ESTADO - Introduccción
ESTADO - Introduccción
ESTADO - Introduccción
CIUDADANA
2023
CONTENIDO DERECHOS CIUDADANÍA
SA
ESTADO Y RIESGOS DE LA
DEMOCRACIA DEMOCRACIA HUMANOS Y PARTICIPACIÓN
Y JUSTICIA
DESARROLL
AR…
I SEMESTRE II SEMESTRE
ESTADO
ESTADO DE DERECHO
SOBERANÍA
UNITARISMO
REPÚBLICA
DEMOCRACIA
GLOSARIO BIEN COMUN
PARTICIPACIÓN
GOBIERNO PRESIDENCIALISTA
PODERES DEL ESTADO
CONSTITUCIÓN
CIUDADANÍA
CONCEPTO DE
ESTADO
E
¿Qué entiendes S
por Estado? T
A
D
O
Reflexionemos...
ESTADO FEDERAL
PODERES
DEL ESTADO
Tres poderes
independientes
Divina y
Soberanía Soberanía Popular: Idea Moderna, que toma fuerza con la
Revolución Francesa, que señala que la autoridad la da el
Popular pueblo. Es decir, la mayoría define lo que está bien y lo que
está mal.
Estado de
derecho
¿QUÉ IMPLICA SER UN
ESTADO DE DERECHO?
PRESENCIA DE UN ESTADO
REGIDO POR UN MARCO
JURÍDICO QUE REGULA LA
RELACIÓN ENTRE SUS
PODERES Y DE ESTOS CON
LOS CIUDADANOS.
En un Estado de Derecho puede que no se respeten los Derechos Fundamentales. Por
ejemplo, en Chile, el Tribunal Constitucional permitió el aborto en 3 causales, a pesar de
que la Constitución Política de la República y las actas constitucionales decían lo
contrario.
Análisis
estaba en manos de la Junta de Gobierno, asesorada por los ministros de cada rama.
Además se instauran todas las instituciones que hoy funcionan en el periodo llamado
Democracia.
Por otro lado, el sistema de división de poderes recibe sus críticas, ya que el poder lo
sigue teniendo la autoridad Estatal y el individuo está solo frente al Estado. Además, en el
poder Legislativo hay personas que, si bien son elegidas, no son expertas en los temas
variados del país, se les exige que sepan “todo de todo”.
Guía de
aplicación
Estado de derecho
La finalidad
del Estado
RELACIONA LA IMAGEN
CON EL CONCEPTO DE
BIEN COMÚN.
(…) El Estado está al servicio de la persona
humana y su finalidad es promover el bien
común, para lo cual debe contribuir a crear las
condiciones sociales que permitan a todos y a
Art 1° cada uno de los integrantes de la comunidad
constitución nacional su mayor realización espiritual y
Política del material posible, con pleno respeto a los derechos
Calderón LA FAMILIA.
LAS LEYES QUE LA ATACAN, SON INJUSTAS.
EL ESTADO DEBE APOYAR A LOS PADRES DE FAMILIA.
CONSTITUCIÓN
El periodo previo a la Constitución de “Portales” en 1833 es el
llamado periodo de Anarquía o de Ensayos Constitucionales.
La Constitución de 1833 se da cuenta que Chile es
presidencialista, por lo que establece un “rey sin corona”.
La Constitución de 1925 fue resultado de las leyes liberales del
siglo XIX. Finalmente comete el error de separar la Iglesia del
Estado, como principio.
En 1980 se establece una nueva Constitución. Cabe destacar
que Chile ha tenido tres Constituciones en casi 200 años. Cada
una ha durado muchas décadas.
ElEstadochilenoes….
La Encíclica “Nunca resplandecería una esperanza cierta de paz verdadera entre los
pueblos mientras los individuos y las naciones negasen y rechazasen el
Quas Primas imperio de nuestro Salvador”.
del Papa Pío XI “Exhortamos entonces a buscar la paz de Cristo en el reino de Cristo”.
“No hay medio más eficaz para restablecer y vigorizar la paz que
procurar la restauración del reinado de Jesucristo”.
FINAL LA FAMILIA: RUBÉN CALDERÓN B.
Por esto, nuestros predecesores y Nos mismo, en el trastorno de la guerra y en las perturbadas
alternativas de la posguerra, jamás hemos cesado de insistir en el principio de que el orden querido
por Dios abraza la vida entera, sin excluir la vida pública en cada una de sus manifestaciones,
persuadidos de que en esto no hay restricción alguna para la verdadera libertad humana ni
intromisión alguna en la competencia del Estado, sino una seguridad contra errores y abusos, contra
los cuales puede proteger la moral cristiana, rectamente aplicada. Estas verdades han de ser
enseñadas a los jóvenes e inculcadas en sus conciencias por quienes, en la familia o en la escuela,
tienen la obligación de cuidar de su educación, sembrando así la semilla de un porvenir mejor.
17. He aquí todo cuanto queríamos deciros, amados hijos e hijas que nos escucháis, y al decíroslo
no hemos ocultado la angustia que nos oprime el corazón por este formidable problema, que se
refiere así al presente y al porvenir del mundo corno al eterno destino de muchas almas. ¡Cuánto
consuelo nos daría la certeza de que vosotros compartís nuestra angustia por la educación cristiana
de la juventud! Educad las conciencias de vuestros hijos con cuidado tenaz y perseverante.
LA FAMILIA: Educadlas en el temor y en el amor de Dios. Educadlas en la veracidad. Pero sed veraces primero
vosotros mismos, y desterrad de la obra educativa todo cuanto no es claro ni verdadero. Imprimid
PÍO XI
en las conciencias de los jóvenes el genuino concepto de la libertad, de la verdadera libertad, digna
y propia de una criatura hecha a imagen de Dios. Es cosa muy distinta de la disolución y el
desenfreno; es, en cambio, una probada capacidad para el bien; es aquel resolverse por sí misma a
quererlo y a cumplirlo (cf. Gál 5,13); es el dominio sobre las propias facultades, sobre los instintos,
sobre los acontecimientos. Enseñadles a orar y a beber en las fuentes de la penitencia y de la
santísima eucaristía lo que la naturaleza no les puede dar: la fuerza de no caer, la fuerza para
levantarse. Que ya desde jóvenes, sientan que sin la ayuda de estas energías sobrenaturales no
conseguirán ser ni buenos cristianos, ni simplemente hombres honestos, a quienes esté reservado un
sereno vivir. Y así preparados, podrán aspirar igualmente a lo mejor, esto es, podrán darse a aquel
gran empleo de sí mismos, cuyo cumplimiento será su honor: realizar a Cristo en su vida.
18. Para conseguir este objeto, Nos exhortamos a todos
nuestros amados hijos e hijas de la gran familia humana a que
estén entre sí estrechamente unidos: unidos para la defensa de
la verdad, para la difusión del reino de Cristo sobre la tierra.
Destiérrese toda división, quítese toda disensión, sacrifíquese
generosamente —cueste lo que cueste— a este bien superior, a
este ideal supremo, toda mira particular, toda preferencia
subjetiva; si mal deseo os sugiere otra cosa, vuestra conciencia
cristiana venza toda prueba, de suerte que el enemigo de Dios
entre vosotros, de vosotros no se ría (Dante, Par. 5,78.81). Que
el vigor de la sana educación se revele por su fecundidad en
todos los pueblos, que se angustian por el porvenir de su
juventud.
porque, para concluir con las palabras gravísimas de León XIII, "nada contribuye tanto a
destruir las familias y a arruinar las naciones como la corrupción de las costumbres, fácilmente se
echa de ver cuánto se oponen a la prosperidad de la familia y de la sociedad los divorcios, que
nacen de la depravación moral de los pueblos, y que, como atestigua la experiencia, franquean la
puerta y conducen a las más relajadas costumbres en la vida pública y privada. Sube de punto la
gravedad de estos males si se considera que, una vez concedida la facultad de divorciarse, no
habrá freno alguno que pueda contenerla dentro de los límites definidos o de los antes señalados.
Muy grande es la fuerza de los ejemplos, pero mayor es la de las pasiones; con estos incentivos
tiene que suceder que el capricho de divorciarse, cundiendo cada día más, inficione a muchas
almas como una enfermedad contagiosa o como torrente que se desborda, rotos todos los
obstáculos"[72].
Por consiguiente, como en la misma Encíclica se lee: "Mientras esos modos de pensar no varíen,
han de temer sin cesar, lo mismo las familias que la sociedad humana, el peligro de ser
arrastrados por una ruina y peligro universal"[73].
cada día creciente corrupción de costumbres y la inaudita
depravación de la familia que reina
en las regiones en las que domina plenamente el comunismo,
confirman claramente la gran
verdad del anterior vaticinio pronunciado hace ya cincuenta años.
Para lo cual Nos parece conveniente, en primer lugar, traer a la
memoria aquel dictamen que en
la sana filosofía y, por lo mismo, en la teología sagrada es solemne,
según el cual todo lo que se
ha desviado de la rectitud no tiene otro camino para tornar al
primitivo estado exigido por su
naturaleza sino volver a conformarse con la razón divina que (como
enseña el Doctor
Angélico)[74] es el ejemplar de toda rectitud.
San Agustín expone de este modo con cuánta sabiduría se haya esto así
establecido: "Es
conveniente —dice— que el inferior se sujete al superior; que aquel que
desea se le sujete lo que
es inferior se someta él a quien le es superior. ¡Reconoce el orden, busca
la paz! ¡Tú a Dios; la
carne a ti! ¿Qué más justo? ¿Qué más bello? Tú al mayor, y el menor a
ti; sirve tú a quien te hizo,
para que te sirva lo que se hizo para ti. Pero, cuidado: no reconocemos,
en verdad, ni
recomendamos este orden: ¡A ti la carne y tú a Dios!, sino: ¡Tú a Dios y
a ti la carne! Y si tú
desprecias lo primero, es decir, Tú a Dios, no conseguirás lo segundo,
esto es, la carne a ti. Tú,
que no obedeces al Señor, serás atormentado por el esclavo"[76].
Que se den leyes justas relativas a la fidelidad conyugal, al mutuo auxilio de
los esposos y a cosas semejantes, y que se cumplan fielmente; porque, como
comprueba la historia, la salud de la república y la felicidad de los ciudadanos
no puede quedar defendida y segura si vacila el mismo fundamento en que se
basa, que es la rectitud del orden moral y si está cegada por vicios de los
ciudadanos la fuente donde se origina la sociedad, es decir, el matrimonio y la
familia.
Ni a la integridad ni a los derechos de la sociedad puede venir peligro o
menoscabo de esta unión con la Iglesia; toda sospecha y todo temor semejante
es vano y sin fundamento, lo cual ya dejó bien probado León XIII: "Nadie duda
—afirma— que el Fundador de la Iglesia, Jesucristo, haya querido que la
potestad sagrada sea distinta de la potestad civil y que tenga cada una libertad y
facilidad para desempeñar su cometido; pero con esta añadidura, que conviene
a las dos e interesa a todos los hombres que haya entre ellas unión y
concordia... Pues si la potestad civil va en pleno acuerdo con la Iglesia, por
fuerza ha de seguirse utilidad grande para las dos. La dignidad de una se
enaltece, y, si la religión va delante, su gobierno será siempre justo; a la otra se
le ofrecen auxilios de tutela y defensa encaminados al bien público de los
fieles"[98
Y así se lee como decretado en el Tratado de Letrán: "La nación
italiana, queriendo restituir al matrimonio, que es la base de la
familia, una dignidad que está en armonía con las tradiciones de su
pueblo, reconoce efectos civiles al sacramento del Matrimonio que
se conforme con el derecho canónico"[99]; a la cual norma
fundamental se añadieron, después, otras determinaciones de aquel
mutuo acuerdo.