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Legitimación Violencia Poblaciones Negras

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1

LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS POBLACIONES NEGRAS


VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA
Un estudio en dos comunidades ubicadas en el litoral Montes de María

Jesús Guillermo Banquez Mendoza

PROGRAMA DE DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES


DIVISIÓN DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
2

LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS POBLACIONES NEGRAS


VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA.
Un estudio en dos comunidades ubicadas en el litoral Montes de María

Tesis presentada a la Universidad del Norte como parte de los requisitos para
optar al grado de Doctor en Ciencias Sociales

Por
Jesús Guillermo Banquez Mendoza

Director de Tesis: Ph.D. José J. Amar Amar

Codirectora de Tesis: Ph.D. Marina B. Martínez González

Comisión de Tesis: PhD. Claudia Bueno Castellanos

PhD. Fabio Alejandro Camargo Alvarado

PhD. Laura de la Rosa Solano

Agosto de 2023
3

Agradecimientos

Me complace tomar estas líneas para agradecer a las personas e instituciones que posibilitaron

la concreción de este proyecto académico y de vida. La beca del Departamento Administrativo

de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia [COLCIENCIAS], hoy Ministerio de las

Ciencias la Tecnología y la Innovación. A la Universidad del Norte Barranquilla por el apoyo

y reconocimiento a la labor de un doctorando. Me siento agradecido con mi compañero de

estudio Mauricio Puente Calá por compartirme su perspectiva de la realidad crítica frente a la

imposición de las hegemonías de poder. Debo también resaltar mi agradecimiento al profesor

Fabio Alejandro Camargo por incidir positivamente en la búsqueda incansable del

perfeccionamiento académico, profesional y crítico. A mi director de Tesis, Doctor José Amar

Amar, por su guía teórica y aliento para continuar la senda del investigador. A mi codirectora

de tesis, Doctora Marina Begoña Martínez González, por las revisiones, reconstrucciones y

terminación de este manuscrito, pero sobre todo por compartir conmigo una visión particular

del mundo académico con incidencia en la realidad social. A Roxana la otrora asistente del

doctor Amar, mi eterna gratitud. Especial reconocimiento a la labor de los líderes sociales

Afrodescendientes del Municipio de San Onofre y de los corregimientos Rincón del Mar y

Libertad que fueron coparticipes en este proyecto. A las licenciadas Luz Elena y Teresa de

Jesús, mis hermanas, por el apoyo moral que desde la distancia le imprimieron a mi trabajo. A

mi madre, Gladis Isabel por su amor abnegado y confianza infinita en su hijo. Finalmente debo

una profunda y eterna deuda de gratitud y amor a Jacqueline, mi esposa y compañera de vida,

por estar siempre a mi lado y junto a mis hijos Jesús Daniel y Paula Elena convertirse en el

aliciente que nunca me dejó desfallecer.


4

Dedicatoria

A las voces silenciadas por los violentos y a quienes ya no están con nosotros.

A mi padre, por quien daría todo para abrazarlo y decirle que lo quiero.
5

Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................................. 13
PARTE I. MOMENTO EPISTÉMICO ............................................................................................................ 16
CAPÍTULO 1. DELIMITACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN....................................................................... 17
1.1. JUSTIFICACIÓN ................................................................................................................................. 17
1.2. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ........................................................................................................ 21
1.3. OBJETIVOS ........................................................................................................................................ 24
1.3.1. Objetivo general ........................................................................................................................... 24
1.3.2. Objetivos específicos .................................................................................................................... 25
1.4. HIPÓTESIS ......................................................................................................................................... 25
1.4.1. Relacionadas con los hechos victimizantes ................................................................................. 25
1.4.2. Relacionadas con el género ......................................................................................................... 26
1.4.3. Relacionadas con la edad ............................................................................................................ 26
PARTE II. MOMENTO DE CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA ........................................................ 27
CAPÍTULO 2. POBLACIONES NEGRAS EN COLOMBIA, UNA TRAZA DE VIOLENCIA
DIRECTA ............................................................................................................................................................ 28
2.1. LA LLEGADA: DIÁSPORA FORZADA, COMERCIALIZACIÓN DE ESCLAVIZADOS Y SU EMANCIPACIÓN
28
CAPÍTULO 3. ACERCAMIENTO A UN MARCO CONCEPTUAL SOBRE EL CONFLICTO
ARMADO INTERNO EN COLOMBIA, SUS ACTORES Y HECHOS VIOLENTOS ASOCIADOS ...... 36
3.1. PERÍODOS DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA....................................................................... 36
3.1.1. Período de las Guerras Civiles en el Siglo XIX........................................................................... 36
3.1.2. Violencia Política Enmarcada en la Guerra Bipartidista (1930 – 1948) ................................... 38
3.2. ACTORES DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA....................................................................... 43
3.3. DEFINICIÓN SOBRE LOS HECHOS ASOCIADOS AL CONFLICTO ARMADO INTERNO EN COLOMBIA . 57
PARTE III. MOMENTO TEÓRICO ............................................................................................................... 67
CAPÍTULO 4. PERSPECTIVAS TEÓRICAS SOBRE LA VIOLENCIA Y SU LEGITIMACIÓN ......... 68
4.1. PERSPECTIVAS TEÓRICAS SOBRE LA VIOLENCIA ............................................................................ 72
4.2. LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA ................................................................................................... 74
4.2.1. Procesos psicológicos asociados a la legitimación de la violencia ............................................. 77
4.2.2. Afrontamiento de conflictos y legitimación social de la violencia ............................................. 86
4.2.3. Expectativas de legitimación social de la violencia .................................................................... 89
PARTE IV. MOMENTO METODÓLOGO .................................................................................................... 94
CAPÍTULO 5. METODOLOGÍA ..................................................................................................................... 95
5.1. MÉTODO ............................................................................................................................................ 95
5.1.1. Diseño ........................................................................................................................................... 96
5.1.2. Definición de Variables ............................................................................................................. 101
5.1.3. Participantes............................................................................................................................... 103
5.1.4. Técnica ....................................................................................................................................... 106
5.1.5. Instrumentos .............................................................................................................................. 108
5.1.6. Procedimiento ............................................................................................................................ 114
5.1.7. Consideraciones éticas ............................................................................................................... 119
PARTE V. MOMENTO DE RESULTADOS ................................................................................................ 120
CAPÍTULO 6. RESULTADOS ....................................................................................................................... 121
6.1. RELATOS DE LA PRESENCIA DE LAS FARC-EP Y LAS AUC EN LAS COMUNIDADES DE ESTUDIO Y
SUS MECANISMOS DE RESISTENCIA QUE RESUENAN EN LOS CONFLICTOS COTIDIANOS ACTUALES ........... 121
6.1.1. Matriz de Análisis ...................................................................................................................... 121
6.1.2. Definición de Categorías y Subcategorías ................................................................................ 122
6.1.3. Memoria del conflicto armado en el litoral Montes de María. ................................................. 125
6.2. HECHOS VICTIMIZANTES EN LA CONFIGURACIÓN DE LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA ............ 137
6

6.2.1. Afrontamiento de conflictos según los hechos victimizantes. ................................................... 137


6.2.2. Mecanismos de desconexión moral según los hechos victimizantes reportados. ..................... 143
6.2.3. Expectativas de legitimación social de la violencia según los hechos victimizantes. .............. 146
6.3. EL SEXO Y LA EDAD EN LA CONFIGURACIÓN DE LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA ..................... 153
6.3.1. Afrontamiento de conflictos según el sexo ................................................................................ 153
6.3.2. Afrontamiento de conflictos según la edad ............................................................................... 159
6.3.3. Desconexión moral según el sexo ............................................................................................. 168
6.3.4. Desconexión moral según la edad ............................................................................................. 169
6.3.4.1. Justificación moral según la edad ........................................................................................ 169
6.3.4.2. Etiquetación eufemística según la edad ............................................................................... 170
6.3.4.3. Comparación ventajosa según la edad ................................................................................. 171
6.3.4.4. Transferencia de Responsabilidad según la edad ................................................................ 172
6.3.4.5. Difusión de Responsabilidad según la edad ......................................................................... 173
6.3.4.6. Culpar a la víctima según la edad ........................................................................................ 174
6.3.4.7. Deshumanizar a la víctima según la edad ............................................................................ 174
6.3.4.8. Distorsión de las consecuencias según la edad .................................................................... 175
6.3.5. Expectativas de legitimación social de la violencia según el sexo............................................ 176
6.3.6. Expectativas de legitimación social de la violencia según la edad ........................................... 182
CAPÍTULO 7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES ....................................................................................... 190
7.1. MEMORIA HISTÓRICA DEL CONFLICTO RECONSTRUIDA CON LA POBLACIÓN AFRODESCENDIENTE
UBICADA EN EL LITORAL MONTES DE MARÍA ............................................................................................. 191
7.2. HECHOS VICTIMIZANTES Y SU PAPEL EN LA LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA ................................. 194
7.3. EL SEXO Y LAS CONSTRUCCIONES SOCIALES DE GÉNERO EN LA LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA ... 200
7.4. LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA DESDE UNA PERSPECTIVA GENERACIONAL.................................... 202
7.5. LIMITACIONES Y NUEVOS INTERROGANTES. ........................................................................................ 204
7.6. CONCLUSIONES...................................................................................................................................... 205
REFERENCIAS................................................................................................................................................ 211
ESCALA DE DESCONEXIÓN MORAL ................................................................................................................ 231
7

Listado de tablas

Tabla 1. Dinámica de comercialización de esclavos africanos ............................................................................. 31


Tabla 2. Etapas del comercio de esclavos o trata transatlántica ........................................................................... 31
Tabla 3. Procedencia de los esclavos .................................................................................................................... 33
Tabla 4. Síntesis de la guerra en Colombia........................................................................................................... 42
Tabla 5. Grupos contrainsurgentes en América Latina y el Caribe ...................................................................... 51
Tabla 6. Expansión paramilitar en Colombia ....................................................................................................... 55
Tabla 7. Descripción de algunas de las masacres perpetradas por los paramilitares en los Montes de María ...... 56
Tabla 8. Listado de los hechos victimizantes - Ley 1448 de 2011 ....................................................................... 58
Tabla 9. Víctimas del conflicto armado registradas a nivel nacional y los correspondientes a las poblaciones
afro........................................................................................................................................................................ 58
Tabla 10. Estadística discriminada por hecho victimizante .................................................................................. 59
Tabla 11. Estadios de la conducta moral según Köhlberg .................................................................................... 80
Tabla 12. Diseño factorial de 2x3 para la población según los hechos victimizantes y legitimación de la
violencia ............................................................................................................................................................. 100
Tabla 13. Diseño factorial de 2x2 para población según género y legitimación de la violencia ....................... 100
Tabla 14. Diseño factorial de 2x4 para la población según la edad y legitimación de la violencia en víctimas . 101
Tabla 15. Operacionalización de la variable independiente................................................................................ 101
Tabla 16. Operacionalización de la variable dependiente ................................................................................... 102
Tabla 17. Muestreo ............................................................................................................................................. 104
Tabla 18. Tabla de frecuencias de edades........................................................................................................... 105
Tabla 19. Tabla de frecuencia del grupo de edades por corregimiento ............................................................... 106
Tabla 20. Ítems correspondientes a cada mecanismo de desconexión moral ..................................................... 109
Tabla 21. Viñetas caso 1. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja .......................................... 110
Tabla 22. Viñetas caso 2. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja................................................ 111
Tabla 23. Viñetas caso 3. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad ............................................. 111
Tabla 24. Viñeta. Agresión contra la mujer y agresiones entre mujeres ............................................................. 112
Tabla 25. Preguntas de evaluación del contenido de los instrumentos tipo viñetas y escala de valoración........ 113
Tabla 26. Resultados de aprobación de expertos para las viñetas empleadas ..................................................... 113
Tabla 27. Matriz de análisis datos cualitativos ................................................................................................... 121
Tabla 28. Subcategorías de la categoría Mecanismos de resistencia .................................................................. 122
Tabla 29. Subcategorías de la categoría Autonomía ........................................................................................... 122
Tabla 30. Subcategorías de la categoría Tejido Social ....................................................................................... 123
Tabla 31. Subcategorías de la categoría Hecho Victimizante ............................................................................. 123
Tabla 32. Subcategorías de la categoría Añoranzas del pasado .......................................................................... 124
Tabla 33. Subcategorías de la categoría Secuelas del conflicto armado ............................................................. 124
Tabla 34. Subcategorías de la categoría Visiones sobre el conflicto armado ..................................................... 125
Tabla 35. Afrontamiento ante un conflicto en condición de desventaja física caso 1 ........................................ 138
Tabla 36. Afrontamiento ante un conflicto en condición de desventaja física caso 2 ........................................ 138
Tabla 37. Afrontamiento ante un conflicto en condición de ventaja numérica ................................................... 139
Tabla 38. Afrontamiento ante un conflicto en ventaja cuando la dupla es hombre – mujer ............................... 140
Tabla 39. Afrontamiento ante un conflicto en ventaja cuando la dupla es mujer – mujer .................................. 141
Tabla 40. Afrontamiento ante un conflicto en igualdad cuando la dupla es hombre – hombre .......................... 142
Tabla 41. Afrontamiento ante un conflicto en igualdad cuando la dupla es hombre – mujer ............................. 142
Tabla 42. Afrontamiento ante un conflicto en igualdad cuando la dupla es mujer – mujer ................................ 143
Tabla 43. ANOVA para la justificación moral según hecho victimizante y población ...................................... 144
Tabla 44. Justificación moral según hecho victimizante y población ................................................................. 144
Tabla 45. ANOVA comparación ventajosa según el hecho victimizante ........................................................... 144
Tabla 46. Comparación ventajosa según hecho victimizante y población .......................................................... 145
Tabla 47. ANOVA para deshumanizar a la víctima según hecho victimizante .................................................. 145
Tabla 48. Deshumanización de la víctima según hecho victimizante ................................................................. 145
Tabla 49. Expectativa de legitimación de la familia ante agresión un hombre a una mujer según hecho
victimizante ........................................................................................................................................................ 147
Tabla 50. Expectativa de legitimación de la familia ante agresión entre mujeres según hecho victimizante ..... 147
8

Tabla 51. Expectativa de legitimación de la comunidad ante agresión de un hombre a una mujer según hecho
victimizante ........................................................................................................................................................ 148
Tabla 52. Distribución expectativa de legitimación de la comunidad ante agresión mujer a mujer ................... 149
Tabla 53. Expectativa de legitimación de la fuerza pública ante agresión de un hombre a una mujer según hecho
victimizante ........................................................................................................................................................ 150
Tabla 54. Expectativa de legitimación de la fuerza pública ante agresión entre mujeres según hecho
victimizante ........................................................................................................................................................ 151
Tabla 55. Expectativa de legitimación del consejo comunitario ante agresión de un hombre a una mujer según
hecho victimizante .............................................................................................................................................. 152
Tabla 56. Expectativa de legitimación del consejo comunitario ante agresión entre mujeres según hecho
victimizante ........................................................................................................................................................ 153
Tabla 57. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja numérica según sexo ................................. 154
Tabla 58. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja física (situación 1) según sexo .................. 154
Tabla 59. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja física (situación 2) según sexo .................. 155
Tabla 60. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja numérica según sexo ...................................... 156
Tabla 61. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja mujer – mujer según sexo ............................... 156
Tabla 62. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja hombre – mujer según sexo ............................ 157
Tabla 63. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad mujer – mujer según sexo ............................ 157
Tabla 64. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – hombre según sexo ....................... 158
Tabla 65. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – mujer según sexo .......................... 159
Tabla 66. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja numérica en relación con la edad .............. 160
Tabla 67. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja física (situación 1) según la edad .............. 161
Tabla 68. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja física (situación 2) según la edad .............. 161
Tabla 69. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja numérica según la edad .................................. 163
Tabla 70. Distribución del afrontamiento de conflictos en condición de ventaja mujer – mujer en relación con la
edad .................................................................................................................................................................... 164
Tabla 71. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja hombre - hombre en relación con la edad....... 165
Tabla 72. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad mujer - mujer según la edad ......................... 166
Tabla 73. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – hombre según la edad ................... 167
Tabla 74. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – mujer según la edad...................... 167
Tabla 75. Contraste T para Muestras Independientes para mecanismos de desconexión moral según sexo ...... 168
Tabla 76. ANOVA - Justificación moral según grupo de edad y poblado.......................................................... 169
Tabla 77. Descriptivos - Justificación moral según edad y poblado ................................................................... 170
Tabla 78. ANOVA - Etiquetación eufemística según edad y poblado................................................................ 170
Tabla 79. Descriptivos - Etiquetación eufemística según edad y poblado .......................................................... 170
Tabla 80. ANOVA - Comparación ventajosa según edad y poblado.................................................................. 171
Tabla 81. Descriptivos - Comparación ventajosa según edad y poblado ............................................................ 171
Tabla 82. ANOVA - Transferencia de responsabilidad según edad y poblado .................................................. 172
Tabla 83. Descriptivos - Transferencia de responsabilidad según edad y poblado ............................................. 172
Tabla 84. ANOVA - Difusión de responsabilidad según edad y poblado .......................................................... 173
Tabla 85. Descriptivos - Difusión de responsabilidad según edad y poblado ..................................................... 173
Tabla 86. ANOVA - Culpar a la victima según edad y poblado......................................................................... 174
Tabla 87. Descriptivos - Culpar a la Víctima según edad y poblado .................................................................. 174
Tabla 88. ANOVA - Deshumanización según edad y poblado .......................................................................... 175
Tabla 89. Descriptivos - Deshumanización según edad y poblado ..................................................................... 175
Tabla 90. ANOVA - Distorsión de las consecuencias según edad y poblado .................................................... 175
Tabla 91. Descriptivos - Distorsión de las Consecuencias según edad y poblado .............................................. 175
Tabla 92. Expectativas de legitimación social para la familia en casos de agresiones entre mujer–mujer según
sexo ..................................................................................................................................................................... 176
Tabla 93. Expectativas de legitimación social para la comunidad en casos de agresiones mujer–mujer según
sexo ..................................................................................................................................................................... 177
Tabla 94. Expectativas de legitimación social para la fuerza pública en casos de agresiones mujer–mujer según
sexo ..................................................................................................................................................................... 177
Tabla 95. Expectativas de legitimación social para consejo comunitario en casos de agresiones mujer – mujer
según sexo .......................................................................................................................................................... 178
9

Tabla 96. Expectativas de legitimación social para la familia en casos de agresiones entre hombre – mujer según
sexo ..................................................................................................................................................................... 179
Tabla 97. Expectativas de legitimación social para la comunidad en casos de agresión entre hombre – mujer
según sexo .......................................................................................................................................................... 180
Tabla 98. Expectativas de legitimación social para la fuerza pública en casos de agresión de hombre a mujer
según sexo .......................................................................................................................................................... 181
Tabla 99. Expectativas de legitimación social para el consejo comunitario en casos de agresiones de hombre a
mujer según sexo ................................................................................................................................................ 181
Tabla 100. Expectativa de legitimación social para familia en casos de agresión mujer–mujer según grupo de
edad .................................................................................................................................................................... 182
Tabla 101. Expectativa de legitimación social para comunidad en casos de agresión mujer–mujer según grupo
de edad ................................................................................................................................................................ 183
Tabla 102. Expectativa de legitimación social para fuerza pública en casos de agresión mujer–mujer según
grupo de edad ..................................................................................................................................................... 184
Tabla 103. Expectativa de legitimación social para consejo comunitario en casos de agresión mujer–mujer según
grupo de edad ..................................................................................................................................................... 185
Tabla 104. Expectativa de legitimación social para familia en casos de agresión hombre – mujer según grupo de
edad .................................................................................................................................................................... 186
Tabla 105. Expectativa de legitimación social para comunidad en casos de agresión hombre – mujer según
grupo de edad ..................................................................................................................................................... 187
Tabla 106. Expectativa de legitimación social para fuerza pública en casos de agresión hombre – mujer según
grupo de edad ..................................................................................................................................................... 187
Tabla 107. Expectativa de legitimación social para consejo comunitario en casos de agresión hombre–mujer
según grupo de edad ........................................................................................................................................... 188
10

Listado de figuras

Figura 1. Zonas y territorio de las autodefensas campesinas. .............................................................................. 45


Figura 2. Diseño metodológico del grupo A: Rincón del Mar (resistencia simbólica). ....................................... 96
Figura 3. Diseño metodológico del grupo A: Libertad (resistencia armada).. ...................................................... 97
Figura 4. Distribución de la muestra de participantes según corregimiento ....................................................... 104
Figura 5. Distribución según género ................................................................................................................... 105
Figura 6. Distribución según hecho victimizante ............................................................................................... 105
11

Resumen

El estudio buscó determinar la forma como la violencia ejercida por los grupos armados
incide en el uso de la desconexión moral, en el afrontamiento de conflictos y en las expectativas
de legitimación social en las comunidades negras que resistieron a través de la confrontación
armada frente a las que recurrieron a mecanismos simbólicos de resistencia. En su momento
epistemológico la investigación encuentra vacíos teóricos y empíricos desencadenantes del
estudio y referentes al tratamiento de la moral, de las pautas de conductas asumidas antes la
presencia de conflictos cotidianos y de las expectativas sociales que se generan cuando se
asume una conducta violenta y que generan rechazo o aceptación en el colectivo afro.
Específicamente la investigación desarrolla su espacialidad en el Litoral Montes de María –
Colombia, territorio de las Comunidades afrodescendientes de Libertad y Rincón del Mar. En
cuanto a su metodología, se utiliza un estudio mixto de caso múltiple que desde lo cualitativo
y bajo un enfoque narrativo reconstruyó la memoria histórica de la interacción entre la
insurgencia y contrainsurgencia con la población civil en el Litoral Montes de María de
Colombia. Mientras que desde la perspectiva cuantitativa y bajo un diseño ex post facto
retrospectivo de comparación de grupos se comparó analíticamente en aras de determinar la
incidencia de tres hechos victimizantes: tortura, desplazamiento y delitos contra la integridad
sexual y productiva sobre las dinámicas de configuración de las creencias que legitiman la
violencia: afrontamiento de conflictos, desconexión moral y expectativas de legitimación
social de la violencia. El ejercicio narrativo evidenció la secuencialidad de interacción de los
actores armados en territorio afrodescendientes, develó nuevas formas de resistencia en medio
del conflicto armado, identificó el rol de los actores sociales oportunistas en la mitigación de
la rebelión comunitaria o en su defecto en el avivamiento del alzamiento armado comunitario
y encontró evidencias concluyentes para explicar las razones del levantamiento armado en el
poblado de Libertad. Mientras que desde lo cuantitativo los resultados evidenciaron diferencias
significativas entre las dos poblaciones en cuestión frente a la forma como legitiman la
violencia, se hallan dependencias entre los hechos asociados al conflicto armado con los
afrontamientos de conflictos al igual que el sexo con la desconexión moral. Se resalta la
tendencia de las respuestas del poblado de Libertad respecto a responder al ataque bajo ciertas
condiciones y grupos, frente a huir y desistir al conflicto presente en la comunidad de Rincón
del Mar.

Palabras Claves: Legitimación de la violencia, desconexión moral, afrodescendencia,


afrontamiento de conflictos, expectativas de legitimación social, memoria histórica, conflicto
armado.
12

Abstract

The study sought to determine how the violence exerted by armed groups affects the
use of moral disconnection, coping with conflicts and expectations of social legitimation in
black communities that resisted through armed confrontation against those who resorted to
symbolic mechanisms of resistance. In its epistemological moment, the research finds
theoretical and empirical gaps that trigger the study and refer to the treatment of morality, the
patterns of behaviour assumed before the presence of daily conflicts and of the social
expectations that are generated when violent behavior is assumed and that generate rejection
or acceptance in the Afro collective. Specifically, the research develops its spatiality in the
Litoral Montes de María - Colombia, the territory of the Afro-descendant Communities of
Libertad and Rincón del Mar. Regarding its methodology, a mixed multiple case study is used
from the qualitative and under a narrative approach to reconstruct the historical memory of the
interaction between the insurgency and counterinsurgency with the civilian population in the
Montes de María Coast of Colombia. While from a quantitative perspective and under an ex
post facto retrospective group comparison design, an analytical comparison was made to
determine the incidence of three victimizing acts: torture, displacement, and crimes against
sexual and productive integrity on the dynamics of the configuration of the beliefs that
legitimize violence: moral disconnection, coping with conflicts and expectations of social
legitimation. The narrative exercise evidenced the sequentially of interaction of the armed
actors in Afro-descendant territory, revealed new forms of resistance amid the armed conflict,
and identified the role of opportunistic social actors in mitigating the community rebellion or,
failing that, in reviving the uprising. Community armed group and found conclusive evidence
to explain the reasons for the armed uprising in the town of Libertad. While from the
quantitative point of view, the results showed apparent significant differences between the two
populations in question regarding how they legitimize violence, there are dependencies
between the events associated with the armed conflict and coping with conflicts, as well as the
gender with moral disconnection. The tendency of the responses of the town of Libertad to
respond to the attack under certain conditions and groups, as opposed to fleeing and desisting
from the conflict present in the community of Rincón del Mar, is highlighted.

Keyword: Legitimation of violence, moral disconnection, Afro-descendants, coping with


conflicts, expectations of social legitimation, historical memory, armed conflict.
13

Introducción

En la secuencia de contenidos, el escrito se apega al método planteado por Abello

(2009), quien coincide en algunos apartados con Bonilla et al. (2009), y planeta momentos para

el estudio de una la realidad centrada un en fenómeno social.

Así, el ejercicio investigativo giró alrededor de la forma como se configuran la

Legitimación de la Violencia en personas afrodescendientes víctimas del conflicto armado,

específicamente aquellas que habitan los corregimientos de Libertad y Rincón del Mar en el

Litoral Montes de María, municipio de San Onofre. Estos poblados representan el focus

principal del estudio y la importancia para la investigación la determina los sucesos de

violencia comunitaria que emergieron en Libertad como respuesta a los constantes asedios de

los grupos paramilitares del Bloque Héroe Montes de María. En específico, este grupo

población se alzó en armas en contra de sus opresores, lo que ubica la conducta del

corregimiento en un caso único en Colombia y Latinoamérica, en sintonía con la Haití de la

época colonial y del proceso de cimarronaje que incluyó la conformación de palenques.

Contrariamente, Rincón de Mar, centro de operaciones militares de alias Cadena,

máximo comandante del Bloque paramilitar arriba mencionado, no experimentó brotes de

rebelión contra sus opresores. Tal situación, fue igual reflejo de otros poblados cercanos de San

Onofre como Palo Alto, Plamplarejo, San Antonio, Panojal y Berrugas, donde no hubo

asonadas comunitarias.

Los nativos que hicieron parte del estudio, se escogieron de acuerdo a los siguientes

criterios; registrar afectaciones producto de la guerra o hechos victimizantes relacionados con

el desplazamiento forzado, tortura o violencia sexual.

Se resalta que pasado la época álgida del conflicto armado y mermado las operaciones

militares contra la población civil, los nativos de estos corregimientos experimentaron

conductas ajenas y contrarias a sus normas sociales tradicionales o moral comunitaria. Aparece
14

aquí el constructo teórico de legitimación de la violencia que se concibió como un proceso

social cimentado en un conjunto de elementos normativos construidos, aceptados, validados

cultural y socialmente, además de interiorizados por un colectivo social con el fin de justificar

el acto de la violencia e interpretarlo como el justo proceder bajo algunas situaciones

(Martínez-González y Amar-Armar, 2017; Fernández, 2009).

Específicamente la investigación encontró que las conductas violentas antes rechazadas

fueron legitimadas por un segmento de la población. Las víctimas del conflicto armado

reconfiguraron sus estructuras cognitivas lo que a la postre determinó la conducta a seguir ante

la presencia de conflictos comunitarios. Igual sucedió con la cada vez más propensión a la

respuesta violenta, especialmente en Libertad. Producto de la guerra, algunos constructos

sociales de autoridad se desdibujaron. La desconfianza en la institucionalidad se ahondó y la

figura de los concejos comunitarios dejó de representar la autoridad ancestral que quizá nunca

tuvo.

Por otra parte, desarrollar la investigación implicó adelantar un estudio mixto de

comparación de grupos, que precisó desde los cualitativo adentrarse en las comunidades objeto

de estudio para reconstruir la memoria histórica del conflicto armado desde las experiencias

personales y colectivas, las ontologías y vivencias de los negros ocurridas a partir de la

interacción social de los grupos armados con sus comunidades. Esto con el fin de comprender

la forma como el conflicto armado afectó las realidades de la gente negra de San Onofre y

encontrar elementos válidos que explicaran lo sucedido desde las voces de los afectados.

Desde un acercamiento cuantitativo, la investigación toma el constructo teórico de

legitimación de la violencia y lo operacionaliza en tres variables: afrontamiento de conflictos,

entendido con la respuesta individual y colectiva antes la presencia de un conflicto;

desconexión moral, mecanismo cognitivo e interno que justifica moralmente el acto violento;

y expectativa de legitimación social, orientada al reconocimiento y aprobación o rechazo social


15

del acto violento. En su conjunto y para la investigación, estas variables conforman las

creencias legitimadoras de la violencia.

El contexto de estudio, provocó profundas reflexiones ontológicas y paradigmáticas

respecto a la identificación de temáticas con relevancia científica, social y académicas con

posibilidades de ser problematizadas para convertirse en derrotero en la construcción de un

proyecto de investigación a nivel doctoral. Desde lo teórico, al constructo lo antecedió un

acercamiento de contextualización histórica necesaria para exponer la traza de violencia a que

fueron sometidos las poblaciones estudiadas y que datan desde la configuración en una

República Independiente de la Nueva Granada, hasta el surgimiento en Colombia de una guerra

revolucionaria que los afectó y sumió a sus territorios en una estela de violencia con

consecuencias catastróficas. Esta mirada sociológica abordó al conflicto armado interno

dividiendo su traza y desarrollo en tres etapas: Las Guerras Civiles, La Violencia de Estado y

la Guerra Revolucionaria. En cuanto a la violencia, se explica desde diferentes enfoques

teóricos con énfasis en la psicología social, donde teorías estructuralistas cognitivas y del

aprendizaje social la abordan en función de la relación de las personas con factores externos

que moldean las cogniciones y conductas de las poblaciones en cuestión.

Finalmente, el estudio pasa al momento de resultados y se concentra en el análisis,

hallazgos y conclusiones con aportes sustanciales desde lo teórico y social que develó nuevas

formas de resistencia ante el conflicto armado y motivos que llevan a una comunidad a resistir

en armas.
16

PARTE I. MOMENTO EPISTÉMICO

Los esclavos puestos a la venta eran jóvenes de 12 a 20 años. Cada mañana se les
daba aceite de coco para que se frotaran el cuerpo, con lo cual su piel quedaba negra y
brillante. A cada momento se presentaban compradores que, examinando las dentaduras de
los mozos, calculaban su edad y estado de salud; les abrían la boca, exactamente como se
hace en el mercado de caballos.
Anotaciones del barón de Humboldt, ciudad de Cumaná.
17

Capítulo 1. Delimitación de la Investigación

1.1. Justificación

Al adentrarse en la comprensión de las perspectivas teóricas que encuadran a la

legitimación de la violencia como un constructo presente en las poblaciones afrodescendientes

víctimas del conflicto armado, y en caso particular, las asentadas en el Litoral Montes de María,

el estudio encuentra vacíos teóricos y empíricos referentes al tratamiento de la moral, de las

conductas asumidas ante la presencia de conflictos cotidianos y de las expectativas sociales

que se generan cuando se asume una conducta violenta y que generan rechazo o aceptación en

el colectivo afro.

Sin embargo, la literatura científica no es completamente ajena a la cuestión por

estudiar. El rastreo de referentes empíricos, con los cuales se espera dialogar, encuentra

hallazgos en estudios realizados con población mayoritaria. Ayllón (2008) es una de ellas, se

enfoca en el proceso de trasmisión y legitimación de la violencia de padres a hijos. Fernández

(2009), estudia la legitimación de la violencia en los conflictos cotidianos entre menores.

Más recientemente Martínez-González (2016), aborda la legitimación de la violencia

de infantes en situaciones de migración forzada por la violencia sociopolítica. Romero (2021)

profundiza en el estudio de la legitimación de la violencia en infantes víctimas y no víctimas

del conflicto armado, en diversas zonas rurales y urbanas de Colombia. Ambos estudios

encontraron una disposición frente al afrontamiento de conflictos y el uso de mecanismos de

desconexión moral en esta población, que da cuenta de la necesidad de profundizar en

investigaciones que permitan comprender el fenómeno y poder generar alternativas para su

abordaje.

Por su parte, Banquez-Mendoza (2017), estudia la legitimación de la violencia en

jóvenes escolarizados víctimas del conflicto armado en condición de desplazamiento forzado,

sin explorar las pautas de conducta asumidas y contrastadas con personas víctimas de diferentes
18

hechos victimizantes y en diferentes poblados. Estos estudios han encontrado diferencias en la

legitimación de la violencia relacionadas con el grupo de edad y el sexo, que no han sido

abordadas en población adulta, víctima del conflicto armado.

Ahora bien, continuar la línea discursiva requiere precisar el significado del constructo

Legitimación de la Violencia. Desde la investigación, será entendido como un proceso social

soportado en un conjunto de elementos normativos construidos, aceptados, validados cultural

y socialmente, interiorizados por un colectivo social con el fin de justificar el acto de la

violencia e interpretarlo como el justo proceder en algunas situaciones (Martínez-González y

Amar-Armar, 2017; Fernández, 2009; Galtung, 1990; Johnson, Dowd y Ridgeway, 2006). Bajo

esta perspectiva, estará constituido por las siguientes variables: Afrontamiento de conflictos,

asumidos como los comportamientos y acciones que se asumen ante la ocurrencia de conflictos

cotidianos o comunitarios (Ayllón, 2008; Fernández, 2009; Martínez-González, 2015;

Banquez-Mendoza, 2017); mecanismos de desconexión moral, entendidos como las

justificaciones para evitar auto-sanciones y culpa ante la ocurrencia de una conducta violentas

(Bandura, 1990, 1988, 2002, 2016; Garrido, Herrera y Masip, 2002; Moore, 2013); y

expectativas de legitimación social, las cuales corresponden a la perspectiva que tiene la

persona sobre la aprobación social del acto violento (Ayllón, 2008; Fernández, 2009; Martínez-

González, 2015; Banquez-Mendoza, 2017).

En cuanto a la temporalidad, el estudio se ubicará entre los años 1986 y 2016, año de la

firma del acuerdo de paz entre el Estado de Colombia y la guerrilla de las Fuerzas Armadas

Revolucionarias de Colombia (FARC-EP). Su espacialidad se ubica en la región del Caribe

colombiano específicamente en el Litoral Montes de María1, territorio en el que habitan dos

1
Región de la Costa Caribe de Colombia, se ubica entre los departamentos de Bolívar y Sucre. La componen 16
municipios con una extensión total de 667.000 hectáreas. Los municipios pertenecientes al departamento de
Bolívar son: María la Baja, San Juan Nepomuceno, El Guamo, San Jacinto, El Carmen de Bolívar, Zambrano y
Córdoba; mientras los pertenecientes al departamento de Sucre: San Onofre, Toluviejo, San Antonio de Palmito,
Colosó, Chalán, Ovejas, Morroa, Los Palmitos y Corozal. Esta región (en la colonia Sierra María) limita al norte
con los municipios de Arjona, Mahates, Calamar y María La Baja. Al oriente, con el río Magdalena; Al sur, con
19

comunidades negras: Libertad y Rincón del Mar, ambos corregimientos del Municipio de San

Onofre2, departamento de Sucre, Colombia. La comunidad de Libertad resistió al conflicto

armado interno a partir del alzamiento armado en contra de los grupos paramilitares del Frente

Golfo de Morrosquillo, adscrito al Bloque Héroes Montes de María, mientras el colectivo

comunitario de Rincón del Mar lo hizo a través de mecanismos alternativos o simbólicos.

Al pasar a los hechos victimizantes causados, la investigación abordará sólo 3 de los 13

estipulados en la Ley Justicia y Restitución de Tierras 1448 de 20113: torturas, como estrategia

de dominación social, trasmutación de la guerra al cuerpo de la víctima, infligir miedo en la

población, obtener información y ejemplarizar castigos; violencia a la integridad sexual y

reproductiva, como estrategia de violencia contra el cuerpo de la mujer, sometimiento,

demostración de poder de sexo y trofeo de guerra y desplazamiento forzado, como resultado

de conquistas territoriales, acumulación y ejercicio de poder.

La conjunción de estos tres elementos han estado presente en el trasegar histórico de

las poblaciones negras: desde su captura y tráfico desde África hasta la Nueva Granada; en el

proceso de violencia cultural y de anulación del ethos (conjunto de conductas, costumbres,

rasgos culturales y valores que identifica a un pueblo o comunidad) ancestral ocasionado en

la colonia; pasando por años de violencia cultural y estructural caracterizado por la

segregación, exclusión y racismo; hasta llegar a los padecimientos de conflicto armado interno

que trató de anular la perspectiva cultural conservada y/o construida que los define como etnia

bajo una perspectiva de derecho constitucional (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015).

los municipios sucrenses de San Pedro, Sincé, San Juan de Betulia, Galeras, San Benito Abad, Sampués, Sincelejo,
Tolú; Al occidente limita con Santiago de Tolú y San Onofre (mar Caribe en el Golfo de Morrosquillo).
2
Municipio creado alrededor de 1774 con el arribo de 26 esclavos que escaparon de las haciendas de Cartagena
de Indias. Allí conformaron el palenque de Torobé. Se convierte en municipio cerca del año 1839.
3
Ley expedida por el Gobierno de Colombia en el marco de los acuerdos de dejación de armas ente las FARC-
EP y el Estado. Bajo esta ley se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del
conflicto armado interno.
20

Si bien es cierto que las dinámicas de legitimación de la violencia se dieron a lo largo

y ancho del territorio nacional y en poblaciones diversas, fue la alta incidencia de hechos

victimizantes4 registrados en la población negra y el impacto desproporcional del conflicto

sobre sus condiciones de vida, los que conllevaron a delimitar la investigación en este grupo

poblacional. Al pasar a su cuantificación, según la Oficina de Atención de Víctimas local5, el

corregimiento de Libertad registra: 30 casos torturas, 136 de delitos contra la libertad sexual y

reproductiva y 2038 desplazamientos forzados. En cuanto a Rincón del Mar, se registran 45

casos de torturas, 18 delitos contra la libertad sexual y reproductiva y 987 desplazamientos

forzados.

Lo hasta aquí descrito, propicia el escenario académico para estudiar y demostrar cómo

fenómenos ocurridos en la guerra, concebidos desde una perspectiva sociológica, política e

incluso histórica, influyen en las dimensiones individuales y colectivas de este grupo

poblacional, configurando su comportamiento comunitario, interpretaciones sociales de la

realidad y creencias colectivas en temas tan complejos como la violencia.

La investigación aporta al estudio de la Legitimación de la Violencia en población

adulta, específicamente grupos poblacionales descendientes de África y afectados por el

conflicto armado, víctimas de torturas, violaciones sexuales y desplazamiento forzado que

buscan alternativas para reconstruir su territorio e incorporarse, en algunos casos, a nuevos

grupos sociales. Los hallazgos permiten comprender el fenómeno para aportar a la prevención

y mitigación de las consecuencias nefastas e inherentes a la Legitimación social de la Violencia,

en la construcción de una Paz regional sostenible y al entendimiento del comportamiento

asumidos por este grupo poblacional en tiempos de guerra. Sobre todo, se generan elementos

4
Delitos cometidos por los distintos actores comprometidos en el conflicto armado interno, llamado también
hechos violentos asociados al conflicto armado interno y reconocidos en el marco de la ley 1448 de 2011 “Ley de
Justicia y restitución de tierras”.
5
Información compartida a partir de entrevistas a los funcionarios de la Oficina de San Onofre, realizada en
2021.
21

para el entendimiento de los orígenes de las pautas de conductas asumidas por estas

comunidades después de sufrir los embates de la guerra. Será fundamental compartir con la

población mayoritaria los hallazgos en un afán de mitigar los excesos discriminatorios,

exclusiones y segregación social que impera en un grueso de la población colombiana. Uno de

los tantos motivos para ello, es el desconocimiento de los usos y costumbres de esta población

y la negatividad del segmento social señalado en reconocer y entender a un otro diferente que

ha vivido siglos en el ostracismo de la historia colombiana.

1.2. Problema de Investigación

La investigación centra su problemática de estudio en la forma cómo dos comunidades

afrodescendientes víctimas del conflicto armado legitiman la violencia.

Ahora bien, para entender los escenarios de violencia dirigida contra la población negra

y descrita en el estudio, es necesario precisar su traza. Esta inicia desde la colonia y se mantuvo

a través de los siglos en procesos anacrónicos de racismo endémico, segregación y

discriminación. Fueron inicialmente desplazados de África a través de la diáspora obligada, la

trata transatlántica y la esclavitud; llegan a las Indias Occidentales y entran a la Nueva Grada

a través del puerto de Cartagena, en calidad de esclavos. Allí se les desconoce cualquier

vestigio de humanidad: fueron desembarcados, vendidos y asignados para oficios de la

hacienda, minería, labores domésticas; sujeto de tratos denigrantes, castigos, violaciones y

humillaciones. Con el tiempo los esclavos se revelaron haciendo uso de una violencia

legitimada de manera colectiva llamada cimarronaje. La rebeldía africana evidenció

comportamientos violentos que desembocaron en robos, asesinatos, asaltos, quemas y

venganzas hacía los amos6 (Arrázola, 1970; Escalante, 2002; Klein, 1987; Friedemann, 1993;

Navarrete, 2008).

6
Primeras formas de violencia registrados en los anaqueles de la historia Colombina infligidas por una población
negra organizada en contra de un estamento social, económico y político dominante.
22

Desestructurado su sistema de creencias religiosas e identidad cultural, los esclavos

logran la reconstrucción de su negridad a partir de un proceso identitario, heterogéneo cultural

y simbólico ocurridos inicialmente en los cabildos. Por siglos y sobre todo en las grandes

urbes, esta población no encontró un espacio para ejercer su identidad, territorio y autonomía.

Sólo hasta 1991, la aclamada constitución de la República de Colombia los visibilizó como

sujeto de derechos y les reconoció su etnicidad, además de cederle territorios con titulación

colectiva, ubicados inicialmente en la cuenca del Pacífico colombiano, que posibilitaron su

organización y gestión territorial bajo una figura jurídica llama Consejos Comunitarios.

Sin embargo, las diferencias ideológicas y políticas de la sociedad colombiana entre un

estamento político y económico dominante de tendencia capitalista-autoritario confrontado

desde le década de los 60 con una insurgencia de ideología marxista-lenista, maoista y

guevarista, sumen a sus territorios en un conflicto armado interno que nuevamente los convierte

en víctimas directas e indirectas de una guerra ajena que evoca los tiempos de la esclavitud:

Vienen a la memoria colectiva el dolor de la fragmentación familiar, la imposibilidad

de poseer y conservar algún bien, el dolor y maltrato sufrido por las mujeres, la

vinculación de los hombres a una guerra ajena, el desconocimiento de las autoridades

propias y la imposibilidad de autonomía sobre el territorio (Rosero, 2004, p. 53).

La identificación y estructuración del problema de investigación motivó un contacto

inicial con una de las comunidades objeto de estudio. El interés se centró en la forma cómo una

de las dos comunidades en cuestión resistió a los abusos de los paramilitares del frente Golfo

de Morrosquillo: se alzaron en armas. Cercano a este fenómeno, Kaplan (2021) encuentra

evidencia empírica de resistencia armada comunitaria en zonas geográficas distantes y

convulsas militarmente como Mozambique, Sierra Leona, Filipinas, Irak, Siria y otros. En el

caso de Colombia, la historia reciente sólo reseña al grupo indígena insurgente Quintín Lame,
23

quien se organizó y confrontó militarmente a los grupos armados presentes en su territorio

(Peñaranda-Supelano, 2015).

En la cuestión de interés para esta investigación, fue la comunidad del corregimiento

de Libertad quien se alzó en armas contra los paramilitares del frente Golfo de Morrosquillo,

replicando en sus acciones de rebeldía un alto nivel de violencia propia de los opresores, que

hace remembrar el proceso de cimarronaje colonial. Caso contrario, la comunidad de Rincón

del Mar resistió de forma simbólica: resistirse a abandonar el territorio o en su defecto, hacerlo

para evitar la muerte, denuncias tímidas de las conductas violentas asumidas por los

paramilitares, entre otras.

En la misma línea, como parte de la identificación de un problema de investigación, se

observó en un segmento de la comunidad conductas contrarias a la moral tradicional

comunitaria (destacada por los esfuerzos por vivir en armonía con el otro), que se encaminaron

a la legitimación social de la violencia bajo algunas situaciones; mostrándose diferenciadas y

opuestas radicalmente en los grupos etarios y sexos de los nativos de Rincón del Mar y

Libertad, sobre todo en aquellos que sufrieron algún tipo de hecho victimizante relacionado

con el conflicto armado. Estos comportamientos ayudaron al establecimiento de una nueva

generación de grupos armados en el territorio; afectó la cohesión del tejido social; ahondó la

desconfianza en la institucionalidad; incrementó la respuesta violenta y justificada ante

cualquier acto sociales; se aceptó la expulsión del territorio de involucrados en pequeños robos

entre otras afectaciones no menos importantes. Así, aunque las dos comunidades comparten

arraigos culturales comunes, se entienden como individuos con capacidad de reaccionar de

manera diferente ante fenómenos colectivos y a la vez individuales como la violencia (Bello,

2005).

Ahora bien, desde las perspectivas teóricas que encuadran al presente estudio y

decantadas en la desconexión moral, el afrontamiento de conflictos y las expectativas de


24

legitimación social de la violencia como constitutivas del constructo de legitimación de la

violencia, se encuentran vacíos teóricos en relación a la forma como se comportan las variables

anteriores en contextos de violencia extrema causadas por conflictos armados como el de

Colombia. Los estudios que anteceden la presente investigación centras su focus en grupos

etarios con características socioculturales y económicas distintas a los nativos

afrodescendientes de los Montes de María. No han sido considerados los antecedentes

determinantes y consecuentes, únicos, en la presente investigación y grupo poblacional.

En relación con lo anterior, la presencia de las variables que constituyen en su conjunto

al constructo teórico de la Legitimación de la Violencia y los estudios hasta el momento

precisados, lograron constituir una teoría sustantiva sólida que explica, desde la psicología, el

comportamiento violento, los conflictos y las decisiones inmorales en diferentes grupos

poblacionales. Es aquí donde la investigación al falsear las hipótesis y contrastarlas con lo

empírico aporta al bagaje teórico en relación a exploración nuevos escenarios de aplicación para

explicar el fenómeno de la violencia en comunidades como la afrodescendiente

El escenario expuesto proporciona el momento para formular la siguiente pregunta de

investigación: ¿Cómo se configuran las creencias legitimadoras de la violencia en las

comunidades negras que resistieron a los hechos asociados al conflicto a través la confrontación

armada frente a aquellas que utilizaron ante los mismos hechos, mecanismos simbólicos de

resistencia?

1.3. Objetivos

1.3.1. Objetivo general

Determinar la forma como se configura la legitimación de la violencia en las comunidades

negras que resistieron al conflicto armado a través de la confrontación directa frente a las que

recurrieron a mecanismos simbólicos de resistencia.


25

1.3.2. Objetivos específicos

1. Conocer los hechos, afectaciones y mecanismo de resistencia armada y

simbólica producto de la interacción entre los grupos armados y los nativos del

municipio de San Onofre a partir de la reconstrucción de la memoria histórica

del conflicto armado en los Montes de María

2. Indagar la incidencia de los hechos victimizantes en la configuración de las

creencias que legitiman la violencia (afrontamiento de conflictos, desconexión

moral y expectativas de legitimación social) en las comunidades negras que

resistieron a partir de la confrontación armada frente a las que utilizaron ante

los mismos hechos mecanismos simbólicos de resistencia en comunidades

ubicadas en el Litoral de Montes de María.

3. Determinar la incidencia de variables moduladoras como el grupo de edad y el

sexo en la configuración de las creencias que legitiman la violencia

(afrontamiento de conflictos, desconexión moral y expectativas de legitimación

social) en comunidades ubicadas en el Litoral de Montes de María.

1.4. Hipótesis

1.4.1. Relacionadas con los hechos victimizantes

H1. La forma como se configuran las creencias legitimadoras de la violencia depende

de los hechos victimizantes como la tortura, violencia a la integridad sexual y el desplazamiento

en las comunidades negras que resistieron a los hechos asociados al conflicto interno a través

de la confrontación armada frente a aquellas que utilizaron mecanismos simbólicos de

resistencia.

Ho. La forma como se configuran las creencias legitimadoras de la violencia es

independiente de los hechos victimizantes como la tortura, violencia a la integridad sexual y el

desplazamiento en las comunidades negras que resistieron a los hechos asociados al conflicto
26

interno a través de la confrontación armada frente a aquellas que utilizaron mecanismos

simbólicos de resistencia.

1.4.2. Relacionadas con el sexo

Ho. La forma como se configuran las creencias legitimadoras de la violencia depende

del sexo en las comunidades negras que resistieron a los hechos asociados al conflicto interno

a través de la confrontación armada frente a aquellas que utilizaron mecanismos simbólicos de

resistencia.

Hi. La forma como se configuran las creencias legitimadoras de la violencia es

independiente del sexo en las comunidades negras que resistieron a los hechos asociados al

conflicto interno a través de la confrontación armada frente a aquellas que utilizaron

mecanismos simbólicos de resistencia.

1.4.3. Relacionadas con la edad

Ho. La forma como se configuran las creencias legitimadoras de la violencia depende

de la edad en las comunidades negras que resistieron a los hechos asociados al conflicto interno

a través de la confrontación armada frente a aquellas que utilizaron mecanismos simbólicos de

resistencia.

Hi. La forma como se configuran las creencias legitimadoras de la violencia es

independiente de la edad en las comunidades negras que resistieron a los hechos asociados al

conflicto interno a través de la confrontación armada frente a aquellas que utilizaron

mecanismos simbólicos de resistencia.


27

PARTE II. MOMENTO DE CONTEXTUALIZACIÓN


HISTÓRICA

Yo hablo de millones de hombres a quienes sabiamente se les ha inculcado el miedo,


el complejo de inferioridad, el temblor, el arrodillamiento, la desesperación, el servilismo.

Aime Cesaire, discurso sobre el colonialismo, 1950.


28

Capítulo 2. Poblaciones negras en Colombia, una traza de violencia directa

Estas líneas no pretenden realizar un ejercicio revisionista con relación a la historia de

las personas negras y sus dinámicas sociales de liberación y uso legítimo de la violencia. Sin

embargo, es necesario el recuento historiográfico y precisar algunos acontecimientos sucedidos

en territorios cercanos a las zonas geográficas en las que se desarrolla el estudio, a fin de reunir

elementos que logren explicar las conductas violentas asumidas por los esclavos en la Colonia

y encontrar una relación étnico-ancestral que posibilite explicar las conductas de rebeldía

ejercidas por una comunidad negra estudiada, que evocó la desobediencia cimarrona de la

época colonial y se alzó en contra de los excesos cometidos por las estructuras armadas

organizadas político militares no gubernamentales. Esto se aleja del constructo social

generalizado y casi mediático que ubica a la población negra en un estado perpetuo de opresión

y esclavitud. La historia demuestra en ellos rastros de alta rebelión y violencia en contra de sus

opresores.

2.1. La llegada: diáspora forzada, comercialización de esclavizados y su emancipación

Iniciamos así el recorrido entre los siglos XVI y XVIII, lapso registrado en la historia

como uno de los más cruentos y violentos contra la humanidad de personas nacidas libres,

esclavizadas, comercializadas como animales, despojadas de su alma, identidad cultural,

creencias ancestrales y religiosas. Es la colonia una época vergonzosa para la civilización

occidental representada en su momento por españoles, portugueses, holandeses y británicos.

Esta época sentó las bases del capitalismo con fundamentos en la comercialización de esclavos,

introducidos en América con un alto nivel de violencia cultural (Hernández-Ospina, 2006;

Friedemann, 1993).

La revisión de literatura precisa datos históricos que ubican al comercio de esclavos

mucho tiempo atrás, entre los siglos IX, X y XI. Fueron Senegal y Egipto quienes

protagonizaron un comercio de esclavos liderado por jefes tribales y reyes locales que iniciaron
29

guerras contra sus vecinos más débiles con el único fin de capturar esclavos para venderlos o

intercambiarlos por telas, joyas y otros utensilios, arrastrando a centenares de campesinos

africanos al pillaje, de preferencia infantes y mujeres (Meillassoux, 1990).

Los relatos y registros históricos fijan la llegada de esclavos con los primeros

conquistadores en el siglo XVI, desembarcando legalmente en barcos negreros sobre las costas

de Cartagena de Indias. Cerca del 25% de los negros nunca llegaron, murieron o se suicidaron

en la ruta transatlántica. También entraron ilegalmente o de contrabando en el litoral pacífico:

Buenaventura (Valle del Cauca), Chirambirá (Chocó), Gorgona (Isla) y Barbacoas (Nariño).

En cuanto a la costa Atlántica los destinos fueron: Riohacha (Guajira), Santa Marta

(Magdalena) y Tolú (Sucre) (Friedemann, 1993). Por los ríos Atrato, Sinú, San Jorge y

Magdalena, los esclavos fueron introducidos al interior de la Nueva Granada. De allí, muchos

de los asentamientos ribereños y cenagueros que hoy existen. De hecho, Loma de las Pulgas,

Vigía del Fuerte y Quibdó fueron importantes centros de explotación sobre el Atrato

(Hernández-Ospina, 2006).

De la misma forma, la comercialización de negros africanos fue más compleja que solo

suministrar, embarcar y distribuir mercancía e implicó todo un entramado de estrategias y

logística de comercio internacional para garantizar que esclavos (mercancía) y tripulación

llegaran sanos a las Américas (compradores). África debido a su insalubridad siempre fue un

territorio hostil para los europeos quienes en pleno auge de las extraordinarias ganancias

producto de su actividad económica no tuvieron reparos en arriesgar su vida. De acuero a

Meillassoux (1990), eventualmente se usó la estrategia de intermediarios, nativos cazadores de

africanos, quienes los preparaban para las largas caminatas y embarque en los barcos negreros,

todo con el beneplácito de jefes tribales locales. Evidencia, fue la implantación en Sudán del

bandismo, “práctica mediante la cual el rapto de cautivos se efectuaba entre miembros de una

misma comunidad, entre parientes y vecinos” (Meillassoux, 1990, p 88), como institución
30

encargada de la captura de esclavos para venderlos en aldeas cercanas, trabajar cerca de las

factorías o comercializarlos con extranjeros. Incluso se justificó la guerra, no como medio para

la aplicación de imperios o matanzas de enemigos, sino como instrumento de captura (Triaría

y Antorveza, 2004; Escalante, 2002; Friedemann, 1993; Meillassoux, 1990).

Para tener una idea general de las condiciones insalubres e inhumanas, pero propias de

la travesía de los buques negreros, se recoge los aportes de Triaría y Antorveza (2004) quienes

registran lo siguiente:

Los negros varones en cuanto llegaban a bordo de un buque eran separados y atados de

dos en dos, por medio de esposas, y en los pies eran asegurados con grilletes. Todo ello

impedía la movilidad, pero limitaba los peligros del amotinamiento. Para dormir debían

hacerlo de costado y sin poder cambiar de posición. Los esclavos quedaban situados

lejos de los cubos que se colocaban para las necesidades fisiológicas, al procurar

acercarse a ellos rodaban sobre sus compañeros a causa de los grillos que dificultaba

sus movimientos. Por ello el negro prefería ejecutar tales actividades en el propio sitio

de reclusión (p. 45).

Tales condiciones representaron en su momento una disminución de ganancias debido

a las enfermedades y muertes de la “mercancía”. Fue necesario construir buques más grandes,

descontaminación de los espacios a base de vinagre, alimentación adecuada a la “mercancía”

con dieta basada en alimentos y cocción acorde a los orígenes de los esclavos; aumento en las

raciones de agua y otros. Sin embargo, se registra que en las largas travesías y ante la escasez

de alimentos para la tripulación y cargamento, capitanes optaron por el asesinato de la carga

(Ortiz, 1975; Triana y Antorveza, 1989).

A propósito de la travesía, la siguiente tabla recrea en la singularidad y dinámica de la

cadena de comercio de esclavos, desde su aprensión hasta el desembarque.


31

Tabla 1. Dinámica de comercialización de esclavos africanos

Etapa Nombre Características


1 La captura Proceso realizado en África a través de diferentes mecanismos.
Revisión por parte de un médico de las condiciones físicas de los
recién capturados. Se rechazaban los mayores de 35 años,
2 Selección y herraje
mutilados, enfermos y desdentados. Los aptos eran marcados con
hierro al rojo vivo para identificar la propiedad de la compañía.
Envío bajo las condiciones míseras de los cargamentos negreros
3 Transporte
con destino a las Antillas, Brasil, Cuba, Puerto Rico y otros.
Iniciaban con el palmeo una vez en puerto, ante personalidades
como el gobernador, oficiales reales, un notario y un representante
4 Desembarque en los puertos de la compañía dueña del asiento. El palmeo era la separación de
la carga en grupos de edad y sexo: muleques, mulecones y negras
adultas.
5 Marquilla real Marcación con hierro al rojo vivo (previo se untaba con aceite para
evitar arrancar la piel del negro). En algunas ocasiones se marcaba
el rostro del esclavo.
Nota: Elaboración propia a partir del trabajo de Aquiles Escalante, el Negro en Colombia (2002), Bryan (1810),
Saco (1938) y Navarrete (2008).

Los registros históricos y documentales hablan de períodos, épocas o lapsos en los que

holandeses, ingleses, neerlandeses, españoles y portugueses tomaron el protagonismo del

comercio de esclavos. La siguiente tabla registra estos períodos:

Tabla 2. Etapas del comercio de esclavos o trata transatlántica

Ítem Años Período Características


1 1532-1580 Español o de Contrato expedido por la Corona Española que en esencia
licencias permitía el comercio de esclavos a las Indias a cambio del pago
de derechos (estas licencias permitían introducir legalmente
esclavos a las Indias). En ese lapso el monopolio de las
licencias estuvo controlado por la Casa de Contratación de
Sevilla. La mayoría de los esclavos de este período procedían
de África occidental (denominados Gente de los Ríos de
Guinea o Negros de Ley), imperio Yolofo.
2 1580-1640 Portugués También conocido como el período de los asientos; figura
definida como contrato público entre un particular y el
gobierno español. El primero se comprometía a adiestrar
esclavos (en un tiempo determinado y bajo ciertas
condiciones) y el segundo garantizaba el monopolio de
asentista. La procedencia de esclavos en este lapso era de
predominancia del antiguo reino del Kongo y de África central
(Congos y Angolas – Bantúes).
3 1640-1703 Holandés o de Este lapso fue promisorio para la expansión holandesa, no solo
transición consiguieron deshacerse del yugo de Felipe II, se apoderaron
de puntos estratégicos lusitanos en África, también se hicieron
a Curazao, convirtiéndola en el principal punto de acopio de
mercancía (negros esclavos) y de proveedor junto con Jamaica
para surtir a Cartagena. En este período llegaron africanos
esclavizados arará, mina y en menor proporción carabalís y
bantúes.
4 1703-1713 Francés La hegemonía francesa en el comercio de esclavos duró poco
tiempo solo 11 años, entre 1701 y 1712, en parte por la
influencia de portugueses y holandeses quienes dominaban el
32

comercio ilegal o de contrabando de esclavos. Según los


registros los esclavos que entraron a las Indias occidentales en
esta época fueron conducidos al Chocó en aras de contribuir al
auge de la explotación minera (arará y carabalí)
5 1714-1740 Inglés Al ocupar estratégicamente Jamaica en 1665, luego de firmado
el asiento de comercialización de esclavos en 1713, Inglaterra
consolida su posición como proveedor de esclavos a
Cartagena. Fueron los arará y los minas quienes entraron o
ingresaron en ese lapso.
6 1740-1810 Comercio libre Con la llegada al trono de Carlos III y la caída del período de
los asientos, se decreta el libre comercio de esclavos. En este
período los esclavos procedían de la Antillas holandesas,
francesas e inglesas específicamente carabalís y bantúes.
Nota: Construcción propia, a partir de la obra de Aquiles Escalante “el Negro en Colombia” publicada en el 2002,
quien toma los aportes del francés Georges Scella (La Traite Negriere aux Indes de Castilla y Contrasts et Traités
de Asiento); del historiador inglés James Ferguson King y su obra Negro Slavery in New Granada y del documento
“La memoria incómoda: Afrodescendientes y lugares de memoria en Cartagena de Indias de Javier Ortiz Cassiani.

El interrogante luego este recorrido histórico es ¿cuántos africanos fueron traídos a las

Indias en calidad de esclavos? Como es de esperar, no existe un registro único conciliatorio

que sea aceptado como dato infalible en los estudios históricos contemporáneos en términos

demográficos y numéricos. Así lo demuestran los acercamientos realizados por Friedemann

(1993) y Colmenares (1979), quienes estiman que la cuantía en cifras que van entre 9 millones

hasta 100 millones; Curtín (1969) tasan la trata negrera de América en 14 millones. Otros

estiman que cerca del siglo XIX, solo en África occidental, un cuarto de la población estaba

esclavizada: (…) “200.000 en el Senegal; 600.000 en el Alto Senegal-Níger; 250.000 en el

Dahomey, otros tantos en Costa de Marfil; 450.000 en Guinea” (Klein, 1983; Meillassoux,

1990).

El viejo continente experimentó la acumulación de capital y la transformación

económica, social y política, dando paso del feudalismo al capitalismo, además del inicio de la

actividad comercial internacional e industrial (Marx, 1997; Williams, 2011).

En cuanto a la procedencia geográfica y tribal de los esclavos, precisaremos los aportes

del historiador Jorge Palacios Preciado quien sostiene que en el lapso de los siglos XVI y XVII

primaron, como medio de extracción de africanos, los mecanismos de las licencias y los

asientos (españoles y portugueses), esto es: ríos de Guinea y las Islas de Cabo Verde. La
33

conclusión de Jorge Palacios7 es que la Nueva Granada fue destino de las diferentes zonas de

caza8”.

La siguiente tabla recoge el registro de lugar o zona de procedencia de los africanos

esclavizados en el periodo de 1705 a 1749 (Friedemann, 1993; Colmenares, 1979),

complementada con las cualidades de los esclavos vista desde la perspectiva esclavista

(Escalante, 2002). Se adiciona los registros producto del estudio de Germán de Granada, quien

a partir de su revisión documental sobre la onomástica de esclavos de las minas de la

gobernación de Popayán (siglo XVIII), consolida la procedencia regional de esclavos africanos.

Tabla 3. Procedencia de los esclavos

Grupo tribal Grupo tribal


Ítem Región de África
(Colmenares, 1979) (Granada, 1971)
1 Senegambia Mandingas, Barbará, Mandinga, Casaca (mestizos de
Mambara. Mandingas y Fula), Bran, Bambara,
Guagui, Ganga/Canca, Tembo, Taui,
Mani
2 Costa de Marfil, Costa de la Cetres, Canga Setre
Pimienta
3 Costa de Oro Minas, Caramanti Mina, Fandi, Nango, Ati, Aguacamu,
Coto, Ocara, Asante
4 Golfo de Benín Arara, Fon, Juda Ouida, Arará, Chala, Popo, Lucumí, Bomba,
Lucimíes, Popo, Aya, Ayobi, Betre
Chamba, Cotoli
5 Golfo de Biafra Carabalí, Ibo, Bibi Carabalí, Vivi, cuco
6 África Central Congos, Luangos Congo, Luango, Matamba, Mondongo,
Pongo, Bamba, Mayoma, Bato
6 Interior de África Occidental No especifica Chamba
Nota: Construcción propia a partir de Colmenares, 1979; Escalante, 2002; Friedemann, 1993; Granada, 1971.

Fueron estos grupos tribales, o parte de ellos, quienes poblaron y reconfiguraron la

sociedad del Caribe colombiano en asentamientos de negros libertarios cimarrones ubicados

en las sierras o montes como los Montes de la María, antes sierra María, que agrupó palenques

como El Limón, Polín, Sanaguaré, Duanga, Joyanca, Zaragocilla, Torobé, La Matuna, María

7
El historiador para sostener su aseveración, hace una revisión documental de registros de compradores,
testamentos y documentos notariales que registraron en su época el comercio y la tenencia de esclavos (entre
siglos XVI y XVIII)
8
Aportes de Klein (1983) permiten develar que el comercio de esclavos en su etapa inicial (captura o caza) estuvo
dominado por tribus dominantes y jefes tribales africanos. En este episodio vergonzoso de la historia surgen a
relucir algunos actores de la trata de esclavos como los hijos de la tierra (mestizos portugueses con africanos),
llamados también lacandos o cazadores. O los pombeiros quienes se especializaron en el arte de la caza de
humanos específicamente en los ríos de Angola.
34

Angola, Arroyo Piñuela y Sanagual. Otros hicieron sus asentamientos en zonas estratégicas del

Caribe colombiano como Usiacurí, departamento del Atlántico; Sierra del Luruaco con los

palenques de Matudere y Betancur, entre los departamentos de Bolívar y Atlántico; Ciénega

de la Matuna, palenque de la Matuna, cerca del municipio de Tolú, departamento de Sucre; La

Otra Banda, asentamiento de los palenques de Tapia, Guaimaral, Gambanga y la Magdalena,

departamento de Magdalena; Serranía de San Lucas, lugar de los palenques de El Firme, Norosí

y Quebrada Cimarrón, Sur del departamento de Bolívar (Navarrete, 2008; Arrazola, 1970).

Desde otra perspectiva, el estudio toca al cimarronaje como un vestigio de resistencia

y rebeldía que aún prevalece y es percibido desde dos líneas comportamentales: la primera

como una respuesta a la opresión y al conjunto de hechos impuestos en el marco de la

institución de la esclavitud. Y otra, como las primeras formas de violencia de africanos libres

y esclavizados registrados por la historia. Los siguientes datos recrean la afirmación anterior:

En 1530 negros fugitivos incendiaron a Santa Marta; hacia 1533, un buen número de

esclavos traídos por el fundador de Cartagena huyó a las montañas de la provincia; en

1556 se produjo una importante rebelión de esclavos en Popayán; en 1598 se presentó

una sublevación de esclavos en las minas de Zaragoza, matando a dueños y

fortificándose en palenques. (Jaramillo, 1984, p. 337).

La presente investigación muestra especial interés en los datos y acontecimientos

históricos que giran en torno a los palenques de Sierra María y La Matuna en cercanías a Tolú.

Sus ubicaciones geográficas y cercanía con el municipio de San Onofre de Torobé, brindan un

marco de probabilidades para hallar la procedencia de los negros que habitan el territorio de la

zona norte del departamento de Sucre, Colombia. Cabe anotar que los datos aquí mencionados

tienen como fuente primaria parte del trabajo que hiciere Roberto Arrázola9 quien realizó una

transcripción de los legajos 212 y 213 del fondo Santa Fe de Sevilla, y que se encuentran

9
Considerado pionero de los estudios sobre los palenqueros en Colombia
35

diseminados en obras representativas de varios historiadores como Navarrete, Escalante,

Friedemann y otros.

Ahora bien, contrario al pensamiento generalizado, fueron los recién llegados (bozales)

quienes lideraron las escamaruzas y desbandadas a los montes, lejos de las plantaciones y

minas, para posteriormente fundar los Palenques, siendo llamados por los españoles como

negros zapacos y despojados de su sitio en las castas sociales de la época (Arrazola, 1970). Sin

embargo, Navarrete discrepa de esta precisión, los bozales o recién llegados, luego del

extenuante viaje de la travesía transatlántica y prisioneros de incertidumbres, miedos y traumas

propios de la dinámica de captura y desembarco, no tenían las fuerzas físicas, contactos de

escape y conocimiento, tanto del terreno como de las lenguas, para liderar un movimiento de

tal envergadura (Navarrete, 2008).


36

Capítulo 3. Acercamiento a un Marco Conceptual sobre el Conflicto Armado Interno en

Colombia, sus Actores y Hechos Violentos Asociados

Entender el entramado social y la praxis que soportan las visiones del conflicto armado

interno en Colombia, se convierte para la investigación en una disertación obligada a fin

comprender los sucesos inherentes a la violencia armada y comunitaria sucedida en territorio

de personas afrodescendientes. Se pretende encontrar un hilo conductor entre el primer capítulo

de la investigación que abordó la violencia en la época de la esclavitud y las consecuencias

nefastas producto de la severidad del conflicto armado interno para un ethos negro que

representa la identidad cultural, la traza de africanía, las cosmovisiones y representaciones

sociales, las tradiciones y la ontología de un pueblos descendiente de África que reconstruye

sus narrativas en un desgarro colectivo que clama reivindicación (Saavedra, 2019; Instituto

Interamericano de Derechos Humanos, 2018). Para el caso que nos incumbe, asociado a los

hechos violentos ocurridos en el Litoral Montes de María.

En este capítulo la investigación centra su atención en el encuadre teórico e histórico

que dilucida las primeras interpretaciones de la violencia en Colombia, para delimitar en un

marco teórico-conceptual de los momentos utilizados en su análisis.

3.1. Períodos del conflicto armado en Colombia

3.1.1. Período de las Guerras Civiles en el Siglo XIX

Colombia emergió, como otras naciones, en el marco de guerras civiles (Rodríguez-

Vargas, 2018). Así lo sostienen Sánchez et al. (2003) para quienes la violencia reciente en

Colombia es una continuación de su larga historia de violencia y conflictos. Todo inicia en

1830, con la muerte de Simón Bolívar, cuando finaliza el intento de la Gran Colombia y con

esto se configura el Estado colombiano como unidad política distinta de Ecuador y Venezuela,

marcada por intensas rivalidades que dominarían la política y la sociedad (La Rosa y Mejía,
37

2014; Ramírez y Fortou, 2011). En el siglo XIX Colombia sufrió, al menos, ocho guerras

civiles.

La primera guerra civil, conocida como La Guerra de los Supremos, se da entre 1839 y

1842, ocasionada por los choques entre los intereses regionales y el centralismo de Bogotá

cuando se ordenaron suprimir los conventos menores en Pasto. La sublevación de la población

del suroccidente del país se convirtió en una guerra por el federalismo. A partir de ahí se

definirían los partidos liberal y conservador, que serían protagonistas de la vida política de

Colombia hasta finales del siglo XX (Sánchez et al., 2003). En 1849 llega a la presidencia el

General José Hilario López, quien desarrolló políticas modernizantes como la abolición del

fuero eclesiástico y de la esclavitud, siendo esta última la causa de la guerra civil de 1851,

enfrentando a liberales y conservadores por la libertad de los esclavos (La Rosa y Mejía, 2014).

La guerra civil de 1854 se genera por los desacuerdos dentro del Partido Liberal, lo cual le

aseguró el poder al conservador Mariano Ospina. Sin embargo, su gobierno fue incapaz de

gobernar de manera eficiente un país cargado de disidencias regionales que ignoraban las leyes

dictadas desde Bogotá. Ante esto, el general Tomás Cipriano de Mosquera, principal fuerza

política y militar del Valle del Cauca, se rebela. Esa situación da inicio a la guerra civil de

1860-1862, lo cual concluye con la toma del poder por parte de Mosquera y los radicales

liberales, quienes redactan una constitución federalista y anticlerical. En 1880 llega al poder el

conservador Rafael Núñez. Al ser reelegido en 1884, los liberales se rebelaron en su contra

dando inicio a la guerra civil de 1885. A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, entre

1899 y 1903, tiene lugar la Guerra de los Mil Días, que enfrentó a liberales y conservadores y

uno de los elementos más comunes durante estos períodos fue la falta de legitimidad de los

resultados electorales en el ámbito nacional, así como la exclusión política por parte de cada

bando.
38

De acuerdo con Darío Villamizar las causas del escenario bélico en el período de las

guerras civiles, varían entre la posesión y distribución de la tierra, el centralismo rancio,

dificultades fiscales, crisis en los partidos tradicionales, control del aparato educativo en manos

de la iglesia y resistencia a la liberación de los esclavos. Entre los actores con mayor

preponderancia se identifican a los Estados soberanos, al poder político central, a los partidos

políticos Liberales y Conservadores, artesanos, productores de quina y terratenientes

(Villamizar, 2020). Todas las confrontaciones terminaron en acuerdos entre los actores

involucrados, aunque predominaron los indultos y las amnistías como mecanismos de perdón

estatal hacia los alzados en armas, por ejemplo, el pacto de Chinchiná, el Tratado de

Regularización de la Guerra, el Derecho de Gentes y el Tratado de Neerlandia. Finalmente, y

contradictorio con la teoría de las guerras civiles, se registran lapsos de intervención extranjera.

Así, en la Guerra de los Mil Días (1899 – 1902) la historia registra apoyo a los insurgentes

desde Ecuador con el general Eloy Alfaro al igual que Nicaragua con José Santos Zelaya y

Venezuela.

3.1.2. Violencia Política Enmarcada en la Guerra Bipartidista (1930 – 1948)

Al llegar al período de 1930 al 1948, inició propiamente la violencia bipartidista que se

atiza con un primer hecho violento: la masacre de un grupo de conservadores a manos de

facinerosos liberales ocurrida en Capitanejo, Santander, en 1930 (Villamizar, 2020).

Posteriormente sobrevino la ruptura de la hegemonía conservadora con la llegada del

presidente Olaya Herrera entre 1930 y 1934, fundando la llamada República Liberal (Jiménez,

2012). Este gobierno aplicó las mismas prácticas de la hegemonía conservadora, con acciones

que lesionaron los derechos políticos de los militantes conservadores como despido masivo de

funcionarios, nombramientos de mandatarios locales liberales en territorio conservador y otros

(Hernández, 2015). Ya en 1936 el presidente López Pumarejo, de estirpe liberal, y con el apoyo

del partido comunista colombiano, implementó profundas reformas electorales y agrarias que
39

ampliaron el espectro de participación política de grupos socialmente marginales (Mora, 2010,

2016). Las reformas de López tocaron sectores sensibles hasta el momento, como la educación,

la libertad de cátedra y el distanciamiento con la doctrina promulgada por la iglesia (Alarcón

et al., 2014). Estos hechos ocasionaron que conservadores y un ala radical de liberalismo lo

tildaran de comunista, ocasionando una férrea oposición de Laureano Gómez a los cambios

políticos y, en defensa del conservadurismo, en 1942 amenazó con una guerra civil y atentados,

si López aspiraba a la reelección. Finalizando este período asesinan, en 1948, al líder político

y social Jorge Eliécer Gaitán. Esta situación produjo el fenómeno social conocido como el

Bogotazo y el consecuente recrudecimiento de la violencia en el país con la aparición de fuerzas

para-policiales conocidas como los Chulavitas y Pájaros (Centro Nacional de Memoria

Histórica, 2013; Guzmán et al., 2019; Trejos, 2012; Villamizar, 2020).

Entre los actores más incisivos de esta época se cuenta a militantes Liberales y

Conservadores; Partido Comunista Colombiano, quien ya operaba en Colombia; las centrales

obreras organizadas con fuerte influencia comunista; los grupos para-policiales conservadores

(Pájaros y Chulavitas); y su contraparte liberal como los chusmeros, cachiporros y otros; las

guerrillas de Rangel Gómez; las fuerzas liberales del Llano y el movimiento de autodefensas

campesinas. Estas tres últimas pos-muerte de Jorge Eliécer Gaitán. Este período terminó

medianamente la instalación de la Junta Militar en 1957 y la instalación de la comisión nacional

investigadora de las causas actuales de la violencia en 1958 (Agudelo, 2014; Guzmán et al.,

2019; Rivas y Rey, 2008).

3.1.3. Violencia Revolucionaria (1959 – 2016)

Apreciaciones históricas que datan de 1946 ubican el inicio álgido de este período

cuando asume el poder el partido conservador en cabeza de Mariano Ospina Pérez, quien

impone un régimen autoritario marcado por el uso de la violencia, cuyo objetivo se decantó en

el control político-militar y social del país, en especial en la aniquilación de los partidos


40

comunista y liberal (Acevedo y Villafrade, 2003; Trejos, 2015). Ya corría 1959 cuando el

presidente Alberto Lleras Camargo instó al país y al ejército a estar preparados para la llegada

de una gran campaña de pacificación total en respuesta a los daños sociales ocasionados por la

violencia bipartidista, sobre todo en zonas geográficas afectadas económicamente por la

violencia. Lo anterior fue un fracaso. Hubo falta de voluntad política y de consenso para

responderle a las víctimas e identificar claramente a los victimarios. El resultado fue un

recrudecimiento de la violencia, especialmente en departamentos como Tolima y Huila,

tomando un carácter subversivo (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2013).

En los años siguientes, las tribulaciones sociales de Colombia provocaron

transformaciones complejas, pero necesarias para la subsistencia de ideales y de la propia vida

del campesino, organizado en contra de los abusos del Estado, (…) “provocando la génesis de

las autodefensas campesinas, y posteriormente, debido a las acciones militares, en contra de

las "repúblicas independientes", el surgimiento de las guerrillas móviles” (Trejos, 2015, p.81).

Tal situación le abre las puertas al proyecto de Guillermo León Valencia, entre 1962 y 1966,

quien en nombre de la patria tomó la decisión de “pacificar el país” y le hizo frente militarmente

a un enemigo interno a quien llamó “bandidos sociales” para referirse a campesinos armados

que escapaban al control del Estado (Acevedo y Villafrade, 2003).

Las constantes confrontaciones entre los campesinos armados provocaron fracturas

internas, rencillas y recomposiciones que desembocaron en la conformación de los primeros

movimientos guerrilleros bajo la coordinación estratégica, ideológica, política y militar del

Partido Comunista (PC) que se acantonaron en territorios conocidos como Bilbao, Horizonte,

La Ocasión, Rio Verde, todos bajo la dirección de las guerrillas liberales (Ugarriza y Pabón,

2017). Otros se ubicaron en Chicacá, La Marina, y Chaparra y son coordinados directamente

por el PC. De esa manera se conformó el estado Mayor Unificado del Sur como instancia para

orientar la lucha guerrillera en las zonas ocupadas (Charris et al., 2013; Ugarriza y Pabón,
41

2017). Entre los años 1962 y 1964 se recrudecieron las acciones militares en contra de los

grupos guerrilleros a través de la operación militar auspiciada por el departamento de Defensa

de Washington. Se inicia la operación militar Soberanía Gama. Combates entre las guerrillas

comunistas y el ejército hacen que este grupo insurgente se refugie en la región de Marquetalia,

un primer grupo al mando de alias Manuel Marulanda Vélez y otro, liderado por alias Ciro

Trujillo, se repliega en la región del Pato (Andrade et al., 2019). En mayo de 1966 la avanzada

guerrillera reorganiza sus ideales y se refunda en un nuevo movimiento guerrillero: las Fuerzas

Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con una tendencia ideológica Marxista-

Lenista (Rojas et al., 2017; Ugarriza y Pabón, 2017).

Este lapso se constituyó en un escenario social ideal para la aparición y conformación

de otras expresiones ideológicas y militares guerrillas. A la par de las FARC-EP y cerca de

1962 surge el Ejército de Liberación Nacional (ELN) con una ideología centrada en el

Foquismo Guevarista, inspirado en la revolución cubana que propuso una lucha armada del

campo a la ciudad. Posteriormente, en 1967, aparece el Ejército Popular de Liberación (EPL)

de influencia Maoista inspirado en la revolución China y heredero de las guerrillas Gaitanistas

del valle de San Jorge y Magdalena Medio. Luego de las cuestionables elecciones

presidenciales de 1970 surge el grupo guerrillero M-19 con una ideología nacionalista

(Ugarriza y Pabón, 2017; Villamizar, 2020). Otros grupos o expresiones guerrilleras que

aparecieron en el mismo lapso fueron el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP); el Partido

Revolucionario de los Trabajadores (PRT); el Movimiento de Unidad Revolucionaria Marxista

Lenista (MURML); y el movimiento de izquierda revolucionaria (MIR) (García et al., 2018;

Quiroga y Ospina-Posse, 2014).

De las cifras oficiales contenidas en los informes del El Observatorio de Memoria y

Conflicto de Colombia, documentados entre 1958 y 2018, de las 262.197 víctimas fatales o

muertes ocurridas en este período, 35.683 son atribuidas a los movimientos guerrilleros (Centro
42

Nacional de Memoria Histórica, 2021). A modo de síntesis, la siguiente tabla contiene un

resumen de los períodos sobre los cuales se ha desarrollado el conflicto armado en Colombia:

Tabla 4. Síntesis de la guerra en Colombia

Lapso Época Decesos Causas Actores


Siglo Las guerras 160 mil La posesión y distribución de la tierra, Estados soberanos, poder
XIX civiles. 11 de muertos. el centralismo político, dificultades central, partidos políticos
ellas ocurridas fiscales, crisis en los partidos Liberales, y Conservadores,
entre 1810 y tradicionales, control del aparato artesanos y productores de
1902. educativo en manos de la iglesia, quina, terratenientes
resistencia a la liberación de los
esclavos.
1903 - Primeras 5 mil Odios generados a partir de la Guerra Movimientos sociales,
1929 expresiones personas de lo Mil Días, la entrega de Panamá, estudiantiles y artesanal, la
revolucionarias murieron defensa de la tierra y la ancestralidad central obrera, indígenas
comunistas indígena, crisis económica por la (Quintín Lame). Compañías
Primera Guerra Mundial (1914), extranjeras bananeras.
surgimiento de la ideología socialista y Antiguos guerrilleros de la
comunista (1920-1924), masacre de las Guerra de los Mil Días.
bananeras (1929), insurrección del
Partido Socialista Revolucionario PSR
(1929).
1930- Inicio de la Masacre de conservadores a manos de Liberales y Conservadores,
1948 violencia liberales, ocurrida en Capitanejo Partido Comunista
bipartidista. Santander (1930). Reformas electorales Colombiano, Centrales
y tributarias del gobierno del gobierno Obreras, grupos parapoliciales
. de López Pumarejo (1936). Oposición conservadores (Pájaros y
férrea de Laureano Gómez a los Chulavitas) y su contraparte
cambios políticos y en defensa del liberal como los chusmeros,
conservadurismo. Asesinato del líder cachiporros y otros, las
político y social Jorge Eliécer Gaitán guerrillas de Rangel Gómez,
(1948) lo que produjo el acto social las fuerzas liberales del Llano
conocido como el Bogotazo, la y el movimiento de
aparición de los Chulavitas y Pájaros. autodefensas campesinas (estas
tres últimas tras la muerte de
Gaitán).
1949- Violencia 14 mil Exclusión de espacios políticos al Liberales y Conservadores,
1958 bipartidista muertes partido liberal por parte de los Partido Comunista
Liberal conservadores. Persecución policial a Colombiano, aparatos
Conservadora las manifestaciones políticas y policiales y parapoliciales del
dirigentes liberales. Declaración de estado. Movimiento
resistencia civil por parte de liberales y guerrillero. Gobierno militar
respuesta armada ante los agravios. Se (1953). Sindicato de
intensifican las mascares y se organizan agricultores.
las guerrillas en el sur del departamento
de Tolima, Barrancabermeja, Antioquia,
Urabá, Caldas y Huila. Respuesta
militar desproporcionada.
1959 - Violencia 262 mil Tenencia de la tierra, disparidades Fuerzas armadas
2016 revolucionaria muertos sociales, control territorial, toma del profesionalizadas luego de la
poder a través de las armas, imposición experiencia de la guerra de
de una política económica y social Corea. Partido Comunista
regida desde el exterior. Más Colombiano, Guerrillas
recientemente expansión del comunistas, Narcotráfico,
narcotráfico, política agraria y otros. Agencias estatales extranjeras,
Paramilitares.
Nota: compendio de construcción propia a partir de los aportes de Guzmán, Borda y Umaña (2005); Ugarriza y
Pabón (2017); y Villamizar (2020).
43

3.2. Actores del Conflicto Armado en Colombia

3.2.1. La Insurgencia Colombiana

Revolución es un concepto ligado estrechamente a la concepción de insurgencia,

entendido como la utilización de diferentes medios disruptivos para conquistar o subvertir el

poder político. Otros conceptos relacionados son los golpes de estado y la insurrección. Este

último es definido por González Callejas (2017) como la lucha armada prolongada destinada

al derrocamiento del orden establecido, con el objetivo primario del control o dominio de la

población civil (como fuente de inteligencia) a través de estrategias preconcebidas de

orientación, ideológica, política y militar (Galula, 1964). Otra definición de insurgencia la

considera como la lucha de un grupo armado que actúa ideológicamente a favor de un segmento

de la sociedad desposeído y oprimido por otro grupo de carácter gubernamental. Otros la

definen como armada contra extranjeros hostiles, ejércitos de ocupación, o regímenes militares

o políticos internos (Polk, 2007; Galula, 1964).

De conformidad con lo anterior, dos son las perspectivas sobre las cuales se basa el

actuar de la insurgencia. La primera hace referencia a sus objetivos, que pueden ser: políticos,

anarquistas, igualitarios, tradicionalistas, pluralistas, cesionarios, reformistas y

preservacioncitas. La otra perspectiva se refiere a las tácticas utilizadas: el terrorismo y la

guerrilla (González Calleja, 2017).

3.2.1.1. Precisiones Sobre el Origen de las FARC-EP. Inicialmente autodenominados

Fuerza Armada Revolucionaria de Colombia (FARC), se constituye en guerrilla luego de las

iniciativas insurgentes planteadas por campesinos (influenciados ideológicamente por el

Partido Comunista10), quienes en los afanes libertarios y de protesta social, libraron

escaramuzas, confrontaciones y atentados militares en contra de la fuerza pública. Pasado su

10
Finalizada la década de los 40, este partido (ideológicamente revolucionario) abraza la tesis Marxista-Lenista y
decide usar la violencia armada como estrategia para llegar al poder (V congreso del partido comunista).
44

V congreso, el Comité Central del Partido Comunista (1947) decide crear las autodefensas

populares11 con un radio de acción en: Tequendama y Viotá para luego expandirse a los Llanos

de Ariarí, Llanos Orientales, El Pato, Chaparral, Magdalena Medio, Puerto Wilches y otras

regiones de Colombia12 (Ugarriza y Pabón, 2017). En los años siguientes (1949 -1953) las

confrontaciones con el ejército provocaron fracturas internas rencillas y recomposiciones que

desembocaron en la conformación de los primeros movimientos guerrilleros bajo la

coordinación estratégica, ideológica, política y militar del Partido Comunista – PC y se

acantonan en Bilbao, Horizonte, La Ocasión, Río Verde bajo la dirección de las guerrillas

liberales. Otros se ubicaron en Chicacá, La Marina, y Chaparra coordinados directamente por

el PC, conformando así el estado Mayor Unificado del Sur13 como instancia para orientar la

lucha guerrillera en las zonas ocupadas (Ugarriza y Pabón, 2017; Trejos, Arana y Barreira,

2013).

Ahora bien, un grupo al mando de alias Manuel Marulanda Vélez y otro liderado por

alias Ciro Trujillo se repliega en la región del Pato (1963). Fue Marquetalia un icono histórico

en la historia guerrillera, quienes mostraron la fuerza y eficacia de sus estrategias de guerra (45

guerrilleros enfrentaron 16.000 comandos del ejército) (Ugarriza y Pabón, 2017). La intensidad

de las acciones militares en cabeza de la Operación Soberanía Gama repliega a los grupos

guerrilleros comandados por Marulanda y Ciro Trujillo, de zonas estratégicas como El Pato,

Guayabero, Riochiquito y Marquetalia hacia los departamentos de Huila, Caquetá y Meta. Al

cabo de meses de cierta inactividad utilizada para reorganizarse política y militarmente,

Marulanda en compañía de Luis Alberto Morantes, alias Jacobo Arenas, agregado político del

PC, lanzan una ofensiva para retomar las zonas abandonadas, logrando el despliegue militar en

tres zonas estratégicas: a) Villa Rica, Marquetalia y Riochiquito (comandados por Carmelo

11
En defensa de los intereses y la vida de los campesinos.
12
Serían estos los preludios de la que eventualmente serían las FARC.
13
Conformada por las guerrillas liberales y comunistas
45

López), b) región de la cordillera central (a cargo de Rigoberto Lozada), c) departamento de

Quindío (liderado por Ciro Trujillo). Fue sólo hasta mayo de 1966 cuando la avanzada

guerrillera reorganiza sus ideales, se refundan en un nuevo movimiento guerrillero y nacen las

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC. No fue hasta 1978 cuando este

movimiento guerrillero celebra su VI conferencia y deciden (en pro de sus objetivos

ideológicos y políticos) pasar de guerrilla a Ejército Revolucionario, adoptando el nombre de

Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia Ejército del Pueblo, en adelante FARC-EP

(Ugarriza y Pabón, 2017; Rojas, y otros, 2017).

Figura 1. Zonas y territorio de las autodefensas campesinas.

Nota: tomado de (Rojas, y otros, 2017).

3.2.1.2. Incursión de la Guerrilla al Caribe y en especial a los Montes de María.

Hechos registrados en los anaqueles de la historia reciente de Colombia, corroboran la llegada


46

tardía del conflicto armado a la región del Caribe. Una región que experimentó una relativa

calma y un ambiente geográficamente generalizado de pacificación regional14, luego de la

violencia bipartidista. A continuación, se condensa la cronología de la incursión insurgente en

la costa Caribe y en especial en los Montes de María, a partir del trabajo investigativo de

Quiroga y Ospina-Posse (2014) quienes hacen un recuento de la penetración, consolidación y

caída de las estructuras guerrilleras15 en esta región.

El recorrido inicia en los años 70, en el Nudo del Paramillo y la Tierrita, sur del

departamento de Córdoba, zona de penetración y expansión del EPL. Llegados los años 80 esta

guerrilla había expandido su territorio de acción hacia los departamentos de Sucre y Bolívar,

con asentamiento en los Montes de María.

Extendiendo su territorio más allá de las montañas santandereanas hasta llegar al bajo

Magdalena, para luego expandirse hasta territorios del sur del departamento de Bolívar y sur

del César, para el año 1972, el ELN hace presencia en la región Caribe. Al finalizar la década

de los 70 este grupo armado se encontraba en el Magdalena medio, sur de Bolívar y sur del

César, a través del frente Camilo Torres Restrepo. Llegado el año 1983, ingresa al centro del

César. Entre 1985 y 1989, a través de los frentes José Solano Sepúlveda (sur de Bolívar) y la

creación de los frentes José Manuel Martínez Quiroz (Pie de monte Serranía del Perijá), Jaime

Bateman Callón (Montes de María) y frente 6 de diciembre (Sierra Nevada de Santa Marta),

logran ampliar su influencia en gran parte del Caribe colombiano (Quiroga y Ospina-Posse,

2014; García, 2018; Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH,

2003).

14
Luego de la convulsionada época de la violencia bipartidista y el lapso glorioso, epopéyico y finalmente trágico
del movimiento campesino (ANUC), la costa caribe experimenta a partir de la década de los 70 la presencia de la
insurgencia en su territorio.
15
Algunos grupos fueron eficaces en la organización social y político de los campesinos, decantando su presencia
en un acompañamiento comunitario orientado a las actividades clandestinas de sus ideologías políticas, otros por
el contrario centraron sus actividades en la depredación social (secuestro, extorción, abigeato y asedios contra la
población civil).
47

Al celebrar su sétima conferencia, las FARC crean el Bloque Caribe a partir de una

“fractura estratégica” o desdoblamiento de los frentes 4 y 5 (año 1982). El primer de ellos toma

territorio de acción en el Magdalena medio. El Frente Caribe eventualmente se divide (año

1992) y se crea el frente 24 con operaciones en el sur de Bolívar, específicamente en los

municipios de San Pablo y Santa Rosa del Sur. En la estrategia expansiva de esta guerrilla,

liderada en el nuevo territorio por el frente 4 y 24, uno de ellos logra llegar a la Serranía del

Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta y otro avanza a través del departamento del Magdalena

hasta conquistar los municipios del Banco y El Difícil. Debido a la extensión del territorio, se

crean el frente 19, con operaciones en la Sierra Nevada de Santa Marta (Quiroga y Ospina-

Posse, 2014; García, 2018; Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y

DIH, 2003).

Al igual que las FARC, otros grupos guerrilleros accionaron su aparato militar en la

zona. A inicios de los 70 grupos como el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), el Partido

Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el Ejército Popular de Liberación (EPL), el

Movimiento de Unidad Revolucionaria Marxista Leninista (MURML) y el Movimiento de

Izquierda Revolucionaria (MIR16) , hicieron presencia histórica y revolucionaria en zonas

fértiles de propiedad preponderante hacendada, pero con un fuerte componente organizativo

campesino, influenciado ideológicamente y con capacidad de recuperar o arrebatar tierras para

sus comunidades. Esto grupo avanzó hacia Córdoba, sur de Bolívar, Magdalena Medio y

Montes de María. Desde este último se hicieron incursiones o extensiones de dominio territorial

al Cesar y Guajira (Quiroga y Ospina-Posse, 2014; García, 2018, Observatorio del Programa

Presidencial de Derechos Humanos y DIH, 2003).

16
De acuerdo González (2014), esta agrupación se funciona en 1983 con MURML para conformar el MIR-Patria
Libre, quien en el año de 1989 termina fusionada con el ELN en la Unión Camilista ELN (UC-ELN).
48

La mira del conflicto y la presencia de la insurgencia hacia los Montes de María se

focaliza inicialmente en el municipio de El Carmen de Bolívar17, perfilado como polo de

desarrollo de esta subregión de la costa Caribe colombiana. Fue el corregimiento de El Salado

la zona estratégica empleada por las FARC-EP para la movilización guerrillera hacia los

Montes de María, el pie de monte y la zona del litoral. Las FARC-EP hicieron de esta subregión

un centro de operaciones militares desde la cual expandieron su dominio territorial y mostraron

su repertorio social depredador. Arreciaron los secuestros, extorciones, abigeato, ocupación de

haciendas y homicidios selectivos. Algunos remontan la presencia activa de este grupo

guerrillero en la subregión de los Montes de María en 1985, con persecuciones al EPL y a

dirigentes campesinos a quienes acusaban de negociar sus principios con el gobierno (Verdad

Abierta, 2010). Las más recordadas acciones se remontan a 1995 y ocurrieron el municipio de

Ovejas, departamento de Sucre, donde una emboscada de 50 guerrilleros ataca a una patrulla

de la infantería y mueren un guerrillero y un infante de marina; así como la toma del

corregimiento El Salado por las FARC-EP, donde asesinan a 30 militares (Andrade, y otros,

2019). Uno de los frentes más aguerridos y hostiles para la población civil fue el 37 (Benkos

Biohó) quien operó en la zona de influencia con tres estructuras armadas: compañía móvil

Pedro Góngora Chamorro, compañía Che Guevara y la compañía Palenque, este último con

operaciones directas en el Carmen de Bolívar y el corregimiento de El Salado (Observatorio

del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, 2003).

A través de los corredores estratégicos que brindaban los Montes de María, las FARC-

EP hicieron incursiones en su litoral. La presente investigación centra su atención en el

municipio de San Onofre, departamento de Sucre y corregimientos aledaños. En esta zona hizo

17
El municipio de El Carmen de Bolívar es considerado como (…) “epicentro económico, político y cultural de
la región, el principal centro de acopio de la producción de tabaco y el nodo de los principales ejes viales del
territorio por los cuales circulan las importaciones y exportaciones de los puertos sobre el mar Caribe (Troncal de
Occidente, Troncal del Caribe y Troncal de Oriente)”. (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015).
49

presencia el frente 35 conocido como Antonio José de Sucre, con aproximadamente 200

guerrilleros. Este frente se desdobla en 1999 en tres estructuras: la compañía Carmenza Beltrán

con 50 guerrilleros, con operaciones en los municipios de Morroa, Colosó, Ovejas, Tolúviejo,

San Onofre, Corozal, Chalán y Los Palmitos; la compañía Robinson Jiménez con 60

guerrilleros y operaciones armadas en los municipios de Betulia, Sincé, Buenavista y Galeras;

y compañía Policarpa Salavarrieta con 80 guerrilleros quien en conjunto con el frente 37,

realizaron operaciones en el departamento de Bolívar (Observatorio del Programa Presidencial

de Derechos Humanos y DIH, 2003; Ugarriza y Pabón, 2017; González, 2014; Quiroga y

Ospina-Posse, 2014; Trejos, 2017).

El municipio de San Onofre también registró enfrentamientos entre este grupo

guerrillero y las AUC en la zona conocida como Caña Fría, lo que a la postre produjo el

desplazamiento de 300 personas con bajas indeterminadas. Las FARC-EP también utilizaron

el despojo de tierras como medio de control estratégico y territorial, en el corregimiento de

Pajonalito18,19; igual ocurrió en las veredas de Algarrobal.

Es de anotar, que la revisión de la literatura no registra las acciones y hechos

victimizantes ocasionados por este grupo guerrillero más allá de los mencionados, por lo que

el proyecto de investigación profundizará en este sentido aplicando la metodología de la

construcción de la memoria histórica de los hechos, en ocasión a las afectaciones sufridas por

las comunidades negras en el municipio de San Onofre de Torobé, que se verán reflejadas en

el momento de resultados y hallazgos del estudio.

3.2.2. La Contrainsurgencia: segundo actor

18
Vereda del municipio de San Onofre de Torobé.
19
Así está registrado en los archivos de la oficina de Restitución de Tierras: (…) “El Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Santiago de Cali reconoció y protegió el derecho a la restitución de un campesino y su núcleo familiar,
quienes fueron víctimas del accionar del bloque Caribe de las FARC-EP, por medio del frente Antonio José de
Sucre” (publicado en el sitio web institucional de la Oficina de Restitución de Tierras el 01 de febrero de 2017).
50

La contrainsurgencia aflora al escenario de los conflictos armados como un “par

dialéctico de la insurgencia” en respuesta directa a la violencia revolucionaria ocurrida en

medio de los conflictos armados. Su inspiración data de las experiencias coloniales ingleses

indochinas y argelinos cuya intencionalidad era el control total de lo público y de la

institucionalidad para garantizar el predominio del establecimiento bajo los preceptos

democráticos impuestos desde el gobierno, contando para ello con el apoyo radical del aparato

coercitivo y militar del Estado. Con ello se garantiza el no acceso al poder de las guerrillas;

por ende, las acciones adelantadas para impedirlo se asociaron a la lucha contraguerrillera o

contrainsurgente. Las posibilidades del Estado para afrontar tales estrategias se dividen en la

disyuntiva militar o política, siendo la primera del orden extremista. violento dirigido a la

alquilación del enemigo de la democracia; una decisión que se conjuga con la otra línea, la

política, y determinada a cortar los lazos sociales de la insurgencia con la comunidad

(González-Callejas, 2017).

Para el presente estudio, asociamos el fenómeno del paramilitarismo con la

contrainsurgencia como segundo actor armado del conflicto interno en Colombia, y percibido

en algunos contextos políticos y sociales como grupos paraestatales es un caso particular de

contrainsurgencia en su concepción más pura e inspirada en la llamada Doctrina de Seguridad

Nacional; esta con una fuerte influencia ideológica francesa, hace su aparición en América

Latina en 1961 en la Escuela Superior de Guerra de Buenos Aires, Argentina. Allí participaron

estudiantes de varios países, incluyendo estudiantes del Gobierno norteamericano, quienes

posteriormente impartieron las enseñanzas francesas en toda Latinoamérica a través de la

Escuela de las Américas, siendo el paramilitarismo un tema de estudio estructurado a partir de

la experiencia francesa en la guerra de Argelia (Velásquez, 2007).

La aparición del paramilitarismo en escenarios de guerras internas en distintas naciones

ha fortalecido la capacidad de acción y coerción armada del Estado, sobre todo en zonas
51

geográficas donde su presencia se percibe débil y donde la insurgencia arrecia en su control

territorial y estratégico. Casos como Guatemala, El Salvador, Honduras, Chile, Argentina,

México, Colombia, Ecuador, Perú, Irlanda del Norte, Filipinas y otros así, lo corroboran

(Franco, 2002; García, 2020; Velásquez, 2007).

En Velásquez (2017), se encuentra un rastreo sobre la presencia de grupos

contrainsurgentes que aparecen en América Latina y el Caribe luego de la Escuela de las

Américas, considerada una iniciativa del gobierno de Estados Unidos para formar a gobiernos

amigos latinoamericanos en tácticas de guerra y lucha contrainsurgente, pero considerada por

contradictores como el presidente de panamá Jorge Illueca como un centro de desestabilización

política del continente. Allí se formaron en tácticas de tortura, asesinatos, secuestros y otro tipo

de violaciones al derecho internacional humanitario, miles de soldados de toda Latinoamérica.

Prácticas que fueron replicadas desde manuales de guerra en sus respectivos países. En la tabla

7 se presenta tal información:

Tabla 5. Grupos contrainsurgentes en América Latina y el Caribe

Año País Grupo contrainsurgente Objetivo de su accionar


República Los Cocuyos de la Cordillera, Legión Apoyo armado a Rafael Leonidas
1930
Dominicana Extranjera y Jinetes Trujillo para que tomara en poder
Nicaragua La Banda y los Camisas Azules, Fuerza Promover el ascenso de Anastasio
1936 Democrática Nicaragüense y la Alianza Somoza García a la presidencia
Revolucionaria Democrática (contra)
Guatemala Las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) Reforzar el mandato de Efraín Ríos
1981 Montt quien llega al poder a partir
de un golpe de estado en 1982
Primera Honduras El Batallón 3-16 Secuestro, tortura y desaparición de
mitad de opositores políticos
los 80
El Salvador Fuerzas Armadas de Liberación Durante la guerra salvadoreña se
Entre
Anticomunista-Guerra de Eliminación encargaron de la desaparición de
1979 y
políticos y civiles opositores del
1991
régimen imperante.
México Los Cuerpos de Defensas Rurales de la Protección de caravanas
Entre
Secretaría de la Defensa Nacional comerciales de los bandoleros,
1861 y
(SEDENA) defender los caminos rurales de
1914
México.
Entre Perú El Comando Rodrigo Franco y Colina Perseguir y desaparecer a cualquier
1985- sospechoso de terrorismo
1990
Argentina La Alianza Anticomunista Argentina Asesinar a los miembros o
Entre
(Triple A) sospechosos de pertenecer a la
1973 y
insurgencia, comunistas o
1975
movimientos de izquierda
52

Chile Patria y Libertad Fuerza nacionalista, de


Entre
ultraderecha e ideología fascista,
1970 y
aparece con el ascenso al poder de
1973
Allende.
Colombia Muerte a Secuestradores (MAS), el Organizados por la extrema
Escuadrón de la Muerte, Muerte a Abigeos derecha y narcotraficantes, se
(MAOS), Castigo a Firmantes o propusieron luchar contra las
Intermediarios Estafadores (CAFIES), el ventajas o prebendas que el
Entre Embrión, Alfa 83, Prolimpieza del Valle del entonces presidente Belisario
1982 y Magdalena, Tiznados, Movimiento Betancur les dio a las guerrillas
1986 Anticomunista Colombiano, los Grillos, el comunistas
Escuadrón Machete, Falange, Muerte a
Invasores, Colaboradores y Patrocinadores
(MAICOPA), Mano Negra, Los Criollos, La
Triple A.
Nota: Construcción propia a partir de los datos compartidos en Velásquez (2017) y la consulta de otras
fuentes bibliográficas.

Sobre la presencia y conformación del paramilitarismo existen dos tesis contrapuestas

a nivel conceptual e interpretativo. Una lo considera como una respuesta a la insurgencia y la

otra, a partir de la necesidad del Estado de ejercer y mantener el monopolio de la violencia, la

justicia y la fuerza20 (Franco, 2002). La primera considera que el paramilitarismo desapareció

con la derrota de la insurgencia. Aunque no fue así en el Caribe colombiano. Desde 2005 los

grupos insurgentes fueron derrotados y las estructuras paramilitares permanecieron en el

territorio del Caribe colombiano (especialmente en los Montes de María y su litoral) y ocuparon

estratégicamente los territorios antes dominados por la guerrilla (Trejos, 2016; Centro Nacional

de Memoria Histórica, 2013; Gutiérrez y Vargas, 2016; Andrade et al., 2019; González, 2014).

En cuanto a su aparición en la escena social de Colombia21, los grupos paramilitares

emergieron con un discurso que caló en algunos sectores sociales rurales, hacendados,

terratenientes y ganaderos, que padecieron los desmanes de la insurgencia ante la incapacidad

del Estado colombiano de brindar protección, orden y seguridad pública. Fue así como

mediante el Decreto Legislativo 3398 de 1965, el entonces presidente de Colombia, Guillermo

20
Muy en la línea de la cuestión de Koessl: ¿El paramilitarismo es un foco de violencia en Colombia o una
manifestación de esta? (Koessl, 2014).
21
En el marco de las nuevas relaciones de cooperación entre los Gobiernos de Colombia (Guillermo León
Valencia) y Norteamérica (Lydon B. Johnson), se recibe en el país en 1962 al general William Yarborough
(comandante del Special Warfare Center de Fort Bragg en Carolina del Norte), quien tenía la misión de entrenar
a los grupos paramilitares o contrainsurgentes en la lucha creciente contra el comunismo (Velásquez, 2007).
53

León Valencia, autorizó la conformación de grupos armados de civiles (autodefensas) que

reemplazarían a las fuerzas del Estado en la función de defensa y seguridad nacionales contra

el enemigo interno de tendencia comunista, en una clara privatización de la violencia (Ugarriza

y Pabón, 2017; González, 2014; Andrade et al., 2019; Velásquez, 2007).

Lo anterior provoca algunas definiciones conceptuales que los tipifican como grupos

armados relacionados con las fuerzas militares o estatales, con tolerancia y en algunos casos

actuar conjunto, sin reconocimiento oficial (Koessl, 2014; Kalyvas y Arjona, 2011; Velásquez,

2007). En la misma línea se pronuncia Koessl(2014) para quien los paramilitares se

constituyen en grupos armados contrainsurgentes, con alianza estatal que le permite su

fortalecimiento en un evidente detrimento de la figura del Estado. Waldmann (2007) plantea el

surgimiento de los paramilitares fundamentado en la tesis de la expresión democrática y social,

que establece que ante la incapacidad del Estado para brindar la seguridad que sus ciudadanos

exigen constitucionalmente, los afectados tienen el derecho de llenar los vacíos ejerciendo la

ley en nombre propio. Es decir, agruparse socialmente para la defensa del orden y la seguridad

pública.

Ahora bien, el rastreo de las prácticas de violencia ejercida por grupos de civiles

armados bajo esa premisa se ha mantenido constante desde la guerra de los Mil Días (1989-

1901) en plena época de formación del Estado colombiano. Dicha práctica aparece nuevamente

en la guerra bipartidista (1948-1953) con los llamados Chulavitas y Pájaros, creados por el

estamento político dominante en Colombia, con el fin de combatir al margen del Estado a las

guerrillas liberales y cuyo accionar (masacres, homicidios selectivos, persecución a

pensamientos políticos diferentes, despojo de tierras, etc.), procedía de prácticas utilizadas ya

en la guerra de los Mil Días22.

22
Para investigadores como Zelik (2015), resulta controvertido ligar los primeros grupos de bandoleros, como los
Chulavitas o Pájaros, con grupos paramilitares. Afirma Zelik que, aunque sus acciones fueron orientadas en contra
de la población civil (sindicalistas, comunistas, campesinos), estas se acercaron más a los intereses de un partido
político en particular, a una política de Estado. Para este investigador, no fue sino hasta la aparición en el escenario
54

En los años 70 aparecen en el escenario nacional la Acción Americana Anticomunista

(Triple A) con acciones terroristas, secuestros, asesinatos de líderes de izquierda y sospechosos

de pertenecer a los grupos guerrilleros y con una estructura similar a su homólogo argentino

(Alianza Anticomunista Argentina), que apareció antes del golpe de Estado de 1976 en ese

país. Al pasar a la década de los 80, con el surgimiento y penetración del narcotráfico (época

de Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha y los hermanos Orejuela), aparecen nuevamente

en la sociedad colombiana grupos armados o ejércitos privados, como Muerte a Secuestradores

(MAS) o los PEPES (Perseguidos por Pablo Escobar), que desnudaron las relaciones

estratégicas entre este tipo de estructuras y las élites políticas, rurales, económicas y militares

de Cali y Medellín. De ese entramado organizado (a finales de los 80), salen a la luz pública

los primeros nombres de los que a la postre serían los máximos jefes de las estructuras

paramilitares en el país: Pablo Emilio Guarín, Ramón Izasa, Salvatore Mancuso, los hermanos

Fidel y Carlos Castaño Gil, alias Don Berna y otros. En esta línea, no es posible alejar de esta

cronología la conformación legal del primer grupo que operaría como el brazo político y

económico de una estructura paramilitar en el país: la Asociación de Campesinos y Ganaderos

del Magdalena Medio (ACDEGAM), quienes combatieron directamente a las FARC-EP, con

la articulación de empresarios, ganaderos y multinacionales petroleras que actuaron legamente

bajo el Decreto 3398 de 1965 (Comisión de la Verdad, 2023). Este cúmulo de conocimientos

de guerra, repertorios y prácticas de violencia, así como la relación con las élites locales,

tuvieron su clímax en el lapso comprendido entre 1997 y 2002 (Koessl, 2014; Waldmann,

2007; Garzón, 2005; Zelik, 2005).

social de la Triple A que se comprueba la fundación, coordinación y el accionar conjunto de grupos de extrema
derecha con las Fueras Militares, lo cual marcó el inicio del paramilitarismo en Colombia.
55

Fue precisamente en 199723, en el afán de Carlos Castaño por darle un tinte político a

los paramilitares y desvirtuar señalamientos nacionales e internaciones que los consideraban

bandoleros, grupos de asesinos y narcotraficantes, que se crea una confederación nacional bajo

el nombre de Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), con autonomía territorial, financiadas

por ganaderos, empresarios, políticos, parte de la población civil y especialmente

narcotraficantes. Las AUC agruparon solo 9 de cerca de una veintena de organizaciones

paramilitares operantes y dispersas en Colombia.

Las recién creadas AUC lograron agrupar estructuras paramilitares que llevaban años

operando en el Caribe, quienes, sumadas a las de Magdalena Medio y Llanos Orientales,

convertirían a Colombia en un país con altos índices de violencia extrema, especialmente en

aquellas regiones y subregiones donde operaron grupos guerrilleros.

Su expansión en el Caribe fue acompañada de un terror dirigido a las bases sociales de

la guerrilla, lo cual ocasionó entre 1996 y 1997 las siguientes masacres: 199 personas fueron

asesinadas y 17 más desaparecidas en acciones paramilitares desarrolladas en el corregimiento

de María Angola (Valledupar, departamento del César). Otras incursiones en los departamentos

de Bolívar, Sucre, Magdalena también se caracterizaron por masacres de campesinos y a los

llamados auxiliadores de la guerrilla (Quiroga y Ospina Posse, 2014; Romero, 2003; Zelik,

2005).

La siguiente tabla describe la expansión paramilitar en el Caribe colombiano, que operó

hasta 2006:

Tabla 6. Expansión paramilitar en Colombia

Ítem Estructura armada Región de operación Comandante


Autodefensas del Sur del Sur del Magdalena José Mario Barrera alias Chepe
1
Magdalena
Bloque Córdoba Sur del Córdoba Jairo Andrés Angarita alias Andrés
2 (segundo al mando después de Salvatore
Mancuso)
3 Bloque Mojana Mejana, Bolívar y Sucre Eder Pedraza Peña alias Ramón Mojana

23
Esto se produjo luego de que en 1989 la Corte Suprema de Justicia declarara ilegal a los paramilitares y años
más tarde el gobierno de César Gaviria Trujillo reglamentara los servicios especiales de seguridad privada, con lo
cual se dio paso a la creación de las Convivir mediante el Decreto-Ley 356 de 1994.
56

Bloque Héroes de Tolová Occidente de Córdoba Diego Fernando Murillo Bejarano alias
4
Don Berna
5 Bloque Montes de María Montes de María Edward Cobo Téllez alias Diego Vencino
Bloque Central Bolívar- Sur de Bolívar Guillermo Pérez Alzate alias Sevillano
6
Magdalena Medio alias Macaco (Jefe General), alias Julián
Bloque Central Bolívar-Santa Sur del Bolívar Bolívar (Jefe Militar), alis Ernesto Báez
7
Rosa del Sur (jefe político)
Bloque Resistencia Tairona Magdalena – Guajira Hernán Giraldo alias el Patrón, el Tigre o
8 el viejo Taladro. Alias Jorge 40 (Jefe
Militar)
Frente Julio Peinado Becerra Sur del César Héctor Julio Peinado Becerra alias
9
Juancho Prada
Bloque Norte Bolívar, Magdalena, Cesar Edgar Ignacio Fierro alias Don Antonio
10
y La Guajira
Nota: construcción propia a partir del análisis del trabajo de Quiroga y Ospina Posse (2004), las investigaciones
de Trejos (2017 y 2020) y otras.

Una de las incursiones paramilitares de mayor transcendencia ocurrió en los Montes de

María, en los corregimientos de Chengue, El Salado y Macayepo. La siguiente tabla resume

las incursiones mencionadas.

Tabla 7. Descripción de algunas de las masacres perpetradas por los paramilitares en los Montes de María

Fecha Región Estructura paramilitar N.° de victimas


Montes de María, en los Frentes Golfo del Morrosquillo y Canal del 60 víctimas (52
corregimientos del Salado, Loma Dique, a cargo de alias Cadena y Juancho hombres y 8 mujeres);
Entre el 16 de las Vacas y Balguero (Carmen Dique, respectivamente. Comandantes de entre ellos se cuentan
y 21 del de Bolívar); Canutal, Canutalito otros frentes también participaron: alias Gallo, tres menores de 18
2000 y Bajo Grande (Ovejas). el Tigre y el Negro Mosquera (los dos últimos años.
desertores de las FARC), Cinco Siete, Amaury
y Pantera.
14 de Corregimiento de Macayepo, Bloque Héroes Montes de María, 16 campesinos
octubre del departamento de Bolívar específicamente el frente Golfo de
2000 (Montes de María) Morrosquillo, a cargo de alias Cadena.
Chengue, departamento de Bloque Héroes Montes de María, 27 campesinos
17 de enero
Bolívar (Montes de María) específicamente el frente Golfo de
de 2001
Morrosquillo, a cargo de alias Cadena.
11 de Las Brisas, departamento de Bloque Héroes Montes de María, 12 campesinos
marzo de Bolívar (Montes de María) específicamente el frente Canal del Dique, a
2000 cargo de alias Juancho Dique.
Nota: construcción propia a partir de los datos compilados en los trabajos de CNMH (2009, 2013), investigaciones
de Verdad Abierta (2014), reportajes del Washington Post (2001), la investigación de Ramírez Giraldo et al.
(2017).

Su eficaz accionar a través del uso exagerado de la violencia responde a la

conformación de su estructura orgánica interna, que evoca la operación de la hacienda: un

dueño, el capataz y los peones. Aunque distantes del componente ideológico, también

incorporan la formación de cuadros, una compleja estructura jerárquica, lineamientos para

ascensos, línea de operaciones y expansión territorial estratégica en función de un objetivo

político, elementos que habían caracterizado a la insurgencia en Colombia.


57

3.2.2.1. Precisiones Sobre el Bloque Héroes Montes de María. Fueron los Tangueros

-grupo paramilitar al mando de Fidel Castaño, transformado en las Autodefensas Campesinas

de Córdoba y Urabá (ACCU)-, quienes iniciaron sus operaciones militares en el departamento

de Córdoba. Arremeten contra la insurgencia y sus bases sociales, tachando de amigos de la

guerrilla a campesinos, dirigentes, sindicalistas y políticos de izquierda. Ante la avanzada de

las FARC-EP24 estos grupos expanden sus operaciones militares y se instalan en los Montes de

María con el frente Rito Antonio Ochoa, comandado por Edward Cobo Téllez, alias Diego

Vencino, grupo que tiempo después pasaría a ser el Bloque Héroes Montes de María25 (con

operaciones militares en Sucre y Bolívar), perpetrador de toda clase de violaciones contra el

derecho internacional humanitario en contra de la población objetivo de este estudio (González,

2014; Quiroga y Ospina-Posse, 2014; Centro Nacional de Memoria Histórica, 2013, 2015,

2017).

3.3. Definición sobre los hechos asociados al conflicto armado interno en Colombia

La Ley 1448 de 2011 “Ley de víctimas y Restitución de Tierras”, mediante la cual el

Gobierno colombiano “Dicta medidas de atención y reparación integral a las víctimas del

conflicto armado interno”, fue promulgada en el primer mandato del presidente Juan Manuel

Santos (2010-2014). Fue producto de los acuerdos de la Habana, donde se negoció con la

guerrilla de las FARC-EP la dejación de las armas, la reincorporación a la vida civil, la

participación en política, la imposición de penas alternativas a los delitos cometidos en el marco

del conflicto armado a través de mecanismo de justicia transicional.

24
El frente 35 Benkos Biohó, operó en los departamentos de Sucre, Antioquia y Córdoba; el frente 37 Martín
Caballero, en los Montes de María; el frente 19 José Prudencio Padilla, en el departamento de Magdalena; el
frente 41 Cacique Upar, tuvo presencia en el departamento del Cesar; el frente 59 Resistencia Guajira, se
extendió entre el departamento de la Guajira y Venezuela.
25
El Bloque Héroes Montes de María se dividió en 3 frentes: Frente Canal del Dique (comandante alias Juancho
Dique), Frente Golfo de Morrosquillo (comandante alias Cadena), Frente Sabana de Sucre y Córdoba
(comandante alias Román).
58

Esta ley tipifica dentro del marco jurídico, a las personas individuales y colectivas que

serán reconocidas como víctimas y por ende sujeto de reparación, sólo en ocasión a los hechos

como consecuencia de la violación de los derechos humanos ocurridos a partir del 1° de enero

de 1985 en el marco del conflicto armado. La Ley 1448 de 2011, solo reconoce para efectos de

indemnización judicial, restitución e indemnización administrativa a los siguientes delitos, a

los que caracteriza como hechos victimizantes:

Tabla 8. Listado de los hechos victimizantes - Ley 1448 de 2011

Ítem Hecho victimizante


1 Abandono y despojo de tierras
2 Acto terrorista/Atentado/Combate/Hostigamiento
3 Amenaza
4 *Delitos contra la libertad e integridad sexual y reproductiva
5 Desaparición forzada
6 *Desplazamiento
7 Homicidio
8 Minas antipersonal/Munición sin explotar/Artefacto
9 Pérdida de Bienes Muebles o Inmuebles
10 Secuestro
11 Sin información
12 *Torturas, tratos crueles o degradantes
13 Reclutamiento ilegal de menores
Nota: * Contemplados como objeto de estudio en este proyecto de investigación.

Los delitos anteriores tienen establecidos, a través de un procedimiento de entrega e

indemnización administrativa, los montos que son expresados en salarios mínimos vigentes y

legales, a quienes fueron objeto de estos delitos (Unidad para la Atención y la Reparación

Integral a las Víctimas, 2015).

La siguiente tabla permite dimensionar las afectaciones que las personas negras en

Colombia han enfrentado en el marco del conflicto armado, construida a partir de los datos

generales de las víctimas registradas a nivel nacional, correspondientes a territorios de tres de

las poblaciones más emblemáticas:

Tabla 9. Víctimas del conflicto armado registradas a nivel nacional y los correspondientes a las poblaciones afro

Tipo de Víctima Nacional San Onofre Bojayá San Andrés de


de Torobé Tumaco
Víctimas ocurrencia (Personas 9.379.858 58.790 38.245 189.085
reconocidas como víctimas e incluidas
59

en el Registro Único de Víctimas -


RUV)
Victimas sujeto de atención (Víctimas 6.896.738 20.112 9.406 105.254
que cumplen los requisitos para acceder
a las medidas de atención y reparación
establecidas en la Ley)
Víctimas directas e indirectas de 1.186.949 1.986 541 10.813
desaparición forzada, homicidio y
secuestro
Nota: Datos obtenidos del Registro Único de Víctimas (RUV) con fecha de corte 31 de diciembre de 2022. Disponible en:
https://cifras.unidadvictimas.gov.co/Cifras/#!/hechos

En cuanto a la estadística discriminada por hecho victimizante, la Subdirección Red

Nacional de Información (SRNI) arroja los siguientes datos:

Tabla 10. Estadística discriminada por hecho victimizante

Hecho Victimizante Registro San Onofre Bojayá San Andrés


Nacional de Tumaco
Acto terrorista / Atentados / Combates / 97.913 42 649 2.774
Enfrentamientos / Hostigamientos
Amenaza 627.301 1.907 1.489 17.772
Delitos contra la libertad y la integridad 37.896 259 82 962
sexual en desarrollo del conflicto armado
Desaparición forzada 204.198 453 64 1.739
Desplazamiento forzado 9.483.468 59.522 43.311 202.926
Homicidio 1.180.892 1.507 468 12.165
Minas Antipersonal, Munición sin 12.467 2 11 368
Explotar y Artefacto Explosivo
improvisado
Secuestro 39.089 89 16 242
Tortura 10.595 29 14 74
Vinculación de Niños Niñas y 9.959 5 12 189
Adolescentes a Actividades Relacionadas
con grupos armados
Abandono o Despojo Forzado de Tierras 39.638 170 1.067 -
Perdida de Bienes Muebles o Inmuebles 134.405 148 32 2.297
Lesiones Personales Físicas 15.257 17 34 502
Lesiones Personales Psicológicas 15.216 20 15.294 100
Sin información 149.870 191 1.417 2.047
12.058.164 64.361 63.960 244.157
Nota: Datos obtenidos del Registro Único de Víctimas (RUV) con fecha de corte 31 de diciembre de 2022.
Disponible en: https://cifras.unidadvictimas.gov.co/Cifras/#!/hechos

A continuación, se describen desde lo jurídico y conceptual tres de los trece HV

considerados en la ley 1448 de 2011. Estos, han estado presente en la traza histórica y violenta

del afrodescendiente en Colombia. Los hechos se remontan a la historicidad de la trata negrega,

dinámica comercial liderada por occidente y consistente en capturar, esclavizar y vender sin

ningún remordimiento y en la peores condicione a seres humanos. Los mismos HV siguiente


60

presente en la época contemporánea con la llegada del conflicto armado interno a territorio

afrodescendiente. Las cifras arriba mencionadas y relacionada con el desplazamiento forzado,

la tortura y la violencia sexual, dan cuenta de la violencia acometida contra el ethos negro en

Colombia.

3.3.1. Desplazamiento Forzado en el Conflicto Armado

Este fenómeno es estudiado de cerca por organismos nacionales e internacionales.

Algunos de ellos precisan que en Colombia existen millones seres humanos afectados por la

guerra en condición de desplazamiento, siendo este el hecho victimizante más repetitivo en el

conflicto colombiano. Desde la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los

Refugiados (ACNUR) se registran cifras alarmantes que ubican al país como uno de los

primeros a nivel mundial por la presencia de este tipo de vulneración de derechos, con 6.1

millones de personas desplazadas internas (ACNUR, 2021).

Desde una perspectiva jurídica, en el artículo 1 del título I de la ley 387 de 1997, se

contempla que una persona es desplazada en Colombia, cuando:

Se ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional abandonando su localidad de

residencia o actividades económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su

seguridad o libertad personales han sido vulneradas o se encuentran directamente

amenazadas con ocasión de cualquiera de las siguientes situaciones: Conflicto armado

interno; disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas

de los Derechos Humanos, infracciones al derecho internacional humanitario u otras

circunstancias emanadas de las situaciones anteriores que puedan alterar drásticamente

el orden público.

Uno de los criterios de diferenciación del desplazamiento forzado en Colombia es el

aspecto étnico. Así los sostienen Jiménez-Ocampo et al., (2008), quienes señalan que los
61

grupos irregulares hicieron blanco de sus acciones a los indígenas y afrodescendientes para

despojarlos de sus tierras.

Estudios como el adelantado por la Corporación para el Desarrollo Social y Empresarial

de los Pueblos Afrodescendientes, citado en Jiménez-Ocampo (2008), esbozan la magnitud del

desplazamiento forzado para este grupo poblacional, señalando entre los factores causantes de

este hecho victimizante, necesidades de implementación de megaproyectos, control minero,

operaciones militares y la aspersión área (Osorio-Pérez, 2008).

Otros datos como los de la ACNUR (2017) hacen conocer la realidad de las poblaciones

Afrodescendientes y los padecimientos a causa del desplazamiento forzado, reportes de esta

entidad dan cuenta que la población afrodescendiente en Colombia representa el 12,6% del

censo contenido en los organismos de control. En el mismo informe se reseña: “Las

comunidades afroamericanas y las personas indígenas se han visto particularmente afectadas

por la violencia, que amenaza su supervivencia. Ambos grupos étnicos suponen el 12% y el

3% respectivamente de los 7,4 millones de desplazados internos en Colombia”; y se identifican

las localidades más golpeadas por la violencia: “Bajo Calima y la zona rural de Buenaventura

en el departamento del Valle del Cauca; el litoral San Juan, Lloró, Alto Baudó y Domingodó

en el Chocó; Timbiquí en el Cauca y Santa Bárbara de Iscuandé y la comunidad de El Pital

(área rural de Tumaco) en Nariño

Para Osorio-Pérez (2008), la situación expuesta es entendida desde la intencionalidad

de un conflicto como el colombiano, que se apresura por arrebatar la tierra de los pueblos

étnicos, para transformar sus territorios en emporios ganaderos, agrícolas y mineros,

enfrentándolos a la exclusión social y al ingreso a un mercado laboral precario que atenta contra

las más elementales condiciones de vida dignas. Esta visión es compartida por el Centro

Nacional de Memoria Histórica (2013) cuando en el inciso 1.4.6, sostiene que:


62

En Colombia, el desplazamiento forzado —delito de lesa humanidad—

es un fenómeno masivo, sistemático, de larga duración y vinculado en gran medida al

control de territorios estratégicos. Esta última característica evidencia que, más allá de

la confrontación entre actores armados, existen intereses económicos y políticos que

presionan el desalojo de la población civil de sus tierras y territorio. (p.71).

Ahora bien, sin importar la latitud geográfica o la comunidad afectada, los grupos

armados irregulares en especial los paramilitares replican el libreto del terror en las poblaciones

desarmadas y desprotegidas por las autoridades civiles y militares. Lo anterior demuestra la

existencia de un mandato criminal y conductual inherente a las estructuras militares, sujeto de

ser replicado en las distintas zonas de país y utilizado como medio efectivo para conseguir los

objetivos locales. Se percibe aquí al desplazamiento como un proceso multidimensional26 que,

ocasionando la ruptura de los proyectos de vida, las identidades culturales, el tejido social y la

incrustación colectiva del horror y el desarraigo (Arboleda, 2004; Chambers y Espinal, 2012).

3.3.2. Torturas

Una definición aceptada desde la perspectiva jurídica ubica a la tortura como:

Todo acto por el cual un funcionario público u otras personas a instigación suya,

infligen intencionalmente a una persona penas o sufrimientos graves, ya sean físicos o

mentales, con el fin de obtener de ella o de una tercera información o una confesión, de

castigarle por un acto que haya cometido o se sospeche que ha cometido, o de intimidar

a una persona u otra (Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las

Naciones Unidas - ACNUDH, 1975).

Definido así en Chambers y Espinal por involucrar en su conjunto al desplazamiento geográfico, pérdidas
26

materiales y dificultades para la supervivencia material.


63

Por otra parte, y bajo la misma óptica, la Asociación para la Prevención de la Tortura y

el Foro Asia-Pacífico (bajo el auspicio de la ACNUDH) rechazan en forma tácita la práctica

de la tortura, en forma contundente emiten el siguiente comunicado:

La prohibición de la tortura es absoluta y jamás es justificable bajo ninguna

circunstancia. Esta prohibición es inderogable, lo que implica que no está permitido que

ningún Estado ponga coto temporal a la prohibición de la tortura bajo ninguna

circunstancia, ya esté el Estado en guerra, exista inestabilidad política interna u ocurra

cualquier otra emergencia pública (ACNUDH, APT y Foro Asia-Pacífico, 2010, p. 1)

Es menester mencionar las tres situaciones en que un acto –a la luz de los tratados,

convenios o marcos jurídicos anteriores- es considerado como un acto de tortura:

 Infligir intencionalmente dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o

mentales

 Por un funcionario público, implicado de forma directa o indirecta

 Con una intención deliberada

Ahora bien, una perspectiva psicosocial, la tortura es entendida como (…) “una relación

establecida en un contexto histórico, social y político determinado, en la que se desarrollan

acciones agravadas y deliberadas de degradación del hombre” (Martín-Baró, 1990, p. 26). Se

adiciona, que la tortura en todo caso busca la humillación, el aislamiento, la presión psicológica

y el dolor físico como instrumento para extraer información de la víctima o de intimidar a

familiares y allegados (Martín-Baró, 1990).

Al igual que la violencia, Martín-Baró, estipula que existen elementos constitutivos de

la tortura a saber:

a). La estructura formal del acto de violencia en la tortura, determinada por la relación

víctima–victimario, donde el segundo impone bajo un régimen de impunidad, un estado de

humillación, importancia y sufrimiento al primero. Para Martín-Baró (1990, p 27) “el objeto
64

de la tortura no es: sólo obligar a hablar y traicionar. Es necesario que la víctima se reconozca

a sí misma, por sus gritos y su sumisión como una bestia humana a los ojos de todos y a los

suyos propios.”

b). La ecuación personal, implica la relación entre la acción de cometer violento de la

tortura y el sello característico de quien lo ejecuta. Este último no responde a remordimientos

internos y justifica su acción con la aceptación de una orden que se debe cumplir.

c). Fondo ideológico, sitúa a la tortura en el marco de una realidad construida por

intereses sociales específicos con base en dos vertientes: una de carácter inmediato, centrada

en la interrelación que se establece entre la víctima y el torturador; y otra de nivel global,

caracterizada por el reconocimiento social que se le hace a la tortura.

Al respecto, Martín Baró (1990) ubica la tortura como práctica en los conflictos

armados internos ocurridos en Latinoamérica con la influencia directa o indirecta del gobierno

Norte Americano, acción que desde el estudio se relaciona con las prácticas de guerra

ampliamente difundidas en la Escuela de las Américas bajo el trasfondo ideológico de la

Doctrina de Seguridad Nacional. En esencia una política gubernamental impuesta a los pueblos

bajo el argumento de la presencia del enemigo interno y caracterizada por un régimen de terror,

persecución y represión contra todo individuo, organización social o política ajena o en

oposición a los intereses del Estado.

Pese a las sistemáticas violaciones a los derechos humanos la tortura es un término que

ocupa espacios reducidos en el entramado mediático del conflicto armado. Las líneas de

atención dirigen la mirada al desplazamiento forzado como hecho violento con más frecuencia

de ocurrencia y a sus afectaciones psicosociales, en la salud mental e implicaciones jurídicas y

económicas para los afectados (Rojas, 2004; Herceg, 2020).

3.3.3. Violencia contra la libertad e integridad sexual


65

Muchas son las afectaciones o delitos ocasionados en el marco de un conflicto armado

que están asociados o antecedidos por la práctica con la tortura. Tal es el caso de la violencia

contra la libertad e integridad sexual, uno de los más aberrantes actos punibles y rechazados

cometidos contra la integridad física, moral, social y psicológica de la persona, convirtiéndose

en un hecho destructivo a nivel individual y comunitariamente.

Este flagelo que afecta a personas sin distinción de sexo, cobra especial interés en las

víctimas masculinas por sus repercusiones que trastocan la identidad sexual. Los hombres bajo

esta práctica son despojados de su virilidad y sometidos a subordinación bajo el poder del

victimario y el desprestigio social y familiar como varón, procreador y protector de su prole

(Gray et al, 2020). Sin embargo, no es ajena la sistematicidad, grado de humillación, barbarie

y violencia cuando el acto ocurre en víctimas mujeres. Sus cuerpos son tratados como trofeos,

objetos para satisfacer deseos sexuales, botines de guerra e instrumento para infligir temor en

la población por los combatientes no gubernamentales y agentes del Estado (Unidad para las

Víctimas, 2015).

Un acercamiento jurídico, relacionado con Estatuto de Roma de la Corte Penal

Internacional (CPI), específicamente el artículo 7, explica que los siguientes actos pueden ser

considerados crímenes que atentan con la humanidad de la víctima: “Violación, esclavitud

sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma

de violencia sexual de gravedad comparable”.

En estos contextos de guerra, la mujer (adulta o niña) entra un círculo vicioso y difuso

de propiedad colectiva y perteneciente a los combatientes, salvo cuando la víctima pasa a ser

propiedad transitoria o permanente de los mandos. Si el comandante muere en combate, la

mujer pasa a ser propiedad colectiva o desechada. Cualquier combatiente ejerce su derecho a

tener relaciones sexuales con la mujer que le plazca, sin que esta pueda negarse. En ese caso

son tomadas por la fuerza, lo que resulta en un acto aún más traumático para la víctima. Bajo
66

esta dinámica, las mujeres pierden el sentido del consentimiento y guardan silencio ante un

acto punible y denunciable (Rodríguez, 2002).

En medio del conflicto armado la violencia sexual recurrente contra la misma mujer se

convirtió en una muestra de poder social contra la comunidad de civiles indefensos y de guerra

sobre la tropa. El ejercicio de la violencia sexual fue el complemento para mantener sumisa y

presa del miedo a toda una población, pero también para mantener el estatus militar en el frente.

Las mujeres que fueron violentadas en forma reiterativa representaban para la comunidad la

diferencia. Esto es, liderazgo social, posición económica, carisma social u otro tipo de cualidad

que la hacía selecta para ejercer el poder. Por otra parte, los rangos bajos sólo podían violentar

sexualmente a las mujeres con el permiso del superior jerárquico, so pena de destierros o juicios

de guerra improvisados que terminaba con la muerte del infractor.


67

PARTE III. MOMENTO TEÓRICO

Yo hablo de millones de hombres a quienes sabiamente se les ha inculcado el miedo,


el complejo de inferioridad, el temblor, el arrodillamiento, la desesperación, el servilismo.

Aime Cesaire, discurso sobre el colonialismo, 1950.


68

Capítulo 4. Perspectivas Teóricas sobre la Violencia y su Legitimación

El momento de contextualización de la investigación brinda un marco de previo de

entendimiento que da a conocer las realidades sociales del grupo poblacional estudiado,

adentrándose al encuadre teórico que rige la investigación y centrado en la violencia, su

legitimación y sus procesos cognitivos asociados: desconexión moral, el afrontamiento de

conflictos y las expectativas de legitimación social. Estos constructos teóricos son tratados

como variables dependientes en la investigación y asociados con los hechos victimizantes que

han sido inherentes al trasegar histórico de las poblaciones afrodescendientes que hacen parte

del estudio, y toda Latinoamérica y el Caribe.

Bajo este argumento, se inicia el capítulo con la propuesta de un concepto de violencia

muy cercano a las realidades sociales y culturales de las poblaciones afrodescendientes que se

ubican en el Litoral Montes de María, específicamente en el municipio de San Onofre y

corregimientos de Libertad y Rincón del Mar.

Una de las primera acepciones contenidas en el estudio, la violencia como las acciones

intencionadas que buscan obstaculizar el goce pleno de los derechos consuetudinarios,

humanos, constitucionales, además de las libertades contempladas en Sen (1999), y que afectan

a un individuo o colectivo con limitaciones para ejercer el ser, la identidad; el territorio, espacio

para el ser y la autonomía, derecho a ejercer el ser.

En tal sentido, la violencia en territorios afrodescendientes puede ser percibida en

función de las siguientes disgregaciones:

Violencia contra el ser (derecho a la identidad), definida la identidad como la

convergencia cultural de elementos que le dan sentido al ser negro, entre ellos, las diferentes

formas de ver e interpretar la realidad social circundante, los usos y las costumbres, pero

también su cosmogonía, prácticas culturales e interacciones sociales (Centro Nacional de

Memoría Histórica, 2015).


69

En estas circunstancias, se va acabando con un espacio de encuentro, de apoyo mutuo,

de expresión del afecto, de cercanía y reconocimiento familiar y comunitario. También,

cada vez es más difícil la programación y realización de festividades y actividades

comunitarias que dan sentido de pertenencia, integración y comunidad (Centro

Nacional de Memoria Histórica, 2015, p. 19).

Así, la violencia afectó a este derecho individual y colectivo con las prohibiciones de

realizar los tradicionales velorios, de llorar y enterrar a los muertos, el rechazo a las formas de

vestir y bailar, la persecución a las prácticas y creencias religiosas ancestrales, la imposición

del control social, las restricciones de movilidad y de agrupación social y la práctica de la

oralidad. Todo iniciado en un marco de violencia cultural y estructural que sigue manteniendo

a este grupo población en un ostracismo histórico donde las brechas de desigualdad parecen

difíciles de acortar, en una clara afectación colectiva a la autodeterminación, la autoestima de

la persona y la familia, y a la cohesión del tejido social y que en detrimento del colectivo o

ethos negro, terminaron en una violencia directa.

Violencia contra el espacio para ejercer el ser (derecho al territorio): El concepto de

territorio para las personas de ascendencia africana dista radicalmente de la construcción

conceptual que sobre el mismo prevalece en occidente, esto es, ligado a una extensión de tierra

delimitada. Para el ethos negro, el territorio es una correlación estrecha entre cultura y

conocimiento, pero también entre lo ancestral y las necesidades básicas humanas. Es en el

territorio donde el colectivo negro trenza su tejido social para propiciar los momentos

adecuados de transferencia generacional de los conocimientos culturales, agrícolas, históricos,

religiosos y recreativos que determinan la imborrable huella de africanía (Centro Nacional de

Memoria Histórica, 2018).

Por otra parte, los grupos armados y los intereses elitistas irrumpieron en los territorios

de este grupo poblacional e implantaron formas diferentes de cultivar la tierra, reemplazaron


70

por monocultivos la siembra tradicional y provocaron el abandono masivo y obligado del

campo a través del desplazamiento forzado.

Violencia contra la autonomía (derecho a la autonomía, organización y participación):

Este derecho se encuadra en el reconocimiento de las autoridades internas encargadas de

decidir, gestionar y gobernar el territorio. Una definición clara de autonomía territorial vista

desde la perspectiva afrodescendiente, la cita el Centro Nacional de Memoria Histórica (2015,

p. 21): […] “la autonomía hace parte la recuperación de actividades que rescaten el apoyo

mutuo, como la minga, la revalorización y refundación del papel de las autoridades

tradicionales para ejercer gobernabilidad territorial”. En la cita se menciona la palabra minga

haciendo alusión al trabajo indígena que implica el trabajo colectivo o el trabajo por el otro, el

concepto adecuado para el caso de los Afrodescendientes sería Ubuntu, concepto proveniente

de las lenguas zulú y xhosa y que traduce, en una aproximación lingüística al castellano, “soy

porque nosotros somos” (Elonga-Mboyo, 2019; Omodan, 2022).

Ahora bien, en el mismo documento el Centro Nacional de Memoria Histórica (2015)

acota:

La autonomía se concreta en la articulación e integralidad con los principios/derechos

de identidad, territorio, organización y participación y desarrollo propio para el bien

colectivo, para elaborar colectivamente una posición política de resistencia y autonomía

que orienten los programas y proyectos de su bienestar (p. 21).

Este constructo organizativo y representativo con sus consiguientes fines fueron

afectados violentamente por los grupos armados a través del manoteo, las amenazas y la

decisión de cooptar su figura para imponer nuevas instituciones en esencia delictivas, controlar

el territorio, prohibir la defensa de los derechos humanos, el disenso político e intervención en

los recursos económicos.


71

Violencia contra la construcción de una perspectiva propia de desarrollo para el

bienestar colectivo (derecho a una visión propia de futuro): La violencia contra este derecho

proviene de los modos de vida e imaginarios culturales construidos a partir de la influencia de

la civilización e idearios neoliberales y capitalistas de occidente, que apresura por mercantilizar

la cultura, los saberes, las epistemologías, la naturaleza y los modos de vida de los pueblos del

sur (visión eurocéntrica de desarrollo), quienes tienen un derecho ancestral de construir su

visión de mundo, de trasmitir su conocimiento generacionalmente y edificar su futuro de

acuerdo sus creencias y diversidad cultural. La violencia contra este derecho repercute

directamente en los tres primeros aquí descritos, dada la voracidad de occidente y la eficacia

de los mecanismos y repertorio de violencia practicados para conseguir sus objetivos

(Grosfoguel, 2015; Svampa, 2019; Perreault, 2013; Restrepo, 2013).

Pasando a otra visión del concepto de violencia, construido desde las ciencias sociales

occidentales, el estudio contempla perspectivas teóricas que se construyen alrededor de

Galtung (1990, 2004) y Jiménez-Bautista (2012) que se contraponen con el encuadre teórico

de Martín-Baró (1990) quien en medio de la guerra civil salvadoreña construye su teoría sobre

la violencia y la forma como debe ser abordada, incitando al levantamiento del oprimido para

contrarrestar la violencia desatada por un estamento político dominante que se opone al

abandono del poder.

Finalmente, el concepto y fundamento teórico sobre la violencia es tan amplio, que para

efectos del estudio requiere ser abordado y acotado a fin de encontrar relación con el problema

central de la investigación. A continuación, se hacen algunas precisiones teóricas sobre la

violencia y la agresión que posibilitaran el entendimiento de los efectos de las variables en las

conductas asumidas en medio de la violencia en la población afrodescendiente.


72

4.1. Perspectivas Teóricas sobre la Violencia

La revisión de la literatura científica occidental da cuenta de elementos teóricos

significativos que soportan la epistemología de la violencia y del comportamiento violento

desde varias perspectivas entre ellas la biológica y genética, que hace ver al ser humano como

una especie con una predisposición natural a responder agresivamente ante la ocurrencia de

conflictos (Chichinadze, Chichinadze y Lazarashvili, 2011; Ferguson, 2010).

Desde la presente investigación, se rechazan las posturas deterministas, que, en los

afanes de explicar tal comportamiento, alejan otras perspectivas que, desde lo social,

conductual y ambiental, logran construir un acercamiento contrario sobre el fenómeno

estudiado. Podemos considerar que las bases teóricas de la biología y genética son simplistas

frente la explicación de un fenómeno complejo cuya dinámica y niveles de intensidad está cada

vez más relacionado con un orden social, cultural y político dominante que oprime a un grupo

alterno, invisible y vulnerable (Freire, 1970; Galtung, 1990; Jiménez-Bautista, 2012; Martín-

Baró, 2003, 2005).

La investigación encuentra constructos afines como Jiménez-Bautista (2012) quien

sostiene que la violencia propia del ser humano no se encuentra en sus genes. Para Jiménez-

Bautista el fenómeno es propio del medio circundante que rodea al ser humano. Continúa el

autor añadiendo que la violencia se refiere directamente al daño que un ser humano es capaz

de ejercer sobre otros seres humanos. Sin embargo, en otra reflexión que el resultado de la

violencia es una interacción entre agresividad natural y cultura.

Por otra parte, Haber y Seidenberg (1978) construyen un concepto cercano a la teoría

del aprendizaje social (Bandura, 1996). Los teóricos afirman que la violencia se construye

socialmente, para lo cual apelan al llamado orden social. Ese orden es quien finalmente justifica

las condiciones y formas en que se puede utilizar la violencia. Para que esta pueda ser aceptada

como un constructo social, depende de cuatro elementos: El agente de acción, la situación que
73

genera la violencia, la víctima y el grado de daño (Haber y Seidenberg, 1978). El análisis de

estos elementos, que en esencia definen que actos de violencia serán justificados en cada

sociedad, muestra que la justificación legitimadora de la violencia no depende tanto de su

racionalidad en abstracto como de su racionalidad de cara a los intereses del poder establecido,

es decir, de la medida en que un determinado acto de violencia contribuya a mantener y

propiciar esos intereses.

Desde las intención por encontrar fundamentos que encuadren teóricamente el estudio,

Martín-Baró (2005), determinan los marcadores constitutivos de un acto violento a saber: la

estructura formal, la ecuación personal, el contexto posibilitado y el fondo ideológico. El

primero de ellos se refiere a la caracterización del hecho violento; el segundo de ellos,

determina la explicación del acto a partir de las razones particulares de quien lo realiza; en

cuanto al tercero, contempla la existencia de dos contextos, uno social que acepta a violencia

cómo forma viable de comportamiento, y otro inmediato estimulante de la violencia; el último

de ellos se refiere más a una acción que enmascara la violencia en un marco de justicia

necesaria que acaba por considerar a las víctimas seres inferiores.

Estas últimas definiciones están relacionadas con el proceso cada vez más aceptado de

construcción social de la violencia y sobre el cual gira la investigación. Consideramos

importante precisar sobre el particular y traer acotación a Haber y Seidenberg (1978) quienes

determina las condiciones sobre las cuales puede producirse una acción violenta de una forma

justificada y alejada del acto mismo: a) El agente de acción, su conducta violenta es ejercida y

justificada por disposición del orden social imperante. b) La víctima, es quien sufre la violencia

que se acepta socialmente. c) La situación, se toma con la provocación o excusa del victimario

para actuar violentamente. d) El grado de daño, en función de la intensidad de este, se entiende

la justificación del acto violento.


74

4.2. Legitimación de la Violencia

La legitimación de la violencia es un concepto ampliamente estudiado en las ciencias

sociales en disciplinas como la sociología, ciencias política y filosofía, pero con un campo cada

vez más incidente y explicativo empíricamente desde la piscología social. Algunas visiones la

encuentran ligadas al mantenimiento, ejercicio del poder y en la aceptación de recompensas,

tal es el caso de las relaciones entre individuo y Estado en situaciones de violencia política y

en todas sus representaciones y manifestaciones (Martin-Baró, 2005; Barreto et al., 2009).

En Weber (1964) se sugiere que el uso legítimo de la violencia es parte esencial de la

configuración de un Estado constituido por un funcionario especializado, un aparato

administrativo y un monopolio territorial del uso de la violencia. Allí, según Weber, la

legitimación de la violencia cumple un papel decisivo en el mantenimiento del establecimiento,

sólo permitido desde tres dimensiones: la legitimación de la violencia ejercida desde la

autoridad tradicional; la ejercida desde el carisma de un líder y su legitimación regida en el

marco de las leyes o reglas creadas en función de la razón. Esta última relacionada con la

obligación moral de los miembros de un colectivo social para obedecer el sistema de poder

(Weber, 1964; Barreto et al., 2009; Zeltditch, 2001).

En este recorrido es importante relacionar la legitimación de la violencia con las normas

sociales, dado su cercanía en significado. Las normas sociales se comprenden como

imposiciones de estándares de comportamiento compartido y representaciones simbólicas para

una sociedad (Tyler, 2006; Fritsche, 2002; Fernández, 1993).

Estas perspectivas se ven involucradas permanentemente en un círculo vicioso sobre la

percepción de la trasgresión de la norma y la legitimidad social de la institución sancionadora,

provocando y una disonancia entre cumplir la norma en función de las creencias aceptadas

socialmente o en aquellas arraigadas en la persona (Beramendi y Zubieta, 2018; Cialdini y

Goldstein, 2004; Wenzel y Jobling, 2006). En este dilema, existe una tendencia a incumplir la
75

norma cuando esta se percibe incumplible e impuesta por un grupo sobre otro, provocando una

reacción de rechazo y pérdida de la credibilidad en el sistema sancionatorio. La norma perversa

no pierde vigencia, ocasionando en el individuo o colectivo dos procesos asociados: la creación

de estructuras alternativas y la desmoralización; la primera de ellas es un resultado de la pugna

entre grupos que hacen resistencia a la norma perversa y luchan para imponer una contramedida

o violación de la misma; la segunda, es un efecto de la anulación o bien disminución del control

social impuesto a quien trasgrede la norma (Beramendi y Zubieta, 2013; Fernández, 1993).

Acerca la investigación el proceso de cimarronaje descrito en Navarrete (2008), al

dilema ineludible de los esclavos a romper la institución de la esclavitud y la norma perversa

que la rigió por siglos. Así, este proceso de rebeldía esclavista que data de la época colonial es

percibida en el estudio desde dos perspectivas: la primera vista como una respuesta a la

opresión y al conjunto de hechos impuestos en el marco de la institución de la esclavitud. Y

otra, como las primeras formas de violencia de africanos libres y esclavizados registrados por

la historia. Muy temprano Jaramillo (1984), reseñó en sus escritos la rebelión de los esclavos

en Popayán, los incendios de haciendas en Santa Marta por parte de negros fugitivos, y el

asesinato de esclavistas en las mismas de Zaragoza a mano de negros rebeldes que se

resguardaron en palenques.

Visto así, los actos de violencia o transgresión de las normas tienden a ser justificados

en las sociedades, lo que muestra que la transgresión y violencia serán proporcionales a la

fuerza represora o sancionadora que intenta mantener sus intereses (Martin-Baró, 2005; Weber,

1964). Reflejo de ello las causas registradas en la historia y propias de guerras civiles del siglo

XX. Se mencionan solo algunas como la ordenaron suprimir los conventos menores en Pasto

o la sublevación de la población del suroccidente del país se convirtió en una guerra por el

federalismo (Sánchez et al., 2003). Se remembra aquí la violencia política que se enmarcó en

la guerra bipartidista entre 1930 y 1948 que inició con la masacre de un grupo de conservadores
76

a manos de facinerosos liberales ocurrida en Capitanejo, Santander, en 1930 (Villamizar,

2012). Incluso el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán que produjo el fenómeno social conocido

como el Bogotazo y el consecuente recrudecimiento de la violencia en el país con la aparición

de fuerzas para-policiales conocidas como los Chulavitas y Pájaros (Centro Nacional de

Memoria Histórica, 2013; Guzmán et al., 2019; Trejos, 2012; Villamizar, 2020). Más

recientemente aparece en la historia en gobierno de Mariano Ospina Pérez, quien impone un

régimen autoritario marcado por el uso de la violencia, cuyo objetivo se decantó en el control

político-militar y social del país, en especial en la aniquilación de los partidos comunista y

liberal (Acevedo y Villafrade, 2003; Trejos, 2015).

Estas nociones dan paso al concepto central del proyecto de investigación, la

Legitimación de la Violencia, como un proceso social soportado en un conjunto de elementos

normativos construidos, aceptados y validados culturalmente, en los que se justifica la

violencia como el justo proceder en algunas situaciones (Martínez-González y Amar-Armar,

2017; Fernández, 2009; Johnson, Dowd, y Ridgeway, 2006). Es importante recordar lo

señalado por Weber a fin de alejarse de un determinismo dogmático y homogeneizante sobre

la vida en una sociedad, […] “aunque los individuos no siempre tengan las mismas normas,

valores y creencias, su comportamiento, sin embargo, se orienta a un orden que está de acuerdo

con reglas o creencias que presumen son aceptados por la mayoría de los demás” (Johnson et

al., 2006, p. 55). Estos autores son categóricos cuando complementan lo anterior:

Dado que los individuos perciben que otros apoyan este orden social, el orden parece

un hecho social válido y objetivo. En consecuencia, los individuos actúan de acuerdo

con ese orden ellos mismos, incluso si discrepan en privado. Por lo tanto, la formulación

Weberiana ofrece la idea central de que la legitimación se produce a través de una

construcción colectiva de la realidad social en la que los elementos de un orden social

se ven en consonancia con las normas, valores y creencias que los individuos presumen
77

que son ampliamente compartidos, ya sea personalmente o no (Johnson et al., 2006, p.

55).

A continuación, se presentan procesos que han sido estudiados con relación a la

legitimación de la violencia, donde se destaca el desarrollo de la moral y, especialmente, la

desconexión moral como mecanismo cognitivo protector del autoconcepto, desde el cual se

auto-habilita la conducta para obrar por fuera de la norma; la dinámica del afrontamiento de

conflictos en ocasión a los determinantes de poder existentes entre quienes se involucran en

actos violentos; y las expectativas sociales de legitimación de pares y testigos de los actos

violentos, como marco interpersonal/cultural que naturaliza la violencia (Martínez-González

2016).

4.2.1. Procesos psicológicos asociados a la legitimación de la violencia

4.2.1.1. La moral. Una definición aceptada sobre la moral la ubica como la propiedad

que le permite al ser humano efectuar una distinción subjetiva sobre el comportamiento que

encaja en lo aceptado colectivamente como bueno o lo malo; hecho que le permite asociarse

con las normas o reglas socialmente aceptadas, o bien, impuestas por un colectivo e

interiorizadas por el ethos (Perinat, 2002; Berryman et al., 1994; Tugendhat, 2002).

Una aproximación etimológica sobre la moral, la encontramos en Boff (2003) quien la

define desde el latín moralis, cuyo significado está relacionado con la conducta que se hace

costumbre en una comunidad y se evidencia en una temporalidad determinada. Para Boff, lo

moral varía en función de los contextos o geografías del mundo, de tal forma que una conducta

moralmente aceptada en un lugar, bien puede no serlo en otra. Boff es enfático en afirmar que

la conducta y actos cometidos por el hombre tienen un sentido moral, aprendidos en el marco

de las interacciones sociales y culturales del individuo. Pero existen comportamientos alejados

de cualquier perspectiva moral acercados a la irracionalidad, aunque pasajera, determinados

por un placer efímero provocado por un detonante (Boff, 2003). En cierta medida Boff se
78

alineó a Émile Durkheim quien matiza la moral desde lo colectivo, nunca desde un asidero

individual:

Un colectivo que pasa por reconocer la existencia de una autoridad moral superior

(encarnada en las instituciones sociales), así como en la propuesta de valores e ideas

colectivas, materializados en símbolos que suscitan adhesión y propician la

movilización de las fuerzas colectivas. (Durkheim, 2002, p. 17).

De las muchas teorías que engloban la moral, el proyecto de investigación soporta su

fundamento epistemológico en los aportes de Bandura (1969, 1990b) y Bandura, Barbaranelli,

Caprara y Pastorelli (1996), retomados por investigadores contemporáneos como Martínez-

González (2016), Robles (2019), Banquez-Mendoza (2017), Romero (2021) quienes resaltan

esta teoría como la que más aporta elementos de análisis y estudio sobre este fenómeno

asociado al proceso de legitimación de la violencia sobre todo en territorio del grupo población

que es objeto de estudio:

No sólo se preocupa por explicar los mecanismos por los cuales se encuentran

vinculados el razonamiento moral y la acción moral, sino que, en su intento por

explicarlo, involucra a la acción inmoral, así como a las motivaciones por las cuales las

personas no se comportan de manera congruente con sus principios (Robles, 2019, p.

33).

4.2.1.1.1. Desarrollo de la moral. En este apartado, se hace imperativo precisar

teóricamente en dos corrientes que hacen aportes en la compresión del desarrollo de la

conciencia social que involucra la moral. Una de ellas es la cognoscitiva-estructuralista y la

otra más centrada a la perspectiva del aprendizaje social que ubican el origen de la moral en

factores externos influyentes como la cultura y la apropiación de las normas sociales (Schaffer,

2000; Marchesi, Carretero y Palacios, 1995; Barra, 1987).


79

4.2.1.1.1.1. Perspectiva Cognoscitiva-estructuralista. Conformada por las corrientes

teóricas de Piaget (1987), Kölhberg, Levine y Hewer (1982) y Köhlberg y Kramer (1969), se

orientan a la influencia del ambiente en el constructo moral de las personas.

a). Postura Piagetiana: Considera que la moral es una consistencia de reglas cuya

prevalencia está determinada en la aceptación y acatamiento que de ellas haga el individuo

social, construyendo el sentido de moralidad. Lo anterior consolidó la línea investigativa de

Piaget al explicar la disonancia presente en los niños caracterizada por la dualidad entre la

presencia de un sistema interno de reglas contra las normas externas y de acatamiento

obligatorio (Villegas, 2004). Desde esta perspectiva, la moral pasa por un proceso de

transformación que inicia en la infancia de forma heterónoma, determinada por la percepción

de las reglas desde una imposición externa, que luego pasa a ser más autónoma en los adultos

que logran integrarse a la sociedad en función de la aceptación de las normas establecidas, que

provocan un sentido de auto-gobernabilidad y responsabilidad social toda vez que la conducta

moral tiende a ser juzgada (López, et al., 1999).

Desde la teoría de Piaget es fundamental educar moralmente a los individuos para que

estos, además de interiorizar las normas sociales, desempeñen su papel de autoridad frente a la

población infantil que apenas construye su sistema de creencias y valores (Piaget, 1987;

Martínez-González, 2015; Amar y Martínez, 2011). Para Piaget cobra relevancia la intención

como elemento fundamental para estudiar la moral, (…) “es imposible hablar de hecho moral

cuando no hay intención por parte del agente. Así, por ejemplo, si la persona no tiene la

intención de hacer daño, puede hablarse de error” (Villegas, 1999, p. 225). Este autor acota

(…) “la responsabilidad está en función de las intenciones. Así, si una persona mata a otra

voluntariamente tiene una responsabilidad diferente que si la mata en un accidente” (Villegas,

1999, p. 225). Estos postulados aportaron a teorías como la Desconexión Moral de Bandura

que profundizaremos más adelante.


80

b). Postura de Köhlberg: Considera la existencia de principios morales de carácter

universal no aprendidos en edades tempranas (Barra, 1987). Para Köhlberg el desarrollo moral

se gesta a partir de la experiencia de la interacción entre niño-niño y adulto-adulto (Villegas,

2004). Los estadios del desarrollo moral en Köhlberg (1969) se agrupan en tres niveles con

seis estadios diferenciados en las relaciones que se establecen entre sujeto-reglas-expectativas

sociales (Villegas, 2004) como se presentan en la siguiente tabla:

Tabla 11. Estadios de la conducta moral según Köhlberg

Niveles Estadios Valores Razones


I. Preconvencional I. Moralidad Someterse a las reglas Evitar el castigo, poder
heterónoma apoyadas por el castigo; la superior de las
(Orientación de castigo obediencia por sí misma; autoridades.
y de obediencia). evitar el daño físico a las
personas y a la propiedad.
II. Individualismo. Seguir las reglas sólo cuando Satisfacer los propios
Fines instrumentales e es por el propio interés intereses en un mundo
intercambio inmediato; actuar para donde se debe reconocer
(Orientación satisfacer los propios intereses que los demás también
instrumental y y necesidades y dejar que los tienen intereses.
relativista). otros hagan lo mismo. Lo
correcto también es lo justo, lo
que es un intercambio igual,
un pacto, un acuerdo.
II. Convencional III. Expectativas Vivir de acuerdo con lo que La necesidad de ser bueno
interpersonales mutuas espera la gente de un buen a los propios ojos y a los
y conformidad hijo, hermano, amigo, etc. "Ser de los demás; preocuparse
interpersonal bueno" es importante y por los demás; creer en la
(Orientación del "niño significa tener buenos motivos, Regla de Oro; deseo de
bueno"). mostrar interés por los demás. mantener las reglas y la
También significa mantener autoridad que apoya la
relaciones mutuas de típica buena conducta.
confianza, lealtad, respeto y
gratitud.
IV. Sistema social y Cumplir los deberes a los que Mantener el
conciencia (Orientación se ha comprometido; las leyes funcionamiento del
de la ley y el orden). se han de cumplir excepto en sistema ("qué pasaría si
casos extremos cuando entran todos lo hicieran");
en conflicto con otras reglas imperativo de la
sociales fijas. Lo correcto es conciencia de cumplir las
también contribuir a la obligaciones definidas de
sociedad, grupo o institución. cada uno.
III. V. Contrato social o Ser consciente de que la gente Sentido de obligación de
Postconvencional utilidad y derechos tiene una variedad de valores y la ley a causa del contrato
o de principios individuales opiniones, y que la mayoría de social de ajustarse a las
(Orientación legalística sus valores y reglas son leyes por el bien de todos
del contrato social). relativos a su grupo. Las reglas y la protección de los
"relativas" deben ser derechos de todos. Un
mantenidas en el interés de la sentimiento de
imparcialidad y porque son un compromiso de contrato
contrato social. Algunos aceptado libremente para
valores y derechos no relativos con la familia, la amistad,
(ej. la vida y la libertad) se la confianza y el trabajo.
81

deben mantener en cualquier Preocupación de que las


sociedad, sea cual sea la leyes y deberes se basen
opinión de la mayoría. en cálculos racionales de
utilidad general.
VI. Principios éticos Guiarse por principios éticos La creencia como persona
universales (Orientación autoescogidos. Las leyes y racional en la validez de
de principios éticos acuerdos sociales suelen ser los principios morales
universales). válidos porque se fundamentan universales y un sentido
en tales principios; cuando las de compromiso personal
leyes los violan, uno actúa de con ellos.
acuerdo con sus principios.
Estos son principios
universales de justicia: la
igualdad de los derechos
humanos y el respeto por la
dignidad de los seres humanos
como individuos.
Nota: tomado de Barra (1987, p. 12, 13, 14)

4.2.1.1.1.2. Perspectiva Cognitivo Social. Los autores en esta perspectiva toman

distancia de las contribuciones de Piaget y Kölhberg quienes como ya se explicó, asocian el

comportamiento y conducta moral, a unos niveles de desarrollo o estadios que logran explicar

los razonamientos morales. Aquí se acentúa en la explicación del comportamiento humano a

través de la dualidad interactiva que se establece con correspondencia mutua entre los

determinantes cognitivos, conductuales y ambientales (Bandura, 1977). Afirma Bandura

(1977, p. 13) que “una teoría integral del comportamiento debe explicar cómo se adquieren los

patrones de comportamiento y cómo su expresión se regula continuamente mediante la

interacción de fuentes de influencia externas y autogeneradas”. Así, se entiende el origen de

los comportamientos desde una perspectiva del aprendizaje social. Su aceptación implica que

el ser humano nace desprovisto de cualquier tipo de repertorio innato de comportamiento, más

allá de los llamados reflejos primarios o rudimentarios. A partir de la interacción social y el

contacto con el ambiente, los nativos de Libertad y Rincón del Mar desarrollaron la capacidad

de apropiarse de nuevas formas de comportamiento o respuesta inducidos a partir de la

observación, o bien, de la experiencia directa. Los patrones de comportamiento complejo no

afloran como aislados o artificiales. Estos deben ser concebidos en su origen temprano como

una integración de múltiples actividades inherentes al ser. Bandura (1977) sostiene que es
82

imperativo el análisis de los determinantes de los procesos conductuales antes que catalogar y

asignar pesos relativos a las conductas aprendidas o innatas.

En Martínez-González (2016), se señala que las competencias morales asumidas en el

acto social: (…) “la habilidad para razonar acerca de dilemas morales, ponerse en la posición

del otro y empatía para ser consciente de las consecuencias de actos que a largo plazo pueden

afectar a otras personas” (p. 86). Por su parte, Mischel y Mischel (976) relacionan la conducta

moral con lo que en la investigación llamamos expectativas de legitimación social, en ocasión

a que las acciones cometidas sean interpretadas como buenas o malas por el grupo de

referencia, especialmente aquellos con los que se tiene relaciones significativas.

4.2.1.2. Desconexión Moral. En las sociedades de pensamiento liberal e incluso en las

sometidas y conservadoras, como Rincón del Mar y Libertad, se implementan mecanismos

particulares de sanciones o auto-sanciones de tipo moral que aplican al colectivo, pero también

al sujeto que comete un acto social repudiable. Estas sanciones son necesarias para mantener

el comportamiento equilibrado y armónico socialmente regido por las normas morales

comunitarias y mantenidas a través de un proceso de autorregulación constante a nivel

cognitivo y emocional, que racionaliza y legitima las conductas delictivas (Bandura, 1999,

2016; Bandura, et al., 2001; Romeral et al., 2019). Sin embargo, estas sanciones no son

infalibles a nivel cognitivo. La teoría cognitiva social plantea que existen mecanismos

psicosociales, estrategias o maniobras cognitivas y conductuales que permiten neutralizar y/o

racionalizar las auto-sanciones morales provocando o invocando en el individuo un

desenganche. La desconexión moral sería una desconexión transitoria de la agencia moral,

reconstrucción cognitiva o reformulación de la conducta para liberar a la persona de la culpa o

la vergüenza; el deterioro del autoconcepto, la autoestima y de las consecuencias sociales ante

la transgresión o quebrantamiento de la norma moral (Bandura, 1990b, 1999, 2016; Garrido,


83

Herrero, y Masip, 2002; Hymel y Perren, 2015). Esta desconexión es flexible ante la influencia

del contexto, la cultura y lo social (Moore, 2015).

La desconexión moral contiene el argumento para explicar el comportamiento violento

o conducta agresiva de individuos catalogados socialmente como no violentos, frente algunas

circunstancias o situaciones concebidas en el marco de los llamados conflictos cotidianos en

los que se comenten faltas que atentan contra la institucionalidad o el bienestar

colectivo/individual de la sociedad (Gini, Pozzoli y Hymel, 2014; Martínez-González y Amar-

Armar, 2017; Stiths y Narváez, 2019). Como proceso psicológico ha sido relacionado con

conductas violentas o comportamientos que van en la línea sostenida de la transgresión de la

norma como el terrorismo, la guerra, las acciones armadas o bélicas, la insurgencia y

contrainsurgencia (Bandura, 1988, 2016; Villegas de Posada, Flórez y Espinel, 2018).

Es de considerar que la mayoría de los integrantes de una sociedad son ajenos a cometer

actos delictivos o a transgredir la norma, debido al grado de internalización o apropiación de

los valores, costumbres, normas sociales que se establecen a partir de complejos procesos

cognitivos y afectivos en los individuos (Bandura, 1999; Romeral et al., 2019). Así entendida,

la desconexión moral facilita:

La comisión tanto de delitos o conductas antisociales variadas, de carácter leve

(pequeñas agresiones, descarga de música ilegal) como de delitos muy graves

(genocidio, terrorismo). Además, el recurso frecuente a tales mecanismos de

desconexión conduce a procesos de habituación a su utilización, con los consiguientes

resultados de disminución del impacto emocional asociado a la acción, y de

minimización del potencial inhibitorio de la culpa, el remordimiento, la vergüenza, etc.

(Romeral et al., 2019, p. 165).

La repetición sistemática de comportamientos tipificados socialmente como inmorales,

habitúan al colectivo a interiorizar y naturalizar la transgresión a la norma a un nivel cognitivo


84

que debilita progresivamente los sistemas autorregulatorios y el impacto emocional que

normalmente se activan ante la comisión del acto dañino, con resultados peligrosos que tienden

a perpetuar los actos sociales violentos (Martínez-González y Amar-Armar, 2017; Romeral, et

al., 2019).

Ahora bien, Bandura (1990 y 1999b) ha propuesto ocho mecanismos cognitivos o

maniobras psicológicas sobre los cuales opera la desconexión moral: justificación moral,

etiquetación eufemística, comparación ventajosa, transferencia de la responsabilidad, difusión

de la responsabilidad, distorsión de las consecuencias de los actos, atribución de la culpa a la

víctima y deshumanización. A continuación, se presenta mayor detalle sobre cada uno de ellos.

Justificación Moral. Este mecanismo preserva el sentido de autoconcepto y autoestima

del perpetrador al enaltecer el acto de agravio o con fines dañinos, bajo un imperativo de acción

moral, consistente en la reconstrucción cognitiva de la moralidad que posibilita el ejercicio de

la justicia a través de la violencia para defender una causa (Bandura, 2016, 1999, 2002). Tal

conducta puede estar influenciada por una alineación religiosa, pero también ideológica,

económica y de reconocimiento a las instituciones.

Etiquetación Eufemística. El lenguaje es determinante en la percepción colectiva o

individual de eventos o actos sociales. Este mecanismo se emplea con la intención de paliar el

significado de las acciones violentas o dañinas cometidas por un colectivo o individuo contra

otro. A través del encubrimiento eufemístico, las prácticas reprochables socialmente se

enmascaran e interpretan con otro sentido, las instituciones involucradas libran

responsabilidades al encontrar como culpables a fuerzas innombrables e intencionalmente se

separa a los autores de las actividades violentas cometidas (Bandura, 1999, 2002; Lutz, 1987).

Comparación Ventajosa. Consiste en la comparación de escenarios o situaciones

cargadas de diferentes niveles de violencia a fin de contrastarlos hábilmente en la búsqueda de

benevolencia frente al propio acto cometido; desde otra perspectiva se percibe la conducta
85

social dañina influenciada por otras conductas con rasgos similares. La comparación ventajosa

propicia que el menor de lo daños sea aceptado social y moralmente por el colectivo,

justificando en que, frente a las mismas circunstancias, otros actúan de forma más radical o

dañina (Romeral, et al., 2019; Bandura, 1999, 2002, 2016).

Transferencia de Responsabilidad. El uso de este mecanismo legitima la conducta

inmoral bajo el principio de acatamiento de una orden superior que lo exculpa de cualquier

responsabilidad por sus acciones (Bandura, 1999). Milgram llama la atención en cuanto al nivel

de obediencia en función de la empatía o desprecio hacia quien se maltrata y la cercanía y

afinidad que se tenga hacia la figura de autoridad. A mayor cercanía mayor grado de

subordinación y ejecución sin impedimentos morales; a mayor distancia, más empatía hacía la

víctima (Milgram, 1969, 1986; Bandura, 1999). Para Bandura, este tipo de mecanismo también

aflora cuando la conducta dañina no es intencional, sino que ocurre fortuitamente a partir de

situaciones no premeditadas (Bandura, 1999, 2016; Zimbardo, 2008). En palabras de Bandura

(2016, p. 60) “cuanto mayor es la legitimidad y la proximidad de la autoridad que emite órdenes

perjudiciales, mayor es el nivel de agresión obediente”.

Difusión de la Responsabilidad. Con el uso de este mecanismo se desdibujan las

responsabilidades individuales ante un acto violento colectivo, lo que trae consigo un inevitable

debilitamiento del ejercicio moral. Cuando la conducta deviene de un grupo o masa, nadie se

percibe culpable de los resultados (Bandura, 1990, 1991, 2016; Kelman, 1989). De esta manera,

el comportamiento violento aumenta en la persona cuando este se ejecuta en grupo y disminuye

cuando se identifican individualidades (Bandura 2016; Kelman y Hamilton, 1989). En medio

de una acción violenta ejecutada grupalmente los niveles de excitación emocional actúan en

contra del control cognitivo haciendo peligrosa la situación para las víctimas que se encuentran

envueltas en conductas impulsivas donde los agresores ejercen la violencia amparados en un

anonimato que no prevé las consecuencias de sus actos (Zimbardo, 2008; Bandura, 2016).
86

Distorsión de las Consecuencias. Este mecanismo de desconexión se caracteriza por la

negación o disminución intencional de las consecuencias del acto social violento. El

perpetrador busca suavizar el daño ocasionado en la víctima, tratando de desacreditar las

posibles afectaciones (Mynatt y Herman, 1975; Bandura, 2016). Para Bandura, es más factible

ocasionarle daño a una persona cuando su sufrimiento es invisible o imperceptible o cuando

las acciones violentas y destructivas no son percibidas como tal (Bandura 1996, 2016).

Culpar a la Víctima. La conducta violenta se justifica señalando a la víctima de causar

una provocación, lo que le ubica como desencadenante del acto dañino. En ocasiones la víctima

siente que es merecedora del daño recibido, provocando complejos procesos disfuncionales

cognitivos como la autodenigración y el autodesprecio (Martínez-González y Amar-Armar,

2017). Opera aquí de manera extraordinaria la autoexoneración, quien aparece forzadamente

en el escenario social cuando la conducta violenta es respuesta a “circunstancias apremiantes”

lejos de ser una decisión individual del victimario (Bandura, 2016).

Deshumanizar a la Víctima. Las víctimas son despojadas de su condición humana y se

convierten en objeto de dolosos sufrimientos y tratos despreciables que las tipifican como seres

salvajes, degenerados, cucarachas, gusanos y cualquier acepción dirigida concretamente a

reducir su percepción de humanidad y, por tanto, la empatía natural hacia el otro como miembro

de la misma especie (Bandura, 2016; Blanco, Caballero y De La Corte, 2005; Sabucedo et al.,

2004).

El uso de estos mecanismos se presenta de manera progresiva y escalonada. Puede

recurrirse a ellos para justificar desde conductas corruptas hasta genocidios, logrando preservar

la autopercepción positiva y autovalía de los perpetradores.

4.2.2. Afrontamiento de conflictos y legitimación social de la violencia

Se considera que los actos sociales violentos ocurridos al interior de una comunidad

desbordan las explicaciones deterministas individuales de sus protagonistas directos, para


87

ubicarse en el marco de las lógicas de socialización sistemáticas y culturales que se encargan

de trasmitir un repertorio de conductas violentas que aparecen en situaciones concretas

(Fernández, 2009).

Emergen aquí dos conceptos necesarios para comprender como brota la violencia: el

conflicto y el poder.

El conflicto es abordado por Galtung (2004, 2009) quien plantea que este nace, crece

hasta donde los intereses la situación y circunstancias lo permiten, decrece o baja su intensidad,

para finalmente, desaparecer. En la lógica sobre la cual se desarrolla el conflicto, los

involucrados poseen intereses que pueden ser opuestos o incompatibles con los intereses de

terceros provocando su aparición y este se aviva cuanto más básicas son las necesidades en

disputa: Supervivencia, como opuesto a la muerte, individual o colectiva; Bienestar, acceso a

alimentación, vestido, abrigo y salud; Identidad, tener algo por qué vivir, sentido de vida y

Libertad, tener oportunidades de elegir en cada una de las tres anteriores (Calderón, 2009;

Galtung, 2009). Al respecto, Blanco, Caballero y De La Corte (2005), señalan las siguientes

condiciones para tipificar un conflicto como destructivo: se presentan procesos competitivos

que conducen al deseo de ganar; ocurre una sustitución de estrategias blandas de negociación

por estrategias duras para gestionar el conflicto; se amplía el campo de problemas que

inicialmente lo definían; ocurre una polarización y emerge el pensamiento grupal con rechazo

conceptual, afectivo y comportamental del oponente; hay una reducción de la comunicación

entre las partes y un incremento de las percepciones distorsionadas y selectivas que acentúan

las diferencias entre los involucrados.

La gestión de este conflicto remite al segundo concepto en cuestión. El poder, cuyo rol

como elemento de legitimación de la violencia en casos de conflicto, aparece cuando existe

una diferencia entre objetivos incompatibles, y termina en beneficio de quien lo ejerce con

mayor eficacia, creando un desequilibrio entre las partes, donde una es percibida como débil
88

frente a la otra percibida como fuerte (Entelman, 2002). En el entramado del ejercicio social

de la violencia, su legitimación varía según quién tiene la ventaja o quién actúa en una

desventaja evidente (Fernández, 2009).

Es así como el afrontamiento de los conflictos se convierte en una expresión de la

legitimación de la violencia, particularmente en tres escenarios:

4.2.2.1. Legítima defensa ante un estímulo desencadenante. La justificación de la

respuesta violenta se concibe como legítima defensa que se materializa en circunstancias

contextuales que determinan la ocurrencia del conflicto y ejercicio de la violencia como

legítimo en quien lo ejecuta (Fernández, 2009; Martínez-González, 2015). En Fernández

(2009), se contemplan tres tipos defensas: defensa propia, ampliamente tratada en Ayllón

(2008) y emplazada cuando la integridad física de la persona se encuentra en riesgo; defensa a

la propiedad, surge en el momento en que se pone en duda la posesión de un objeto o bien

material; defensa preventiva, aparece en un momento complejo y fuertemente criticado, usado

ante la mera sospecha de ser objeto de un ataque, su función es la de prevenirlo Fernández

(2009).

4.2.2.2. Uso de la violencia por autoridad. La legitimación adquiere una connotación

distinta cuando quien ejerce la violencia se encuentra en una situación frente a un oponente que

puede ser percibido como fuerte o débil, con más o menos poder, incluso en igualdad de

condiciones o bien perteneciente a un sexo diferente. Los involucrados en el conflicto pueden

investirse de autoridad para legitimar el ejercicio de poder y la violencia contra su oponente

(Fernández, 2009). Se aplica al ejercicio de la violencia desde el establecimiento dominante

político, social, económico, o desde roles tradicionalmente entendidos en una jerarquía de

poder, en una intención por asegurar sus intereses, incluso con fines loables como la educación,

la soberanía, la seguridad, entre otros. Es la institucionalización de la violencia con una fuerte


89

tendencia a perpetuar otras formas de violencia (Parsons, 1951; Martin-Baró, 2005; Galtung,

1990).

4.2.2.3. Legitimación de la violencia como último recurso. A diferencia de las

anteriores, aquí quien agrede legitima la violencia ejercida por su condición de desventaja

frente al otro involucrado en el conflicto. Se recurre a un esfuerzo cognitivo para enfocarse en

legitimar sus acciones como último recurso ante la opresión de quien ejerce el poder, buscando

la aceptación social de su conducta. Fernández (2009) lo describe claramente:

La atribución de legitimidad se sustenta en que en esta situación existe una desigualdad

de poder y su posición es de inferioridad, por lo que la violencia se presenta como si

fuera la única alternativa viable para poder cambiar la situación que el victimario

percibe como injusta (p. 144).

En ambos casos la legitimación por autoridad o como último recurso, esto es, en

situaciones de ventaja y de desventaja, la violencia se consentirá y se legitimará en la medida

en que quien la emplea, busque su justificación, y quien la observe, la admita (al que tiene más

poder por la percepción autoridad, al que tiene menos poder por la percepción injusticia debido

a la situación de inferioridad).

4.2.3. Expectativas de legitimación social de la violencia

Otro aspecto importante en los procesos de legitimación de la violencia se relaciona con

el proceso de socialización que facilitan la interiorización de las normas. De especial relevancia

aquí será el rol que juegan los adultos significativos y el grupo social de referencia como

pueden ser los amigos, la comunidad, el entorno inmediato, en respaldo al actuar violento.

El proceso complejo de la generación de unas expectativas de legitimación social frente

a la decisión consciente o inconsciente de recurrir a la violencia para afrontar un conflicto

cotidiano inicia desde las relaciones afectivas, parentales y familiares en general ocurridas en
90

el llamado microsistema del individuo social. Al respecto, Ayllón (2008, p. 50), afirma que en

la familia:

Se dan al niño las claves para que construya sus representaciones globales acerca del

funcionamiento de la realidad social. Entre estas claves, envueltas en el clima afectivo

familiar, están las propias representaciones de los padres, los modelos de interacción

familiar, las expectativas y demandas sociales que pesan sobre el niño, la definición de

las tareas evolutivas a las que debe enfrentarse, etc.

Lo anterior conlleva a que desde tempranas edades se aprenda que la conducta

socialmente aceptada se construye a partir de ciertos ideales normativos sociales incluyendo la

violenta, quien lejos de particularidades o constructos individualistas determina la forma de

actuar en situaciones de conflicto como responder a la violencia, huir, dialogar o buscar ayuda

(Fernández, 2009; Martínez-González & Amar-Armar, 2017; Ayllón, 2008; Nisan, 1996). Así:

Cada sociedad, cada cultura, dispone de un repertorio propio de normas, valores,

configuraciones perceptivas y cognitivas y tipos de respuesta conductual y afectiva a

los estímulos interpersonales. Cada individuo que nace como miembro potencial de

dicha sociedad o cultura, se ve en la necesidad de actuar con dichas normas, hacer suyos

tales valores, adquirir determinadas configuraciones o estilos cognitivos e interiorizar

unas peculiares formas de respuesta a los estímulos interpersonales. Este proceso de

aprendizaje e interiorización se llama proceso de socialización (Ayllón, 2008, p. 19).

Además del núcleo familiar, el entorno social es fundamental en el proceso de

socialización y aprendizaje de las pautas de interacción social. Al respecto, se ha identificado

que son variados los problemas conductuales y emocionales desarrollados por niños, jóvenes

y adultos al estar expuestos a situaciones de violencia comunitaria, con efectos como la

agresividad, delincuencia, ansiedad y depresión (Mels y Fernández, 2015).


91

En la llamada violencia comunitaria se expone a las víctimas a armas de fuego, armas

blancas, drogas y delitos entre los que se resaltan robos, rasponazos, ataques físicos, insultos y

por homicidios (Kennedy y Ceballo, 2014; Mels y Fernández, 2015). Desde la teoría del

aprendizaje social se sugiere que los procesos de normalización de la violencia provocados por

factores externos logran modificar la conducta al internalizar complejos procesos cognitivos

que conllevan a una naturalización de la violencia y de la agresividad en una especie de

modelado del comportamiento (Bandura, 2016; Banquez-Mendoza, 2017; Martínez-González

y Amar-Armar, 2017; Guerra, Huesmann y Spindler, 2003).

La violencia encuentra en este sistema un ambiente propicio para influenciar la

conducta de las personas, especialmente de los niños, quienes debido a la conjunción de

factores como el ostracismo social, la violencia estructural, la falta de acceso a los servicios

sanitarios básicos y a un buen sistema de salud, o bien ante la negación de las libertades de Sen

(2000), naturaliza la violencia al intentar resolver los conflictos cotidianos, prevaleciendo

actitudes como la solución a través de la agresión física, los insultos entre otros; la

consecuencia, un detrimento en la calidad de vida, la seguridad, el bienestar social y la sana

convivencia, además de un desajuste en los sistemas sociales con incidencia en el grupo

familiar y en sus pares más cercanos (Bronfenbrenner, 1979; Pérez, Sánchez, y Martínez, 2015;

Martínez-González et al., 2014).

Estas situaciones terminan generando las condiciones para que aparezca la desconexión

moral colectiva (Gini, Pozzoli y Busey, 2014b).

Otra consecuencia relacionada con la exposición como observadores de diversas formas

de violencia comunitaria, está relacionada con las afectaciones sobre la empatía. Al respecto,

[…] la capacidad empática es un elemento que inhibe el comportamiento agresivo en

la medida en que la persona respeta a su víctima y evita la agresión porque sabe que

provocaría daño […] Si la tercera persona no reconoce el daño en la víctima y empatiza


92

con las emociones o las motivaciones de la agresora, estará legitimando su actuación.

Por el contrario, si se empatiza con la víctima es más probable que se deslegitime la

actuación violenta. Evidentemente, lo deseable sería que la identificación empática se

diese con la persona que sufre la agresión y no con la que la ejerce (Fernández, 2009,

p. 81).

Desde esta perspectiva no se aprecia al observador como un ente pasivo que recibe el

impacto de la violencia comunitaria y en consecuencia la réplica, sino cuya postura ante el

hecho violento afecta la percepción social y moral de la conducta del agresor sobre la víctima,

retroalimentando la situación, al convertirse en legitimador por acción u omisión (Mandel

2012).

El no sentir empatía por la víctima, reduce la reacción de los observadores y minimiza

la urgencia de intervención ante el agravio de la víctima. En síntesis, el rol del observador en

las dinámicas de legitimación de la violencia juega un papel fundamental en la perpetuación

de la violencia comunitaria y en su legitimación, en tanto motiva la preservación de autoimagen

del violento y la consolidación de su estatus social (Martínez-González, 2016).

De particular interés en esta investigación son las violencias de género legitimadas

socialmente y que cobran vida con diversas manifestaciones desde el hogar, la comunidad y la

estructura social más amplia. Este fenómeno se enraíza en el seno del microsistema donde se

manifiesta las primeras formas de violencia intrafamiliar con impacto negativo en los

percibidos como más débiles entre ellos niños y niñas, ancianos, familiares con algún tipo de

discapacidad, pero también mujeres.

Martínez, Amarís y Quintal (2019) abordan este fenómeno desde tres ángulos: las

diferentes formas de expresión sociocultural de la masculinidad, la identidad y las relaciones

de poder. Las autoras tejen su escrito y disertación en alusión a una masculinidad constructo

de la civilización occidental en la que se establece ante todo una relación sostenible de poder
93

con asidero en las prácticas sobre la personalidad, la corporalidad y lo interpersonal. Refuerzan

el concepto de la jerarquización del sexo y dominación masculina especialmente en grupos

étnicos y estratos sociales que terminan compartiendo patrones de homofobia y misoginia.

Considerando los elementos anteriormente mencionados, este estudio aborda las

manifestaciones de la legitimación de la violencia en afrodescendientes víctimas del conflicto

armado colombiano, con particular interés en las formas de afrontamiento de los conflictos, el

uso de mecanismos de desconexión moral y las expectativas de legitimación social de la

violencia en las que se pueden percibir entramados justificadores de la violencia comunitaria y

de género que dificultan la convivencia y la construcción de paz.


94

PARTE IV. MOMENTO METODÓLOGO

“10 de abril 1800 — Los negros están rebeldes. La Tripulación intranquila. Nuestro

traductor dice que sus gemidos son una plegaria para llamar a la muerte, la nuestra y la de

ellos. Algunos intentan morir de hambre. Perdimos tres esta mañana cuando saltaron riendo

locamente a los tiburones que los esperaban, cantando a medida que se hundían.”

Fragmento del poema ‘La Travesía del Atlántico’ de Robert Hayden.


95

Capítulo 5. Metodología

5.1. Método

Indagar sobre las dinámicas de legitimación social de la violencia en una población con

realidades sociales e históricas tan complejas como las comunidades negras de Colombia,

requiere plantear en su método una combinación de paradigmas, epistemologías, enfoques

metodológicos y teorías, que le permita en forma científica y rigurosa acercarse desde un diseño

adecuado al contacto y entendimiento de tal realidad; en forma natural con las subjetividades

de los participantes, pero también deberá permitir la experimentación y la puesta en escena de

modelados estadísticos que expliquen tales las realidades.

Resolver la dicotomía, sin perder el rigor científico para conservar el dualismo de la

construcción social de la realidad, llevaron a plantear la investigación desde un método mixto

que encuentra en el equilibrio epistemológico y filosófico de los paradigmas empírico analítico

e interpretativo, la forma acertada de responder al planteamiento del problema de investigación

(Creswell y Plano, 2011; Johnson y Onwuegbuzie, 2004).

En cuanto a la preponderancia de los enfoques cuantitativo (CUAN) o cualitativos

(CUAL) presentes en la investigación, el peso de los aportes nos apresura a determinar un

diseño avanzado de caso de estudio múltiple que combina dos diseños secuenciales

exploratorios ideales para estudiar dos realidades poseedoras de particularidades diferentes que

las hacen objeto de estudio. Así, la preponderancia recae por igual en ambos: CUAL - CUAN,

resultado un estudio donde los descubrimientos realizados desde el enfoque cualitativo,

contribuye a la explicación de los resultados obtenidos desde el enfoque cuantitativo (Creswell

y Plano, 2011).

Desde una perspectiva CUAL, se recopilaron los relatos de la presencia de las FARC-

EP y las AUC en las comunidades ubicadas en el Litoral de Montes de María, para reconstruir

la memoria histórica producto de la interacción entre estos grupos con la población civil y sus
96

mecanismos de resistencia armada o simbólica que resuenan en los conflictos cotidianos

actuales de las comunidades negras.

Desde un enfoque CUAN, se compara analíticamente la configuración de las creencias

que legitiman la violencia a partir de las formas de afrontamiento de conflictos cotidianos

simulados, el uso de mecanismos de desconexión moral para justificar la conducta y las

expectativas de legitimación social. De igual forma se establece la incidencia de los hechos

victimizantes, el grupo de edad y el sexo en la configuración de las creencias que legitiman la

violencia en las comunidades negras que resistieron a partir de la confrontación armada frente

y quienes usaron mecanismos simbólicos de resistencia en el Litoral de Montes de María.

5.1.1. Diseño

Las siguientes figuras ilustran el método de estudio de caso múltiple en la investigación:

Figura 2. Diseño metodológico del grupo A: Rincón del Mar (resistencia simbólica). Elaboración propia.
97

Figura 3. Diseño metodológico del grupo A: Libertad (resistencia armada). Elaboración propia.

5.1.1.1. Desde la perspectiva CUAL. La investigación desde un diseño narrativo se

convirtió en un reto para el investigador partiendo de la premisa de hacer ciencia y convertir

situaciones cercanas a su realidad biográfica en situaciones científicas, buscando lo que Schutz

(1936, p. 271) denominó “la imparcialidad de los patrones de valores”, muy acorde con la línea

discursiva de Husserl (1900) quien insistió en la posibilidad de llegar a conocer cómo la mente

estructura la experiencia. Este enfoque, denominado fenomenológico, se define como […] “el

enfoque descriptivo de la experiencia humana, quien inicia con el reconocimiento de que las

“cosas” (eventos, procesos, objetos, otras personas) se nos dan en la experiencia en y en la

compresión humana” (Packer, 2013, p. 177).

La investigación encuentra en estos postulados el fundamento para reconstruir la

memoria histórica de las experiencias vividas por el grupo poblacional que en medio del

conflicto armado interactuaron con la insurgencia (FARC-EP) y contrainsurgencia colombiana

(AUC), además de desentrañar los mecanismos de resistencia armada o simbólica que resuenan

que en sus conflictos cotidianos; en esta línea recalca Schutz que la realidad social se entiende
98

intersubjetiva, pero se constituye a partir de proceso e interpretaciones de esa realidad en forma

individual y subjetiva (Packer, 2013).

La perspectiva narrativa en la investigación cualitativa aparece ante la necesidad de

entender las historias contadas y recontadas, y que en definitiva, develan el comportamiento

humano asumido en un punto histórico de la vida de los informantes, en este caso, los nativos

de los corregimientos de Rincón del Mar, Libertad y otros poblados. Radica allí un punto

importante en esta perspectiva, debido a que recoge subjetividades y construye significado

(García y Huidobro, 2016). En esta línea se precisa que para la investigación se comprende la

narrativa como la forma de co-construir la realidad vivida, pero también cuestionarla; además

de ser insumo epistemológico y ontológico de las construcciones y resultados del estudio. Así

se asume “lo narrativo no solo como una posibilidad para aprender, desde las historias que

contamos y reflexionamos sobre nuestra vida, sino como un aprendizaje contingente que

sucede durante el proceso de quien se cuenta” (García y Huidobro, 2016, p. 160).

En la misma línea, se le atribuye a la narrativa el atributo de organizar y explicar,

descifrar e iluminar, en definitiva, una forma diferente de ver e interpretar la realidad (Packer,

2017; Prince, 1987). Lo anterior reafirma lo expresado desde otras perspectivas cuando

sostienen que en las ciencias sociales se está dando un “giro narrativo” al considerar la forma

como las personas estructuran a través de la historia, las dinámicas sociales vividas, siendo el

canal natural aquello que llamamos relato (Sparkes y Devis, 2018).

En este discurrir de razones prácticas para soportar la escogencia del enfoque narrativo

en la investigación, encontramos cuatro características que la soportan y ampliamente

documentados en Domínguez y Herrera (2013, p. 603):

a) Permiten la reflexión constante y la asunción de actitudes que desarrollan estrategias

en función del sentido buscado por las personas para su vida.


99

b) Las narrativas se adquieren en la relación con los otros, en tanto que el ser humano

en su condición inherente de mantenerse en interacción permanente con los otros no

puede ser autosuficiente ni estar aislado, sino que es socialmente interdependiente.

c) Carácter personal, son únicas e individuales en la medida en que contienen

circunstancias, emociones, sentimientos y motivaciones particulares.

d) Las personas construyen sus identidades mediante narrativas y las cuestiones

referidas al yo y a la identidad (la compresión de quién soy y quiénes somos).

5.1.1.2. Desde la Perspectiva CUAN. A partir de la necesidad de utilizar las unidades

de análisis que hacen parte del estudio y de los alcances metodológicos esperados en los

objetivos 2, 3, y 4, se propuso un análisis comparativo que posibilita el examinar semejanzas,

diferencias y causas de los fenómenos estudiados, ocurridos en momentos históricos variados

al interior de una sociedad (Colino, 2009). En la misma perspectiva, Colinos (2009) describe

los objetivos de un análisis comparativo: a) Se investigan semejanzas y diferencias (variación)

entre casos; b) Las observaciones deben ser explicadas; c) La comprobación de las hipótesis

explicativas, conllevan al descubrimiento de covariación o la interpretación de la diversidad;

d) La generación de las teorías o su refutación, deben explicar la complejidad de relaciones

causales y el establecimiento de generalizaciones o pautas particulares.

Dado que los hechos que problematizan la investigación ocurrieron entre 1993 y 2006,

es decir la muestra ya fue expuesta a los niveles de violencia y a los hechos victimizantes objeto

del estudio, y ante la imposibilidad ética de manipular la variable independiente, se planteó un

diseño ex post facto retrospectivo de comparación de grupos. Concordante con algunos

teóricos, este tipo de estudios buscan probar la relación causal de una o más variables

independientes y la variable dependiente a través del análisis de datos estadísticos en donde no

es posible utilizar experimentos puros (Cook y Campbell, 1976; Bono, 2012).


100

La investigación se realizó con diseños factoriales para probar la dependencia entre las

variables independientes y dependientes con el objeto de permitir un análisis explicativo del

problema de investigación. Así, en cuanto al primer grupo de hipótesis, se buscó corroborar la

dependencia que entre los hechos victimizantes y la legitimación de la violencia en las

comunidades negras que resistieron a los hechos asociados al conflicto interno a través de la

confrontación armada frente a aquellas que utilizaron mecanismos simbólicos de resistencia,

expresada en el afrontamiento de conflictos simulados, el uso de mecanismos de desconexión

moral para justificar las decisiones propuestas y las expectativas de legitimación social de las

mismas.

Tabla 12. Diseño factorial de 2x3 para la población según los hechos victimizantes y legitimación de la
violencia

Factor 1. Población Factor 2. Hecho Variables dependientes


victimizante
G1: Comunidad de Rincón del Mar Violencia sexual
- Afrontamiento del conflicto
[mecanismos de resistencia simbólica] Tortura
- Mecanismos de
Desplazamiento
desconexión moral
G2 : Comunidad de Libertad Violencia sexual
- Expectativas de legitimación
[mecanismos de resistencia armada] Tortura
social
Desplazamiento

Al pasar al segundo grupo de hipótesis, se encuentra relacionado con el sexo y la forma

como se configuran las creencias legitimadoras de la violencia en las comunidades negras que

resistieron a los hechos asociados al conflicto interno a través de la confrontación armada frente

a aquellas que utilizaron mecanismos simbólicos de resistencia.

Tabla 13. Diseño factorial de 2x2 para población según sexo y legitimación de la violencia

Factor 1. Población Factor 2. Sexo Variables dependientes

G1: Comunidad de Rincón del Mar Femenino - Afrontamiento del conflicto


[mecanismos de resistencia simbólica] Masculino - Mecanismos de
desconexión moral
G2 : Comunidad de Libertad Femenino
- Expectativas de legitimación
[mecanismos de resistencia armada] Masculino
social
Frente al tercer grupo de hipótesis, se relaciona con la edad y la forma como se

configuran las creencias legitimadoras de la violencia en las comunidades negras que


101

resistieron a los hechos asociados al conflicto interno a través de la confrontación armada frente

a aquellas que utilizaron mecanismos simbólicos de resistencia.

Tabla 14. Diseño factorial de 2x4 para la población según la edad y legitimación de la violencia en víctimas

Factor 1. Población Factor 2. Grupo de edad Variables dependientes

G1: Comunidad de Rincón del Mar < de 20


[mecanismos de resistencia simbólica] de 21 a 40
- Afrontamiento del conflicto
de 41 a 60
- Mecanismos de
> 60
desconexión moral
G2 : Comunidad de Libertad < de 20
- Expectativas de legitimación
[mecanismos de resistencia armada] de 21 a 40
social
de 41 a 60
> 60

5.1.2. Definición de Variables

5.1.2.1. Operacionalización de la Variable Independiente. En el capítulo 3 se definen

los hechos victimizantes como los delitos cometidos en ocasión al conflicto armado interno de

Colombia por las estructuras armadas irregulares paraestatales e insurgentes y por las fuerzas

estatales. Dicho capítulo aporta la información conceptual para determinar la

operacionalización de la variable independiente considerando la Ley 1448 de 2011.

Tabla 15. Operacionalización de la variable independiente

Variable Dimensión Indicadores Índice


Hecho Hechos Formas de violencia sexual - Violación
victimizante victimizantes cometidas con ocasión del - Esclavitud sexual,
contra la libertad e conflicto armado interno, tales - Prostitución forzada
integridad sexual, como: acceso carnal violento, - Embarazo forzado
violencia sexual. esclavitud sexual, prostitución - Esterilización forzada
forzada, esterilización forzada, - Otros abusos sexuales de
aborto forzado, entre otras. gravedad comparable.
Hechos Sufrimiento o tratos crueles, - Golpes en diversas partes del
victimizantes inhumanos y degradantes cuerpo con palos y patadas.
contra la integridad - Colgar atado de las manos.
física – tortura. - Prohibición de agua y
alimento.
- Ejercicios hasta el
agotamiento.
- Contemplación de las torturas
a otra persona.
Hechos Desplazamiento forzado - Desplazado individual
victimizantes - Desplazado colectivo
contra la integridad - Causado por grupos armados
física, la seguridad al margen de la Ley
y libertad – - Causado por agentes del
desplazamiento. Estado.
102

Fuente: construcción propia a partir de la información contenida en el Manual Criterios de Valoración de la Unidad para la
Atención y Reparación Integral a las Víctimas (2015).

5.1.2.2. Operacionalización de la Variable Dependiente. En el caso de la variable

dependiente, su operacionalización parte del encuadre teórico y conceptual del capítulo 4,

donde se entiende a la Legitimación de la Violencia como un proceso psicosocial soportado en

un conjunto de elementos normativos construidos, aceptados, validados culturalmente y

socialmente interiorizados por el colectivo involucrado con el fin de justificar la violencia como

un justo proceder en algunas situaciones (Martínez-González y Amar-Armar, 2017; Fernández,

2009; Galtung, 1990; Johnson, Dowd, y Ridgeway, 2006).

Tabla 16. Operacionalización de la variable dependiente

Variable Dimensiones Indicadores Índices


Legitimación de la Intrapersonal: Mecanismos de desconexión Escala tipo Likert.
violencia Esta dimensión determina el moral:
 A nivel global:
mecanismos de desconexión
- Justificación moral Puntaje promedio de los
moral de preferencia
- Etiquetación eufemística mecanismos de
seleccionado para justificar
- Comparación ventajosa desconexión moral de
la conducta inmoral
- Difusión de la acuerdo con la escala
responsabilidad (Bandura et al., 1996).
- Transferencia de la  Puntuación:
responsabilidad Cada ítem se mide en
- Distorsión de las una escala de 1 a 5
consecuencias correspondientes al nivel
- Culpar a la víctima de acuerdo con la
- Deshumanizar a la víctima afirmación planteada.
Personal: Ítems de selección múltiple
Esta dimensión evalúa la Afrontamiento de conflictos: con única respuesta.
decisión de los participantes
En condición de poder de  A nivel global:
ante la ocurrencia de un
igualdad, ventaja y desventaja: Frecuencia de selección
conflicto
de cada opción para
 Pedir ayuda afrontar el conflicto.
 Dialogar  A nivel individual:
 Desistir del conflicto Cada ítem presenta seis
 Huir opciones de decisión en
 Responder al ataque una escala categórica
 Perdonar correspondiente a las
posibles respuestas ante
la presencia del conflicto
103

Interpersonal: Expectativa de legitimación Ítems de selección múltiple


Esta dimensión evalúa las social con única respuesta.
expectativas que tiene el Comunidad
 A nivel global:
participante sobre la postura - Sancionan
Frecuencia de selección
del otro frente a la - No hacen nada
ocurrencia de un conflicto. - Legitiman de cada opción que
Instituciones representa la expectativa.
- Sancionan  Cada ítem presenta una
- No hacen nada escala categórica de tres
- Legitiman opciones
Familia correspondientes a las
- Sancionan posibles respuestas
- No hacen nada antes las expectativas de
- Legitiman legitimación social
Fuente: elaboración propia a partir de Martínez-González (2016).

5.1.3. Participantes

5.1.3.1. Criterios de Inclusión. Los participantes del estudio fueron habitantes de los

corregimientos de Libertad y Rincón del Mar en el departamento de Sucre, que integran los

consejos comunitarios Nuevo Horizonte y Rebelión respectivamente, con edades entre los 14

y 26 años (jóvenes), entre 27 y 65 años (adultos), y mayores de 65 (adultos mayores), todos

víctimas del conflicto armado, específicamente tres hechos victimizantes: tortura, violencia a

la integridad sexual y desplazamiento, cometidos por los actores armados que hicieron

presencia activa en el Litoral Montes de María. Atendiendo a las especificidades del enfoque

CUAL, se escogieron perfiles de informantes considerados claves en la reconstrucción de la

memoria histórica de los hechos acontecidos ante la presencia de las FARC-EP y las AUC en

sus territorios, caracterizados por ser víctimas con rasgos socioculturales y económicos

similares: pequeños comerciantes, políticos, líderes sociales, exintegrantes de la fuerza pública,

desmovilizados de la guerrilla, docentes y campesinos.

5.1.3.2. Muestreo. En el proceso de reconstrucción de la memoria histórica de la

presencia de las FARC-EP y las AUC en el Litoral Montes de María (perspectiva CUAL) en

función de la pertinencia para la investigación en términos de conveniencia y casos de estudio,

fueron seleccionados cuarenta y seis (46) personas víctimas, esto es, una muestra de tipo

homogénea combinada con caso típico, ya que los seleccionados guardan rasgos similares que

los hace representativos para el estudio (Mertens, 2010).


104

Para el caso de la perspectiva CUAN, la investigación se remitió a los datos contenidos

en el Registro Único de Víctimas de Colombia, con fecha de cohorte 10 de octubre del 2022,

información que se trianguló y depuró con datos y registros de la Oficina de Víctimas local del

municipio de San Onofre y de los Consejos Comunitarios Nuevo Horizonte del corregimiento

de Libertad (N= 235) y Rebelión de Rincón del Mar (N=109), para una muestra total de N=

344. Se utilizó un muestreo no probabilístico, por cuotas y conveniencia, en el cual se

establecieron dos grupos, como se describe en la siguiente tabla:

Tabla 17. Muestreo

Total población por %


Grupo Hecho victimizante Muestra
hecho victimizante de representatividad
Corregimiento de Tortura 45 5 11.11%
Rincón del Mar Delito contra la libertad
[resistencia 18 2 11.11%
e integridad sexual
simbólica] Desplazamiento 987 102 10.33%
Corregimiento de Tortura 30 3 10.0%
Libertad Delito contra la libertad
[resistencia 136 17 12.5%
e integridad sexual
armada] Desplazamiento 2038 215 10.55%
Total población 3254 344 10.57%

Nota: Datos suministrados por oficina de atención de víctimas del Municipio de San Onofre. Se realiza el cálculo de la muestra
sobre el total de la población con un nivel de confianza del 95% y un margen de error del 5%.

La distribución de participantes según el corregimiento quedó de la siguiente forma:

Proporción de participantes

32%

Libertad
Rincón del Mar
68%

Figura 4. Distribución de la muestra de participantes según corregimiento

5.1.3.3. Características demográficas de la muestra

El abordaje de la muestra con relación al sexo presentó una distribución de 50,6%

correspondiente al sexo femenino (N=175) y del 48,8%% para el sexo masculino (N=169).
105

Proporción de participantes

49% Femenino
51%
Masculino

Figura 5. Distribución según sexo

En cuanto a los HV, los delitos contra la integridad sexual y reproductiva representan

el 5,5% de la muestra (N=19), mientras que las torturas figuran con un 2,3% (N=8) y finalmente

el desplazamiento forzado con una representación del 91,1% (N=317).

Proporción de participantes

2% 6%

Desplazamiento forzado
Tortura
Violencia sexual

92%

Figura 6. Distribución según hecho victimizante

En cuanto a las edades, los participantes se organizaron de acuerdo a grupos de edad

conformadas por menores de 21 años con un 33,7% (N=116); de 21 a 40 años con un 39,2%

(N=135); de 41 a 60 años con un 21,8% (N=75) y el grupo de mayor de 60 (N=18). La siguiente

tabla contiene el detalle de los grupos de edad.

Tabla 18. Tabla de frecuencias de edades

Edades Agrupadas Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado


1 -20 años 116 33.72 33.721
106

21 -40 años 135 39.24 72.96


41 - 60 años 75 21.802 94.76
+ de 61 años 18 5.233 100.00
Missing 0 0.00
Total 344 100.00

La siguiente tabla contiene la discriminación de los grupos de edad por corregimiento.

Tabla 19. Tabla de frecuencia del grupo de edades por corregimiento

Corregimiento Edades Agrupadas Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado


Rincón del Mar 1 -20 años 23 21.10 21.10
21 -40 años 38 34.862 55.96
41 - 60 años 40 36.69 92.66
+ de 61 años 8 7.33 100.00
Total 109 100.000
Libertad 1 -20 años 93 39.57 39.57
21 -40 años 97 41.27 80.85
41 - 60 años 35 14.89 95.74
+ de 61 años 10 4.25 100.00
Total 235 100.00

5.1.4. Técnica

Desde el enfoque CUAL se utilizó la observación participante y entrevistas a profundidad.

5.1.4.1. Entrevistas a profundidad. Orientada a la recolección de la información

necesaria para construir la memoria colectica del conflicto armado desde las experiencias de

las comunidades negras del municipio de San Onofre y corregimientos implicados. Esto es […]

“adentrase en la vida del otro, penetrar y detallar en lo trascendente, descifrar y comprender

los gustos, los miedos, las satisfacciones, las angustias y alegrías, significativas y relevantes

del entrevistado; construir paso a paso y minuciosamente la experiencia del otro” (Robles,

2011, p. 40). El guion inicial del de la entrevista giró alrededor del reconocimiento de los

mecanismos de resistencia utilizados por las víctimas, la concepción de autonomía comunitaria

vista desde los líderes sociales y concejos comunitarios, la estructuración y concepción del

constructo tejido social, la identificación de los hechos victimizantes más incidentes en la vida

de rinconeros y liberteños, las antológicas de un pasado donde se pudo vivir en paz, la

determinación de las consecuencias del conflicto y como este afectó sus dimensiones como ser

social y familiar
107

5.1.4.2. Revisión documental. Se realizó una revisión de las bases de datos del Centro

Nacional de Memoria Histórica, especialmente de los registros de casos con relación al

conflicto armado interno perpetrados por grupos insurgentes, contrainsurgentes y estales en las

zonas de estudio. Los registros de lo sucedido en los municipios de San Onofre, Bojayá y San

Andrés de Tumaco fueron fundamentales para la precisión de la problemática y los

comparativos a realizar. En la misma línea, se hicieron revisiones documentales de las bases

de datos del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP/PPP27) y la Fundación

Paz & Reconciliación. Los documentos construidos sobre el conflicto armado en Colombia,

desde una mirada crítica e independiente terminaron por fundamentar los argumentos para

comprender las aristas, en ocasiones confusas y mezcladas territorial e ideológicamente, del

conflicto armado. De igual forma, se recibieron aportes significativos de la Oficina Delegada

de Asuntos Étnicos de la Procuraduría General de la Nación. Los criterios para ahondar en las

bases de datos analizadas fueron: rango de fechas desde 1996 a 2016; municipios San Onofre,

San Andrés de Tumaco y Bojayá; categoría de búsqueda: Acciones del conflicto armado,

masacres, paros armados, secuestros, tráfico de armas, amenazas, reclutamiento forzado,

allanamientos, confinamientos y captura.

5.1.4.3. Por su parte, desde el enfoque CUAN se usaron:

5.1.1.1. Cuestionarios. Se utilizaron cuestionarios, tipo prueba psicométricas

confiables y válidas, en la recolección de datos desde la perspectiva de investigación

cuantitativa. Su estructura se basa en un conjunto de preguntas (cerradas y abiertas)

relacionadas con una o varias variables coherentes con el problema formulado, objetivos e

hipótesis (Brace, 2018).

5.1.1.2. Viñetas. Su propuesta reemplaza la estructura rígida de los cuestionarios

frente a temas sensibles como en este caso, para una población que en su mayoría se declara

27
https://www.cinep.org.co/
108

víctima de conflicto armado. La técnica consiste en la simulación, recreación de una historia o

acercamiento a la realidad a partir de una imagen para provocar en el entrevistado la emisión

de juicios, una elaboración de significado o la toma de decisiones frente a la situación recreada

(Paddam et al., 2010). Su uso, acerca al investigador a las acciones y mecanismos cognitivos a

los que recurren los entrevistados en el afrontamiento de las situaciones problemáticas a los

que son expuestos (Richman y Mercer, 2002; Yañez et al., 2012); El uso de viñetas en estudios

complejos como los experimentos y diseños factoriales, permiten [..] “combinar la técnica de

encuesta y el diseño experimental. En este caso, el objetivo suele ser determinar en qué grado

algunos factores influyen en una decisión que a los encuestados se les plantea al final de una

viñeta” (Yáñez, Ahumada y Rivas, 2012, p. 11).

Tres son las formas de trabajar con viñetas: […] “La primera, se llama foto instantánea

y consiste en la recopilación de información a partir de la observación de campo”, una segunda

llamada […] “retrato y se intenta representar a los participantes de la situación, tanto sus

características personales, sus conductas y sus experiencias, basándose fundamentalmente en

lo que dicen los propios actores”; y una última […] “el método compuesto, que es una mezcla

de diversas situaciones que pueden ser tanto reales como ficticias, observadas o hipotéticas”

recreada (Yáñez, Ahumada y Rivas, 2012, p. 11). Esta investigación utilizó la técnica

compuesta.

5.1.5. Instrumentos

5.1.1.3. Escala de Desconexión Moral. Propuesto por Bandura et al., (1996), para

medir los mecanismos de desconexión moral. Se estructura en 8 subescalas a saber:

Justificación Moral, Etiquetación Eufemística, Comparación Ventajosa, Transferencia de la

Responsabilidad, Difusión de la Responsabilidad, Distorsión de las Consecuencias, Atribución

de la Culpa y Deshumanización. El cuestionario está compuesto por 32 ítems con opciones de

respuestas que van desde 1 punto para respuestas nada de acuerdo, hasta 5 puntos para
109

respuestas totalmente de acuerdo (Ver anexo, Escala de desconexión moral). La siguiente tabla

asocia cada uno de los 32 reactivos a los 8 mecanismos de desconexión moral:

Tabla 20. Ítems correspondientes a cada mecanismo de desconexión moral

Variable Mecanismos de desconexión moral Reactivos


Mecanismo de desconexión Justificación moral Ítem 1, 9, 17, 25
moral Etiquetación eufemística Ítem 2, 10, 18, 26
Comparación ventajosa Ítem 3, 11, 19, 27
Transferencia de responsabilidad Ítem 5, 13, 21, 29
Difusión de la responsabilidad Ítem 4, 12, 20, 28
Distorsión de las consecuencias Ítem 6, 14, 22, 30
Culpar a la vícitma Ítem 8, 16, 24, 32
Deshumanizar a la víctima Ítem 7, 15, 23, 31
Nota: Adaptado de Bandura et al., (1996.)

La escala ha sido utilizada en varios estudios recientes que la resaltan su confiabilidad.

Robles-Haydar (2019), realiza un estudio a nivel doctoral denominado “Influencia de los

factores personales y contextuales sobre los niveles de desconexión moral en adolescentes

escolarizados de 11 a 16 años de edad en la ciudad de Barranquilla, Colombia” donde obtuvo

una confiabilidad con Omega de McDonald de 0.94. Por su parte, Rubio-Garay et al., (2019),

en un estudio sobre desconexión moral y violencia en las relaciones de noviazgo de

adolescentes y jóvenes: relaciones de noviazgo de adolescentes y jóvenes, encuentran que en

la consistencia global interna la una muestra de estudio tuvo un alfa Cronbach de 0.78.

Finalmente, en el presente estudio, las propiedades psicométricas de la escala

evidenciaron su alta confiabilidad, con la estimación del coeficiente alfa de Cronbach de 0.778

y con Omega de McDonald de 0.784, resultados consistentes con otros estudios que ubican la

estimación cercana a esta medición (Navas, 2018; Gómez y Durán, 2021; Aquino et al., 2007;

Azimpour, et al., 2020).

5.1.1.4. Viñetas para evaluar el afrontamiento de conflictos cotidianos y las

expectativas de legitimación social de la violencia. Las viñetas se diseñaron con base en el

marco teórico planteado en el capítulo 4, recreando las siguientes eventualidades: a) situación

conflictiva en donde el participante asume el rol del personaje en desventaja frente a un


110

oponente que se percibe fuerte en función de la contextura física, superioridad numérica o

armado (arma de fuego o blanca); b) situación conflictiva donde el participante asume el rol

del personaje que se encuentra en ventaja frente a un oponente que se percibe débil en función

de la contextura física, inferioridad numérica o desarmado; c) situación conflictiva con una

clara igualdad de fuerzas; d) situación de interacción frente a un grupo de paramilitares; e)

situación de interacción frente a un grupo de guerrilleros.

En cuanto a las tomas fotográficas y los actores, estos fueron seleccionados por un

fotógrafo profesional quien luego de conocer el perfil de la investigación y la intencionalidad

de los instrumentos, procedió con selección de los actores, la captura de las escenas, situaciones

descritas y firma de cesión o derechos de uso de imágenes (ver anexo, cesión o uso de derechos

de imagen). Las locaciones fueron los corregimientos de Libertad y Rincón del Mar (ver anexo,

viñetas para evaluar la variable afrontamiento de conflictos y expectativas de legitimación

social). También se utilizaron imágenes de internet con licencia estándar.

Las viñetas presentan una secuencia de situaciones típicas de conflictos o situaciones

que provocan reacciones emocionales y conductuales en personas que asumen roles de

victimario y víctimas. Se emplearon 9 viñetas para la variable afrontamiento de conflicto y 6

viñetas para la variable expectativas de legitimación social de la violencia. Se recrean

escenarios asimétricos de poder circundantes a las realidades sociales de las dos poblaciones

involucradas en el estudio y se describen a continuación:

5.1.1.4.1. Viñetas para medir la variable de afrontamiento de conflictos. Los

contenidos de las viñetas describen algunas situaciones que pueden presentarse en las

dinámicas comunitarias cotidianas con tendencia a desembocar en una agresión. Se le pidió a

cada participante escribir en cada caso y en una sola palabra, su decisión de acción inmediata

ante las situaciones recreadas en las imágenes, ejemplo: huir, buscar ayuda, dialogar, agredir.

Tabla 21. Viñetas caso 1. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja

Desventaja por superioridad numérica Desventaja por superioridad física 1 Desventaja por superioridad física 2
111

Coloque aquí, en una sola palabra su Coloque aquí, en una sola palabra su Coloque aquí, en una sola palabra su
decisión de acción inmediata ante las decisión de acción inmediata ante las decisión de acción inmediata ante las
situaciones recreadas en las imágenes situaciones recreadas en las imágenes situaciones recreadas en las imágenes

Tabla 22. Viñetas caso 2. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja

Ventaja por superioridad numérica Ventaja mujer – mujer por Ventaja hombre – mujer por
superioridad física superioridad física

Coloque aquí, en una sola palabra su Coloque aquí, en una sola palabra su Coloque aquí, en una sola palabra su
decisión de acción inmediata ante las decisión de acción inmediata ante las decisión de acción inmediata ante las
situaciones recreadas en las imágenes situaciones recreadas en las imágenes situaciones recreadas en las imágenes

Tabla 23. Viñetas caso 3. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad

Igualdad mujer - mujer Igualdad hombre-hombre Igualdad mujer-hombre

Coloque aquí, en una sola palabra su Coloque aquí, en una sola Coloque aquí, en una sola palabra su
decisión de acción inmediata ante las palabra su decisión de acción decisión de acción inmediata ante las
situaciones recreadas en las imágenes inmediata ante las situaciones situaciones recreadas en las imágenes
recreadas en las imágenes

5.1.1.4.2. Viñetas para evaluar las expectativas de legitimación social de la violencia.

Las situaciones recreadas describen algunas situaciones que pueden presentarse en las

dinámicas sociales con posibilidad de ser interpretadas como conductas reprochables que
112

atentan contra la moral comunitaria. Así, en la ocurrencia de tales los hechos, existen instancias

sociales que en el imaginario colectivo aprueban tales conductas, otras lo sancionan y algunos

no hacen nada. En el estudio se consideraron las siguientes instancias: comunidad, familia,

consejo comunitario y fuerza pública. Así, ante las siguientes viñetas se les pidió a los

participantes que, con base en sus creencias, marcaran en la casilla “Tipo de legitimación”:

“1”, para sanciona o castigan; “2”, para legitiman o aprueban; “3”, para no hacen nada.

Tabla 24. Viñeta. Agresión contra la mujer y agresiones entre mujeres

Agresión hombre-mujer Agresión mujer-mujer

Situación recreada: agresión de un hombre con una mujer Situación recreada: conflicto entre dos mujeres
Instancia que legitima Tipo de legitimación Instancia que legitima Tipo de legitimación
La familia La familia
La comunidad La comunidad
La fuerza pública La fuerza pública
El consejo comunitario El consejo comunitario

La validación del instrumento basado en viñetas consideró el siguiente procedimiento:

a. Inventario de potenciales evaluadores a través de un barrido y filtrado con los criterios

de pertinencia sobre el dominio de la variable de estudio. A partir de esto se

identificaron 10 potenciales evaluadores.

a) Contacto a través de correo electrónico para invitarlos a participar en la validación del

instrumento en calidad de expertos.

b) Envío de cuestionario y rúbrica de evaluación.

c) Recepción de las evaluaciones.

d) Aplicación de criterios de análisis a las evaluaciones para aceptación de cada viñeta.


113

En cuanto a la validación de contenidos, el estudio se decanta por la metodología de

Moriyama (1968), adaptada por Martínez-González (2016).

Tabla 25. Preguntas de evaluación del contenido de los instrumentos tipo viñetas y escala de valoración

Preguntas de evaluación
El instrumentos contiene todos los elementos que abordan conceptual y teóricamente la variable
Los ítems evalúan a cabalidad el concepto en cuestión
No existen ítems repetidos o que evalúen lo mismo
No hay ítems q no corresponden a las dimensiones de la variable
No hay ítems contradictorios
Ningún ítem evalúa más de dos indicadores
Algunos ítems son poco claros
Los ítems permiten determinar la postura del participante
Los ítems tienen un lenguaje comprensible
Las situaciones descritas en las imágenes son las adecuadas para el grupo poblacional
% promedio global
Nota: Adaptación de Martínez-González (2016).

La escala de valoración de este instrumento tuvo un puntaje de 0 a 2 donde 0 representa

la inconsistencia (ni de acuerdo ni en desacuerdo), 1 el desacuerdo y 2 de acuerdo con cada

una de las afirmaciones de la evaluación. La calificación final de cada viñeta osciló entre 0 y

20 puntos resultante de multiplicar 10 (expertos temáticos) por 2 (máxima puntuación a

otorgar). Por lo anterior, el procesamiento estadístico de las puntuaciones y/o respuestas

correspondientes a los 10 expertos temáticos en función de los aspectos evaluados (ítem a ítem)

arroja que si el ítem obtuvo un puntaje menor a 16 se considera desfavorable, con la

consecuente revisión crítica y replanteamiento de la viñeta. Si el puntaje estuvo entre 16 y 18,

se aplican modificaciones menores acorde a las observaciones de los expertos. Si el puntaje de

la viñeta fue mayor a 18, no se modifica.

Es de considerar que para Moriyama (1968), las viñetas evaluadas por expertos

temáticos y que califican como válidas, deben tener una ponderación final igual o mayor al

70% de acuerdo entre los evaluadores. Los resultados fueron los siguientes:

Tabla 26. Resultados de aprobación de expertos para las viñetas empleadas

Instrumento evaluado % De acuerdo entre expertos


Viñetas de Afrontamiento de Conflicto 82%
114

Viñetas de Expectativas de Legitimación Social de la Violencia 84%

Los resultados de validación de contenidos fueron determinantes. Los expertos

concluyen que los ítem, imágenes, situaciones y categorías considerados en el instrumento son

adecuados para medir la variable en una población con unas características particulares.

5.1.6. Procedimiento

5.1.1.5. Desde la perspectiva CUAL. Se siguió como procedimiento la

interpretación que de Wert et al. (2011) hiciera Hernández-Sampieri y Mendoza (2018):

5.1.1.5.1. Definir el Problema o Fenómeno a Estudiar. Se realizó la revisión de la

literatura académica y científica que dio cuenta de los siglos de exclusión, segregación y

racismo; revisión de la traza histórica de los negros desde su captura en África hasta su llegada

a la Nueva Granda; pero también del sufrimiento causado por una guerra ajena para lo cual fue

fundamental el estudio de los informes del Centro Nacional de Memoria Histórica y de los

datos estadísticos de organizaciones gubernamentales, ONG’s y literatura teórica. Los datos se

contrastaron con una inmersión previa en las zonas geográficas de estudio que permitió

verificar el estado de violencia estructural y la vulnerabilidad de derechos humanos y

ancestrales; la traza y repertorios de violencia usados por los grupos armados ilegales en

Colombia. Aquí se constataron los efectos del desplazamiento forzado, los horrores de la

violencia sexual, las secuelas de la tortura y la fragmentación del tejido social; en esa misma

línea, se revisaron bases de datos científicas con relación a la información y evidencia empírica

sobre el comportamiento de las variables para definir el encuadre teórico conceptual del estudio

que abordó el problema de investigación.

5.1.1.5.2. Recopilar los datos sobre las experiencias de diversos participantes respecto

a él. En una primera fase de tipo exploratoria, fueron contactados líderes sociales

representativos y reconocidos, caracterizados por su aceptación social y por la empatía que

producen en sus comunidades. Con ellos, se hicieron varios encuentros para socializar el objeto
115

y alcances del estudio. Este ejercicio permitió la identificación de los primeros informantes

(campesinos negros con experiencias de interacción con la insurgencia, de predominancia de

las FARC-EP y de las AUC) con los cuales se trabajó toda la reconstrucción de la memoria

histórica del conflicto desde la perspectiva de afectaciones e interacción en el Litoral Montes

de María. Su apoyo fue fundamental en el acercamiento con los corregimientos de Libertad y

Rincón del Mar y con los representantes legales de los Consejos Comunitarios Nuevo

Horizonte y Rebelión, respectivamente. A la postre, aprobaron la presencia del investigador en

su territorio (aunque los primeros acercamientos se hicieron en el casco urbano del municipio

de San Onofre. En una siguiente fase, la investigación precisó los escenarios puntuales,

convulsos y violentos sobre los cuales se enfocaría el estudio y se hizo un cercamiento con la

realidad de las comunidades negras: momentos, lugares, situaciones e informantes (Sandoval-

Casalimas, 1996).

En atención a la última fase, que involucra la recogida de datos propiamente dicha, el

ejercicio de investigación precisó: (1) lectura del consentimiento informado, (2) inicio,

grabación y transcripción de las entrevistas realizadas a los grupos poblaciones que

participaron en el estudio, a través de la herramienta de reconocimiento de voz de Google Docs,

y descargue de las mismas al formato de Microsoft Word, para su posterior análisis en Atlas.ti.

(3) Primera lectura del material recopilado, ajustes gramaticales, léxicos y semánticos de los

textos, (4) Nuevos encuentros con algunos informantes para precisar fechas, momentos y

situaciones asociados al conflicto armado.

5.1.1.5.3. Analizar los comportamientos y narrativas personales para tener un

panorama general de las experiencias. Este paso se encuentra relacionado con la fase

exploratoria. Fue necesario para corroborar el conocimiento previo que se adquirió sobre los

participantes, vivencias y experiencias de vida; en síntesis, sobre sus realidades sociales y

formas de construirla e interpretarlas. Se hizo un inventario de los documentos recopilados y


116

existentes; paso seguido se clasificaron los documentos en función de las características

demográficas y contenido de las narrativas; en esta línea, la revisión detallada permitió la

exclusión de algunas narrativas dada su irrelevancia y aportes no significativos al estudio

(Sandoval-Casalimas, 1996).

5.1.1.5.4. Identificar las unidades de significado y generar categorías, temas y

patrones, detectando citas o unidades clave. En un primer momento se construyó una matriz

de análisis de datos cualitativos a partir de categorías apriorísticas y conceptuales producto del

conocimiento de la teoría que soportó el estudio (ver anexo, primera matriz de análisis).

Posterior y luego de una profunda lectura de las entrevistas o narrativas recopiladas y su análisis

comparativo, surgen nuevas categorías emergentes; se renombran algunas de las ya

establecidas, lo que permiten extraer otros elementos de análisis que reconstruyeron y

representaron la totalidad de la realidad estudiada (ver anexo, segunda matriz de análisis)

(Sandoval-Casalimas, 1996). La dinámica dialógica y permanente entre el investigador, el

conocimiento adquirido a través del trabajo de campo y el ejercicio de análisis que de forma

analítica fue necesario para descubrir las categorías, fue una constante en todo el proceso

descrito.

5.1.1.5.5. Elaborar una descripción genérica de las experiencias y su estructura

(condiciones en las cuales ocurrieron, las situaciones que las rodean y el contexto). Aquí se

generan relaciones entre las categorías con lo que fue posible realizar un barrido sistémico de

los datos, que lograron crear la significancia esperada en el ejercicio investigativo; aunque

segmentado, de acuerdo con los hallazgos e interpretaciones parciales (Sandoval-Casalimas,

1996). Este punto se aborda a cabalidad en el momento de resultados, específicamente en

cuanto a la definición de categorías y subcategorías y la forma como se relacionan.

5.1.1.5.6. Desarrollar una narrativa que combina las descripciones y la estructura a

fin de transmitir la esencia de la experiencia de los participantes frente a la forma como se


117

desarrolló el conflicto armado en su territorio. Dado que los diseños narrativos tienen como

finalidad el entendimiento de la sucesión de hechos o situaciones contadas por quienes la

vivieron, la investigación ensambla los segmentos de datos narrativos en una historia general

que incluye cronologías, experiencias, constructos sociales, percepciones, añoranzas y hechos

relevantes para los participantes. Este punto se desarrolla en el capítulo de resultados,

específicamente en la definición de la secuencia de las narrativas, asociadas con las categorías

y la construcción de la memoria histórica del conflicto desde la mirada de los afectados.

5.1.1.6. Desde una perspectiva CUAN

El paso inicial aplica por igual al momento de la investigación CUAL y explicados

párrafos arriba: Definir el problema o fenómeno a estudiar y acercamiento a los participantes

en el estudio.

5.1.1.6.1. Diseño y pilotaje del instrumento. Fue necesario la búsqueda de un primer

instrumento para medir los mecanismos de desconexión moral utilizados por los nativos de las

zonas en cuestión para desconectarse moralmente ante la ocurrencia de un acto violento,

seleccionándose la escala desarrollada por Bandura (et al., 1996). En cuanto a la medición del

afrontamiento del conflicto y las expectativas de legitimación social, se diseñaron y validaron

dos instrumentos a partir de la técnica de las viñetas.

A partir de esto se realizó una prueba piloto que se aplicó en el casco urbano y rural del

municipio de San Onofre de diferentes formas. Del total de 30 participantes de la muestra

piloto, 10 respondieron el cuestionario de forma autoadministrada, individual; para ello, se

escogieron sujetos con nivel educativo mínimo educación básica secundaria. Otros 10

participantes respondieron bajo la misma modalidad, pero en grupos. Mientras que la población

residente en el área rural y con nivel educativo básica primaria o analfabetas, respondieron al

instrumento bajo la figura de entrevista personal.


118

La modalidad que resultó más eficaz fue el cuestionario autoadministrado en forma de

grupo. En contextos rurales, además de las viñetas, fue necesario recrear en forma de drama

las escenas correspondientes al afrontamiento de conflictos. En cuanto al instrumento para la

variable Expectativas de legitimación social de la violencia, algunas personas asentadas en el

contexto rural, mostraron resistencia a responder sobre todas las situaciones representadas. De

hecho, en el corregimiento de Libertad (zona que aún cuenta con presencia de grupos armados

irregulares) sólo fue posible aplicar las situaciones de violencia con duplas hombre – mujer y

mujer - mujer.

5.1.1.7. Recogida de Datos. Se coordinó la selección, contacto de la muestra y

aplicación de instrumentos con la ayuda de la Oficina de Atención a las Víctimas del municipio

de San Onofre.

5.1.1.8. Tratamiento de datos. Los datos fueron procesados y analizados utilizado a

través de la última versión de IBM SPSS Statistics Base para Windows (22.0), JASP versión

0.14.1.0 y el software para el análisis cualitativo de Datos ATLAS.Ti en su versión 8. En cuanto

al procesamiento de la información cualitativa recopilada se siguieron los pasos recomendados

por Escamilla y Novoa (2017, p. 80):

Contextualización: la información obtenida en las entrevistas es ampliada mediante la

consulta de otro tipo de documentación que pueda servir de referencia y profundización.

Análisis categorial: se realiza un análisis de las transcripciones mediante un formato

previamente establecido. El análisis busca la clasificación de la información en

categorías y subcategorías inicialmente establecidas en el proyecto de investigación,

que pueden ser actualizadas periódicamente por el equipo de trabajo según avanza el

proceso investigativo. Escritura de la trayectoria de vida: se lleva a cabo la redacción

final de las narrativas y trayectorias de vida parciales.


119

5.1.7. Consideraciones éticas

La población que participó en la investigación tiene unas características especiales más

allá de ser minoría étnica. La forma diferencial como el conflicto armado se desarrolló en sus

territorios junto a los daños sufridos, caracterizados de acuerdo a la ley 1448 de 2011 como

hechos victimizantes, afectaron su forma de percibir el mundo, desestructuraron su tejido

social, rompieron los vínculos comunitarios de confianza entre otros no menos importantes.

Así, se adquirió el compromiso de devolver el resultado del estudio y al menos buscar canales

o medios para hacer conocer su versión de la realidad y encontrar correspondencia con la

académica para atender sus particularidades sociales, psicológicas y psicosociales.

5.1.7.1. Consentimiento Informado. Todos los participantes involucrados en el

estudio y en sus diferentes niveles jerárquicos y civiles, firmaron el debido consentimiento

informado (ver anexo, consentimientos informados).

5.1.7.2. Uso y acceso a la información. Toda la información recopilada, analizada y

procesada producto de la interacción entre el investigador y la comunidad, se encuentra

resguardada en formato digital con copia de seguridad con acceso exclusivo del investigador y

para fines netamente académicos.


120

PARTE V. MOMENTO DE RESULTADOS


Ser enemigo eterno del tirano,
Manchar, si me es posible, mis vestidos
Con su execrable sangre, por mi mano
Derramarla con golpes repetidos;
Y morir a las manos de un verdugo,
Si es necesario, por romper el yugo….

Fragmento del poema “El Juramento” de Plácido, Gabriel de la Concepción Valdés


121

Capítulo 6. Resultados

6.1. Relatos de la presencia de las FARC-EP y las AUC en las comunidades de estudio

y sus mecanismos de resistencia que resuenan en los conflictos cotidianos actuales

6.1.1. Matriz de Análisis

Previo a la construcción de la matriz, se realizó el ejercicio de análisis consistente en:

desarrollo de un sistema de codificación de acuerdo a las necesidades de la investigación; se

utilizaron códigos de contextos para diferenciar lugares relacionados con el conflicto para

recoger las percepciones de los participantes; se crearon las primeras categorías de tipo

descriptivas a partir de la identificación previa de los acontecimientos asociados a los hechos

victimizantes pero también a partir del análisis de las narrativas de los participantes e intereses

de la investigación; se conceptualizaron los datos pasando de las categorías descriptivas a las

axiales o relacionales; para finalmente terminar con una codificación selectiva que articula el

sistema categorial (Sandoval-Casalimas, 1996). La siguiente tabla presenta el compendio de

datos en la matriz de análisis.

Tabla 27. Matriz de análisis datos cualitativos

Categorías Subcategorías
La promoción de la cultura de Paz
Denuncia pública de los actos violentos cometidos por los actores
Mecanismos de resistencia
armados
Resistencia armada local en contra de los actores armados
Incidencia de actores políticos sobre la autonomía comunitaria
Autonomía Organización social en consejos comunitarios
Decisiones democráticas y comunales en beneficio común
Fragmentación del tejido social
Tejido social
Pérdida de y de la cohesión social
Secuestros
Homicidios
Delitos contra la libertad e integridad sexual
Hecho victimizante Desplazamientos
Torturas
Control social
Discriminación racial
Tradiciones culturales
Añoranzas del pasado
Redes sociales
Bandas delictivas emergentes
Consecuencias del conflicto Afectaciones psicológicas debido al conflicto armado
Estigmatización social
122

Nuevas formas de ejercer el liderazgo social


Llegada del conflicto al territorio
Primeros actores
Visión sobre el conflicto armado Primeras interacciones
La degeneración de la actor armado
Lugares y territorios de la memoria

Definición de Categorías y Subcategorías

Mecanismo de Resistencia (A). Serie de acciones que, de forma laxa y espontánea, simbólica

o de hecho, se implementan por las comunidades desarmadas para contrarrestar los niveles o

el repertorio de violencia ocasionado por las estructuras armadas.

Tabla 28. Subcategorías de la categoría Mecanismos de resistencia

Subcategoría Definición
Promoción de la cultura de paz (A1) Acciones culturales tendientes a cambiar las acciones beligerantes por
opciones pacifistas para disminuir las posibilidades que los civiles sean
persuadidos por los grupos armados (Kaplan, 2021).
Denuncia pública de los actos violentos Acciones para comunicar a la opinión pública los excesos y repertorio de
cometidos por los actores armados (A2) violencia utilizado por los grupos armados, con el fin de afectar su
reputación ante el gobierno y ante instancias internacionales (Kaplan,
2021).
Resistencia armada local en contra de los Intento de resistencia armando local contra los grupos armados para
actores armados (A3) protegerse, lo que implica una fuerte cohesión comunitaria y determinación
para asumir los costos directos del mecanismo (Kaplan, 2021).

6.1.2.2. Autonomía (B). La preservación en la comunidad de un poder democrático

constante y no influenciable por actores externos, que se evidencia en las decisiones

comunitarias o de interés común (Kaplan, 2021).

Tabla 29. Subcategorías de la categoría Autonomía

Subcategoría Definición
Incidencia de actores políticos sobre la Acción cometida por las instancias políticas y grupos armados locales en la
autonomía comunitaria (B1) organización interna y administrativa territorial para corromper su objeto
social y labor comunitaria (constructo comunitario).

Organización social en consejos Iniciativa autónoma de la comunidad amparada en lo dispuesto a la ley 70


comunitarios (B2) de 1993 para organizarse en consejos comunitarios y tomar las decisiones
democráticas en función del bien común (constructo comunitario).

Decisiones democráticas y comunales en Acciones comunales tomadas en el seno de los espacios autónomos y en
beneficio común (B3) forma democrática para beneficio de la comunidad (constructo
comunitario).

6.1.2.3. Tejido Social (C.). Vínculo afectivo y social que se construye entre los

integrantes de una comunidad a partir de la tradición, usos, costumbres, solidaridad,


123

representaciones sociales, amor y respeto por el territorio (constructo conceptual de las

comunidades de Rincón del Mar).

Tabla 30. Subcategorías de la categoría Tejido Social

Subcategoría Definición
Fragmentación del tejido social (C1) Pérdida de los lazos de amistad confianza entre los miembros de la
comunidad, producto del miedo a no saber quién trabaja con los grupos
armados, dificultad en identificar colaboradores y terror ante el repertorio
de violencia ejercido por las estructuras armadas (constructo comunitario).
Pérdida de identidad cultural (C2) Abandono de las costumbres y tradiciones sobre todo religiosas y
folclóricas debido a la imposición por parte de los grupos armados quienes
al desconocer el significado y ancestralidad las costumbres, las anulan o
reemplazan (constructo comunitario).

6.1.2.4. Hecho Victimizante (D). Formas de ejercer, coaccionar, someter, causar dolor,

muerte y ultraje a través de la violencia contra una comunidad desarmada e indefensa

(constructo conceptual de las comunidades de Rincón del Mar).

Tabla 31. Subcategorías de la categoría Hecho Victimizante

Subcategoría Definición
Secuestros (D1) "Según la Organización de los Estados Americanos, “secuestro” significa
detener ilegalmente a una o más personas en contra de su voluntad
(incluyendo mediante el empleo de la fuerza, amenazas, el engaño, el
incentivo) con el propósito de exigir una ganancia ilícita o económica a
cambio de la liberación de la persona secuestrada; o para obligar a alguien
a hacer o a no hacer algo" (Unidad de víctimas, 2016, p, 108).
Homicidios (D2) "El homicidio es todo acto que priva la vida de otra persona; para efectos de
la valoración se entenderá como hecho victimizante cuando ocurra como
consecuencia de situaciones surgidas con ocasión del conflicto armado y
que además no respetan la normativa de derecho humanitario y derechos
humanos" (Unidad de víctimas, 2016, p. 71).
Delitos contra la libertad e integridad "Todo acto que atente contra la dignidad y la libertad de una persona
sexual (D3) mediante el uso de la fuerza física, psíquica o moral con el propósito de
imponer una conducta sexual en contra de su voluntad" (Unidad de víctimas,
2016, p, 123).
Desplazamientos (D4) "Es un fenómeno masivo, sistemático, de larga duración y vinculado en gran
medida al control de territorios estratégicos. Esta última característica
evidencia que, más allá de la confrontación entre actores armados, existen
intereses económicos y políticos que presionan el desalojo de la población
civil de sus tierras y territorio" (Centro Nacional de Memoria Histórica,
2013, p. 71).
Torturas (D5) "Todo acto por el cual un funcionario público, u otras personas a instigación
suya, infligen intencionalmente a una persona penas o sufrimientos graves,
ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de una tercera
información o una confesión, de castigarle por un acto que haya cometido o
se sospeche que ha cometido, o de intimidar a una persona u otras" (Oficina
del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
1975).
Control social (D6) Reemplazo de las normas de comportamiento moralmente aceptadas por la
comunidad, por aquellas que de forma arbitraria, son concertación alguna y
bajo la coacción de las armas, imponen los grupos armados y que terminan
en una ruptura del equilibrio social (construcción comunitaria).
124

Discriminación racial (D7) "Acto arbitrario dirigido a perjudicar a una persona o grupo de personas con
base principalmente en estereotipos o perjuicios sociales, por lo general
ajenos a la voluntad del individuo, como son el sexo, la raza, el origen
nacional o familiar, o por razones irrelevantes para hacerse acreedor de un
perjuicio o beneficio como la lengua, la religión o la opinión política o
filosófica" (Sentencia T-1090 de 2005, CC).

6.1.2.5. Añoranzas del pasado (E). Remembranzas de una época histórica,

caracterizada por la cohesión social, el bienestar colectivo, el respecto por el otro, el goce de

las tradiciones culturales, la seguridad alimentaria y la convivencia pacífica (constructo

conceptual de las comunidades de Rincón del Mar).

Tabla 32. Subcategorías de la categoría Añoranzas del pasado

Subcategoría Definición
Tradiciones culturales (E1) Remembranzas de una pasado armónico, familiar y comunitario donde
se celebraban las tradiciones culturales más significativas de la
comunidad (construcción comunitaria).
Redes sociales (E2) Lazos interpersonales, duraderos y sostenibles en el tiempo que
fortalecen el tejido social, propician movilidad social y desarrollo en las
comunidades negras (Construcción comunitaria).

6.1.2.6. Secuelas del conflicto armado (F). Afectaciones individuales o colectivas del

orden psicosocial, cultural y económico producto del conflicto armado.

Tabla 33. Subcategorías de la categoría Secuelas del conflicto armado

Subcategoría Definición
Bandas delictivas emergentes (F1) Grupos armados emergentes que cuentan en su estructura a personas
armadas nativas y foráneas que se dedican al narcotráfico y microtráfico
de drogas (Construcción comunitaria).

Afectaciones psicológicas debido al "Eventos traumáticos relacionados con la guerra contribuye a desórdenes
conflicto armado (F2) en la salud mental que pueden perdurar a lo largo del desarrollo de los
niños y adolescentes. Entre más comunes entre la población infantil y
adolescente, producidas por hechos relacionados con la guerra, se
encuentran la pérdida de relaciones interpersonales, ideas distorsionadas,
ansiedad, presencia de sintomatología ansiosa en niños, niñas y
adolescentes, problemas de atención, inseguridad, trastornos del sueño,
ansiedad por separación, depresión, indefensión, entre otras (Torres et al.,
2019, p. 41).

Estigmatización social (F3) Afectación por discriminación sufrida por los nativos dado la procedencia
geográfica de zonas de alta influencia de los grupos armados ilegales.

Nuevas formas de ejercer el liderazgo Cambios procedimentales y de discurro en el ejercicio pleno del rol como
social (F4) líder comunitario, propiciado por la natural e imperativa necesidad de
salvaguardar la integridad física a fin de no ser asesinado u hostigado por
los grupos armados (Construcción comunitaria).
125

Deslegitimación de la autoridad ancestral Consecuencia del ejercicio de coacción de los grupos armados y su rápida
(F5) pero arbitraria y sin fundamentos ancestrales o legales de solución de los
conflictos cotidianos o comunitarios (Construcción comunitaria).

6.1.2.7. Visiones sobre el conflicto armado (G). Acepciones que sobre el conflicto

armado se construyen en las comunidades que se vieron afectadas por el conflicto armado, y

que se construyen a partir de sus propias cosmovisiones, creencias, formas de ver la realidad y

afectaciones sufridas.

Tabla 34. Subcategorías de la categoría Visiones sobre el conflicto armado

Subcategoría Definición
Llegada del conflicto al territorio (G1) Primeras estructuras armadas en llegar al territorio.
Primeras interacciones (G2) Situaciones de contacto cotidiano y propio de la confluencia espacial
reducida entre comunidad y grupos armados.

La degeneración del actor (G4) Acciones ocurridas en una temporalidad que ubican al actor armado como
una amenaza para la comunidad dada la manifestación de un repertorio
de violencia e implantación de un régimen de terror contra la de la
población.

Concepto de conflicto armado (G5) Creencias sobre el conflicto armado.

Lugares y territorios de la memoria (G6) Asociación de lugares económicos con hechos de violencia o terror.

Interacción civil con los grupos armados Formas de convivencia que se establecieron entre las comunidades negras
(G7) del litoral Montes de María y los grupos armados insurgentes o
contrainsurgentes que ocuparon sus territorios.

6.1.3. Memoria del conflicto armado en el litoral Montes de María.

Las narrativas correspondientes a las vivencias son un reflejo de lo que Escamilla y

Novoa (2017) denominan la complejidad de las manifestaciones sociales, que se ensamblan

desde su significado individual, fragmentado y solitario, para percibirlas como un todo

complejo que constituye la historia, en este caso, del conflicto en el Litoral Montes de María.

Esta sección presenta narrativas discontinuas con múltiples voces que se comparten sin

componer un texto único y secuencial, sino que permiten la participación de diferentes

protagonistas que contribuyen a la narración sin perder la autonomía por su conocimiento del

hecho (Barbara y Bonet-Marti, 2009).


126

Así, los pobladores realizan sendas diferencias sobre los procesos de socialización entre

la insurgencia y los campesinos afrodescendientes, sobre todo los ubicados en el Pie de Monte

Montemariano y los asentados en la zona montañosa. Para ellos, las lógicas de la guerra en

Colombia y las dinámicas de expansión territorial de las guerrillas, trajo consigo a los primeros

frentes de la insurgencia de las FARC-EP. Para los campesinos afrodescendientes los recién

llegados sólo eran personas con rasgos y acento diferente que supieron mimetizarse

estratégicamente en la comunidad. El territorio afro fue un lugar de paso entre los campamentos

ubicados en la zona alta de la montaña y la “tierra plana” o Pie de Monte, zona habitada por

finqueros, ganaderos y comerciantes. Se percibe aquí a la insurgencia como un grupo armado

que actuó ideológicamente para contrarrestar los efectos que percibieron sectores privilegiados

y afines al establecimiento políticos y económica dominante contra grupos oprimidos (Polk,

2007; Galula, 1964).

(ID:3:19), esta gente las FARC a veces también bajaban por los lados de la Palmira…, pero a veces
también bajaban por el lado de Buenos Aires. Ellos salían del lado de Macayepo a la Palmira y cogían
para Buenos Aires, y de Buenos Aires cogían al Cerro del Floral, luego para Mesa y para el lado de
Carmen de Bolívar... Y de este otro lado, bajando Buenos Aires, salían a Palo Alto… y otra vez
regresaban, eso era bajaban y regresaban, bajaban y regresaban. Nosotros no sabíamos quiénes eran, sólo
gente armada que pasaba y pasaba de un lado para otro, pero no se metían con el campesino
(3.12.2020.SujetoCZM1.SO). Ref. 8678 – 9115.

(ID:3:20), yo no conozco los lados de la zona de San Onofre, de la zona Norte…, Pajonal, Libertad de
eso no conozco, pero si me contaban que ellos también patrullaban cuando bajaban por Palo Alto,
patrullaban toda esa zona igual por los lados de la playa, ¡claro! yo me recuerdo perfectamente que un
compañero campesino me decía: “ellos bajaban y caminaban por esa zona”.
(3.12.2020.SujetoCZM1.SO). Ref. 9118 – 9465.

La irrupción de la guerrilla en el territorio negro no fue mediada por la violencia, nunca

se atentó contra la moral comunitaria, el sistema de creencias de legitimación de la violencia

comunal y las normas sociales no se afectaron; incluso la insurgencia dinamizó la insipiente,

pero comunal economía de la zona. Al no tener una intención depredadora, la guerrilla de las

FARC-EP estableció un comercio de especies nativas domesticadas y granos indispensables

para alimentar a la tropa. En esencia, la guerrilla respetó el derecho consuetudinario para ejercer
127

el ser o derecho al territorio y su autonomía de estas comunidades. (Centro Nacional de

Memoria Histórica, 2018).

(ID: 4:8), del trato de la guerrilla antes de los hechos a nosotros siempre fue normal, es más creería que
cordial. Pedían permiso para pasar por la finca y pedían las cosas como animales y leche, incluso en
algunas ocasiones las compraban, pero ¿actuaron por la fuerza “o por la brava”? ¡no!, de allí que nosotros
le decimos que en su momento quién se llevó a nuestro familiar no fue la guerrilla… fue ese que le decían
Alí. (3.12.2020.SujetoFHJ1.SO). Ref. 2670 – 3071.

(ID:8:7), en realidad, únicamente se metían con los terratenientes y los ganaderos de la zona... Incluso a
veces uno se los encontraba en las fincas y cuando no se los encontraba en el rancho, encontraba
pertenencias de ellos como como latas de atún y que era muestra de que sí habían estado y se encontraban
plátanos cortados y mata de yuca arrancados y la gente pues sabía que eran ellos.
(5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 3364 – 3740.

(ID:8-12), en cuanto a reclutamiento forzado de la guerrilla, no tuve conocimiento de ello... Lo que sí es


cierto, que sí tuve conocimiento por rumores que gente de Libertad trabajaban de informantes para
guerrilla, igual en la parte de Pajonal y en el casco. Pero nunca reclutados a la fuerza... No hubo por parte
de la guerrilla en mi zona reclutamiento, ni de menores, ni de personas adultas, ni tampoco secuestraron
niños. Eso nunca lo escuché. No lo he escuchado, ni lo he visto, pero sí es cierto que muchas personas
civiles campesinos trabajaban para ellos, pero ya son pasado. (5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 5966 –
6577.

Por otra parte, la guerrilla del ELN, quien penetró al territorio proveniente del

departamento de Bolívar, estableció lógicas de territorialización diferentes a las FARC-EP. Los

cambios y estrategias para con la población civil indefensa fueron disruptivas. Hubo

hostigamiento, reclusión forzada de campesinos y otras manifestaciones de violencia en contra

del colectivo, quienes nunca se imaginaron que el conflicto armado interno de Colombia, había

llegado a su territorio con intenciones de perpetuarse. A diferencia de la guerrilla de las FARC-

EP, en el ELN atentó de forma flagrante y ejerció violencia contra el derecho a al ser, al espacio

para ejercer al ser y a la autonomía territorial de las comunidades afro (Centro Nacional de

Memoria Histórica, 2015).

(ID:5:2”), estando yo en una finca, llamado El delirio, llegó un grupo guerrillero al mando de un señor
que se llamaba “Carlos Julio”, fue uno de mis primeros sustos…, yo cuidaba esa finca como jornalero y
lo primero que dijo fue que tenían hambre y que le cogieron un pavo y se lo pelaran. Yo estaba solo en
la finca con la mujer del administrador, y llegó ella asustada con dos lágrimas, ¡pero yo estaba más
asustado que ella!, y me dijo ¡cógeme un pavo!, y yo cogí fue “el padrote” …, y le hicimos comida.
(4.12.2020.SujetoEXG1.SO). Ref.: 465-952.

Con el tiempo, las acciones de guerra cometidas por las guerrillas en “Tierra Plana”

provocó la llegada al territorio de un actor con un actuar violento que modificó las conductas
128

individuales y colectivas del campesinado afro. Aquellos extraños ya no eran parte del paisaje,

ahora lo depredaban. Las acusaciones, sin fundamento, de ser auxiliadoras de la insurgencia en

especial de las FARC-EP, convirtió a los campesinos en blanco de todo tipo de hechos

victimizantes en especial violencia sexual, torturas y desplazamientos forzados, además de

otras manifestaciones de una violencia incomprendida. Las acciones iniciales de estos grupos

armados aparecen como respuesta o “par dialectico” a las acciones de las guerrillas que operan

en los Montes de María (González-Callejas, 2017).

(ID:8:9), después del atentado con la camaronera donde murieron siete soldados…, después de eso a la
empresa lo que hizo fue aumentar el pie de fuerza porque allí a kilómetro y medio había un puesto había
un puesto de soldado y la guerrilla más nunca se metió con la empresa camaronera después de eso... Lo
cierto es que después de 2 años y medio más o menos mataron un vigilante en la puerta o en una de las
entradas a la camaronera, pero en realidad eso nunca se supo si fueron los grupos paramilitares o sí fue
la guerrilla, pero la gente presume que fue la guerrilla…, pero allí sí asesinaron un vigilante… allí y
repito la gente sí veía a la guerrilla más o menos en las fincas o veía rastro de ellos todos los campesinos.
(5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 4246 – 4961.

(ID:12:25), a esa muchacha, alias el Flaco la hizo cavar su propia tumba. Después que la rapó, le quitó
con una machetilla el cabello…, la llevó a “covar” su propia tumba. Yo creo que, si la muchacha mata
a alias el Flaco, el pueblo se rebela… creo que ese fue el detonante que hizo falta.
(10.2.2021.SujetoLC.RM). Ref. 20559 – 21164.

(ID:12:25), mucho después se llevaron dos muchachos de aquí y esos aún no han aparecido. En alguna
ocasión uno de los que hacía parte del grupo, echó el cuento que le volaron la cabeza a uno de ellos y se
lo pusieron de collar al otro, y el otro se volvió loco y tuvieron que deshacerse también de él.
(10.2.2021.SujetoLC.RM). Ref. 22182 – 22470.

El verde del paisaje desapareció y se tiñó de sangre. Hubo muertos a quien llorar, pero

no velorios para orar por el alma perdida; bien diría algún campesino entrevistado “(…) Hasta

eso nos quitaron los paramilitares, el derecho de enterrar, llorar y velar a nuestros muertos”. El

accionar de los paramilitares fue una afrenta directa al derecho para ejercer el ser de los afros

de San Onofre (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2018). Los cambios producto de los

desplazamientos fueron radicales, el paisaje ahora era desconocido. Inició la desestructuración

de una perspectiva propia de bienestar colectivo y desarrollo (Grosfoguel, 2015; Perreault,

2013).

(ID:8:18), luego que la guerrilla le voló el puesto de Pajonal más o menos, yo creería que 6 meses
estuvieron quietos, pero luego aparecieron nuevamente en este caso, ya no aparece Danilo sino un nuevo
comandante que se llama Marco Tulio Pérez, alias el Oso, y quién le rendía cuentas a alias Cadena, quien
estaba más cerca de la playa de Rincón y Marco Tulio operaba más que todo en la zona de Libertad, de
129

San Antonio… y en la zona de La Barcé se llama Juancho Dique. …Corrijo… San Antonio y La Barcé
mandaba Juancho Dique. En cuanto a Libertad, Plan Parejo, Higuerón y Las Brisas, mandaba Marco
Tulio Pérez, alias el Oso. Ya? la zona Higuerón, Rincón y Berrugas y San Onofre, mandaba Cadena. Ya?
Esta gente se operaba de una forma más oculta manejando un bajo perfil porque esta gente ya no utilizaba
uniformes, ni utilizaba fusiles largos, sino pistolas y revólveres y andaban de civil.
(5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 10142 – 11010.

(ID:13:17), la ley que él impuso, el Oso, era que aquellas mujeres que “formaran problemas” o “formaran
chismes”… tenían que pagar una multa, y en el caso de que no tuviera el dinero para pagar la multa tenía
que acompañarlo allá donde él tenía su campamento… y allá le pagaba de una manera o de otra. Los
abusos sexuales se mantuvieron en silencio. (11.2.2021.SujetoCi.Li). Ref. 5135 – 5506.

(ID:13:31), en cuanto a los atropellos u otros atropellos del Oso, las personas no podían trabajar
libremente, no podíamos tener los animalitos en la calle, de una forma… literal cuando saliera un
animalito, un cerdo, por ejemplo, veía un animalito en la calle y se lo robaba... Entraba a cualquier casa
sin pedir permiso, sólo entraba y entraba al patio y si veía algún animalito, una gallina, un pollo en la
casa, simplemente decía “me lo llevo” y se lo llevaba... Otra forma de ejercer la violencia cuando hacían
las fiestas patronales el imponía que cada casa tenía que dar una cuota fija, fiestas, no solamente
Patronales, sino que se inventaba cada rato. La persona o cada familia tenía que buscar la plata como sea,
pero tenía que pagar la boleta. (11.2.2021.SujetoCi.Li). Ref. 11249 – 11979.

(ID: 12:31), cuando Cadena hacían esas reuniones habían 30 o 40 hombres que eran sus escoltas que nos
decían “negros hijueputas” ¡formen! “negros malparidos”, que voy a matar 3 o 4… porque este pueblo
es mío …como aquí nadie tiene nada… este pueblo es mío. Eso era la forma de expresarse.
(10.2.2021.SujetoLC.RM). Ref. 23410 – 23667.

La desesperanza se apoderó del colectivo afro. Se perdió la confianza en sí mismo y en

el otro, así como la creencia de un mañana mejor. La institucionalidad del Estado los abandonó,

las autoridades ancestrales y jurídicas territoriales fueron diezmadas y perseguidas. La

ansiedad, el miedo y los traumas psicológicos de todo tipo, aparecieron. La violencia y su

legitimación se expandieron en todo el territorio negro. La racionalidad de la guerra atentó

contra el sistema familiar, las costumbres tradicionales, la moral comunitaria, la valía del

hombre negro y los imaginarios colectivos de primacía por una sociedad protectora. Hasta ese

momento, se entendió el concepto de conflicto armado. La violencia proferida contra el

colectivo se irriga a campos simbólicos, políticos y culturales (Jiménez-Bautista, 2012).

Sufrimiento que sólo se había experimentado en la época colonial con la trata esclavista (Triaría

y Antorveza 2004).

(ID:8:58), mira la paradoja que sucede cuando la guerrilla ataca al puesto de la camaronera. Cuando la
guerrilla vuela unos camiones donde iban unos soldados que murieron, como te dije, sólo pasaron 15
minutos para que un avión fantasma de Coveñas llegara a Libertad y ametrallara a los guerrilleros.
¡Coveñas que está a kilómetros de Libertad!, y ¿cómo es posible que se hayan cometido tantas
atrocidades? ¿ni un puesto de control del ejército que está a un kilómetro, nunca haya hecho presencia
en Libertad?, mientras los paramilitares violaban…, secuestraban…, mataban…, torturaban y robaban.
130

Eso no tiene una explicación lógica, más allá de que actuaba en conjunto, y que se trató siempre de un
solo grupo, un grupo armado conformado por militares activos institucionales y autodefensas que eran
quienes hacían el trabajo sucio, pero que estos no eran reconocidos por los militares, pero que actuaban
en conjunto, o sea era un solo grupo. (5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 42380 – 43297.

(ID:8:22), en cuanto al abuso sexual de mujeres en Libertad encabezados por alias el Oso que finalmente
además de pertenecer a los grupos paramilitares y de asesinar o mandar a asesinar a muchas personas,
veintiocho para ser exactos, el Oso se convirtió en un depredador sexual... Cuentan que la primera vez
que tuvimos conocimiento de que empezó a abusar sexualmente de las mujeres, fue a partir de un reinado
que él hizo donde él personalmente escogió a las muchachas más bonitas de los corregimientos de San
Onofre, para que participaran de este reinado y le puso, incluso, a unos instructores. Llevaba a estas
niñas a un campamento personal que tenía entre las Brisas con Higuerón. Allí se las llevaba,
supuestamente a entrenarlas, pero resultó que violaba a las niñas que participaban en el reinado, incluso
muchas de ellas denunciaron, pero no todas. Allí fue donde él empezó a abusar sexualmente de las
mujeres... Allí inició la cadena de abusos sexuales de este personaje, no tenemos conocimiento que antes
del reinado él haya tenido esta práctica reprochable y vergonzosa que lastimó a las mujeres, pero después
del reinado empezó una seguidilla, una tendencia de abusos sexuales en contra de nuestras mujeres.
(5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 13210 – 14760.

(ID:11:12), en pocas palabras nosotros fuimos una familia que fuimos secuestrados. Mi padre…, mi
padre se lo llevaron, maltrataron, lo desplazaron, y estuvo secuestrado dos días. Yo pensaba en todos los
que torturaban y ellos asesinaron. Tuvimos que buscar líderes políticos bastante influyentes para que
mediaran por él y lo dejaran libre. Luego mi papá se afectó mucho de eso, se le llevaron un ganado, una
perdió unas tierras, y él me dijo unas palabras que aún conservo me dijo: “mi hijo tarde o temprano,
aunque uno no lo vea, esto va acabar en algún momento”. (10.2.2021.SujetoLC.PA). Ref. 7358 – 7916.

(ID:8:52), Libertad después de todo este proceso oscuro para su historia de violencia paramilitar, Libertad
no ha tenido el acompañamiento psicológico y comunitario. Después de que mataron a Diomedes y que
los militares llegaron también se llevaron a los pocos que quedaron, Libertad se volvió un pueblo
violento... (5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 38266 – 38720.

(ID:13:124), entre la comunidad que asesinó a Diomedes, habían personas que ya habían sido violentadas
que eran desplazados que habían sido maltratados. (11.2.2021.SujetoCi.Li). Ref. 4202 – 4339.

El cemento de las construcciones reemplazó las trochas y chozas de bareque. La mezquindad,

desprecio y señalamiento del citadino, reemplazaron a la juntanza, el compadrazgo, las

tertulias, y otras formas de comportamientos grupales que fortalecen el tejido social; en esencia

las comunidades afros adaptaron sus sistemas de creencias y reglas sociales impuestas por los

paramilitares en una especie de normas perversas (Beramendi y Zubieta, 2013; Fernández,

1993). Así, el sistema de poder imperante de los grupos armados acentuó la obligación moral

de obedecerlos (Barreto et al., 2009; Zeltditch, 2001).

(ID:10:6), el conflicto armado desintegró totalmente el tejido social, se perdió la armonía, se perdió el
tejido social, era imposible ejercer una autonomía, ejercer un liderazgo. Era imposible conformar una
expresión organizativa. Estos grupos eran más que paramilitares, eran genocidas, porque mataban por el
simple placer de matar. Una vez llega el 2015, las condiciones cambian un poco y entonces nosotros
decidimos organizarnos porque antes las condiciones para ellos sencillamente no estaban.
(9.2.2021.SujetasLC.SO). Ref. 3819 – 4378.
131

Espíritus errantes en mundo distópico, pero anclados en un pasado próspero que se

niega a regresar. En eso se convirtieron las víctimas del conflicto armado. Grupos sociales con

nuevas identidades y sistemas morales reinterpretados y reacomodados por la influencia de un

factor externo llamado guerra. Los nativos se vieron constantemente involucrados en la

disyuntiva propia de la disonancia cognitiva entre acatar la norma moral y comunitaria o la

impuesta socialmente por terceros (Cialdini y Goldstein, 2004; Wenzel y Jobling, 2006).

(ID:3:30), ese día se desplazaron póngale en el pueblo había unas treinta y dos casas, que eran treinta y
dos familias. No quedó nadie en el pueblo…, ¡todos se desplazaron! Una parte bajó a San Onofre, otra
parte se fue para Sincelejo, otros cogieron para Cartagena. Total, que la gente se regó enseguida.
(3.12.2020.SujetoCZM1.SO). Ref. 14395 – 14689.

(ID:3:31), cuando yo llegué a mi casa, yo estaba arrancando yuca, que no encontré a nadie, yo me puse
fue a llorar…, y le dije “y mis hijos para dónde se fueron”. Y un vecino me dijo que papi ya estaba
adelante, que ya iba la gente con otro de mis hijos. Recuerdo que papi dejó un mensaje: “dígale que no
se quede”. Uno siente una frialdad, una cosa…, así como si a uno le sacaran algo del cuerpo…, salir de
la tierra, de la tierra de uno, de lo que uno construyó y luchó, así, sin aviso…. Eso es lo más duro que a
mí me ha tocado pasar. Que llegue alguien y te diga, “te tienes que ir ya, enseguida” y tú logres agarrar
o coger lo que puedas. Yo me llevé mi pavo, pero eso es duro…, eso es como si te arrancarán a ti de
corazón... (3.12.2020.SujetoCZM1.SO). Ref. 14692 – 15399.

(ID:2:48), hay gente que tenía todo y después del conflicto armado, después de toda esa época oscura
que se vivió en esa zona, hoy andan muchos sin nada. Hoy andan muchos con una “bombita” buscando
a dónde hay un terreno para que ellos puedan fumigar y matar la maleza, cuando hubo una época en que
lo tenían todo junto. Otros salen por allí a sembrar y a recoger “bleo”, y salen por ahí por las calles, que
yo los he visto vendiendo unos puñaditos de “bleo”, para poder llevar algo para su casa, y así como ellos,
muchos... Incluso yo siempre lo he dicho, las personas que le ha ido más grave…, más grave…, era
quienes en esas comunidades tenían algo. (2.12.2020.SujetosD1yD2.SO). Ref. 40696 – 41319.

(ID:2:49), también había casos como jornaleros que tenían casas por allí “llevadita”, que nunca
sembraron una mata de yuca.., ni una matita de maíz.., y se dedicaban a tirar machete.., y vienen hoy acá
desplazados... Igual tienen la misma casita “maluquita”. O sea que no les hacía falta nada… no extraña
nada, pero esas personas que salieron desplazadas, que tenían todas sus vaquitas, los puerquitos, que
vendían su leche, esa gente hoy no tiene nada…, ¡a esa gente sí les hace falta todo hoy! Eso sucedió en
mucho de los caseríos. Mire usted, por ejemplo, Costa Rica, Buenos Aires, Caña Fría, La Palma, las dos
Bocas de María, los dos Capotes, Pita Capacho, son como 10, 11 caseríos que toda esa gente
prácticamente bajó…, ¡todos bajaron!, fue un desplazamiento masivo. (2.12.2020.SujetosD1yD2.SO).
Ref. 41323 – 42457.

(ID:3:38), cuando me fui desplazado a Antioquia, allá trabajaba en una finca de coca, recogiendo hoja
de coca y me iba bien allá... ¡había plata!, siempre teníamos platica en el bolsillo y me iba mejor que
cuando estaba allá en la tierra…, pero me hacía falta lo mío, así que decidí regresar.
(3.12.2020.SujetoCZM1.SO). Ref. 17931 – 18168.

(ID:6:10), a raíz de eso mi mamá también me envió fuera, quizás por la nostalgia o por otras
circunstancias... Yo me metí al alcohol…, me metí a las drogas…, también empecé a trabajar con varias
empresas de venta de alcohol. Como me volví alcohólico…, me metí a las drogas…, hoy trato de estar
limpio el mayor tiempo posible, pero sé que el alcohol ha ocasionado a mi organismo un fuerte daño.
(4.12.2020.SujetoFamig1.SO). Ref. 4613 – 4994.
132

El repertorio de violencia ejercido por los paramilitares demostró su eficacia en la

búsqueda y consecución del cualquier objetivo. Temprano, los nativos de la zona interiorizaron

y normalizaron la violencia. Actos sociales antes reprochables, se convirtieron en justo

proceder. Se ejerció la violencia para reclamar el respeto social y el escarnio público como

respuesta a conductas reprochables comunitariamente fue legitimado, es decir se aceptó la

violencia como justo proceder bajo algunas circunstancias atenuantes (Fernández, 2009;

Johnson, Dowd, y Ridgeway, 2006).

(ID:8:20), los paras llegaron extorsionando a todas las personas que pasaban de quince animales. Tenían
que darle una novilla a él, y llegaron haciendo un poquito más de daño... El Oso empieza a asesinar de
forma reprochable a la población civil y a maltratar física y psicológicamente a las personas de la
comunidad. Lo que se murmura es que ya empezaron los grandes terratenientes a tolerar la presencia de
ellos, porque para nadie es un secreto, que fueron los terratenientes y los grandes ganaderos quienes
patrocinaban a estos grupos, porque ellos operaban más que todo en la playa. Pues les brindaron las
garantías económicas para que cooperaran… ya distante de la playa y adicional para nadie es un secreto
que parte de la población civil también colaboró, por gusto propio…, sin presiones, a estos grupos
paramilitares. (5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 11522 – 12334.

(ID:11:10), en cuanto a la acción que tomó Libertad en su momento…, en un comienzo ellos fueron
violentados maltratados, solamente decidieron aguantar por el deseo de vivir y de no abandonar sus
territorios, una resistencia que nosotros llamamos resistencia. Sin embargo, el pueblo de Libertad también
violentó a los mismos, a la misma gente de ellos. No violentaron a los altos mandos, salvo uno. Pero del
resto que violentaron eran gente del mismo Libertad, como por eso te digo, que no me gustó. Te digo que
allá sucedieron muchas cosas y la misma gente de Libertad se prestó para que esas cosas sucedieran.
(10.2.2021.SujetoLC.PA). Ref. 5983 – 6970.

(ID:8:45), ya no se pierden los animales…, las gallinas…, los cerdos…, porque ellos brindan ese
seguridad y no maltratan a la población civil…. Esta, entre comillas, seguridad que ellos ofrecen, la
debería dar en realidad la fuerza pública, pero no lo hacen… y la gente tiene miedo incluso de robarse
una gallina, porque ya hay un antecedente. Ellos saben que esta gente los mata…
(5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 34219 – 34592.

(ID:12:37). Después de todo esto ha sucedido, yo creo que la gente Rincón del Mar es capaz de dirimir
sus conflictos como seres humanos que somos…, ya empiezan a intervenir los actores armados depende
la magnitud de conflicto… y de cómo se quiera resolver la cosa. Si el conflicto comunitario cotidiano
llega a la inspección y una de las partes considera que no se ha fallado o no se va a dirimir el conflicto a
su favor, entonces se recurre a un actor armado. (10.2.2021.SujetoLC.RM). Ref. 26563 – 27021

En algún momento de la traza de violencia el poblado de Libertad se reveló. Las

narrativas explican que el cúmulo de acciones violentas, la violación sexual sistemática de las

mujeres y otras atrocidades, propiciaron el levantamiento armado en contra de los

paramilitares. Se usó la violencia bajo la creencia de legítimo último recurso (Bandura, et al.,

2001). Esto desató una euforia colectiva donde la comunidad se revindica la victoria, y aleja
133

cualquier responsabilidad individual en la asonada, situación propia del uso del mecanismo de

desconexión moral de la difusión de responsabilidad, otros mecanismos de desconexión incluso

la deshumanización de la víctima (Bandura, 1999, 2016; Bandura, et al., 2001; Romeral et al.,

2019). Se evidenció una pugna entre los paramilitares que trataron de conservar la norma

perversa y la comunidad que lucho contra la medida, lo que al final resultó en un colectivo acto

de violencia con proporciones iguales a la del opresor (Martin-Baró, 2005; Weber, 1964).

(ID:8:31), después de que capturan al Oso y luego al Profe, llega Diomedes. Diomedes era lugarteniente.
Diomedes nunca fue un mando alto… este tenía más contacto con la población civil. De hecho tenía una
novia y en Libertad, lo que sucedió finalmente a Diomedes lo termina linchando y asesinando…, era
algo que le iba a pasar inicialmente, la gente del corregimiento de Libertad se cansó de las atrocidades
de estos grupos paramilitares y se organizaron… hubo una organización civil, una organización
comunitaria en contra, de tomar algún tipo de acción para parar la barbarie de los paramilitares,
específicamente del Oso. (5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 23484 – 25327.

(ID:13:25), esta fue una decisión sólo de Libertad. En esa rebeldía nunca participó nadie de un pueblo
vecino…, sin embargo, previo a ese suceso, como en cuestión de una semana… la gente ya murmuraba
que ya estaba bueno, que ya sólo tres personas que se habían quedado en Libertad no podía seguir
ejecutando el terror en el pueblo, y se decía que ellos estaban esparcidos, pero que ya estaban también
diezmados, entonces era la oportunidad, porque no existía la fuerza que tenían antes.
(11.2.2021.SujetoCi.Li). Ref. 4343 – 4817

(ID:8:31), lo iban a agarrar, Diomedes se soltó y la gente lo corretió. La gente se le fue bastante lejos, de
hecho amanecieron detrás de él. Por ahí cinco de la mañana correteando a Diomedes desde las dos de la
mañana que él logró irse. La gente atrás correteando, hasta que lo agarraron. Le dieron con palos y piedra
en el puente que está a la entrada de Libertad. Allí lo agarraron, lo tiraron. Él aún quedó vivo y agarraron
una piedra y se la tiraron en la cabeza y le aplastaron la cabeza. Allí muere Diomedes.
(5.12.2020.SujetoCZN1.SO). Ref. 23484 - 25327

(ID:14:21). después de eso hubo un espacio de mucho miedo, los paramilitares amenazaban que se iban
a meter al pueblo. Sin embargo, el pueblo estaba decidido…, y celábamos en la noche como nosotros.

Se rescata de Libertad la aparición de la mujer negra que se erige heroína en el proceso

de levantamiento y sostenimiento del mismo. Le correspondió resguardar a la familia, haciendo

guardia a la entrada de las viviendas para evitar la respuesta de los paramilitares. Los actos de

las mujeres negras se apegaron al imperativo moral de proteger a los suyos, aunque ello

implicara cometer un acto de agravio (Bandura, 2016, 1999, 2002). También fueron

protagonistas de la práctica de sistemas de en una especie de difusión de la responsabilidad en

caso de llegar a comportamientos extremos resistencia (Bandura 2016; Kelman y Hamilton,

1989). Ellas, tejieron una red de protección lideradas por ellas que velaba por la protección
134

comunal de las familias. En cuanto a la organización e incitación de la masa, también fue una

mujer quien tomó la iniciativa.

(ID:13:23), después de ese hecho la gente quedó totalmente asustada y nadie se atrevió a seguir haciendo
nada. Recuerdo yo que en ese momento llegó la enfermera de ese tiempo… me reservo el nombre por
seguridad que era una gran líder, y dijo que ‘¿después que matamos al tigre le vamos a tener miedo al
cuero?, eso no se puede’, y empezó a redactar una carta, donde pedíamos al gobierno y directamente a
las fuerzas armadas de algo que pasará la responsabilidad era directamente del Estado.
(11.2.2021.SujetoCi.Li). Ref. 7218 – 7694.

(ID: 13: 50), ‘¿Quiénes tienen armas en sus casas?’... algunos levantaron la mano y trajeron sus
armas...otros buscaron sus machetes y azadas. Estábamos de guardia en las seis entradas del pueblo... las
mujeres valientes hacían guardia en las casas con sus machetes en las piernas... y los hombres con armas
de fuego lo hacían en las salidas del pueblo. Ninguna familia podía dormir sola, dos y hasta tres, siempre
se juntaban para protegerse. Nadie entró... nadie salió. (5.12.2020.ParticipanteLCZN1.SO).

Las narrativas dan cuenta de dos escenarios frente al levantamiento armado de civiles

indefensos. El primero, Libertad, alejado geográficamente del comando central, donde el jefe

paramilitar de la zona actuó sin supervisión y ejerció la violencia sin control desde quien

ostenta la autoridad perversa (Kalyvas, 2021). Esto lo llevó a cometer múltiples crímenes, entre

ellos, la violencia sexual a más de un centenar de mujeres negras. Es de considerar que este

poblado, recibió ayuda de la infantería de marina, quien suministró armas e inteligencia para

apoyar la asonada. La confluencia de estos elementos además de la presencia de un actor

externo, líder no social, pero con influencia organizativa, fueron determinantes en el alzamiento

de una comunidad de civiles indefensos (Kaplan, 2021).

(13:33), cuando alias el Oso llega a Libertad, no llegó con ese con ese ímpetu de violador o de acciones
violentas. Él empieza a hacer alarde de ese repertorio de violencia cuando pasa el tiempo, cuando los
supuestos “sapo” o los “campaneros” empiezan a decirle las cosas que ocurrían en la población. Y
entonces él empieza a tomar y a imponer su ley…, porque él solamente iba por “entrada y salida”, pero
dado la cantidad de quejas, entonces él, de forma arbitraria, totalmente, imponía su ley. Estas personas
que trabajaban para alias el Oso, nosotros nunca supimos porque ingresaron a trabajar con él, muchas de
ellas hoy no existen, pero se cree que ellos ganaban un salario… no sabemos cuánto, pero se cree.
(11.2.2021.SujetoCi.Li). Ref. 12861 – 13558.

Caso contrario, Rincón del Mar, pueblo donde el comandante central operaba. Tenía el

control absoluto de todo lo que sucedía en el poblado. El número de violaciones sexuales y

otros hechos victimizantes disminuyó radicalmente. El comando central gozaba de la

protección de políticos y algunos comerciantes locales, que de alguna manera apaciguaron el

levantamiento. En este colectivo de forma evidente hubo inconformismo sobre el actuar


135

violento y el establecimiento de la norma perversa por parte de los paramilitares. Sin embargo,

la conducta asumida encaja al acatamiento de una mayoría que comparten imaginarios

creencias y valores (Johnson et al., 2006).

(ID:12:14), en este pueblo ¡no hubo rebelión! contra el actor armado…, ¡nunca hubo rebelión!, no fue
como en el caso de Libertad que se rebeló... En un momento llegó que no soportó más, en Libertad
tomaron la decisión de rebelarse, pero aquí no, aquí en Rincón del mar no. (10.2.2021.SujetoLC.RM).
Ref. 12528 – 13215.

(ID:12:15), Ante la cuestión, sobre por qué Libertad se revela y Rincón del Mar no. (…) Mira, aquí,
hubieron diferentes situaciones. De pronto se han hecho denuncias por los mismos resistentes, o los que
salieron de territorio. En su momento fue tanta la presión que había por parte los grupos al margen de la
ley, que algunas personas de aquí del pueblo les tocaron como acompañar, pero no porque querían sino
porque el mismo actor armado influenció para que estas personas que eran los nativos de aquí, fueran o
se adhirieran a estas estructuras. De pronto algunas personas quisieron saber qué era tener poder al lado
de la estructura armada…, y de pronto fue eso lo que conllevó a que el pueblo no se revelará tanto. Había
personas de aquí… que de alguna manera u otra influenciaban allí. Alias Cadena vivía aquí…, y teníamos
a ese comandante… y él era el dueño de todo, ¡porque lo decía! Cuando hacían las reuniones que nos
sacaban de la casa, que nos sacaban como animales, cuando iban a hacer las reuniones o cuando iban a
llevar a la gente a la hacienda esa “El Palmar” a limpiar los estanques, o a lavarle sus uniformes a ellos,
como a las mujeres las ponían cocinar…, como entonces desde ese punto de vista, no hubo esa rebeldía
formal, porque él de una manera u otra, buscaba la manera para que el pueblo no se fuera contra él.
(10.2.2021.SujetoLC.RM). Ref. 13218 – 14591.

Esto fue lo que dejó el conflicto armado en el territorio. Nuevos constructos morales

colectivos, normas perversas impuestas por los grupos armados ilegales, interiorizadas por la

mayoría (Berryman et al., 1994; Tugendhat, 2002). Quedaron otras formas de concebir el futuro

y vivir el presente, desconfianza absoluta en una institucionalidad que no logró comprender y

aceptar su rol en el conflicto. Pero en todo ello, se rescata la presencia cada vez más sólida de

grupos deseosos de reconstruir el tejido social y defender una identidad perdida. La voz de los

liderazgos sociales y de las víctimas, así les llaman ahora, en esencia nuevas formas de ejercer

la defensa del territorio. Esto propicia las fuerzas de una movilización colectiva, nuevas ideas

y valores fueron arraigadas (Durkheim, 2002).

(ID:10:6), nosotros hablamos en este momento de una nueva forma de ejercer nuestro liderazgo, forma
de resistencia. No tenemos un nombre específico en este momento, pero si lo identificamos como una
nueva forma de ejercer nuestra acción nuestro liderazgo social. Esto es gestionado directamente y
pensando en nuestra seguridad…, nuestra integridad física… y la de nuestros familiares.... Nosotros
estamos ajenos a los debates y líos en los cuales se hacen señalamientos particulares, temerarios o
punibles, nos alejamos totalmente de eso. (9.2.2021.SujetasLC.SO). Ref. 2879 – 3816.

(ID:12:10), hablando del conflicto armado y teniendo en cuenta que nuestro consejo comunitario se crean
un ambiente conflictivo, nosotros hemos servido a partir del cambio de estrategia, es decir… no nos
visibilicemos tanto. En ese sentido nuestro ejercicio cívico y social se fue transformando…, porque los
actores ya no permitían existieran grupos organizados. Desde su visión decían que, al existir grupos
136

asociados organizados, podían ser unos elementos para contrarrestar su accionar. Entonces nosotros lo
que hicimos fue cambiar la estrategia…, ya no operamos en espacios públicos…, los escenarios donde
participábamos son escenarios más cerrados, donde pudiéramos tener más garantías para poder operar y
visibilizar los trabajos que hemos venido haciendo. (10.2.2021.SujetoLC.RM). Ref. 9072 – 10830.

(ID:8:47), la iglesia nunca hizo presencia ni activa.. ni pasivamente… porque nosotros ¡nunca hemos
tenido sacerdote!. el de San Onofre venía de vez en cuando para la misa de las fiestas patronales o para
alguna ocasión particular, pero nunca tuvo ninguna acción presente. En cuanto a la policía…, en la
comunidad los vemos como algo indiferente…, son unas personas que no se ven como una autoridad que
debe de ser la fuerza pública…, porque la conclusión o la lógica es que, si la población civil sabe que
hay grupos armados cerca del territorio, ellos como fuerza pública también lo deben saber, qué debe ser
lo más lógico... (5.12.2020.SujetoCZN1.SO). 35252 – 36216.

(ID:11:13), te puedo decir que esto ha creado en Colombia, y en especial en nuestras comunidades… una
especie problemática, que ya todo el mundo se siente como con la capacidad de hacer parte de esos
grupos… y sentirse poderoso.... Aquí cualquiera puede armar su ejército, robar, maltratar a la población.
Esto nos afectó tanto que hoy en día cualquiera tiene la capacidad de mandar a amenazar o asesinar a
alguien. (10.2.2021.SujetoLC.PA). Ref. 7919 – 8323.

A los pobladores del municipio de San Onofre, víctima del conflicto armado, en su

mayoría afrodescendiente civiles indefensos, sólo les queda la añoranza de un territorio antes

de la llegada del conflicto armado, aunque hay acciones que determinan que el tejido social

puede ser reconstruido y las personas pueden perdonar, volver a confiar y rehacer sus vidas.

(ID:2:47), compa…, la gente sabía a qué atenerse. La gente podía producir, trabajar, tener sus animales,
esas comunidades todo lo tenían. Allá no entraban estos ¡benditos subsidios!, la gente no necesitaba nada
de eso, porque ellos tenían allá su tierrita…, tenían sus animalitos…, tenían su leche.., tenían todas sus
cositas. Vivíamos sin necesidad que el Estado les diera nada. ¡Ellos todo lo producían!, la tierra daba
todo…, cualquier persona tenía varias hectáreas de maíz, por ejemplo, sembrado. Producía empleo para
recogerlo, había ganado, había personas que tenían veinte o treinta vacas, que ordeñaban, producían su
queso, vendían la leche junto todo eso se acabó. (2.12.2020.SujetosD1yD2.SO). Ref. 39850 – 40691.

(ID:2:1), que yo recuerde parajes icónicos de la zona del cerro de la Reina, que fue una titulación que los
mismos grupos guerrilleros le hicieron al cerro más alto de la zona... Yo todavía tengo en mi casa un
cuadro que pinté donde recreo todo el paisaje natural de la zona donde trabajé por muchos años. Esa zona
arriba de la montaña más a la parte de Palmira para arriba, para Caña Fría, por allá donde estuve
trabajando hace mucho tiempo. (2.12.2020.SujetosD1yD2.SO). Ref. 625 – 1058.

(ID:11:6), este… yo te puedo decir que esta región de los Montes de María siempre fue una región
bastante activa económicamente y con un tejido social bastante fuerte... Te podría decir que años atrás,
antes de la llegada de conflicto armado, mi región había mucho movimiento, había mucho compañerismo,
había mucha amistad y de toda la parte de los Montes de María de la parte de Buenos Aires para arriba...
La gente venía acá para Palo Alto a hacer compras…, y se veía prosperidad en ese momento... Se mataban
siete u ocho vacas, llegaban tres o cuatro camiones de leche. (10.2.2021.SujetoLC.PA). Ref. 3875 – 4515.

(ID:11:14), antes de llegada de los violentos, Libertad era un paraíso…, a pesar de que no había luz las
cosas eran muy diferentes. Se vivía de una forma de la ganadería. Como nosotros nos íbamos a pie desde
Libertad a Barranca, a Plan Parejo…, incluso pasando los arroyos a “fiestar” y a pie... La vida era muy
diferente… como muy bacana... Se llenaba la playa. En semana santa llegaba mucha gente, en cualquier
casa le dábamos comida..., todo eso ocurrió antes del conflicto armado. Llegábamos a la cualquier casa
y enseguida nos ofrecían comida en semana santa. El conflicto armado cambia todo esto que te acabo de
comentar porque ya la gente tenía miedo... (11.2.2021.SujetoLC.Li). Ref. 8332 – 9556.
137

La reconstrucción de la memoria histórica del conflicto armado en territorio negro dio

cuenta de las realidades y experiencias diferenciadas que, en ocasión de la guerra, vivió este

grupo poblacional. Más allá del conocimiento, de hecho, que sobre la dinámica de la guerra

poseen los negros de la zona norte del departamento de Sucre, el ejercicio narrativo dio cuenta

de una comunidad con fuertes lazos comunitarios que se enmascaran en su identidad étnica,

consolidan el tejido social del ethos y mantienen la moral colectiva. Romper esta armoniosa

connivencia entre el ser, el territorio y la autonomía, a través de la violencia armada, fue la

lógica de la guerra. El resultado, nuevas formas de ver y percibir el mundo. Desarraigos y

formar traumáticas de desterritorialización forzada con apenas unas de las consecuencias que

dejó el conflicto armado en el municipio de San Onofre.

6.2. Hechos victimizantes en la configuración de legitimación de la violencia

6.2.1. Afrontamiento de conflictos según los hechos victimizantes.

Esta variable fue analizada a partir de las respuestas de los participantes a las situaciones

simuladas presentadas a partir de las viñetas con las imágenes y las dramatizaciones, utilizando

variables categóricas para sus respuestas, contrastadas a partir de tablas de contingencia con el

estadístico Chi cuadrado.

6.2.1.1. Afrontamiento de conflicto en situación de desventaja.

En las situaciones donde el participante asumía el conflicto desde el rol en desventaja

por inferioridad física, se encontraron diferencias en dos casos. El primero de ellos evidenció

diferencias asociadas al hecho victimizante en el corregimiento de Rincón del Mar (p=.009)

caso en que se rechaza hipótesis nula, pero no entre los corregimientos (p=.164). Se encontró

que los pobladores de ambos poblados respondieron que, ante una situación así, se inclinarían

por evadir o dialogar como forma de resolución del conflicto, pero en Rincón del Mar la mitad

de las víctimas de abuso sexual se inclinó por dialogar o por perdonar, como se aprecia en la

siguiente tabla.
138

Tabla 35. Afrontamiento ante un conflicto en condición de desventaja física caso 1

Afrontamiento de conflicto en desventaja física


Hecho Pedir
Poblado Atacar Dialogar Evadir Perdonar Total
victimizante ayuda
N 38.00 75.00 74.00 11.00 17.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 17.67 % 34.88 % 34.42 % 5.12 % 7.91 % 100.00 %
N 0.00 1.00 2.00 0.00 0.00 3.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 33.33 % 66.67 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 10.00 7.00 0.00 0.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 58.82 % 41.18 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 38.00 86.00 83.00 11.00 17.00 235.00
Total
% de la fila 16.17 % 36.59 % 35.32 % 4.68 % 7.23 % 100.00 %
Rincón del N 10.00 41.00 44.00 5.00 2.00 102.00
Desplazamiento
Mar % de la fila 9.80 % 40.19 % 43.14 % 4.90 % 1.96 % 100.00 %
N 0.00 2.00 2.00 1.00 0.00 5.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 40.00 % 40.00 % 20.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 1.00 0.00 0.00 1.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 50.00 % 0.00 % 0.00 % 50.00 % 100.00 %
N 10.00 44.00 46.00 6.00 3.00 109.00
Total
% de la fila 9.17 % 40.37 % 42.20 % 5.51 % 2.75 % 100.00 %

El segundo caso simulado de desventaja por inferioridad física evidenció diferencias

asociadas tanto al corregimiento (p<.001) como a los hechos victimizantes para el caso

específico de Libertad (p<.001). En este caso, se rechaza la hipótesis nula. Aunque en ambos

corregimientos la tendencia fue a dialogar con proporciones mayores a un tercio de los

participantes, se encuentra que la decisión de evadir fue más marcada en las víctimas de

violencia sexual en el corregimiento de Libertad quienes también mostraron tendencia a

perdonar. También en el corregimiento de Rincón del Mar hubo mayor tendencia a evadir en

las víctimas de tortura. Es notable sin embargo, que en ambos municipios las víctimas de

desplazamiento estén también avocadas a responder de forma agresiva al encontrarse en un

conflicto en situación de desventaja.

Tabla 36. Afrontamiento ante un conflicto en condición de desventaja física caso 2

Afrontamiento de conflicto en desventaja física


Hecho Pedir
Poblado Atacar Dialogar Evadir Perdonar Total
victimizante ayuda
N 71.00 72.00 35.00 9.00 28.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 33.02 % 33.49 % 16.28 % 4.19 % 13.03 % 100.00 %
N 0.00 1.00 1.00 0.00 1.00 3.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 33.33 % 33.33 % 0.00 % 33.33 % 100.00 %
N 0.00 1.00 12.00 0.00 4.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 5.88 % 70.59 % 0.00 % 23.53 % 100.00 %
N 71.00 74.00 48.00 9.00 33.00 235.00
Total
% de la fila 30.21 % 31.49 % 20.43 % 3.83 % 14.04 % 100.00 %
Rincón del N 24.00 42.00 31.00 4.00 1.00 102.00
Desplazamiento
Mar % de la fila 23.53 % 41.17 % 30.39 % 3.92 % 0.98 % 100.00 %
139

N 1.00 1.00 3.00 0.00 0.00 5.00


Tortura
% de la fila 20.00 % 20.00 % 60.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 1.00 1.00 0.00 0.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 50.00 % 50.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 25.00 44.00 35.00 4.00 1.00 109.00
Total
% de la fila 22.94 % 40.37 % 32.11 % 3.67 % 0.92 % 100.00 %

Cuando el participante asumía el rol desde la desventaja numérica, no se encontraron

diferencias que estuvieran relacionadas con el corregimiento (p=.05) y los hechos victimizantes

reportados (p=.54) por lo cual se acepta la hipótesis nula. En conclusión, la percepción de

desventaja física evidenció mayor relevancia en la disposición a afrontar los conflictos desde

la evasión, el perdón o la agresión dependiendo del corregimiento y el hecho victimizante.

6.2.1.2. Afrontamiento de conflicto en situación de ventaja.

En términos generales, la población se inclinó por la decisión de evadir el conflicto aún cuando

el participantes se veía en ventaja numérica sobre sus oponentes. La segunda opción más

escogida fue la de dialogar, seguida de atacar y aparece incluso la disposición a perdonar por

sobre la de pedir ayuda. Se encontraron diferencias significativas entre los corregimientos

(p=.0001) y asociadas al hecho victimizante en Libertad (p=.0001) donde hubo una mayor

tendencia a responder con violencia en los participantes que reportaron ser víctimas de tortura,

por tanto se rechaza hipótesis nula. La siguiente tabla contiene la distribución de las respuestas.

Tabla 37. Afrontamiento ante un conflicto en condición de ventaja numérica

Afrontamiento de conflicto en ventaja numérica


Población Hecho Victimizante Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 62.00 68.00 79.00 4.00 2.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 28.84 % 31.63 % 36.74 % 1.86 % 0.93 % 100.00 %
N 2.00 1.00 0.00 0.00 0.00 3.00
Tortura
% de la fila 66.67 % 33.33 % 0.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 0.00 15.00 2.00 0.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 0.00 % 88.24 % 11.76 % 0.00 % 100.00 %
N 64.00 69.00 94.00 6.00 2.00 235.00
Total
% de la fila 27.23 % 29.36 % 40.00 % 2.55 % 0.85 % 100.00 %
N 8.00 26.00 63.00 1.00 4.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 7.84 % 25.49 % 61.76 % 0.98 % 3.92 % 100.00 %
N 0.00 0.00 5.00 0.00 0.00 5.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 0.00 2.00 0.00 0.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
Total N 8.00 26.00 70.00 1.00 4.00 109.00
140

Tabla 37. Afrontamiento ante un conflicto en condición de ventaja numérica

Afrontamiento de conflicto en ventaja numérica


Población Hecho Victimizante Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
% de la fila 7.34 % 23.85 % 64.22 % 0.92 % 3.67 % 100.00 %

Cuando se analizan las respuestas de los participantes al asumir el rol de ventaja en el

conflicto entre hombre y mujer, se encontraron diferencias significativas asociadas tanto al

corregimiento (p=.0001) como al hecho victimizante en el corregimiento de Libertad

(p=.0001), por tanto se rechaza hipótesis nula. Así, mientras en el corregimiento de Rincón del

Mar las tendencias en el afrontamiento fueron a evadir este tipo de conflictos, en Libertad la

tendencia fue a dialogar, seguida de atacar. En este poblado, alrededor de dos terceras partes

de las víctimas de violencia sexual fueron más proclives a dialogar y en segundo lugar a

responder con violencia. La siguiente tabla describe las respuestas en condición de ventaja de

con dupla hombre – mujer.

Tabla 38. Afrontamiento ante un conflicto en ventaja cuando la dupla es hombre – mujer

Afrontamiento ante conflicto entre hombre y mujer


Población Hecho Victimizante Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 12.00 82.00 103.00 13.00 5.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 5.58 % 38.14 % 47.91 % 6.05 % 2.33 % 100.00 %
N 0.00 1.00 1.00 0.00 1.00 3.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 33.33 % 33.33 % 0.00 % 33.33 % 100.00 %
N 6.00 9.00 1.00 0.00 1.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 35.29 % 52.94 % 5.88 % 0.00 % 5.88 % 100.00 %
N 18.00 92.00 105.00 13.00 7.00 235.00
Total
% de la fila 7.66 % 39.15 % 44.68 % 5.53 % 2.98 % 100.00 %
N 7.00 50.00 30.00 2.00 13.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 6.86 % 49.02 % 29.41 % 1.96 % 12.75 % 100.00 %
N 0.00 2.00 3.00 0.00 0.00 5.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 40.00 % 60.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 1.00 0.00 0.00 1.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 50.00 % 0.00 % 0.00 % 50.00 % 100.00 %
N 7.00 53.00 33.00 2.00 14.00 109.00
Total
% de la fila 6.42 % 48.62 % 30.28 % 1.83 % 12.84 % 100.00 %

En el caso del análisis de las situaciones donde el participante asumía el rol de ventaja

en un conflicto entre mujeres, se encontraron diferencias significativas entre los pobladores


141

asociadas al corregimiento (p=.0001) caso en que se rechaza la hipótesis nula, pero no

asociadas al hecho victimizante (p=.39). El afrontamiento en este caso estuvo más marcado a

dialogar en el corregimiento de Libertad, mientras que la tendencia de Rincón del Mar fue a

evadir. De igual forma se evidencia que en el corregimiento de Libertad la segunda opción fue

atacar, mientras en Rincón del Mar esta decisión fue mínima.

Tabla 39. Afrontamiento ante un conflicto en ventaja cuando la dupla es mujer – mujer

Afrontamiento ante conflicto entre mujeres


Población Hecho Victimizante Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 78.00 86.00 51.00 4.00 16.00 235.00
Libertad
% de la fila 33.19 % 36.60 % 21.70 % 1.70 % 6.81 % 100.00 %
N 6.00 41.00 57.00 0.00 5.00 109.00
Rincón del Mar
% de la fila 5.50 % 37.61 % 52.29 % 0.00 % 4.59 % 100.00 %
N 84.00 127.00 108.00 4.00 21.00 344.00
Total
% de la fila 24.42 % 36.92 % 31.40 % 1.16 % 6.10 % 100.00 %
En conclusión, en los casos donde los participantes se percibieron en condición de

ventaja sobre sus oponentes, se rechaza la hipótesis nula para la relación de dependencia al

corregimiento (uno que resistió en armas y uno que resistió en forma simbólica) y al hecho

victimizante, en los casos donde el conflicto cotidiano implica una ventaja numérica sobre el

oponente y cuando se presenta un conflicto con ventaja del hombre sobre la mujer, siendo el

corregimiento de Libertad (el que se alzó en armas), donde se aprecian diferencias,

particularmente asociadas al hecho victimizante de la violencia sexual. En términos generales,

en este corregimiento también hubo mayor tendencia a la reaccionar con la violencia si se

estuviera en un caso de conflicto entre mujeres, lo cual fue casi nulo en el corregimiento de

Rincón del Mar.

6.2.1.3. Afrontamiento de conflicto en situación de igualdad.

En los casos de conflictos cotidianos donde los participantes se percibían en igualdad

ante su oponente, no se encontraron diferencias asociadas hecho victimizante cuando el

conflicto se presentaba entre hombres (p=.10), ni cuando se daba entre hombre y mujer (p=.19),

se acepta hipótesis nula. Sin embargo, se encontraron diferencias globales entre corregimientos
142

cuando el conflicto se daba en igualdad entre hombres (p=.0001) y cuando se presentaba entre

hombre y mujer (p=.0001). En el primer caso, se evidencia que, en este caso, mientras en el

corregimiento de Rincón del Mar las tendencias en el afrontamiento fueron a evadir este tipo

de conflictos, en Libertad la tendencia fue a dialogar.

Tabla 40. Afrontamiento ante un conflicto en igualdad cuando la dupla es hombre – hombre

Afrontamiento ante conflicto entre hombres


Población Hecho Victimizante Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 36.00 111.00 61.00 22.00 5.00 235.00
Libertad
% de la fila 15.32 % 47.23 % 25.96 % 9.36 % 2.13 % 100.00 %
N 17.00 30.00 48.00 14.00 0.00 109.00
Rincón del Mar
% de la fila 15.60 % 27.52 % 44.04 % 12.84 % 0.00 % 100.00 %
N 53.00 141.00 109.00 36.00 5.00 344.00
Total
% de la fila 15.41 % 40.99 % 31.69 % 10.47 % 1.45 % 100.00 %

En caso del conflicto hombre contra mujer, se evidencia que en el corregimiento de

Rincón del Mar las tendencias en el afrontamiento fueron a dialogar ante este tipo de conflictos,

pero también presentan las mayores proporciones de tendencia a evadir y agredir, mientras que

en Libertad la tendencia fue a dialogar y evadir.

Tabla 41. Afrontamiento ante un conflicto en igualdad cuando la dupla es hombre – mujer

Afrontamiento ante conflicto entre hombre y mujer


Población Hecho Victimizante Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 13.00 141.00 62.00 12.00 7.00 235.00
Libertad
% de la fila 5.53 % 60.00 % 26.38 % 5.11 % 2.98 % 100.00 %
N 25.00 46.00 34.00 2.00 2.00 109.00
Rincón del Mar
% de la fila 22.94 % 42.20 % 31.19 % 1.83 % 1.83 % 100.00 %
N 38.00 187.00 96.00 14.00 9.00 344.00
Total
% de la fila 11.05 % 54.36 % 27.91 % 4.07 % 2.62 % 100.00 %

También se presentaron diferencias asociadas tanto al corregimiento (p=.0001) como

al hecho victimizante cuando el conflicto en igualdad se presentaba entre mujeres (p=.0001),

se rechaza hipótesis nula. En este caso, aunque en ambos corregimientos la tendencia principal

de los participantes fue a dialogar para resolver el conflicto. Sin embargo, en Libertad se

evidenció la tendencia a agredir por parte de las víctimas de desplazamiento y tortura mientras
143

que en Rincón del Mar se evidenció cuando el hecho victimizante reportado fue el

desplazamiento forzado.

Tabla 42. Afrontamiento ante un conflicto en igualdad cuando la dupla es mujer – mujer

Afrontamiento ante conflicto entre mujer y mujer


Población Hecho Victimizante Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 77.00 104.00 29.00 3.00 2.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 35.81 % 48.37 % 13.49 % 1.40 % 0.93 % 100.00 %
N 1.00 2.00 0.00 0.00 0.00 3.00
Tortura
% de la fila 33.33 % 66.67 % 0.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 1.00 12.00 0.00 4.00 0.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 5.88 % 70.59 % 0.00 % 23.53 % 0.00 % 100.00 %
N 79.00 118.00 29.00 7.00 2.00 235.00
Total
% de la fila 33.62 % 50.21 % 12.34 % 2.98 % 0.85 % 100.00 %
N 28.00 42.00 29.00 2.00 1.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 27.45 % 41.18 % 28.43 % 1.96 % 0.98 % 100.00 %
N 0.00 3.00 1.00 1.00 0.00 5.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 60.00 % 20.00 % 20.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 1.00 1.00 0.00 0.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 50.00 % 50.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
Se rechaza entonces la hipótesis nula para la dependencia de las reacciones al

corregimiento, cuando los participantes perciben una condición de igualdad en el conflicto. En

estos casos el corregimiento de Libertad, que se alzó en armas, tendió a dialogar o agredir,

mientras que el corregimiento de Rincón del Mar, que tuvo formas de resistencia simbólica al

conflicto, mostró diferencias en la reacción dependiendo del sexo de quienes estuvieran en

conflicto, inclinándose a evadir o dialogar si el conflicto fue entre hombres, a dialogar, evadir

o agredir si se daba de un hombre hacia una mujer o entre mujeres.

6.2.2. Mecanismos de desconexión moral según los hechos victimizantes reportados.

Esta variable fue analizada utilizando la prueba de ANOVA para determinar la varianza

en las medias de los puntajes de los mecanismos de desconexión moral en relación a los grupos

de población y hecho victimizante.

6.2.2.1. Justificación moral según corregimiento y hecho victimizante

Al comparar los resultados en este mecanismo, se encontró significancia para las

diferencias en los puntajes de los pobladores según su corregimiento y hecho victimizante

reportado (p=.001) por tanto, se rechaza la hipótesis nula.


144

Tabla 43. ANOVA para la justificación moral según hecho victimizante y población
Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²
Corregimiento 6.09 1 6.09 7.32 7.16e-3 0.02
Hecho victimizante 6.41 2 3.20 3.85 0.02 0.02
Corregimiento ✻ Hecho victimizante 7.68 2 3.84 4.61 0.01 0.03
Residual 281.21 338 0.83
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Los resultados para los grupos contrastados según los hechos victimizantes en este

mecanismo, fijan la violencia sexual como el hecho al que se asocia el puntaje más alto,

específicamente en el corregimiento de Rincón del Mar. A pesar que esta población no se reveló

en armas y la frecuencia de violaciones sexuales a las mujeres fue menor que en el

corregimiento de Libertad, lo resultados indican que presentan una mayor tendencia a justificar

el uso de la violencia atribuyendo un sentido heroico a los actos y una superioridad moral sobre

quien recae tales acciones. Los puntajes se pueden apreciar en la siguiente tabla:

Tabla 44. Justificación moral según hecho victimizante y población

Corregimiento Hecho Victimizante Media DT N


Libertad Desplazamiento forzado 1.71 0.87 215
Tortura 1.08 0.14 3
Violencia sexual 1.53 0.96 17
Rincón del Mar Desplazamiento forzado 1.74 1.01 102
Tortura 1.55 0.57 5
Violencia sexual 3.63 1.24 2

6.2.2.2 Comparación ventajosa según corregimiento y hecho victimizante

La prueba ANOVA muestra significancia en las diferencias de los puntajes presentados

por los participantes en este mecanismo considerando los hechos victimizantes reportados (p <

0.001), con lo que se rechaza la hipótesis nula.

Tabla 45. ANOVA comparación ventajosa según el hecho victimizante

Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²


Hecho Victimizante 5.23 2 2.62 6.79 1.28e-3 0.04
Residual 131.36 341 0.39
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Los descriptivos muestran un aumento en la puntuación de la media en las víctimas de

torturas. Estas personas fueron sometidas a todo tipo tratos crueles o degradantes contra la
145

condición humana. Probablemente, su experiencia en el conflicto armado los lleva a comparar

actos violentos menores con su propia experiencia, restando gravedad a este tipo de situaciones.

Los puntajes se aprecian en la siguiente tabla:

Tabla 46. Comparación ventajosa según hecho victimizante y población

Hecho Victimizante Media DT N


Desplazamiento forzado 1.39 0.61 317
Tortura 2.09 1.30 8
Violencia sexual 1.13 0.32 19

6.2.2.3 Deshumanización de la víctima según corregimiento y hecho victimizante

Este mecanismo es considerado uno de los más denigrantes por los efectos sociales y

que sobre las víctimas tiene. La prueba ANOVA evidenció significancia para las diferencias

entre los puntajes promedio de este mecanismo en función de los hechos victimizantes

declarados (p < 0.001) aunque no consideró el corregimiento, por tanto se rechaza la hipótesis

nula.

Tabla 47. ANOVA para deshumanizar a la víctima según hecho victimizante


Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²
HV 4.36 2 2.18 4.95 < 0.001 0.03
Residual 150.41 341 0.44
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Puntuaciones mayores fueron registradas en la media de las víctimas de violencia

sexual. Esto evidencia que el estudio se encuentra frente a uno de los hechos violentos que más

impactó el comportamiento moral y las reinterpretaciones que predisponen a los

afrodescendientes a justificar los hechos violentos denigrando las características humanas de

sus contradictores y la empatía.

Tabla 48. Deshumanización de la víctima según hecho victimizante


Hecho Victimizante Media DT N
Desplazamiento forzado 1.49 0.64 317
Tortura 1.34 0.50 8
Violencia sexual 1.97 1.08 19

6.2.2.4 Mecanismos de desconexión moral que no evidenciaron diferencias según

corregimiento y hecho victimizante.


146

La prueba ANOVA no evidenció diferencias significativas entre las poblaciones que

dependiera del hecho victimizante en los mecanismos de etiquetación eufemística (p=.95),

transferencia de responsabilidad (p=.58), difusión de responsabilidad (p=.71), distorsión de las

consecuencias (p=.54) y culpar a la víctima (p=.21), para los que se acepta la hipótesis nula. Si

bien los resultados de las medias de estos mecanismos no se consideran significativos en sus

diferencias, una tendencia se aprecia en las puntuaciones de las víctimas de violencia sexual en

el corregimiento de Rincón del Mar, que tienden a ser ligeramente más altas que las de las

víctimas de otros hechos.

6.2.3. Expectativas de legitimación social de la violencia según los hechos

victimizantes.

Este grupo de variables también fue analizado usando tablas de contingencia con el

estadígrafo Chi cuadrado, al tratarse de opciones de respuesta de tipo categórico.

6.2.3.1. Expectativas de legitimación social de la violencia por parte de la familia

Recordemos que para conocer el comportamiento de esta variable en el grupo se

utilizaron dos viñetas para cada grupo de referencia, una viñeta sobre violencia del hombre

hacia la mujer y otra de violencia entre mujeres.

Se encontró que en el caso de una agresión de hombre a mujer, la expectativa de

legitimación por parte de la familia no se evidenciaron diferencias significativas entre los

corregimientos (p=.82), pero sí al interior del grupo de Rincón del Mar (p<.0001).

La tendencia general de los participantes fue a esperar un rechazo o sanción de la familia

ante este tipo de hechos. Sin embargo, en el corregimiento de Rincón del Mar se evidenció una

menor expectativa de esta tendencia en el caso de las víctimas de tortura, las cuales tienden a

distribuirse entre las demás opciones de respuesta.


147

Tabla 49. Expectativa de legitimación de la familia ante agresión un hombre a una mujer según hecho
victimizante

Expectativa ante agresión de hombre a


mujer
Población Hecho Victimizante Legitima Neutro Sanciona Total
N 5.00 7.00 202.00 214.00
Libertad Desplazamiento
% dentro de la fila 2.34 % 3.27 % 94.39 % 100.00 %
N 0.00 0.00 3.00 3.00
Tortura
% dentro de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 2.00 1.00 14.00 17.00
Violencia sexual
% dentro de la fila 11.76 % 5.88 % 82.35 % 100.00 %
N 7.00 8.00 219.00 234.00
Total
% dentro de la fila 2.99 % 3.42 % 93.59 % 100.00 %
N 1.00 3.00 98.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% dentro de la fila 0.98 % 2.94 % 96.08 % 100.00 %
N 1.00 1.00 3.00 5.00
Tortura
% dentro de la fila 20.00 % 20.00 % 60.00 % 100.00 %
N 0.00 0.00 2.00 2.00
Violencia sexual
% dentro de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 2.00 4.00 103.00 109.00
Total
% dentro de la fila 1.83 % 3.67 % 94.50 % 100.00 %

Por otra parte, en el caso de las agresiones simuladas en las duplas entre mujeres, la

expectativa de legitimación relacionada con la familia no mostró diferencias entre

corregimientos (p=.60), pero sí se identifica una relación de dependencia de la respuesta a los

hechos victimizantes en el corregimiento de Rincón del Mar (p=.008).

En general la población se inclinó a una expectativa de la familia como sancionadora,

pero en el caso de Rincón del Mar se evidenció una tendencia de los participantes que

reportaron ser víctimas de tortura a distribuirse entre las opciones de respuestas:

Tabla 50. Expectativa de legitimación de la familia ante agresión entre mujeres según hecho victimizante

Expectativas ante la agresión entre


mujeres
Hecho
Poblado Legitiman Neutros Sancionan Total
victimizante
N 5.00 7.00 200.00 212.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 2.36 % 3.30 % 94.34 % 100.00 %
N 0.00 0.00 3.00 3.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 2.00 1.00 14.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 11.77 % 5.88 % 82.35 % 100.00 %
N 7.00 8.00 217.00 232.00
Total
% de la fila 3.02 % 3.45 % 93.53 % 100.00 %
N 1.00 3.00 97.00 101.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 0.99 % 2.97 % 96.04 % 100.00 %
Tortura N 1.00 1.00 3.00 5.00
148

Tabla 50. Expectativa de legitimación de la familia ante agresión entre mujeres según hecho victimizante

Expectativas ante la agresión entre


mujeres
Hecho
Poblado Legitiman Neutros Sancionan Total
victimizante
% de la fila 20.00 % 20.00 % 60.00 % 100.00 %
N 0.00 0.00 2.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 2.00 4.00 102.00 108.00
Total
% de la fila 1.85 % 3.70 % 94.44 % 100.00 %

En conclusión, lo encontrado permite señalar que no existe una expectativa de

legitimación social de la violencia por parte de la familia y más bien se espera que sean

sancionadoras de estos hechos. Si bien se rechaza la hipótesis nula sobre la dependencia de las

decisiones a los hechos victimizantes, al encontrarse diferencias en el grupo que señaló ser

víctima de tortura, se consideran estos datos con limitación dado el escaso número de

participantes con esta característica.

6.2.3.2. Expectativas de legitimación social de la violencia por parte de la comunidad

Se encontró que en el caso de una agresión de hombre a mujer, la expectativa de

legitimación por parte de la comunidad no evidenció diferencias significativas entre los

corregimientos (p=.47), pero sí en Rincón del Mar (p=.03).

La tendencia general de los participantes fue a esperar sanción de la comunidad ante

estos hechos, cosa que se presentó de forma más marcada en el corregimiento de Rincón del

Mar. Sin embargo, las víctimas de tortura se distribuyeron entre las opciones de respuesta.

Tabla 51. Expectativa de legitimación de la comunidad ante agresión de un hombre a una mujer según hecho victimizante

Expectativa ante agresión de hombre a


mujer
Población Hecho Victimizante Legitima Neutro Sanciona Total
N 5.00 28.00 182.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 2.33 % 13.02 % 84.65 % 100.00 %
N 0.00 1.00 2.00 3.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 33.33 % 66.67 % 100.00 %
N 2.00 4.00 11.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 11.76 % 23.53 % 64.71 % 100.00 %
Total N 7.00 33.00 195.00 235.00
149

Tabla 51. Expectativa de legitimación de la comunidad ante agresión de un hombre a una mujer según hecho victimizante

Expectativa ante agresión de hombre a


mujer
Población Hecho Victimizante Legitima Neutro Sanciona Total
% de la fila 2.98 % 14.04 % 82.98 % 100.00 %
N 1.00 10.00 91.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 0.98 % 9.80 % 89.22 % 100.00 %
N 1.00 1.00 3.00 5.00
Tortura
% de la fila 20.00 % 20.00 % 60.00 % 100.00 %
N 0.00 0.00 2.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %

Para el caso de la agresión entre mujeres, no se registraron diferencias significativas

para las respuestas entre corregimientos (p=.79) ni por hecho victimizante en cada uno de ellos

(Libertad p=.36; Rincón del Mar p=.16).

Se destaca la disposición de los participantes a esperar sanción por parte de su

comunidad ante este tipo de situaciones, aunque un segmento de ellos las percibe como

legitimadoras, particularmente las víctimas de violencia sexual como se evidencia en la tabla:

Tabla 52. Distribución expectativa de legitimación de la comunidad ante agresión mujer a mujer

Expectativa ante agresión entre mujeres


Poblado Hecho victimizante Legitiman Neutros Sancionan Total
N 47.00 15.00 153.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 21.86 % 6.977% 71.16 % 100.00 %
N 1.00 0.00 2.00 3.00
Tortura
% de la fila 33.33 % 0.00 % 66.66 % 100.00 %
N 7.00 0.00 10.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 41.17 % 0.00 % 58.82 % 100.00 %
N 55.00 15.00 165.00 235.00
Total
% de la fila 23.40 % 6.38 % 70.21 % 100.00 %
N 24.00 5.00 73.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 23.52 % 4.90 % 71.56 % 100.00 %
N 1.00 0.00 4.00 5.00
Tortura
% de la fila 20.00 % 0.00 % 80.00 % 100.00 %
N 2.00 0.00 0.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 100.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 27.00 5.00 77.00 109.00
Total
% de la fila 24.77 % 4.58 % 70.64 % 100.00 %

Frente a las expectativas del actor comunitario, lo encontrado permite señalar que no

existe una expectativa de legitimación social de la violencia y más bien se esperan reacciones

sancionadoras. Se acepta la hipótesis nula sobre el papel del hecho victimizante, aunque se
150

destaca que las víctimas de violencia sexual presentaron una tendencia a esperar alguna

legitimidad del uso de la violencia ante estas agresiones.

6.2.3.3. Expectativas de legitimación social de la violencia por parte de la fuerza

pública

En el caso de la agresión de hombre a mujer, no se encontraron diferencias

significativas en las respuestas asociadas a los corregimientos (p=.68), y tampoco se

encontraron diferencias asociadas al hecho victimizante en cada territorio (Libertad p=.09;

Rincón del Mar p=.07). En términos generales, los pobladores de ambos corregimientos

perciben a la fuerza pública como neutral ante esta manifestación de violencia, sin embargo,

llama la atención que en Libertad las víctimas de violencia sexual parecen dividir sus opiniones

de manera que un grupo las observa como neutras, otros como sancionadoras y en la misma

línea un segmento las ubica como legitimadoras de las agresiones del hombre a la mujer, como

se evidencia en la tabla:

Tabla 53. Expectativa de legitimación de la fuerza pública ante agresión de un hombre a una mujer según hecho victimizante

Expectativa ante agresión de hombre a


mujer
Población Hecho Victimizante Legitima Neutro Sanciona Total
N 16.00 136.00 63.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 7.44 % 63.26 % 29.30 % 100.00 %
N 0.00 3.00 0.00 3.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 100.00 % 0.00 % 100.00 %
N 4.00 7.00 6.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 23.53 % 41.18 % 35.29 % 100.00 %
N 20.00 146.00 69.00 235.00
Total
% de la fila 8.51 % 62.13 % 29.36 % 100.00 %
N 10.00 67.00 25.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 9.80 % 65.69 % 24.51 % 100.00 %
N 0.00 5.00 0.00 5.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 100.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 0.00 2.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 10.00 72.00 27.00 109.00
Total
% de la fila 9.17 % 66.06 % 24.77 % 100.00 %

En la agresión entre mujeres, no se encuentran diferencias entre los corregimientos

(p=.59), pero se encuentra dependencia a los hechos victimizantes para el caso de Rincón del
151

Mar (p=.005). El análisis muestra una tendencia a percibir a la fuerza pública como neutros

que no hacen nada frente a este tipo de situaciones y un grupo menor los considera

sancionadores. La siguiente tabla muestra el comportamiento de las variables:

Tabla 54. Expectativa de legitimación de la fuerza pública ante agresión entre mujeres según hecho
victimizante

Expectativa ante agresión de mujer a


mujer
Poblado Hecho victimizante Legitiman Neutros Sancionan Total
N 19.00 164.00 32.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 8.83 % 76.29 % 14.84 % 100.00 %
N 0.00 3.00 0.00 3.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 100.00 % 0.00 % 100.00 %
N 1.000 10.00 6.000 17.000
Violencia sexual
% de la fila 5.88 % 58.82 % 35.29 % 100.00 %
N 20.00 177.00 38.00 235.00
Total
% de la fila 8.51 % 75.31 % 16.17 % 100.00 %
N 11.00 79.00 12.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 10.78 % 77.45 % 11.76 % 100.00 %
N 1.00 4.00 0.00 5.00
Tortura
% de la fila 20.00 % 80.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 0.00 2.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 12.00 83.00 14.00 109.00
Total
% de la fila 11.00 % 76.14 % 12.84 % 100.00 %
En conclusión, se acepta la hipótesis nula para la expectativa de legitimación social de

la violencia por parte de la fuerza pública en dependencia del corregimiento y el hecho

victimizante. No obstante, es notable que la población en general tenga una expectativa de

neutralidad de su parte en los casos de la violencia representados, especialmente si ocurre entre

mujeres, lo que denota una percepción de baja importancia de este tipo de conflictos por parte

de las autoridades.

6.2.3.4. Expectativas de legitimación social de la violencia por el consejo comunitario

Las percepciones sobre el rol del consejo comunitario frente a situaciones de agresiones

del hombre a la mujer, no presentan diferencias asociadas al corregimiento (p=.79), pero sí al

hecho victimizante en Rincón del Mar (p<.0001). La tendencia general de la población fue a

una expectativa de neutralidad o de sanción de este tipo de hechos. En Libertad, se destaca que

las víctimas de violencia sexual esperan que el consejo comunitario rechace estas
152

manifestaciones de violencia contra la mujer, mientras que esta tendencia se presentó en las

víctimas de tortura de Rincón del Mar. La siguiente tabla describe el comportamiento de las

variables:

Tabla 55. Expectativa de legitimación del consejo comunitario ante agresión de un hombre a una mujer según hecho
victimizante

Expectativa ante agresión de hombre a


mujer
Población Hecho Victimizante Legitima Neutro Sanciona Total
N 9.00 114.00 92.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 4.19 % 53.02 % 42.79 % 100.00 %
N 0.00 3.00 0.00 3.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 100.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 2.00 15.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 11.76 % 88.24 % 100.00 %
N 9.00 119.00 107.00 235.00
Total
% de la fila 3.83 % 50.64 % 45.53 % 100.00 %
N 3.00 51.00 48.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 2.94 % 50.00 % 47.06 % 100.00 %
N 0.00 0.00 5.00 5.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 0.00 2.00 0.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 100.00 % 0.00 % 100.00 %
N 3.00 53.00 53.00 109.00
Total
% de la fila 2.75 % 48.62 % 48.62 % 100.00 %

En el caso de la situación de agresiones entre mujeres, la prueba no arroja diferencias

significativas entre corregimientos para la expectativa de legitimación por el consejo

comunitario (p=.79) ni al hecho victimizante por corregimiento (Libertad p=.093; Rincón del

Mar p=.096).

Ante este tipo de agresiones en general la tendencia de las percepciones se divide entre

quienes esperan sanciones del consejo comunitario y quienes los observan como neutros. Sin

embargo, se destaca que la muestra de víctimas de violencia sexual en Libertad son proclives

a esperar sanciones del consejo comunitario ante este tipo de agresiones como se aprecia en la

tabla:
153

Tabla 56. Expectativa de legitimación del consejo comunitario ante agresión entre mujeres según hecho
victimizante

Expectativa de legitimación en consejo comunitario


Poblado Hecho victimizante Legitiman Neutros Sancionan Total
N 13.00 112.00 90.00 215.00
Libertad Desplazamiento
% de la fila 6.05 % 52.09 % 41.86 % 100.00 %
N 0.00 2.00 1.00 3.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 66.67 % 33.33 % 100.00 %
N 2.00 3.00 12.00 17.00
Violencia sexual
% de la fila 11.76 % 17.65 % 70.59 % 100.00 %
N 15.00 117.00 103.00 235.00
Total
% de la fila 6.38 % 49.79 % 43.83 % 100.00 %
N 6.00 49.00 47.00 102.00
Rincón del Mar Desplazamiento
% de la fila 5.88 % 48.04 % 46.08 % 100.00 %
N 0.00 0.00 5.00 5.00
Tortura
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 0.00 2.00 0.00 2.00
Violencia sexual
% de la fila 0.00 % 100.00 % 0.00 % 100.00 %
N 6.00 51.00 52.00 109.00
Total
% de la fila 5.51 % 46.79 % 47.71 % 100.00 %

Considerando lo anterior, se acepta la hipótesis nula para la expectativa de legitimación

social de la violencia por parte del consejo comunitario en dependencia del corregimiento y

hecho victimizante. No obstante, se destaca que la población en general se movió entre la

expectativa de neutralidad y la de sanción ante casos de violencia que ocurren entre mujeres,

lo que denota una percepción inconsistente sobre la importancia que este tipo de conflictos

tiene para las autoridades tradicionales, que podrían fungir de mediadoras.

6.3. El sexo y la edad en la configuración de legitimación de la violencia

6.3.1. Afrontamiento de conflictos según el sexo

El análisis de las respuestas del afrontamiento de conflictos cuando los participantes se

perciben en desventaja numérica evidenció dependencia al sexo tanto para la población total

(p=.004), como al interior del corregimiento de Libertad (p=.008) por lo cual se rechaza la

hipótesis nula. En términos generales, hombres y mujeres al percibirse en un conflicto en

desventaja numérica, tienden en su mayoría a evadir el conflicto y como segunda medida

dialogar. En el corregimiento de Libertad, fue notable que una proporción mayor de mujeres

se inclinó por agredir, tal como lo muestra la siguiente tabla:


154

Tabla 57. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja numérica según sexo

Afrontamiento de conflicto en desventaja numérica


Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Total
N 25.00 30.00 77.00 0.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 18.94 % 22.73 % 58.33 % 0.00 % 100.00 %
N 7.00 25.00 67.00 4.00 103.00
Masculino
% de la fila 6.79 % 24.27 % 65.05 % 3.88 % 100.00 %
N 32.00 55.00 144.00 4.00 235.00
Total
% de la fila 13.62 % 23.40 % 61.28 % 1.70 % 100.00 %
N 4.00 7.00 32.00 0.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 9.30 % 16.28 % 74.42 % 0.00 % 100.00 %
N 3.00 14.00 49.00 0.00 66.00
Masculino
% de la fila 4.55 % 21.21 % 74.24 % 0.00 % 100.00 %
N 7.00 21.00 81.00 0.00 109.00
Total
% de la fila 6.42 % 19.27 % 74.31 % 0.00 % 100.00 %
N 29.00 37.00 109.00 0.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 16.57 % 21.14 % 62.29 % 0.00 % 100.00 %
N 10.00 39.00 116.00 4.00 169.00
Masculino
% de la fila 5.92 % 23.08 % 68.64 % 2.37 % 100.00 %
N 39.00 76.00 225.00 4.00 344.00
Total
% de la fila 11.34 % 22.09 % 65.41 % 1.16 % 100.00 %

El análisis del afrontamiento de conflictos en desventaja física (situación 1) indica

dependencia al sexo para el total de participantes (p=.005) y al interior del corregimiento de

Libertad (p=.008). Aunque los pobladores de ambos corregimientos se muestran receptivos a

dialogar y evitar los conflictos, nuevamente las mujeres del corregimiento de Libertad se

inclinaron en una proporción mayor por la opción de atacar. Los datos se muestran la tabla

siguiente:

Tabla 58. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja física (situación 1) según sexo

Afrontamiento de conflicto en desventaja física (situación 1)


Pedir
Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Perdonar Total
ayuda
N 28.00 48.00 45.00 1.00 10.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 21.21% 36.36 % 34.09 % 0.76 % 7.58 % 100.00 %
N 10.00 38.00 38.00 10.00 7.00 103.00
Masculino
% de la fila 9.71 % 36.89 % 36.89 % 9.71 % 6.79 % 100.00 %
N 38.00 86.00 83.00 11.00 17.00 235.00
Total
% de la fila 16.17 % 36.59 % 35.32 % 4.68 % 7.23 % 100.00 %
N 5.00 16.00 20.00 2.00 0.00 43.00
Rincón de Mar Femenino
% de la fila 11.63 % 37.21 % 46.51 % 4.65 % 0.00 % 100.00 %
N 5.00 28.00 26.00 4.00 3.00 66.00
Masculino
% de la fila 7.58 % 42.42 % 39.39 % 6.06 % 4.55 % 100.00 %
N 10.00 44.00 46.00 6.00 3.00 109.00
Total
% de la fila 9.17 % 40.37 % 42.20 % 5.51 % 2.75 % 100.00 %
N 33.00 64.00 65.00 3.00 10.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 18.86 % 36.57 % 37.14 % 1.71 % 5.71 % 100.00 %
N 15.00 66.00 64.00 14.00 10.00 169.00
Masculino
% de la fila 8.88 % 39.05 % 37.87 % 8.28 % 5.92 % 100.00 %
155

Tabla 58. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja física (situación 1) según sexo

Afrontamiento de conflicto en desventaja física (situación 1)


Pedir
Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Perdonar Total
ayuda
N 48.00 130.00 129.00 17.00 20.00 344.00
Total
% de la fila 13.95 % 37.79 % 37.50 % 4.94 % 5.81 % 100.00 %

En el análisis del afrontamiento del conflicto en desventaja física (situación 2) no se

encontró dependencia al sexo (p=.159) ni para la población total ni al interior de los

corregimientos por lo que se acepta la hipótesis nula. La tendencia en las respuestas fue al

diálogo, aunque se observa una disposición creciente a responder al ataque en ambos

corregimientos.

Tabla 59. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja física (situación 2) según sexo
Afrontamiento de conflicto en desventaja física (situación 2)
Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
Libertad Femenino N 42.00 37.00 31.00 3.00 19.00 132.00
% de la fila 31.82 % 28.03 % 23.49 % 2.27 % 14.39 % 100.00 %
Masculino N 29.00 36.00 17.00 6.00 14.00 103.00
% de la fila 28.16 % 34.95 % 16.51 % 5.83 % 13.59 % 100.00 %
Total N 71.00 73.00 48.00 9.00 33.00 235.00
% de la fila 30.21 % 31.06 % 20.43 % 3.83 % 14.04 % 100.00 %
Rincón Femenino N 14.00 18.00 11.00 0.00 0.00 43.00
del Mar % de la fila 32.56 % 41.86 % 25.58 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
Masculino N 11.00 26.00 23.00 4.00 1.00 66.00
% de la fila 16.67 % 39.39 % 34.85 % 6.06 % 1.52 % 100.00 %
Total N 25.00 44.00 34.00 4.00 1.00 109.00
% de la fila 22.94 % 40.37 % 31.19 % 3.67 % 0.92 % 100.00 %
Total Femenino N 56.00 55.00 42.00 3.00 19.00 175.00
% de la fila 32.00 % 31.43 % 24.00 % 1.71 % 10.86 % 100.00 %
Masculino N 40.00 62.00 40.00 10.00 15.00 169.00
% de la fila 23.67 % 36.69 % 23.67 % 5.92 % 8.88 % 100.00 %
Total N 96.00 117.00 82.00 13.00 34.00 344.00
% de la fila 27.91 % 34.01 % 23.84 % 3.78 % 9.88 % 100.00 %

Las respuestas del afrontamiento del conflicto cuando los participantes se perciben en

ventaja numérica, tampoco muestran dependencia al sexo (p=.30), de manera que se acepta la

hipótesis nula y se evidencia una tendencia en las proporciones que ubica a los participantes

propensos a evadir este tipo de conflictos.

Se destaca nuevamente que hubo mayor propensión a atacar en el corregimiento de

Libertad. Los datos se describen en la siguiente tabla:


156

Tabla 60. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja numérica según sexo

Afrontamiento en ventaja numérica según el sexo


Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 41.00 38.00 49.00 4.00 0.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 31.06 % 28.79 % 37.12 % 3.03 % 0.00 % 100.00 %
N 23.00 31.00 45.00 2.00 2.00 103.00
Masculino
% de la fila 22.33 % 30.09 % 43.69 % 1.94 % 1.94 % 100.00 %
N 64.00 69.00 94.00 6.00 2.00 235.00
Total
% de la fila 27.23 % 29.36 % 40.00 % 2.55 % 0.85 % 100.00 %
N 3.00 10.00 28.00 0.00 2.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 6.98 % 23.26 % 65.12 % 0.00 % 4.65 % 100.00 %
N 5.00 16.00 42.00 1.00 2.00 66.00
Masculino
% de la fila 7.58 % 24.24 % 63.64 % 1.52 % 3.03 % 100.00 %
N 8.00 26.00 70.00 1.00 4.00 109.00
Total
% de la fila 7.34 % 23.85 % 64.22 % 0.92 % 3.67 % 100.00 %
N 44.00 48.00 77.00 4.00 2.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 25.14 % 27.43 % 44.00 % 2.29 % 1.14 % 100.00 %
N 28.00 47.00 87.00 3.00 4.00 169.00
Masculino
% de la fila 16.57 % 27.81 % 51.48 % 1.78 % 2.37 % 100.00 %
N 72.00 95.00 164.00 7.00 6.00 344.00
Total
% de la fila 20.93 % 27.62 % 47.67 % 2.04 % 1.74 % 100.00 %

En el análisis del afrontamiento del conflicto en ventaja mujer - mujer tampoco

evidenció dependencia respecto al sexo (p=.06), aceptando la hipótesis nula.

En general la tendencia a dialogar o evadir se conserva, si bien las mujeres de Libertad

se muestran más propensas a atacar. La siguiente tabla contiene el compendio de las respuestas:

Tabla 61. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja mujer – mujer según sexo
Afrontamiento de conflictos en ventaja (mujer – mujer)
Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 50.00 45.00 24.00 3.00 10.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 37.87 % 34.09 % 18.18 % 2.27 % 7.57 % 100.00 %
N 28.00 41.00 27.00 1.00 6.00 103.00
Masculino
% de la fila 27.18 % 39.80 % 26.21 % 0.97 % 5.82 % 100.00 %
N 78.00 86.00 51.00 4.00 16.00 235.00
Total
% de la fila 33.19 % 36.59 % 21.70 % 1.70 % 6.809 % 100.00 %
N 3.00 16.00 23.00 0.00 1.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 6.97 % 37.20 % 53.48 % 0.00 % 2.32 % 100.00 %
N 3.00 25.00 34.00 0.00 4.00 66.00
Masculino
% de la fila 4.54 % 37.87 % 51.51 % 0.00 % 6.06 % 100.00 %
N 6.00 41.00 57.00 0.00 5.00 109.00
Total
% de la fila 5.50 % 37.61 % 52.29 % 0.00 % 4.58 % 100.00 %
N 53.00 61.00 47.00 3.00 11.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 30.28 % 34.85 % 26.85 % 1.71 % 6.28 % 100.00 %
N 31.00 66.00 61.00 1.00 10.00 169.00
Masculino
% de la fila 18.34 % 39.05 % 36.09 % 0.52 % 5.91 % 100.00 %
N 84.00 127.00 108.00 4.00 21.00 344.00
Total
% de la fila 24.41 % 36.91 % 31.39 % 1.16 % 6.10 % 100.00 %
157

El análisis del afrontamiento de conflicto en ventaja hombre - mujer respecto al sexo

evidencia que no hubo diferencias asociadas al sexo para la totalidad de la muestra (p=.225),

pero sí al interior del corregimiento de Libertad (p=.006) rechazando la hipótesis nula para este

caso. La tendencia en ambas poblaciones es a dialogar o evadir. Sin embargo, se resalta que un

segmento de la población en este corregimiento (sexo masculino) fue más propensa a evadir el

conflicto si se presenta entre hombre y mujer. La siguiente tabla muestra el compendio de

respuestas:

Tabla 62. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja hombre – mujer según sexo

Afrontamiento de conflicto en ventaja hombre - mujer


Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 15.00 58.00 50.00 4.00 5.000 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 11.36 % 43.94 % 37.88 % 3.03 % 3.788 % 100.00 %
N 3.00 34.00 55.00 9.00 2.000 103.00
Masculino
% de la fila 2.91 % 33.01 % 53.39 % 8.74 % 1.942 % 100.00 %
N 18.00 92.00 105.00 13.00 7.000 235.00
Total
% de la fila 7.66 % 39.15 % 44.68 % 5.53 % 2.979 % 100.00 %
N 2.00 19.00 16.00 1.00 5.000 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 4.65 % 44.19 % 37.21 % 2.33 % 11.628 % 100.00 %
N 5.00 34.00 17.00 1.00 9.000 66.00
Masculino
% de la fila 7.58 % 51.52 % 25.76 % 1.52 % 13.636 % 100.00 %
N 7.00 53.00 33.00 2.00 14.000 109.00
Total
% de la fila 6.42 % 48.62 % 30.28 % 1.84 % 12.844 % 100.00 %
N 17.00 77.00 66.00 5.00 10.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 9.71 % 44.00 % 37.71 % 2.86 % 5.714 % 100.00 %
N 8.00 68.00 72.00 10.00 11.000 169.00
Masculino
% de la fila 4.73 % 40.24 % 42.60 % 5.92 % 6.509 % 100.00 %
N 25.00 145.00 138.00 15.00 21.00 344.00
Total
% de la fila 7.27 % 42.15 % 40.12 % 4.36 % 6.105 % 100.00 %

Cuando se presentan conflictos en igualdad de condiciones entre mujeres, el análisis

del afrontamiento indica dependencia respecto al sexo para la muestra total (p=.016)

rechazando la hipótesis nula, pero no al interior de los corregimientos. Se sigue mostrando a

las comunidades negras participantes en el estudio, en términos generales, dispuestas al

diálogo. Es de resaltar que un segmento de las mujeres, tanto de Libertad como de Rincón del

Mar, optaron por el ataque en este caso, como se aprecia en la tabla.

Tabla 63. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad mujer – mujer según sexo

Afrontamiento de Conflicto en igualdad mujer - mujer


Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 44.00 68.00 13.00 6.00 1.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 33.33 % 51.52 % 9.85 % 4.55 % 0.76 % 100.00 %
158

Tabla 63. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad mujer – mujer según sexo

Afrontamiento de Conflicto en igualdad mujer - mujer


Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 35.00 50.00 16.00 1.00 1.00 103.00
Masculino
% de la fila 33.98 % 48.54 % 15.53 % 0.97 % 0.97 % 100.00 %
N 79.00 118.00 29.00 7.00 2.00 235.00
Total
% de la fila 33.62 % 50.21 % 12.34 % 2.98 % 0.85 % 100.00 %
N 15.00 21.00 6.00 1.00 0.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 34.88 % 48.84 % 13.95 % 2.33 % 0.00 % 100.00 %
N 13.00 25.00 25.00 2.00 1.00 66.00
Masculino
% de la fila 19.69 % 37.88 % 37.88 % 3.03 % 1.52 % 100.00 %
N 28.00 46.00 31.00 3.00 1.00 109.00
Total
% de la fila 25.69 % 42.20 % 28.44 % 2.75 % 0.92 % 100.00 %
N 59.00 89.00 19.00 7.00 1.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 33.71 % 50.86 % 10.86 % 4.00 % 0.57 % 100.00 %
N 48.00 75.00 41.00 3.00 2.00 169.00
Masculino
% de la fila 28.40 % 44.38 % 24.26 % 1.78 % 1.18 % 100.00 %
N 107.00 164.00 60.00 10.00 3.00 344.00
Total
% de la fila 31.11 % 47.67 % 17.44 % 2.91 % 0.87 % 100.00 %

Cuando se aborda el afrontamiento de conflictos en condición de igualdad entre

hombres, el análisis de esta variable no muestra dependencia respecto al sexo (p=.05) ni al

interior de los corregimientos. Se evidencia que ambos poblados están dispuestos al diálogo y

a evadir los conflictos en esta situación. La siguiente tabla muestra el comportamiento de las

variables:

Tabla 64. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – hombre según sexo

Afrontamiento de Conflictos en igualdad hombre - hombre


Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 24.00 58.00 36.00 14.00 0.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 18.18 % 43.94 % 27.27 % 10.61 % 0.00 % 100.00 %
N 12.00 53.00 25.00 8.00 5.00 103.00
Masculino
% de la fila 11.65 % 51.46 % 24.27 % 7.77 % 4.85 % 100.00 %
N 36.00 111.00 61.00 22.00 5.00 235.00
Total
% de la fila 15.32 % 47.23 % 25.96 % 9.36 % 2.13 % 100.00 %
N 10.00 10.00 19.00 4.00 0.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 23.26 % 23.26 % 44.19 % 9.30 % 0.00 % 100.00 %
N 7.00 20.00 29.00 10.00 0.00 66.00
Masculino
% de la fila 10.61 % 30.30 % 43.94 % 15.15 % 0.00 % 100.00 %
N 17.00 30.00 48.00 14.00 0.00 109.00
Total
% de la fila 15.59 % 27.52 % 44.04 % 12.84 % 0.00 % 100.00 %
N 34.00 68.00 55.00 18.00 0.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 19.43 % 38.86 % 31.43 % 10.29 % 0.00 % 100.00 %
N 19.00 73.00 54.00 18.00 5.00 169.00
Masculino
% de la fila 11.24 % 43.19 % 31.95 % 10.65 % 2.96 % 100.00 %
159

Tabla 64. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – hombre según sexo

Afrontamiento de Conflictos en igualdad hombre - hombre


Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 53.00 141.00 109.00 36.00 5.00 344.00
Total
% de la fila 15.41 % 40.99 % 31.69 % 10.47 % 1.45 % 100.00 %

Finalmente, el análisis del afrontamiento de conflictos en situación de igualdad entre

hombre y mujer, no se encontró dependencia del sexo ni en el total (p=.76) ni en los

corregimientos. Se encontró que los pobladores muestran una disposición al diálogo evitando

el conflicto. No se registran diferencias significativas con un p=.42 para Libertad y p=.5 para

Rincón del Mar. La siguiente tabla muestra el compendio de respuestas:

Tabla 65. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – mujer según sexo
Afrontamiento de conflicto en condición de igualdad hombre - mujer
Poblado Sexo Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 9.00 82.00 33.00 4.00 4.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 6.82 % 62.12 % 25.00 % 3.03 % 3.03 % 100.00 %
N 4.00 59.00 29.00 8.00 3.00 103.00
Masculino
% de la fila 3.88 % 57.28 % 28.16 % 7.77 % 2.91 % 100.00 %
N 13.00 141.00 62.00 12.00 7.00 235.00
Total
% de la fila 5.53 % 60.00 % 26.38 % 5.11 % 2.98 % 100.00 %
N 12.00 15.00 15.00 1.00 0.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 27.91 % 34.88 % 34.88 % 2.33 % 0.00 % 100.00 %
N 13.00 31.00 19.00 1.00 2.00 66.00
Masculino
% de la fila 19.69 % 46.97 % 28.79 % 1.52 % 3.03 % 100.00 %
N 25.00 46.00 34.00 2.00 2.00 109.00
Total
% de la fila 22.94 % 42.20 % 31.19 % 1.84 % 1.84 % 100.00 %
N 21.00 97.00 48.00 5.00 4.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 12.00 % 55.43 % 27.43 % 2.86 % 2.29 % 100.00 %
N 17.00 90.00 48.00 9.00 5.00 169.00
Masculino
% de la fila 10.06 % 53.25 % 28.40 % 5.33 % 2.96 % 100.00 %
N 38.00 187.00 96.00 14.00 9.00 344.00
Total
% de la fila 11.05 % 54.36 % 27.91 % 4.07 % 2.62 % 100.00 %

6.3.2. Afrontamiento de conflictos según la edad

Con el análisis del afrontamiento de conflicto en condición de desventaja numérica

respecto al grupo de edad, se observa que en ambos corregimientos la disposición se decanta

por evadir el conflicto. El análisis no registra dependencias significativas de las decisiones de

los participantes al grupo de edad (p=.47), ni al interior de los corregimientos, por lo cual se

acepta la hipótesis nula. Sin embargo, se evidencia una tendencia en Libertad, donde los

menores de 20 y mayores de 61 están propenso a reaccionar con violencia. La siguiente tabla

describe las respuestas:


160

Tabla 66. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja numérica en relación con la edad

Afrontamiento conflicto desventaja numérica según edad


Poblado Grupo de Edad Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Total
N 18.00 15.00 58.00 2.00 93.00
Libertad < 20
% de la fila 19.36 % 16.13 % 62.37 % 2.15 % 100.00 %
N 10.00 27.00 59.00 1.00 97.00
21 a 40
% de la fila 10.31 % 27.84 % 60.83 % 1.03 % 100.00 %
N 2.00 10.00 22.00 1.00 35.00
41 a 60
% de la fila 5.71 % 28.57 % 62.86 % 2.86 % 100.00 %
N 2.00 3.00 5.00 0.00 10.00
> 61
% de la fila 20.00 % 30.00 % 50.00 % 0.00 % 100.00 %
N 32.00 55.00 144.00 4.00 235.00
Total
% de la fila 13.62 % 23.40 % 61.28 % 1.70 % 100.00 %
N 1.00 4.00 18.00 0.00 23.00
Rincón del Mar < 20
% de la fila 4.35 % 17.39 % 78.26 % 0.00 % 100.00 %
N 3.00 8.00 27.00 0.00 38.00
21 a 40
% de la fila 7.89 % 21.05 % 71.05 % 0.00 % 100.00 %
N 3.00 9.00 28.00 0.00 40.00
41 a 60
% de la fila 7.50 % 22.50 % 70.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 0.00 8.00 0.00 8.00
> 61
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 0.00 % 100.00 %
N 7.00 21.00 81.00 0.00 109.00
Total
% de la fila 6.42 % 19.27 % 74.31 % 0.00 % 100.00 %
N 19.00 19.00 76.00 2.00 116.00
Total < 20
% de la fila 16.378% 16.38 % 65.52 % 1.72 % 100.00 %
N 13.00 35.00 86.00 1.00 135.00
21 a 40
% de la fila 9.63 % 25.93 % 63.70 % 0.74 % 100.00 %
N 5.00 19.00 50.00 1.00 75.00
41 a 60
% de la fila 6.67 % 25.33 % 66.67 % 1.33 % 100.00 %
N 2.00 3.00 13.00 0.00 18.00
> 61
% de la fila 11.11 % 16.67 % 72.22 % 0.00 % 100.00 %
N 39.00 76.00 225.00 4.00 344.00
Total
% de la fila 11.34 % 22.09 % 65.41 % 1.16 % 100.00 %

En el conflicto en desventaja física (situación 1), las respuestas de afrontamiento según

los grupos de edad, registran dependencia significativa para el total de los participantes

(p=.001) y al interior del corregimiento de Libertad (p=.027), rechazando la hipótesis nula.

Los participantes en el rango de 21 a 40 años y de 41 a 60 años dividen sus inclinaciones

entre dialogar y evitar el conflicto en ambos poblados. No pasa desapercibida la proporción de

jóvenes menores de 20 años en Libertad, así como mayores de 61, que en esta situación de

desventaja estarían dispuestos a atacar, si se les compara con sus pares de Rincón de Mar, más

propensos a evadir el conflicto. Los datos se compilan y muestran en la siguiente tabla:


161

Tabla 67. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja física (situación 1) según la edad

Afrontamiento en desventaja física (situación 1)


Poblado Grupo de Edad Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 22.00 21.00 37.00 8.00 5.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 23.66 % 22.58 % 39.79 % 8.60 % 5.38 % 100.00 %
N 12.00 44.00 30.00 2.00 9.00 97.00
21 a 40
% de la fila 12.37 % 45.36% 30.93 % 2.06 % 9.28 % 100.00 %
N 2.00 17.00 12.00 1.00 3.00 35.00
41 a 60
% de la fila 5.71 % 48.57 % 34.29 % 2.86 % 8.57 % 100.00 %
N 2.00 4.00 4.00 0.00 0.00 10.00
>61
% de la fila 20.00 % 40.00 % 40.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 38.00 86.00 83.00 11.00 17.00 235.00
Total
% de la fila 16.17 % 36.59 % 35.32 % 4.68 % 7.23 % 100.00 %
N 2.00 5.00 12.00 4.00 0.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 8.69 % 21.74 % 52.17 % 17.39 % 0.00 % 100.00 %
N 5.00 15.00 15.00 2.00 1.00 38.00
21 a 40
% de la fila 13.16 % 39.47 % 39.47 % 5.26 % 2.63 % 100.00 %
N 3.00 19.00 16.00 0.00 2.00 40.00
41 a 60
% de la fila 7.50 % 47.50 % 40.00 % 0.00 % 5.00 % 100.00 %
N 0.00 5.00 3.00 0.00 0.00 8.00
>61
% de la fila 0.00 % 62.50 % 37.50 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 10.00 44.00 46.00 6.00 3.00 109.00
Total
% de la fila 9.17 % 40.37 % 42.20 % 5.51 % 2.75 % 100.00 %
N 24.00 26.00 49.00 12.00 5.00 116.00
Total <20
% de la fila 20.69 % 22.41 % 42.24 % 10.35 % 4.31 % 100.00 %
N 17.00 59.00 45.00 4.00 10.00 135.00
21 a 40
% de la fila 12.59 % 43.70 % 33.33 % 2.96 % 7.41 % 100.00 %
N 5.00 36.00 28.00 1.00 5.00 75.00
41 a 60
% de la fila 6.67 % 48.00 % 37.33 % 1.33 % 6.67 % 100.00 %
N 2.00 9.00 7.00 0.00 0.00 18.00
>61
% de la fila 11.11 % 50.00 % 38.89 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 48.00 130.00 129.00 17.00 20.00 344.00
Total
% de la fila 13.95 % 37.79 % 37.50 % 4.94 % 5.81 % 100.00 %

Cuando se pasa al análisis del afrontamiento de conflicto en condición de desventaja

física (situación 2) respecto al grupo de edad, la dinámica de conductas cambia

proporcionalmente. Se registran diferencias significativas en la muestra total (p<.001), pero no

al interior de cada corregimiento, por lo cual se rechaza la hipótesis nula. Son los jóvenes

menores de 20 años quienes se muestran dispuestos al ataque, pero en este caso, en ambos

corregimientos. La tendencia en los demás grupos de edad fue a dialogar. La siguiente tabla

muestra el compendio de respuestas:

Tabla 68. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja física (situación 2) según la edad

Poblado Grupo de Edad Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
Libertad <20 N 47.00 19.00 13.00 6.00 8.00 93.00
% de la 50.54 % 20.43 % 13.98 % 6.45 % 8.60 % 100.00 %
fila
21 a 40 N 20.00 37.00 23.00 2.00 14.00 97.00
162

% de la 20.62 % 38.14 % 23.71 % 2.06 % 14.43 % 100.00 %


fila
41 a 60 N 3.00 13.00 10.00 1.00 8.00 35.00
% de la 8.57 % 37.14 % 28.57 % 2.86 % 22.86 % 100.00 %
fila
61> N 1.00 4.00 2.00 0.00 3.00 10.00
% de la 10.00 % 40.00 % 20.00 % 0.00 % 30.00 % 100.00 %
fila
Total N 71.00 73.00 48.00 9.00 33.00 235.00
% de la 30.21 % 31.06 % 20.43 % 3.83 % 14.04 % 100.00 %
fila
Rincón <20 N 10.00 4.00 7.00 2.00 0.00 23.00
del Mar % de la 43.48 % 17.39 % 30.44 % 8.69 % 0.00 % 100.00 %
fila
21 a 40 N 7.00 17.00 12.00 2.00 0.00 38.00
% de la 18.42 % 44.74 % 31.58 % 5.26 % 0.00 % 100.00 %
fila
41 a 60 N 8.00 19.00 11.00 0.00 1.00 40.00
% de la 20.00 % 47.50 % 27.50 % 0.00 % 2.50 % 100.00 %
fila
61> N 0.00 4.00 4.00 0.00 0.00 8.00
% de la 0.00 % 50.00 % 50.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
fila
Total N 25.00 44.00 34.00 4.00 1.00 109.00
% de la 22.94 % 40.37 % 31.19 % 3.67 % 0.92 % 100.00 %
fila
Total <20 N 57.00 23.00 20.00 8.00 8.00 116.00
% de la 49.14 % 19.83 % 17.24 % 6.89 % 6.89 % 100.00 %
fila
21 a 40 N 27.00 54.00 35.00 4.00 14.00 135.00
% de la 20.00 % 40.00 % 25.93 % 2.96 % 10.37 % 100.00 %
fila
41 a 60 N 11.00 32.00 21.00 1.00 9.00 75.00
% de la 14.67 % 42.67 % 28.00 % 1.33 % 12.00 % 100.00 %
fila
61> N 1.00 8.00 6.00 0.00 3.00 18.00
% de la 5.56 % 44.44 % 33.33 % 0.00 % 16.67 % 100.00 %
fila
Total N 96.00 117.00 82.00 13.00 34.00 344.00
% de la 27.91 % 34.01% 23.84 % 3.78 % 9.88 % 100.00 %
fila

La dinámica de conductas asumidas en el afrontamiento de conflictos en condición de

ventaja numérica respecto al grupo de edad, no evidencia diferencias significativas ni para el

total de los participantes (p=.44), ni al interior de los corregimientos con p=.319 para el caso

de Libertad y p=.21 para Rincón del Mar. Por tanto se acepta la hipótesis nula.

La mayoría de los participantes opta por evadir el conflicto. Sin embargo, es notable la

tendencia sostenida que se encuentra tanto en los jóvenes menores de 21 y los adultos mayores

de 61 años en el poblado de Libertad, los cuales tienen mayor disposición al ataque, en este

caso, al percibirse con ventaja numérica sobre el oponente. Esto pudiera relacionarse con la

experiencia vivida hace 19 años, cuando muchos de ellos lideraron la asonada en contra de los

paramilitares del Bloque Héroes Montes de María. La tendencia se repite en menor proporción
163

en el grupo de menores de 20 años, mismo corregimiento. La siguiente tabla muestra los datos

compilados:

Tabla 69. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja numérica según la edad

Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja


numérica
Poblado Grupo de Edad Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 28.00 24.00 38.00 3.00 0.00 93.00
Libertad < 20
% de la fila 30.11 % 25.81 % 40.86 % 3.23 % 0.00 % 100.00%
N 23.00 35.00 37.00 0.00 2.00 97.00
21 a 40
% de la fila 23.71 % 36.08 % 38.14 % 0.00 % 2.06 % 100.00 %
N 9.00 8.00 16.00 2.00 0.00 35.00
41 a 60
% de la fila 25.71 % 22.86 % 45.71 % 5.71 % 0.00 % 100.00 %
N 4.00 2.00 3.00 1.00 0.00 10.00
>61
% de la fila 40.00% 20.00 % 30.00 % 10.00 % 0.00 % 100.00 %
N 64.00 69.00 94.00 6.00 2.00 235.00
Total
% de la fila 27.23 % 29.36 % 40.00 % 2.55 % 0.85 % 100.00 %
N 0.00 6.00 14.00 0.00 3.00 23.00
Rincón del Mar < 20
% de la fila 0.00 % 26.09 % 60.87 % 0.00 % 13.04 % 100.00 %
N 4.00 7.00 26.00 0.00 1.00 38.00
21 a 40
% de la fila 10.53 % 18.42 % 68.42 % 0.00 % 2.63 % 100.00 %
N 4.00 9.00 26.00 1.00 0.00 40.00
41 a 60
% de la fila 10.00 % 22.50 % 65.00 % 2.50 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 4.00 4.00 0.00 0.00 8.00
>61
% de la fila 0.00 % 50.00 % 50.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 8.00 26.00 70.00 1.00 4.00 109.00
Total
% de la fila 7.34 % 23.85 % 64.22 % 0.92 % 3.67 % 100.00 %
N 28.00 30.00 52.00 3.00 3.00 116.00
Total < 20
% de la fila 24.14 % 25.86 % 44.83% 2.59 % 2.59 % 100.00 %
N 27.00 42.00 63.00 0.00 3.00 135.00
21 a 40
% de la fila 20.00 % 31.11 % 46.67 % 0.00 % 2.22 % 100.00 %
N 13.00 17.00 42.00 3.00 0.00 75.00
41 a 60
% de la fila 17.33 % 22.67 % 56.00 % 4.00 % 0.00 % 100.00 %
N 4.00 6.00 7.00 1.00 0.00 18.00
>61
% de la fila 22.22 % 33.33 % 38.89 % 5.56 % 0.00 % 100.00 %
N 72.00 95.00 164.00 7.00 6.00 344.00
Total
% de la fila 20.93 % 27.62 % 47.67% 2.04 % 1.74 % 100.00 %

En cuanto al análisis del afrontamiento de conflicto en condición de ventaja mujer -

mujer respecto al grupo de edad, se rechaza la hipótesis nula para la muestra total (p=.004) y

al interior del corregimiento de Libertad (p=.007). La tendencia general de la muestra fue a

dialogar, aunque los grupos de menores de 20 y de 40 se inclinaron a atacar, especialmente en

el corregimiento de Libertad donde la segunda opción fue dialogar. Sus pares de Rincón del

Mar, se mostraron dispuestos a dialogar o evitar el conflicto. La siguiente tabla describe las

respuestas.
164

Tabla 70. Distribución del afrontamiento de conflictos en condición de ventaja mujer – mujer en relación con la
edad

AC en ventaja mujer - mujer


Grupo de Pedir
Poblado Atacar Dialogar Evadir Perdonar Total
Edad ayuda
N 36.00 33.00 22.00 0.00 2.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 38.71 % 35.48 % 23.66 % 0.00 % 2.15 % 100.00 %
N 36.00 30.00 19.00 3.00 9.00 97.00
21 a 40
% de la fila 37.11% 30.93 % 19.59 % 3.09 % 9.28 % 100.00 %
N 5.00 20.00 7.00 1.00 2.00 35.00
41 a 60
% de la fila 14.29 % 57.14 % 20.00 % 2.86 % 5.71 % 100.00 %
N 1.00 3.00 3.00 0.00 3.00 10.00
>61
% de la fila 10.00 % 30.00 % 30.00 % 0.00 % 30.00 % 100.00 %
N 78.00 86.00 51.00 4.00 16.00 235.00
Total
% de la fila 33.19 % 36.59 % 21.70 % 1.70 % 6.81 % 100.00 %
N 0.00 13.00 8.00 0.00 2.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 0.00 % 56.52% 34.78% 0.00 % 8.69 % 100.00 %
N 1.00 14.00 21.00 0.00 2.00 38.00
21 a 40
% de la fila 2.63 % 36.84% 55.26% 0.00 % 5.26 % 100.00 %
N 5.00 14.00 20.00 0.00 1.00 40.00
41 a 60
% de la fila 12.50 % 35.00% 50.00% 0.00 % 2.50 % 100.00 %
N 0.00 0.00 8.00 0.00 0.00 8.00
>61
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 6.00 41.00 57.00 0.00 5.00 109.00
Total
% de la fila 5.51 % 37.62 % 52.29 % 0.00 % 4.59 % 100.00 %
N 36.00 46.00 30.00 0.00 4.00 116.00
Total <20
% de la fila 31.03% 39.66% 25.86 % 0.00 % 3.45 % 100.00 %
N 37.00 44.00 40.00 3.00 11.00 135.00
21 a 40
% de la fila 27.41% 32.59 % 29.63 % 2.22 % 8.15 % 100.00 %
N 10000 34.00 27.00 1.00 3.00 75.00
41 a 60
% de la fila 13.333 % 45.33% 36.00 % 1.33 % 4.00 % 100.00 %
N 10.00 3.00 11.00 0.00 3.00 18.00
>61
% de la fila 5.56 % 16.67 % 61.11 % 0.00 % 16.67 % 100.00 %
N 84.00 127.00 108.00 4.00 21.00 344.00
Total
% de la fila 24.42 % 36.92 % 31.39 % 1.16 % 6.11 % 100.00 %

El análisis del afrontamiento de conflictos en condición de ventaja hombre - mujer,

muestra que los grupos de edad son determinantes en las respuestas de la muestra total (p=.026)

y en el corregimiento de Libertad (p=.016), rechazando la hipótesis nula. Aunque la tendencia

general fue al diálogo y a evitar el conflicto cuando se presenta un conflicto entre hombre y

mujer, en el corregimiento de Libertad fue más marcada la tendencia a evadir, especialmente

en los mayores de 61 años, lo que podría reflejar una mayor tendencia a asumir posturas de

neutralidad que perpetúan los ciclos de violencia de género. Los datos se muestran en la

siguiente tabla:
165

Tabla 71. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja hombre - hombre en relación con la edad

Condición de ventaja hombre - mujer


Grupo de Pedir
Poblado Atacar Dialogar Evadir Perdonar Total
Edad ayuda
N 10.00 32.00 42.00 9.00 0.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 10.73 % 34.40 % 45.16 % 9.67 % 0.00 % 100.00 %
N 4.00 46.00 42.00 3.00 2.00 97.00
21 a 40
% de la fila 4.12 % 47.43 % 43.299 3.09 % 2.06 % 100.00 %
N 3.00 12.00 15.00 1.00 4.00 35.00
41 a 60
% de la fila 8.57 % 34.28 % 42.85 % 2.85 % 11.42 % 100.00 %
N 1.00 2.00 6.00 0.00 1.00 10.00
>61
% de la fila 10.00 % 20.00 % 60.00 % 0.00 % 10.00 % 100.00 %
N 18.00 92.00 105.00 13.00 7.00 235.00
Total
% de la fila 7.66 % 39.14 % 44.68 % 5.53 % 2.99 % 100.00 %
N 0.00 13.00 6.00 1.00 3.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 0.00 % 56.52 % 26.08 % 4.34 % 13.03 % 100.00 %
N 2.00 20.00 11.00 1.00 4.00 38.00
21 a 40
% de la fila 5.23 % 52.63 % 28.94 % 2.63 % 10.52 % 100.00 %
N 4.00 16.00 14.000 0.00 6.00 40.00
41 a 60
% de la fila 10.00 % 40.00 % 35.00 % 0.00 % 15.00 % 100.00 %
N 1.00 4.00 2.00 0.00 1.00 8.000
>61
% de la fila 12.50 % 50.00 % 25.00 % 0.00 % 12.50 % 100.00 %
N 7.00 53.00 33.00 2.00 14.00 109.00
Total
% de la fila 6.42 % 48.62% 30.27 % 1.83 % 12.84 % 100.00 %
N 10.00 45.00 48.00 10.00 3.00 116.00
Total <20
% de la fila 8.621 38.79 % 41.37 % 8.62 % 2.58 % 100.00 %
N 6.00 66.00 53.00 4.00 6.00 135.00
21 a 40
% de la fila 4.44 % 48.88 % 39.25 % 2.96 % 4.44 % 100.00 %
N 7.00 28.00 29.00 1.00 10.00 75.00
41 a 60
% de la fila 9.33 % 37.33 % 38.66 % 1.33 % 13.33 % 100.00 %
N 2.00 6.00 8.00 0.00 2.00 18.00
>61
% de la fila 11.11 % 33.33 % 44.44 % 0.00 % 11.11 % 100.00 %
N 25.00 145.00 138.00 15.00 21.00 344.00
Total
% de la fila 7.26 % 42.15 % 40.11 % 4.36 % 6.105 % 100.00 %

Al analizar los resultados relacionados con el afrontamiento de conflictos entre mujeres

en condición de igualdad, se encuentran diferencias asociadas al grupo de edad para el total de

la muestra (p=.03) y en el corregimiento de Libertad (p=.001), rechazando la hipótesis nula.

La tendencia global ante este tipo de situaciones fue a dialogar o a atacar. En el caso de

Libertad, los menores de 20 años y de 40, se inclinan por atacar como segunda opción, en

proporciones significativas, mientras sus pares en Rincón del Mar tienden a dialogar o evadir

y en menor proporción a la conducta violenta. La siguiente tabla contiene el compendio de los

datos:
166

Tabla 72. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad mujer - mujer según la edad

Igualdad mujer - mujer


Grupo de Pedir
Poblado Atacar Dialogar Evadir Perdonar Total
Edad ayuda
N 41.00 44.00 8.00 0.00 0.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 44.08 % 47.31 % 8.60 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 32.00 48.00 12.00 4.00 1.00 97.00
21 a 40
% de la fila 32.99 % 49.48 % 12.37 % 4.12 % 1.03 % 100.00 %
N 5.00 21.00 6.00 3.00 0.00 35.00
41 a 60
% de la fila 14.28 % 60.00 % 17.14 % 8.57 % 0.00 % 100.00 %
N 1.00 5.00 3.00 0.00 1.00 10.00
>61
% de la fila 10.00 % 50.00 % 30.00 % 0.00 % 10.00 % 100.00 %
N 79.00 118.00 29.00 7.00 2.00 235.00
Total
% de la fila 33.61 % 50.21 % 12.34 % 2.97 % 0.85 % 100.00 %
N 6.00 9.00 8.00 0.00 0.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 26.08 % 39.13 % 34.78 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 10.00 15.00 11.00 2.00 0.00 38.00
21 a 40
% de la fila 26.31 % 39.47 % 28.94 % 5.26 % 0.00 % 100.00 %
N 9.00 18.00 11.00 1.00 1.00 40.00
41 a 60
% de la fila 22.50 % 45.00 % 27.50 % 2.50 % 2.50 % 100.00 %
N 3.00 4.00 1.00 0.00 0.00 8.00
>61
% de la fila 37.00 % 50.00 % 12.50 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 28.00 46.00 31.00 3.00 1.00 109.00
Total
% de la fila 25.68 % 42.20 % 28.44 % 2.75 % 0.91 % 100.00 %
N 47.00 53.00 16.00 0.00 0.00 116.00
Total <20
% de la fila 40.51 % 45.69 % 13.79 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 42.00 63.00 23.00 6.00 1.00 135.00
21 a 40
% de la fila 31.11 % 46.66 % 17.03 % 4.44 % 0.74 % 100.00 %
N 14.00 39.00 17.00 4.00 1.00 75.00
41 a 60
% de la fila 18.66 % 52.00 % 22.66 % 5.33 % 1.33 % 100.00 %
N 4.00 9.00 4.00 0.00 1.00 18.00
>61
% de la fila 22.22 % 50.00 % 22.22 % 0.00 % 5.55 % 100.00 %
N 107.00 164.00 60.00 10.00 3.00 344.00
Total
% de la fila 31.10 % 47.67 % 17.44 % 2.90 % 0.87 % 100.00 %

El análisis del afrontamiento del conflicto entre hombres en condición de igualdad,

muestra a los grupos de edades de ambos corregimientos proclives a resolver sus propios

conflictos a través del dialogo o bien evitándolos, sin recurrir a terceros mediadores o pedir

ayuda. No se registran dependencias significativas a la edad en la muestra total (p=.05) ni al

interior de los corregimientos con lo cual se acepta la hipótesis nula. La siguiente tabla muestra

el compilado de datos:
167

Tabla 73. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – hombre según la edad

Igualdad hombre - hombre


Poblado Grupo de Edad Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
N 14.00 45.00 23.00 8.00 3.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 15.05 % 48.38 % 24.73 % 8.60 % 3.22 % 100.00 %
N 20.00 43.00 24.00 8.00 2.00 97.00
21 a 40
% de la fila 20.61 % 44.33 % 24.74 % 8.24 % 2.06 % 100.00 %
N 0.00 18.00 11.00 6.00 0.00 35.00
41 a 60
% de la fila 0.00 % 51.42 % 31.42 % 17.14 % 0.00 % 100.00 %
N 2.00 5.00 3.00 0.00 0.00 10.00
>61
% de la fila 20.00 % 50.00 % 30.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 36.00 111.00 61.00 22.00 5.00 235.00
Total
% de la fila 15.31 % 47.23 % 25.95 % 9.36 % 2.12 % 100.00 %
N 5.00 4.00 12.00 2.00 0.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 21.73 % 17.39 % 52.17 % 8.69 % 0.00 % 100.00 %
N 6.00 9.00 17.00 6.00 0.00 38.00
21 a 40
% de la fila 15.78 % 23.68 % 44.73 % 15.78 % 0.00 % 100.00 %
N 6.00 17.00 13.00 4.00 0.00 40.00
41 a 60
% de la fila 15.00 % 42.50 % 32.50 % 10.00 % 0.00 % 100.00 %
N 0.00 0.00 6.00 2.00 0.00 8.00
>61
% de la fila 0.00 % 0.00 % 75.00 % 25.00 % 0.00 % 100.00 %
N 17.00 30.00 48.00 14.00 0.00 109.00
Total
% de la fila 15.59 % 27.52 % 44.03 % 12.84 % 0.00 % 100.00 %
N 19.00 49.00 35.00 10.00 3.00 116.00
Total <20
% de la fila 16.37 % 42.24 % 30.17 % 8.62 % 2.58 % 100.00 %
N 26.00 52.00 41.00 14.00 2.00 135.00
21 a 40
% de la fila 19.25 % 38.51 % 30.37 % 10.37 % 1.48 % 100.00 %
N 6.00 35.00 24.00 10.00 0.00 75.00
41 a 60
% de la fila 8.00 % 46.66 % 32.00 % 13.33 % 0.00 % 100.00 %
N 2.00 5.00 9.00 2.00 0.00 18.00
>61
% de la fila 11.11 % 27.77 % 50.00 % 11.11 % 0.00 % 100.00 %
N 53.00 141.00 109.00 36.00 5.00 344.00
Total
% de la fila 15.40 % 40.98 % 31.68 % 10.46 % 1.45 % 100.00 %

En el último caso, el análisis del afrontamiento del conflicto entre hombre-mujer en

condición de igualdad, muestra una tendencia generalizada al diálogo y a evadir el conflicto.

No se registran dependencias significativas para el total de la muestra (p=.10), ni al interior de

los grupos en el corregimiento de Libertad (p=.21) ni en Rincón del Mar (p=.21) aceptando la

hipótesis nula. La siguiente tabla muestra el compendio de respuestas:

Tabla 74. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – mujer según la edad

Igualdad hombre - mujer


Poblado Grupo de Edad Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
Libertad <20 N 9.00 52.00 24.00 8.00 0.00 93.00
168

Tabla 74. Afrontamiento de conflictos en condición de igualdad hombre – mujer según la edad

Igualdad hombre - mujer


Poblado Grupo de Edad Atacar Dialogar Evadir Pedir ayuda Perdonar Total
% de la fila 9.67 % 55.91 % 25.80 % 8.60 % 0.00 % 100.00 %
N 3.00 60.00 26.00 3.00 5.00 97.00
21 a 40
% de la fila 3.09 % 61.85 % 26.80 % 3.09 % 5.15 % 100.00 %
N 1.00 21.00 10.00 1.00 2.00 35.00
41 a 60
% de la fila 2.85 % 60.00 % 28.57 % 2.85 % 5.71 % 100.00 %
N 0.00 8.00 2.00 0.00 0.00 10.00
>61
% de la fila 0.00 % 80.00 % 20.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 13.00 141.00 62.00 12.00 7.00 235.00
Total
% de la fila 5.53 % 60.00 % 26.38 % 5.10 % 2.97 % 100.00 %
N 3.00 8.00 9.00 2.00 1.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 13.043% 34.78 % 39.13 % 8.69 % 4.34 % 100.00 %
N 7.00 19.00 12.00 0.00 0.00 38.00
21 a 40
% de la fila 18.42 % 50.00 % 31.57 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 11.00 17.00 11.00 0.00 1.00 40.00
41 a 60
% de la fila 27.50 % 42.50 % 27.50 % 0.00 % 2.50 % 100.00 %
N 4.00 2.00 2.00 0.00 0.00 8.000
>61
% de la fila 50.00 % 25.00 % 25.00 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 25.00 46.00 34.00 2.00 2.00 109.00
Total
% de la fila 22.93 % 42.20 % 31.19 % 1.83 % 1.83 % 100.00 %
N 12.00 60.00 33.00 10.00 1.00 116.00
Total <20
% de la fila 10.34 % 51.72 % 28.44 % 8.62 % 0.86 % 100.00 %
N 10.00 79.00 38.00 3.00 5.00 135.00
21 a 40
% de la fila 7.40 % 58.51 % 28.14 % 2.22 % 3.70 % 100.00 %
N 12.00 38.00 21.00 1.00 3.00 75.00
41 a 60
% de la fila 16.00 % 50.66 % 28.00 % 1.33 % 4.00 % 100.00 %
N 4.00 10.00 4.00 0.00 0.00 18.00
>61
% de la fila 22.22 % 55.55 % 22.22 % 0.00 % 0.00 % 100.00 %
N 38.00 187.00 96.00 14.00 9.000 344.00
Total
% de la fila 11.04 % 54.36 % 27.90 % 4.07 % 2.61 % 100.00 %

6.3.3. Desconexión moral según el sexo

Los mecanismos de desconexión moral por ser evaluados de manera escalar, fueron

analizados con la prueba t de Student en sus comparativos por sexo. No se encontraron

diferencias significativas para los mecanismos que puedan ser explicadas por el sexo de los

participantes por lo que se acepta la hipótesis nula.

Tabla 75. Contraste T para Muestras Independientes para mecanismos de desconexión moral según sexo

Magnitud del
Contrastar Estadístico gl p
Efecto
Justificación moral Student -0.89 342 0.37 -0.10
Etiquetación eufemística Student 0.87 342 0.39 0.09
Comparación ventajosa Student -0.09 342 0.93 -9.22e-3
169

Tabla 75. Contraste T para Muestras Independientes para mecanismos de desconexión moral según sexo

Magnitud del
Contrastar Estadístico gl p
Efecto
Transferencia de responsabilidad Student -1.24 342 0.22 -0.13
Difusión de responsabilidad Student -1.73 342 0.08 -0.19
Distorsión de las consecuencias Student 0.58 342 0.56 0.06
Culpar a la victima Student -0.71 342 0.48 -0.08
Deshumanización Student 0.87 342 0.38 0.09
Nota. Para el Contraste t de Student, la magnitud del efecto viene dada por D de Cohen.

6.3.4. Desconexión moral según la edad

6.3.4.1. Justificación moral según la edad

En cuanto a la prueba ANOVA para la justificación moral según población y edad, al

analizar el puntaje de la variable en las dos poblaciones se encuentran diferencias significativas

con valor p < .001, por lo que se rechaza la hipótesis nula.

Tabla 76. ANOVA - Justificación moral según grupo de edad y poblado

Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²


Edad agrupada 38.49 3 12.83 17.61 < .001 0.12
Poblado 1.71 1 1.71 2.35 0.13 5.52e-3
Edad agrupada ✻ Poblado 24.76 3 8.25 11.33 < .001 0.08
Residuales 244.76 336 0.73
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

En general se evidencia que el grupo de los más jóvenes presenta los valores más altos

en el uso de este mecanismo, siendo más notable en el corregimiento de Rincón del Mar.

Contrariamente, el grupo de mayor edad, evidencia una menor tendencia al uso de la

justificación moral, en ambas poblaciones.

Los descriptivos, en el caso de Rincón del Mar, muestran que los puntajes tienen un

comportamiento inversamente proporcional, donde a menor edad mayor puntaje. Cabe recordar

que el poblado de Rincón del Mar a diferencia de Libertad no se reveló en armas. Toda la

frustración contenida a partir del uso de repertorios excesivos de violencia paramilitar recae

sobre una juventud que considera tener la justificación moral para proceder de forma violenta

antes situaciones conflictivas, y no sentir culpa por ello. Pareciera en algún momento que la
170

oralidad tan identificada como elemento fundamental de esta cultura, creara una especie de

escenario para no olvidar los sucesos de la arremetida paramilitar, pero al mismo tiempo

inculcara en los más jóvenes el imperativo de la acción moral con fines de hacer justicia a

través de la violencia y por la propia mano. La siguiente tabla describe tal situación:

Tabla 77. Descriptivos - Justificación moral según edad y poblado

Poblado Edad agrupada Media DT N


Libertad <20 1.76 0.86 93
21 a 40 1.69 0.89 97
41 a 60 1.61 0.91 35
>61 1.27 0.55 10
Rincón del Mar <20 2.96 1.32 23
21 a 40 1.59 0.75 38
41 a 60 1.36 0.51 40
>61 1.22 0.25 8

6.3.4.2. Etiquetación eufemística según la edad

La prueba ANOVA evidencia diferencias significativas en los puntajes de la

etiquetación eufemística según la edad agrupada y el poblado (p < .001), por tanto se rechaza

la hipótesis nula.

Tabla 78. ANOVA - Etiquetación eufemística según edad y poblado


Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²
Edad agrupada 5.69 3 1.90 4.39 < 0.001 0.04
Poblado 2.51 1 2.51 5.80 0.02 0.02
Edad agrupada ✻ Poblado 6.11 3 2.04 4.71 < 0.001 0.04
Residuales 145.20 336 0.43
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Los descriptivos muestran un incremento en la media correspondiente al poblado de

Rincón del Mar respecto al uso de este mecanismo especialmente en el grupo de menor edad.

Estos jóvenes tienen la disposición a disfrazar y enmascarar las acciones que hacen daño

aprovechando el discurso y el lenguaje para cambiar su significado y restarle importancia frente

al imperativo moral institucional y comunitario.

Tabla 79. Descriptivos - Etiquetación eufemística según edad y poblado

Poblado Edad agrupada Media DT N


Libertad <20 1.52 0.54 93
171

Tabla 79. Descriptivos - Etiquetación eufemística según edad y poblado

Poblado Edad agrupada Media DT N


21 a 40 1.60 0.73 97
41 a 60 1.48 0.66 35
>61 1.50 0.46 10
Rincón del Mar <20 2.25 0.86 23
21 a 40 1.64 0.60 38
41 a 60 1.55 0.62 40
>61 1.63 0.87 8

6.3.4.3. Comparación ventajosa según la edad

La prueba muestra diferencias significativas en el uso del mecanismo de desconexión

comparación ventajosa con relación al grupo de edad y poblado (p < 0.001), por tanto se

rechaza hipótesis nula.

Tabla 80. ANOVA - Comparación ventajosa según edad y poblado

Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²


Edad agrupada 11.09 3 3.70 10.12 <.001 0.08
Poblado 0.24 1 0.24 0.65 0.42 1.67e-3
Edad agrupada ✻ Poblado 8.80 3 2.93 8.02 <.001 0.06
Residuales 122.80 336 0.37
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Los descriptivos muestran nuevamente que los jóvenes de Rincón del Mar manifiestan

puntajes en este mecanismo que se alejan de la moral comunitaria. En este caso, la tendencia

ascendente en la puntuación de la media da cuenta de un grupo de edad con un estadio de

remembranza permanente de los hechos violentos sufridos en alguna época por los mayores.

Los escenarios de terror, los hechos denigrantes pasados, las violaciones sexuales y otras

afectaciones, son vistas como hechos lamentables, pero usadas como factores de contraste para

encubrir las conductas inmorales y violentas cometidas por este grupo de edad.

Tabla 81. Descriptivos - Comparación ventajosa según edad y poblado

Poblado Edad agrupada Media DT N


Libertad <20 1.41 0.55 93
172

Tabla 81. Descriptivos - Comparación ventajosa según edad y poblado

Poblado Edad agrupada Media DT N


21 a 40 1.33 0.52 97
41 a 60 1.40 0.79 35
>61 1.38 0.56 10
Rincón del Mar <20 2.10 1.18 23
21 a 40 1.25 0.42 38
41 a 60 1.24 0.43 40
>61 1.22 0.36 8

6.3.4.4. Transferencia de Responsabilidad según la edad

Para este caso se presentan diferencias significativas en las medias para el mecanismo

de desconexión transferencia de responsabilidad según los grupos de edad y poblado (<.001),

por lo cual se rechaza hipótesis nula.

Tabla 82. ANOVA - Transferencia de responsabilidad según edad y poblado

Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²


Edad agrupada 35.58 3 11.86 22.35 <.001 0.15
Poblado 4.90 1 4.90 9.24 <.001 0.02
Edad agrupada ✻ Poblado 25.19 3 8.40 15.83 <.001 0.10
Residuales 178.29 336 0.53
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Los descriptivos muestran a Rincón del Mar con puntuaciones más altas en este

mecanismo que sus pares de Libertad, en los grupos de edades de menores de 20 y mayores de

61, siendo más notable en los más jóvenes. Podríamos estar ante una conducta aprendida de

los grupos armados y su estructura jerárquica-militar, donde los combatientes rasos acataban

las órdenes de los superiores. Estos jóvenes son proclives a cometer actos inmorales bajo la

orden de un superior jerárquico o a atribuirla a una figura de autoridad.

Tabla 83. Descriptivos - Transferencia de responsabilidad según edad y poblado

Poblado Edad agrupada Media DT N


Libertad <20 1.62 0.72 93
21 a 40 1.49 0.72 97
173

Tabla 83. Descriptivos - Transferencia de responsabilidad según edad y poblado

Poblado Edad agrupada Media DT N


41 a 60 1.50 0.72 35
>61 1.32 0.39 10
Rincón del Mar <20 2.87 1.30 23
21 a 40 1.37 0.56 38
41 a 60 1.35 0.44 40
>61 1.69 0.88 8

6.3.4.5. Difusión de Responsabilidad según la edad

Los resultados en este mecanismo evidencian diferencias significativas (p<.001) en los

casos de edad agrupada y grupo poblacional, por lo que se rechaza hipótesis nula.

Tabla 84. ANOVA - Difusión de responsabilidad según edad y poblado

Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²


Edad agrupada 19.85 3 6.62 9.38 <.001 0.07
Poblado 6.21 1 6.21 8.81 <.001 0.02
Edad agrupada ✻ Poblado 3.52 3 1.17 1.67 0.17 0.01
Residual 236.96 336 0.71
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Los descriptivos ubican al grupo de menores de Rincón del Mar con puntajes por

encima de la media de otros grupos en ambas poblaciones. Este mecanismo puede ser

consecuencia del anterior, en la medida que los involucrados no sienten culpa por sus actos

inmorales cuando son cometidos en grupo, como por ejemplo pandillas, fenómeno cada vez

más creciente en el poblado.

Tabla 85. Descriptivos - Difusión de responsabilidad según edad y poblado

Poblado Edad agrupada Media DT N


Libertad <20 1.75 0.72 93
21 a 40 1.55 0.91 97
41 a 60 1.36 0.62 35
>61 1.13 0.32 10
Rincón del Mar <20 2.46 1.21 23
21 a 40 1.78 0.95 38
41 a 60 1.51 0.81 40
>61 1.56 0.72 8
174

6.3.4.6. Culpar a la víctima según la edad

En lo relativo a este mecanismo, se encontraron diferencias significativas para la

dependencia a la edad agrupada (p=.01) por lo que se rechaza la hipótesis nula, si bien no hay

dependencia cuando se observa grupo de edad y poblado (p=.09).

Tabla 86. ANOVA - Culpar a la víctima según edad y poblado

Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²


Edad agrupada 6.67 3 2.22 5.43 0.01 0.05
Poblado 0.15 1 0.15 0.35 0.55 9.88e-4
Edad agrupada ✻ Poblado 2.73 3 0.91 2.22 0.09 0.02
Residual 137.49 336 0.41
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Los descriptivos muestran un mayor puntaje en la media de los jóvenes menores de 20

años del corregimiento de Rincón del Mar respecto a otros grupos de edades en ambos

poblados. Este grupo poblacional mostraría una mayor inclinación a percibir a las personas

sobre quienes ejercen violencia, como provocadoras de la situación, evadiendo su propia

responsabilidad en el acto.

Tabla 87. Descriptivos - Culpar a la Víctima según edad y poblado

Grupo Edad agrupada Media DT N


Libertad <20 1.67 0.58 93
21 a 40 1.55 0.65 97
41 a 60 1.53 0.58 35
>61 1.38 0.41 10
Rincón del Mar <20 1.97 0.95 23
21 a 40 1.45 0.63 38
41 a 60 1.34 0.61 40
>61 1.59 0.73 8

6.3.4.7. Deshumanizar a la víctima según la edad

En cuanto a la prueba de ANOVA para la variable deshumanizar a la víctima evidencia

diferencias significativas en el grupo de edad y poblado respecto al uso del mecanismo con p

< .04, por lo que se rechaza la hipótesis nula.


175

Tabla 88. ANOVA - Deshumanización según edad y poblado

Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²


Edad agrupada 8.70 3 2.90 6.75 0.001 0.05
Poblado 0.19 1 0.19 0.44 0.51 1.18e-3
Edad agrupada ✻ Poblado 5.80 3 1.93 4.50 0.04 0.04
Residual 144.46 336 0.43
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Rincón del Mar sigue mostrando puntuaciones más altas en la media en comparación

con Libertad en los distintos grupos de edad, pero particularmente en el grupo más joven. Es

posible que en la comunidad se haya trasmitido a través de la oralidad los horres del conflicto

armado a las nuevas generaciones, despojando a sus victimarios de todo rasgo de humanidad,

lo que lleva a los más jóvenes a la tendencia a utilizar este tipo de estrategia cognitiva que

reduce la empatía, para justificar sus acciones nocivas contra otros.

Tabla 89. Descriptivos - Deshumanización según edad y poblado

Poblado Edad agrupada Media DT N


Libertad <20 1.57 0.56 93
21 a 40 1.56 0.68 97
41 a 60 1.40 0.63 35
>61 1.38 0.65 10
Rincón del Mar <20 2.04 1.16 23
21 a 40 1.32 0.45 38
41 a 60 1.34 0.60 40
>61 1.47 0.51 8

6.3.4.8. Distorsión de las consecuencias según la edad

En cuanto a la ANOVA para el mecanismo de Distorsión de las Consecuencias, no se

encontraron diferencias según Población y Edad Agrupada (p=.05) por lo cual se acepta la

hipótesis nula, si bien se mantiene la tendencia de puntajes identificada en Rincón del Mar.

Tabla 90. ANOVA - Distorsión de las consecuencias según edad y poblado


Casos Suma de cuadrados gl Cuadrado medio F p η²
Edad agrupada 4.77 3 1.59 2.38 0.07 0.02
Grupo 1.05 1 1.05 1.57 0.21 4.46e-3
Edad agrupada ✻ Grupo 5.28 3 1.76 2.63 0.05 0.02
Residual 224.76 336 0.67
Nota. Suma de Cuadrados Tipo III

Tabla 91. Descriptivos - Distorsión de las Consecuencias según edad y poblado


Poblado Edad agrupada Media DT N
Libertad <20 1.79 1.01 93
21 a 40 1.74 0.79 97
176

Tabla 91. Descriptivos - Distorsión de las Consecuencias según edad y poblado


Poblado Edad agrupada Media DT N
41 a 60 1.44 0.60 35
>61 1.18 0.39 10
Rincón del Mar <20 1.90 0.76 23
21 a 40 1.43 0.60 38
41 a 60 1.59 0.82 40
>61 1.84 0.93 8

6.3.5. Expectativas de legitimación social de la violencia según el sexo

En este análisis se involucran dos situaciones que recrean agresiones entre duplas

conformadas por mujer–mujer y hombre–mujer.

6.3.5.1. Expectativas de legitimación social en casos de agresiones entre mujeres

Las respuestas son consistentes en cuanto a percibir a la familia como sancionadora

independiente del sexo del participante para el total de la muestra (p=.22) y al interior de los

corregimientos (Libertad p=.65 y Rincón del Mar p=.19), por lo que se acepta la hipótesis nula.

La siguiente tabla contiene el compendio de respuestas para esta situación:

Tabla 92. Expectativas de legitimación social para la familia en casos de agresiones entre mujer–mujer según sexo

Expectativas de legitimación - Familia


Poblado Sexo Legitima Neutro Sanciona Total
N 24.00 1.00 107.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 18.18 % 0.76 % 81.06 % 100.00 %
N 15.00 5.00 83.00 103.00
Masculino
% de la fila 14.56 % 4.85 % 80.58 % 100.00 %
N 39.00 6.00 190.00 235.00
Total
% de la fila 16.60 % 2.55 % 80.85 % 100.00 %
N 6.00 0.00 37.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 13.95 % 0.00 % 86.05 % 100.00 %
N 8.00 2.00 56.00 66.00
Masculino
% de la fila 12.12 % 3.03 % 84.85 % 100.00 %
N 14.00 2.00 93.00 109.00
Total
% de la fila 12.84 % 1.83 % 85.32 % 100.00 %
N 30.00 1.00 144.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 17.14 % 0.57 % 82.29 % 100.00 %
N 23.00 7.00 139.00 169.00
Masculino
% de la fila 13.61 % 4.14 % 82.25 % 100.00 %
N 53.00 8.00 283.00 344.00
Total
% de la fila 15.41 % 2.33 % 82.27 % 100.00 %
En cuanto al análisis de las respuestas respecto a la expectativa de legitimación de la

violencia entre mujeres por la comunidad, los participantes esperan sanciones, aunque se

percibe un aumento en el segmento que percibe a sus miembros como legitimadores de la


177

violencia o agitadores en los conflictos entre mujeres. No se encuentran diferencias

significativas asociadas al sexo para la muestra total (p=.92) ni en la distribución por sexo al

interior de cada corregimiento (Libertad p=.72, Rincón del Mar p=.16) con lo que se acepta la

hipótesis nula. La siguiente tabla contiene el compendio de respuestas:

Tabla 93. Expectativas de legitimación social para la comunidad en casos de agresiones mujer–mujer según
sexo

Expectativas de Legitimación - Comunidad


Poblado Sexo Legitiman Neutros Sancionan Total
N 32.00 7.00 93.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 24.24 % 5.30 % 70.45 % 100.00 %
N 23.00 8.00 72.00 103.00
Masculino
% de la fila 22.33 % 7.77 % 69.90 % 100.00 %
N 55.00 15.00 165.00 235.00
Total
% de la fila 23.40 % 6.38 % 70.21 % 100.00 %
N 10.00 4.00 29.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 23.26 % 9.30 % 67.44 % 100.00 %
N 17.00 1.00 48.00 66.00
Masculino
% de la fila 25.76 % 1.52 % 72.73 % 100.00 %
N 27.00 5.00 77.00 109.00
Total
% de la fila 24.77 % 4.59 % 70.64 % 100.00 %
N 42.00 11.00 122.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 24.00 % 6.29 % 69.71 % 100.00 %
N 40.00 9.00 120.00 169.00
Masculino
% de la fila 23.67 % 5.33 % 71.01 % 100.00 %
N 82.00 20.00 242.00 344.00
Total
% de la fila 23.84 % 5.81 % 70.35 % 100.00 %

En cuanto a las expectativas de legitimación social para la fuerza pública en casos de

agresiones entre mujeres, no se encuentran diferencias para la muestra total asociadas al sexo

(p=.39), ni al interior de los corregimientos (Libertad p=.39 y Rincón del Mar p=.68) por lo

que se acepta la hipótesis nula.

La tendencia en general fue a percibir la fuerza pública como neutral ante los conflictos

entre mujeres. Es de considerar que la institucionalidad tiene muy bajos niveles de aceptación

en los territorios étnicos estudiados. La siguiente tabla contiene el detalle de los datos:

Tabla 94. Expectativas de legitimación social para la fuerza pública en casos de agresiones mujer–mujer según
sexo

Expectativas de legitimación – Fuerza Pública


Poblado Sexo Legitiman Neutros Sancionan Total
Libertad Femenino N 10.00 97.00 25.00 132.00
178

Tabla 94. Expectativas de legitimación social para la fuerza pública en casos de agresiones mujer–mujer según
sexo

Expectativas de legitimación – Fuerza Pública


Poblado Sexo Legitiman Neutros Sancionan Total
% de la fila 7.58 % 73.48 % 18.94 % 100.00 %
N 10.00 80.00 13.00 103.00
Masculino
% de la fila 9.71 % 77.67 % 12.62 % 100.00 %
N 20.00 177.00 38.00 235.00
Total
% de la fila 8.51 % 75.32 % 16.17 % 100.00 %
N 6.00 31.00 6.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 13.95 % 72.09 % 13.95 % 100.00 %
N 6.00 52.00 8.00 66.00
Masculino
% de la fila 9.09 % 78.79 % 12.12 % 100.00 %
N 12.00 83.00 14.00 109.00
Total
% de la fila 11.01 % 76.15 % 12.84 % 100.00 %
N 16.00 128.00 31.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 9.14 % 73.14 % 17.71 % 100.00 %
N 16.00 132.00 21.00 169.00
Masculino
% de la fila 9.47 % 78.11 % 12.43 % 100.00 %
N 32.00 260.00 52.00 344.00
Total
% de la fila 9.30 % 75.58 % 15.12 % 100.00 %

Cierra este grupo de análisis las expectativas sociales que los participantes tienen sobre

el consejo comunitario y su proceder ante situaciones de violencia entre mujeres. No se

encontraron diferencias por sexo para la muestra total (p=.66) ni al interior de los

corregimientos (Libertad p=.74 y Rincón del Mar p=.27), por lo que se rechaza la hipótesis

nula.

A diferencia de la fuerza pública, el consejo comunitario representa la autoridad ancestral

y jurídica del territorio. La asamblea comunitaria la conforman miembros de la comunidad con

prestigio de líder social. Este caso, los participantes tendieron a percibirlos como legitimadores

o sancionadores con pequeñas variaciones entre proporciones. En la siguiente tabla se

describen los resultados para esta variable.

Tabla 95. Expectativas de legitimación social para consejo comunitario en casos de agresiones mujer – mujer según sexo

Expectativas de legitimación – consejo comunitario


Poblado Sexo Legitiman Neutros Sancionan Total
N 7.00 66.00 59.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 5.30 % 50.00 % 44.70 % 100.00 %
N 8.00 51.00 44.00 103.00
Masculino
% de la fila 7.77 % 49.51 % 42.72 % 100.00 %
Total N 15.00 117.00 103.00 235.00
179

Tabla 95. Expectativas de legitimación social para consejo comunitario en casos de agresiones mujer – mujer según sexo

Expectativas de legitimación – consejo comunitario


Poblado Sexo Legitiman Neutros Sancionan Total
% de la fila 6.38 % 49.79 % 43.83 % 100.00 %
N 3.00 16.00 24.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 6.98 % 37.21 % 55.81 % 100.00 %
N 3.00 35.00 28.00 66.00
Masculino
% de la fila 4.55 % 53.03 % 42.42 % 100.00 %
N 6.00 51.00 52.00 109.00
Total
% de la fila 5.50 % 46.79 % 47.71 % 100.00 %
N 10.00 82.00 83.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 5.71 % 46.86 % 47.43 % 100.00 %
N 11.00 86.00 72.00 169.00
Masculino
% de la fila 6.51 % 50.89 % 42.60 % 100.00 %
N 21.00 168.00 155.00 344.00
Total
% de la fila 6.10 % 48.84 % 45.06 % 100.00 %

6.3.5.2. Expectativas de legitimación social en casos de agresiones hombre a mujer

En las situaciones de violencia que generan expectativas de legitimación social donde

se involucran agresiones de hombre a mujer, se encuentra que los participantes esperan

legitimación por parte de la familia, independiente del sexo del total de los participantes (p=.22)

y al interior de los corregimientos (Libertad p=.65 y Rincón del Mar p=.19), así se acepta la

hipótesis nula.

La tendencia de hombres y mujeres sobre la expectativa que tienen respecto a sus

familias es que estas actuarían de forma sancionadora ante un caso de conflicto entre hombre

y mujer. La siguiente tabla registra las respuestas:

Tabla 96. Expectativas de legitimación social para la familia en casos de agresiones entre hombre – mujer según sexo

Expectativas de legitimación social - Familia


Poblado Sexo Legitiman Neutros Sancionan Total
Libertad Femenino N 5.00 5.00 121.00 131.00
% de la fila 3.82 % 3.82 % 92.37 % 100.00 %
Masculino N 2.00 3.00 98.00 103.00
% de la fila 1.94 % 2.91 % 95.15 % 100.00 %
Total N 7.00 8.00 219.00 234.00
% de la fila 2.99 % 3.42 % 93.59 % 100.00 %
Rincón del Mar Femenino N 2.00 2.00 39.00 43.00
% de la fila 4.65 % 4.65 % 90.70 % 100.00 %
Masculino N 0.00 2.00 64.00 66.00
% de la fila 0.00 % 3.03 % 96.97 % 100.00 %
Total N 2.00 4.00 103.00 109.00
% de la fila 1.83 % 3.67 % 94.50 % 100.00 %
180

Total Femenino N 7.00 7.00 160.00 174.00


% de la fila 4.02 % 4.02 % 91.95 % 100.00 %
Masculino N 2.00 5.00 162.00 169.00
% de la fila 1.18 % 2.96 % 95.86 % 100.00 %
Total N 9.00 12.00 322.00 343.00
% de la fila 2.62 % 3.50 % 93.88 % 100.00 %

Al igual que la familia, el análisis de las expectativas de legitimación en cuanto a la

comunidad cuando se presenta una agresión entre mujeres, los participantes esperan de forma

consistente sanción. No se encuentran diferencias asociadas al sexo para la muestra total

(p=.12), pero sí en el corregimiento de Rincón del Mar (p=.01) donde un grupo de mujeres

evidenció expectativa de neutralidad, por lo que se rechaza la hipótesis nula en contraposición

al grupo en Libertad donde se acepta (p=.70). La siguiente tabla contiene el compendio de

respuestas:

Tabla 97. Expectativas de legitimación social para la comunidad en casos de agresión entre hombre – mujer según sexo

Expectativas de legitimación - comunidad


Poblado Sexo Legitiman Neutros Sancionan Total
N 5.00 18.00 109.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 3.79 % 13.64 % 82.58 % 100.00 %
N 2.00 15.00 86.00 103.00
Masculino
% de la fila 1.94 % 14.56 % 83.50 % 100.00 %
N 7.00 33.00 195.00 235.00
Total
% de la fila 2.98 % 14.04 % 82.98 % 100.00 %
N 2.00 8.00 33.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 4.65 % 18.60 % 76.74 % 100.00 %
N 0.00 3.00 63.00 66.00
Masculino
% de la fila 0.00 % 4.55 % 95.45 % 100.00 %
N 2.00 11.00 96.00 109.00
Total
% de la fila 1.83 % 10.09 % 88.07 % 100.00 %
N 7.00 26.00 142.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 4.00 % 14.86 % 81.14 % 100.00 %
N 2.00 18.00 149.00 169.00
Masculino
% de la fila 1.18 % 10.65 % 88.17 % 100.00 %
N 9.00 44.00 291.00 344.00
Total
% de la fila 2.62 % 12.79 % 84.59 % 100.00 %

Para los casos de la fuerza pública, no se encuentran diferencias significativas entre los

sexos para la muestra total (p=.56), ni para los corregimientos de Libertad (p=.67) y de Rincón

del Mar (p=.76). La tendencia general independientemente del sexo fue a esperar en su mayoría

neutralidad y en menores proporciones sanción de este tipo de violencia hacia la mujer por

parte de la fuerza pública.


181

Tabla 98. Expectativas de legitimación social para la fuerza pública en casos de agresión de hombre a mujer según sexo

Expectativa de legitimación – fuerza pública


Poblado Sexo Legitima Neutro Sanciona Total
N 13.00 82.00 37.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 9.85 % 62.12 % 28.03 % 100.00 %
N 7.00 64.00 32.00 103.00
Masculino
% de la fila 6.80 % 62.14 % 31.07 % 100.00 %
N 20.00 146.00 69.00 235.00
Total
% de la fila 8.51 % 62.13 % 29.36 % 100.00 %
N 5.00 28.00 10.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 11.63 % 65.12 % 23.26 % 100.00 %
N 5.00 44.00 17.00 66.00
Masculino
% de la fila 7.58 % 66.67 % 25.76 % 100.00 %
N 10.00 72.00 27.00 109.00
Total
% de la fila 9.17 % 66.06 % 24.77 % 100.00 %
N 18.00 110.00 47.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 10.29 % 62.86 % 26.86 % 100.00 %
N 12.00 108.00 49.00 169.00
Masculino
% de la fila 7.10 % 63.91 % 28.99 % 100.00 %
N 30.00 218.00 96.00 344.00
Total
% de la fila 8.72 % 63.37 % 27.91 % 100.00 %

Finalmente, en cuanto al consejo comunitario, la tendencia se mantiene a la aceptación

de la hipótesis nula al no encontrar diferencias entre los sexos los poblados con p=.582

(Libertad) y p=.57 (Rincón del Mar).

Tabla 99. Expectativas de legitimación social para el consejo comunitario en casos de agresiones de hombre a mujer según
sexo

Expectativas de legitimación – consejo comunitario


Poblado Sexo Legitima Neutro Sanciona Total
N 5.00 63.00 64.00 132.00
Libertad Femenino
% de la fila 3.79 % 47.73 % 48.48 % 100.00 %
N 4.00 56.00 43.00 103.00
Masculino
% de la fila 3.88 % 54.37 % 41.75 % 100.00 %
N 9.00 119.00 107.00 235.00
Total
% de la fila 3.83 % 50.64 % 45.53 % 100.00 %
N 2.00 15.00 26.00 43.00
Rincón del Mar Femenino
% de la fila 4.65 % 34.88 % 60.47 % 100.00 %
N 1.00 38.00 27.00 66.00
Masculino
% de la fila 1.52 % 57.58 % 40.91 % 100.00 %
N 3.00 53.00 53.00 109.00
Total
% de la fila 2.75 % 48.62 % 48.62 % 100.00 %
N 7.00 78.00 90.00 175.00
Total Femenino
% de la fila 4.00 % 44.57 % 51.43 % 100.00 %
N 5.00 94.00 70.00 169.00
Masculino
% de la fila 2.96 % 55.62 % 41.42 % 100.00 %
N 12.00 172.00 160.00 344.00
Total
% de la fila 3.49 % 50.00 % 46.51 % 100.00 %
182

6.3.6. Expectativas de legitimación social de la violencia según la edad

Cuando la situación de agresión entre mujeres, la consistencia de las respuestas recae

sobre la familia como sancionadora con altas proporciones para todos los grupos de edades

(p=.96) de Libertad (p=.74) y Rincón del Mar (p=.22) por lo cual se acepta la hipótesis nula.

Aunque se perciben algunas variaciones en las proporciones de grupos de edad en términos

generales se percibe a la familia como sancionadora. Los datos se aprecian en la siguiente tabla:

Tabla 100. Expectativa de legitimación social para familia en casos de agresión mujer–mujer según grupo de edad

Expectativas de legitimación – Familia


Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
N 15.00 3.00 75.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 16.13 % 3.23 % 80.65 % 100.00 %
N 13.00 2.00 82.00 97.00
21 a 40
% de la fila 13.40 % 2.06 % 84.54 % 100.00 %
N 9.00 1.00 25.00 35.00
41 a 60
% de la fila 25.71 % 2.86 % 71.43 % 100.00 %
N 2.00 0.00 8.00 10.00
61>
% de la fila 20.00 % 0.00 % 80.00 % 100.00 %
N 39.00 6.00 190.00 235.00
Total
% de la fila 16.60 % 2.55 % 80.85 % 100.00 %
N 1.00 0.00 22.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 4.35 % 0.00 % 95.65 % 100.00 %
N 8.00 2.00 28.00 38.00
21 a 40
% de la fila 21.05 % 5.26 % 73.68 % 100.00 %
N 4.00 0.00 36.00 40.00
41 a 60
% de la fila 10.00 % 0.00 % 90.00 % 100.00 %
N 1.00 0.00 7.00 8.00
61>
% de la fila 12.50 % 0.00 % 87.50 % 100.00 %
N 14.00 2.00 93.00 109.00
Total
% de la fila 12.84 % 1.83 % 85.32 % 100.00 %
N 16.00 3.00 97.00 116.00
Total <20
% de la fila 13.79 % 2.59 % 83.62 % 100.00 %
N 21.00 4.00 110.00 135.00
21 a 40
% de la fila 15.56 % 2.96 % 81.48 % 100.00 %
N 13.00 1.00 61.00 75.00
41 a 60
% de la fila 17.33 % 1.33 % 81.33 % 100.00 %
N 3.00 0.00 15.00 18.00
61>
% de la fila 16.67 % 0.00 % 83.33 % 100.00 %
N 53.00 8.00 283.00 344.00
Total
% de la fila 15.41 % 2.33 % 82.27 % 100.00 %

Al pasar al análisis de las respuestas frente al papel de comunidad en este tipo de

agresiones, las proporciones muestran la tendencia general de los grupos de edades a esperar

sanción por parte de la comunidad (p=.25) por lo que se acepta hipótesis nula de dependencia
183

al grupo de edad. Sin embargo, en el caso de Libertad se encontraron diferencias (p=.02) que

se evidencian especialmente en los mayores de 61 años, quienes esperan legitimación de la

comunidad ante este tipo de violencia. Esta situación también se evidenció, aunque en

proporciones más bajas, en Rincón del Mar (p=0.548) donde las diferencias entre los grupos

no fueron significativas aceptando la hipótesis nula. La siguiente tabla muestra el compendio

de datos:

Tabla 101. Expectativa de legitimación social para comunidad en casos de agresión mujer–mujer según grupo de edad

Expectativas de legitimación – Comunidad


Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
N 25.00 2.00 66.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 26.88 % 2.15 % 70.97 % 100.00 %
N 18.00 5.00 74.00 97.00
21 a 40
% de la fila 18.56 % 5.15 % 76.29 % 100.00 %
N 7.00 7.00 21.00 35.00
41 a 60
% de la fila 20.00 % 20.00 % 60.00 % 100.00 %
N 5.00 1.00 4.00 10.00
61>
% de la fila 50.00 % 10.00 % 40.00 % 100.00 %
N 55.00 15.00 165.00 235.00
Total
% de la fila 23.40 % 6.38 % 70.21 % 100.00 %

N 7.00 1.00 15.00 23.00


Rincón del Mar <20
% de la fila 30.43 % 4.35 % 65.22 % 100.00 %
N 11.00 2.00 25.00 38.00
21 a 40
% de la fila 28.95 % 5.26 % 65.79 % 100.00 %
N 9.00 1.00 30.00 40.00
41 a 60
% de la fila 22.50 % 2.50 % 75.00 % 100.00 %
N 0.00 1.00 7.00 8.00
61>
% de la fila 0.00 % 12.50 % 87.50 % 100.00 %
N 27.00 5.00 77.00 109.00
Total
% de la fila 24.77 % 4.59 % 70.64 % 100.00 %
N 32.00 3.00 81.00 116.00
Total <20
% de la fila 27.59 % 2.59 % 69.83 % 100.00 %
N 29.00 7.00 99.00 135.00
21 a 40
% de la fila 21.48 % 5.19 % 73.33 % 100.00 %
N 16.00 8.00 51.00 75.00
41 a 60
% de la fila 21.33 % 10.67 % 68.00 % 100.00 %
N 5.00 2.00 11.00 18.00
61>
% de la fila 27.78 % 11.11 % 61.11 % 100.00 %
N 82.00 20.00 242.00 344.00
Total
% de la fila 23.84 % 5.81 % 70.35 % 100.00 %

En cuanto a las expectativas que genera la fuerza pública, las diferencias no fueron

significativas ni para el total de la población por grupos de edad (p=.55), ni en los


184

corregimientos (Libertad p=.75 y Rincón del Mar p=.13) con lo que se acepta la hipótesis nula

para todos los casos. La tendencia en las proporciones indica que los grupos de edad son

escépticos ante el papel comunitario como mediadores o sancionadores y los tachan como

neutros. Sin embargo, una proporción creciente espera sanción de la fuerza pública ante este

tipo de actos violentos. La siguiente tabla muestra el compendio de respuestas:

Tabla 102. Expectativa de legitimación social para fuerza pública en casos de agresión mujer–mujer según grupo de edad

Expectativas de legitimación – Fuerza pública


Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
N 10.00 67.00 16.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 10.75 % 72.04 % 17.20 % 100.00 %
N 9.00 73.00 15.00 97.00
21 a 40
% de la fila 9.28 % 75.26 % 15.46 % 100.00 %
N 1.00 29.00 5.00 35.00
41 a 60
% de la fila 2.86 % 82.86 % 14.29 % 100.00 %
N 0.00 8.00 2.00 10.00
61>
% de la fila 0.00 % 80.00 % 20.00 % 100.00 %
N 20.00 177.00 38.00 235.00
Total
% de la fila 8.51 % 75.32 % 16.17 % 100.00 %

N 4.00 19.00 0.00 23.00


Rincón del Mar <20
% de la fila 17.39 % 82.61 % 0.00 % 100.00 %
N 4.00 31.00 3.00 38.00
21 a 40
% de la fila 10.53 % 81.58 % 7.89 % 100.00 %
N 4.00 27.00 9.00 40.00
41 a 60
% de la fila 10.00 % 67.50 % 22.50 % 100.00 %
N 0.00 6.00 2.00 8.00
61>
% de la fila 0.00 % 75.00 % 25.00 % 100.00 %
N 12.00 83.00 14.00 109.00
Total
% de la fila 11.01 % 76.15 % 12.84 % 100.00 %
N 14.00 86.00 16.00 116.00
Total <20
% de la fila 12.07 % 74.14 % 13.79 % 100.00 %
N 13.00 104.00 18.00 135.00
21 a 40
% de la fila 9.63 % 77.04 % 13.33 % 100.00 %
N 5.00 56.00 14.00 75.00
41 a 60
% de la fila 6.67 % 74.67 % 18.67 % 100.00 %
N 0.00 14.00 4.00 18.00
61>
% de la fila 0.00 % 77.78 % 22.22 % 100.00 %
N 32.00 260.00 52.00 344.00
Total
% de la fila 9.30 % 75.58 % 15.12 % 100.00 %

Finalmente, se ubica el análisis del consejo comunitario, autoridad comunal, ancestral

y territorial que se desdibujó con la presencia de los grupos armados y perdió credibilidad por

algunos actos de corrupción administrativa. Se encontraron diferencias significativas para los


185

grupos de edad en general (p=.01) y para los grupos de edad en el corregimiento de Libertad

(p=.02), casos en los que se rechaza la hipótesis nula.

Las decisiones se dividen en el grupo de edades de Libertad entre quienes los perciben

como neutros, representados por los grupos de mayor edad y quienes esperan sanciones por

parte de ellos, los más jóvenes. La situación es similar en Rincón del Mar (p=.15), si bien aquí

las diferencias no fueron significativas. La siguiente tabla contiene el compendio de respuestas:

Tabla 103. Expectativa de legitimación social para consejo comunitario en casos de agresión mujer–mujer según grupo de
edad

Expectativas de legitimación – consejo


comunitario
Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
N 8.00 37.00 48.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 8.60 % 39.78 % 51.61 % 100.00 %
N 2.00 52.00 43.00 97.00
21 a 40
% de la fila 2.06 % 53.61 % 44.33 % 100.00 %
N 2.00 23.00 10.00 35.00
41 a 60
% de la fila 5.71 % 65.71 % 28.57 % 100.00 %
N 3.00 5.00 2.00 10.00
61>
% de la fila 30.00 % 50.00 % 20.00 % 100.00 %
N 15.00 117.00 103.00 235.00
Total
% de la fila 6.38 % 49.79 % 43.83 % 100.00 %
N 0.00 6.00 17.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 0.00 % 26.09 % 73.91 % 100.00 %
N 3.00 19.00 16.00 38.00
21 a 40
% de la fila 7.89 % 50.00 % 42.11 % 100.00 %
N 3.00 21.00 16.00 40.00
41 a 60
% de la fila 7.50 % 52.50 % 40.00 % 100.00 %
N 0.00 5.00 3.00 8.00
61>
% de la fila 0.00 % 62.50 % 37.50 % 100.00 %
N 6.00 51.00 52.00 109.00
Total
% de la fila 5.50 % 46.79 % 47.71 % 100.00 %
N 8.00 43.00 65.00 116.00
Total <20
% de la fila 6.90 % 37.07 % 56.03 % 100.00 %
N 5.00 71.00 59.00 135.00
21 a 40
% de la fila 3.70 % 52.59 % 43.70 % 100.00 %
N 5.00 44.00 26.00 75.00
41 a 60
% de la fila 6.67 % 58.67 % 34.67 % 100.00 %
N 3.00 10.00 5.00 18.00
61>
% de la fila 16.67 % 55.56 % 27.78 % 100.00 %
N 21.00 168.00 155.00 344.00
Total
% de la fila 6.10 % 48.84 % 45.06 % 100.00 %
186

Al entrar al análisis de las expectativas de legitimación social cuando existen una

agresión donde la dupla es hombre – mujer, se muestra consistencia en la percepción de la

familia como sancionadora en todos los grupos de edades (p=.79), y no hay diferencias

tampoco en los grupos de edad para el caso de Rincón del Mar (p =.87) y Libertad (p=.69),

aceptando la hipótesis nula. La siguiente tabla contiene el compendio de resultados:

Tabla 104. Expectativa de legitimación social para familia en casos de agresión hombre – mujer según grupo de edad

Expectativas de legitimación -Familia


Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
N 3.00 3.00 86.00 92.00
Libertad <20
% de la fila 3.26 % 3.26 % 93.48 % 100.00 %
N 2.00 5.00 90.00 97.00
21 a 40
% de la fila 2.06 % 5.15 % 92.78 % 100.00 %
N 2.00 0.00 33.00 35.00
41 a 60
% de la fila 5.71 % 0.00 % 94.29 % 100.00 %
N 0.00 0.00 10.00 10.00
61>
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 7.00 8.00 219.00 234.00
Total
% de la fila 2.99 % 3.42 % 93.59 % 100.00 %
N 1.00 1.00 21.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 4.35 % 4.35 % 91.30 % 100.00 %
N 0.00 1.00 37.00 38.00
21 a 40
% de la fila 0.00 % 2.63 % 97.37 % 100.00 %
N 1.00 2.00 37.00 40.00
41 a 60
% de la fila 2.50 % 5.00 % 92.50 % 100.00 %
N 0.00 0.00 8.00 8.00
61>
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 2.00 4.00 103.00 109.00
Total
% de la fila 1.83 % 3.67 % 94.50 % 100.00 %
N 4.00 4.00 107.00 115.00
Total <20
% de la fila 3.48 % 3.48 % 93.04 % 100.00 %
N 2.00 6.00 127.00 135.00
21 a 40
% de la fila 1.48 % 4.44 % 94.07 % 100.00 %
N 3.00 2.00 70.00 75.00
41 a 60
% de la fila 4.00 % 2.67 % 93.33 % 100.00 %
N 0.00 0.00 18.00 18.00
61>
% de la fila 0.00 % 0.00 % 100.00 % 100.00 %
N 9.00 12.00 322.00 343.00
Total
% de la fila 2.62 % 3.50 % 93.88 % 100.00 %

En cuanto al papel de la comunidad en la situación de agresión del hombre hacia la

mujer, se mantiene la percepción de sancionadores en todos los grupos de edad (p=.51) y al

interior de Rincón del Mar (p= .56) y Libertad (p =.50), aceptando la hipótesis nula. La

siguiente tabla contiene el compendio de respuestas.


187

Tabla 105. Expectativa de legitimación social para comunidad en casos de agresión hombre – mujer según grupo de edad

Expectativas de legitimación - Comunidad


Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
N 3.00 11.00 79.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 3.23 % 11.83 % 84.95 % 100.00 %
N 2.00 12.00 83.00 97.00
21 a 40
% de la fila 2.06 % 12.37 % 85.57 % 100.00 %
N 2.00 7.00 26.00 35.00
41 a 60
% de la fila 5.71 % 20.00 % 74.29 % 100.00 %
N 0.00 3.00 7.00 10.00
61>
% de la fila 0.00 % 30.00 % 70.00 % 100.00 %
N 7.00 33.00 195.00 235.00
Total
% de la fila 2.98 % 14.04 % 82.98 % 100.00 %
N 1.00 0.00 22.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 4.35 % 0.00 % 95.65 % 100.00 %
N 0.00 5.00 33.00 38.00
21 a 40
% de la fila 0.00 % 13.16 % 86.84 % 100.00 %
N 1.00 5.00 34.00 40.00
41 a 60
% de la fila 2.50 % 12.50 % 85.00 % 100.00 %
N 0.00 1.00 7.00 8.00
61>
% de la fila 0.00 % 12.50 % 87.50 % 100.00 %
N 2.00 11.00 96.00 109.00
Total
% de la fila 1.83 % 10.09 % 88.07 % 100.00 %
N 4.00 11.00 101.00 116.00
Total <20
% de la fila 3.45 % 9.48 % 87.07 % 100.00 %
N 2.00 17.00 116.00 135.00
21 a 40
% de la fila 1.48 % 12.59 % 85.93 % 100.00 %
N 3.00 12.00 60.00 75.00
41 a 60
% de la fila 4.00 % 16.00 % 80.00 % 100.00 %
N 0.00 4.00 14.00 18.00
61>
% de la fila 0.00 % 22.22 % 77.78 % 100.00 %
N 9.00 44.00 291.00 344.00
Total
% de la fila 2.62 % 12.79 % 84.59 % 100.00 %

La situación cambia radicalmente en el caso de la institucionalidad. Las respuestas son

contundentes, los grupos de edades perciben a la fuerza pública como neutros con altas

proporciones independiente de los grupos de edad (p=.86) y al interior de los grupos de edad

en Libertad (p=.47) y Rincón del Mar (p=.76), por lo cual se acepta la hipótesis nula. Sin

embargo, se destaca que una proporción de la población de Libertad los percibe como

sancionadores en el grupo de menor edad. La siguiente tabla describe los datos:

Tabla 106. Expectativa de legitimación social para fuerza pública en casos de agresión hombre – mujer según grupo de edad

Expectativas de legitimación – Fuerza Pública


Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
N 10.00 50.00 33.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 10.75 % 53.76 % 35.48 % 100.00 %
N 7.00 67.00 23.00 97.00
21 a 40
% de la fila 7.22 % 69.07 % 23.71 % 100.00 %
41 a 60 N 2.00 22.00 11.00 35.00
188

Tabla 106. Expectativa de legitimación social para fuerza pública en casos de agresión hombre – mujer según grupo de edad

Expectativas de legitimación – Fuerza Pública


Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
% de la fila 5.71 % 62.86 % 31.43 % 100.00 %
N 1.00 7.00 2.00 10.00
61>
% de la fila 10.00 % 70.00 % 20.00 % 100.00 %
N 20.00 146.00 69.00 235.00
Total
% de la fila 8.51 % 62.13 % 29.36 % 100.00 %
N 2.00 18.00 3.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 8.70 % 78.26 % 13.04 % 100.00 %
N 4.00 23.00 11.00 38.00
21 a 40
% de la fila 10.53 % 60.53 % 28.95 % 100.00 %
N 4.00 25.00 11.00 40.00
41 a 60
% de la fila 10.00 % 62.50 % 27.50 % 100.00 %
N 0.00 6.00 2.00 8.00
61>
% de la fila 0.00 % 75.00 % 25.00 % 100.00 %
N 10.00 72.00 27.00 109.00
Total
% de la fila 9.17 % 66.06 % 24.77 % 100.00 %
N 12.00 68.00 36.00 116.00
Total <20
% de la fila 10.34 % 58.62 % 31.03 % 100.00 %
N 11.00 90.00 34.00 135.00
21 a 40
% de la fila 8.15 % 66.67 % 25.19 % 100.00 %
N 6.00 47.00 22.00 75.00
41 a 60
% de la fila 8.00 % 62.67 % 29.33 % 100.00 %
N 1.00 13.00 4.00 18.00
61>
% de la fila 5.56 % 72.22 % 22.22 % 100.00 %
N 30.00 218.00 96.00 344.00
Total
% de la fila 8.72 % 63.37 % 27.91 % 100.00 %

Finalmente se cierra el análisis de las expectativas de legitimación, con lo

correspondiente al consejo comunitario ante una situación de violencia de hombres a mujeres.

No se encontraron diferencias significativas para el total de los participantes según grupo de

edad (p=.09), ni al interior de los grupos de edad por corregimiento (Libertad p=.08 y Rincón

del Mar p=.14) con lo cual se acepta la hipótesis nula. En la mayoría de los casos, los grupos

de edad esperan neutralidad del consejo comunitario, mientras otros esperan sanciones

especialmente los mayores. El compendio de resultados se comparte en la siguiente tabla:

Tabla 107. Expectativa de legitimación social para consejo comunitario en casos de agresión hombre–mujer según grupo de
edad

Expectativas de legitimación – consejo


comunitario
Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
N 4.00 41.00 48.00 93.00
Libertad <20
% de la fila 4.30 % 44.09 % 51.61 % 100.00 %
21 a 40 N 2.00 52.00 43.00 97.00
189

Tabla 107. Expectativa de legitimación social para consejo comunitario en casos de agresión hombre–mujer según grupo de
edad

Expectativas de legitimación – consejo


comunitario
Poblado Grupo de Edad Legitima Neutro Sanciona Total
% de la fila 2.06 % 53.61 % 44.33 % 100.00 %
N 1.00 21.00 13.00 35.00
41 a 60
% de la fila 2.86 % 60.00 % 37.14 % 100.00 %
N 2.00 5.00 3.00 10.00
61>
% de la fila 20.00 % 50.00 % 30.00 % 100.00 %
N 9.00 119.00 107.00 235.00
Total
% de la fila 3.83 % 50.64 % 45.53 % 100.00 %
N 0.00 8.00 15.00 23.00
Rincón del Mar <20
% de la fila 0.00 % 34.78 % 65.22 % 100.00 %
N 0.00 20.00 18.00 38.00
21 a 40
% de la fila 0.00 % 52.63 % 47.37 % 100.00 %
N 3.00 19.00 18.00 40.00
41 a 60
% de la fila 7.50 % 47.50 % 45.00 % 100.00 %
N 0.00 6.00 2.00 8.00
61>
% de la fila 0.00 % 75.00 % 25.00 % 100.00 %
N 3.00 53.00 53.00 109.00
Total
% de la fila 2.75 % 48.62 % 48.62 % 100.00 %
N 4.00 49.00 63.00 116.00
Total <20
% de la fila 3.45 % 42.24 % 54.31 % 100.00 %
N 2.00 72.00 61.00 135.00
21 a 40
% de la fila 1.48 % 53.33 % 45.19 % 100.00 %
N 4.00 40.00 31.00 75.00
41 a 60
% de la fila 5.33 % 53.33 % 41.33 % 100.00 %
N 2.00 11.00 5.00 18.00
61>
% de la fila 11.11 % 61.11 % 27.78 % 100.00 %
N 12.00 172.00 160.00 344.00
Total
% de la fila 3.49 % 50.00 % 46.51 % 100.00 %
190

Capítulo 7. Discusión y conclusiones

Se abre este apartado recordando el aporte teórico de Ayllón (2008) aplicado en este

caso a la legitimación, interiorización y socialización de la violencia en un grupo étnico como

los afrodescendientes del Litoral Montes de María:

Cada sociedad, cada cultura, dispone de un repertorio propio de normas, valores,

configuraciones, perceptivas y cognitivas, y tipos de respuesta conductual y afectiva a

los estímulos interpersonales. Cada individuo que nace como miembro potencial de

dicha sociedad o cultura, se ve en la necesidad de actuar con dichas normas, hacer suyos

tales valores, adquirir determinadas configuraciones o estilos cognitivos e interiorizar

unas peculiares formas de respuesta a los estímulos interpersonales. (Ayllón, 2008, p.

19).

Lo anterior es consecuente con otras posiciones teóricas que precisan que los procesos

de socialización de la violencia, propician la disonancia cognitiva ante el dilema de transgredir

la norma social en función de las creencias grupales o actuar de acuerdo a moralidades

individuales (Beramendi y Zubieta, 2018; Wenzel y Jobling, 2006).

Al entrar en el centro de la discusión, la investigación ubica su focus en las dinámicas

de legitimación de la violencia en dos comunidades negras ubicadas en el Litoral Montes de

María. La primera de ellas, Libertad, con una respuesta armada ante los consecutivos actos

violentos cometidos principalmente por los paramilitares del Bloque Héroe Montes de María.

El segundo poblado, Rincón de Mar, hizo preferencia por mecanismos de resistencia menos

directos o simbólicos ante los mismos hechos violentos cometidos por los grupos armados.

La pregunta problema que desencadenó la investigación fue: ¿cómo se configura

legitimación de la violencia en las comunidades negras que resistieron a los hechos asociados

al conflicto a través la confrontación armada frente a quienes utilizaron, ante los mismos
191

hechos, mecanismos simbólicos de resistencia? Este interrogante involucró, desde una

aproximación cuantitativa, el constructo teórico de Legitimación de la Violencia con sus tres

categorías conceptuales asociadas a saber: afrontamiento de conflictos, desconexión moral y

expectativas de legitimación social de la violencia (Martínez-González, 2016). En congruencia,

se pusieron a prueba hipótesis que relacionaron las variables independientes hechos

victimizantes, sexo y edad contrastadas en cada territorio de interés con las variables

dependientes que dan cuenta de la legitimación de la violencia.

Por otra parte, desde un enfoque cualitativo responder la pregunta de investigación

motivó al estudio a adentrarse en las comunidades afectadas a través de un diseño metodológico

narrativo que posibilitó reconstruir en este territorio, la memoria histórica del conflicto armado.

Aunque ausente en una etapa temprana del estudio, pero bajo un principio de ética, de

reciprocidad y responsabilidad social con las comunidades objeto de estudio, se decidió

recopilar los relatos de la presencia de las guerrillas y los grupos paramilitares en las

comunidades ubicadas en el Litoral de Montes de María, a fin de reconstruir la memoria

histórica producto de la interacción entre estos grupos y la población civil y sus mecanismos

de resistencia armada o simbólica que resuenan en sus conflictos cotidianos actuales. Los

resultados del estudio y el rechazo de las hipótesis nulas permiten llegar a las siguientes

aseveraciones.

7.1. Memoria histórica del conflicto reconstruida con la población afrodescendiente

ubicada en el Litoral Montes de María

En su desarrollo, desde la investigación se planteó una propuesta metodológica que

permitió el acercamiento a la realidad estudiada desde las ontologías, experiencias y

percepciones del grupo poblacional estudiado relacionadas con el conflicto armado y la

presencia de la violencia en tu territorio. La estratégica decisión precipitó que los hallazgos

estuvieran precedidos de la identificación de siete categorías, algunas emergentes, otras


192

apriorísticas: mecanismos de resistencia, autonomía, fragmentación del tejido social, hecho

victimizante, añoranzas del pasado, consecuencias del conflicto armado y visiones territoriales

sobre la confrontación armada.

Aquí, las narrativas recopiladas demostraron la secuencialidad del conflicto armado en

el territorio de una población afrodescendiente como lo advirtiera Quiroga y Ospina-Posse

(2014), iniciando una serie de descubrimientos que ubican a la insurgencia colombiana de la

Unión Camilista del ELN y las FARC-EP y en menor escala al Ejército Popular de Liberación

EPL, como los primeros en operar a lo extenso del Litoral Montes de María.

Al pasar al corregimiento de Libertad, un pueblo de afrodescendientes que decidió

tomar las armas contra los actores armados se encuentra una comunidad con trazas de

conductas agresivas posiblemente aprendidas de los actores violentos (Martin-Baró, 2005).

Algunas explicaciones a la decisión de sublevación encuentran asidero en la frecuencia de los

actos victimizantes relacionados con la violencia sexual contra las mujeres; otros, incluso con

la interiorización y naturalización de la violencia producto de la interrelación directa u

observada en un factor externo y hostil (Bandura,1978). En este caso, la respuesta comunitaria

acabó una estela de violencia que infringió altos niveles de sevicia en su repertorio, pero

también, y hay que decirlo, desencadenó en otras formas de violencia, en algunos casos de

agresiones adaptativas y desadaptativas (Navarro, 2009).

Cabe resaltar que el caso de Libertad es único en Colombia. Muy tempranamente en el

estudio se aborda a Kaplan (2020), quien condensa en su obra relatos que dan cuenta de las

formas utilizadas por comunidades vulnerables para resistir a la guerra, y para ello recrea

experiencias ocurridas en Irak, Mozambique, Sierra Leona, Congo y otros. Confluencia de

excesos y cansancio sumados a los actos de valentía, motivaron el levantamiento, hecho que

no sucedió en otros pueblos geográfica y étnicamente cercanos a Libertad.


193

Otra de las respuestas halladas al por qué esta comunidad reaccionó en armas está

relacionada con la presencia de agentes sociales, entendidos como provocadores de la respuesta

comunitaria. Ellos, motivaron la cohesión social y el levantamiento armado en la comunidad

de Libertad. El ejercicio narrativo los identificó como determinantes en la fase previa, la

ocurrencia y posterior al levantamiento. Se precisa aquí la existencia de la tríada

desencadenante de la acción violenta comunitaria: hecho desencadenante, agente social

provocador de la respuesta comunitaria y respuesta violenta con euforia colectiva.

Finalmente, si bien el número de delitos sexuales ocurridos en Libertad es alarmante,

incluso cuando se compara con los pueblos cercanos, los hallazgos no son determinantes para

afirmar que la frecuencia de los delitos contra la libertad y la integridad sexual fueron

definitivos para rebelarse.

Lo encontrado, dista de los hallazgos de Kaplan (2020), quien en su propuesta teórica

limita la respuesta rebelde, simbólica o directa, de las comunidades que estudió –de

preponderancia blanca mestiza- a la autonomía comunitaria y a la capacidad de organizarse

civilmente en juntas de acción comunal. En territorio afrodescendiente, este tipo de expresiones

organizativas fueron anuladas de tajo por los grupos armados. Quienes osaron organizarse

fueron perseguido y asesinados. Aunque existieron juntas de acción comunal, la preferencia

organizativa ancestral y responsabilidad territorial recae en los consejos comunitarios.

Por otra parte, en todos los casos abordados en el estudio, se configuran los elementos

que determinan la existencia de una violencia construida desde lo social y teórico. Así lo

determinan la presencia del agente de acción, de la situación que genera la violencia, de la

víctima y por supuesto del grado de daño (Martín-Baró, 2005). Bajo este argumento se podría

decir que, tanto Libertad como Rincón del Mar, justificaron y legitimaron la violencia en

función de sus creencias y aparatos normativos morales colectivos.


194

7.2. Hechos Victimizantes y su papel en la Legitimación de la Violencia

Una de las hipótesis de la investigación le apuntaba a establecer si el tipo de hecho

victimizante podía incidir en la configuración de la legitimación de la violencia en las

poblaciones de estudio, esto es, en sus formas de afrontamiento de conflictos simulados, uso

de mecanismos de desconexión moral y expectativas de legitimación social de la violencia. Es

importante señalar que las proporciones de la población según hecho victimizante no

estuvieron balanceadas pues la población víctima de tortura y violencia sexual es menor que

las víctimas de desplazamiento forzado, de ahí que en los resultados donde se evidenciaron

diferencias significativas el tamaño del efecto fue pequeño. No obstante, más allá de buscar

una generalización de las conclusiones a partir de los hallazgos, lo que se pretende es evidenciar

tendencias y patrones identificados, donde ningún participante puede ser reducido a una

estadística como cifra marginal. El dolor causado a estas personas por las situaciones vividas

en el marco del conflicto, ha dejado una huella que perdura en sus formas de relacionamiento

y reconocerlas es un paso para la sanación y la paz. Es desde esta lectura que se discuten los

siguientes hallazgos.

Antes de iniciar el análisis de la legitimación de la violencia, es importante señalar que

las experiencias pasadas por estas comunidades evocan épocas de padecimientos horribles y

denigrantes, que ante la presentación de conflictos simulados, aún prevalece la necesidad de

huir. Actitudes semejantes se han evidenciado en niños en situación de desplazamiento

(Martínez-González, 2016; Romero, 2021). La tendencia general de las víctimas es la de evitar

los conflictos o recurrir al diálogo y esto es destacable, porque abre la puerta a la reconciliación

y la construcción de paz en los territorios. No obstante, dado el interés de la investigación, son

las respuestas contrarias a lo socialmente esperado, donde entramos a discutir las

particularidades encontradas.
195

La manifestación de la legitimación de la violencia desde las decisiones reportadas por

los participantes para el afrontamiento de conflictos cotidianos que se les presentó, evidencia

comportamientos diferentes según el hecho victimizante en cada poblado. Recordemos que el

afrontamiento se evaluó desde 3 perspectivas, desventaja, ventaja e igualdad.

Los hallazgos sugieren que ante la percepción de desventaja física hubo una mayor

disposición de los participantes a afrontar los conflictos desde la evasión, el perdón o la

agresión dependiendo del corregimiento y el hecho victimizante. En el caso de las víctimas de

violencia sexual y de tortura en Rincón del Mar, las conductas tendieron a la evasión o al

perdón. Al respecto, se ha encontrado que mujeres víctimas de violencia sexual en el conflicto

armado, en la zona de influencia de esta investigación, han identificado al perdón como un

elemento crucial en su proceso de sanación y reparación, un proceso muy particular en su

vivencia de reconocimiento de las múltiples formas de violencia a las que fueron sometidas,

pero que les permite avanzar en sus vidas (Fierro-Chaves, 2022). También es posible que al

tratarse de la recreación de una situación en la que los participantes estaban en desventaja física

frente al oponente, optaran por la evasión del conflicto a fin de evitar ubicarse en una posición

que le diera al agresor la atribución de someterles bajo la justificación de haber sido provocado,

tal como suele justificarse por ideologías patriarcales “según las cuales las mujeres pueden

evitar ser violadas, y si lo son se asume que algo hicieron para provocar a sus agresores”, temor

que se ha encontrado en víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto (Wilches, 2010,

p. 86).

Ahora bien, esta situación ¿qué respuestas desencadenó en Libertad? El hecho

victimizante no fue determinante en sus decisiones, pero no aparece ningún participante que se

incline por la opción de perdona. También es notable que en ambos territorios, el único grupo

que se inclinó por responder con el ataque al percibirse en desventaja física fue el de las

víctimas de desplazamiento. Al respecto es importante traer al diálogo las narrativas expresadas


196

en el proceso de reconstrucción de la memoria histórica. Se destaca una percepción del

desplazamiento como un hecho que, aunque no fue dirigido específicamente contra la

integridad física de las personas, pareciera perdurar en el tiempo por la pérdida del arraigo, el

estatus, los medios de vida, al punto que los participantes los señalaron como “a las que les ha

ido más grave”, incluso haciendo la analogía con el propio cuerpo “así como si a uno le sacaran

algo del cuerpo…, salir de la tierra, de la tierra de uno, de lo que uno construyó y luchó”. Esta

sensación de indefensión sostenida, no reparada para muchos, podría llevar a la atribución de

legitimidad de la violencia que recae en la existencia de un desequilibrio de poder que evidencia

la desigualdad y empuja al uso de la violencia como única vía para equiparar las cargas

(Fernández, 2009).

Pero, ¿qué ocurrió cuando los participantes se ubicaban en un rol con ventaja sobre el

oponente? Particularmente, en los casos donde el conflicto cotidiano implicaba una ventaja

numérica sobre el oponente y cuando se presenta un conflicto con ventaja del hombre sobre la

mujer, el corregimiento de Libertad (el que se alzó en armas), evidenció diferencias,

particularmente asociadas a la violencia sexual. En términos generales, en este corregimiento

también hubo mayor tendencia a la reaccionar con la violencia si se estuviera en un caso de

conflicto entre mujeres, lo cual fue casi nulo en el corregimiento de Rincón del Mar.

Finalmente, al afrontar un conflicto bajo el criterio de igualdad de condiciones, los

hechos victimizantes no resultaron determinantes en las respuestas de los participantes.

Los tratos denigrantes contra la feminidad negra ocurrieron frente a testigos

observadores, en una franca intención de legitimación que buscó la humillación, sumisión

absoluta y despojo de cualquier rastro de humanidad en la víctima, en un acto de remembranza

de la esclavitud. El análisis del poblado de Libertad muestra que bajo este mismo escenario de

violencia, se mantienen la intención al diálogo, pero aflora una tendencia marcada a responder

al ataque; lo que bien puede desbordar las explicaciones racionales de una comunidad sufrida
197

que busca dejar en el pasado la estela de la violencia, pero pueden ubicarse bajo una línea de

lógicas de socialización sistemáticas y culturales que se encargan de trasmitir todo un repertorio

de conductas violentas que aparecen en situaciones concretas y bajo ciertas condiciones

(Fernández, 2009). Estaremos acaso reafirmando aproximaciones teóricas que visibilizan y

justifican la necesidad del uso de la fuerza a fin de librarse de un dominio opresor. Se recogen

aquí palabras de Martin-Baró 2005: “la violencia individual es vencida por la violencia de

muchos unidos entre sí, y esta violencia de grupos se transforma en ley” (p. 384).

Se podría considerar que emergen como factores detonantes de ese afrontamiento

diferencial, características situacionales en las que los participantes se perciban en posición de

desventaja, donde la violencia se activa bajo la atribución de legítima defensa, o en ventaja,

bajo la atribución de poder desde el actuar colectivo. Estudios antecedentes han encontrado

que ante la percepción de amenaza inminente se pueden desencadenar reacciones violentas

(Fernández, 2009). Por ejemplo, los estudios de Martínez-González (2016), Romero (2021),

han encontrado que las menores víctimas de desplazamiento en distintas zonas del país tienden

más afrontar los conflictos de forma violenta, cuando se perciben en igualdad o en desventaja,

sin embargo, resulta distintivo de la población de este estudio, una mayor inclinación a

responder al ataque cuando se perciben en ventaja numérica sobre el oponente.

Otra de las dimensiones de la legitimación de la violencia que evidenció un

comportamiento particular asociado a los hechos victimizantes fue el uso de mecanismos de

desconexión moral. Resultaron llamativos los resultados en Rincón del Mar, territorio donde

no hubo alzamiento en armas, pero presenta los resultados más remarcables. Así, tres

mecanismos evidenciaron dependencia a los hechos victimizantes (justificación moral,

comparación ventajosa y deshumanización) los cuales pueden estar muy relacionados a la

necesidad de justicia y a la sensación de la falta de reparación por parte de sus victimarios, pero
198

que también pueden ser desencadenantes de quebrantamientos al orden, la venganza y la

justicia por mano propia (Blanco, Caballero y De la Corte, 2005).

En Rincón del Mar, las víctimas de violencia sexual evidenciaron el puntaje más alto

de justificación moral y en deshumanización para respaldar los actos violentos. Esto indicaría

que atribuyen un sentido heroico a los actos nocivos y una superioridad moral sobre quien

recaen tales acciones, inclinándose también por denigrar las características humanas de sus

contradictores a fin de reducir la posible empatía hacia ellos. Nos encontramos así frente a uno

de los hechos violentos que más impactó el comportamiento moral y las reinterpretaciones que

predisponen a estos afrodescendientes en sus elaboraciones cognitivas, las cuales pueden

anteceder a las respuestas violentas sentando la base para su ejecución, o bien, convertirse en

la justificación posterior, que ayuda a las personas a mantener su autoconcepto preservado y

reducir la sensación de culpa (Bandura, 2002). En el caso de las víctimas de tortura, se encontró

un puntaje ligeramente mayor en el mecanismo de comparación ventajosa. Es posible que estas

personas hagan el paralelo de su experiencia en el frente a actos violentos cotidianos, restando

gravedad a este tipo de situaciones.

Encontrar que estas poblaciones hacen preferencia por estos mecanismos para justificar

sus actos violentos es una remembranza constante de la guerra y sus atrocidades, de la

capacidad de resistencia histórica del pueblo negro y de su templanza forjada a partir del

ejercicio de la violencia. En contraste con esta percepción, se oculta una tendencia a encubrir

las responsabilidades ante lo actos y conducta violenta. Quienes incurren en estas

transgresiones de la norma moral, evocan hábilmente el pasado para buscar una benevolencia

comunitaria que acepte la ocasión de un daño menor (Romeral, et al., 2019; Bandura, 1999,

2002, 2016). Estos poblados hacen esfuerzo por minimizar la sanción comunitaria, pero a la

vez por regular la autoimagen y autoconcepto; además de exculpar sus responsabilidades


199

individuales con un consecuente debilitamiento del moral y aumento de la conducta violenta

(Bandura 2016; Kelman y Hamilton, 1989).

Podríamos estar aquí ante la presencia de mecanismos de desconexión moral que

transmutaron la moral comunitaria y generando nuevas pautas de conducta colectiva e

individual tendientes a despojar a la víctima de su esencia como ser humano y la hacen objeto,

sin autocensura del agresor, de tratos denigrantes (Bandura, 2016; Blanco, Caballero y De La

Corte, 2005; Sabucedo et al., 2004); comportamiento típico de la sevicia que caracterizó el

actuar paramilitar.

Finalmente, las expectativas de legitimación social de la violencia en función de los

hechos victimizantes no evidencia particularidades, sino que refleja de alguna manera la

percepción que sobre el entorno social inmediato e institucional tienen los participantes de su

experiencia en el conflicto y el apoyo recibido. La familia y la comunidad, en términos

generales aparecen como sancionadores de la violencia, mientras la fuerza pública aparece

impávida ante los agravios y el consejo comunitario inconsistente, entre la neutralidad y la

sanción.

El análisis resulta en un ejercicio complejo que involucra relaciones afectivas,

parentales y familiares ocurridas en el llamado microsistema del individuo social

(Bronfenbrenner, 1979). Estas comunidades disponen de un compendio de normas morales

internas que se trasmiten generacionalmente y predisponen al individuo social cultural a

configuraciones perceptivas y cognitivas sobre la realidad, además de tipos de respuesta

conductual que desembocan en procesos de socialización de la violencia (Ayllón, 2008). En

sus dinámicas sociales, también están expuestas a nuevas formas de violencia en ocasión a

nuevas generaciones de grupos paramilitares exponiéndolos a una violencia comunitaria con

efectos directos en altos niveles de agresividad, delincuencia, ansiedad y depresión (Mels y

Fernández, 2015).
200

Bajo este mismo escenario y en un claro rechazo al rol mediador ancestral y jurídico de

los consejos comunitarios, las respuestas se dividen entre quienes los perciben como

sancionadores y como los que no hacen nada, en una clara pérdida de credibilidad al sistema

sancionatorio, provocando procesos paralelos asociados a la norma perversa e inclinados a la

búsqueda de contramedidas que permitan la violación del sistema de normas legales y

ancestrales (Beramendi y Zubieta, 2013; Fernández , 1993).

7.3. El sexo y las construcciones sociales de género en la legitimación de la violencia

El hecho de ser mujer u hombre, desde las representaciones que esto significa en un

entorno como el de estudio, tuvo un papel incidente en la forma como los participantes

manifestaron creencias de legitimación de la violencia.

El afrontamiento de conflictos desventaja fue diferente según el sexo en los

corregimientos, destacándose que mientras en Rincón del Mar la mayoría tendió a evadir el

conflicto o dialogar, en el corregimiento de Libertad, fue notable la proporción de mujeres que

se inclinó por agredir. Al percibirse en igualdad de condiciones, aunque no lo tuvieron como

primera alternativa para resolver el conflicto, las mujeres de ambos territorios estuvieron

dispuestas al ataque. También es notable que en el caso de la ventaja en la situación simulada

de agresión de hombre a mujer, los hombres de Libertad consideraran evadir el conflicto. El

empoderamiento femenino llevado a su expresión más reaccionaria manifestada en la

participación activa de la violencia en los hechos acontecidos para librarse del control

paramilitar, podría generar una representación de las mujeres de este corregimiento como

valientes y hostiles al punto que los hombres prefieran evitar la confrontación. Las narrativas

que dan cuenta del levantamiento evidencian la valía de la mujer de Libertad: “... las mujeres

valientes hacían guardia en las casas con sus machetes en las piernas... y los hombres con

armas de fuego lo hacían en las salidas del pueblo. Ninguna familia podía dormir sola, dos y
201

hasta tres, siempre se juntaban para protegerse. Nadie entró... nadie salió.

(5.12.2020.ParticipanteLCZN1.SO)”.

En cuanto a los mecanismos de desconexión moral no se evidenciaron diferencias

relacionadas con el sexo. En la literatura sobre esta variable, son inconsistentes los hallazgos

pues, en algunas investigaciones aparece dependencia al sexo (Bandura et al., 1996; Bjärehed

et al., 2019; Martínez-González, 2016), pero en otros no (Gómez-Tabares, 2019). Lo que ha

llevado a pensar que más que una disposición particular relacionada con el sexo, está más

asociada a condiciones particulares de configuración de las expectativas sociales sobre la moral

de hombres y mujeres como determinantes en su inclinación al uso de estos mecanismos

(Martínez-González, 2016).

La disposición de las mujeres de Libertad al ejercicio de la violencia, asoma variaciones

importantes, en una acción que reconstruye la norma moral y controvierte las reglas de

sumisión de género culturalmente aceptadas. Estudios de la legitimación de la violencia desde

la infancia en población desplazada encontró que las niñas tenían una disposición mayor a huir

ante el conflicto, en una intencionalidad marcada por proteger su integridad (Martínez-

González, 2016). Este último fue el comportamiento principalmente evidenciado en las mujeres

de Rincón de Mar, lo que ubica a la conducta de las mujeres de Libertad en una posición de

estudio necesario desde otras disciplinas y perspectivas. El entramado del ejercicio social de la

violencia ayuda a sentar posiciones sociales de una mujer Liberteña que entre emociones y

poder participó activamente de la liberación armada de su pueblo. La investigación no logra

profundizar en los determinantes antecedentes particulares del conflicto en Libertad y su ciclo

de vida en relación a las lógicas sobre el cual se desarrolla, para explicar la tendencia al diálogo

de Rincón del Mar y la respuesta al ataque de Libertad. Es posible que dada la necesidad

primitiva de supervivencia y categorizada como lo opuesto a la muerte se aviva la aparición de

la violencia (Galtung, 2004, 2009).


202

7.4. Legitimación de la Violencia desde una perspectiva generacional

Algunas de las personas participantes se encontraban en plena adolescencia en la época

álgida del conflicto armado, otros por el contrario lo conocen a partir de los procesos de

transmisión de la memoria oral y recibida de sus mayores, y vivencian sus manifestaciones

actuales en el territorio desde la transformación de los actores armados y sus modos de

operación.

Pautas contundentes con el ejercicio de la violencia cuando el poder se ejerce en

superioridad numérica donde se pierden las responsabilidades individuales ante la ocurrencia

de los hechos. Estos pueblos aprendieron como mecanismo de resistencia que andar en grupos

ofrece protección y que el poder de la violencia aumenta considerablemente cuando se ejerce

colectivamente (Bandura 2016; Kelman y Hamilton, 1989). En la misma línea cuando se

presentan conductas transgresoras de la norma, los menores terminan legitiman su actuar bajo

un principio de acatamiento a la instrucción de un tercero o líder del grupo (Milgram, 1980;

Bandura, 1999). Aquí, su actuar es influenciado por un factor externo que resulta determinante

en el acto social inmoral a cometer.

El estudio evidenció que particularmente los más jóvenes y los mayores en edad del

corregimiento de Libertad, evidencian las mayores diferencias en la legitimación de la

violencia, siendo los más jóvenes los que más vulnerables están a desarrollar comportamientos

violentos, situación que es consistente con la literatura que da cuenta de una mayor tendencia

a la violencia en la adolescencia y la juventud, particularmente en escenarios de violencia

comunitaria, debido a la exposición repetida a la violencia y a la desensibilización emocional

que puede resultar de ella (Fowler et al., 2009).

Con relación al uso de mecanismos de desconexión moral según el grupo etario, se

encontraron puntajes más altos en los más jóvenes para la justificación moral, la etiquetación

eufemística, la comparación ventajosa, la transferencia de responsabilidad, difusión de


203

responsabilidad, culpar a la víctima y deshumanización, particularmente en el corregimiento

de Rincón del Mar. Así, aparece el esfuerzo cognitivo y social por enfocarse en legitimar sus

acciones como último recurso ante quien ejerce el poder y segundo, por buscar ante todo la

aceptación social ante su conducta (Fernández 2009).

Se podría pensar que la frustración contenida a partir del uso de repertorios excesivos

de violencia paramilitar recae sobre una juventud que considera tener la superioridad moral

para proceder de forma violenta ante los conflictos que se les presenten, y no sentir culpa por

ello. Es posible que la oralidad propia de esta cultura, creara un escenario para no olvidar los

sucesos de la arremetida paramilitar, pero los más jóvenes hayan desarrollado nociones de

ejercer justicia a través de la violencia y por la propia mano.

Finalmente, se destaca que en materia de expectativas de legitimación social de la

violencia solo se encontraran diferencias asociadas al grupo de edad para la figura del consejo

comunitario, autoridad comunal, ancestral y territorial. En Libertad, mientras los mayores

perciben como neutros, los menores los perciben como sancionadores de los actos violentos,

lo que resalta que en ellos se ha consolidado la relevancia de este actor para el funcionamiento

social en el marco de las estructuras e instituciones ancestrales.

Con respecto a la figura del consejo comunitario, autoridad comunal, ancestral y

territorial, un estudio realizado por Montaño Castro, Rivera Tello y Quejada Mena (2020)

encontró que en comunidades afrodescendientes de Colombia, los consejos comunitarios son

vistos como actores legítimos y reconocidos en la solución de conflictos y en la gestión de los

recursos naturales. Esto sugiere que la percepción sobre la legitimidad de la violencia puede

estar relacionada con la aceptación y el respeto hacia las instituciones y figuras que tienen un

papel importante en la comunidad.


204

7.5. Limitaciones y Nuevos Interrogantes.

En cuanto a la espacialidad, producto de los diálogos con la institucionalidad de

Colombia representada en su momento por la Procuraduría Delegada de Asuntos Étnicos, la

Defensoría del Pueblo y su área de Asuntos Étnicos, conversaciones con la fuerza pública; pero

también de posiciones alternativas e independientes como la Fundación Paz y Reconciliación

y otras expresiones organizativas afro; encontramos sugerencias que exigieron a la

investigación a considerar realidades más allá del Caribe colombiano. Nos referimos a toda la

cuenca del pacifico iniciando con el bajo y medio Atrato28; seguido del puerto de Buenaventura

en el departamento del Cauca; Timbiquí y Guapi en el departamento del Valle del Cauca; y

Tumaco en el departamento de Nariño. Todas, zonas pobladas por descendientes directos de

personas africanas esclavizadas y organizadas en palenques. En estos territorios aún se

conservan tradiciones ancestrales puras y linajes que evocan las tribus originarias como

Carabalí, Mina, Balanta y otros.

Sin embargo, dada la reactivación de la violencia en la periferia del país tras la firma

del Acuerdo y con el cambio de gobierno, amplias zonas fueron vetadas para la investigación,

arreciaron los combates entre insurgencia, nuevos grupos paramilitares, Estado y disidencias

de las FARC-EP; nuevos desplazamientos, asesinatos selectivos y otros hechos asociados al

conflicto armado, que dificultaron la posibilidad de contar con un mayor alcance territorial en

el estudio. Tales condiciones no brindan garantías para adelantar investigaciones de este tipo

en Colombia.

Por otra parte, el mundo vivió una experiencia desconocida para la actual generación

consistente en el confinamiento dramático dado la cuantía desbordada de muertes producto de

la COVID-19. Esto impidió por espacio de dos años el desplazamiento a otros centros urbanos

28
Zona del departamento del Chocó conformada por los municipios de Bojayá, Bagadó, Quibdó, Lloró y el
Carmen de Atrato.
205

que reemplazaran la idea de investigación inicial concebida. Finalmente, el estudio se

concentró y delimitó estratégicamente en el Litoral Montes de María, específicamente en el

municipio de San Onofre y algunos de sus corregimientos más cercanos, donde se encontró

una realidad social única en Colombia y que a la postre se convirtió en el tema central del

estudio de doctorado. Es importante señalar que el abordaje de las personas según los hechos

victimizantes tiene limitaciones en sí mismo, pues unas y otras formas de victimización pueden

confluir, no son excluyentes, pero finalmente son las personas las que indican el hecho

reportado en el marco de los procesos de restitución de derechos en el conflicto y, es a partir

de ahí desde donde se sugieren los resultados presentados, sin ánimo de generalizar, más de

tener un acercamiento a su realidad.

7.6. Conclusiones

Apresurarse en entender la legitimación de la violencia en territorio de personas negras,

propicia un escenario sociocultural abierto e inclusivo, de respecto y entendimiento sobre la

existencia de un otro diferente; con imaginarios y visiones del mundo propias, con tradiciones

ancestrales distantes y distintas a los imaginarios dominantes. Se trata de un otro que necesita

ser comprendido desde sus raíces ancestrales, usos y costumbre para actuar e interactuar en la

sociedad mayoritaria y al menos intentar vivir en ella. Este argumento encuentra sintonía con

otras apreciaciones teóricas que delimitan los procesos de normalización de la violencia cuando

son provocados por factores externos que logran modificar la conducta de las víctimas al

internalizar complejos procesos cognitivos que consolidan una naturalización de la violencia.

Ahora bien, la intención del estudio por determinar la forma como la violencia ejercida

por los grupos armados incide en el uso de la desconexión moral, en el afrontamiento de

conflictos y en las expectativas de legitimación social en las comunidades negras que

resistieron a través de la confrontación armada frente a las que recurrieron a mecanismos

simbólicos de resistencia, implicó irrumpir en líneas de trabajo no consideradas por las


206

Ciencias Sociales. Estas, se han apresurado a desollar ejercicios empíricos, con las variables

mencionadas, en grupos poblacionales de preferencia mayoritaria y en contextos, en algunos

casos de vulnerabilidad socioeconómica, ajenos a situaciones extremas como la guerra.

Es así que, desde un estudio mixto de comparación de grupos, la investigación

encuentra desde el enfoque cualitativo sendas diferencias en el actuar rebelde de civiles

indefensos frente a hostigamientos y repertorios de violencia de grupos armados. La teoría más

cercana la plantea Kaplan quien encuentra en la organización comunal (en el caso de Colombia)

la cohesión para hacer frente al menos de forma simbólica a los violentos.

Además de las ya mencionadas categorías emergentes y apriorísticas que hicieron parte

del enfoque cualitativo, el estudio determina motivos por los cuales los nativos de Libertad se

rebelan y los de Rincón no. En el primer caso se configuraron una serie de elementos causales

de la rebelión, la triada de la rebeldía, y no presentes en otros poblados: la frecuencia de la

violencia sexual contra la mujer negra, el detonante de la rebeldía comunitaria y la presencia

de un líder social externo a la comunidad que influenció y lideró la asonada. Otro elemento a

considerar desde otras aproximaciones teóricas como la de Kalyvas quien determina que la

distancia entre el centro de operaciones del grupo armado y la zona de influencia de mandos

medios termina por degenerar el poder sin supervisión; la prevalencia de la norma perversa; el

apoyo de fuerzas regulares del Estado para quien el grupo paramilitar dejó de ser sostenible y

facilitaron armamento y protección pos asonada; incluso el apoyo de otros mandos medios

hastiados de los desmanes de sus pares.

Lo de Rincón del Mar es el reflejo de otras comunidades étnicas en Colombia. A pesar

del centro de operaciones del grupo armado y del desprecio público por la persona negra que

ampliamente manifestó el comandante paramilitar, la frecuencia de la violencia sexual y de

otros hechos victimizantes fue radicalmente baja en comparación con Libertad; su imagen de

hombre violento y sanguinario sumió en el miedo a los nativos de este poblados impidiendo
207

cualquier asomo de rebeldía comunitaria; los comerciantes oportunistas que vieron en el

conflicto armado una forma de maximizar sus riquezas jugó un papel determinante para la

pasividad; estos oficiaron como mediadores entre los violentos y la comunidad para mantener

el orden.

Por otra parte, más que verdad, reparación y no repetición, los grupos etarios dividen

sus posturas. Para el segmento de los mayores el conflicto armado no existió; en su territorio

no se registraron combates entre insurgencia y contrainsurgencia, sólo un plan sistemático para

apoderarse de las tierras para diferentes fines; lo que corrobora perspectivas teóricas sobre el

paramilitarismo que lo relacionan con este tipo de actividades. El amor por el territorio y las

añoranzas de un pasado próspero y pacifico son categorías prevalentes en el grupo etario de los

mayores de 65 años, son las antologías del pasado quienes mantienen a este grupo inmersos y

activos socialmente.

La práctica de trasmitir oralmente la historia viva de las comunidades afrodescendiente

a través de conversatorios comunitarios e individuales, pero también de canticos, hace parte de

su cultura. Sin embargo, incluir en las narrativas, generalmente de los mayores, las

desavenencias de la guerra, ocasionó respuestas inesperadas en el grupo con edades menores a

28 años. Reconocer, a partir de la oralidad, que Libertad se rebeló y su poblado no, representó

una alta carga emocional para ello, acto que los predispone constantemente a encontrar

elementos morales para justificar cualquier respuesta violenta ante un conflicto comunitario.

La investigación precisa que en algún momento Rincón del Mar vivirá su propia versión de

rebeldía liderado por la juventud.

Por otra parte, y en un hecho que rompió cualquier escenario esperado, la investigación

mostró el rol de la mujer negra en el levantamiento del poblado de Libertad. Su papel fue

preponderante al inicio, durante y en los momentos posteriores al mismo. Con machetes y palos

se apostaron, montaron guardia en sus casas esperando en zozobra una retaliación militar de
208

los paramilitares. El análisis empírico, desde lo cuantitativo, también demostró altas

puntuaciones de la mujer en Libertad frente a Rincón del Mar.

Al pasar al ejercicio cuantitativo y enfocado en el análisis comparativo que posibilitó

el examinar semejanzas, diferencias y causas de los fenómenos estudiados en los dos grupos

poblacionales (Libertad y Rincón del Mar), la investigación se apresuró por probar la

dependencia entre las variables independientes y dependientes con el objeto de permitir un

análisis explicativo del problema de investigación a partir de la falsación de las hipótesis

formuladas.

Con relación al afrontamiento de conflictos, el estudio encontró señales de conductas

como dialogar, desistir al conflicto y perdonar al agresor. Lo que mejora sustancialmente el

deterioro de las relaciones interpersonales y las relacione afectivas, afectadas por los niveles e

intensidad de los actos violentos vividos. Sin embargo, resultan notables los donde de manera

consistente con su reacción armada, fueron los pobladores del corregimiento de Libertad

quienes en mayor proporción se inclinaron por las reacciones violentas ante las situaciones de

conflicto cotidiano presentadas. Particularmente, cuando en la situación tenían ventaja

numérica sobre su oponente, tal como ocurrió en el momento de su levantamiento armado

contra el grupo paramilitar.

Al pasar a los actos violentos propios del repertorio de las AUC y entendidos en el

estudio como factores externos que terminaron modificando la estructura cognitiva y

reconstruyendo la noción de justificación a la respuesta violenta individual y colectiva

manifiesta en los mecanismos de desconexión moral, especialmente en los nativos de Rincón

del Mar. El nivel de violencia utilizado para deshumanizar a la víctima está sujeto a

interpretaciones de los antecedentes determinantes que provocan el uso de este mecanismo. En

tanto interpretaciones individuales pero ajustadas a la identidad comunitaria, a la moralidad

colectiva y a las expectativas de legitimación social. En esta línea discursiva, se ubica a la


209

justificación moral, como el mecanismo que representa una disposición para actuar

violentamente. Concebirla como motivo para proceder, determina la secuencia de inclusión de

otros mecanismos y obliga al individuo violento a justificarse individual o socialmente para

encontrar equilibrio moral en sus acciones y no sentir la culpa que conlleva a la vergüenza

individual y social. Lo anterior, representa un riesgo para estas comunidades.

Se resalta la tendencia a desconectarse moralmente en los jóvenes de Rincón del Mar.

A pesar que fue un pueblo que no se reveló en armas contra las estructuras paramilitares, los

jóvenes conocieron los desmanes y sufrimientos de sus mayores a partir de un ejercicio

ancestral de oralidad que trasmitió generacionalmente, para no olvidar, la época álgida del

conflicto armado. La sociedad de San Onofre se encuentra ante una juventud propensa a

cometer actos violentos con la creencia poseer la autoridad moral que justifica sus actos, lo que

también los deja a merced de los grupos armados, quienes lo reclutan para ejercer la violencia

desde la autoridad de las armas (tal cual se precisó en el enfoque cualitativo).

En esta línea, encontrar mecanismos de apoyo psicosocial para reinterpretar la

justificación moral de Bandura, debe ser un imperativo de las ciencias sociales para modificar,

o al menos intentarlo, los comportamientos que se asumen a partir de estos mecanismos. Se

requiere la resignificación positiva como factor inhibitorio de la conducta violenta, de su

regulación y de control social. Sobre todo, en una población como la involucrada en el estudio,

con motivos históricos para desconfiar del otro, sentirse en un estado permanente de alerta,

huir si es necesario y estar dispuesta a responder al ataque. Tal caso es aceptar el imperativo

de la legitimación de la violencia a parir del estímulo desencadenante.

Las exceptivas de legitimación social juegan un papel importante en la tendencia a

sostener e interiorizar la violencia a nivel comunitario, sin embargo, la familia se erige como

ente sancionador de diferentes tipos de violencia, sobre todo contra la mujer. En cuanto a la

fuerza pública, la legitimidad de autoridad se encuentra desdibujada por acontecimientos


210

sucedidos en el marco del conflicto armado. La población, además de tacharlos de no hacer

nada o percibirlos como neutros, los acusa de actuar en complicidad con los perpetradores de

la violencia armada. En esta línea, el consejo comunitario se deslegitimó a partir de hechos

controversiales relacionados con dispuestas de poderes internos y hechos de corrupción,

acentuando la percepción de neutrales, aunque el grupo de los menores rescatan su papel

sancionador en Rincón del Mar lo que evidencia reconocimiento y empoderamiento de los

jóvenes hacia lo organizativo en este poblado. Caso contrario en el Libertad donde sólo un

segmento de los mayores reconoce al consejo comunitario como sancionadores de la violencia

entre mujeres y del hombre a la mujer.


211

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Anexos

FORMULARIO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO


Título de la Investigación: LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS POBLACIONES NEGRAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA.
Un estudio en dos comunidades ubicadas en el litoral Montes de María.
Investigadores Principales: Mg. Jesús Guillermo Banquez Mendoza: jbanquez@uninorte.edu.co
Director de tesis: PhD José Amar Amar; mail: jamar@uninorte.edu.co
Codirectora: Marina Martínez González; mail: mmartine21@cuc.edu.co
Entidad donde se desarrolla la investigación: Universidad del Norte, Barranquilla – Colombia.
Naturaleza y Objetivo de la investigación: LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS POBLACIONES NEGRAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO
DE COLOMBIA. Un estudio en dos comunidades ubicadas en el Litoral Montes de María.
Propósito: El propósito de este formulario es informar los objetivos y alcances de la investigación a las personas que desean participar de este
estudio, y permitirle al investigador recabar la información necesaria para realizar el trabajo investigativo.
Procedimiento: En relación al objetivo de la investigación, aplicará un instrumento tendiente a medir las variables desconexión moral,
afrontamiento de conflictos cotidianos y expectativas de legitimación social de la violencia.
Riesgos asociados a la participación en la investigación: No se anticipa ningún riesgo conocido de tipo físico y/o psicológico en los participantes
de este estudio. La investigación se ha planteado de forma que los niños y niñas no se vean afectados anímicamente frente al tema de
investigación.
Al responder el cuestionario se busca evitar que los participantes se sientan juzgados o directamente cuestionados sobre su percepción acerca
del tema, se ajusta –en su contenido- a lo expresado y consagrado en la resolución 008430 del 04 de octubre de 1993, específicamente en lo
concerniente a los artículos 01 al 16 del capítulo 1 de la resolución en mención.
Beneficios de la participación del menor en la investigación: El estudio no puede, ni garantiza ni promete que el ENTREVISTADO recibirá
cualquier beneficio de este estudio. Sin embargo, se considera que su participación y la del menor favorecerán en la construcción de una paz
duradera, toda vez que la identificación de los factores, predictores o creencias que llegan a legitimar la violencia, pueden ser insumo para su
mitigación social.
Voluntariedad: La participación es voluntaria. Si usted o el estudiante deciden no participar o retirarse de la investigación en cualquier
momento, aun cuando haya iniciado su participación, puede hacerlo sin que esto ocasione una sanción o castigo para usted.
Confidencialidad: Si usted decide participar, garantizamos que toda la información suministrada será manejada con absoluta confidencialidad,
sus datos personales y los de los menores no serán publicados ni revelados, los investigadores principales se hacen responsables de la custodia
y privacidad de los mismos.
Contacto principal: Jesús Guillermo Banquez Mendoza; mail: jbanquez@uninorte.edu.co; teléfono: 3124202876.
He entendido la información que se expone en este consentimiento y me han respondido las dudas e inquietudes surgidas.
Autorización: Estoy de acuerdo en participar en el presente estudio.
Para constancia, firmo a los ________ días del mes de __________ del año _________.
________________________
Firma y Cédula
Declaración de los Investigadores: Certificamos que le hemos explicado a esta persona la naturaleza y el objetivo de la investigación, y que
esta persona entiende en qué consiste su participación, los posibles riesgos y beneficios implicados. Todas las preguntas que esta persona ha
hecho le han sido contestadas en forma adecuada. Así mismo, he leído y explicado adecuadamente las partes del consentimiento informado.

_________________________
Firma y cédula: 9044910
Consentimiento informado, tomado y adaptado de la Universidad del Norte, Colombia. Versión 1. Fecha. 20 de junio del 2016
230

Cesión de derechos para la utilización de imagen


En el municipio de San Onofre, corregimiento de ____________________, el (______) de (_____) de (2021).
(Jesús Guillermo Banquez Mendoza) y domiciliado en (Barranquilla), en adelante el fotógrafo.
(____________________________) y domiciliado en (_____________), en adelante el modelo.
Por este contrato y expresamente:
El modelo autoriza al fotógrafo, así como a todas aquellas terceras personas físicas o jurídicas a las que el fotógrafo
pueda ceder los derechos de explotación sobre las fotografías, o parte de las mismas, a que indistintamente puedan
utilizar todas las fotografías, o partes de las mismas en las que intervengo como modelo.
Mi autorización no tiene ámbito geográfico determinado por lo que el fotógrafo y otras personas físicas o jurídicas
a las que el fotógrafo pueda ceder los derechos de explotación sobre las fotografías, o partes de las mismas, en las
que intervengo como modelo, podrán utilizar esas fotografías, o partes de las mismas, en todos los países del
mundo sin limitación geográfica de ninguna clase.
Mi autorización se refiere a la totalidad de usos que puedan tener las fotografías, o partes de las mismas, en las
que aparezco como modelo, utilizando los medios técnicos conocidos en la actualidad y los que pudieran
desarrollarse en el futuro, y para cualquier aplicación.
Mi autorización no fija ningún límite de tiempo para su concesión ni para la explotación de las fotografías, o parte
de las mismas, en las que aparezco como modelo, por lo que mi autorización se considera concedida por un plazo
de tiempo ilimitado.
Acepto no recibir pago alguno por las fotografías, más allá del deseo de contribuir en el diseño de los instrumentos
para medir las variables Afrontamiento de conflictos cotidianos y Expectativas de legitimación social de la
violencia, elaborados en el marco de la investigación doctoral del doctorando Jesús Guillermo Banquez Mendoza
y titulada “LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS POBLACIONES NEGRAS VÍCTIMAS DEL
CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA. Un estudio en dos comunidades ubicadas en el litoral Montes de
María”. Entiendo que esta investigación es financiada por COLCIENCIAS y la Universidad del Norte,
Barranquilla y en ella oficia como director José Amar Amar Ph.D. y como codirectora Marina Martínez González
Ph.D.

_____________________________ ______________________________
Firma del modelo firma del fotógrafo

(_____________________________), mayor de edad, con domicilio en (____________________), manifiesta


como testigo de la firma del presente contrato de cesión de derechos de imagen que, el modelo dice entender
íntegramente el contenido y naturaleza de este contrato, estar de acuerdo con todos sus puntos y que lo firma por
su libre decisión, propia voluntad y sin que medie fuerza ni coacción o intimidación de algún tipo.

_______________________________
Firma del testigo
231

Escala de Desconexión Moral


Instrumento utilizado en el marco de la investigación doctoral LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS
POBLACIONES NEGRAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA. Un estudio en dos
comunidades ubicadas en el litoral Montes de María.

Grupo poblacional: comunidades afrodescendientes ubicadas en los corregimientos de Libertad y Rincón del
Mar, ambos pertenecientes al municipio de San Onofre, departamento de Sucre
Fecha: _________________# Ficha______________________/
Edad: ________ Género: ________ Corregimiento: _____________________________
Hecho victimizante: __________________________________/
Indicaciones:

Utilice un lápiz preferiblemente de tinta negra para responder el instrumento. Recuerde que no existen preguntas
malas o buenas o respuestas correctas o incorrectas, sólo su opinión

Las afirmaciones que siguen a continuación describen algunas reacciones que pueden estar presente en tu
comunidad y en diversas situaciones. Por favor, indica en qué grado estás de acuerdo con las afirmaciones
siguientes y señala (con una X) una de las cinco respuestas posibles.

En cuanto a la confidencialidad, recuerde que su participación y respuestas son anónimas, nadie puede
relacionarlas con ellas. De hecho, el cuestionario no pide sus datos personales como nombre, teléfono o dirección
Cuestionario:
PARA NADA DE POCO DE BASTANTE DE MUY DE TOTALMENTE
ACUERDO ACUERDO ACUERDO ACUERDO DE ACUERDO
1 2 3 4 5

1. Es correcto llegar a los golpes con el fin de proteger a los amigos 1 2 3 4 5


2. Dar empujones es sólo una manera de bromear 1 2 3 4 5
3. Maltratar algo que no es nuestro no es tan grave, si se tiene en cuenta que
algunos maltratan a la gente 1 2 3 4 5
4. No se puede culpar a un miembro de una banda por los daños que causa la
pandilla 1 2 3 4 5
5. Cuando los jóvenes viven en un barrio peligroso no se les puede reprochar
el que sean agresivos 1 2 3 4 5
6. Decir pequeñas mentiras no es tan grave, puesto que no hacen daño a nadie
1 2 3 4 5
7. Algunas personas merecen ser tratadas como animales 1 2 3 4 5
8. Es culpa de los profesores que los jóvenes discutan entre ellos o sean
maleducados en el colegio 1 2 3 4 5
9. Es correcto usar la fuerza con quien ofende a tu familia 1 2 3 4 5
10. Pegarle a compañeros insoportables sólo es darles una lección 1 2 3 4 5
11. Robar un poco de dinero no es para nada grave si se piensa en las grandes
sumas de dinero que otros se roban 1 2 3 4 5
12. El que sólo sugiere incumplir las normas no debe ser culpado, puesto que
son otros quienes le hacen caso y las incumplen 1 2 3 4 5
13. A los jóvenes que no reciben una educación adecuada no se les puede
reprochar que se porten mal 1 2 3 4 5
14. No hay motivo para que las personas se ofendan cuando alguien les toma
el pelo, porque es también un modo de interesarse por ellos 1 2 3 4 5
15. Es correcto maltratar a quien se comporta como un gusano 1 2 3 4 5
16. La gente que descuida sus cosas tiene la culpa si se las roban 1 2 3 4 5
232

17. Es adecuado pelearse cuando el honor o el respeto del grupo están en juego 1 2 3 4 5
18. Usar las cosas de otro sin su permiso se puede considerar como un
préstamo 1 2 3 4 5
19. No es grave insultar a un compañero/a, pues pegarle estaría mucho peor
1 2 3 4 5

PARA NADA DE POCO DE BASTANTE DE MUY DE TOTALMENTE


ACUERDO ACUERDO ACUERDO ACUERDO DE ACUERDO
1 2 3 4 5

20. Cuando un grupo de personas toma la decisión de hacer algo malo, es


injusto echarle la culpa a un solo miembro por ello 1 2 3 4 5
21. No se debe reprochar a alguien por decir malas palabras cuando la
mayor parte de sus amigos también lo hace 1 2 3 4 5
22. Tomar el pelo a alguien en realidad no supone hacerle daño alguno 1 2 3 4 5
23. Quien es detestable no merece ser tratado como un ser humano
1 2 3 4 5
24. Quien recibe un maltrato normalmente ha hecho algo para merecerlo 1 2 3 4 5
25. Es correcto mentir para evitar problemas a los amigos 1 2 3 4 5
26. No es nada grave tomar licor de vez en cuando 1 2 3 4 5
27. Robar algo de poco valor de una tienda no es tan grave, si lo
comparamos con las cosas ilegales que cierta gente es capaz de hacer
1 2 3 4 5
28. Es injusto echarle la culpa a una persona que ha contribuido sólo en
pequeña parte al daño producido por todos los miembros del grupo 1 2 3 4 5
29. No debemos culpar a alguien por su mala conducta si los amigos le
indujeron hacerlo 1 2 3 4 5
30. Los insultos entre amigos son inofensivos 1 2 3 4 5
31. Algunas personas merecen que se les trate duramente porque carecen
de sentimientos 1 2 3 4 5
32. No se puede culpar a los jóvenes que tratan mal a sus padres si éstos
son demasiado estrictos
1 2 3 4 5
Nota: La escala de desconexión moral es un instrumento propuesto por Bandura, Barbaranelli, Caprara &
Pastorelli (1996) para medir los mecanismos de desconexión moral a los que recurren las personas para aliviar la
culpa luego de cometer hechos o acciones moralmente reprochables.
233

Viñetas para el estudio sobre el afrontamiento de conflictos cotidianos

Instrumento utilizado en el marco de la investigación doctoral LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS


POBLACIONES NEGRAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA. Un estudio en dos
comunidades ubicadas en el litoral Montes de María.

Grupo poblacional: comunidades afrodescendientes ubicadas en los corregimientos de Libertad y Rincón del
Mar, ambos pertenecientes al municipio de San Onofre, departamento de Sucre.
Fecha: ______________# Ficha________________/
Edad: ________ Género: ________ Corregimiento: _____________________________/
Hecho victimizante: __________________________/
Instrucciones:
En cuanto a la confidencialidad, recuerde que su participación y respuestas son anónimas, nadie puede
relacionarlas con ellas.
Las situaciones contenidas en las viñetas y que siguen a continuación describen algunas situaciones que pueden
presentarse en las dinámicas comunitarias cotidianas con tendencia a desembocar en una agresión. Escriba en
cada caso y en una sola palabra su decisión de acción inmediata ante las situaciones recreadas en las imágenes,
ejemplo: huir, buscar ayuda, dialogar, agredir.

Viñeta 1. Afrontamiento de conflictos en condición de desventaja de poder.


Caso 1 Caso 2 Caso 3

Escriba aquí su respuesta:

Viñeta 2. Afrontamiento de conflictos en condición de ventaja de poder.


Caso 1 Caso 2 Caso 3

Escriba aquí su respuesta:


234

Viñeta 3. Afrontamiento de conflictos en condición de equilibrio de poder.


Caso 1 Caso 2 Caso 3

Escriba aquí su respuesta:


235

Viñetas para el estudio sobre las expectativas de legitimación social

Instrumento utilizado en el marco de la investigación doctoral LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS


POBLACIONES NEGRAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA. Un estudio en dos
comunidades ubicadas en el litoral Montes de María.

Grupo poblacional: comunidades afrodescendientes ubicadas en los corregimientos de Libertad y Rincón del
Mar, ambos pertenecientes al municipio de San Onofre, departamento de Sucre.
Fecha: ______________# Ficha________________/
Edad: ________ Género: ________ Corregimiento: _____________________________/
Hecho victimizante: __________________________/

Instrucciones:

Las situaciones recreadas en las describen algunas situaciones que pueden presentarse en las dinámicas sociales
de su comunidad y puede ser interpretadas como conductas reprochables que atentan contra la moral comunitaria.
Así, en la ocurrencia de tales los hechos, existen instancias sociales los aprueban, algunas lo sancionan y otros no
hace nada.

En el instrumento, las instancias mencionadas son: comunidad, familia, consejo comunitario, policía o el inspector
de policía y el actor armado.

Por consiguiente, ante las siguientes situaciones y con base en sus creencias marque en la casilla “Tipo de
legitimación” según el caso:

“1”, sanciona o castigan; “2”, legitiman o aprueban; “3”, no hacen nada.

Utilice un lápiz preferiblemente de tinta negra para responder el instrumento. Recuerde que no existen preguntas
malas o buenas o respuestas correctas o incorrectas, sólo su opinión.

Situación: agresión contra la mujer Situación recreada: peleas entre mujeres


Instancia que legitima Tipo de legitimación Instancia legitima Tipo de legitimación
La familia La familia
La comunidad La comunidad
La policía o el inspector La policía o el inspector de
de policía policía
El consejo comunitario El consejo comunitario

Confidencialidad: recuerde que su participación y respuestas son anónimas, nadie puede relacionarlas con
ellas. El cuestionario no pide sus datos personales como nombre, teléfono o dirección
236

Carta de solicitud de evaluación de instrumentos

Barranquilla, Colombia. Mayo 17 de 2021


Doctora
<< .. >>
Docente investigador
Universidad << .. >>

Referencia: solitud de valoración de experto.


Saludo cordial.

Desde el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad del Norte, Barranquilla – Colombia, se adelanta el
proyecto de investigación LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS POBLACIONES NEGRAS
VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA: Un estudio en dos comunidades ubicadas en el
Litoral Montes de María.

El estudio tiene como propósito: Determinar la forma como la violencia ejercida por los grupos armados ilegales
incidió en la Legitimación de la Violencia de las comunidades negras en mención. Específicamente se medirán
las variables Desconexión Moral (DM), Afrontamiento de Conflictos y Expectativas de Legitimación Social.

Dado su amplia y comprobada experiencia académica, investigativa y profesional, recurrimos a usted para valorar
como experto los instrumentos diseñados a partir de la técnica de viñetas y utilizados en la medición de las
variables en cuestión.

Adjunto, encontrará el perfil de la investigación, 2 rubricas de valoración de expertos con sus respectivos
instrumentos. Se descarta el instrumento para medir la DM “Escala de Desconexión Moral de Bandura”, dado su
validación previa.

Estaremos muy atentos a su amable respuesta y comentarios.

Jesús Guillermo Banquez Mendoza


Doctorando en Ciencias Sociales

José Amar Amar Marina Martínez González


Directo de Tesis Codirectora de Tesis
237

Valoración del instrumento utilizado para medir la variable expectativa de legitimación social
Ejercicio realizado en el marco de la investigación doctoral LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS
POBLACIONES NEGRAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA: Un estudio en dos
comunidades ubicadas en el litoral Montes de María.
Fecha de evaluación:
Nombre del evaluador:
Formación:

Experiencia docente:

Trayectoria investigativa (cinco últimos artículos o productos de investigación):

Correo electrónico Teléfono de contacto:

Instrucciones:
 Utilice un lápiz preferiblemente de tinta negra para responder el instrumento. Recuerde que no existen
preguntas malas o buenas o respuestas correctas o incorrectas, sólo su opinión.
 Marque con una X según el caso o en función de su apreciación sobre el ítem a evaluar.

Preguntas de evaluación De acuerdo Desacuerdo


El instrumentos contiene todos los
elementos que abordan conceptual y
teóricamente la variable
Los ítems evalúan a cabalidad el
concepto en cuestión
No existen ítems repetidos o que
evalúen lo mismo
No hay ítems que no correspondan a
las dimensiones de la variable
No hay ítems contradictorios
Ningún ítem evalúa más de dos
indicadores
Algunos ítems son poco claros
Los ítems permiten determinar la
postura del participante
Los ítems tienen un lenguaje
comprensible
Las situaciones descritas en las
imágenes son las adecuadas para el
grupo poblacional
Observaciones generales:

Nota: Adaptación de Martínez-González (2015).


238

Valoración de los instrumentos utilizados para medir la variable afrontamiento de conflictos


Ejercicio realizado en el marco de la investigación doctoral LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS
POBLACIONES NEGRAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO INTERNO DE COLOMBIA: Un estudio en dos
comunidades ubicadas en el litoral Montes de María.
Fecha de evaluación:
Nombre del evaluador:
Formación:

Experiencia docente:

Trayectoria investigativa (cinco últimos artículos o productos de investigación):

Correo electrónico Teléfono de contacto:

Instrucciones:
 Utilice un lápiz preferiblemente de tinta negra para responder el instrumento. Recuerde que no existen
preguntas malas o buenas o respuestas correctas o incorrectas, sólo su opinión.
 Marque con una X según el caso o en función de su apreciación sobre el ítem a evaluar.

Preguntas de evaluación De acuerdo Desacuerdo


El instrumentos contiene todos los
elementos que abordan conceptual y
teóricamente la variable
Los ítems evalúan a cabalidad el
concepto en cuestión
No existen ítems repetidos o que
evalúen lo mismo
No hay ítems que no corresponden a
las dimensiones de la variable
No hay ítems contradictorios
Ningún ítem evalúa más de dos
indicadores
Algunos ítems son poco claros
Los ítems permiten determinar la
postura del participante
Los ítems tienen un lenguaje
comprensible
Las situaciones descritas en las
imágenes son las adecuadas para el
grupo poblacional
Observaciones generales:

Nota: Adaptación de Martínez-González (2015).


239

Cartas de solicitud de permiso para realizar actividades en territorio afro


(autoridades comunitarias y policiales)
240
241
242

Matriz de análisis cualitativo


Problema de Objetivo de Problematización
Categorización Categoría Subcategorías Definición
investigación investigación del objetivo
¿Cómo se Recopilar los ¿Cuáles son las Recuperación Promoción de la Acciones
configuran relatos de la categorías que de la memoria cultura de paz culturales
las creencias presencia de las intervienen en la histórica del (A1) tendientes a
legitimadoras FARC-EP y las reconstrucción conflicto cambiar las
de la AUC en las de la memoria armado en el acciones
violencia en comunidades histórica de las Litoral Montes beligerantes por
las ubicadas en el comunidades de María opciones
comunidades Litoral de Montes negras del pacifistas para
negras que de María, para Litoral Montes disminuir las
resistieron a reconstruir la de María? posibilidades
los hechos memoria histórica que los civiles
asociados al producto de la sean persuadidos
conflicto a interacción entre por los grupos
través la la insurgencia y armados
confrontación contrainsurgencia, (Kaplan, 2020)
armada frente la población civil Acciones para
a aquellas y sus mecanismos implementar
que utilizaron de resistencia mecanismos de
ante los armada o resolución
Implementación
mismos simbólica que pacífica de
de procesos
hechos resuenan en sus conflictos para
locales de
mecanismos conflictos evitar que la
simbólicos de cotidianos Mecanismo de resolución de
población civil
resistencia? actuales resistencia (A). conflictos
recurra a los
Serie de acciones comunitarios o
grupos armados
que de forma vecinales (A2)
para controlar
laxa y
los problemas de
espontánea,
orden local
simbólica o de
(Kaplan, 2020)
hecho se
Acciones para
implementan por
comunicar a la
las comunidades
opinión pública
desarmadas para
los excesos y
contrarrestar los
repertorio de
niveles o el Denuncia
violencia
repertorio de pública de los
utilizado por los
violencia actos violentos
grupos armados,
ocasionado por cometidos por
con el fin de
las estructuras los actores
afectar su
armadas armados (A3)
reputación ante
el gobierno y
ante instancias
internacionales
(Kaplan, 2020)
Procedimientos
de información y
emergencia
ciudadana, por
otra parte
establecer
diálogos con los
Creación de
grupos armados
sistemas de
para que
alertas
accionen su
tempranas (A4)
aparato militar
alejado de las
poblaciones y
salvaguardar la
vida de los no
combatientes
(Kaplan, 2020)
243

Intento de
resistencia
armando local
contra los grupos
armados para
Resistencia
protegerse, lo
armada local en
que implica una
contra de los
fuerte cohesión
actores armados
comunitaria y
(A5)
determinación
para asumir los
costos directos
del mecanismo
(Kaplan, 2020)
Acción cometida
por las instancias
políticas locales
en la
Incidencia de organización
actores políticos interna y
sobre la administrativa
autonomía territorial para
comunitaria corromper su
(B1) objeto social y
labor
comunitaria
(constructo
comunitario)
iniciativa
Autonomía (B).
autónoma de la
la preservación
comunidad
en la comunidad
amparada en lo
de un poder
dispuesto a la
democrático
ley 70 de 1993
constante y no Organización
para organizarse
influenciable por social en
en consejos
actores externos, consejos
comunitarios y
que se evidencia comunitarios
tomar las
en las decisiones (B2)
decisiones
comunitarias o de
democráticas en
interés común
función del bien
(Kaplan, 2020)
común
(constructo
comunitario)
Acciones
comunales
tomadas en el
seno de los
Decisiones
espacios
democráticas y
autónomos y en
comunales en
forma
beneficio común
democrática para
(B3)
beneficio de la
comunidad
(constructo
comunitario)
Tejido social Perdida de los
(C.). Vínculo lazos de amistad
afectivo y social confianza entre
que se construye los miembros de
entre los Fragmentación la comunidad,
integrantes de del tejido social producto del
una comunidad a (C1) miedo a no saber
partir de una quien trabaja con
tradicionalidad, los grupos
usos, costumbres, armados,
solidaridad, dificultad en
244

representaciones identificar
sociales colaboradores y
compartida, amor terror ante el
y respecto por el repertorio de
territorio violencia
(constructo ejercido por las
comunitario) estructuras
armadas
(constructo
comunitario)
Abandono de las
costumbres y
tradiciones sobre
todo religiosas y
folclóricas
debido a la
imposición por
parte de los
Pérdida de
grupos armados
identidad
quienes al
cultural (C2)
desconocer el
significado y
ancestralidad las
costumbres, las
anulan o
reemplazan
(constructo
comunitario)
"Según la
Organización de
los Estados
Americanos,
“secuestro”
significa detener
ilegalmente a
una o más
personas en
contra de su
Hecho
voluntad
victimizante (D).
(incluyendo
Formas de
mediante el
ejercer,
empleo de la
coaccionar,
fuerza,
someter y causar
amenazas, el
dolor, muerte y Secuestros (D1)
engaño, el
ultraje a través de
incentivo) con el
la violencia
propósito de
contra una
exigir una
comunidad
ganancia ilícita o
desarmada e
económica a
indefensa
cambio de la
liberación de la
persona
secuestrada; o
para obligar a
alguien a hacer o
a no hacer algo"
(Unidad de
víctimas, 2016,
p, 108)
245

"El homicidio es
todo acto que
priva la vida de
otra persona;
para efectos de
la valoración se
entenderá como
hecho
victimizante
cuando ocurra
como
consecuencia de
situaciones
Homicidios (D2)
surgidas con
ocasión del
conflicto armado
y que además no
respetan la
normativa de
derecho
humanitario y
derechos
humanos"
(Unidad de
víctimas, 2016,
p. 71)
"Todo acto que
atente contra la
dignidad y la
libertad de una
persona
mediante el uso
de la fuerza
Delitos contra la
física, psíquica o
libertad e
moral con el
integridad
propósito de
sexual (E1)
imponer una
conducta sexual
en contra de su
voluntad"
(Unidad de
víctimas, 2016,
p, 123)
"Es un
fenómeno
masivo,
sistemático, de
larga duración y
vinculado en
gran medida al
control de
territorios
estratégicos.
Esta última
Desplazamientos característica
(E2) evidencia que,
más allá de la
confrontación
entre actores
armados, existen
intereses
económicos y
políticos que
presionan el
desalojo de la
población civil
de sus tierras y
246

territorio"
(Centro
Nacional de
Memoria
Histórica, 2013,
p. 71)

"Todo acto por


el cual un
funcionario
público, u otras
personas a
instigación suya,
infligen
intencionalmente
a una persona
penas o
sufrimientos
graves, ya sean
físicos o
mentales, con el
fin de obtener de
ella o de una
Torturas (E3) tercera
información o
una confesión,
de castigarle por
un acto que haya
cometido o se
sospeche que ha
cometido, o de
intimidar a una
persona u otras"
(Oficina del Alto
Comisionado
para los
Derechos
Humanos de las
Naciones
Unidas, 1975).
Reemplazo de
las normas de
comportamiento
moralmente
aceptadas por la
comunidad, por
aquellas que de
forma arbitraria,
son concertación
Control social
alguna y bajo la
(E4)
coacción de las
armas, imponen
los grupos
armados y que
terminan en una
ruptura del
equilibrio social
(construcción
comunitaria)
247

"Acto arbitrario
dirigido a
perjudicar a una
persona o grupo
de personas con
base
principalmente
en estereotipos o
perjuicios
sociales, por lo
general ajenos a
la voluntad del
individuo, como
son el sexo, la
Discriminación
raza, el origen
racial (E5)
nacional o
familiar, o por
razones
irrelevantes para
hacerse acreedor
de un perjuicio o
beneficio como
la lengua, la
religión o la
opinión política
o filosófica"
(Sentencia T-
1090 de 2005,
CC)

Fuerza pública o
Actor armado
inspector de
estatal.
policía (F1)

Grupos armados
que actúan con
determinación
propia y en
forma armada en
función del
despojo de
tierras, el control
Expectativas de social, la
legitimación eliminación del
social de la discernimiento
violencia y (F). político, la
Aprobación cooptación de
social de la las
violencia causada Paramilitares administraciones
(F2) públicas, la
imposición de
burocracias y
representaciones
políticas
parasitas y la
utilización de un
amplio
repertorio de
violencia contra
el cuerpo, con el
único objetivo
de afianzar
proyectos
políticos y
248

económicos de
las elites
dominantes
(construcción
comunitaria).

Autoridad civil y
ancestral que
administra el
consejo territorio de las
comunitario (F3) comunidades
negras
(Construcción
comunitaria).
Núcleo
fundamental de
nuestra
comunidad en la
que se trasmite
las primeras
Familia (F4) formas de
entendimiento
de la cultura y
tradición
africana
(Construcción
comunitaria)
Mecanismos de
afrontamiento del
conflicto
comunitario (I). Huir, aceptar la Formas de
Comportamientos agresión, responder ante la
y acciones que se responder presencia de un
asumen ante la agresivamente, conflicto
ocurrencia de dialogar (I1) cotidiano
conflictos
cotidianos o
comunitarios
Remembranzas
de una pasado
Añoranzas del armónico,
pasado (G). familiar y
Remembranzas comunitario
de una época donde se
Tradiciones
histórica, celebraban las
culturales (G1)
caracterizada por tradiciones
la cohesión culturales más
social, el significativas de
bienestar la comunidad
colectivo, el (construcción
respecto por el comunitaria)
otro, el goce de Lazos
las tradiciones interpersonales,
culturales, la duraderos y
seguridad sostenibles en el
Redes sociales
alimentaria y la tiempo que
(G2)
convivencia fortalecen el
pacífica tejido social,
propician
movilidad social
249

y desarrollo en
las comunidades
negras
(Construcción
comunitaria)

Grupos armados
emergentes que
cuentan en su
estructura a
personas
Bandas armadas nativas
delictivas y foráneas que
emergentes (H1) se dedican al
narcotráfico y
micrográfico de
drogas
(Construcción
comunitaria)
"Eventos
traumáticos
relacionados con
la guerra
contribuye a
desórdenes en la
salud mental que
pueden perdurar
a lo largo del
desarrollo de los
Secuelas sociales
niños y
del conflicto
adolescentes.
armado (H).
Entre más
Afectaciones
comunes entre la
individuales o
población
colectivas del
infantil y
orden
adolescente,
psicosociales,
producidas por
culturales, y
hechos
económicas
relacionados con
producto del Afectaciones
la guerra, se
conflicto armado psicológicas
encuentran la
debido al
pérdida de
conflicto armado
relaciones
(H2)
interpersonales,
ideas
distorsionadas,
ansiedad,
presencia de
sintomatología
ansiosa en
niños, niñas y
adolescentes,
problemas de
atención,
inseguridad,
trastornos del
sueño, ansiedad
por separación,
depresión,
indefensión,
entre otras
(Torres et al.,
2019, p. 41)
250

Afectación de
discriminación
sufrida por los
nativos dado la
Estigmatización procedencia
social (H3) geográfica de
zonas de alta
influencia de los
grupos armados
ilegales
Cambios
procedimentales
y de discurro en
el ejercicio pleno
del rol como
líder
comunitario,
propiciado por la
Nuevas formas
natural e
de ejercer el
imperativa
liderazgo social
necesidad de
(H4)
salvaguardar la
integridad física
a fin de no ser
asesinado u
hostigado por los
grupos armados
(Construcción
comunitaria)
Consecuencia
del ejercicio de
coacción de los
grupos armados
y su rápida pero
arbitraria y sin
Deslegitimación fundamentos
de la autoridad ancestrales o
ancestral (H5) legales de
solución de los
conflictos
cotidianos o
comunitarios
(Construcción
comunitaria)
Encuentros entre
los grupos
armados ilegales
Combates (K1)
contrario o entre
ellos o con la
Lugares y fuerza pública
territorios de la Conocimiento
memoria (K). del área, de los
Conocimiento del lugares donde se
territorio. Puntos dieron combates
estratégicos o se realizaron
(K2) hechos
victimizantes
(Construcción
comunitaria)
Lucha constante
Persistencia en
y desinteresada
el ejercicio
de trabajar por la
como líder (L1)
Liderazgo social comunidad
(L) Visión del rol
Proyección del liderazgo a
como líder (L2) un corto, media
y largo plazo
251

Artículo publicado en relación al primer objetivo específico de la investigación

Reconstruction of Historical Memory: A


Methodological Approach to Uncover the Reasons of
the Armed Uprising in the Montes de María, Colombia

Jesús G. Banquez-Mendoza 1,* , Marina B. Martínez-González 2 , José Amar-


Amar 3 and Laura V. López-Muñoz 4
4 Department of Political Science and International Relations, Universidad del Norte, Barranquilla 080001, Colombia;
vlopezl@uninorte.edu.co
* Correspondence: jbanquez@uninorte.edu.co
Citation: Banquez-Mendoza, Jesús
G., Marina B. Martínez-González, José
Amar-Amar, and Laura V. López- Abstract: This work aims to reconstruct the historical memory of the armed conflict in the Montes de María
Muñoz. 2022. Reconstruction of coastline, province of Sucre, Colombia, in a moment of military confrontations and responses of defenseless
Historical Memory: A civilians to the repertoire of violence caused by armed groups—specifically against the
Methodological Approach to Unión Camilista–Ejército de Liberación Nacional (ELN), the Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Uncover the Reasons of the Armed ColombiaEjército del Pueblo (FARC-EP), and the paramilitary groups present in the Gulf of Morrosquillo. The
Uprising in the Montes de María, objective of this study was to determine the reasons that led the community of Libertad to rise in arms and
Colombia. Social Sciences 11: 103. repel the abuses of armed groups by testing two hypotheses: (1) the frequency of victimizing acts consisting
https://doi.org/10.3390/ of sexual violence against the women of the Libertad village provoked the community to take up arms; (2)
socsci11030103 the presence of social agents, here called provocateurs of the community response, motivated the
community’s social cohesion and armed uprising. The research is developed using a qualitative methodology
Academic Editors: Sónia Maria
with a narrative approach that involved a sample of 49 informants, including two focus groups. We provide
Martins Caridade and Maria Alzira
Pimenta Dinis
empirical findings which are pivotal to understanding the reasons why defenseless civilians made the
decision to defend themselves with arms against illegal armed groups that invaded their territory and harassed
Received: 19 November 2021 Accepted: their communities, especially when dealing with an ethnic minority such as Afro-descendants.
1 February 2022
Published: 1 March 2022
Keywords: armed conflict; resistance mechanisms; armed uprising; historical memory
Publisher’s Note: MDPI stays neutral
with regard to jurisdictional claims in
published maps and institutional
affiliations.
1. Introduction
This article reconstructs the historical memory of the armed conflict in the
Copyright: © 2022 by the authors. Afrodescendant settlement of Libertad, located in the Montes de María coastline,
Licensee MDPI, Basel, Switzerland. This north of Sucre, Colombia. This population experienced a repertoire of violence
article is an open access article and victimizing acts—(HV), defined in Law 1448 of 2001 as crimes associated
distributed under the terms and conditions
with the internal armed conflict in Colombia. These were initially caused by the
of the Creative Commons Attribution
(CC BY) license (https://
insurgency of the FARC-EP and the ELN Unión Camilista (1985–1993), and by
creativecommons.org/licenses/by/ the paramilitary structures of the Morrosquillo
4.0/). Gulf front, attached to the Héroes Montes de María Block (1993–2005) (Andrade
Department of History and
et al. 2019; Colón and López 2020; Centro Nacional de Memoria Histórica 2016;
1

Social Sciences, Universidad del


Norte, Barranquilla 080001, García et al. 2018).
Colombia
The forms of armed civil resistance found among the study population are
2 Department of Social Sciences,
Universidad de la Costa, unusual in Colombia, only comparable to the indigenous insurgent group Quintín
Barranquilla 080001, Colombia; Lame, the first indigenous guerrilla group in Latin America, which rebelled
mmartine21@cuc.edu.co against the excesses of the state, landowners, and other guerrillas (Peñaranda-
Human Development Research
Supelano 2015; González-Piñeres 2004). Without becoming an Afro-descendant
3

Center, Universidad del Norte,


Barranquilla 080001, Colombia;
insurgent group, the community of Libertad used the armed uprising as an
jamar@uninorte.edu.co effective way to prevent and counter the violence caused by the
252

Soc. Sci. 2022, 11, 103. https://doi.org/10.3390/socsci11030103 https://www.mdpi.com/journal/socsci


armed paramilitary structures from Golfo del Morrosquillo attached to the Héroes
Montes de María Block.
To demonstrate that defenseless civilians can legitimize the use of armed violence
to defend themselves from violent hostiles, Kaplan (2020) reviewed experiences
of populations that, within the framework of civil autonomy, resorted to this.
Table 1 lists just a few:

Table 1. Compendium of experiences of armed responses of civilians.


Country Year Source Cited in Kaplan Event Description

Damages caused by foreign troops’


bombing attacks triggered the armed
Afghanistan 2009 Gall 2009 uprising of civilians in the towns of the
Helmand district.

As a result of the armed violence and the tax


Afghanistan 2009 Gopal and Rosenberg 2009 demand of the Taliban, the people of
Nangahar took up arms against them.

Entire populations terrorized by the then


Rebel Army of Resistance of the Lord
Gettleman and Schmit 2009; Bavier 2009; (ERS), were organized in self-defense
Congo–Uganda 2009 groups armed rudimentarily with
Gettleman 2009a
shotguns, rustic weapons, and hunting
weapons.

A group of civilians organized themselves


Iraq 2006 Al-Ansary and Adeeb 2006 with the support of the government in self-
defense against Sunni insurgents.

Groups of Jehovah’s Witnesses rose


Mozambique 1989–1993 Wilson 1992 against Renamo political rebels.

Communities of the Dusa Marreb,


Gettleman 2009b; Gettleman 2009c; Raghavan especially the Sufis, rose against the
Sierra Leona The 1990s
2010 Islamic extremist movement.

Local militias armed themselves against the


Sudán The 1970s Snapp 2010; Heaton and Fick 2010 insurgent group ERS.
Source: Kaplan (2020).

This study aims to determine the reasons why a defenseless civilian population, an
Afro-descendant ethnic minority, took up arms against the excesses and abuses of
an illegal armed group. The study reconstructs the historical memory of the
armed conflict and proposes two working hypotheses to be contrasted with the
stories constructed in the narrative exercise: (Hypothesis 1) The frequency of
victimizing acts consisting of sexual violence against the women of the Libertad
village provoked the community to take up arms; (Hypothesis 2) The presence of
social agents, here called provocateurs of the community response, motivated the
community’s social cohesion and armed uprising.
In its structure, the manuscript will be organized as follows: First, a historical–
sociological journey is presented to understand the historical trace that made
possible the black settlement in this geographical location and how they were
immersed in the armed conflict; then a description of the affected community and
the violent groups that were part of its territory is made. It continues with the
methodology. Then, results are presented and contrasted to the hypotheses to find
the reasons for the rebellious response of the natives. A final section concludes.
The study is expected to contribute to the empirical debate and theoretical
approaches on the new forms of resistance that arise in the context of armed
conflicts. It attempts to present the reasons that led a vulnerable Afro-descendant
253

community to take up arms against an armed group, and to identify the role of
third parties in the maintenance of oppression.
1.1. Sociological and Historical Tour of the Black Communities in the Montes de
María Subregion,
Colombia
We begin the tour between the 16th and 18th centuries, a period recorded in
history as one of the bloodiest and most violent against humanity of beings born
free and then enslaved, marketed as animals, and stripped of their soul, and
cultural, ancestral, and religious identity. The colony was the most shameful time
for Western civilization, particularly the Spanish, Portuguese, Dutch, and British.
The stories and historical records establish the arrival of enslaved Africans to
Nueva Granda (initial name of the Republic of Colombia) with the first
conquerors in the 16th century, legally disembarking from slave ships on the
shores of Cartagena de Indias, known as the first free port in America. They also
arrived illegally or smuggled through the Pacific coast: Buenaventura (Valle del
Cauca), Chirambirá (Chocó), Gorgona (Island), and Barbacoas (Nariño). About
25% of the slaves either never arrived, or died or committed suicide on the
transatlantic route. Regarding the Atlantic coast, the destinations were: Riohacha
(Guajira), Santa Marta (Magdalena), and Tolú (Sucre) (Friedemann 1993).
This is how the Ashantí, Gelofes, Yolofos, Fantís, and other tribes arrived
(AguirreBeltrán 1972; Escalante 2002; Herskovits 1938; Malvido 2010). These
tribes, or at least a large part of them, populated and reconfigured Colombian
Caribbean society in settlements of libertarian slaves called Maroons, who were
strategically located in the mountains, such as the Montes de la María (formerly
Sierra María) and which grouped at least a dozen palenques or rebel slaves who
escaped from the colonial yoke such as El Limón, Polín, Sanaguaré, Duanga,
Joyanca, Zaragocilla, Torobé, La Matuna, María Angola, Arroyo Piñuela, and
Sanagual.
Others made their settlements in strategic geographies of the Colombian
Caribbean such as Usiacurí (province of the Atlantic); Sierra del Luruaco with the
palenques of Matudere and Betancur (between the provinces of Bolívar and
Atlántico); Ciénega de la
Matuna, palenque de la Matuna (near the towns of Santiago de Tolú and San
Onofre) (Arrazola 1970; Navarrete 2008). Some of these towns are highlighted in
Figure 1. Places affected by extreme violence caused by illegal armed groups.
254

Figure 1. Municipality of San Onofre and nearby towns inhabited by Afro-descendant communities who are
victims of armed violence. In the circles are highlighted: Libertad, Rincón del Mar, Pajonal Plan Parejo, San
Onofre others. The figure was taken from the Agustín Codazzi Geographical Institute of Colombina.
Maroons can be understood from two perspectives: the first, as a response to
oppression and the set of facts imposed by the institution of slavery, and as the
first forms of violence committed by free and enslaved Africans in the context of
the transatlantic slave trade recorded by history. From other perspectives, the
literature perceives the maroons and all these liberation actions as a vestige of
resistance and rebellion that still prevails.
The following data corroborate the above statement.
In 1530 black fugitives set fire to Santa Marta; around 1533, a good number of
slaves brought by the founder of Cartagena fled to the mountains of the province;
in 1556, there was a significant slave rebellion in Popayan; in 1598, there was a
slave uprising in the mines of Zaragoza, killing owners and fortifying themselves
in palenques.
For centuries, especially in large cities, this population did not find a space to
exercise their identity, territory, and autonomy. It was not until 1991 that the
recently acclaimed constitution of Colombia made them visible as persons subject
to rights and recognized their ethnicity, in addition to ceding territories with
collective titles initially located in the Colombian Pacific basin that made their
organization and territorial management possible under a legal figure called
Councils. The descendants of slaves reconstructed their blackness from a
heterogeneous cultural and symbolic identity process that initially occurred in the
councils.
However, the ideological and political differences in Colombian society since the
1960s saw confrontation between a dominant political and economic
establishment—with a capitalist–authoritarian trend—and an insurgency with a
Marxist–Leninist ideology, which plunged Colombia’s territories into an internal
armed conflict that once again made black communities direct and indirect
victims of a foreign war that evoked the times of slavery:
“The pain of family fragmentation, the impossibility of possessing and
preserving some property, the pain and mistreatment suffered by women,
the linking of men to a foreign war, the ignorance of their authorities
255

come to the collective memory, and the impossibility of autonomy over


the territory”. (Rosero 2004)
Thus, we arrive at the village of Libertad, located in the northern part of the
department of Sucre, which has a population of approximately 5300 people who
recognize themselves as Afro-descendants with an economic dedication focused
on the artisanal planting of traditional crops. They have a territorial and
communitarian administration, the consejo comunitario Nuevo Horizonte. After
resisting oppression and repertoire of violence for years, this community decided
to take up arms against the armed actors. According to the local Office for
Attention to Victims located in the municipality of San Onofre, this community
registered the following HV caused by the FARC-EP insurgency between 1985
and 1993 and from that date until 2006 by the paramilitaries of the Gulf of
Morrosquillo: 30 cases of torture, 136 of crimes against sexual and reproductive
freedom, and 2038 forced displacements (Centro Nacional de Memoria Histórica
2011, 2013; Defensoría del PuebloColombia, 2018; Navas 2017; Pardo 2020).
1.2. The Expansion of the Insurgency towards the Montes de María
El Carmen de Bolívar was initially the FARC-EP’s center of operations in the
Colombian Caribbean Coast. The town of Salado was the strategic area used by
the guerrillas for mobilization towards the mountains of the Montes de María, the
foothills called Pie de Monte, and the coastline area (Alvis 2017; Trejos 2016).
The FARC-EP made this subregion a center of military operations from which
they expanded their territorial domain (Andrade et al. 2019). Some trace the
active presence of this guerrilla group in the Montes de María subregion to 1985,
with the persecution of the EPL and peasant leaders whom they accused of
negotiating their principles with the government (Verdad Abierta 2010; Andrade
et al. 2019; Trejos 2016). The most memorable actions date back to 1995 and
occurred in the municipality of Ovejas, where, in an ambush, 50 guerrillas
attacked an infantry patrol, and one man of the guerrillas and a marine were
killed. The other happened in the El Salado village, where the FARC-EP
assassinated 30 soldiers (Andrade et al. 2019). One of the most fierce and hostile
fronts for the civilian population was the 37 Front, also called Benkos Biohó,
which operated in the area of influence with four armed structures: Pedro
Góngora Chamorro, Che Guevara, Benkos Biohó, and Palenque, the latter with
direct operations in Carmen de Bolívar and the town of Salado (Observatorio del
Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH 2003; Trejos 2013; Quiroga
and Ospina-Posse 2014).
Figure 2 shows some facets of the town of Libertad, such as its people, homes
and ways of life.
256

Figure 2. (A) Cultural expression of the natives of Libertad in the central park of the town, where they have
their own version of the statue of Liberty; (B) natives of the town of Libertad in daily jobs; (C) ancestral
dwellings of the village of Libertad. The Press Office of the mayor’s office of the municipality of San Onofre
supplied all photographs for the manuscript.

Table 2 lists the most remembered incursions and victimizing events of the
FARC-EP in the Montes de María.
Table 2. Registry of some of the victimizing acts or armed actions of the FARC-EP in the Montes de María.
Date Region Guerrilla Structure Actions

Persecutions of EPL strongholds and peasant


Montes de María, in the leaders, whom they accused of negotiating their
Armed command 35, Antonio José de Sucre,
1986 municipalities of Ovejas and principles with the government.
attached to the Caribe Block
Carmen de Bolívar Indeterminate casualties.

Armed command 37, Benkos Biojó, attached to the Ambush, 50 guerrillas attacked an infantry
1995 Municipality of Ovejas Caribe Block patrol. A guerrilla and a marine killed.

Armed command 37, Benkos Biojó, attached to the


May 1995 Municipality of Salado Caribe Block Assassination in an ambush of 30 soldiers.

Armed command Frente 37, Benkos Biojó,


July 1995 Municipality of Salado attached to the Caribe Block The murder of rancher Santander Cohen.

Attack with a “donkey bomb” against the police


1996 Municipality of Chalán Armed command 35 and 37 station.

Unleashed an all-out war against the Méndez


Armed command 37, Benkos Biojó, attached to clan, sponsor and shaper of paramilitary
1997 Municipality of Salado
Caribe Block groups, and involved in the 1997 Salado
massacre.

Municipalities of Ovejas and The assassination of several mayoral


1997 Los Palmitos Armed command 35 and 37 candidates.
Note: own construction based on contributions found in Andrade et al. (2019).

1.3. About the Héroes Montes de María Block (AUC)


The Tangueros, a paramilitary group under the command of Fidel Castaño and
later transformed into the Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá
(ACCU), began their military operations in the department of Córdoba under the
principle of privatization of violence (Zelik 2015). They attacked the insurgency
and its social bases, labeling peasants, leaders, trade unionists, and left-wing
politicians as friends of the guerrillas. Faced with the advance of the FARC-EP,
these groups expanded their military operations and settled in the Montes de
María with the Rito Antonio Ochoa front commanded by Edward Cobo Téllez,
alias Diego Vecino. Over time, strategically, the front was called the Héroes
Montes de María Block, with military operations in Sucre and Bolívar (González
2014; Quiroga and Ospina-Posse 2014; Centro Nacional de Memoria Histórica
2013, 2016, 2018).
One of the paramilitary incursions most remembered for the brutality and
planning of the operation occurred in the heart of Montes de María. It happened at
Chengue, El Salado, and Macayepo (Prada-Sanmiguel 2016; Centro Nacional de
Memoria Histórica 2018). Table 3 summarizes the raids mentioned.
Table 3. Description of some of the massacres perpetrated by the paramilitaries in the Montes de María.
Date Region Paramilitary Structure Number of Victims
257

Gulf of Morrosquillo and Canal del


Dique fronts led by alias Cadena and Juancho
Montes de María, in the townships of Dique respectively.
Salado, Loma de las Vacas and Commanders from other fronts also 60 victims (52 men and
Between 16 and 21
Balguero (Carmen de Bolívar); participated: alias Gallo, el Tigre, and el 8 women), including 3 minors
February 2000
Canutal, Canutalito and Bajo Negro Mosquera (the last two were deserters under 18 years old
Grande (Ovejas) from the FARC), Cinco Siete,
Amaury, and Pantera

Héroes Montes de María block,


Township of Macayepo, department of
14 October 2000 specifically the Gulf of Morrosquillo front 16 peasants
Bolívar (Montes de María) led by alias Cadena

Héroes Montes de María block,


Chengue department of Bolívar
17 January 2001 specifically the Gulf of Morrosquillo front 27 peasants
(Montes de María) led by alias Cadena

Héroes Montes de María block,


Las Brisas department of Bolívar specifically the Canal del Dique front, led
11 March 2000 12 peasants
(Montes de María) by alias Juancho Dique
Source: Own construction from the data compiled in the works of Centro Nacional de Memoria Histórica (2009, 2013),
Verdad Abierta (2014), reports from the Washington Post (2001) and the investigation of Romero-Acosta et al. (2017).

In the case of violence against freedom and sexual integrity, we find ourselves
before one of the most aberrant punishable acts committed against the person’s
physical, moral, social, and psychological integrity, becoming a destructive act
individually and communally. Although there are cases of sexual violence against
men, the bodies of women especially have become trophies, objects to satisfy
sexual desires, spoils of war, and instruments to inflict fear on the population by
illegal armed groups and agents of the state (Unidad de Víctimas 2021). Along
the same lines, a pronouncement of (Corte Constitucional de Colombia, Sala
Segunda de Revisión 2008), women, youth, and girls who suffered sexual
violence during the conflict were victimized in the following ways: rape, forced
reproductive planning, forced prostitution, sexual abuse, sexual slavery by
commanders and chiefs, forced pregnancy and abortion, and contagion of
sexually transmitted infections.
The data is chilling. According to the unique registry of the Victims Unit of the
armed conflict with a cut-off date of 31 December 2021, 34,488 crimes against
sexual and reproductive freedom and integrity are registered in Colombia. On the
same date and according to the same entity, in the Montes de María alone, a
Colombian subregion made up of 15 municipalities that are part of the
departments of Bolívar and Sucre, 1857 women were victims of sexual violence.
The reality of other regions with a predominantly Afrodescendant population is
just as complex. In the department of Bolívar (continuous to the department of
Sucre), 2657 victims of sexual violence were registered, while in Chocó, the
figure stands at 2157, Antioquia 5044, and there are 1756 registered cases in Valle de Cauca
(Unidad de Víctimas 2021).
2. Results
This section presents discontinuous narratives with multiple voices. These are shared without
composing a single and sequential text, but instead allow the participation of different
protagonists who contribute to the narrative based on their voices without losing the autonomy
they have due to their knowledge of the fact or situation (Barbara and BonetMartí 2009). The
narratives corresponding to the experiences presented are a reflection of what Escamilla and
Novoa (2017) would call the complexity of social manifestations, which are assembled from their
meaning, fragmented and lonely, to perceive them as a complex whole that constitutes the history
of conflict in the Montes de María Coast.
The sequentiality of the narrative is presented as follows: arrival of the armed conflict in the
territory, repertoire of violence and social changes resulting from the conflict, prior to the armed
uprising, and consequences of the armed uprising.

2.1. The Arrival of the Armed Conflict in the Territory


In some areas of the influence zone of the black communities belonging to the study, and
especially those located in the mountainous area of the Montes de María, people assumed the
arrival of the armed conflict with conflicting and confusing visions given the presence in their
territory of strangers carrying uniform and long arms, carbines or shotguns (around 1986). Far
from understanding that these people belonged to the V front of the FARC-EP and came to make
their territory a strategic rearguard bastion, for the natives were only people from the interior and
Chinese.
(...) these FARC people sometimes went down from the village of La Palmira..., but
sometimes they also went down through the village of Buenos Aires. They went out
from the villages of Macayepo to Palmira and then went to Buenos Aires and from there
to the El Floral hill. Then, to the village of Mesa and Carmen de Bolívar. We did not
know who they were, just armed people, Chinese and cachacos, who patrolled and
patrolled from one place to another...but they did not mess with the peasant.
(3.12.2020.CZM1.SO)
(...) concerning the treatment from the guerrilla before the facts of violence...It was always
typical for us, even cordial. They asked for permission to go through the farm and asked
for animals and milk. Sometimes, they bought them, but they acted by force? No! That is
why we affirm that our relative was not kidnapped by the guerrillas but by the
paramilitaries. (3.12.2020.FHJ1.SO)
(...) among other things, people found the imprint of the boots, and then they already knew
that the guerrilla was in the area...Around ‘97 or ‘96, as the grandparents said, my dad
too...he had a cousin who was in those groups, and he says that he saw them all the time
because they never stopped patrolling the area but never mistreated the civilian population.
(5.12.2020.CZN1.SO)
Another case was lived by the natives who settled on the plains, away from the hills or coastal
territory. Excesses and repertoires of violence accompanied the paramilitary groups from the
Gulf of Morrosquillo front belonging to the Héroes Montes de María block from 1992 to 2006.
259

(...) regarding the first demonstrations or appearances of the armed paramilitary


structures in the village of Berrugas, I heard that there was an armed confrontation when
they arrived. They arrived in cars to Berrugas, people arrived...and we sensed that
something was happening. That happened in the year 99. The threatening meetings
began and started the social control and collective fear.
(12.2.2021.LC.BE)
The FARC-EP and ELN guerrillas and the paramilitary structures of the Gulf of Morrosquillo
front inflicted on the civilian population a whole repertoire of violence that resulted in
innumerable crimes called victimizing acts according to Colombian Law 1448, also called the
Victims and Land Restitution Law. The armed actions of these groups were oriented towards
harassment, kidnapping, cattle theft, and other no-less-essential crimes against landowners and
politicians, especially from the province of San Onofre.
(...) I was on a farm called “El delirio” when a guerrilla group arrived. It was one of my
first scares...I took care of that farm as a day laborer. The first thing that the leader said was
that they were hungry and ordered to kill a turkey. I was alone on the farm with the
administrator’s wife, and she arrived frightened with two tears in her eyes, but I was more
frightened than she was! She told me to kill the turkey, and we made the food for them.
(4.12.2020.EXG1.SO)
(...) in reality, the guerrillas only attacked the landowners and ranchers in the area
...Sometimes we found them on the farms and, when not, on the ranch.
(5.12.2020CZN1.SO)
The actions of the paramilitary groups were directed to the people perceived as helping the
guerrilla groups and have been widely registered.
(...) people could not work freely; we could not keep animals on the street because they
were stolen...He entered any house without asking permission, and if he saw any little
animal, a hen, or a chicken in the house, he said, “I’ll take it” and took it away. Another
way of exercising violence was at the village fairs, arbitrarily charging tariffs per person
and family. We had to find the money, or they would kill us. (11.2.2021.Ci.Li)
(...) one of the paramilitaries threatened the women from Rincón del Mar. Once, he
severely mistreated a woman, cutting her head with a machete...she was sexually abused
by a group of paramilitaries on several occasions. (10.2.2021.LC.RM)
(...) that day they moved...There were about 32 houses in the town, which were 32
families. There was no one left in the village...everyone was displaced! One part of the
population arrived in San Onofre, the other in Sincelejo and Cartagena. All the people left
immediately. (3.12.2020.CZM1.SO)
2.2. Before the Armed Uprising
In the case that concerns us, some situations contribute to the proof of the hypotheses raised. The
case of the uprising occurred in the village of Libertad, a unique case in Colombia as far as we
know, although as described above, Kaplan (2020) condenses in his study on civil autonomy how
vulnerable communities resist war. These other experiences occurred in Iraq, Mozambique,
Sierra Leone, Congo, and others. Confluences of excesses and fatigue added to acts of bravery,
among other things, motivated the uprising in the community of Libertad, a fact that did not
happen in other nearby towns.
260

(...) when he arrives in the village of Libertad, he begins to implement a repertoire of


violence, begins to impose his norms. Given the number of his armed men, he arbitrarily
imposes his social norms. (11.2.2021.Ci.Li)
(...) regarding the sexual abuse of women from Libertad, the first time we learned that
he sexually abused women was from a beauty contest that he invented to choose the
most beautiful girls from the villages of San Onofre. He took them to a personal camp
he had, and there he raped them one by one...many denounced them, but not all of them.
(5.12.2020.CZN1.SO)
(...) what finally happened to him was that the community ended up lynching and
murdering him ...it was going to happen to him initially. We, natives, get tired of the
atrocities of these paramilitary groups. (5.12.2020.CZN1.SO)
(...) Since the week before the uprising, the Libertad community wanted to rebel. We
were tired of all the abuses...so the community said that the paramilitaries were tired and
defeated by the confrontations and actions of the marines. (10.2.2021.LC.RM)
(...) There was the end of oppression...it was the end of being a submissive town. We
organized ourselves, we told other nearby towns that they would support us in what we
wanted to do, but they were scared! We free ourselves! We liberate ourselves.
(5.12.2020.CZN1.SO)
2.3. Consequences of the Armed Uprising
The uprising had direct consequences on the black collective. There were 5 days of anguish for
the residents due to the decision made. However, the community cohesion and the courage of a
leader who motivated the uprising allowed him to recover from fear and organize the strategy to
follow. The residents took a census to determine the weapons knowledge of some of them and
thus a large group gathered at the entrances and exits of the town to stand guard. The role of
women was to protect the integrity of families by mounting guards armed with machetes, hoes,
and rustic tools at the entrances of homes. Others were in charge of food, and a group made
contact with a marine infantry battalion stationed in the province continuing to Sucre, who
provided security. Some natives who participated in the rebellion wanted to impose a new social
order led by themselves but were quickly rejected by the village.
(...) after that, there was a space of great fear. The paramilitaries threatened to take over the
town. However, we were determined to repel the attack and posted guards at the entrance to
the village. (11.2.2021.LC.Li)
(...) On the sixth day after killing a paramilitary, a marine commander arrived. He
arrived at Libertad with 100 men in three trucks. They found a small group of
paramilitaries, between 10 and 15 people, and a confrontation occurred.
(5.12.2020.CZN1.SO)
(...) There was an exchange of fire between the marines and the paramilitaries...God!
They were going to massacre us. However, precisely, and thank God, they encountered
the marines at that moment, and there was a confrontation. The people said they were
going to destroy the town, but the marine infantry killed 12 paramilitaries in the
confrontation. (5.12.2020.CZN4.SO)
2.4. Situational Elements That Made the Difference
261

There were many atypical situations in the experience of Libertad village. The description of
these will be used to contrast the hypotheses of the study, and they will be interpreted from
theoretical approaches to determine the reasons or situations on which a community, in this case,
Afro-descendant, could respond in arms against an oppressive armed group.

Hypothesis 1. The frequency of victimizing acts consisting of sexual violence against women in
the community of Libertad provoked the armed uprising in this community.

According to the local office of the Unidad de Atención a Víctimas del Conflicto Armado, from
the Municipality of San Onofre, there are 136 registered cases of sexual violence against Afro-
descendant women in the village of Libertad. This data was contrasted in the focus groups with
the representatives of the 13 communitarian councils, and they agree that the numbers could be
tripled since many victims decided not to report for fear of retaliation from the armed groups or
for fear of social rejection.
Table 4 shows the cases of crimes against freedom and sexual integrity registered in the most
populated villages of this municipality.
Table 4. Registered cases of crimes against freedom and sexual integrity in the villages of the municipality of San Onofre.
Registered Cases of Crimes against Freedom and
Village Sexual Integrity
Libertad 136
Rincón del Mar 18
Berrugas 12
Pajonal 7
Palo Alto 5
Plan Parejo 3
Source: Office of Assistance to Victims of the Armed Conflict of the Municipality of San Onofre.

Neither the individual interviews nor the focus groups were direct and conclusive in determining
whether the frequency of crimes against freedom and sexual integrity was decisive in the
collective decision to take up arms. However, the frequency of this crime in this population
compared to other neighboring towns is undeniable. On the other hand, the sexual violation
against minors that occurred in social events and was only recorded in Libertad was an act that
the community despised and that cannot go unnoticed.

Hypothesis 2. The presence of social agents, here called provocateurs of the community
response, motivated social cohesion and the armed uprising in the community of Libertad.

This action was preceded by a triggering social event independent of the accumulation of
frustrations, excesses of the armed groups, and collective fear that ended in a collective
explosion. It was decisive in the uprising as an event that did not occur in other towns. A
determined social agent who provoked the uprising and its support in the following days
guaranteed the success of the community response.
Trigger action
(...) people reacted aggressively because a paramilitary assaulted a young man. I’m sure the
community does not react that way, but he was wrong, which was the moment to unleash
the community’s fury. (5.12.2020.CZN1.SO)
The collective euphoria
262

(...) They were going to catch him. He escaped, and the people chased him for several
hours until they captured him at around 5 in the morning. They attacked him with sticks
and stones on the bridge located at the entrance to the town. While he was still alive,
they threw a big stone at him that crushed his head...there he dies.
(5.12.2020.CZN6.SO) The agent provocateur of the community response
(...) after that event, people were terrified...I remember a woman that arrived, a great
leader, someone with the power to organize people. She said that after we tried, we
couldn’t back down. That is not possible. She began to write a letter where we asked for
support from the government and directly from the armed forces. The letter said that if
something happened to the community, the responsibility lay with the State. She also
organized us and gave us courage. We believe that the village would not have taken the
step of rebellion without her. Without her guiding us, we would not have freed
ourselves. (11.2.2021.Ci.Li)
In the village of Rincón del Mar, an action was presented that fits as a triggering action, but that
did not end in rebellion.
(...) one of the paramilitaries threatened the women of Rincón del Mar. Once, he
physically abused a young woman, giving her some cuts on the head. The woman, in a
struggle, takes the gun from him and tries to shoot him, but not knowing how to use it,
he takes it from her. Then he shaves her head with an old machete. All this happened in
front of the community. It was a public act. We all saw it. He abuses her repeatedly for
several days and together with several paramilitaries. I believe that if the woman
murdered him, the people would have rebelled. I think that was the trigger that Rincón
del Mar needed to rebel. (10.2.2021.LC.RM)
There was no collective euphoria response, and no agent provocateur was present in this case.
(...) in this village, there was no rebellion! There was never a rebellion against the
paramilitaries...! It was not like in the case of Libertad that rebelled. In Libertad, they
decided to rebel, but not here, not here in Rincón del Mar. (10.2.2021.LC.RM1)
(...) About why Libertad revealed, and Rincón del Mar did not, here we lived different
situations. The pressure from illegal groups was so hard, and some people were forced
to join the armed structures. (15.2.2021.LC.RM5)
(...) Suddenly some people wanted to know how it feels to have the power of the armed
structure. Suddenly that made people not rebel themselves as much. There were people
from here who influenced the rebellion not to take place. Before the arrival of the
paramilitaries, there were people who had illicit businesses, and it was convenient for
them to work with the paramilitaries. They worked to avoid
the rebellion taking place. (15.2.2021.LC.RM4)
The analysis of the narratives makes it possible to specify the existence of the triad
Trigger Action, Collective Euphoria, Provocative Agent of the community response, only in the
case of Libertad.
If we review the cases of violence exerted by the armed groups in other nearby villages and the
absence of rebellion, we will notice the presence of some elements but not the confluence of the
three. It is essential to distinguish between the social leader with community recognition,
determined to work collectively aimed at defending the rights of their communities, and with
expertise in applying the laws that protect the constitutional rights of the communities. This
263

leader is present in all the villages, and his work is linked to community councils or organizations
with a lower organizational level. That leader was never influential in provoking a rebellious
response in his community; fear stopped him like the rest of the population. He did not propose a
plan of rebellion to follow; he never trusted that a plan of collective action would succeed.
Otherwise, the agent provocateur of the community response that we mention here has different
behavioral characteristics. We refer to an agent outside the community but with social work
within it, which gives her a community status of acceptance and credibility. Someone with a
certain level of academic training with another vision and understanding of the armed conflict,
capable of identifying social dynamics, patterns, nonconformity feelings, as well as the right
moment to rise with the community.
Table 5 shows the presence and consequences of the social agent that provokes the social
response. There it is observed that the absence of him in other villages did not provoke the
community response.

Table 5. Analysis of the presence of agents provocateurs of the social responsibility in the different villages of the municipality of
San Onofre.
Presence of
Presence of Cases
Presence of Social People Who
Village Typified as a Civil Rebellion
Leaders Provoke a Social
Triggering Action
Response
Libertad Yes Yes Yes Yes
Rincón del Mar Yes Yes No No
Berrugas Yes Yes No No
Plan Parejo Yes Yes No No
Pajonal Yes Yes No No
Palo Alto Yes Yes No No
Source: own authorship made from the analysis of the collected narratives and the data provided by the office of assistance to victims of the
municipality of San Onofre.
3. Materials and Methods
3.1. Design
The narrative approach was used, a perspective that in qualitative research arises from the need
to understand the stories toldand that ultimately reveal the human behavior assumed at a
historical point in the life of the informants; in this case, the natives of the villages of Rincón del
Mar, Libertad, the urban center of the municipality of San Onofre and other nearby towns
affected by armed violence. This perspective collects subjectivities and builds meanings (García-
Huidobro 2016; Packer 2013). In research, the narrative is understood as the way to co-construct,
and question lived reality, as well as an epistemological and ontological input, focused on
experience, curiosity about the lived event, and the factors that intervene in the experience of the
person (Ugarriza and Pabón 2017; Sparkes and Devís 2018).
3.2. Shows
The sample was selected considering its relevance in terms of convenience rather than the
numerical representativeness of the universe. In this regard, 16 informants who were direct
victims of the armed conflict in different affectations were selected; this was a homogeneous
sample combined with a typical case. Those selected have similar features representing the
study’s focus (Mertens 2010). Two additional focus groups were formed, the first composed of
all the representatives of the community councils of the northern territory of the department of
Sucre (13 in total) and the second with the community representatives with a lower level of
organization (10 informants). Interviews were also conducted with two ex-guerrilla commanders,
264

four ex-policemen, and four exparamilitaries, whose stories were used to structure the work. In
total, the sample consisted of 49 individuals with whom the entire narrative approach was
worked on for 6 months.
3.3. Inclusion Criteria
The participants are inhabitants of the districts of the municipality of San Onofre and the
towns of Libertad, Rincón del Mar, Plan Parejo, Berrugas, San Antonio, and Palo Alto. All
adults, as well as leaders responsible for the organizational process of other community councils
and foundations with a lower administrative level.
The participants were selected according to the profiles considered essential in reconstructing the
historical memory of the armed conflict. The informants are victims of the internal armed
conflict or its associated violent acts, with similar sociocultural and economic characteristics:
small businessmen, politicians, social leaders, former members of the public force, former
members of the guerrilla groups, teachers, and peasants.
3.4. Technique
The study uses the phenomenological or in-depth interview as a technique, which allowed
discovering, interpreting, and giving meaning to the blacks’ customs, ideologies, and worldviews
of Montes de María. All the interviews were recorded, transcribed in Word version 2016, and
analyzed with Atlas.ti version 8.0.
3.5. Process
(a) It began with collecting data on the experiences of various
participants. In a first exploratory phase, representative and
recognized social leaders were contacted in several meetings to
socialize the object and scope of the study. This exercise allowed
the identification of the first informants (Afro-descendant peasants
with experiences of interaction with the insurgency,
predominantly from the FARC-EP, ELN, and the AUC). The
reconstruction of their historical memory of the conflict was
worked from affectations, interactions, moments, places, and
situations.
(b) Regarding the analysis of behaviors and personal narratives to
have a general overview of the experiences, this step is related to
and was used as a complement to the exploratory phase to
corroborate the previous knowledge that was acquired about the
participants, their experiences and lives, in short, about their
social realities and ways of constructing and interpreting them.
Thus, in the first step, an inventory of the collection and existing
documents was made; next, the documents were classified
according to the demographic characteristics and content of the
narratives; then a detailed review of the narratives made it
possible to exclude information considering their relevance and
contribution to the study (Sandoval-Casalimas 1996).
(c) Identification of the units of meaning and generating categories,
themes, and patterns, detecting citations or key units: At first, a
265

qualitative data analysis matrix was built from a priori and


conceptual categories based on the theory that supported the study.
Subsequently, after an in-depth reading of the interviews or
narratives compiled and their comparative analysis, new emerging
categories emerged. Some categories already established are
renamed, which allows extracting elements of analysis that
reconstruct and represent the totality of the reality studied
(Sandoval-Casalimas 1996).
(d) The elaboration of a generic description of the experiences and
their structure (conditions in which they occurred, the situations
that surround them, and the context): Here, relationships are
generated between the categories with which it is possible to carry
out a systemic sweep of the data that ultimately manages to create
the expected significance in the investigative exercise, although
segmented according to the findings and partial interpretations
(Sandoval-Casalimas 1996). This point is addressed regarding the
definition of categories and subcategories and their relation.
(e) Finally, the development of a narrative that combines descriptions
and structure to convey the essence of the experience in terms of
the phenomenon studied: The narrative designs are intended to
understand the succession of events or situations told by those who
lived or experienced it at different moments of the event. The
research finally assembles the narrative data segments into a
general story that includes chronologies, experiences, social
constructs, perceptions, longings, and relevant facts.
Table 6 shows the structure of the script that was used in the narrative
exercise with the affected populations:

Table 6. Shows the structure of the script that structured the narrative work.
Repertoire of Violence and
Social Changes Causes of the Armed
Arrival of the Armed Consequences of the Situational Elements that
Resulting from the Uprising of Defenseless
Conflict in the Territory Armed Uprising Made the Difference
Conflict Civilians

Presence in the Differences between the Generalized fear of the


community of armed guerrillas and the Frequency and types of consequences of the Community decision to
strangers. paramilitaries. victimizing acts. uprising. rebel and overcome fear.

Places of concentration and Leaders or social agents


suspicious movements. Excesses of paramilitary Strengthening of social that motivated the
The first victimizing acts.
groups. cohesion. uprising.

Little presence of armed


First contacts with the Perpetuity of the Threats to family cohesion Attempted armed troops belonging to illegal
civilian population. victimizing acts. and security. reprisals by armed groups. armed groups.

Frequency of sexual
State protection. violations.
266

4. Conclusions
The narratives compiled here demonstrate the sequentiality of the
armed conflict in the territory of an Afro-descendant population. It
was the Colombian insurgency around 1985, and especially the
faction of the Camilista Union of the ELN and the FARC-EP
(although a front of the Popular Liberation Army, EPL, was also
present), who in the first instance made an active presence in the
Litoral Montes de Maria. The Afro-descendant peasants did not know
how to distinguish the armed actor except by his clothing, weapons,
and accent.
Contrary to the generalized imaginary, the narratives separate
peaceful coexistence, strategic control, territorial control, and
indoctrination. The landowners and local politicians, already in search
of flat land, suffered social depredation and the excesses of the
insurgency—kidnappings, extortion, homicides, cattle theft, and land
dispossession— becoming, according to the collective imagination of
the peasants in the area, promoters of the emergence of paramilitary
structures.
Libertad, a village of Afro-descendants, decided to take up arms
against armed actors after years of oppression and violence. In this
regard, two hypotheses were tested in this research: (Hypothesis 1)
The frequency of victimizing acts consisting of sexual violence
against the women of the Libertad village provoked the community to
take up arms; (Hypothesis 2) The presence of social agents, here
called provocateurs of the community response, motivated the
community’s social cohesion and armed uprising.
Although the number of sexual crimes in Libertad are alarming and
cannot go unnoticed, even when compared to nearby villages, findings
are not determinant to affirm that the frequency of crimes against
freedom and sexual integrity were decisive to rebel. Otherwise, the
results demonstrated that the presence of an agent provocateur was
key for the community response. This agent has specific
characteristics, i.e., she had academic training and was an accepted
and reliable outsider due to her work within the community. This was
pivotal for bringing other visions and an understanding of the armed
conflict to the village.
The most consistent contribution of the study falls on the confluence
of situations of the triad Trigger Action, Collective Euphoria,
Provocative Agent of the community response as determinants or
predictors of the rebellion against armed groups by a community of
defenseless civilians.
The case of Libertad is, as far as we know, a unique case in Colombia
of an Afrodescendant population’s uprise against armed actors. Since
what happened in Libertad was not a general constant throughout
Colombia’s armed conflict, further comparative studies with similar
267

situations shall be conducted for a greater understanding of this


particular phenomenon.
Author Contributions: Conceptualization, J.G.B.-M., J.A.-A. and M.B.M.-G.; methodology,
J.G.B.-M., J.A.-A. and M.B.M.-G.; formal analysis, J.G.B.-M.; resources, J.G.B.-M., J.A.-A.
and M.B.M.-G.; data curation, J.G.B.-M. and M.B.M.-G.; writing—original draft preparation,
J.G.B.-M. and M.B.M.-G.;
writing—review and editing, J.G.B.-M., M.B.M.-G., J.A.-A. and L.V.L.-M.; supervision,
J.A.-A. and M.B.M.-G. All authors have read and agreed to the published version of the
manuscript.

Funding: This research was funded by the Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación de
Colombia and the Universidad del Norte. The APC was financed by the Universidad del
Norte and the Universidad de la Costa, both from Colombia.

Institutional Review Board Statement: The study was conducted according to the
Declaration of
Helsinki guidelines. Ethical review and approval were waived for this study due to the risk
for the participants was minimal and their identities were preserved under anonymity
following the data protection regulations in Colombia.

Informed Consent Statement: Informed consent was obtained from all participants involved
in the study.

Data Availability Statement: Not available.

Conflicts of Interest: The authors declare no conflict of interest.


268

Publicación de capítulo de libro EL negro en Colombia: Una traza de violencia que inició
en la colonia y continúa en la época contemporana (correspondiente al primer capítulo de la
tesis).
269

Ponencia – Socialización de Resultados de Proyectos de investigación e intervención


Universidad de la Costa – Julio de 2022

Ponencia – Congreso Latinoamericano de Ciencias


Junio de 2023
270

Evidencia fotográfica de algunos de las entidades gubernamentales visitadas en el marco de la


investigación – Año 2020

Vista al CINEP-PP, Bogotá

Visita al Centro Nacional de Memoria Histórica, Bogotá.

Visita al Claustro de San Agustín de la Universidad Nacional de


Colombia. Exposición Memorias del conflicto armado colombiano en el
lente y la voz de Jesús Abad Colorado, Bogotá.

Visita a la Oficina Delegada de Asuntos Étnicos, Procuraduría General de


la Nación, Bogotá.
271

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