a ntroPologías
MundIales en CuestIón :
dIálogos y deBates
gonzalo díaz Crovetto
Anthropology is what anthropologists do. That is to say,
the boundaries as the distinctive features of the discipline
vary with time. Changes in the world at large and in
academe, anthropologists response to the changes, and
their individual and collective initiatives all contribute to
the dynamism of the discipline
Michel-Rolph Trouillot (2003:1).
… anthropological ideas do indeed respond to the
contexts in which they are generated. They are not,
however, mechanically relective of the encompassing
political economy but emerge in a complex interplay
among intellectual production, varied institutional
settings, and the dominant value orientations of the
time
Eric Wolf (2001:63).
Like other cosmopolitics anthropology reflects the
historical dynamics of the world system, especially those
related to the structure of alterity. This also means that
theory in anthropology relects world politics and, by
extension, that theory in anthropology is always/already
political
Gustavo Lins Ribeiro (2004:3).
1
Una primera versión de este trabajo fue expuesta en el Grupo de
Trabajo Transferencia y Políticas de Difusión en Antropología de la VI
Reunión de Antropología del Mercosur, realizada en Noviembre
del 2005, en la ciudad de Montevideo. Agradezco los comentarios,
sugestiones y criticas del Profesor Gustavo Lins Ribeiro, como
también de mis amig@s y colegas Adolfo Neves de Oliveira y
Paloma Sanches, y, en especial, Santiago Díaz Torres..
2 Dr. (c) Antropología Social, UnB. Brasilia. Email: gdiazcrovetto@
unb.br
132
Gonzalo Díaz Crovetto
Me propongo discutir en el presente texto las diferentes dimensiones sobre la noción y el proyecto de antropologías mundiales,
a partir de trabajos del Colectivo de Antropologías Mundiales
o Red de Antropologías en el Mundo3 (Wan Collective 2003), de
la propuesta de los organizadores del simposio Antropologías
Mundiales: Transformaciones en los Sistemas de Poder (Ribeiro y Escobar
2002), y, de forma indirecta, de algunos textos escogidos de los
participantes del evento. Para dicha tarea, pretendo relexionar y
colocar algunas cuestiones teóricas y epistemológicas referidas al
proyecto de antropologías mundiales, encaminándome, en cierta
medida, hacia una antropología de la antropología (Peirano 1991,
Díaz 2005), considerando para ello los marcos relexivos de una
geopolítica del conocimiento (Mignolo 2001). Mi aproximación
a los contenidos de la propuesta de antropologías mundiales, será a
partir de una perspectiva siempre crítica, sobretodo en relación a
la cuestión referida a la enseñanza y reproducción de la antropología, recordando, tal como apunta Ahmed, que la antropología
también tiene su propio proceso de socialización (1973). Tampoco
podría desconocer que toda disciplina, tiene diferentes formas y
estrategias de inserción, que van de la mano de diferentes procesos
continuos o de ruptura enraizados en diversos campos sociales,
políticos, y culturales, entre otros; formando relaciones, ya sea
locales, nacionales o internacionales, y que en parte, la perilan.
Para ello vale la pena mencionar que cuestiones académicas tienen
fuertes bieses locales y nacionales, y que la disciplina, es de hecho, plural – ha
antropologías, no antropología (Caldeira 2000:18). Ante todo, debemos
reconocer que la antropología es también un campo de lucha,
donde se conjugan y se disputan diferentes formas de producción,
reproducción y difusión de conocimientos; saberes, prácticas e
intereses, entre otros elementos, por parte de diferentes centroslugares; universidades, centros de investigación, ongs, órganos
públicos. Al mismo tiempo, estos se encuentran enraizados en
diferentes relaciones de poder.
Cabe destacar entonces, - para ser justo a los epígrafes, e
incluso, al título del presente trabajo -, mi pretensión de localizar
esta propuesta de antropologías, que se funda, antes que nada,
en la idea de redes (WAN Collective 2003). Esta pretensión, o
bien, mi interpretación sobre la cuestión, requiere tanto de una
problematización del trabajo como del pensamiento antropológico4,
3
El primero término seria una traducción literal, mientras que el
segundo es la propia nominación del grupo por sus integrantes
– en especial, del grupo hispano-hablante.
4 Parafraseó aquí los títulos de dos volúmenes de artículos de
Roberto Cardoso de Olivera, Sobre o pensamento antropológico (2003)
Antropologías mundiales en cuestión
133
así como de la trayectoria histórica referencial para este proyecto
– trayectoria, que es, en parte, también referenciada por el propio
colectivo, así como en los trabajos individuales de sus integrantes5.
Pero esta localización requiere, o más bien, requirió un momento; la
caracterización de éste se tornará una de las cuestiones centrales
durante el desarrollo del presente texto, considerando que un
recorte es siempre un llamado para rever el pasado, así como para
pensar-imaginar el futuro. Bajo esta consideración, presento
tanto los diferentes intentos y caminos de una internalización de la
disciplina, como también traigo a luz de debate los marcos propositivos de los estudios vinculados con una crítica colonial. Sobre
la preocupación de una revisión de una antropología colonial,
Ben-Ari apunta que ésta está relacionada con actuales asuntos
sociales, organizacionales y profesionales (1999). Tanto el proceso
de internacionalización de la antropología como los revisionismos
críticos de una antropología colonial se constituyen como parte
fundadora de las retóricas de las antropologías mundiales, donde
experiencias y relexiones permiten la instauración de nuevos
discursos narrativos.
Como propuse anteriormente (Díaz 2005), no podemos dejar
de considerar que la antropología en si misma es una práctica
cultural realizada por un grupo social, con ello, la noción de
antropologías parece estar a la par con la de grupos sociales, en
una pluralidad acentuada. Dentro de este universo acentuado en
una propia diversidad, compartimos, no obstante, una cierta matriz
disciplinar (Cardoso de Oliveira 2004), en relación a un cuerpo
teórico y metodológico.
Una opción por considerar entonces a la antropología social
como una práctica cultural realizada por diferentes grupos
sociales nos lleva a agudizar y sensibilizar nuestra mirada, para,
de este modo, rever instituciones y organizaciones envueltas en
los posibles contextos sociales, políticos, económicos, donde
nuestra disciplina, y por ende, su práctica, su pensar y su discurso
se encuentran insertos – siempre en un juego dinámico. Cada
antropología, es, entonces, localizada, localizada en estas redes
particulares de relaciones que las distinguen unas entre otras6.
y O trabalho do antropólogo (1998).
Desde ahora en adelante, me referiré al World Anthropologies
Collective como el colectivo.
6 Cardoso de Oliveira apunta para la concepción de estilos de
antropología (2003:155-156), que remite a las formas bastante
peculiares de domesticar la disciplina a través de su práctica,
que no se limitaría a un ejercicio personal-individual, sino de un
5
13
Gonzalo Díaz Crovetto
Ante ello, me parece bastante vigente, la siguiente referencia a
Boas, que dice respecto a que cada grupo cultural tiene su historia
propia y única, parcialmente dependiente del desarrollo interno peculiar al
grupo social y parcialmente, de inluencias exteriores a las cuales él se haya
submerso (2004:45). De este modo, la metáfora interpretativa sobre
la propia antropología, referenciada a una práctica y a un grupo
social, nos trae también, consecuentemente, las dinámicas de las
interligaciones entre procesos internos y externos. Esclarecer
estas dinámicas, haciendo visibles las diferentes coniguraciones
de poder, se presenta como una de las temáticas prepositivas
centrales de las antropologías mundiales y de sus exponentes.
Por último, como parte de esta introducción encuentro oportuno preguntarse si esta propuesta por antropologías mundiales
revindica necesariamente una deinición de su imagen, su idea, su
personalidad y su experiencia en una contraposición (Said 2003:207) a la
hegemonía de los “centros metropolitanos” – y sus respectivas
coniguraciones de poder -, en relación a prácticas y a saberes.
Prematuramente esta respuesta podría integrar un sí, a partir
de un claro antagonismo frente a “un” hegemonismo de estos
centros, y a la vez un no, en la medida, que su propuesta revindica
una heteroglosia de posibilidades difícilmente encasillables en
una oposición binaria, de construir por negación de algo, pues
en su ontología visa no sólo distanciarse y contraponerse a algo,
sino que también se propone una búsqueda de nuevas formas
para revindicar un futuro posible. En ese sentido, los posibles
principios de las antropologías mundiales, siempre en diálogo, me
hacen pensar en el siguiente texto: “Lo que aprendí entonces e
intenté exponer fue que no existe algo dado o fácil de encontrar
que pueda ser considerado como un punto de partida: los principios tienen que establecerse de acuerdo a cada proyecto, de tal
manera que posibiliten la realización de lo que viene a continuación”
(Said 2003:38).
Propongo entonces, vislumbrar, en cierta forma, una genealogía de la propuesta de antropologías mundiales, que presente,
en diversas intensidades, las coniguraciones que permitieron los
discurso común de un grupo localizado de profesionales: de una comunidad
antropológica situada en el tiempo y espacio. Al respecto, la propia noción
y consideración de redes por parte del proyecto de antropologías
mundiales, le permitiría distanciarse de una localización ija en un
cuadro temporal espacial.
7 Said, naturalmente, se estaba reiriendo a la idea de la construcción
de oriente a partir de occidente – no obstante encuentro pertinente
su observación para el presente caso.
Antropologías mundiales en cuestión
13
contenidos de esta propuesta, las condiciones posibles de su marco
epistemológico (Foucault 1969). Finalmente, y brevemente,
relexiono sobre la concepción de antropologías mundiales
en diferentes aspectos, como por ejemplo, su signiicado en la
reproducción del conocimiento y práctica antropológica.
Internacionalizando la(s) antropología(s).
Quiero, al menos brevemente, discutir y presentar relexiones e
informaciones sobre los antecedentes o los enlaces posibles del
proyecto de antropologías mundiales con momentos anteriores.
Pero, para resaltar la importancia de esto, vale la pena retomar
nuevamente la consideración de la antropología como una práctica
cultural de un grupo social, pues con ello, reaparece por su propio
peso la cuestión de la organización social y sobretodo, de buscar
en ella el juego dinámico de la diferencia y de la identidad (Cardoso de
Oliveira 2003:157), de los encuentros y desencuentros (Díaz 2005).
Para tratar la internacionalización de la disciplina, me parece
conveniente considerar las informaciones presentadas, tempranamente, por Vidyarthi en su Trends in World Anthropology (1979),
donde se destaca que esta internacionalización podría apreciarse
a partir de un proyecto con un claro dominio e intención norteamericana, ante un deterioro de las antropologías europeas, para lo
cual destaca cuatro puntos: la creación del Directorio Internacional de
Antropología, la Serie de Publicaciones referentes al Simposio Internacional de Antropología y Etnología – realizado en Estados Unidos en el
año de 1952 -, dos Congresos Internacionales de Ciencias Antropológicas
y Etnológicas y inalmente, el lujo de profesores-investigadores.
El establecimiento del Directorio contó con el apoyo del Consejo
Nacional de Investigación de los Estados Unidos (National
Research Council), siendo su primera versión de 1938 y fue
editada por Alfred Vincent Kidder. Destacase que en esta primera
edición no se contaban registros de antropologías y/o antropólogos/as de países del tercer mundo (idem:16). Hubo posteriores
ediciones y revisiones, entre ellas la de 1940 elaborada por Melville
Herskovitz, mientras que en 1967 y 1975 el volumen fue organizado por Sol Tax (Vidyarthi 1979:16). Los Directorios, no sólo
pretendían sondear el número de antropólogos/as existentes en
el mundo, sino también las diversas instituciones e inclusive, las
diferentes áreas de investigación. El Simposio Internacional de 1952
fue organizado por la Wenner-Gren Foundation en Nueva York,
ciudad donde se encuentra la oicina de la fundación, la cual, como
veremos, jugará un rol protagónico para la internacionalización o
mundialización de la antropología. Dicho Simposio, contó con la
136
Gonzalo Díaz Crovetto
participación de destacados antropólogos de diversos países8.
Sería en dicho contexto de internacionalización, que surgiría en
1959, bajo el amparo de esta misma fundación, la revista cuyo
símbolo iconográico es un mapamundi, Current Anthropology, que
en palabras de Vidyarthi:
… was made available to its associates all over the
world at a rather very concessional rate. By its policy
it published review papers on theory, methods,
ethnography and national anthropological styles
from different parts of the world. Working with
a democratic spirit, it irst consolidated American
Anthropology and then radiated its scholarship, skill
and ideas to the rest of the world. It also published
material about anthropology and anthropologists
in other parts of the world. These efforts … thus
helped the internationalization of the discipline. It tried
also to win over, though in fraction, the language
barriers by publishing materials in English, originally written in their respective national languages
(1979:15; énfasis agregado).
Con respecto a los Congresos Internacionales estos corresponderían
al quinto realizado en 195 en Filadelia y al noveno en Chicago
durante 1973. De este último congreso, seria incorporada la
idea de antropología mundial, visando una publicación con los
2000 trabajos recibidos, en dos volúmenes, con una experienciacobertura de antropólogos/etnólogos de diferentes latitudes del
mundo. Vidyarthi destaca que el 18% de esos trabajos serían
de autoría de antropólogos/as del tercer mundo (1979:16). Por
último, el autor destaca también la importancia en el proceso de
internacionalización de la disciplina del lujo e intercambio de
profesores, investigadores y alumnos para realizar conferencias,
participar en congresos y efectuar investigaciones, posibilitado
por diferentes centros de fondos y becas, concentrados en larga
escala en los Estados Unidos, como por ejemplo: Fulbright
Smithmundt Programme, Rockfeller, Fundación Ford, Fundación
Wenner-Gren, entre otras. Muchas de estas investigaciones eran
realizadas, por un largo tiempo, como apunta Vidayharti, en
países coloniales o poscoloniales (en desarrollo) como parte de una
tradición de formación etnográica en lugares y países distantes,
que se incrementó como política con el establecimiento de los
A modo de ejemplo, destaco que el capítulo XV del libro
Antropología Estructural de Levi-Strauss proviene de un trabajo
presentado durante el Simposio.
Antropologías mundiales en cuestión
137
“estudios de áreas” por parte de diversas universidades norteamericanas, recibiendo un considerable aumento de fondos al
término de la Segunda Guerra Mundial (1979:19), ante la nueva
coniguración geopolítica del mundo y de la inserción de Estados
Unidos en ella.
Otros momentos-eventos importantes para observar la internacionalización de la disciplina son mencionados por Roberto
Cardoso de Oliveira, que en Por uma Etnograia das Antropologias
Periféricas9, nos presenta la experiencia de tres reuniones internacionales: Austria en 1967 y México tanto en 1968 como en 1979.
Las dos primeras fueron inanciadas por la Wenner-Gren Foundation y trataron sobre la cuestión de la enseñanza. El encuentro
de Austria de 1967 se tituló de Reunión para la Integración de la
Enseñanza en las Investigaciones Antropológicas, mientras que el primer
simposio en México, se denomino I Reunión Técnica de Antropólogos
y Arqueólogos de América Latina y el Caribe. La relevancia de estos
seminarios radica en que, en cierta forma, internacionalizaron
regionalmente (latinoamericanamente) la disciplina; instaurando
y motivando relexiones de las antropologías ahí realizadas. Estos
encuentros contribuyeron también para generar des-locaciones
y lujos, que en un primer momento tuvieron un carácter relativamente más personal que institucional, sobre todo, a partir de
iguras emblemáticas representantes de las diferentes antropologías que participaron en los seminarios. Cabe destacar que el
diálogo fructífero establecido originó un número especial de la
Revista América Indígena, del Instituto Indigenista Interamericano (Vol. XL, México, 190), aianzando con esto el proyecto de
lujos y diálogos para una internacionalización de la disciplina10.
Los diferentes artículos que integraron dicho volumen, trataban
de levantar, sondear y relexionar sobre la antropología en sus
respectivos países11. Podemos considerar, que el diálogo, acentúa
entonces, el proceso de internacionalización, un camino para
establecer, casi necesariamente una alteridad mínima (Peirano 1999).
Esta alteridad hace referencia a una forma de auto-observación
a partir de estudios que incorporen relexiones sobre el propio
9 Perteneciente al capítulo 7 de su libro Sobre o pensamento Antropológico
(2003).
10 No obstante, sabemos que para que un diálogo perdure, éste
necesita de una continuidad.
11 Como podemos apreciar en el siguiente párrafo: la inalidad de
esta reunión de antropólogos latinoamericanos de evaluar la situación de la
disciplina en la región, en el marco de los procesos sociales y de desarrollo
de sus naciones, determina y limita el carácter de los informes por países
(Berdichewsky 1980:309).
13
Gonzalo Díaz Crovetto
pensamiento social dentro de los límites nacionales (Peirano
1991). Con esto último quiero decir, que el establecimiento de
instancias de diálogo entre diferentes antropologías, así como las
diversas tentativas para una internacionalización de la disciplina,
requirió, y requiere, desde temprano, una propia auto-relexión
de las diferentes experiencias de las antropologías nacionales.
Retomaré esta cuestión y su importancia, posteriormente.
Hay otro simposio bastante signiicativo, en el sentido de
precedente de las propuestas de antropologías mundiales, se
trata pues del Indigenous Anthropology in Non-Western Countries,
organizado durante 1978 en Austria, nuevamente bajo el amparo
de la Wenner-Gren Foundation12. Este congreso internacional,que desencadenó un libro con el mismo título, en el cual fueron
seleccionados algunos de los trabajos expuestos en el encuentro
(Fahim 1982) -, contó con la participación de 20 personas de 17
países. El concepto indigenous anthropology fue propuesto como
un concepto de trabajo13, referido a la práctica antropológica
en el país, sociedad o grupo étnico de origen del investigador
(Fahim e Helmer 1982:xi), mientras que el término no-occidental
fue escogido ante la cuestión de que si la antropología fue
desarrollada en un ambiente intelectual, económico y político
occidental, habría aumentado considerablemente el número de
antropólogos/as formados y operando fuera de esta tradición,
lo que habría levantado nuevas cuestiones para la disciplina (op.
cit.). Creo oportuno, por la relevancia que pueden adquirir a la
hora de rever las propuestas contenidas en el proyecto de antropologías mundiales, presentar los objetivos de este encuentro:
(1) juntar a un grupo de antropólogos/as no occidentales para
concretizar un intercambio de informaciones y perspectivas de
sus propias experiencias en la práctica de la antropología en sus
respectivos países; (2) buscar animadas y sistemáticas discusiones
de la problemática de encarar una antropología local en países
del tercer mundo; (3) explorar el potencial de las contribuciones
en relación a las preocupaciones globales de la disciplina; y (4)
discutir y desarrollar un medio más efectivo de comunicación
entre antropólogos/as del tercer mundo, como también entre
y con toda la comunidad mundial de antropólogos/as (op. cit.
p.xiii). Fahim y Helmer destacan que los integrantes discutieron
12 Especíicamente en el castillo Wartenstein, ex propiedad de la
Wenner-Gren Foundation.
13 En los comentarios sumarios sobre la conferencia, Fahim y
Helmer comentan que para diversos participantes, advierten que
este concepto podría constituir un peligro potencial para la unidad
epistemológica de la disciplina (Fahim y Helmer 1982:xxx).
Antropologías mundiales en cuestión
139
diversas temáticas, como: la propia pertinencia de la conceptualización y uso de indigenous anthropology, las ventajas y desventajas de
esta práctica, la cuestión sobre identidad y aspectos éticos, para
inalmente llegar a una serie de nociones y propuestas. Muchas de
éstas apuntan para una internacionalización de la disciplina. Fahim y
Helmer (1982:xxviii-xxx) resumen las cuestiones levantadas por
los participantes en tres propuestas, relativamente congruentes
con los propios objetivos del encuentro:
• El reconocimiento de barreras para el intercambio y la cooperación entre antropologías del tercer mundo, que estimularon
la formulación de estrategias para superarlas. Entre ellas se
hace referencia a la posibilidad de publicar informes-reportes
nacionales de las antropologías alrededor del mundo, a partir de
un carácter crítico, que podrían circular entre los diferentes
países.
• La posibilidad de participar y realizar, a partir de una base
de reciprocidad y equidad, proyectos de investigación en
conjunto, entre cientíicos sociales del occidente y del resto
del mundo. Lo cual podría incluir no sólo a docentes y profesionales, sino también a estudiantes.
• Poder establecer y mantener una serie de conferencias, encuentros y/o seminarios con problemáticas especíicas, y tal vez,
orientadas a regiones especíicas. Realizables, de preferencia,
en países no occidentales.
La importancia de este encuentro radica en que hace, de una forma
conjunta y crítica, un revisionismo de las posibles coniguraciones
de poder tanto en las prácticas como en la constitución del saber
antropológico en los diferentes países, marcando y delineando
las posibles diferencias entre antropólogos/as occidentales y el
resto del mundo, entre lo externo y lo local, problematizando la
importancia de un compromiso local por parte de profesionales
extranjeros y nacionales. Pero, y al mismo tiempo, este seminario
procuró ver e imaginar horizontes que combatan tales diicultades,
incluso, marcando líneas para una agenda. Estas cuestiones,
son retomadas claramente, como veremos, en la propuesta de
antropologías mundiales.
Se puede apreciar, por lo tanto, que la internacionalización
de la disciplina hace referencia a considerar que existen diversas
antropologías, siendo por lo cual importante relexionar y entablar
diálogos entre ellas – una forma inicial de establecer una comunidad de dialogo-reconocimiento. Cuestión que fue colocada
10
Gonzalo Díaz Crovetto
y levantada, principalmente, a través de diferentes encuentroscongresos internacionales.
el pasado presente de la crítica colonial
European attitudes to the outside world in the imperial
age had – and still have – a great inluence on the thinking of many European scholars in various ields of
knowledge... It is hard to see how a European anthropologist can escape being inluenced by ideas in his own
society, and to insist that he can avoid this inluence
would be to minimize the importance of socialization
emphasized by anthropology as a discipline
Abdel Ahmed (1973: 261, 264).
La re-avaluación de la antropología no se puede separar
de la re-avaluación del lugar de Occidente en la historia
y en el mundo.
Gérard Leclerc (1973:172).
El estudio crítico del colonialismo trajo consigo, tal como en el
caso anteriormente observado sobre la internacionalización de
la disciplina, el desarrollo de seminarios y encuentros que terminaron en publicaciones consagradas. Entre estas, cabe destacar el
volumen organizado por Talad Asad, Anthropology and the Colonial
Encounter (1973).14 Debido al largo y denso recorrido de los diferentes trabajos de dicho libro, que transitan entre la cuestión de la
antropología y el colonialismo, levantaré sólo algunas referencias
que me permitan ejempliicar la importancia de dicho enlace,
resguardando, que aquí yace otro punto de partida para algunas
de las cuestiones retomadas como centrales por el proyecto de
antropologías mundiales.
Uno de los mayores aportes relexivos para la antropología que
trajo el revisionismo crítico del pasado y del presente (que suele
acentuar un pos), por parte de los estudios sobre antropología
y colonialismo, dice respecto a la posibilidad de hacer visible la
inserción de la práctica y del pensamiento antropológico en un marco
más amplio, referido a la sociedad que los engloba, mostrando
con ello las diferentes coniguraciones de poder y de intereses
que pueden estar envueltos, pautando el horizonte de estas
14 Fruto de un Seminario realizado en la Universidad de Hull en
1972, universidad que también diera el apoyo para la publicación
(Asad 1973:19).
Antropologías mundiales en cuestión
11
prácticas y de este pensar. Fue en ese sentido que Asad apuntó
que la estructura de poder colonial tornó el objeto de estudio antropológico
accesible y seguro (1973:17)15. Hubo, entonces, una serie de debates
en torno a cuestiones éticas, metodológicas, teóricas, y consecuentemente, epistemológicas en la antropología, levantando, o
al menos, cimentando, cuestiones todavía más amplias, relativas
a la otredad-alteridad (que llevó a preguntarse sobre la cuestión
del sujeto de estudio), la localización del conocimiento, entre
otros aspectos. En cierta forma, se podría pensar, que estos
debates prepararon la crítica pos-moderna en la antropología.
Sin duda, este marco revisionista fue norteado por los diferentes
acontecimientos relativos a la experiencia colonial, principalmente
de las antropologías francesas e inglesas, que tuvieron que lidiar
con las independencias pos Segunda Guerra Mundial de las ex
colonias esparcidas en diferentes continentes16. Al respecto Talal
Asad apunta:
… since the Second World War, fundamental
changes have occurred in the world which social
anthropology inhabits, changes which have affected
the object, the ideological support and the organizational base of social anthropology itself. And
in noting these changes we remind ourselves that
anthropology does not merely apprehend the
world in which it is located, but that the world also
determines how anthropology will apprehend it
(1973:12; énfasis agregado).
Los estudios referidos al colonialismo (o pos-colonialismo, en su
versión actualizada) y a la antropología, posibilitaron diferentes
cuestionamientos del desarrollo de la disciplina y con ello, sobre
diferentes formas de cómo esta fue realizada tanto como práctica
y pensamiento. Este amplio y diversiicado marco revisionista se
posibilitó en parte, gracias a la propia ampliación de voces en el
horizonte discursivo de la antropología, fue entonces el otro que
comenzó a hablar, posicionándose críticamente frente a experien15 Al respecto L´Estoile, Neiburg y Sigaud apuntaron que el trabajo
de los antropólogos sólo fue posible porque tales grupos ya se encontraban en
un proceso de submisión a los estados nacionales o imperios modernos, siendo
objetos de políticas (2002:9). Mientras que Ben-Ari distingue las
oportunidades que el colonialismo le dio a la antropología, como
lugar para hacer trabajo de campo, salarios, etc. (1999:384).
16 Sobre los procesos de independencia, encuentro pertinente la
siguiente airmación de Leclerc: “las guerras de liberación nacional
materializaron y materializan esta voluntad de dejar de ser objetos de historia
para ser los sujetos de esa misma historia” (Leclerc 1973:150).
12
Gonzalo Díaz Crovetto
cias, supuestos y totalizaciones, que no le decían respecto, o al
menos, no de la forma en que se le eran planteadas las problemáticas. La insurgente voz del otro hizo visible también las diferentes
inequidades y asimetrías existentes tanto entre antropólogos/as,
antropologías de occidentes y de países del tercer mundo, como
también frente a los propios grupos y sociedades estudiadas. Las
nuevas voces ayudaran a ampliar el marco idílico de la diversidad
cultural dentro de la propia disciplina. Este revisionismo trajo
consigo un espíritu crítico de negarse a simplemente tomar como
dadas las cosas, en razón que la hegemonía de ciertos universalismos
no es algo naturalmente dado (Ribeiro 2004). Este espíritu se reveló
también en la idea de transmisión y reproducción de conocimientos en la antropología. Vale la pena resaltar lo que escribió
Ahmed:
... it is also true that the institutes that give the
anthropologist his training are inluenced by ideas
current in the society to which they belong. It is
these training institutes which are responsible for
planting in the minds of their students a number of
questionable Euro-centric assumptions as if they
were accepted facts... (Ahmed 1973: 263).
Frente a este marco, además de las referencias a Europa, vis-àvis sus relaciones con las ex-colonias, debemos incluir también
los imperialismos, en sus diferentes momentos, dónde Estados
Unidos jugó y juega un rol importante al respecto de las mismas
consideraciones acusadas sobre la producción del conocimiento.
No deberíamos dejar de considerar también una aguda atención
a la propia geopolítica de la coniguración de las antropologías
así llamadas de hegemónicas (Inglaterra, Francia y EEUU), pues
estas se encuentran y se han encontrado, en diferentes formas,
en luchas de legitimación entre sí. Asimismo cabe notar grandes
diferencias de contextos de vivenciar tanto esta crítica, como
esta colonialidad, a lo largo y ancho de los continentes, pues lo
que parecía como un discurso crítico levemente localizado por
experiencias históricas particulares, se tradujo y convirtió en el
pie de guerra discursiva, o al menos, de crítica, para otras voces
de otras antropologías, inclusive, desde países como EEUU,
Inglaterra y Francia.
Los contenidos que aquí presenté sobre colonialismo y
antropología reaparecen en los planteamientos de las antropologías mundiales, que rescatan también el pluralismo y diversidad
explicitas en el proyecto de descolonización (Leclerc 1973). Con
lo cual, claramente, los embates del colonialismo aparecen como
Antropologías mundiales en cuestión
13
una cuestión no superada – y que ha de ser superada. Pero antes
que nada, se trata de que frente al colonialismo resta descolonizar,
y esto contemplado en su más amplia envergadura (discursiva,
simbólica, práctica, etc.). Al respecto Leclerc apunta:
(La descolonización)… adquiere todo su sentido si
situamos la descolonización más allá de las apariencias inmediatas y limitadas a que estaríamos tentados
a asimilar (la independencia política y económica)…
La descolonización marca, por lo menos para
África, y también para el tercer mundo, el acceso
a la soberanía del lenguaje, en una historia a partir
de entonces mundial, la substitución por un diálogo
del secular monólogo narcisista de Occidente…
La colonización clásica era, en muchos aspectos, la
forma privilegiada de este monólogo (1973:149).
Por otro lado, Chakrabarty nos recuerda que: “... certain version
of “Europe”, reiied and celebrated in the phenomenal world
of everyday relationships of power as the scene of the birth of
the modern, continues to dominate the discourse of the history.
Analysis does not make it go away” (2000:28).
Considerando el juego dinámico existente en la creación, el
uso y la adscripción de narrativas, en este caso, los posibles revisionismos de una crítica colonial bajo una adjetivización pos puede
traer, a veces, en sus inserciones locales, ciertas incongruencias. Al
respecto Ribeiro propone que en América Latina el postcolonialismo
sería igual a lo que él mismo condena, un discurso externo sobre el Otro que
llega a través de un poder metropolitano (2003:43). Por otro lado, De la
Cadena nos recuerda que universales en apariencia, formas occidentales
de conocimiento y sus prácticas no son coninadas a Europa o a Estados
Unidos – han excedido estos territorios por casi seis siglos (De la Cadena
2004). Con esta salvaguarda hecha, la contribución de la crítica
colonial, puede trascender sus orígenes locales, para a partir de
nuevas lecturas, re-localizarse.
antropologías Mundiales
Like all academic disciplines, it (anthropology) inherited a
ield of signiicance that preceded its formalization. Like
many of the human sciences, it now faces dramatically
new historical conditions of performance. Like any
discourse, it can ind new directions only if it modiies
the boundaries within which it operates
Michel-Rolph Trouillot (2003:9).
1
Gonzalo Díaz Crovetto
Las antropologías mundiales, como proyecto, implícito en
la concepción de la red de antropologías del mundo, están
inmersas, de una u otra forma en nuevas condiciones históricas para
su desempeño (op. cit. Troulliot), por los nuevos contextos
sociales, económicos y políticos (Wolf 2001), enraizados por la
globalización – en sus diversas condiciones (Ribeiro y Escobar
2005). En otras palabras, ha una conjunción entre las posibles
narrativas discursivas, - al poder incorporar, imbuirse y relacionarse -, con los nuevos marcos contextuales en la producción de
conocimiento. Pero dicha propuesta, quiere hacer visible estos
marcos, a partir de una geopolítica del conocimiento (Mignolo
2001) que agudice y entrevea las diferentes coniguraciones de
poder. Creo, que las distintas formulaciones presentadas en el
grueso de las proposiciones de las antropologías mundiales (WAN
2003, Ribeiro y Escobar 2002, Escobar y Restrepo 2004, Ribeiro
y Escobar 2005) se nutren de los diferentes momentos claves,
referidos tanto al continúo y largo proceso de internacionalización
de la disciplina como también por el revisionismo crítico que
trajo consigo los estudios coloniales. Sin duda, no se trata de una
simple línea de ensamble, menos todavía, de un carácter evolutivo,
pues en muchos casos, las antropologías mundiales podrían estar
en discordancias con variadas cuestiones levantadas por estos
movimientos de antecedencia. Sino que se trata más bien, de buscar
ciertos emergentes que marcaron en parte el horizonte epistémico,
en concordancia, o a la par, con el propio contexto mundial actual.
A esto se le debe agregar una cuestión fundamental, hoy en día
se presentan diferencias sustanciales con los contextos de la época
de los Simposios-Encuentros Internacionales referenciados anteriormente. Esta cuestión dice al respecto, como arguyen Fahim
y Helmer a que existían, por ejemplo: “... real problems like the
differential quality of programs in neighboring countries, which
militate against truly reciprocal academic exchange” (Fahim y
Helmer 1982:xxix).
Actualmente diversas antropologías fuera del centro se encuentran en condiciones objetivas-materiales e institucionales, para
poder participar en dicho proyecto. Es decir, se necesitaba
también un madurecimiento de las diferentes antropologías deslocadas por el mundo, que permitiese que el anterior lujo de iguras
emblemáticas se tornase ahora más bien en lujos masivos y constantes. Otro punto importante para aquello, fue la instauración y
consagración institucional de los programas de pos-graduación,
en especial, de doctoramiento, dispersos en diversos países.
Estos pos-grados permitieron formar diferentes generaciones
de antropólogos/as, como también aumentar los lujos internos
Antropologías mundiales en cuestión
1
y externos de profesionales y estudiantes. Se posibilita entonces
una estructura para fortalecer las propias demandas de equidad
– más allá que enumerarlas/enunciarlas. Vale la pena mencionar
que se trató de un período diferenciadamente vivenciado tanto
nacional como localmente, incentivando en muchos casos, la
institucionalización y consagración de centros de pos-graduación
y de investigación.
Lo expuesto no signiica que se haya disminuido considerablemente la brecha entre las diferentes antropologías, sino más
bien, que tanto las nuevas condiciones institucionales de diferentes
centros antropológicos, como el nuevo contexto social imbuido
por la globalización permiten generar una demanda práctica y
epistemológica por antropologías mundiales que procuren una
más democrática, transnacional y hetereoglósica comunidad de
antropólogos/as (Ribeiro y Escobar 2005). Los nuevos contextos
mediaticos-comunicativos han posibilitado nuevas formas de
comunicación social, que en el caso de la propuesta actual de
antropologías mundiales, jugaron y juegan un papel fundamental.
Sobretodo, a partir de la fuerza indiscutible de Internet que
posibilita y genera puntos-espacios-lugares de encuentro virtual a
partir de sites y comunicación instantánea. De este modo, la Internet
permitió y reforzó las bases materiales para la sustentación del
proyecto de antropologías mundiales.
Los antecedentes recientemente planteados nos ayudan a
comprender y situar las dinámicas inherentes a la propuesta de
antropologías mundiales. Considero ahora oportuno entrar de
lleno en estas. La propuesta se originaría a partir de una triangulación bastante interesante: el Simposio Internacional World
Anthropologies: Disciplinary Transformation Within Systems of Power
organizado por Gustavo Lins Ribeiro y Arturo Escobar en Italia,
durante Marzo del 2003 – nuevamente auspiciado por la WennerGren Foundation, el libro volumen con el mismo nombre con los
trabajos de dicho encuentro (organizado por los mismo autores),
y los seminarios de pos-graduación dictados en Chapel Hill (por
Arturo Escobar) y en Brasilia (por Gustavo Lins Ribeiro). A esto
hay que agregar la relativamente reciente,- durante el 2005 -, puesta
online del sito web del colectivo World Anthropologies Network
(WAN) / Red de Antropologías del Mundo (RAM): http://www.
ram-wan.net, junto con su Revista Electrónica (Electronic Journal),
como también las diversas instancias de dialogo generada por los
organizadores y estimuladores originales del grupo vis-à-vis sus
intereses de ampliar la comunidad de diálogo.
16
Gonzalo Díaz Crovetto
Tanto el libro, como el Simposio Internacional, posibilitarían
explorar la diversidad de las antropologías y como el heteroglosico
potencial de la globalización podría permitir a antropólogos de
todo el mundo beneiciarse de esta diversidad (Ribeiro y Escobar
2002, 2005). Más especíicamente, las metas vislumbradas para el
simposio, por parte de sus organizadores, eran las siguientes:
a) to examine critically the international dissemination of anthropology – as a changing set of Western
discourses and practices – within and across
national power ields, and the processes through
which this dissemination takes places; and b) to
contribute to the development of a plural landscape
of world anthropologies that is both less shaped by
metropolitan hegemonies and more open to the
heteroglossic potential of unfolding globalization
processes (Ribeiro y Escobar 2002).
Decidí escoger, antes que contar o resumir, citar a continuación
la propia presentación del colectivo, Red de Antropologías en el
Mundo (RAM), que en un modo resumido, se encuentra disponible, en varios idiomas, en su página web:
Necesariamente multilingüe, multilocalizada y
organizada tanto virtualmente como en eventos
e intervenciones concretas, imaginamos la RAM
como un entramado de discusión e intervención
sobre las heterogeneidades de las antropologías
mundialmente y las geopolíticas de conocimiento
implicadas en su producción.
La RAM se propone contribuir a transformar las
actuales condiciones y circuitos de conversabilidad
entre los antropólogos /as en el mundo reconociendo la pluralidad de posiciones y las relaciones
de poder que subyacen a las diversas locaciones. No
es una celebración del multiculturalismo al interior
de la antropología, no es el ‘descubrimiento’ de la
diferencia al interior de la antropología. Antes bien,
es la problematización de los mecanismos sobre los
que se normalizan y naturalizan ciertas modalidades
y tradiciones antropológicas desempoderando otras
antropologías y antropologías de otro modo.
Así mismo, en una publicación conjunta del colectivo, se
destaca:
We propose to facilitate the creation of a lexible
Antropologías mundiales en cuestión
17
structure, a network, to foster dialogues and
exchanges among a number of anthropologies
broadly understood... We think of this processual
method-objective as en-redarse – a permanent act
of connecting and thus articulating the network
that constantly re-generates it and nourishes the
forms of knowledge and politics interlocked and/or
produced through it (WAN 2003: 268 y 269)
Quiero resaltar también que en esta misma publicación se discute,
o al menos, se plantea el asunto del entrenamiento de estudiantes
y de como practicar antropología como parte de los intereses de
la red (op. cit.).
desraizando el pasado del presente
The network should contribute to a plural landscape
of world anthropologies less shaped by metropolitan
hegemonies and opened to the heteroglossic potential
of unfolding globalization process
WAN Collective (2003:265).
Una vez aquí expuestos, en parte, el proyecto de antropologías
mundiales y la Red de Antropologías en el Mundo, puedo hacer
una relación con las propuestas anteriores de los encuentros ya
sea de internacionalización o crítica colonial, como por ejemplo,
con el Simposio Indigenous Anthropology in Non-Western Countries.
Recordando que las propuestas inales del encuentro, fueron
englobadas en tres cuestiones (Fahim y Helmer 1982), la primera
hace concordancia con las de las antropologías mundiales, en la
medida que acusaba las asimetrías en la producción del conocimiento. Al mismo tiempo, proponía formas y medios de hacer
circular tanto informaciones como relexiones sobre las diversas
antropologías, cuestión que hoy en día se propone claramente a
ser tratada por la RAM (La Revista Electrónica) y por el propio
Simposio efectuado. El segundo punto hace referencia a los lujos
e intercambios de estas antropologías, por una parte, remitida en
la actual circulación mundial de estudiantes, profesionales y/o
académicos, por otra, esta idea ya se encuentra en parte imbuida
en la propia idea de red, así como se hace explícitamente referencia
a dichas temáticas en los textos del conglomerado (WAN 2003).
Por último, sobre la cuestión de la organización de encuentros
regionales o congresos que relexionen sobre las particularidades
de la diversiicación de antropologías, esto se llevó a cabo a partir
del propio Simposio de Antropologías Mundiales – y en cierta
1
Gonzalo Díaz Crovetto
forma a partir de los seminarios, antes referenciados, de Chapel
Hill y Brasilia. Otra concordancia aparece entre el simposio de
1978 y 2003, esta vez, en relación a los propios objetivos iniciales.
Al mismo tiempo, las diferentes problemáticas levantadas, así
como parte del uso conceptual parecen compartir bastante con
los estudios coloniales. De esta forma, hago notar entonces
este enlazamiento entre el proyecto de internacionalización de
la disciplina y los estudios de crítica colonial, que se entrelazan,
de una forma particular y actualizada por las nuevas condiciones
globales y por los nuevos contextos locales, en las antropologías
mundiales.
La propuesta de antropología mundiales, al llevarnos a pensar
sobre si misma, sobre la propia antropología, se asemeja también
a lo que para muchos fue una antropología relexiva y crítica
en Latinoamérica en los 60´s17, pero se diferencia radicalmente
de dicho momento, en la medida que prima una unión por la
diversidad-diferencia-identidad, y no por una, que se centraba,
mas bien, en la búsqueda de una unidad e identidad común. En
todo caso, tanto el primer, como este nuevo intento, pueden
considerarse inseridos en un marco político, pues se trataba y se
trata, antes que nada de proyectos, de posibilidades de futuro.
Cabe problematizar también que si bien parece pertinente
conjugar naciones a nivel mundial, resulta irónico no tomar
en cuenta que la localización de las antropologías presupone
más que fronteras nacionales. ¿Se trata acaso de centros fuera
del centro dialogando entre si para demandar un espacio? ¿Se
trata de nuevas formas de luchas de legitimación entre las otras
ya consagradas nuevas voces? Mi preocupación radica también
no sólo en la contestación de coniguraciones de poder a nivel
disciplinario a partir del eje de centros-polos-metrópolis hegemónicas tradicionales, sino también con todo centro relativamente
nuevo, de afuera, que se juzgue hegemónico, o en vía de serlo,
frente a otros centros. Realmente, espero que no caigamos, tras
la premisa del heteroglosismo frente a luchas, batallas de poder,
que transciendan las memorias de las antropologías nacionales en
busca de una legitimación fundacional, y todavía, en perspectiva
comparativa frente a otras. Es en dicho momento-situación, que
números en orientaciones cuantitativas y cualitativas parecen, en
algunos casos, querer enriquecer y exaltar, más que describir o
relexionar sobre el decorrer de las antropologías, apagando, o no
problematizando, en muchos casos, la propia diversidad interna
de estas antropologías nacionales. Los organizadores del Simposio y
17 Edgardo Garbulsky, comunicación personal.
Antropologías mundiales en cuestión
19
del Libro de Antropologías Mundiales airman que el presente
esfuerzo se diferencia de proyectos de internacionalización
anteriores en la medida, que no es hecho ni escrito desde un
particular punto de vista nacional (Ribeiro y Escobar 2005). No
obstante, en trabajos provenientes de diferentes lugares del orbe,
aparecen, y reaparecen diferentes versiones nacionales, que pueden,
consecuentemente remitir lo local a lo nacional. Parece, que en
algunos de ellos, se trata, - y digo en parte, no que sea como un
argumento central de todos los trabajos -, que estas experiencias
de antropologías busquen un lugar en la historia, en una ahora
historia de la internacionalización. ¿Que quiere decir esto? Que
se pueda llegar a relaciones jerárquicas como de semi-periferia,
cuando justamente se está queriendo combatir distinciones que
centren su carácter ontológico a base de principios centro-periferia.
Siendo que hay bastante por cuestionarse y preguntarse que es
de una antropología, toda vez que en los diferentes revisionismos
históricos sobre las diversas antropologías, se asoma con fuerza
una unidad que parece bastante más fragmentaria, presentando
diferenciaciones internas dentro del mismo cuadro de inequidades
y en las diferentes coniguraciones de poder dentro de los propios
marcos nacionales (Díaz 2005). Rechazo entonces dicha posibilidad, la de una legitimidad fundacional, si se trata para buscar
revindicarse y pedir un pedazo de la torta de la hegemonía frente
y entre otras antropologías. La acepto, si me parece que a través
de una lectura critica historiográica y de memoria tratamos de
entender los propios caminos de las diferentes antropologías,
preservando uno de los supuestos boasiano, en busca de la diversidad y relatividad cultural en la propia experiencia antropológica
– como disciplina que ha conjugado de diversas formas su pensar
y su praxis. Nuevamente, la antropología es localizada, y es a través
de su localización que podemos buscar lo tras-local, lo común, lo
diferente, entre otros elementos. Por otro lado, complementario
a esto último, las antropologías mundiales o las antropologías en
el mundo (RAM) se proponen, claramente, no sólo a combatir lo
recientemente señalado, sino también la problemática colocada
visible y metafóricamente por Gerholm y Hannerz: “It seems
that the map of the discipline shows a prosperous mainland of
British, American, and French anthropologies, and outside it an
archipelago of large and small islands – some of them connected
to the mainland by sturdy bridges or frequent ferry trafic, others
rather isolated” (1982: 6).
Resta esperar que la utopía del encuentro con el otro, dentro
de la propia antropología, no desemboque en el resalte de la
clásica dicotomía de que todo proceso al ser incluyente es a su
10
Gonzalo Díaz Crovetto
vez excluyente, sobretodo en la medida que esta última condición
difícilmente puede preverse en relación a su envergadura – en una
posible acentuación de las diferencias entre las periferias.
The power imbalance between the center and the
periphery is such that only those who are familiar
with major academic traditions at the center (usually
those people who have studied there) can manage
these demands (Kuwayama 2004:53)
el Cruce de alteridades
Articulados por una vocación de irradiar razón, que
junto con la moderna geopolítica del conocimiento
establecieron un centro (el norte atlántico) y lo sobrepasaron, constituyendo por tanto formaciones académicas
(intelectuales) regionales con sus centros (donde las
instituciones de la razón se acuñaron) y periferias, donde
la lógica racional tuvo una presencia más débil. Estas
formaciones regionales constituyen una compleja coniguración de múltiples y jerárquicamente organizados
centros, algunos de estos son “periféricos” en relación
a otros “más centrales”
Marisol de la Cadena (2006:202).
Podemos considerar entonces, la propuesta de antropologías
mundiales como parte del juego de las alteridades mínimas, que
esta vez, yuxtapuestas, nos airman que la diversidad siempre
buscada y deseada se puede encontrar también en si misma /
nosotros-as mismos-as. Esta relexión necesaria, aquí propuesta,
en un borde epistemológico de las antropologías mundiales, nos
obliga rever los campos del saber-pensar como los de la práctica
antropológica. En el fondo, encarar este proyecto de antropologías mundiales, y seguir un camino posible referido a éste, es
antes que nada una posibilidad de centrarse en otro juego de
alteridades de la propia diversidad antropológica. De este modo,
esta propuesta de antropologías mundiales me recuerda el impacto
del proyecto boasiano, al considerar el relativismo cultural, - o si bien,
si se preiere, como también fue llamado, particularismo histórico -,
pero ahora, para dentro de si mismo, para, en algo que parecería
natural si encaramos la antropología como una práctica cultural,
ver y rever la diversidad entre las diferentes antropologías.
Otra relevancia en relación al papel de la enseñanza y transmisión de conocimientos que pueden jugar las antropologías
mundiales es que, tomando a modo de ejemplo el presente
Antropologías mundiales en cuestión
11
trabajo, éstas nos obliguen a re-ver y re-pensar diferentes
cuestiones y problemáticas de la experiencia antropológica en
diversos momentos y lugares. En este sentido, me parece oportuno resaltar algo que si bien se encuentra en la propuesta de las
antropologías mundiales, ya se vislumbraba en el mencionado
Simposio de Indigenous Anthropology in Non-Western Countries: “…this
would promote a corrective, international dimension within
the educational process, prevent the perpetuation of negative,
prejudicial attitudes, and encourage new perspectives” (Fahim y
Helmer 1982:xxix).
Ahora bien, cabe tener en cuenta como un marco histórico
interpretativo, que: “Anthropology is a Western Cosmopolitics
that consolidated itself as a formal academic discipline in the
20th century within a growing Western university system that
expanded throughout the world” (Ribeiro 2004:3).
Con lo cual, cabe pensar el sentido local de estas antropologías
hoy en día, que comparten un pasado ideológico institucional que
no les dice respecto, mas al mismo, tiempo, que adquirió y se dio
en diferentes formas, en distintos sentidos locales para establecer
diferentes dinámicas y experiencias (Peirano 1991), siendo que el
Estado, en su más amplia concepción, juega un rol importante
que inluye e inluyo en esto (Peirano 1991, L´Estoile, Neiburg y
Sigaud 2002). En ese sentido, la antropología tuvo y tiene, necesariamente, un carácter local. Aparentemente ahí radica nuestro
desafío, de poder enraizar nuestra relexión local con otras, en
un interesante dinamismo que las antropologías mundiales nos
permiten pensar, y que se nos es facilitado por la Red de Antropologías del Mundo. En cierta forma, se nos aparece, como nada
más natural que observar y apreciar a la propia antropología y
sus antropologías en un horizonte mundial imbricado de interrelaciones, tanto en el pasado como en la actualidad. Nuevamente
ha ahí una oportunidad que nos remite a marcos comparativos
por tras de la diferencia y la semejanza, en los contrastes de la
alteridad y los marcos prepositivos de la antropología, antes que
nada, como práctica sociocultural.
Por último, a pesar que las diferentes antropologías han pasado
por diversas crisis y proyectos comunes a lo largo de su devenir,
estas, sin discriminar entre las diferentes inserciones en las coniguraciones de poder que puedan tener, han buscado legitimación
en diversas formas y sentidos. Creo interesante pensar que las
diferentes des-contrucciones y construcciones sobre ellas no
se encuentran aquí. . . sino, tal vez, irónicamente, lejos, pues la
utopía del encuentro con el otro para reverse, parece, más que
12
Gonzalo Díaz Crovetto
nunca, tan presente que ofusca la dinámica entre el texto y todo
lo que hay antes de llegar a él.
Comentario-Relexione (Circuntancialmente) Finale
Antropologías mundiales parecen ser, a mi entender, la oportunidad semántica, etimológica de la propuesta de una conceptualización enraizada con un especial marco epistemológico. Al
mismo tiempo, la Red de Antropologías en el Mundo, parece
ser la posibilidad práctica de concretar aquello, presentando con
inigualable fuerza, una dinámica creadora que puede entonces, por
un lado conigurar la posibilidad de una diversidad epistémica como proyecto
universal bajo la conceptualización de antropologías mundiales,
y, por otro, combatir la ignorancia de la diversidad y complejidad de la
producción internacional de la antropología a partir, entre otros aspectos,
del devenir del rol de la Red de Antropologías en el Mundo
(Ribeiro y Escobar 2005). Destaco también que la polisemia de
los contenidos de la propuesta de antropologías mundiales, son
de tamaña diversidad que quedan aún muchos aspectos a ser
discutidos y analizados, tarea, que debe incluir una verdadera
heteroglosia, ahora, con respecto no sólo a las relexiones sobre
ésta sino también de sus propios participantes.
Al inal de cuentas, el proyecto de las antropologías mundiales,
como un todo, en sus amplios contenidos y propuestas, incluso las
de acción, me recuerda la idea de Boas sobre los grupos sociales
en contacto, donde ocurrirían procesos de gradual diferenciación, y de
nivelación de las diferencias (2004:45). Esto último parece encontrarse
a lo largo y ancho de la propuesta de antropologías mundiales. Con
esto, encierro el presente texto, restando poder observar el propio
decorrer del proyecto-propuesta de antropologías mundiales
vis-à-vis a una red de antropología en el mundo, resaltando que
mi opción frente a las antropologías mundiales, es critica, pero
airmativa y participativa.
Por último, al respecto de los límites relexivos de una antropología de la antropología, no cabe duda que esta posibilidad sólo
puede ser imaginada en la medida que entendemos que no existe
ni una sola lectura antropológica, ni una sóla antropología. Al
aceptar la condición de una antropología de una antropología, no
hemos simplemente minimizado nuestro otro, nuestra alteridad18,
sino que nos sometemos a nuestras propias subjetividades.
18 Tal vez en un intento único de aproximarnos a la coevalness que
propone Fabian (2003).
Antropologías mundiales en cuestión
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