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RESUMEN

La psicoterapia en Perú comenzó a desarrollarse en los años 50, liderada por


figuras como el psiquiatra Carlos Alberto Seguín, quien contribuyó
significativamente a este campo. Posteriormente, el médico psiquiatra Honorio
Delgado introdujo el psicoanálisis en Sudamérica, reconociendo la necesidad
urgente de atención en salud mental. Además, Saúl Peña, otro pionero de la
región, promovió la psicoterapia psicoanalítica y ayudó a su expansión en
Latinoamérica.

La psicoterapia tiene como propósito modificar conductas consideradas


anormales y fomentar actitudes y comportamientos saludables a través de
técnicas psicológicas y experiencias de aprendizaje correctivo. Se considera
fundamental incluir la psicoterapia en guías de práctica clínica, situándola como
una de las primeras opciones de tratamiento en salud mental.

Este trabajo de investigación explora y detalla la importancia de la psicoterapia


en el contexto peruano. Además, identifica los principios y elementos
fundamentales de la psicoterapia y analiza cómo este tipo de tratamiento
impacta en diversos aspectos de la vida personal y profesional.
INTRODUCIÒN

Este trabajo de investigación define la psicoterapia como el arte de aplicar


técnicas y estrategias psicológicas para apoyar a las personas en la resolución
efectiva de sus problemas. La psicoterapia se fundamenta en la interacción
entre el terapeuta y el cliente, fomentando una relación de colaboración que
permite descubrir y adoptar nuevas formas de percibir y enfrentar la realidad
que cada persona crea constantemente.

El informe examina el desarrollo de la psicoterapia en el Perú, donde


inicialmente se consideró una disciplina médica y una herramienta de
tratamiento dentro del marco de la psiquiatría. Su origen en el país data de
1941, con el profesor Carlos Alberto Seguín, quien, tras formarse en Psiquiatría
Dinámica en los Estados Unidos, fundó la primera escuela de Psicoterapia
Dinámica en el Hospital Obrero de Lima.

Seguín fue un pionero en la introducción de nuevas orientaciones en el campo


de la psicoterapia en Perú. En 1966, representó al país en el X Congreso
Interamericano de Psicología en Lima, y durante su carrera formó a numerosos
discípulos, quienes posteriormente desarrollarían la sociedad de Psicoanálisis
en el país, creando centros especializados en la psicoterapia psicoanalítica.

Según el autor Peña (2015), para el profesor Seguín era fundamental la


relación entre médico y paciente. En 1961, en el 5to Congreso Internacional de
Psicoterapia en Viena, Seguín compartió su visión sobre el rol del
psicoterapeuta, destacando la importancia de los aspectos subjetivos y lo
inmaterial en la experiencia humana. Para él, la psicoterapia era una forma de
conexión humana única que, mediante experiencias emocionales correctivas,
ayudaba a modificar aspectos indeseables de la personalidad. Inspirado en
Freud, Seguín consideraba que los impulsos irracionales y la afectividad son
claves en la conducta humana, por lo que la psicoterapia busca hacer
conscientes estos aspectos reprimidos para que puedan ser manejados de
manera racional.
DESARROLLO

En el pasado, se pensaba que la psicoterapia era solo para personas con


enfermedades mentales graves, o “locos” en términos coloquiales. Sin
embargo, hoy en día, a menudo se percibe lo contrario: muchas personas
piensan que quienes no buscan ayuda psicológica o acuden a terapia tienen
algún problema no resuelto. Esto se debe a que los conflictos emocionales y
psicológicos han ido en aumento debido a diversos factores, como las
relaciones familiares, de pareja, experiencias traumáticas y otros eventos de la
vida cotidiana, todo ello en un contexto de rápidos avances tecnológicos que
también influyen en la dinámica social y personal.

Carl Rogers (2000) sostenía que, aunque es relativamente fácil aceptar


nuestras cualidades, resulta mucho más difícil enfrentar y reconocer nuestras
imperfecciones. En este sentido, todos los seres humanos, como seres
imperfectos, experimentan una variedad de problemas, desde los más leves
hasta los más complejos y crónicos. Aquí es donde la psicoterapia se vuelve
relevante, ya que se enfoca en ayudar a las personas a cambiar sus
pensamientos, emociones y conductas.

La psicoterapia es una práctica en la que un profesional, con habilidades y


formación adecuadas, asiste a una persona que busca aliviar síntomas que le
causan sufrimiento significativo. A través de la terapia, se intenta no solo “curar”
estos síntomas, sino también mejorar distintos cuadros clínicos, especialmente
aquellos relacionados con problemas emocionales o neuróticos.

El diálogo es el fundamento de la psicoterapia, ya que permite crear un


ambiente de apoyo y confianza en el que el cliente puede hablar abiertamente
sobre sus problemas. En este espacio, el terapeuta ayuda al cliente a cambiar
patrones de comportamiento, actitudes, pensamientos y emociones, con el
objetivo de mejorar su calidad de vida, lo cual puede significar una disminución
del malestar o una mayor comprensión de sí mismo.

Las razones por las que una persona decide acudir a un psicólogo son diversas
y complejas. Algunas lo hacen porque sienten un bajo estado de ánimo,
ansiedad o insatisfacción que afecta su vida cotidiana, mientras que otras
buscan apoyo para lidiar con situaciones específicas, como un divorcio, la
pérdida de un ser querido, problemas con hijos o relaciones de pareja. Estos
problemas generan en muchas personas sentimientos de desesperanza, baja
autoestima, incompetencia o impotencia. Esta sensación de desesperanza
hace que la persona se sienta incapaz de afrontar los desafíos de su entorno,
dificultando su capacidad para responder de manera efectiva a las demandas
de su vida diaria y sus relaciones.

Es importante destacar que el valor de la psicoterapia no radica únicamente en


la necesidad de contar con más psicólogos o médicos especializados en este
ámbito, sino que también es crucial considerar el estilo de vida de las personas
para lograr un avance como sociedad. La psicoterapia es un tratamiento
psicológico que aborda manifestaciones físicas o psicológicas del sufrimiento
humano y busca promover cambios en el comportamiento, facilitar la
adaptación al entorno y mejorar la salud física y mental. Este enfoque integral
se extiende al bienestar bio-psicosocial, que incluye relaciones amorosas,
amistades y la dinámica familiar, abarcando a personas de todas las edades,
desde los más pequeños hasta los ancianos.

Los beneficios de la psicoterapia son variados. Por un lado, ofrece apoyo


emocional y ayuda a resolver conflictos interpersonales, enseñando habilidades
que pueden aplicarse en el ámbito personal, social y profesional. Esto permite
establecer relaciones más satisfactorias en diversos contextos. Además,
fomenta el autoconocimiento, ayudando a las personas a aceptar aquello que
no pueden cambiar y asumiendo la responsabilidad por sus acciones, al tiempo
que reconoce sus capacidades.

Según Sánchez (2022), la psicoterapia tiene un impacto positivo en nuestras


vidas, contribuyendo a mejorar nuestro equilibrio emocional y
proporcionándonos pautas para fortalecer nuestras relaciones interpersonales.

Entre los elementos fundamentales de la psicoterapia se encuentran el


paciente, el terapeuta, la relación terapéutica y el marco de trabajo. Ellis y
Grieger (1981) definen al paciente como la persona que busca la ayuda de un
profesional de la salud debido a molestias o dolores, y que se somete a
evaluación, tratamiento o intervención. El acceso a estos servicios puede ser
regular o puntual, dependiendo de las necesidades individuales.
El terapeuta es un profesional que utiliza habilidades especializadas adquiridas
a través de la formación y la experiencia en áreas específicas de la medicina.
El apoyo que ofrece puede variar, pero generalmente se especializa en un
campo particular y trabaja junto al paciente para alcanzar metas específicas.
Los terapeutas diseñan tratamientos que buscan mejorar la calidad de vida de
quienes reciben atención. Para que la terapia sea efectiva, se espera que el
psicoterapeuta posea ciertas cualidades, como la capacidad de escuchar de
manera empática y comprensiva, sin emitir juicios. Además, es fundamental
que el terapeuta pueda combinar el apoyo emocional y la calidez,
especialmente con aquellos clientes que enfrentan dificultades en la toma de
decisiones. También es esencial que el terapeuta transmita una sensación de
confianza a su paciente.

Las relaciones terapéuticas son cruciales para el éxito del tratamiento en


psicoterapia. Esta práctica está intrínsecamente ligada a la calidad de la
relación interpersonal entre el terapeuta y el paciente. El éxito del tratamiento
puede variar considerablemente en función de la naturaleza de esta relación.
Por lo tanto, es esencial que el paciente se sienta cómodo con su terapeuta.
Una buena relación terapéutica implica que ambas partes comprendan el
propósito de la terapia y establezcan reglas y metas claras para su interacción.

Un aspecto fundamental de esta relación es el contrato terapéutico, que


generalmente se establece al inicio de la psicoterapia. Este contrato ayuda a
fomentar comportamientos deseables tanto en el cliente como en el terapeuta,
ya que a veces los pacientes pueden influir en la conducta del terapeuta.
Además, el concepto de "encuadre" se refiere a la necesidad de establecer
límites en el proceso terapéutico. Esto implica definir variables clave, como el
espacio, el tiempo y los honorarios durante el tratamiento, lo que crea un marco
de protección y claridad en la relación terapéutica.

Dentro de este contexto, la "alianza terapéutica" es un término acuñado por


Zetzel (1956) que describe la capacidad del paciente para utilizar su parte más
saludable y conectarse con el terapeuta, cumpliendo así los objetivos del
tratamiento.
La psicoterapia también tiene un impacto significativo en nuestras vidas diarias
y laborales. Según Sánchez (2022), los beneficios de la psicoterapia se reflejan
en la mejora de nuestras emociones y en la gestión de expectativas más
realistas. Una de sus contribuciones más importantes es que ayuda a fortalecer
las relaciones interpersonales, lo cual es esencial para nuestro bienestar social
y emocional. Cuando una persona mantiene relaciones saludables y está
emocionalmente equilibrada, tiende a ser más productiva y exitosa en sus
actividades.

En el ámbito laboral, la psicoterapia puede ser especialmente útil para enfrentar


conflictos, fracasos o situaciones estresantes, como despidos inesperados, que
pueden provocar estrés, ansiedad o depresión. A través de la terapia, las
personas pueden alcanzar una mayor satisfacción emocional en su vida
personal y profesional.

La Asociación Americana de Psicología (2022) señala que cualquier persona


puede beneficiarse de la psicoterapia, ya que se busca ayuda por diversas
razones relacionadas con la vida cotidiana. Estas pueden incluir mejorar la
relación entre padres e hijos, gestionar las responsabilidades laborales y
familiares, enfrentar enfermedades y manejar el estrés. Además, hay un deseo
generalizado de mejorar las habilidades sociales y la calidad de las relaciones
interpersonales.

Desafortunadamente, el estigma asociado con la búsqueda de ayuda para


problemas de salud mental a menudo actúa como una barrera. Sin embargo,
esta percepción está cambiando lentamente, siendo cada vez más vista como
un signo de iniciativa y autocuidado. La investigación continua respalda la
importancia de la salud mental en el mantenimiento de una buena salud física,
ya que los problemas emocionales pueden manifestarse en síntomas físicos, y
viceversa. Esta relación bidireccional resalta cómo la insatisfacción física puede
desencadenar problemas emocionales y cómo el bienestar mental es
fundamental para el bienestar general.
CONCLUSIONES

En conclusión, la psicoterapia se define como un tratamiento colaborativo que


se desarrolla entre un individuo y un psicólogo. Este proceso genera cambios
positivos en el cerebro, lo que contribuye a un mejor funcionamiento y
regulación del sistema nervioso, lo que a su vez promueve una mejor salud
mental, especialmente en momentos de alto estrés. La psicoterapia no solo nos
ayuda a entender nuestro propio comportamiento, sino también el de los
demás, lo que facilita la comprensión de los procesos mentales que todos
experimentamos en diferentes momentos de nuestra vida.

Los elementos fundamentales de la psicoterapia incluyen al paciente, quien


presenta diversas molestias o dificultades; al terapeuta, que aporta su
experiencia y habilidades para llevar a cabo el tratamiento; y la relación
terapéutica, que es crucial para el éxito del proceso. Además, el concepto de
"encuadre" se refiere al entorno de protección que permite el desarrollo de las
conversaciones y el tratamiento.

Es esencial reconocer la relevancia de la psicoterapia tanto en la vida cotidiana


como en el ámbito laboral. A través de esta terapia, las personas pueden vivir
de manera más satisfactoria y mejorar su calidad de vida. La psicoterapia nos
ofrece herramientas para comprender nuestras ideas y pensamientos, nos
ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos y nos capacita para afrontar
nuestros malestares de una manera más efectiva.

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