Muñoz-Espinosa y cols.
ARTÍCULO ORIGINAL
Recidiva postrasplante de hepatopatías no virales
Linda Elsa Muñoz-Espinosa,a,b* Alnitak Martínez-García,a Oralia del Castillo,c
Paula Cordero-Pérez,a Eloy Caballero-Mendoza,d Edelmiro Pérez-Rodríguez,b
Marco Antonio Hernández Guedea,b Guillermo Elizondo-Riojase y Miguel Escobedo-Villarrealb
aUnidad de Hígado, Departamento de Medicina Interna, bCoordinación de Trasplantes, cDepartamento de Psiquiatría, dDepartamento
de Patología y eDepartamento de Radiología, Facultad de Medicina y Hospital Universitario “Dr. José E. González”,
Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, México
Recibido en versión modificada: 23 de enero de 2008
RESUMEN
Objetivo: El objetivo del presente trabajo fue analizar la frecuencia
y presentación de recidiva de hepatopatías postrasplante no virales.
Métodos y Resultados: Los pacientes con hepatopatías no virales que
recibieron un trasplante hepático fueron 39 y de éstos, seis presentaron recidiva de la enfermedad (15.3%): uno con recaída del
alcoholismo, tres con enfermedad autoinmune (dos trasplantados
por cirrosis biliar primaria recurrieron con hepatitis autoinmune y
uno con diagnóstico original de cirrosis hepática criptogénica presentó recurrencia de hepatitis autoinmune), uno con diagnóstico de
esteatohepatitis no alcohólica tuvo recurrencia con la misma enfermedad; por último, un paciente se trasplantó por cirrosis hepática
secundaria a metotrexate y postrasplante manifestó cirrosis biliar
secundaria a estenosis del colédoco en el sitio de la anastomosis.
Conclusiones: Todos los pacientes aquí analizados presentaron
recidiva en el largo plazo (después de 11 meses postrasplante). La
recidiva del alcoholismo se identificó en 8.3%, de las hepatopatías
autoinmunes en 30%, y de la esteatohepatitis no alcohólica en 20%
de los casos. Las tres pacientes con recidiva de hepatopatía autoinmune presentaron en el postras-plante una enfermedad diferente a
la que dio origen al trasplante.
Palabras clave:
Trasplante hepático, hepatopatía alcohólica, hepatitis
autoinmune, esteatohepatitis no alcohólica,
cirrosis biliar primaria
Introducción
L
a recidiva de las hepatopatías no virales o bien su
presencia de novo posterior a un trasplante hepático
varía dependiendo de la etiología de la enfermedad que le
dio origen y de factores como la inmunosupresión, la reactividad inmunológica a antígenos propios y del donador, así
como de la obesidad.1
La producción de una respuesta inmune a nivel humoral
y celular contra antígenos polimórficos especie-específicos,
tal como los antígenos de histocompatibilidad, es la regla
Aceptado: 25 de abril de 2008
SUMMARY
Objective: We describe the recurrence of non-viral liver disease
after orthotopic liver transplantation (OLT).
Methods and Results: We studied 39 patients who received an OLT
for non-viral chronic liver disease. Six (15.3%) of these patients
presented disease recurrence after OLT, one following alcohol
abuse, 3 presented autoimmune liver disease [2 received an OLT
for primary biliary cirrhosis and recurred as autoimmune hepatitis
(AIH) one patient had cryptogenic cirrhosis before OLT and
recurred as AIH]. One patient showed recurrence of a non-alcoholic
steatohepatitis (NASH). One patient received an OLT for cirrhosis
secondary to the use of metothrexate and post OLT developed
secondary biliary cirrhosis due to a choledocal stenosis in the
anastomotic site.
Conclusions: All patients described here displayed long term
recurrence (after 11 months post OLT). The recurrence of alcoholism
was 8.3% among patients transplanted for this condition. AIH was
observed in 30% of cases and NASH in 20%. All three patients with
autoimmune liver disease recurred with a different autoimmune
disease post OLT.
Key words:
Liver transplant, alcoholic liver disease, autoimmune
hepatitis, non-alcoholic steatohepatitis, NASH, primary
biliary cirrhosis
después del trasplante y constituye las bases fisiopatológicas para el rechazo. La presencia de autoanticuerpos tisulares ha sido informada consistentemente después del trasplante hepático (posTH).1 La mayoría de los pacientes con
autoanticuerpos no ha recibido un trasplante hepático (TH)
por enfermedad autoinmune. Los anticuerpos antinucleares
y antimúsculo liso son los que predominan.
La recidiva de hepatitis autoinmune implica la reaparición
en el injerto de la misma enfermedad por la que se indicó el
TH. Se ha observado recurrencia postrasplante en por lo
menos 17% de los casos que recibieron TH por dicha
*Correspondencia y solicitud de sobretiros: Linda Elsa Muñoz-Espinosa. Facultad de Medicina y Hospital Universitario “Dr. José E. González”,
Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, México. Av. Gonzalitos 235, 64460 Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León,
México. Correo electrónico: linda_uani@hotmail.com
Gac Méd Méx Vol. 144 No. 5, 2008
(www.anmm.org.mx)
403
Recidiva postrasplante de hepatopatías
enfermedad; el HLA-DR3 está presente en más de 70% de
los mismos. El alelo DRB1*0301 puede ser un factor que
promueve la gravedad de la enfermedad antes del trasplante
y que facilita la recurrencia después de éste.2
Se ha propuesto que la respuesta inmunológica es
creada de novo por exposición a diversos antígenos derivados del donador. En esta situación, las poblaciones de
linfocitos T que tienen una reactividad cruzada a antígenos
hepáticos homólogos tienen que ser expandidas por la
presencia de antígenos del donador en células presentadoras de antígenos derivadas del receptor.3 Se ha observado
que estas células reemplazan a las células del donador en el
hígado, y la rapidez de este reemplazo y el número de células
presentadoras de antígeno de los ganglios linfáticos y del
bazo del receptor determinarán el tiempo y la gravedad de la
recurrencia. La hepatitis autoinmune de novo es un síndrome clínico observado en 2.5 a 3.4% de los receptores de TH,
su aparición es impredecible en pacientes que reciben un TH
por otras etiologías no autoinmunes.4-6
El diagnóstico de cirrosis biliar primaria postrasplante es
más complejo que en el hígado nativo. La histología sigue
siendo el mejor método diagnóstico.7,8 Los pacientes que
recibieron un TH por cirrosis biliar primaria tienen persistencia
de anticuerpos antimitocondriales (AMA) y desarrollan una
lesión histológica sugestiva de cirrosis biliar primaria recurrente, con una frecuencia de 8 a 18% en un rango de tiempo de
dos a cinco años posTH y de 30% a 10 años,9 sin embargo,
estos pacientes tienen pocos o ningún síntoma. Los AMA
permanecen positivos en 72 a 100% de los pacientes posTH,
pero lo hacen a títulos más bajos que preTH.10-12
Los datos de recurrencia de colangitis esclerosante primaria son más limitados y controversiales. Los hallazgos
histológicos relativamente característicos se ven en una
minoría de los pacientes y se sabe que el diagnóstico definitivo no es por biopsia hepática sino por colangiografía.13
Actualmente existen varios estudios de recidiva o presentación de novo de esteatohepatitis no alcohólica. Algunos pacientes habían recibido un TH por esteatohepatitis no
alcohólica o por cirrosis criptogénica. La recidiva puede
verse a los seis meses y el desarrollo de cirrosis a los dos
años posTH.14
La hepatopatía alcohólica actualmente es la segunda
indicación en frecuencia de TH.15 Se estima que sólo 6% de
los pacientes que se espera fallezcan de cirrosis alcohólica
son los que reciben TH por esta etiología. Las principales
causas de preocupación para indicar TH en estos pacientes
han sido la posibilidad de recidiva y el apego al manejo. La
recidiva en el corto plazo es de 10 a 15% y la recaída
acumulada se ha informado de 30 a 50%.15
El objetivo del presente trabajo fue analizar la frecuencia
y presentación de recidiva de hepatopatías postrasplante no
virales.
Material y métodos
De septiembre de 1999 a mayo de 2005, en el Hospital
Universitario “Dr. José E. González” se realizaron 52 trasplan-
404
tes hepáticos a 50 pacientes, con dos retrasplantes. La edad
de los pacientes fue de 11 meses a 68 años, con una media de
45 años, la etiología de la cirrosis puede verse en el cuadro I.
Treinta pacientes fueron del sexo masculino (60%) y 20 (40%)
del femenino. Los pacientes con hepatopatías no virales
fueron 39, seis de éstos presentaron recidiva de la enfermedad (15.3%): uno con recidiva del alcoholismo al año; tres con
enfermedad autoinmune (dos se trasplantaron por cirrosis
biliar primaria y recurrieron como hepatitis autoinmune [39 y
40 meses] y uno se trasplantó con diagnóstico de cirrosis
hepática criptogénica y tuvo recurrencia como hepatitis autoinmune [11 meses]); una paciente se trasplantó con diagnóstico de esteatohepatitis no alcohólica y presentó recurrencia
con la misma enfermedad (22 meses); finalmente, un paciente se trasplantó por cirrosis hepática secundaria a metotrexate
y 20 meses postrasplante presentó cirrosis biliar secundaria
a estenosis del colédoco en el sitio de la anastomosis. Se
describe la presentación y evolución clínica en estos pacientes con recidiva de hepatopatía, todos en el largo plazo
(después de 11 meses posTH). Los pacientes tenían un
MELD (en inglés, model for end stage liver disease) menor
a 20 y clasificación de Child-Pugh A.
Resultados
De los 39 pacientes que recibieron TH por hepatopatías no
virales, seis (15.3%) tuvieron recidiva de la enfermedad y en
uno se presentó cirrosis biliar secundaria de novo como
consecuencia de una estenosis del conducto colédoco. Uno
de 12 pacientes recidivó en el alcoholismo (8.3%) (Cuadro II),
por lo que suspendió los medicamentos inmunosupresores y
falleció a los 10 meses por rechazo crónico del trasplante,
tenía 32 años; aun cuando la valoración psiquiátrica preTH fue
adecuada, el paciente recayó en el alcoholismo probablemente por tener una personalidad dependiente. Todos los pacientes presentaron recidiva de hepatopatía posTH en el largo
plazo (más de seis meses).
Tres de 10 pacientes (30%) tuvieron recidiva de enfermedad autoinmune, dos de ellas de 34 y 20 años de edad
Cuadro I. Etiología de la cirrosis hepática en 50 pacientes que
recibieron trasplante hepático
Etiología
Por alcohol
Virus hepatitis C
Hepatitis autoinmune
Esteatohepatitis no alcohólica
Atresia de vías biliares
Criptogénica
Cirrosis biliar primaria
Cirrosis biliar secundaria
Virus hepatitis B
Colangitis autoinmune
Hepatopatía por hipoplasia de vías biliares
Metrotexate
Número
%
13
10
6
5
4
4
3
2
1
1
1
1
24
20
12
10
8
8
6
4
2
2
2
2
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Muñoz-Espinosa y cols.
Figura 1. Recidiva de hepatitis autoinmune en una paciente
que 40 meses antes recibió TH por cirrosis biliar primaria. La
inflamación crónica portal y periportal por linfocitos y células
plasmáticas se extiende hacia el acino hepático y daña la
placa limitante.
recibieron TH por cirrosis biliar primaria y ambas presentaron
recidiva como hepatitis autoinmune de novo a los 39 y 40
meses posTH (Cuadro II); aunque solo una tenía autoanticuerpos presentes pretrasplante, en ambas se identificaron
cuando se hizo el diagnóstico de la recidiva y AMA a títulos
altos posTH. La biopsia hepática en la paciente que tenía 40
meses posTH mostró inflamación portal y periportal con
linfocitos y algunas células plasmáticas que dañaban la
placa limitante sin afectar los conductos biliares, lo que sugirió
el diagnóstico de hepatitis autoinmune (Figura 1), corroborado con los resultados de autoanticuerpos (Cuadro II). Una
paciente de 59 años recibió TH por cirrosis criptogénica y 11
meses después, aún en ausencia de autoanticuerpos presentó recidiva como hepatitis autoinmune (Cuadro II), lo que
indica que seguramente la etiología de la hepatopatía preTH
era autoinmune. El manejo en estas tres pacientes fue con
40 mg diarios de prednisona y 2 g de micofenolato de
mofetilo; una vez que las aminotransferasas (ALT y AST)
regresaron a niveles normales se disminuyó la dosis de
prednisona hasta alcanzar la dosis de mantenimiento de 5 o
10 mg al día. La paciente de 34 años de edad que presentó
la recidiva a los 39 meses actualmente tiene 54 meses
posTH y cursa con embarazo normal de 30 semanas, por lo
que suspendió el micofenolato de mofetilo y actualmente
recibe esteroides a dosis de 20 mg al día, ya que tuvo
elevación de la ALT al suspender el medicamento; también
recibe tacrolimus como inmunosupresor. La paciente con TH
a los 20 años de edad, que presentó la hepatitis autoinmune
de novo a los 40 meses posTH, actualmente tiene 52 meses
de evolución y está controlada con micofenolato de mofetilo,
prednisona y tacrolimus. La paciente de 59 años con recidiva
de hepatitis autoinmune a los 11 meses actualmente cursa
con 43 meses posTH en buenas condiciones; recientemente
tuvo elevación de ALT, que se controló al subir la dosis de
prednisona a 20 mg, con buena respuesta y normalización
de las pruebas de funcionamiento hepático.
Una mujer de 58 años de edad con diabetes mellitus tipo
2, hiperlipidemia y sobrepeso recibió TH por esteatohepatitis no alcohólica. A veintidós meses de la intervención
quirúrgica, el índice de cintura:cadera subió de 1.09 preTH
a 1.12, la paciente continuaba con hiperlipidemia, tenía
índice de masa corporal de 30, persistía con diabetes
mellitus tipo 2 descompensada y la biopsia hepática mostró
recidiva de la esteatohepatitis no alcohólica con esteatosis
macrovesicular leve e inflamación leve periportal (Cuadro II
y Figura 2); actualmente cursa con 52 meses posTH, aún
con obesidad. Desde que se identificó la recidiva de la
esteatohepatitis no alcohólica se inició 15 mg/kg de ácido
ursodesoxicólico, 400 U diarias de vitamina E, además de
esquema de inmunosupresión con micofenolato de mofetilo y ciclosporina (CsA); recientemente se le cambió a
tacrolimus. Debido a que los factores de riesgo de evolución de la esteatohepatitis no alcohólica no han sido controlados, existe el riesgo de que pueda progresar a cirrosis
hepática nuevamente.
De los cuatro pacientes restantes que recibieron TH por
esteatohepatitis no alcohólica (Cuadro I), solo uno (20%) se
Cuadro II. Recidiva de hepatopatías no virales en cuatro pacientes
PreTH
PosTH
PreTH
PosTH
PreTH
PosTH
PreTH
PosTH
Número de paciente
Edad
Sexo
AML
ANA
AMA
AMHR
Biopsia hepática
1
20
F
1:40
Neg
1:20
Neg
CBP IV
22
Neg
72 U/ml
1:160
Neg
HAI
2
34
F
Neg
Neg
Neg
Neg
CBP IV
37
1:160
1:160
1:320
Neg
HAI
59
Neg
Neg
Neg
Neg
HAI
4
58
F
Neg
Neg
Neg
Neg
EHNA
59
EHNA
Recidiva (meses)
Child-Pugh
C (10)
39
A (5)
B (8)
40
A (5)
3
59
F
Neg
Neg
Neg
Neg
Cirrosis
criptogénica
C (12)
11
A (5)
B (7)
22
A (5)
AML=antimúsculo liso, ANA=anticuerpos antinucleares, AMA=anticuerpos antimitocondriales, AMHR=antimicrosoma hepatorrenal, HAI=hepatitis autoinmune, CBP=cirrosis biliar primaria, EHNA=esteatohepatitis no alcohólica
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Recidiva postrasplante de hepatopatías
Figura 2. Recidiva de esteatohepatitis no alcohólica 22 meses
posTH. La biopsia hepática muestra esteatosis (asteriscos)
macrovesicular leve acompañada de inflamación (flechas)
portal por linfocitos.
Figura 3. Colangiografía que muestra oclusión a nivel de la
unión de los hepáticos.
mantenía a los 26 meses posTH sin factores de riesgo para
recidiva de la enfermedad, es decir, en su peso ideal, sin
hiperglucemia o hiperlipidemia, mientras que los otros permanecen con obesidad e hiperlipidemia, es decir, con riesgo
de recidiva. Los cuatro están completamente reintegrados a
su vida familiar, laboral y social.
El paciente que presentó recidiva de enfermedad con
cirrosis biliar secundaria recibió el TH a los 11 años de edad
y fue por cirrosis hepática secundaria al uso de metotrexate,
ya que había tenido leucemia linfocítica aguda a los cinco
años de edad, con marcadores de virus B y C negativos,
incluyendo estudios moleculares. Este paciente desarrolló
estenosis posTH en el sitio de la anastomosis del colédoco
(Figura 3), que fue tratada con plastia en varias ocasiones
(Figura 4) y colocación de stent (endoprótesis biliar), tuvo
varios episodios de colangitis aguda, resueltos satisfactoriamente con antibióticos; a los 20 meses de evolución posTH
fue sometido a laparotomía exploradora, para drenaje de las
vías biliares y colocación de sonda en T, misma que se
mantuvo durante varios meses, sin embargo, en la biopsia
hepática en esa ocasión ya mostraba cirrosis biliar secundaria a la obstrucción crónica. El paciente sobrevivió 67 meses
después del TH y cuando estaba en valoración para retrasplante, falleció de sangrado de tubo digestivo alto atendido
en otra institución a los 15 años de edad.
Discusión
La disfunción tardía del injerto puede deberse a múltiples
causas como infecciones, complicaciones vasculares o biliares, recurrencia de la enfermedad original, enfermedad
linfoproliferativa, poco apego al tratamiento que conlleve a
rechazo celular o rechazo crónico.
La probabilidad actuarial de desarrollar autoanticuerpos
después del TH en pacientes previamente negativos fue de
23, 42 y 66%, después de seis, 12 y 36 meses del TH en
pacientes que lo recibieron por causas ajenas a autoinmuni-
Figura 4. Colangiografía posterior a la plastia que muestra visualización
completa del árbol biliar.
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dad, respectivamente. La presencia de autoanticuerpos
está relacionada a la indicación del TH, rechazo y respuesta
a tratamiento con esteroides.3
La presencia de hepatitis autoinmune implica la reaparición en el injerto de la misma enfermedad por la que se indicó
el TH. En este caso se desarrolla en el contexto de supresión
inmune y las manifestaciones clásicas de la enfermedad
establecidas en los criterios internacionales pueden ser
alteradas o suprimidas por la terapia.2 No se han estandarizado los criterios mínimos para el diagnóstico de hepatitis
autoinmune posTH, y no se han aplicado de forma consistente los criterios internacionales. El grado de similitud entre la
hepatitis autoinmune pre y posTH permanece incierto. Los
pacientes que aquí informamos tuvieron recidiva de enfermedad autoinmune en 30%, sin embargo, la enfermedad
vista posTH fue hepatitis autoinmune en dos pacientes que
preTH tenían cirrosis biliar primaria, la enfermedad posTH
fue confirmada por autoanticuerpos y biopsia hepática, con
respuesta satisfactoria en ambos casos a prednisona y
micofenolato de mofetilo. En la otra paciente que tenía
cirrosis criptogénica preTH seguramente se trataba de hepatitis autoinmune, ya que ésta fue la forma de recurrencia,
igualmente con buena respuesta al tratamiento. Es bien
sabido que los autoanticuerpos preTH en ocasiones no se
identifican inicialmente.2
Los pacientes con hepatitis autoinmune que reciben un
TH han sido preseleccionados por lo agresivo de su enfermedad. La apariencia de la gravedad de la hepatitis autoinmune posTH refleja la dosis de los antígenos blanco presentes en el donador o la activación directa de los inmunocitos
del receptor por moléculas clase II del complejo mayor de
histocompatibilidad de células presentadoras de antígeno
del donador.4 La estrategia de tratamiento con prednisona
sola o en combinación con azatioprina o micofenolato de
mofetilo para la hepatitis autoinmune recurrente posTH se
añade al régimen de inmunosupresión, ya que la terapia con
tacrolimus o ciclosporina tiene más limitaciones en este
sentido.2 La respuesta a la terapia por lo general es adecuada, lo que confirma la sospecha diagnóstica. Estudios preliminares sugieren que los pacientes que pierden el injerto
después de enfermedad de novo tienen predominio de
colestasis y datos histológicos que sugieren su divergencia
del síndrome clásico.3
El diagnóstico de la hepatitis autoinmune de novo se basa
en la exclusión de otras condiciones similares. La pérdida de
la tolerancia es la esencia de la enfermedad y debe ser
distinguida de la respuesta inmune a un antígeno extraño.
Esta distinción es clave cuando se establece la recurrencia o
enfermedad de novo y la diferenciación de rechazo o infección
viral. No existen pruebas convencionales o datos patognomónicos.3 Los términos hepatitis autoinmune postrasplante y
disfunción del injerto que simula hepatitis autoinmune reflejan
la dificultad para establecer el diagnóstico correcto. Los
pacientes en quienes la terapia falla tienen progresión de la
fibrosis y posible pérdida del injerto, así como quienes no
reciben esteroides progresan a cirrosis, requieren retrasplante y pueden fallecer de insuficiencia hepática. Evidencia
histológica de proliferación ductular y concentraciones muy
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altas de gamma glutamil transpeptidasa, sugieren falla al
tratamiento y la presencia de hepatitis autoinmune.1-3
Se ha descrito la recidiva posTH de enfermedad autoinmune pero con la aparición de otra entidad como la hepatitis
autoinmune en pacientes que recibieron TH por cirrosis
billiar primaria;16 nosotros informamos aquí dos casos.
Aun cuando las dos pacientes que se trasplantaron por
cirrosis biliar primaria permanecían con AMA positivo, ninguna tuvo evidencia de recidiva de esta enfermedad en la
biopsia hepática. Inicialmente se había sugerido que el
esquema de inmunosupresión podría influir en la recurrencia
y sobrevida, sin embargo, esto se ha descartado ya que la
sobrevida en pacientes que recibieron ciclosporina A posTH
fue de 89% a cinco y 10 años, y en los que recibieron
tacrolimus como inmunosupresor fue de 97 y 93%; no se
encontró una diferencia significativa.12 La detección de AMA
no tuvo efecto en recurrencia, rechazo o sobrevida.12 En
nuestra serie, solamente 6% (n=3) recibió TH por cirrosis
biliar primaria, de hecho esta enfermedad la vemos con una
frecuencia de 10% en los pacientes atendidos en la Unidad
de Hígado.17
En un estudio se evaluaron 27 pacientes posTH para
estudiar recidiva de esteatohepatitis no alcohólica y se realizaron biopsias hepáticas por protocolo para evaluar recurrencia.14 Después de cuatro o cinco años posTH, todas las
biopsias hepáticas mostraban algún grado de esteatosis en el
injerto, al contrario de 20 a 30% de los sujetos trasplantados
por otras etiologías. El único factor predictivo independiente
fue la dosis acumulada de esteroides. A pesar del desarrollo
universal de esteatosis, la presencia de esteatohepatitis se vio
en 3 a 27% de los sujetos en el tiempo estudiado. De los cinco
pacientes que recibieron TH por esteatohepatitis no alcohólica en este estudio, solo uno (20%) ha tenido recidiva de la
enfermedad y otros tres pacientes persisten con obesidad,
hiperlipidemia y con el riesgo de manifestarla.
Los pacientes con TH presentan con frecuencia factores
de riesgo para el desarrollo de la esteatohepatitis no alcohólica como hiperlipidemia (20 a 66%), hipertensión arterial (41
a 81%), obesidad (39 a 43%), diabetes mellitus (21 a 32%) y
lipoproteinas de alta densidad (HDL) bajas (52%).18 En un
estudio de pacientes que recibieron TH por cirrosis criptogénica comparados con un grupo control de pacientes que
tenían enfermedad colestásica, la presencia de esteatohepatitis no alcohólica postrasplante fue significativamente más
frecuente en los primeros (50 versus 25%).18 Las anormalidades en las pruebas de funcionamiento hepático por lo general
no correlacionan con la severidad del daño en el injerto.18
Los pacientes con TH tienen un alto riesgo de desarrollar
síndrome metabólico, la administración de esteroides conlleva un riesgo alto de desarrollar esteatosis hepática, y con
los inhibidores de calcineurina, particularmente el tacrolimus, tienen riesgo de diabetes mellitus e hiperlipidemia.
En la población sin trasplante, la piedra angular del manejo
de la esteatohepatitis no alcohólica es disminuir de peso con
dieta y ejercicio, y el cambio del estilo de vida. La buena
condición física ha demostrado ser el mejor modulador de la
resistencia a la insulina. Existen algunos estudios piloto sobre
el manejo de la esteatohepatitis no alcohólica con manejo
407
Recidiva postrasplante de hepatopatías
farmacológico, con ácido ursodesoxicólico, antioxidantes y
agentes sensibilizantes a la insulina. Entre los agentes más
promisorios están los agonistas de PPARγ y rosiglitazone.19
Una contraindicación para realizar el TH es el alcoholismo activo. Con frecuencia se encuentran otras alteraciones
psiquiátricas como trastornos de personalidad, depresión y
ansiedad, que requieren manejo pre y posTH. En particular
los trastornos de personalidad han mostrado ser factores
predictivos independientes de recaída. La mayoría de los
centros tienen psiquiatras o expertos en adicciones como
parte del grupo de trasplantes.
En estos pacientes se requiere una evaluación minuciosa preTH para identificar comorbilidades asociadas al alcoholismo que pudieran entorpecer la evolución posTH.
En Estados Unidos, 85% de los programas de TH tiene
como requisito seis meses de abstinencia antes del TH.15
Varios centros requieren monitoreo colateral con familiares,
niveles de alcohol en sangre y sobriedad documentada por
programas, así como pertenecer a un grupo de apoyo o
rehabilitación. Aunque algunos grupos como los franceses
han llegado a recomendar tres meses de abstinencia, se ha
mostrado que seis meses de abstinencia es un importante
factor predictivo de recidiva.15 En nuestro centro, el requisito
de abstinencia es de seis meses17,20 y todos los pacientes
tienen una valoración psiquiátrica preTH y algunos casos
continúan con manejo posTH; de hecho, la baja incidencia de
recidiva de alcoholismo (un caso de 12, 8.3%) confirma que
el manejo es el adecuado.
Se ha sugerido que los pacientes con hepatopatía alcohólica tienen menor índice de rechazo, sin embargo, esto no ha
sido comprobado. La sobrevida después de TH de acuerdo a
United Network of Organ Sharing en hepatitis alcohólica es de
82 y 68% a uno y cinco años, respectivamente.21
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