ESTUDIOS EN HOMENAJE AL PROFESOR
EMILIO CABRERA
ESTUDIOS EN HOMENAJE
AL PROFESOR
EMILIO CABRERA
Ricardo Córdoba de la Llave
José Luis del Pino García
Margarita Cabrera Sánchez
(Coords.)
Estudios en homenaje al profesor Emilio Cabrera / Ricardo
Córdoba de la Llave, José Luis del Pino García, Margarita Cabrera
Sánchez (coords). — Córdoba : Universidad de Córdoba, Servicio
de Publicaciones, 2015
616 p. : il. ; 24 cm
ISBN 978-84-9927-166-8 (Universidad de Córdoba)
ISBN 978-84-7723-965-9 (Universidad de Extremadura)
DL CO-86-2015
1. Cabrera, Emilio – Homenajes 2. España – Historia – 0414-1474
(Edad Media) 3. Civilización medieval I. Cabrera, Emilio, homenaj.
II. Córdoba de la Llave, Ricardo, coord. III. Pino García, José Luis
del, coord. IV. Cabrera Sánchez, Margarita, coord. V. Universidad
de Córdoba. Servicio de Publicaciones, ed. VI. Universidad de
Extremadura. Servicio de Publicaciones
946.0”0414-1414”:061.75
ESTUDIOS EN HOMENAJE AL PROFESOR EMILIO CABRERA
Ricardo Córdoba de la Llave, José Luis del Pino García
y Margarita Cabrera Sánchez (coords.)
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en el Archivo Municipal de Córdoba, por el que el monarca Alfonso X permuta con el
concejo de Córdoba la villa de Poley por la de Cabra.
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ÍNDICE
PRÓLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
11
CURRÍCULUM VÍTAE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
17
CARLOS DE AYALA M ARTÍNEZ
El obispo Pedro Suárez de Deza. Política y teología a finales del siglo XII . .
35
MERCEDES BORRERO FERNÁNDEZ
Redes familiares y política económica de la oligarquía sevillana: el caso
de unos linajes de veinticuatros y jurados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
49
M ARGARITA CABRERA SÁNCHEZ
Las fundaciones piadosas de la familia señorial de Fernán Núñez a finales
de la Edad Media . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
67
JUAN BAUTISTA CARPIO DUEÑAS
Escándalos, alborotos, bandos y parcialidades.
Los conflictos políticos de la segunda mitad del siglo XV y su incidencia en
el mundo rural cordobés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
79
JUAN CARRASCO PÉREZ
Crédito judío, deuda y morosidad en Navarra: cartas tornadas o quenaces
(1329-1349) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
93
GREGORIA CAVERO DOMÍNGUEZ
Pedro Muñiz, obispo de León (1205-1206) y arzobispo compostelano
(1207-1224) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
111
A NTONIO COLLANTES DE TERÁN SÁNCHEZ
La fiscalidad concejil sobre el pescado en la Sevilla bajomedieval . . . . . . .
123
R ICARDO CÓRDOBA DE LA LLAVE
Técnicas de soldadura de metales según recetarios italianos de los siglos XV
y XVI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
139
JOHN EDWARDS
Córdoba and Oxford: the life and work of Lorenzo Lucena (1807-1881),
priest, teacher and translator . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
151
JOSÉ M ANUEL ESCOBAR CAMACHO
La «casa de la Aduana» de Córdoba en los siglos bajomedievales . . . . . . .
161
M ARÍA TERESA FERRER I M ALLOL
El comercio entre la Corona catalano-aragonesa y Castilla en tiempos de
guerra (1286-1304) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
169
A LFONSO FRANCO SILVA
Armas y pertrechos militares de tres fortalezas de los Ponce de León en los
umbrales del siglo XVI: Chipiona, Rota y Casares . . . . . . . . . . . . . . . . . .
181
M ANUEL GARCÍA FERNÁNDEZ
La organización social de la banda morisca: la villa de Estepa y su espacio
fronterizo en tiempos de Alfonso XI, 1312-1350 . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
205
M ARÍA DEL CARMEN GARCÍA HERRERO
El banquete de Herodes y Herodías de Pedro García de Benabarre,
disimetría visual y sonora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
213
M ARÍA ESTELA GONZÁLEZ DE FAUVE
Dolor del cuerpo, dolor del alma. Algunas reflexiones en la España medieval
y comienzos de la modernidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
221
M ANUEL GONZÁLEZ JIMÉNEZ
San Fernando en Sevilla. La refundación de la ciudad. . . . . . . . . . . . . . .
237
CÉSAR GONZÁLEZ MÍNGUEZ
A propósito del itinerario y regesta de Fernando IV de Castilla (1295-1312):
consideraciones previas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
249
R ICARDO IZQUIERDO BENITO
Los espacios sagrados en las Partidas: iglesias y cementerios . . . . . . . . . .
255
MIGUEL Á NGEL LADERO QUESADA
Rafael Altamira: historia y sociedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
269
CARLOS LALIENA CORBERA
Tradiciones familiares de guerra santa. Linajes aristocráticos y conquista
feudal en los siglos XI y XII en Cataluña, Aragón y Castilla . . . . . . . . . . . .
279
JOSÉ ENRIQUE LÓPEZ DE COCA CASTAÑER
El «otro» en la crónica de Andrés Bernáldez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
293
GLORIA LORA SERRANO
La fundación del monasterio de San Vicente de Plasencia.
La tumba del poder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
307
A NTONIO M ALPICA CUELLO
Economía rural y arqueología del paisaje en un territorio fronterizo del
reino de Granada. El altiplano de Baza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
329
ISABEL MONTES ROMERO -CAMACHO
Poder real y fiscalidad eclesiástica en los orígenes del estado moderno.
La contribución de la iglesia sevillana a la hacienda real de Castilla,
desde Alfonso X a Pedro I (1252-1369). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
347
A NA MORENO MORENO
Documentos medievales del oficio de tejedores de Córdoba . . . . . . . . . . .
367
ENCARNACIÓN MOTOS GUIRAO
En torno a la cultura del agua en Constantinopla: aprovisionamiento,
funciones y usos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
377
BLANCA NAVARRO GAVILÁN
La asistencia sanitaria en la Córdoba bajomedieval: el caso del hospital
de San Lázaro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
389
R AFAEL G. PEINADO SANTAELLA
El soto de Roma en el paso del dominio nazarí al castellano . . . . . . . . . . .
405
JAVIER PÉREZ-EMBID
En el entorno rural de la Córdoba cristiana: el pago de El Tablero de la
Arruzafa (siglos XIII-XIX) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
413
JOSÉ LUIS DEL PINO GARCÍA
Usurpaciones de bienes realengos en Córdoba durante la segunda mitad
del siglo XV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
431
Mª CONCEPCIÓN QUINTANILLA R ASO
Expansionismo señorial, conflictos y política regia en los dominios
nobiliarios cordobeses bajo los Reyes Católicos . . . . . . . . . . . . . . . . . .
467
M ANUEL ROJAS GABRIEL
¿La amnesia sobre la batalla? Nitardo y el choque campal de Fontenoy (841)
481
FRANCISCO RUIZ GÓMEZ
Córdoba hace mil años. Cuando el califato de los Bannj Omeya de Al-Ándalus
llegó a su fin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
501
JOSÉ Mª RUIZ POVEDANO
La «ciudad alta» de Antequera: la implantación del modelo de ciudad
castellano [1487-1518] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
521
JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO
Las bibliotecas del Colegio de Santo Tomás de Aquino y del convento de
San Pablo de la orden dominica en la ciudad de Sevilla . . . . . . . . . . . . . .
545
R AFAEL SÁNCHEZ SAUS
Antigüedad, riqueza y parentesco: criterios de jerarquización de las élites
concejiles del siglo XIV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
573
CRISTINA SEGURA GRAIÑO
Las ordenanzas de Morón de la Frontera ¿preocupación ecológica en la
Edad Media? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
585
Mª ISABEL DEL VAL VALDIVIESO
El riego en los fueros castellanos medievales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
593
LUIS R AFAEL VILLEGAS DÍAZ
La taberna en la Edad Media: espacio comercial, espacio social . . . . . . . .
603
TÉCNICAS DE SOLDADURA DE METALES SEGÚN RECETARIOS
ITALIANOS DE LOS SIGLOS XV Y XVI *
R ICARDO CÓRDOBA DE LA LLAVE
Universidad de Córdoba
Este trabajo tiene por objeto examinar algunas de las técnicas que, para la soldadura de diferentes metales, aparecen mencionadas en manuscritos de carácter técnico
datados en los siglos XV y XVI, y relativos a la práctica de diversas actividades de carácter artesanal. El fondo que contiene mayor información es el conservado en la Sección
Fondo Palatino de la Biblioteca Nacional Central de Florencia, del que se ha obtenido
un conjunto de nueve recetas contenidas en tres manuscritos (Pal. 858, Pal. 866
y Pal. 1001); de la Biblioteca Laurenziana, Fondo Ashmolean, se han utilizado tres
recetas (mss. Ash. 349 y Ash. 496); y finalmente, de la Biblioteca Riccardiana, dos más
(mss. 1243 y 2349).
Hasta la fecha presente, la mayor parte de los estudios realizados sobre la soldadura de los metales en épocas antigua y medieval gira en torno a los procedimientos
utilizados para soldar el acero al hierro, es decir, para calzar las herramientas y útiles
de filo cortante colocando en su borde una lámina o refuerzo de acero que aumenta su
capacidad de corte y su resistencia al desgaste. El soldeo del hierro y del acero por forja
no tiene más limitación que la temperatura que es necesario alcanzar, superior a 1000
grados, pues una vez en estado pastoso se ponen en contacto las superficies a unir y se
golpean, los golpes expulsan el óxido de la unión y se produce el contacto íntimo de los
cristales limpios de ambas caras, que así se entrelazan.
Según Ronald Tylecote, se emplearon en la época diversas formas de combinar el
acero con el hierro sobre el filo de un instrumento: soldando una lámina de acero alrededor del núcleo de hierro que se quería calzar, mezclando el hierro y el acero mediante
martilleo de forma insistente hasta conseguir un metal homogéneo o envolviendo una
tira de acero entre tiras de hierro de forma que el acero actuara como la mina en un
lapicero.1 Radomir Pleiner, a través del análisis arqueometalúrgico de hojas de cuchillo
y tijeras halladas en excavaciones arqueológicas de la ciudad de Praga, y datadas en los
siglos XIV y xv, ha puesto de relieve el frecuente uso de todos estos procedimientos para
la soldadura de estos metales. En uno de los cuchillos, sobre un cuerpo de hierro fueron
* El presente trabajo ha sido realizado en el marco del proyecto HAR2012-37357, El conocimiento científico
y técnico en la Península Ibérica (siglos XIII-XVI): producción, difusión y aplicaciones, financiado por la
Subdirección General de Proyectos de Investigación del Ministerio de Economía y Competitividad. Las recetas
estudiadas, procedentes de manuscritos conservados en las bibliotecas de Florencia, fueron obtenidas gracias al
desarrollo del proyecto PR2004-0187, Literatura técnica en la Italia bajomedieval (siglos XIII-XVI), financiado
por el Ministerio de Educación y Ciencia.
1
TYLECOTE, R. F., «The Medieval Smith and his Methods», CBA Research Reports, 40, 1981, p. 45.
139
R ICARDO CÓRDOBA DE LA LLAVE
soldados dos componentes de acero, el filo de corte, consistente en acero de carbón apagado, y una cubierta mezcla de hierro y acero; en otro caso, la hoja de acero templado
fue soldada a la base de hierro mediante una soldadura tan perfecta que es imposible
distinguirla debido al largo tiempo de forjado y la difusión del carbono obtenida; otro
cuchillo está realizado con una técnica practicada desde la Alta Edad Media, consistente
en colocar un filo cortante de acero soldado a un cuerpo de hierro forjado, con un filo de
soldadura claramente visible; finalmente, el cuchillo 654 muestra tres bandas de metal
soldadas juntas, las dos exteriores de acero templado recubren un corazón de hierro.2
Los estudios de Pleiner han demostrado, igualmente, que el uso de la soldadura con esta
finalidad fue generalizado; aunque los herreros medievales utilizaron dos técnicas para
acerar las puntas de golpeo y los filos cortantes de las herramientas –la cimentación,
es decir, la difusión de carbono en el acero gracias a un calentamiento prolongado a
alta temperatura al abrigo del oxígeno; y la soldadura, llevada a cabo sobre el filo de
un objeto de hierro o de una inserción de acero–, éste último procedimiento fue el más
utilizado, ya que sobre 77 cuchillos medievales estudiados por Pleiner en Bohemia, casi
el 80% presentan un filo de acero unido mediante soldadura y solo algo más del 3% por
cimentación.3
Técnicas semejantes han sido descritas en análisis arqueometalúrgicos realizados
por Joan Unwin, quien documenta los mismos tres métodos de soldadura: la combinación hierro -acero- hierro para los útiles agrícolas como las hoces, la soldadura de una
delgada lámina de acero sobre una lámina de hierro para las tijeras y la soldadura de
una lámina de acero a la barra de hierro que forma la parte interna del mango de un
cuchillo.4
Debido a la facilidad que comentábamos anteriormente, resulta evidente que
durante la Antigüedad y la Edad Media la mayor parte de las soldaduras de los metales
férricos se hicieron mediante forja, es decir, mediante martilleo de dos superficies de
hierro puestas en contacto tras haber sido previamente caldeadas en estado dúctil, superficies que debían tener la mayor superficie de contacto posible. El acerado se practicaba
mediante soldadura de la plancha de acero sobre los elementos de hierro y se hacía sobre
toda la superficie de la pieza de hierro para obtener mayor resistencia.5 Las láminas de
cuchillos halladas en el yacimiento de Colletières (Charavines, Rhône-Alpes), muestran
que la mayor parte de los filos de acero fueron unidos mediante soldadura a la lámina
de hierro del cuchillo.6 Solo algunas piezas terminadas en punta, como las ranguas sobre
2
3
4
5
6
PLEINER, R., «The Technology of Medieval Blacksmiths in Prague», Dal Basso Fuoco all’Altoforno, Atti del 1°
Simposio Valle Camonica (a cura di N. Cuomo di Caprio e C. Simoni), Culture del Lavoro, Brescia, 1991, p. 78.
PLEINER, R., «The development of cuttery techniques in medieval Bohemia», Paléométallurgie du fer et cultures
(P. Benoit, Ph. Fluzin, eds.), Belfort, 1995, pp. 537-539.
BEAUCHAMP, V., UNWIN, J., SYMONDS, J., The Historical Archaeology of the Sheffield Cutlery and Tableware
Industry, 1750-1900, BAR British Series 341, Archaeopress, Londres, 2002, pp. 26-27; UNWIN, J., UNWIN, M.,
«An Edge of Steel», L’acier en Europe avant Bessemer (Ph. Dillmann, L. Pérez, C. Verna, eds.), CNRS –
Université Toulouse-Le Mirail, Toulouse, 2011, pp. 111-127, cita en p. 116.
5. PAGÉS, G., FLUZIN, Ph., LONG, L., «L’acier, une variété de fer parm d’autres? Approches méthodologiques
des demi-produits des épaves romaines des Saintes-Maries-de-la-Mer (Bouches-du-Rhône, France)», L’acier en
Europe avant Bessemer (Ph. Dillmann, L. Pérez, C. Verna, eds.), CNRS – Université Toulouse-Le Mirail. 2011,
pp. 147-174, cita en pp. 166-167. Debido a la simplicidad de la técnica no era necesario utilizar, y por lo tanto no
se documenta en los análisis arqueométricos, ningún material fundente en estas soldaduras.
BENOIT, P., «L’acier dans les outils médiévaux», L’acier en Europe avant Bessemer (Ph. Dillmann, L. Pérez, C.
Verna, eds.), CNRS – Université Toulouse-Le Mirail, 2011, pp. 251-261, cita en p. 259.
140
TÉCNICAS DE SOLDADURA DE METALES SEGÚN RECETARIOS ITALIANOS DE LOS SIGLOS XV Y XVI
las que giraban los ejes de los molinos, presentan una soldadura en bisel o mediante
una inserción a boca de dragón, a fin de evitar la separación rápida de hierro y acero;
la masa de acero viene determinada, en una soldadura a boca de dragón, por el espesor
del hierro.7 Esta práctica constituía una técnica de inserción eficaz en objetos sometidos
a movimiento, y fue utilizada también preferentemente para los útiles de percusión
como las punterolas de los mineros; así se evidencia en las excavaciones efectuadas en
las minas de los Vosgos del siglo XVI donde numerosas punterolas presentan extremos
acerados mediante soldadura en boca de dragón en la punta.8
Por lo que respecta a la soldadura de los metales no férricos, aunque desde la Antigüedad también podía ser realizada en muchos casos (como ocurre con el oro y la plata)
mediante martilleo de las placas puestas al rojo,9 el estaño y el plomo fueron los grandes
protagonistas; no solo porque ambos metales tienen una temperatura de fusión baja y
una gran fluidez en dicho estado (el estaño funde a 232 grados, mientras que el plomo lo
hace a los 327), sino sobre todo porque la mezcla de ambos crea un suceso poco común,
como es que la aleación resultante tiene un punto de fusión inferior al de cada metal por
separado, obteniéndose a los 180 grados. Por eso la aleación de plomo-estaño, empleada
para soldar los metales desde la Antigüedad, fue la predominante en época medieval.10
Sin embargo, también se han usado tanto el cobre como la plata con esta misma finalidad; ambos metales se siguen utilizando actualmente como aglutinantes en la soldadura
porque son muy maleables y dúctiles, pero presentan el grave inconveniente respecto
a los anteriores de su elevada temperatura de fusión, que en el cobre alcanza los 1083
grados y en la plata los 1230. Alcanzar dichas temperaturas era difícil en la época, de ahí
el uso más restringido de las aleaciones de cobre-plata en la soldadura.
El protagonismo de la aleación estaño-plomo aparece de forma evidente en los
textos que estudiamos y que describen procedimientos de soldeo utilizados en los
siglos XV y XVI. Son abundantes las recetas que recomiendan el empleo, como metal
de aportación, de estaño solo,11 pero son particularmente numerosas las que prescriben
el uso del compuesto estaño-plomo; en la mayor parte de ellas se recomienda utilizar
una aleación integrada por dos partes de estaño y una de plomo (66,6% estaño y 33,3%
plomo, próxima al porcentaje 60-40 que es el más común en nuestros días),12 aunque
en algún caso la proporción de plomo se eleva significativamente hasta alcanzar el 80%
7
8
9
10
11
12
ROUILLARD, J., «De l’acier pour les moulins (Bourgogne et Champagne, XIVe-XVe siècle)», L’acier en Europe
avant Bessemer (Ph. Dillmann, L. Pérez, C. Verna, eds.), CNRS – Université Toulouse-Le Mirail. 2011, pp. 237250, cita en pp. 244-245.
BENOIT, P., GUILLOT, A., PLOQUIN, A., «Les forges minières au Moyen Âge et à la Renaissance: approche
archéologique et paléométallurgique», Campagnes médiévales: l’homme et son espace. Études offertes à Robert
Fossier (É. Mornet, ed.), Paris, 1995, pp. 639-652; GUILLOT, I., BERTIN, F., FLUZIN, Ph., BENOIT, P., BÉRANGER, G.,
«La pointerolle, outils des mineurs du XVIe sècle. Synthèse des études métallographiques», Paléométallurgie du
fer et cultures (P. Benoit, Ph. Fluzin, eds.), Belfort, 1995, pp. 509-524.
LIPINSKY, A., Oro, argento, gemme e smalti. Tecnologia delle arti dalle origini alla fine del Medioevo, Florencia,
Olschki, 1975, pp. 222-223.
Las tuberías de plomo, los dedales de bronce y otros muchos utensilios se realizaban mediante el uso de láminas
de aleación estaño-plomo, dándoles primero forma sobre moldes de madera y soldando posteriormente las juntas
(HOMER, R. F., «Tin, Lead and Pewter», English Medieval Industries, Londres, 1991, pp. 58 y 64).
Biblioteca Riccardiana, ms. 1243, f. 32v; Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 866,
f. 172r.
Biblioteca Medicea-Laurenziana, Fondo Ashmolean, ms. 349, f. 46r; Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze,
Fondo Palatino, ms. 1001, ff. 24r y 29r.
141
R ICARDO CÓRDOBA DE LA LLAVE
de plomo y solo el 20% de estaño.13 Mucho menos numerosas son las que mencionan
el uso de cobre y de plata en la soldadura y, por lo general, se limitan al soldeo de la
plata y del hierro como metales de base; en un par de recetas dedicadas al soldeo de la
plata, ambos metales se combinan al 50% (una onza de cobre con una onza de plata de
cualquier liga),14 mientras que en la consagrada al soldeo del hierro se usa sola la plata
fina.15 Anna-Catherine Robert-Hauglustaine evidencia que la aleación cobre-plata-oro,
con el cobre en estado metálico o bajo la forma de malaquita, y con porcentajes de cada
metal muy distintos según la finalidad, aparece con relativa frecuencia en los recetarios
altomedievales para la realización de soldadura de oro.16
Sin embargo, antes de hacer una unión resulta absolutamente necesario que la
soldadura agarre de forma adecuada sobre la superficie a soldar o, por emplear el léxico
de los soldadores, que la soldadura «moje» los metales básicos que formarán la unión.
El metal utilizado para soldar (metal de aportación) mojará el metal sometido a soldeo
(metal de base) cuando las superficies de ambos estén completamente limpias, pues no
debe existir sustancia alguna entre los dos metales para que la estructura de ambos se
una. Si las superficies están limpias la soldadura mojará el metal y subirá hasta llenar
los espacios entre las superficies contiguas, pero si no lo están no ocurrirá la operación
del mojado y la soldadura no llenará la unión. Como quiera que casi todos los metales
se oxidan con la simple exposición al aire, y hasta la capa más delgada de óxido
impide que la soldadura moje el metal, para soldar resulta imprescindible el uso, junto
con el metal de aportación empleado, de un material fundente que sirva para aislar la
superficie del contacto del aire, disolver y eliminar los óxidos que puedan formarse y
favorecer el mojado del material base por el metal de aportación fundido, consiguiendo
que éste pueda fluir y se distribuya en la unión. En nuestros días, el material utilizado
de manera más habitual para la realización de soldaduras simples es el alambre en
rollo formado por una aleación de estaño y plomo, en general en proporción 60-40%,
pero este alambre contiene siempre en su núcleo algún tipo de resina que actúa como
fundente y reductor, de forma que si se usa un estaño sin alma de resina hay que usar
pastas decapantes para preparar las superficies a soldar o la operación no tendrá éxito.17
Históricamente los fundentes y reductores más utilizados, porque aíslan el metal de
la acción del oxígeno con mayor eficacia, han sido las sustancias resinosas y las sales
metálicas como el bórax y los fluoruros (ácidos alcalinos). Entre las materias empleadas
con esta finalidad en la metalurgia antigua y medieval, y citadas con mayor frecuencia
en las recetas estudiadas, destacan materias resinosas y grasas de origen vegetal como
pez, almáciga y aceite; grasas de origen animal como cera y sebo; y fundentes minerales
como rejalgar, malaquita, salnitro, sal amoniaco y bórax.
13
14
15
16
17
Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 1001, f. 25r.
Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 858, f. 58r, y ms.1001, f. 21v.
Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 1001, f. 10v.
Por ejemplo, el Papiro de Leiden incluye una receta para soldar donde la aleación que sirve de metal de aportación
está compuesta por cuatro partes de cobre, dos de plata y una de oro; el autor árabe al-Hamdaní menciona en su
tratado sobre los metales preciosos una receta integrada por una elevadísima proporción de oro (48/53 partes)
y escasas de cobre (4/53) y plata (1/53). Recetas semejantes siguen apareciendo en manuales técnicos del siglo
XIX (A. C. Robert-Hauglustaine, «Le soudage de l’or: études à partir des textes antiques et médiévaux», Outils et
ateliers d’orfèvres des temps anciens, Ch. Eluère ed., Issoudun, 1993, pp. 111-116, cita en p.113 y notas 35-37).
GIACHINO, J. W., WEEKS, W. R., Teoría y Práctica de la soldadura, Barcelona, Reverte, 1995; JEFFUS, L.,
Soldadura. Principios y aplicaciones, Madrid, Paraninfo, 2008.
142
TÉCNICAS DE SOLDADURA DE METALES SEGÚN RECETARIOS ITALIANOS DE LOS SIGLOS XV Y XVI
El término pez se usa para designar varias resinas de coníferas, como pez griega
o colofonia, trementina, pez blanca y negra; la de uso más frecuente en la soldadura
ha sido la pez griega, resina sólida obtenida mediante destilación de la trementina.18
También ha sido muy utilizada la almáciga, almástiga o mastique, gomorresina que suda
el lentisco y que tuvo una muy extendida producción local al tratarse de una especie
vegetal muy común en el bosque mediterráneo; algunos autores del mundo clásico
reconocen una variedad de lentisco procedente de la isla de Quíos como productora de
la almástiga de mayor calidad, también conocida como resina de Quíos, mientras que
el lentisco común produciría una materia de inferior valor.19 Materias como el aceite, la
cera y el sebo, constituyen grasas cuyo origen y aplicaciones industriales resultan bien
conocidas y no es necesario insistir en ellas.
La sandáraca o rejalgar es un mineral de color rojo y lustre resinoso que se raya con
la uña, y constituye una combinación muy venenosa de arsénico y azufre (pentasulfuro
de arsénico).20 El término que aparece en las recetas como greppo, grepola o grepula, lo
hemos interpretado como malaquita al suponer que debió tomar dicha denominación por
el aspecto de racimo de uva que tiene ese mineral.21 La malaquita es un mineral de carbonato de cobre, de color verde, susceptible de pulimento, que suele emplearse para chapear
objetos de ornamento; entre sus numerosas utilidades destaca su uso como fundente en
operaciones metalúrgicas, en unión del salnitro o carbonato de sodio, pues la unión del
carbonato fundido con un óxido de cobre se convierte en un elemento reductor de oxígeno,
fenómeno que se encuentra en la base del éxito de las recetas medievales de soldadura que
emplean esta combinación.22 El salnitro o salitre es el carbonato o nitrato de potasio (KNO3)
o de sodio (NA NO3) que se encuentra asociado a los depósitos de yeso (cloruro de sodio) y
otras sales.23 Su uso más destacado es como componente de la pólvora, pero también fue
muy utilizado como fundente en los procesos metalúrgicos. La sal amoniaco fue también
conocida por los nombres de almoxatir, almohatre y anuxatir (del árabe an-nusadir); se
trata del cloruro amónico que se elaboraba, en origen, a partir de la orina de animales que
habitaban en un templo dedicado al dios Amón, de forma que cuando se trasladó a Europa
esta sal mantuvo el nombre en recuerdo de la que se elaboraba en aquel templo de Libia.
Su empleo como fundente en la soldadura del hierro, y para limpiar los metales antes de
18
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23
La trementina, a su vez, es una gomorresina extraída del terebinto –un árbol muy semejante al lentisco– que se
recoge al pie del árbol, se cuece hasta que toma consistencia, se endurece y se pone de un color rojo intenso
(TÁRRAGA BALDÓN, M. L., Giovan Domenico Olivieri y el taller de escultura del Palacio Real, Madrid, CSIC,
1992, p. 334). En manuscritos castellanos del siglo XVI se documenta el uso de pez griega en recetas relativas a
la metalurgia del estaño, donde aparece mencionada junto a materias como ceniza, antimonio y sebo (Biblioteca
del Palacio Real, ms. II/657, Preparación de estaño, fol. 65r).
CARABAZA BRAVO, J. M., GARCÍA SÁNCHEZ, E., HERNÁNDEZ BERMEJO, J. E., JIMÉNEZ RAMÍREZ, A., Árboles y arbustos
en Al-Andalus, Madrid, CSIC, 2004,p. 225. En la mayor parte de los recetarios hispanos su uso queda circunscrito
al ámbito de la perfumería (Biblioteca Nacional de España, ms. 6058: Memorias de las pastillas, fol. 102v; Para
hazer agua de ángeles, fol. 153r; ms. 2019, Cómo se ha de hazer el agua de ángeles y las aguas que ha de llevar,
fol. 70v).
CAIVANO, J. L.,LÓPEZ, M. A. (eds.). Color: Ciencia, artes, proyecto y enseñanza, Buenos Aires, Nobuko, 2004, p. 167.
Agradezco a la Dra. Carmen Blanco, Profesora del Área de Filología Italiana de la Universidad de Córdoba,
las indicaciones y sugerencias realizadas para la correcta traducción de las recetas florentinas utilizadas en la
realización de este trabajo.
THOUVENIN, A., «La soudure dans la construction des oeuvres d’orfèvrerie antique et ancienne», Revue
Archéologique de l’Est, 24, 1973, pp. 11-68, cita en p. 27.
NEAL, C., Haciendo Inciensos. Preparación y uso de las esencias mágicas, St. Paul (Minnesota), Llewellyn,
2005, p. 143.
143
R ICARDO CÓRDOBA DE LA LLAVE
soldarlos, está documentado desde la Antigüedad. Ambos minerales han formado parte a
lo largo de la Historia de los ingredientes de preparación del bórax.
El bórax, llamado también en la Península Ibérica bauraque (voz procedente del
árabe magrebí bauráq) y natrón (emparentado con el persa burah), es una mezcla
de sales en las que predomina el carbonato de sosa. En su Diccionario, Antonio de
Nebrija afirma que bórax y atíncar son la misma cosa, mientras Covarrubias dice que
es un tipo de tierra con la que se suelda el oro. El termino bórax también podemos
encontrarlo como borrax, borraj o burrage.24 Si bien se halla en estado natural en
algunos yacimientos y en las aguas de varios lagos, al igual que el salitre, fue habitual
prepararlo artificialmente por los propios metalúrgicos, combinando alumbre, sal
álcali, sal amoniaco, salitre y tártaro, en proporciones y tratamientos diversos. Uno de
los manuscritos del siglo XV conservados en la Biblioteca Nacional de Florencia recoge
una receta para hacer bórax en polvo mediante la mezcla de dos onzas de alumbre de
roca, dos onzas y 2/3 de sal álcali, dos onzas y 2/3 de sal gema y dos onzas de jabón,
todo pulverizado y puesto a hervir en una caldera hasta que se consuma el agua;
la receta indica que se debe revolver continuamente mediante una espátula «hasta
que lo veas volverse grana, o sea blanco a modo de sal, y es perfectísimo bórax». Y
añade que si, una vez hecho, se calienta en un horno antes de usarlo, «se hace más
fino, suelda sin humo y corre mucho».25 Entre las múltiples utilidades que presenta
destaca su uso como fundente al soldar hierro y acero y en joyería para soldar plata u
oro.26 En algunas recetas castellanas se testimonia el uso del bórax, bajo los nombres
de albauraque y anatrón, como fundente para la obtención del oro; por ejemplo, en
el manuscrito H-490 de la Biblioteca de la Facultad de Medicina de Montpellier lo
encontramos en dos recetas relativas a la obtención del oro, en la primera junto con
plomo; y en la segunda junto con vidrio molido y plomo.27 El uso del bórax como
fundente está ampliamente documentado en la metalurgia clásica; aplicado sobre las
piezas a soldar, y con el auxilio de un soldador, el orífice dirige la llama hacia el lugar
de la soldadura, fundiendo primero el bórax y después el metal de aportación que,
gracias a la acción del anterior, se adhiere al metal de base en cuanto se pone incandescente; Robert-Hauglustaine destaca su uso en la soldadura metálica como un progreso
fundamental de la metalurgia medieval.28 Todas las materias minerales mencionadas,
bórax, alumbre, vitriolo y salitre, fueron ampliamente utilizadas en el tratamiento del
oro, estaño, cobre y otros metales.29
En dos de las recetas estudiadas se documenta el uso de un metal de aportación
junto con un fundente orgánico como la pez mediante la expresión, «al soldar, añadir
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28
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MAÍLLO SALGADO, F., Los arabismos del castellano en la Baja Edad Media, Ediciones Universidad de Salamanca,
Salamanca, 1998, pp. 305-306.
Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 758, Tractatus Hermetis, XV sec., f. 62v.
ODETTE, H., BOTTANI, E., Introducción a la Química Inorgánica, Ediciones UNL, Universidad Nacional del
Litoral, Santa Fe (Argentina), 2006, pp. 114-119.
Bibliothèque de l’École de Médicine de Montepellier, ms. H-490, ff. 227v-228r (CÓRDOBA DE LA LLAVE, R., «Un
recetario técnico castellano del siglo XV: el manuscrito H-490 de la Facultad de Medicina de Montpellier», En la
España medieval, 28, 2005, pp. 7-48, cita en pp. 45-46).
LIPINSKY, A., Oro, argento, gemme e smalti, p. 223; ROBERT-HAUGLUSTAINE, A. C., «Le soudage de l’or», pp.
113-114 y notas 45-47, donde señala su aparición en recetas medievales desde el Liber Sacerdotum al manual de
Teófilo o al de Benvenuto Cellini.
SÁNCHEZ GÓMEZ, J., De minería, metalurgia y comercio de metales, Salamanca, Universidad, 1989, p. 163.
144
TÉCNICAS DE SOLDADURA DE METALES SEGÚN RECETARIOS ITALIANOS DE LOS SIGLOS XV Y XVI
pez griega»;30 en una tercera, relativa al procedimiento recomendado para soldar un
hierro con otro, la soldadura se hace empleando un compuesto de plata fina al que se
suman polvos de pez griega y almáciga.31
Más abundantes son las que utilizan como fundente una combinación de materias
de origen mineral. En tres de las destinadas al soldeo de la plata, que toman como
metal de aportación el cobre, aparecen como fundentes una combinación de rejalgar,
salnitro y malaquita.32 En muchos otros casos se documenta el uso de la sal amoniaco,
en particular cuando el metal de aportación es el estaño: estaño fino con sal amoniaco,
estaño fundido con sal amoniaco y sal común, soldeo con una parte de plomo y dos de
estaño a las que se añade sal amoniaco y bórax.33 Y en otros, con metal de aportación
estaño-plomo, de argento vivo.34
Por lo que se refiere al procedimiento de aplicación de los fundentes, ya hemos
indicado que debe hacerse inmediatamente antes del soldeo a fin de evitar la oxidación
de la superficie de los metales de base y de aportación, y así lo manifiestan las recetas
consultadas. Dos de las recetas recomiendan untar el metal de base (estaño) con aceite
antes de soldar; en otro caso, relativo al soldeo del hierro como metal de base, se pone
primero sobre la rotura un ungüento de pez griega y almáciga, y a continuación se hace
la soldadura empleando un compuesto de plata fina como metal de aportación.35 En otra
de las recetas, el proceso comienza recubriendo de cera el metal de base, que se derrite
con un hierro caliente; luego se ponen sobre la cera virutas de cobre, que actúan como
metal de aportación; a continuación se vuelve a cubrir la superficie de cera, mezclada
esta vez con estiércol de caballo, y se lleva a cabo la soldadura.36
En general, las recetas recomiendan apretar entre sí las piezas que se van a soldar
antes de aplicar el calor para efectuar la operación; en una de ellas se habla de apretar
una pieza contra otra durante una hora con tenazas; en otra, de empujar una pieza contra
otra y mantenerlas firmes mientras se enfrían; y en una tercera se detalla que el proceso
consiste en unir las roturas juntas y sujetar fuerte hasta que se enfríe.37 Por último, es
interesante hacer notar que algunas de las recetas documentan el uso de soldadores o
barras de soldar para efectuar la operación; en un caso se emplea un hierro de soldar
caliente con el que se toma el metal de aportación utilizado, mientras que en otra receta
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Biblioteca Medicea-Laurenziana, Fondo Ashmolean, ms. 349, f. 46r; Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze,
Fondo Palatino, ms. Pal.1001, f. 25r.
Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 1001, f. 10v.
La primera recomienda el uso de una onza de rejalgar, una de salnitro y un poco de malaquita (Biblioteca
Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 858, f. 58r); la segunda, media onza de rejalgar, salnitro y
malaquita (Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 1001, f. 21v); la tercera, media onza
de rejalgar, un dracma de salnitro y un poco de malaquita (Biblioteca Laurenziana-Medicea, Fondo Ashmolean.
ms. 349, f. 23r).
Biblioteca Riccardiana, ms. 1243, f. 32v; Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 866,
f. 172r; y Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 1001, f. 29r.
Para soldar estaño, dos partes de estaño, una de plomo, y media de argento vivo, todo fundido junto; para soldar
estaño, dos partes de pirita y una de argento vivo (Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms.
1001, ff. 24v y 25r).
Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 1001, ff. 29r, 25r y 10v.
Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 1001, f. 37v.
Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 1001, f. 10v, y ms. 866, f. 172r; Biblioteca
Riccardiana, ms. 1243, f. 32v.
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R ICARDO CÓRDOBA DE LA LLAVE
se habla de coger el soldador para aplicar el compuesto metálico con que se realiza el
soldeo.38
En definitiva, se trata de un conjunto de recetas sencillas, que describen técnicas
de soldeo habitualmente utilizadas en la época, mencionando aquellos metales de aportación, materias fundentes y reductoras e instrumentos de trabajo, de uso más común.
Y que evidencian la validez práctica de las recetas incluidas en textos y manuscritos de
carácter técnico y misceláneo datados en los siglos XV y XVI y de los que tan espléndidas
colecciones conservan las bibliotecas italianas.
APÉNDICE DOCUMENTAL
BNCF, ms. Pal. 858. Segreti diversi. XVI sec.
[58r] A fare saldadura d’argento et corra come fosse biombo. R. on. 1 de rame et
fondilo in un fornello et sopra metti 1 de resigallo et on. 1 de salnitro con un poco di greppo
et funde et mistica bene, gettalo in canale di ferro e piglia quello con on. 1 d’argento di
qualsevoglia liga et on. 1 della supraditta compositione et con quello salda ogni argento
l’uno col’altro.
Para hacer soldadura de plata que corra como si fuera de plomo. Toma una onza de
cobre y fúndelo en un hornillo y pon encima una onza de rejalgar y una de salnitro con un
poco de malaquita, funde y mezcla bien, échalo en canal de hierro y únelo con una onza de
plata de cualquier liga y una onza del sobredicho compuesto y con ello suelda toda la plata
una con la otra.
BNCF, ms. Pal. 866. Segreti diversi. XVI sec.
[172r] Per saldare una lima rotta. R. stagno et fondilo e di poi piglia la polvere del sale
armoniaco e bagna con un poco di sal comune e di poi metti in capi della lima nello stagno
et acozali insieme allo scontro et tienla bene ferma tanto se rafredi sarà saldata bona.
Para soldar una lima rota. Toma estaño y fúndelo, y después coge polvos de sal amoniaco y baña con un poco de sal común, y después mete la cabeza de la lima en el estaño y
empújalos juntos al encuentro y mantenla bien firme en tanto se enfría y será bien soldada.
BNCF, ms. Pal. 1001. Ricettario. 1561.
[10v] A saldar uno ferro con l’altro et sia de qual sorte essersi voglia. R. polvere di
peze negra on. 1, mastici on. 1, argento fino secondo la rompitura, sia batudo come carta
sotile longo e largo secondo la rompitura, et prima pone di questa polvere sopra lo ferro,
da poi poni l’argento, possa lo pia con le tanaglie e stringi bene uno ferro con l’altro ove
l’argento sia in mezo, e così strengi per una hora et arpialse insieme.
38
Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Fondo Palatino, ms. 1001, f. 25r; Biblioteca Medicea-Laurenziana,
Fondo Ashmolean, ms. 349, f. 46r. Por lo demás, encontramos documentado el uso de soldadores en otros textos
de la época; entre los instrumentos de un taller de peltrero de Londres, fechado en 1427, se citan cuatro hierros
de soldar (HOMER, R. F., «Tin, Lead and Pewter», English Medieval Industries, Londres, 1991, p. 72).
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TÉCNICAS DE SOLDADURA DE METALES SEGÚN RECETARIOS ITALIANOS DE LOS SIGLOS XV Y XVI
Para soldar un hierro con otro de cualquier tipo que sea. Toma una onza de polvos de
pez negra, una onza de almáciga, plata fina según la rotura, sea batido como papel fino de
largo y ancho según la rotura, y primero pon de este polvo sobre el hierro, después pon la
plata, luego lo sujetas con las tenazas y aprieta bien un hierro contra el otro de forma que
la plata esté en medio, y así aprieta durante una hora y quedará unido.
[21v] A far una saldadura corrente come il pionbo. R. una onza de rame et destemperalo in uno corizuolo et poi habi meza onza de resigallo et uno sazo di salnitro et un poco
di grepola, tutte cose metti in uno corizuolo et poi lo colla et meseda bene, et getala in uno
canale de ferro, poi habi argento de quella liga che ti piace de lavorare una onza de questa
compositione et onza una d’argento sopradicto et meseda insieme, et fondilo, et questo poi
saldar in argento.
Para hacer una soldadura corriente como el plomo. Toma una onza de cobre y destémplalo en un crisol, y después toma media onza de rejalgar y una pizca de salnitro y un
poco de malaquita, mete todas las cosas en un crisol y después lo cuelas y mezclas bien, y
échalo en un canal de hierro, después toma plata de la liga que quieras trabajar, una onza
de este compuesto y una onza de la plata sobredicha y mezcla junto y fúndelo, y con esto
puedes soldar la plata.
[24v] A far saldadura per stagno. R. doi parte de stagno et una parte de biombo et uno
pocho d’argento vivo, fondi ogni cosa insieme et giettalo sotil et sarà dolcissima che corera
al sole, et se tu la voi far a peso R. stagno on. viii, pionbo on. iiii, e argento vivo on. ii et
fondi.
Para hacer soldadura para estaño. Toma dos partes de estaño, una parte de plomo y
un poco de argento vivo, funde todo junto y viértelo suave y será buenísima que correrá al
sol, y si lo quieres hacer a peso toma ocho onzas de estaño, cuatro onzas de plomo y dos
onzas de argento vivo y funde.
[25r] A far saldadura per stagno ouer canoni de organi. R. due parte de marchesita et
una parte d’argento vivo et quando tu la ghetti ongi li canali de seuo, et giettali sotil. Se tu
vuoi saldar li canoni de stagno o altro lavoro sotile, ongi de olio, et poi metti uno poco de
rasa et fala che la stagnadura sia sutil come uno filo de cortello, et poco calvo et stagnera
netamente.
Para hacer soldadura para estaño o tubos de órganos. Toma dos partes de pirita y
una parte de argento vivo y cuando lo eches sobre los canales de sebo, viértelo suave. Si
quieres soldar los tubos de estaño u otra labor sutil, úntalos de aceite y después pon un
poco de sebo y haz que la estañadura sea fina como el filo de un cuchillo y lisa y estañará
rápidamente.
[25r] Un altro modo che serve a saldar ancho argento. R. stagno on. 1, pionbo on.
5, et fondilo insieme, poi habi uno ferro da soldare et scaldalo uno pocho, et piglia quella
saldadura a poco a poco, et metti dove è rotto con un pocho de peze grecha.
Otro modo que sirve también para soldar plata. Toma una onza de estaño y cinco
onzas de plomo y fúndelo junto, después toma un hierro de soldar y caliéntalo un poco,
y coge de aquella soldadura poco a poco y ponla donde esté roto con un poco de pez
griega.
147
R ICARDO CÓRDOBA DE LA LLAVE
[29v] A far una saldadura perfecta che correra. R. pionbo quanta 1, stagno quanta 2,
et fondi insieme. Poi con una raspa lo raspa et metti insieme del sal armoniaco che sia ben
tritto. Poi gli ponerai 1 borax e se ongi con oglio quello che vogli saldar, et poi sopra l’oglio
la saldadura. Poi metti sopra le brase et lassa fumiar et scorer sarà onto con l’oglio.
Para hacer una soldadura perfecta que correrá. Toma plomo cuanta una, estaño
cuanta dos, y fúndelos juntos. Después con una raspa lo raspas y metes junto sal amoniaco
bien triturada. Después añadirás una de bórax y se unta con aceite lo que quieras soldar,
y después sobre el aceite la soldadura. Después ponlo sobre las brasas y déjalo humear y
correrá sobre el aceite.
[37v] A saldar il ferro. R. lo ferro che sia ben assettato igualmente a uno la rotura et
con uno poco di cera lo incererai atorno, et poi con un ferro caldo discolla quella cera si che
li pezi si attengino a uno. Dapoi piglia delle tagliatura de rame et ponille sopra la cera dove
tu vuoi saldare. Poi habi della cera temperata con sterco di cavallo et ponilla sopra tutto il
ferro che sia grassa in detto et poi lo lassa secare et così secho lo metterai a fervente foco
tanto che se saldi. Et a questo conoscerai che lo ditto ferro sia saldo quando gattera razi, et
presto li trarà a se et quando non li trara a se non è anchor ben saldo. Et volendo saldar lo
rame, ponige del borace crudo pulverizato et farralo scorer. Verum et probatum.
Para soldar el hierro. Toma el hierro que esté bien asentado por igual con la rotura y
con un poco de cera lo encerarás alrededor, y después con un hierro caliente derrite la cera
de forma que las piezas se junten. Después toma virutas de cobre y ponlas sobre la cera
donde quieras soldar. Después toma cera templada con estiércol de caballo y ponla sobre
todo el hierro que lo engrase bien, y después lo dejas secar y así seco lo pondrás a fuego
fuerte hasta que se suelde. Y en esto conocerás que el dicho hierro está soldado cuando
lance chispas, y rápido se endurecerá, y si no se endurece no está todavía bien soldado.
Y queriendo soldar el cobre, pon bórax crudo pulverizado y hazlo correr. Verdadero y
probado.
Laur. Ash. 349. Libro di Ricette Medicinali. XV sec.
[23r] Saldatura d’argento che corre come pionbo. Togli un’oncia de ramo e destempralo in un crusolo. Poi abie mezz’oncia de risargar e una dragma de salnitro e un poco de
grepula, tutte cose mitti in questo crusolo. Poi la cola e mesteca bene e gettala in un canale
de ferro. Poi abie argento de quel lega te piace de lavorare un’oncia en’oncia de questa
compositione mesteca insieme e fundilo. E con questo poi saladare uno argento quel’altro.
Soldadura de plata que corre como plomo. Toma una onza de cobre y destémplalo en
un crisol. Después toma media onza de rejalgar, una dracma de salnitro y un poco de malaquita, todo metido en este crisol. Después lo cuelas y mezclas bien y échalo en un canal de
hierro. Después toma plata de la ley que quieras trabajar y onza a onza de este compuesto
mezcla bien y fúndelo. Y con esto puedes soldar una plata con otra.
[46r] A saldar vasa de pionbo o d’estagno o d’argento, togli un’oncia d’estagno e
meza de pionbo, fundi insieme, poi abie il saldatoio escaldalo e piglia a poco a poco quella
saldatura e mittila dove è rotto con un poco de pece greca.
Para soldar vasos de plomo o de estaño o de plata, toma una onza de estaño y media
de plomo, fúndelo junto, después coge el soldador, caliéntalo y toma poco a poco de aquella
soldadura y ponla donde esté roto con un poco de pez griega.
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TÉCNICAS DE SOLDADURA DE METALES SEGÚN RECETARIOS ITALIANOS DE LOS SIGLOS XV Y XVI
Laur. Ash. 496. Ricettario. XVI sec.
[82r] A fare lamina da saldare oro, argento e ottone. R. on. 1 salnitro, on. 1 risagallo,
quarti due allume di rocco, quarti due di sal comune.
Para hacer lámina de soldar oro, plata y latón. Toma una onza de salnitro, una onza
de rejalgar, dos cuartos de alumbre de roca, dos cuartos de sal común.
Ricc. 1243. Segreti vari di alchimia. XV sec.
[32v] A volere saldare una lima che fusse rotta o altro ferro come la lima. Abbi dello
stagno fino e mettilo a fondere e come è fondito mettivin dentro uno poco di sale armoniaco
e per lo simile frega bene dove tu vuoi saldare col detto sale. Poi poni quello que tu ai
fregato dentro nello stagno e lascia bene appiccare. Poi giugni le rotture insieme e tieni forte
per insino che è freddo e sarà saldo. E per lo simile adopera questo sale in ogni cosa che vuoi
che pigli lo stagno e piglierallo.
Si quieres soldar una lima que estuviese rota u otro hierro como la lima. Toma estaño
fino y ponlo a fundir, y cuando esté fundido mete dentro un poco de sal amoniaco, y por lo
mismo frota bien donde quieras soldar con la dicha sal. Después pon lo que has frotado
dentro del estaño y déjalo reposar bien. Después une las roturas juntas y sujeta fuerte
hasta que esté frío y estará soldado. Y de igual manera obra esta sal en cualquier cosa que
quieras que aproveche el estaño y aprovéchalo.
Ricc. 2349. Segreti chimici. XVI sec.
[89v] Saldatura per saldare opera a fillo. R. on. 1 d’argento da quelli fundi che lavori
sotto a la tua opera e uno otavo d’oncia de rame purgato, fundi lo rame poi lo argento, lassali
bene incorporare. Poi habi raso bianco bene pesto e arsenico cristalino e ancora li carboni
sopra lo argento como se fa uno foratelo e buta dentro a poco a poco del dito raso [90r] e
arsenico per fra vidi che’l sia bene mescolato. Poi habi quanto seria uno grano di cerusa e
borase e buta dentro bene mescolando. Poi habi tu verga che sia unita quando vuoi saldare,
limalo e brusa del borase, e conpagna quella saldatura per quanto e bagnata per quella aqua
de arreme de pome cotagne disolva quella aqua inbita la tua saldatura sopra suttile quanto a
te pare. E lassa secare e scon al fornello de carboni quanto ti vuola.
Soldadura para soldar obra de hilo. Toma una onza de plata de aquella fundida que
trabajas bajo tu obra y un octavo de onza de cobre purgado, funde el cobre y después
la plata, dejándolos incorporar bien. Después toma sebo blanco bien molido y arsénico
cristalino y pon los carbones sobre la plata como se hace un agujero y echa dentro poco a
poco el dicho sebo y arsénico hasta que veas que está bien mezclado. Después toma cuanto
sería un grano de cerusa y bórax y echa dentro mezclando bien. Después toma tu verga
que esté unida cuando quieras soldar, límalo y quema el bórax, y acompaña la soldadura
por cuanto está bañada por aquella agua de pepitas de membrillos, disuelta aquella agua
aplica sobre tu soldadura sutil cuanto te parezca. Y deja secar y pon al hornillo de carbones
cuanto quieras.
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C
E
CON LA COLABORACIÓN DE
Grupo de Investigación HUM 128 del Plan Andaluz de Investigación
Estudios de Historia y Patrimonio de la Edad Media