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LA NECRÓPOLIS FENICIA DE CAMPOS ELÍSEOS (GIBRALFARO, MÁLAGA). SEGUNDA CAMPAÑA DE EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS. JUAN ANTONIO MARTÍN RUIZ ALEJANDRO PÉREZ-MALUMBRES LANDA Resumen: Damos a conocer las sepulturas excavadas en la segunda campaña de excavaciones emprendidas en la necrópolis de Campos Elíseos (Gibralfaro, Málaga). Éstas, en número de siete, con una cronología que comprende los siglos VI y II-I a. C., elevan el total de tumbas conocidas a diecisiete. Abstract: The seven graves excavated in the second stage of archaeological works in the Campos Eliseos necropolis (Gibralfaro, Malaga) are presented here. Dating back to the VI, II and I centuries b. C., they make a total number of seventeen excavated graves. INTRODUCCIÓN Esta segunda campaña, que contó con una financiación a cargo de la Gerencia de Urbanismo del Excmo. Ayuntamiento de Málaga y la preceptiva autorización de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, se desarrolló durante el mes de diciembre de este año. Procedimos a la ampliación del corte anterior (C-1) en sentido oeste, denominando a esta ampliación como corte 1B, de 10 m. cuadrados de extensión, alcanzando así los 52 m. de superficie excavada a lo largo de las dos campañas (figura 1). Como ya observamos durante la primera campaña, las raíces de los árboles plantados en esta parte de la ladera de Gibralfaro han resultado sumamente perjudiciales para la conservación de las estructuras, al resultar dañadas no sólo sus cubiertas sino también el interior de las mismas. El ajuar estaba integrado por varios fragmentos de un plato con una ancha banda en el borde pintada en rojo, un anillo de bronce, un fragmento de un cuenco a mano, un borde de ánfora R-1, otro más de pared de ánfora con arranque del asa y otro de un cuenco gris, sin olvidar una concha, trozos de otros dos cuencos, uno de ellos carenado de engobe rojo y trece amorfos. Estructura 14. Fosa excavada en la roca con restos de mortero. Se halló una inhumación en la misma posición que las ya comentadas. Muy alterada por las raíces de los árboles, sólo pudieron recogerse un fragmento del borde de un plato de engobe rojo y otros cinco amorfos sin decorar. Estructura 15. Fosa muy alterada cubierta con tierra, con restos de otra inhumación en idéntica posición y fragmentos de mortero que recubrirían su interior. Ajuar formado por un fragmento de plato de engobe rojo, otro de un pithoi, dos fondos, dos bordes de cuencos y trece amorfos cerámicos. LAS ESTRUCTURAS FUNERARIAS. Estructura 16. Fosa parcialmente excavada en la roca (la mitad superior) y el resto en la tierra. Contenía restos de mortero del enlucido de la paredes interiores, así como una inhumación en decúbito lateral derecho y un borde y carena de un ánfora tipo Mañá C2, un borde de un vaso indeterminado, otros cuatro fragmentos de una fuente de barniz rojo pompeyano, parte de un ungüentario helenístico, una concha y dieciseis amorfos. Un dato de interés es la localización de una pequeña estela de cerámica de forma pentagonal que fue realizada cortando un ladrillo y colocada en la cabecera del enterramiento, la cual serviría para señalizar la sepultura (figuras 5-6). Estructura 11. Fosa sobre la tierra delimitada por rocas de pequeño y mediano tamaño, con cubierta de tierra y pequeñas piedras. Es la sepultura situada en el perfil localizada en la campaña anterior pero que no pudo excavarse. Albergaba una inhumación en decúbito lateral derecho con un amuleto (manita perforada de hueso), un fragmento de olla, otro de un vaso abierto a mano, tres más de ungüentarios helenísticos, dos conchas y tres amorfos. Estructura 17. Tumba de incineración dentro de una arqueta cuadrangular formada por ladrillos de cerámica dispuestos a dos aguas en sus laterales mayores, con nueve bisagras cilíndricas de hueso. La arqueta se rodeaba de un amontonamiento de piedras de pequeño y mediano tamaño, entre las que se hallaron un fragmento de pared de ánfora, un ungüentario helenístico completo y fragmentos de otro, así como cinco amorfos (figuras 7-9). Estructura 12. Inhumación en decúbito lateral derecho situada sobre un fondo de rocas con cubierta de lajas de pizarra. Contenía tan sólo un fragmento de una imitación de barniz rojo pompeyano y tres amorfos. Estructura 13 Fosa de tierra delimitada con rocas y cubierta de grandes lajas de pizarra. En su interior hallamos una inhumación en decúbito lateral derecho (figuras 2-4). El relleno de la tumba facilitó un fragmento del borde de un pithoi, otro de una olla a mano y otro más de una jarra. Depositada directamente sobre una de las lajas que integraban la cubierta se recogió una lucerna de engobe rojo con toda seguridad bicorne, a pesar de faltarle esta parte. 216 LOS AJUARES FUNERARIOS. Podemos incluirlos en dos períodos bien distintos. Los más antiguos, pertenecientes a las estructuras 13, 14 y 15, y que podemos situar cronológicamente en el siglo VI a. C., ofrecen cerámicas de engobe rojo como lucernas cuyos parámetros métricos coinciden con los establecidos para este siglo en Jardín (Schubart, MaassLindemann, 1995: 125-126), fragmentos de bordes de platos y cuencos carenados, en alguna ocasión decorados con finas líneas paralelas de color negro. Paralelamente, encontramos algunos fragmentos de pithos, cerámicas muy escasas en las necrópolis fenicias, pues hasta la fecha sólo se conocían unos cuantos vasos de este tipo en Jardín FIG. 1-Planta de los cortes 1 y 1B. (Schubart, Maass-Lindemann, 1995: 139-140) y Cortijo de Montañez (Aubet et alii, 1995: 226-228), así como ejemplares fabricados a mano, como son un cuenco y una ollita, a los que podemos unir un fragmento de otra olla decorada con digitaciones e incisiones procedentes de uno de los estratos, y que podemos incluir en la forma 2, variante B de I. Ladrón de Guevara (1994: 41 y 88), materiales estos últimos realmente extraños en este tipo de yacimientos. Los materiales proporcionados por las sepulturas más recientes comprenden varios ungüentarios helenísticos, algún ejemplar anfórico, en concreto un borde del tipo Mañá C2 (Mañá, 1951: 207) y de ollas, un amuleto de hueso en forma de manita perforada (higa), una fuente de barniz rojo pompeyano y un ejemplar de imitación de estos recipientes cerámicos, así como un fragmento de un recipiente a mano y conchas marinas. LOS ANÁLISIS ANTROPOLÓGICOS Realizados, como en la campaña precedente, por M. Macías y L. Trellisó, se han centrado, por ahora, en tres estructuras: las núms. 13, 16 y 17. En la primera se enterró una mujer de 30 a 34 años, con 1,63-1,67 m. de altura que sufrió un fuerte traumatismo en la cadera, el cual le dejó, como secuela, una pronunciada cojera. Al mismo tiempo, pudo comprobarse que padeció en vida la enfermedad de Alberg-Schörnberg y, posiblemente, una otomastoiditis crónica. Respecto al otro individuo inhumado (estructura 16), podemos decir que se trata de una mujer de 20-30 años que tuvo una patología consistente en un tumor benigno (osteoma osteoide), en tanto la única incineración analizada muestra cómo en la arqueta de la tumba 17 se depositó una persona, cuyo sexo no ha podido determinarse, de 6 a 16 años de edad, y que fue quemada a una temperatura que osciló entre los 650 y 700º C. Al igual que en los estudios efectuados en los restos humanos recuperados en la campaña anterior, se comprueba la pésima higiene bucal de esta población, tanto en el siglo VI como en el II-I a. C., a juzgar por la abundante pérdida de dientes en vida y la importante presencia de sarro y caries, sin que los nuevos datos alteren lo que habíamos expuesto sobre la esperanza de vida (unos 40 años). CONCLUSIONES. Esta intervención nos ha permitido confirmar la existencia de sepulturas de fechas más antiguas a las conocidas hasta entonces, como ya nos había sugerido en la primera campaña la aparición de algunos materiales fechados en el siglo VI a. C. pero que no había sido posible asociar a ninguna sepultura. En esta ocasión contamos con tres enterramientos de esta fecha, en los que se practica el rito inhumador, depositándose el cadáver en la misma posición que lo hará siglos más tarde, esto es, decúbito lateral derecho con el cráneo al oeste y el rostro hacia el sur. Un aspecto en que se aprecia una coincidencia con la necrópolis de Jardín es la presencia de la lucerna de engobe rojo depositada a modo de ofrenda sobre la cubierta de la tumba (Ramos, 1986: 85; Schubart, Maass-Lindemann, 1995: 125). Si durante la fase más antigua sólo se han constatado exclusivamente inhumaciones, durante los siglos más recientes podemos comprobar la ampliación del rito, coexistiendo incineraciones e inhumaciones, si bien cabe ser prudentes al respecto por cuanto el número de estructuras funerarias conocidas de uno y otro período varía sensiblemente. También existe una mayor diversidad en cuanto a la tipología de enterramientos en los siglos II-I a. C. respecto a las tumbas conocidas del siglo VI, hecho en el que también conviene mantener cierta reserva hasta que no dispongamos de más tumbas arcaicas. Aunque no se han encontrado estructuras de los siglos V a III a. C. que llenen el vacío existente por el momento, cabría recordar el descubrimiento de una tumba efectuado en esta misma zona a principios del siglo pasado (Rodríguez de Berlanga, 1995: 162), y del que procedía una figurita de oro del dios Bes y un uschebti de fayenza, pieza esta última que ha sido datada en el siglo V a. C. (Gamer-Wallert, 1978: 231-232), de forma que parece bastante pro- 217 bable que en nuevas campañas puedan aparecer sepulturas que llenen este aparente lapsus temporal. Particularmente interesante es la estela cerámica, tanto por la cronología en que puede situarse, el siglo I a. C., como por el material con el que está realizado, arcilla, hechos ambos que le otorgan una cierta relevancia, siendo hasta ahora el único elemento de señalización externa de las sepulturas que hemos podido identificar. Una cuestión ya esbozada durante la campaña anterior, y que se ve confirmada en esta nueva actuación es el bajo porcentaje de materiales de tipología itálica, aun incluyendo sus imitaciones. También se advierte con mayor claridad la fuerte densidad de enterramientos existentes en esta necrópolis, al igual que acontece en Puente de Noy o Villaricos. FIG. 2-Plantas y secciones de la estructura 13. 218 Finalmente, señalar que la excavación de la estructura 17 nos ha permitido discernir con mayor volumen de información el papel de bisagras que asignábamos a los cilindros de hueso descubiertos en ambas campañas, si bien no podemos establecer con claridad si articulaban los ladrillos que funcionaban como tapadera, o bien pudieron pertenecer a una arqueta o caja, probablemente de madera, que no se ha conservado, a la que se adaptaría la arqueta de cerámica que le serviría de protección. En todo caso, la suma de la longitud de los cilindros recuperados es igual al espacio libre del interior de la arqueta de ladrillos. FIG. 3-Materiales procedentes del relleno de la estructura 13. FIG. 4-Lucerna hallada sobre las lajas de la estructura 13 y parte de su ajuar. FIG. 5-Planta y alzados de la estructura 16. 219 FIG. 6-Estela cerámica y parte del ajuar de la estructura 16. FIG. 7-Plantas de la estructura 17. FIG. 8-Alzados de la estructura 17. Fig. 9. Ungüentario helenístico. Estructura 16. 220 BIBLIOGRAFÍA. Mª E. AUBET SEMMLER, G. MAASS-LINDEMANN, J. A. MARTÍN RUIZ, “La necrópolis fenicia del cortijo de Montañez (Guadalhorce, Málaga)”, Cuadernos de Arqueología Mediterránea, I, Barcelona, 1995, pp.217-238. I. GAMER-WALLERT, Agyptische und ägyptisierende funde von der Iberischen Halbinsel, ed. Reihe, Wiesbaden, 1978. I. LADRÓN DE GUEVARA SÁNCHEZ, Aportaciones al estudio de la cerámica con impresiones digitales en Andalucía, Universidad de Cádiz, Cádiz, 1994. J. Mª MAÑÁ DE ANGULO, “Sobre tipología de ánforas púnicas”, VI Congreso Arqueológico del Sudeste, Cartagena, 1951, pp.203-211. J. A. MARTÍN RUIZ, A. PÉREZ-MALUMBRES LANDA, Malaca fenicia y romana. La necrópolis de Campos Elíseos: catálogo de la exposición, ed. Sarriá, Málaga, 1999. (en prensa), “La necrópolis de Campos Elíseos (Gibralfaro, Málaga)”, en Actas del II Congreso de Historia Antigua de Málaga, Málaga, 1998. A. PÉREZ-MALUMBRES LANDA; J. A. MARTÍN RUIZ, “Enterramientos fenicios en Málaga: la necrópolis de Campos Elíseos (Gibralfaro)”, Jábega, 77, Málaga, pp.3-10. Mª L. RAMOS SAINZ, Estudio del ritual funerario en las necrópolis fenicias y púnicas de la Península Ibérica, Universidad Autónoma, Madrid, 1986. M. RODRÍGUEZ DE BERLANGA, Catálogo del Museo Loringiano, (Málaga, 1903), reed. Universidad de Málaga, Málaga, 1995. H. SCHUBART, G. MAASS-LINDEMANN, “La necrópolis de Jardín”, Cuadernos de Arqueología Mediterránea, I, Barcelona, 1995, pp.57213. 221