Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Tema 19 Bio 2 Bach

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

TEMA 19.

Procesos inmunitarios normales y alterados


1. Tipos de inmunidad
La inmunidad específica (adquirida o adaptativa) se adquiere a lo largo de la vida y puede ser
natural, si se desarrolla frente a determinados antígenos de forma natural, o bien artificial, si se
desarrolla por la aplicación de ciertas técnicas médicas. En ambos casos puede ser pasiva o
activa.
Inmunidad natural activa: se adquiere tras superar una enfermedad infecciosa, ya que el
organismo queda cargado con los anticuerpos y, sobre todo, con linfocitos de memoria.
Inmunidad natural pasiva: se adquiere al recibir anticuerpos específicos fabricados por otro
organismo. Se produce por la transferencia de anticuerpos de la madre al feto, a través de la
placenta, y al niño lactante a través de la leche materna. Así, el niño recibe anticuerpos hasta
que sus mecanismos inmunológicos se desarrollen completamente.
Inmunidad artificial activa y pasiva. Se llama también inmunización y se obtiene estimulando el
sistema inmunitarios con técnicas médicas.

1.1. Inmunización pasiva (inmunidad artificial pasiva)


Consiste en la introducción en el organismo de anticuerpos sintetizados previamente por otra
persona o por un animal.
Ventajas:
-Proporciona una protección inmediata. Las vacunas requieren varios días.
-Útil en inmunodeprimidos: no es necesario que sinteticen sus propios anticuerpos.
Inconvenientes:
-Duración limitada: hasta que los anticuerpos inyectados desaparecen.
-Puede provocar rechazo, si los anticuerpos son de un animal, o transmitir enfermedades, si son
de una persona.

Se emplean dos tipos de sustancias: sueros, que contienen sólo anticuerpos específicos y
gammaglobulinas, mezclas de anticuerpos entre los que se encuentran los que interesan.
Se ha utilizado tradicionalmente el caballo, que se infecta para que sintetice el anticuerpo, se le
extrae sangre y se aíslan y purifican los anticuerpos. También se pueden extraer de la sangre de
otra persona que ha superado la infección o mediante ingeniería genética.
Es útil contra enfermedades infecciosas que se desarrollan con rapidez, como el tétanos, la
rabia y la difteria, en personas no vacunadas.

1.2. Inmunización activa. Vacunación


Es una estimulación de las defensas inmunitarias frente a determinados patógenos o
sustancias dañinas, sin desarrollar la enfermedad, para que el individuo fabrique sus propios
anticuerpos y linfocitos de memoria. Cuando se produzca un nuevo contacto con el antígeno,
se desencadenará una respuesta secundaria y no se producirá la infección.
Para que una vacuna pueda ser administrada debe tener alta capacidad inmunógena (eficacia)
y una elevada seguridad.

Tipos de vacunas: existen varios tipos, según el origen y la naturaleza de los antígenos:
•Vacunas atenuadas. Contienen microorganismos vivos muy debilitados. Se reproducen en el
individuo causando una infección muy pequeña que el organismo desactiva sin problemas, ya
que genera anticuerpos y linfocitos B de memoria que proporcionan inmunidad de larga
duración. Ej. Vacunas de la poliomielitis, el sarampión y la rubeola.
•Vacunas inactivadas. Contienen microorganismos muertos, por lo que no pueden reproducirse
en el organismo. La respuesta inmunitaria es más débil que en las vacunas atenuadas; por eso
se necesitan dosis adicionales, de recuerdo, para estimular los linfocitos B de memoria y
mantener la inmunidad. La inactivación de los microorganismos se produce con productos
químicos, como el formol, o con la aplicación de calor o radiación. Ej. Vacunas de la rabia, la
fiebre tifoidea, la tos ferina y la difteria.
•Vacunas acelulares. Contienen sólo productos o partes de los microorganismos con los
antígenos que más estimulan el sistema inmunitario. Se distinguen:
-Toxoides. Son toxinas bacterianas alteradas (inactivadas o no tóxicas) por calor o agentes
químicos, que conservan la capacidad de estimular la producción de anticuerpos. Ej. Vacunas
antitetánica y antidiftérica.
-Antígenos aislados. No contienen componentes innecesarios, así que no provocan efectos
adversos. A veces, sólo una proteína de la cubierta vírica (determinante antigénico) puede
provocar una respuesta inmune. Gracias a la ingeniería genética, tenemos vacunas así para la
hepatitis B, la meningitis meningocócica y el papiloma humano.
-Antidiotípicas. Utilizan como antígeno unos anticuerpos producidos contra otros anticuerpos.
Para obtenerlas se inocula el antígeno a un organismo (A) que genera anticuerpos Ab1
(idiotípicos), que a su vez son inoculados a otro organismo (B) que generará anticuerpos contra
ellos (Ab2 o antiidiotípicos). Los Ab2 se pueden usar como vacunas porque poseen zonas con la
misma estructura que el antígeno original. Se usa en la vacuna de la rabia y en pacientes con
cáncer de alto riesgo.

2.Alteraciones del sistema inmunitario


2.1. Deficiencias inmunitarias
La inmunodeficiencia es la incapacidad para desarrollar una respuesta inmunitaria adecuada
ante la presencia de antígenos extraños, sin que éstos sean eliminados correctamente. Pueden
ser congénitas o adquiridas:
-Inmunodeficiencias congénitas o heredadas: se desarrollan los primeros años de vida y
pueden afectar a las defensas inespecíficas (ej. enfermedad granulomatosa crónica, deficiencia
en el componente C5 del complemento) o a las específicas (ej. Síndrome de Di George,
inmunodeficiencia combinada grave). Se llama "niños burbuja" a los afectados por
inmunodeficiencia combinada grave, ya que, por la deficiencia de linfocitos B y T, deben vivir en
una habitación estéril y evitar el contacto con personas, animales u objetos con gérmenes. Una
solución es un trasplante de médula ósea.

-Inmunodeficiencias adquiridas: aparecen como consecuencia de algunos factores como


leucemia, exposición a radiaciones, largo tratamiento con inmunosupresores, o por
enfermedades que debilitan el sistema inmunitario, como el SIDA.
El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) lo produce el VIH (virus de la
inmunodeficiencia humana), que ataca y destruye los linfocitos T4, dejando al paciente
indefenso ante antígenos y células tumorales. Un individuo es seropositivo si presenta
anticuerpos en sangre contra el virus VIH. El SIDA se desarrolla del siguiente modo:
1. El VIH penetra en el cuerpo de una persona sana procedente de otra infectada. El virus se
localiza en la sangre y en otros fluidos orgánicos como el semen y las secreciones vaginales. Las
principales vías de transmisión son: transfusiones, jeringuillas contaminadas, relaciones
sexuales, de madre a hijo (durante la gestación o el parto).
2. Cuando el virus llega al sistema circulatorio del nuevo hospedador se une a los linfocitos T4.
La unión se efectúa entre una proteína de la cubierta del virus (Gp 120) y la proteína CD4 de los
linfocitos T4, gracias a un reconocimiento específico entre ambas. También puede producirse la
unión con los macrófagos.
3. Se produce la fusión de la envoltura del virus con la membrana celular del linfocito, y el ARN y
la enzima transcriptasa inversa del virus penetran en el citoplasma del linfocito.
4. Gracias a la transcriptasa inversa (una ADN polimerasa) se forma ADN bicatenario a partir de
ARN, que se incorpora al genoma del linfocito T4 y se constituye un provirus, de modo que el
ADN de éste, integrado en el ADN celular, se transmite a las células hijas cada vez que el
linfocito se divide. Además se da una multiplicación lenta del virus, que se libera por gemación.
Los linfocitos no sufren daños inmediatos, pero sí a largo plazo.
5. En determinado momento, los linfocitos T4 infectados mueren, y la disminución de su número
provoca inmunodeficiencia, dejando al paciente vulnerable ante infecciones oportunistas, como
tuberculosis o neumonía. También son frecuentes los tumores raros, como el sarcoma de
Kaposi, que afecta a los capilares sanguíneos de la piel.
Desde que se produce la infección por el VIH hasta que aparece el SIDA suelen pasar entre 5 y
10 años. Primero hay una fase asintomática (dura desde
meses hasta años), pero estas personas son seropositivas
y que pueden contagiar la enfermedad.

Tratamiento: a pesar de que aún no se dispone de un


tratamiento eficaz, la combinación de fármacos que se
emplea en la actualidad retarda la progresión del
síndrome, aunque no consigue eliminar el virus ni, por
tanto, se consigue la curación.
2.2. La hipersensibilidad
El sistema inmune tiene como función destruir los antígenos extraños sin producir ningún daño
a la persona, pero, en ocasiones, estas respuestas pueden ser de una fuerza excesiva que
provoca lesiones en los tejidos del propio organismo. Tipos de hipersensibilidad:
-Tipo I (inmediata o anafiláctica: alergia)
La alergia es un mecanismo de hipersensibilidad o respuesta inmune exagerada ante la
presencia de antígenos inocuos o poco peligrosos. Se desarrolla rápidamente, unos 10-20
minutos después de la exposición al antígeno, que en este caso se llama alérgeno. Algunos de
los alérgenos más comunes son el veneno de las abejas, las proteínas del polen, pelos de
animales, heces de ácaros del polvo, algunos medicamentos como la penicilina, algunos
alimentos como mariscos, cacahuetes, etc.

La reacción alérgica se desarrolla siguiendo estas fases:


1. Captación del alérgeno por células presentadoras de antígenos.
2. Sensibilización ante el alérgeno: cuando se da el primer contacto con el alérgeno no se
muestran síntomas, pero el sistema inmunitario reconoce el alérgeno ya que las células
presentadoras de antígeno (CPA) lo fagocitan y muestran sus fragmentos en el MHC-II a los
linfocitos TH, que los reconocen y activan a los linfocitos B vecinos. Los linfocitos B se
transforman en células plasmáticas y liberan grandes cantidades de IgE que se unen a
basófilos de la sangre y mastocitos (o células cebadas) de los tejidos.
3. Liberación del contenido de los gránulos de histamina: cuando se produce el segundo
contacto con el alérgeno se da la reacción alérgica. El alérgeno se une a las IgE que recubren a
los mastocitos y a los basófilos, provocando su desgranulación, que libera sustancias que
provocan la inflamación (histaminas, prostaglandinas y leucotrienos) y los síntomas de la
alergia. Si los mastocitos y basófilos descargan la histamina en la sangre, se provoca la
dilatación de los vasos sanguíneos, dando lugar a una reacción generalizada, con la
contracción de los bronquiolos y vasodilatación general que puede producir la muerte por
asfixia o por gran descenso de la presión sanguínea (shock anafiláctico).

-Tipo II (citotóxica)
Los IgM o IgG se unen a antígenos que pertenecen a células humanas, lo cual activa el
complemento, la lisis y la fagocitosis. Se encuadran aquí algunas enfermedades autoinmunes.
-Tipo III (mediada por complejos inmunitarios)
Muy parecida a la II, pero los antígenos a los que se unen los anticuerpos no forman parte de
células, sino que circulan libres por la sangre. Ciertas infecciones crónicas pueden causar esta
hipersensibilidad. También se incluyen aquí algunas enfermedades autoinmunes.
-Tipo IV (retardada)
La reacción se produce más tarde, incluso varias semanas después del contacto con el
antígeno. No intervienen los anticuerpos, sino un tipo de linfocitos T que, después de un
segundo contacto, liberan sustancias que estimulan la acción de los macrófagos y
desencadenan un proceso inflamatorio. Un ejemplo es el causante de las dermatitis de
contacto originadas por algunos cosméticos, prendas de vestir, bisutería o plantas en contacto
con la piel.
2.3. Enfermedades autoinmunitarias
La autoinmunidad es un error del sistema inmunológico del cuerpo para reconocer sus células
y tejidos como propios, produciendo anticuerpos como si fueran extrañas al organismo. Es un
proceso autodestructivo que causa enfermedades autoinmunes, de desarrollo lento pero
progresivo.
Cuando los linfocitos están madurando, algunos no son capaces de distinguir los antígenos
externos (heteroantígenos) de las moléculas propias (autoantígenos). Normalmente, estos
linfocitos anómalos o autorreactivos se eliminan, pero puede que alcancen la circulación
sanguínea y lleguen hasta algunos órganos, desarrollando procesos de autoinmunidad. La
producción de linfocitos autorreactivos puede deberse a:
• Cambios en los autoantígenos que impiden que el sistema inmunitario los pueda reconocer
como propios.
• Los antígenos extraños son muy parecidos a los autoantígenos (mimetismo molecular). •
Algunas células no son reconocidas como propias porque no habían entrado en
contacto con los linfocitos.
Algunas de las enfermedades autoinmunitarias más conocidas son:
- Anemia hemolítica que afecta a la membrana de la hematíes.
- Esclerosis múltiple que afecta al cerebro y médula espinal.
- Escleroderma que afecta al corazón, pulmón, riñon etc.
- Tiroiditis de Hashimoto que afecta a la tiroides.
3. El sistema inmunitario en los trasplantes de órganos
El rechazo lo produce una respuesta inmunitaria contra los antígenos presentes en las células
del órgano trasplantado. Los antígenos responsables del rechazo son los autoantígenos del
MHC, por lo que antes de realizar un trasplante hay que asegurarse de que los autoantígenos
del donante y el receptor sean iguales o parecidos.
El rechazo comienza con el ataque de los linfocitos Tc. También interviene la respuesta
específica humoral (anticuerpos) y la repuesta inespecífica (fagocitos, complemento). Puede
iniciarse 48h después del trasplante debido a una hipersensibilidad de tipo II (rechazo
hiperagudo), o bien al cabo de varias semanas o meses como resultado de una
hipersensibilidad tipo IV originada por el contacto prolongado con los linfocitos Th1.
Para evitar el rechazo se suministra al paciente fármacos inmunosupresores que inhiben la
respuesta inmunitaria.

4. Los fenómenos inmunitarios en el cáncer


Las células que originan los tumores poseen en su superficie antígenos distintos a los de las
células normales, que desencadenan mecanismos para destruirlas:
• Defensas inespecíficas: los macrófagos y las células NK eliminan las células tumorales. También
participan sustancias citotóxicas (factor de necrosis tumoral).
• Defensas específicas celulares: acción citotóxica de los linfocitos Tc.
• Defensas específicas humorales: los anticuerpos, tras su unión a las células cancerígenas,
favorecen la acción de los macrófagos y las células NK, así como la activación del complemento.
Esta “vigilancia inmunitaria” se encarga de eliminar las células peligrosas antes de que se
multipliquen y se desarrolle un cáncer. Sin embargo, a veces, no se sabe muy bien cómo, se
elude la acción inmunitaria y el cáncer se produce.
Debido al desconocimiento de las causas exactas que determinan su aparición, los
tratamientos suelen ser inespecíficos (extirpación, radioterapia, quimioterapia); aunque también
se usan, cada vez más, técnicas basadas en la acción inmunitaria (inmunoterapia antitumoral).
Destacan las siguientes:
• Interferón para tratar algunas leucemias.
• Extracción de linfocitos del enfermo que posteriormente se activan con linfocinas y se
reintroducen en el organismo.
• Creación de vacunas contra antígenos tumorales.

También podría gustarte