A RAÍZ EXPUESTA
FUENTES HISTORIOGRÁFICAS, ARQUEOLÓGICAS
Y ARTÍSTICAS DEL CÓDICE RIVERA
Roberto Velasco Alonso
El hombre puede nacer rico, pero no sabio;
la ciencia no se hereda, se adquiere con el estudio.
Se puede nacer con talento,
con las disposiciones para estos o aquellos estudios,
…los que se pueden adquirir no por encanto, ni con dinero,
…sino sólo y únicamente con el estudio y
practicando mucho. 1
Introducción
L
as imágenes sobre el pasado prehispánico que Diego Rivera plasmó
en los murales del Palacio Nacional están fuertemente enraizadas en
el subconsciente colectivo del mexicano. Enfrentarnos con ellos nos
Página opuesta:
Los murales ubicados en el
segundo piso del Palacio
Nacional, fueron realizados por
Diego Rivera entre 1942 y
1951, todos están conformados
por una escena principal
delimitada en la base por una
serie de escenas en recuadros,
dedicadas al ingenio productivo
y artístico indígena. Esta
configuración está inspirada en
los códices prehispánicos, como
se verá en el presente estudio.
112
deja una sensación de familiaridad, que remite no sólo a la tradicional
excursión escolar, sino a pasajes reconocibles, y a los que de una u otra forma
hemos asistido en repetidas ocasiones.
Familiaridad y extrañeza se entretejen en un sentir ambiguo. Por un lado,
estamos frente a imágenes que tradicionalmente han ilustrado episodios de
la historia antigua de México, y por el otro, ante un conjunto de sociedades
impregnadas de misticismo, con escenas imbuidas en imponentes entornos
naturales, en los que reconocemos construcciones, atavíos e instrumentos
característicos de ese pasado que compartimos los mexicanos.
No obstante, más allá del valor artístico-plástico de las obras y del peso
que conllevan al pertenecer a una corriente artística netamente mexicana de
reconocido valor en el exterior, en un plano tradicionalmente relegado –y aun
marginado– se encuentra el enorme caudal bibliográico que podemos leer “entre
trazos”. La enorme investigación de trasfondo se respalda en cursos, libros,
códices, artefactos precolombinos, excursiones escolares y hasta conversaciones
con colegas, que no sólo fueron estudiados o experimentados por el artista, 2 sino
que pasaron por un proceso de asimilación gráico-espacial hasta llegar a la
interpretación histórica por la vía pictórica.
El mítico pasado de México, en el que sus culturas alcanzaron imponentes
niveles de “contemplación” y un enorme despliegue de opulencia y poder, y
que a su vez crearon sistemas de producción de insólitos beneicios, aparece
113
Encuentros escolares de Diego con
el México prehispánico
ornamentando los muros de Palacio Nacional en audaces marcos de enorme
dinamismo estético.
Algunos estudiosos han encontrado en estos murales que “las creencias,
aspiraciones, ideas y subversiones” del artista y del político que era Rivera. Más
aún, Itzel Rodríguez ha señalado que:
...nos acercan al proceso de construcción de la identidad nacional en el
México posrevolucionario. Rivera, como hombre de su tiempo, recogió
en su obra, consciente o inconscientemente, la visión del mundo de su
época; o para ser más precisos, la visión que la élite (política, artística e
intelectual) tuvo de México y de los mexicanos.
Pero en este contexto, sería un error pensar que aquellos artistas o
intelectuales ligados a la promoción oicial fueron meros transmisores
de la ideología estatal. En los años en que Rivera pintó su historia de
México, el enigma que había (que hay) que resolver era el de la nación
mexicana. Había una clara necesidad por aprehender la nación, por darle
forma, por buscar algo trascendente que sustentara la comunidad de los
mexicanos. Y a esta búsqueda se dieron diversas respuestas. Los murales
Mausoleo de los siglos,
cultura méxica, encontrado
el 20 de noviembre de
1900. Uno de los hallazgos
que más llamó la atención
de aquel salvamento fue
este altar que conmemora
la culminación de un siglo
indígena de 52 años, quizá
aquel ocurrido en 1455.
Diosa Coatlicue colocada para su
exhibición pública en el jardín del
Museo Nacional de la Calle de la
Moneda, donde permaneció hasta 1887,
año en que fue inaugurada la Galería de
los Monolitos, albúmina del siglo XIX.
En los murales se reconoce la línea de la Escuela Mexicana de Antropología,
fundada por Manuel Gamio,11 cuyo interés se centró en los problemas sociales y
económicos de los indígenas y del medio rural en general. Gamio sostenía que, al
ignorar las “verdaderas aspiraciones” de los grupos indígenas, el criterio con que
se les juzga no permite comprenderlos cabalmente.12 En respuesta, Diego se dio
a la tarea de fabricar un”catálogo de representaciones indígenas” acompañadas
de sus usos y costumbres, al que podríamos llamar el “indigenario de Rivera”,
tema principal de los murales.
Por otra parte, es sabido que Diego perteneció al Ateneo de la Juventud13
donde se codeó con talentosos artistas e intelectuales, con quienes emprendería el
de Diego Rivera del Palacio Nacional son una de ellas.3
Conforme el artista ganó más respeto y experiencia, los murales atrajeron la
atención de muchos estudiosos que se dieron a la tarea de describir la técnica,
composición, mensajes y trasfondo con que fueron realizados.4 Sin embargo, desde
la realización de los murales, también se han desmitiicado paradigmas, creencias
y teorías con el estudio de nuevos hallazgos arqueológicos e interpretaciones de
archivos sobre los antiguos pobladores de México, lo que ha planteado hoy día
nuevas interrogantes,5 que en cierta forma los demerita.
Este ensayo pretende destacar –en la medida de lo posible– la variedad de
fuentes que investigó el artista para recrear sus escenas, como la época de la
que datan las interpretaciones. Así, trataremos de hacer evidente el grado de
actualidad que tenían entonces las teorías antropológicas que dan trasfondo a
los murales, y nos acercaremos a Rivera en busca del investigador, tratando
de recuperar el acervo cultural que aglutinó para delinear las acciones de
sus personajes.
Por esta razón, no abordaremos los murales en el sentido en que aparecen en
los pasillos del Palacio Nacional,6 sino en el orden cronológico en el que fueron
pintados, buscando con ello reconocer la evolución en su contenido. 7
La obsesión por conocer el pasado le fue contagiada
a Diego cuando era apenas un adolescente8 y
cuenta su nieto, Juan Rafael Coronel Rivera,
que esta curiosidad se remonta a los 14 años
del pintor, cuando presenció el gran hallazgo ocurrido
en 1900 en la Calle de las Escalerillas,9 lo que sin duda despertó su anhelo de recrear
con colores la historia de esos pueblos que vivieron en lo que hoy son los cimientos de
algunas de las más antiguas ciudades de México.
Mientras Diego se ijó la meta de retratar ese momento en que la imaginación
lo transportó a su pasado y lo reconectó con sus raíces ancestrales, el Estado
encontró especialmente oportuno este espíritu vindicador para crear un corpus
iconográico nacionalista, de fácil asimilación para el pueblo, y que a la vez
propiciara cierta cohesión social.10
Biblioteca del Museo Nacional
hacia 1910. Diego pasó largas horas
consultando el acervo de la biblioteca,
donde desde adolescente era bien
conocido por el personal del recinto.
Diego plasma los rasgos característicos de cada pueblo,
distinguiéndolos por sus vestimentas, fisonomía y los
productos que les son particulares. En este caso, los
mexicas y totonacos según el indigenario de Rivera.
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camino hacia el desarrollo profesional; posteriormente, de entre ellos, el gobierno
seleccionó a los más sobresalientes para realizar distintas tareas en favor del
Estado. El artista recurriría a estos colegas en repetidas ocasiones para recopilar
contenidos fundamentados con que sustentar sus murales. En conjunto, el Ateneo
de la Juventud sentó las bases para una ambiciosa recuperación de lo nacional
como una identidad que además de real, demostrara viabilidad para el futuro.
Páginas anteriores:
Generación 1899-1907 de la
Academia de las Bellas Artes en San
Carlos. Hacia la derecha se observa al
joven Rivera alzando el rostro.
Diego resalta la inferioridad
del armamento indígena
al mostrar las flechas y
piedras que rebotaban en
las armaduras españolas sin
producir daño alguno.
Detalle del mural de la
escalera, 1929-1931.
El tema prehispánico en los murales del Palacio Nacional
El recurso de mostrar la imagen del pasado prehispánico con tintes políticos
data de mediados del siglo xviii, cuando en pleno Enciclopedismo europeo,
las descripciones e imágenes sobre los mexicanos, tenían un enfoque muy
distorsionado de la realidad. El ilósofo neerlandés Cornelius de Pauw, en su
Reserches philosophiques sur les Americains, ou Mémoires intéressants pour
servir à l´Histoire del l´Éspéce Humaine, airmaba que los nativos americanos:
No eran ni virtuosos ni viciosos… la timidez de su alma, la debilidad
Batalla de Tenochtitlan,
Lienzo de Tlaxcala, cuadro
15. Nótese cómo también
los escribanos indígenas
hicieron hincapié en la
inferioridad del armamento
americano frente al europeo.
de su intelecto, la necesidad de aprovisionarse de sustento y su
poderosa superstición, les llevaba muy lejos de la posibilidad de
mejoramiento o desarrollo… su felicidad es no pensar; ...permanece
en perfecta inactividad… es vengativo a través de la debilidad y atroz
en su venganza. Está regido por las leyes de la naturaleza animal.14
Pero De Paw no sólo pensaba así de los habitantes del
continente americano; su clima y el territorio también
le parecían nocivos, por lo que más adelante agrega:
“Los europeos que pasan por América, degeneran, como
también pasa a los animales... los criollos descendientes
de europeos nacidos [y] educados en… México… y Perú
nunca han producido un solo libro...” lo que adjudicaba
al maligno “aire estancado de [los] vastísimos bosques
[americanos]”.15
Con estas airmaciones, los méritos bélicos de la
Corona española –que vivía un acelerado declive frente
a la francesa– en sus empresas de conquista sobre los
territorios americanos, fue minimizada ante el mundo.
Otro de los argumentos era que España se había luchado
contra pueblos muy inferiores.16
Diego subraya la diferencia de armamento que se
enfrentó en el mural de la Conquista: a un lado del cañón
y los soldados, yacen inertes las rocas y lechas que han
rebotado en las armaduras de metal, tal como lo atestiguaron
los tlacuilos o escribanos del Lienzo de Tlaxcala.
Las airmaciones de Buffón y de De Pauw, fueron vistas
como una afrenta por el jesuita novohispano Francisco
Javier Clavijero, quien se dio a la tarea de recopilar
información sobre el México antiguo en bibliotecas y
colecciones europeas, así como las que se conservaban en
México.17 De ahí se deriva su Historia antigua de México
en diez tomos que saldría a la luz en 1780.
Clavijero acuñó gran parte de los principales paradigmas
sobre la historia de los mexicas y nahuas del centro de
México y algunas de las culturas que ellos conocieron y sojuzgaron, airma que “…
las naciones que ocupaban estas tierras antes de los españoles, aunque muy diferentes
entre sí… eran de un mismo carácter… genio e inclinaciones”, homogeneización que
posteriormente daría el nombre de Mesoamérica a la superárea cultural compartida por
México, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador y Costa Rica.18
El historiador jesuita compila datos sobre todos los ámbitos culturales, productivos,
políticos-religiosos e históricos de los pueblos indígenas –principalmente mexicas–
y con ello logra dibujar un nuevo rostro del México antiguo que le hacía más
justicia. Estos vientos de cambio en el pensamiento criollo y en la necesidad de
la Corona por exaltar las antiguas culturas conquistadas, repercutirían de forma
deinitiva en la lucha del territorio por su independencia.
“Grabados extranjeros del siglo XVII, inspirados
en la obra de Theodore de Bry”.
Las imágenes oficiales que ilustraron a los
mexicanos de los siglos XVI al XVIII, mostraban
a los indígenas como bárbaros indómitos,
negándoles cualquier dejo de civilización.
Los principales teóricos de la “inferioridad
americana fueron Cornelius de Pauw y
George Louis Lecrerc, conde de Búffon.
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En 1803, llega a México el barón Alejandro de Humboldt,19 quien a través
de sus estudios históricos, geológicos y botánicos del territorio, propició en gran
medida el desarrollo de la ciencia del siglo xix en México. No obstante que leyó a los
conquistadores, cronistas, frailes misioneros y otros estudiosos del México Antiguo y de
que estudió los códices en museos de Europa, 20 en un principio consideró a las culturas
prehispánicas como primitivas, de pobreza estética, y cuyos vestigios contenían “un
valor exclusivamente histórico”; para él, lo importante era: “descubrir, a través de estas
manifestaciones groseras, bárbaras... al hombre, a la sociedad que las produjo”.
Al paso del tiempo, la obra de Humboldt fue un contrapeso de las imágenes que
se conocían en el mundo sobre México, en especial al mostrar que las antigüedades
mexicanas deben estudiarse y escribirse de acuerdo con sus fuentes primitivas21 para
poder entenderlas.
Con sus libros Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de
la América y en su Atlas monumental, el barón despertó la curiosidad y el interés del
mundo literario por el pasado precolonial de México y su riqueza natural.22
Su pensamiento versaba en que las civilizaciones humanas son “una manifestación
más de la naturaleza”, por lo que incorporó las culturas americanas en el marco de las
condiciones físicas en que éstas se habían desarrollado, para concluir que todo paisaje
Los imponentes volcanes del territorio con sus cimas nevadas fueron relacionados
entonces con la grandeza de las culturas indígenas, y se convirtieron en símbolos
de identidad nacional y exaltaciones de la majestuosidad del territorio.
Humboldt se hizo de un repertorio de antigüedades, incluyendo algunos
códices colectados por Boturini y dibujos y planos de sitios arqueológicos
realizados en la Academia de San Carlos, que fueron a parar a la colección del
rey de Prusia en Berlín.
Ya en Europa, logró que numerosos artistas copiaran sus dibujos, los
reinterpretaran y los “ainaran” para darlos a conocer, lo que llevó a paisajistas
profesionales a realizar registros gráicos de la naturaleza americana, que
según él, debía verse como una “gran totalidad” que relejara la isonomía
signiicativa de una región caracterizando determinados climas.24 Los registros
de esta majestuosa naturaleza generaron imágenes aún más simbólicas de México
en el extranjero, y este nuevo rostro del país se presentó en forma de verdaderas
“postales”. Creándose también otra línea metodológica del estudio en las
academias mexicanas. 25
se anuda, por un misterioso y antiguo lazo, a la vida del hombre.23
Las Instituciones culturales del país: la Academia Real de San Carlos y
El Museo Nacional de México
Volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl,
Atlas de Humboldt, 1813. Para
Humboldt, las civilizaciones eran una
manifestación más de la naturaleza,
de tal forma que estudiando el
medio natural se podía conocer su
esencia. Por ello los escenarios más
imponentes correspondían a culturas
más avanzadas.
Leyenda de los Soles en el
Códice Vaticano Latino 3738
que fue reproducida en el libro
de Humboldt para mostrar las
“fuentes primitivas” indígenas cuyo
estudio era crucial para entender las
antigüedades mexicanas.
Portadilla de vistas de las Coordilleras y
monumentos de los pueblos indígenas de
América de Alejandro de Humboldt, 1810.
Entre las primeras instituciones ratiicadas por el primer gobierno republicano
de México están la Academia Nacional de San Carlos y el Museo Nacional de la
Antigua Universidad, cuyas tareas principales fueron el estudio de los elementos
nacionales para interpretarlos, representarlos, preservarlos y difundirlos. Aunque
esto último se hizo con un carácter clasista, la vocación nacionalista de estas
instituciones creó un vasto conjunto de colecciones, cuyo criterio de estudio
estaba ligado a los ideales humboldtianos, que crearon una tradición entre los
investigadores y maestros de ambos recintos.
El primer siglo de vida independiente del país se caracterizó por las luchas
fratricidas y la intervención de las potencias en territorio nacional, pero también
por la intensa búsqueda por solidiicar las instituciones y contar con imágenes
con las que se identiicara el pueblo. De manera oicial se encaminó a los cuerpos
académicos de la capital a centrar su atención en ello.26 La historia de ambos
recintos constituye las raíces académicas de Diego Rivera, y esto está plasmado en
su obra de forma contundente.
La representación del pasado indígena en la pintura era inculcada desde la
segunda mitad del siglo xix por artistas de la ahora Academia de Bellas Artes.27
La Piedra del Sol constituyó la postal
arqueológica por excelencia. Fue reproducida
desde 1790 en grabados, litografías,
daguerrotipos y fotografías por una infinidad
de viajeros y estudiosos. Después de pasar
años adosada a la Catedral, el monolito
fue trasladado al Museo Nacional, donde
permaneció medio siglo hasta su destino final
en el Museo Nacional de Antropología.
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Paginas siguientes:
El Museo Nacional se ubicó en la Calle de la Moneda
de 1865 a 1963, a un lado de la Administración de
Correos. Ambos edificios se encuentran adosados al
norte del Palacio Nacional de México.
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Códice Magliabecehi, detalle de
lámina 61 en el que se representa
a uno de los 4 guerreros que
se enfrentaban en el sacrificio
gladiatorio de la fiesta
Tlacaxipehualiztli que ocurría al
iniciar la primavera. El guerrero
Jaguar era una de las dos órdenes
militares más importantes del
Imperio mexica.
Códice Mendoza, lámina 67v. Entre los
cuatro capitanes principales de México,
se ilustra la imagen del Tlacochcálcatl,
cuyo significado es “Guardián de la
casa de los dardos” rango que ocupó
Cuitláhuac antes de convertirse en
Tlatoani de México el 30 de junio
de 1520, a la muerte de Moctezuma
ocurrida el mismo día al iniciar la
batalla de la Noche Triste.
Códice Ixtlixóchitl. Diego utilizó a
tres guerreros en la escena bélica
del centro del mural de la escalera,
entre otros muchos personajes,
con ello buscó mostrar la gran
especialización que tenía la clase
militar en México-Tenochtitlan y
sus aliados.
Códice Mendoza, lámina 186,
menciona que quienes cautivaban
en la guerra a seis enemigos, tenían
derecho a utilizar las insignias del
guerrero felino. Como se puede
observar, el uniforme no presenta
manchas y el guerrero no lleva
maquillaje facial como en las
láminas de los códices anteriores.
Detalles del mural Epopeya del pueblo Mexicano (1929-1931).
Izquierda:
Primeros Memoriales, foja 73v. En algunas escenas
del mural, reconocemos el uso de varios
personajes de un mismo códice interactuando,
en este caso, tres elementos procedentes de la
misma lámina.
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Lienzo de Tlaxcala, batalla de México-Tenochtitlan.
Nótese como el tlacuilo indígena enfatizó en cada cuadro
el rol de los tlaxcaltecas y totonacos aliados a las huestes
conquistadoras, luchando hombro con hombro sin ser
afectados por las armas de fuego y los caballos como los
defensores de Tenochtitlan. Diego retoma este hecho para
distribuir la proeza de la conquista entre ambos ejércitos,
indígena y europeo.
Derecha:
Primeros Memoriales, foja 73v. El personaje que
carga el Quetzalpánitl, “bandera de plumas
de quetzal” es un capitán de un escuadrón.
Estas banderas servían para que cada cuadrilla
de guerreros mexicanos supiera hacia dónde
debía dirigir los esfuerzos en la batalla. Las
crónicas cuentan que al darse cuenta de ello,
Cortés ordenó a sus soldados atacar directo a
las banderas, con lo que se desorganizaban los
ejércitos defensores de México.
Arriba:
Primeros Memoriales, foja 73v. Detalle del la insignia
de un sacerdote llamado Quetzaltzitzímitl, o “espanto
de plumas de quetzal,” esta insignia corresponde a
ciertas diosas menores, cuya energía se alimentaba
de las mujeres que morían en el parto. Los mexicas
creían que también se alimentaban de la energía del
hígado de los muertos y que en ciertos días bajaban
a matar de espanto a la gente.
Centro:
Primeros Memoriales, foja 73v. Tocado-insignia de
Tlapalquaxólotl. Igual que las banderas, los grandes
tocados servían para distinguir escuadrones de un
mismo ejército. Rivera utilizó esta insignia en dos de
sus murales.
Abajo:
Primeros Memoriales, foja 73v. Tocado de
Quetzalquaquáhuitl, o de “palos de plumas,” este
sacerdote se relacionaba con el fuego y los manojos
de plumas sustituyen a los palos utilizados para
prender la lumbre, labor que 129
estaba asociada también
con el gobernante.
Escena de la conquista de Matlatzinco por la coalición
tlaxcalteca-española donde figura Chimalpiltzintli, uno de
los guerreros totonacos de Quiahuiztlán que acompañó
a Cortés desde el principio de la empresa de Conquista
de México. Diego no omitió poner a los guerreros
tlaxcaltecas y totonacos que apoyaron a Cortés, para
enfatizarlo, dota de una espada española al guerrero
indígena que se enfrenta al sacerdote Coyote Rojo.
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De textos didácticos de la época rescatamos parte de
la teoría que se enseñaba a los alumnos de manera
elocuente:
No hay arte, yo creo, en que se usen más voces
equivocadas como en el de la pintura, lo que en gran parte
se debe atribuir a la omisión de estudios preparatorios,
que en su enorme y complicada extensión exige.28
En 1899, con sólo 13 años, Rivera ingresó a la Academia
de las Bellas Artes, en el centro de la Ciudad de México.
Por esos años de formación del artista, ocurrían numerosos
hallazgos arqueológicos que marcarían para siempre sus
intereses y a su obra.
Diego recordaba de sus maestros a Félix Parra,29
por quien sentía especial gratitud, porque “poseído
de un amor apasionado por nuestro arte indígena
prehispánico” lo llevó a ver la estatuaria antigua en las salas del Museo Nacional,
lo que motivó la búsqueda de “pequeñas piezas, en zanjas que se abrían en
Tlatelolco para la ampliación de la Aduana y drenaje de la ciudad” y lo llevó
al Mercado del Volador para adquirir esculturas. Seguramente, también fue él
quien lo orientó en la lectura de nuestro pasado prehispánico.
Entre los autores que sabemos que leyó fervientemente, igura Clavijero,
quien sostuvo que “muchos han tratado de ilustrar a estas naciones pero no hay
uno que sea del todo correcto...” reto que se dirige principalmente al ámbito de la
pintura, por lo que Diego lo asumió como suyo. Para retratar a “estas naciones”
se apoyaría en los conocimientos que la Academia había alcanzado hasta ese
momento y en las técnicas que se enseñaban en la misma.
Construcción del corpus documental del Códice Rivera
La fase Inicial, 1929-1931
Aun cuando los murales de la escalera son tratados con detenimiento en otro
capítulo de este libro, señalaremos los elementos que demuestran que Diego se
apoyó para su realización, en las colecciones del Museo Nacional y la Academia
de Bellas Artes.
Gracias a los Anales del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía,
sabemos que, hacia 1898, el recinto contaba en su primera Sala con una sección
Paginas anteriores:
Epopeya del pueblo Mexicano (detalle), 1929-1931. Este
mural sintetiza los intereses que los grupos antagonistas
buscaron imponer en la población, de acuerdo a sus
propios ideales y las guerras que se desataron.
132
Las imágenes del México
Antiguo produjeron asombro
en Europa y Estados Unidos.
Por ello se realizaron numerosas
exposiciones y se publicaron
cuantiosos estudios y catálogos
ricamente ilustrados con
grabados y fotografías que
reproducían los testimonios del
pasado mexicano.
Fachada del Museo de Historia
Natural de Londres y Pantherion
en la calle de Picadilly. Se le llamó
Egyptian Hall por su fachada
con un estilo que utilizaba
motivos egipcios. William Bullock
realizó numerosas exposiciones,
muy exitosas, por mostrar esos
“excéntricos mundos” que
intrigaban a los europeos. Ahí dio a
conocer algunas piezas que obtuvo
en México, reproducciones de los
monolitos del Museo Nacional y de
códices prehispánicos, algunos de
los cuales hoy se encuentran en las
colecciones del Museo Británico.
Es notoria la influencia de los salones del
Museo Nacional en la obra de Diego. En
esta foto de la Galería de los Monolitos
reconocemos tres esculturas mexicas
que se reproducen en los murales de la
escalera, como se verá adelante.
133
de “Tributos... una de armas... arcos y lechas, hondas, mazas y clava... la
macana... el escudo…” Y otra de instrumentos musicales donde se exhibían
teponaxtli y huéhuetl”30
Sobre el ediicio, agrega su director Jesús Galindo y Villa en la Breve
reseña del Museo Nacional de 1923, que contaba con una sección de pinturas
indígenas, en la que se presentaba una gran colección de códices, expuestos
según su edad y contenido: rituales (mitología, astronomía religiosa, arte
adivinatorio, cantos, himnos a los dioses, calendario ritual), temas históricos;
temas geográicos; temas diversos; iliación étnica (nahuas, mixteco-zapotecas,
mayas, tarascos), etcétera.31
Entre los códices estaba la Matrícula de tributos y el Códice Mendoza
en los que Diego se inspiró para pintar gran parte de los atavíos que llevan
los ejércitos indígenas en este mural. La genialidad del artista se hace
presente con un pequeño detalle: del conjunto sobresale el guerrero que
capitanea la batalla, al centro, junto a un Moctezuma –que da la espalda
al pueblo– confrontado por un Cuauhtémoc vestido de guerrero águila; se
trata de Cuitláhuac cargando una bandera con el glifo que representa su
nombre, tal como está en la lámina xxi del Códice Mendocino. Con ello se
alude seguramente al momento en que los indígenas se revelaron contra los
españoles que tenían cautivo a su señor Moctezuma. Es ahí cuando se entera
de que Cuitláhuac, su hermano, ha sido designado como nuevo tlatoani y
que harían frente a los españoles.
Guía para visitar los salones de
Historia del Museo Nacional, Jesús
Galindo y Villa, 1899, Imprenta
del Museo Nacional.
Códice Mendocino, Lámina XXI.
El glifo en el ángulo superior de la
izquierda designa a la población de
Cuitláhuac y no al personaje. Su
significado puede interpretarse como
“agua hedionda” o bien, “agua de
oro.” En los códices coloniales, se usa
el primer significado para designar
al personaje por ser más acorde con
su muerte a manos de la viruela.
Diego prefiere el segundo significado
por lo que echa mano del glifo de la
población en el códice.
El personaje de la derecha que lleva a cuestas
una bandera es Cuitláhuac, al centro, está
Moctezuma de espalda y el Guerrero Águila
que le arroja una piedra, es Cuauhtémoc.
134
Para representar a las huestes
españolas, Rivera contó con la ayuda de
la salas del Departamento de Historia del
Museo Nacional, en las que al momento de
pintar estos murales (1929) se exhibían
“...retratos del conquistador don Fernando
Cortés; ...restos de las armaduras de
soldados españoles...” También tuvo
acceso a los modelos de los “personajes
ilustres de la época colonial”, 32 entre
los que se exhibía el retrato del peril de
fray Bernardino de Sahagún, de cuyos
escritos –ampliamente consultados por
Rivera– se han podido extraer numerosas
descripciones de la religión, la sociedad y
la cultura de los mexicas.
Asimismo, echó mano de piezas especíicas exhibidas en la Galería
de los Monolitos como la Pila de agua bautismal, realizada con el
cuerpo de una serpiente emplumada decapitada a la que le fue
tallada la base.33
En este mural también encontramos inluencias de las obras
exhibidas en la Academia de San Carlos, como el retrato de fray
Bartolomé de las Casas que pintó Félix Parra y que causó muy
grata impresión al pintor. En este cuadro reconocemos al padre
Las Casas estremecido por la brutal muerte de un indio, con una
mujer a sus pies acogiéndose a la protección de la religión. En
la interpretación de Rivera, el religioso protege a un grupo de
indios con la cruz del implacable látigo de Cortés.
Diego circunscribió estas obras a las narraciones de
historiadores religiosos (Bartolomé de las Casas y San Bernardino
de Sahagún, entre otros), y de cronistas como Hernán Cortés y
Bernal Díaz del Castillo, así como de la compilación que sobre estos
últimos realizó Francisco Javier Clavijero, para tratar los temas de
Quetzalcóatl, la Conquista y el proceso de colonización. Todos estos
libros permanecen exhibidos en su librero de la Casa Azul, donde
seguramente también pasó horas estudiando.
En estas crónicas están documentados, entre otros acontecimientos, las
vejaciones sufridas por las indígenas mexicanas, el uso del hierro para marcar
a los esclavos y la quema de los códices por parte de los religiosos enviados a
Armadura española que se
conserva actualmente en el
Museo Nacional de Historia, en el
Castillo de Chapultepec, a donde
fueron trasladadas las colecciones
históricas del Museo Nacional
en 1939. La similitud con el
conquistador que monta a caballo
en el mural es evidente.
135
La evangelización y bautismo de los indios
de Nueva España fue un tema conmemorado
recurrentemente en la plástica novohispana, exaltaba
la ardua labor de los misioneros religiosos. Bautismo
de Mexicatzin.
evangelizar a los indígenas que tanto le impactaron.
William H. Prescott rescata aquel pasaje en que:
Recogieron sus libros de jeroglíicos de todas
partes... y fueron llevados a la plaza del
Mercado de Tlatelolco. Allí formaron con ellos
una montaña, y, en un momento dado, por
todos lados se acercaron frailes que aplicaron
sus antorchas a este gigantesco cúmulo de
erudición americana.34
Este hecho ha impedido conocer el pasado precolombino
y acercarse a las creencias e historia de estos pueblos.
En los pocos códices que se conocen –muchos de ellos
exhibidos en la Sala de Pintura Indígena en el Museo
Nacional– se observa un carácter enciclopédico e
ilustrativo de prácticas, creencias e historia, y algunos son
verdaderos tratados de leyes, herbolaria o astronomía.
Tres de los tratados más completos sobre prácticas,
políticas, creencias e historia, que emulan a los códices
prehispánicos son el Códice Florentino, el Códice
Mendoza, y los Primeros Memoriales del Gran Palacio.
El primero de ellos nos llama la atención, ya que era
una de las “joyas bibliográicas” que entonces podía
ser leída y consultada en la Biblioteca del Museo Nacional.35
En la parte de abajo del muro de la escalera se lleva a cabo una espectacular
escena de batalla que se ha tildado de “carnavalesca.”36 Sin embargo, estos
“pintorescos” personajes proceden de las láminas
75r y 79r de los Primeros Memoriales. Se
trata de sacerdotes y no de guerreros, lo que
da mayor valor al mural, puesto que los
conquistadores mencionan que una vez que
dieron muerte a la lor de la nobleza guerrera
mexicana, los sacerdotes, con formación militar,
también se encargaron de defender su ciudad.
Son innumerables los detalles históricos y arqueológicos que alineó Diego a
fuentes gráicas. Su extraordinario manejo de ellas se debió en parte a la amistad
que entabló con Eulalia Guzmán, encargada de la Biblioteca Nacional, lo que le
permitió profundizar en las fuentes y aprender a interpretarlas. Fue así como se
aproximó a los códices, ya que éste era el principal interés de la investigadora y
Primeros Memoriales láminas 75r y 79r.
(Iztacóyotl y Tlecóyotl)
Diego enfatizó que los conquistadores
no se enfrentaron a los ejércitos
mexicanos, sino a los cuerpos
sacerdotales de instrucción militar
que sobrevivieron a la matanza del
Templo Mayor.
Detalle del mural Epopeya del pueblo
mexicano que recrea la quema de los
códices o libros indígenas. Esto significó
la pérdida de casi todo el conocimiento
precolombino de América.
Maduración del Códice Rivera, idealización del pasado perdido, 1942
En numerosos estudios se ha otorgado a Rivera el epíteto de antropólogo, de lo
que se deduce que su aproximación a las fuentes historiográicas se debió a su
inclinación hacia la antropología, que consecuentemente inluyó en su forma de
pintar. Sin embargo, es más probable que el artista sintiera la necesidad de contar
con argumentos para fundamentar sus escenas, y así fue el pintor quien necesitó
de teoría, y no el antropólogo quien buscó materializar sus teorías con imágenes.
Es evidente que Rivera partió de lo más conocido de la historia de México para
adentrarse en la investigación sobre los sinuosos caminos del misterio prehispánico
en busca de contenidos, de acuerdo con la metodología aprendida en la escuela. En
la introducción al manual al curso La pintura general o de paisaje y la perspectiva
escrito por Eugenio Landesio (1810-1879), antiguo profesor de la Academia de
Bellas Artes (San Carlos) encontramos los pasos que debió seguir el artista:
Pila bautismal elaborada a partir de la
escultura de una serpíente emplumada
que fue decapitada, volteada y excavada
en la base para crear un recipiente.
Actualmente se exhibe en el Museo
Nacional del Virreinato.
136
El sacerdote coyote (centro)
ataca a un soldado español con
una vara tostada por entre los
intersticios de la armadura.
también el suyo. Los siguientes murales estarían dedicados a recrear los “códices
perdidos”, como se explicará adelante.
Para la elaboración de su propio “códice” Diego decía haber tenido cuidado
en “autentiicar cada detalle con investigación exacta, porque no quería dejar
a ninguno, la posibilidad de desacreditar los murales en su todo,” por caer en
“detalle cualquiera” que fuera una invención.”37
Primeros Memoriales láms. 75r y 79r.
(Iztacóyotl izq.Y Tlecóyotl der.)
Diego enfatizó que los conquistadores
no se enfrentaron a los ejércitos
mexicanos, sino a los cuerpos
sacerdotales de instrucción militar
que sobrevivieron a La Matanza del
Templo Mayor.
137
Penacho de Moctezuma al que Abelardo
Rodríguez mandó a hacer una réplica en 1936.
Su importancia se debe a que éste es uno de los
pocos testimonios que se conocen del refinado
arte plumario prehispánico.
El pintor general debe conocer dos ramos: Localidades y Episodios,
que es lo mismo que decir: Paisaje y Figuras Humana y Animal. De
suerte que la pintura general y particular, son distintas, independientes
una de otra, aunque hermanas, y hermanas gemelas... esta pintura
[la particular] es más apta para la decoración, así como le gana la
otra [la general], y con mucho, para la instrucción.
El pintor general que quiere dedicarse a... los géneros de la sección
historia... debe seguir estudiando aún con mayor cuidado, la forma,
postura, expresión de los personajes que se les presentan a la vista...
observando y escogiendo en ellos lo más selecto.38
Para lograr lo anterior, debía hacerse reconocible tanto
al personaje que protagonizaba la acción, como el entorno
y lugar en el que se situaba la escena, y esto último le
daba mayor veracidad al hecho.
Vasija efigie, zapoteca, ca. 200-850
d.C. En la Tumba 7 de Monte Albán
se encontró la ofrenda funeraria de un
rico gobernante mixteca enterrado
en la ciudad sagrada de los zapotecas.
Diego relacionó además, las máscaras
mortuorias que se creía servían para ser
colocadas en la cara del difunto con el
dios zapoteco de la muerte, Piquete Yya
Dzandaya, del que el Museo Nacional
contaba con una famosa vasija.
Esta búsqueda no sólo era enseñada, se respiraba
como un espíritu de aquella época en México. El
arquitecto Carlos Obregón Santacilia, nacido en
1896, se reiere al mismo de la siguiente manera:
[Este espíritu] trae consigo un deseo de conocer y volver a lo nuestro,
hay una consigna nacionalista en el ambiente; al derrocar al régimen...
porirista, se lucha también contra el afrancesamiento, que era una de sus
características. En pleno 1920 nos encontramos descubriendo México. 39
Puede decirse que a partir de esta generación lo que caracterizó a la cultura
mexicana durante tres o cuatro décadas fue este compromiso en el campo del
arte, que oscila entre una expresión auténticamente mexicana y una formación
moderna y cosmopolita.
Más que una “utopía al revés, no de lo que será sino de lo que fue… una etapa
ideal del hombre”, Rivera intenta recrear, con la mayor realidad posible, la vida
cotidiana de las sociedades prehispánicas a través de sus propios vestigios.
Pasarían 11 años para que retomara el proyecto de los murales del Palacio. En
esta nueva oleada de imágenes buscó representar individualmente las principales
culturas de México.
Cultura zapoteca (arte plumaria y orfebrería), ca. 1942
En el primer mural que pintó Rivera después de la escalera central, se nota la
osada travesía a la que se lanzó y las diicultades que experimentó en el transcurso
Página opuesta:
Mural Cultura Zapoteca, arte plumario y orfebrería, ca. 1942, (4.92 x 3.19 m.)
138
Diosa 13 serpiente, zapoteca, ca. 200-850 d.C.
Esta escultura de barro formó parte de las
colecciones del museo desde finales del siglo
XIX. Es casi de tamaño natural y presenta
atavíos y vestimenta muy realistas. Nótese
cómo Diego reprodujo su perfil y tocado
fielmente en la mujer que coloca la máscara al
gobernante.
139
Matrícula de Tributos, lámina 20, que muestra
los tributos que debían entregar varias
poblaciones de Guerrero. Entre ellos, tres trajes
“insignia” como los que están produciendo los
amantecas zapotecas del mural.
Primeros Memoriales, folio 72v. En esta
lámina se ilustran algunos atavíos que
utilizaban los sacerdotes mexicas en
sus fiestas de las veintenas. El enorme
volumen de indumentarias que requería
el Imperio era producido por las
provincias sometidas, entre las cuales
estaba Teozapotlan (Zaachila), capital de
los zapotecos posclásicos.
Página opuesta:
Nótese la similitud del escudo y el tocado que elaboran los
amantecas zapotecos en el mural con las insignias de los personajes
de los Primeros Memoriales.
140
141
142
143
de su creación. Su visión del pueblo zapoteca ancestral,
se traslada a una dinámica escena del diario convivir
de numerosos gremios que muestran sus habilidades.
Convergen en el mismo encuadre gobernantes, artistas del
arte plumario, lapidarios y orfebres con escenas del hogar
y oicios al fondo. Para dar un mayor realismo al mural,
Diego ubica las acciones en las márgenes de un valle, que
si bien hace reconocible el ambiente –hoy extinto–, de los
valles de Oaxaca,40 no da cuenta de un ángulo de visión
preciso de alguna población identiicable.
Es muy probable que su decisión por ocuparse de la
cultura zapoteca tuviera como motivación el descubrimiento
de la Tumba 7 de Monte Albán en 1932, de donde se
extrajo la más rica ofrenda funeraria en toda Mesoamérica,
conformada por un rico tesoro de joyas de oro y piedras
preciosas. Su amistad con Alfonso Caso, encargado de la
exploración, debió suponer ventajas para recopilar la información que utilizaría en
el mural. Sin embargo, Caso debió estar muy ocupado en aquel tiempo, escribiendo
su libro Culturas mixteca y zapoteca, publicado en 1942, y en el que se dio a la
tarea de distinguir a los zapotecos de los mixtecos.
Al comparar el apoyo que tuvo Diego con las colecciones del Museo Nacional
y San Carlos para pintar sus anteriores murales, salta a la vista que en éste,
no retrata uno sólo de los objetos extraídos de la Tumba 7 y sólo aparecen dos
objetos reconociblemente zapotecos (muy famosos por cierto), de los que Caso
había publicado un extenso estudio en 1928, titulado Las estelas zapotecas.41
Diego buscó ser lo más minucioso
posible, retrata incluso la forma en
que las aves eran conservadas vivas
para contar siempre con materia
prima, las plumas.
Las excavaciones en Monte Albán de
Alfonso Caso 1934-1935. Son muchos
los autores que aseguran que Caso
ayudó a Diego con la investigación
para este mural. Sin embargo, para
1942 él también trabajaba en su libro
Culturas mixteca y zapoteca. El mural
no contiene información que nos
permita reconocer esta “ayuda”.
El arte de la plumaria se mantuvo en
uso después de la conquista para elaborar
artículos propios de la religión cristiana.
En este caso, un tapacáliz del Museo
Nacional de Antropología que sintetiza
la idea de la sangre divina de Cristo con
la simbología indígena, es decir, una
corriente de agua de cuya boca sale una
llama de fuego, símbolo de la sangre.
Las voluminosas presas obtenidas eran
trasladadas en grandes jaulas que los “tamemes”
cargaban en la espalda y llevaban hasta los
talleres, cuyas especialidades en reinación,
formado, ensamblaje y acabado son ilustradas
y explicadas paso a paso en el llamado Códice
Florentino.
Hay un control implícito entre las diferentes fases del trabajo y el número de
especialistas que lo realizaban. Los maestros debieron ser asistidos por varios
aprendices que iban especializándose en las diferentes etapas del proceso, y los
secretos de la metalurgia se heredaban de padres a hijos.44
En la biblioteca de La Casa Azul, encontramos también la antología de fray
Bartolomé de las Casas Los indios de la Nueva España, que al describir el proceso,
se enfoca en los instrumentos y vasijas que utilizaban en cada procedimiento:
Todo esto hace fundiéndolo, y vaciándolo... sacan un vaso como jarro
o una como caldereta con su asa de vaciado, como una campana no
pegada al asa, sino suelta, que se anda de una parte a otra… una de
plata y otra de oro.45
Es evidente que Diego preirió las amplísimas descripciones de los modos de
producción –sobre todo de los mexicas– de los cronistas del siglo xvi para recrear
las actividades cotidianas de este pueblo.42
Oaxaca es una región rica en oro, plata y cobre, por lo que ahí se desarrolló
una elaborada orfebrería. Antes de la llegada de los españoles, la región contaba
con la fama de centro productor de oro tanto en bruto, como trabajado con el
estilo propio de la región. Esta colosal producción requería de una también muy
abundante mano de obra y eso es lo que el mural pone en la mesa.
En el mismo nivel del mural, dedicado al aprovisionamiento de materias primas,
el pintor coloca al gremio encargado de capturar aves, cuyas plumas servirían de
elemento para los amantecas. Diego supo de la técnica prehispánica para atrapar
vivos a los animales por los escritos de Clavijero:
Otro gremio de gran prestigio era el de los amantecas, artíices del
arte plumario que de acuerdo con Sahagún, realizaban:
Todo género de aderezos propios para la danza... penachos de pluma
de quetzal, lecos para los brazos, cintas de enredar en los brazos
con piedras; plumas, abanicos y mosqueadores… primero [hacían]
el modelo, como habrán de ejecutarlo: los que lo diseñan primero
son los escritores y pintores. Buscan un Maguey bueno, y en él
fortalecen el algodón. Luego encima tienden, estiran y aprieten el
algodón… a un lado y a otro, lo adelgazan. Cuando se hace largo, se
En un bosque... y en el lugar a propósito para tender el número de lazos
y redes, hacían un gran bloqueo de dos o tres leguas, según el número
Orfebres, detalles del Códice Florentino.
144
de los animales que intentaban cazar;
pegaban fuego por todas partes al heno
y hierba, y al mismo tiempo hacían un
ruido tremendo de tambores, bocinas,
gritos y silbos… y continuando el
estrépito iban estrechando más y
más su cordón hasta dejar un espacio
cortísimo a la caza.43
Nótese como la descripción del
padre Las Casas es fielmente
retratado en el mural.
Páginas siguientes:
Ya que en las crónicas se exaltaba en gran medida la fama que
los zapotecos tenían como artistas de la pluma y el oro, Diego
busca exaltar también la gran cantidad de fuerza de trabajo que
se requería para extraer las materias primas. Podemos observar
el proceso para capturar las aves equiparado con la técnica para
separar el oro del limo del río a través de los placeres.
145
146
147
desprende con un gancho. Se perila
el contorno... cuando se acaba de
pintar... se extiende encima un
papel de amate, con el cual se
refuerza enteramente.46
Y para ilustrar los instrumentos,
Diego se apoya nuevamente en Las
Casas: “Tomaban de las plumitas
de todas colores que tenían en sus cajoncitos sus vasos, distintas y apartadas…
pegábanlas con cierto engrudo muy sutilmente.”47 Es como si el artista
hubiera enlistado los elementos y acciones descritas para irlas materializando
gráicamente, una a una: “La paletilla de metal... con que se cortaba la pluma,
y la plegadera de hueso con que se pega, y el pincel y la cazoleta de pluma con
que pintan.”48
Las concordancias de un mismo relato en las fuentes documentadas por Diego
aparecen en algunas encrucijadas gráicas, como el tocado y el escudo de calavera
en el folio 76r de los Primeros Memoriales, productos que, si no los mismos, eran
elaborados unos muy similares por orfebres y amantecas de Oaxaca, y tributados
Códice Florentino, Folios 53r y
54v. El horno se encendía y
continuamente se avivaba el fuego
con cañutos o tubos por los que
se soplaba aire, se introducían por
pequeños orificios hechos en las
hornillas. Este método se empleaba
para purificar el metal que era
recogido en el fondo.
al Imperio mexica.
La culminación de los trabajos ocurría con la inspección de los gobernantes,
quienes eran responsables de la calidad de los tributos. Sahagún describe al
gobernante zapoteca vestido de:
Imágenes que describen el proceso de
la orfebrería en el Códice Florentino. En
este caso, se trata de la colocación del
metal en el horno para fundirlo.
La naturaleza de la escena parece basarse en lo más cercano que
Diego pudo encontrar a la conformación de la sociedad zapoteca, de la
que existían más dudas que respuestas:
Sabemos que los zapotecas sobresalieron en otras artes:
tejidos, adornos de plumas, etcétera, pero desgraciadamente
no se conserva ni un solo ejemplar de esta clase, por lo
que nuestro conocimiento se limita exclusivamente a las
relaciones de los que vieron dichos objetos. Sin embargo,
se toma por conclusión generalizada que la aparición de la
orfebrería y quizá de los amantecas tuviera cierta inluencia
zapoteca.50
Tampoco se podía saber a qué fechas correspondían los hallazgos
zapotecas más antiguos. Algunos meses antes, Alfonso Caso escribe al
respecto que:
Es imposible indicar ni siquiera… la fecha de esta Época
I de Monte Albán, pero por el estilo de los hallazgos, es
posible conectarla con la civilización arcaica del centro de
México y con ciertos objetos de barro y de jade llamados
“olmecas” que se encuentran distribuidos desde Michoacán
hasta Guatemala.51
...traían mantas, otros como unas chaquetillas y otros, maxtles con que
cubrían sus vergüenzas. Sus mujeres son grandes tejedoras. Traen y usan
unas ajorcas muy anchas de oro, y sartales de piedras a las muñecas, y
joyeles de piedras al cuello y joyeles de oro; también cótaras, como los
hombres, pero las que traen los hombres son más pulidas.49
Aun cuando Diego ilustra el mural con
las descripciones que Sahagún hizo sobre
los mexicas, se sabe que este pueblo
importaba mano de obra desde Oaxaca
para realizar sus joyas, por lo que la
técnica es netamente oaxaqueña.
Bartolomé de las Casas describe que hay dos procedimientos
para hacer las obras de plumaria: “...el primero consiste en
pegar la pluma con pegamento y así queda hecha aquella obra.
El segundo es atar con cordelillos e hilos de algodón, con lo
que la obra queda hecha”.
148
Fray Bartolomé de las Casas, Historia
de la destrucción de las Indias Occidentales,
1618. Las Casas estimó necesario cambiar
la idea de que los indios no tenían
la capacidad de entendimiento para
gobernarse por sí mismos. Por ello exaltó
los grandes alcances que en materia
de organización se podían observar en
Tenochtitlan. Llamó la atención de cómo
cabían en la plaza del mercado “…sobre
200,000 animales... y …todos los oficios
... cada especie de mercaderías tiene
distinto su asiento y lugar…”
Quizá por esta razón, Diego utilizó la igurilla que se presenta en el
recuadro izquierdo de las grisallas horizontales, al centro, perteneciente
al estilo olmeca, de las que contaba por lo menos con tres de ellas en
su colección.
El antropólogo estadounidense Matthew W. Stirling (1876-1975)
tuvo a su cargo la National Geographic Expedition de 1938 a 1946,
y se abocó a la exploración de tierras olmecas, pero fue hasta 1940
cuando se aventuró a caliicar “los productos misteriosos de este
arte” con el nombre de olmecas y en 1942 el término fue aceptado
de forma deinitiva.52
A pesar de que Diego “pertenecía” al círculo académico de entonces en
el museo, nos revela que ciertos investigadores de alto nivel –entre ellos
Caso–53 lo consideraban poco serio, imaginativo y en pocas palabras,
que sus hipótesis, a las que llamaban “Diegadas” eran especulaciones
fantasiosas de un artista, y no de un antropólogo o arqueólogo serio.54
149
Relación de Michoacán, lámina XXIX. En la explicación de
los oficios mostrados en la lámina leemos: “...los tejedores
de guirnaldas… los fundidores de metal, obreros, orfebres…los
navajeros” que Diego coloca en el mural.
150
151
Extracción y traslado de la obsidiana. La obsidiana constituyó
la materia prima más importante del México Antiguo, ya
que de ella se extraían las navajas y cuchillos con que se
fabricaban las armas y herramientas cortantes. No sólo se
trata de una industria muy activa, sino estratégica para los
estados militaristas, por lo que fue controlada por el Estado.
El trabajo de las piedras preciosas. Las tallas de
esculturas, máscaras y adornos en piedras preciosas
fue una labor muy difundida en el México
Antiguo. Sorprende el gran detalle y pulimento
que lograron utilizando sólo taladros motorizados
con arco y buriles de láminas de cobre.
Figurilla olmeca tallada
en piedra, ca. 1000 a.C.,
Museo Anahuacalli. La
cultura olmeca se desarrolló
principalmente en los estados
de Tabasco y Veracruz entre
los años 1400 y 400 a.C. El
estilo olmeca se dispersó
hacia los cuatro rumbos del
territorio mexicano.
Máscara teotihuacana realizada en serpentina,
ca. 200-600 d.C. Museo Diego Rivera
Anahuacalli. El trabajo en piedra dura en la
Mesoamérica del Clásico requería de la talla de roca
contra roca y ayuda de taladros de arco con buril de
madera y polvo de otras piedras duras en la punta
para devastar el material.
152
Tameme, Tradición de las Tumbas
de Tiro, 200 a.C.-600 d.C., Museo
Anahuacalli. El oficio de cargador
tenía una gran importancia debido
a la ausencia de animales de carga
en Norteamérica, por esta razón,
todas las culturas del México
Antiguo utilizaron este sistema para
transportar materiales y mercancías.
Los objetos en piedras preciosas estaban
destinados a las clases nobles, sacerdotales
y militares, así que el Estado controlaba
también los talleres en que se producían.
Penate teotihuacano, Museo Nacional de
Antropología, ca. 100-300 d.C. A todas
luces, el hacer pasar esculturas como estas
como obras zapotecas fue un error de
Diego, sin embargo, Monte Albán en su
fase III-A (350-500 d.C.) presenta una
marcada influencia teotihuacana –incluso
una posible ocupación militar- que sería
comprendida varios años después.
Entre las piezas que producen
los lapidarios representados
en la grisalla se encuentran
ejemplares de las culturas
olmeca y mezcala de Guerrero,
que para aquel tiempo no eran
del todo comprendidas.
153
Esto se debió a que en muchos casos recurrió a “licencias” documentales
para rellenar los amplísimos huecos que aún no encontraban los arqueólogos y
antropólogos.55 En realidad la estructura social, presente en el mural, se describe
ampliamente en la lámina XXIX de la Relación de Michoacán,56 en la que aparece
la sociedad de los purépechas o tarascos, reconocidos también por ser grandes
metalurgistas y amantecas.
Cultura tarasca, pintores y tintoreros, 1942
Es determinante en la escultura tarasca la economía de medios.
No es simplicidad primaria, no; es una maestría
que les permite decir y expresar de una manera
perfecta su sentimiento humano de las formas,
en las que luye una inísima gracia, una manera
de burla y a las veces una terrible ironía,
un terror sagrado. 57
Quizá con un furor más estético, hacia 1940, se vivía un boom tarasco en el
ámbito antropológico mexicano. Al caudal de objetos que fueron excavados en
aquel tiempo –clandestinamente en su mayoría–, así como al interés mostrado
por los círculos artísticos mexicanos hacia el arte que procedía del Occidente de
México, conocido con el nombre generalizado de “tarasco” le eran adjudicados
valores estéticos muy novedosos para el México Antiguo.58 Salvador Toscano, por
ejemplo, airmaba que su cerámica era: “fundamentalmente escultórica, se alza
grave y maravillosa sobre el resto de las culturas indígenas de América.”
Desde inales del siglo xix todos estos objetos eran mostrados en el llamado
“Salón Tarasco” del Museo Nacional, sin importar su procedencia –Nayarit,
Colima, Jalisco, Michoacán o Guanajuato– ni temporalidad. El interés
generalizado por esta cultura, como es natural, produjo numerosos estudios que
a la larga permitieron vislumbrar que en dicha región aparecían tres principales
estilos, separados en el tiempo, y con diferencias notables.
Hacia 1940, el historiador de arte mexicano Manuel Toussaint nos precisa
detalladamente que:
Se designa convencionalmente con el nombre de pueblo tarasco al que
habita la mayor parte del actual estado de Michoacán… [este pueblo]
pudo dominar a los de Colima y a los de Jalisco, con relativa facilidad;
Página opuesta:
Cultura Tarasca, pintores y tintoreros, 1942, (4.92 x 3.20 m.)
154
155
La predilección de Diego por ciertas piezas
de su colección la podemos observar en
fotografías que le tomaron al artista cuando
las estudiaba, quizá al mismo tiempo en
que realizaba los murales. El maestro
edificó en su casa un templete de manera
similar a la maqueta.
Rafael Coronel Rivera, nieto del pintor,
dice que en el catálogo del Anahuacalli
de 1970 se consignan 59,400 piezas
arqueológicas, algo menos de la mitad
de piezas con que hoy día cuenta el
Museo Nacional de Antropología pero
que en aquel tiempo, le hacían competir
cuantitativamente como la colección
precolombina más numerosa de México.
Maqueta cerámica de la tradición
Culturas de las Tumbas de Tiro,
procedente del Occidente de
México, elaborada entre los años
200 a.C. y 600 d.C.
156
Nótese la similitud de la escena en
el mural con la maqueta cerámica
de la colección de Diego, que hoy
se exhibe permanentemente en el
Museo Anahuacalli
157
Los colores que empleaban en sus pinturas, que eran muchos
y bellísimos [los sacaban] de la madera y hojas de varias
plantas, de lores, frutas y de tierras minerales. El blanco de
la piedra mineral chimaltzícatl, después de calcinada, o
del tizatlalli, que es una tierra mineral que se halla en la
laguna... el negro asciende [de] otra tierra mineral que
llaman tlallihíyac o del tetlilli o del hollín que forma el
humo del ocote... el azul de la tierra mineral nombrada
tezatli... el color escarlata hacían de los gusanos del
achíotl cosidos en agua, y el morado y otros bellos colores,
de la cochinilla. El amarillo se sacaba del xochipalli... Sus
lores, que son bellas cosidas en agua con nitro, les daban
un bello amarillo anaranjado. 63
pero esta dominación política no implicó
forzosamente sustitución de culturas, sino
solamente intercambio de inluencias. Por
eso no es posible aceptar... los productos
de Colima y Jalisco... como tarascos.59
Aunque esto último ya ha sido aceptado, incluso
entonces los estudiosos del tema se cuestionaban
si la cultura tarasca y la colimense habían sido
contemporáneas; sus similitudes se adjudican al
origen más temprano de la segunda, lo que reairma
la unidad cultural de las regiones de Mesoamérica
pero sobre todo, su continuidad regional.60
Las noticias más tempranas –relativamente
pocas– que consultó Rivera sobre los tarascos aparecen en las crónicas del siglo
xvi. Nótese cómo nuevamente, el texto dirige el escenario, las actividades y la
psique de los personajes.
Fray Toribio de Benavente Motolinía se reirió a esta región como:
La nación de Michoacán... tiene muy buenas aguas de ríos de fuertes...
grandes estanques y lagos que se navegan con acales o barcas… hay en
este reino muy gentiles montañas de buena madera, y muchos cedros y
cipreses; hállase en esta tierra piedra negra de la que sacan las navajas.61
Las bondades del territorio también llamaron la atención de otros
cronistas. Fray Bartolomé de las Casas describe su fertilidad y abundancia de
“mantenimientos”, entre los que destaca el algodón como materia textil de que
decía había “mucho, bueno y barato”. La región desde entonces era conocida
por producir:
…muy buena ropa de algodón, de la buena (la mejor) que se halla
en toda la nueva España. [El padre Las Casas agrega que tenían]
oiciales de cosas de algodón que hacen camisas y... mantas para
sus camas, blancas, negras, pintadas de muy inos colores, gruesas,
delgadas... lienzos con el cielo de diversas maneras y otras que
parecen de damasco blanco.62
Por su parte, la extracción de colores tiene un especial interés para Clavijero,
quien la describe de esta forma:
158
Relación de Michoacán, lámina
XVIII. Aunque esta lámina
reproduce las principales
clases sociales de los tarascos
o purépechas, el artista sólo la
utilizó como guión para el mural,
ya que gráficamente, rompe con
el estilo que utiliza desde los
primeros murales.
Esculturas de cerámica de
gobernantes de la tradición
Tumbas de Tiro, realizadas en el
occidente de México entre el 200
a.C. y el 600 d.C.
Sobre este mural se ha hecho énfasis en la diversidad de elementos de las
Tumbas de Tiro que Rivera utilizó erróneamente, sin embargo, la pintura está
basada en la lámina XVIII de la Relación de Michoacán, 64 donde se enlistan las
correspondencias socio-productivas de los purépechas.
Este pasaje es del todo revelador, quizá para entender la idea que el artista
quiso representar sobre la sociedad tarasca o purépecha, y en él se incluyen
los nombres y las responsabilidades de los principales oiciales del Cazoncin o
gobernante en su estructura social. En primer lugar se señala a los piruuaqua
vandari, “señores del hilo” encargados de:
Recibir y cuidar las telas, mantas y algodón que entraban como
tributo. Esta era la clase más importante, porque las telas y las mantas
servían generalmente, en la región y fuera de ella como dinero.
De la misma forma se describe a los:
Cazadores de aves acuáticas, jefe de los cuales era el kuru hapindi,
“señor de las codornices”, los pescadores, representados a la derecha,
de los que se distinguían los varucha, que pescaban con el cesto. Los
artesanos propiamente dichos, están representados arriba a la derecha
detrás del gobernador, a ello se agregan los fabricantes de cotas de
malla de algodón basto y escudos, siguen a la derecha los tecacha,
“gente de las habitaciones” o carpinteros, y detrás de ellos los
pucuriquacha a quienes competía la inspección de los bosques
y vigilar el corte de la madera y el labrado de las vigas y tablas.
Frente a los carpinteros vemos a los pintores, cuyo jefe es el llamado
en el texto chunicha, debajo de ellos, los canteros, caca-cha.65
Vasija zoomorfa, culturas de las Tumbas de Tiro,
Museo Anahuacalli, ca. 200 a.C.-600 d.C. Diego
hizo una selección de piezas de su colección
basándose en las características que les permitieran
adaptarse a cotidianidades que en ocasiones
parecen triviales, pero que capturan el pasado
diario de las culturas que los produjeron.
159
Páginas 160-165:
Dibujos preparatorios para las escenas de los gremios “pintores” y “tintoreros” para
el mural. (Col. Galería Nacional, donación de A. J. Covacevich del Río, México).
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Mendieta describe a los gobernantes tarascos con: “un trenzado
de pluma, y la garganta collares de turquesas, y los agujeros de
las orejas unas orejas grandes de oro. Atábanle en los brazos dos
brazaletes de oro, y en el horadado del labio o beso bajo poníanle
un besote también de turquesas”. (Detalle de Cazoncin y mujer).
Códice Borbónico, página 3. A falta de un
tonalámatl o calendario tarasco original,
Rivera utilizó el único códice original
mexica con esta temática que aún se
conserva, abierto en las láminas 3, 4 y 5.
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Escultura antropomorfa femenina,
culturas de las Tumbas de Tiro, 200
a.C. a 600 d.C. Para Rivera debieron
ser especialmente simbólicas estas
esculturas de personajes importantes
del Occidente de México, ya que
miden aproximadamente 140
centímetros, raros ejemplares que
seguramente ejemplifican el último
periodo de refinamiento en el arte
cerámico de esta cultura.
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Tameme, tradición de las Tumbas de Tiro,
200 a.C.-600 d.C., Museo Anahuacalli.
El oficio de cargador tenía una gran
importancia debido a la ausencia de
animales de carga en Norteamérica, por esta
razón, todas las culturas del México Antiguo
utilizaron este sistema pata transportar
materiales y mercancías.
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jeroglíica, aunque no sería remoto que hayan
usado símbolos convencionales conocidos de
antiguo por otros pueblos.68
El medio ambiente y la forma de las
construcciones recuerda a las Yácatas
(basamentos escalonados de planta
combinada, circular y rectangular) de
Tzin Tzun Tzan, ciudad en las orillas
del lágo de Pátzcuaro en Michoacán
que fungió como capital tarasca en el
siglo XV. La vista de sur a norte permite
ver en las estribaciones del lago, dos
conos volcánicos, hoy extintos.
Diego Rivera encontró numeroso obstáculos
para elaborar a sus personajes tarascos, el simplismo
con que aparecen en la Relación de Michoacán no
le convenció del todo, de forma que se abocó a las
fuentes para tomar una decisión y recurrió entre
otros a Mendieta, quien describe la vestimenta del
Cazoncin como aparece en el mural. 69
Sahagún agrega para las mujeres nobles que:
Este era el gabinete del Cazoncin66 a quienes las fuentes adjudican funciones de
rey y sacerdote:
Tenía consigo el ídolo del dios principal, Curicaveri… el servicio a éste
constituirá su primer deber. Todo su ejercicio era entender en las iestas
de los dioses, y de mandar traer leña para los cúes, y de enviar a las
guerras.
Las mujeres vestían sus naguas, mas eran angostas
y cortas, que llegaban hasta las rodillas, y no
traían huipiles [traían el pecho al descubierto];
ni en la comida ni los unos ni los otros eran curiosos
Quizá por ello fue representado consultando el tonalámatl, o libro de las suertes
Diego señaló los distintos momentos
en la producción de tablones para
construcción, empezando por
los taladores, los cortadores y los
refinadores de madera.
de los días. Reconocemos el Códice Borbónico, de tradición tanto mexica como
colonial, abierto en sus láminas 3, 4 y 5.
Sin contar lienzos y mapas, no tenemos un códice prehispánico propiamente
tarasco pero el nivel de organización de este reino –que algunos historiadores
llaman Imperio– exigiría el registro de tributos y planos geográicos para controlar
poblaciones y el calendario, como lo usaba el resto de las culturas de Mesoamérica
en ese periodo (Posclásico tardío 1250-1521 d.C.). Este cuestionamiento ya se lo
había formulado Clavijero a inales del siglo xviii:
La historia y la pintura, dos artes que no pueden separarse, no siendo
distintos sus historiadores de sus pintores, ni teniendo otros escritos
sino sus pinturas, para conservar la memoria de sus sucesos… y aun
afuera del imperio [mexica] todas las que vivían en sociedad, como
las de Yucatán, Guatemala, Nicaragua y Michoacán, usaban de estos
escritos que contenían los sucesos de la Nación, otras eran mitológicas,
que encerraban los arcanos de su religión.67
A este respecto trata de dar luz Rubín de la Borbolla hacia 1946, cuando especula
sobre la cultura tarasca:
Usaron el calendario mesoamericano para contar el tiempo y hacer
adivinaciones y magia; es prematuro asegurar que tuvieran escritura
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ni limpios. 70
Códice Cuara, colonial,
ca.1600, papel, Universidad
de Princeton. Todos códices
que hoy se conservan sobre los
tarascos o purépechas todos son
coloniales, y en ellos se observa
una gran inferioridad cultural
de los tarascos, a pesar de haber
sido los rivales acérrimos del
Imperio mexica.
Creemos que Diego conocía a la perfección la polémica
sobre el arte del Occidente de México y a los integrantes
de cada bando, con los que trabajó constantemente.
Sin embargo decidió incorporar el imaginario del arte de
las Tumbas de Tiro, ya que los tarascos eran considerados
herederos directos de esta tradición.71
El antropólogo alemán Paul Kirchhoff da la razón a la interpretación de
Rivera con el uso de las iguras antropomorfas como modelos, al menos en lo
relacionado a su posición social, cuando airma que son símbolos –políticos o
religiosos– de autoridad:
El caracol suspendido bajo el ombligo... brazalete... [tocado]
consiste en dos o tres cintas que se entrecruzan en la cabeza
y que a veces dan vuelta por la base de un cuerno ijado
encima de la frente... la sombrilla que llevan, probablemente
es símbolo de autoridad... A estas parejas se agregan
frecuentes esculturas que representan madre y niño (algunas
veces también padre y niño), que son más abundantes en esta
zona que en cualquier otra de México.
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Las crónicas dieron un marco de referencia
importante a la temática del mural Cultura tarasca
y Diego seleccionó las imágenes que pudieran ilustrar
a los personajes. La anciana que asesora al pintor
prehispánico está referida en la Relación de Michoacán:
Relación de Michoacán, lámina XVII.
En la explicación de la lámina
se menciona: “...nótese que en
la lámina uno de los edificios
tiene una base extraña como
una plataforma invertida. Parece
tratarse de una troje para guardar
productos agrícolas”.
Para el personal al servicio del rey se
tenían disponibles tan sólo mujeres, una
de ellas era la ire-ri “ama de la casa”, que
probablemente consideraban como “mujer
principal” del rey. En la parte histórica se
hace a menudo mención, además, de una
“tía vieja” del rey, la cual parece haber
ocupado un lugar especial en el gobierno
de la casa real, donde intervenía de muchas
maneras.72
El uso de las fuentes continúa. Hay un elemento que llama la atención sobre el
resto, por tratarse de un cuezcomate, troje que hoy –y desde inales del siglo xix– se
asocia tradicionalmente a los pueblos de la zona de Cuautla e Izúcar de Matamoros
en Morelos.
Es por ello que hemos revisado otras posibles fuentes que pudieran explicar
por qué Diego decidió colocarlo en este mural. Encontramos que Loló de la
Torriente, una de sus más connotadas biógrafas, menciona que Antonia, una
mujer tarasca que crió al artista desde pequeño, tenía en su casa de piedra un:
“sitio para los granos, semejante a los de toda la región tarasca.”73
En la Relación de Michoacán se menciona en la lámina XVII que cuando los
sobrinos de Tariácuri recibieron un pedazo de la navaja que se creía que era
su dios Curicaveri, se dieron a la tarea de erigir un templo y una troje para las
navajas,74 cuya forma en el manuscrito se asemeja a los cuezcomates de la zona
Sur oriente del Altiplano Central.75
Por último, el ambiente lacustre en el que se desarrolla la imagen, señala
a alguno de los lagos de Pátzcuaro, Cuitzeo o Yuriria, de la región Occidente
de México. No obstante, es un tanto desconcertante la aparición del volcán en
erupción. Algunos autores han asegurado que el artista “combinó imágenes de
las tempranas culturas del Occidente de México con aquellas del posclásico en el
Centro de México, especíicamente los aztecas”.76
La experiencia de los ancianos
fue grandemente valorada en el
México Antiguo, en este caso,
la ire-ri señala la dirección que
recorren en el mapa que dibuja el
escriba las huellas de los pies, que
en el lenguaje pictográfico significa
recorrido, caminata, tal como es
usado hasta nuestros días.
Los cuezcomates fueron fotografiados
profusamente en el siglo XIX, su forma
y materiales hicieron que los viajeros
sintieran gran curiosidad por ellos,
por lo que se convirtieron en postales
protagonistas del México indígena.
Detalle de un cuezcomate en el mural Cultura tarasca.
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Volcán Paricutín, abril de 1943.
Un reconocimiento del territorio, nos permite
constatar que:
A muy corta distancia de las orillas cercanas a
Pátzcuaro y algunas regiones de Guanajuato, en
Jalisco se levantaban las faldas de volcanes extintos
y de grandes sierras cubiertas de espeso bosque de
coníferas, restos del cual aún pueden contemplarse,
a pesar de la despiadada destrucción humana.77
Si recordamos los ideales humboldtianos y
la asociación que el propio Diego daba a los
volcanes con el nacionalismo que data de su época de pintor cubista,78 y que, al ser
oriundo de Guanajuato –lo que algunos autores han asociado a su decisión de representar
a los ancestros de su suelo natal– podemos deducir que preirió ver, en alguno de los
cráteres extinguidos que hoy yacen estoicos en las inmediaciones de la zona de lagos de
la Sierra Madre Oriental, el volcán activo que dotó de grandiosidad a la cultura tarasca.
Como dato curioso, el volcán activo más reciente en aquella zona –no obstante que
nunca pudo haberse visto así desde el lago de Pátzcuaro– es el Paricutín. Este volcán
nació el 7 de febrero de 1943, meses después de que fuera terminado el mural, y fue:
Un monstruo ardiente que despertaba de su letargo después de haber guardado
silencio durante milenios, con repetidos temblores. Dos días después, en tarde
crepuscular, a manera de cientos de ramas que se quiebran mezclados con un
sordo quejido, se levanta el dragón.
Así lo describe David Zavala Alfaro, quien atestiguó este poder de la naturaleza:
Las campanas de los templos repican sin que hombre alguno intervenga. El
cono volcánico crece rápidamente, su cresta se levanta ya a 25 m, y pasado un
mes, llegará a los 220. Para abril se presenta la lava, y el rancho de Paricutín,
dice adiós a su paraíso, que ha quedado sepultado para siempre; una lápida
negra lo cubre todo. La lava sigue su camino a 25 m/h; todo lo lleva consigo,
todo lo funde, todo lo penetra, todo lo hace suyo.79
La visión humboldtiana de Diego se materializó así como premonición fortuita,
encriptada en el Códice Rivera de los muros de Palacio Nacional.
Al terminar estos dos murales, el pintor se dio
un tiempo para preparar su terreno de Coyoacán,
donde construiría el Museo Anahuacalli. Ahí
encontró restos arqueológicos posteotihuacanos,
con lo que inició un trabajo de exploración por parte
del personal del Museo Nacional. Eduardo Noguera,
entonces director, aprovechó la ocasión para enviarle
fotos de una pieza de Guadalajara para que el artista
la evaluara.80
Rivera continuó trabajando en otros proyectos
murales y de caballete, al tiempo que aianzó su
relación con el personal del museo al participar
como coleccionista y conocedor del tema; también
apoyó los trabajos de reestructuración del
museo con algunos de sus objetos de la cultura
teotihuacana para completar el discurso curatorial
Sin saberlo, meses después de terminar el mural,
el volcán haciendo erupción en la región tarasca
se materializaría con el abrupto nacimiento del
Paricutín (página opuesta), en febrero de 1943.
de la Sala, a solicitud del director Daniel F. Rubín
de la Borbolla como consta en la carta fechada el
30 octubre 1946.81
Finalmente, la autoridad como asesor lograda
por Diego ante el personal del museo quedó
testimoniado en el catálogo de la exposición
sobre arte del Occidente de México que se realizó
en Bellas Artes, donde Salvador Toscano nos
comparte que:
Según un informe de Diego Rivera las
iguras antropomóricas –guerreros con
ondas, macanas y piedras, personajes
[representados en] vasijas y en jícaras,
señores, báculos y objetos ceremoniales–
aparecen en las tumbas en pequeños
nichos clavados en el fondo de la cámara;
se trata, al parecer, de un retrato o réplica
del ser viviente enterrado, su plasmación
material y por lo mismo su mágica
ijación, perpetua e inmutable.82
La extensa correspondencia de Diego con el director del
Museo Eduardo Noguera, puede consultarse tanto en el
archivo personal del artista como en el Archivo Histórico del
Museo Nacional de Antropología.
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Diego bajando del andamio durante la creación de su
mural Cultura Tarasca, (pintores y tintoreros), hacia 1942.
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Diego señala también la importancia del gremio alfarero,
no sólo porque la abundantísima cerámica del Occidente
de México encontrada hasta entonces presentaba una
gran policromía, sino porque, como lo muestra en el
siguiente recuadro, recreaban escenas de la vida real de
los ancestros de los tarascos, gracias a lo cual, se podían
interpretar los usos de algunas herramientas y utensilios.
Diego se enteró de la extracción de los pigmentos en las
crónicas. La variedad de colores que son descritos procedía
de vegetales, minerales, algunos insectos y moluscos. La
importancia del gremio fabricante de colores debió ser
mucha, ya que prácticamente todo era iluminado en tiempos
prehispánicos: las esculturas en piedra y cerámica, los objetos de
madera, la ropa, los códices y mapas, el rostro y hasta el cuerpo.
Dice Clavijero sobre los tarascos que “Apenas se halla la nación en el
mundo que con tanta sencillez en el vestido juntasen tanta vanidad y
lujo en el adorno de sus cuerpos. Además de las plumas y joyas con
que adornaban su vestido, usaban arracadas en las orejas, pendientes en
su labio inferior y algunos también en su nariz; gargantillas, collares,
pulseras, brazaletes y aun cierta especie de anillos en sus piernas...
elaboraban numerosos bellísimos espejos, que guarecían de oro.”
En la lámina 18 de la Matrícula de Tributos y en la 132 del
Mendocino, aparecen enlistadas como parte del tributo, 800 conchas
que debían entregar los pobladores del norte de Guerrero, Zihuatlán
e Ixtapan. En este caso, reconocemos las conchas spondilus de
las que extraían preciadas cuentas de concha color rosa. Códice
Borbónico, lámina 13, un cántaro rebosante de agua que aparece
en la trecena de la diosa Itzpapálotl, la Mariposa de Obsidiana. En
los extremos remata con círculos concéntricos de chalchíhuitl,
piedra verde y conchas oliva matlatzinca. En numerosas ocasiones
encontramos la representación del líquido vital en las grisallas de los
murales, donde Diego utilizó esta misma simbología. Diego colocó
una concha al centro de la fuente de La Casa Azul en Coyoacán.
Escultura de un perro de las Tumbas de
Tiro, ca. 200 a.C. -600 d.C. Diego consideró
especialmente simbólicas a estas esculturas ya que
al ser colocadas en escenas junto a sus amos, los
canes dotaban de una humanidad inusitada a los
personajes que acompañaban. En este caso a los
pobladores del Occidente de México con los que
Rivera buscó representar a los Tarascos.
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Para representar al agua, los códices prehispánicos
mostraban una corriente de agua en cuyas puntas
pintaban también elementos circulares concéntricos,
personificación del Chalchíhuitl o piedra verde, la cual
simbolizaba al preciado líquido.
En los murales de Diego aparecen
objetos arqueológicos de su colección
que le eran particularmente simbólicos.
Esta figura femenina de la tradición de
las Tumbas de Tiro –hoy expuesta en el
Museo Anahuacalli- aparece en repetidas
fotografías con el artista y fue de sus
favoritas por la gran sensibilidad que
muestra su gesto de coquetería.
Pintaderas o sellos cilíndricos,
procedente del Altiplano Central,
Museo Anahuacalli. Para el pintor
la vanidad estaba relacionada con el
maquillaje corporal de muchas de
las figuras de las Tumbas de Tiro,
183
Prerrogativas de Diego, el manifiesto en el Códice Rivera, 1945
Superar los huecos sobre la historia de las culturas mexicanas, así como las observaciones
que amigos e interesados le hicieron a Rivera de sus murales anteriores, debió signiicarle
un gran reto, en especial las numerosas “licencias” de las que tuvo que echar mano, lo
que lo llevó a reformular el enfoque con que abordaría los siguientes murales.
A lo largo de 1945, pintó Vista de Tenochtitlan desde el mercado de Tlatelolco y los dos
murales Lo que el mundo debe a México, La cultura del México Antiguo y Arquitectura,
en los que maniiesta la línea de investigación que seguirá para encontrar el contenido de
sus siguientes obras. Ya Coronel ha apuntado que:
Es muy interesante hacer notar que
los cronistas repitieron continuamente
la barbaridad que se vivía en América,
sin embargo, también es notoria su
admiración por los productos que aquí
existían. En particular, los tipos de
cultivos americanos fueron ávidamente
aprendidos por los europeos.
Los murales del primer arco del pasillo funcionan a manera de introducción
general, como si fueran las solapas escritas de un libro.... Rivera hizo la
enumeración de todas las plantas y frutos locales que los indígenas consumían
con regularidad, y que en el resto del mundo conocido, desde la perspectiva
hegemónica europea del siglo xv, eran utilizados.83
Diego muestra, proclama y reclama de esta forma los conocimientos ancestrales de
las culturas mesoamericanas, evidenciando una inventiva cuyos orígenes culturales se
remontan al 2500 a.C., siendo el maíz84 el elemento uniicador de estos pueblos. Es por
eso que buscó hacer un prólogo a los murales de Mesoamérica, en el que nos presenta al
mexicano ancestral respaldado por el maíz, principal producto emanado de esta tierra.
En estos frescos verticales reconocemos una tercera etapa en el desarrollo del artista
al ir en busca del origen de prácticas y el descubrimiento de productos que no sólo
transformaron el mundo mesoamericano, sino que con su difusión han contribuido a la
construcción del mundo moderno. Si entendemos la advertencia, reconoceremos el paso de
Rivera como investigador, al reproducir el momento creativo de los pueblos mesoamericanos,
cuando ocurrieron los grandes descubrimientos y se obtuvieron los elementos que marcaron
a cada cultura.
Nuevamente se nota la inluencia de la Escuela Nacional de Antropología, emanada
del Museo Nacional, cuyos maestros seguían corrientes como la de Carlos Bassauri, quien
hablaba de la necesidad de familiarizar a los estudiantes con la “etnografía aborigen”
ya que se consideraba que el desconocimiento de todo aquello que se relacionaba con
el indio, diicultaba la creación de los sentimientos y la conciencia nacional. Bassauri
sostuvo asimismo, que mientras no fuera familiar a todos los ciudadanos la historia
y etnografía indígenas, habría siempre un sector escéptico y apático que diicultaría
cualquier labor de desarrollo por parte de los gobiernos u otras instituciones en favor
del indio.85
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En Palacio Nacional se exhibían estas
esculturas mexicas de portaestandartes que
servían para cargar banderas con insignias
guerreras o religiosas, seguramente fueron
encontradas en alguna de las múltiples
excavaciones que se realizaron desde
principios del siglo XX en los alrededores
de Palacio. De alguna forma, los personajes
que pintó Diego en Lo que el mundo debe
a México y en Arquitectura, tienen cierta
influencia de estas esculturas, ya que
enarbolan la cultura y avances tecnológicos
alcanzados por los mexicas.
Mural Agricultura, (lo que el mundo debe a México,) ca.1945, (4.80 x 0.90 m. )
Rivera enumeró las plantas y frutos locales que los indígenas
consumían con regularidad, y que eran utilizados desde la perspectiva
hegemónica europea del siglo XV: maíz, frijol, tabaco, cacao, algodón,
henequén, tomate, jitomate, tuna, aguacate, piña, chicle, chile, etcétera.
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En 1922, Miguel Othón de Mendizábal, quien estaba al frente del Departamento de
Etnografía Aborigen del Museo Nacional, aplicó un análisis materialista a la realidad
indígena en el que relacionaba la cultura con el medio y la organización del trabajo.
Para él, la cultura está determinada por los “fenómenos económicos, las tradiciones, los
ritos y los cultos religiosos, reglamentados en normas consuetudinarias con legislaciones
escritas.”86
Diego buscó establecer en la producción, los sistemas legales que rigieron a los
pobladores para crear sociedades funcionales, con el sello original de la creatividad
americana.
Es por esto que en este mundo nuestro, gracias a la inteligencia, observación
y paciente diligencia de los nativos agricultores de este continente, tenemos el
placer de disfrutar de tales productos alimenticios.
Diego posa en el jardín contiguo al
cuarto de Frida en la Casa Azul. La
pila que se encuentra a su derecha
contiene motivos relacionados
al maíz, seguramente sirvió para
contener ofrendas relacionadas a las
diosas de la fertilidad de la tierra.
Ya manera de recuerdo, enlista el resto de productos que el mundo disfruta diariamente
y que son originarios de México, mismos que como se verá adelante, eran sometidos a
rigurosos estudios por parte de la academia antropológica.
De alguna forma, en esta introducción, el artista da a notar que en adelante utilizará
las manifestaciones propias del tiempo antiguo para reivindicarlo, para señalarlo y
darle la notoriedad que merece. Para recrear al hombre mesoamericano, debió usar de
modelo alguna de las esculturas de Macehual u “hombre común,” que tenía tanto en sus
colecciones como aquellas que pudo ver en el Museo de Antropología.
De igual manera, las fuentes gráicas de los siguientes murales serán los códices indígenas.
Diego retoma la coniguración de los mismos para delimitar distintos niveles de información
que acreditan este sistema de escritura, esta forma de transmitir ideas. El Códice Rivera
propone una escena principal, llena de colores y acciones, enmarcadas por grisallas que
simulan relieves con ideas o acciones más sintéticas.
Quizá estos objetivos estuvieron inspirados también por los ideales que crearon políticas
claramente de izquierda una década antes. Lázaro Cárdenas expresó reiteradamente
su preocupación por el sector indígena del país, la urgente necesidad de atender sus
problemas, por impulsar y fomentar las industrias nativas y, sobre todo, por emprender “...
una extensa acción educativa para alfabetizar [a la población, indígena principalmente] con
el in de elevar [sus] condiciones... deinió el carácter nacional del problema indígena como
in supremo de su política indigenista.”87
En la siguiente fresco vertical, Arquitectura, La cultura del México Antiguo, se exalta
el nivel de conciencia de estos pueblos: la escritura, la herbolaria, las matemáticas, la
Escultura de Macehual, Museo Diego Rivera
Anahuacalli, Cultura Mexica, ca. 1500 d.C. Las
esculturas de macehuales u hombres comunes se
caracterizan por llevar el corte de pelo corto,
delineado en la frente, descalzos y sólo visten
el máxtlatl o taparrabo. En su fuerza se sustentaba el
poderío del Imperio porque ellos eran quienes
trabajaban la tierra.
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astronomía, la ingeniería hidráulica, la orientación astronómica y la traza urbana
las ciudades indígenas, que hasta hoy maravillan a propios y extraños con sus
formas, monumentalidad y composición, pero sobre todo por los fenómenos
astronómicos y acústicos que se hacen presentes en ellas.88
Advierte entonces que en adelante presentará a los creadores de estas magníicas
civilizaciones en su propio medio, haciendo gala de sus productos artísticos y
medios ambientes, mientras se ensalza el ingenio con que realizaba estas tareas,
como ya lo ha señalado Coronel:
Tenía la intención de que fueran imágenes precisas del indígena [que]
a través de ellos uno pudiera escuchar el bullicio de las industrias y el
barullo de las lenguas locales en cada momento representado.89
Buscando una coniguración propia del sistema de escritura indígena Diego
retoma a Humboldt, quien explica que en los códices, cada jeroglifo tenía “un
valor mnemotécnico que se apoya en la imagen y en el símbolo, antes que el
sonido y el concepto”.90
Para Víctor Von Hagen, estudioso de las técnicas de manufactura del papel
mesoamericano y sus pinturas, en los códices se mostraba:
El conocimiento de los periodos astronómicos, y el descubrimiento de
un sistema de permuta de nombres y números, como resultado de un
complejo calendario pero aún más, los astrónomos mayas descubrieron
el concepto del cero. Pues bien, como carecía en volumen y sutileza
esta actividad mental abstracta, los mayas necesitaban para
registrarla, símbolos y jeroglíicos más elaborados y lexibles y
éstos, cuando se perfeccionaron, no solamente llegaron a extender
sus procesos técnicos, sino que de hecho, crearon el principio de
una literatura.91
En adelante Rivera se apegó a los preceptos establecidos en el manual de Landesio
sobre La pintura general o de paisaje y la perspectiva” (véase nota 47) , lo que nos
habla de su madurez, al dotar de un mayor realismo las escenas y enfatizar en
los escenarios.92
Es hasta este momento cuando el artista incorpora escenarios reales
y reconocibles en sus escenas, en coordenadas precisas, algunas de ellas
representadas una y otra vez a lo largo de la historia del país.
Mural Arquitectura, La cultura del México Antiguo, 1945, 4.80 x 0.70 m.
Es muy interesante que Diego utilice la imagen del amate del doctor Francisco Hernández
como símbolo de la producción del papel indígena y de todos los conocimientos que en
éste se plasmaron, ya que ese mismo año, 1945,Víctor Von Hagen publicó su investigación al
respecto como se explica más adelante en el mural de la cultura otomí.
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Mural México Tenochtitlan visto desde el Mercado de Tlatelolco, 1945, (4.92 x 9.72 m.)
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México-Tenochtitlan vista desde el mercado de Tlatelolco, 1945
Aunque en ocasiones se cuestione el hecho de centralizar la historia del país a la Ciudad
de México, no cabe duda de que a la llegada de las huestes europeas ahí vivía el pináculo
cultural y político; la Conquista tuvo lugar en esta gran metrópoli, pocas guerras de las
proporciones de la de Tenochtitlan se suscitaron en esos años.
Este mural requiere de un estudio propio, tan extenso como el presente ensayo para
explicarlo a fondo y descubrir la cantidad de fuentes que lo cimientan. Por la importancia
del escenario, reconocemos su ambicioso objetivo: presentarse como centro de la
nacionalidad, lleno de referencias históricas y etnográicas testimoniales que proceden
del asombro de conquistadores y misioneros al presenciar el tamaño del mercado, su
organización, la gama de productos que se ofrecían y los sistemas de cambio utilizados.
Diego no sólo se apoyó en códices, crónicas y piezas arqueológicas, sino que buscó
insertar sus escenas en entornos o paisajes reconocibles de México, reproducidos en
repetidas ocasiones por diferentes artistas desde mediados del siglo xix,93 y al parecer se
inspiró en los paisajes del Valle de México de José María Velasco94 para crear el entorno
que circunda al este el horizonte del valle. Asimismo, le otorga el debido lugar a la Cuenca
de México como cuna de la nación, al captarla desde una elevación en el poniente y al
retratar el horizonte del Valle con las estribaciones montañosas que delimitan la ciudad
desde el Ajusco al sur, con el Popocatépetl e Iztaccíhuatl en medio (al este), para cerrar
con el Cerro Gordo de Ecatepec al norte.95
El pintor trata el comercio y la producción que conjuntaba el poder imperial de los
mexicas, de acuerdo con el manual de Landesio:
La pintura general o de paisaje siempre abarca el doble in de dar una completa
idea de las bellezas y caracteres naturales y artiiciales que constituyen la
localidad, como de sus moradores, exponiéndolos en asuntos familiares y
sencillos, con gravedad e interés histórico.96
Mercaderes y Tamemes en el Códice Florentino.
Diego exalta la labor de la base social de
los pueblos prehispánicos cuyo trabajo daba
dinamismo a todas las industrias. El gremio de
los tamemes o cargadores le fue especialmente
importante ya que en casi todos sus murales
aparecen como actores secundarios que
explican la presencia de diversos productos en
la escena principal.
La necesidad expresada en el mural anterior, La arquitectura, arte y cultura del México
Antiguo está fundamentada en la grandeza de la ciudad de México-Tenochtitlan, investida
de un diseño arquitectónico con ingeniosos sistemas hidráulicos para erigirse en medio del
lago,97 pero sobre todo, en la importancia regional que aglutinaba.
De forma natural se presenta una convivencia multicultural que uniica a los pueblos
de casi toda la República y los conecta con sus raíces ancestrales. Del interlineado resulta
una imagen de una gran metrópoli de igual magnitud a las ciudades más cosmopolitas
del orbe.
En el encuentro con el gigantesco mercado de Tlatelolco, Bernal se esmera en describir
su magnitud,98 y tras una amplísima narración, concluye diciendo: “para qué gasto yo
tantas palabras de lo que vendían en aquella gran plaza, porque es para no acabar tan
presto de contar por menudo todas las cosas…”
Escultura de Macehual, Mexica, Museo Nacional de
Antropología. El hombre común del pueblo, el macehual,
fue el creador de quizá uno de los inventos que más
han desarrollado la vida del ser humano: el maíz. Con la
simpleza de la vida del campesino, el mexicano ancestral
fue representado en el mural como portador de sólo un
paño de caderas pero respaldado por su gran ingenio y el
producto de su trabajo.
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Por su parte, fray Bartolomé de las Casas resume:
Cabrán en cada plaza sobre 200,000 animales... y se hallarán [ahí] todos los oicios
de todas las cosas que se pueden haber en toda la Nueva España... cada especie de
mercaderías tiene distinto su asiento y lugar, sin que nadie se sea osado a se lo perturbar
o ocupar.99
Y Clavijero precisa que: “en una palabra, vendíase en aquella plaza cuanto podía venderse
en toda la ciudad; porque ninguna cosa se vendía fuera de la plaza del gran mercado”.100
Para dar realismo y producir una imagen aproximada a las noticias que conservamos de
aquel entonces, Rivera se dio a la tarea de compilar las referencias a la vida del mercado. Así
nos encontramos ante la imagen del Tlatoani, llevado en andas sobre un palanquín:
Llevábanlo en unas andas de oro ciertos señores en las manos o en los hombros,
y por el respeto que el pueblo le debía: todas las gentes que estaban en las calles
o lugares por donde pasaban tenían las cabezas y ojos bajos.101
En el Códice florentino se menciona que
una de las casas que tenía el tlatoani, era el
Totocalli, Casa de la aves, donde le fabrican
las insignias y ornamentos al gobernante y
al estado. En el dibujo indígena al fondo de
la escena, se nota el volcán Popocatépetl,
levantándose en el horizonte oriente de
Tenochtitlan. Diego logra esta imagen casi
500 años después, colocando en medio a
toda la ciudad isleña, vista desde el Mercado.
Códice Mendoza, lámina 87. Moctezuma
Xocoyotzin que gobernó por 19 años
(del 11 Caña-1502, al 2 Pedernal-1520)
Arriba izquierda:
Xochicalco, alineación de la salida del sol el
21 de marzo de 2005 en la Plaza de la Estela.
Desde las primeras excavaciones en los sitios
arqueológicos salió a la vista que la traza
urbana era respetada por todos los edificios
que se alineaban con el paso de los astros en
distintas épocas del año, convirtiendo a las
construcciones en marcadores de tiempo.
Tecpan o Palacio de Moctezuma
Xocoyotzin en la lámina 69r del Códice
Mendocino, nótese la similitud de la
postura que ocupa el gobernante en el
centro con el Tlatoani en el mural.
Por no contar con una imagen accesible en códice alguno donde pudiera extraer la imagen
de las mencionadas “andas,” Diego se apoyó en los palanquines de su colección, a pesar de
que éstos pertenecen al estilo del Occidente de México del periodo Preclásico.
Sahagún señala que el “el señor también cuidaba del tiánquez, y de todas las cosas que
en él se vendían... para que nadie les hiciese fraude o sinrazón.”102
Rivera refuerza su autoridad al incorporar el estandarte de Moctezuma, un abanicomosqueador realizado en plumaria, joya que fue anotada en los inventarios de la colección
de Ambras, Austria en 1596. En su icha de registro, se le describe como:
Códice Mendoza, lámina 190. Los cuatro
emisarios que enviaba Moctezuma
para declararle la guerra a algún pueblo
llevaban consigo insignias reales que
denotaban de parte de quién venían, en
este caso, el abanico real de México.
Gran aventador [abanico] redondo con un largo mango, está perforado; a la
redonda con plumas azules, en el centro con plumas rojas; arriba pegadas en el
mango cuelgan algunas plumas verdes.103
Su poder representa el centro gravitatorio de la ciudad que atraía la producción de todos
los rincones del Imperio.
Páginas anteriores:
Detalle de México-Tenochtitlan, nótese cómo el pintor busca integrar la ciudad con el
paisaje, respetando la orientación original del Templo Mayor y el recinto ceremonial en
relación a los volcanes, aun cuando las proporciones y altura del mercado de Tlatelolco
estén modificadas para lograr incorporarlo al mural.
Abanico de plumas en las
colecciones del Museum für
Völkerkunde, Viena, estudiado y
descrito por Eulalia Guzmán en
su comisión a Europa en 1936.
El extraordinario poder del Tlatoani de México
Tenochtitlan es exaltado en el mural, no sólo con la
representación de la magnífica urbe, sino que domina
toda la escena desde su palanquín llevado a cuestas
por cuatro personajes.
Palanquín, barro, Tradición de las
Tumbas de Tiro, 200 a.C. -600 d.C.
Museo Anahuacalli. Son escasas las
representaciones de los palanquines en
el arte del México antiguo, pero, al no
existir animales de carga, se cree que
ésta era una forma común de todas las
culturas para transportar a personas de
alta jerarquía.
196
197
Sistemas terapéuticos en el libro undécimo
del Códice Florentino, “de las yiervas
medicinales,” folios 166v y 172v que se
refieren al hatlanquaye y el haacxoatic que
servían para aliviar “el flujo de vientre” y
para “gomitar la cólera” respectivamente.
Todas estas provisiones y mercaderías traenlas de fuera... y para venir a
comprallas de muchas partes... andan cada día por la laguna sobre 50,000
canoas... son unos barquillos hechos de un madero cavado... que caben 20, 30
y 50 y más personas en cada una de ellas.104
Aun cuando el traslado por agua era mucho más eiciente para llegar a Tenochtitlan,
había tres enormes calzadas, de forma que la carga también la llevaban a cuestas
los tamemes, cargadores de oicio que desde tiempos ancestrales habitaban en todos
los pueblos de Mesoamérica. Nuevamente, podemos constatar que Diego utilizó como
modelo las vasijas antropomorfas de Occidente de su colección, piezas que conirman
la continuidad de prácticas a lo largo de casi 2,000 años.
a través de su maquillaje, “el rostro místico de aquellos que habían comprendido el
sentido del ser y el funcionamiento de su cuerpo en relación a la naturaleza”. Cortés
le informa a Carlos V en su segunda carta que:
Izquierda:
Parte de los tributos que la región
del Soconusco debía pagar a
Tenochtitlan cada 80 días. En este
detalle, 40 pieles de jaguar, 100
cargas de cacao y 400 tecomates.
Derecha:
A México-Tenochtitlan sólo podía
llegarse a pie y en canoa de forma
que estas escenas serían recurrentes
en cualquier día, especialmente en
días de mercado en que se dice,
hasta 50,000 canoas transitaban por
los canales y el lago.
Hay aquí herbolarios, en donde hay todas las raíces y hierbas medicinales
en que la tierra se hallan. Hay casas como de boticario donde se venden
las medicinas hechas, así potables como ungüentos y emplastos.109
Quizá la escena más conocida sea la de la prostituta, servicio que llamó la atención
del padre Las Casas:
Esto parece porque permitieron que hubiese mujeres que ganaban con
sus cuerpos a quien darse querían, puesto que no había lugares públicos ni
señalados para el tal oicio, sino cada una moraba y andaba donde le parecía.110
Para el momento de la Conquista, a Tlatelolco llegaban productos de todas las
regiones de México, así como del suroeste de Estados Unidos y de Guatemala. Es por
ello que Rivera buscó presentar a toda clase de grupos étnicos que se distinguen por sus
rasgos faciales, y por sus vestimentas y productos; la compilación visual de descripciones
en el mercado, representa los orígenes de la multicultural sociedad mexicana y de los
productos señalados en el mural Lo que el mundo debe a México.
Y así, encontramos desde los enemigos hasta representantes de culturas
desaparecidas hacía más de un milenio, para cada uno de los cuales existe una
referencia de su identidad. Por ejemplo, Sahagún describe al personaje vestido con
un pellejo de venado, en su capítulo dedicado a los chichimecas, así:
Y también a Sahagún, que describe a una prestadora del servicio como la que:
...anda vendiendo su cuerpo, comienza desde manceba y lo deja siendo
vieja, y anda como borracha y perdida, muy desvergonzada; de cualquier
merced a él le vende su cuerpo, por ser muy lujuriosa, sucia y sin vergüenza,
habladora, es muy viciosa en el acto carnal; báñase y lávase muy bien...
para más agradar, por ser perdida y mundana.111
Así, el mercado parecería un lugar ideal para vender la mercancía carnal, pero,
si vemos a detalle la ilustración de la lámina 42v del Códice Florentino, en la línea
19 de la columna derecha escrita en náhuatl, observamos la frase tlatianquizoa,
tianquiztli que en la columna izquierda se traduce como: “es andorra o andariega,
callejera, y placera”, y agrega: “ándase paseando buscando vicios”112 de forma que
al ver esta imagen de la tetzaucíhuatl, “mujer espantosa”, el artista se inspiró para
dar vida a su personaje.
Lo que resulta muy impactante es la escena del guerrero ofreciéndole el brazo del
cautivo, que al parecer Diego extrajo de la descripción de la iesta Izcalli
Este señor traía una manta de gato montés, o de pellejo de tigre, o de león,
o hecha de pellejos de ardillas, y poníanse en la cabeza una guirnalda hecha
de pellejo de una ardilla, de manera que la cabeza venía sobre la frente y la
cola de colodrillo.105
Con este personaje, Diego buscaba ubicar a los tlaxcaltecas106 –que se decían
descendientes de los chichimecas– al interior del mercado, mientras que el
protagonista con tocado cónico que con él negocia, es un tarasco.107
También hay un buen número de ejemplos de servicios,108 que van desde los
tatemes o cargadores, hasta el médico que revisa la garganta a un crío acompañado
de su madre, junto a los que se encuentra una mujer que vende hierbas y muestra,
198
Después de esto, sacándoles los corazones los sacriicaban, y arrastrando
quitábanlos de allí, donde últimamente los degollaban, y las cabezas eran
de los sacerdotes, y los cuerpos, de los señores y principales.113
Fray Bernardino de Sahagún,
1499-1590. Sus enciclopédicas
obras tratan prácticamente todos
los aspectos culturales, ideológicos,
económicos y políticos de los
mexicas y pueblos aledaños. Si
se estudia la obra de Sahagún se
puede reconocer el alto nivel de
civilización alcanzado en América.
Códice Florentino, Folio 56v.
Sumidero de Pantitlán en el
Oriente del lago de Texcoco en
la población que hoy conserva su
nombre. Describe los rituales que se
practicaban en el lago utilizando las
canoas, las que constituían gran parte
de la vida cotidiana de la ciudad.
199
Códice Florentino, lámina 42v. Nótese cómo utilizó Diego el mismo vestido y hasta
la misma flor que aparece en la ilustración superior. La corriente de agua a sus pies
significa que está recién bañada o fresca.
“Púlese mucho, y es tan curiosa en ataviarse, que parece una rosa,... y suelta los cabellos,
para más hermosura ...y después ándase pavoneando, y muy erguida, al fin como mala
mujer, desvergonzada, disoluta e infame...” Sahagún, Códice Florentino.
200
201
Por la forma en que las escenas fueron
pintadas, se demuestra que Diego realizó un
compendio de pasajes descritos en las fuentes,
las que materializaba con imágenes de códices
y vestigios arqueológicos coherentemente
integrados en un collage que gira alrededor de
un punto o cultura determinado.
Durante la realización de sus murales el maestro
Rivera recibía muchas visitas, ya sea de sus amigos
o colegas, e incluso de reporteros que venían del
extranjero a admirar y a documentar la magna
obra que, ya de años, venia realizando en los
muros del Palacio Nacional de México.
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Sahumadores encontrados en 1900 en las
excavaciones de Leopoldo Batres, Inspector
de Monumentos en la Calle de las Escalerillas
que atravesaba el Cuadro Mayor del Centro
Histórico de la Ciudad de México. (Fotografía de
Brehme ca. 1920).
Estos sahumadores servían para contener brazas
ardientes de carbón y copal, y producían una
gran humareda que podía proyectarse al mover la
vasija. Diego coloca utensilios como éstos en la
Sahagún describe el uso de los
sahumadores como un importante
elemento del ceremonial por lo que
debió ser un producto común en los
talleres de cerámica.
Codice Florentino, Sahagún hizo hincapié en describir los productos
que se elaboraban en el imperio y que se vendían en el mercado,
la lapidaria, plumaria, textil y orfebrería llamaron especialmente su
atención por la calidad de los productos.
Cajete con decoración de cráneos, Mexica, Museo Nacional
de Antropología. Excavaciones del Exvolador, primera mitad
del siglo XX. Este cajete fue encontrado como parte de una
ofrenda de miles de vasijas a un costado del Palacio Nacional
en lo que antes fuera el Mercado del Volador.
206
Por el padre las Casas se enteró de que“ estas vasijas
o tazas, que llaman xícaras, son de cierta especie de
calabazas, muy diferentes de las de Castilla y mucho
mejores, y son tan pintadas por de fuera y por de
dentro, que beberán cualquiera señor con ellas como
si fueron de oro o de plata... Todos los vasos, platos y
escudillas y los braserillos y las xícaras o copas y tazas
con que bebía, y todas las otras cosas en que se servía,
no habían de parecer más de una sola vez en toda su
casa” por lo cual, la producción y venta alfarera debió
ser voluminosa. (Fotografía de Charnay ca. 1880).
207
Gran Templo de Texcoco. Códice
Ixtlilxóchitl, folio 112V.
Diego contó con antiguos planos para
recrear el estilo arquitectónico del
Templo Mayor, con su doble templo
en la cima al que se llegaba con igual
número de escalinatas o el marco de
las entradas (vano compuesto de un
dintel sostenido por dos jambas).
Planta de México-Tenochtitlan en los Primeros
Memoriales del gran palacio de fray Bernardino de
Sahagún, que muestra los edificios principales del
recinto ceremonial de México-Tenochtitlan.
La recreación de la ciudad de Marquina de
la década de los cincuenta fue una de las
primeras reconstrucciones serias de la ciudad
de Tenochtitlan. Sin embargo, nótese la
posición de los volcanes en el horizonte: se
encuentran a la izquierda de la ciudad, con lo
que el Templo Mayor estaría orientado al Sur. Ya
desde 1917 se sabía que el Templo Mayor se
orientaba al Oeste, tal como es representado
en el mural de Palacio Nacional desde 1945.
208
Maqueta de templo mexica,
cerámica. Los elementos
arquitectónicos de las construcciones
mexicanas pueden notarse en los
modelos de barro que se exhiben en
el Museo Nacional de Antropología.
Diego sin embargo, no pudo ver esta
pieza, ya que en su registro señala
que llegó al museo en 1948.
209
Maqueta del recinto ceremonial de México-Tenochtitlan en
Sala Mexica. La maqueta del Museo se basó en los planos
de Ignacio Marquina, sin embargo, tras las excavaciones
del Proyecto Templo Mayor, iniciado en 1983, se hicieron
importantes descubrimientos que han modificado la
orientación de varios templos en la maqueta al día de hoy.
210
211
Mapa de Nüremberg. Hernán Cortés,
1524, ilustración del la Ciudad de
México que enfatiza el ámbito lacustre,
las calzadas que comunicaban a la isla
con tierra firme, así como la ubicación
de las ciudades costeras.
Vista de las elevaciones, volcanes y cerros en el
oriente de la ciudad de México hacia 1925.
El artista y editor Miguel Covarruvias (contemporáneo
de Rivera) realizó publicaciones de acuerdo con el
conocimiento de la época. Así explicaba las rutas de la
conquista a la ciudad de México-Tenochtitlan.
El formato del mural permitió a Diego
representar el Valle de México como nunca
antes, abarca las estribaciones montañosas del
Valle de México de Sur a Norte, desde el
Ajusco hasta el Cerro Gordo en Ecatepec.
Detalle del horizonte en el mural
Vista del volcán Popocatépetl, E. del Valle
-alumno de J.M. Velasco en la academiaóleo sobre tela, 1880.
José María Velasco, El Valle de México,
1894, óleo sobre tela. Rivera consideraba
a su maestro José María Velasco “el
mejor y mayor pintor del mundo” y
descubridor del Valle de México como
núcleo de la nacionalidad.
212
Páginas anteriores:
Diego colocó los edificios principales que se enlistan en
Sahagún y que se manejaban en la primera mitad del siglo xx.
Tras las exploraciones y el rescate del Templo Mayor en 1983,
se sabe que la planta del recinto ceremonial es distinta, y que
las pirámides de la izquierda deberían estar vistas de frente.
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Códice de Uppsala, Biblioteca Carolina Rediviva, Suecia, 1550 (75 x 114 cm.). Se trata del segundo mapa
más antiguo de la Ciudad de México, Muestra caminos, edificios y canales llenos de vida, con hombres
trabajando, animales y plantas. También es rico en símbolos, tanto españoles como aztecas.
Fue regalado a Carlos V por Alonso de Santa Cruz en 1567, luego llegó a manos de Gustavo III de Suecia
hacia 1792. En el mapa se reconoce la ciudad de manera desproporcionada con relación al tamaño del lago
pero es una muestra fidedigna de la apariencia de la metrópoli en las primeras décadas de la Conquista. En
1892 fue regalada una copia a México con motivo del 400 aniversario del Descubrimiento de América.
215
La ciudad de México-Tenochtitlan fue construida
en medio del lago en una zona de poca
profundidad. Esto requirió de complicados sistemas
de ingeniería para elevar la tierra por encima del
nivel de las aguas. Al momento de la llegada de los
conquistadores, tenía 13,5 Km2.
Theodore de Bry realizó en Europa en el sigo XVI espléndidos libros sobre distintos lugares
y civilizaciones del mundo, las noticias sobre la gran ciudad mexica llegaron por medio de
narraciones escritas, mismas que fueron interpretadas por grabadores que mediante el uso de su
imaginación recrearon lo que ellos pensaban eran esas tierras, las cuales nunca habían visitado.
Por tal motivo los templos y palacios tienen características europeas con canales estilo venecianos,
dado que ese era su único referente. La posición y trazo de la ciudad de alguna forma semejan
con la realidad si se hace una lectura del mapa con esas salvedades.
Traslado de un monolito. Diego, al vivir de cerca la cotidianidad
del Museo Nacional, fue testigo de los numerosos hallazgos que
ocurrían en el país y que luego eran trasladados al museo. Estas
escenas debieron construir toda una mística en el artista, ya que al
ver el trabajo que costaba moverlas en su actualidad, no podía sino
admirarse que con la tecnología indígena se realizaran tales obras.
Es de sorprender el parecido del centro de la gran plaza de la Ciudad de México- Tenochtitlan
pintada por el maestro y el detalle del grabado del siglo XVI. En los años que fueron pintados los
murales poco se conocía de la forma del Templo Mayor. Los descubrimientos apenas comenzaban.
216
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Tamemes en Lienzo de Tlaxcala y Códice Laud.
Como se ha dicho, el oficio de tameme
o cargador fue muy importante en la
construcción del México Antiguo, ya que no
existían bestias de carga y por tanto, el uso de
la rueda no constituyó gran utilidad.
Y una vez más, Sahagún nos amplía sobre quiénes tenían derecho
sobre el repartimiento del cuerpo:
Cuando entre dos o tres o más cautivaron a uno de los enemigos,
dividían en esta manera: el que más se había señalado en este
negocio, tomaba el [torso] y el muslo y pierna derecha; y el que
era segundo tomaba el muslo y pierna izquierda; y el tercero
tomaba el brazo derecho; y el cuarto el izquierdo; ...a partir de
ese momento, el guerrero podía usar distintivos de valentía y
nobleza, licencia para que pudiese teñir el cuerpo... le daban
dones ...una manta con unas listas labradas de color morado y
otra manta labrada de otras ciertas labores... y tienen barbotes
largos y orejeras de cuero, y borlas en las cabezas.114
En el Códice Mendoza, lámina LXVI, pág. 136, se nombra a los cuatro
guerreros que:
Habían alcanzado más alto grado en el ejército… capitanes y
generales de la gente guerrera de los ejércitos son: Tlacochcálcatl:
el de la casa de las lechas; Tezcacoácatl, serpiente
de espejos; Tizoyahuácatl, el enemigo senador, y
Tocintécatl, el gusano del maíz.115
Este último lleva la misma vestimenta que el guerrero que
prueba suerte con la prostituta. Además, se representa a un
padre que acompaña a su hijo, quien por el adorno que lleva
en el labio ha probado ya su valentía en combate, ofreciendo un
guajolote. A un lado, un pequeño de 13 años es guiado por su
abuelo que lleva el mismo peinado de los dos guerreros anteriores,
característico de quienes se habían distinguido: “en la deinición
de la patria y en ser varón esforzado y valiente como tigre y
águila en las guerras”,116 ofreciendo una lauta elaborada con
un fémur humano y un trofeo de guerras pasadas para mercarlo
por la transición sexual de niño a hombre de su nieto.
La escena anterior es un ejemplo de cómo articula Diego
la información de las fuentes para crear una cotidianidad
hiperrealista, aderezada con objetos, cuyas funciones están
claramente deinidas en el mural. Por ejemplo: en la sección de
cerámica fueron retratadas, un par de ollas Tláloc que hoy son
El sacrificio humano y la antropofagia ritual en el
México Antiguo están muy bien documentados en
códices y otros vestigios arqueológicos por lo que Diego,
con todo y su gran admiración por este pasado, no
omitió hablar de ello sin tabúes.
El oficio de cargador seguía en
uso hasta el siglo XIX y llamó la
atención de los viajeros europeos
quienes lo ilustraron en repetidas
ocasiones para poder mostrar en el
viejo continente la versatilidad de
cosas que podían transportar.
mostradas en la primera Sala de la Casa Azul, a los lados de la chimenea.
Estas vasijas, antes de llegar a su colección, permanecieron sepultadas
durante cuatro siglos, o fueron enterradas como ofrendas tras el ritual al
dios de la lluvia, y antes de ello debieron ser vendidas en el mercado de
Tlatelolco después de ser fabricadas.117
De igual manera su tratamiento para hacer gráico el sistema de valores,
no sólo morales y cosmológicos, sino también comerciales, da irmeza a la
realidad representada. Notemos las proporciones en el intercambio de cada
producto: una veintena de tortillas por un pocillo de sal; un cesto de frijoles
por tres granos de cacao; cuatro canutillos de oro por un cántaro de pescado,
etcétera.
En cada una de las acciones de compra y venta se enfatizan los medios
de pago de los compradores, y Rivera logró destacar con gran naturalidad
el valor de los productos al mostrar sus equivalencias:
Se vende en estas plazas cuantas cosas se crían en la tierra, y todo son
moneda, en unas truecan por otras. La moneda que más generalmente
corre por todas partes son unas como almendras que llaman cacáhuatl
en otras partes usan unas mantas pequeñas que llaman patol coachtli…
en otras partes usan mucho de unas monedas de cobre o así de hechura
... Adonde hay mucho oro también tenemos canutillos de oro...
muchos tostones de 2, 3 y 4 reales, y a todos los llaman tomines;
pero muy bien saben cada tostón de cuántos tomines es.118
Códice Mendoza, Lámina LXVI. En esta
sección del Códice Mendoza se enlista
a la gente guerrera, Diego extrajo al
personaje de la derecha pero como se
puede ver, también le colocó maquillaje
facial y corporal que no aparecen en el
códice pero a los que tenía derecho por
haber cautivado en guerra.
En la actualidad hay estudios que permiten conocer que incluso existían
luctuaciones en los precios según la producción: “En 1525, un grano
bastaba para comprar unos 57 gramos de maíz; 15 años después, ese
mismo grano se cambiará por 460 gramos.119
En el mural también se establecen perfectamente los roles de cada
personaje, quién es vendedor y quién comprador, resaltando la participación
femenina en las transacciones. Eulalia Guzmán airmaba que “los pueblos
de Anáhuac practicaron el comercio en pequeña y gran escala. En ambas
formas tomaron parte importante las mujeres”.120
Otra de las escenas que se han popularizado es la de la niñita que carga
a su muñeca en la espalda y jala un perrito con ruedas modelado en barro,
que se exhibía entonces en el Museo Nacional. Estas igurillas zoomorfas
corresponden a la cultura de Remojadas en Veracruz hacia el año 300 d.C.
y no se han encontrado otros ejemplares similares en el centro de México
Páginas anteriores:
En México existía una enorme especialización de
médicos y hierberos. El Teapatiani “curador de la mollera”
presionaba el paladar de los niños para reacomodar la
fontanela. Detalle de médicos en mercado.
220
221
El francés Desire Charnay fue
el primero en fotografiar y
documentar la riqueza de las
culturas indígenas de México a
mediados del siglo XIX.
y mucho menos de la época de los mexicas. Esta pieza tiene, sin
embargo, una historia especial, ya que al ser descubierta en el
poblado de Cerro de las Mesas por el arqueólogo estadounidense
Matthew Stirling en 1941, propició eufóricas especulaciones
sobre los conocimientos en ingeniería del nuevo continente y fue
presentada en la National Geograic Magazine que documentaba
la expedición en su ejemplar de septiembre de 1941.
Al terminar los murales, Diego colaboró en exposiciones del Museo
de Antropología, prestando objetos de su colección y reforzando los
guiones museológicos, al tiempo que realizaba los paneles de 1945.
En este momento buscó renegociar el presupuesto para los cuadros
ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público logrando un nuevo
convenio y prórroga para terminar los tableros. No obstante la
presión ejercida por la Secretaría, comenzaría el trabajo hasta 1950.
Para Diego desde pequeño, los hallazgos
numerosos tiestos cerámicos en las excavaciones
de la ciudad de México y en los campos de
cultivo de los alrededores debieron crear
incógnitas que buscó responder en sus murales.
Ya de adulto, el artista comprendió que la
producción de vasijas era uno de los trabajos
más intensos del México Antiguo. En el mural
del mercado aplica un gran esfuerzo por
reconocer la labor de este gremio artesano al
incorporar toda una sección dedicada a la venta
de estos productos al interior del mercado.
La muñeca que lleva la niña en la
espalda corresponde a un conjunto
de figuras de barro teotihuacanas
articuladas que se cree, eran juguetes de
entrenamiento para la maternidad, de
igual forma, el perrito con ruedas se
piensa, era un juguete. Detalle Niña y
Perrito en Mural
222
Ollas Tláloc, barro, cultura
mexica ca. 1500 d.C., Museo
Casa Azul. Las ollas Tláloc eran
utensilios de primera necesidad
para la sociedad mexica, ya
que con ellas se efectuaban los
ritos propiciatorios de lluvia
que alimentaban los campos de
cultivo a los que se dedicaba la
mayoría de la población.
Figurilla de perro con ruedas,
barro, cultura de Remojadas,
Veracruz, ca. 200-600 d.C. Museo
Nacional de Antropología. Su
hallazgo creó especulaciones sobre
las “habilidades en ingeniería” del
pasado indígena de México.
Escultura de mujer casada tallada en
piedra basáltica, Museo Anahuacalli,
cultura mexica, c. 1500. Este
extraordinario ejemplar representa a las
mujeres casadas, pilares del hogar bajo la
visión mexica. El peinado, que denotaba
su estado civil, servía para que los demás
hombres no la pretendieran, (En el mural
vista de espalda).
Cajete teotihuacano con tapa. Los vasos trípodes
de paredes rectas y tapa son característicos de la
cultura teotihuacana, de la que los mexicas sólo
conocieron su fama y sus ruinas, ya que para su
tiempo, tenían 700 años de haber abandonado su
ciudad. Sin embargo, las antigüedades eran bien
conocidas y valoradas. Seguramente se vendieron
algunos de estos restos en el mercado, aunque su
223
precio debió ser altísimo.
Folio 672v del Códice Florentino,
libro 4º. Ya que el maíz no se
conocía en Europa, al ser descrito
su cultivo, se ponía especial
atención de señalar todo el ciclo
reproductivo del cereal.
La agricultura constituyó la actividad
primordial del México Antiguo, por
encima de la guerra y el comercio.
Los rituales agrícolas y sus deidades
suman más de 50 entidades que
describen los distintos elementos y
procesos necesarios para cosechar los
frutos de la tierra.
A Diego le llamaron especialmente la
atención las representaciones artísticas
de elementos cotidianos, por ello buscó
colectar esculturas como ésta que representa
una calabaza, hoy en el Museo Anahuacalli.
Escultura de calabaza, mexica, Museo Nacional de
Antropología. La piedra verde en el México Antiguo
conllevaba un extraordinario valor. Esta calabaza está
realizada en una fina diorita de color verde intenso,
demostrando así el valor que daban a este alimento.
224
225
En los listados de productos que debían tributar
las provincias sometidas del Códice Mendoza y la
Matrícula de Tributos, encontramos que muchas de las
poblaciones debían entregar hasta ocho juegos de
400 mantas (3200) decoradas con distintos diseños.
El gremio dedicado a extraer el material e hilar el
algodón era muy grande en el México Antiguo.
Aunque Diego no dedicó un mural específicio para el algodón, en
las grisallas del mercado busca mostrar las principales artes, entre
ellas la del hilado. La manufactura de textiles era enseñada a todas
las mujeres en distintos momentos, según su edad y la complejidad
del trabajo. El común del pueblo utilizaba prendas hechas en ixtle,
por lo que desconocían cómo hacer el hilo de algodón.
En el Códice Mendoza también se señala la
edad a la que debía enseñarse la técnica del
hilado de cintura a las hijas.
El maguey por su parte, también servía
para extraer fibras con las que se hacía
ropa de calidad inferior. Sin embargo,
su trascendencia la obtuvo por brindar
el pulque y porque por años se creyó
que de él se extraía el papel con el que
estaban hechos los códices.
Escultura-candado, Culturas del Centro de
Veracruz, 450-800 d.C., Museo Anahuacalli. Hasta
la fecha no se sabe para qué eran utilizadas estas
enigmáticas esculturas, algunos creen que eran
para pegarle a la pelota por haberse encontrado
asociadas a otros elementos del juego. Rivera cree
que servían para aplanar el papel.
226
Las ventajas del algodón fueron
reconocidas de inmediato
por los conquistadores, por lo
que la continuidad y tamaño
de este gremio se mantuvo y
aumentó durante la Colonia.
Los indígenas ya cristianizados
aparecen realizando la pizca.
Diego no menciona el
cultivo del amaranto, ya
que de este sólo se sacó
provecho mayoritariamente
en México.
227
Diego exaltó a Tláloc, dios del trueno y
la lluvia, lo reconocemos en varios de sus
murales ya que su importancia como dios
agrícola produjo un sinfín de representaciones
de su rostro, conformado por dos serpientes
entrelazadas. Así lo representó también en un
mosaico en el techo del Anahuacalli.
Escena del Códice Florentino que muestra la
entrega de mazorcas de maíz al templo en la
temporada de cosechas. Diego sintetiza la idea
al colocar al Tlatoani, al guerrero águila y al
sacerdote enarbolando los símbolos del sol, la
lluvia y la fertilidad. Frente a ellos, un grupo
de macehuales o gente común, entregan
su “ofrenda-tributo” al templo con el que
llenaban las arcas del Estado.
228
Diosa Chicomecóatl, mexica, ca. 1450-1520 d.C.,
Museo Anahuacalli. Rivera también representó
profusamente a las diosas de la agricultura,
sosteniendo las mazorcas que ellas patrocinaban.
Códice Tovar, Sacrificio Gladiatorio. Las
órdenes guerreras tenían una importancia
tanto ritual como económica, ya que ellas
ayudaban a vigilar el pago de los tributos.
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Primeros Memoriales, Lámina
262r. Se muestra que el pequeño
Yacatecuhtli colocado en un
pedestal entre la procesión de
comerciantes mexicas en el
mural, es una copia idéntica al
personaje del códice.
El xiquipilli es la bolsa de copal,
ahí también se guardaba el tabaco
y los utensilios para fumarlo
pero, cuando aparece asociado a
algún material o cosa, representa
la cantidad de ochomil. Es por
ello que lo encontramos en
repetidas ocasiones en los códices,
tanto fiscales como onomásticos
y mitológicos. En orden de
aparición, aquí presentamos: en el
Mendocino, Azoyú y Borbónico.
Mural Cultura Totonaca, fiestas y ceremonias, 1950, 4.92 x 5.26 m.
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Plenitud, representación del pasado-presente en el Códice Rivera
si son totonacas, huastecas o la combinación de ambos.125 Sin embargo, hacia
1943, José Luís Melgarejo escribió su libro Totonacapan –parteaguas ideológico
de la concepción étnica del centro de Veracruz–, y consignó como totonaca a
Papantla, donde se erige el sitio arqueológico.
Totonacapan era el nombre con el que los mexicas designaban el gran
territorio del centro de Veracruz habitado por los tutu-nacú (nuestro corazón, en
totonaco).126 La riqueza de productos que los mexicas obtenían de suelo totonaco
aparece en las láminas 26 a 30 de la Matrícula de Tributos, mientras que fray
Toribio de Benavente Motolinía reproduce una la lista con 68 pueblos que
tributaban a la La Triple Alianza (México, Texcoco y Tlacopan), Papantla
ocupaba el lugar 41.127 Por esta razón entendemos la confusión que a todas
luces ocurre en el mural.
Omitiendo lo anterior, la cantidad de detalles documentados que se
materializan gráicamente sorprenden, sobre todo si se hace la vinculación entre
la fuente historiográica, el códice y la acción; por ejemplo, sobre la apariencia
del pochteca mexica, Clavijero menciona:
Cultura Totonaca, iestas y ceremonias,121 (1950).
Una cuarta época ocurre con la producción de 1950 y 1951, empezando por el
mural Los totonacos, llamado posteriormente Fiestas y ceremonias, que en realidad
debería llamarse “el comercio”, “el tributo”, o incluso “la iscalización imperial”.
Esta vez Rivera no se centró en la forma de producción de los indígenas, como
ocurre en murales anteriores; en lugar de ello interpretó gráicamente cómo el
Estado recolectaba el producto del trabajo a través del tributo y las ofrendas que
el pueblo entregaba a los templos.
En el mural Cultura totonaca reconocemos numerosas crónicas, estudios modernos,
maquetas museográicas, relieves y piezas arqueológicas, con las que logra balancear
las artes, la producción, las relaciones de producción e interétnicas, la recreación y la
ritualidad, para hacerlas coincidir en un mismo punto.
De acuerdo con fray Bartolomé de las Casas, los productos se entregaban
en diferentes épocas del año en ceremonias en las que se ofrendaba a los templos un
porcentaje de la producción, misma que era utilizada y redistribuida por los gobernantes
y en algunas ocasiones se consideraba parte del tributo.122
Llevaban ciertas insignias que los daban luego a conocer, especialmente
una vestidura verde a manera de dalmática... En la mano derecha
llevaban una lecha levantada con la punta para abajo; en la izquierda
una rodela y, colgada del mismo brazo, una redecilla en que llevaban
su piciete (tabaco)... para su mayor seguridad; llevaban cada uno
un báculo negro y liso que, según decían, era la imagen de su Dios
Iyacatecutli.128
En este mural se describe el momento en que una procesión de pochtecas o
comerciantes mexicas, llegan a conocer a los totonacos del Tajín, dos culturas
separadas en el tiempo por al menos 250 años, hecho que ha opacado los verdaderos
alcances del mural.
No obstante esta imprecisión, Rivera fue aconsejado por parte del personal académico
del Museo Nacional, ya que en el Informe de labores de Rafael Orellana T., del 9 de junio
de 1950, el investigador enlista como parte de sus actividades laborales haber
asesorado al pintor durante un par de meses acerca de la zona arqueológica de El
Tajín y el juego de pelota indígena.123
Solían también enviar con los embajadores un ídolo de Huitzilopochtli,
encargando al pueblo que motivaba la guerra, le diesen lugar entre sus
dioses y le tributasen el culto que se le debía. La embajada respondía
con un buen presente de oro, piedras preciosas o plumería, protestando
su reconocimiento y sumisión al soberano que lo requería.129
En cuanto al conocimiento académico que entonces se tenía de esta ciudad
prehispánica, Agustín García Vega y José García Payón habían reconstruido y
consolidado parte del sitio –en especial la zona que aparece en el mural– a lo largo
de 1929-1937 y 1938-1946, respectivamente. Para entender el error cronológico del
mural y que seguramente también tuvo el arqueólogo del museo, debemos tener en
cuenta que, si bien estos trabajos arqueológicos rescataron mucho material que
se podía consultar en el museo, fue hasta 1969 cuando García Payón realizó los
estudios estratigráicos y la secuencia del sitio fechado entre el 800 y el 1100 d.C.,
con la ayuda de Paula y Ray Kroster.124
Hoy por hoy, las características estilísticas de El Tajín crean problemas para
deinir étnicamente a sus pobladores y los estudiosos no han podido demostrar
De lo contrario, aceptaban las consecuencias con el Imperio.
Para representar al pochteca principal, Diego calcó a Yacatecuhtli, dios del
comercio, que se ilustra en el folio 17 del Códice Florentino, tomo I; la imagen
del dios por su parte, está calcada de los Primeros memoriales del Real Palacio,
lámina 262r y el resto de la comitiva de los códices Mendoza y Florentino, en los
que se representan de igual manera. El manejo de los detalles es ingenioso, las
fuentes hablan de las actividades de este gremio:
Voladores de Papantla. A finales del siglo
XIX y principios del XX la ceremonia de los
voladores se practicaba en un tronco alto
pero ya vestidos con el típico traje de los
totonacos de Papantla.
232
Los rituales asociados a los frutos
de los árboles eran llevados a cabo
sobre vigas verticales elaboradas con
troncos de árboles, simbolizando la
maduración y colecta de los mismos.
Puede ser este el origen de prácticas
como el ceremonial del volador.
Grabado del siglo XVII.
En Papantla,Veracruz, se encuentra la
ciudad de El Tajín, la cual es reconocida
por la Pirámide de los Nichos, una de
las más singulares de México. Grabado
de principios del siglo XIX.
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La primera noticia sobre El Tajín fue
publicada en la Gazeta de México del 12
de julio de 1785: “...un edificio de forma
piramidal con cuerpo sobre cuerpo a la
manera de una tumba hasta su cima o
coronilla.” La descripción iba acompañada
de este dibujo firmado por un tal “García.”
Páginas siguientes:
Diego utilizó diversas fuentes para armar
sus escenas, como por ejemplo, uso las
maquetas que se encontraban en el antiguo
Museo Nacional, anexo a Palacio Nacional.
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Estado de la Pirámide de los Nichos en
1928, foto tomada para la creación de la
Carta Arqueológica presentada en el Congreso
de Americanistas de Nueva York en ese año.
Así se encontraba la pirámide al iniciar los
trabajos de excavación de Agustín García
Vega y José García Payón.
En el México antiguo, las ofrendas de
los templos provenían de la producción
de cada sector de la población y servían
a los pueblos para cumplir con sus
compromisos comerciales y tributarios.
detalle procesión de ofrendas.
Este juego se realizaba en el tlachtli o tlachco, cancha, cuya
disposición era:
Los mexicanos usaban a los comerciantes como espías y como provocadores
de conlictos. Tenían espías en categoría de comerciantes que sigilosamente
registraban por la noche cada pueblo que iba a ser atacado. Al regresar a sus
campos de guerra mostraban planos de los pueblos, basándolos sobre la arena,
para que el jefe y sus generales los estudiaran antes de atacar.130
Un corredor con dos paredes gruesas, y subiendo van
saliendo las paredes afuera y ensanchando el juego de lo
alto... tenía sus escaleras para subir encima, y de todas
partes había mucha gente a mirar cuando jugaban.137
Clavijero menciona que se les llamaba quimichtin o ratones, y disfrazados
llegaban al terreno enemigo a observar las disposiciones y el número y la calidad
de las tropas con las que debían enfrentarse,131 mientras que Sahagún airma
que se les llamaba nahualoztomeca.132
La justiicación de utilizar a los jugadores como capitanes del ejército
y embajadores proviene de Clavijero, quien señala que estos juegos
eran “de gran utilidad al Estado; porque, además de la diversión... se
agitaban y ejercitaban para las fatigas de la guerra”138 hecho que en
el mural se demuestra con la no completa sumisión de la embajada
totonaca.
Para la comitiva femenina, el artista consultó nuevamente al padre
San Bernardino de Sahagún:
El mural continúa en este orden conforme a las fuentes:
Sus asientos eran unos taburetes bajos de madera, o palma, o de cierta especie
de canas, a las cuales llamaban icpalli, palabra que los españoles alteraron en
equipal…133
El pochteca lleva consigo uno para sentarse en: “la audiencia en donde lo esperaba
el dicho señor con sus consejeros…” en esa reunión ofrecían copal al fuego y fumaban
tabaco, ambos llevados en el interior de sus xiquipilli,134 bolsa que cuelga del icpalli en
el mural.
Si bien para representar a la comitiva mexica (a la izquierda) se tenía al alcance una
gran gama de fuentes pintadas y escritas, para los totonacas (derecha) Diego echó mano
de descripciones y abundantes restos arqueológicos:
Sahagún describe a los totonacas como:
De cara larga y las cabezas chatas; en su tierra hacen grandísimos calores,
andan calzados y traen joyas y sartales al cuello, y se ponen plumajes, y se
ponen otros dijes.135
Descripción que coincide con los personajes que aparecen
en los seis relieves del juego de pelota Sur de El Tajín
(representado del lado izquierdo del mural), en especíico
del relieve noreste, en el que vemos a tres personajes en
el centro ataviados como jugadores de pelota: con yugo,
palma, rodilleras y el glifo de Ollin a la espalda, del cual
pende la cauda; el personaje central es sostenido del brazo
por la izquierda, mientras que el de la derecha sujeta un
cuchillo con el que lo sacriicará.136
Páginas siguientes:
A principios del siglo XX, todavía se practicaba
el ceremonial del volador con los atavíos de las
águilas, tal como aparece descrito en las fuentes y
en grabados antiguos como el de Chavero en el
México a través de los siglos.
Las mujeres se ponen naguas pintadas y galanas y camisas...
ametaladas de colores y lo mismo las camisas… tienen los
dientes todos aguzados tenían por ornamento brazaletes de
oro en los brazos, y en las piernas unas medias calzas de pluma,
y las muñecas de las manos una [pulsera] de chalchihuites;
en la espalda unos plumajes redondos a manera de grandes
mosqueadores de hojas de palma... las mujeres se engalanan
mucho y pónense sus trajes,
andan muy bien vestidas,
traen sus trenzas en las
cabezas.139
Códice Florentino, folio 23. Se ilustra a los pochtecas
mexicas, nótese cómo esta imagen sirvió para
pintar al resto de la comitiva de comerciantes, su
vestimenta, la forma en que llevaban la carga y el
icpalli o asiento de los señores pochteca.
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Altar piramidal en la casa del artista que sirve de mueble
museográfico para exhibir las piezas de Diego en el jardín de
La Casa Azul (ya sin la palapa original).
Códice Florentino, Tomo I, Folio 17. Este
dios de los comerciantes “Yacatecuhtli” era
muy importante para México-Tenochtitlan,
puesto que su gremio, siempre devoto y
conocedor de los caminos y las materias
primas de cada región, precedía las
campañas de conquista del Imperio.
Los comerciantes mexicas comenzaron a ser temidos por
señores en Quauhtenanco, donde ocho ciudades aledañas
a Tehuantepec los sitiaron durante cuatro años tras los
cuales, fueron derrotados por los comerciantes de México.
A partir de entonces se les permitió conquistar pueblos.
(Detalle de pochteca en mural).
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A pesar de que el Juego de Pelota Sur en
El Tajín se encuentra exactamente en el lugar
en el que se observa en el mural –adosado al
edificio 5–, la cancha es mucho más parecida
a la del Conjunto Norte en Chichén
Itzá. Para este momento, aún no se había
reconstruido del todo esta zona del sitio
arqueológico. Detalle mural juego de pelota
(costado izquierdo).
Página opuesta:
Entre los productos que ofrecen los
totonacas están las plumas de quetzal, una
bola de hule, un atado de vainillas, cacao,
tabaco y frutas tropicales. Todos ellos eran
muy apreciados en México-Tenochtitlan
por tratarse de objetos y productos de
lujo, (Detalle de comitiva totonaca).
El juego del volador tiene
connotaciones calendáricas muy
interesantes, ya que los cuatro
personajes que bajan por las cuerdas
representan a los cuatro cargadores del
año, que al dar trece vueltas completan
un ciclo de 52 años, lapso que
conformaba una era o siglo indígena.
248
Esta descripción se adecua claramente, pero de manera errónea, a las “iguras
sonrientes” del centro de Veracruz, esculturas antropomorfas de cerámica hueca
realizadas en el periodo Clásico (200-900 d.C.). Este enigmático conjunto ha
provocado un sinfín de discusiones en torno al signiicado de las sonrisas y se ha
llegado a proponer incluso que se trata de la representación de la risa, de la que
algunos años después, Octavio Paz aseveraría: “Si alguna signiicación tiene [la
risa de estas iguras], es divina y no humana”140
La gran proliferación de estas esculturas por el territorio central veracruzano
ha producido que sean reconocidas en colecciones de todo el mundo. En este caso,
el modelo se trata a todas luces de la “carita sonriente” de la colección de Diego
Rivera, hoy en el Museo Anahuacalli. Colmado de exhaustividad académica,
el artista retoma de Clavijero para colocar el pendón con que se proporciona
sombra al embajador totonaco, cuando hace referencia a las armas, y menciona
la forma del estandarte totonaca como “...unas plumas verdes en forma de
sombrajo… [con la forma de los] mosqueadores.”141
Hasta este momento, Rivera favorece el uso de los códices coloniales como
fuentes pictóricas, pues como ha apuntado la curadora e investigadora Betty
Ann Brown, estas fuentes debieron ser más accesibles por estar acompañados de
textos explicativos en español y ser visualmente más comprensibles.142
Rivera incursiona también en el Códice Borbónico, cuya primera parte
–dedicada al calendario ritual– es prehispánica y la segunda, que explica las
iestas de las veintenas (mes indígena de 20 días) pertenece al periodo colonial.
En la lámina 28 retrata la iesta Xocotlhuetzi, “el fruto cae”, para representar la
temporada del año en que ocurre la maduración de la fruta.
La ceremonia presenta a un grupo de personas, que tomadas de la mano bailan al
son de un huéhuetl, o tambor –tocado en la cúspide de una plataforma– , alrededor de
un mástil ataviado en la cima con banderas e insignias de papel y un fardo funerario
–que representa tanto el fruto como el tonalli o energía de los guerreros muertos.
Es interesante notar que el mástil es sustituido por otro que aparece en la lámina
8, en la trecena 1-Pedernal por un ojo estelar atravesado por dos espinas, lo que
crea el glifo ollin o movimiento.
La ceremonia terminaba cuando los danzantes se precipitaban hacia el
mástil, lo escalaban y tiraban de lo alto el xócotl o fruto mientras los demás
peleaban por conseguir un pedazo de éste.143 En el mural aparecen además
otros seis mástiles que cargan una caja con distintos frutos tropicales adentro.
Las crónicas mencionan también que en ocasiones, el xócotl era vestido con la
imagen del guerrero muerto, un militar ataviado con las insignias del águila, que
simbolizaban el sol poniente como fecundador.
Arriba derecha:
Relieve Noreste del juego de pelota Sur, Tajín,Veracruz,
ca. 900-1100 d.C. Este relieve está adosado a los muros
de la cancha de juego y escenifica las prácticas que se
realizaban en torno al rito deportivo. Diego extrajo a los
personajes y les dio volumen para tratar de dar mayor
realismo a sus atuendos.
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Diego relacionó estas explicaciones con el juego del
volador, mejor conocido como los voladores de Papantla de
esta forma:144
Se hacían algunas grandes iestas [donde]... Buscaban en
la selva un árbol altísimo, fuerte y derecho, y despojándolo
de todas sus ramas y corteza, lo llevaban a la ciudad y
lo ijaban en el centro de una gran plaza. En la punta
del árbol ajustaban un madero cilíndrico, el cual dan los
historiadores el nombre de mortero,... De este madero
tendían cuatro sogas fuertes que servían para sostener un
bastidor cuadrado que colgaba poco más abajo del madero cilíndrico.
Éstos, disfrazados de águilas, garzas y otras aves, subían con suma agilidad
al bastidor... y, arrojándose con violencia, comenzaban su vuelo con las alas
extendidas.145
Así se les representa en un grabado del Tomo I de México a través de los siglos, escrito
por Alfredo Chavero en 1894, quien desde entonces señala que “el pueblo aún lo usa, pero
es un palidísimo recuerdo.”146
Para dar vida a los músicos, el artista recurre una vez más a las representaciones del
Occidente de México. Los personajes que tocan en la plataforma adyacente a la Pirámide de
los Nichos están inspirados en las igurillas de las Tumbas de Tiro de su colección.
Por último, debemos resaltar que en esta etapa Rivera parece adentrarse con mayor
profundidad en su colección de arte prehispánico. En el recuadro derecho de la grisalla
retrata un yugo147 en forma de batracio, un hacha148 similar a una cabeza de guerrero y una
palma ornamentada con un jaguar descendente.
Un escultor talla la Estela de Aparicio que originalmente ornamentó los muros internos
de una cancha de juego de pelota encontrado en la población de Aparicio en Veracruz.
Representa a un jugador decapitado que viste dos de las insignias descritas: el yugo y
la palma. De su cuello cercenado, brotan siete serpientes
que simbolizan la sangre y el nombre de la diosa de
la fertilidad Chicomecóatl, que en náhuatl signiica
“Siete-Serpiente.”149 En grabados en piedra como éste
o como la Lápida de Tepetlaxco –ambos asociados a
las canchas de juego– se reconocieron yugos, hachas
y palmas como instrumentos relacionados con los
jugadores.
Con justa razón, al terminar este mural, Diego
–feliz del resultado obtenido en su fresco– decide
tomarse unas vacaciones. 150
252
Fragmento de Escultura “Carita Sonriente”, Centro de
Veracruz, 200-650 d.C., Museo Anahuacalli. Nótese
como Rivera retrató exactamente el ejemplar que tenía
en su colección, tiene el mismo peinado y la misma
mutilación dentaria.
Lámina 10 del Códice Borbónico,
en la que se representa la fiesta de
Xocotlhuetzi. Al centro aparece el
poste sobre el que eran colocados
los frutos, y que los devotos
debían escalar para tirarlos al
suelo. En este caso, en la cima está
el glifo Ollin o movimiento.
Figurillas de músicos, barro,
Tradición de las Tumbas de
Tiro, Museo Anahuacalli. Una
vez más, el uso de la cerámica de
Occidente aparece en el instrumental
precortesiano, limitado a los
instrumentos de viento y percusión, lo
que varía de forma mínima entre las
distintas culturas de Mesoamérica a lo
largo del tiempo.
253
El cultivo de los guajes y el arte textil. Diego conmemora aquí
el ingenio para hacer uso de los frutos de las cucurbitáceas para
fabricar recipientes, así como los complejos entramados textiles,
célebres en la región. Pero no sólo eso, sino que también
enfatiza claramente la deformación craneana de las clases nobles
que se acostumbraba en la región.
El cultivo de las frutas tropicales: papaya, piña, mango,
guayaba y tamarindo. Como ya lo había señalado en
en sus frescos verticales, Diego reafirma la oriundez
de estos frutos.
Finalmente y no por ello menos importante,
Diego hace un homenaje al arte escultórico y
al deporte nacional, el juego de pelota, el cual
estaba revestido de gran simbolismo y valor,
tanto cosmológico como económico.
Elemento para el juego pelota, Centro
de Veracruz, Museo Anahuacalli. Hacha
antropomorfa perteneciente a la colección del
Museo Anahuacalli. Nótese cómo fue retratada
de manera fiel.
Talega o Mátlatl, nahuas, totonacos
y huastecas de Hidalgo, corteza de
carrizo e hilo de cáñamo, Museo
Casa Azul, Frida Kahlo. Diego utilizó
esta tradicional artesanía de la zona
de las huastecas que seguramente
compró en alguno de sus viajes, ya
que se encuentra exhibida en la que
fuera su casa de Coyoacán.
Cráneo con deformación procedente de
Remojadas Veracruz. A mediados de siglo XX, en
las excavaciones en el sitio, José García Payón
extrajo varios ejemplares de figurillas sonrientes
asociados a este cráneo humano femenino.
Algunos de estos ejemplares fueron a parar a
las vitrinas del salón de cráneos en el Museo
Nacional, frecuentado por el artista.
Fragmento de Carita Sonriente, culturas del
Centro de Veracruz, 200-600 d.C. Museo
Anahuacalli. El arqueólogo Alfonso Medellín
Zenil excavó el sitio de Remojadas,
en Veracruz, entre 1949 y 1950, de la
exploración resultó un estudio acerca de
las Caritas Sonrientes, amplio complejo
cerámico de esculturas antropomorfas cuya
sonrisa ha producido nutridos debates.
254
255
Detalle del Atlas Arqueológico de Antonio García Cubas donde se aprecia un yugo zoomorfo
(izquierda) junto a otras colecciones del Museo Nacional, litografía del siglo XIX.
Hacia fines del siglo XIX, las publicaciones del Museo Nacional retrataban alegorías de las
colecciones que resguardaba, y que representaban las distintas culturas y técnicas artísticas del
mundo prehispánico. Es probable que así lucieran cuando se exhibieron en la Universidad,
amontonadas y desordenadas. Como marco de la composición, aparecen también algunas
reproducciones que se realizaron para ejemplificar las magníficas obras de arte plumario, como
escudos, banderas e insignias, de las que sólo contamos con registros gráficos en los códices.
En este recuadro de la grisalla el
artista representa al gremio escultor
totonaco, y recrea una escena
de la vida cotidiana, a partir de
objetos arqueológicos reales que se
encontraban en su colección y en el
Museo Nacional de Antropología.
Detalle grisalla juego de pelota.
Elementos para el juego pelota, Centro de Veracruz,
Museo Anahuacalli. Yugo zoomorfo.
Palma zoomorfa, Culturas del Centro de
Veracruz-Totonaca, Museo Anahuacalli.
Se cree que estas esculturas están
relacionadas a los jugadores del juego
de pelota. El personaje de la Lápida de
Aparicio lleva una encima del yugo por
la parte frontal en forma de ala; en la
base de estas esculturas notamos la talla
de una forma arqueada que podría servir
para poder amoldarse, sin embargo, es
difícil que se usara durante el juego. Es
más probable que sirviera como insignia,
en este caso, la del jaguar.
Estela de Aparicio, Centro de Veracruz, 200-600 d.C. Museo
Nacional de Antropología. Las siete serpientes que brotan del
cuello cercenado del jugador crean el nombre calendárico de
Chicomecóatl, la diosa de la fertilidad. Por esta razón se piensa
que el juego también tenía connotaciones agrícolas.
256
Lápida de Tepetlaxco, Orizaba Veracruz, 200-600 d.C., Museo
Nacional de Antropología. La Lápida de Tepetlaxco es un elemento
clave para interpretar la parafernalia del juego de pelota. El jugador
es ayudado a vestir las protecciones necesarias para el juego. Si
ponemos atención a las protecciones de las piernas, reconocemos
las del embajador totonaco en el mural.
257
La cultura huasteca (el maíz),151 (1950).
De todos los rasgos de analogía que se observan en
los monumentos, costumbres y tradiciones de los
pueblos de Asia y América, el más asombroso es
el que presenta la mitología mexicana en la icción
cosmológica de las destrucciones y generaciones
periódicas del universo… esta icción, que liga el retorno
de los grandes ciclos a la idea de una renovación
de la materia, que se supone indestructible, y
le atribuye al espacio lo que no parece
pertenecer sino al tiempo.152
Detalle de la página 29 del Códice Borbónico.
Insignia de la diosa del agua Chalchiuhtlicue,
en la ceremonia de Ochpaniztli, El barrimiento
que ocurría en septiembre, cuando la mazorca
no estaba completamente madura. En el rito,
a la personificadora de la diosa Chicomecóatl
la transformaban en la mazorca de maíz y la
llevaban hasta el templo sobre una litera que
Diego coloca vacía, refiriéndose con ello a que
esta parte de la ceremonia ya ocurrió.
Mural Cultura Huasteca, el maíz,
1950, (4.92 x 1.23 m.)
Detalle del Códice Borbónico. Esta
vasija contiene las cuatro mazorcas
que cada parcela debía de entregar
como tributo al culto de la diosa
antes de cosechar el maíz cada año.
Escultura de Chicomecóatl, Tláhuac, D.F.,
Museo Nacional de Antropología.
Las representaciones de la personificadora
de esta diosa son muy recurrentes en la
fase final de Mesoamérica, el Posclásico.
La escultura recrea el armazón llamado
Amacalli, casa de papel con la que se vestían
las imágenes vivas de la diosa.
Códice Florentino. (Macehuales)
258
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El territorio que ocupó la cultura huasteca está delimitado
al Norte por el río Soto la Marina en Tamaulipas, al Oeste
por importantes zonas de San Luis Potosí, Querétaro e
Hidalgo, al Este por las costas del Golfo de México a lo
largo de todo Veracruz y al sur por el río Cazones.
Casi 350 kilómetros hacia el Sur de esta frontera se
encuentra el pueblo de Coscomatepec, desde donde se puede
observar el privilegiado ángulo del volcán de Orizaba que aparece como horizonte y
escenario de este mural.
Al uso de esta imagen podemos llamarle “otra licencia” de Diego con doble
propósito. En primer lugar tiene matices de homenaje por tratarse de un célebre
paraje del paisajismo mexicano de los primeros años del México independiente,
cuando Johann Moritz Rugendas153 visitó el país y retrató el Pico de Orizaba en
1831. La inluencia del pintor alemán en el arte mexicano está presente entre los
más prominentes paisajistas, incluyendo a José María Velasco, quien también nos
una planta tan beneiciosa como el maíz– y continuó
hasta inales del siglo xix, cuando Alphonse de
Candolle creó un método para determinar las fuentes
de las plantas cultivadas,157 y se inclinó por el origen
Barranca de Santa María con los altos
del Mirador y Pico de Orizaba, México,
Johann Moritz Rugendas, 1831.
Influido por Humboldt, Rugendas
hace un viaje por México en busca de
maravillas geográficas. En sus obras,
abundan las imágenes de volcanes.
legó su propia versión del mismo punto en 1875.
En segundo término, a pesar de que este paisaje se encuentra en pleno territorio
totonaca154 y de que esta obra la conocían de sobra tanto Rivera, como los
expertos en la obra de Velasco, estudiantes de San Carlos y hasta los asistentes a
la exposición de Rugendas en el Museo Nacional de Historia en 1925, la lagrante
imprecisión no parece incomodar al artista, quien no tuvo otra opción. Seguramente
exploró cuidadosamente las posibilidades y sólo esta locación tenía la suiciente
monumentalidad de acuerdo a los propósitos del mural que tenía en mente.155
Para Diego era crucial contar con un escenario espectacular156 para ilustrar lo
que en ese momento suponía una “victoria cultural” nacional, celebrada en los
círculos académico-antropológicos y que de alguna forma apuntaba a la cultura
huasteca.
Ninguna planta había recibido tanta atención, pasión y debate por parte de los
investigadores cientíicos del mundo como el maíz, en especial a lo largo de la primera
mitad del siglo xx. Los misterios que se desprenden de su naturaleza doméstica –es
decir, que no puede reproducirse por sí misma– la distinguen del resto de la lora, y
crean incógnitas que aún hoy, permanecen sin solución.
Las interrogantes en torno al origen del maíz se formularon desde el siglo
xvi, y el tema causó polémica con las airmaciones de Buffon y De Pauw en el
siglo xviii –en las que se negaba a América la posibilidad de haber desarrollado
Volcán de Orizaba, José María Velasco,
1876, óleo sobre tela.
Pico de Orizaba visto desde
Coscomatepec, Veracruz. En esta
región se asentaron grupos totonacos,
no huastecos, por lo que se trata de
una “licencia” que se da el autor con
el fin de contar con un escenario
monumental. (Detalle del horizonte
del Mural El Maíz). Las chinampas
son un sistema de cultivo de terrenos
en zonas lacustres. Se lograba mediante
un tejido de miles de raíces de enebro,
llamadas tilín, y otras yerbas entramadas
a postes enterrados en el fondo del lago
y rellenados de tierra.
Arriba derecha:
Volcán de Orizaba, E. del Valle
-alumno de J.M. Velasco en la
academia- óleo sobre tela, 1880.
americano del maíz.
Tras estudios de todo tipo, al inal se llegó a una
conclusión favorable en torno a la nacionalidad
mesoamericana del maíz en 1949, cuando Richard
N. Mac Neish encontró restos de teocintle o na-tel –maíz silvestre– en la Cueva
de la Perra, Tamaulipas,158 en el territorio septentrional huasteco.
Para Diego debió ser especialmente signiicativo enterarse de este hallazgo
ya que certiicaba lo que él se había atrevido a airmar cuatro años antes en su
maniiesto Lo que el mundo debe a México. Nuevamente se nota su proximidad
con el Museo Nacional, puesto que las conclusiones de Mac Neish fueron
publicadas hasta 1967 e incluyen hallazgos de una variedad más temprana del
cereal en el valle de Tehuacán.
Decidido a crear un pilar iconográico, el artista se dio a la tarea de recopilar
elementos para recrear a los huastecos y conmemorar lo que se pensaba habían
desarrollado sus ancestros: la invención del maíz.
Por su parte, Joaquín Meade Sáinz-Trápaga publicó en 1942 su estudio
La huasteca, época antigua, en el que destaca la importancia y los logros de
esta cultura, elevándola al nivel de constructora ideológica de la Mesoamérica
del Posclásico. Este libro permanece en los estantes de la Casa Azul y, como
mostraremos a continuación, fue literalmente el alimento conceptual del mural.
No sabemos si Diego conoció en persona a Meade pero la conianza que depositó
en su libro se debe al extenso uso de fuentes, códices, crónicas y vestigios con los
que fundamentó que gran parte de la religión mexica se originó en la huasteca. Sus
aseveraciones se basan en que algunos de los lugares míticos más importantes en la
peregrinación de los mexicas se encontraban ahí. De alguna forma, Rivera se sintió
identiicado con esta obra porque daba a conocer a los huastecos tal como él mismo
quería plasmar las culturas ancestrales de México: mediante un panorama general al
estudiar separadamente sus componentes culturales, lo que no pudo encontrar para
sus murales dedicados a zapotecas, purépechas y mayas.
Meade compila las versiones de los cronistas misioneros, las compara con los
vestigios arqueológicos y habla de prácticas concretas. Tras estudiar el Códice
Chimalpopoca, sostiene que el tolteca-chichimeca Quetzalcóatl (el histórico),
llegó a Tula y posteriormente se trasladó a Cuextlan “el país huasteco” donde
Volcán de Orizaba, Antonio García Cubas
siglo XIX, detalle de litografía sobre lámina
de los volcanes de México.
260
261
vivió algunos años. Cuando los toltecas fueron por él
para nombrarlo rey de Tula, había aprendido el uso
del cacao, del algodón listado, el de la cerámica
polícroma, la siembra del maíz y la utilidad del
calendario, y sería él quien se los enseñaría a los
toltecas.159 Desde las primeras crónicas coloniales,
Quetzalcóatl –tanto el dios como el gobernante de
Tula– fue considerado como un personaje civilizador.
A menudo es confundido hasta por los propios
informantes indígenas, hecho que Meade señala sobre
el Códice Chimalpopoca. En el capítulo dedicado a
la leyenda de los soles, tras la creación de la última
humanidad, los dioses se preguntaron:
La monumentalidad de la escultura
tolteca, en la Galería de los
Monolitos del Museo Nacional.
Los atlantes de Tula, dieron un
gran renombre a los toltecas
desde tiempos prehispánicos.
Para los mexicas, los toltecas eran
considerados ancestros lejanos y
civilizadores, para Meade, los toltecas
fueron enseñados por los huastecas.
¿Qué comerán, oh dioses? ya todos buscan el alimento. Fue la hormiga a
coger el maíz desgranado dentro del Tonacateptl (sic) (cerro de las mieses).
Encontró Quetzalcohuatl (sic) a la hormiga y le dijo:
Dime dónde fuiste a cogerlo... [ésta] le dice que hayá (sic)... Quetzalcóatl se
volvió hormiga negra, la acompañó, y entraron y lo acarrearon ambos; esto
es... hasta sobre el depósito...arregló [Quetzalcóatl] el maíz y enseguida lo
llevó a Tamoanchan.160
Tocó a este dios mostrar a la primera pareja humana cómo cultivar y cocinar el
cereal y a usarlo para interpretar las suertes. Sahagún transcribe por completo este
pasaje de esta forma:
Página opuesta:
A diferencia de lo que
comúnmente se piensa, el calendario
en el México Antiguo estaba escrito
en libros y no tallado en la roca. El
tonalpohualli, libro en que se llevaba
la cuenta de las suertes de los días,
está configurado por un recuadro
grande con los dioses o fuerzas
de la trecena o semana; en dobles
cuadros a un lado están 6 días y
abajo 7, todos ellos acompañados
por el señor y el ave de cada una
de sus noches.
262
Fue tomada y hubo origen de una mujer que se llamaba Oxomoco, y de un
hombre que se llama Cipactonal; maestros de esta astrología o nigromancia
que contaban estos signos [calendáricos]...pintaban [a] esta mujer... y a este
hombre... y los ponían en medio de los libros donde estaban escritos todos
los caracteres de cada día... porque la inventaron e hicieron esta cuenta de
todos los caracteres,161 (ver págs. 272-273).
Meade continúa su disertación en torno a los huastecas apoyándose en la Tira de la
Peregrinación, códice que relata la ruta de los mexicas. Ahí se narra que de los primeros
cuatro lugares míticos que marcaron su visión mesiánica durante la peregrinación para
inalmente llegar al Valle de México, dos Tamoanchán y Cuextecatlichocayan “donde
llora el huasteco” están en La Huasteca.162
263
Códice Borbónico, Lámina 30. Representa
la fiesta Ochpaniztli, “El Barrido”, en la que
se celebraba a la diosa Chicomecóatl, que
aparece al centro. Los personajes que sólo
están delineados y que bailan alrededor de la
plataforma, están vestidos de huastecos.
Escultura de Chicomecóatl tallada en
piedra basáltica del Museo Anahuacalli,
cultura mexica, c. 1500. Esta diosa de la
fertilidad lleva un tocado de papel que
simulaba una casa llamada amacalli, carga
mazorcas de maíz en las manos. Su
representación fue muy común en el
norte de Veracruz.
Escultura en barro de la diosa Xilonen,
mexica de Tláhuac, Museo Nacional de
Antropología. Durante la ceremonia,
Xilonen era perseguida por los sacerdotes
vestidos de huastecos, quienes le entregaban
“fuerza fertilizante” para hacerla madurar y
convertirla en Chicomecóatl. Esta escultura
fue encontrada en Tláhuac junto con los
demás integrantes de la ceremonia en una
escena que parece recrear el rito.
264
265
Escultura de una Anciana Hincada,
Mexica, como aparece en la revista Artes
de México, núm. 64/65 p. 114, ejemplar
dedicado a las colecciones arqueológicas
del Museo Anahuacalli.
Así, aun cuando Diego se valió de la lámina 21 del
Códice Borbónico de iliación mexica –ahora utilizado
en su sección prehispánica– para representar este pasaje,
existían numerosos elementos para suponer que el estilo
mexica se había creado en el país huasteco. Rivera leyó en la
descripción de Sahagún en su Libro X, “en el que se ponen
cuantas maneras de chichimecas ha habido en esta tierra,”
que los hustecas eran nombrados “nuestros prójimos” por
los mexicas.163
Por su parte, Eduard Seler, antropólogo y lingüista del siglo xix, llamó la
atención en que el gran número de las insignias que distinguían al Quetzalcóatl
mexica fueran de origen huasteco, como por ejemplo: el xonecuilli, cetro curvo
que carga el personaje de la derecha en la grisalla, también el glifo del año,
símbolo triangular sobre el personaje a la izquierda de esta sección que mira
al cielo. Seler propuso que fue allí donde se modiicó el calendario y se ijó el
periodo de Venus y que todo el ciclo de mitos que giran alrededor de Tula y
Quetzalcóatl puede haber comenzado en la Huasteca. Y no sólo eso, sino que
continúa diciendo que son numerosas las deidades del panteón azteca que
Códice Florentino, Folio 672v,
Campesinos trabajando la
tierra en tres de sus momentos
más importantes, la siembra, la
limpieza de hierbas y la cosecha.
De ser ciertas las teorías del
origen huasteco del cultivo del
maíz, estas enseñanzas también
serían obra de esta cultura.
ostentan atributos de origen marcadamente cuexteca, hecho que posiblemente
se remonte hasta Tamoanchan, donde dice la tradición, nacieron estos dioses.164
Otro argumento que fortaleció las intenciones de Diego en el mural es la
tesis de don Francisco Plancarte y Navarrete, que señala:
Centeotl, dios del maíz, hijo de Tlazolteotl, advocación de la
diosa de la tierra, nació en Tamoanchan, conviene advertir
que la diosa Tlazolteotl está considerada como deidad de
procedencia huasteca.165
En el mural, esta diosa es confundida con Chicomecóatl, advocación de la
diosa de la tierra en su aspecto de fertilidad y está tomada nuevamente del
Códice Borbónico, lámina 30.
Aquí conviene hacer nuevamente una precisión: desde el siglo xviii se conocía
la imponente pirámide de Castillo de Teayo en la región huasteca, al norte
de Veracruz. De esta población se recuperaron numerosas esculturas con una
extraordinaria similitud a las mexicas, entre ellas varias diosas Chicomecóatl
y estas esculturas sustentaban arqueológicamente lo que Sahagún, Plancarte,
Seler y Meade –entre otros– habían apuntado sobre la mitología, historia y
teorías de la originalidad huasteca y su difusión en Mesoamérica.
Escultura de un tameme tallado en Basalto, cultura mexica,
ca. 1500. Desafortunadamente, la mutilación de la escultura
no nos permite saber qué es lo que cargaba el personaje
pero normalmente se trata de canastas con maíz o bien, una
de las diosas de la agricultura.
266
267
Códice Mendocino, lámina 60 que muestra la forma de
educar a los hijos según su edad. En este caso se trata de la
educación y alimentación que se daba a las niñas de 13 años.
Códice Vaticano Latino, lámina
LXXXVI. en la que se representa la
vestimenta de las mujeres huastecas.
Escultura de diosa del Agua, Mexica,
Museo Anahuacalli. La sociedad mexica
era una sociedad enormemente
machista, el rol sumiso de la mujer
se puede observar incluso en
las esculturas de las diosas a las
que debían el agua, elemento
fundamental para la vida. Esta diosa
Chalchiuhtlicue muestra además
la ropa femenina básica, es decir,
el quechquémit o paño triangula
que cubría la parte superior y
el huipil, especie de falda que
cubría el sexo y las piernas.
El hilado y la molienda en el Códice Florentino.
Desde tiempos remotos, hace casí
4 500 años, el maíz ha sido el
alimento principal de los pobladores
del territorio nacional. La tortilla
por su parte ha protagonizado en
la mesa mexicana desde al menos
3 000 años atrás. Para contar con
la masa suficiente para alimentar a
un hogar, las mujeres pasaban largas
horas del día moliendo los granos,
motivo por el cual, las imágenes
de las molenderas se convirtieron
en la imagen icónica de la mujer
mexicana desde el siglo XVIII.
268
269
Nada más equivocado, ya que la presencia del estilo mexica en Veracruz y
su adopción por parte de los huastecos sólo se logró tras la conquista de ese
territorio por los mexicas, quienes construyeron en el Castillo de Teayo como
bastión para sus ejércitos con el in de controlar la zona, impregnando de su
estilo a las tradiciones escultóricas locales. Esto saldría a la luz gradualmente.
Once años después, la Misión Arqueológica Francesa se establecía en México,
dando prioridad a la región huasteca –seguramente por las altas expectativas
que esta cultura estaba generando– pero el estudio comparativo de los estilos
huasteco y mexica en Castillo de Teayo lo realizaría Felipe Solís hasta 1981.166
La madurez como investigador de Rivera se hace palpable cuando reconocemos
los vestidos con que pinta al grupo de mujeres cocinando, basados en la imagen
de los huastecos ilustrados en la lámina LXXXVI del Códice Vaticano Latino,
donde se menciona que “tenían magníicos tintes... que daban en color deseado
a los varios dibujos que lucían sus telas”167 articulándola con la imagen de
la lámina 60 del Códice Mendocino, en la que se explica que la madre debía
enseñar a su hija a moler el maíz a “la edad de 13 años… que moliese e hiciese
tortillas y otros guisados para sus padres,” 168 donde también aparecen algunos
de los utensilios de cocina representados en el mural. El peinado que llevan
es característico de las mujeres casadas, de las que Diego
contaba con una magníica escultura en su colección
(ejemplar único en las colecciones mexicanas).
La edad de las mujeres como metáfora de la edad
del maíz y de la complejidad de su procesado para
hacer alimentos la encontró en Motolinía:
En esta lengua, cuando el pan se coge, y todo
el tiempo que está en mazorca, que así se
conserva mejor y más tiempo, llámanle centli;
después de desgranado llámanle tlaulli; cuando
la siembra, desde nacido hasta que esté en una
brasa, llámase tloctli... Cuando la mazorca está
pequeñita en leche muy tierna, llámanla xílotl.
Cuando ya está formada la mazorca con sus
granos tiernos y es de comer, ahora sea cruda,
ahora asada (es mejor), ahora cocida, llámese
élotl. Cuando están bien madura, llámanla
centli, y este es el nombre más general del
pan de esta tierra. Los españoles tomaron el
nombre de las islas, y llámanle maíz.169
Castillo de Teayo,Veracruz. Es un poblado con una pirámide mexica en
el centro de su plaza, y que excepcionalmente conserva el templo en su
cima. Este sitio sirvió para controlar los dominios huastecos sometidos
por el Imperio mexica, sin embargo, los artistas que se dieron a la tarea
de realizar las obras escultóricas ornamentales y religiosas de este bastión
eran huastecos instruidos por autoridades mexicas.
Otros elementos son más difíciles de rastrear gráicamente, como el templo-granero
sobre el que posa la diosa Chicomecóatl, que nuevamente Meade describe así: “Llaman
paxal a su jacal... que por lo general es redondo, con techo cónico y cubierto de...
zacate... los muros son de otate”.170
Por último, debemos apuntar como una audacia del artista el haber colocado
las chinampas, de las que no se conocen restos en el área huasteca, lo que a
todas luces es una especulación suya y sus amigos. Eulalia Guzmán adoptó una
idea comunista sobre que en la agricultura descansaba la vida económica de los
pueblos de Anáhuac:
Esa era su ocupación fundamental. La tierra pertenecía la comunidad
del calpulli...no eran de propiedad privada. Este sistema que
mantenían la tierra en producción constante resultaba el bienestar
individual (no había miseria) y la riqueza del Estado... aunque se
tributara poco, como era tan densa la población, el Estado recogía
mucho, y había muchos bien acomodados.171
Escultura de Chicomecóatl procedente del Norte de Veracruz,
Museo Anahuacalli, huasteca-mexica, c.1490. Nótese la similitud
de ambas esculturas. Es muy difícil distinguir el estilo ya que para
el último momento de Mesoamérica, el Imperio mexica los había
unificado en un “estilo internacional”.
270
271
Escultura antropomorfa, mexica, ca. 1480,
piedra, Museo Anahuacalli. Esta particular
escultura comparte los rasgos del Chac Mool
en su posición, pero es muy singular ya que
gira el cuello como volteando al cielo. Diego
interpreta el gesto corporal de la escultura
como una posición para ver los astros.
Pie 73 pág. 266
272
El cetro que lleva el personaje de la derecha
se llama Xonecuilli y es distintivo de
Quetzalcóatl, a quien se le representa en
numerosas ocasiones cargando a las diosas
del maíz en la espalda. El personaje de la
izquierda contempla las estrellas junto al
cerro de los mantenimientos, que más bien
parece un hormiguero.
Fecha 1-Conejo, primer año en el calendario
indígena del Posclásico. Esto se reformó en 1502,
durante el reinado de Moctezuma Ilhuicamina
después de dos años 1-Conejo (dos veces en 104
años) en el que se suscitaron terribles sequías y
hambrunas. A partir de entonces se trasladó al año
2-Casa el primer día del año indígena. (Detalle del
Teocalli de la Guerra Sagrada encontrado en los
cimientos de Palacio Nacional).
Códice Borbónico, lámina 21. Representa
la veintena Panquetzaliztli “Erección de
banderas” en la que también se celebraba
cada 52 años la ceremonia del Fuego
Nuevo para conmemorar el tiempo en
que Cipactonal y Oxomoco –al centro–
dieron inicio al calendario.
Escultura de un Tameme, procedencia
desconocida. El dios Ehécatl
Quetzalcóatl estaba asociado al
elemento aire, por ello también era
patrono de los tamemes, ya que el
dios como viento, cargaba en sus
espaldas la lluvia o bien, la fertilidad,
a la que rescató del inframundo en
un mito originario.
273
El hule, corte y ordeña, (ca. 1950).
...las condiciones especíicas de la vida,
la relación que la sociedad establece con la naturaleza
en el nivel del trabajo,
la manera de transformar el medio que rodea al hombre,
...es pues, lo que origina, en su conciencia,
una forma u otra de concebir el mundo. 172
Para los estudiosos de Rivera es inquietante que no haya representado a los
mayas. A todos nos hubiera encantado un mural cuyo horizonte ininito nos
trasladara a las planicies de la Península de Yucatán y hacia el centro, erigiéndose
milenaria, reconociéramos una ciudad como Uxmal o Chichén Itzá, como refugio
pavimentado en la inexorable vastedad de la selva. Una verde alfombra formada
con la copa de millones de árboles, sólo surcada por sacbés o caminos que cortan
el color hasta la inmensidad173 con una noche plagada de estrellas.
Podriamos especular cómo sería este mural de acuerdo a los frescos y a los
procesos iconográicos utilizados anteriormente por el maestro: al fondo, el
material de construcción sería transportado por una cuadrilla de personas que
empuja un bloque de piedra sobre troncos, hasta llegar a un punto en el que
se construye un muro delimitador, orientado a los sacbé, y cada roca que llega
sería colocada sobre una línea recta, alineada conforme a todos los ediicios
de la ciudad. En un primer plano, sobre lo alto de una pirámide estarían el
Halach Huinic, gobernante maya, sus sacerdotes y dos personajes extraños, los
arquitectos, ambos orientando con espejos el muro en construcción, y tomando
como referencia las estrellas en el cielo nocturno del Oeste mientras que el
amanecer se anunciaría al Este. Justo por encima del sol, sobresaldría Venus en
forma menguante.
En este mural “ideal”, la construcción de la ciudad aparecería orientada hacia
el curso de los astros, cada ediicio mostraría sus atributos escultóricos y religiosos,
los que recrearían el mismo dibujo en el códice que carga el arquitecto maya que
señala las coordenadas a los albañiles.
Sin embargo, este mural no fue realizado, quedando sus bastidores vacíos en
los muros del Palacio Nacional. A pesar de contarse con los relatos y reportes de
excavaciones en Palenque, Chichén-Itzá, Uxmal y otras ciudades circundantes de
la región Puuc de Yucatán, conocidas desde los tiempos del Dr. Antonio del Río, en
1787, cuyos grabados y fotografías se volvieron populares entre los círculos viajeros
y en el mundo en general. La fama de los mayas que los hicieron merecedores de
comparaciones con los egipcios, chinos e hindúes no llamó la atención de Diego,
quien decidió representar al otro maya, el maya vivo y la sabiduría maya viva
Mural Cultura Maya, hule, corte y
ordeña, ca. 1950, (4.92 x 0.64 m.)
274
275
que a diario era utilizada en el mundo, que transformaba la forma de vivir de
millones y era fundamental en los avances de la tecnología.174
El hule es quizá el producto mesoamericano que más ha aportado al
desarrollo humano. Para mediados de siglo xx se airmaba que éste era
una invención maya, sin embargo, hoy sabemos que su procedimiento de
vulcanización fue diseñado por los olmecas en Mesoamérica al menos desde
el año 1000 a.C. en lugares como el Manatí, Veracruz, y que fue utilizado
por más de 2,500 años para hacer pelotas y ropa, como elemento decorativo y
ritual.175
Los españoles que vieron el hule por primera vez quedaron maravillados por
no haber conocido jamás cosa igual, Clavijero compila el asombro de los cronistas,
quienes describieron el material así:
La resina elástica que los mexicanos llaman Olin u oli...brota del
olquáhuitl...árbol de competente altura, cuyo tronco es grande, liso y
pajizo, sus hojas muy grandes. El hule cuando mana del tronco herido
es blanco, líquido y viscoso, después toman color amarillo y inalmente
el de plomo... es notoria la novedad con que trataron de explicar sus
propiedades: esta resina consumada (quemada-vulcanizada) es,
después del aire, el cuerpo de mayor sensibilidad y elasticidad que
conocemos.176
Recolección del hule. A finales del
siglo XIX, el cultivo del hule destinado
a las modernas metrópolis vivió un
auge inusitado por lo que se realizaron
exhaustivos registros de esta industria
que incluyó métodos de defoliación,
crecimiento y recolección.
Y por su parte, Bartolomé de Las Casas refuerza la imagen: “Ésta salta
tanto, que [bota] dos veces más alto que las pelotas nuestras de viento, y [en]
casi un cuarto de hora de saltar no cesa.”177
El ingenio humano supo darle un amplio uso tras la Revolución Industrial;
para 1876, la producción mundial de hule se encontraba en el Amazonas,
hasta que Inglaterra llevó semillas brasileñas, las germinó y transportó las
plantas a Ceilán; con ello obtuvo grandes plantaciones de hule en las regiones
tropicales de Asia, África y América.178 El hule se convertiría en tema universal
durante la Primera Guerra Mundial: llantas, botes, suelas de zapatos y botas
y muchos otros artículos eran fabricados con hule, por lo que las plantaciones
fueron monopolizadas por las potencias occidentales, y ya para la Segunda
Guerra Mundial constituían una industria estratégica.179
No obstante que el mejoramiento de las variedades de hule se debió a
una ingeniería agrícola de punta, la recolección de la savia de los árboles
continuaba realizándose con la técnica ancestral. Consciente de ello, Rivera
Mujer mascando tzictli, chicle. Códice Florentino,
libro décimo, folio 66. En realidad, el tzictli es
chapopote con axin, una de las versiones de
la historia del chicle menciona que Thomas
Adams a finales del siglo XIX buscaba una
materia alterna para producir hule.Visitó
Campeche y ahí encontró a los indígenas
mascando la resina del zapote, el que llevó a
Nueva York y patentó como “invento” suyo. En
la Ciudad de México le llamaron chicle por su
similitud con el Tzictli.
276
La extracción de la savia del hule requiere hacer
cortes en la corteza del tronco, dirigiendo los
canales hacia un centro donde se recoge en vasijas.
El proceso en la actualidad como desde hace 3 000
años, sigue siendo el mismo.
277
exaltó a los mayas como a ningún otro pueblo e interlínea
la sorpresa de que México, país de origen del producto, no
hubiera prestado suiciente atención a su importancia en el
mercado y lo que le habría redituado.
El mural logra desaparecer el tiempo y hace convivir
al México ancestral con el actual, con el propósito de que
estos conocimientos y prácticas sean retomados, y de que
se conserven las tradiciones de los pueblos originales. Al
mismo tiempo que se les permitiera desarrollar una industria
autóctona.
Sin poder airmar que éste era el propósito del mural, a Rivera le pareció
más importante exaltar los réditos que el mundo maya había proporcionado a
la vida moderna y no la exótica parafernalia que el universo les reconocía en ese
entonces.
En el enciclopédico trabajo de fray Bernardino
de Sahagún, el Códice Florentino, libro undécimo,
folio 123v, se ilustra el árbol del cacao, y apunta:
“...si se bebe mucho emborracha, y si se bebe
templadamente refrigera y refresca.”
Las fantásticas visiones de las
civilizaciones perdidas mayas recorrieron
el mundo desde finales del siglo XVIII, lo
que dio notoriedad a este pueblo por sus
alcances matemáticos, astronómicos y
arquitectónicos. Pirámide de Kukulkán,
Chichen Itza (arriba) y fachada del Palacio
del Gobernador, Uxmal (abajo), siglo XIX.
El cacao, las vainas o la almendra de cacao 180
Ya hemos hablado sobre el cacao y su uso como medio de cambio en el México
Antiguo y la abundancia con que fue descrito en las crónicas. En cambio, en el
presente mural Diego se enfoca en la producción de la semilla y nosotros nos
referiremos al momento que está expresado en la obra a los ojos del artista. De
igual forma, se trata de un producto y un sistema que, se cree, es de autoría maya
y que el mundo lo ha hecho parte de sí, al multiplicarse exponencialmente el
número de personas que se dedican a producirlo, explotarlo y disfrutarlo.
Es por ello que mereció también numerosas descripciones y retratos. La
bebida llamó la atención por ser moneda, después por su sabor y inalmente por
sus restricciones comerciales:
La comida que es tenida en mayor aprecio que las demás es el cacáuatl.
No podía ser consumido por gran parte de la población. Entre los
mexicas, sólo los nobles y los que se habían distinguido en la guerra
tenían derecho a consumir bebidas de cacao sin permiso especial, en
tanto que la mayor parte de la población sólo podía degustarlas en
ciertas ceremonias, y si sin licencia lo bebían, costábales la vida.181
Jardín Americano, lámina 190. Fray Juan
Navarro, quien en el siglo XIX clasificó las plantas
medicinales mexicanas, señala que existen cuatro
especies de árboles de cacao, el que aquí se
presenta –junto al amacostic o amate– es el cacao
quauhzapatlatli, cuyas almendras se comían como
golosina pero no servían para hacer chocolate.
Para ilustrar el estudio del cacao
seguramente se pidió el apoyo de
estudiantes de la Academia de Bellas
Artes (San Carlos); el esquema de
las partes de la semilla y las hojas
tiene todo el estilo de los estudios
botánicos que ahí se enseñaban.
El cacao también formó parte importante de la herbolaria prehispánica, y
aparece en los tratados de medicina, usándose por ejemplo:
Roll Out de vasos mayas estilo códice. Entre los mayas, existen
testimonios desde al menos el 400 d.C. del uso ritual y mitológico
del cacao. En la escena reconocemos una ceremonia en la que un
vaso de chocolate es ofrecida como introducción a la conferencia
entre dos personajes. En el siguiente vaso, el árbol del cacao crece
a espaldas de un importante sacerdote.
278
Mural Cultura Maya, El cacao, las vainas o
La almendra de cacao, 1950, (4.92 x 1.21 m.)
279
280
281
Contra la Mente de Abdera: el que tiene así la mente beba el jugo
de la raíz molida de tlatlacotic, en agua caliente, para que vomite.
Pasados algunos días, beba antes de comer el jugo de las lores de
yolloxochitl, y cacahualxochitl, lo mismo que las cortezas y raíces,
para que expulse radicalmente el mal humor que tenga en el pecho.
En tercer lugar, ha de tomar molidos en agua, los pedrusquillos que se
hallan en el buche de [ciertas] aves...182
Las imágenes de la cosecha del cacao
utilizando el “luco” se popularizaron
a finales del siglo XIX, cuando el
chocolate era ya una de las golosinas
preferidas en todo el mundo.
También se daba a personas tísicas y extenuadas para que se recuperaran, y
se usaba para tratar algunas enfermedades del hígado:183
Suele administrarse para templar el calor y mitigar los ardores a los
enfermos de gravedad, así como los que sufren destemplanza cálida
del hígado... mezclados y tomados cuatro granos con una onza de la
goma que llaman holli, contienen admirablemente la disentería.184
E incluso, cuatro granos de cacao y una onza de hule, bebidos, eran útiles
El color del tronco del “árbol madre”
es distinto al del cacao, con lo que se
enfatiza que es de otra especie.
para contener las cámaras de sangre.185
El gusto por el cacao en la cocina americana, repercutió en la creación de
recetas europeas, donde se industrializó rápidamente, se mejoró la pasta con
mezcla de sustancias aromáticas y azúcar. Era tan apreciado que los españoles
castigaban severamente a quienes importaban cacao sin autorización.186 En el
siglo xviii, se aseguraba que “de los miles de beneicios que América recibió de
Europa, el único que devolvió fue el cacao.”187
Más adelante, Humboldt observaría el alto contenido energético del cacao:
“el que ha bebido una taza de chocolate, puede tener todo un día sin tomar otro
alimento”. Y agrega: “la mayor parte de los viajeros están convencidos de que es
posible viajar todo un día tomando varias veces esta bebida.”188
Desde inales del siglo xviii, debido al interés por este alimento, las escenas de
cacaoteros habían sido dadas a conocer de numerosas postales fotográicas como
escenas pintorescas y exóticas de México. Se exaltaba su producción, ya que eran
climática y étnicamente muy distintas a las escenas urbanas que se veían en
Europa y Estados Unidos.
Después de la Revolución Mexicana, la industria cacaotera sufrió grandes
pérdidas, aunque se siguió cultivando en Tabasco y Chiapas en gran escala y
en progresión decreciente, en Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Michoacán y Colima.
Para 1934, con la gran demanda que requería la industria chocolatera mundial,
la producción se trasladó a regiones tropicales como Ceylán, África y Brasil. Este
cacao invadió mercados que antes abastecía solamente el productor mexicano,
Nótese cómo el mural es claro en
la forma en que se extendían los
granos para realizar su secado.
por lo que sobrevino en aquel siglo una depreciación general respecto al costo del
cultivo y muchos agricultores lo abandonaron; aquellos que lo continuaron no le
dedicaron la atención que requería su mejoramiento,189 y el rendimiento de cada
planta resultaba inferior al de la anterior.
¿Cómo era posible que el país hubiera perdido preponderancia, e incluso
el monopolio que originalmente había tenido en esta rama de la producción
y del comercio? Las exportaciones del grano tendieron a desaparecer y las
importaciones se intensiicaron. Para la década de los treinta, la Secretaría
de Economía Nacional realizó un estudio sobre la planta para remediar tan
lamentable situación, y salió a la luz como: Cacao, producción industrialización
y comercio.190
Los frutos del interés gubernamental por mejorar la producción llegaron hacia
1947. Por primera ocasión en tres siglos México logró producir el cacao que
requería para satisfacer su demanda interna, e incluso se convirtió en modesto
exportador. De forma que para el momento en que Rivera realizó el mural,
la producción nacional de cacao era –a la inversa de la de hule– nuevamente
rentable.
Reconocemos por el mural que Diego o conocía registros fotográicos del
proceso de principio a in, o bien, lo había presenciado,191 pues describe tres de
los cuatro procesos más importantes:
La mazorca antes de ser cosechada necesita ser examinada con
atención… se conoce que está madura cuando tiene un color amarillo
más o menos bajo… se sirven en Tabasco de varas largas, que tengan
una horqueta en una de sus extremidades con la cual tronchan el
pedúnculo de los frutos elevados… a medida que el peón corta las
mazorcas las coloca en redes de hilo de henequén o jolosín, o bien,
costales de cáñamo ...se traslada a la casa o quebradero… consistente
en ...la separación de los granos. A continuación el grano se arroja en
tinas con agua, llamadas tollas, donde permanece un tiempo hasta
que fermenta y esto facilita su limpieza. Se procede a la desecación
de ellos. El escurrido y el secado … se realiza colocando el grano en
unos cueros de res con bastantes agujeros, lo cuelgan y lo tienen allí
toda una noche; al otro día lo secan al sol sobre mantas de hilo de
henequén.
Foto del secado de granos de cacao. Se
debe cuidar de no hacer montículos,
ya que si la semilla de cacao no se seca
bien queda manchada.
En estos detalles del mural se reconoce un conocimiento cabal de la técnica, ya
que de dejar montículos se corría el riesgo de que no se secara parejo y quedara
manchado dañándolo.192
Páginas anteriores:
Excavaciones de la Carnegie Institution entre 1921-1924 en el Templo de
los Guerreros de Chichén Itzá. Earl Morris estuvo a cargo y publicó los
resultados de la reconstrucción del edificio (con la técnica de la anastilosis)
en 1931, explicando paso a paso cada levantamiento de la estructura.
282
283
Otros detalles del mural nos permiten observar cuán profundo es el mensaje.
Gonzalo Fernández de Oviedo, el primer cronista de Indias que registra la
historia, menciona que el árbol del cacao requería de una planta madre, ya que:
El sol puede abochornarlos... de manera que el fruto... se pierde...
tienen puestos entre estas arboledas otros árboles... que crecen casi al
doble de los del cacao, e los deienden del sol e hacen sombra con sus
ramas e hojas.
Estos árboles protectores, llamados por los nahuas cacahuanantli o “madre del
cacao,” tenían doble utilidad, pues además de las semillas, daban también madera
de muy buena calidad. Diego no pudo concebir su árbol de cacao sin su madre,
aunque apenas se percibe a la derecha de la obra.
El hule, el cacao, el algodón y el maíz son elementos que no sólo contienen
una signiicación universal en nuestro planeta, sino que resultan indispensables
para la vida cotidiana mundial. Omitiendo el algodón, Diego nos traslada al
momento mismo en que el maya ancestral y el maya de 1950 conviven en un
continum cultural de difícil distinción. De forma que el conocimiento milenario
Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis,
lámina 38r. Consigna que las flores
del cacao mezcladas con otros quince
ingredientes se utilizaba para tratar las
“lastimaduras de los pies”
estaba al servicio del mundo y había sido exportado cientos de años atrás. En
aquel 1950, el cacao y el hule eran –como hasta ahora– productos que a nivel
mundial se consumen a diario en cantidades inimaginables. Este era el reclamo
que hacía Rivera de los conocimientos prehispánicos en pleno siglo xx.
Los otomíes, el amate y el maguey, 1951
En el mural El amate y el maguey, se presenta la revelación que el artista tuvo
sobre la identidad del mundo mesoamericano en dos de sus industrias más
originales, y que hacia mediados del siglo xx, México las mantenía como elementos
tradicionales exclusivos, cuya producción, a diferencia de las anteriores, resultaba
difícilmente exportable.
Las crónicas realizan un detallado estudio de los pasos a seguir para producir
lo que no había en Europa, como ocurre con el pulque. En contraste, sobre el
papel amate193 contamos con brevísimas descripciones que apenas sumarían
tres cuartillas. Destaca por ello la poca atención que los cronistas prestaron
a la industria del papel amate. Cortés, cuyos hombres debieron presenciar el
procedimiento en Veracruz, se limita a señalar: “Dicen que [el papel] se hacía
de las raíces de un árbol,”194 a lo que Motolinía agrega: “el árbol y el papel se
llama amatl, y este nombre llaman a las cartas y... a los libros de los españoles...
284
285
Mural Los otomíes, el amate y el maguey, 1951
aunque el libro su nombre tiene (amoxtli)”.195 Y en consecuencia, Clavijero repite
prácticamente la misma información.
La destrucción de códices durante la Conquista y la Colonia, permitió que para
mediados del siglo xx sólo se conociera una treintena de códices prehispánicos
(ahora se sabe que sólo quince eran precortesianos196); más aún, el uso del papel
amate se creyó extinto algún tiempo después de la Conquista, hasta 1924 cuando
se publicó la noticia de la supervivencia de esta tradición.
Debemos recurrir a los estudios botánicos que reunieron información mucho
más extensa y detallada del árbol, como la que realizó hacia 1570 el Doctor
Francisco Hernández:197
De copioso y abundante follaje, con hojas grandes de un verde
resplandeciente, de consistencia coriácea [de cuero], y que conservan
sus hojas casi todo el año. La corteza por una parte amarilla tirando
a verde y por la otra roja; está pegado a piedras... Nace en lugares
montañosos y ásperos de Chietla [Puebla] abrazada a las piedras
como hemos dicho ya [por lo que] también se le llamó Texcalamatl
“papel de piedras” o Tepeamatl papel del cerro.198
Códice Tepeucila. De los distintos tipos de códices
que existieron, aquellos que consignaban cifras
de productos, inventarios y cuentas, muestran
el elaborado sistema de escritura y cuentas
matemáticas utilizadas en el México Antiguo,
ya que señalan el producto, la cantidad que
debía tributarse y la población responsable de
realizarlo. En este caso, las cantidades de oro y la
forma en que debían entregarlo los indios a sus
amos europeos.
Códice en papel de maguey o Plano parcial de la
Ciudad de México-Tenochtitlan, colonial, siglo XVI.
Este documento perteneció a las colecciones de
Lorenzo Boturini, fue revisado por Humboldt
y fue llevado a Inglaterra para la exposición
Ancient and Modern Mexico, realizada en el
Egyptian Hall de Picadilly en 1824. A principios
de siglo XX fue regresado a México tras
numerosas gestiones diplomáticas.
Pero el cientíico estudió también las características que permitían sacar papel
de él, por ejemplo:
En la supericie de los tallos o troncos de estos vegetales aparece una
película o cutícula delgada que se desprende con facilidad y que es
producida por diversas capas de exfoliación de la epidermis cutinizada
que reviste a estos árboles. De aquí provino tal vez la idea de aprovechar
dichas películas para la fabricación del papel.
Página opuesta:
Códice en papel de maguey, Detalle fotografiado por Alfred P. Maudslay a finales
del siglo XIX. Este códice está elaborado en papel amate pero, en 1822, en que
William Bullock lo sacó del país de manera truculenta, se tenía por cierto que
el papel de los códices procedía de las fibras del maguey, sería hasta 1899 que el
antropólogo Frederick Starr atestiguara que el procedimiento original todavía se
practicaba en Puebla y que provenía de la corteza del árbol del amate.
286
287
Y especíicamente sobre la fabricación del papel, Hernández recupera
parcialmente el proceso, al decir que:
La influencia de la obra de Francisco
Hernández la reconocemos desde
los murales de 1945. Nótese en la
grisalla Arquitectura, que el árbol
representado frente al arquitecto,
proviene de esta ilustración del amate.
(ver página 187).
Se reducía a reblandecer en los arroyos o corrientes de agua las
cortezas desprendidas de los árboles, ablandándolas por algunos días
para poderlas descarnar con facilidad; golpeábanlas con un mazo
o palo redondo hasta desprender completamente el parénquima
[pulpa], quedando sólo las ibras liberianas, a las que añadían más
tarde un materia glutinoso obtenido del amatzauhtli, que le servía de
aderezo, formando así capas más o menos gruesas que aplanaban con
piedras duras y lisas para asentarlas y darles el pulimento necesario...
Y se detiene a describir las herramientas que se utilizaban en todo el
territorio para amasar la pulpa, y los describe como: “instrumentos de piedra
dura, llevando sobre sus dos caras canaladuras”, al tiempo que habla de
otras funciones que tenía el papel además de de servir como lienzos para
escribir, para construir atavíos ceremoniales, nobles y militares, o bien como
ofrendas religiosas que se enterraban o quemaban.199
A pesar de que la corteza que Hernández vio transformarse en papel
provenía, según nos lo dice, del amaquáhuitl, árbol del papel que se da en
los cerros de Tepoztlán, la desaparición de esta tradición llevó a una serie de
malentendidos en la siguiente etapa de estudio mesoamericano, en la cual,
casi siempre se acercaron a las fuentes históricas de los conquistadores y de los
cronistas, no así, a la de los botánicos y herbolarios que serían descubiertos y
estudiados con posterioridad. Por esta razón, Boturini y Clavijero en el siglo
xviii y Humboldt200 en el xix, parecen no saber cuál es el árbol del amate y
confunden el origen del papel como extraído del maguey, sosteniendo que:
Página opuesta:
Códices mayas, ca. 1100 d.C., (arriba)
Códice Dresdensis páginas 9 y 74, (abajo)
Códice Trocortesiano, láminas 12-15. Los
mayas escribieron complejos cálculos
matemáticos y narraciones con dejos
de verdadera literatura en sus libros.
En el mural, Rivera muestra el ingenio
que conllevaba la producción de estas
obras, aunque ya sólo se contara con el
procedimiento de manufactura del papel,
y no los preciados contenidos que se
vertían en ellos en tiempos prehispánicos.
288
Amate amarillo, especie
endémica de México de raíces
aéreas que se aglutinan, y se
fijan fuertemente a las rocas de
cañadas y barrancos.
El papel indiano se componía de las pencas del maguey, que en
lengua nacional se lláma Métl y en castellano pita. Las echaban
a podrir, y lavaban el hilo de ellas, el que haviéndose ablandado
estendían, para componer su papel gruesso, o delgado, que después
bruñían para pintar en él.201
289
Clavijero, retoma la idea de Boturini en cuanto a que:
La tela en que pintaban se hacía del ilamento del maguey o áloe o de
la palma ícxotl… macerándolas como el cáñamo y después lavándolas,
para ser estiradas y alisadas.202
El maguey por su parte, tuvo un tratamiento enteramente distinto, sus
descripciones son abundantísimas en todos los géneros de estudios de Nueva
España y su uso continúa hasta nuestros días como la bebida alcohólica preferida
de las clases populares e indígenas: el pulque.
Sahagún le dedica un capítulo entero en el Códice Florentino titulado:
Fray Bartolomé de las Casas
describe el proceso: “Después
de esto se le cortan tiras que
fácilmente se unen golpeando
nuevamente la corteza con
piedra más lisa. Entonces se
pulen por medio de un xicaltetl
y finalmente se las da la forma
de hojas”.
Del árbol o cardón llamado métl o maguey: de muchas cosas que de
él salen, así de comer, beber, calzar y vestir; de otras muchas cosas de
que sirve, e de otras muchas propiedades.203
Ahí se enlistan los beneicios obtenidos del maguey, entre los que destacan:
Sácase de aquellas pencas de métl, hilo para cocer, también hacen
cordeles, sogas, maromas, cinchas e jáquimas, y todo lo que se hace
del cáñamo, se hace del métl. Hacen mantas y capas de este métl…
las púas de este métl sirven de punzón, son agudas y recias; suplen
por clavos.
Como lo vimos en el mural Arte plumario y orfebrería, también se usaban las
pencas de maguey:
Hechas pedazos se sirven mucho los maestros, que llaman amanteca,
que labran de pluma y oro; encima de estas pencas hacen un papel de
algodón engrudado... y encima de la pencas labran todos sus dibujos.
Es probable que por esta razón haya habido confusión sobre la fabricación
de papel de amate. La popularización de la planta pronto ocupó los primeros
planos de grabados, pinturas o fotografías. Del corazón cercenado de la planta
brotaría a lo largo de tres meses, la dulce savia llamada aguamiel que fermentada
produce pulque, mientras que el tradicional “tlachiquero” que extrae el aguamiel
colocando:
...la boca en una de las extremidades del cañuto y atrayendo del aire
en el contenido, y con el aire el jugo, como se hace con la bomba;
En la superficie de los troncos de estos árboles
aparece una delgada película que se desprende
con facilidad y que es producida por diversas
capas de exfoliación de la epidermis cutinizada.
290
recibían el jugo en una vasija y lo guardaban hasta que se fermentara, que
venía a ser en menos de 24 horas…204
constituyó una postal del México exótico y pintoresco que se repitió en incontables
litografías y fotografías, por ser consideradas la síntesis del proceso de trabajo
para la elaboración del pulque. 205
En 1899, el antropólogo Frederick Starr fue testigo del “secreto” para fabricar
papel entre los otomíes de Puebla “tal como lo hicieran sus antepasados”, a partir
de la “corteza interna” del árbol del amate. Estas observaciones llevaron al Dr.
Nicolás León a realizar el primer estudio del tema, publicado en 1924 en el Boletín
del Museo Nacional.206 Posteriormente, con en la expedición de Hans Lenz,
Bodil Chistensen y Víctor Von Hagen, se pudo corroborar que el procedimiento
se conservaba tal y como lo había descrito el Dr. Hernández casi cuatro siglos
atrás. En esta expedición, tomaron un registro fotográico detallado del
proceso, del árbol que se utilizaba y los nombres
de las herramientas necesarias.207 Los resultados
fueron publicados en 1945 en el libro Aztec and
Maya Papermakers de Víctor von Hagen, del
cual, probablemente Diego obtuvo la información
necesaria para realizar este mural.
En el libro undécimo del Códice Florentino, folios
200-202 se muestra el proceso desde el sembradío de
magueyes hasta su cosecha y el desarrollo de la planta,
desde el momento en que florece hasta que cae muerta.
291
En su estudio, Von Hagen airma que la invención y uso del papel entre las
tribus de México “dataría de los tiempos más antiguos de que hay noticia”, y
su airmación se sustenta en un fragmento de la Historia de México atribuido a
fray Andrés de Olmos que dice: “allí se lee que los otomíes, desde remotísima,
vestían a sus ídolos con papel de maguey”.208 El investigador alemán postula
la importancia capital que tuvo la producción de amate en el México antiguo
donde llegó a: “existir un verdadero mundo de papel”209 tradición que los
mexicas heredaron de culturas milenarias, hasta hacerla propia. Para Von
Hagen: “poner una cosa sobre el papel llegó a ser el primer paso entre el
pensamiento y en la acción”.210
Estas ideas debieron surtir gran efecto en el pensamiento de Rivera, por
lo que se dio a la tarea de tratar dos temas que no sólo vinculan al México de
hoy con el de hace 3 000 años, sino que representan la esencia del conocimiento
prehispánico. De paso, da su debido lugar a cada planta e industria, la del papel
y la del pulque. Quizá sea en este mural donde encuentra la forma de exaltar el
ingenio más original del México antiguo y no tanto aquel que hubiera trascendido
en el mundo. Aquí también rompe con el paradigma de la “postal pintoresca
mexicana” del tlachiquero otomí tan difundida en Europa, para exaltar en su
lugar el ingenio ancestral genético depositado en la actual sangre mexicana.
En la grisalla del mural, Rivera conecta el tema del papel con la introducción
al tema del siguiente mural. El tlacuilo o escribano relata la llegada y las
primeras acciones del extraño grupo de personas que ha arribado a Mesoamérica.
La Conquista es en efecto, el tema del que se conservan más documentos
pictográicos que utiliza el sistema prehispánico para narrar los primeros sucesos
poshispánicos.
En las imágenes reconocemos representaciones del
procedimiento para extraer el pulque en los últimos 1 300 años,
de entre ellas, sobresale el sacrificio por extracción de corazón
en la migración de los aztecas, el procedimiento se realiza sobre
una biznaga. Por la similitud con el procedimiento para obtener
el corazón del maguey y extraer su savia, la bebida alcohólica
constituyó un elemento ritual muy importante.
292
La inconfundible postal del tlachiquero otomí
constituyó la síntesis del proceso para obtener el
pulque a finales del siglo XIX y principios del XX.
El maguey fue divinizado en la imagen de
la diosa Mayahuel (Códice Laud), sus espinas
servían para el ritual del autosacrificio y en
muchas fiestas (Códice Magliabecci), el pulque
era utilizado en numerosas fiestas como
elemento libatorio.
293
Las pencas de maguey también eran cortadas y utilizadas en la
construcción como tejas, sirviendo de drenaje a los techos de las
casas. El mural explica sobradamente los motivos que tuvieron los
ancestros de México para divinizar a la planta.
Tal como se muestra en el detalle del mural, el
aprovechamiento del nopal asimismo constituye un elemento
cultural único de México. Los cronistas también registraron
el procedimiento para remover las tunas (fruto del nopal) y
sobre todo la grana cochinilla, pigmento de color rojo que se
extrae de la sangre de este parásito de la planta.
294
295
Cortés fue muy inteligente al detectar que había
un gran reino que dominaba el territorio y que
éste tenía por ello numerosos enemigos. Por
esta razón intentó a toda costa aliarse con los
tlaxcaltecas, quienes lo recibieron como enemigo
hasta que el conquistador logró unirlos a su causa.
Con esta ayuda lograron masacrar a los de Cholula,
aliados de los mexicas.
El códice pintado por Rivera se lee de derecha a
izquierda, tal y como se leían los códices prehispánicos.
La diferencia de éstos y los coloniales, es que la lectura
se invierte, por lo que las siguientes descripciones se
leen de izquierda a derecha pero son representados en
las escenas del códice de derecha a izquierda.
Sahagún nos cuenta que, cuando
Moctezuma mando emisarios a
entregar regalos a Cortés, éste disparó
un cañón y sus rifles, tras de lo cual,
los embajadores indígenas cayeron
desmayados. A su regreso a México
describieron la artillería como
“truenos que quiebran las orejas”.
Los Informantes de Moctezuma, Isidro Martínez, 1894,
Museo Nacional de Arte. En este óleo, se recrea
el momento en que Moctezuma es informado
sobre los extraños visitantes que se encontraban en
las costas orientales del imperio. Los informantes
buscan explicar a través de pictogramas, los
barcos, caballos y armaduras de los conquistadores
españoles. También le presentan algunas de las
cuentas de vidrio que habían recibido a cambio del
oro enviado por el gobernante.
En la grisalla observamos el sistema de
comunicación que se realizaba mediante
los códices. El personaje de la izquierda
escribe y pinta los que le dicta el que está a
su lado, quien parece haber atestiguado los
hechos, mientras que el tlatoani lee lo que
éstos registran a pesar de nunca haber visto o
conocido las imágenes presentes en el códice.
El libro duodécimo del Códice
Florentino abarca la narración
completa de los sucesos ocurridos
con la llegada de Cortés a las costas
del Golfo, varios de los recuadros que
ilustran el manuscrito están basados
en las primeras noticias que se le
dieron a Moctezuma.
296
El Códice Telleriano Remensis, realizado en tempranos tiempos de la
Colonia por un escribano indígena, muestra cómo se representa
la acción de conquista que consiste en el incendio del templo y el
desplome del techo; por consiguiente, lo más interesante es cómo
muestra a los caballos, que parecen venados sin cuernos.
297
La llegada de Hernán Cortés a Veracruz, 1951
E pidiéndole oro para dar al capitán de aquella nueva gente;
y era porque Cortés le preguntó si Moctezuma tenía oro.
E como respondió que sí... enviéme, dice, dello; acá tenemos
yo y mis compañeros mal de corazón, enfermedad
que sana con ello. 211
Diego enarbola esta cita como el estado psíquico de las huestes conquistadoras
para aportar un hito iconográico, una impactante portada para el siguiente
capítulo histórico de México en su etapa de dominación colonial y el enfoque con
el que sería abordado.
De la misma forma que las grisallas verticales son la introducción al mundo
prehispánico, en esta sección, de haberse concluido, se enfatizaría en la abrupta
transformación de la forma de vivir de los antiguos americanos.212
Su sentido general revierte de manera deinitiva el lujo de las imágenes en
Arriba:
Códice Telleriano Remensis.
Es interesante que para mostrar
la conquista de Cholula por
las huestes españolas, Diego
utiliza la forma convencional
indígena, utilizada por los
mixtecos desde el 1 200 d.C.
aproximadamente. Se trata de
la imagen del conquistador
frente al templo en llamas con
el techo quebrado.
298
torno a los pueblos indígenas y su conquista para dar la versión americana. El
pintor sustituye la tradicional estampa de que “los pueblos prehispánicos eran
bárbaros que debieron ser sometidos para ser civilizados por los españoles;”
por la versión que, desde su punto de vista, las ciencias antropológicas habían
desenterrado tras poco más de un siglo de estudios. En contraposición, propone que
“la alta civilización prehispánica original fue destruida por conquistadores bárbaros
procedentes de una Europa enferma de oro” haciendo un juego de contrastes, en el
que notamos el aumento en los trabajos físicos forzados –y humillantes tratos– a los
que fue obligada la población americana.
A partir de este momento, el noble, el pintor, el amanteca, pochteca, cazador
de aves u orfebre, ya fuera totonaco, huasteco, otomí, zapoteco, tarasco o mexica,
serían representados jalando la yunta en sustitución de bueyes, cargando una
gran viga para la construcción de una iglesia, trabajando como tamemes o siendo
vituperados por los conquistadores.
Ya se ha escrito abundantemente sobre los personajes históricos que aparecen
en este mural y cómo se identiican en las fuentes.213 Diego contó con un caudal
de información que él había recopilado durante todos estos años, también
contó con los contenidos de las salas 1 y 2 de la sección de Historia del Museo
Nacional214 y los novedosos resultados de las investigaciones de Eulalia Guzmán,
que desde 1940 venía realizando para su libro Relaciones de Hernán Cortés a
Carlos V sobre la invasión de Anáhuac, aclaraciones y rectiicaciones.215 En esta
publicación, la investigadora se dio a la tarea de comparar meticulosamente las
distintas versiones de la Conquista de México y desenmascaró las malversaciones
Mural La llegada de Hernán Cortés a Veracruz el 22 de abril de 1519, (1951), (4.92 x 4.72 m.)
299
de los hechos que escribió Cortés para justiicar su proceder ante Carlos V en
busca de su apoyo.
Con un detallado estudio psicológico de las intensiones y aspiraciones de
Cortés, concluye que era:
Fundamentalmente lujurioso, ávido de riquezas y ansioso de poder…
burló mujeres a pasto, no tenía empacho en “echarse” con hermanas
o seducir a madre e hija, y a esposas de sus compañeros.216
Y más adelante se enfoca a sus acciones, señalando que:
Cortés no demostró en la Conquista, ser militar, ni tener talento militar,
demostró su escasa capacidad... en el sitio de México-Tenochtitlan. A
pesar de las enormes ventajas materiales que tenía no pudo tomar la
ciudad sino al cabo de tres meses de lucha... Las fuerzas de Cuauhtémoc
le infringían derrotas casi diarias. Es ridículo llamar héroe y gran
capitán a quien ganó porque lo tenía “todo”, menos escrúpulos, y
porque cubierto de hierro y usando armas de fuego y acero y caballos,
combatió contra ondas, lechas y macanas manejadas por hombres a
pie y el cuerpo descubierto [quienes] sostuvieron durante 93 días tan
heroico sitio.217
Pero el estudio no quedó sólo en la obra literaria de Cortés. A la investigadora
le fue encomendada la tarea de determinar si los restos encontrados al interior
de la Capilla de Jesús de Nazareno anexo al Hospital de Jesús en noviembre de
1946, pertenecían a Hernán Cortés.
Desde el momento de la
Conquista, el tlacuilo que dibujó
el Lienzo de Tlaxcala narra los
sucesos de Chalchicueyecan, y
destaca el papel de amos que
ejercieron los españoles con los
indios tlaxcaltecas, a pesar de que
éstos eran sus aliados.
300
Página opuesta:
Fotografía de Diego de niño, (ca. 1892).
Diego subrayó el maltrato de la población indígena tras la conquista de México. En esta escena
reconocemos una pareja de indios esclavos a la venta; él está herrado con la “g” de guerra y ella carga en
su reboso a su hijo de ojos azules concebido con algún conquistador. De las fotos que se recuperaron de
la infancia del artista, podemos colegir que Rivera se utilizó a si mismo para asumirse como producto de
esta mezcla de razas, que en el mural se entiende también como el origen de la raza mestiza.
301
302
303
Los resultados de la descripción anatómica, que le fueron practicadas
a esta osamenta, constan en los dos estudios que separadamente hicieron los
antropólogos Doctor Eusebio Dávalos Hurtado y el profesor Javier Romero218
quienes llegaron a conclusiones muy reveladoras:
Este cráneo es corto según su diámetro... y muy estrecho... acusa
una capacidad craneana aproximada bastante baja... se debe hacer
mención del hecho de que la frente es angosta, de escasa elevación y
de inclinación mediana... el tabique nasal se encuentra desviado hacia
la derecha en su parte superior y hacia el lado opuesto al inferior.219
Sobre el esqueleto agrega que:
Los huesos de ambas piernas, tibia y peroné, son notablemente
patológicos, apreciándose en la diáfasis de los primeros una especie de
tumores óseos... hay exostosis en las zonas de contacto inferior de tibia
con peroné.
Por último, si se ajustan las primeras costillas con sus respectivas
carillas articulares del esternón, dicho manubrio debe haber formado
...un ángulo muy saliente y perceptible en el cuerpo del individuo.
Cráneo de Cortés en la obra de Eulalia
Guzmán. A principios del siglo XX
se pusieron de moda las teorías del
criminólogo italiano Cesare Lombroso,
quien sostenían que el delito es
resultado de tendencias innatas de orden
genético observables en rasgos físicos del
personaje. Estas ideas influyeron en la
antropología física de mediados de siglo,
que pretendía conocer la psique del
personaje a partir de su apariencia.
No conformes con lo ya dicho, remata diciendo que:
Si tomamos en cuenta el cráneo con exclusión del resto del esqueleto,
“podría airmarse que se trata de un ejemplar del sexo femenino,
particularmente por su pequeñez general, escaso peso y forma de la
frente”. 220
De esta forma, el estoico e imponente Hernán Cortés que había prevalecido
en el imaginario de la historia de México, es derrumbado y sustituido por un
personaje mal gastado, contrahecho y de ética cuestionable.
Con los restos de Cortés a la mano, el cuerpo académico del ahora Museo
Nacional de Antropología –del que Rivera formaba parte de manera más que
honoraria–221 desentrañó los más profundos secretos del conquistador a través de
estos “contundentes estudios antropológicos” y de una rigurosísima sustentación
historiográica, dando una violenta estocada en la guerra de imágenes que
derribó un pilar iconográico de la historia nacional, basado en lo que llamó “una
investigación cientíica irrefutable”222 que demostró que a su muerte, Hernán
Cortés padecía de un avanzado cuadro de síilis.
Los estudios anatómicos de los huesos
sirvieron a Diego de directriz para
formular un retrato de Cortés más apegado
a la realidad. La protuberante caja torácica
no es una exageración, sino un rasgo que
en realidad debió tener del personaje.
304
305
Tibias y peronés de Cortés en la obra
de Eulalia Guzmán. Aun cuando el
juicio sobre la personalidad de Cortés
fue extremadamente severo, el estudio
de sus huesos no dejó lugar a dudas
sobre su padecimiento de sífilis y de su
apariencia física.
Eulalia Guzmán se enfoca en episodios concretos del diario de Cortés para
ejempliicar los periles psicológicos del personaje, de los que Diego escogió
aquellos en los que el conquistador dejó ver su lado más oscuro y los evidencia al
integrarlos en un mismo cuadro. Por ejemplo, en la segunda Carta de relación a
Carlos V, da cuenta al soberano del penoso regreso de las tropas tras su expulsión
de México-Tenochtitlan. A su regreso a Tlaxcala, los españoles tuvieron numerosas
batallas: en Otumba, los esperaba un batallón mexica, y Cortés, a pesar de haber
ganado la batalla en un episodio mítico, recibió un fuerte golpe en la cabeza
que por poco le cuesta la vida.223 Su cráneo presenta evidencias de este golpe.
Después Gonzalo de Sandoval obtuvo la victoria en las guerras de Zacatepec y
Tepeaca, tras las cuales los españoles hicieron repartición de los esclavos y Cortés
acordó con los oiciales del Rey que:
Se herrasen las piezas [esclavos] que se habían habido para sacar su quinto
después que se hubiese primero sacado el de Su Majestad... que todos
los soldados llevásemos a una casa que estaba señalada para el efecto a
herrar todas las piezas que tuviesen recogidas, que ocurriésemos con
todas las muchachas y muchachos que habíamos habido... y echado el
hierro, que era una G como ésta, que quería decir guerra...224
Indignados, Guzmán y Rivera sostenían que la crueldad del conquistador
llegaba al sadismo; es decir, a la tortura sin objeto;225 o como medio de “terror”,
porque explica a Carlos V que le:
...movió a facer los dichos esclavos por poner algún espanto a los Curúa
y porque también hay tanta gente que si no se iciese grande el castigo y
cruel en ellos, nunca se enmendaría jamás.226
En esa misma carta, Cortés continúa diciendo a Carlos V que para evitar
nuevos embates de los pueblos indios:
...se debía hacer en la provincia de Tepeaca una villa en la mejor
parte de ella, adonde concurriesen las calidades necesarias para los
pobladores de ella. En nombre de Vuestra Majestad, puse su nombre
a la dicha villa, Segura de la Frontera, y nombré alcaldes y regidores
y otros oiciales, por más seguridad de los vecinos de esta villa, en el
lugar donde señalé se ha comenzado a traer materiales para hacer la
fortaleza porque aquí los hay buenos, y se dará en ella toda la prisa
que sea más posible.
Busto de Cortés del Castillo de Chapultepec,
Diego confesaría algunos años después
a Alfredo Cardona Peña que él como
muchos otros, había pensado en la figura de
Cortés como lo representaban sus retratos
tradicionales. Así lo pintó en los murales de la
escalera, antes de los estudios de sus restos.
306
De alguna forma, para Eulalia Guzmán,
Cortés contó con mucha suerte, ya que toda
su estrategia se debió a dos sucesos fortuitos:
el naufragio y captura del español Jerónimo
de Aguilar por los mayas peninsulares y su
posterior escape, así como la adquisición
de Malitzin, quien hablaba náhuatl y maya.
Por medio de ambos personajes fue que el
conquistador se pudo comunicar con los
pueblos americanos.
307
A pesar de convalecer del mencionado golpe en la cabeza, Clavijero subraya
que Cortés no dejaba de pensar en los medios:
...que debería tomar para llevar a cabo la grande empresa de la
conquista de México, y a ese in había hecho cortar una gran cantidad
de madera para la construcción de trece bergantines.227
Más adelante, en su cuarta Carta de relación, estando Cortés en Pánuco,
agrega lo siguiente:
La gente del pueblo de Tututepeque cercana a Metztitlan (Hidalgo)
se levantó en armas... arremetió contra ellos y los redujo prontamente,
fue preso el señor, y un hermano suyo muchacho y otro capitán general
suyo [los que]... luego fueron ahorcados, y todos los que prendieron en
la guerra hechos esclavos... se herraron y vendieron en almonedas y lo
demás se repartió entre los que se hallaron en la guerra.228
Estas medidas fueron reprobadas por los cronistas religiosos, incluso Bernal
siente la necesidad de justiicar la legalidad de este tormento, cuando apunta que
Alonso de Ávila, quien tenía como encargo negociar con la Audiencia Real el poder
continuar con la conquista del territorio, regresó de la isla de Santo Domingo:
...con el permiso para herrar los esclavos según y de la manera que
llevaron en una relación, y repartir y encomendar los indios como en
las islas Española y Jamaica se tenía por costumbre...229
Tepeaca era un poblado estratégicamente ubicado230
...en el camino y paso por donde la contratación de todos los puertos de
la mar es para la tierra adentro,... se ha comenzado a traer materiales
para hacer la fortaleza porque aquí los hay buenos.231
Armadura de Pedro de Alvarado, Museo
Nacional de Historia. En el mural, el
número de indígenas supera por mucho
al de los españoles, Diego coloca por
ello a Alvarado con su cabello rojo y
armadura, fue a este personaje a quienes
los mexicas asociaron con el sol, el que
cabe decirse, también era Nanahuatzin,
un dios maltrecho y enfermo antes de
convertirse en el astro, este papel pudo
ser el de Cortés.
Si observamos a detalle el cráneo de Cortés, notaremos que presenta un gran deterioro en el
temporal izquierdo, lo que Diego plasmó en el rostro de Cortés en el mural, (ver página 304).
La introducción de los bergantines o barcos de fondo bajo y las armas de fuego
a la guerra contra México supuso el uso de tecnología infinitamente superior a
la conocida en toda América. Con todo y ello, Cortés tardó más de tres meses en
lograr someterla. (abajo izquierda) grabado a color de Theodore de Bry, siglo XVI).
Por esta razón suponemos que las mencionadas “almonedas” –donde se hacía
la venta de muebles con la intervención de la justicia, adjudicándolos al que
ofrece mayor precio– se encontraban en este poblado:
308
309
Ya estando construyendo en Tepeaca, se dio guerra a Guacachula
[Huauquechula, Puebla]... en la ciudad andaba muy gran grita por
todas las calles... la dicha gente de la guarnición... estaban en un alto
[de un cerro] que sojuzgaba toda la ciudad y lo llano del derredor...
comenzaron [según Cortés, sus aliados indígenas] a poner fuego en
ella por aquella parte por donde entraban... lo cual fue todo despojado
y quemado.232
La escena del hierro en la cara de
los esclavos, que Rivera ya había
pintado en los murales de la escalera,
es repetida con la diferencia de que
adiciona las “igualas” de metal que
el padre Las Casas describe que se
colocaban a los esclavos en los pies.
Es revelador que mientras escribe Cortés, parece poder observar los hechos
porque agrega: “donde he dicho que sale aquel humo”.
La importancia comercial del poblado de Tepeaca se demuestra porque
ahí controlaron los conquistadores un antiguo mercado con una gran zona de
inluencia, lo que en 1559 le mereció a la ciudad tener su propio escudo de armas.233
Ahí también construyeron la Torre o Rollo de Tepeaca, en la que se sostenía a los
castigados y se leían las sentencias de muerte en la horca.234
En contraposición a los ideales humboldtianos, Diego omite la existencia del
Pico de Orizaba –ya representado en Cultura totonaca– que se yergue entre
el estado de Puebla y las costas de Veracruz, con lo que establece la zona de
dominio de Cortés durante la guerra de Conquista. Así, se reconocen las demás
fundaciones realizadas por los españoles en este tiempo: las dos Villas Ricas de
la Vera Cruz, la moderna, más próxima y la Antigua, cercana a las dunas de la
playa Chachalacas, sitio en el que la tradición airma que los conquistadores
quemaron las naves (barcos) para no tener otra opción que llevar la empresa de
conquista hasta sus últimas consecuencias.235
Colgado de los pies, aparece Cuauhtémoc sobre la cabeza de Cortés,
confrontación que de manera providencial parecía resurgir de las entrañas del
pasado, cuando el 26 de septiembre de 1949 se exhumaron los presuntos restos
de Cuauhtémoc en Ixcateopan, Guerrero. De nueva cuenta, Eulalia Guzmán y un
grupo de antropólogos se dieron a la tarea de estudiar la anatomía de los huesos y
la historiografía de la región,236 y por recomendación de la profesora, tocó a Diego
diseñar el capelo museográico o mausoleo donde actualmente es exhibido.237
Para Rivera fue tan importante está comisión, que incluso cuando estuvo en
Rusia en busca de la cura para el cáncer que lo consumía, trató “de recrear a
Cuauhtémoc con ayuda de antropólogos forenses rusos”, según consta en una
carta que le escribió Ema Hurtado de Rivera desde Moscú a doña Eulalia.238
Diego seguiría colaborando con los proyectos del Museo Nacional de
Antropología239 hasta el 24 noviembre 1957, día en que murió víctima del cáncer,
en su estudio de Altavista en San Ángel.240
Para la yunta que jalan los indios del
mural, Diego utilizó de modelo las
que eran exhibidas en la sección de
etnología del Museo Nacional.
310
311
Nótese cómo la descripción del
poblado con una guarnición
en lo alto, desde donde se
dominaba toda la ciudad que fue
incendiada, está elaboradamente
materializada en el mural.
Estandarte de Cortés, Museo Nacional
de Historia. Esta insignia de la Corona
española no lleva el escudo de armas de los
Habsburgo por lo que no corresponde a
la usada por Cortés. En la Nueva España,
se conmemoraba cada 13 de agosto la
capitulación de Cuauhtémoc y la caída de
Tenochtitlan, para lo que se llevaba a cabo
una procesión donde se caminaba hasta el
templo de San Hipólito y de regreso seguía
a un “Cortés” que cargaba este estandarte.
La Antigua,Veracruz, de 1525-1600.
Existieron a lo largo de la historia tres
Villas Ricas de la Vera Cruz, la primera fue
abandonada en 1525 y trasladada al poblado
que hoy se conoce como Antigua, el que
a su vez, en 1600 fue sustituido por la que
originó el actual puerto de Veracruz. Las dos
primeras aparecen en el mural.
312
313
Diego Rivera, Eulalia Guzmán y el grupo de
especialistas que apoyaron con los trabajos de
musealización de los restos de Cuauhtémoc en
Ixcateopan, Guerrero, en 1952.
Por cartas escritas por el propio Rivera
sabemos que estudió técnicas de
reconstrucción forense con las que también
hizo un intento por recrear a Cuauhtémoc.
Bocetos del rostro de Cuauhtémoc
realizado a partir del estudio de la
osamenta encontrada en Ixcateopan.
Estudios posteriores revelaron que se
trataba del cráneo de una mujer.
314
315
En la grisalla, el pintor lanza una última sentencia
para resaltar la superioridad de las culturas
no occidentales: vuelve a colocar al deforme
Cortés en su papel de hacendado, recibiendo los
beneficios del trabajo esclavo de los indios.
Diego recupera un pasaje histórico en el que se narra
cómo un esclavo negro fue el que introdujo el cultivo
del trigo en América. En el siglo XVI y hasta mediados
del XX, era común que los grupos de élite occidentales
negaran a la raza negra la capacidad de pensar.
En los códices coloniales, la narración pictórica señala
que una vez que los indios eran bautizados, ya podían
trabajar las tierras de los encomenderos. Su esclavitud es
representada por el indio amarrado y sujetado por Cortés.
316
El molino impulsado por una corriente de agua tiene mucho parecido a
algunos ejercicios que se realizaban en la Academia de San Carlos, donde no
sólo se pintaban piezas arqueológicas, pasajes históricos, paisajes nacionales y
frutos, sino que también se ofrecían ejercicios para dibujar maquinarias.
Lámina 42a del Memorial de los indios de Tepetlaóztoc. En la historia de la
encomienda usufructuada por Cortés y luego por Gonzalo de Salazar, se
registraron las casas, molinos y batanes que construyó la comunidad como
tributo para el encomendero en diversos lugares de México-Tenochtitlan
y Tepetlaóztoc, al Nororiente de la ciudad.
317
Escultura cerámica de xoloitzcuintle de La tradición tumbas de tiro,
Museo Anahuacalli, c. 500 d.C. Los detalles de las arrugas y las comisuras
de las orejas nos hacen pensar que se trata del retrato de un perro real.
Como se verá adelante, esta fue una de las esculturas favoritas de Diego.
Paréntesis canino
Dejamos el inal, para hablar del xoloitzcuintle, los perros pelones mexicanos
que aparecen reiterativamente en la obra de Rivera y que constituían otra de sus
pasiones.
El espíritu nacionalista que imperaba en la época del muralista se manifestó en
muchos aspectos, entre otros, en recuperar la raza de perro mexicano xoloizcuintle
por un grupo de entusiastas individuos.
La historia de su redescubrimiento y recuperación es fascinante y de alguna
forma, Diego inluyó deinitivamente a que estas labores se realizaran, ya que
ilustra xoloitzcuintles en seis de sus murales, utilizándolos como iconos de identidad
mesoamericana. Este tema fue tratado por los conquistadores y por los cronistas,
quienes comentaron tímidas descripciones sobre el perro pelón, siendo la de Sahagún
la más completa:
Ya en el siglo xx, se elaboraron varias obras dedicadas a enriquecer
la información sobre el xoloitzcuintle247 de forma que para 1929,
cuando Rivera pintó los murales de la escalera de Palacio, existía ya
un creciente interés por difundir el conocimiento de esta raza canina
mexicana. No sabemos exactamente cuándo adquirió Diego su primer
xoloitzcuintle, pero hacia 1932 pintó El niño del taco, obra en la que
un laco xoloitzcuintle observa el taco que un niño se lleva a la boca. Al
año siguiente, la American Kennel Club formalizó el reconocimiento del
xoloitzcuintle como raza y sus criadores establecen los lineamientos que
debían conservarse en su cría.
Al constituirse como el gran artista mexicano del siglo xx, Diego Rivera
creó modelos y paradigmas gráicos de la ‘mexicanidad’ y hacia los años
cuarenta, sus murales formaron parte del nuevo rostro del país, tanto al
interior como hacia el exterior.
Para estos años, tener un xoloitzcuintle, ya fuera real o arqueológico, constituyó
una moda entre los intelectuales y adinerados, pues aún eran escasísimos los
ejemplares vivos que se conocían. Diego tenía de ambos248 y, aunque no se le reconoce
por su labor de recuperación,249 se sabe que los perros que tuvo produjeron una
amplia descendencia. La labor por separado de amantes de la raza por un lado y
de criadores por el otro se hace más evidente cuando en 1955, el coronel británico
retirado Norman Pelham Wright registró sólo sesenta ejemplares en México,
cincuenta de los cuales eran suyos, lo que produjo la declaración de extinción en
1959 por la American Kennel Club.250
Unos años antes, Wright había encabezado los esfuerzos de la Asociación
Canóila Mexicana por recuperar la raza y crear un pie de cría, para lo que recorrió
el Occidente de México en busca de ejemplares para ser cruzados. Muchos de ellos
fueron sacados del país y otros ubicados en familias importantes relacionadas con la
Asociación; de este pie de cría procede la mayoría de los ejemplares que hoy se ven
con mayor frecuencia.251
Diego supo reconocer la maestría con que eran ejecutadas las esculturas cerámicas
de xoloitzcuintles, cuya anatomía y gestos proyectan gran dinamismo. Quizá la
escultura de perro que llamó más su atención sea el ejemplar del Museo Anahuacalli
que presenta el cuerpo y cara arrugados, gesto que recurrentemente utilizan los
xoloitzcuintles para denotar su enojo, por lo que podría tratarse del retrato de un
perro vivo. 252
En el mural de la llegada de Hernán Cortés a Veracruz, Rivera utilizó como modelo
esta misma escultura. La actitud hostil del perro ante su similar europeo representa
la reticencia, constancia y fuerza de este vulnerable animal ante la llegada de los
perros invasores, de mayor tamaño, dentadura completa y pelaje, y convirtió así al
xoloitzcuintle en un símbolo de la resistencia del pasado mesoamericano, encarando
con valentía el reemplazo al que lo sometió la historia.
La variedad de representaciones de perro
en la cerámica de las Tumbas de Tiro lo
representan parados, acostados, en brazos
de sus amos, sentados y algunos hasta
fueron utilizados como vasijas. Unos de
ellos son jóvenes y otros viejos y arrugados,
este rasgo es característico de la raza y se va
pronunciando con el paso de los años.
Criaban en esta tierra unos perros sin pelo ninguno, lampiños uso algunos
pelos tenían, eran muy pocos... de noche abrigábanlos con mantas para
dormir...241
Por su parte, Clavijero hace una recopilación de esta información y resume:
El itzcuintlepozotli, cuya piel era variada de leonado, blanco y negro... lo
más particular deste cuadrúpedo era no tener pelo en todo su cuerpo, a
excepción de algunas cerdas gruesas y retorcidas sobre el hocico; ...una
piel desnuda y blanda de color ceniciento con algunas manchas granadas
y otras negras. Estas tres especies de cuadrúpedos casi se han acabado.242
Xoloitzcuintle alimentado
por un soldado en el mural
Epopeya del pueblo mexicano.
La participación de este can en las crónicas también está enfocada a su carácter,
su uso culinario, ritual y mitológico que las culturas mesoamericanas le asignaban.243
Con la llegada de los españoles y sus perros, la crianza del xoloitzcuintle cayó
en desuso, y su mestizaje con perros labradores, le dieron una menor probabilidad
de reproducirse.244 A lo largo de la Colonia existió un creciente interés por controlar
la población de perros callejeros que rondaban las capitales, y existen voluminosos
expedientes donde se tratan las amenazas e inconvenientes sobre la abundancia de
canes sin dueño en las calles.245 Con el tiempo, muy pocos ejemplares de xoloitzcuintle
sobrevivieron a estas razias, y tuvieron mejores posibilidades de reproducirse de
forma semisilvestre en las tierras cálidas de la costa del pacíico, desde Guerrero
hasta Nayarit.
Sólo hasta mediados del siglo xix algunos viajeros europeos y estadounidenses
sintieron curiosidad por ellos y llevaron consigo varios ejemplares, otorgándoles el
carácter de raza hasta 1887.246
Perros bebiendo agua en el mural
Cultura otomí, el amate y el maguey.
318
Códice Florentino, libro undécimo, fols. 16r y 17v.
Sahagún se esmeró en describir una gran cantidad
de los principales animales del México antiguo,
observamos que hizo breves descripciones de
los venados con y sin cuernos y distinguiendo
al perro peludo chichi itzcuintli del perro pelón o
xoloitzcuintle. Sin dar una exhaustiva explicación.
319
Esta escultura fue una de las
favoritas de Diego. Aquí aparece
colocada sobre una cajonera
en su cuarto de la Casa Azul.
La escultura fue trasladada al
Anahuacalli en algún momento y
se exhibió en la casa de Diego.
Escultura cerámica de xoloitzcuintle de la
tradición Tumbas de Tiro, Museo Anahuacalli,
c. 500 d.C. Los detalles de las arrugas y las
comisuras de las orejas nos hacen pensar que
se trata del retrato de un perro real.
La gran diferencia en tamaño y en
armamento, entendido como el pelaje y la
dentadura que tenían los perros europeos
frente a los mexicanos, es asimismo una
metáfora de los ejércitos americanos y
españoles con sus muy distintas tecnologías.
320
321
Conclusiones
La pintura es tal vez
la balanza más sensible
para pesar la ilustración
de un país.253
N
o nos son suficientes las páginas en este ensayo para señalar todos
los elementos recopilados por Diego para realizar sus murales.254
Es evidente que el trabajo de investigación e interpretación de las
fuentes es la de un artista –apoyado en todo un cuerpo académico–
aunque también reconocemos una profunda relexión sobre el uso, origen y
demás constantes que pueden extraerse de los vestigios arqueológicos de acuerdo
a las fuentes historiográicas, tal como lo haría un antropólogo o historiador.
Al analizar estas constantes, reconocemos las directrices que se impuso el
artista para recopilar sus fuentes, obedeciendo a una metodología propia que
extrae descripciones especíicas, no fortuitas, orientadas a hacer interactuar a
los personajes, locaciones, acciones y objetos, con el in de recrear momentos
cotidianos en donde las actividades productivas de la sociedad precolombina son
las protagonistas.
Este trabajo de compendio, clasiicación y extracción gráica, histórica,
arqueológica y hasta antropológica de los paradigmas –vigentes hasta entonces–
rescata, resume y materializa gráicamente, la naturaleza abstracta y física
de los antiguos pobladores de México. De ellos se deducen los medios más
apropiados que les facilitaron su desarrollo evolutivo, haciéndolos convivir en
un contínum cultural enfocado a establecer que las generalidades de ese mundo
desaparecido, en las distintas regiones culturales y con sus particularidades
diversas, correspondían a una macroárea cultural homogénea, raíz original de la
identidad del México Actual.
Estas son las directrices mínimas que deberían contener los murales para completar
la obra que inició Diego y no pudo culminar. De esta forma podríamos registrar
gráicamente, una vez más, el estado en que se encuentra el reconocimiento propio del
país en nuestros días.
Se extraña una relexión multidisciplinaria nacional sobre la Historia de México
y los puntos culminantes de su construcción en el tiempo, que sea representativa
para la totalidad de la población, lo que dejaría testimonio del estado actual de
nuestra nación y registraría la ilustración que nuestras instituciones culturales
han alcanzado.
Los murales de Palacio Nacional lograron contundentemente estampar este
balance de la primera mitad del siglo xx.
322
Página opuesta:
Más allá del valor artístico y cultural que
una pieza de museo suponía a mediados
de siglo XX, Diego buscó con sus murales,
hacer saber al público, a la gente de
los pueblos y serranías, la importancia
que estos objetos, imágenes e historias,
les eran significativos en la creación de
una conciencia nacional. Les reitera su
participación histórica como sociedades
en la creación de un México conformado
por numerosas identidades prehispánicas
que aún vive en nosotros a pesar del duro
proceder de la historia para con ellas.
323
Citas
Landesio, 1897:V
Entre ellos Loló de la Torriente, quien especula sobre Rivera, al señalar que debió haber sido uno
de los más jóvenes, o quizá el más joven lector asiduo de la Biblioteca Nacional de San Agustín.
A fuerza de paciencia y constancia y, probablemente, de la moletuda y litigante seriedad que
indudablemente debe haber tenido, los empleados de la biblioteca le cobraron conianza, dándole
beligerancia de adulto. Coronel, 1997:143
3
Los murales de Palacio Nacional muestran entonces este vínculo ineludible entre el campo del
arte y el campo del poder, entre el objeto artístico y las ideas fundadas en una necesidad política.
Rodríguez, 1997:85.
4
En los primeros estudios de los murales que datan de 1949, realizados por R.S. Silva E. se
habló del trasfondo prehispánico de los Murales, basándose en las descripciones del propio
Rivera. Hoy en día, es bien reconocida la abundancia de referencias históricas y arqueológicas que
presentan, gracias a trabajos que se han dado a la tarea de rastrear estas fuentes. Para pintar su
interpretación del México antiguo, Diego Rivera se acercó a fuentes historiográicas documentales
e iconográicas… de imágenes asentadas en el imaginario histórico para conferir claridad y
“veracidad” a su narración… Rodríguez Itzel, 2004:59. La investigadora se basa en Stanton L.
Catlin, 1978 y Betty Ann Brown, 1986.
5
Otros estudiosos se han dado a la tarea de señalar los errores en los que cayó el artista, en
ocasiones sin reparar demasiado en que con el tiempo, numerosas interpretaciones en torno a estas
culturas han sido rebasadas.
6
...Diego curiosamente no siguió el orden lineal que le imponía la distribución de los paneles,
sino que emprendió su trabajo con el tercero y cuarto tableros del muro norte. Coronel, 1997:140
7
Nos basamos en la cronología que establece Juan Rafael Coronel en “Diego Rivera, el Iluminado”
en Los Murales del Palacio Nacional, 1997. Hicimos una modiicación por motivos eufónicos en la
redacción al invertir el orden entre el mural de Cultura Huasteca y el de El Hule.
8
A Loló de la Torriente, una de sus biógrafas, le reveló que hacia inales del siglo xix, cuando era
apenas un niño, se vinculó con el ingeniero Roberto Gayol, uno de los encargados de la obra de
introducción de drenaje de la ciudad de México y pudo entonces observar la abundante presencia
de testimonios arqueológicos: fragmentos de cerámica, igurillas y otros objetos que por lo general
aparecen durante las excavaciones urbanas.
9
Descubrimiento del 20 de noviembre de 1900. Una construcción en forma de dado, cuyas caras
laterales se ven revestidas de cráneos y fémures humanos cruzados, esculpidos en bajo relieve.
Batres, 1900:40-42. Rivera hizo referencia al impacto que le signiicó conocer a Batres, inspector de
los Monumentos Arqueológicos y encargado de estos rescates de numerosos testimonios del Templo
Mayor de México Tenochtitlan. Juan Rafael Coronel Rivera, al referirse a este episodio, advierte que
través de esta relación, su abuelo se convirtió en discípulo del propio Batres. Solís, 2008:151
10
De las numerosas instituciones adoptadas por el Estado ninguna tuvo la proyección de la
Secretaría de Educación Pública, fundada por Álvaro Obregón, quien en 1921 nombró como
secretario de Educación a José Vasconcelos [quien] generó un movimiento cultural con los
antiguos cofrades del Ateneo de la Juventud: Diego Rivera, Antonio Caso, Carlos Pellicer y
Eulalia Guzmán, entre otros consagrados a la gestión del nuevo proyecto de nación emanado de
la Revolución Mexicana… Herrera, 2007:62 Este renacimiento mexicano en palabras de Carlos
Obregón Santacilia: “…consistió… en que el país que surgió de la Revolución ... pudo encontrar el
impulso para generar un poderoso movimiento cultural apoyado en su propia singularidad (antes
rechazada), que muy pronto llamó la atención fuera de nuestras fronteras… un deseo de conocer
y volver a lo nuestro, …en pleno 1920 nos encontramos descubriendo México… puede decirse que
partir de esta generación, lo que caracteriza a la cultura mexicana durante tres o cuatro décadas,
será este compromiso en el campo del arte, entre una expresión auténticamente mexicana y una
formación moderna y cosmopolita. Barcelona, 2001:34-35
11
Es evidente que esta escuela encuentra sus orígenes en exploradores militares, cientíicos
coleccionistas, trabajadores de obras, investigadores y curiosos, artistas, historiadores, antropólogos
y arqueólogos. De estos últimos sobresalen las escuelas iniciadas por Franz Boas y Eduard Seler,
continuadas por Manuel Gamio. .
12
La investigación cientíica de los grupos indígenas sólo tenía justiicación si se emprendía con
el propósito de mejorar, de manera autorizada, las condiciones en que se desarrollaban dichos
grupos. Gamio, 1913: 41-49
13
El grupo conformado por artistas e intelectuales el 28 de octubre de 1909, buscaba trabajar
1
2
324
por la cultura y el arte organizando reuniones y debates públicos, y cuyos integrantes activaron
una nueva conciencia relexiva en torno a la educación, dotándola de una visión más amplia. José
Vasconcelos y la generación del Ateneo promovieron una crítica de la visión única del pensamiento
ilosóico positivista y determinista. Proponían la libertad de cátedra, de pensamiento y, sobre
todo, la reairmación de los valores culturales, éticos y estéticos en los que América Latina emergió
como realidad social y política.
14
De Paw, 1771.
15
Ibídem.
16
“…no aparezca nuevo [entre] estas gentes afearse con colores para se mostrar feroces en las
guerras. Por armas tenían ondas, varas tostadas que arriba dijimos ser arcos, dardos que tiran con
ciertas tiraderas; lanzas, también las puntas tostadas; espadas de palo y indicadas unas navajas
de las piedras que arriba dijimos negras como pedernales. Vestían se corazas de telas de algodón
...todas muy hermosas y galanas y para entre ellos son sus armas algo razonables, pero para hacer
guardar de las nuestras valen muy poco y nada.” Las Casas, 1974:39-40.
17
La condesa de Santibáñez descendiente del tlatoani mexica Moctezuma Xocoyotzin, según los
privilegios concedidos por la Corona de España otorgó un poder a Lorenzo Boturini para colectar
la pensión a la que supuestamente era acreedora por su linaje. En su camino a México, el barco
en que venía naufragó. Esta experiencia le hizo devoto a la Virgen de Guadalupe y le inspiró a
colectar los documentos relativos a su aparición, de preferencia los más tempranos, elaborados por
indígenas contemporáneos. Su método de estudio de fue comparar los documentos hasta descifrar
el “sistema de escritura” pictográico de los códices… creando una gran colección de 300 códices
y libros cuyos temas eran de lo más diversos: historia, costumbres, calendario y religión. (Von
Hagen, 1945:57) Tenía el proyecto al morir de realizar una historia exclusivamente basada en
las fuentes de procedencia indígena. Habiendo en efecto publicado un libro sobre estos códices
y la aparición de la Virgen, Boturini es apresado y desterrado, su colección queda encerrada y
enmohecida en un ediicio abandonado. Parte de esta colección constituyó el núcleo duro de
fuentes en que Clavijero basó su Historia Antigua de México.
18
Clavijero, 1780, libro I, capítulo 17: 44-46. Las dos categorías fundamentales de la arqueología
son espacio y tiempo, en las que los pueblos han dejado su huella. La primera comprende el
área o región que ocupó una cultura o civilización, en tanto que el tiempo atiende lo relativo
a la cronología. Así, el concepto de Mesoamérica, planteado por el doctor Paul Kirchhoff en
1943, delimita una superárea especíica, es decir, un espacio en el que se desarrollaron diversas
culturas a lo largo del tiempo, desde las primeras presencias de grupos cazadores y recolectores y
pescadores, hasta sociedades profundamente estratiicadas socialmente... unidas por una historia
en común y rasgos que las identiican y que son característicos de la superárea. Matos, 2001:23
19
Humboldt se formó con la visión de Buffón y de De Pauw sobre México, pero con el estudio
de las culturas y de la lectura de la obra de Clavijero, se atrevió a airmar que la diversidad de
lenguas en el territorio y de las manifestaciones culturales, “América había tenido algún día una
cultura mucho mayor que aquella encontrada por los españoles en 1492.” Wionczek, 1974:XI -XII
20
Labastida, 1974:XXXV-XXXVI
21
La obra de Humboldt dio pie a la de William H. Presscott “Historia de la Conquista de
México” donde aplica un método cientíico de investigación, lo que a su vez, daría pié a numerosos
investigadores a realizar obras dedicadas a este tema en México, principalmente a los investigadores
del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía como Fernando Ramírez, Manuel
Orozco y Berra y Alfredo Chavero, entre otros. Labastida, 1974:XLVI
22
Wionczek, 1974:XI –XVI
23
Ibid:XX, Labastida, 1974:XXXI-XXXII
24
Löschner y Moyssen, 1985:13-54
25
Es preciso decir que la fama que cobraron estas imágenes se circunscribía a las clases altas
provistas de alguna educación, ya que solamente se podían observar en colecciones privadas o
locales, las que para el mexicano común, eran inalcanzables.
26
Es notable que incluso Maximiliano, en los tres años de su efímero imperio, se encargara de
habilitar el Antiguo Palacio de la Moneda, contiguo al Palacio Nacional de México como Museo
Nacional y diera un gran impulso a los artistas de San Carlos.
27
Entre 1880 y 1898, la historia prehispánica se convirtió en tema estandarizado de la Academia
y a los alumnos se les asignaban pasajes de la antigüedad indígena al lado de temas bíblicos y de
historia europea. Así, cuando Rivera ingresó a San Carlos, el pasado prehispánico ya era un tema
pictórico institucionalizado. Diego Rivera y Galdys March, My Art, My Life, p. 17 y Loló de la
Torriente, Memoria y razón de Diego Rivera, t. I, pp. 236-237. Citado en Rodríguez Itzel, 2004:59
28
Landesio, 1867:III
325
Diego le comentó a Alfredo Cardona Peña en una entrevista que en el Mercado de el Volador, su
padre le presentó a Alfredo Chavero del Museo Nacional y a Félix Parra de San Carlos con los que
a partir de entonces iniciaría una amistad y seguiría sus ejemplos. Cardona, 2007:79
30
Mendoza y Sánchez, 1882: 471-475
31
Mendoza y Sánchez, 1882: Pag 38-42
32
Galindo y Villa, 1923: 42-48
33
Nos encontramos ante la reinterpretación de Rivera sobre los sucesos ocurridos la noche en
que los ejércitos españoles y tlaxcaltecas fueron expulsados de México Tenochtitlan y que vio
retratados en la Lámina 15 del Lienzo de Tlaxcalla. Bernal Díaz del Castillo describe aquel
momento de rápidas decisiones, cuando Cortés, dirigiéndose a su secretario y a otros escribanos
del rey, dijo: “Doy por testimonio que no puedo más hacer sobre este oro; aquí teníamos en este
aposento y sala sobre 700,000 pesos de oro, y como habéis visto que no se puede pasar ni poner
más en cobro, los soldados que quisiese sacar de ello, en vez de dejarlo aquí se los doy, como ha de
quedar perdido entre estos perros.” Bernal, 1980: 255
34
Von Hagen, 1945:46-47; Su argumento era: “Si los tonalámatl concuerdan con la Biblia,
entonces son inútiles y superluos; si no concuerdan, entonces son perniciosos… en vista de que
no contenían más que supersticiones y falsedades acerca del demonio, los quemamos todos...
fue lamentable la pérdida que sintieron después los propios autores del incendio y repararon
en cuanto pudieron recogiendo con diligencia las pinturas que habían sustraído del ardor de su
celo..., no tantas como era menester; porque los dueños de las pinturas se han vuelto desde aquel
tiempo tan celosos en guardarlas y ocultarlas de los españoles que es muy difícil conseguir una de
ellas. Clavijero, 1964: libro VII, caps. 47, 248
35
Se trata de los Primeros memoriales del Real Palacio, fotograiado y publicado por Francisco
del Paso y Troncoso entre 1905 y 1907. Está escrito en náhuatl, por lo que Diego no tuvo al
alcance ningún estudio que le permitiera entender el manuscrito. Seguramente para este texto
obtuvo ayuda del personal del Museo Nacional. Diego debió ver la edición en blanco y negro de
los Memoriales. Sabau, 1994:52-53; pues como puede verse, su reproducción fue exacta.; “…en
Italia, Diego examinó manuscritos mexicanos precolombinos y coloniales tempranos.” Rodríguez
Prampolini, 1986:137
36
Rodríguez-Prampolini, 1986:134-137;
37
Brown, 1986:155; “Es muy probable que estos facsímiles a los haya proporcionado Eulalia
Guzmán, ilósofa, historiadora y antropóloga de origen zacatecano que, a raíz de su prolíica
carrera, fue comisionada en términos de 1937 a 1940 para localizar en archivos y bibliotecas
de Europa información relacionada con México prehispánico... gracias a esta labor los acervos
nacionales enriquecieron notablemente en cuanto a copias, fotografías y facsimilar de códices y
otras fuentes. Herrera, 2007:61-73; también véase Rodríguez, 2004:59.
38
Landesio, 1867:4-5 y 26; Eugenio Landesio fue maestro de José María Velasco, quien a su vez,
instruyó a Diego en San Carlos.
39
Barcelona, 2001:34-35
40
“El estado de Oaxaca es extraordinariamente montañoso, y los valles, aunque fértiles y bien
regados, son escasos. Solamente en el centro del estado, donde se encuentra la capital, se abren
los tres largos valles de Etla, Tlacolula y Zimatlán, que como diremos después, determinaron el
lorecimiento de una de las más grandes civilizaciones indígenas: la zapoteca. Caso, 1942:5
41
“Las estelas de Oaxaca se han atribuido siempre los zapotecas, puesto que sólo se encuentran
entre los límites de la zona que ellos habitaron... muestran una gran semejanza con las urnas
zapotecas, no sólo por las divinidades representadas en ellas, sino porque sus jeroglíicos son
idénticos.... Urnas y estelas son el producto de una misma cultura.” En el trabajo de investigación
de la escritura zapoteca no tenemos el auxilio inapreciable de los códices... [ni] las abundantes
relaciones de misioneros, cronistas y conquistadores... tampoco una obra... para la explicación de
los jeroglíicos.” Caso, 1928 : 9-13
42
No es de sorprender que estas descripciones se enfoquen mayoritariamente al metal precioso
que tanto anhelaba la Corona española.
43
Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 35.233-234
44
Solís et. Al., 2004:55-98
45
Las Casas, 1974:26
46
Sahagún, 1997:529-530
47
Las Casas, 1974:24
48
Sahagún, 1997:529-530
49
Ibídem: libro x, 608-609.
50
Caso, 1942:42
29
326
Caso, 1942:21
“Hasta 1967, se abordaron los problemas de estilo, cronología, signiicado... en la Conferencia
sobre los Olmecas de Dumbarton Oaks, en Washington.” De La Fuente, 2001:55-58
53
Quien tardaría 37 años para publicar sus estudios y conclusiones de la Tumba 7 de Monte
Albán.
54
Cardona, 2007:91; Desde entonces, ha perneado en el personal del hoy Museo Nacional de
Antropología, la idea de que sólo el antropólogo y arqueólogo pueden interpretar los vestigios del
pasado, ya que algunos de sus investigadores piensan que las crónicas y códices corresponden a
un enfoque y los vestigios arqueológicos a otro, separando tácitamente el trabajo de la historia del
de la arqueología en detrimento del pasado precolombino de México.
55
Aparte de su valor estético puro, este mural tiene el mérito de ser el primer intento en presentar
una interpretación pictórica de la historia en términos de la lucha de clases, y sea o no correcta la
interpretación de Rivera de la historia, el mural sobresale como ambas cosas: un trabajo de arte y
un documento revolucionario. Rodríguez-Prampolini, 1986:137
56
Es muy curiosa la coincidencia de los roles plasmados por Diego en el mural de Los Zapotecos,
ya que éstos aparecen enumerados en orden muy semejante y con las mismas imágenes, realizando
las mismas actividades de los tarascos, cultura con la que Diego también se encontraba trabajando
para este momento: “los tejedores de guirnaldas” tsitsiqui-conaqua-ucha… otro grupo que
claramente representa a los fundidores de metal, obreros, orfebres. Frente a él vemos dos orejeras.
Por último, debajo están los “navajeros”. El de adelante tiene entre las piernas un palo que acaso
representa el instrumento por medio del cual se desprendían los cuchillos del trozo de obsidiana,
sosteniéndolo entre las piernas… Relación de Michoacán, 2000: lám. XXIX
57
“Es el rostro o son los movimientos del cuerpo humano los que alcanzan expresiones en las
que sin hacer ninguna concesión extra escultórica, sino por el contrario, ciñéndose a una rigurosa
plástica, expresan lo que desean.” Lozano Rodríguez, 1940: 1
58
Toscano, 1946: 22-23
59
Toussaint, 1940:4
60
…pueden distinguirse dos vigorosas manifestaciones cerámicas: la tarasca y la colimense. La
primera se caracteriza … perfección técnica… breve espesor… ino pulimento rojo… decoración
estilizada…
La cerámica colimense parece una supervivencia de la que hemos llamada arcaica… en su espíritu
mismo. Es realista y se inclina a la caricatura. No produce ídolos de espantable aspecto… sabe ver
la humanidad… ” Íbidem: 5
61
Motolinía, 1971: capitulo 67, 282
62
Las Casas, 1974:22
63
Clavijero, 1964: libros VII, cap. 48:248-249
64
“El original del texto manuscrito (Relación de Michoacán) se conserva en la Real Biblioteca de
San Lorenzo del Escorial en España. Según Francisco Miranda, se tiene noticia de las siguientes
copias de la Biblioteca Real de la Academia de la Historia en Madrid, España, la copia de la
Biblioteca Nacional de Madrid, copia de la Biblioteca Nacional de París (Colección Aubin), copia
denominada Peter Force de la Biblioteca del Congreso de Washington de la cual se obtuvo otra
en 1888 a instancias del doctor Nicolás León y por inmediación de D. Matías Romero que se
guardaba en el Museo Michoacano, publicada posteriormente en Morelia en 1903. (Con láminas
en blanco y negro) ” Franco, 2000:18.
65
Seler, 2000:201-209
66
No olvidemos que el resto del gabinete aparece en la lámina siguiente y, como ya se explicó,
fueron representados por Diego en el mural Cultura Zapoteca, por lo que ya no se mencionan. Es
importante agregar que eran los tarascos conocidos porque : “... en ninguna otra parte se trabajó
con mayor perfección el mosaico de pluma, y en ninguna otra fuera de Michoacán se conservó
hasta nuestros días este arte tan precioso. Clavijero, 1964: libro II, capítulo 13, 61
67
Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 47, 247-248
68
Rubín de la Borbolla, “Los Tarascos” en Arte precolombino del occidente de México, Catálogo de
la Exposición realizada en el Salón de Honor del Palacio de Bellas Artes, Secretaría de Educación
Pública, México, marzo 16 de 1946; en este catálogo, se explora por primera vez la posibilidad de
encontrar los patrones estilísticos de cada estado del occidente y su temporalidad. Curiosamente,
el material tarasco es muy escaso y se limita a una escultura y varios ejemplares de vajilla ritual.
N.A.
69
Mendieta, 1997:296
70
Sahagún, 1997: libro X, 609-610
71
“Por desgracia nada sabemos todavía acerca de la relativa antigüedad de los restos arqueológicos
51
52
327
de estos dos tipos [tarascos y Tumbas de Tiro]; ni si sus relaciones eran pacíicas. Pero es bien
sabido que aún cuando un pueblo extermina a otro, adopta siempre una importante parte de su
cultura. Kirchhoff, 1946:50-69
72
Relación de Michoacán, 2000:Lám. XVIII
73
Coronel, 1997:140-141.
74
En la explicación de la lámina mencionan que: 74 nótese que en la lámina uno de los ediicios
tiene una base extraña como una plataforma invertida. Parece tratarse de una troje para guardar
productos agrícolas. Relación de Michoacán, 2000:183
75
Si el cuexcomate que Diego reproduce en Los Tarascos, efectivamente se trata de este
repositorio, podríamos hablar de un remoto uso de los Cuezcomates en Michoacán.
76
Para Betty Ann Brown: el lago y el volcán nevado en la orilla de arriba, se encuentran
principalmente en el centro de México, no tanto en la costa del pacíico. Brown, 1986:149
77
Rubín de la Borbolla, 1946:38-47
78
Desde sus obras cubistas, Diego Rivera hace alusiones a la cultura e historia de México como
volcanes, carabinas y sarapes… este trabajo es fuertemente evocativo del país con su revolucionaria
realidad, misma que Diego estaba a punto de abrazar. Rodríguez-Prampolini, 1986:131
79
Zavala, 2002:1 114-128
80
AHMNA, 1943, Vol. 132: 230
81
AHMNA, 1946, Vol. 140:132
82
Toscano, 1946: 22-23
83
Coronel, 1997:145
84
Se considera al maíz como una invención porque es resultado de la selección de las mejores
semillas para mejorar el número de granos producidos por cada mazorca. Este proceso duró entre
7000 y 5000 años. En el año 2500 antes de Cristo surge la agricultura de manera estandarizada
en Tamaulipas, Oaxaca y Puebla, posteriormente en todo el Altiplano Central Mexicano.
85
Sierra, 1994:60
86
Sierra, 1994:48
87
Cárdenas sostenía que: el interés especial que mueve al gobierno en favor de los indios no
arranca del deseo de destacarlos como un grupo étnico separado, manteniendo ...indeinidamente
sus problemas especíicos,...por el contrario, tiende a fundirlos y asimilarlos dentro del conjunto.
Sierra, 1994:54-55; Para Diego esto debió ser una realidad que inevitablemente sucedería con el
tiempo, pero observando su propia actitud ante la vida, reconocemos que más que las indígenas se
fusionaran a la sociedad de tradición occidental, Diego buscaba una fusión de ambas, retomando
lo mejor de cada una.
88
Tolteca, aquel heredero de la tradición que sabía poner corazón a las cosas, endiosar los
materiales al realizar las obras de arte, aquellas que eran capaces de conmover a hombres y dioses.
89
...quería que... fueran una lecha... dirigida a despertar la parte india de cada uno de los mestizos
espectadores.... deseaba hacer una pócima para encaminar la conciencia. Coronel, 1997:137
90
Jaime Labastida, 1974:LIV
91
Von Hagen, 1945: 27;
92
Los demás ensayos pictóricos que Diego realizaría entre 1940 y 1945... también conllevan
testimonios de los progresos, búsquedas y estudios que el artista fue realizando y que le permitirían
enriquecer su narrativa visual en los siguientes murales.
93
Véase nota 36
94
Este joven artista, promete las más bellas esperanzas, y da grande honor a su patria,
coadyuvando, como bien lo merece, y con pronta eicacia sus nobles esfuerzos: lo que no puedo
menos que encomendar viva y encarecidamente. Landesio, 1867: 16
95
Podría considerarse una especie de homenaje de Diego a su maestro: Diego Rivera hizo suya esta
elaboración político-espacial durante su etapa estudiantil. Además debe recalcarse su admiración
incondicional por su maestro José María Velasco – en palabras de Rivera “el mejor y mayor pintor
del mundo”-, a quien atribuyó tácitamente su “descubrimiento” del Valle de México como núcleo
de la nacionalidad. Rodríguez, 2004:73
96
Si por las bellezas naturales, el pintor general transmite en el lienzo la localidad en su aspecto
más favorable,... si por las bellezas artiiciales, presenta el ediicio o ediicios,... desde las más
pobres y humildes chozas, hasta los más suntuosos templos o palacios,... facilitando el conocimiento
de su construcción como de sus usos: si por lo pintoresco de sus moradores, los que puede ser
personajes o animales,... si a cualquiera de éstos es el objeto del pintor general, o se asocien unos
y otros, siempre debe disponerlos de tal manera, que dichas bellezas peculiares brillan más y
más, agrupándolas debida y ventajosamente con espontánea naturalidad y soltura, enlazando y
subordinando con juicio los objetos y accidentalidad desde el sitio. Landesio, 1867: 5-6.
328
Fray Bartolomé de las Casas, la describe como una ciudad fundada en el lago... con más de
50,000 casas... y ...200,000 vecinos... Las Casas, 1974:9-11
98
“... no habíamos visto tal cosa, quedamos admirados de la multitud de gente y mercaderías que
en ella había y el gran concierto y regimiento que en todo tenían. ... cada género de mercaderías
estaban por sí, y tenían situados y señalados sus asientos.... y de esta manera estaban cuantos
géneros de mercaderías hay en toda la nueva España, puestos por su concierto... todo estaba en
una parte de la plaza en su lugar señalado;” Bernal, 1980:171-173
99
Las Casas, 1974:44-45
100
Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 36.236
101
Las Casas, 1974:124
102
Sahagún, 1997: capítulo 19, 475
103
Guzmán, 1937:23; Por su antigüedad en la colección, se ha pensado que podrían formar parte
de los tesoros enviados por Moctezuma II a Carlos V en 1519. Dentro de los esfuerzos del gobierno
en materia educativa, Eulalia Guzmán fue enviada a recorrer Europa y recopilar información,
primero de los objetos de plumaria en Austria y luego de los códices y documentos prehispánicos,
resguardados en museos y bibliotecas, de toda Europa.
104
Las Casas, 1974:46
105
Sahagún, 1997: libro X, 599-601; Clavijero, 1964: libro II, capítulo 16.63-64. En el mural
de la escalera se nos revela otro ingenioso recurso del pintor-investigador. Por Clavijero sabemos
que los Tlaxcaltecas eran conocidos como descendientes de los Teochichimecas y se ufanaban de
ser los verdaderos Chichimecas, motivo por el que Diego coloca a este personaje también en el
Muro Norte combatiendo del lado de las huestes españolas para exaltar su capacidad de certeza al
disparar de acuerdo a lo que dice Sahagún: … y así estos teochichimecas tenían muy larga vista,
que veían muy lejos y eran muy certeros, porque lo que tiraban del primer lechazo lo derribaban
y acertaban, y por muy pequeña cosa que fuere, y estuviese lejos, le acertaban.”
106
...algunos autores consideran [a los tlaxcaltecas] como tribu de la nación chichimecas, Clavijero,
1964: libro II, capítulo 16.63-64
107
Ambos, por su condición de “enemigos” debían camularse como mexicanos; si se presentó el
caso de que algún tlaxcalteca o tarasco hubieran llegado al Mercado de Tlatelolco, nunca habrían
osado darse a conocer por sus vestimentas.
108
...los mercaderes, los esclavos, los colectores de impuestos, las sacerdotisas, los guerreros,
los compradores, el médico y la médica, ...y... la bella cortesana, “la que da alegría”... Coronel,
1997:144
109
Cortés, 1994:63
110
Las Casas, 1974:137
111
Sahagún, 1997: 562; Códice Florentino, Libro décimo, fol. 41v
112
Púlese mucho, y están curiosa en ataviarse, que parece una rosa,... y soltar los cabellos, para
más hermosura y a las vezes tener la mitad dellos sueltos , y la otra mitad sobre la oreja, o sobre
el ombro... y después ándase pavoneando, y muy erguida, al in como mala mujer, desvergonzada,
disoluta e infame... ándase reyendo para todos; escoge al que mejor le parece. Códice Florentino,
1979 :Fol. 40v, p. 42
113
Las Casas, 1974:88
114
Sahagún, 1997:479-480
115
“Los cuatro portan en el labio inferior el téntetl de cristal de roca, al parecer símbolo de
hombre valiente.” Códice Mendoza, 1967: láminas LXVI, 136
116
Las Casas, 1974:43 y Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 14, 212-213
117
“... estas vasijas o tasas, que ya mexicanas, son de cierta especie de calabazas, muy diferentes
de las de Castilla y mucho mejores, y son tan pintadas por de fuera y por dentro, que deberán
cualquiera señor con ellas como si fueron de oro o de plata.” Las Casas, 1974: 125
118
Motolinía, 1971:374; o bien:
“… tenían cinco especies de moneda que servía de precio
sus mercancías. La primera era ...cacao,... ciertas pequeñas mantas de algodón que llamaban
patolcuachtli, …oro en grano o en polvo, encerrado en cañones de pato que por transparencia
dejaban ver el precioso metal que contenían y subían o bajaban su valor según su grandeza y
amplitud….Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 36.236
119
De Rojas, 1986:165
120
Guzmán, 1958:CXVIII
121
Para este momento, Diego era ya reconocido en el Museo Nacional como un colega, ya que
apoyó a la institución en proyectos académicos como la exposición Día de Muertos en el Museo
Nacional, cuando una vez más Daniel F. Rubín de la Borbolla solicitó al artista de piezas de su
colección para enriquecer la muestra. Rubín de la Borbolla, 24 abril 1950:AHMNA, Vol. 159 F. 198.
97
329
“...mudaban cada mes al ídolo las vestiduras, y un día bien estaban en cueros encima de algún
otro altar; poníale delante mucha comida: cacao... platos de diversos manjares:... de gallina y
se haga y otras aves;... de conejos... de otros animales y diversas carnes. Después le vestían con
otras ropas, …comían ante él toda la comida que se le había ofrecido... los sacerdotes... señores y
caballeros... . comían ante él toda la comida que se le había ofrecido.” Las Casas, 1974:99
123
AHMNA, Vol. 158, F. 169
124
La primera noticia sobre el Tajín fue publicado en la Gazeta de México del 12 de julio de 1785,
“...un ediicio de forma piramidal con cuerpo sobre cuerpo a la manera de una tumba hasta su
cima o coronilla.. Y desde entonces se hicieron dibujos sobre el ediicio.(81) Jesús Galindo y Villa
también trabajó el sitio a inales del s.XIX... Morante, 2001:81-85
125
Esta confusión pareció existir también en los primeros años de la colonia: ...Estos Totonacas
están poblados a la parte del norte, y esto se dice sea guastecas. Sahagún, 1997:Lib. X, Cap.7,
606
126
Este país tenía fama por la fertilidad de su suelo y exóticos productos, en el reinado de
Moctezuma Ilhuicamina (1440-1469), una terrible sequía azotó el Centro de México y los mexicas
tuvieron que venderse a los totonacos como esclavos para dar de comer a sus familias. Años
después, cuando México Tenochtitlan se recuperó, pagó la libertad de sus ciudadanos y después,
emprendió una feroz campaña con la que agregaron el Totonacapan a su matrícula tributaria.
127
Motolinía, 1971 cap. 13.
128
Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 11, 211 y capitulo 38, 237; La información sobre los
pochteca es abundantísima en descripciones e imágenes en las fuentes que comprobadamente se
sabe que uso Rivera:“… la parte tercera se ve a los embajadores comerciantes, con bálculos de
caminantes y grandes abanicos, a manera de insignias, que los distinguían y hacían que fueran
respetados por las gentes de los pueblos de su tránsito.” Códice Mendoza, 1964: láminas LXVII,
122
138
129
Clavijero, 1964: libro VII, cap25, 226; esta información la retoma de Las Casas: “tenían
costumbre de, primero que moviese en guerra, enviar mensajeros a los embajadores que les
devolviesen lo que les habían tomado mal tomado ...y los que... no querían guerra,... procuraban
de juntar todas las joyas de oro y plata y plumas y ropa y todo lo demás que podían y ...[lo
enviaban]...a los del pueblo o provincia que pedía su satisfacción Las Casas, 1974:41
130
Códice Mendoza, 1964: lamina LXVIII, 140
131
Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 25, 226-227
132
Sahagún, 1997:499
133
Clavijero, 1964: libro VII, cap 68, 268
134
“…El número ochomil que enumera los pliegos tributados está representado por una bolsa
sacerdotal donde se llevaba el tabaco y el copal para arrojar en las hogueras de los templos;...
ostenta una cruz,...y tres borlas...era llamada xiquipilli y el número ocho mil, cenxiquipilli
equivalía a la imagen de una bolsa. Códice Mendoza, 1831: lámina XXV, pag. 54
135 Sahagún 1997:606-608
136 Ladrón de Guevara, 2005:89-90; Betty Ann Brown ya ha apuntado este dato, pero si
observamos más a detalle nos damos cuenta de que Diego utilizó también la desde entonces
famosa Lápida de Tepetlaxco del Museo Nacional, de la que prácticamente calcó las protecciones
de la pierna del embajador totonaco principal. Véase ig. 83
137 Motolinía, 1971: capítulo 27, 380-382
138 Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 46.245
139 Sahagún 1997:606-608; Sahagún confunde en este pasaje a los Totonacos y a los Huastecas
generalizando algunos de sus rasgos físicos
140 Morante, 2001:85
141 Clavijero, 1964: Libro VII, 225
142 Brown, 1986: 140
143 Las Casas, 1974:87; también véase Graulich, 1999:409-422 para descubrir la inmensa
simbología que intentó representar Diego en este mural relacionado a la iesta de Xocotlhuetzi,
Yacatecuhtli y Toci y que por lo reducido de este ensayo, nos es imposible detallar más.
144 Que hoy se pueden ver en cientos de centros arqueológicos de todo el país y en numerosos
papantla’s stadiums repartidos por el mundo.
145 Clavijero, 1964: libros VII, capítulo 46.245-247,
146 Hemos omitido con pena el hablar más a detalle de esta obra y la inluencia que debió tener
en Rivera, debido a la escasez de espacio en este ensayo por una parte y porque sabemos que debió
ser una fuente secundaria por la predilección del autor por leer las fuentes originales, mientras que
Chavero como Clavijero -200 años antes-, se dan a la tarea de sintetizarlas sin citarlas.
330
147 Los yugos son esculturas en forma de herraduras que ostentan una grandiosa multiplicidad
de símbolos tallados. Por su forma, hasta mediados del siglo XX se creyó que eran utilizados para
presionar el cuello de la víctima que era decapitada al término del juego. Hoy día, es más aceptada
la teoría de que estos elementos eran por sí mismas o representaban las protecciones utilizadas por
los jugadores para golpear con ellos la pelota. Whittington, 2001:52-59
148 Las hachas y las palmas son insignias pétreas que pudieron servir también para identiicar al
equipo o portador de ellas. De acuerdo a las representaciones de jugadores que encontramos en los
relieves de las canchas, se cree que estos elementos tenían una gran importancia antes y después
del juego. Todo este conjunto de esculturas, presenta un corte especial en escuadra en la base para
amoldarse o ijarse ya sea en el yugo o bien, en un soporte durante el juego.
149 Whittington, 2001:260-261
150 Coronel, 1997:150
151 En sentido estricto, este mural fue realizado después del Mural El Hule, Corte y Ordeña, pero
debido a la relación de este último con el mural El cacao, las vainas, hemos decidido modiicar el
orden de la descripción. N.a.
152
Humboldt,1974:221
153
Johann Moritz Rugendas ofrece una imagen de América Latina en el siglo XIX tan comprensiva
en sus motivos como notable en su arte. Humboldt lo considera el “iniciador y padre del arte en
la representación de la isonomía de la naturaleza” sólo hacia 1925 se inicia su redescubrimiento,
en buena medida desde México. El Museo Nacional de Historia había adquirido en esa fecha, por
intercambio con el museo etnográico de Berlín, 37 estudios al óleo de Rugendas, y los expuso dos
años después al público. Löschner y Moyssen, 1985:13-54
154
...donde permaneceré hasta mañana, y pasado mañana me iré directamente a Jalapa, que
haré dos días de camino. Debo hacer todavía otros dos estudios cuando menos porque tengo
pintado muy poco a causa de lo mucho que tengo que andar en estos lugares tan quebrados. Esta
población está muy cerca del Volcán de Orizaba; está casi en los descensos del volcán y sobre una
loma estrechada por dos barrancas... Carta de José María Velasco a Su Esposa, Coscomatepec,
Ver. 22 de diciembre de 1875 Entre 1891y 1892 pinta otra vez el Volcán de Orizaba desde la
Hacienda de San Miguelito. Altamirano, 2006: 186-189
155
De acuerdo a los ideales humboldtianos que mencionamos antes, toda gran cultura esta
correspondida a un gran medio ambiente, ya que la cultura es sólo una manifestación más de la
naturaleza.
156
Sin mencionar la presión que tenía por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
que reclamaba la culminación de los murales con amenaza de embargo contra Rivera. Coronel,
1997:147-149
157
Su metodología establece cuatro tipos de evidencias que deben analizarse con ese propósito: las
botánicas, las ilológicas o lingüísticas, las históricas y las arqueológicas.
158
Hacia 1945 empezó la búsqueda del centro en que se originó el maíz por haber sido fundamental
en el desarrollo de las civilizaciones amerindias, los arqueólogos de la década de los cuarentas
pudieron comprobar hacia 1000 a.C. tanto en el valle del Virú en Perú como en el Valle de México
y en el sudeste de los Estados Unidos que el maíz ya era antiguo. Por ende, hasta este momento,
el maíz podía haber sido domesticado en alguno o algunos lugares desde Arizona hasta Perú.
Ferrero, 2006:112-113
159
Meade, 1942:24-33
160
Meade, 1942:101-106
161
Sahagún, 1997:224
162
Meade, 1942:30-31
163
Sahagún, 1997:612
164
Meade, 1942:116-121
165
Meade, 1942:101-106
166
Solís, 1981
167
... el vestir de las mujeres huastecas. Se ve por el Códice Vaticano-Ríos, la falda de las mujeres
huastecas lucían una combinación de colores... la falda blanca la usan las solteras y la negra
las casadas,... enredan el cabello en el pétop que se compone de madeja estambre de diversos
colores... una especie de corona. Meade, 1942:140-141
168
Códice Mendoza, 1833: lámina 61, 126
169
Motolinía, 1971:372
170
Meade, 1942: 19
171
Guzmán, 1958:CXVIII
172
Labastida, 1974:LIII:
331
La Peninsula de Yucatán es una planicie de más de 350 kilómetros cuadrados por lo que el
horizonte en esta zona es bastísimo. Los sacbés eran caminos elevados del suelo de la selva en los
que se demolían árboles en línea recta. El camino más largo que se conoce comunica las ciudades
mayas de Chichén Itzá en Yucatán y Cobá en Quintana Roo, un camino perfectamente recto a
cerca de 100 kilómetros de distancia....
174
Haines, 1955:1-2
175
Whittington, 2001: 21-24
176
Clavijero, 1964: libro I, capítulo 11.20-21
177
Las Casas, 1974:23
178
Haines, 1955:1-2, Las primeras plantaciones se hicieron con semillas ordinarias...luego se
notó que algunos árboles daban más savia que otros, se multiplicaron por injertos de yemas, con
lo que se logró una producción de tres a cinco veces superior a la de plantaciones ordinarias.
179
Estados Unidos compraba hule silvestre a varios países de América Latina, de los que sacaron
unos clones (o variedades) y los sembraron en Filipinas, esto constituyó una gran amenaza para
Japón, quien invadió la colonia norteamericana.
180
A pesar de haber sido realizado después del mural del maíz o la cultura Huasteca, el Mural
dedicado al cacao tiene también la misma orientación ahí se reiere a los mayas...
nuevamente un producto vital para el ser humano actual es recuperado para el México
Prehispánico.
181
Sahagún, 1997:423
182
De la Cruz, 1991: 77
183
Chapa,2003:32
184
Hernández, 1959: 302-305
185
Navarro, en 1992:90-91, lám. 190
186
De los Monteros, A.E., 1934: 7
187
De los Monteros, A.E., 1934: 8
188
...cuando era de una imperiosa necesidad de reducir el peso y el volumen de proviciones, el
chocolate presentaba ventajas inapreciables como substancia alimenticia... Martínez, 1912:4-5
189
Consecuentemente, no sólo se redujo la demanda del cacao nacional, sino que además nuestro
producto no pudo soportar las bajas de los precios por los rudimentarios y antieconómicos sistemas
de cultivo que se siguieron practicando en México... De los Monteros, A.E., 1934:17
190
De los Monteros, A.E. El Cacao, Producción, Industrialización y Comercio, Secretaría de
Economía Nacional-Departamento De Estudios Económicos, Talleres Gráicos de la Nación,
México, 1934.
De los Monteros, A.E., 1934: 8-9; en los esquemas de la planta y la semilla, reconocemos el estilo
de la Academia Nacional de San Carlos, n.a..
191
El proceso es muy similar hoy día, salvo que se ha industrializado, permaneciendo muchas de
las prácticas en la recolección y secado.
192
Martínez, 1912:51-53; En una moderna descripción leemos que: la cosecha del cacao se
realiza durante todo el año, aunque los meses de mayor recolección han de diciembre a marzo.
...para convertirse en chocolate de cacao tiene aún que... postrarse... después son fragmentados
y separados de la cascarilla... después de muele el resultado es una pasta que puede utilizarse
en la elaboración del chocolate de mesa… (Chapa, 2003:147-150), detalles que Diego ya no tata
en el mural.
193
La palabra ámatl quiere decir papel, y con ella designaban a todas las plantas que servían para
fabricarlo. ... designaron el tipo o planta principal con el nombre de Amaquahuitl: árbol del papel;
estableciendo después las diferencias especíicas: por el color, tamaño, isonomía y aspecto...
194
Von Hagen, 1945:49
195
Motolinía 1971: capitulo 19, 363-365; Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 31.232
196
Harwood, 2002:360
197
Fue un hombre de ciencia, el primer naturalista que visitara las Américas y uno de los más
brillantes de su época. En 1570, como proto-médico de una expedición enviada por Felipe II. Von
Hagen, 1945:49-50
198
Urbina, 1903:93-98 citando a Hernández.
199
Hernández, 1959: 83-85 y Urbina, 1903:93-98
200
… nos dice Humboldt: no sólo el Maguey es la vida de los pueblos aztecas, sino que también
puede reemplazar al cáñamo de Asia y la caña del papel de los egipcios. El papel sobre que
pintaban sus iguras jeroglíica los antiguos mexicanos, estaba hecha de las ibras de las hojas
del agave, maceradas en agua, pegadas por capas como las ibras del Cyperus de Egipto,... …
[son] de tan diversa espesor, que los unos parecen papel de cartón, mientras los otros papel de
173
332
China…Urbina, 1903:95-96
201
Von Hagen, 1945:56-57
202
...en un principio había el acuerdo universal entre los conquistadores, frailes misioneros y
cronistas,, en el sentido de que: el papel se hacía de un árbol, de las ibras de la corteza interna...
conforme avanzaba el tiempo, y la explotación de los autóctonos de América era el hecho más
absorbente y su cultura se perdía, se emitió la opinión, académica, de que el papel de los indígenas
era fabricado, no de un árbol, sino de las gruesas y resistentes ibras del Maguey. Von Hagen,
1945:48 y 58
203
Códice Florentino, Libro Undécimo, Tomo III
204
Clavijero, 1964: libro VII, capítulo 65.266-267
205
Casanova y Konsevik, 2006:138
206
León, 1924; Nicolás León Calderón, médico, historiador, lingüista, etnólogo, antropólogo,
polígrafo y naturalista mexicano trabajó como ayudante naturalista del Museo Nacional de
México hasta 1925.
207
Von Hagen , 1945:64-70
208
Von Hagen, 1945:70
209
“En el códice Mendoza, encontramos este signiicativo párrafo: deben traerse anualmente
24,000 resmas de papel a los almacenes del soberano eterno.” 24,000 resmas representaban
480,000 hojas según el sistema azteca, Von Hagen, 1945:29
210
Von Hagen, 1945:87
211
Hernán Cortés, 1519, Citado por Francisco López de Gómara, cronista de Indias, en Historia
de las Indias y Conquista de México publicado en 1552, Para nuestra investigación, utilizamos la
edición de Dastin Editores, Crónicas de América, 2003, titulada La Conquista de México..
212
En los murales de 1951, correspondientes al muro sur del corredor del primer piso del palacio
nacional, el muralista quiso dejar bien claro el cambio histórico de la vida idílica de lo indígena
a la trágica escena colonialista montada por los españoles... rompiendo así la hegemonía
prevaleciente. Coronel, 1997:153-157
213
E. Silva, 1966:Lam.XIX; en el presente ensayo queda poco espacio para detenerse en cada uno
y mencionar el papel que cada uno jugó en los eventos.
214
Véase cita 39
215
Este libro no salió a la luz pública sino hasta 1958, en que la investigadora contó con el apoyo
de un amigo que abrió su editorial con esta obra. El trato que da Cortés y las aserveraciones
“extremadamente críticas” con que juzga al personaje, le produjeron un reticente ánimo por parte
de las editoriales de su tiempo, en las que había muchos intereses españoles involucrados.
216
Guzmán, 1958: Pag. CI
217
[como prueba está la tremenda derrota que los ejércitos sitiados le infringieron a Cortés en sus
cuatro frentes, ya pasados más de dos meses de sitio, el día que lo hirieron e hicieron prisionero
en Copolco] En esa ocasión hacia el mediodía, Cuauhtémoc no sólo recuperó toda la ciudad sino
que al aprehender a Cortés y quitarle el estandarte, ese día ganó militarmente la guerra... de
haber tenido los españoles las mismas creencias y... leyes de guerra, caído el jefe, habría cesado
el combate; de haber tenido los Mexica otras leyes de la guerra... en vez de querer llevar a Cortés
para el sacriicio, allí mismo lo habrían matado,... Guzmán, 1958: Pag. CI
218
[quienes] entregaron sus respectivos dictámenes, el primero en diciembre de 1946 y el segundo
el 19 febrero de 1947. Guzmán, 1958: Pag. CI
219
el módulo craneano calculado es de 1443, [por debajo del promedio],... Este cráneo no
tiene pieza dentaria alguna,... a la muerte del individuo, éste sólo conservaba el incisivo lateral
superior izquierdo,... El omóplato y el húmero derechos; ambos cúbitos y radios; los dos iliacos,
fémures, tibia y peronés. ... ... el eje longitudinal del húmero guarda una dirección hacia abajo y
afuera, formando un ángulo considerable, lo cual indica que el sujeto carecía de todo movimiento
en el brazo respectivo y, además, debió haberlo mantenido separado del tronco... siendo todos ellos
patológicos pues se nota un engrosamiento muy apreciable en la diáfasis. Guzmán, 1958: Pag. CI
220
En sus conclusiones, Eulalia Guzmán señala que Cortés era de mediana (no alta) estatura, cara
(corta por el poco mentón) y de color ceniciento, barba rala, cabello medio largo y ralo, grueso del
tronco a la altura del pecho, y piernas estevadas y gruesas.
Guzmán, 1958: PAG. LXXVIII
221
Mientras trabajaba y pintaba en sus últimos murales, Diego apoyaba en el gran proyecto de
exposición ambulante para escuelas nocturnas, en las que participó prestando piezas “repetidas
de su colección” AHMNA, Vol.159:Fol.203, 19 de abril de 1950; Trabajó ese mismo año en la
exposición La plástica en la época precolombina,(1950-1952) con 20 tableros con una idea muy
clara del alto desarrollo [de] la cultura y...arte...Diego...facilitó un valioso lote de cerámica de las
333
culturas del occidente de México... AHMNA, Vol.164:f.162;
222
En 1952,... en el diario Excélsior una entrevista hecha por María Elena Sodi Pallares a Diego
Rivera. Donde le preguntaron ¿cómo puede usted comprobar que Hernán Cortés fue un leútico?
A lo que contestó: me basé, para realizar mi obra, exclusivamente en investigación cientíica. Por
lo demás, yo en este asunto no he tomado una posición política como muchos me han atribuido,
Jorge Gurría Lacroix en Coronel, 1997:156
223
Clavijero, 2009:518
224
Díaz del Castillo, 1980:279-280
225
Guzmán, 1958: CV; ...la esclavitud fue introducida por Cortés en Anáhuac en la forma más
abyecta que puede imaginarse, sellando a la persona con el hierro candente en la cara, como se lleva
a los animales. Los tres primeros quebraderos humanos en marcha los hizo en Tepeaca después de la
huida de la noche triste, en Texcoco en vísperas de poner sitio Tenochtitlán, y en ésta, al día siguiente
de la rendición de Cuauhtémoc, todo esto como medio de terror,... Guzmán, 1958:CXXIV
226
Cortés, 1994: 2a Carta de Relación, 88
227
Clavijero, 2009:525-526
228
Cortés, 1994:4ª Carta de Relación, 178
229
Díaz del Castillo, 1980:385-386; ¿una especie de manual de cómo herrar esclavos?
230
Se ubica a orillas del camino Real para Tehuacán, Oaxaca y Guatemala al sur, el camino a
Perote, Xalapa y la Villa Rica de la Vera Cruz al noreste mientras que al oeste, conectaba con
Puebla y la Ciudad de México.
231
Muchas de las extensiones de tierra cubierta de bosques o de cultivos y regadas por canales se
fueron convirtiendo poco a poco en campos yermos... el desierto avanza al entrar los españoles,
por la tala irracional de los bosques y la indiferencia de todos... Alejandro de Humboldt, en su
Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España, ...dice a este propósito: los que han viajado
por la península (ibérica) saben cuán enemigo es el pueblo español de los plantíos que dan
sombra en las inmediaciones de la ciudad es y aún de las aldeas. Parece, pues, que los primeros
conquistadores quisieron que el hermoso valle de Tenochtitlán se pareciese en todo al suelo
castellano en lo árido y despojado de vegetación.... Guzmán, 1958:CXIX
232
Cortés, 1994: 2a Carta de Relación, 88-92
233
Subsiste hasta ahora la ciudad de ...Tepeaca, ...pues el nombre de Segura de la Frontera le
duró poco...tenía según dicen algunos historiadores, 20,000 vecinos. Clavijero, 2009:526, cita 48
234
Todos los viernes se coloca un tianguis ...la mayoría de los clientes son mayoristas por lo que dan
precios relativamente bajos, ...se comienza a colocar aproximadamente a las 3 hrs del día viernes
para concluir a las 15 hrs del mismo,... A éste tianguis asisten miles de compradores ya que es uno
de los más grandes de todo el país. http://www.tepeacadenegrete.gob.mx/; Conociendo el gusto
de Diego por “chacharear” no es difícil que haya tenido a este poblado en grande consideración.
235
...de plática en plática le aconsejamos los que éramos sus amigos, ...que no dejase navío
ninguno en el puerto sino que luego diese al través [que los hundiera] con todos...el mismo Cortés
lo tenía ya concertado sino quiso que saliera de nosotros...Díaz del Castillo, 1980:caps. LVIII y
LIX, p.98-100
236
Este polémico hallazgo constituyó una derrota cultural-nacionalista por la cantidad de intereses
y presiones por parte del gobierno y la discordia de distintos bandos por conirmar y refutar la
legitimidad de los restos. Los que hoy se sabe, no pertenecieron al último Tlatoani Mexica. Matos,
2006:58-61
237
En otra carta escrita por doña Eulalia al General Lázaro Cárdenas –quien erogaba los gastos
de la tumba de Cuauhtémoc-, le menciona que los anatomistas encargados de realizar el soporte
“museográico” para exhibir los restos del tlatoani eran “muy simples” por lo que le informa que
ha solicitado a Rivera ayuda, realizando: ...modiicaciones bastante buenas al proyecto, ...que el
esqueleto no quede tendido...sino poco inclinado...está trabajando en el dibujo del proyecto tal y
como él lo concibe...creo que este será el que se acepte...AHBNAH, col. Eulalia Guzmán, Proyecto
Ichcateopan-Correspondencia, caja 3, exp. 38, México D.F., 11feb52
238
AHBNAH, Correspondencia, Proyecto Ixcateopan, caja cuatro, s/clasiicación.
239
Prestó objetos de su colección para la exposición Amor Materno en la Plástica Prehispánica
(22 de abril de 1952) AHMNA, Vol.164:211-212 y para Instrumentales musicales prehispánicos
(12 de junio de 1954) AHMNA, Vol.169:143-144 entre otras.
240
Herrera, 2007:76
241
estos perros no nacen así, sino que de pequeños los untan con resina, que se llama oxitl, y con
esto se les cae el pelo...Cod. Florentino, libro indécimo folio 17v.
242
Clavijero, 1964: libro I, capítulo 12, 21-25
243
“... pero ellos que no ladran, sino gruñían, que son buenos, según dicen, de comer;” Las Casas,
334
1974:45; su crianza estuvo generalizada en todo el territorio nacional y en prácticamente todos
los tiempos.
244
Los perros pelones tienen menores probabilidades de sobrevivir ya que tienen grandes
desventajas frente a los peludos en la lucha diaria por amamantarse, de lo que, sin ayuda del
criador, les signiica desnutrición y deiciencias inmunológicas que les lleva a la muerte.
245
Valadez y Mestre, 1999:104-109
246
Íbidem, 23
247
Karl Lumholdtz, Antonio García Cubas, Federico Gómez de Orozco, Manuel Gamio entre otros.
248
Solís, 2008:203
249
No obstante el enrome interés y afecto que tenían estas personas por los perros pelones,
de ninguna manera puede decirse que contaran con numerosos ejemplares. Valadez y Mestre,
1999:25 No se les reconoce en la recuperación de la especie por no contar con “planes concretos
para criarlos.”
250
Está claro que a Diego estaba muy ocupado en estos momentos como para además ailiarse a
un club canóilo, por lo que seguramente, los perros con los que contaba entonces, muy conocidos
por algunas fotos que les tomaron, no fueron considerados.
251
A pesar de estos esfuerzos y que la gran mayoría de los xoloitzcuintles que hoy se conocen
proceden de este pié de cría, para el año 2000, la American Kennel Club mantenía su postura de
considerar extinto al animal.
252
Felipe Solís, director del Museo Nacional de Antropología de 2000 a 2009, destacó el realismo
de los detalles anatómicos de esta escultura cuando el Museo Anahuacalli la prestó a Antropología
por el 50 aniversario de la muerte de Diego. Compartíamos con él, el gusto por el xoloitzcuintle,
ya que ambos teníamos uno en casa, el Negro y Lolo, respectivamente.
253
Landesio, 1898.
254
El estudio debería haber retomado con mucho mayor intensidad lo que numerosas ediciones
han dedicado a su vida en otros aspectos y otras opiniones se han realizado sobre la inluencia de
estas experiencias en la creación de los murales, sin embargo, el tema nos rebasó.
La tumba de Diego Rivera fue construida a
la manera de las estelas-altar de los mayas. La
lápida-altar está formada por las tres principales
estructuras de la arquitectura prehispánica: talud,
tablero y cornisa. En este caso, la inclinación y
el tamaño del talud y la cornisa, hacen que el
tablero parezca una moldura, y al centro forman
un nicho en el que fue colocado un mosaico
con una vendedora de alcatraces, como las que
Rivera pintó en numerosas ocasiones a caballete.
La forma que crea al centro recuerda al doble
escapulario en los taludes de Monte Albán.
En el ataúd-altar reconocemos, tallado en
los pies, al monstruo de la tierra Cipactli, tal
como aparece en los códices mixtecos; y del
lado derecho, unas inscripciones calendáricas
prehispánicas que podrían ser las de su
nacimiento y muerte.
335