El documento describe el modelo "Preceptor de un minuto", un instrumento educativo que consiste en cinco pasos o "microhabilidades de enseñanza" que son útiles para mejorar la educación clínica de residentes médicos. El modelo ha demostrado ser efectivo en estudios controlados para mejorar la enseñanza en situaciones donde el tiempo es limitado.
El documento describe el modelo "Preceptor de un minuto", un instrumento educativo que consiste en cinco pasos o "microhabilidades de enseñanza" que son útiles para mejorar la educación clínica de residentes médicos. El modelo ha demostrado ser efectivo en estudios controlados para mejorar la enseñanza en situaciones donde el tiempo es limitado.
El documento describe el modelo "Preceptor de un minuto", un instrumento educativo que consiste en cinco pasos o "microhabilidades de enseñanza" que son útiles para mejorar la educación clínica de residentes médicos. El modelo ha demostrado ser efectivo en estudios controlados para mejorar la enseñanza en situaciones donde el tiempo es limitado.
El documento describe el modelo "Preceptor de un minuto", un instrumento educativo que consiste en cinco pasos o "microhabilidades de enseñanza" que son útiles para mejorar la educación clínica de residentes médicos. El modelo ha demostrado ser efectivo en estudios controlados para mejorar la enseñanza en situaciones donde el tiempo es limitado.
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Preceptor De Un Minuto
R2MF Julio Cesar Dávila Estrada
Matricula 96207783 Materia Educación II Dra Isi Vazquez Chavez En el escenario de la práctica clínica diaria, es esencial que las actividades y la educación clínica sean rápidas y precisas, para poder ser eficientes en la provisión de una atención médica de calidad. Las limitaciones de tiempo son uno de los principales obstáculos para tener actividades explícitas de educación clínica con los residentes o con los pacientes en atención de primer nivel. Modelo “Preceptor de un Minuto” Desarrollado originalmente en 1992 en el Departamento de Medicina Familiar de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington. Este modelo ha sido validado internacionalmente, y ha demostrado ser efectivo en estudios controlados. Se basa en un prototipo de acciones por el profesor, cuyo propósito es auxiliar al tutor en el diagnóstico tanto del paciente como del educando. Consiste en cinco pasos o “microhabilidades de enseñanza”. Buscar y Corregir las Obtener un explorar Enseñar reglas Decirles lo que equivocacione compromiso evidencia de generales hicieron bien s soporte Obtener un compromiso
Después de que el educando ha presentado la información
del paciente y cuando está en espera de que se le diga qué hacer, se debe obtener un compromiso haciendo una pregunta como “¿qué crees que esté pasando?” o “¿qué crees que debemos hacer ahora?”. • Se busca que el educando procese la información que acaba de recolectar del paciente. • En lugar de dar una respuesta concreta, se comienza a diagnosticar el nivel de conocimientos sobre el problema clínico para identificar necesidades de aprendizaje. • El educando siente más responsabilidad por el caso clínico y se incrementa su papel de colaborador en la solución del problema del enfermo. Buscar y explorar evidencia de soporte Después del primer paso el profesor puede sentir la tentación de decirle al alumno lo que piensa y lo que se tiene que hacer. Es importante pedirle la evidencia que apoya su opinión con preguntas como “¿qué factores tomaste en consideración para tomar esa decisión?” o “¿hubo otras opciones que consideraste, por qué las descartaste?”. La idea es explorar el “mapa mental” del educando, y su arsenal de conocimientos y habilidades para conectar las diferentes piezas de información clínica, para continuar con el diagnóstico del alumno y entender su razonamiento clínico, encontrando déficits en sus conocimientos que permitan establecer objetivos de enseñanza y aprendizaje específicos para el individuo. Enseñar reglas generales El preceptor tiene la información sobre el caso clínico que el educando necesita aprender, por lo que es importante enseñar reglas generales, conceptos y generalizaciones que sean apropiados para el nivel de comprensión del educando. Por ejemplo es apropiado decirle “..cuando tienes un paciente como este, es necesario hacer lo siguiente…”, para proporcionar información que sea de utilidad para este paciente y al mismo tiempo sea generalizable para otras situaciones. Hay que promover el pensamiento y la reflexión en el educando en lugar de sólo decirle las instrucciones precisas de lo que debe hacer. Es frecuente que se intente enseñar mucho en un solo caso y que de inmediato se inicie a dictar una conferencia sobre el tema. Hay que tratar de enfocarse en sólo unas cuantas reglas generales relevantes por caso evitando el protagonismo innecesario. Decirles lo que hicieron bien
El educando puede no darse cuenta de que su acción fue efectiva y que
tuvo un efecto positivo sobre el paciente o el equipo de salud, por lo que es importante dar retroalimentación positiva en el momento en que hay “vulnerabilidad educativa”, para reforzar acciones que deben establecerse firmemente en el arsenal de competencias del educando. Esta retroalimentación debe ser cercana temporalmente al evento, y ser específica, no en forma de felicitaciones globales vagas. Corregir las equivocaciones
• Es importante detectar los errores u omisiones del educando en el
manejo del enfermo, sobre todo los que tengan consecuencias adversas potenciales sobre el estado clínico del paciente. • Todos los educandos necesitan retroalimentación, las equivocaciones que se dejan sin atender tienen una alta probabilidad de repetirse. • Es esencial discutir lo que se hizo mal y cómo podría hacerse mejor la próxima vez, de una manera no amenazadora ni prejuiciosa. Hay que permitir al educando que critique y reflexione sobre su desempeño antes de la crítica del profesor, la cual debe ser en el lugar apropiado y respetando al educando como persona. Esta retroalimentación debe ser específica al caso, enfocada en la conducta particular, y utilizando lenguaje descriptivo y no evaluativo. +
El modelo de “preceptor de un minuto” es un instrumento
educativo práctico y confiable, que es más útil cuando se visualiza no como una guía rígida, sino como una serie de instrucciones flexibles que pueden modificarse de acuerdo a la situación clínica y educativa específica. Bibliografía
• Neher JO, Stevens NG. The one-minute preceptor: shaping the
teaching conversation. Fam Med 2003; 35(6):391-393. • Sánchez Mendiola, M. (s. f.). La educación clínica en las residencias médicas: retos y soluciones. El Ejercicio Actual de la Medicina. Recuperado 10 de julio de 2022, de http://www.medicinaysalud.unam.mx/seam2k1/2006/abr02_ponenci a.html