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El Trabajo Infantil en Barranquilla

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El trabajo infantil en Barranquilla

No todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil que se ha de
eliminar. Por lo general, la participación de los niños o los adolescentes, por encima de la edad
mínima de admisión al empleo, en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo
personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva. Entre otras actividades, cabe
citar la colaboración en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario escolar o
durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo. Este tipo de actividades son provechosas para
el desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia; les proporcionan calificaciones y
experiencia, y les ayuda a prepararse para ser miembros productivos de la sociedad en la edad
adulta.

El término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su
potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.

Así pues, se alude al trabajo que:

 Es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño; y/o
 Interfiere con su escolarización puesto que: les priva de la posibilidad de asistir a clases;
 Les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o
 Les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo.

Cuándo calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica dependerá de la edad del niño
o la niña, el tipo de trabajo en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, las condiciones en
que lo realiza, y los objetivos que persigue cada país. La respuesta varía de un país a otro y entre
uno y otro sector.

En medio de la pandemia, el proyecto de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y sus


peores formas ha realizado 99 búsquedas activas en diferentes zonas de la ciudad de Barranquilla,
logrando sensibilizar a 801 niños y adolescentes.
El trabajo infantil puede entenderse como toda actividad, remunerada o no, realizada por
menores de 18 años, que les resulten peligrosas por su naturaleza o condición. El trabajo infantil
impide el desarrollo escolar de los niños y adolescentes e implica un daño para su salud, al tratarse
de actividades que los ponen en peligro de sufrir daños físicos, morales y psicológicos.

Por medio de las búsquedas activas se logran detectar estos casos de trabajo infantil, alta
permanencia en calle, situación de vida en calle o mendicidad. Se realizan las verificaciones de los
niños y adolescentes focalizados y la autoridad competente les dicta o no medida de protección,
según sea el caso.

Una de estas medidas es la remisión de casos al proyecto de Prevención y Erradicación del Trabajo
Infantil y sus peores formas, en el que el niño o adolescente inicia en el Internado Monseñor Víctor
Tamayo un proceso de atención psicosocial, aplicando intervenciones individuales y grupales de
manera permanente por parte de un equipo interdisciplinario, conformado por psicólogos,
trabajadores sociales y nutricionistas.

Se ofrece un acompañamiento pedagógico, deportivo, cultural y de vida saludable, se le garantiza


el acceso a la alimentación, por medio de un plan nutricional, adaptado a los requerimientos de
cada uno de ellos, que consta de refrigerio y almuerzo, con el fin de que los niños y adolescentes
salgan progresivamente de esa situación y puedan desarrollar un modelo integral de proyecto de
vida de manera individual, familiar y social.

Esta población convive con su grupo familiar, de manera que el trabajo con sus familias es
constante y se realizan distintas actividades como escuela de padres, cursos de formación y
emprendimiento, entre otros, que logran fortalecerlos y convertirlos en los primeros garantes de
los derechos de los sus hijos.

Lo más importante es el restablecimiento de todos sus derechos, y mirar cómo desde el proyecto
se ayuda no solo al niño sino también a su núcleo familiar, porque creemos fielmente que es una
problemática que viene del hogar. Gracias a la articulación con Secretaría de Desarrollo Económico
y muchas madres de los niños beneficiarios están siendo capacitadas en estos momentos con
cursos de emprendimiento con oportunidades de empleabilidad.

Igualmente, “Trabajando por los niños del Semáforo”, es una estrategia de ciudad que busca minimizar
los índices de trabajo infantil, sensibilizando al ciudadano a no entregar alimentos o dinero a niños o a
adultos con niños que se encuentren en las calles.
El deber de ser insistentes en estrategias que nos permitan erradicar el trabajo y la mendicidad
infantil. Al estar en las calles, sus derechos están siendo vulnerados, no estudian, no juegan y se
exponen al contagio, el sol, la lluvia y demás condiciones que frenan su desarrollo integral. Así que hoy
más que nunca, seguimos haciendo un llamado a todos los barranquilleros a no dar nada en las calles, a
no permitir que los adultos que los acompañan los sigan usando cómo instrumentos de trabajo. Esta es
una labor de todos los días, que no para y en la que todos tenemos un rol importante que jugar para
frenarlo. No queremos más niños en las calles ni más niños en los semáforos”.

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