
fuese relevante establecer la veracidad de la declaración
de la deponente, quien, por demás, no entregó
información sobre el elemento subjetivo, circunstancia
que descarta la existencia de una « atipicidad subjetiva»,
relativa a la existencia del dolo, menos aún, cuando la
Fiscalía, pese a tener la carga de la prueba, no comprobó
los aspectos objetivo y subjetivo de la conducta endilgada
al procesado.

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CUI: 76001600067820150031401
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Por lo anterior, solicitó casar el fallo impugnado y, en


consecuencia, absolver al implicado.

Segundo cargo – Falso juicio de identidad.

Consideró el recurrente que el Tribunal incurrió en


«falso juicio de identidad por DISTORSION en la
valoración de la prueba del material fílmico que se
incorporó en el juicio oral…» (Resaltado del texto
original).

En desarrollo de este reproche, especificó que la


prueba atañe al material gráfico incautado al acusado e
incorporado al proceso por el perito Adolfo Delgado
Gutiérrez, medio de convicción a partir del cual,
puntualizó, los juzgadores dieron por acreditado que el
acusado sabía que la menor tenía menos de 14 años
cuando sostuvieron una relación sexual.

Señaló que «al valorar dichas pruebas», de ellas no


se desprende que el acusado haya conocido la edad de
A.L.M.S., previo al encuentro sexual que sostuvieron en el
2013, pues, aquellas imágenes muestran actos sexuales
explícitos que datan de los meses de agosto, septiembre y
octubre de 2016, en las que «solo se acreditó la minoría
de edad de A.L.M.S. y L.V.B.A., quienes estaban en el
lugar del allanamiento realizado el 6 de octubre de
2016.».

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FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

Refirió que con esa prueba documental no se


acredita el delito de abuso sexual del que fue víctima
A.L.M.S. en el año 2013, dado que el material fílmico es
propio de la materialidad del delito de pornografía con
menor de 18 años, «pero no tiene forma de vincularse
con hechos ocurridos 3 años antes y menos para un
punible diferente».

Como una segunda distorsión de la prueba, resaltó el


censor que con ese mismo medio de convicción los
falladores dieron por sentado que el acusado era
consciente y repetitivo en sostener relaciones con
menores de 14 años, pese a que solo se identificó a dos
de ellas y «para la fecha de los videos» contaban con 15 y
16 años y, adicionalmente, la prueba «no tiene cómo
demostrar el conocimiento de la edad de una menor que
no aparece en ningún video.».

Sostuvo que, incluso, en el fallo de segundo grado se


incurrió en una contradicción cuando se aceptó que del
video no es posible determinar la minoría de edad de las
mujeres que allí se aprecian, a excepción de las dos
víctimas, razón por la que, si no es posible determinar que
descontaban menos de 18 años «menos pueden
demostrar la minoría de 14 años para entender los videos
como prueba o indicio del conocimiento de la edad en un
evento particular…».

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CUI: 76001600067820150031401
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Como tercera distorsión de la misma prueba, sostuvo


que el dislate se deriva de considerar que el video es tres
años posterior «al abuso de la condena»; y de que la
menor del video no es la víctima, «de ahí que el elemento
subjetivo de un posible atribuido 3 años antes no puede
ser demostrado con una manifestación posterior».

Al igual que en el cargo anterior, el censor hizo


referencia al restante plexo probatorio, para enseñar que
no tiene la virtualidad de sostener el fallo condenatorio
emitido en contra de su prohijado.

Posteriormente, en el acápite que destinó a la


«Trascendencia del yerro», señaló que por la «indebida
valoración del material fotográfico y fílmico», al
distorsionar su contenido, los sentenciadores no
resolvieron en debida forma el error de tipo que se
planteó, lo que, a la postre, debe conducir a que en esta
sede extraordinaria se emita fallo absolutorio, como se
arguyó en el cargo precedente.

Tercero cargo (Subsidiario) Desconocimiento


del debido proceso

Bajo la causal casacional consagrada en el «artículo


181.1 de la Ley 906 de 2004», acusa la sentencia de
haber trasgredido el principio de congruencia respecto del
delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años,

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pues, se exhibió un supuesto fáctico no consignado en los


hechos jurídicamente relevantes de la acusación.

Luego de citar jurisprudencia en torno al desglose de


ese principio y de realizar la transliteración del escrito de
acusación, enunciando lo acaecido en la audiencia de su
verbalización, desembocó en la situación fáctica
desglosada en los fallos de primero y segundo grados, en
los que, como «supuesto fáctico se indicó que Fernando
Gonzáles mancilla (sic) había accedido carnalmente a la
menor en el año 2013 cuando esta contaba con 13 años
de edad, en una vivienda de propiedad del acusado, en la
habitación que cancelaba por dicho acto sexual».

En este sentido, consideró el libelista que la Fiscalía


incurrió, en el escrito de acusación, en una indebida
confección de los hechos jurídicamente relevantes, pues,
se limitó a señalar que el implicado sostuvo relaciones
sexuales con la víctima cuando esta descontaba 13 años,
lo que no se subsume en el artículo 208 de la Ley 599 de
2000, dado que la narración de los hechos «debe
contener situaciones factuales de quien, como (sic),
cuando (sic) y donde (sic)».

Precisó que, si bien, en ese escrito de acusación se


adujo el “quien”, en la indeterminación quedó el
“cuando”, porque no se precisó una fecha concreta de los
sucesos.

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Así las cosas, estimó que en los fallos se incurrió en


violación al principio de congruencia, toda vez que se
adicionaron situaciones factuales no mencionadas en la
acusación.

Por lo tanto, solicita que se case el fallo del Tribunal,


dado que incurrió en un vicio de garantía; y que, en su
lugar, se profiera sentencia de carácter absolutorio a
favor del acusado.

Cuarto cargo – Violación directa de la ley


sustancial

Consideró el censor que los juzgadores incurrieron en


interpretación errónea de los artículos 218 y 32.2 del
Código Penal, en concordancia con el artículo 7 de la Ley
906 de 2004, «por cuanto no se decretó el consentimiento
como causal de ausencia de responsabilidad por el
punible de pornografía con menor de 18 años.».

El casacionista exteriorizó su desacuerdo con la


justificación que en el fallo confutado se plasmó en torno
a la invalidez del consentimiento otorgado por las
menores «ALM y LVDA de 16 y 15».

Luego de traer a colación el análisis del Tribunal


sobre el particular, reitero que tal exposición conspira
contra la interpretación que de las normas previamente
enunciadas ha realizado esta Corporación, pues, respecto

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del consentimiento, equivocadamente consideraron que


«SIEMPRE era inválido e irrelevante en razón a que el
legislador, aun, cuando reconoce capacidad para disponer
del cuerpo a mayores de 14 años, se tuteló el bien jurídico
respecto de ciertos comportamientos, entre los que se
encuentra la de pornografía infantil, fundamentada su
decisión en el precedente SP4572 de 2019 de la Corte
Suprema de Justicia».

Por lo tanto, en su criterio, se le dio una indebida


interpretación al precedente y a las normas precitadas,
pues, a partir de la misma decisión se extrae que no
siempre, en el delito en debate, el consentimiento del
menor es inválido, toda vez que, como aconteció en el
presente asunto, no se acreditó que el material fílmico o
fotográfico fuera producto de un reclutamiento en torno a
la industria pornográfica, cimentada en la distribución
material de esas imágenes.

Agregó que el precedente citado en la sentencia de


segunda instancia posteriormente fue modulado por la
Corte -SP 4235 DE 2020- precisando que «solo es punible
cuando se encuentre la conducta en una situación de
explotación sexual en los términos de industria
pornográfica.».

La no aplicación del plexo normativo señalado con


antelación residió en que «los hechos y las pruebas no
permiten excluir de plano la posibilidad de verificar el

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consentimiento de las menores de edad víctimas…»,


asentimiento que fue revelado por las menores en sus
declaraciones.

Por lo tanto, se debe casar el fallo de segundo grado


y, en su lugar, absolver al implicado.

Quinto cargo - «Subsidiario al cargo cuarto»

Se refirió el libelista a la aplicación indebida del


artículo 58, num. 17, de la Ley 599 de 2000, que consagra
como circunstancia de mayor punibilidad, «Cuando para
la realización de las conductas punibles se utilicen medios
informáticos, electrónicos o telemáticos.», por cuanto, no
corresponde a los hechos jurídicamente relevantes, a las
pruebas, ni a los argumentos de los falladores.

En el desarrollo del reproche, mencionó que no


puede pasar inadvertido que la teleología de la Ley 1273
de 2009, que adicionó dicha circunstancia, se inserta en
crear un nuevo bien jurídico denominado «DE LA
PROTECCIÓN DE LA INFORMACIÓN Y DE LOS DATOS»,
cuyo objetivo reside en combatir la «CIBE
DELINCUENCIA». Entonces, es equivocada la sentencia al
endilgar dicho comportamiento al acusado, dado que solo
atañe a la comisión de delitos informáticos.

Solicitó casar la sentencia del Tribunal para que, en


un fallo de reemplazo, se redosifique la pena por el

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punible de pornografía con menor de 18 años, eliminando


la aludida circunstancia de mayor punibilidad.

CONSIDERACIONES

De conformidad con lo previsto en el artículo 184 del


Código de Procedimiento Penal de 2004, la Corte examina
la demanda con el objeto de determinar si es admisible o
no, lo cual dependerá del cumplimiento de los requisitos
establecidos en el citado estatuto, que se refieren,
básicamente, a la existencia de interés jurídico, al
señalamiento de la causal de casación, al desarrollo de los
cargos de sustentación y a la necesidad del fallo para
cumplir algunas de las finalidades del recurso.

La demanda de casación, como reiteradamente lo ha


explicado esta Corporación, no representa un simple
alegato de instancia, ni tiene como finalidad ofrecer una
nueva oportunidad para que se contrapongan los
argumentos de las partes a la motivación razonada de los
falladores, a efectos de obtener satisfacción a sus
pretensiones.

Por su connotación de mecanismo extraordinario,


implica para el demandante la carga procesal de
fundamentar adecuadamente su postulación dentro de
precisos requisitos que obedecen a principios lógicos y
jurídicos, en el entendido que a esta sede arriba el fallo,
prevalido de una doble presunción de acierto y legalidad,

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solo quebrantable a partir de la definición precisa y


objetivamente fundamentada, de que la sentencia
comporta un yerro de tal magnitud, que su manifestación
en el proceso asoma ostensible y tiene por sí misma la
virtualidad de obligar la revocatoria de lo decidido o,
cuando menos, su modificación trascendente.

No es posible, por lo anotado, acometer la crítica de lo


decidido por el Ad quem, a partir de particulares
apreciaciones, por demás interesadas, que en sí mismas no
verifican la materialidad de un yerro que por lo ostensible y
trascendente se asume de fácil determinación.

Además, en aplicación del principio de lealtad, al


demandante le es exigido presentar los cargos con plena
corrección fáctica, en el entendido que los hechos soporte
de lo discutido efectivamente corresponden a lo que
contiene el expediente y las decisiones tomadas al interior
de este.

Así las cosas, en atención a las exigencias que vienen


de enunciarse, la verificación de los fundamentos de la
demanda de casación, en este asunto, conforme fue
sintetizada en precedencia, muestra que los cargos
formulados en contra de la sentencia de segundo grado no
condensan a cabalidad los elementos argumentales que
permitan proceder a su admisión.

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Cargos primero y segundo - Violación indirecta


de la ley sustancial

Retómese que en estas dos censuras el casacionista


acusó la sentencia emitida por el Tribunal de incurrir en el
error de hecho derivado del falso juicio de identidad,
respecto de igual número de medios de convicción;
empero, como pasará a demostrarse, el fundamento
casacional deviene equivocado, pues, lo realmente
pretendido por el censor es oponerse a la valoración
probatoria, bajo la reiteración de los mismos argumentos
que soportaron el recurso de apelación, caso en el cual, la
vía de ataque que debió seleccionar no era otra que el falso
raciocinio.

Inicialmente dígase, en relación con el error de hecho


por falso juicio identidad, que la Sala de Casación Penal
tiene establecida su configuración cuando el juzgador
distorsiona el contenido objetivo de la prueba para
hacerla decir aquello que no expresa materialmente, lo
cual implica aceptar que el medio de convicción sí fue
valorado, sólo que se tergiversó, se adicionó o se cercenó
su contenido, poniéndolo a decir lo que no dice, a tal
punto, que ello condujo a la declaratoria de una verdad
diversa a la que realmente emana de los elementos de
convicción analizados.

Se trata, por tanto, de un error objetivo, anterior a la


valoración probatoria, que exige confrontar el contenido

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textual del medio de convicción, con la lectura que del


mismo hizo el fallador. Por tal motivo, para la adecuada
formulación de la censura por esta vía de ataque, al
demandante le corresponde:

(i) Identificar la prueba sobre la que recae.

(ii) Revelar en términos exactos, tanto lo que dimana


de la prueba, de acuerdo con su estricto contenido
material, como la lectura objetiva del sentenciador,
plasmada en la decisión.

(iii) Concretar el tipo de distorsión (adición,


supresión o tergiversación) en que haya incurrido el
juzgador.

(iv) Efectuar un cotejo entre los dos textos,


determinando su disonancia. Y,

(v) Enseñar la incidencia del defecto en la decisión


final.

El sometimiento a tales exigencias es indispensable,


por cuanto, se trata de una incoherencia, se insiste, de
carácter estrictamente objetiva, que para su
comprobación requiere la constatación de la alteración del
medio de prueba por parte del fallador, lo que, por ende,
excluye cualquier reparo de índole valorativa a la labor

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del juzgador. Aserto refrendado de manera persistente


por la Sala, así:

Huelga señalar que este tipo de error no dice relación


alguna con el aspecto valorativo o las conclusiones a las
que llega el juzgador luego de examinar lo objetivo de la
prueba, dado que, por dicha vía, la crítica
necesariamente se enfila por el falso raciocinio.

Ahora, si de este último se trata, es preciso demostrar


que el fallador, al momento de asignarle mérito
persuasivo a determinado elemento de juicio, transgrede
los principios que gobiernan la sana crítica como método
de valoración probatoria, esto es, los postulados de la
lógica, las leyes de la ciencia y/o las reglas de la
experiencia.1

La precedente lógica y debida argumentación que ha


de seguirse en la exposición de este error de hecho no
fue atendida cabalmente por el casacionista, pues, si
bien, concretó que el supuesto dislate en que incurrió el
Tribunal recayó en el testimonio de la menor A.M.L.S. -
cargo primero- y el material gráfico presentado en juicio -
cargo segundo-, en relación con la acusación por el delito
de acceso carnal abusivo con menor de 14 años, así como
también realizó un somero cotejo entre lo que exhiben los
medio de convicción y su fijación en las sentencias, al
momento de concretar la supuesta distorsión en que
incurrieron los sentenciadores, el reproche cambia a una
crítica deshilvana respecto del alcance valorativo dado
por los falladores a esos medios de convicción y, con ello,
a la desestimación de la causal de ausencia de

1
Cfr., por ejemplo, CSJ AP2309-2021, 9 de junio de 2021, Rad. 56368.

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responsabilidad consagrada en el artículo 32, num. 10,


del Código Penal, constituyendo esta última circunstancia
el fundamento toral del reproche.

En efecto, la inconformidad del censor recae en que


los sentenciadores descartaron la tesis referida a que el
procesado no conocía que A.M.L.S. tuviera 13 años
cuando sostuvo relaciones sexuales con ella, pues,
«NUNCA JAMÁS informó al despacho que el acusado
CONOCIERA que ella para aquella época contaba con 13
años.». (Énfasis del texto original), razón por la que, en su
criterio, se desconoció el verdadero contenido objetivo de
la declaración, aspecto que, además, tampoco se dilucidó
del material fílmico exhibido en el juicio oral.

Al margen de la evidente confusión en que incurre el


libelista, en cuanto, enunció que el Tribunal distorsionó el
contenido de la declaración, pero luego alegó una adición
de lo narrado por la menor, lo cierto es que,
adicionalmente, el censor termina por lesionar el principio
de corrección material, pues, la verificación de los fallos
muestra una realidad divergente, toda vez que, para
confrontar ese puntual argumento defensivo los
juzgadores tuvieron en cuenta, no solo la información
puntual brindada por la testigo, sino otros medios
suasorios, con los que se acentuó la credibilidad que le
fue otorgada.

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De tal manera que, para descartar el supuesto error


de tipo alegado por el acusado, el juez de primer grado
expuso:

En el caso sub-judice, no es de recibo la coartada de la


Defensa si se tiene en cuenta que la conducta de
FERNANDO GONZALEZ MANCILLA precisamente como se
ha demostrado durante todo el debate oral es altamente
constante y reiterativa, proclive a tener contacto sexual
solo con menores de edad, es más, por los videos y fotos
proyectadas en juicio se evidencia que su interés y
predilección sexual se inclina por niñas que oscilan en
edades promedio entre 12 y 14 años, adolescentes, que
no han alcanzado su madurez física ni mental, son las
victimas preferidas del agresor a quien ningún criterio de
ética o consideración lo detienen, contrario a la
afirmación banal que realizo en juicio cuando expresara
que se abstuvo de tener contacto sexual con A.L.M.
porque su ética no le permite establecer relaciones con
personas comprometidas. Esta probado que es un
depredador sexual de niñas, y muy claro tendrá por ser
ese su objetivo, las condiciones y características físicas
de sus presas, no resulta entonces lógico ni conforme al
sentido común dentro del contexto que se viene
conociendo que FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA, la
rechazara y no buscara tener relaciones sexuales como
lo afirmó de manera clara, precisa y detallada A.L.M.
quien además aseguró, que fue ésta situación la que
llevo en su oportunidad a su hermana y madre a
denunciar los hechos. No es creíble por lo tanto su dicho,
se desvirtúa precisamente con lo expresado por la
víctima.

Y, para desatar el recurso vertical interpuesto por la


defensa, en relación con este específico tópico, replicado
en esta sede extraordinaria, el Ad quem señaló lo
siguiente:

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

Ahora bien, frente al evento referido a la menor A.L.M.S.,


el defensor reconoce la existencia de las relaciones
sexuales, pero asegura que su prohijado actuó con el
convencimiento de que la niña contaba con 15 años de
edad, dada su apariencia física y por información que ella
misma le suministro.

Esta Corporación comparte el análisis hecho por la Juez de


instancia en el sentido de advertir que, conforme lo
observado en los videos, y las declaraciones de las
menores, el comportamiento del acusado de sostener
relaciones sexuales con menores de edad, incluso
menores de 14, era repetitivo, y consiente de la edad de
las víctimas, incluso en unos de los videos acepta que su
comportamiento lo puede llevar a la cárcel, luego no es
de recibo que ahora quiera suponer que fue engañado por
la ofendida para obtener provecho económico, o
aprovecharse de su situación, haciéndose ahora pasar
como si él fuera en realidad la víctima de la situación,
además que la relación con A.M.L.S., no fue esporádica,
sino que permaneció en el tiempo durante años, lo que
perfectamente se traduce en que conocía su edad.

Aunado a ello, ¿por qué debemos suponer que la menor le


mintió al decir su edad?, cuál sería la finalidad de la niña,
si, muy por el contrario, la edad no era impedimento sino
atractivo para que él continuara con sus ofrecimientos
económicos para lograr su cometido. No olvidemos que el
procesado contactaba a sus víctimas a través de otras
menores, en edad escolar, por lo que no se trataba de un
sorprendimiento que dentro de esa población existieran
menores de edad y menores de 14 años. El error de tipo
no basta con que sea alegado, sino que debe existir
prueba suficiente que dé cuenta de su configuración, o al
menos elementos de juicio que permitan al Juzgador dar
como plausible dicha alegación, sin embargo, aquí se
pretende que la sola manifestación del encartado sea
suficiente para dar por demostrada la eximente de
responsabilidad penal.

Nótese, entonces, que, respecto del específico


apartado esgrimido por el censor, los sentenciadores

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

valoraron en su amplia extensión la información


reportada por la menor víctima, sin agregarle dato
alguno, como erradamente lo supone el recurrente.

Ahora bien, atendiendo que el censor realmente fijó


su atención en el sentido valorativo otorgado por el
fallador a las pruebas relacionadas en ambos cargos, lo
que deriva en la estructuración del falso raciocinio,
pertinente es señalar, en torno a este error de hecho,
cómo la Sala tiene suficientemente decantado que atañe
al manifiesto desconocimiento de las reglas de la sana
crítica en el proceso de apreciación de la prueba sobre la
cual se ha fundado la sentencia, es decir, el juez incurre en
una equivocación protuberante en el proceso inferencial
mediante el cual fija el mérito probatorio, por la
desatención de los parámetros que garantizan la
persuasión racional.

Por ello, para la sustentación de ese yerro es deber del


demandante indicar:

(i) Lo que dice de manera objetiva el medio


probatorio.

(ii) Qué se infirió de él en la sentencia atacada.

(iii) Cuál fue el mérito persuasivo otorgado.

Así como también, es menester señalar:

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

(iv) El postulado lógico, la ley científica o la máxima


de experiencia cuyo contenido fue desconocido en el
fallo, debiendo enseñar su consideración correcta. Y,

(v) La trascendencia del error, expresando con


claridad cuál debe ser la acertada inferencia de la prueba,
con la indeclinable obligación de acreditar, a través del
examen conjunto de los medios suasorios, que la
enmienda del yerro daría lugar a una declaración de
derecho esencialmente diversa y opuesta a la criticada.

El planteamiento del censor, en este asunto, se alejó


por completo de la referida secuencia demostrativa; en
cambio, se itera, optó por dedicar su discurso a cuestionar
la valoración efectuada por los falladores respecto del
testimonio ofrecido en el juicio oral por la menor ofendida,
así como de la información emanada del material
videográfico, a partir de supuestas irregularidades, valga
subrayarlo, de manera alguna ajustada a un cargo propio
del mecanismo casacional.

Es decir, el sustento casacional reviste el


planteamiento de críticas inconexas, solo con la finalidad
de prolongar una discusión válidamente abordada en las
instancias, dirigida a controvertir la valoración probatoria
que efectuaron los falladores para descartar la
configuración de la causal de ausencia de

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
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responsabilidad, apenas mencionada en el decurso de la


estrategia defensiva.

Este conjunto de falencias detectadas en la


propuesta casacional esgrimida por el censor, se hace
suficiente para soportar la anunciada inadmisión de los
dos primeros cargos abordados en la demanda casacional.

Tercer cargo - «Desconocimiento del debido


proceso»

La verificación de las piezas procesales pertinentes


que integran el diligenciamiento, conforme pasará a
ilustrarse de forma detallada más adelante, permite
señalar que no le asiste razón al libelista, quien, en su afán
de pretender retrotraer la actuación transgrede el principio
de corrección material, pues, no corresponde a la realidad
que el órgano de persecución penal incurriera en la
indeterminación de los hechos jurídicamente relevantes
comunicados al procesado, lo que a la postre desvanece la
supuesta incongruencia que soporta en la determinación
de responsabilidad penal por hechos no atribuidos en la
pretensión incriminadora.

Por lo pronto, como notas generales pertinentes que


contribuyen a evidenciar la incorrección del cargo
propuesto, dígase, con apego en la reiterada postura de la
Sala de Casación Penal2, que, si bien es cierto, la
2
Cfr., por ejemplo, CSJ AP574-2021, Feb. 24 de 2021, Radicado N° 50175.

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formulación del reproche por nulidad, a través del recurso


extraordinario, en su fundamentación y demostración, en
cierta medida cede frente a la prevalencia del derecho
sustancial sobre las formas, de todas maneras compete al
censor acreditar la existencia de un yerro que
ineludiblemente constituya un agravio irremediable a los
derechos y garantías del procesado o de la víctima, solo
subsanable rehaciendo el trámite procesal.

De tal forma que, es deber del casacionista, cuando


menos, construir el debido sustento a partir de los principios
que regulan la declaratoria de nulidad, según los cuales:

(i) Solo puede declararse por los motivos expresamente


previstos en la ley (principio de taxatividad).

(ii) Quien alega la configuración de un vicio enervante


debe especificar la causal que invoca y señalar con
objetividad los fundamentos de hecho y de derecho en los
que se apoya (principio de acreditación).

(iii) No puede deprecarla en su beneficio el sujeto


procesal que con su conducta haya dado lugar a la
configuración del yerro, salvo el caso de ausencia de
defensa técnica (principio de protección).

(iv) Aunque se configure la irregularidad, ella puede ser


redimida con el consentimiento expreso o tácito del sujeto

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perjudicado, a condición de ser observadas las garantías


fundamentales (principio de convalidación).

(v) No procede la rescisión cuando el acto tachado de


irregular ha cumplido el propósito para el cual estaba
destinado, siempre que no se viole el derecho de defensa
(principio de instrumentalidad)

(vi) Quien depreque la invalidación tiene la obligación


indeclinable de demostrar, no solo la ocurrencia de la
incorrección denunciada, sino que ésta afecta de manera
real y cierta las bases fundamentales del debido proceso o
las garantías constitucionales (principio de trascendencia). Y,

(vii) Que para enmendar el agravio no existe remedio


procesal distinto a la declaratoria de nulidad (principio de
residualidad).

Además, es deber del libelista confrontar los


términos de la imputación, la acusación y de la sentencia,
con miras a demostrar el acaecimiento de alguna de las
hipótesis de error en que puede incurrir el juzgador, tal
como lo evocó la Corte en el precedente que viene de
enunciarse.

En efecto, según la jurisprudencia de esta Corporación


(Cfr. entre otras, CSJ SP, 6 abr. 2006, rad. 24668; CSJ SP,
28 nov. 2007, rad. 27518, y CSJ SP, 8 oct. 2008, rad.
29338), se quebranta ese postulado cuando se condena
en alguno de los siguientes escenarios: (i) por hechos

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
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distintos a los contemplados en las audiencias de


formulación de imputación o de acusación, o por delitos
no atribuidos en la acusación; (ii) por un delito que no se
mencionó fácticamente en el acto de formulación de
imputación, ni fáctica y jurídicamente en la acusación;
(iii) por el injusto atribuido en la audiencia de
formulación de la acusación, pero se deduce, además,
circunstancia genérica o específica de mayor punibilidad
no imputada en la acusación, (iv) suprimiendo una
circunstancia genérica o específica de menor punibilidad
reconocida en la acusación. Y, tratándose del elemento
fáctico, ha afirmado que el aludido principio se vulnera si
se desconoce el núcleo esencial de la imputación fáctica
(CSJ SP, 27 jul. 2007, rad. 26468; CSJ SP, 3 jun. 2009,
rad. 28649, y CSJ SP, 15 oct. 2014, rad. 41253).3

De esa manera se garantiza que la persona sometida


a un proceso penal no sea condenada por hechos o
conductas delictivas diferentes a las señaladas en la
acusación, por lo cual, su desconocimiento se predica de
la sentencia, cuando no guarde identidad frente a los
sujetos, los hechos o la conducta punible.

El repaso de los precedentes jurisprudenciales


traídos a colación, para el caso que ahora ocupa la
atención de la Sala, desdibuja la frágil sustentación del
reproche propuesto por el censor, pues, solo condensa el
convencimiento errado acerca de la estructuración de un
yerro por violación de los derechos al debido proceso y
defensa -tópico ajeno al principio de congruencia, aunque
sí propio de la nulidad-, el cual no logra desentrañar, con
apego de lo ocurrido en cada uno de los estadios
procesales determinantes.
3
CSJ AP-6587-2016, Sept. 28 de septiembre de 2016, Rad. 48660.

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

Por ello, para dilucidar la falta de acierto en la


propuesta casacional, es conveniente traer a colación los
apartes pertinentes del rito procesal, en cada una de las
mencionadas fases:

Audiencia de formulación de imputación

En audiencia de 14 de octubre de 2016, la Fiscalía, en


relación con la específica conducta delictiva de acceso
carnal abusivo con menor de 14 años, luego de darle
lectura al tipo punitivo consagrado en el artículo 208 de la
Ley 599 de 2000, le comunicó al implicado, entre otros
aspectos, la siguiente imputación fáctica, respecto de la
menor A.L.M.S.:

La fiscalía le imputa haber accedido carnalmente a la


menor que tiene las iniciales A.L.M.S. durante el año 2013,
cuando la niña tenía solo 13 años de edad. Así lo afirmó la
menor en la entrevista que pondremos de presente ante
el psicólogo, acompañado del defensor de familia, cuando
la menor señaló, claramente, de que, desde esa fecha,
usted tuvo relaciones sexuales con esta menor, relaciones
sexuales que consistieron en la penetración vía vaginal e,
igualmente, desde esa fecha usted le tomó fotografías y la
filmó, por lo que también desde esa fecha, estamos
hablando del delito de pornografía con personas menores
de 18 años de edad.

Esto fue corroborado, como lo vamos a ver, con los


elementos materiales probatorios, como es una denuncia
que en el año 2012, presentó la hermana de la víctima, la
señora Leidy Alejandra González Lozano.

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CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

Esa noticia criminal se inició por la fiscalía, una


investigación por el delito de acceso carnal abusivo con el
radicado…y de lo cual la fiscalía deduce claramente que
desde esa fecha 2012 se estaban presentando estos actos
o estos abusos sexuales en contra de los menores de
edad.

E, igualmente, los hechos a los cuales se contrae esta


investigación, como ya se dijo, son desde el 2012, cuando
según el relato de las víctimas, concretamente lo
señalado por Leidy Alejandra González, el señor citado,
FERNANDO, llevaba hasta su casa, por intermedio de
otras personas, y por él mismo, a varias menores y
aprovechándose de su situación económica, les ofrecía
dinero para accederlas carnalmente, fotografiarlas,
filmarlas o grabarlas, teniendo sexo con él y o en
actividades sexuales, como lo dijo, también en entrevista,
las víctimas que tienen las iniciales…A.L.M.S.

Expuesta así la formulación de imputación por parte


de la Fiscalía, el Juez Tercera Penal Municipal con Función
de Garantías de Cali, previo a verificar su cabal
entendimiento por las partes e intervinientes, dio por
surtido el referido acto de comunicación.

Escrito de acusación

El 13 de diciembre de 2016, el delegado del ente


persecutor presentó el escrito de acusación, cuya
exposición fáctica, respecto de los delitos objeto de
imputación, fue del siguiente tenor:

UNA VEZ LLEGA INFORMACIÓN POR FUENTE NO FORMAL LA


CUAL SE ABSTUVO DE APORTAR SUS DATOS POR MOTIVOS
DE SEGURIDAD, SE CONOCIÓ QUE PRESUNTAMENTE EN UNA
VIVIENDA UBICADA EN EL BARRIO EL LIDO DE ESTA CIUDAD

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

SE REALIZABAN VIDEOS PORNOGRÁFICOS CON MENORES DE


18 AÑOS Y AL PARECER ESTOS ERAN DISTRIBUIDOS.

EN LAS LABORES DE INVESTIGACIÓN REALIZADAS SE LOGRÓ


CONOCER INFORMACIÓN DE PARTE DE LA JOVEN B.J.A.S.
QUIEN DIO A CONOCER QUE HACÍA VARIOS AÑOS ATRÁS
APROXIMADAMENTE EN EL MES DE ENERO DE 2.013 UNA
PERSONA DE NOMBRE GABRIEL A QUIEN LLAMAN GABO SE
HABÍA LLEVADO A SU HERMANA Y.A.A.S. A TRABAJAR CON
UN SEÑOR DE NOMBRE FERNANDO Y DURANTE EL AÑO
2013 SIN SABER LO QUE LE HA HABÍA SUCEDIÓ A SUS
HERMANAS, INGRESÓ A LABORAR CON EL CITADO SEÑOR,
FUE CUANDO DESPUÉS DE UNOS MESES COMENZÓ A
SOSTENER RELACIONES SEXUALES CON EL INDICIADO,
QUIEN LE PROPUSO GRABAR VIDEOS PORNOGRÁFICOS Y
DESDE ALLÍ COMENZÓ ESTE SUJETO A FILMARLA.

COMENTA QUE UNA VEZ QUE SE QUEDÓ SOLA EN LA CASA,


LOGRO VER EN UN COMPUTADOR LAS FOTOS QUE LE HABÍA
TOMADO A ELLA Y UNOS VIDEOS DONDE SU HERMANA B.
SOSTENÍA RELACIONES SEXUALES CON FERNANDO,
TAMBIÉN OBSERVO VARIOS VIDEOS DONDE HABÍA OTRAS
NIÑAS CON EL AHORA IMPUTADO.

REFIRIÓ TAMBIÉN, LA SEÑORITA B.Y. QUE MIENTRAS


TRABAJÓ EN LA CASA DEL SEÑOR FERNANDO ERA VISITADA
POR UNA AMIGA DE NOMBRE K.M. DE 14 AÑOS QUIEN POR
INSINUACIÓN DE FERNANDO HIZO QUE ELLA Y SU AMIGA K.
SE DIERAN BESOS MIENTRAS ÉL LAS FOTOGRAFIABA Y
LUEGO CON LA PROMESA DE DARLES UNA MOTOCICLETA SI
TENÍAN RELACIONES SEXUALES ENTRE ELLAS, MIENTRAS
QUE EL LAS GRABABA, HECHOS QUE SE PRESENTABAN EN
LA HABITACIÓN DE ÉL DONDE TENÍA INSTALADA UNA
CÁMARA DE VIDEO, AGREGA QUE EN OTRAS OCASIONES LES
SACÓ FOTOS Y VIDEOS TENIENDO RELACIONES EN VARIOS
SITIOS DELA CASA DE ÉL.

DIJO DESCONOCER PARA QUE ERAN LAS FOTOS Y VIDEOS


QUE EL SEÑOR FERNANDO TOMABA, PERO AGREGA QUE EN
LA CASA HAY UN COMPUTADOR EN DONDE PUDO VER
VIDEOS PORNOGRÁFICOS CON DIFERENTES NIÑAS
MENORES, INCLUSO COMO YA LO HABÍA DICHO ESTA SU
HERMANA B. Y VARIAS NIÑAS DEL BARRIO SILOE.

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

INFORMO QUE EL INTERMEDIARIO PARA CONSEGUIR A LAS


NIÑAS QUE ERAN ABUSADAS SEXUALMENTE, GRABADAS Y
FILMADAS EN VIDEOS PORNOGRÁFICOS ERA UN SEÑOR DE
NOMBRE GABRIEL, QUIEN CONTACTABA A LAS VÍCTIMAS,
LES OFRECÍA TRABAJAR EN LA CASA DEL SEÑOR FERNANDO
HACIENDO LABORES EN ESE INMUEBLE, PERO DESPUÉS LES
DECÍAN PARA QUE ERA O LES OFRECÍA DIRECTAMENTE A
LAS NIÑAS LA SUMA DE $ 30.000 POR SOSTENER
RELACIONES SEXUALES Y $ 50.000 POR VIDEOS
PORNOGRÁFICOS.

OTRA CONDUCTA QUE REFIRIÓ OBSERVAR ERA QUE ESOS


VIDEOS ERAN VISTOS ENTRE EL SEÑOR FERNANDO Y UN
HERMANO DE EL QUIEN VIVE ACTUALMENTE EN LOS
ESTADOS UNIDOS.

TODA ESTA INFORMACIÓN DABA CUENTA DE LA EXISTENCIA


DE UNA CONDUCTA EMINENTEMENTE DE EXPLOTACIÓN
SEXUAL EN EL QUE UNA PERSONA APROVECHÁNDOSE DE LA
VULNERABILIDAD POR FALTA RECURSOS DE MUCHAS
MENORES DEL SECTOR CASI SIEMPRE DE SILOE , A TRAVÉS
DE UNA PERSONA O EN FORMA DIRECTA ABUSABA
SEXUALMENTE DE ELLAS Y ADEMÁS LAS GRABABA, FILMABA
Y FOTOGRAFIABA EN ACTIVIDAD SEXUAL CONDUCTA QUE
VENIA EJECUTANDO DESDE HACE MAS DE CUATRO AÑOS,
TENGASE EN CUENTA LA DENUNCIA PRESENTADA POR
ESTOS HECHOS DESDE EL AÑO 2.012 , ES DECIR, EN
IMÁGENES PORNOGRÁFICAS, A PESAR QUE SABÍA QUE ERAN
NIÑAS MENQRES DE EDAD Y QUE ERA UN DELITO SU
CONDUCTA Y ASÍ LO RECONOCE DIRECTAMENTE EL SEÑOR
FERNANDO COMO SE PUEDE ESCUCHAR EN UNO DE ESOS
VIDEOS QUE SE LE ENCONTRÓ EN SU PODER.

EN LAS LABORES INVESTIGATIVAS SE LOGRO ESTABLECER


LA INDIVIDUALIZACIÓN E IDENTIFICACIÓN Y LUGAR DE
RESIDENCIA DEL SEÑOR CITADO COMO FERNANDO
APODADO FERCHO. QUE CORRESPONDÍA AL SEÑOR
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA IDENTIFICADO CON LA
CEDULA DE CIUDADANÍA NO. 16.686.701 Y RESIDENTE EN
LA CARRERA 55B NO 1 - 45 BARRIO EL LIDO DE ESTA
CIUDAD, POR LO QUE AL ENCONTRAR SATISFECHOS LOS
MOTIVOS FUNDADOS SE ORDENO Y REALIZO EL DÍA 6 DE
OCTUBRE DE 2.016 UNA DILIGENCIA DE ALLANAMIENTO Y
REGISTRO AL INMUEBLE REFERIDO CON LA FINALIDAD DE
INCAUTAR ELEMENTOS MATERIALES PROBATORIOS TALES

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

COMO MEMORIAS, MICRO SD; DISCOS DUROS, CÁMARAS,


COMPUTADORES M, CELULARES ETC EN LOS QUE PUEDA
EXISTIR MATERIAL PORNOGRÁFICO CON PERSONAS
MENORES DE EDAD.

CONFORME AL INFORME DE REGISTRO Y ALLANAMIENTO


PRESENTADO POR LOS POLICIALES MARIA EUGENIA POZU
OSPINA Y JUAN GABRIEL RODRÍGUEZ BASTIDAS EN EL
MOMENTO EN QUE SE EJECUTÓ LA DILIGENCIA FUERON
ENCONTRADAS AL INTERIOR DEL INMUEBLE TRES MENORES
DE EDAD CUYAS INICIALES SON LAS SIGUIENTES M.T.L.M. DE
13 AÑOS; A.L.M.S. DE 16 AÑOS Y L.V.B.A. DE 15 AÑOS DE
EDAD ESTA ULTIMA TENÍA EN SU PODER LA SUMA DE
$40.000 EN 8 BILLETES DE MONEDA COLOMBIANA EN
DENOMINACIÓN DE BILLETES DE $5000, LOS CUALES SEGÚN
LO REFERIDO POR ESTA MENOR LE HABÍA ENTREGADO EL
SEÑOR FERNANDO DESPUÉS DE SOSTENER RELACIONES
SEXUALES Y REALIZAR VIDEOS PORNOGRAFICOS.

INDICARON TAMBIÉN LAS DOS ÚLTIMAS MENORES QUE


HABÍAN ACUDIDO HASTA ESA RESIDENCIA Y HABÍAN
SOSTENIDO RELACIONES SEXUALES CON EL SEÑOR
FERNANDO, QUIEN A LA VEZ LAS HABÍA FILMADO Y
GRABADO SOSTENIENDO RELACIONES SEXUALES CON EL Y
ENTRE ELLAS.

COMO ERA EL FIN DE LA DILIGENCIA SE PROCEDIÓ A LA


INCAUTACIÓN DE…
(…)

LA MENOR A.L.M.S. EN DILIGENCIA DE ENTREVISTA


REALIIZADA POR EL PSICÓLOGO FORENSE DE LA UNIDAD DE
CAIVAS DR. ANIVAL VALDERRAMA TOVAR DE OCTUBRE 7 DE
2.016 DIO HA CONOCER QUE HABÍA SOSTENIDO
RELACIONES SEXUALES HACIA MÁS DE TRES AÑOS CON EL
SEÑOR FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA , ES DECIR,
CUANDO TENÍA MENOS DE CATORCE AÑOS, LO CUAL
APARECE CORROBORADO POR LA INFORMACIÓN QUE
BRINDO AL MÉDICO LEGISTA LA VICTIMA EL DÍA EN QUE FUE
VALORADA SEXOLÓGICAMENTE, CUANDO AFIRMO CONOCER
AL INDICIADO POR MEDIO DE UNA AMIGA DESDE HACE MAS
DE TRES AÑOS FECHA EN LA QUE SOSTUVO RELACIONES
SEXUALES CON FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA, CON ESA
INFORMACION SE LOGRÓ ESTABLECER QUE EL DIA 21 DE
DICIEMBRE DE 2.012 LA SEÑORA (…)HERMANA DE LA

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

VICTIMA HABÍA INSTAURADO DENUNCIA POR ABUSO SEXUAL


DEL CUAL FUE VÍCTIMA SU HERMANA A.L.M.S. PARA ESE
ENTONCES DE 12 AÑOS CON TARJETA DE IDENTIDAD
1005872474 DEBIDO A QUE EL SUJETO DE NOMBRE
FERNANDO LE HABÍA TOMADO FOTOS DESNUDAS Y LE
PAGABA POR PERMITIR ESA CONDUCTA NOTICIA CRIMINAL
QUE SE RECEPCIONO CON EL NÚMERO
760016000195201203773 EN CONSECUENCIA SE PUEDE
AFIRMAR QUE NOS ENCONTRAMOS IGUALMENTE ANTE EL
DELITO DE ACCESO CARNAL ABUSIVO CON MENOR DE
CATORCE AÑO, PUES CONFORME A LOS ELEMENTOS
MATERIALES PROBATORIOS ALLEGADOS LA MENOR A.L.M.S.
FUE ACCEDIDA CARNALMENTE CUANDO AÚN NO CUMPLÍA
LOS CATORCE AÑOS, HECHOS PRESENTADOS ANTES
DURANTE EL AÑO 2.013

DELITO QUE SE ADECUA A LO CONTEMPLADO EN EL


ARTICULO 208 DEL CÓDIGO PENAL DENOMINADO ACCESO
CARNAL ABUSIVO CON MENOR DE CATORCE AÑOS. EN
ATENCIÓN A QUE LA MENOR FUE ACCEDIDA VIA VAGINAL
POR EL INDICIADO FECHA EN LA QUE TAMBIÉN FUE
FILMADA, GRABADA Y FOTOGRAFIADA EN SUS PARTES
ÍNTIMAS, ES DECIR EN ACTIVIDADES EMINENTEMENTE DE
CARÁCTER SEXUAL. (Mayúscula sostenida y
ortografía del texto original).

Audiencia de formulación de acusación

En sesión de 13 de febrero de 2017, siendo fiel al


contenido del escrito de acusación, el delegado fiscal
procedió a darle lectura, luego de lo cual, el juzgador dio
por cumplida esta fase procesal.

Las sentencias de primera y segunda instancias

Conforme se insertó en el acápite de «HECHOS» de


este proveído, los falladores consideraron la situación

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Casación acusatorio N° 59268
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FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

fáctica desglosada por la Fiscalía en el escrito de


acusación.

Caso concreto

La precedente semblanza, entonces, es lo


suficientemente demostrativa de la coherencia en la
preservación del hilo factual vislumbrado por el ente
persecutor, a partir de la primigenia etapa procesal, pues,
al margen de que en la formulación de imputación y
acusación, el delegado fiscal incurriera en la reprobable
costumbre de confeccionar los hechos jurídicamente
relevantes, a partir de la exhibición explicita de lo que
enseñan los elementos materiales probatorios, lo cierto es
que, en este caso, el acusado tuvo la información suficiente
para comprender los hechos que circundaron la pretensión
incriminadora del ente persecutor, respecto del delito
contra la libertad, integridad y formación sexuales por el
que fue convocado a juicio y consecuentemente
condenado.

No es, entonces, como lo reseñó el casacionista,


quien, nuevamente, faltando al principio de corrección
material, señaló que la fiscalía, en la atribución del delito
de acceso carnal abusivo con menor de 14 años, solo
enunció al implicado que su proceder se ciñó a que sostuvo
relaciones sexuales con la víctima, cuando ella contaba con
menos de 13 años, lo que, a decir verdad, resalta la Sala,

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corresponde a la descripción típica consagrada por el


legislador; sino que el delegado del ente acusador
complementó esa construcción fáctica indicando factores
(i) de tiempo, tras precisar que tal proceder irregular del
implicado se gestó en el año 2013; (ii) de lugar, cuando
refirió que los sucesos habrían acaecido en una habitación
de un inmueble del victimario y (iii) de modo, tras indicar
que el acceso carnal se produjo vía vaginal.

Adicionalmente, no puede pasar inadvertido que el


propio implicado, en su exposición vertida en el juicio oral,
aceptó haber accedido carnalmente a la víctima y, acorde
con esa comprensión, emprendió su estrategia defensiva,
aduciendo como coartada un presunto error de tipo
respecto de la edad de A.L.M.S., debidamente descartado
por los falladores, como se ilustró en la desestimación de
los cargos casacionales precedentes, argumentación que,
de paso sea decirlo, denota que los fallos, en lo que
respecta a específica ilicitud cuestionada por el censor, se
profirieron en concordancia con la fijación fáctica elevada
por el ente acusador.

Así las cosas, como el alegato del censor no


evidencia una irregularidad, cimentada en el
desconocimiento del principio de congruencia -basado en
que los falladores incluyeron circunstancias no planteadas
por el acusador-, o siquiera el debido proceso o derecho
de defensa -radicado en que los hechos jurídicamente
relevantes presentados en la imputación y la acusación

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resultan vagos o insuficientes- el cargo no está llamado a


prosperar.

Cuarto cargo – Violación directa de la ley


sustancial

Retómese que en este reproche el censor planteó la


interpretación errónea de los artículos 218 y 32, num. 2,
de la Ley 599 de 2000, en concordancia con el artículo 7
de la Ley 906 de 2004, toda vez que «no se decretó el
consentimiento como causal de ausencia de
responsabilidad por el punible de pornografía con menor
de 18 años.», básicamente, porque los juzgadores
desconocieron el precedente jurisprudencial sobre el
particular.

Debe recordar la Sala que, cuando se denuncia la


violación directa de la ley sustancial es necesario que el
censor acate un conjunto de requisitos de necesario
cumplimiento, en particular, abandonar toda discusión en
relación con la realidad fáctica declarada en el fallo
confutado, así como en torno a la valoración probatoria
allí consignada, bajo el supuesto de que la causal aludida
está prevista para realizar un juicio en derecho de la
sentencia, con el cual se busca demostrar la efectiva
presencia de uno cualquiera de los sentados o conceptos
de violación, es decir, la exclusión evidente, la aplicación
indebida o la interpretación errónea de la ley.

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

Ahora, en lo que corresponde a la interpretación


errada de una norma, sentido seleccionado por el
recurrente en este caso, la argumentación ha de
enfocarse en comprobar que se le confirió un efecto
limitado o excedido, distinto al derivado objetivamente de
su contenido. Por tanto, aquí el sustento radica en
exponer que, a pesar de que la disposición se seleccionó
adecuadamente, no se le dio el alcance que en realidad le
corresponde.

Adicionalmente, cuando se alega que a


consecuencia de la errada interpretación se dejó de
aplicar la norma, corresponde al impugnante indicar las
razones por las que resulta equivocado el criterio
hermenéutico al que acudió el fallador, así como, definir
cuál debe ser la interpretación acertada, es decir, explicar
por qué la comprensión propuesta en la demanda es la
correcta, con suficiente coherencia y, razonabilidad de los
argumentos jurídicos.

Esta carga argumentativa no la cumplió el


demandante en este asunto, pues, al margen de indicar
cuáles fueron las normas de orden sustancial
supuestamente interpretadas de manera errónea por los
juzgadores, lo cierto es que su inconformidad reside en la
supuesta ausencia de contemplación fidedigna de
sentencias emanadas de esta Corporación, las que, en su
particular criterio, examinaron el tema de la atipicidad de
la conducta delictiva de pornografía con personas

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

menores de 18 años, cuando media el consentimiento de


la víctima.

En ese discurrir pasó por alto que el desconocimiento


del precedente jurisprudencial no está previsto como
causal de casación, conforme lo ha precisado la Sala 4,
máxime cuando. las providencias por él reseñadas ni
siquiera constituyen casos similares al que aquí se
estudia.

Incluso, destaca la Sala que no corresponde a la


realidad que los juzgadores acentuaran la postura de que
«dicho consentimiento SIEMPRE era invalido o
irrelevante en razón a que el legislador, aun cuando
reconoce capacidad para disponer del cuerpo a mayores
de 14 años, se tuteló el bien jurídico respecto de ciertos
comportamientos, entre los que se encuentra la
pornografía infantil…», y que, a la postre, incurrieran los
juzgadores en una «indebida interpretación» de la
sentencia SP4573-2019, octubre 24 de 2019, Rad. 47234.

La verificación del fallo emitido por el Tribunal


enseña que la no asunción del consentimiento otorgado
por las víctimas, para estructurar la causal de ausencia de
responsabilidad (Art. 32, num. 2, del Código Penal),
residió en el contexto que gobernó el proceder delictivo
del acusado, pues, se acentuó en el ámbito de la
4
CSJ AP1053-2017, rad. 47901, CSJ AP, 27 jul. 2009, Rad. 31808; CSJ AP, 30 jul.
2014, Rad. 41539; CSJ AP, 22 oct. 2014, Rad. 43650; CSJ SP 13261-2015, Rad.
39838.

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CUI: 76001600067820150031401
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explotación sexual, toda vez que entregaba dinero a las


menores por las imágenes pornográficas que de ellas
captaba, postura que, por demás, se encuentra acorde
con el criterio imperante de la Sala.

Así lo precisó el Tribunal, con respaldo en la referida


providencia, emanada de esta colegiatura:

De otra parte, afirma el apelante que las menores


consentían las relaciones sexuales, que en ningún
momento estuvieron en contra de su voluntad, y que, al
ser mayores de 14 años, su consentimiento era válido,
por lo que no se advierte antijuridicidad de la conducta.
Sobre el particular, esta Corporación trae reciente
pronunciamiento SP4573-2019, hace referencia al
ingrediente subjetivo de este tipo de conductas relativas
a la explotación sexual, y advierte que, el consentimiento
de los mayores de 14 años, en manera alguna
desnaturalizan la conducta. Dijo la Corte en aquella
oportunidad:

“Al contrario de la explotación sexual en los adultos


(que se relaciona, más que todo, con la Incitación y
ejercicio de la prostitución forzada), por “explotación
sexual de menores” se entiende «la utilización de
menores de dieciocho (18) años en actividades
sexuales, pornografía Infantil o adolescente y
espectáculos sexuales en los que haya un pago o
cualquier beneficio de otra índole para el menor o un
intermediarlo».

En estas situaciones, siempre se considerará


irrelevante el consentimiento otorgado por el
menor de dieciocho (18) años. Es decir, no dejará
de considerarse explotación sexual a pesar de que el
menor de edad Involucrado haya prestado su
aquiescencia para realizar la actividad sexual.”

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Casación acusatorio N° 59268
CUI: 76001600067820150031401
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Cuando media un intercambio económico, va sea a favor


del menor o un tercero, la explotación sexual será
comercial. SI el beneficio o provecho que se ofrece al
menor o al tercero es de otra índole, será tan solo
explotación sexual de menores.

Entonces, conforme las pruebas recaudadas, es claro el


carácter de explotación sexual de la conducta ejecutada
por el acusado, pues no podemos olvidar el carácter de
las víctimas, todas menores de 18 años, de escasos
recursos, miembros de un sector vulnerable de Cali,
quienes aceptaban un pago que oscilaba entre los 40.000
pesos para, no solo sostener relaciones sexuales con el
sentenciado, sino ser grabadas en el acto para la
producción y posesión de material pornográfico, siendo
incluso también fotografiadas. Por estos motivos la
condena por este delito será confirmada.

Este criterio de explotación sexual, incluso, fue


sostenido en la sentencia SP4235–2020, 4 de noviembre de
2020, Rad. 51626, también citada de manera sesgada por el
censor, pues, en esa decisión esta Corporación, en un caso
que juzgó a una persona por la misma conducta punible,
concluyó:

En efecto, si bien el programa penal de los delitos


sexuales supone la presunción de que el consentimiento
no tiene incidencia en los casos de acceso y actos
sexuales abusivos con menores de 14 años, (artículos
208 y 209 del Código Penal), esa misma reflexión no
procede en los casos en que el mayor de 14 años y
menor de 18 presta su consentimiento, por la libertad
sexual que se le reconoce en esa materia al menor entre
esas edades, siempre que no se pretenda su
explotación, o la conducta sea producto de la
violencia, el abuso o el engaño.

En ese margen, a la Sala no le preocupa la conducta que


se juzga, pues es evidente que Andrés Eduardo García

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Ruíz llevó a la menor a enviarle fotografías contentivas


de representaciones explícitas de actividad sexual, con
el fin de utilizarlas para dejar en entredicho su
comportamiento. No importa que los destinatarios hayan
sido miembros de su núcleo familiar, sino la finalidad:
poseerlas con el fin de transmitirlas. Con ello se afecta,
en este caso, por la edad, su formación sexual y su
dignidad, al instrumentarla como objeto y no como
sujeto, pues la conducta, aparte de tratarse de una
menor de 14 años, fue el producto del engaño a través de
redes sociales (grooming), que anula el consentimiento
aún tratándose de personas con capacidad de consentir.
(Énfasis de la Sala).

Nótese, entonces, como la Sala, pese a que la situación


fáctica allí tratada es diversa a la que en esta oportunidad
ocupa la atención de la Corte, precisó que en tratándose de
esta ilicitud, el consentimiento de la víctima no es
determinante para contemplar la atipicidad de la conducta,
si se trata de circunstancias de explotación sexual.

Así las cosas, se evidencia que en ninguna


incorrección incurrieron los juzgadores, constituyendo la
exposición del censor, una apreciación particular e
interesada que desbordó el verdadero alcance de la
interpretación dogmática realizada por la Corte respecto
de la estructuración del delito de pornografía con menor
de 18 años, razón suficiente para estimar el cargo
infundado.

Quinto cargo – Violación directa de la ley


sustancial

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Conforme se sintetizó en precedencia, este reproche


lo apuntaló el censor en la supuesta aplicación indebida
de la circunstancia de mayor punibilidad consagrada en el
artículo 58, num. 17, del Código Penal, la cual consagra,
como criterio para la determinación de la punibilidad
«Cuando para la realización de las conductas punibles se
utilicen medios informáticos, electrónicos o telemáticos.»,
por cuanto, según su particular criterio, no se adecúa al
delito de pornografía con menor de 18 años, pues, la
norma que adicionó dicho numeral –Ley 1273 de 2009-
creó un bien jurídico denominado «DE LA PROTECCIÓN DE
LA INFORMACIÓN Y DE LOS DATOS.».

Cuando se postula la violación directa por aplicación


indebida de un precepto legal, le corresponde al actor
demostrar que al momento de adecuar los hechos
acreditados en la actuación, el sentenciador se equivocó
en la selección de la norma, en tanto, la situación fáctica
establecida no coincide con los supuestos contenidos en
esa disposición y por ello termina resolviendo el caso con
una preceptiva inaplicable al mismo.

El error surge de la simple exposición de los


fundamentos del fallo, asumiendo los hechos establecidos
probatoriamente y exponiendo que se adecuan a una
norma diferente a la aplicada por el juzgador.

Si bien es cierto, el libelista mencionó la causal y la


clase de infracción de la ley sustancial, el desarrollo de la

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censura carece de la debida fundamentación jurídica,


pues, dedica su exposición a ilustrar una llana
contraposición del fundamento fáctico que sirvió de
soporte a los falladores para contemplar la referida
circunstancia de mayor punibilidad, con incidencia en el
monto punitivo finalmente impuesto al implicado, al
tiempo que desconoce a cabalidad la carga argumentativa
plasmada en la sentencia de segundo grado.

Así las cosas, el argumento, sin duda, de orden


fáctico y probatorio, abandona el curso natural de la
causal propuesta, conforme se plasmó en la
desestimación del cargo precedente, correspondiendo
apenas al criterio particular del libelista; por ello, carece
de idoneidad para persuadir acerca de la existencia de
algún vicio.

Para que la causal propuesta llegara a tener buena


fortuna, era necesario que el demandante demostrara que
la circunstancia de mayor punibilidad consagrada en el
artículo 58, num. 17, del Código Penal, endilgada al
acusado, en realidad encarna un presupuesto fáctico que
no se acopla a la conducta endilgada al acusado y, pese a
ello, optó por contemplarla.

Empero, contrario a lo que afirma el demandante, la


lectura del fallo del Tribunal enseña una realidad factual
diversa a la contemplada por el recurrente que, como se

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ilustrará enseguida, permite la circunstancia de mayor


punibilidad controvertida.

Así se pronunció el Ad quem:

La Corporación no comparte la apreciación hecha por


el impugnante en cuanto a que no se configura la
circunstancia de mayor punibilidad establecida en el
numeral 17 del artículo 58 del Código Penal, y
portante la Juez A quo, por esta circunstancia viola el
principio constitucional de non bis in ídem.

Este principio es de orden constitucional, derivado del


artículo 29 de la Constitución Política, y también es
una obligación convencional, pues su protección está
establecida también en el artículo 8.4 de la
Convención Americana sobre los Derechos Humanos y
el 14.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos. De dicha normativa se desprenden los
artículos, 8 de la ley 599 de 2000 y el artículo 21 de la
ley 906 de 2004.

Los componentes de esta garantía han sido


decantados por la Corte Suprema de Justicia así:

“El alcance de la protección penal en referencia,


conforme lo decantó esta Corporación en AP2150-
2018, rad. 51741, implica el derecho a: (i) no ser
investigado o perseguido dos o más veces por el
mismo hecho, bien sea por igual o por diferentes
funcionarios, principio de prohibición de doble o
múltiple contradicción; (ii) no extraer de una misma
circunstancia dos o más consecuencias contra el
procesado o condenado, prohibición de doble o
múltiple valoración: (iii) no ser juzgado por el mismo
hecho que dio lugar al primer fallo cuando medie una
sentencia ejecutoriada -principio de cosa juzgada-; (iv)
no penar dos veces por el mismo comportamiento,
principio de prohibición de doble o múltiple punición;
y, (v) no ser perseguido, investigado, juzgado o
sancionado puramente por un hecho que en sentido

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estricto es único, principio de non bis in ídem


material.”5 (Subrayas y negritas propias)

En el caso de marras, los verbos atribuidos en la


conducta de pornografía infantil fueron: fotografiar,
filmar, grabar, divulgar, poseer, portar y almacenar,
de los cuales NO se probó el verbo rector de divulgar.
Al mismo tiempo, la causal de mayor punibilidad
endilgada fue la de realizar la conducta con utilización
de medios informáticos, conforme el numeral 17 del
artículo 58 del Código Penal.

Lo anterior, para esta Corporación no implica una


transgresión a la garantía atrás descrita, pues
realmente los verbos rectores del tipo penal pueden
realizarse tanto por medios análogos que dan lugar a
representaciones en afiches, películas, libros, revistas
o videos y en otras ocasiones se da la utilización de
medios informáticos y similares, para tomar
fotografías, grabar videos, y almacenar dicha
información, siendo este segundo evento una causal
de agravación el comportamiento prevista por el
legislador, no se subsume automáticamente en la
primera conducta, siendo por tanto como mayormente
lesiva y no supone valorar dos veces un mismo
elemento para derivar de él consecuencias negativas,
por un lado la estructuración del tipo, y por el otro una
circunstancia de mayor punibilidad.

Recuérdese que el artículo 58 del C.P., establece que


las circunstancias de mayor punibilidad serán tenidas
en cuenta “siempre que no hayan sido previstas de
otra manera”, lo que quiere decir que, en casos como
este, la circunstancia no hace necesariamente parte
del verbo rector del tipo básico de la infracción, y por
tanto era posible valorarse a su vez como parámetro
para la escogencia de los cuartos en que se moverá la
dosificación de la pena, sin que por ello se vulnere la
garantía constitucional de non bis in idem.

5
8 C.S.J. Sentencia SP5391-2019 MP: EYDER PATIÑO CABRERA. Radicación n.°
55872, cuatro (04) de diciembre de dos mil diecinueve (2019).

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Así mismo, tampoco puede pasarse por alto que dicha


circunstancia fue creada por el legislador dentro de la
ley 1273 de 2009 que introduce en nuestro
ordenamiento el bien jurídico tutelado denominado
“de la protección de la información y de los datos”,
adicionando el Título VII BIS denominado “De la
Protección de la información y de los datos”, y que
cuenta con dos capítulos, el primero que hace
referencia a los atentados contra la confidencialidad,
la integridad y la disponibilidad de los datos y de los
sistemas informáticos; y el segundo sobre los
atentados informáticos y otras infracciones. En ese
orden de ideas, la doctrina nos explica que el objeto
de protección de la norma, en tratándose de un
sistema informático, es:

“El tercer y último de los elementos centrales de estas


fenomenologías delictivas es el sistema informático o
cibersistema, esto es, "un dispositivo que consta de
hardware y software desarrollado para el
procesamiento automático de datos digitales", que de
manera independiente o en conexión en red con otros
dispositivos puede retransmitir, transmitir, coordinar o
controlar las comunicaciones de datos o programas
(mensajes de datos). El subsistema físico o hardware
está compuesto generalmente por CPU, memoria,
placa base, periféricos, puertos de entrada y salida, y
el subsistema lógico o software por un sistema
operativo, firmware, aplicaciones y bases de datos y
archivos. A esto habría que agregar a los usuarios. Su
función esencial es garantizar el tratamiento de datos
para: (1) captar información; (2) tratarla mediante el
software adecuado (programas o aplicaciones que
incluyen el sistema operativo), esto es, almacenarlos o
procesarlos; y (3) producir y comunicar información
digital, sin intervención humana directa.” 6

Quiere decir lo anterior que cuando se utilice un


subsistema físico o hardware - en el presente asunto
CPU, memoria USB, Disco duro- se garantiza el
tratamiento de las imágenes con contenido explícito
6
9 Libro: Los ciber-crímenes: Un nuevo paradigma de criminaiidad. Ricardo
Posada Maya Universidad de Los Andes (Colombia). Edición 2017, páginas 137 a
138.

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sexual que se obtuvieron de sostener relaciones


sexuales con menores no solo captando la
información, sino también tratándola mediante el
software adecuado para su almacenamiento,
procesamiento y producción sin que se requiera que
esta información digital se comunicará a terceros, por
no ser esta actividad demostrada en el juicio.

La anterior realidad, sin lugar a equívocos, desvirtúa


el error atribuido a los sentenciadores.

En tales condiciones, el reparo surge infundado.

En consecuencia, la Sala inadmitirá la demanda que


se examina; más aún, cuando no se advierte que el
recurso esté convocado a cumplir alguna de sus
finalidades o que se hayan vulnerado garantías de orden
fundamental que impongan su protección oficiosa.

Por último, debe recordarse que frente a esta


determinación tiene cabida el mecanismo de insistencia,
de acuerdo con lo señalado en el auto de 12 de diciembre
de 2005, proferido en el radicado 243227.

En mérito de lo expuesto, la CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA, Sala de Casación Penal,

RESUELVE

7
AP, 12 dic. 2005, rad, 24322; AP, 7 sep. 2006, rad. 25891; AP 9 jun. 2008, rad
25929; AP, 24 mar.2010, rad 32730; AP. 7 mar. 2012, rad. 37888; AP. 25 jun.
2014, rad. 42597; AP7224-2014, rad.39900; SP11156-2015, rad. 45305, entre
otros.

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FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

INADMITIR la demanda de casación presentada por


el apoderado de FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA, en
relación con el fallo emitido por la Sala Penal del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cali, el 2 de diciembre de
2020, en seguimiento de las motivaciones plasmadas en
el cuerpo del presente proveído.

Contra este auto procede el mecanismo de


insistencia, conforme lo dispone el inciso segundo del
artículo 184 de la Ley 906 de 2004.

Cópiese, notifíquese y cúmplase.

DIEGO EUGENIO CORREDOR BERLTRÁN

MYRIAM ÁVILA ROLDÁN

GERARDO BARBOSA CASTILLO

FERNANDO LEÓN BOLAÑOS PALACIOS

GERSON CHAVERRA CASTRO

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FERNANDO GONZÁLEZ MANCILLA

JORGE HERNÁN DÍAZ SOTO

HUGO QUINTERO BERNATE

CARLOS ROBERTO SOLÓRZANO GARAVITO

Nubia Yolanda Nova García


Secretaria

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