Terapia de Aceptación y Compromiso
Terapia de Aceptación y Compromiso
Terapia de Aceptación y Compromiso
La terapia ACT, fundada por Steven C. Hayes, apareció por primera vez en
1984, y se ha ido desarrollando.
Es una forma de psicoterapia experiencial, conductual y cognitiva basada
en la Teoría de los Marcos Relacionales, teoría del lenguaje y de la
cognición humana, que considera las cogniciones como conductas sujetas
a las mismas leyes que cualquier otro comportamiento.
ACT, que en inglés quiere decir “actuar”, hace hincapié en tomar acciones
efectivas guiadas por nuestros valores más profundos, en las que estamos
totalmente presentes y comprometidos.
Tiene como objetivo el crear una vida rica y significativa para el paciente,
aceptando el dolor que inevitablemente viene con ella.
Se estructura en torno a dos conceptos centrales:
o La evitación experiencial: Es un patrón conductual inflexible,
generado a partir de un patrón de regulación verbal ineficaz, que
consiste en evitar el sufrimiento a toda costa, tratando de controlar
los eventos privados, sensaciones y sentimientos y las
circunstancias que los generan. Busca el bienestar inmediato, pero
que es breve e inestable.
Mientras que la mayoría de terapias ven el sufrimiento como
algo anormal, la ACT entiende que el sufrimiento es parte de
la vida misma. Por eso se dice que la ACT cuestiona la
ideología social y lo modelos de normalidad saludable, en el
que la felicidad se entiende como la ausencia de dolor,
ansiedad o preocupaciones.
o Los valores personales: Son reforzadores establecidos vía verbal
que tienen que ver con aquello a lo que las personas dan más
importancia en su vida. Son guías de actuación para caminar en la
dirección de la realización personal. Nuestro sufrimiento viene
determinado por nuestras creencias de lo que está bien o está mal,
creencias que son aprendidas culturalmente y que vienen
fundamentadas por los valores que promueve la sociedad.
Parte del objetivo del terapeuta ACT es ayudar al cliente a ser
más consciente, amable y decidido en su búsqueda de
valores.
Más que definir cuántos valores, debemos definir la
importancia que tienen para nosotros.