Belá Tarr
Belá Tarr
Belá Tarr
espectáculo”
¿Qué lo llevó a hacer Satantango, tal vez una de las obras más
ambiciosas de la historia del cine?
Me enamoré de la novela en 1985, inmediatamente después de
leerla. Es magnífica. Si bien nos tomó cinco años encontrar la
manera de filmarla, desde el principio la imaginé como una
película larga y similar a un gran fresco de pintura. Primero
tuve la idea de que durara seis horas pero al final se extendió
un poco más. Hay quien piensa que sería complicado hacer una
obra de esas dimensiones, pero yo no lo veo así. Para mí es como
hacer cinco películas pero metidas en una sola historia.
Quizás usted es de los directores que más trabaja el plano
secuencia, movimiento de cámara en vías de extinción.
No sé si está en extinción, cada director es diferente. A mí me
funciona porque creo que la vida es como un gran plano
secuencia. Sin embargo, más allá del movimiento de cámara, lo
más importante para un director es tener una narrativa
identificable. Es un halago cuando basta con ver un cuadro para
que la gente identifique quién es su autor.
Fassbinder es un director con el que usted tiene semejanzas.
¿Está de acuerdo?
Sin duda sus películas me gustan, es bueno verlo pero imposible
seguirlo. Me influyó su valentía para atreverse a hacer muchas
cosas, esa es su principal enseñanza.
Participa en una organización llamada Cinema Foundation.
Es una organización que intenta defender a directores que viven
situaciones de mierda como el iraní Jafar Panahi. Si alguien me
pide ayuda para protegerlo por supuesto que lo haré. No es un
proyecto grande, simplemente se trata de escribir o tomar
posiciones públicas.
El caballo de Turín suena para el Oscar; ¿le interesa?
¿Estás bromeando? Eso es sólo showbussines, y yo aún creo que el
cine no es parte de la industria del espectáculo sino que es el
séptimo arte.
Artículo Original de Carlos Jordán. Extraído de Milenio.
Entrevistas a Béla Tarr y Mihály Víg
BÉLA TARR: “DIRIGIR UNA PELÍCULA ES, SOBRE TODO, CREAR SITUACIONES
HUMANAS REALES”
Por Lídia Mello 30 Sep 2015
El encuentro con Béla Tarr del que dan testimonio estas líneas
se produjo el 19 de junio de 2014 en el Szatyor Café de
Budapest. La entrevistadora tuvo la oportunidad de conversar
brevemente con el cineasta húngaro, a quien ha estudiado en el
marco de un doctorado de cine en la facultad de Bellas Artes de
la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil). Tarr, que ha
declarado haberse retirado del cine, es responsable de
largometrajes como La condena (Kárhozat,
1987), Sátántangó (1994), Armonías de Werckmeister (Werckmeister
harmóniák, 2000), El hombre de Londres (A Londoni férfi, 2007)
o El caballo de Turín (A Torinói ló, 2011). Actualmente, es
docente en la escuela film.factory de Sarajevo. Tres días antes
del encuentro con el director, el 16 de junio de 2014, la
entrevistadora tuvo la ocasión de conversar con Mihály Vig, que
es el compositor de las bandas sonoras de buena parte de las
películas de Tarr, así como el protagonista de Sátántangó. La
entrevista se publica también aquí.
Fotografía de Béla Tarr tomada en el Szatyor Café de Budapest
Mihály Víg: “Tarr repite cada una de las escenas unas quince veces”