BIOETICA
BIOETICA
BIOETICA
La palabra bioética es un neologismo acuñado en 1971 por Van Rensselaer Potter (en su libro
Bioethics: bridge to the future), en el que este autor englobaba la "disciplina que combina el
conocimiento biológico con el de los valores humanos".
*Principio de autonomía
La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a uno mismo sin influencia de presiones
externas o internas. El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse como
norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan no ser autónomas o presenten
una autonomía disminuida ( personas en estado vegetativo o con daño cerebral, etc.), en cuyo caso será
necesario justificar por qué no existe autonomía o por qué ésta se encuentra disminuida. En el ámbito
médico, el consentimiento informado es la máxima expresión de este principio de autonomía,
constituyendo un derecho del paciente y un deber del médico, pues las preferencias y los valores del
enfermo son primordiales desde el punto de vista ético y suponen que el objetivo del médico es respetar
esta autonomía porque se trata de la salud del paciente.
González AM., Postigo E., Aulestiarte S., Vivir y morir con dignidad. Temas
fundamentales de bioética en una sociedad plural, Eunsa, Pamplona 2002.
* principio de beneficencia
Un primer obstáculo al analizar este principio es que desestima la opinión del paciente, primer
involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su opinión debido a su falta de conocimientos
médicos. Sin embargo, las preferencias individuales de médicos y de pacientes pueden discrepar
respecto a qué es perjuicio y qué es beneficio. Por ello, es difícil defender la primacía de este principio,
pues si se toman decisiones médicas desde éste, se dejan de lado otros principios válidos como la
autonomía o la justicia.
González AM., Postigo E., Aulestiarte S., Vivir y morir con dignidad. Temas
fundamentales de bioética en una sociedad plural, Eunsa, Pamplona 2002.
* Principio de no maleficencia (Primum non nocere)
Abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño o perjudicar a otros. Es un
imperativo ético válido para todos, no sólo en el ámbito biomédico sino en todos los sectores de la vida
humana. En medicina, sin embargo, este principio debe encontrar una interpretación adecuada pues a
veces las actuaciones médicas dañan para obtener un bien. Entonces, de lo que se trata es de no
perjudicar innecesariamente a otros. El análisis de este principio va de la mano con el de beneficencia,
para que prevalezca el beneficio sobre el perjuicio.
Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias: tener una formación teórica y
práctica rigurosa y actualizada permanentemente para dedicarse al ejercicio profesional, investigar sobre
tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los ya existentes con objeto de que sean
menos dolorosos y lesivos para los pacientes; avanzar en el tratamiento del dolor; evitar la medicina
defensiva y, con ello, la multiplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios.
Aparece por primera vez en el Informe Belmont (1978).
El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales y desigual a
los desiguales) y un principio material (determinar las características relevantes para la distribución de los
recursos sanitarios: necesidades personales, mérito, capacidad económica, esfuerzo personal, etc.).
2. Ciccone L., Bioética. Historia, principios y cuestiones, Ediciones Palabra, Madrid 2005.
5. González AM., Postigo E., Aulestiarte S., Vivir y morir con dignidad. Temas fundamentales de bioética
en una sociedad plural, Eunsa, Pamplona 2002.
6. Ferrer J.J., Álvarez J.J, Para fundamentar la bioética: teorías y paradigmas teóricos en la bioética
contemporánea, Universidad Pontificia de Comillas, Madrid 2003.