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    R: Cariño…

    S: Si

    R: ¿Hemos hecho bien?¿verdad?

    Le agarra la mano

    S: ¡Claro que hemos hecho bien!

    Le da un beso

    S: Ya está, tranquila

    R: Ya… Pero tú sí que querías

    S: Ya, quería…

    R: Pero entonces lo haces por mí?

    S: No, no, no. Yo lo que quiero es que tú estés bien, Simplemente por un
    momento me monté la película ¿Te imaginas a mi, ¡A MI! con un
    renacuajo?, madre mía (se ríe). Yo lo que quiero es que tú estés bien, si
    tú estás bien yo estoy bien. En realidad siempre lo hemos tenido claro.

    R: Ya… Bueno… Cariño…

    S: Es que no podrías estar con otro como yo en casa, otro con mi nariz,
    imagínate a un niño todo el día encima de ti… besuqueándote… “mami,
    abrazito”... “mami, vamos al parque”... “mami, danos besitos”... “mami,
    mami, mami”.

    R: Pero cariño…

    S: (le interrumpe) Además, la familia se vuelve loca, todos en casa en


    navidad. A la mierda nuestras escapadas por navidad. Tu madre, que los
    dos sabemos que le quedan dos telediarios, suelta las muletas y ya
    tenemos quince años mas de abuela llenando la nevera de tuppers, que
    no se come mejor en ningún restaurante, pero cariño… Con lo bien que
    estamos solos.

    R: Oye no te pases.

    S: Perdón perdón, lo que quiero decir es que nos hemos librado de todo
    eso. Ahora ya ha pasado todo, tú y yo juntos a los 40, a los 50, 60, 70,
    80… y así hasta la caja. Tú y yo, SOLOS, no necesitamos a nadie más,
    nunca lo hemos necesitado.

    R: Venga Santi, ya está.

    S: Exacto! Ya está, tú lo has dicho. Sabes lo que sí necesitamos? Un par


    de cervezas, ¿mediana o jarra? Nono, que jarra, el barril entero.

    (Santi pide las cervezas en la barra)

    S: Me fliparía si algún día me servís una cerveza medianamente fría,


    porque hijo, para esto me pido una infusión.

    (Santi vuelve a la mesa y le acerca la cerveza a Reich)


    S: Ya está Reich, por nosotros DOS, que no tres. Salud.

    (Reich le da un trago pequeño, y mira la cerveza con asco)

    S: Pero crio qué es ese sorbito, estás bien?

    R: No Santi, no estoy bien, estoy agobiada.

    S: Sabes qué, no soporto verte agobiada, creo que todo esto es mi culpa,
    vamos a llamar para pedir hora ya y nos lo sacamos de encima.

    R: Hombre Santi, pero ahora?

    S: Sí Reich, ahora, cuanto antes esté fuera de aquí (le señala la barriga)
    antes estará fuera de aquí (le señala la cabeza).

    R: Santi, creo que te estás viniendo un poco arriba con el tema.

    S: Sí, y tú muy abajo. Si hemos tomado esta decisión es para estar como
    antes. Mira esta consulta está al lado de casa.

    R: Santi, no me estás escuchando.

    S: A ver, abierto de lunes a viernes…

    R: Ya está por favor, no es el momento.

    S: Cariño, este es precisamente el momento. Llevamos dos semanas


    dandole vueltas al tema, y por fin nos hemos puesto de acuerdo. No
    bebes?
    R: No, no bebo. Puedes hacerme el favor de escucharme un momento.

    S: Te escucho Reich, justo por eso estamos llamando. (Llama a la


    consulta)

    R: Santi, cuelga, por favor.

    S: Si, si un segundo.

    R: Haz el favor de colgar el puto teléfono.

    S: Tranquila, amor, dame un minuto. Ah mira, hola buenas tardes,


    llamaba para….

    R: (Reich le arranca el móvil de la mano y lo deja buco abajo en la mesa)


    Que me escuches joder! A mí sí que me gusta tu nariz… (Reich le acerca
    su cerveza a Santi).

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