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Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 1 eISSN: 2182‑9985 La Serena: un pueblo de caballos, un pueblo de jinetes. Mª A. Aldecoa Quintana* Arqueóloga y guía de turismo. c/ Góndola, nº 9, 3º B- 28500 Arganda del Rey, Madrid. A. Domínguez García** Arqueólogo y guía oficial de turismo de Extremadura. c/ Évora, nº 30, 4º A, 1005 Cáceres. Artigo submetido em 17/04/2016 Artigo publicado em 31/03/2017 Palavras-chave: Campanario; Badajoz; Équidos; Jinetes; Resumen En el conjunto de estaciones documentadas a lo largo de dos campañas de prospección de los principales cursos fluviales que riegan el municipio de Campanario (Badajoz), se localizaron numerosos grabados de pequeño tamaño, ejecutadas en trazo fino, representando figuras zoomorfas, entre las destacan los équidos, algunos de los cuales aparecen acompañados por figuras humanas -sus jinetes-, unas veces figuraciones muy esquemáticas, otras en las que se pueden identificar las armas que formaban parte de su panoplia (lanzas, espuelas…). Armas; Introducción Entre los años 2005 y 2007 llevamos a cabo dos proyectos de prospección intensiva en las comarcas extremeñas de La Siberia y La Serena (Badajoz), con el fin de documentar estaciones con arte rupestre de época prehistórica e histórica, así como las posibles evidencias de ocupación humana relacionadas con las anteriores. Dados los resultados de la primera campaña en la que se prospectaron determinados ámbitos de los municipios de Puebla de Alcocer, Esparragosa de Lares y Campanario, y donde aparecieron 163 estaciones con manifestaciones tanto con pintura esquemática (encuadrable cronológicamente en el Neolítico-Calcolítico) como grabados de la Edad del Bronce (estelas de guerrero y diademadas), la Edad del Hierro (caballos, jinetes, etc.) (Domínguez y Aldecoa, 2007 y 2011) y época histórica, se realizó en una segunda centrada esta vez exclusivamente en el término municipal de Campanario. Los dos proyectos dieron como resultado la localización de estaciones con grabados ejecutados en trazo muy fino entre los que documentamos representaciones de caballos y jinetes que encuadramos cronológicamente en la Edad del Hierro, aunque alguna la podríamos llevar a la Edad Media. Localización De los tres términos municipales prospectadosPuebla de Alcocer, Esparragosa de Lares y Campanario-, tan sólo en el último se localizaron figuras de équidos y de jinetes (Fig. 1). Esta localidad se localiza en la comarca extremeña de La Serena, donde el trabajo de prospección y documentación se centró en los cauces de los ríos Zujar y Guadalefra y en el Arroyo del Campo del Toro, así como en los cauces de agua tributarios de estos. Los trabajos se realizaron en una banda de terreno que cubría las márgenes de los cauces fluviales hasta la cumbre de los cerros que los delimitan. El paisaje en esta zona está caracterizado por la * Mª A. Aldecoa Quintana | mamparoaq@gmail.com; ** A. Domínguez García | arturodga@hotmail.com; 2 Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 Figura 1: Localización de la zona de estudio. presencia de abundantes afloramientos de pizarra, el único soporte gráfico presente en este espacio. Una superficie sin apenas suelo laborable, donde los asentamientos a están determinados por la topografía y la hidrología, localizándose las poblaciones hasta en la prehistoria como en la actualidad principalmente a orillas de los ríos, arroyos o afloramientos acuíferos. El principal recurso económico de la zona, aparte de la agricultura, es la ganadería. En esta zona el río Zújar, afluente del Guadiana, es el eje vertebrador del espacio al que vierten sus aguas abundantes ríos, como el Guadalefra y arroyos, como el del Campo del Toro, que surcan una penillanura donde las presencia de pizarras y grauvacas -materiales poco resistentes- ha permitido que se labren los valles en los que documentamos las estaciones decoradas. Las pizarras con morfologías de “dientes de perro” o “dientes de sierra” y “rocas penitentes”, son el elemento característico del territorio creando un paisaje característico producido como consecuencia de la erosión diferencial. Es posible observarlos en grandes extensiones como relieves residuales discontinuos que ocupan la penillanura de Campanario. Las escenas ecuestres de La Serena Los trabajos de prospección en los cursos de agua principales de Campanario permitieron la localización de un número significativo de estaciones donde, junto a otros zoomorfos (como ciervos, toros y aves), abundan los équidos y los jinetes a caballo, además de los grabados incisos gruesos que constituyen el grueso del conjunto localizado (Fig. 2) En unos 10 km en línea recta, documentamos 7 jinetes a caballo y 13 equinos seguros (contamos en el Panel 4 de la Roca 34 del Arroyo Campo del Toro con siete zoomorfos indeterminados que podrían interpretarse como tal dado que es la espacie más representada tanto en el entorno como en la propia roca). Sin embargo, no van a ser descritos en este estudio ya que no muestran elementos diferenciadores, como la crinera, que sí reflejan otras figuras de la misma estación) (Fig. 3). Representaciones ecuestres esquemáticas Contamos con dos representaciones sumamente esquemáticas que interpretamos, no obstante, como jinetes a caballo: las figuras nos 11 y 14 de la Roca 91 del río Guadalefra (Fig. 4). Esta estación se ubica en Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 3 Figura 2: Localización de rocas con representaciones de caballos y escenas ecuestres. Hemos localizado figuras muy esquemáticas y otras más realistas e incluso con toques naturalistas, en las que aparecen detalles anatómicos de los caballos (las orejas, los cascos, la crinera) o elementos de los guerreros, como la vestidura de los jinetes, o las riendas de la montura. un pequeño cerro abierto en la primera línea de elevaciones del río Guadalefra, en el inicio de la subida a un espolón, a 100 m del canal del Zújar. En ella documentamos, junto a figuras incisas en trazo medio a grueso y piqueteado disperso, numerosas figuraciones ejecutadas con un trazo muy fino: ciervos, los citados jinetes, símbolos…Las dos figuras de jinetes son representaciones muy esquemáticas de pequeño tamaño (inferior a 6 cm.). En la nº 11 el Jinete mira a la izquierda. El caballo se ha recreado por medio de una recta a modo de línea cérvico-dorsal, un rabo o grupa y cabeza lineal, ligeramente curva. Presenta las cuatro extremidades. El jinete, por su parte, presenta cuerpo lineal y ángulos en su zona superior como si fuesen los brazos y quizás la cabeza o casco. Podría 4 Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 Figura 3: Tabla resumen de las escenas ecuestres de Campanario. Figura 4: Vista general de la Roca 91 del Guadalefra y detalle jinetes. presentar una de las extremidades inferiores. La figura 14 presenta un Jinete a caballo mirando a la derecha. Caballo y jinetes son prácticamente iguales a los de la figura anterior. El jinete presenta cabeza y cuerpo lineal y brazos y piernas en ángulo, y las piernas también filiformes. Representaciones ecuestres seminaturalistas En el panel 2 de la Roca 17 del Guadalefra, localizada en la margen derecha del río Guadalefra, en el contacto entre la vega de inundación del río y la ladera, identificamos la figura de un jinete acompañado de otras 7 figuras, realizadas tanto en trazo fino como de anchura media a gruesa, y dos cazoletas piqueteadas (Fig. 5). La figura 3 muestra un jinete a caballo realizado en trazo inciso muy fino, uniforme en sus proporciones, mirando hacia la izquierda. El caballo presenta cabeza completa con indicación de carrillo muy marcado y oreja apuntada, triangular y compartimentada con un trazo central, con hocico rectangular. En él se observa la presencia de una franja rectangular compartimentada que podríamos interpretar como un bocado a pesar de no tener representadas las riendas. En la cara se representan tres líneas paralelas. Presenta crinera en doble línea rellena de cortos trazos pseudoparalelos, perpendiculares. El cuello es ancho y en él se han grabado dos conjuntos de líneas. El primero parte de la crinera y, el segundo, de la garganta y pecho. Ambos conjuntos son convergentes no llegando a unirse. La línea cérvico-dorsal está completa. Su perfil es ligeramente cóncavo, mientras que el vientre es recto y sin representación de la vaina. Tiene la grupa e ijar muy marcados. La cola, inhiesta, se representa con un doble trazo y escobillada desde la nalga hasta la punta. Las cuatro extremidades se han representado completas. Las delanteras ostentan manos con los codos muy marcados y bien ejecutados los cascos. La mano izquierda está ligeramente curvada en ademán de dar un paso. Los cuartos traseros están realizados con doble trazo y tienen muy marcados los corvejones. Los cascos son más esquemáticos que las manos y están ejecutados mediante dos triángulos. Entre el dorso y el vientre se ha representado una estructura Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 5 Figura 5: Vista de la Roca 17 del Río Guadalefra (Foto J.E. Capilla), calco de la estación y detalle de figuras filiformes. reticular que podría representar una manta o silla de montar. Del jinete sólo se ha grabado el busto que no llega a unirse al caballo. Destaca su cabeza de perfil, con representación de la boca entreabierta, nariz triangular y ojo almendrado. Presenta un casco triangular con orejera. La figura está superpuesta a un haz de líneas y a una línea incisa gruesa. Medidas: 21,4 cm. de ancho por 13,9 cm de alto. En la Roca 23 del río Guadalefra se localizan 27 figuras (retículas, haces de líneas, toros, barco, lanza, círculos concéntricos...) entre piqueteado disperso y gran cantidad de líneas incisas muy finas no identificables (Fig. 6). Destacan tres figuras de caballo de pequeño tamaño, de gran belleza, grabados con un trazo muy fino.La figura 7 representa un caballo mirando hacia la izquierda, dotado de gran sensación de movimiento, conseguido gracias a la crinera levantada y 6 Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 separada del cuello, la cola hacia arriba y la mano izquierda adelantada. El belfo está resuelto mediante un ángulo. Se ha figurado el tupé y el ojo. El cuerpo es recto, con representación de la cinchera y el ijar. La mano izquierda está adelantada, transmitiendo sensación de movimiento mientras que la derecha permanece recta. Los cuartos traseros tienen muy marcados los corvejones. Destaca la representación de los cascos con gran detalle, ligeramente desproporcionados con respecto al tamaño de la figura. Medidas: 8,7 cm de ancho por 8,4 cm de alto (Fig.7). En la figura 8 identificamos un pequeño caballo mirando hacia la izquierda, parcialmente perdido por el agrietamiento y pérdida de la superficie. En la cabeza se ha representado el tupé y el ojo. Del hocico recto parte una línea horizontal que podría representar una rienda. El cuerpo es recto y las patas están representadas en acción de andar. Los cascos son desproporcionados con respecto al tamaño del cuerpo. Medidas: 4,7 cm. de ancho por 4,3 cm. de alto. El último équido de esta roca (Fig. 11(19)) tiene como paralelo la crinera y las pezuñas del caballo 7. Su cuerpo es redondo y no tiene cuartos traseros ni cabeza. Está superpuesto al resto de las figuras. Mide 6,4 cm. de ancho por 7,4 cm. de alto. La Estación 51 del Guadalefra se localiza al N de la Casa de la Rata, cerca de la cima de un cerro atravesado por el Camino del Caldero y de la Sierra de las Cruces, hoy día casi perdido (Fig. 8). Desde este punto no se divisa la Casa de la Rata y sólo parcialmente el valle del río Guadalefra. Figura 6: Roca 23 río Guadalefra y calco de los Paneles 1 y 2. Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 7 Figura 8: Localización de las rocas 50 y 51. Calco de la Roca 51 y detalle de los jinetes a caballo. Figura 7: Caballos 7, 8 y 19 de la Roca 23 del Río Guadalefra. Sobre un afloramiento de pizarra de mediano tamaño, con superficies planas dispuestas a diferentes alturas, se grabaron dos figuras de jinetes en trazo fino. El más completo es un jinete a caballo (Fig. 11(1)). El caballo, mirando a la izquierda, ha perdido casi la totalidad de la cabeza por rotura del soporte. Conserva las dos orejas y la crinera rellena de trazos formando un reticulado. El cuerpo del caballo es alargado y como la crinera aparece relleno con una retícula. Se han representado las cuatro extremidades del équido en actitud de marcha, todas con cascos. Presenta cola formada por dos trazos, uno que parte de la grupa del caballo y otro de una de las extremidades traseras. El jinete sujeta al animal por unas riendas. Este jinete está formado por un cuerpo de diseño bitriangular, una única extremidad inferior, el arranque de las dos superiores y una cabeza muy sucinta, apuntada, sin detalle internos, que se une al cuerpo por el cuello. El cuerpo del caballero presenta una serie de trazos oblicuos y, bajo el cuello, una forma rectangular con trazos horizontales, como si estuviese vestido. Porta una larga lanza acabada en punta con hoja triangular con sección central. Medidas del caballo: 28,5x18 cm. Aunque el estado de conservación del soporte en la zona del panel donde aparece la figura 3 nos impide ser precisos, podríamos encontrarnos con una figura de jinete, muy perdido, que podría constar de cuerpo alargado relleno de una retícula al igual que la cabeza, quizás parte de la curva dorsal de la montura, las dos riendas y claramente una representación de lanza. Medidas: (cuerpo del jinete): 10,3 cm., (lanza): 24 cm. La Roca 106 Guadalefra se localiza en la ladera Sur de una lengua de tierra, a una cota en torno a los 334 m., prácticamente en la divisoria de dos cerros, en un afloramiento de pizarra de mediano tamaño, orientado N-S (Fig. 9). En esta estación documentamos tres figuras de pequeño tamaño, grabadas en trazo simple muy fino: una figura de difícil interpretación, un círculo y un jinete. En este jinete a caballo (Fig. 11(1)) el animal mira a la izquierda. Su cabeza está algo perdida a la altura del hocico por una grieta. Su cuerpo es alargado y, 8 Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 Figura 9: Roca 106 Río Guadalefra y Calco del Jinete. al igual que la cabeza, se encuentra relleno con una retícula. La cabeza no presenta ningún detalle interno. Se han representado dos orejas puntiagudas, rellenas como el cuerpo. La crinera se ha representado con pequeños trazos a modo de hachures. La cola está formada por una doble línea rellena de líneas oblicuas dispuestas de izquierda a derecha. Las cuatro patas son muy esquemáticas, recreadas como simples líneas que acaban en un pequeño punto a modo de casco. Desde el hocico parten, en dirección al cuerpo del jinete, dos líneas a modo de riendas, sin que éste llegue a asirlas. El cuerpo del jinete es alargado y relleno como el caballo de una retícula en tronco y cuello. Presenta el brazo izquierdo entero, flexionado por el codo y la mano formada por cinco cortos trazos como si fueran los dedos, con los que se pretendía representar que el caballero estaba cogiendo una lanza. Del brazo derecho sólo se ha figurado su parte superior, desde el hombro, no representándose el codo. El tronco se une a la cabeza por un largo cuello que soporta una cabeza oval grabada de frente, en la que se aprecian dos ojos puntiformes, la nariz formada por dos cortos trazos verticales y paralelos y un trazo horizontal a modo de boca. La parte superior de la cabeza está rota por fractura del soporte. A la izquierda de la cabeza se ha grabado un trazo oblicuo sin que parezca tener relación con el jinete. Por último, la figura se termina con la representación de una larga lanza formada por una asta o largo palo creado por una línea incisa grabada en sentido diagonal atravesando el cuerpo del jinete, rematada por una forma fusiforme puntiaguda rellena también por Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 una retícula. Medidas: longitud: 6,6 cm. Longitud del caballo: 7,4 cm. Longitud de la lanza: 16,5 cm. Distancia desde la lanza hasta las pastas del caballo: 7,5 cm. La Roca 4 Aº Campo del Toro se localiza pegada a la margan derecha del Arroyo Campo del Toro, en una pequeña lengua de tierra, donde el curso de agua dibuja una curva pronunciada. Desde este punto se observa el arroyo que nace en la zona de Las Mesillas (Fig. 10). En la misma roca documentamos dos paneles, un dispuesto cenitalmente con grabados de trazo medio a grueso del Grupo Las Hurdes-La Serena y otro (Panel 2) vertical, con figuras muy finas, tres caballos, un jinete y figuras abstractas y armas. La nº 8 del Panel 2 representa un jinete a caballo mirando a la izquierda. El caballero presenta un cuerpo alargado formado 9 por dos líneas verticales, paralelas, rellenas con reticulado. Podría presentar un casco muy perdido. Se han grabado los dos brazos de una manera muy sucinta por medio de sendas líneas, una hacia arriba y otra hacia abajo. La inferior agarraría las riendas que salen de la boca del caballo. El jinete presenta a la altura de la cintura una espada quizás afalcatada que estaría dentro de la vaina decorada con cortos trazos oblicuos, además de una larga lanza. Su vestimenta se completa con la representación de dos espuelas. El caballo se ha representado con un cuerpo alargado y estrecho, las cuatro patas con sus cascos, la cabeza subtriangular con detalles internos como un ojo oval, dos trazos a la altura de la frente a modo de orejas y cortos trazos en el cuello que representarían una crinera en hachures. Medidas: Jinete: longitud: 11,1 cm., anchura: 7 cm. Caballo: Figura 10: Calco del Panel 2 (izda.) de la Roca 4 y detalle de jinete (figura 8). 10 Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 11,9x5,6 cm. Lanza: 18,1 cm.La presencia en este jinete de espuelas podría llevarnos a encuadrarlo cronológicamente en la Edad de Media, formando parte del conjunto de representaciones de Campanario por su temática pero no en cuanto a su cronología. Las representaciones de caballos de Campanario En el caso de los équidos no asociados a figuras humanas vemos elementos comunes con las representaciones anteriores y entre sí (Fig. 11). Por ejemplo, en el Panel 3 de la Roca 34 del Aº Campo del Toro los caballos–una posible manadadisponen de cortas patas filiformes, cuerpos alargados, mal proporcionados y sin detalles anatómicos, ejecutados con un único trazo desde la cabeza a la grupa, sin apenas diferencia entre una y otra. Tres de ellos (figuras 3 a 5) muestran una serie de cortos trazos saliendo de la cerviz representando una crinera en hachures. La cabeza aparece abierta, formada por dos líneas paralelas, ligeramente convergentes o en V, quedando la grupa abierta por el trazo que forma la línea cérvico dorsal y la del vientre, creando de esta manera la cola que, en un caso, presenta pilosidadades. Su tamaño es reducido (menor de 5 cm) (Fig. 12). En la citada Roca 4 del Aº Campo del Toro se documentaron, en el Panel 2, tres figuras de équidos, grabados en trazo inciso muy fino:La nº 3 es un caballo, muy esquemático, mirando a la izquierda. Presenta un cuerpo alargado, cabeza triangular con ojo circular y seis cortos trazos saliendo de la frente que podrían estar representado una crinera. Se han representado las cuatro patas, figuradas mediante una línea rematadas, en el caso de las delanteras, por dos formas circulares a modo de casco, mientras que en las traseras sólo se esboza éste. Presenta cola. Medidas: longitud: 19,2 cm., anchura: 14,5 cm (Fig. 13). La nº 5 representa un caballo mirando a la izquierda, con cuerpo esquemático alargado. Las cuatro extremidades, recreadas por medio de una Figura 12: Figuras 1 a 5 de la Roca 34 del Aº Campo del Toro. Figura 11: Tabla resumen de los caballos de Campanario. línea, están en posición de marcha. Se ha grabado la cola, filiforme. La cabeza triangular, carece de detalles. Se ha representado unas riendas por medio de dos líneas que salen de la boca del caballo. Medidas: longitud: 10,8 cm., anchura: 17,1 cm. La nº 6 es otro caballo mirando a la izquierda, con cuerpo muy alargado, las cuatro extremidades representadas cada una por una línea y rematadas con un casco de tendencia oval. Las patas están representadas en actitud de marcha. La cabeza es subtriangular, en la que figuran como detalles un ojo y dos cortos trazos que salen de la frente del Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 animal a modo de orejas. Grabado en trazo inciso muy fino. Se encuentra afectado por varias líneas incisas, entre ellas algunas de las que conforman la figura 7. Medidas: longitud: 6,2 cm., anchura: 9,5 cm. La Roca 10 del Arroyo Tamujoso se asocia a un conjunto de estaciones decoradas, en una zona con un gran afloramiento de pizarras con planos verticales y horizontales que han sido grabados en diferentes momentos históricos (Domínguez y Aldecoa 2007, p. 347-369) (Fig. 14). En esta estación se localizan tres figuras zoomorfas seminaturalistas (dos caballos y un ciervo) y una lanza, junto a otros trazos indeterminados. La figura 1 presenta un caballo mirando a la izquierda de 10,8 cm. de ancho por 14,5 cm. de alto. Su cuello es muy estilizado y desproporcionado con respecto al resto de la figura. Cabeza bastante esquemática, casi circular, hocico rectangular con un marcado del belfo y dos orejas triangulares. Cuerpo alargado con cola triangular. Los detalles principales se han centrado en las pezuñas delanteras, las traseras están resueltas de forma triangular y se han grabado los dos ijares. Se asocia a una figura de lanza y a un ciervo. 11 La figura 4 la interpretamos como un caballo acéfalo que mira a izquierdas. El cuello y el cuerpo están partidos por dos grietas. La grupa trasera es bastante irregular. La pezuña trasera conservada es muy naturalista, con clara intención de marcar el casco. La pata delantera, más adelantada, de ejecución bastante defectuosa, presenta una pezuña bastante naturalista, mientras que la otra pata delantera es muy imperfecta y está rematada en ángulo, sin pezuña. Tiene unas medidas de 12,8 cm. de ancho por 10,7 cm. de alto entre paralelas. Conclusiones En las dos campañas de prospección en La Serena y La Siberia se documentaron figuras zoomorfas, antropomorfas, etnográficas, simbólicas y epigráficas encuadrables la mayoría de ellas en la Edad del Hierro, aunque no descartamos una cronología histórica para alguna de ellas, en las que destacan los caballos y escenas ecuestres. Se distribuyen exclusivamente en Campanario, en tres espacios muy próximos entre sí y bien definidos: el río Guadalefra y los Arroyos Campo del Toro y Tamujoso, un espacio con gran contenido simbólico y ritual durante la pre y protohistoria como podría Figura 13: Calco del Panel 2 (dr.) de la Roca 4 y detalle de los caballos, según los autores. 12 Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 Figura 14: Roca 10 Arroyo Tamujoso y calco, según los autores. mostrar la abundancia de estaciones decoradas por nosotros (Domínguez y Aldecoa 2007 y 2011; Aldecoa 2009), y la reutilización de determinadas rocas en diferentes momentos históricos. Un numeroso conjunto de estaciones que se vienen a sumar a las ya conocidas en la Península Ibérica, con las que comparten muchos de los rasgos apuntados por sus investigadores en cuanto a su temática, tipología (Royo 2005, p. 159; 2008-2010, p. 85; 2010; Baptista 1999 y 2004; Collado 2007, p. 415467) y técnica de ejecución (incisión muy fina), en este caso más ligado a los conjuntos del Côa y Molino Manzánez que a otros peninsulares y de las que tenemos paralelos cercanos en la misma localidad, en la Placa de El Herradón (Domínguez y Aldecoa 2007, p. 244-245, figuras 489-491) y en Cancho Roano (Zalamea de la Serena) (Maluquer et al. 1986) (Fig. 15). Como sucede en otros conjuntos, las gentes de la Edad del Hierro de Campanario buscan espacios que debieron de presentar para ellos una determinada carga simbólica, reutilizando rocas decoradas con anterioridad, al menos desde la Edad del Bronce. Como recoge Collado en el Molino Manzánez (Collado 2007, p. 455), Beltrán en el Castillo de Monfragüe (Torrejón el Rubio, Cáceres) (Beltrán Lloris 1973) u Hoz en la Roca 23 de Vale da Casa (Hoz 2014) por citar algunas estaciones del W de la Península Ibérica, la epigrafía refuerza en Campanario las figuraciones zoomórficas o simbólicas de la Edad del Hierro (Roca 23 del río Guadalefra y 34 del Arroyo Campo del Toro). En Campanario ya se conocía en la zona de El Herradón una placa grabada con un cuadrúpedo con inscripciones prerromanas (Domínguez y Aldecoa 2007, p. 245, figura 491). Todas las estaciones se encuentran al aire libre, grabadas con trazos incisos muy finos sobre soportes pizarrosos dispuestos tanto en posición vertical como horizontal. En el Arroyo del Campo del Toro y en el Tamujoso las representaciones se ubican muy próximas a los cursos de agua, prácticamente en sus zonas de inundación, como en el Molino Manzánez (Collado 2007, p. 460), en espacios claramente visibles e identificables, mientras que, en el Guadalefra, encontramos dos situaciones: los caballos se Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 localizan siempre en las inmediaciones del río (Roca 23) y los jinetes a caballo pueden aparecer tanto a escasos metros del agua (Roca 17) como en zonas altas de cerros que se abren por el W al río (Rocas 51, 91 y 106) donde, en ocasiones, la visión del espacio es reducida (Roca 106). Tipológicamente todos los équidos, presenten o no montura, muestran similares rasgos estilísticos, comunes también a los de otras estaciones atribuidas a la Edad del Hierro: tamaño reducido, cuerpos alargados, en doble trazo que, a veces, 13 dejan la grupa abierta, como vemos en la Roca 34 del Aº Campo del Toro, con patas cortas en actitud de marcha, y numerosos detalles internos: cascos, crinera, orejas -una o las dos, unas veces realizadas por medio de un simple trazo, otras por medio de un ángulo-, ojo, rabo, los ollares, incluso detalles muy marcados como el corvejón o el codo.En ningún caso los caballos aparecen solos. Bien se representan en manada (Rocas 4 y 34 del Aº Campo del Toro), o asociados a otras especies animales, como son el toro, aves (Rocas 17 y 23 del Figura 15: Distribución de caballos y escenas ecuestres de la Edad del Hierro en la Península Ibérica: 1. Grupo Gallego de las rías de La Coruña, 2. Grupo gallego de las rías de Pontevedra, 3. Grupo portugués del río Côa (Vila Nova de Foz Côa, Portugal), 4. Sao Simao (río Tajo, Portugal), 5. Molino Manzánez (Cheles, Badajoz), 6- Castro de Yecla de Yeltes (Salamanca), 7. Arroyo Balisa (Ochando, Segovia), 8. Cerro de San Isidro (Domingo García, Segovia), 9. Sierra de Guadarrama (Segovia), 10. Peña Castillo (Cantabria), 11. Peña del Cuarto (Learza, Navarra), 12. Sorná-Ordino (Andorra), 13. Osseja (Cerdaña, Francia), 14. Err (Cerdaña, Francia), 15. Grupo de la Altimeseta Soriana, 16. Arroyo del Orcajo II (Romanos, Zaragoza), 17. Cova del Pi (Tivissa, Tarragona), 18. Puntal del Tío Garrillas II (Pozondón, Teruel), 19.- Peña del Jinete (Tramacastilla, Teruel), 20. Cantera de Peñalba (Villastar, Teruel), 21. Cingle de Mola Remigia (Ares del Maestre, Castellón), 22. Coca del Barranc de l’Aguila (Xátiva, Valencia), 25. Peñas de los Burritos (Alpuente, Alicante), 26. Peña Labrá (Chercos Viejos). 27. Cueva de Laja Alta (Jimena de la Frontera (Cádiz), 28. Grupo extremeño de La Serena (según J.I. Royo 2005, ampliado por los autores) 14 Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 Guadalefra) y el ciervo (Roca 91 del Guadalefra y Roca 10 del Aº Tamujoso). Aparecen acompañados también de figuras simbólicas (pentalfas, escaleriformes, haces de líneas, retículas, zigzag, círculos), elementos etnográficos (armamento -lanzas y espadas-, barcos), epigrafía, antropomorfos, característicos de los principales conjuntos grabados de la Edad del Hierro (Royo 2008-2010, p. 75). Sin embargo, en todo momento el caballo o la escena ecuestre se configuran como el elemento central de los paneles, en escenas con carácter narrativo (Royo 2005, p. 182), prestando en ocasiones más importancia al diseño del caballo que al del propio jinete (Roca 17 Guadalefra). Estas representaciones estarían reflejando la importancia que los habitantes de La Serena darían al caballo en la Edad del Hierro, como elemento de prestigio y poder, elemento fundamental dentro de una sociedad con una economía ganadera, donde se utilizaría como medio de transporte de personas y auxilio en el pastoreo (Royo 2005, p. 192) y para uso militar, ya que pensamos que todos los jinetes que hemos identificado están relacionados con la élite guerrera o élite local. De hecho los caballos 3, 5 y 6 del Panel 2 de la Roca 4 del Aº Campo del Toro, a pesar de no presentar jinetes, pensamos que podrían estar relacionados con esta élite. No sólo porque en la misma estación se haya grabado uno sino porque en el situado en la parte central (la nº 5) aparece un elemento de monta, las riendas, y sobre este y el dispuesto en la zona superior (la nº 3) aparece una lanza. Además superpuesto a este último se grabó una figura alargada rellena con reticulado o aspas, similar al cuerpo de otros jinetes de Campanario. Documentamos dos representaciones ecuestres sumamente esquemáticas (Fig. 11 y 14 de la Roca 91 del río Guadalefra) junto a otras semiesquemáticos o más naturalistas, con una ejecución más cuidada, dotadas de gran belleza, calidad técnica y, sobre todo, gran dinamismo, donde tanto jinetes como caballos demuestran conocimientos anatómicos. Entre estas últimas destaca la de la Roca 51 del Río Guadalefra, donde se documentó una magnífica representación cuyo caballo ha perdido la cabeza al haber saltado el soporte, con cuerpo reticulado, al igual que el jinete y el caballo de la Roca 106 del mismo río, aunque en este segundo caso más infantil y menor belleza, donde el jinete, desproporcionado con respecto a su montura, aparece armado con lanza (Fig. 16). Los jinetes más naturalistas presentan rasgos comunes. Se reproduce su tronco mediante líneas rectas (rectángulos alargados o figuras bitriangulares) que suelen estar rellenas con aspas (figura 8 Roca 4 Arroyo Campo del Toro; figura 1 Roca 106, del Guadalefra y quizás la figura 3 de la Roca 51 del Guadalefra). A veces sus caballos también aparecen reticulados (figura 1 Roca 51 y figura 1 Roca 106 del Río Guadalefra). Los brazos de los jinetes son lineales y sola una de las representaciones muestra una mano ejecutada con cinco cortos trazos como si fuesen los dedos (figura 1 Roca 106, del Guadalefra). Portan una panoplia bastante completa, objetos de prestigio: - Casco: figura 8 Roca 4 Arroyo Campo del Toro; figura 3 de la Roca 17 del río Guadalefra. - Largas lanzas terminadas con punta triangular u oblonga: figuras 1 y 3 Roca 51 del Guadalefra; figura 1 Roca 106 del Guadalefra. - Espuelas: figura 8 Roca 4 Arroyo Campo del Toro. - Espada afalcatada dentro de su vaina: figura 8 Roca 4 Arroyo Campo del Toro. En el caso de interpretar la espada de la figura 8 de la Roca 8 de Campo del Toro como espada o cuchillo afalcatado, vemos que éstos son comunes en muchas estaciones de esta época en las estaciones de “Molelinhos” (Tondela-Viseu) (Farinha dos Santos 1972, p. 128), La Hoya (Azabal) (Sevillano 1991, p. 27) o los documentados en las rocas 6 o 10 de valle de Casa en Côa (Baptista 1999, p. 174-175; 179), Molino Manzánez (Collado 2007). Espadas propiamente dichas las encontramos en yacimientos extremeños en la Coraja (Esteban 1993:, p. 80), en el embalse del Rosarito (Enríquez 1981), Alconétar, en el campamento de Cáceres el Viejo (Ulbert 1984, lám. 25), Capote (Berrocal 1994, p. 272), con una cronología desde el siglo V al II a.C. Es la lanza el arma más característica de las rocas de la Edad del Hierro de Campanario, tanto vinculada a un jinete como acompañando a otras figuras. La mayoría presentan una sola punta, a veces un diseño lineal (jinete de la R-4 del Campo del Toro), otras con morfologías más foliáceas (Figura 4 Panel 2, R-4 Aº Campo del Toro), con una cronología en torno a los ss. V-III a.C., o triangulares (Figura 1 de la R-51 del Guadalefra, que nos llevaría a los ss. III- Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 15 Figura 16: Placa de Cancho Roano. Gentileza de Andrés Silva, Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. II a.C. También disponemos de un ejemplar biapuntado (Figura 15, Panel 1, R-23 del Guadalefra) muy semejante a la que porta el caballero de la roca 1 del Vale da Vermelhosa (Abreu et al. 2000, Figura 6). Unos y otros tipos de lanzas son comunes en las representaciones del Côa, como las Rocas 1 y 4 de Vermelhosa, con hojas foliáceas y triangulares (Abreu et al. 2000, Figura 1 y 2); en Vale da Casa, Roca 10 (Baptista 1999), en la Estación XI “Ñete” del Molino Manzánez (Collado 2007, p. 417, Figura 4), sin punta, por citar algunas representaciones ejecutadas con trazos filiformes, pero son habituales en toda la Península Ibérica en figuras piqueteadas y/o pintadas (Yecla de Yeltes, yacimientos de la Altimeseta soriana, valencianos, etc.) e incluso Francia e Italia, como recoge en su magnífico trabajo Royo (Royo 2005, Figura 7, 10-12). Las espuelas se conocen en la Península Ibérica desde el s. V-IV a.C. Pecci, por ejemplo, indica que su ausencia o presencia en un yacimiento artístico no está ligada tanto a la cronología de la representación como a otros factores (Pecci 2014, p. 138). Los caballos también disponen de detalles relacionados con la monta, como las riendas (figura 8 de Roca 4 Arroyo Campo del Toro; figuras 1 y 3 de la Roca 51 del Guadalefra y figura 1 de la Roca 106 del Guadalefra), como sucede en representaciones de la Roca 3 de Vermelhosa (Baptista 1999:170; Abreu et al. 2000, Figura 6 y 7), en la Roca 23 del Vale da Casa (Baptista 2001; Royo 2006, p. 128, Figura2). En la figura 3 de la Roca 17 del Guadalefra hemos querido interpretar unas líneas que aparecen dispuestas en el dorso del animal como una manta o silla de montar. Los jinetes dirigiendo a sus monturas por medio de riendas y portando armas son muy comunes en toda la Península, como las citadas de “Ñete” del Molino Manzánez (Collado 2007, p. 417, Figura 4), las portuguesas del Côa (Roca 1 de Vermelhosa, Roca 23 Vale da Casa), segovianas de Domingo García (Pecci 2014, p. 141, Figura 20), Peña del Cuarto (Royo 2006, Figura5), en la Cerdaña francesa (Campmajo 1993, Campmajo y Untermann 1986), Puntal del Tío Garrillas II (Royo 2006, Figura 7), por 16 Aldecoa Quintana; Domínguez García | Techne 3 (2) (2017) 1-17 citar algunas. Para resumir, esta zona de La Serena debió ser un importante foco tanto desde el punto de vista simbólico-ritual como habitacional desde la prehistoria reciente hasta los primeros siglos de nuestra era e incluso hasta la Edad Media. Un espacio que se ha revelado como un importante conjunto artístico al aire libre, donde encuentran su hueco las representaciones atribuidas a la Edad del Bronce y del Hierro, como las aquí tratadas, con una cronología que arrancaría en los inicios del primer milenio y que podría tener su momento álgido entre los ss. V-II a.C. Bibliografía céltico-lusitana. Madrider Mitteilungen. 35, 258-291. Campmajo, P., 1993. Témoignages écrits de la présence d’Ibères en Cerdagne. Documents d’Archéologie Méridionale. 16, 104-110. Campmajo, P., Untermann, J., 1986. Les gravures rupestres schématiques linéaires de la Cerdagne française. 6º Colloqui Internacional d’Arqueología de Puigcerdá: 317-336. Collado Giraldo, H., 2007. Arte Rupestre en la cuenca del Guadiana: El conjunto de grabados del Molino Manzánez Alconchel – Cheles. Memórias D`Odiana 4 EDIA. Beja. Abreu, M.S., Arcà A., Jaffe, L., Fossati, A., 2000. 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