Allanamiento de Morada
Allanamiento de Morada
Allanamiento de Morada
Sinopsis:
Rosa Martín (Petra Martinez) recibe, un día, en su casa a Simón Romero (Eduardo
Noriega) y Pablo Gómez (Pepón Nieto) dos vendedores ambulantes que la ofrecen
regalos porque supuestamente la han tocado en un sorteo por una encuesta que hizo para
su empresa hace algunos años. Intentan convencerla para que les de dinero por parte de
uno de los "regalos". En realidad estos dos hombres son timadores que intenta
convencerla para que les de una suma de dinero.
ALLANAMIENTO DE MORADA
ROSA: ¿Si?
SIMÓN: ¡Buenos días! ¿Rosa Martín?
ROSA: Sí, soy yo.
SIMÓN: Venimos de Harte para darle un aviso ¿nos abre?
ROSA: ¿De dónde?
SIMÓN: De Harte con h ¿nos abre, por favor?
ROSA: Vale, vale.
(Se abre la puerta de la entrada)
SIMÓN: Joder, estoy hasta el rabo de quintos pisos sin ascensor.
PABLO: Ánimo compañero hay veinte taleguitos esperando.
SIMÓN: El próximo curro con sueldo fijo, paso de comisiones.
PABLO: ¿Cuánto dices que le cobra el ayuntamiento a la empresa esa por la ficha?
SIMÓN: Seis pelas me parece que era.
PABLO: Joder, ya le sacan partido al censo.
SIMÓN: Quinto B
(Llaman a la puerta del 5º B)
SIMÓN: ¿Haces tú de jefe?
(Se abre la puerta del 5º B)
SIMÓN: ¡Muy buenas! ¿Rosa Martín?
ROSA: Sí.
SIMÓN: Encantado, Simón Romero del departamento de publicidad y marketing de Har
Harte. Y él es Pablo Gómez, el jefe del departamento.
PABLO: Mucho gusto, señora.
SIMÓN: ¿Te acuerdas de Harte, verdad?
ROSA: No.
SIMÓN: ¿No te acuerdas? Te hicimos una encuesta hace dos o tres años.
ROSA: ¿Una encuesta?
SIMÓN: Sí, aquí mismo. Quien dice aquí mismo dice a la salida del colegio de los
niños,
por teléfono…
ROSA: No, yo no he hecho ninguna encuesta.
SIMÓN: Sí, mujer. Sino de dónde vamos a sacar nosotros esta ficha con tus datos.
ROSA: Pero, Harte ¿eso qué es?
SIMÓN: Harte es un grupo editorial, Rosa.
ROSA: Ah, no, yo no quiero nada de libros.
SIMÓN: ¿Pero qué piensas que venimos a venderte algo? No, mira, te explico. Cuando
tú hiciste la encuesta, Harte te dijo que haría un sorteo entre todas las personas que
colaboraran con nosotros.
ROSA: ¡Ya! ¿Y me ha tocado algo?
SIMÓN: Efectivamente. Vamos a regalar cien lotes en Madrid y uno de ellos…
ROSA: ¿De verdad qué me ha tocado algo?
SIMÓN: Y uno de ellos es para Rosa Martín López. ¿Eres tú y no me engañas?
ROSA: No soy yo. Si quieres te traigo el carné.
SIMÓN: No hace falta nos fiamos de ti. Nosotros simplemente venimos a darte la
enhorabuena. Mi enhorabuena, Rosa. A comprobar que sigues viviendo aquí y a que
nos digas cuando te viene bien que se pase el repartidor.
ROSA: Pues no sé, cuando quieran, pero yo no tengo que pagar nada ¿verdad?
SIMÓN: No señora. Venga, déjeme una mesa donde apoyar el maletín y te enseño tus
regalos que tenemos un poco de prisa.
ROSA: Pasen.
(Simón y Pablo entran en la casa de Rosa Martín)
ROSA: Perdónenme que esté todo un poco patas arriba. ¿Le parece bien está mesa?
SIMÓN: No, mejor aquí mismo. Siéntate, Rosa.
ROSA: ¿No quiere sentarse?
PABLO: No, gracias. Estoy bien así.
SIMÓN: Este señor es el director de nuestra empresa en Madrid y está aquí para
comprobar que no voy dejando los regalos por cualquier sitio.
ROSA: Ah, ah.
SIMÓN: Muy bien Rosa. Te vamos a hacer tres regalos.
ROSA: ¿Tres?
SIMÓN: El primero está pensado para las amas de casa, como tú, porque son las que
nos hacen las encuestas. ¿Sabes lo qué es esto?
ROSA: Uyyy, la vaporeta.
SIMÓN: Bueno, veo que la conoces mejor que yo. Tu sabes que con esto puedes
limpiar de todo, y que además desinfecta. Puedes limpiar cristales, alfombras, sillones,
qué sé yo, la tele, las paredes ¡todo!, y además con estos accesorios llegas a cualquier
sitio.
ROSA: Sí, ya la he visto en Continente y está muy bien.
PABLO: Mi esposa también la tiene en casa y es estupenda.
SIMÓN: Si ya sabemos nosotros que os gustan estas cosas. A ver dime ¿qué precio
crees que tiene esta maravilla de la ciencia?
ROSA: No sé, yo las he visto por veinte mil.
SIMÓN: No, Rosa, tú y yo sabemos que esas son marcas, en fin, que te duran tres días.
Esta vaporeta es de la marca italiana Zippetti. La marca que lo inventó. Esta vaporeta
cuesta en el mercado 95.000 pesetas.
ROSA: ¡Madre mía! ¿Tiene música o qué?
SIMÓN: No, mujer, no te vamos a regalar cualquier cosa. ¿Qué? ¿Te gusta?
ROSA: Sí, está muy bien.
SIMÓN: Pues, vamos a pasar al siguiente regalo. ¿Tú te has planteado alguna vez
como hacer unos primeros auxilios? Si por ejemplo alguno de tus hijos, Dios no lo
quiera, tiene un accidente.
ROSA: Pues no.
SIMÓN: O que te voy a decir yo. A tu marido le da un infarto.
ROSA: Ay, por Dios.
SIMÓN: ¿Tú sabías qué colocándole unas aspirinas debajo de la lengua aguanta mejor
hasta que llegue la ambulancia?
ROSA: No.
PABLO: Claro, Rosa, la aspirina ejerce un efecto vaso dilatador que hace que el
corazón bombee más rápidamente.
SIMÓN: Pues todas esas cosas, todos esos consejillos de la abuela como los llaman te
vienen en esta enciclopedia médica que Harte te va a regalar.
ROSA: ¿También me la regala?
SIMÓN: Sí, sí. Fíjate, diez tomos encuadernados en piel de un tamaño así, bien. Cada
tomo te habla de unas determinadas cosas, y de la A a la Z. O sea, que lo encuentras
todo enseguida.
ROSA: Por orden alfabético.
SIMÓN: Uhmmm y todo te lo explica con un lenguaje sencillo, con un lenguaje que
podemos entender tú y yo, que no somos médicos. Ahora bien esto no significa que
esté escrito para tontos, de hecho uno de cada diez hospitales utiliza este consultor.
ROSA: Sí, sí está muy bien.
SIMÓN: ¿Qué te parece? Ah, bueno y lo que todavía no te he dicho es que este
consultor está escrito por Ramón Sánchez Ocaña.
ROSA: Ah ¿si? Pues mira que me gusta a mí ese hombre.
PABLO: El programa que tenía en la tele era buenísimo ¿verdad?
SIMÓN: Bueno, a ver, dime ¿qué precio le echas? A ver si ahora estás un poco más
acertada.
ROSA: Oye, pero yo por aquí no veo nada de Ramón Sánchez Ocaña.
SIMÓN: No, claro, es que estos señores que ves aquí son los redactores, pero están
todos a las órdenes de Sánchez Ocaña, a ver, dime ¿cuánto le echas?
ROSA: No sé, ¿Cuánto?
SIMÓN: 130.000 pesetas. Es un buen regalo ¿no?
ROSA: Si es un regalo, es estupendo.
SIMÓN: Es tuyo, Rosa. Y vamos a pasar al regalo más importante y por el que
estamos aquí este señor y yo.
ROSA: ¿Y el qué yo tengo que pagar?
SIMÓN: No, mira. Te voy a explicar porque hacemos todo esto y así te quedas más
tranquila ¿de acuerdo? Mira, Rosa, nosotros no somos ni Papa Noel ni los Reyes
Magos esto lo hacemos por algo.
ROSA: ¿Ves?
SIMÓN: Lo hacemos para dar a conocer los productos que vamos a sacar a la venta.
Mira, nosotros antes hacíamos anuncios en la tele, como todo el mundo, pero nos
dimos cuenta de que no salía rentable, de que la gente está harta ya de tanto anuncio.
ROSA: Sí.
SIMÓN: Lo que nosotros hacemos ahora es invertir directamente en las casas, es
decir, yo te regalo a ti esta enciclopedia, por ejemplo, y si a ti te gusta hablarás bien de
ella a tus vecinas, a tus amigas. Esto es como cuando te compras la lavadora porque
la tiene tu cuñada y le va muy bien. Ese es el tipo de publicidad que queremos hacer.
Claro que esto no se lo regalamos a cualquiera. Ten en cuenta que estamos haciendo
una inversión importante de dinero. Exigimos un requisito.
ROSA: Y ahí está el truco.
SIMÓN: Ahí está el truco. El requisito y ahí si que somos inflexibles es que el regalo
que
te voy a enseñar ahora que es un producto que no ha salido a la venta te sea
absolutamente imprescindible.
ROSA: ¿Cuál es el regalo?
SIMÓN: Pues el regalo es este consultor esco… (ve que lo tiene ya). No, mira.
Normalmente tenemos dos regalos a elegir, pero a ti no te voy a dar a elegir porque
uno de ellos es un consultor escolar y tú ya tienes uno ahí.
ROSA: ¿Ese? Pero si ya tiene 8 o 10 años.
SIMÓN: No importa porque veo que no tienes diccionario enciclopédico.
ROSA: Sí, si tengo.
SIMÓN: ¿Dónde está?
ROSA: En el cuarto de los niños.
SIMÓN: ¿Y cuántos tomos tiene?
ROSA: Uno.
SIMÓN: No, mujer, Diccionario Enciclopédico de muchos tomos.
ROSA: Ah, no, no.
SIMÓN: Pues es fundamental sobretodo si tienes niños en edad escolar. Mira este es el
Gran Diccionario Enciclopédico Murlan. Parece un diccionario normal ¿verdad?
ROSA: Sí, bueno.
SIMÓN: Pues no lo es. Es el primer diccionario informatizado de España.
ROSA: ¿Informatizado?
SIMÓN: Hecho por ordenador, ¿para qué? Pues para convertir nuestro Gran
Diccionario Murlan de 28 tomos en uno de 12 que contiene exactamente la misma
información.
ROSA: O sea que han hecho la letra más pequeña.
SIMÓN: No, mujer. Tu sabes que los ordenadores de hoy en día son capaces de hacer
cualquier cosa. De hecho para el diseño de este diccionario se han utilizado unos
ordenadores especiales cedidos por la NASA.
PABLO: (Risas y carraspeos).
SIMÓN: Aquí te viene de todo. 75.000 entradas académicas que son las palabras
admitidas por la Real Academia, 90.000 vocablos añadidos que son las palabras que
no están admitidas pero que se usan igualmente, como los tacos o los piropos,
100.000 ampliaciones temáticas, sinónimos y antónimos, traducciones al inglés,
francés, griego, catalán ruso (risas). Perdóname, Rosa, es que el monigote este (risas)
que me hace mucha gracia. Bueno, por donde iba. Ah, sí, mira, te trae 200
transparencias hechas por infografía como esta, en fin que son estos doce tomos
como los que ves aquí encuadernados en piel y con chapados de oro de 24 quilates.
Dime, Rosa, ¿te gusta?
ROSA: Me parece muy bonito.
SIMÓN: ¿Sabes lo que va a costar este diccionario cuando salga a la venta?
ROSA: No.
SIMÓN: Va a costar 280.000 pesetas si lo compras al contado.
ROSA: Madre mía, no yo no puedo pagar ese dinero.
SIMÓN: Pero tú no tienes que pagarlo, ya te lo he dicho. Es tu tercer regalo.
ROSA: ¿De verdad, de verdad qué me lo regalan?
SIMÓN: De verdad, Rosa, pero antes quiero que seas muy honesta conmigo. ¿Tú
crees que este diccionario va a ser realmente necesario en tu casa?
ROSA: Sí, sí, tengo dos hijos en el colegio, y cuando estudian se pasan todo el tiempo
con el diccionario en la mano. Muchas veces, fíjate que me han pedido que les compre
uno más grande, pero les he dicho que esperasen a que las cosas nos fueran un poco
mejor.
SIMÓN: Pues, mira, no has tenido que esperar. Ahora si este señor me da su
autorización.
PABLO: Yo creo que sí, pero antes déjame que le haga una preguntita más a Rosa.
ROSA: Dígame.
PABLO: Vamos a ver ¿Tú me prometes que el diccionario es totalmente imprescindible
en tu casa?
ROSA: (Asiente con la cabeza).
PABLO: Quiero que te des cuenta de que estamos invirtiendo más de 500.000 pesetas
aquí.
ROSA: Sí, sí me hago cargo.
PABLO: ¿Tú me prometes que tus hijos lo van a utilizar, que tu marido lo va a utilizar,
y
tú también, por qué no?
ROSA: Por supuesto.
PABLO: Muy bien. Adelante entonces Simón. Yo mientras tanto voy a ir rellenando
una
ficha con sus datos ¿eh?
ROSA: ¿Una ficha?
SIMÓN: Sí, luego comprobamos si son correctos. Muy bien, Rosa, pues la semana que
viene el repartidor te traerá tu vaporeta de la marca Zippetti de 95.000 pesetas, tu
enciclopedia médica de Ramón Sánchez Ocaña con diez tomos encuadernados en piel
de 130.000 pesetas y del Gran Diccionario Enciclopédico Murlan de doce tomos que
contiene la información de 28-32, Harte te va a regalar los cuatro primeros tomos.
ROSA: ¿Cómo que los cuatro primeros tomos?
SIMÓN: Si, verás, Harte no.
ROSA: ¿Pero no decías que me la ibas a regalar?
SIMÓN: Sí, sí, pero no podemos.
ROSA: O sea ¿Qué tengo que comprar yo los demás?
SIMÓN: No, déjame que te explique.
ROSA: Eso, explícamelo, porque ya decía yo que por algún lado debía que estar el
truco.
SIMÓN: No, no, no hay ningún truco. Harte no te regala los ocho restantes porque no
puede, es ilegal.
ROSA: ¿Cómo que es ilegal?
SIMÓN: Es ilegal, Rosa, increíble pero cierto. ¿Tú has oído hablar de la competencia
desleal?
ROSA: No.
SIMÓN: Mira, tú imagínate que tienes una carnicería y que te va muy bien, y cojo yo y
monto una enfrente de la tuya, y para dar a conocer mis productos, pues invierto un
dinero y me pongo a regalar filetes a todo el mundo, ¿qué pasa? pues ¡qué te arruino!
Y eso fue lo que pasó. Nos pusimos a regalar enciclopedias alegremente y las
empresas de la competencia se juntaron y nos denunciaron. Tres mil millones de multa
nos metieron.
ROSA: ¡Madre mía, qué dineral!
SIMÓN: Todavía nos estamos recuperando. En fin, por eso, no podemos regalarte el
diccionario entero. La ley establece que de un producto que no está a la venta solo se
pueda regalar una tercera parte. Es lo que pasa, por ejemplo, con las muestras de
champú en los supermercados, a la empresa le interesaría regalarte el champú entero
porque te acostumbrarías a él, pero no puede ¿Lo vas entendiendo, no?
ROSA: Sí, sí, pero el resto lo tengo que pagar yo.
SIMÓN: No, no, no está a la venta.
ROSA: Pero ¿entonces?
SIMÓN: Entonces, para compensarte por los ocho restantes te regalamos la vaporeta y
el consultor médico que sí están a la venta, y que superan con creces el precio de los
ocho tomos.
ROSA: Pero ¿no sé? ¿si?
SIMÓN: Por otro lado, lo que a nosotros nos interesa es que tú tengas el diccionario
entero, y la ley nos impide regalártelo, pero no dejártelo a precio de costo.
ROSA: ¿Y cuánto es el precio de costo?
SIMÓN: Eso es lo mejor que el precio de costo es de 167.500 solamente que además
nos puedes pagar cuándo quieras, cómo quieras, en los plazos que quieras y sin
ningún interés.
ROSA: Lo sabía, que al final iba a tener que pagar algo.
SIMÓN: ¿Cómo que tienes que pagar?
ROSA: No dice ¿qué cuesta 160?
SIMÓN: No, cuidao. A ver si nos vas a echar en cara que te estamos vendiendo el
diccionario.
ROSA: Si yo lo pago es que me lo estás vendiendo.
SIMÓN: No, a ver, yo te estoy diciendo que te regalamos los cuatro primeros tomos, y
luego ya si quieres para colmo te damos la oportunidad de que consigas los ocho
restantes a precio de costo.
ROSA: Pero los tengo que pagar.
SIMÓN: Los tienes que pagar si los quieres.
ROSA: O sea que si no los quiero no los compro.
SIMÓN: Dale, que no, que aunque los pagues no los estás comprando, que este
diccionario cuando salga a la venta va a costar 280.000 pesetas, sin regalos.
ROSA: Pero entonces… yo puedo pedir que me manden los cuatro tomos, la vaporeta,
lo de la medicina y ya está,
SIMÓN: Que sí, mujer, que te ha tocado en un sorteo, por Dios.
ROSA: Ah, pues muy bien.
SIMÓN: Pero me has engañao.
ROSA: ¿Cómo que te he engañao?
SIMÓN: Claro, me has engañao.
ROSA: ¿Por qué?
SIMÓN: Hombre, porque tu me has dicho que el diccionario te hace falta y tú lo que
quieres son los regalos.
ROSA: No, yo lo que quiero es no pagar nada.
SIMÓN: Ya estamos. Tú ese dinero lo pagas como te dé la gana, que me quieres pagar
mil pesetas al mes, pues me pagas mil pesetas al mes.
ROSA: Ya, pero yo no puedo pagar ese dinero.
SIMÓN: Rosa, tú y yo sabemos que el dinero no cuenta cuando se trata de la
educación de los niños.
ROSA: Ya, pero…
SIMÓN: Ahora que si me dices que no te interesa el diccionario… nosotros recogemos
y aquí no ha pasado nada. A mí me da igual dejártelo a ti que dejárselo a la vecina de
enfrente… pero yo sé que a ti si te interesa. Sino no habríamos estado tanto tiempo
contigo.
ROSA: ¿Cuánto dices que cuesta?
SIMÓN: Olvídate de eso. Tú lo pagas como quieras.
ROSA: Ya, ya ¿pero cuánto es?
SIMÓN: Son ciento sesenta y siete quinientas, lo pagues como lo pagues. La gente lo
suele pagar en un año porque no es mucha cantidad, y porque al ahorrarnos nosotros
un dineral en intereses invertimos en un regalo más para ti… mira, este mueble
estantería elaborado a mano en madera de haya de ciento diez por setenta y valorado
en sesenta mil pesetas… ¿a qué es bonito?
ROSA: Y en un año ¿a cuánto sale?
SIMÓN: Trece mil novecientas mes que no es dinero ni es nada.
ROSA: Uyyy ¡Madre mía! No, no, no, no…
SIMÓN: Pero ya te digo tú ese dinero lo pagas como te dé la gana.
ROSA: Uyy Dios mío en el lío que me estoy metiendo. No.
PABLO: ¿En qué cuenta quieres que te lo domiciliemos, Rosa?
ROSA: ¿Cómo?
PABLO: ¿Supongo que querrás abonarlo a través del banco? Es más cómodo.
SIMÓN: Tráenos tu cartilla, Rosa.
ROSA: Mi marido me mata.
SIMÓN: Pero ¡qué dices, por favor!
ROSA: Es que yo no puedo meterme en esto sin consultar antes con él.
SIMÓN: ¿Consultar? ¿Qué es lo que tienes que consultar?
ROSA: Pues esto.
SIMÓN: Esto ¿qué es esto?
ROSA: Que va a ser Simón lo de la enciclopedia.
SIMÓN: Aquí no hay nada que consultar. Lo quieres o no lo quieres. Una oportunidad
así…
PABLO: Tenemos que irnos, Simón.
SIMÓN: Sí, vamos. Rosa, aquí pone contrato de venta, pero es mentira ¿eh? Lo que
pasa es que todavía no tenemos contratos para esto, pero vamos aquí lo que te
comprometes no es a pagar, que eso da igual, lo que te comprometes es a usar el
diccionario lo que te sea posible. ¿Te lo pongo entonces a un año?
ROSA: No, no me lo pongas.
SIMÓN: Te lo pongo entonces a dieciocho meses, que son nueve mil trescientas al
mes, que ya me dirás que molestia te puede suponer eso.
ROSA: No, déjalo, no me lo pongas. Llévate los regalos y todo.
SIMÓN: ¿Qué me dices, Rosa?
PABLO: Vámonos, Simón. No podemos seguir perdiendo el tiempo.
SIMÓN: Espera un segundo Pablo. Yo sé que a Rosa le interesa, no sé, pero debe
tener un marido un poco ogro ooo…
ROSA: Ogro no, pero es que estas cosas hay que consultarlas.
PABLO: Pero vamos a ver, Rosa ¿Tu marido te pega o algo?
ROSA: No, pos Dios.
PABLO: Entonces ¿qué problema hay?
ROSA: Pues por él ninguno pero es que…
SIMÓN: Si tu marido te dice algo le dices que me llame a mí, que yo hablo con él
personalmente (le da una tarjeta de visita a Rosa).
PABLO: Mira, Rosa, me voy a ir y te vas a quedar sin lote. Me voy a ir porque yo
necesito gente interesada, gente que sepa aprovechar una oportunidad como esta
fundamental para la educación de los hijos. No te lo puedo dejar aquí sino me muestras
un poquito de interés, porque estamos perdiendo dinero y tiempo y a mí me da igual,
pero ahí fuera hay un montón de gente esperando una oportunidad como esta.
SIMÓN: Espera, Pablo. Rosa, cójalo que luego te vas a arrepentir. Anda échanos un
autógrafo aquí (le da un bolígrafo a Rosa para que firme). Venga firma y luego por
favor
úsame el diccionario que cómo venga un inspector y encuentre las páginas pegadas
de no usarlo me meto en un lío tremendo.
PABLO: Me parece a mí que no (cierra el maletín y hace amago de irse).
SIMÓN: Déjame, Pablo. Yo me responsabilizo. Rosa, si es por el bien de tus hijos.
ROSA: (duda).
SIMÓN: Firma, Rosa. Firma.
ROSA: (Firma).