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Regla de Oro Adolescentes

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5 REGLAS DE ORO PARA

TRATAR A LOS
ADOLESCENTES

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5 REGLAS DE ORO PARA TRATAR
A LOS ADOLESCENTES

Muchos padres se quejan al llegar la adolescencia:


 Falta de comunicación con sus hijos (no basta que
nosotros queramos es necesario que ellos también lo
deseen)
 La comunicación positiva es un intercambio de
sentimientos, no un interrogatorio

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1. Darles oportunidad de ser
responsables.
2. Que participe de la vida familiar.
3. Comunicarles cómo nos sentimos.
4. Exigirles en el plano moral, social y
espiritual.
5. Formar un frente unido.

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1. Darles oportunidad de ser responsables

 Delegar responsabilidades (tienen que


saber que se confía en ellos y les
consideramos capaces)
 La mejor forma de que aprendan las
lecciones es enseñarlas con nuestro propio
ejemplo.
 También en deberes del hogar, tareas,
que pueden hacer por sí mismo en lugar
de los padres.

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2. Que participe de la vida familiar

 Haga que el adolescente participe de las


actividades, metas y proyecto de la familia.
 Cuántas veces se oye esta queja por parte
de los adolecentes: ¡Es que en mi casa no
me cuentan nada! ¡Me entero por otras
personas y me siento triste!
 A veces, por miedo a que no sufran no les
comunicamos una adversidad familiar,
hablamos entre nosotros y nos callamos
cuando entra en la habitación (la
enfermedad de un pariente cercano, etc.)
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 Se les debe informar para que se
involucren, colaborando - orando para que
el problema se solucione.
 Estas muestras de confianza nunca caen en
saco roto, pues al comunicárselas los
consideramos personas dignas de nuestra
confianza, y ellos se considerarán adultos y
dignos de la confianza de sus padres.

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3. Comunicarles cómo nos
sentimos
 Escuchar a los hijos sus opiniones,
sentimientos, alegrías y dificultades
constituye sólo un aspecto de la
comunicación.
 También tenemos el derecho y la libertad
para expresarles nuestros propios
sentimientos y ser oídos: alegrías,
cansancio, una buena o mala jornada
laboral, etc.
 Esta dualidad en la comunicación es
imprescindible para lograr la confianza del
adolescente porque constituye el verdadero
diálogo.
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 No vamos a perder nuestro prestigio como
padres cuando nuestros hijos aprendan a
vernos como personas que se cansan y
tienen buenos o malos momentos (el
padre o la madre ideal o perfectos
sencillamente no existen).
 La obediencia está muy relacionada con el
cariño y el cariño se fomenta con el
conocimiento real de una persona.
 Un adolescente que quiere a sus padres
puede desobedecerles, pero se sentirá
muy mal al hacerlo, el cariño a sus padres
hará que él mismo se proponga rectificar.

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4. ENSEÑAR CON EL EJEMPLO

 Una mentira manifiesta, el hurto - coger


dinero sin permiso - la incorrección ante
otras personas de sus modales o faltas de
respeto a algún miembro familiar, no
deben ser nunca pasadas por alto.
 Pedir perdón, también compensar con un
detalle su falta (poner la mesa, tirar la
basura…)

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5. Formar un frente unido
(matrimonio)

 En todas las edades, pero aún más en la


adolescencia, es importante el hecho de
que los hijos vean que padre y madre van
en la misma línea de exigencia.
 Es importante la formación de un frente
unido para la batalla, sobre todo en las
cuestiones que consideréis importante que
obedezcan, y eso nos toca a vosotros
decidirlo a lo mejor con papel y lápiz.

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 Para un adolescente unos pantalones
vaqueros gastados y un jersey puede ser
su vestidura más usual y querida,
conforme al grupo con el que se relaciona,
otro tanto sucede con el pelo, …
 Una actitud impositiva o sancionadora en
estos casos puede ser contraproducente
(lo que no equivale a aceptar tales cosas).
 Se debe exigir limpieza, eso sí creo que es
importante.

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 Las normas en las que tenemos que exigir
obediencia deben ir, en mi opinión, hacia
temas más transcendentales como por ej.
la hora de llegada a casa, el no ir a dormir
a casa de los amigos, etc., esto tienes que
decidirlo entre padre y madre y tratarlo
muy claramente con el hijo.
 En estas cosas es necesario el frente unido
porque de lo contrario uno quedará como
"el malo" y el otro como "el bueno".
 Los hijos aprenden muy pronto la divisa
"divide y vencerás“. También saben
distinguir muy bien cual de las partes, ese
día, está agotado y dispuesto a ceder, si
cede por el camino más fácil, pone en una
situación conflictiva al otro, que tendrá
una opinión contraria.
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Instruye al niño en su
camino, y aun cuando fuere
viejo no se apartara de él.
Proverbios 22.6

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