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3. FORMA FARMACÉUTICA
Solución inyectable.
Solución clara, ligeramente amarilla, prácticamente libre de partículas visibles.
4. DATOS CLÍNICOS
Ketorolaco solución inyectable está indicado para el tratamiento a corto plazo del dolor moderado o severo
en post-operatorio en pacientes ≥ 16 años de edad.
Posología
Adultos
La dosis inicial recomendada de ketorolaco es de 10 mg seguidos de dosis de 10 –a 30 mg cada 4 a 6 horas
según se requiera. En el periodo post-operatorio inicial, se puede administrar ketorolaco cada dos horas si
fuera necesario. Se debe administrar la dosis mínima efectiva. No se debe superar la dosis diaria de 90 mg
para pacientes no ancianos y la dosis diaria de 60 mg para pacientes ancianos, pacientes con insuficiencia
renal y pacientes de menos de 50 kg de peso. La duración máxima del tratamiento es de 2 días.
Se pueden usar concomitantemente analgésicos opioides (por ejemplo morfina, petidina) y pueden que sean
necesarios para un efecto analgésico óptimo en el periodo post-operatorio inmediato, cuando el dolor es
más severo. Ketorolaco no interfiere en las uniones opioides y no exacerba ni la depresión ni la sedación
relacionadas con los opiáceos. Cuando se usan en asociación con ketorolaco IM/IV, la dosis diaria de
opioides es generalmente menor que la requerida de forma normal. No obstante, los efectos secundarios de
los opioides se deben de tener en cuenta igualmente, especialmente en el día de la cirugía.
Ancianos
Los ancianos son más sensibles a las graves consecuencias de los efectos adversos. Si se considera
necesaria la administración de un AINE, se debe usar la dosis mínima efectiva durante el menor tiempo
posible. El paciente debe ser monitorizado regularmente para evitar sangrado gastrointestinal durante la
terapia con AINEs. No se debe superar una dosis diaria total de 60 mg (ver sección 4.4).
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Población pediátrica
No se ha establecido la seguridad y la eficacia en niños. Por eso, ketorolaco no está recomendado para su
uso en niños < 16 años de edad.
Insuficiencia renal
Ketorolaco está contraindicado en la insuficiencia renal moderada o grave; y se debe administrar una dosis
reducida en pacientes con menor grado de insuficiencia renal (sin superar una dosis IV o IM de 60 mg/día)
(ver sección 4.3).
Forma de administración
Ketorolaco debe administrarse de forma intramuscular o como bolo directo en inyección intravenosa.
Dosis intravenosas en bolo deben administrarse durante al menos 15 segundos. Ketorolaco no se debe
administrar por vía epidural o espinal.
La dosis se debe ajustar acorde a la gravedad del dolor y la respuesta del paciente.
Los efectos adversos pueden minimizarse usando la dosis efectiva más baja durante el período más corto
necesario para controlar los síntomas (ver sección 4.4).
4.3. Contraindicaciones
Hipersensibilidad al principio activo, a otros AINEs o a otros excipientes listados en la sección 6.1.
Ketorolaco está contraindicado en pacientes en los cuales la aspirina u otros inhibidores de la síntesis de
prostaglandinas provocan reacciones alérgicas (se han observado reacciones anafilácticas severas en estos
pacientes). Estas reacciones incluyen asma, rinitis, angioedema o urticaria.
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sangrado, como los que sufren diátesis hemorrágica, incluyendo trastornos de la coagulación.
Pacientes con terapia anticoagulante, incluyendo warfarina y dosis bajas de heparina (2500 – 5000
unidades cada doce horas).
Pacientes en tratamiento con aspirina u otros AINEs, incluyendo inhibidores específicos de la
ciclo-oxigenasa-2.
Administración neuroaxial (epidural o intratecal), pues contiene alcohol.
La combinación de ketorolaco con pentoxifilina.
El tratamiento concomitante con probenecid o sales de litio.
Pacientes con síndrome completo o parcial de pólipos nasales, angioedema o broncoespasmo.
Ketorolaco: las evidencias epidemiológicas sugieren que ketorolaco puede estar asociado con un elevado
riesgo de toxicidad gastrointestinal severa, relativa a otros AINEs, especialmente cuando se usan fuera de
indicaciones autorizadas y/o durante periodos de tiempo prolongados. (ver también secciones 4.1, 4.2 y
4.3).
Los médicos deben tener en cuenta que en algunos pacientes el alivio del dolor puede no ocurrir hasta 30
minutos o más, después de la administración IV o IM.
Se debe evitar el uso de ketorolaco con AINEs concomitantes, incluidos los inhibidores selectivos de la
ciclo-oxigenasa-2.
Los efectos adversos pueden minimizarse utilizando las dosis efectivas más bajas y durante el periodo de
tiempo más corto posible para el control de los síntomas (ver la sección 4.2 y los riesgos GI y
cardiovasculares a continuación).
El sangrado, ulceración o perforación gastrointestinal, que puede ser mortal, debe ser declarado con todos
los AINE, incluida la terapia con ketorolaco, en cualquier momento durante el tratamiento, con o sin
síntomas de alarma o un historial previo de problemas gastrointestinales graves.
Los ancianos tienen una mayor frecuencia de reacciones adversas a los AINEs, especialmente sangrado
gastrointestinal y perforación, que pueden ser mortales (ver sección 4.2).
Los pacientes debilitados parecen tolerar la ulceración o el sangrado menos que otros. La mayoría de los
casos gastrointestinales mortales asociados con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos ocurrieron
en pacientes ancianos y/o debilitados.
El riesgo de hemorragia, ulceración o perforación GI es mayor con el aumento de las dosis de AINEs,
incluido el ketorolaco IV, en pacientes con antecedentes de úlcera, especialmente si se complica con
hemorragia o perforación (ver sección 4.3), y en ancianos. El riesgo de hemorragia gastrointestinal
clínicamente grave depende de la dosis. Estos pacientes deben comenzar el tratamiento con la dosis más
baja posible. Para estos pacientes se debe considerar la terapia combinada con agentes protectores (por
ejemplo, misoprostol o inhibidores de la bomba de protones) y también debe considerarse para los
pacientes que requieren aspirina con una dosis baja concomitante u otros fármacos que puedan aumentar el
riesgo gastrointestinal (ver más adelante y la sección 4.5).
El riesgo relacionado con la edad de sangrado gastrointestinal y perforación es común a todos los AINEs.
En comparación con los adultos jóvenes, los ancianos tienen una vida media plasmática aumentada y una
aclaración plasmática reducida de ketorolaco. Se recomienda un intervalo de dosificación más largo (ver
sección 4.2).
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Los AINEs deben administrarse con cuidado en pacientes con antecedentes de enfermedad inflamatoria
intestinal (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn), ya que estas afecciones pueden agravarse (ver sección
4.8).
Los pacientes con antecedentes de toxicidad GI, especialmente los ancianos, deben informar sobre
cualquier síntoma abdominal inusual (especialmente sangrado GI), sobre todo en las etapas iniciales del
tratamiento. Cuando se produce sangrado GI o ulceración en pacientes que reciben ketorolaco IV, debe
retirarse el tratamiento.
Los AINEs, incluido el ketorolaco, pueden estar asociados con un mayor riesgo de fuga anastomótica
gastrointestinal. Se recomienda una vigilancia médica estrecha y precaución cuando se utilice el ketorolaco
después de la intervención quirúrgica gastrointestinal.
Se debe tener precaución en pacientes que reciben medicamentos concomitantes que podrían aumentar el
riesgo de ulceración o sangrado, como corticosteroides orales, inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina o agentes antiplaquetarios como la aspirina (ver sección 4.5).
El uso en pacientes que toman anticoagulantes como la warfarina está contraindicado (ver sección 4.3).
Al igual que con otros AINEs, la incidencia y la gravedad de las complicaciones gastrointestinales pueden
aumentar al aumentar la dosis y la duración del tratamiento con ketorolaco IV. El riesgo de hemorragia
gastrointestinal clínicamente grave depende de la dosis. Esto es particularmente cierto en pacientes
ancianos que reciben una dosis diaria promedio superior a 60 mg/día de ketorolaco IV. Antecedentes de
enfermedad de úlcera péptica aumentan la posibilidad de desarrollar complicaciones gastrointestinales
graves durante el tratamiento con ketorolaco.
Efectos hematológicos
Los pacientes con trastornos de la coagulación no deben recibir ketorolaco. Los pacientes que reciben
terapia anticoagulante pueden correr un mayor riesgo de sangrado si se les administra, simultáneamente,
ketorolaco. El uso concomitante de ketorolaco y heparina profiláctica a dosis bajas (2500 - 5000 unidades
cada doce horas) y dextranos no se ha estudiado de forma extensa y también puede estar asociado con un
mayor riesgo de sangrado. Los pacientes que ya toman anticoagulantes o que requieren heparina en dosis
bajas no deben recibir ketorolaco. Se debe observar cuidadosamente a los pacientes que reciben otra terapia
con medicamentos que interfieren con la hemostasia si se les administra ketorolaco. En estudios clínicos
controlados, la incidencia de hemorragia post-operatoria clínicamente significativa fue inferior al 1%.
Ketorolaco inhibe la agregación plaquetaria y prolonga el tiempo de sangrado. En pacientes con sangrado
normal, los tiempos de sangrado aumentaron, pero no fuera del rango habitual de dos a once minutos. A
diferencia de los efectos prolongados de la aspirina, la función plaquetaria vuelve a la normalidad dentro de
las 24 a 48 horas posteriores a la interrupción del tratamiento con ketorolaco.
Reacciones cutáneas
Muy raramente se han notificado reacciones cutáneas graves, algunas de ellas mortales, que incluyen
dermatitis exfoliativa, síndrome de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica, asociados al
tratamiento con AINEs (ver sección 4.8). Parece que el riesgo que tienen los pacientes de sufrir estas
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reacciones es mayor al inicio del tratamiento: la aparición de la reacción ocurrió en la mayoría de los casos
durante el primer mes de tratamiento. Debe interrumpirse la administración de ketorolaco a la primera
aparición de una erupción cutánea, lesiones de las mucosas o cualquier otro signo de hipersensibilidad.
Los pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES) y enfermedad mixta del tejido conectivo pueden tener
aumentado el riesgo de sufrir meningistis aséptica (ver sección 4.8).
Se requiere precaución en pacientes con antecedentes de hipertensión y/o insuficiencia cardíaca, ya que se
ha informado de retención de líquidos y edema en asociación con el tratamiento con AINE.
Se ha observado retención de líquidos, hipertensión y edema periférico en algunos pacientes que toman
AINEs, incluido el ketorolaco, por lo que debe usarse con precaución en pacientes con descompensación
cardíaca, hipertensión o patologías similares.
Se requiere un control y asesoramiento adecuados para los pacientes con antecedentes de hipertensión y/o
insuficiencia cardíaca congestiva de leve a moderada, ya que se ha informado de retención de líquidos y
edema en asociación con el tratamiento con AINE.
Los ensayos clínicos y los datos epidemiológicos sugieren que el uso de coxibs y algunos AINEs
(especialmente en dosis altas y en el tratamiento a largo plazo) puede estar asociado con un pequeño
aumento del riesgo de eventos trombóticos arteriales (por ejemplo, infarto de miocardio o accidente
cerebrovascular). Aunque no se ha demostrado que ketorolaco aumente los eventos trombóticos como el
infarto de miocardio, no hay datos suficientes para excluir tal riesgo de ketorolaco.
Los pacientes con hipertensión no controlada, insuficiencia cardíaca congestiva, cardiopatía isquémica
establecida, enfermedad arterial periférica y/o enfermedad cerebrovascular solo deben tratarse con
ketorolaco después de una cuidadosa valoración. Debe hacerse una valoración similar antes de iniciar el
tratamiento a largo plazo de pacientes con factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares (por
ejemplo, hipertensión, hiperlipidemia, diabetes mellitus y fumar).
Se debe tener precaución en pacientes con afecciones que conducen a una reducción del volumen
sanguíneo y/o del flujo sanguíneo renal, donde las prostaglandinas renales desempeñan un papel de apoyo
en el mantenimiento de la perfusión renal. En estos pacientes, la administración de un AINE puede causar
una reducción dependiente de la dosis en la formación de prostaglandinas renales y puede provocar una
insuficiencia renal manifiesta. Los pacientes con mayor riesgo de sufrir esta reacción son aquellos que
pierden volumen debido a la pérdida de sangre o deshidratación severa, pacientes con insuficiencia renal,
insuficiencia cardíaca, disfunción hepática, ancianos y aquellos que toman diuréticos. En estos pacientes la
función renal debe ser monitorizada. La interrupción de la terapia con AINE generalmente viene seguida
por la recuperación al estado previo al tratamiento. El reemplazo inadecuado de líquido/sangre durante la
cirugía, que conduce a la hipovolemia, puede conducir a una disfunción renal, que podría exacerbarse
cuando se administra ketorolaco. Por lo tanto, se debe corregir la depleción del volumen y se recomienda
un control estrecho de la urea sérica y la creatinina y la producción de orina hasta que el paciente esté
normovolémico. En pacientes con diálisis renal, el aclaramiento de ketorolaco se redujo a
aproximadamente la mitad de la tasa normal y la vida media terminal aumentó aproximadamente el triple
(ver sección 4.3).
Efectos renales
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Al igual que con otros AINE, ketorolaco debe utilizarse con precaución en pacientes con insuficiencia renal
o antecedentes de enfermedad renal, ya que es un potente inhibidor de la síntesis de prostaglandinas. Se
debe tener precaución ya que se ha observado toxicidad renal con ketorolaco y otros AINEs en pacientes
con afecciones que conducen a una reducción del volumen sanguíneo y/o del flujo sanguíneo renal, donde
las prostaglandinas renales desempeñan un papel de apoyo en el mantenimiento de la perfusión renal.
En estos pacientes, la administración de ketorolaco u otros AINEs puede ocasionar una reducción
dependiente de la dosis en la formación de prostaglandinas y puede provocar una descompensación o fallo
renal. Los pacientes con mayor riesgo de esta reacción son aquellos con insuficiencia renal, hipovolemia,
insuficiencia cardíaca, disfunción hepática, los que toman diuréticos y los ancianos. La interrupción del
tratamiento con ketorolaco u otra terapia antiinflamatoria no esteroidea suele ir seguida de la recuperación
al estado previo al tratamiento.
Al igual que otros inhibidores de la síntesis de prostaglandinas, el ketorolaco puede elevar los niveles
plasmáticos de urea, creatinina y potasio después de una dosis.
Pacientes con insuficiencia renal: dado que el ketorolaco trometamol y sus metabolitos se excretan
principalmente por el riñón, los pacientes con insuficiencia renal moderada a grave (creatinina sérica
superior a 160 µmol/l) no deben recibir ketorolaco. Los pacientes con insuficiencia renal menor deben
recibir una dosis reducida de ketorolaco (que no exceda los 60 mg/día IM o IV) y su estado renal debe ser
supervisado de cerca.
Uso en pacientes con insuficiencia hepática: los pacientes con insuficiencia hepática por cirrosis no
presentan cambios clínicamente importantes en el aclaramiento de ketorolaco o en la vida media terminal.
Pueden ocurrir elevaciones limítrofes de una o más pruebas de función hepática. Estas anomalías pueden
ser transitorias, pueden permanecer sin cambios o progresar con la terapia continua. En ensayos clínicos
controlados en menos del 1% de los pacientes se produjeron aumentos significativos (más de tres veces el
normal) de la transaminasa de glutamato piruvato (SGPT/ALT) o de la transaminasa de oxalacetato de
glutamato sérico (SGOT/AST). Si se desarrollan signos y síntomas clínicos compatibles con enfermedad
hepática, o si ocurren manifestaciones sistémicas, se debe suspender el tratamiento con ketorolaco.
Reacciones anafilácticas
Las reacciones anafilácticas (anafilactoides) (que incluyen, entre otras, anafilaxia, broncoespasmo,
enrojecimiento, erupción, hipotensión, edema laríngeo y angioedema) pueden ocurrir en pacientes con o sin
antecedentes de hipersensibilidad a la aspirina, otros AINEs o ketorolaco IV. Estas también pueden ocurrir
en individuos con antecedentes de angioedema, reactividad broncoespástica (por ejemplo, asma) y pólipos
nasales. Las reacciones anafilácticas, como la anafilaxis, pueden tener un desenlace mortal. Por lo tanto, el
ketorolaco no debe utilizarse en pacientes con antecedentes de asma y en pacientes con síndrome completo
o parcial de pólipos nasales, angioedema y broncoespasmo (ver sección 4.3).
Se ha notificado retención de líquidos, hipertensión y edema con el uso de ketorolaco y, por lo tanto, se
debe usar con precaución en pacientes con descompensación cardíaca, hipertensión o afecciones similares.
Metotrexato
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Ketorolaco está desprovisto de potencial adictivo. No se han observado síntomas de abstinencia después de
la interrupción brusca de ketorolaco.
Alcohol
Este medicamento contiene 100 mg de alcohol (etanol) en cada vial, lo que equivale a 100 mg/ml (9,9%
p/v). La cantidad contenida en 1 ml de este medicamento equivale a menos de 2,5 ml de cerveza o 1 ml de
vino.
La pequeña cantidad de alcohol que contiene este medicamento no tendrá efectos notables.
Sodio
Este medicamento contiene menos de 23 mg de sodio (1mmol) por cada ampolla de 1 ml, esto es,
esencialmente “exento de sodio”.
El ketorolaco se encuentra altamente unido a la proteína plasmática humana (media 99,2%) y la unión es
independiente de la concentración.
AINEs/Aspirina: Ketorolaco no debe usarse con otros AINEs, incluidos los inhibidores selectivos de la
ciclooxigenasa-2 o en pacientes que reciban Aspirina debido al aumento del riesgo de inducir efectos
adversos graves relacionados con los AINE (ver sección 4.3).
Aunque los estudios no indican una interacción significativa entre ketorolaco y warfarina o heparina, el uso
concomitante de ketorolaco y la terapia que afecta la hemostasia, incluidas las dosis terapéuticas del
tratamiento anticoagulante (warfarina), la heparina profiláctica de dosis baja (2500-5000 unidades cada 12
horas) y los dextranos pueden estar asociados con un mayor riesgo de sangrado.
Litio: La inhibición del aclaramiento renal de litio, que conduce a un aumento en la concentración de litio
en plasma, se ha notificado con algunos fármacos que inhiben la síntesis de prostaglandinas. Se han
notificado casos de aumento de las concentraciones plasmáticas de litio durante el tratamiento con
ketorolaco.
Mifepristona: los AINEs no deben usarse durante ocho a doce días después de la administración de
mifepristona, ya que los AINEs pueden reducir los efectos de la mifepristona.
Pentoxifilina: cuando ketorolaco se administra junto con pentoxifilina, hay una mayor tendencia al
sangrado.
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Corticosteroides: Al igual que con todos los AINEs, se debe tener precaución cuando se administran
conjuntamente con corticosteroides debido al aumento del riesgo de ulceración o hemorragia
gastrointestinal (ver sección 4.4).
Digoxina: ketorolaco trometamol no altera la unión de la proteína digoxina. Estudios in vitro han indicado
que a concentraciones terapéuticas de salicilato (300 µg/ml), la unión de ketorolaco se reduce de
aproximadamente 99,2% a 97,5%, lo que representa un aumento potencial doble en las concentraciones
plasmáticas de ketorolaco no unido.
Las concentraciones terapéuticas de digoxina, warfarina, ibuprofeno, naproxeno, piroxicam, paracetamol,
fenitoína y tolbutamida no alteran la unión de ketorolaco a la proteína.
Ciclosporina: Al igual que con todos los AINEs, se recomienda precaución cuando se co-administra
ciclosporina debido al aumento del riesgo de nefrotoxicidad.
Tacrolimus: existe un posible riesgo de nefrotoxicidad cuando los AINEs se administran con tacrolimus.
Diuréticos y antihipertensivos: Los AINEs pueden reducir la eficacia de los diuréticos y otros fármacos
antihipertensivos. El riesgo de insuficiencia renal aguda, que suele ser reversible, puede aumentar en
algunos pacientes con función renal comprometida (por ejemplo, pacientes deshidratados o pacientes
ancianos) cuando los inhibidores de la ECA y/o los antagonistas de los receptores de la angiotensina II se
combinan con AINEs. Por lo tanto, la combinación debe administrarse con precaución, especialmente en
los ancianos. Los pacientes deben estar adecuadamente titulados y se debe considerar monitorizar la
función renal después de iniciar el tratamiento concomitante, y periódicamente a partir de entonces.
Glucósidos cardíacos: los AINEs pueden exacerbar la insuficiencia cardíaca, reducir la TFG y aumentar
los niveles plasmáticos de glucósidos cardíacos cuando se administran conjuntamente con glucósidos
cardíacos.
Antibióticos de quinolona: los estudios en animales indican que los AINEs pueden aumentar el riesgo de
convulsiones asociadas con los antibióticos de quinolona. Los pacientes que toman AINEs y quinolonas
pueden tener un mayor riesgo de desarrollar convulsiones.
Zidovudina: los AINEs administrados junto con zidovudina aumentan el riesgo de toxicidad hematológica.
Existe evidencia de un mayor riesgo de hemartrosis y hematoma en hemofílicos VIH (+) que reciben
tratamiento concomitante con zidovudina e ibuprofeno.
Se ha demostrado que ketorolaco reduce la necesidad de analgesia concomitante con opioides cuando se
administra para el alivio del dolor postoperatorio.
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No existe evidencia en estudios en animales o humanos de que el ketorolaco trometamol induzca o inhiba
las enzimas hepáticas capaces de metabolizarse a sí mismas u otros fármacos. Por lo tanto, no se espera que
ketorolaco altere la farmacocinética de otros fármacos debido a los mecanismos de inhibición o inducción
de enzimas.
Embarazo
En vista de los efectos conocidos de los AINEs en el sistema cardiovascular fetal (riesgo de cierre del
conducto arterioso), el ketorolaco está contraindicado durante el embarazo o el parto.
No existen o hay un número limitado de datos sobre el uso de ketorolaco en mujeres embarazadas. Los
estudios en animales han mostrado toxicidad reproductiva (ver sección 5.3). Se han notificado anomalías
congénitas en asociación con la administración de AINEs en el hombre, sin embargo, estas son de baja
frecuencia y no siguen ningún patrón discernible.
Durante el tercer trimestre del embarazo, todos los inhibidores de la síntesis de prostaglandinas pueden
exponer al feto a:
- Toxicidad cardiopulmonar (constricción prematura/cierre del ductus arterioso e hipertensión
pulmonar);
- disfunción renal (véase más arriba).
Consecuentemente, ketorolaco está contraindicado durante el tercer trimestre de embarazo (ver sección
4.3).
Parto
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El ketorolaco está contraindicado en el parto porque, a través de su efecto inhibitorio de la síntesis de
prostaglandinas, puede afectar negativamente a la circulación fetal e inhibir las contracciones uterinas, lo
que aumenta el riesgo de hemorragia uterina.
Puede haber una mayor tendencia al sangrado tanto en la madre como en el niño (ver sección 4.3).
Lactancia
Se ha demostrado que el ketorolaco y sus metabolitos pasan al feto y la leche de los animales. El ketorolaco
se ha detectado en la leche materna en concentraciones bajas, por lo que el ketorolaco está contraindicado
en las madres en fase de lactancia.
Fertilidad
Algunos pacientes pueden experimentar mareos, somnolencia, fatiga, transtornos visuales, dolor de cabeza,
vértigo, insomnio o depresión durante el tratamiento con ketorolaco, que puede tener una gran influencia en
la capacidad para conducir o utilizar máquinas. Si los pacientes experimentan estos u otros efectos
similares, no deben conducir ni utilizar maquinaria.
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Trastornos oculares visión anormal, trastornos visuales, neuritis óptica
Trastornos del oído y del laberinto tinnitus, pérdida auditiva, vértigo
Trastornos cardíacos palpitaciones, bradicardia, insuficiencia cardíaca
Trastornos vasculares hipertensión, hipotensión, hematoma, enrojecimiento,
palidez, hemorragia postoperatoria de la herida
Trastornos respiratorios, torácicos y asma, disnea, edema pulmonar, epistaxis
mediastínicos
Trastornos gastrointestinales úlceras pépticas, úlceras, perforación o hemorragia
gastrointestinal (potencialmente mortal), náuseas, vómitos,
diarrea, estreñimiento, dispepsia, dolor / malestar abdominal,
gastritis, melaena, hematemesis, estomatitis, estomatitis
ulcerosa, eructosis, flatulencia, oesofagitis, ulceración
gastrointestinal, sangrado rectal, pancreatitis, sequedad de
boca, plenitud, exacerbación de la colitis y enfermedad de
Crohn (ver sección 4.4)
Trastornos hepatobiliares hepatitis, ictericia colestásica, insuficiencia hepática
Trastornos de la piel y del tejido dermatitis exfoliativa, erupción maculopapular, prurito,
subcutáneo urticaria, púrpura, angioedema, sudoración, reacciones que
cursan con ampollas, incluido el síndrome de Stevens-
Johnson, síndrome de Stevens-Johnson y reacción
medicamentosa con eosinofilia y síntomas sistémicos
(DRESS) y necrólisis epidérmica tóxica (muy rara), eritema
multiforme, fotosensibilidad de la piel
Trastornos musculoesqueléticos y del mialgia, trastornos funcionales
tejido conjuntivo
Trastornos renales y urinarios insuficiencia renal aguda, aumento de la frecuencia urinaria,
nefritis intersticial, síndrome nefrótico, retención urinaria,
oliguria, síndrome urémico hemolítico, dolor en el costado
(con o sin hematuria ± azotemia)
Trastornos del aparato reproductor y de la infertilidad femenina
mama.
Trastornos generales y alteraciones en el sed excesiva, astenia, edema, reacciones en el lugar de la
lugar de administración inyección y dolor, fiebre, dolor de pecho, malestar, fatiga,
aumento de peso
Exploraciones complementarias. tiempo de sangrado prolongado, aumento de urea sérica,
aumento de creatinina, pruebas anormales de función
hepática
Infecciones e infestaciones
Meningitis aséptica (especialmente en pacientes con trastornos autoinmunes existentes, como lupus
eritematoso sistémico, enfermedad mixta del tejido conectivo), con síntomas como rigidez de cuello, dolor
de cabeza, náuseas, vómitos, fiebre o desorientación (ver sección 4.4).
Trastornos del sistema inmunológico
Las reacciones de hipersensibilidad como broncoespasmo, erupción cutánea, hipotensión, edema laríngeo
también pueden ocurrir en personas con antecedentes de angioedema, reactividad broncoespástica (por
ejemplo, asma y pólipos nasales).
Trastornos vasculares
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Los ensayos clínicos y los datos epidemiológicos sugieren que el uso de coxibs y algunos AINEs
(especialmente en dosis altas) puede asociarse con un pequeño aumento del riesgo de eventos trombóticos
arteriales (por ejemplo, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular). Aunque el ketorolaco no ha
demostrado aumentar los eventos trombóticos, como el infarto de miocardio, no hay datos suficientes para
excluir dicho riesgo.
Trastornos renales y urinarios
Al igual que con otros fármacos que inhiben la síntesis de prostaglandinas renales, pueden aparecer signos
de insuficiencia renal, como por ejemplo, pero sin limitarse a, elevaciones de creatinina y potasio después
de una dosis de ketorolaco.
Es importante notificar sospechas de reacciones adversas al medicamento tras su autorización. Ello permite
una supervisión continuada de la relación beneficio/riesgo del medicamento. Se invita a los profesionales
sanitarios a notificar las sospechas de reacciones adversas a través del Sistema Español de
Farmacovigilancia de medicamentos de Uso Humano: https://www.notificaRAM.es .
4.9. Sobredosis
Signos y síntomas
Las sobredosis únicas de ketorolaco se han asociado de forma variada con dolor abdominal, náuseas,
vómitos, hiperventilación, úlceras pépticas y/o gastritis erosiva y disfunción renal que se han resuelto
después de la interrupción de la dosificación.
También se han observado cefalea, dolor epigástrico, desorientación, excitación, somnolencia, mareos,
acúfenos y desmayos.
Se han notificado reacciones anafilactoides con la ingesta terapéutica de AINEs y éstas pueden ocurrir
después de una sobredosis.
Tratamiento
Los pacientes deben tratarse con atención sintomática y de apoyo después de una sobredosis de AINE. No
hay antídotos específicos. La diálisis no elimina significativamente el ketorolaco del flujo sanguíneo.
Dentro de una hora después de ingerir una cantidad potencialmente tóxica, se debe considerar el carbón
activado. Alternativamente, en adultos, se debe considerar el lavado gástrico dentro de la hora posterior a la
ingestión de una sobredosis potencialmente mortal.
Debe garantizarse una buena producción de orina. La función renal y hepática debe vigilarse
estrechamente. Los pacientes deben ser observados durante al menos cuatro horas después de la ingestión
de cantidades potencialmente tóxicas. Las convulsiones frecuentes o prolongadas deben tratarse con
diazepam intravenoso. Otras medidas pueden ser indicadas por la condición clínica del paciente.
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5. PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS
Intramuscular
Después de la administración intramuscular, ketorolaco trometamol se absorbió rápida y completamente,
con una concentración plasmática máxima promedio de 2,2 µg/ml que se produjo en un promedio de 50
minutos después de una dosis única de 30 mg. Las influencias de la edad, la función renal y hepática en la
semivida plasmática terminal y el aclaramiento total medio se describen en la tabla a continuación
(estimada a partir de una dosis única de 30 mg IM de ketorolaco).
Intravenosa
La administración intravenosa de una dosis única de 10 mg de ketorolaco trometamol dio como resultado
una concentración plasmática máxima media de 2,4 microgramos/ml a un promedio de 5,4 minutos después
de la administración. La semivida de eliminación plasmática terminal fue de 5,1 horas, la distribución de
volumen promedio de 0,15 l/kg y el aclaramiento plasmático total de 0,35 ml/min/kg.
La farmacocinética de ketorolaco en el hombre después de dosis únicas o múltiples es lineal. Los niveles
plasmáticos en estado estacionario se logran después de la administración cada seis horas durante un día.
No se produjeron cambios en el aclaramiento con la dosificación crónica. La vía principal de excreción de
ketorolaco y sus metabolitos es renal: el 91,4% (media) de una dosis determinada se encuentra en la orina y
el 6,1% (media) en las heces.
Más del 99% del ketorolaco en plasma está unido a proteínas en un amplio rango de concentración.
Un estudio de 18 meses en ratones con dosis orales de ketorolaco trometamol a 2 mg/kg/día (0,9 veces la
exposición sistémica en humanos a la dosis IM o IV recomendada de 30 mg cuatro veces al día, según el
área bajo la curva de concentración de plasma [AUC]), y un estudio de 24 meses en ratas a 5 mg/kg/día
(0,5 veces el AUC humano), no mostró evidencia de tumorigenidad.
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Ketorolaco trometamol no fue mutagénico según la prueba de Ames, la síntesis y reparación de ADN no
programadas, y en los ensayos de mutación directa. Ketorolaco trometamol no causó la rotura del
cromosoma en el ensayo in vivo de micronúcleo de ratón. A 1590 microgramo/ml y en concentraciones
más altas, ketorolaco trometamol aumentó la incidencia de aberraciones cromosómicas en células de ovario
de hámster chino.
El deterioro de la fertilidad no se produjo en ratas macho o hembra en dosis orales de 9 mg/kg (0,9 veces el
AUC humano) y 16 mg/kg (1,6 veces el AUC humano) de ketorolaco trometamol, respectivamente.
No hubo evidencia de teratogenicidad en ratas o conejos estudiados a dosis maternas tóxicas de ketorolaco.
En rata, se observó prolongación del período de gestación y/o retraso del parto.
6 . DATOS FARMACÉUTICOS
Etanol 96%
Cloruro de sodio
Edetato de disodio
Hidróxido de sodio, ácido clorhídrico (soluciones 1M para ajustar pH).
Agua para preparaciones inyectables.
6.2. Incompatibilidades
Ketorolaco no debe mezclarse en un volumen pequeño (por ejemplo, en una jeringa) con sulfato de
morfina, clorhidrato de petidina, clorhidrato de prometazina o hidrocloruro de hidroxicina, ya que puede
producirse precipitación del ketorolaco de la solución.
Es compatible con cloruro de sodio al 0,9%, glucosa al 5%, soluciones de Ringer y de Ringer lactato. La
compatibilidad de ketorolaco con otros medicamentos es desconocida.
3 años.
No lo use si hay partículas presentes. Se permiten periodos de bajas temperaturas a corto plazo (hasta 3
semanas) hasta -20°C.
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6.5. Naturaleza y contenido del envase
La eliminación de los productos no utilizados o de los envases se establecerá de acuerdo con las exigencias
locales.
Octubre 2019
Enero 2024
La información detallada de este medicamento está disponible en la página web de la Agencia Española del
Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) www.aemps.gob.es
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