CLASE_1
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CARTA INTRODUCTORIA:
En primer lugar, quisiera darles la bienvenida a todos los que por una u otra
razón, se sintieron atraídos por esta propuesta, agradeciéndoles su interés por esta
temática que me apasiona. El curso está organizado de manera que sea accesible para
aquellos que tienen una formación cognitiva como para a aquellos profesionales que no
la tienen. Es en función de esto que, en las siguientes páginas encontraran un breve
resumen sobre los principios básicos de la psicología cognitiva, para luego abordar
algunas características del modelo cognitivo para adicciones. Luego, en las próximas
clases nos introduciremos de lleno en el tratamiento cognitivo de las adicciones.
Como verán a lo largo de las diferentes clases, el curso intenta seguir un orden
cronológico respecto de lo que sería un tratamiento por adicciones, así es como en la
clase numero 2 veremos la entrevista de admisión, luego pasaremos en las siguientes
clases a las técnicas de tratamiento, para culminar con el alta y seguimiento en la última
entrega. Considero que esta forma de organizar las clases nos permitirá tener una guía
que abarque desde el primero al último paso en la terapia de las adicciones.
El objetivo principal del curso no es realizar un trabajo abarcativo sobre
diferentes teorías, ni profundizar en problemáticas de tipo teorico-filosofico respecto de
la temática de las adicciones, sino por el contrario se trata de brindarles herramientas
concretas para el trabajo cotidiano con pacientes reales. Por supuesto que para esto
deberemos abordar parte de la teoría sobre la que se justifican las técnicas pero siempre
tendremos como objetivo prioritario la práctica clínica.
En la próxima página encontraran una guía del curso que les servirá como hoja
de ruta y temario de cada clase.
Espero sinceramente que este curso sea de su agrado y les sirva para ampliar su
conocimiento sobre la problemática de las adicciones.
-Relación terapéutica.
-Diagnostico y primeras entrevistas.
-Cuestionarios estandarizados y herramientas diagnósticas.
-Definición del encuadre.
-Formulación del caso. Evaluar creencias disfuncionales. Secuencias de creencias.
-Motivación: Tratamiento voluntario y tratamiento compulsivo.
-Establecimiento de objetivos terapéuticos primarios y secundarios.
-Desintoxicación y abstinencia: Técnicas cognitivas para el manejo del craving.
Primeras intervenciones. Obstáculos para iniciar la cesación del consumo.
-Criterios de alta
-Mantenimiento de la abstinencia: Fortalecimiento de creencias de control.
-Mejorar las capacidades adaptativas del paciente.
BREVE INTRODUCCIÓN A LA TERAPIA COGNITIVO-
COMPORTAMENTAL:
Esta disciplina surge entre los años 50 y 60 del siglo XX a partir de la necesidad de
entender ciertos fenómenos mentales que el conductismo radical no podía explicar y que
incluía dentro de lo que los psicólogos conocían como “caja negra”. Según el
conductismo, dentro de la caja negra se englobaban todos aquellos procesos mentales
que no eran observables pero que, como señalan los primeros psicólogos cognitivos,
inciden necesariamente en el desarrollo de la conducta humana, agregando un estadio
mas en el procesamiento de la información al esquema básico de estímulo-respuesta.
ALGUNAS DEFINICIONES:
Si hablamos de adicciones en general, es decir, más allá del objeto que se utilice para
desplegar el comportamiento adictivo, deberíamos hablar del comportamiento
compulsivo como la característica común de esta patología. Así, no importa el objeto
del que se trate, podremos identificar a una persona como adicta cuando no logra
detener un comportamiento especifico a pesar de los problemas que le trae en su vida
cotidiana, ya sea el consumo de una o más sustancias, el trabajo, el sexo, el juego o
cualquier otra actividad. Sin embargo, si hablamos específicamente del consumo de
sustancias, no podemos obviar la definición del DSM IV que sitúa la dependencia a una
sustancia como “un grupo de síntomas cognoscitivos, comportamentales y fisiológicos
que indican que el individuo continúa consumiendo la sustancia, a pesar de la aparición
de problemas significativos relacionados con ella. Existe un patrón de repetida auto
administración que a menudo lleva a la tolerancia, la abstinencia y a una ingestión
compulsiva de la sustancia”. Y más adelante: “Aunque no está incluida dentro de los
criterios diagnósticos, la necesidad irresistible de consumo (craving) se observa en la
mayoría de los pacientes con adicciones a sustancias.”
Es cierto también que deberíamos ver a la adicción no como un hecho consumado y con
límites claramente determinables, sino más bien como un proceso constante, con
diferentes estadios en los que los cambios neurológicos y comportamentales que
provocan las sustancias ingeridas se van acentuando de manera progresiva y selectiva.
En casi todo el proceso adictivo, la persona puede conservar su inteligencia y la
habilidad para funcionar excepto en asuntos relacionados con su consumo. La
compulsión o descontrol del consumo, se presenta cuando el adicto comienza a ingerir
la sustancia y produce una pérdida de control del consumo, lo que se traduce en la
ingestión de grandes cantidades de sustancias, inversión de mucho tiempo y energía en
el consumo y todas las consecuencias que esto genera en las relaciones personales y las
responsabilidades de la persona.
¿Qué es la tolerancia?:
¿Qué es la abstinencia?
Una vez realizadas estas aclaraciones respecto a los modelos en general, nos
abocaremos específicamente al modelo cognitivo de las adicciones. En realidad, no
podríamos hablar de un único modelo cognitivo de las adicciones ya que a lo largo de la
historia de esta disciplina se han desarrollado numerosos modelos para entender este
fenómeno. Marlatt (1985) describe cuatro procesos cognitivos que reflejan de alguna
forma los modelos cognitivos relacionados a esta problemática. Cada proceso cognitivo
resulta en una forma de entender al adicto y su comportamiento, por eso decimos que es
un modelo acerca del funcionamiento del trastorno. A continuación, los cuatro procesos:
1) Auto eficacia: Se refiere al juicio que cada uno tiene respecto de sus propias
habilidades para manejarse de forma competente en situaciones desafiantes o de
alto riesgo (refiriéndonos siempre al consumo de sustancias). Niveles altos de
auto eficacia se asocian con la abstinencia mientras que los niveles bajos suelen
asociarse a recaídas. De la misma forma, mientras el sujeto logra mantenerse en
abstinencia es posible que su auto eficacia se incremente aun más, y las recaídas,
suelen afectar negativamente la sensación de eficacia en su comportamiento
frente al uso de sustancias.
Todos estos procesos cognitivos pueden ser aprehendidos en la práctica clínica a través
de diferentes creencias que el paciente expresa en su discurso. Aquí daremos algunos
ejemplos de las mismas aunque cabe aclarar que la formulación textual de la creencia
puede ser diferente en cada paciente aunque su contenido es probable que sea similar o
asimilable en la mayoría de los casos. Así podemos hallar fácilmente ejemplos de
creencias relacionadas con la auto eficacia cuando un paciente dice que “yo puedo
afrontar satisfactoriamente las tentaciones de utilizar drogas”. Ejemplo de baja auto
eficacia seria la creencia de que “soy un esclavo de las drogas”. Ejemplos de creencias
asociadas a resultados esperados serian: “si tomo algo esto me hará sentir bien en la
fiesta de esta noche” Es probable que un paciente que exprese esta creencia consuma en
esa fiesta ya que los resultados que prevé del consumo son ampliamente positivos. Con
respecto a las atribuciones de causalidad también nos es fácil encontrar algunos
ejemplos: “el cuerpo me pide” es una clara atribución a un factor interno, mientras que
“en mi barrio todos consumen” podría ser un buen ejemplo de cómo una persona
atribuye su adicción a un factor externo (en este caso “el barrio”)
Es muy difícil hacer un perfil debido a que estos pacientes cubren un rango etario muy
amplio (casos que van desde los 7 años hasta pasados los 60 y mas.), de todos los
niveles socioeconómicos, desocupados y personas con empleos de alta responsabilidad,
desde analfabetos hasta profesionales reconocidos, etc. Sin embargo hay algunas
características que podrían considerarse que aparecen con más frecuencia que otras. Por
lo general, estos pacientes se encuentran detenidos en algún estadio del ciclo vital, esto
significa que no han podido adaptarse completamente a la etapa evolutiva por la que
transitan, lo cual se corresponde con el alto grado de inmadurez que se observa en el
comportamiento de la mayoría de los pacientes. No logran independizarse de su familia
de origen y si lo hacen mantienen de alguna forma esta dependencia. El consumo
mismo hace que no logren establecerse y resolver conflictos cotidianos de la vida por lo
que, a pesar de verse como sujetos absolutamente independientes, deben recurrir
sistemáticamente a la ayuda de personas de su entorno para resolver estos problemas de
los que no pueden hacerse cargo. En algunos casos se tratan de la crianza de sus hijos, o
de su vida laboral, o dificultades económicas, etc. Pueden ser diferentes las razones por
las que su familia siempre termina asistiéndolos, pero siempre hay algún área de su vida
que no logran manejar. En los casos graves, es común que tengan problemas en varios o
todos los órdenes de su vida. Por supuesto, hablamos de que el adicto recurre a su
familia cuando existe una familia continente, aunque ya veremos que las familias de
pacientes adictos suelen presentar también graves desordenes y en muchos casos el
paciente ni siquiera puede contar con ella ya que ha perdido todo vinculo con la misma.
Otra característica es la baja tolerancia a la frustración. Son pacientes para los que
cualquier contratiempo cotidiano resulta en un afecto intenso y desagradable que no
logran tolerar. Es común que utilicen la sustancia como forma de contrarrestar estos
efectos que le provoca el vivir el día a día, con las dificultades que implica, y sienten
que sin la sustancia no podrían soportar la tensión que les provoca la vida cotidiana.
Esto repercute en detrimento de la capacidad de espera, la que se vuelve prácticamente
nula, o con umbrales muy bajos en el adicto. En ocasiones, ni siquiera son capaces de
esperar en la sala hasta que se los atiende ya que poseen un muy mal manejo de la
ansiedad. En todos los casos, son pacientes extremadamente manipuladores y
mentirosos, considerándose estos dos atributos como parte del cuadro sintomatológico
ya que son características que se presentan en la inmensa mayoría de los pacientes.
Estas últimas particularidades pueden sonar más como un prejuicio que como una
aseveración científica pero es un dato que muchos psicólogos señalan, que se ve
cotidianamente en la práctica clínica, y que incluso muchos familiares y allegados de los
pacientes refieren permanentemente. Por este motivo, la terapia con adicciones exige
una alerta permanente en este sentido puesto que siempre existe la posibilidad de que el
paciente no nos este contando la verdad acerca de lo que hace fuera del espacio
terapéutico e intente manipularnos para continuar consumiendo o extraer algún otro
rédito de la terapia como recetas, o certificados que deba presentar en el ámbito judicial
o laboral, a fin de eximirse de responsabilidades o cualquier otra cosa que no haga a los
objetivos del tratamiento.
*Éxtasis:
La droga es la MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina). Su presentación comercial es
en comprimidos de diferentes tamaños y colores que por lo general presentan algún
dibujo para diferenciar los subtipos. Entre los consumidores se la conoce como
“Adam”, “extasis”, “ruedita”, “bicho”, etc. Es una droga sintética psicoactiva que
provoca un aumento de la actividad por parte del consumidor, así como un aumento de
la sensibilidad corporal y una distorsión perceptiva que en ocasiones puede derivar en
alucinaciones. También provoca en los usuarios una falsa sensación de “estar
conectado” con los otros y falsos sentimientos de amor y ternura con las personas
cercanas.
Pasados los efectos de la intoxicación, los usuarios suelen sentir confusión, están
anímicamente deprimidos, tienen problemas para conciliar el sueño y además su uso
reiterado se asocia al desarrollo de diferentes trastornos de ansiedad y depresión clínica.
A largo plazo puede provocar alteraciones en la memoria y enfermedad de párkinson.
*Marihuana:
Se la conoce como “porro”, “faso”, “yerba”, “humito”, “ramiro”, etc. El componente
activo de la planta es el THC (delta-9-tetrahidrocannabinol). Se consume por lo general
como cigarrillos pero también se puede fumar en pipas comunes o pipas de agua.
Debido a que las moléculas de THC son liposolubles, también puede ser ingerido si se
mezcla con alimentos de alto contenido graso como aceite o manteca aunque su uso en
forma comestible se encuentra menos difundido ya que requiere una preparación más
compleja. En ocasiones se fuma mezclada con otras sustancias como cocaína
(“nevado”) o pasta base (“mixto”).
*Inhalantes:
Los inhalantes son substancias comunes que se encuentran en el hogar. El abuso de
inhalantes puede causar la muerte aún si se trata de la primera vez que se usan. Algunos
de los productos que se inhalan o aspiran por la boca son productos domésticos
comunes como quita-esmalte, líquido de limpieza, gasolina y pintura en aerosol. Los
inhalantes son vapores químicos que al respirarlos producen efectos psicoactivos.
Debido a su disponibilidad y bajo costo resultan ser una droga de preferencia para
muchos usuarios.
- Solventes:
Solventes industriales o domésticos o productos que contienen solventes, incluidos los
diluyentes o solventes de pintura, los desengrasantes (líquidos de lavado en seco), la
gasolina y los pegamentos.
Solventes de efectos de arte u oficina, incluidos los líquidos de corrección, líquido de
marcadores de punta de fieltro y limpiadores de contactos electrónicos.
-Gases:
Gases utilizados en productos domésticos o comerciales, incluidos los encendedores de
butano y los tanques de propano, aerosoles o surtidores de crema batida y gases
refrigerantes. El gas contenido en los envases tipo sifones.
Propelentes de aerosoles domésticos y solventes asociados en artículos tales como
pinturas en aerosol, desodorante en aerosol, laca para el cabello y protectores de tela en
aerosol.
Gases médicos anestésicos, tales como cloroformo, halotano y óxido nitroso (gas de
risa).
- Nitritos:
Nitritos alifáticos, incluidos el nitrito ciclohexílico, el cual está disponible al público en
general; nitrito amílico, disponible sólo con receta; y nitrito butílico, que ahora es una
sustancia ilegal.
Casi todos los inhalantes producen efectos similares a las anestesias y disminuyen la
velocidad de las funciones del cuerpo. Cuando se inhalan en concentraciones
suficientes, los inhalantes pueden causar efectos intoxicantes que pueden durar
solamente unos minutos o varias horas si se inhalan repetidamente. Al principio, los
usuarios pueden sentirse un poco estimulados; con inhalaciones sucesivas, pueden
sentirse menos inhibidos y menos en control; por último, el usuario puede perder el
conocimiento.
*Ketamina:
El clorhidrato de ketamina conocido como "keta", es un alucinógeno potente que
comúnmente usan los veterinarios como tranquilizante para animales. Los usuarios a
veces llaman la euforia producida por la ketamina como "Hoyo K" (K-hole) y describen
alucinaciones profundas que incluyen distorsión visual y pérdida de percepción del
tiempo, la sensibilidad y la identidad. Los efectos pueden durar entre media hora y 2
horas, pero que la droga puede afectar el cuerpo por hasta 24 horas.
La presentación de la ketamina para uso veterinario es liquida, pero los usuarios suelen
calentar el preparado hasta convertirlo en cristales, luego de la evaporación del liquido.
Estos cristales son aspirados por las vías nasales. Algunas personas suelen esparcirla
sobre el tabaco o la marihuana y luego la fuman. La ketamina a menudo se usa en
conjunto con otras drogas tales como éxtasis, heroína o cocaína y para contrarrestar
efectos indeseados de las mismas.
*LSD:
El ácido lisérgico es también conocido como “pepa”, “cartón”, “cartulina”, etc. El LSD
es líquido y su efecto en dosis mínimas es tan potente que los usuarios compran un
cartón de menos de 1 cm2 apenas impregnado con la sustancia, el cual ingieren por la
boca luego de chuparlo para extraer el LSD.
Los efectos del LSD son impredecibles. Dependen de la cantidad que se tome, la
personalidad del usuario, el estado de ánimo y las expectativas y el entorno en que se
use la droga. Por lo general, el usuario siente los primeros efectos de la droga unos 30 a
90 minutos después de tomarla. Los efectos físicos incluyen pupilas dilatadas, aumento
en la temperatura corporal, aumento en la frecuencia cardíaca y la tensión arterial,
sudoración, pérdida de apetito, insomnio, sequedad de la boca y temblores.
Los cambios en las sensaciones y los sentimientos son mucho más dramáticos que las
señales físicas. Puede que el usuario experimente varias emociones diferentes a la
misma vez o pase de una emoción a otra rápidamente. Sí se toma una dosis
suficientemente alta, la droga produce delirio y alucinaciones visuales. La percepción
del tiempo del usuario y de sí mismo cambia. Las sensaciones parecen fundirse, lo que
le da al usuario la sensación de oír los colores y ver los sonidos. Estos cambios pueden
ser aterradores y causar pánico.
*Alcohol:
El alcohol es un depresivo que proviene de fuentes orgánicas como las uvas, los granos
y las bayas. Éstas se fermentan o destilan hasta formar un líquido.
El alcohol afecta todo el cuerpo. Se transporta a través de la sangre hacia el cerebro, el
estómago, los órganos internos, el hígado, los riñones, los músculos, etc. Además, el
cuerpo absorbe el alcohol rápidamente (toma tan poco como 5-10 minutos) pero luego
tarda varias horas hasta poder metabolizarlo.
El alcohol afecta al sistema nervioso central y al cerebro. Puede hacer que las personas
se tranquilicen, se relajen y se sientan más cómodas o, por el contrario, puede volverlas
más agresivas.
También reduce las inhibiciones, lo que, lamentablemente, podría dar paso a una
conducta peligrosa o embarazosa.
A nivel físico, el abuso de alcohol provoca toda clase de desordenes, entre los que se
cuentan la cirrosis del hígado, pancreatitis, derrame hemorrágico y ciertos tipos de
cáncer. Además existe el riesgo por sobredosis ya que el alcohol provoca excitación en
una primera etapa pero luego deprime el sistema nervioso, lo que puede llevar a una
depresión respiratoria seguida de coma y muerte.
El alcoholismo se asocia a estados depresivos y es mayor el índice de suicidios en esta
población.
Entre los efectos secundarios que podría acarrear el abuso de los estimulantes se
encuentran la hostilidad o la paranoia, o un potencial fallo del sistema cardiaco o
convulsiones fatales. Incluso en una dosis pequeña, los depresores y los calmantes
tienen efectos sutiles sobre las capacidades motoras, el juicio y en la capacidad de
aprendizaje.
El abuso de medicinas sin receta para la tos y para los resfriados puede causar: visión
borrosa, náusea, vómito, vértigo, coma e incluso la muerte. Muchos usuarios divulgan
que mezclan las medicinas de venta con receta con las medicinas sin receta y con el
alcohol. El usar estas medicinas en combinación puede causar un fallo respiratorio y
hasta la muerte.
*Anfetaminas y Metanfetaminas:
La metanfetamina tiene una relación química muy estrecha con la anfetamina, pero los
efectos de la metanfetamina sobre el sistema nervioso central son mayores. Ambas
drogas tienen algunos usos médicos, principalmente en el tratamiento de la obesidad,
pero su uso terapéutico es limitado. El clorhidrato de metanfetamina en trozos grandes
de cristal claro similares al hielo se conoce como "hielo", "cristal" y "vidrio" y se fuma.
La metanfetamina libera niveles altos del neurotransmisor dopamina, que estimula las
células cerebrales y mejora el estado de ánimo y el movimiento corporal. Además,
parece tener un efecto neurotóxico, ya que afecta las células cerebrales que contienen
dopamina y serotonina, otro neurotransmisor. Con el tiempo, la metanfetamina parece
reducir los niveles de dopamina, lo que puede resultar en síntomas parecidos a los de la
enfermedad de Parkinson, un trastorno severo del movimiento.
La metanfetamina se usa por vía oral o intranasal (inhalar el polvo), se puede inyectar
intravenosamente o fumar. Inmediatamente después de fumar o inyectarse la droga en la
vena, el usuario de metanfetamina experimenta una sensación intensa conocida como
"arranque de euforia" - en inglés "rush" o "flash" - de corta duración, descrito como
sumamente placentero. El uso oral o intranasal produce euforia, pero no esta sensación
intensa. Los usuarios se envician rápidamente y la usan con más frecuencia y en dosis
más altas.
El consumo de estas sustancias provoca inmediatamente un aumento en el estado de
vigilia, aumento de la actividad física, disminución del apetito, aumento en la
respiración, hipertermia y euforia. Otros efectos en el sistema nervioso central incluyen
irritabilidad, insomnio, confusión, temblores, convulsiones, ansiedad, paranoia y
agresividad. La hipertermia y las convulsiones pueden resultar en muerte.
Existen infinidad de otras sustancias que pueden provocar una utilización compulsiva de
las mismas. Sin embargo, las que acabamos de ver son las que más comúnmente
utilizan las personas en Argentina y las que probablemente les cuenten sus pacientes
que son las que consumen.
Como verán, la mayoría de estas sustancias puede provocar graves trastornos mentales
así como lesiones físicas irreparables e incluso la muerte. Esto marca claramente cual
será nuestro primer objetivo como terapeutas cuando un paciente adicto concurre a
nuestro consultorio, y este tiene que ser necesariamente la cesación del consumo ya que
estamos frente a una persona en serio riesgo y no podremos abordar ningún otra área del
sujeto seriamente mientras permanezca intoxicado. Ahora que hemos conceptualizado
brevemente tanto nuestro método de trabajo como el objeto del mismo veamos como se
inicia un tratamiento por adicciones…
DIAGNÓSTICO:
-Dependencia:
“La característica esencial de la dependencia de sustancias consiste en un grupo de
síntomas cognoscitivos, comportamentales y fisiológicos que indican que el individuo
continúa consumiendo la sustancia, a pesar de la aparición de problemas significativos
relacionados con ella. Existe un patrón de repetida autoadministración que a menudo
lleva a la tolerancia, la abstinencia y a una ingestión compulsiva de la sustancia. El
diagnóstico de dependencia de sustancias puede ser aplicado a toda clase de sustancias a
excepción de la cafeína”
Fíjense que hay dos factores que se tienen en cuenta para establecer este diagnóstico: La
aparición de “problemas significativos relacionados con un consumo que no se reduce a
pesar de que estos problemas están presentes ya en la vida de la persona, y la tolerancia,
abstinencia (términos con los que trabajamos en la 1º clase), que aparecen a raíz de una
repetida auto administración de la sustancia.
-Abuso:
“La característica esencial del abuso de sustancias consiste en un patrón des adaptativo
de consumo de sustancias manifestado por consecuencias adversas significativas y
recurrentes relacionadas con el consumo repetido de sustancias. Puede darse el
incumplimiento de obligaciones importantes, consumo repetido en situaciones en que
hacerlo es físicamente peligroso, problemas legales múltiples y problemas sociales e
interpersonales recurrentes”
Está claro que el DSM establece el abuso como un comportamiento de consumo des
adaptativo pero deja por fuera la tolerancia y la abstinencia. Aquí podríamos establecer
el distingo entre dependencia y abuso.
“El sujeto aparece intoxicado o con otros síntomas relacionados con la sustancia cuando
se espera de él el cumplimiento de obligaciones importantes en el trabajo, la escuela o
en casa (Criterio A1).” Aquí el eje esta puesto entonces sobre el deterioro que genera el
consumo en el cumplimiento de obligaciones y vínculos. Es decir, un bajo rendimiento
en actividades cotidianas.
(3) problemas legales repetidos relacionados con la sustancia (p. ej., arrestos por
comportamiento escandaloso debido a la sustancia)
(4) consumo continuado de la sustancia, a pesar de tener problemas sociales
continuos o recurrentes o problemas interpersonales causados o exacerbados
por los efectos de la sustancia (p. ej., discusiones con la esposa acerca de las
consecuencias de la intoxicación, o violencia física)
B. Los síntomas no han cumplido nunca los criterios para la dependencia de sustancias
de esta clase de sustancia.
Aquí como vemos, lo característico de este diagnóstico consiste en los efectos que la
sustancia provoca cuando aun se encentra en el SNC (sistema nervioso central).
Podríamos considerar este diagnóstico como provisorio, ya que la intoxicación cederá
apenas se haya metabolizado la sustancia que el sujeto ha consumido. Y luego
deberemos explorar si se trata de una persona que abusa o es dependiente de la sustancia
ingerida.
-Abstinencia de sustancias:
La característica esencial de la abstinencia por sustancias consiste en la presencia de un
cambio desadaptativo del comportamiento, con concomitantes fisiológicos y
cognoscitivos, debido al cese o la reducción del uso prolongado de grandes cantidades
de sustancias.
Aquí estamos frente a un fenómeno que se da entonces no por la ingesta, sino por el
cese de la misma por parte del consumidor.
Estos son los 4 diferentes diagnósticos que establece el DSM IV para evaluar las
adicciones. En otros apartados, señala otros trastornos que están asociados a sustancias,
pero que no se relacionan específicamente con un trastorno adictivo, sino más bien con
las consecuencias de la ingesta. Estos son:
Luego el DSMVI incluye como parte del diagnóstico el tipo de sustancia consumida:
Por ejemplo trastorno por dependencia de cocaína, o trastorno por intoxicación con
marihuana. Consideramos que el hecho de distinguir entre un abusador o un
dependiente, resulta útil en cuanto que podemos diferenciar diferentes grados de
consumo y de acuerdo al diagnóstico sabremos a qué nivel de deterioro ha llegado el
consumidor y que podremos esperar cuando retiremos la sustancia de su vida. Sin
embargo, la información acerca del tipo de droga consumida no modificará el
tratamiento a menos que estemos en presencia de un tabaquista (para el que existen
tratamientos específicos que no9 veremos en detalle en este curso), o un alcohólico (en
donde es necesario un seguimiento médico detallado a la hora de la entrada en
abstinencia puesto que el corte abrupto de la ingesta puede provocar descompensaciones
clínicas en casos graves.
Cabe aclarar que en este apartado hemos considerado solo los aspectos diagnósticos que
resultan relevantes para el desarrollo de nuestro tratamiento. Si desean información
detallada respecto al diagnóstico por DSM los remito al manual mismo.
Antes de pasar a la formulación del caso, es importante que podamos realizar una
anamnesis completa sobre el paciente y su motivo de consulta. Esto nos dará
información necesaria para realizar el diagnostico por DSM. A pesar de que no veremos
aquí la anamnesis de admisión, ya que sigue los patrones básicos para cualquier
patología (datos personales completos, antecedentes de enfermedad, medicación pasada
y actual si la hubiere, antecedentes familiares de enfermedad, genograma completo,
motivo de consulta, etc) también deberemos preguntar cuestiones específicas sobre las
sustancias consumidas y el estilo de consumo del paciente. Para ello, deberemos indagar
en los siguientes aspectos:
Veamos cada apartado en detalle, ya que aparecen términos nuevos que deberemos
definir:
Esto significa que debemos analizar a través del discurso del paciente estos
diferentes niveles de creencias a partir de los cuales las personas perciben los
diferentes eventos a los que se exponen, ya que la forma en la que perciben la
realidad luego determinara la forma en la que interactúan con ella y como se
sienten al respecto.
Veamos un ejemplo:
Conducta adictiva
“Ir donde el vendedor y apli-
carme una dosis”
Ahora bien, una vez que hemos cumplimentado estos pasos en la primera sesión
estaremos en condiciones de firmar que tenemos un diagnostico y una clara
conceptualización de caso, lo que nos permitirá continuar nuestro trabajo
pasando a evaluar el nivel de motivación para el inicio de un tratamiento de
adicciones.
MOTIVACIÓN:
Por otro lado, la motivación para el cambio no suele ser un estado fijo y constante sino
que fluctua de un momento a otro. Miller y Rollnick (1991) explican que los
pensamientos de los adictos acerca del cambio suelen ser altamente contradictorios.
Veamos los diferentes estadios de la motivación según los desarrollos de Prochaska,
DiClemente y Norcross (1992):
Según estos autores, existen 5 estadios diferentes:
*Pre contemplación:
En este estadio, los individuos están menos implicados en superar sus problemas y están
menos motivados a cambiar sus conductas problemáticas.
*Contemplación:
Aquí los individuos desean examinar los problemas asociados con su abuso de
sustancias, y tienen en consideración las implicaciones del cambio, aunque no hagan
aún ninguna acción constructiva para ello. También existe mayor probabilidad de que
respondan más positivamente a enfrentarse con los problemas y la educación, aunque
todavía tendrán una actitud ambivalente frente a esto.
*Preparación:
En este estadio, a los pacientes les gustaría hacer cambios reales y por lo tanto desean
ayuda para sus problemas, aunque se sientan perdidos en cuanto a saber lo que es
necesario para poder estar al margen de la droga.
*Acción:
En este momento, los individuos han tomado un compromiso para cambiar y han
empezado ya a modificar sus conductas. Según los autores antes mencionados, esta fase
suele ser especialmente estresante, y requiere de apoyo y aliento terapéutico para
superarse.
*Mantenimiento:
Aquí los individuos intentan continuar el proceso que ya han empezado en los estadios
de contemplación y acción. Sería la fase en donde se trabaja especialmente sobre la
prevención de recaídas.
Como dijimos antes, el pasaje por estos estadios no es lineal en el tratamiento de las
adicciones, sino que veremos en la terapia permanentes avances y retrocesos. Algunas
personas no logran superar los primeros estadios.
El trabajo terapéutico resulta efectivo cuando tanto paciente como terapeuta se centran
en la misma fase de motivación. Es decir que no servirá de nada si a un paciente en
estadio pre contemplativo le hablamos acerca de los efectos perjudiciales en su salud del
consumo de cocaína. Sin embargo, podremos aquí centrarnos en problemas vitales que
sean motivo de su preocupación (por ejemplo su bajo rendimiento laboral, o la falta de
progresos en su profesión), y luego conectamos esta problemática en relación a como
incide su consumo en esta problemática. Me interesa aclarar en este punto que en la
mayoría de los casos, de nada sirve que resaltemos el daño que les provoca la droga en
su cuerpo. Esto es algo que la enorme mayoría de los consumidores conoce (no
olvidemos que muchos de ellos llegaran a consulta habiendo pasado ya por episodios de
sobredosis) y esta información no los ha hecho cambiar su comportamiento en el pasado
y probablemente no lo haga en el futuro.
En este planteo también podremos incluir a la familia, a modo de soporte del encuadre.
El encuadre en adicciones, no consiste únicamente en el establecimiento de un horario,
lugar y metodología para las sesiones.
Aquí también deberemos ocuparnos de establecer algunos límites claros de manera que
el paciente tenga muy presente que si los sobrepasa, no podremos continuar
ayudándolo. Por ejemplo, debe quedar bien claro que la sesión no se llevará a cabo si el
paciente concurre bajo el efecto de alguna sustancia. Si definimos como objetivo del
tratamiento la cesación total del consumo, deberá ser claro para el paciente que no
toleraremos el uso sistemático de “un poco de droga” (a pesar de que haya reducido su
consumo o lo haya virado hacia una sustancia “menos peligrosa”.). Destaco la
diferencia entre “uso sistemático” y “recaída”, entendiendo por esta ultima un impulso
que el sujeto no logra controlar, en oposición a la decisión de continuar consumiendo
menos.
Otro punto a dejar en claro son los límites de la confidencialidad dentro del espacio
terapéutico, dejando expresamente asentado que no podremos sostener dicha
confidencialidad si el paciente continua involucrándose en actividades ilegales tales
como robos, episodios de violencia contra terceros, estafas, conducir bajo los efectos de
sustancias, etc., ya que la ley es clara en esto y nos obliga a denunciar tales hechos
puesto que si los toleramos nos convertimos en cómplices de los mismos.
Tampoco debemos tolerar estallidos de ira o violencia dentro del consultorio ya que no
podremos trabajar con la soltura necesaria si tememos por nuestra integridad física y
mental. Además de las razones expuestas anteriormente para sostener este encuadre, s
importante que tomemos conciencia que si toleramos estas situaciones, no estaríamos
ayudándolo a modificar su conducta y esto implica un perjuicio para ellos
principalmente.
Por último, deberemos tocar el tema del consumo de bebidas alcohólicas durante el
tratamiento. Beck (1993) señala en relación a esto que “en la práctica, nuestra
experiencia nos dice que la utilización del alcohol socava la abstinencia que tienen de
drogas como la cocaína o el asta base. Una de las razones es que la utilización de
alcohol disminuye las inhibiciones de los pacientes. Lo pacientes relatan que cuando
están bebiendo, hay menos probabilidades de que piensen acerca de las razones
irresistibles para dejar las drogas…por lo tanto, tienen más probabilidad de reanudar la
utilización de drogas más duras”.
RELACIÓN TERAPÉUTICA:
Fomentar la confianza: La confianza es algo que no está dado desde el inicio sino que
deberemos construir a lo largo de los primeros encuentros. Si no logramos que el
paciente confíe en nosotros, ninguna de nuestras intervenciones tendrá demasiado eco
en ellos. Hay algunas cosas que podremos hacer en este sentido:
Beck, también nos orienta respecto a la confianza terapéutica señalando que “la
confianza también se fomenta cuando el terapeuta sirve de rol modelo, es el que tiene
estilos de vida y actitudes “limpias”. Comentarios del terapeuta sobre la forma en la que
disfruta en las fiestas o como se divierte son totalmente contraindicados”.
La confianza es algo que cuesta construir y que se puede perder muy rápidamente, por
ello debemos estar alertas siempre en este sentido.
Luchas de poder: Como en todo tratamiento, los pacientes lucharan por acceder al
control de la terapia. Si permitimos esto seguramente no podremos continuar ayudando
al tratamiento ya que nos haremos funcionales a su consumo, y una vez que hemos
perdido el poder de controlar el espacio terapéutico, difícilmente podamos retomarlo.
Para esto, hay algunas sugerencias que podremos tener en cuenta, según surge de las
aportaciones de Beck y cols. (1993):
*No luchar fuego contra fuego: Cuando un paciente se muestra hostil, no es bueno que
el terapeuta responda de la misma forma, ya que dicha reacción por parte del terapeuta
podría conducir a una peligrosa escalada del conflicto. Como terapeutas, debemos
mostrar confianza y convicción en su postura de forma natural.
*Desarmar al paciente con humildad y empatía: Esto implica que a veces no debemos
confrontar directamente imponiendo acciones y actitudes que el paciente debería
realizar para cuidarse, sino demostrar preocupación por el hecho de que no logre
mantenerse al margen de las situaciones de riesgo.
ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS:
Esta frase, por demás sencilla, nos alerta sobre la importancia en el establecimiento de
objetivos dentro del tratamiento. Toda terapia cognitiva es una terapia focalizada,
centrada en unos objetivos, que serán quienes nos orienten en relación a las acciones
necesarias para alcanzarlos. Por ello mismo es de fundamental importancia a la hora de
formularlos, que sean lo más claros y definidos que podamos, ya que si son confusos o
poco transparentes, muy probablemente nos desviemos del rumbo y la terapia se
transforme en un dialogo inconducente, siempre atado a las contingencias del día a día
pero sin llegar nunca a resolver los problemas de fondo que nos presentan los pacientes.
Una vez que los objetivos están formulados, nos enfrentamos a la difícil tarea de que el
paciente inicie acciones concretas que le permitan alejarse de las drogas. Este momento
no puede ser retrasado ni un instante, es necesario que el paciente comprenda que ya no
habrá “despedidas”, ni retrasos en cuanto a la puesta en práctica de una decisión que ha
decidido encarar cuando entro en nuestro consultorio. Para ayudarlo en esta difícil tarea,
hay algunas indicaciones que podemos darle para que pueda iniciar inmediatamente este
proceso. Estas indicaciones no provienen específicamente de la terapia cognitiva, pero
pueden complementarse perfectamente con el modelo y será de gran ayuda si logara
cumplirlas. Consisten en lo siguiente:
Con esto finalizamos la clase numero 2, anhelando que haya sido de su interés. Espero
el envío de sus preguntas si las hubiere. Hasta la clase que viene…
LECTURAS RECOMENDADAS:
-Aaron T. Beck, Fred D Wright, Cory F Newman, Bruce S. Liese. “Terapia Cognitiva
de las Drogodependencias”. Ed. Paidós. (1999). Prefacio y capitulo 1.
Escala:
1- Totalmente en desacuerdo.
2- Muy en desacuerdo
3- Ligeramente en desacuerdo
4- Neutral
5- Ligeramente de acuerdo
6- Muy de acuerdo
7- Totalmente de acuerdo
14) Los craving y los impulsos no desaparecerán a menos que tome drogas.
15) Mi abuso de sustancias lo provoca otra persona (p. ej: mi esposa, novio/a, o un
miembro de la familia)
16) Si alguien tiene un problema con las drogas, eso es algo completamente
genético.
18) Tener estos problemas con las drogas significa que básicamente soy una mala
persona.