TEMA 5
TEMA 5
TEMA 5
TEMA 5
EL SUJETO DE LA RELACIÓN JURÍDICA
1. LA PERSONA NATURAL
El derecho privado o civil como parte del ordenamiento jurídico que no afecta
directamente al poder político, está constituido por relaciones inmediatas entre
individuos o por relaciones mediatas a través de las cosas, que en ambos casos
adquieren la condición de “relaciones jurídicas” al ser reguladas y protegidas por el
Derecho. Históricamente, el sujeto de estas relaciones, es decir, el titular de los
derechos y obligaciones que de ellas se desprenden, es el ser humano.
La doctrina actual denomina “persona”, al sujeto de la relación jurídica, atribuyendo a la
denominación un sentimiento estrictamente jurídico que la diferencia de “ser humano”,
en cuanto éste puede no actuar como “persona” cuando lo hace en forma indiferente
para el derecho, y es posible que haya seres humanos que no sean “personas”, como los
esclavos.
El esclavo es conocido en todas las épocas, con nombres distintos, como el de “siervo”
en Roma, término que heredan los visigodos y la Alta Edad Media, en la que se aplican
otras denominaciones, como la de “hombres”, “doncella”, “mancipable”, etc.
A partir del siglo X, en que se desarrolla la importación de siervos de origen eslavo, sobre
todo en el mundo musulmán, predomina el término “esclavo”.
Los medios originarios más importantes de incurrir en la esclavitud son el cautiverio y la
pena. El primero, como consecuencia de la guerra, es muy frecuente en Roma y durante
la Reconquista, y como fruto de expediciones especiales para ese fin se desarrolla en el
último período citado y en la Edad Moderna. El segundo medio se encuentra muy
generalizado entre los visigodos, y también en la Edad Media en general en cuanto a los
deudores.
El esclavo está considerado como objeto, y por tanto, es susceptible de compraventa,
permuta, etc., desarrollando técnicamente su concepto de “cosa” la jurisprudencia
romana. Así y todo, no se le puede equiparar a las cosas inanimadas, ni aun a los
animales, por lo que se le admite tener algunos bienes del dueño, uniones sexuales
permanentes y se limitan los malos tratos en el siglo II. Entre los visigodos se les permite
adquirir y vender, se prohíbe ser muertos o mutilados sin causa y se les reconoce
voluntad para delinquir. En la Alta Edad Media, se diluye el concepto de servidumbre,
siendo clara la de los moros cautivos, mientras que, en cuanto a los demás, lo que
existen son situaciones muy variadas, algunas de las cuales se asemejan mucho a los
esclavos del mundo antiguo. Con el Derecho común renacen las concepciones romanas
que, a través de las Partidas, se aplican a la esclavitud negra.
De la esclavitud puede salirse por la voluntad del dueño o “manumisión”, de la que hay
diversos tipos en Roma, algunos de los cuales pasan a los visigodos. La manumisión
conduce al estado de “liberto”, que, aunque es libre, se diferencia del que siempre ha
sido libre o “ingenuo”, pues queda vinculado por un deber de reverencia hacia su
manumisor, que se acentúa entre los visigodos y se mantiene en la Reconquista.
Conocida entre los pueblos primitivos, la esclavitud alcanza un gran desarrollo en el
mundo romano, aunque decrece en el siglo II, que es heredado por el mundo visigodo,
para decaer en la Alta Edad Media, progresar en la Baja Edad Media a través del
PALOMA PIÑEL SANTOS
2. LA PERSONA JURÍDICA
Al lado de la persona natural, la codificación admite la existencia de otro tipo de persona
a la que califica de “jurídica” por estimar que es pura creación del Derecho, a diferencia
de la persona “natural”, que también es jurídica, pero que, además, tiene realidad física.
Como tipos de personas jurídicas, pero que, además, tiene realidad física. Como tipos de
personas jurídicas admite la “corporación”, la “asociación” y la “fundación”, todas ellas
cuando sean de interés público, menos la segunda, que puede ser también meramente
de interés particular. A la corporación y asociación las caracteriza el ser un conjunto de
personas naturales que persiguen un fin común, distinto del particular de cada una de
ellas, distinguiéndose en que la primera es estructurada y regulada por la ley, mientras
que la segunda lo es por la voluntad de los componentes. La fundación es un conjunto
de bienes que tiene asignado unos fines.
La persona jurídica es una creación de la codificación, siendo la culminación de los
esfuerzos históricos para superar los inconvenientes de reducir la personalidad a los
seres físicos.
Históricamente, la idea de persona jurídica es suministrada por los propios órganos
públicos, cuando actúan como personas particulares, como el fisco o los municipios. Sin
embargo, en todos estos casos, la condición de órganos públicos oscurece su actuación
como personas jurídicas.
La realidad de la corporación y de la asociación aparece más clara en Roma a través de
los “colegios” o agrupaciones de personas, generalmente de condición humilde, que a
través de cuotas mensuales procuran sepultura a sus miembros y cuidan de su
conservación o, además, suministran enseñanza militar a los jóvenes que los componen.
En el mundo medieval esta realidad se ofrece a partir del siglo XII a través de la
“cofradía”, agrupación de personas con fines religiosos, que pronto desbordan para
acometer fines profesionales y aun políticos. En los reinos orientales, especialmente a
partir del siglo XIII, la base de la agrupación la constituye la profesión, dando lugar al
“gremio”, que, como apéndice, puede disponer de una cofradía. La regulación corre a
cargo del Rey, que dicta ordenanzas para cada gremio, el cual agrupa a todos los que
pertenecen a una misma profesión manual, como zapateros, tejedores, albañiles, etc. A
causa de sus actividades políticas son objeto de prohibiciones en los siglos XIV y XV, y
aunque son causa de turbaciones en el siglo XVI regularizan su actividad, que
desaparece con el liberalismo, al declarar éste la libertad de trabajo, sin necesidad de
pertenecer al gremio.
El reconocimiento de estas agrupaciones como personas aparece obstaculizada por la
doctrina de los glosadores, que interpretan literalmente la doctrina romana de uqe “la
universidad no es otra cosa que los individuos que la componen”, pero está favorecida
por la de los canonistas y posglosadores, con base en la personalidad de la Iglesia como
PALOMA PIÑEL SANTOS
4. LA IDENTIFICACIÓN DE LA PERSONALIDAD
La personalidad de cada individuo tiene que distinguirse de la de los demás mediante
denominaciones o signos que sirvan para identificarla. Esta identificación es muy
deficiente en los períodos en los que la sociedad aparece estructurada en forma simple,
como entre los iberos, primeros siglos de la Reconquista y aun entre los visigodos. El
individuo aparece designado con un solo nombre, que es escogido libremente, aunque
la Iglesia, a través de Gregorio el Grande, dispone se adopte el de algún santo. Mientras
subsiste marcadamente la diferencia entre romanos y godos en el reino visigodo, cada
individuo elige nombres del pueblo a que pertenece, o, incluso, los primeros adoptan
nombres de los segundos, que son los vencedores, pero a medida que se acentúa la
fusión se produce el fenómeno contrario, quizá por la mayor eufonía de los nombres
romanos. En los primeros siglos de la Reconquista subsisten nombres godos y romanos,
a los que hay que añadir los procedentes de otros pueblos a través de las inmigraciones,
especialmente francos. Los visigodos utilizan la cruz como signo y penan como
falsificación la de atribuirse nombre o linaje no correspondiente.
En los períodos más evolucionados, la identificación se completa con elementos
atribuidos al grupo de pertenencia, de lo que ya hay antecedentes en los celtas. Los
romanos añaden a la denominación del individuo la de la gens y la de la familia,
PALOMA PIÑEL SANTOS