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Trabajo de Parto Gineco

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Universidad del Norte

Facultad de Ciencias Biomédicas


Carrera de Enfermería
Tema: Trabajo de Parto

Docente: Lic. Sinthia Villalba


Integrantes:
⮚ Felicia Espinoza
⮚ Blas Giménez
⮚ Nancy Candia
⮚ Alexandra Román
⮚ Brenda Leguizamón
⮚ Kevin Ayala
⮚ Raquel Cespedes
⮚ Milagros Benegas
⮚ Derlis Coronel
⮚ Nayeli Aguilera

Asunción-2024
Introducción

El parto es un evento fundamental en la vida de una mujer y un momento de gran


significancia en el ciclo de vida humano. Se define como el proceso mediante el cual un
feto es expulsado del útero materno, marcando el inicio de la vida extrauterina. Este
proceso involucra una serie de etapas que incluyen cambios fisiológicos, emocionales y
sociales. Desde la dilatación del cuello uterino hasta el nacimiento del bebé y la
expulsión de la placenta, cada fase del parto es esencial para garantizar la salud de la
madre y el recién nacido. Además, las experiencias de parto están influenciadas por
diversos factores, como la preparación prenatal, el entorno, las intervenciones médicas y
las creencias culturales. Este trabajo tiene como objetivo explorar las características del
parto, sus etapas, y las implicaciones para la salud materna y neonatal, así como las
diferentes perspectivas que rodean esta experiencia.
Contracción uterina:

Una contracción uterina durante el embarazo es el endurecimiento y relajación del


músculo del útero. Estas contracciones pueden ser irregulares e indoloras (Braxton Hicks)
o más fuertes y regulares, como en el caso del trabajo de parto, ayudando a dilatar el
cuello uterino para permitir el nacimiento del bebé.

Las contracciones falsas (Braxton Hicks) y las contracciones reales de


parto tienen diferencias clave:

1Frecuencia:

⁠•Falsas: Son irregulares, pueden aparecer y desaparecer sin un patrón claro.

•Reales: Se vuelven más regulares, aumentando en frecuencia y duración.

2.Intensidad:

•Falsas: Suelen ser más suaves, no aumentan en intensidad con el tiempo.

•Reales: Comienzan siendo leves, pero se vuelven más fuertes y dolorosas.

3.Duración:

•Falsas: Su duración varía y puede ser corta.

•Reales: Duran más tiempo y se alargan progresivamente.

4.Alivio con movimiento:

•Falsas: Generalmente se alivian al cambiar de posición o al descansar.

•Reales: No se alivian con cambios de posición ni descanso.

5.Ubicación del dolor:

•Falsas: Normalmente se sienten en la parte frontal del abdomen

•Reales: El dolor suele iniciar en la espalda baja y se irradia hacia el abdomen.

Canal de parto:

El canal de parto es el trayecto por el que el bebé pasa durante el nacimiento. Está formado
por el cuello del útero, la vagina y los músculos pélvicos. Durante el trabajo de parto, el
cuello del útero se dilata para permitir el paso del bebé a través de este canal y hacia el
exterior del cuerpo.

Paso a paso del proceso:

1.Dilatación del cuello uterino: El cuello del útero se dilata y se abre hasta alcanzar unos
10 cm para permitir el paso del bebé.

2.Descenso: El bebé se posiciona en la pelvis y comienza a descender a través del canal


de parto, impulsado por las contracciones uterinas.

3.Expulsión: La cabeza del bebé emerge primero, seguida por el resto del cuerpo,
ayudado por las contracciones y los empujes de la madre.

4.Salida de la placenta: Tras el nacimiento del bebé, la placenta se desprende del útero
y es expulsada por el canal de parto.

Trabajo de parto

El trabajo de parto es un proceso que no se inicia en una fecha predeterminada, sino que
aparece habitualmente después de una serie de signos premonitorios que tampo co tienen
una secuencia idéntica en todas las mujeres. Por esto, se hace muy difícil precisar su inicio
con exactitud.

En las semanas que preceden al parto, las gestantes empiezan a notar las contracciones de
Braxton Hicks de forma habitual. Dichas contracciones aparecen en el momen- to
adecuado para ejercer su función: madurar y reblandecer el cuello. Se inicia de esta
manera lo que se denomina pródromos del parto, que se manifiestan por:

• Aumento de la contractilidad uterina.

• Expulsión del tapón mucoso.

•Descenso del fondo uterino.

• Polaquiuria.

• Leucorrea.

El inicio del trabajo de parto se produce por la combinación de varios factores.


Atención de Enfermería

Además del seguimiento del progreso del trabajo de parto y de la valoración materna y
fetal, la matrona ha de prestar los siguientes cuidados:

• Realizar la preparación perineal y administrar el enema

si procede.

• Recoger muestras para el laboratorio de acuerdo con las necesidades individuales y/o el
protocolo asistencial.

• Valorar las necesidades individuales, higiene, ingesta, hi-dratación, sueño, eliminación.

• Ofrecer información, procurar un entorno confortable.

• Dar seguridad, apoyo emocional y físico.

• Durante las contracciones, dirigir la respiración, dar masajes en la espalda y ofrecer


apoyo emocional.

• Mantener en condiciones óptimas el entorno, el camisón y la cama de la parturienta


durante todo el procedimiento

• Controlar la hidratación y la diuresis.

Factores mecánicos

Tienen su origen en el feto, que, al estar a término, pre- siona sobre el cuello del útero, la
vagina e, indirectamente, estimula la fibra muscular uterina.

Factores hormonales

Se deben a un aumento en la producción de ACTH (hormona pituitaria


adrenocorticotrópica) en la hipófisis materna. Esto determina a su vez un aumento de la
producción de cortisol en las glándulas suprarrenales del feto, cuya consecuencia es una
modificación de los niveles de producción hormonal de la placenta, con el consiguiente
incremento de estrógenos y descenso de la progesterona.

En la decidua se incrementa la producción de prostaglandinas debido al aumento de


estrógenos. Así, se provoca el inicio de las contracciones.
La modificación que supone el aumento de estrógenos hace variar la relación de equilibrio
existente entre estrógenos y progesterona, y eleva la producción de oxitocina, el
verdadero desencadenante de las contracciones uterinas.

El amnios también posee receptores de oxitocina y participa en el aumento de las


prostaglandinas: el líquido amniótico maduro contiene mucha prostaglandina E2,
proveniente del riñón fetal; el factor activador de las plaquetas originado en el pulmón
también pasa al líquido amniótico y estimula la producción de prostaglandinas.

Se sabe que la contracción uterina actúa de forma traumática sobre la decidua y el amnios.
Éstos responden a esta acción traumática con un incremento de la liberación de
prostaglandinas, que aumentan a su vez la contractilidad uterina hasta desencadenar el
parto.

Periodos del Parto

El proceso del parto se realiza en tres periodos; de dilatación, expulsivo y de


alumbramiento.

Periodo de dilatación

El periodo de dilación se inicia cuando las contracciones son regulares y finaliza cuando
la dilatación del cuello llega a ser completa (10 cm).

Es el periodo más largo y pasa por dos fases. En la primera, o fase latente, se produce el
reblandecimiento y el borramiento del cuello, llegando hasta los 2 cm de dilación. En la
segunda fase, o fase activa, una vez superados los 3 cm de dilatación, se incrementa la
velocidad de esta, hasta llegar a la dilatación completa de 10 cm, cuando el cuello uterino
ya no puede tactarse por hallarse detrás de la presentación, La dilatación se completa
gracias al descenso fetal y a la ayuda de los pujos de la parturienta.

La duración de una y de otra fase depende en todos los casos de la paridad de la gestante.
La fase latente suele durar aproximadamente 9 horas en las nulíparas y unas 5 horas en
las multíparas. La fase activa dura un promedio de 5 h en las primíparas y unas 3 horas
en las multíparas.

Durante la fase latente de la dilatación o primera fase, lo más importante para la mujer es
conseguir una buena relajación para así disminuir las molestas del parto, conservar las
energías y permitir que las contracciones sean más eficaces, ya que el útero no está
constreñido por la tensión de los músculos abdominales. Para conseguir una buena
relajación será necesario que la mujer elija la posición que considere más cómoda:

- Deambular por la habitación

- A gatas meciendo el cuerpo hacia delante y hacia atrás, sin arquear la espalda
mientras dura la contracción

Periodo expulsivo

El periodo expulsivo se inicia con la dilatación completa del cuello uterino y finaliza con
la expulsión del feto. Es un periodo relativamente corto en comparación con el anterior,
pero es la culminación del embarazo y se le concede mucha importancia. Se caracteriza
porque las contracciones, tras una leve pausa, se hacen cada vez más energéticas y
frecuentes, llegando a las 300 UM. Aparecen los pujos que favorecen la progresión fetal
en el canal del parto; empieza a aparecer en la vulva presentación fetal con un
considerable adelgazamiento del periné y abombamiento del mismo. El ano se hace
protuberante y se aprecia una congestión en toda la zona vulvas. Suele durar entre 30 y
60 minutos, en función de la paridad.

Es completamente normal que una multípara solo dure 10 min. Se considera normal hasta
2 horas en las primíparas y hasta 1 hora en las multíparas.

Es frecuente observar en este periodo la formación del caput succedaneaum, que es el


abultamiento de la cabeza del feto en el contacto con el orificio cervical.

Periodo de alumbramiento

Este periodo se inicia después de la expulsión del feto y se finaliza con la expulsión de la
placenta y las membranas ovulares. Tiene una duración de entre 15 a 30 minutos si es
espontaneo y de unos 5 minutos si está dirigido mediante medicación.

La expulsión de la placenta se produce como consecuencia de la presión ejercida por las


paredes del útero, dado que este con la salida del feto, ha modificado en gran manera su
tamaño. Los signos de alumbramiento son:

- Aparición de sangre oscura en la vagina

- Descenso del cordón umbilical

- Visualización de la placenta en la vagina


Tras la expulsión de la placenta y sus membranas, la altura uterina desciende dos dedos
por debajo del ombligo. Se palpa fácilmente con una consistencia firme que se conoce
como el nombre de globo de seguridad. En la contracción uterina se favorece la
hemostasia con la formación de las ligaduras vivientes de Pinard.

Atención Durante El Período De Alumbramiento

En alumbramiento es el Período en que pueden aparecer más complicaciones

para la madre. Por este motivo, es muy importante la correcta asistencia y

vigilancia para prevenir la hemorragia, la infección y la retención placentaria

El alumbramiento puede ser:

Espontaneo o fisiológico: se produce entre los 15 y 30 minutos después de la

salida del feto.

Dirigido: administrando bolos de oxitocina en el momento que se desprende el

hombro anterior o acelerando el goteo de oxitocina si ya lo tiene instaurado.

Manual: si una vez pasados los 30 minutos del nacimiento aparecen signos de

desprendimiento, se considera que la placenta está retenida y la indicación es la

extracción manual de la placenta.

Una vez expulsada la placenta, se hace una revisión de la misma y sus

membranas para comprobar su integridad o presencia de anomalías.

Para la asistencia al parto en el Período expulsivo y en el alumbramiento hay que

seguir las normas de higiene y asepsia establecidos por cada centro asistencial.

Apoyo Psicológico

El parto es un momento con una fuerte dicotomia: separación y reencuentro. Hay

que estar preparados para ello.

Entre las mujeres de hoy en día, y aún que las circunstancias son cambiantes con

relación a las de sus predecesoras (sus madres y abuelas ), existe una disparidad
en cuanto al relato de las vivencias de una y otras acerca de sus partos, la mayoría

de ellas, un tanto negativas.

La experiencia de cada individuo están marcadas por múltiples factores que

predeterminaran en cada caso la realidad vivida.

La mujer necesita ayuda profesional en el procedo del parto para afrontar de

forma positiva su vivencia personal.

Relación De Ayuda

Durante el proceso del parto es de suma importancia que el profesional que lo

asiste sepa escuchar, empatizar y comprender y así establecer una relación

terapéutica positiva con la mujer.

La relación positiva es un elemento clave en el proceso del parto. En pocas horas

se producen muchos cambios y resulta necesaria una gran capacidad de

adaptación.

La información es fundamental y ha de ser concreta, precisa y clara, con el

objetivo de desangustiar a la mujer y facilitar que preste su colaboración.

Las palabras de aliento, afirmación y reconocimiento, transmitidas o enfocadas

como caricias positivas, le ayudarán a disminuir su cansancio y la sensación de

dolor. No hay que olvidar que el dolor, la falta de información y el miedo a lo

desconocido forman un círculo cerrado del que resulta difícil salir .

Durante el parto, la mujer puede experimentar sensaciones de autocontrol y

realización o bien de todo lo contrario, en función de su preparación tanto física

como psíquica. El apoyo durante el parto es vital.

Algunos estudios señalan que las necesidades varían de unas mujeres a otras

según su preparación y la colaboración por parte de su pareja. Hace falta


planificar los cuidados, en función de las necesidades en cada caso , pero es

común la necesidad de apoyo, que se puede prestar mediante el contacto físico,

con las manos, y la comunicación verbal y no verbal. Los resultados son positivos

en la mayoría de los casos y se aprecian a corto plazo.

La mujer que en el proceso de parto recibe una relación de ayuda y tiene con

quien compartir sus dudas, miedos y emociones, se siente más segura de sí

misma y transmite de forma indirecta la seguridad al feto.

Vinculación Afectiva

Una vez que ha finalizado el Período expulsivo y ha salido completamente el

cuerpo del niño, el primer encuentro ha de ser con su madre , para que lo

reconozca, lo abrace, lo toque y lo llene de besos. Es en ese momento cuando se

inicia el vínculo, el reconocimiento mutuo y el inicio de una relación que perdurará

en el tiempo y en la que tiene una gran importancia el como se establece desde el

momento inicial.

El aspecto más importante en el parto, desde el punto de vista psicosocial, es la

relación madre-hijo y la unión entre los padres y el recién nacido. A este proceso

se le conoce como “el establecimiento del vinculo”. Los mecanismo de unión son

el tacto, la visión, el reconocimiento de la voz y el olfato. Es necesario que los

padres y el hijo pasen largo tiempo juntos, después del nacimiento, adoptando

posiciones que favorezcan el contacto visual, utilizando un tono de voz suave,

acariciando y cogiendo al recién nacido en brazos.

El establecimiento del vinculo es crucial para la supervivencia y desarrollo del

niño. La relación madre-hijo según M.H klaus posee dos características singulares

primero, primero antes de nacer, el niño se gesta dentro del cuerpo de la madre; y
segundo, después de nacer, le asegura la supervivencia en un periodo en que el

niño depende por completo de ella. Este vínculo original entre madre e hijo es la

fuente de donde manan después todos los vínculos que habrá que entablar el niño

en futuras relaciones con otras personas.

Alternativas En La Asistencia Al Parto Normal

En la segunda mitad del siglo XX, los partos pasaron de ser atendidos en el

domicilio, en condiciones precarias y con un alto riego de mortalidad, a una

asistencia puramente hospitalaria. Con este nuevo concepto de asistencia al

parto se ha conseguido disminuir radicalmente la incidencia de mortalidad y

morbilidad perinatal y materna, pero, como contrapartida, el marco del hospital

no ha permitido que el parto se viva como un proceso natural, íntimo y familiar y lo

ha convertido en un proceso quirúrgico. La seguridad se ha antepuesto a todo.

Cabe preguntarse si es posible que los dos aspectos no sean incompatibles, de

manera que se pueda garantizar la seguridad y al mismo tiempo mantener los

valores que identifican el nacimiento como un proceso natural, humano, íntimo y

familiar.

Las preferencias de una gran proporción de mujeres de la sociedad actual han

tendió hacia la seguridad que ofrecen los centros hospitalarios hoy en día. Los

profesionales, obstetras y matronas, pueden ayudar con su práctica a encontrar el

camino hacia los orígenes.

Descenso y rotación intrapélvica.

Una vez superado el estrecho superior, la cabeza fetal desciende por la excavación
pelviana y al mismo tiempo gira como un tornillo para dirigir su occipucio hacia la sínfisis
púbica y adapta el diámetro suboccipitobregmático al diámetro anteroposterior del
estrecho inferior de la pelvis. Éste, gracias a que el cóccix se desplaza hacia atrás, se
transforma en su mayor diámetro. La progresión en el des censo se mide en cuatro planos,
los denominados planos de Hodge, por los que atraviesa el feto el canal del par to. Los
planos expresan la relación de la parte presenta da con los planos de la pelvis que
imaginariamente se extienden en diversos niveles del canal del parto. El primer plano
paralelo es el mismo del estrecho superior; el segundo plano es paralelo al anterior,
pasando por el borde inferior de la sínfisis del pubis; el tercer plano paralelo pasa por las
espinas ciáticas; el cuarto plano pasa por el cóccix y se confunde con el suelo de la pelvis,
tal y como muestra la Imagen 2.

Para poder pasar las espinas ciáticas, la cabeza tiene que rotar 45 grados a la derecha o a
la izquierda, según el dorso que presente; la rotación interna es un paso crucial y lograrla
lleva su tiempo. Cuando la presentación ha rota- do se dice que el feto está en una posición
occipitoiliaca derecha anterior (OIDA) o en occipitoiliaca izquierda anterior (OIA), o en
occipitoilíaca derecha posterior (OIDP) o en occipitoiliaca izquierda posterior (OIIP). Si
no ha completado esa rotación, está en una posición occipitoiliaca derecha transversa
(OIDT) o en occipitoiliaca izquierda transversa (OIIT). Una vez completada la rotación,
el feto vuelve a rotar hasta llevar el occipucio a la alineación correcta con la pelvis para
poder salir (Ver Imagen 3).

Desprendimiento (deflexión)

Cuando la cabeza del feto atraviesa el orificio vulvar, inicia su deflexión y aparecen
sucesivamente la frente, los ojos, la boca y el mentón, con lo que se completa la salida de
la cabeza.

Rotación externa

Una vez ha salido toda la cabeza, cuelga fuera de la vulva, con una ligera inclinación
hacia un diámetro oblicuo (izquierdo o derecho). Tras un breve intervalo, la cabeza realiza
un último movimiento, la rotación externa; la cara del niño se vuelve sincrónicamente
hacia el muslo izquierdo o derecho de la madre en una rotación de 90°.

Mecanismos del parto de hombros

La rotación externa de la cabeza permite situar el diámetro bisacromial de los hombros


en el diámetro anteroposterior del estrecho inferior. Así, asoman al exterior primero el
hombro anterior y después, por la horquilla, el hombro posterior.
Cuando el hombro anterior se desplaza por debajo de la sínfisis púbica, el hombro
posterior debe ser expulsado cuidadosamente para evitar desgarros en la zona perineal, se
haya hecho o no episiotomía. Así se completa la salida del resto del cuerpo (Ver Imagen
4).

Desprendimiento y expulsión de la placenta

El desprendimiento de la placenta puede iniciarse durante las últimas contracciones de la


expulsión del feto y completarse con las contracciones de la expulsión de la placenta. El
vaciamiento repentino del contenido del útero a la salida del feto hace que las fibras
musculares se acorten para adaptarse a la placenta. Este mecanismo hace que la placenta
tenga que reducir su área de inserción y se repliegue; de ello resultan unas zonas de
despegamiento, las cuales se llenan de sangre y forman el hematoma retroplacentario. El
desprendimiento se realiza en la decidua, que se desprende en parte con la placenta; la
parte de decidua que queda unida al miometrio dará lugar a la regeneración del
endometrio durante el puerperio. La expulsión de la placenta y las membranas recibe el
nombre de alumbramiento y se efectúa por contracción de la prensa abdominal.

Después de la salida de la placenta y de las membranas, se produce una contracción tónica


intensa de la musculatura uterina, que favorece la hemostasia al comprimir las boquillas
vasculares del lecho placentario que irrigaban la placenta. Esta acción hemostásica toma
el nombre de formación de las ligaduras vivientes de Pinard.

Valoración materna

*Realización de la historia clínica

*Nombre, edad, peso, alergias, grupo sanguíneo y Rh.

*Problemas de salud anteriores al embarazo.

*Problemas prenatales.

*Embarazos y partos anteriores.

*Fecha probable o estimada del parto.

*Educación maternal.

Alimentación deseada para el recién nacido.


Detección de factores de riesgo

*Rotura de la bolsa de las aguas.

*Sangrado.

*Hidramnios.

*Presentación anormal.

*Gestación múltiple.

*Prolapso de cordón.

*Líquido amniótico con meconio.

*Irregularidad en el ritmo cardiaco fetal.

Valoración fisiológica

*Constantes vitales maternas

*Altura del fondo uterino

*Estado del trabajo de parto:

-Contracciones: inicio, frecuencia, duración, intensidad.

-Bolsa de las aguas

-Sangrado.

- Dilatación cervical.

-Descenso fetal.

-Resultados del laboratorio

Estado psicológico

-Ansiedad y temor.

-Preparación para el nacimiento

-Sistema de apoyo, persona de referencia, pareja.

Progreso del trabajo de parto


-Palpación o monitorización externa o interna, para valorar la duración, la frecuencia Y.
la intensidad de las contracciones.

*Exploración vaginal para valorar:

-El cuello uterino (consistencia, posición longitud y dilatación)

-Presentación fetal (actitud, posición, presentación y altura)

*El resultado de esta exploración ha de anotarse en el partograma. Esto permite detectar


anomalías en la progresión clínica normal del parto.

Valoración fetal

-Inspección del abdomen materno para determinar la posición fetal mediante las
maniobras de Leopold.

-Monitorización del estado fetal (frecuencia cardiaca fetal o FCF) valores normales 120
a 160 latidos por minuto.

*Identificar los posibles cambios en la FCF.

-Bradicardia: FCF <120 latidos/minuto o una caída de 20 latidos/minuto por debajo el


nivel de base (indica una compresión del cordón o un posible desprendimiento de
placenta).

-Taquicardia: FCF > 160 latidos/minuto; indica hipoxia fetal si persiste y se acompaña de
una deceleración tardía (empieza con el acmé de la contracción y termina después de la
contracción).

-Disminución de la variabilidad latido a latido, por debajo de 5 latidos/minuto, ritmo


silente en la mayoría de los casos, indica reacción fetal a fármacos maternos, sueño fetal.

Mecanismo del parto

En su descenso por el canal de parto, el feto realiza una serie de movimiento para

vencer obstáculos que se opone a su progresión. La cabeza fetal y la pelvis

materna pueden modificar sus diámetros para adaptarse mutuamente

La mecánica del parto corresponde: los diversos movimientos que durante

efectúa el feto, la propulsión hacia adelante y los cambios de actitud y posición


Las diferentes partes del feto avanza siempre en el interior, con la mínima

construcción y los menores cambios de actitud

En su recorrido el feto ha de atravesar los tres estrechos de la pelvis superior

medio inferior, es preciso que oponga sus diámetros cefálico-menores a la pelvis

Los movimientos que realiza el feto para atravesar la pelvis materna se dividen en:

• Mecanismo del parto de la cabeza


• Mecanismo del parto de hombros
• Mecanismo del parto del resto del cuerpo

Acomodación y encajamientos en el estrecho superior

Adaptación de polo cefálico al estrecho superior de la pelvis, la cabeza fetal

suele orientar en su diámetro biparietal y anteroposterior de la pelvis

Durante el encajamiento ambos parietales pueden entrar a la vez en la pelvis la

satura digital se mantiene equidistante del pubis y del sacro (ocurre frecuente el

65% de los casos) que se introduce primero en los parietales – encajamientos

adinclitico- en este caso la satura digitales se desplaza aproximándose al pubis

Flexión

Al flexionarse la cabeza el mentón toca el tórax y el feto opone a la pelvis el

diámetro menor de los cefálico.


Conclusión

El trabajo de parto es un proceso complejo y multifacético que representa un momento


crucial en la vida de la madre y el recién nacido. A lo largo de las diferentes etapas —
dilatación, expulsión y alumbramiento— se producen cambios fisiológicos y emocionales
significativos que requieren un acompañamiento adecuado y una atención profesional
constante. La comprensión de los mecanismos involucrados, desde las contracciones
uterinas hasta el establecimiento del vínculo afectivo entre madre e hijo, resalta la
importancia de una atención centrada en la persona y su contexto.

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