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Análisis de los Títulos III y IV del Libro Segundo del Codigo Penal

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FACULTAD

De Derecho Y Ciencias Forenses

CARRERA

Derecho Y Ciencias Políticas

ASIGNATURA

Derecho Penal General I

Análisis del Título III Y Título IV del Código Penal

Estudiantes:

Diana Rodríguez

Alexander Rodríguez

Maryori De León

Astrid Escobar

Yohelis Beitía

Marielys Vergara

Docente:

Edwin Mitre

Fecha: 2024

1
Introducción

El Código Penal de Panamá establece regulaciones específicas para proteger


los derechos fundamentales relacionados con la libertad, la integridad sexual y
el honor de las personas. Dentro del Título III, se abordan los delitos contra la
libertad e integridad sexual, contemplando conductas que van desde la
violación hasta la explotación sexual comercial, con penas agravadas en casos
de vulnerabilidad. Por otra parte, el Título IV regula los delitos contra el honor,
como la injuria y la calumnia, estableciendo sanciones y disposiciones
comunes que equilibran la protección de la reputación personal con el respeto
a la libertad de expresión. Este análisis busca explorar los aspectos esenciales
de estas normativas, resaltando su importancia en la protección de derechos
fundamentales.

2
Análisis

Título III. Delitos Contra La Libertad E Integridad Sexual.

Este título aborda los delitos contra la libertad e integridad sexual, su propósito
principal es proteger la autodeterminación sexual y el respeto por el cuerpo y la
dignidad de las personas. Incluye conductas como violación, actos sexuales sin
consentimiento, abuso de poder y relaciones sexuales con menores de edad,
estableciendo penas severas según las circunstancias agravantes. Este título
protege tanto la autonomía sexual como la dignidad de las víctimas,
sancionando el abuso físico, psicológico y de confianza en este ámbito.

Capítulo I. Violación y otros Delitos Sexuales.

Se centra en proteger la libertad sexual como un derecho fundamental,


garantizando la autonomía de las personas sobre su cuerpo y su capacidad de
consentir relaciones sexuales. Este capítulo regula las acciones que
constituyen una violación de la integridad sexual, desde el acceso carnal
mediante violencia o intimidación hasta otros actos libidinosos. Establece las
sanciones correspondientes a esa conductas delictivas dependiendo de la
gravedad de los hechos y las circunstancias.

Los artículos más importantes que tienen este título son los siguientes:

Artículo 174: Este artículo sanciona con 7 a 12 años de prisión el acceso


carnal mediante violencia, intimidación o sin consentimiento, incluyendo actos
sexuales con objetos o partes del cuerpo no genitales. La pena aumenta de 10
a 15 años si hay daño físico o psicológico, embarazo, relación de confianza o
autoridad, entre otras agravantes. Si el agresor es portador de una enfermedad
incurable como VIH, la pena subirá de 12 a 18 años.

Artículo 176: Establece penas de 4 a 6 años de prisión para quienes accedan


sexualmente a adolescentes entre 14 y 18 años, aprovechándose de una
posición de ventaja, incluso con consentimiento. La pena aumenta en casos de
autoridad, embarazo, contagio de enfermedad, deserción escolar o engaño con
promesas de matrimonio.

3
Artículo 178: Este fue modificado por el artículo 45 de la ley 82 del 24 de
octubre de 2013, establece una sanción penal para aquellos que cometan
acoso, hostigamiento, acecho o discriminación sexual contra una persona con
la que mantengan una relación laboral, escolar o religiosa, sin importar la
jerarquía o posición que existiera entre las partes involucradas

Capítulo II. Corrupción De Personas Menores De Edad, Explotación


Sexual Comercial Y otras Conductas.

Este capítulo abarca normas legales diseñadas para proteger a menores de


edad y personas vulnerables contra actos que afectan su integridad sexual y
dignidad. Establece penas severas para cada uno de los casos.

A continuación, se explicará los artículos más importantes:

Artículo 179: Modificado por el artículo 8 de la Ley 21 del 20 de marzo del


2018, establece sanciones para quienes corrompan o promuevan la corrupción
de menores de 18 años, involucrándolos en comportamientos sexuales, ya sea
participando o presenciando los mismos. La pena será de ocho a diez años de
prisión. Sin embargo, esta pena aumenta a diez a quince años si la víctima
tiene menos de 14 años, está en situación de vulnerabilidad, o el acto se lleva a
cabo con violencia, engaño, o por parte de un familiar o tutor. También se
agrava si la víctima queda embarazada, contrae una enfermedad de
transmisión sexual o presenta alteraciones psicológicas. Además, el autor
perderá la patria potestad, tutela o custodia en casos de abuso familiar.

Artículo 184: Modificado por el artículo 11 de la ley 21del 20 de marzo del


2018, establece una severa sanción para aquellas personas que fabriquen,
elaboren, produzcan, ofrezcan, comercialicen, exhiban, publiquen, difundan o
distribuyan material pornográfico que implique la representación de menores de
edad, ya sea de manera real o simulada. Este tipo de comportamiento es
considerado un delito grave debido a la explotación sexual infantil y la
peligrosidad de exponer a los menores en actividades de este tipo,
especialmente cuando se realiza a través de medios como Internet o cualquier

4
otro medio de comunicación masiva, lo cual amplifica el alcance y la visibilidad
del daño.

La pena de prisión para quienes cometan este delito es de diez a quince años,
lo que refleja la gravedad con que la ley trata estos actos. Sin embargo, la
normativa contempla una pena más grave, de quince a veinte años, cuando la
víctima tiene menos de catorce años, o cuando el autor pertenece a una
organización criminal (ya sea nacional o internacional).

Artículo 186: Modificado por el artículo 13 de la Ley 21 del 20 de marzo del


218, sanciona a quien pague o prometa pagar, ya sea en dinero o en especie,
para que una persona menor de 18 años, o una tercera persona, realice actos
sexuales con ellos. La pena es de ocho a diez años de prisión si la víctima
tiene entre 14 y 17 años, y diez a quince años si la víctima tiene menos de 14
años. Este artículo busca castigar la explotación sexual de menores mediante
el uso de incentivos económicos.

Artículo 187: Sanciona con 8 a10 años de prisión a quien utilice o permita que
menores participen en actos de exhibicionismo o pornografía, ya sea de
manera presencial o a través de medios digitales. También incluye el uso de
correos electrónicos o redes para promover actividades sexuales en menores.
Este artículo es relevante por abordar el abuso sexual infantil relacionado con
tecnologías modernas.

Artículo 188: Artículo 188: Modificado por el artículo 15 de la Ley 21 del 20 de


marzo del 2018, regula la exhibición de material pornográfico o acceso a
espectáculos pornográficos a menores de edad o personas con discapacidad
que no puedan resistirse, estableciendo penas de prisión de 6 a 8 años. Si el
autor es un familiar directo o tutor, la sanción se agrava. Esto busca proteger a
los menores de la exposición a contenidos inapropiados y prevenir conductas
de abuso.

Artículo 190: Este artículo penaliza la promoción, organización, facilitación o


publicidad del turismo sexual que implique la explotación sexual de personas
entre 14 y 18 años, independientemente de si el acto llega a consumarse. La

5
sanción varía entre 10 a 12 años de prisión, pero se incrementa hasta la mitad
del máximo (15 años) si la víctima tiene menos de 14 años o posee una

discapacidad. Este tipo penal busca disuadir y castigar prácticas que


favorezcan la explotación sexual, especialmente en contextos vulnerables
como el turismo sexual.

Artículo 191: Establece una sanción de 15 a 20 años de prisión para los


propietarios, arrendadores o administradores de lugares utilizados para facilitar
delitos de explotación sexual. Este artículo extiende la responsabilidad penal a
quienes proporcionen espacios para estas actividades, reforzando la lucha
contra las redes de explotación y asegurando que los responsables materiales
y cómplices enfrenten consecuencias legales.

Capítulo III. Disposición Común.

Establece una disposición agravante aplicable a los delitos de los artículos 174
y 175, relacionados con la violación y los delitos sexuales agravados. La norma
dispone que, si estos actos derivan de violencia doméstica, la pena será
incrementada en un tercio a la mitad de la sanción base. Esta disposición
reconoce el impacto agravado de los delitos sexuales cuando ocurren en el
contexto de relaciones familiares o de convivencia, donde la víctima se
encuentra en una situación de especial vulnerabilidad. La norma busca reforzar
la protección de las víctimas y endurecer las consecuencias para quienes
abusan de su posición de poder en el ámbito doméstico.

Título IV Delito Contra el Honor de la Persona Natural.

Este título protege el derecho fundamental de toda persona a mantener su


honor, reputación y dignidad. Estos delitos son cometidos cuando una acción,
expresión o acusación falsa afecta la percepción pública o la estima personal
de alguien.

Capítulo I. Injuria Y Calumnia.

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Establece que la injuria es toda expresión o acción que ofenda el honor o la
dignidad de otra persona. Puede ser de carácter verbal, escrito o cualquier
medio

de comunicación. Por otro lado, la calumnia se refiere a la imputación falsa de


un delito a otra persona, con conocimiento de que dicha imputación es falsa.

Ambos delitos son punibles, y su gravedad varía según el medio empleado


para cometerlos y el daño causado.

Los artículos que se pueden resaltar de este título son los siguientes:

Artículo 193: Este artículo tipifica el delito de injuria, sancionando a quien


ofenda la dignidad, honra o decoro de otra persona mediante escritos u otros
medios. La pena es de 60 a 120 días-multa, reflejando la intención de castigar
actos que lesionen el honor personal sin llegar a imponer penas privativas de
libertad.

Artículo 194: Este artículo regula la calumnia, castigando la atribución falsa de


un hecho delictivo a otra persona. La sanción es de 90 a 180 días-multa,
debido a la gravedad adicional de una acusación infundada que puede
perjudicar significativamente la reputación de la víctima.

Capítulo II. Disposiciones Comunes.

Este capítulo establece normas aplicables tanto a la injuria como a la calumnia.


Incluye eximentes de responsabilidad, como la prueba de la veracidad en
ciertos casos de calumnia o injuria. También contempla situaciones en las que
el honor del ofendido puede ser protegido sin implicar una sanción penal, como
en el caso de retractaciones públicas. El objetivo de estas disposiciones es
proteger la integridad moral y la buena reputación de las personas, respetando
a la vez la libertad de expresión bajo ciertos límites.

Artículo 196: Establece que una retractación pública y aceptada por la persona
ofendida puede excluir la responsabilidad penal, promoviendo la reparación
moral del daño. Además, si los supuestos ofendidos son altos funcionarios

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públicos, no se aplica sanción penal, pero sí podría haber responsabilidad civil,
garantizando que estos casos no limiten indebidamente la crítica o escrutinio
hacia figuras públicas

Artículo 197: Permite eximir al acusado de calumnia si prueba la veracidad de


lo afirmado. En casos de injuria, esta posibilidad solo es válida si las
imputaciones no afectan la vida conyugal o privada del ofendido, protegiendo la
esfera más íntima de la persona.

Artículo 199: Ofrece al ofendido la opción de pedir la publicación de la


sentencia condenatoria, lo cual busca restaurar su reputación pública y sirve
como una forma de justicia reparadora.

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Caso Hipotético #1

Secuestro de Marielys Vergara.

Marielys Vergara, una empresaria de 20 años, salió de su oficina en el centro


de la ciudad el viernes 8 de noviembre de 2024 por la tarde. Mientras se dirigía
a su automóvil en un estacionamiento subterráneo, fue abordada por dos
personas encapuchadas, Alexander Rodríguez y Astrid Escobar. Utilizando
armas de fuego, la obligaron a ingresar a una camioneta, donde fue trasladada
a una casa abandonada en las afueras de la ciudad.

Una vez en previsión de su libertad, Alexander y Astrid contactaron a la familia


de Marielys para exigir un rescate de 100,000 balboas a cambio de su
liberación. Proporcionaron pruebas de vida, enviando un video en el que
Marielys aparecía visiblemente afectada, suplicando que pagaran el dinero lo
antes posible.

La familia de Marielys denunció el hecho ante las autoridades, quienes iniciaron


un operativo de inteligencia para rastrear las llamadas de los secuestradores.
Después de varios días, se logró localizar el miércoles 13 de 2024 lugar de
cautiverio y liberar a Marielys. Alexander y Astrid fueron aprehendidos en
flagrancia, y las pruebas incautadas confirmaron su participación en el
secuestro.

Delito Tipificado.

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Código Penal de Panamá, Libro Segundo, Título II, sobre Delitos contra la
Libertad Capítulo I en modalidad de Delito Contra la libertad Individual y
Desaparición Forzada.

Elementos del Delito.

1. Conducta Típica.

Alexander Rodríguez y Astrid Escobar privaron de su libertad a Marielys


Vergara y exigieron un rescate económico como condición para su liberación.

2. Antijuridicidad:
a. La conducta es contraria al derecho, al vulnerar el bien jurídico
protegido, la libertad individual.

b. No existe ninguna causa de justificación para la privación ilegal de


libertad ni para la exigencia de rescate.

3. Culpabilidad:
a. Alexander y Astrid actuaron con pleno conocimiento de sus actos,
con la intención de obtener un beneficio económico mediante el
secuestro de Marielys.
b. La planificación, la exigencia de rescate y el uso de pruebas de
vida demuestran premeditación y voluntad deliberada.

Víctima: Marielys Vergara.

Victimarios: Alexander Rodríguez y Astrid Escobar, autores materiales del


secuestro.

Cómplices Primario y Secundario: No hay cómplices identificados en este


caso.

Causa de justificación: No existe ninguna causa de justificación en este caso.


Alegar necesidad económica o presión externa no elimina la ilicitud ni la
culpabilidad del acto.

Pruebas.

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 Pruebas testimoniales: Declaración de Marielys Vergara sobre los
hechos vividos.
 Pruebas documentales: Mensajes y llamadas telefónicas realizadas
por los victimarios exigiendo el rescate.
 Pruebas periciales: Rastreo de las llamadas, análisis de videos
enviados como prueba de vida, y evidencia recolectada en el lugar de
cautiverio (huellas dactilares, objetos relacionados con los victimarios).
 Pruebas materiales: Armas utilizadas para intimidar a la víctima.

Teoría del Caso.

El delito de secuestro con fines de rescate está tipificado en el artículo 150 del
Código Penal de Panamá. La conducta de los victimarios corresponde

exactamente con los elementos típicos establecidos en el tipo penal


mencionado, ya quien prive a otra persona de su libertad con el propósito de
obtener un beneficio, como rescate o recompensa.

Relato del hecho

1. Privación de libertad: Marielys Vergara fue abordada con violencia,


mediante el uso de armas de fuego, y trasladada a un lugar apartado.

2. Propósito ilícito: Los secuestradores, Alexander Rodríguez y Astrid


Escobar, exigieron un rescate de 100,000 balboas, confirmando su
intención de obtener un beneficio económico.

Agravantes.

1. Uso de armas de fuego.


2. Impacto psicológico grave en la víctima.

Pena a imponer.

El artículo 150 del Código Penal de Panamá establece que el secuestro con
fines de rescate tiene penas de 15 a 20 años de prisión, dependiendo de las
circunstancias.

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En este caso, las agravantes (uso de armas) justificarían la imposición de una
pena en el rango superior, cercana a los 20 años de prisión para cada
victimario.

Caso Hipotético #2

Estafa y Fraude

Hechos:

Diana Rodríguez, una empresaria de 35 años, propietaria de una empresa de


importación de productos electrónicos, se vio involucrado en una operación
fraudulenta durante el mes de octubre de 2024. A través de un anuncio en
línea, Rodríguez ofreció una gran cantidad de dispositivos electrónicos, como
teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y otros productos de alta gama,
a un precio significativamente inferior al del mercado. Los clientes interesados
realizaron pagos anticipados de cincuenta mil balboas (B/. 50.000.00) cada
uno, convencidos de que la oferta era legítima, en total fueron 10 clientes
estafados, lo que da un sumo total de quinientos mil balboas (B/. 500.000.00).

Sin embargo, tras recibir los pagos, Rodríguez dejó de comunicarse con sus
clientes y no entregó los productos prometidos. En lugar de realizar los envíos
acordados, utilizó los fondos para fines personales y de inversión en otro
negocio, lo que resultó en una serie de denuncias por parte de los
compradores.

El fraude fue descubierto cuando varios afectados intentaron contactar a la


señora Rodríguez sin éxito y presentaron sus denuncias ante las autoridades.
Después de una investigación preliminar, la policía descubrió que la señora
Rodríguez había utilizado cuentas bancarias y correos electrónicos falsos para
encubrir sus actividades fraudulentas, así como nombres ficticios en las
transacciones comerciales.

Delito Tipificado:

Código Penal de Panamá, Libro Segundo, Título VI, Delitos contra el


Patrimonio Económico, Capítulo III, en modalidad de Estafa y Otros
Fraudes.

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Elementos del Delito:

1. Conducta Típica: Diana Rodríguez, mediante engaños, ofreció


productos a un precio extremadamente bajo, y una vez recibido el
dinero, no entregó los bienes prometidos, actuando con la intención de
obtener un beneficio económico ilícito.

2. Antijuridicidad: a. La conducta de la señora Rodríguez es claramente


contraria al derecho, al vulnerar el bien jurídico protegido: el patrimonio
de los clientes. No existe ninguna causa de justificación para el actuar
de la señora Rodríguez, ya que el engaño y la apropiación indebida del
dinero no están permitidos por la ley.

3. Culpabilidad: Diana Rodríguez actuó con pleno conocimiento de que


estaba realizando un fraude, utilizando estrategias de engaño con el
objetivo de apropiarse del dinero de sus víctimas. La planificación, el uso
de identidades falsas y la creación de un entorno virtual engañoso
demuestran una intención premeditada y deliberada.

Víctimas:

Clientes de la señora Diana Rodríguez que realizaron pagos por los productos
que nunca fueron entregados.

Victimario:

Diana Rodríguez, autor material del fraude.

Cómplices:

No se identificaron cómplices en este caso, pero se sospecha que Rodríguez


pudo haber recibido asistencia de terceros en la creación de identidades falsas
y en el manejo de las cuentas bancarias implicadas.

Causa de justificación:

No existe causa de justificación alguna en este caso. La necesidad económica


o cualquier otra justificación no elimina la ilicitud ni la culpabilidad del acto.

Pruebas:

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 Pruebas testimoniales: Declaraciones de las víctimas que compraron
productos, así como testimonios de empleados que podrían haber
estado al tanto de las actividades fraudulentas de la señora Rodríguez.

 Pruebas documentales: Registros de las transacciones bancarias


realizadas por las víctimas y correos electrónicos entre los compradores
y el acusado.

 Pruebas periciales: Análisis forense de las comunicaciones


electrónicas y bancarias que vinculan a la señora Rodríguez con los
fraudes.

 Pruebas materiales: Registros de pagos y transferencias de dinero


realizadas a las cuentas bancarias controladas por la señora Rodríguez.

Teoría del Caso:

Diana Rodríguez incurrió en un delito de estafa, violando el artículo 220 del


Código Penal de Panamá, al ofrecer productos de manera engañosa, recibir
dinero por productos que nunca entregó y utilizar medios fraudulentos (como
cuentas bancarias falsas) para encubrir su delito. La conducta de Pérez se
ajusta perfectamente a los elementos del delito de estafa y otros fraudes, ya
que actuó con el propósito de obtener un beneficio económico ilícito.

Relato del hecho:

1. Engaño y Fraude: La señora Rodríguez utilizó anuncios en línea y


correos electrónicos falsificados para ofrecer productos a precios
sospechosamente bajos, engañando a las víctimas y haciéndoles creer
que estaban haciendo una compra legítima.

2. Obtención ilícita de dinero: Tras recibir el dinero de los compradores,


La señora Rodríguez no entregó los productos y comenzó a ignorar las
solicitudes de los mismos, generando un perjuicio económico y
psicológico en las víctimas.

Agravantes:

1. Uso de medios electrónicos para llevar a cabo el fraude.

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2. Actuar en perjuicio de múltiples víctimas, lo que agrava la magnitud del
fraude.

Pena a imponer:

Según el artículo 220 del Código Penal de Panamá, la pena por el delito de
estafa puede variar entre uno a cuatro años de prisión, dependiendo de la
magnitud del daño y las circunstancias del caso. En este caso, debido a la
cantidad de dinero defraudado es de quinientos mil balboas (B/ 500.00.00) y
sobrepasa los cien mil balboas (B/. 100,000.00) la pena será de cinco a diez
años, acorde al artículo 221 numeral 1 del Código Penal, Rodríguez podría
enfrentarse a la pena máxima de diez (10) años de prisión. Además, las
víctimas tienen derecho a recibir compensación por el daño económico
ocasionado.

Este tipo de delitos podría estar agravado si se demuestra que la señora


Rodríguez había incurrido en prácticas fraudulentas de manera recurrente.

Conclusión

El Título III del Código Penal de Panamá protege la libertad e integridad sexual,
sancionando severamente conductas como violación, abuso, corrupción de
menores y explotación sexual, con penas que varían según agravantes como
violencia, vulnerabilidad de la víctima o abuso de confianza. Por su parte, el
Título IV regula los delitos contra el honor de la persona, como injuria y
calumnia, estableciendo sanciones para preservar la dignidad y reputación,
aunque admite excepciones en casos de crítica legítima o interés público.
Ambos títulos reflejan el compromiso del sistema penal con la protección de
derechos fundamentales.

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