La comunidad mercantil catalano-valenciana afincada en la
Sevilla de la primera mitad del siglo XVI
The Catalonian and Valencian commercial community based in the
Seville of the first half of the 16th century
Miguel ROYANO CABRERA
Universidad de Sevilla
Resumen:
Este trabajo analiza la organización socioeconómica de la comunidad comercial catalanovalenciana activa en Sevilla entre 1530 y 1550: su uso estratégico de la naturaleza, sus
actitudes sociales y comportamientos internos, los principales agentes de la comunidad, y la
transición generacional que tuvo lugar desde las décadas de 1540 y 1550.
Palabras Claves: Sevilla, comunidad mercantil, Catalanes, Valencianos, primera mitad siglo
XVI.
Abstract:
This paper analyses the socioeconomic organization of the Catalonian and Valencian
commercial community active in Seville from 1530 to 1550: their strategic use of citizenship,
their social attitudes and intern behaviors, the main agents of the community, and the
generational transition that took place during the decades of 1540 and 1550.
Keywords: Seville, commercial community, catalonians, valencians, Sixteenth century first
part.
Durante el pasado siglo XX, la historiografía en torno a la comunidad mercantil
catalano-valenciana asentada en Sevilla durante el siglo XVI se ha limitado a la
existencia de unos cuantos artículos de revista1 y capítulos en obras colectivas2 o datos
sueltos en distintos libros3, en los que no se hacía un estudio demasiado en profundidad
Juan Manuel Bello León, “La presencia catalana en Andalucía Occidental a finales de la Edad Media”,
Anuario de Estudios Medievales, nº 40/1, enero-junio (2010), pp.93-127; Pablo Desportes Bielsa,
“Aragón en el comercio con Flandes (Siglo XVI)”, Revista de Historia Jerónimo Zurita, nº74 (1999),
pp.175-200; Máximo Diago Hernando, “Relaciones comerciales de la Corona de Aragón con la
Andalucía Atlántica durante el siglo XIV y primera mitad del XV”, Historia, instituciones, documentos,
nº 27, Universidad de Sevilla (2000), pp.19-54; José María Madurell Marimón, “Notas sobre el antiguo
comercio de Barcelona con las Islas Canarias y de Santo Domingo”, Anuario De Estudios Atlánticos,
Nº3, Cabildo Insular de Gran Canaria, Madrid; Las Palmas (1957), pp.563-592; Carlos Martínez Shaw,
“Cataluña y el comercio con América. El fin de un debate”, Boletín Americanista, nº 30, (1980), pp.223236.
2
Enrique Otte, "Los comienzos del comercio catalán con América", en Joan Maluquer de Motes (ed.),
Homenaje a Jaime Vicens Vives, vol.2, Barcelona, Universidad de Barcelona, Facultad de Filosofía y
letras, 1967, pp.459-480; Vicente Vázquez de Prada, “La colonia mercantil valenciana en Amberes, en la
época de Carlos V”, en Joan Maluquer de Motes, Homenaje a Jaume Vicens Vives, Barcelona,
Universidad de Barcelona, Facultad de Filosofía y letras, 1967, pp. 733-754.
3
Iván Armenteros Martínez, Cataluña en la era de las navegaciones: la participación catalana en la
primera economía atlántica (c.1470-1540), Vilassar de Mar, Barcelona, Fundació Ernest Lluch, Lleida,
Milenio, 2012; Huguette et Pierre Chaunu, Séville et l´Atlantique (1504-1650), S.E.V.P.E.N., 12 vols.,
París, 1955-1960; Enrique Otte, Sevilla, siglo XVI: Materiales para su historia económica, Centro de
1
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
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Miguel ROYANO CABRERA
de la comunidad en sí, más allá de sus actividades y protagonistas desde un punto de
vista demasiado general, sin desarrollar ningún tipo de hipótesis acerca de su papel en
los negocios americanos, atlánticos y mediterráneos en los que participaron teniendo
como base de operaciones la urbe hispalense. Este hecho nos resulta algo sorprendente
dado el papel que Sevilla tuvo como una de las principales capitales económicas
europeas y los intereses que mantenían allí los mercaderes de la Corona de Aragón 4. En
primer lugar hemos de aclarar el porqué del título de esta comunicación. Podríamos
haber optado por denominar este trabajo aludiendo a la comunidad mercantil de la
Corona de Aragón pero hemos considerado más acertado el actual título puesto que, el
número de mercaderes de origen aragonés o mallorquín es insignificante en relación con
el de los catalanes y valencianos5. Esta situación la hemos podido atestiguar también en
otros grupos comerciales asentados en las ciudades de Amberes6 o de Roma7.
Siguiendo la propuesta de Grafe 8 y a tenor de la documentación trabajada
podemos afirmar que la “nación” mercantil catalano-valenciana afincada en Sevilla fue
una “institución” de carácter informal, multinacional y flexible para dar respuesta a los
“problemas fundamentales del intercambio”, como la intranquilidad que generaba la
falta de credibilidad en el cumplimiento de los tratos entre mercaderes. Esta razón dio
lugar al uso de familiares en las distintas compañías 9 , algo que sin embargo tenía
contras como la limitación del tamaño de la red o la falta de profesionalidad de los
familiares en la arte de la mercatura. Por esta razón las redes de la “nación” catalanovalenciana en Sevilla se basaron, sobre todo, en la procedencia del mismo territorio o
corona, ya que ofrecía una mayor diversidad en términos de puntos de contacto. Esta
articulación comunitaria daba muchas más garantías debido a que los distintos
miembros del grupo comercial estaban en constante contacto por carta generando así un
sistema mutuo de vigilancia e información para el cumplimiento de los distintos
acuerdos10. Las malas prácticas mercantiles no sólo eran sancionadas por la traición al
socio sino que el comerciante deshonesto sería congelado eficazmente por toda la red
como el caso de los hermanos turolenses Sadornil11. A pesar de ello, estos métodos de
control solo fueron complementarios a los que ofrecían las instituciones formales como
Estudios Andaluces, Consejería de la Presidencia, Sevilla, 2008; Enrique Otte, Sevilla y sus mercaderes a
fines de la Edad Media, Antonio Miguel Bernal, Antonio Collantes de Terán (eds.), Universidad de
Sevilla, Vicerrectorado de Relaciones Institucionales y Extensión Cultural [etc.], Sevilla, 1996.
4
Estos intereses los apuntó P. Villar advirtiendo la participación catalana en el circuito comercial IndiasSevilla (o Lisboa)- Medina del Campo desde Barcelona y Perpiñán durante la 1ª mitad del siglo XVI.
Pierre Villar, Oro y Moneda en la Historia (1450-1920), ed. Ariel, Esplugues de Llobregat, Barcelona,
1974, p.116.
5
E. Otte, Sevilla siglo, XVI…, pp.208-311.
6
V. Vázquez de Prada, “La colonia mercantil…”, pp.734-738.
7
Manuel Vaquero Piñeiro, “Mercaderes catalanes y valencianos en el consulado de Roma”, Revista
d’Història Medieval, 9, (1998), pp.155-172.
8
Regina Grafe, “On the spatial nature of institutions and the institutional nature of personal networks in
the Spanish Atlantic”, Culture & History Digital Journal, 3(1), Junio (2014), pp.1-5.
9
Eufemio Lorenzo Sanz, Comercio de España con América en la época de Felipe II. Tomo I: Los
Mercaderes y el tráfico indiano, Diputación Provincial de Valladolid, Valladolid, 1979, pp.130-151.
10
Se observan circuitos comerciales y postales entre Sevilla, Santo Domingo y Barcelona, en Archivo
Histórico Provincial de Sevilla (en adelante AHPSe), Protocolos Notariales de Sevilla (en adelante PNS),
leg.9.156, ff.132 r.-147 r.; también entre Sevilla y Cádiz, en AHPSe, Archivo Audiencia Territorial (en
adelante AAT), leg.29.180, exp.2, f.28 r.; por último, entre Sevilla y Valencia, en AHPSe, AAT,
leg.29.180, exp.2, f.23 r.
11
AHPSe, PNS, leg.9.156, f.10 v.
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LA COMUNIDAD MERCANTIL CATALANO-VALENCIANA …
el Consulado o los tribunales ordinarios para enfrentarse a los altos grados de
incertidumbre del comercio a larga distancia.
Junto a la confianza, debía confluir otro elemento como eje indispensable para la
pertenencia a la comunidad mercantil, la maximización económica, ya que no debemos
olvidar que el beneficio era el principal acicate en el razonamiento económico de estos
hombres de negocios del siglo XVI12. También debemos de apuntar la existencia del
mayor peso e influencia de algunos mercaderes en el seno de la comunidad debido al
papel representativo que ejercieron de ésta frente al resto de “naciones” e instituciones
formales. Uno de los principales fue el valenciano Perot Forcadell, el cual encarnaba
perfectamente la confluencia entre confianza y maximización económica en aspectos
como su antigüedad en el tráfico comercial, volumen de éste y longevidad de estancia
en Sevilla. Este rol representativo se dio como diputado informal o cónsul “oficioso” de
la comunidad mercantil13 puesto que no podemos hablar de “cónsul” como tal ya que ni
valencianos ni catalanes lo poseían en Sevilla14. En un segundo escalón se situarían
otros mercaderes como Galcerán Desclergue seguido de Toribio Manzano, Miguel
Izquierdo, Rafael Codina, etc15.
Por otra parte, la “nación” catalano-valenciana destacó entre el resto de
comunidades mercantiles extranjeras asentadas en Sevilla, y así lo demuestran algunos
documentos trascendentales para la historia económica hispalense, como el poder de la
avería de 153816 o la cobranza de cuantiosas deudas de grandes mercaderes 17. Incluso se
desprende el destacado rol como intermediario que jugó en el aparato económico euroamericano de los grandes hombres de negocios genoveses18.
Otro de los aspectos fundamentales del grupo fue el de la multinacionalidad
propia de una confederación como la aragonesa. Para ello habremos de considerar la
utilización estratégica de la naturaleza por parte de los miembros de la “nación”
mercantil sobre todo entre catalanes y valencianos (incluso algunos aragoneses) en los
que su naturaleza se muestra confusa en numerosas ocasiones19. Varios estudios apoyan
el interés que suscitaba en un individuo la pertenencia a una “nación” u organización en
según qué momento, sobre todo, cuando los beneficios que implicaban esta pertenencia
Montserrat Cachero Vinuesa, “Redes mercantiles en los inicios del comercio atlántico. Sevilla entre
Europa y América, 1520-1525” en Nikolaus Böttcher, Bernd Hausberger, Antonio Ibarra (coords.),
Redes y negocios globales en el mundo ibérico, siglos XVI-XVIII, vol.137, Madrid, Biblioteca
Iberoamericana; Frankfurt am Main, Iberoamericana Vervuert, 2011. pp.25-50.
13
AHPSe, PNS, leg.9.156, ff.516 r.-520 r. y ff.619 r.-624 v. Y Enrique Otte, ”Los mercaderes
transatlánticos bajo Carlos V”, Anuario de Estudios Americanos, 47, (1990), pp.96-121.
14
Ricardo Franch Benavent, ”El comercio en el Mediterráneo español durante la Edad Moderna: Del
estudio del tráfico a su vinculación con la realidad productiva y su contexto social”, Obradoiro Historia
Moderna, 17, (2008), p.82.
15
E. Otte, “Los mercaderes transatlánticos…”, p.120.
16
Ibídem, p.121.
17
AHPSe, PNS, leg.9.156, ff.516 v.-520 v. y ff.619 r.-624 v.
18
Véanse los incesantes negocios con los Centurión, en AHPSe, PNS, leg.9.161, f.595 r.; los Espíndola,
en AHPSe, PNS, leg.9.163, f.1.254 r.-1.255 v.; los Cataneo, en AHPSe, PNS, leg.9.156, ff.220 v.-221 r.;
los Leardo, en AHPSe, PNS, leg.9.162, f.1147 r.; los Salvago, en AHPSe, PNS, leg.9.156, f.123 r.; y los
Grimaldo, en AHPSe, PNS, leg.9.156, f.271 v.
19
Para valencianos (Francisco Remón de Llenes, Perot Forcadell y Jerónimo Mayor) y catalanes
(Galcerán Desclergue, Jerónimo Pedrálvarez, Felipe de Ribas) en Archivo General de Indias (en adelante
AGI), Justicia (en adelante J), leg.733, nº1, y en AHPSe, AAT, leg.29.180, exp.2. Y para aragoneses
(Miguel Sadornil, Francisco Sadornil, Domingo Simón) en AHPSe, PNS, leg.85, f.1.265 v. V. Vázquez
de Prada, “La colonia mercantil…”, pp.733-739 y P. Desportes Bielsa, “Aragón en el…”, pp.194-198.
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III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
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Miguel ROYANO CABRERA
superasen a los costos, generando que los individuos se comportasen como un todo en
defensa de dichos beneficios20. Siguiendo la propuesta de Herzog podemos teorizar que
la vindicación de la naturaleza valenciana o catalana se hallaba relacionada con la
pretensión de gozar de un régimen especial, normalmente privilegiado y exclusivista21.
Dado que la condición de natural permitía el acceso a un sistema normativo
particular, discusiones en torno a quién era valenciano o catalán y quién no, aparecerían
solo cuando era necesario distinguir entre unos y otros con el fin de aplicarles este
régimen normativo particular. Conjuntamente en este caso concreto, también operaba el
hecho de que esta discriminación solo se aplicaba en ciertos terrenos. La pertenencia a
una comunidad u otra no era una situación abstracta, sino una observación concreta que
se hacía cuando era necesaria y sólo se manifestaba en momentos de crisis o
competición por distintos intereses económicos o políticos. Muchos aspectos podían
influir en una errónea conclusión sobre la procedencia de una persona determinada
como los indicadores externos o las presunciones que asumían que quien obraba como
perteneciente a un grupo y protegía sus intereses, era natural de dicha organización. La
naturaleza y procedencia no eran un estatus fijo, sino una clasificación que reflejaba la
situación que unas personas tenían en relación con el grupo social que les rodeaba,
reflejo que no solo cambiaba continuamente sino que además era polivalente. Por todo
ello, las identidades podían ser manipuladas permitiendo a los interesados escoger la
condición que más les convenía adquiriendo estos mercaderes, una u otra siguiendo
criterios estratégicos, aunque en otros casos se vio impuesta desde fuera, en función del
razonamiento económico de un hombre de negocios del siglo XVI22. A esta confusión
contribuyeron las migraciones catalanas hacia Valencia a raíz de la guerra de los
Remensas de finales del siglo XV que generaron importantes lazos entre ambos
territorios23.
A esto deberemos de añadir también el simple desconocimiento por parte de los
escribanos castellanos de la realidad y toponimia de la Corona de Aragón, provocando
gran confusión en los registros notariales y oficiales. Esta reflexión nos lleva a pensar
que estos mercaderes se moverían en una delgada línea en la que la conveniencia de ser
valenciano o catalán simplemente varió en función de los distintos intereses económicos
y que se basó más en ello que en otros aspectos como la propia confianza o lazos
familiares o amistosos.
Sin embargo, cuando ambas “naciones” realizaban negocios bajo una compañía
o entre ellas, éstos se diferenciaban de sus vecinos territoriales, denominándose a sí
mismos como valencianos o catalanes en según qué caso. Ello nos muestra que todos
tuvieron muy claro cuál era su “nación” y que conformaban realidades sociales y
políticas diferentes aunque muy similares, sobre todo a los ojos de castellanos y
extranjeros. Por tanto, esta confusión, intencionada o no, fue beneficiosa en casi todas
las ocasiones para ambas comunidades provocando una simbiosis, que se vio potenciada
por un lengua común y la pertenencia a una misma corona.
En el seno del grupo mercantil catalano-valenciano situado en Sevilla se
desarrollaron gran diversidad de actitudes y comportamientos propios de los hombres de
M. Cachero Vinuesa, “Redes mercantiles en…”, pp.25-50.
Tamar Herzog, “Naturales y Extranjeros: sobre la construcción de categorías en el mundo hispánico”,
Cuadernos de Historia Moderna, X, 2011, pp.21-25.
22
Ibídem, pp.25-31.
23
Manuel J. Peláez, Catalunya després de la guerra civil del segle XV. Institucions, formes de govern i
relacions socials i econòmiques (1472-1479), Barcelona, Curial, 1981.
20
21
124
LA COMUNIDAD MERCANTIL CATALANO-VALENCIANA …
negocios del siglo XVI. En primer lugar debemos destacar las distintas posiciones
respecto a la apetencia de escala social en Sevilla y América. Uno de los mercaderes
que encaminó su actividad comercial de cara a un posible ascenso social fue el catalán
Antón Joven (regidor de Tenerife desde 1520) 24 que tras desarrollar una prolija
actividad comercial entre Puerto Rico y Sevilla (desde 1525) 25 , falleció en Santo
Domingo sobre 1542, dejando concertado el matrimonio por poderes de su hija Oflina
Jover con Juan de Ayala, hijo de Juan de Ayala que fue veinticuatro de Sevilla y que
tuvieron que hacer efectivo Domenico Rizo, regidor de Tenerife, y, Alonso Montiel,
vecino y amigo también tinerfeño26. Las condiciones para la celebración de dicho enlace
fueron las de poseer un patrimonio de más de 2.000 doblas por parte del dicho Ayala27 y
de 500 ducados de dote por parte de la novia para las determinadas cargas del
matrimonio28.
Otro episodio de ascenso social frustrado fue el del mercader catalán Juan Oto
Soldevila29 que marchó a Santo Domingo entre 1517-1520 y de ahí a Cuba para recalar
finalmente en México en 1525 donde poseyó algunos solares y el cargo de mayordomo
del hospital de Santa María de México y de su cofradía. Fruto del nivel económico que
alcanzó, llegó a casar con una de las doncellas de la marquesa del Valle, Catalina
Materano, pero este matrimonio sólo duró ocho meses debido al asesinato de su propia
esposa a causa de los celos. Fue sometido a juicio y tormento por la Audiencia aunque
no se consiguió que declarase su culpabilidad y hubo de ser declarado inocente (1530).
Pero tres años más tarde, el padre de la doncella, Juan Pérez Materano, reabrió el caso y
se trasladó a Castilla donde obtuvo la ayuda de los Colón y sus amigos. Finalmente en
1535 consiguieron que los miembros del Consejo de Indias rectificasen la sentencia y
condenaran a Soldevila a destierro perpetuo de México30. Se trasladó a Santo Domingo
donde continuó con sus actividades comerciales con distintos mercaderes catalanes y
aragoneses, etc31. En la capital dominicana le sobrevino la muerte a inicios de 154232 y
reclamó su herencia la hija de su primer matrimonio con Leonor Sunier, Isabel Juana
junto con su esposo, Juan de Molines, consistente en una póliza de seguro de 1800
ducados así como una serie de cantidades adeudadas33.
Sin embargo, hemos observado que otros miembros de la comunidad no
intentaron escalar en la sociedad sevillana o colonial, como es el caso de Galcerán
Desclergue que regresó a Barcelona en 155134 o de Felipe de Ribas quien conservaba
todavía su vivienda en la ciudad condal en la calle de las Ginas aunque no pudo regresar
a ella puesto que le sorprendió la muerte antes 35 . En otros casos, simplemente no
Juan M. Bello León y María del C. González Marrero, ”Los otros extranjeros”: catalanes, flamencos,
franceses e ingleses en la sociedad canaria de los siglos XV y XVI (primera parte)”, Revista de Historia
Canaria, 180, (1998), p.31.
25
E. Otte, “Los comienzos del…”, pp.462-474.
26
AHPSe, PNS, leg.9.156, ff.40 r.-45 r.
27
Ibídem, ff.49 r.-v.
28
Ibídem, f.180 v.
29
Ibídem, f.140 r. Su nombre real era Juan Oto Soldevila.
30
E. Otte, “Los comienzos del…”, pp.470-472.
31
AHPSe, PNS, leg.9.156, f.486 r. Y E. Otte, “Los comienzos del…”, p.470.
32
Ibídem, ff.132 r.-147 r.
33
Ibídem, ff.248 r.-v.
34
Marcha a Barcelona, en AHPSe, PNS, leg.1.072, f.786 v.; avecindamiento en Barcelona, en AHPSe,
PNS, leg.9.169, f.2072 r.
35
Falleció en Sevilla en 1548, en AHPSe, PNS, leg.9.162, f.973 r.
24
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tuvieron interés alguno por regresar a su tierra natal ni de ascender socialmente como
Jaime Planes (amancebado y con dos hijas en Sevilla)36 o Nicolás Terreu casado con
una sevillana aunque instalado en Nueva España por su actividad mercantil donde
falleció37.
La “nación” mercantil se hallaba muy cohesionada tanto a nivel profesional
como personal como muestra la estrechez de lazos entre los miembros del grupo.
Destacan los casos de auxilio a las hijas de Planes por Galcerán Desclergue y Jerónimo
Pedrálvarez38 o los préstamos a Felipe Ribas por parte del grupo catalano-valenciano39 o
en la estancia en las casas de sus compañeros y conocimiento de sus avatares
personales40. Estas relaciones tan cercanas se muestran incluso en la muerte donde los
miembros de la comunidad ejercen como albaceas de sus compañeros difuntos41. Los
potentes lazos de la comunidad quedan patentes con el solar de origen y otros puntos a
través del conocimiento personal de los familiares y conocidos de los mercaderes tanto
en Valencia como en Barcelona 42 o de las íntimas relaciones con las instituciones
religiosas de la Corona de Aragón43. Estas conexiones se potenciarían todavía más con
los distintos poderes, negocios o intermediaciones que realizaban desde Sevilla en
nombre de los mercaderes barceloneses o valencianos 44 . A continuación veremos
algunos casos de los principales representantes de la “nación” catalano-valenciana en
Sevilla.
1. Jaime Planes
El catalán Jaime Planes nació en Sanahuja (Lérida) en 1498 en el seno de una familia de
origen campesino aunque Jaime pronto se dedicó al comercio en Barcelona. Casó con
Olalla en la ciudad condal desde al menos 1510 con la que tuvo a Perot Planes, el cual
falleció al poco de ser enviado por su padre a América en 1530. Este hecho pudo
distanciar a la pareja catalana, junto con las relaciones extramatrimoniales con María
E. Otte, “Los comienzos del…”, p.462, y en AGI, J, leg.733, nº1.
AHPSe, PNS, leg.9.162, f.58 r., leg.9.164, f.663 r.
38
AGI, J, leg.733, nº1, ff.328 r.-360 r.
39
Para Dalmao Ros, Galcerán Desclergue y Francisco Remón de Llenes, en AHPSe, PNS ,leg.5.872.
ff.235r.-v.; para Vicente Mercadal y Rafael Codina, Ibídem, ff. 236 r.-v.
40
En declaraciones de Galcerán Desclergue, Felipe de Ribas y Jerónimo Pedrálvarez sobre la vida de
Jaime Planes, en AGI, J, leg.733, nº1, ff.54 r.-66 r.; en declaraciones de Galcerán Desclergue, Felipe de
Ribas y Atanasio Navarro sobre la vida de Jerónimo Mayor, en AHPSe, AAT, exp.2, leg.29.180, ff.22 v.23. r., 24 r.
41
Galcerán Desclergue como albacea de Nicolás Terreu en AHPSe, PNS, leg.9.162, f. 58 r., leg.9.164,
f.663 r.; Para Felipe de Ribas como albacea de Jaime Planes, en E. Otte, “Los comienzos del…”, pp.462463 y AGI, J, leg.733, nº1, ff.20 r.-48 v.
42
Los mercaderes Perot Forcadell, Jaime Codina, Galcerán Desclergue, Felipe de Ribas y Jerónimo
Pedrálvarez conocían a las hijas y amante de Jaime Planes, en AGI, J, leg.733, nº1, ff.49 r.-70 r.; Perot
Forcadell, Galcerán Desclergue y Bernal Minguella conocían a los familiares de Planes en Barcelona, en
AGI, J, leg.733, nº1, ff.231 r.-330 r.; Francisco Remón de Llenes, Felipe de Ribas y Galcerán Desclergue
a los familiares de Jerónimo Mayor en Valencia, en AHPSe, AAT, leg.29.180, exp.2, f.7 r.-23 r.,
43
Relaciones de Jaime Planes con diferentes cofradías de Barcelona y el monasterio de Montserrat, en
AGI, J, leg.733, nº1, ff.64-82; otras relaciones también de Jaime Planes con parroquias barcelonesas, en
E. Otte “Los comienzos del…”, p.461; Perot Forcadell se encargó de recoger y enviar donativos desde
Sevilla al monasterio de Monserrat en Barcelona, en AHPSe, PNS, leg.9.156, f.636 r.
44
Perot Forcadell desde Sevilla con Francisco Casademunt y su criado Baldivio Puga, en AHPSe, PNS,
leg.9.156, f.24 v.; Galcerán Desclergue con la sociedad de Francisco Xifre y los Codina, en
José Mª Madurell Marimón, “Notas sobre…”, pp.569-571.
36
37
126
LA COMUNIDAD MERCANTIL CATALANO-VALENCIANA …
Gómez y Ana Díaz que le trajeron dos hijas ilegítimas afincadas en Sevilla, ambas
llamadas Catalina45. Condujo desde Barcelona a Sevilla su propia nave que le llevó
posteriormente a Santo Domingo, donde representó a la compañía de Miguel Jover
durante su ausencia y formó sociedad con Felipe de Ribas y su criado Jerónimo
Pedrálvarez, la cual les generó pingües beneficios entre 1526 y 1530, fecha en la que
regresó a Sevilla. Además durante este tiempo, Planes participó en la defensa de Santo
Domingo contra el pirata Diego Ingenios. En 1535 retornó a La Española como socio y
factor del jurado de Sevilla Álvaro Briones y realizó negocios con los nuevos catalanes
llegados a Sevilla. El 31 de mayo de 1537, falleció en Santo Domingo y fue enterrado al
día siguiente en el convento dominico de la propia ciudad. Poco tiempo después sus
cuentas fueron comisionadas para ser cobradas por sus socios, en 1538 liquidados sus
negocios y en 1539 se produjo la llegada de los bienes y dineros de manos de su criado,
Jerónimo Pedrálvarez. Nombró a su hermano Juan como heredero en su testamento al
carecer de ellos y reservó la heredad paterna a su sobrina Catalina, hija de su otro
hermano Pedro. Sin embargo, poco después falleció Juan instituyendo a Catalina como
heredera universal. Esto generó un conflicto entre las herederas de Jaime (su sobrina
Catalina y su esposa Olalla) y varios acreedores y los procuradores de las hijas
ilegítimas de Jaime Planes. La sentencia final señaló como herederas a ambas aunque
con la manda de 600 pesos de oro para las dos hijas ilegitimas y 30 ducados anuales
hasta los doce años para su manutención46.
2. Perot Forcadell
Tras Jaime Planes, el valenciano Perot Forcadell (1499-¿?) 47 , ejerció como “cónsul
oficioso” del grupo mercantil en numerosas ocasiones debido a la inexistencia de
consulado48. No tenemos datos sobre su vida antes de su llegada a Sevilla que tenemos
atestiguada de forma segura en 1521. A partir de este instante Perot y su hermano Juan
dirigieron una importantísima sociedad mercantil que tuvo radicadas sus bases en
Sevilla, con el propio Perot, y en Valencia, con Juan. Dicha compañía familiar
desarrolló un amplio espectro de negocios en los que trató con trigo procedente de la
meseta castellana 49 , gran cantidad de paños de Valencia de distinta tipología 50 ,
préstamos51 y juros, producto de los secuestros reales52.
Los hermanos Forcadell mantuvieron importantes actividades financieras entre
las que destacaron el préstamo y el cambio como lo demuestra el intenso tráfico de
letras en las que participaron procedentes de las ferias Medina del Campo y Villalón así
como de las principales plazas económicas europeas como Roma, Valencia y Sevilla53.
Respecto a la participación en el comercio americano desde Sevilla destacaron sus
E. Otte, “Los comienzos del…”, pp.460-470.
Ídem.
47
AGI, J, leg.733, nº1, ff.215 r.-221 r.
48
AHPSe, PNS, leg.9.156, f.619 r.-624 v.; E. Otte, ”Los mercaderes transatlánticos…”, pp.96-121.
49
E. Otte, Sevilla, siglo XVI…, p.52.
50
Ibídem, p.208.
51
AHPSe, PNS, leg.9.156, f.356 v. y 483 r.
52
AGI, Contaduría (en adelante CD), leg.1.051, cuentas de Alonso de la Torre. También en E. Otte, “Los
comienzos del…”, p.471.
53
Para cobrar en Sevilla desde Medina del Campo y Villalón, en AHPSe, PNS, leg.9.156, ff.516 v-.520
v.; para Valencia, en AHPSe, PNS, leg.9.156, f.123 r.; para Roma, en AHPSe, PNS, leg.9.156, ff.220 v.221 r.
45
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Miguel ROYANO CABRERA
negocios con Santo Domingo desde 1521 y posteriormente Nombre de Dios, Cartagena
de Indias y Veracruz en los que obtuvieron oro y plata. También formaron parte como
armadores de la expedición de Sebastián Caboto a las Molucas en 1525 54 . Además
tuvieron relación importante con el Principado participando en el cumplimiento de
testamentos de vecinos sevillanos relacionados con el donativo al monasterio de
Monserrat en Cataluña. Por último, los Forcadell fueron intermediarios de importantes
mercaderes barceloneses como Francisco Casademunt55.
3. Galcerán Desclergue
El sucesor de Jaime Planes fue Galcerán Desclergue. Nacido en 150756 de una familia
con posible orientación mercantil como demuestran su hermano Pedro57 y Lluis58, un
posible pariente de Desclergue afincado en Cádiz. Distintas evidencias nos indican que
podría haber estado al servicio de Jaime Planes desde 1533-1534 hasta su muerte en
153759. Este período le pudo haber conseguido multitud de contactos así como le brindó
la oportunidad de ocupar el puesto que Planes había tenido como principal mercader
catalán. Esto parece indicar el exponencial crecimiento de sus negocios tanto a nivel
individual como en distintas compañías: en primer lugar con Álvaro de Briones y el
valenciano Francisco Remón de Llenes entre 1540 y 1544; en segundo lugar con Llenes
en solitario entre 1542-1548; y en tercer lugar con el también valenciano Jerónimo
Fenol entre 1548-155160.
Sus numerosos tratos le llevaron a crear una amplia red que comprendía una
gran parte de los territorios bajo la autoridad del emperador Carlos V, desde las Coronas
de Aragón (Barcelona, Tarragona, Valencia, Alicante) 61 y Castilla (Sevilla, Málaga,
Cádiz, Granada, Ayamonte, Fregenal de la Sierra, Marchena) 62 con sus extensiones
indianas (Santo Domingo, Puerto Rico, La Habana, Nombre de Dios y Veracruz) 63 ,
hasta Flandes (Amberes)64. Y por último también nos constan contactos con Portugal
(Lagos)65. De esta red participó comprando y vendiendo una gran multitud de productos
(harina, aceite, vino, arroz, paños, calzado, equinos, metales preciosos, perlas, esclavos,
cueros, azúcar, sardinas, batatas, cáñamo) 66 así como bienes inmuebles (casas y
54
Ibídem, p.467.
AHPSe, PNS, leg.9.156, f.24 v.-25 r.
56
E. Otte, “Los comienzos del…”, p.469.
57
J. Mª. Madurell Marimón, “Notas sobre el…”, pp.569-572.
58
AHPSe, PNS, leg.9.823, f. 342 r.
59
Carlos Martinez Shaw, “Cataluña y el…”, p. 234.
60
1º compañía: AGI, Santo Domingo (SD en adelante), leg.868, lib.2, f.295 r.; 2º compañía: AHPSe,
PNS, leg.9.162, f. 906 r., E. OTTE, Sevilla, siglo XVI…, p. 151; 3ºcompañia: AHPSe, PNS, leg.9.164, f.
978 v.- 979 r., etc.
61
Barcelona y Tarragona, en AHPSe, PNS, leg.9.163, f.262 r.; Valencia, en AHPSe, PNS leg.6.704, s.f.,
en 2 de junio; Alicante, en E. Otte, Sevilla, siglo XVI…, p.146.
62
Sevilla, en AHPSe, PNS, leg.9.162, f.1.135 r.; Málaga, en AHPSe, PNS leg.9.163, f.262 r.; Cádiz, en
AHPSe, AAT, leg.29.180, exp.2.; Granada, en AHPSe, PNS, leg.1.547, f.88 r.; Ayamonte, en AHPSe,
PNS, leg.9.162, f.1.147 r.; Fregenal, en AHPSe, PNS, leg.10.569, f.421 r.; Marchena, en E. Otte, Sevilla,
siglo XVI…, p.132.
63
AGI, Indiferente General (en adelante IG), leg.1.801 y 1.802.
64
AHPSe, PNS, leg.9.157, f. 715 r.
65
AHPSe, AAT, leg.29.180, exp.2.
66
Harina, en AGI, Contratación (en adelante CT), leg.4.948 B; aceite, en E. Otte, Sevilla, siglo XVI…,
p.146; vino, en AGI, IG, leg.1.802, y Enrique Otte, “Los comienzos del…”, p.477; arroz, en AHPSe,
PNS, leg.10.573, f.1.357r.; paños, en AHPSe, PNS, leg.1.547, f.980 r., y E. Otte, Sevilla, siglo XVI…,
55
128
LA COMUNIDAD MERCANTIL CATALANO-VALENCIANA …
tierras) 67 . En el mercado financiero realizó numerosos préstamos 68 , juros 69 ,
intermediaciones 70 , pólizas de seguro 71 e incluso poseyó participaciones en naos 72 .
Tenemos la constancia de su vuelta a Barcelona y en 1551 perdemos todo rastro de su
actividad mercantil y financiera en la ciudad de Sevilla73.
4. La sucesión generacional
Estos importantes hombres de negocios catalanes y valencianos en la Sevilla de la
primera mitad del siglo XVI fueron sucedidos, en el intervalo de finales de los cuarenta,
por una serie de jóvenes mercaderes, que fueron ocupando la cuota comercial que iban
dejando estos comerciantes, que debido a sus avanzadas edades iban falleciendo o
simplemente decidían volver a la tierra que les vio nacer. A continuación veremos
varios casos:
Dalmao Ros: se hallaba en la ciudad ya entre 1544 y 154574. Parece ser que el
joven mercader catalán se instaló en la capital hispalense en la collación de San Isidro.
Se dedicaría al comercio activo de diferentes productos como cáñamo75, atún andaluz76
y luso 77 entre el Principado y Sevilla 78 . Su trato mercantil con Indias se centró
fundamentalmente en la exportación de oro y plata a la metrópoli sevillana entre 1547 y
1552 79 . Actuaría tanto en solitario como en compañías 80 . Como todo comerciante
también actuó como procurador y participó en el negocio del préstamo81 y del seguro82.
Rafael Codina: conocemos su pertenencia a la amplia familia comercial de los
Codina. Tenemos las primeras referencias de su actividad desde 1542-154383. Entre sus
actividades comerciales destacan la intermediación para la venta de cera, que
previamente adquiría de Cádiz y revendía en Sevilla a los candeleros 84 . También
tenemos el caso en el que traficó con paños valencianos en 154685. Su comercio con
p.208; calzado, en AHPSe, PNS, leg.9.163, f.294 r.; equinos, en AHPSe, PNS, leg.9.165, ff.1.371 v.1.372 r.; metales preciosos (oro y plata), en AGI, IG, leg.1.801 y 1.802 y E. Otte, “Los comienzos del…”,
pp.474-480; Perlas, en AHPSe, PNS, leg.9.157, f.311 r. y f.715 r. y E. Otte, “Los comienzos del…”,
p.475; cueros, en AHPSe, PNS, leg.3.323, f. 1.082 r., leg.9.156, f.248 r.; esclavos, en AHPSe, PNS,
leg.9.161, f.595 r.; azúcar, en AHPSe, PNS, leg.9.162, fol. 973 r.; sardinas, en AHPSe, PNS, leg.12.316,
f.1.551 r.; batatas, en AHPSe, PNS, leg.9.824 en cuaderno de 23 de agosto; cáñamo, en AHPSe, PNS,
leg.9.163, f.262 r.
67
Casas, en AHPSe, PNS, leg.9.822, f.974 r.; tierras, en E. Otte, Sevilla, siglo XVI…, p.153.
68
AHPSe, PNS, leg.9.162, f. 83 r. y f.906 r., leg.10.573, f.1.357 r., etc.
69
AGI, CD, leg.1.051, cuentas de Alonso de la Torre. Enrique Otte, “Los comienzos del…”, p.471.
70
AHPSe, PNS, leg.9.182, f. 222 v.-223 r., etc.
71
AHPSe, AAT leg.29.180, exp.2, f.42 v-45 r.; AHPSe, PNS, leg.9.156, f.486 r.
72
AHPSe, leg.9.169, f.2.072 v.
73
AHPSe, PNS, leg.1.072, f.786 v. y leg.9.169, f.2.072 r.
74
AHPSe, PNS, leg.9.163, f.350 r.
75
AHPSe, PNS, leg.9.163, f.262 r.
76
AHPSe, PNS, leg.9.163, f.349 r.
77
E. Otte, Sevilla, siglo XVI…, p.167.
78
Ídem.
79
E. Otte, “Los comienzos del…”, pp.478-480, y en AGI, IG, leg.1.802.
80
Ibídem, p. 470, y en AHPSe, PNS, leg.9.171, f.1.193 v. y f.1.239 v.
81
AHPSe, PNS, leg.5.872. f.235 r.
82
AHPSe, PNS, leg.9.171, f. 1.362 v.
83
E. Otte, Sevilla, siglo XVI…, p.311.
84
Ibídem, p.65.
85
Ibídem, p.208.
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
Universidad de Valladolid - Fundación Española de Historia Moderna. 2015
129
Miguel ROYANO CABRERA
América se observa en la llegada de remesas de metales preciosos a su nombre desde
1544 en adelante (1549, 1552, 1553, etc)86.
Vicente Mercadal: de este joven catalán tenemos noticias de la participación de
compra de azúcar en Sevilla procedente de las Azores a mediados de los 5087. Además
participó en la compra de colorante, la grana cochinilla mexicana, la cual se adquiría en
compra anticipada y se pagaba en mercancías, normalmente, tejidos de alta calidad88.
También formó parte en la compañía de 1553 con Dalmao Ros y otros mercaderes 89. Y
finalmente, desarrolló un importante papel en la exportación de metales preciosos
americanos a la urbe hispalense entre 1550 y 155690.
5. Conclusión
En definitiva, este trabajo sobre el grupo mercantil catalano-valenciano afincado en la
Sevilla de la primera mitad del siglo XVI debe ser un acicate para primero, reflexionar
sobre la verdadera dimensión de su actividad económica con Indias y Europa; segundo,
entender el rol que ejerció como intermediario en el sistema comercial de las grandes
“naciones” mercantiles de la época como la genovesa; tercero, poner énfasis en la
concepción de la comunidad mercantil catalano-valenciana como un ente informal,
flexible, multinacional, heterogéneo aunque cohesionado como se desprende en la
variedad de prácticas, actitudes y comportamientos expuestos a lo largo del trabajo.
Estas conclusiones nos permiten poner sobre la mesa, la posible conexión entre los
beneficios económicos procedentes del trato indiano desde Sevilla con la aparición de
nuevos fenómenos como, por ejemplo, el eje económico Barcelona-Génova y la
recuperación comercial del Mediterráneo occidental en la segunda mitad del XVI.
E. Otte, “Los comienzos del…”, pp.476-479, y en AGI, IG, leg.1.801 y 1.802.
E. Otte, Sevilla, siglo XVI…, p.183.
88
Ibídem, p.83.
89
E. Otte, “Los comienzos del…”, p.470.
90
Ibídem, p.480, y en AGI, IG, leg.1.802 desde 1550.
86
87
130
Pautas de movilidad de las familias portuguesas a Sevilla
(1600-1615)
Mobility patterns of Portuguese families to Seville (1600-1615)
Ignacio GONZÁLEZ ESPINOSA
Universidad de Sevilla
Resumen:
A pesar de la importancia de la emigración portuguesa hacia Castilla, aún nos queda mucho
para poder conocer mejor el impacto que tuvo esta población en los distintos núcleos urbanos.
Tomando como marco la Sevilla de inicios del siglo XVII daremos aquí algunos datos sobre
las pautas de movilidad de estos inmigrantes, la edad que tenían cuando salieron de sus
hogares, los lugares de origen y detalles sobre las rutas seguidas en estos procesos migratorios.
Palabras clave: migración, Portugal, Castilla, Sevilla, movilidad, rutas, procedencia.
Abstract:
In spite of the importance of the portuguese emigration to Castilla, we don’t know yet the real
effect that this population had in the differents urban centres. Taking as reference the city of
Sevilla in the beggining of the 17th century, we give here some details about the patterns of
mobility of this inmigrants, such as the age they had when he leaves their homes, the places
they were born and some aspects about the routes they followed.
Keywords: migrations, Portugal, Castilla, Sevilla, mobility, routes, origins.
1. La emigración y la población portuguesa en la España Moderna
Entre los objetos de estudio tratados por la historiografía, la investigación en torno a los
colectivos extranjeros ha gozado, y goza, de un gran interés. A ello contribuyó en gran
medida la obra de Antonio Domínguez Ortiz, quien no dejó de legarnos nuevas
perspectivas y enfoques a seguir por parte de las futuras generaciones de historiadores;
en este sentido, la reedición de “Los extranjeros en la vida española durante el siglo
XVII1” puso de nuevo sobre el tablero la importancia de las comunidades foráneas en
España a lo largo de toda la época moderna.
A la celebración de coloquios y conferencias que han abordado desde distintas
ópticas el papel de las migraciones y de los extranjeros2, así como la publicación de
interesantes artículos en revistas especializadas como Baética: estudios de arte,
geografía e historia o Cuadernos de Historia Moderna 3 , habría que sumar las
1
Antonio Domínguez Ortiz, Los extranjeros en la vida española durante el siglo XVII y otros artículos,
edición dirigida por León Carlos Álvarez Santaló, Sevilla: Diputación de Sevilla, Área de Cultura y
Ecología, 1996.
2
María Begoña Villar García y Pilar Pezzi Cristóbal (dirs.), Los extranjeros en la España Moderna:
Actas del I Coloquio Internacional, celebrado en Málaga del 28 al 30 de noviembre de 2002, Ministerio
de Ciencia e Innovación, 2003. Antonio Erias Roel y Ofelia Rey Castelao (dirs.), I Conferencia Europea
de la comisión Internacional de Demografía Histórica, Xunta de Galicia: Consellería de Educación e
Ordenación Universitaria, 1994.
3
En 2010 esta revista dedicó un monográfico a “Los extranjeros y la Nación en España y la América
española”. Cuadernos de Historia Moderna. Anejos, nº 10 (2011).
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
Universidad de Valladolid - Fundación Española de Historia Moderna. 2015
131
Ignacio GONZÁLEZ ESPINOSA
numerosas monografías que se han preocupado de los extranjeros: franceses, genoveses,
irlandeses, etc4. Sin ánimo de ser exhaustivos, y teniendo en cuenta la multiplicidad de
enfoques y trabajos existentes, solo pretendemos aquí señalar la importancia de la que
ha gozado esta temática en los últimos años5.
En esta comunicación nos centraremos en la emigración portuguesa hacia
Castilla. Contamos con investigaciones que hacen referencia al papel comercial de estos
portugueses, así como la implantación en las costas andaluzas de factorías que tenían
como fin el abastecimiento de los presidios lusos de las costas norteafricanas 6 .
Igualmente sabemos que tuvieron un relevante papel en el comercio indiano7, llegando a
embarcarse hacia la América Española 8 a pesar de las prohibiciones existentes al
respecto9. Por otro lado, tradicionalmente se ha identificado a estos portugueses con
criptojudíos que llegaron a Castilla huyendo de la Inquisición lusa, ofreciendo la
documentación inquisitorial buena fe de ello 10 . Algunos de ellos tendrán un papel
destacado como banqueros en la corte de Felipe IV11.
4
Algunos ejemplos: Manuel González Jiménez, Genoveses en Sevilla (siglos XIII-XV), La Laguna:
Universidad de la Laguna, 1988. Ana Crespo Solana, Entre Cádiz y los países bajos. Una comunidad
mercantil en la ciudad de la Ilustración, Cádiz: Ayuntamiento de Cádiz, 2001.
Igor Pérez Tostado y Enrique García Hernán (eds.), Irlanda y el Atlántico Ibérico. Movilidad,
participación e intercambio cultural (1580-1823), Valencia: Albatros Ediciones, 2010. José Antonio
Salas Ausens, En busca de El Dorado: inmigración francesa en la España de la Edad Moderna, Bilbao:
Universidad del País Vasco, 2009.
5
Véase el artículo de María Begoña Villar García, donde lleva a cabo una síntesis de los más importantes
hitos historiográficos en este sentido. María Begoña Villar García, “Los extranjeros en la España
Moderna: un campo historiográfico en expansión”, Baética: estudios de arte, geografía e historia (2007),
nº 29, pp. 425-441. La autora es también coordinadora de un libro sobre la inmigración irlandesa: María
Begoña Villar García (coord.), La emigración irlandesa en el siglo XVIII, Universidad de Málaga,
Málaga, 2000.
6
Tomás García Figueras, “Los factores portugueses en Andalucía en el siglo XVI”, Archivo Hispalense,
tomo VIII, nº 23-24 (1947), pp. 151-191.Manuel Henrique Corte Real, A feitoria portuguesa na
Andaluzia (1500-1532), Lisboa: Instituto de Alta Cultura, Centro de Estudios Históricos, 1967. Más
reciente: Antonio Moreno Osorio, “Apuntes sobre la evolución de la factoría portuguesa en Málaga
durante el reinado de Carlos V (1516-1556)”, Isla de Arriarán: revista cultural y científica, nº 29 (2007),
pp. 66-80.
7
José Manuel Díaz Blanco, “La corona y los cargadores a Indias portugueses de Sevilla (1583-1645)” en
Felipe Lorenzana de la Puente y Francisco J. Mateos Ascacíbar (coords.), Iberismo. Las relaciones entre
España y Portugal. Historia y tiempo actual: y otros estudios sobre Extremadura, Llerena: Sociedad
Extremeña de Historia, 2008, pp. 91-104. En lo que respecta a la trata negrera atlántica, Manuel F.
Fernández Chaves y Rafael M. Pérez García, “Sevilla y la trata negrera atlántica: envíos de esclavos
desde cabo verde a la América Española, 1569-1579” en León Carlos Álvarez Santaló (coord.), Estudios
de historia moderna en homenaje al profesor Antonio García-Baquero, Sevilla: Universidad de Sevilla,
Secretariado de Publicaciones, 2009, pp. 597-622.
8
Maria da Graça A. Mateus Ventura, Portugueses no descobrimento e conquista da Hispano-América.
Viagens e expediçoes (1492-1557), Lisboa: Edições Colibri, 2000.
9
Antonio García-Baquero González, “Los extranjeros en el tráfico con Indias: entre el rechazo legal y la
tolerancia funcional”, en M. B. Villar García y P. Pezzi Cristóbal (dirs. congr.), Los extranjeros…, p. 82.
10
Simplemente mencionamos algunas obras de consulta. Michel Boeglin, L’Inquisition espagnole au
lendemain du Concile de Trente: le tribunal du Saint-Office de Séville (1560-1570), Montpellier:
Université Montepellier, 2003. Michael Alpert, Criptojudaísmo e Inquisición en los siglos XVII Y XVII,
Barcelona: Ariel, 2001. Julio Sierra, Procesos en la Inquisición de Toledo. Manuscrito de Halle, Madrid,
Trotta, 2005.
11
Antonio Domínguez Ortiz, Política y hacienda de Felipe IV, Madrid: Ediciones Pegaso, 1983. Más
reciente, Carmen Sanz Ayán, Los banqueros y la crisis de la Monarquía Hispánica de 1640, Madrid:
Marcial Pons Historia, 2013.
132
PAUTAS DE MOVILIDAD DE LAS FAMILIAS …
Sin embargo, nos queda mucho por investigar, debido a la enorme
heterogeneidad que caracterizó a estos migrantes, así como los distintos motivos que les
llevaron a cruzar al otro lado de “la raya” 12. Además, estamos ante una emigración que
responde a unas dinámicas sociales y demográficas que tiene unos orígenes que se
pueden remontar, como mínimo, hasta la Edad Media13.
2. El marco espacial y temporal
Andalucía fue una de las regiones que más atrajo a la población extranjera durante toda
la Edad Moderna. A ello contribuía la enorme cantidad de zonas de cultivo, así como la
existencia de grandes núcleos urbanos con un amplio y variado mercado artesanal.
También influyó el comercio atlántico centrado en torno a la ciudad de Sevilla, único
puerto que tenía permitido despachar barcos hacia el Nuevo Mundo. Actividades
relacionadas directa o indirectamente con el comercio indiano llevaron a la ciudad a
convertirse en una de las mayores urbes de la época.
Desde muy pronto encontramos instalados en ella a un gran número de
extranjeros, flamencos, genoveses y portugueses que irán desarrollando sus propias
redes de solidaridad14. Los portugueses tendrán un notable papel en la economía y el
comercio de la ciudad, diversificando sus negocios hacia una escala a nivel mundial y
usando Sevilla como trampolín15. Por todo ello, Andalucía se convirtió en una zona de
atracción para la población extranjera en general y portuguesa en particular, siendo la
ciudad de Sevilla el lugar de referencia. El estudio de las migraciones extranjeras debe
pasar, necesariamente, por la investigación en torno a este importante núcleo urbano.
En cuanto al arco cronológico, el período comprendido entre finales del siglo
XVI principios del siglo XVII muestra una serie de características claves para el estudio
que venimos realiando. A partir de 1580, gracias a la Unión Ibérica, Portugal y Castilla
estarán bajo la soberanía del mismo monarca, lo que aumentó y facilitó el trasvase de
personas a un lado y otro de la frontera. Además, la fuerte persecución a la que se
vieron sometidos los judeoconversos portugueses por parte de la Inquisición, les llevó a
12
La necesidad de que no siempre se identifique a la población portuguesa con grandes hombres de
negocio o judeoconversos ya fue señalada por Antonio Domínguez Ortiz, “La inmigración de corto y
medio radio en la Andalucía Moderna: modalidades y comportamientos”, en A. Erias Roel y O. Rey
Castelao (dir. congr.), I Conferencia…, p. 357-379. Por ejemplo, sabemos que en Jerez de la Frontera un
gran número de portugueses acudían a las tareas de siembra y recogida de las mieses. Juan Diego Pérez
Cebada, “La emigración portuguesa a Jerez, (siglos XVI-XVIII)”, en A. Erias Roel y O. Rey Castelao
(dir. congr.), I Conferencia Europea… pp. 859-872.
13
José Luis Martín Martín, “Movilidad transfronteriza en la raya con Portugal después de Aljubarrota”,
en Greogorio del Ser Quijano e Iñaki Martín Viso (eds.), Espacios de poder y formas sociales en la Edad
Media, Salamanca: Universidad de Salamanca, 2007, pp. 155-170. El profesor López de Coca señala la
importancia de los portugueses en la conquista del reino de Granada, José Enrique López de Coca
Castañer, El Reino de Granada en la época de los Reyes Católicos: repoblación, comercio y frontera,
vol. I, Granada: Universidad de Granada, 1989.
14
Jaime García Bernal y Mercedes Gamero Rojas, “Las corporaciones de nación en la Sevilla moderna.
Fundaciones, redes asistenciales y formas de sociabilidad”, en Bernardo J. García García y Óscar Recio
Morales, Las corporaciones de nación en la monarquía hispánica (1580-1750). Identidad, patronazgo y
redes de sociabilidad, Madrid: Fundación Carlos de Amberes, editorial Doce Calles, 2014, pp. 347-387.
15
Manuel F. Fernández Chaves y Rafael M. Pérez García, “La penetración económica portuguesa en la
Sevilla del siglo XVI”, Espacio, Tiempo y Forma. Serie IV, Historia moderna, tomo 25 (2012), pp. 199222.
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
Universidad de Valladolid - Fundación Española de Historia Moderna. 2015
133
Ignacio GONZÁLEZ ESPINOSA
buscar refugio en España, de donde no en pocas ocasiones eran originarios 16 . Por
último, la epidemia de peste que azotó a la fachada atlántica –y en especial a la corona
portuguesa- llevó a que muchos individuos, cuyas familias habían quedado rotas,
buscasen ahora una nueva oportunidad en otras zonas 17 . Así, estos años se perfilan
como claves para estudiar un fenómeno que, aunque no dependía exclusivamente de
factores coyunturales, debió de verse afectado por ellos.
3. La fuente histórica. Datos obtenidos
Sin embargo, y a pesar de la importancia cuantitativa y cualitativa de esta población
portuguesa, no siempre resulta fácil rastrear las huellas documentales que ha dejado su
presencia. La gran mayoría de estudios que se han realizado en este sentido tienen como
principal fuente la documentación inquisitorial. La documentación notarial resulta
sumamente interesante para llevar a cabo estudios sobre los negocios y la penetración
económica en la ciudad de determinados individuos, pero a través de ella no se pude
conocer un fenómeno mucho más general y complejo como es el de las migraciones.
Los padrones, por su parte, no son periódicos ni completos para esta época, ya que se
llevaban a cabo con fines fiscales o militares. En cuanto a las fuentes parroquiales,
además de dispersas, suelen ser bastante escuetas en los detalles que ofrecen sobre los
individuos de origen extranjero, solo señalando su origen.
Por todo ello, se hace necesario el uso de nuevas fuentes documentales para
poder disponer de una visión más global de estos movimientos de población. En este
sentido, los expedientes matrimoniales –documentación sobre la que venimos
trabajando- resultan de gran importancia para realizar una investigación de estas
características. Tras el Concilio de Trento, y con el fin principal de evitar los
matrimonios clandestinos, se impuso la obligatoriedad de que los contrayentes fueron
amonestados en sus respectivas parroquias antes de que la unión se llevase a cabo 18.
Los futuros cónyuges debían presentar declaración en la que afirmen no tener ningún
impedimento para contraer matrimonio, tales como haber profesado voto de castidad o
religión, estar ya casados, etc. A ello debían sumar las declaraciones de testigos que lo
corroborasen. Durante tres días seguidos de fiesta (o en su defecto celebraciones
litúrgicas de asistencia obligatoria por parte de los fieles) eran anunciados los nombres
de los contrayentes para que si alguien conociese algún motivo que impidiese que se
llevase a cabo el matrimonio lo denunciase. Pasado este período los curas de las
parroquias pasan a efectuar la unión entre ambos cónyuges.
Todo esto nos ofrece una valiosísima información de cara a realizar nuestro
estudio. Los expedientes matrimoniales recogen el nombre, la edad, residencia, oficio y
16
João Lúcio de Azevedo, Historia dos cristãos-novos portugueses, Lisboa: Livraria Classica Editora,
1921. Más reciente: Ana Isabel López-Salazar Codes, Inquisición y política: el gobierno del Santo Oficio
en el Portugal de los Austrias (1578-1653), Lisboa: Universidad Católica Portuguesa, Centro de Estudios
de História Religiosa, 2011.
17
Bernard Vincent, “La peste atlántica de 1596-1602”, Andalucía en la Edad Moderna: Economía y
Sociedad. Granada: Diputación Provincial de Granada, 1985, pp. 51-80
18
Sobre ello se puede consultar: Ignasi Fernández Terricabras, Felipe II y el clero secular: la aplicación
del Concilio de Trento, Madrid: Sociedad Estatal para la conmemoración de los Centenarios de Felipe II
y Carlos V, 2000. Primitivo Tineo, “La recepción de Trento en España (1565): disposiciones sobre la
actividad episcopal”, Anuario de historia de la Iglesia, nº5 (1996), pp. 241-296. Para el caso concreto de
Sevilla, Rafael M. Pérez García, “Los sínodos sevillanos de Cristóbal de Rojas y Sandoval”, Archivo
Hispalense, nº250 (1999), pp. 11-26.
134
PAUTAS DE MOVILIDAD DE LAS FAMILIAS …
padres de ambos contrayentes. Además, en el caso de ser extranjeros, deben especificar
donde nacieron y cuánto tiempo llevan establecidos en la ciudad. Sumamos a esto, por
si fuera poco, que los testigos aportan un gran número de detalles sobres las relaciones
de estos individuos con el resto de habitantes de la ciudad. Por último, gracias al uso de
esta fuente podemos determinar las pautas matrimoniales del grupo poblacional objeto
de nuestro estudio, así como su establecimiento a medio-largo plazo.
Para el marco espacial de estudio aquí propuesto contamos con una gran ventaja,
ya que los expedientes matrimoniales relativos a toda la archidiócesis de Sevilla se
hallan custodiados en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla (AGAS)19. Ello
nos permite manejar una gran cantidad de información referente a muchos y variados
núcleos urbanos, tales como son el caso de Utrera, Écija, Jerez de la Frontera, Carmona
y Osuna; además de obviamente todas las parroquias pertenecientes a la propia ciudad
de Sevilla.
El buen estado de conservación y la gran cantidad de expedientes matrimoniales
nos permiten ofrecer una panorámica bastante amplia del tema que queremos tratar.
Actualmente hemos centrado nuestros esfuerzos en la información relativa a la ciudad
de Sevilla durante los primeros 15 años del siglo XVII. Contamos con más del 85% del
total de documentación relativa a este período ya consultada, lo que corresponde a 4.250
expedientes matrimoniales, de los cuales 401 tienen al menos a un cónyuge de origen
portugués. Cifra que no debe pasar inadvertida, ya que esto nos indica que un 9’43% de
los matrimonios que se efectuaron en Sevilla en dicha época tienen como protagonista a
los sujetos objeto de nuestro estudio.
Con el fin de situar mejor estos datos es conveniente compararlos con los de
otras investigaciones, aunque hemos de puntualizar que las cifras que vamos a ofrecer
ahora han sido extraídas usando distintas fuentes y con unos marcos cronológicos que
no son idénticos a los nuestros; no obstante, creemos que pueden serviernos como
referencia. Para el profesor Antonio Luis López Martínez, la población de origen
portugués afincada en Sevilla según el padrón de 1642 suponía un 12’20% del total de
vecinos20. Gregorio García-Baquero, en su análisis de la parroquia –también sevillanade San Martín, observa que los contrayentes de origen portugués suponen un 12’3% de
los registrados en los libros de matrimonios21. La cercana ciudad de Córdoba ofrece una
cifra un tanto menor, el 7’3%22. En otros lugares de Andalucía como es el caso de
Málaga la inmigración portuguesa supondría un 1’2% respecto a la proveniente de otros
lugares entre los años 1561-1700, cifra que puede parecer pequeña pero que está tomada
respecto al total de inmigrantes y en un período muy amplio 23. Por su parte, el Puerto de
Santa María ofrece un porcentaje bastante alto, un 10’7%24. Por último, la ciudad de
19
Archivo General del Arzobispado de Sevilla [AGAS]. Sección Matrimonio Ordinarios [MO]. A partir
de ahora citaremos los expedientes usando el nombre de ambos contrayentes y la fecha.
20
Antonio Luis López Martínez, Cruzar la Raya. Portugueses en la Baja Andalucía, Sevilla: Centro de
Estudios Andaluces, 2011, p. 43.
21
Gregorio García-Baquero López, Estudio demográfico de la parroquia de San Martín de Sevilla (15591749), Sevilla: Diputación Provincial de Sevilla, 1982, p. 173.
22
Los años son bastante cercanos a los nuestros, 1590-1619, José Ignacio Fortea Pérez, Córdoba en el
siglo XVI: las bases demográficas y económicas de una expansión urbana, Salamanca, Ediciones
Universidad de Salamanca, 1979, p. 166.
23
Isabel Rodríguez Alemán, Inmigrantes de origen extranjero en Málaga (1564-1700), Málaga: Servicio
de Publicaciones de la Universidad de Málaga, 2003, p. 79.
24
Juan José Iglesias Rodríguez, Una ciudad mercantil en el siglo XVIII: El Puerto de Santa María,
Sevilla: Muñoz Moya y Montraveta, 1991, p. 153.
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
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135
Ignacio GONZÁLEZ ESPINOSA
Jerez para el siglo XVII nos ofrece una cifra de residentes de origen portugués que llega
al 10% 25 . Saliendo de Andalucía, y tomando como referencia Extremadura, nos
encontramos con que entre los años 1573-1653, y partiendo de las medias de tres
localidades extremeñas, las cifras se situarían en torno al 6’9%26.
4. Pautas de movilidad de la población portuguesa afincada en Sevilla
El objeto de esta comunicación es completar el análisis que ya ofrecimos sobre esta
misma cuestión en el XIII Congreso de la FEHM, donde nos centramos en los oficios de
los contrayentes de origen portugués afincados en Sevilla, así como su distribución por
el entramado urbano de la ciudad27. En esta ocasión, y teniendo como base una muestra
bastante más amplia, queremos aportar nuevas informaciones sobre los movimientos y
las pautas migratorias de estos individuos.
Al hablar de Portugal debemos tener en cuenta una serie de especificaciones. En
el norte predominan los pequeños núcleos urbanos y el minifundio, frente a una zona
meridional relativamente deshabitada tras el proceso de conquista durante la Edad
Media. La gran densidad demográfica del norte, frente a un sur poco poblado, llevará a
que las migraciones sean predominantemente norte-sur, ejerciendo las grandes ciudades
una fuerte atracción28. Braga, Porto, Coimbra y sobre todo Lisboa irán creciendo cada
vez más gracias a la población de los territorios circundantes.
A estos movimientos habría que sumar otros de carácter temporal y con fines
laborales. Dentro de Portugal, destacará el desplazamiento de canteros y pedreros hacia
las ciudades del sur, que tendrán como principal objetivo la construcción de edificios de
carácter religioso29. La movilidad estacional ligada a las tareas agrícolas también tendrá
un importante papel en las migraciones. Además de los propios campos portugueses, la
zona de Andalucía, falta de mano de obra durante la siembra y la siega, será un reclamo
para los trabajadores del campo. La mejora de salarios era bastante significativa,
pudiendo llegar a suponer durante la recogida de las mieses un aumento de hasta el
250% respecto a lo que se pagaba el resto del año30.
En nuestro caso, al estudiar matrimonios debemos tener en cuenta que estamos
ante individuos que, al menos a un medio-largo plazo, tenían el objetivo de instalarse en
la ciudad, no respondiendo a las migraciones periódicas o estacionales que acabamos de
mencionar. Aunque ello no es óbice para que, en un primer momento, algunos de ellos
pudiesen llegar a la ciudad de manera provisional.
Pero si analizamos algunas cifras, podemos observar que los individuos
presentes en nuestra muestra, en general, no responderían a este perfil. Tanto para
hombres como para mujeres, la media de edad con la que llegaron a Sevilla es
J. D. Pérez Cebada, “La emigración portuguesa…” p. 862.
Esta es la media que hemos obtenido con las cifras de las parroquias de Torrejoncillo, El Casar y
Aliseda, todas ellas en Cáceres. José Luis Pereira Iglesias, Miguel Rodríguez Cancho e Isabel Testón
Nuñez, “Análisis demográfico de la Alta Extremadura (1536-1610), Studia historica. Historia Moderna,
(1987) nº 5, p. 156
27
Ignacio González Espinosa, “Portugueses en Sevilla: sus oficios y profesiones durante el reinado de
Felipe III”, XIII Reunión Científica de la FEHM, Sevilla: Universidad de Sevilla. En prensa.
28
Antonio de Olivera “Migrações internas e de média distância em Portugal de 1500 a 1900”, en Antonio
Eiras Roel y Ofelia Rey Castelao (eds.), Migraciones internas y medium-distance en la Península Ibérica,
1500-1900, vol. II, Santiago de Compostela: Consellería de Educación e Ordenación Universitaria, 1994,
p. 7. 2.
29
Ibid., p. 7.
30
A. L. López Martínez, Cruzar la Raya…, p. 27.
25
26
136
PAUTAS DE MOVILIDAD DE LAS FAMILIAS …
prácticamente idéntica, situándose en torno a los 13 años; los varones no suelen
especificar nada respecto al desplazamiento, mientras que las mujeres sí suelen señalar
que vinieron con sus padres o familiares. Además de llegar jóvenes, también presentan
un prolongado tiempo de estancia en la ciudad, que se situaría en torno a los 12 años. El
matrimonio no viene sino a confirmar un deseo de continuar residiendo en el mismo
lugar.
En lo que respecta al origen de estos individuos, hemos tomado como referencia
las divisiones administrativas eclesiásticas. También aparecen citadas en la fuente que
estamos manejando las localidades, pero creemos que es mucho más ilustrativo tomar
unos marcos espaciales un poco mayores. Los datos obtenidos se reflejan en la siguiente
gráfica.
Procedencia de los inmigrantes portugueses 1600-1615
70
60
50
40
30
20
10
0
62
66
39
2
6
6
9
14
14
18
18
23
23
23
25
Fuente: AGAS. Legajos consultados31
Tal y como se puede observar, la cercanía geográfica no es un factor determinante a la
hora de analizar el proceso migratorio luso hacia la Baja Andalucía. En nuestra muestra
predominan de manera mayoritaria los individuos provenientes del arzobispado de
Braga. En segundo lugar, numéricamente hablando, se encuentra la zona del
Arzobispado de Lisboa, donde tiene un especial papel la propia capital portuguesa. El
obispado de Faro, que linda directamente con Andalucía, se encuentra en tercera
posición, y con unas cifras bastante inferiores a la de los lugares antes señalados.
A las cifras de de Braga habría que sumar las de Miranda y Lamego, para tener
una idea más aproximada de la importante cantidad de población emigrada desde la
zona septentrional de Portugal, que llegaría a suponer más del 30% del total. Esto
responde a las dinámicas internas de esta región, que llevarían a que muchos individuos
emigrasen fuera de un núcleo familiar que no podía mantener a todos sus descendientes.
Esta emigración es de un signo muy parecido a la que se produjo entre Galicia y
31
Todos los legajos corresponden al AGAS, Sección Matrimonios Ordinarios. Los legajos consultados
son los siguientes: 05492A; 05492B; 0746; 07494; 07495; 05887; 05888; 07847; 07966; 08247; 07564;
05887; 05883; 07635; 06851; 06852; 06760; 06761; 05804; 06835; 07680; 08278; 06452; 05785; 08026;
07501; 05645; 05646; 05664; 07231; 07232; 08063; 06821; 07896; 06436; 05891; 07019; 8209;
08205;05450;06739;07729;06626;0876;07668;07277;07289;07358;07513;05601;05753;05754;08116
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Ignacio GONZÁLEZ ESPINOSA
Andalucía. Además, sabemos que existía un importante volumen de emigración
portuguesa hacia la zona gallega32, lo que hace aún más significativo el alto número de
individuos que se dirigieron hacia el Reino de Sevilla. Otros lugares fronterizos, como
es el caso de Évora o la Guarda, también muestran unas importantes cifras de
emigración, aunque siempre por debajo de las ya citadas. El caso de Porto, aún
situándose en el norte, muestras unas pautas diferentes, con un escaso número de
individuos provenientes de esta región; nos encontramos ante una zona mucho más
dinámica económicamente hablando, debido a la importancia del puerto marítimo con el
que contaba lo que llevará a otro tipo de modelos migratorios33.
Tampoco podemos dejar de mencionar a aquellos individuos que, en nuestro
análisis, hemos denominado como “extrapeninsulares”. Se trata de personas
provenientes de los archipiélagos pertenecientes a la corona portuguesa, en concreto, la
isla de Madeira y, sobre todo, el archipiélago de las Azores, donde destaca la isla
Terceira. Resulta un hecho muy interesante que encontremos individuos originarios de
esta zona y que se instalen en la ciudad de Sevilla; su ruta de llegada conecta
directamente con las empleadas por el comercio atlántico, ya que estos archipiélagos
eran una zona de paso y abastecimiento para las naos que se dirigían hacia América. A
ello habría que sumar que los individuos presentes en nuestra muestra se dedicaban a
diversos oficios, desde zapateros hasta trabajadores del campo, no teniendo relación
directa con el comercio o la marinería.
En cuanto a los movimientos migratorios protagonizados por las mujeres, de un
total de 122 casos, 29 proceden del arzobispado de Lisboa, teniendo de nuevo un
enorme protagonismo la propia ciudad. Le siguen en número las provenientes de la zona
del obispado de Faro, suponiendo unos 20 casos de los registrados en nuestro estudio.
Por último, nos encontramos con 16 mujeres que proceden del arzobispado de Braga.
En este caso, por tanto, la enorme densidad poblacional de la capital portuguesa y la
cercanía parecen ser unos factores más determinantes que en el caso de los hombres.
5. Rutas de llegada
No queremos dejar de hacer alguna referencia a las rutas seguidas por estos inmigrantes.
La fuente que venimos manejando nos permite hacer ciertas apreciaciones a este
respecto, ya que en las declaraciones de los contrayentes se recogen los lugares donde
han vivido con anterioridad y durante cuánto tiempo.
En la gran mayoría de las ocasiones nos encontramos con que los contrayentes
declaran haber venido “vía recta” a Sevilla. Sin embargo, contamos con algunos casos
que, aunque no llegan a suponer más del 10%34 del total de nuestra muestra, nos ofrecen
algunos detalles muy interesantes. Dentro de ellos, cabría destacar el desplazamiento
María Norberta Amorim, “Reconstituição de paróquias e estudo das migrações internas: o caso de uma
paróquia minhota no Antigo Regime”, Cadernos do noroeste (1992), volumen 3 nº 1-2, pp. 125-140.
Ofelia Rey Castelao “Movimientos migratorios en Galicia, siglos XVI-XIX”, en A. Eiras Roel y O. Rey
Castelao (dir. congr.), I Conferencia Europea…. pp. 85-130.
33
De este modo, Porto será en el siglo XVIII una válvula de escape hacia Brasil, aunque también de
llegada de inmigrantes hacia territorio portugués. Jorge Fernandes Alves, “Aspectos da emigração no
Noroeste Português- O distrito do Porto no século XIX”, Revista de Demografía Histórica, Vol. 13
(1995), pp. 75-90.
34
No creemos que estas cifras sean absolutas, debiendo existir un movimiento migratorio mucho más
complejo que no siempre es especificado por los protagonistas.
32
138
PAUTAS DE MOVILIDAD DE LAS FAMILIAS …
hacia grandes núcleos urbanos portugueses, sobre todo Lisboa y Braga, como lugares de
paso y estancia antes de su posterior emigración hacia Castilla.
Manuel de Silva, gorguero, es llevado por sus padres desde la zona de Braga
hacia Lisboa, donde tras nueve años marchará a Sevilla35. Otro ejemplo es el de Antonio
Pérez, que procedente de Porto será llevado por su tío hacia la capital lusitana cuando
tenía 11 años de edad, ejerciendo allí la profesión de marinero36. Un camino parecido
fue el seguido por Manuel de Castro37; también portuense, marchó a la edad de catorce
años hacia Lisboa, tras un mes irá a Braganza donde residirá durante tres años, para de
allí pasar a Burgos, Murcia y finalmente Sevilla. Su desempeño como perfumero debe
estar sin duda muy relacionado con estos continuos cambios de residencia38. Melchor
Viera, también nació en la zona de Porto, y marchará con 11 años a Setúbal, muy cerca
de Lisboa; tras dos años partirá hacia Sevilla39. Por su parte, Elena Francisca, natural de
algún lugar del obispado de Lamego, se mudó a la edad de 10 años a Torre de
Moncorvo, en Braga; allí residió unos 20 años antes de marchar hacia Sevilla40.
Otro de los caminos de paso de estos inmigrantes será Extremadura, y en
concreto la zona de Badajoz. María López, natural de Moura, en compañía de su
hermano se trasladó hasta Fregenal de la Sierra, donde estuvo residiendo siete años 41.
Andrés Gutiérrez, nacido en Elvas, se marchará con 22 años hacia Badajoz, desde
donde marchará a Sevilla 15 años después 42 . Por último, Manuel Ramos dejó su
Estremoz natal, en el arzobispado de Évora, rumbo a la ciudad pacense; tras dos años
trabajando como albañil, se dirigirá hacia su nuevo destino43.
También nos encontramos con otras importantes ciudades castellanas, como es
el caso de Madrid o Salamanca. María Rodríguez, natural de Braganza, fue llevada por
sus padres a la capital castellana a la edad de 10 años; en ella residirá durante 6 años
antes de llegar a Sevilla44. Francisco Ruíz entrará en Castilla por la zona de Salamanca;
con 17 años salió de Miranda del Duero hacia la ciudad salmantina, de allí viajará a
diversos lugares, como Madrid, Vélez Málaga, Murcia y Osuna, para finalmente recalar
en Sevilla45.
Podemos observar, por tanto, dos cuestiones bastante importantes. Primero la
atracción que ejercían los grandes núcleos urbanos lusitanos como primer lugar de
destino de algunos de estos individuos. Otra cuestión a destacar es la importancia de
Extremadura como zona de paso, al tratarse de uno de los puertos secos entre Castilla y
Portugal. La práctica inexistencia de personas que residan en poblaciones onubenses
parece indicarnos que los habitantes de los lugares más meridionales de la geografía
35
AGAS MO Leg. 05646. Manuel de Silva y Ana de Mena. Año 1610.
El dicho su tío afirma que en Lisboa, donde él tenía una casa, era donde posaba cuando volvía de las
Indias. AGAS MO Leg. 08077. Antonio Pérez y Catalina de Lasarte. 1602.
37
AGAS MO Leg. 05785. Manuel de Castro y María de Centeno. Año 1601.
38
Su testificación muestra algunas incongruencias en cuanto al tiempo de residencia en cada uno de los
sitios, lo cual no concuerda ni con su edad ni con las declaraciones de los testigos que parecen incluir
algunas variaciones al respecto.
39
AGAS MO. Leg. 06452. Melchor Biera y María Gómez. Año 1600.
40
AGAS MO. Leg. 07232. Martín López y Elena Francisca. Año 1613.
41
AGAS MO. Leg. 05887. Francisco López y María López. Año 1611.
42
AGAS MO. Leg. 05689. Andrés Gutiérrez y Francisca de la Cuna. Año 1609.
43
AGAS MO. Leg. 05664. Manuel Ramos y e Isabel González. Año 1611.
44
AGAS MO. Leg. 05888. Felipe Duarte y María Rodríguez. Año 1610.
45
AGAS MO. Leg. 05887. Francisco Ruíz e Isabel Ruíz. Año 1611.
36
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
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portuguesa realizaban una migración directa hacia Sevilla, que era sin duda la gran
ciudad de referencia en la Baja Andalucía.
6. Conclusiones
El análisis de los datos obtenidos en nuestra investigación nos pone de relieve varios
aspectos. Por un lado la importancia de la emigración proveniente desde las regiones
más septentrionales de Portugal, cuyos habitantes además de hacia Galicia también
marcharán a Andalucía como consecuencia de la fuerte presión demográfica y las
características socioeconómicas de esta zona. En segundo lugar, nos gustaría destacar la
juventud de estos emigrantes, así como que hombres y mujeres presenten unas pautas
un tanto distintas, siendo estas últimas acompañadas mayoritariamente por familiares.
Estamos ante unos individuos que, en el momento de contraer matrimonio ya cuentan
con una estancia prolongada en la ciudad, a la que llegaron siendo jóvenes y en la que
habían desarrollado su vida laboral. Por último, también habría que hacer referencia a la
gran movilidad existente dentro del propio territorio portugués, así como la emigración
rural hacia los grandes núcleos urbanos. Por su parte, Extremadura se muestra como
una de las zonas no solo de paso, sino también de estancia más comunes por parte de los
inmigrantes que finalmente se instalarán en Sevilla.
Todavía quedan muchos aspectos por determinar. Para empezar nos gustaría
ampliar el arco cronológico de nuestra investigación y realizar el estudio de algunos
otros núcleos urbanos andaluces con el fin de encontrar similitudes y diferencias
respecto a los datos obtenidos hasta ahora. También es indispensable el empleo de
fuentes pertenecientes a los archivos provinciales y notariales con el fin de analizar el
papel de estos individuos en la economía y el gobierno local. Por último, y no menos
importante, cruzar la información obtenida con la procedente de la documentación de
archivos portugueses y en particular la relativa a las ciudades portuguesas desde las que
provenían mayoritariamente estos migrantes, para conocer mejor los factores que
motivaron estos movimientos y las consecuencias que tuvieron.
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