Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
LA PESADA CARGA DE LA GUERRA. MILICIAS, RECLUTAMIENTOS Y ALOJAMIENTOS DE TROPAS EN MARCHENA (1700-1759) Francisco Javier Gutiérrez Núñez IES López de Arenas. Marchena (Sevilla) os Cabildos ante la coyuntura de la Guerra de Sucesión. El territorio peninsular ha sufrido “in situ” a lo largo de la Edad Moderna, numerosos episodios de ataques o asaltos puntuales, por su enorme extensión litoral, sobre todo los ejecutados por turcos, franceses, ingleses y holandeses. Sin embargo son escasas las ocasiones en que ha existido una guerra abierta y declarada en el propio “suelo peninsular”, y que se haya alargado en el tiempo varios años o décadas. En esta 2ª categoría encontramos conflictos que no afectaron en algunos casos a la totalidad del territorio peninsular: la Guerra Civil Castellana (1475-1479), la 1ª y la 2ª Guerra de las Alpujarras (1499-1502 y 1568-1571), la Guerra hispanoportuguesa (1640-1668), la Guerra de Sucesión española (1701-1714), la Guerra de las Naranjas (1801) y la Guerra de la Independencia (1808-1814). L Nuestra principal fuente y guía para elaborar este trabajo, ha sido las Actas Capitulares del Cabildo de Marchena. Es decir, los libros que registran los acuerdos del Cabildo como principal institución de gobierno del municipio. Los Cabildos como órganos colegiados de carácter representativo de sus localidades, manifestaban su más 87 Francisco Javier Gutiérrez Núñez alta capacidad de gobierno a través de reuniones o “ayuntamientos”. Además ejercían como cadenas de transmisión de las órdenes de entidades político-administrativas y militares de rango superior. El Cabildo de Marchena a inicios del siglo XVIII contaba con poca autonomía, y en su quehacer diario estaba bastante subordinado a la “cadena de mando” que suponían las legislaciones y órdenes, tanto reales como ducales (al ser lugar de señorío)1. Sobre las actas capitulares se han elaborado estudios de carácter archivístico, paleográfico y diplomático. Otros se han centrado en su naturaleza como fuente y su importancia para la historia urbana, política y militar. La política de las corporaciones locales aparecía como un factor decisivo en la evolución de las poblaciones, como una institución básica en la estructura político-administrativa de la monarquía y en el desarrollo de la vida cotidiana del conjunto social, al ser el eslabón de la cadena del poder más cercano a los ciudadanos2. En ellas de forma directa o indirecta se reflejan noticias de acontecimientos y eventos de ámbito internacional y nacional, gracias a la documentación que llega de organismos de rango superior. Por tanto en cierta forma las Actas Capitulares son “espejos” que reflejan los acontecimientos del “microcosmos” que supone cada uno de los reinados de la monarquía hispánica (Habsburgos y Borbones). En nuestro caso también se reflejan muchos acontecimientos del devenir de los Ponce de León al Para evitar citas continuas, en el texto haremos referencia de la sesión capitular, remitiéndonos con esta primera nota a la fuente documental principal y primigenia. Archivo Municipal De Marchena (en adelante A. M. Marchena), Actas Capitulares, Libro 10 (1679-1699), Libro 11 (1700-1709), Libro 12 (1710-1721), Libro 13 (1722-1739), Libro 14 (1757-1758). Nota: No se conserva el libro de acuerdos de los años 1740-1756. Igualmente nos remitimos al trabajo que se presentó al Departamento de Historia Moderna de la Universidad de Sevilla, en el marco del programa de Doctorado bajo la dirección de Dª Mercedes Gamero Rojas, y del cual se extraen algunos epígrafes para el presente trabajo. Gutiérrez Núñez, F. J.: “Gobierno municipal y coyuntura bélica. Marchena y Morón de la Frontera durante la Guerra de Sucesión”. Abril 2002. Inédito. 1 Entre la amplia bibliografía dedicada a las actas capitulares, podemos destacar: García Cano, M. I.: “Las actas capitulares como fuente para la Historia urbana”, en Axerquía. Revista de Estudios cordobeses, nº 10 (1984), pp. 155-181. Pozas Poveda, L.; Cuesta Martínez, M.; García Cano, M. I.; Belmonte López-Huici, M. C.; “Las actas capitulares como fuente para la historia urbana”, en En la España medieval nº 10 (1987), pp. 39-68. Cabrera Cruz, José P.: “Las actas capitulares como fuente para la historia urbana: Motril durante el siglo XVI”, en Cuadernos de arte de la Universidad de Granada nº 28 (1997), pp. 65-75. Cruz Cabrera, José P.: “Los archivos municipales como fuente para la historia militar: la defensa de Motril a través de las Actas Capitulares del siglo XVI”, en Vv. Aa.: Fuentes para la historia militar en los archivos españoles: actas VI Jornadas Nacionales de Historia Militar. Sevilla 6-10 de mayo de 1996, Cátedra del General Castaños – R. M. Sur, 2000, pp. 443-452. Marina Barba, J.: Poder municipal y reforma en Granada durante el siglo XVIII, Universidad de Granada; Ayuntamiento de Granada, 1992, p. 8. 2 88 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... frente de la Casa ducal de Arcos3. Nuestro objetivo es analizar la coyuntura bélica de la Guerra de Sucesión durante el reinado de Felipe V, así como la posterior evolución de las “milicias” de Marchena, en tiempos de Fernando VI. 2.-La ruptura de lo “cotidiano”: el esfuerzo de guerra. El acta capitular es una fuente imprescindible para observar cual es la “percepción” que tiene cada Cabildo de la guerra (como institución o colectivo) y para comprobar cómo “respiran” los capitulares a nivel de grupo e individual, pues en definitiva conformaban la oligarquía que se perpetuaba en muchos casos al frente del poder del mismo4. Los Cabildos afrontarán tanto los problemas cotidianos/locales como las órdenes que reciben sobre problemas regionales/nacionales, en función de su propia “percepción”. Si los ven cercanos y urgentes actúan con ligereza y rapidez, pero si los ven lejanos y poco importantes, dilatan su respuesta ante ellos, ante la “desesperación” de las autoridades superiores. A inicios del siglo XVIII, la acción del proceso político-administrativo del municipio para dar respuesta a éstas órdenes, se va ralentizando por diversos factores. La maquinaria del esfuerzo de guerra estaba “desengrasada”. Desde la guerra hispanoportuguesa (1640-1668), los Cabildos no habían percibido el “problema” tan cercano y urgente, con campañas militares fronterizas en pleno territorio peninsular. En 17011702 no existía conciencia de la “gravedad” del conflicto sucesorio, ni se percibía como una amenaza que se acercara y que necesitara obligatoriamente actuar con premura y eficacia, contribuyendo con hombres, caballos y dinero. Esta “percepción” de lejanía es la que predominará en Marchena durante la mayor parte de años del conflicto, a pesar de su relativa cercanía geográfica al teatro de operaciones que afectó a Andalucía: la costa gaditana (agosto de 1702 y septiembre de 1704) y la frontera portuguesa. Los acontecimientos de agosto de 1702 fueron una Tarifa Fernández,Adela; Linage Conde, JoséAntonio: “Las actas capitulares de Úbeda y sus cronistas, espejo ¿o microcosmos?) del reinado de Carlos II”, en Aranda Pérez, Fco. José (coord.): VIIª Reunión Científica de la Fundación Española de Historia Moderna. Vol. 1. La declinación de la monarquía hispánica, pp. 793-810. Mairal Jiménez, Mª Del Carmen: Documentos del reinado de Carlos III existentes en la colección de actas capitulares del Archivo Municipal de Málaga, Ayuntamiento de Málaga, Málaga 1988. 3 Sobre el tema puede consultarse: Gutiérrez Núñez, F. J.: “La contribución del Reino de Sevilla a la Guerra de Sucesión española (1702-1713). Una visión desde las actas capitulares”, en Bernardo Ares, José Manuel De (coord): La Sucesión de la Monarquía Hispánica, 1665-1725. Biografías relevantes y procesos complejos, Sílex Ediciones (Madrid) y Cajasur (Córdoba), Madrid 2009, pp. 209-244. 4 89 Francisco Javier Gutiérrez Núñez importante llamada de atención para la mayoría de localidades sevillanas, y se tuvieron que movilizar las milicias para acudir en defensa de la costa. Marchena consiguió formarlas y enviarlas hacia Rota, aunque ya era tarde, las tropas angloholandesas se habían retirado y en menos de un mes la compañía de milicias estaría de regreso. Iniciado el conflicto comienzan a llegar Reales Cédulas, órdenes y epistolario, como ocurre durante la coyuntura bélica de la Guerra de Sucesión. Las órdenes y peticiones se agolparán en determinados meses del año, y el volumen de trabajo aumentó de forma excepcional, sobre todo en los años “centrales” del conflicto, 1706, 1707 y 1708, a raíz del asedio español para retomar Gibraltar. Todo ello repercutirá en la convocatoria de un número mayor de reuniones capitulares en dichos años, en algunos casos hasta duplicarse si tomamos de referencia el año 1701. Igualmente el trabajo aumentará en el año 1712, a punto de cerrarse el conflicto, aunque no afectó al número de convocatorias. (Vid. Gráfico nº 1 y 2). La frecuencia de las sesiones capitulares de Morón de la Frontera, fue bastante menor en la década de 1701-1709, las sesiones están por debajo de 20, sólo en 1702, 1706 y 1709, superan esta cifra. En cambio a partir de 1709, todos los años las sesiones si la superan. Es evidente al comparar Marchena y Morón, ver que la actividad del Cabildo marchenero fue mayor. El vecindario de ambas villas era similar, pero hay que tener en cuenta que Morón tenía embargado sus bienes de propios; esto nos explicaría que su iniciativa estuvo muy limitada, por tanto su actividad en determinados años se reduce tan sólo al control del abastecimiento de la villa. Por su parte Marchena, desborda “vitalidad”, sobre todo en 1707. Si comparamos la actividad de ambos Cabildos en este año, Marchena llega a su culmen celebrando 65 sesiones, y Morón toca “fondo” con sólo 11. Sólo hay un motivo que explica este contraste, la formación de 3 compañías para el Regimiento de Carmona, las cuáles en 1706 tenían que ser aportadas por Morón de la Frontera y que en 1707, por orden del Capitán General de Andalucía, pasarán a ser obligación de Marchena, lo cual le provoca la frenética actividad de la institución y de sus capitulares. Vid. Gráfico nº 2.- Número de asuntos relacionados con la Guerra de Sucesión. Cabildo de Marchena (1701-1713). Muchas órdenes y peticiones son difíciles de interpretar por parte de los capitulares, así como de llevar de la teoría a la práctica; lo cual perjudica en la eficacia y en la resolución de los asuntos, muchos de los cuáles se eternizan. Tendrán que responder a situaciones de contribución humana y/o económica, a las que no se 90 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... habían enfrentado desde hacía décadas (1668), todo ello requería en muchos casos la necesidad de consultar y estudiar cómo hacerlo. Los capitulares tenían que atender la “vida cotidiana” (abastecimiento, orden, vigilancia, justicia, obras públicas) y además las exigencias “extraordinarias” que suponía la coyuntura bélica. El Cabildo de Marchena afrontó las urgencias que demandaba el conflicto (contribuciones y servicios), a través de diputaciones y comisiones capitulares, que trabajaban en la confección de padrones, de repartimientos fiscales, de armas, registros de caballos, sorteo de levas, etc. Otras ciudades y villas de mayor tamaño, organizaron Juntas de Guerra para todo ello5. En momentos puntuales y críticos, y debido a la acumulación de trabajo, de forma momentánea, se nombraban más diputados y comisionados para ayudar a los diputados permanentes de guerra, con el objetivo de atender las urgencias surgidas y descargarlos de trabajo, encargándose de algún aspecto puntual de la contribución solicitada, ya fuera acopio de armas y pólvora, compra de caballos y uniformes, etc.6. Incluso las propias autoridades superiores, podían entrar en choques jurisdiccionales, contradiciéndose en sus órdenes. A partir de ahora profundizaremos en las formas de contribución: 5 Dos buenas síntesis de la contribución de Andalucía son: Andújar Castillo, Francisco: Andalucía en la Guerra de Sucesión, Caja General Ahorros de Granada, Granada 2010. Calvo Poyato, José: Guerra de Sucesión en Andalucía, Editorial Sarriá, Málaga, 2002. Tenemos constancia que al menos el regidor D. Nicolás de Tejada que fue “diputado de guerra” varios años (1711-1714), actuó en 1712, como tercer diputado ante la avalancha de trabajo que tenían sus otros dos compañeros. A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sesión de 24 de febrero de 1712: “Nombramiento de Diputado de Guerra en el señor Regidor Texada. La Villa atendiendo al mucho trabajo que tiene aqui las quatro Compañias y media de dragones y en lo demas que se ofrese para aliviarles en parte el trabajo y que ayude a los que oy lo son acordo nombrar nuebo Diputado de Guerra al Señor D. Nicolas de Texada Regidor quien estando presente azepto dicha Diputazion”. 6 91 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Marchena ante la Guerra de Sucesión (1701-1713) 2.- Contribuciones humanas. 1.- Contribuciones económicas y materiales. a).- Contribuciones monetarias: repartimientos y donativos. o o o o o Donativo general y voluntario (1707). Donativo de 12 reales (1709). Donativo de 12 reales (1710-1711). Donativo de 60 reales por vecino o del “doblón” (1711-1712). Donativo de 10 reales (1713-1714). o o Reclutamiento de milicias (ejército “no regular”). Reclutamientos para el ejército “regular”. b).- Carretas y servicios para la caballería. c).- Contribución de caballos y animales de tiro: bagajes y transportes. d).- Tránsitos y alojamientos de soldados. 3.- Contribuciones económicas y materiales. 3.1.- Contribuciones monetarias. 3.1.1.- Repartimiento y donativos. Como ya hemos comentado anteriormente, el impacto de la guerra implicó un aumento de la fiscalidad, tanto de las contribuciones a la Hacienda real como a las administraciones locales, a las habituales imposiciones de repartimientos ordinarios se le unieron las de carácter extraordinario (donativos, servicio de milicias, servicio de paja para la caballería). Los costes de la guerra fueron en aumento según se dilataba el conflicto7. También podría catalogarse como gasto vinculado a la guerra, las honras fúnebres por Carlos II, y la organización de rogativas públicas por el buen devenir de la guerra para Felipe V, así como de iluminarias, corridas de toros, etc., celebrando las victorias de su ejército. De ello se da cuenta en Gutiérrez Núñez, F. J.; Carpio Elías, J. B.: “Vida y poder municipal en Marchena durante el reinado de Felipe V (1.700-1.720)”, en Actas VI Jornadas sobre Historia de Marchena (3 al 6 de Octubre de 2000), Edita. Ilustre Ayto. de Marchena y Fundación El Monte 2002, pp. 71-114, “Celebraciones y festividades”, pp. 95-100. Alcaide Aguilar, J. F.: “Las fiestas religiosas y profanas. Participación del Concejo de la villa en el primer tercio del siglo XVIII”, en Vv. Aa.: Actas de las XII Jornadas sobre Historia de Marchena. Las Fiestas en la historia de Marchena, Excmo. Ayto. de Marchena, Marchena (Sevilla), pp. 151-173. 7 92 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... La monarquía y la hacienda real van a ir experimentando a lo largo del conflicto numerosas fórmulas de financiación, recurriendo a una venalidad generalizada, así como a asientos de la iniciativa privada, todo a cambio de contraprestaciones económicas y honoríficas, lo que ha venido trabajando numerosos historiadores, pero con especial énfasis el profesor Andújar Castillo (Universidad de Almería); cuyos trabajos nos ofrecen la compresión de éstas fórmulas de financiación durante la coyuntura bélica y las posibilidades de ascenso social que ofreció8. Además desde inicios de la misma, la monarquía también va a recurrir a solicitar ayuda a los municipios, inaugurando de esta forma un modelo de actuación que se mantendrá toda la guerra9. Los Cabildos van a financiar la guerra sobre todo a través de la multiplicidad de arbitrios que gravaban el consumo y la propiedad de la tierra. Ante la precariedad de sus arcas y recursos, y ante la inminente necesidad de hacer frente a las continuas exigencias de las autoridades político-militares terminaron por recurrir e incluso abusar de los arbitrios para costear las aportaciones así como de hipotecar rentas futuras de bienes de propios. Entre sus libros destacan; Andújar Castillo, Francisco: Necesidad y venalidad. España e Indias, 1704–1711, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2008. Andújar Castillo, Francisco: El sonido del dinero. Monarquía, ejército y venalidad en la España del siglo XVIII, Marcial Pons, Madrid 2004. Entre muchos estudios y trabajos destacan; Andújar Castillo, F.: “Nobleza y fidelidad dinástica: la hornada de títulos nobiliarios andaluces de 1711”, en Díaz López, J. P., Andújar Castillo, F.; Galán Sánchez, Ángel: Casas, familias y rentas: la nobleza del Reino de Granada entre los siglos XV-XVIII, Granada 2010, pp. 37-53. Andújar Castillo, F.: “Vender cargos y honores. Un recurso extraordinario para la financiación de la corte de Felipe V”, en Castellano Castellano, J. L.; López-Guadalupe Muñoz, Miguel Luis (coords.): Homenaje a Antonio Domínguez Ortiz, Granada 2008, Vol. 3, pp. 89-110. Andújar Castillo, F.: “La financiación desconocida de la Guerra de Sucesión: la venta de cargos y honores”, en Álvarez-Ossorio Alvariño, A. (coord.): La pérdida de Europa: la guerra de Sucesión por la Monarquía de España, 2007, pp. 313-334. Andújar Castillo, F.: “La privatización del reclutamiento en el siglo XVIII: el sistema de asientos”, en Studia Histórica. Historia Moderna, nº 25 (2003), pp. 123-147. Andújar Castillo, F.: “La Guerra de Sucesión y los cambios en el ejército”, en González Beltrán, J. M. (ed.): El asalto anglo-holandés a la bahía de Cádiz, entre la política internacional y las repercusiones locales, Puerto de Santa María, 2003, págs. 53-74, cit. pp. 60-62. Andújar Castillo, F.: “Servicios para la guerra, mercedes para las oligarquías. Las recompensas de la Guerra de Sucesión en Andalucía”, en Bernardo De Ares, J. M. de (coord.): La Sucesión de la Monarquía Hispánica, 1665-1725 (I). Luchas políticas en las Cortes y fragilidad económica-fiscal en los Reinos, Universidad de Córdoba; Cajasur, Córdoba 2006, pp. 43-74. Andújar Castillo, F.: “La privatización del reclutamiento en el siglo XVIII: el sistema de asientos”, en Studia historica. Historia moderna, nº 25 (2003), pp. 123-147. 8 Calvo Poyato, José: “Los Ayuntamientos andaluces durante la Guerra de Sucesión”, en Actas X Jornadas Nacionales de Hª Militar (Sevilla, 13-17 Noviembre 2000). La Guerra de Sucesión en España y América, Cátedra “General Castaños” Región Militar Sur - Ed. Deimos Madrid 2001, pp. 713-728, cit. p. 715. 9 93 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Las fórmulas de captación de recursos e ingresos fueron varias: 1. Incremento de viejos arbitrios y creación de otros nuevos. 2. Toma a préstamo de los caudales y bolsas públicas: de los pósitos, de las rentas reales, de la bolsa de arbitrios, etc. 3. Toma de dinero a préstamo de particulares y otras instituciones. 4. Arrendamiento de bienes de propios y rentas municipales a largo plazo. 5. Adjudicación o prórroga del arrendamiento de rentas municipales. 6. Adelanto de dinero de las rentas municipales. 7. Venta / arrendamiento de baldíos y comunales. La falta de medios y financiación que argumentaban los Cabildos, para afrontar sus servicios extraordinarios, se basaba en muchos casos en ideas muy vagas y ambiguas, que se convierten en “estereotipos”, como “lo calamitoso de los tiempos” y la “suma miseria y pobreza” que padecía su vecindario, así como lo exhausto que se hallaba según avanzaba la guerra. En cierta forma se puede concebir como un lenguaje “defensivo” que pretendía retrasar, aminorar y/o evitar las contribuciones. Se convertiría en rutinario en muchas sesiones, lo cual dificulta dilucidar si las situaciones que plantean eran reales o ficticias10. Son numerosas las sesiones que registran acuerdos de solicitar a las autoridades superiores, rebaja y disminución de contribuciones y servicios. Ante la ineficacia e inoperancia de la institución municipal (Cabildo), la oligarquía local que la controlaba, intentaba en muchas ocasiones traspasar el peso de las contribuciones al grueso de la población, “a la postre era, como siempre, el sufrido vecino el que pechaba con el gasto por una u otra vía”11. Por tanto, las contribuciones extraordinarias y urgentes, 10 Sobre la aportación económica de otras poblaciones puede consultarse: Pezzi Cristóbal, Pilar: La Guerra de Sucesión en Vélez-Málaga (1700-1714), 1997; Martínez Ruíz, Emilia: “El Cabildo municipal de Granada ante los impuestos estatales durante la Guerra de Sucesión. 1700-1713”, en Chronica Nova nº 11 (Dpto. de Historia Moderna, Universidad de Granada 1980), pp. 269-284; Picazo Muntaner, Antoni: “ La situación económica de la Hacienda municipal durante la Guerra de Sucesión”, en X Jornadas Nacionales de Historia Militar, op. cit., Madrid 2001, pp. 729-735. Rodríguez De Gracia, Hilario: “La Guerra de Sucesión y el crecimiento de los impuestos en Jaén”, en Actas X Jornadas Nacionales de Historia Militar, op. cit., Madrid 2001, pp. 737-752. 11 De aquí en adelante las referencias sobre Écija y Carmona proceden de: Calvo Poyato, José: “La Guerra de Sucesión en Écija”, en Actas del I Congreso sobre Historia de Écija. Tomo II, Excmo. Ayto. de Écija, Écija 1988, pp. 73-94. Calvo Poyato, José: “La Guerra de Sucesión en Écija”, en Archivo Hispalense nº 221 (Sevilla 1989), pp. 53-70, cit. p. 62. Gutiérrez Núñez, F. J.: “El Cabildo 94 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... terminaban trasladándose al “común” del vecindario, a través de impuestos directos o indirectos, que repercutían en el aumento de la presión fiscal y en el perjuicio de los estratos sociales inferiores. Al margen de las contribuciones ordinarias a la hacienda real, podemos hacer balance de las principales contribuciones y donativos extraordinarios de ambas villas durante todo el conflicto: a).- Donativo general y voluntario (1707). El donativo era un impuesto camuflado con apariencia de aportación voluntaria, cuando en realidad no era así. En Marchena y Morón no se recibió la orden directa de su cobro: “dos doblones de a dos escudos de oro cada uno”. El 9 de diciembre de 1707 ambos Cabildos recibieron una carta del Arzobispo de Sevilla remitiendo un Real Decreto, que solicitaba un donativo general voluntario a todos los vecinos. La razón era evidente, costear las “presentes urgencias” de la guerra. El Cabildo de Morón acordó servir con 50 doblones que se sacarían prestado del Pósito, y reintegrados con los ingresos de los arbitrios sobre tierras y bellotas. De Marchena no tenemos constancia que aportara cantidad alguna, aunque el “silencio” no significa que quedara exenta de pago. b).- Donativo de 12 reales (1709). La guerra seguía en marcha y los costes aumentaban para la hacienda real. En este año ya no quedaban apenas arbitrios que poner sobre los productos de mayor consumo, y era necesario cambiar la forma de recaudación optando por el repartimiento y capitación por vecino. En septiembre de 1709 se impuso un nuevo donativo de 12 reales por cada vecino, incluyendo a los nobles, y excluyendo sólo a los eclesiásticos, “(…) recaiendo en los menos pobres y mas acomodados las porziones que dejaran de repartirse a los mas ymposibilitados (...)”. En Marchena en la sesión de 26 de septiembre, se nombraron diputados para realizar y confeccionar padrón, mientras que en el caso de Morón no tenemos constancia de su cobro, ni de la recepción de la orden. En la villa del Duque de Arcos, ya se tenía previsto el importe de 12.132 reales correspondientes a 1011 vecinos del padrón. Como no se podía recaudar entre el vecindario, se acordó vender trigo del Pósito para el abasto público, con el cual afrontar el importe total. Muchos municipios para evitar esta fiscalidad directa, terminarían pagando mediante las vías ya citadas: venta de trigo del pósito, venta de propios, nuevos arbitrios sobre el consumo, etc. de Carmona en los inicios de la Guerra de Sucesión (1700-1706)”, en González Jiménez, Manuel (ed.): III Congreso de Hª de Carmona. Carmona en la Edad Moderna, Universidad de Sevilla, Ayto. de Carmona, Consejería de Educación y Ciencia (Junta de Andalucía), Carmona 2003, pp. 133-140. 95 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Habitualmente el pago se realizaba por meses, aunque era habitual acumular retrasos en los pagos. Desconocemos la razón, pero la orden de este donativo llegó a Écija, bastantes meses antes, en concreto el 12 febrero de 1709, y se le solicitó en función de 5.133 vecinos, la cantidad de 63.467 reales. c).- Donativo de 12 reales (1710-1711). En julio de 1710 se le ordenó a Morón contribuir con un repartimiento de 12 reales por vecino (384.744 maravedís), y con un repartimiento de utensilios fijado en 396 mil maravedís, cantidades que sin éxito intentaron ser rebajados. Fue un hecho habitual que los ayuntamientos, ante la asignación de impuestos regulados en función del número de vecinos, argumentaran el descenso demográfico de su vecindario (a veces de forma exagerada), para que la aportación económica fuera menor. En sí no era una estrategia, sino una realidad, el bienio 1708-1709 fue durísimo para las villas andaluzas, con carestía de cereales, hambrunas y epidemia, con la consiguiente mortandad12. Al año siguiente, en 1711 de nuevo se reclamaba a ambas villas un donativo de 12 reales, por armas, vestidos y utensilios. En Morón se trató en la sesión de 25 de marzo, y en Marchena se abordó también en marzo de 1711, cuando aún no se había pagado el repartimiento de 1709 que se terminó de liquidar en 171313. d).- Donativo de 60 reales por vecino o del “doblón” (1711-1712). Su orden de recaudación llegaría a la mayoría de municipios entre noviembre y diciembre de 171114. Su destino sería pagar el alojamiento de las tropas del Ejército de Extremadura y Castilla. En el repartimiento, en teoría cada vecino debía pagar 50 reales (en cinco pagos) y 10 reales para remonta de la caballería. Al Reino de Sevilla se le fijó una cantidad de 320.000 escudos de vellón (64.000 vecinos). La cantidad que correspondió Sobre el impacto de esta crisis del bienio 1708-1709: Gutiérrez Núñez, Francisco Javier; García Bernal, Jaime: “La crisis de 1709 en Sevilla a la luz de nuevas fuentes documentales (I): Crónicas, anales y sucesos”, en Congreso Internacional Andalucía Barroca. II. Historia demográfica, Económica y Social. Actas, Consejería de Cultura - Junta de Andalucía, 2009, pp. 259-268. Gutiérrez Núñez, Francisco Javier; García Bernal, Jaime: “La crisis de 1709 en Sevilla a la luz de nuevas fuentes documentales (II): las certificaciones parroquiales”, en Congreso Internacional Andalucía Barroca. II. Historia demográfica, Económica y Social. Actas, Consejería de Cultura - Junta de Andalucía, 2009, pp. 269-277. 12 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sesiones de 21 de marzo de 1711, 20 de Julio de 1711 y 30 de Marzo de 1713. 13 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sesión de 11 de Diciembre de 1711. Que la orden “(...) se guarde y execute como Su Magestad lo manda y que respectto de que todo el bezindario de esta dicha Villa es de mill y onze bezinos en que comprehenden los nobles y esenttos los quales segun la mente de Su Magestad no se deven yncluir segun lo qual a tenido por conbeniente esta Villa se haga consulta sobre ello al dicho Señor Marques asistente Lara (...)”. 14 96 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... a Sevilla capital (13.600 doblones de a dos escudos), se recaudó a través del arbitrio del 2% que se cobraba sobre las mercaderías en la Aduana. La ciudad tardaría 2 años para pagar el montante total del donativo15. Granada contribuía por 12.000 vecinos, Marchena lo haría por 1.011 vecinos y Morón de la Frontera por 943. Jaén optaría por aportar el dinero de las arcas municipales16. El año de 1712 tuvo que ser un año crítico tanto para Marchena y Morón, en ésta última el cobro de este donativo empezó con grandes dificultades a inicios del mismo. En el repartimiento, en teoría cada vecino debía pagar 50 reales (en cinco pagos) y 10 reales por remonta. Las autoridades superiores habían fijado la población en 943 vecinos, y el Cabildo reclamaba que no era correcto, al haberse de descontar el número de nobles, que se habían incluido. Aunque los capitulares estaban dispuestos a ejecutar el repartimiento, en el Cabildo se expresó que era harto difícil su ejecución por la pobreza del vecindario. Finalmente también fueron incluidos los nobles17. Marchena comenzó a tener muchos problemas para su cobro y pago a la hacienda real. Su Cabildo reconocía “la pobreza” por la que atravesaba la población a causa del sinfín de contribuciones que debía afrontar. El 24 de febrero de 1712, se debatía sobre la imposibilidad de cobrar el repartimiento que ya requería el Superintendente de Sevilla, pues “el vezindario de esta Villa se halla sumamente pobre con el continuo y dilatado quartel de quatro Compañias y media de Dragones, transito y repartimiento”. Muestra de ello es que el 17 de marzo el Cabildo acordaba costear 400 reales de gastos de acuartelamiento “para aliviar los vezinos por la suma estrechez y pobreza en que se hallan por lo mucho que han contribuido”. Al Reino por 64.000 vecinos le correspondía pagar 3.840.000 reales, y a Sevilla capital por 13.600 vecinos, 816.000 reales. Martínez Ruiz, José Ignacio: Finanzas municipales y crédito público en la España moderna: la hacienda de la ciudad de Sevilla, 1528-1768, Ayuntamiento de Sevilla 1992, p. 280. Guichot, Joaquín: Historia de la Ciudad de Sevilla (…). Siglo XVIII, Establecimiento Tipográfico de “El Progreso”, Sevilla 1892, pp. 64. Guichot, Joaquín: Historia del Excmo. Ayuntamiento de la Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica e invicta Ciudad de Sevilla (…), Tomo III. Desde Felipe V hasta Fernando VII (1701-1808), Tip. de la Revista de Tribunales, Sevilla 1898, p. 24. 15 16 Rodríguez De Gracia, Hilario: “La Guerra de Sucesión y el crecimiento de los impuestos en Jaén”, en Actas X Jornadas…, op. cit., 2001, pp. 737–752, cit. pp. 744-745. Martínez Ruiz, E.: “El Cabildo…”, art. cit., 1980, p. 281. A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 35. Acta de 4 de Enero de 1712 “(...) y que conste que si no tubiere caval efecto es unicamente ocasionado de la pobresa ymposibilidad de dichos vecinos y no higualar sus fuerzas a la lealtad y afecto en dieran dichas cantidades y muchas mas que fueran si las tubieran y pudieren por lo mucho con que esta Villa y dichos sus vecinos a atendido y atendera siempre quanto ha sido y pudiere ser del Real Servicio de S. m. y de su Real Gratitud (...)”. 17 97 Francisco Javier Gutiérrez Núñez e).- Donativo de 10 reales (1713-1714). Cuando la guerra entraba en su fase final (octubre de 1713), la monarquía apremiaba en el cobro de un nuevo donativo de diez reales de vellón a cada vecino, para afrontar la manutención de los Reales Ejércitos “en la empresa y conquista de Cataluña”. A la ciudad de Sevilla le correspondía pagar 13.900 escudos, tardó en hacerlo 2 años mediante arbitrios y después de lograr una transacción a la baja. Las órdenes se trataron por primera vez en Morón el 29 de septiembre y en Marchena el 27 de octubre, la cual pagó 18.310 reales de vellón, por un vecindario de 1.831 vecinos (1.011 en 1711). A modo de comparación: a Jaén se le fijó una población de 4.393 vecinos, y una aportación de 43.930 reales. El 19 de octubre 1714 también se le pediría al Cabildo de Marchena el pago en 6 veces de 93.460 reales de vellón que le había tocado para terminar con el asedio de Barcelona. 3.1.2.- Fórmulas de gestión y financiación. En los casos de Marchena y Morón de la Frontera, el continuo esfuerzo realizado por cada villa sin duda con el paso del tiempo terminó traduciéndose en un debilitamiento demográfico y económico de cada una, teniendo en cuenta que su predominante economía agraria sufría períodos cíclicos de crisis, tipo “Antiguo Régimen”, como la del bienio 1708-1709, que como ya dijimos se tradujo en una gran mortandad. En el caso de Marchena, en varias sesiones de la década de 1710, encontramos varios acuerdos intentando de mediar en favor del vecindario asumiendo cargas, que en principio tenían que ser recaudadas de forma directa sobre el mismo. La razón era evidente, se aludía a la enorme presión fiscal que éste soportaba. El 18 de julio de 1710 se afirmaba que se intervenía “atendiendo a la pobreza de los vezinos”. En otras ocasiones, como en las sesiones de 21 de mayo y 6 de julio de 1711, se tuvo que acordar eliminar arbitrios destinados a costear gastos de guerra, ya que gravaban productos de primera necesidad: “atendiendo al alibio comun de los vezinos quienes se allan muy grabados con las repetidas contribusiones que continuamente se ofresen”. Cuando realmente los sectores más populares, ya no podían soportar los continuos gravámenes humanos y económicos, se tenía que recurrir a los sectores medios y altos, a los cuáles se le solicitaba la colaboración militar y económica. Las peticiones a los principales caudales de la villa se repitieron varias veces, en agosto de 1702, con el repartimiento del servicio de paja, en marzo de 1707 cuando se debía costear la 98 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... formación de 3 compañías para el Regimiento de Carmona y en febrero de 1712, con la contribución de 60 reales del cuartel y remonta. Incluso el 22 de febrero de 1713, en uno de los repartimientos se incluyeron a vecinos que vivían fuera de la villa, como el Duque de Benavente (300 reales), D. Diego Santos de San Pedro (250 reales), ambos residentes en Madrid, y D. Pedro Mejías (70 reales), residente en Tocina. Caso parecido ocurrió el 10 de mayo de 1713, cuando el Cabildo para pagar al Superintendente de Rentas Reales del Reino de Sevilla que había llegado a la villa, estableció un “préstamo obligatorio” a ciertos vecinos, a los cuales se les amenazaba con la prisión18. La razón que se ofrecía para esta “incautación”, era que “(...) no solo los pobres sino los acomodados pueden dar satisfazion, por no aver empezado a cojer los frutos y que muy en breve lo empezaran a executar y el comun a travajar (...)”. De esta forma a cambio de unos vales tuvieron que pagar, Francisco Ramos (3 mil reales), Francisco Ortiz (“otros tantos”), Manuel Baena (1.500 reales), Luis Moreno (1.000 reales) y Luis Barrera (1.000 reales). Como se puede apreciar ninguno era capitular, y posiblemente serían labradores acomodados. 3.2.- Carretas y servicios para la caballería. Una contribución continua y constante a lo largo del conflicto bélico, fue el servicio de paja con destino a los almacenes de Jerez, Cádiz e Isla León, para la manutención de la caballería del ejército, la cual en los primeros años pasaría acuartelada largos períodos en zonas gaditanas ante la necesidad de defensa de sus costas frente a los ataques angloholandeses. Para ver como fue evolucionando los montantes aportados seguiremos un criterio cronológico. El inicio de esta contribución se produjo en junio de 1702, cuando se le solicitaron a Marchena mil arrobas de paja cada mes durante un año, en total 12 mil arrobas de paja con destino Jerez. En un principio la gestión del Duque ante el Capitán General no sirvió para rebajar la cantidad, por lo cual el Cabildo remitió carta al Corregidor de Jerez para conseguirlo, en julio de dicho año. En un segundo intento el Duque consiguió del Capitán General, una reducción del servicio, fijándose en 8.000 arrobas, lo cual se conoció en la sesión de 7 de agosto. A partir de ahí los capitulares se centraron en como afrontar su coste. El día 8 debatieron y acordaron no realizar repartimiento entre el vecindario, sino o bien pagarlo de los propios o bien mediante contribución voluntaria de los caballeros de la villa, sin que eso supusiera perjuicio de su nobleza. 18 “(…) prission en casso de negarse al entriego, en considerazion de que es del vien comun (...) y que las urgenzias del Reyno son grandes”. 99 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Finalmente se determinó tras consultar al Duque de Arcos, no realizar repartimiento, pero tampoco pagar de los bienes propios ante las cargas que ya soportaban. La solución que se adoptó fue la recaudación voluntaria tal como se había hecho en Carmona y El Arahal, tan sólo si faltaba algo para completar la cantidad se recurriría a los propios. Él mismo ofrecía 300 arrobas, 200 en su nombre y otras 100 en nombre de los pobres de la villa. Ante el gesto del Duque, el resto de capitulares en la sesión del 21 de agosto, también ofrecieron ciertas cantidades o su valor monetario19. El coste total de las 8 mil arrobas se fijaron en 16 mil reales. Para seguir completando la recaudación el Asistente se ofrecía a “salir callejita”, es decir a pedir voluntariamente a la nobleza y a los vecinos; pero se nombró para tal función a dos capitulares, que sólo consiguieron recaudar 6 mil reales en agosto y 3.187 reales en septiembre. El servicio se llegó a costear aunque de forma tardía al año siguiente, en las sesiones de 5 de enero de 1703 y 8 de enero de 1704 se seguía pagando20. Por su parte a Morón se le repartieron 1.500 arrobas de paja cada mes, en total 18 mil arrobas, noticia que llegaba en la sesión de 6 de julio, tras lo cual se acordó intentar rebajar la cantidad mediante gestiones con el Corregidor de Jerez. A partir de aquí no aparecen más noticias de cómo se llevó a cabo el servicio, ni si se hizo efectivo. A Écija le solicitaron también 18 mil arrobas (1.500 por mes), pero ante las quejas del Cabildo a Villadarias, de los grandes costos de su transporte y compra, éste aceptó rebajar la contribución y aceptar 40 mil reales para comprarlas en la misma ciudad de Cádiz. En junio de 1703 se le repartieron de contribución a la villa de Morón, 24 mil arrobas de paja, una cantidad muy considerable si atendemos a que a Carmona se le solicitaron 40 mil arrobas, y a Marchena una cantidad menor21. Morón logró gracias a la intervención de D. Agustín Espínola (presbítero y vecino de Morón), que las Lorenzo Begines, 150 arrobas; Francisco de Cifontes 25 arrobas; Francisco Castañeda, 50 arrobas; Policarpo Fuentes, 50 arrobas; Bartolomé Rueda, 60 arrobas; Rodrigo Blázquez, 50 arrobas; Juan Rodríguez, 75 arrobas; Cristóbal Caraballo, 30 arrobas; Juan de Aguilar, 30 arrobas. 19 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 20 de Junio, 3-8-13-17 de Julio, 7-8-21-26-28 de Agosto, 25 de Septiembre de 1702. La tardanza y el atraso en los pagos llegó a ser habitual durante estos tres quinquenios, y casi una forma de sobrevivir de la hacienda municipal, ante la necesidad de afrontar el pago de contribuciones de mayor importancia, caso de la formación de compañías. 20 La carta del Marqués de Villadarias realizando la petición estaba fechada el 15 de junio, en ella se recogía las solicitudes realizadas a otras poblaciones relativamente cercanas: Bornos 24 mil arrobas, Lora 24 mil, Grazalema 16 mil, Arcos 12 mil, Espera 12 mil, Zahara 12 mil, Ubrique 8 mil, Benaocas 6 mil, Trebujena 6 mil, Villaluenga 6 mil, Algámitas 4 mil, Pruna 4 mil. (Fuente: A.H.M.M.F. Actas Capitulares. Libro 33. Acta de 4 de Octubre de 1703). 21 100 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... rebajara a sólo 16 mil arrobas. Este clérigo residente en Cádiz, mandó una carta al Marqués de Villadarias (Capitán General), y le presentó las causas por las que Morón no podía contribuir con tal cantidad. Aunque no se cita la cantidad requerida a Marchena, sí hay pagos al Depositario de esta contribución y otros pagos similares, entre los meses de junio y agosto de 1703, posiblemente se repitiera la contribución de 8 mil arrobas del año anterior22. En abril de 1706 llegaron las primeras órdenes de un nuevo repartimiento de paja, aunque hasta mayo y junio no se iniciaron las gestiones para cumplirlo, tocándole a Marchena 150 carretadas (7.500 arrobas) y a Morón 200 carretadas (10 mil arrobas). Marchena desde el 27 de mayo (1706) inició gestiones para su minoración, aludiendo a la escasez y necesidad que había de ella en la villa, para los animales de labor23. Mientras se acordó escribir a D. Alonso Begines de Coria, natural de Marchena y Alcalde de Sanlúcar, para que las comprara a buen precio. Su hermano Lorenzo era Alcalde Ordinario en Marchena ese mismo año. El Capitán General dejó reducido el servicio 7.500 a 5000 arrobas, que se costearon del pósito. Las 10 mil arrobas adjudicadas a Morón, se apreciaron en un coste de 10 mil reales (6 de abril de 1706). Los hidalgos y eclesiásticos, contribuyeron con 5 mil reales de forma voluntaria, la otra mitad se tendría que obtener de los labradores, y si no se completaba, se repartiría entre los vecinos las cantidades que debían aportar. Villadarias apremiaba el servicio y volvió a pedir las 200 carretadas, argumentando que debían llevarse al Puerto de Santa María, antes de la llegada del invierno y que los caminos se volvían intransitables. El Cabildo en sesión de 10 de junio acordó iniciar diligencias para solicitar su moderación, aunque desconocemos que lo consiguiera. A Marchena en julio 1709 se le repartieron 2.400 arrobas de paja, a razón de 60 carretadas de 40 arrobas cada una. De nuevo se intentó la mediación de D. Alonso A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 33. Acta 4 de Octubre de 1703. Carta de D. Agustín de Espínola: “Dize que aviendo V. E. mandado que dicha Villa entregase de contado 24 mil arrobas de paja (...), siendo esta porzion crecidisima que no pueda dar el poco sembrado, en toda cosecha, de dicha Villa, y en rigor sería dejar a sus pobres vezinos, sin la que nezesitan para la manutenzion de sus cabalgaduras (...) suplica a V. E. se digne moderar el repartimiento de dicha paja, a la porzion que V. E. benignamente considerara puede dar dicha villa, sin dejar nezesitados a sus vezinos, que en ello rezivirán sumo favor (...)”. 22 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11: Contribución de 3660 arrobas (11/7/1710); 3600 arrobas (1711); 5.055 arrobas (27/5/1712): “(...) atendiendo a la corta cosecha deste año y que la de paxa es muy presisa y nesesaria para manutenzion de las lavores y ganados dellas y que mediante lo corto de los panes sera mui corta la porcion, envia atencion se escriva al Capitan General suplicandole se sirva minorar el repartimiento de dicha paxa (...)”. 23 101 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Begines de Coria. En la sesión de 24 de julio se acordó costearlas de forma transitoria de los propios ante la amenaza de multa, para posteriormente cobrarlas al vecindario mediante repartimiento. Las contribuciones finales de los años 1710-1713, fueron sucesivas para ambas villas, pero las cantidades solicitadas fueron menores que en los inicios de la Guerra. La contribución de Marchena en 1710 y 1711 se fijó en 3660 arrobas cada año, a pagar en especie o en dinero. En 1711 se solicitó sin éxito rebajarlo a pesar de argumentar la imposibilidad de su cobranza por la “summa pobreza” de vecinos y labradores y estar contribuyendo a los utensilios de una compañía acuartelada. En 1712 la cantidad ascendió a 5.055 arrobas, acordando el Cabildo pagarla de las rentas de propios, “por estar tan gravado este vesindario con tanta contribuzion y repartimiento”24. Por su parte a Morón se le solicitarían 3.360 arrobas en 1710, 3.370 arrobas en 1711, 4.175 arrobas en 1712 y 4.767 arrobas en 171325. A modo de síntesis, las contribuciones fueron las siguientes: Año Marchena Morón Ftra. Carmona Écija Junio 1702 12.000 @ / 8000 @ (16 mil reales) ¿18000 @? --- 18.000 @ / 8000 (40 mil reales) Junio 1703 8.000 @ 24.000 @ / 16.000 @ ¿40.000 @? --- Abril 1706 7500 @ / 5000 @ 10.000 @ / 10.0000 @ 20.000 @ / 15.550 @ --- Julio 1709 2400 @ --- --- --- 1710 3660 @ 3660 @ --- --- 1711 3660 @ 3370 @ --- --- 1712 5.055 @ 4175 @ --- --- 1713 5493 @ 4767 @ --- ---- A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libros 34 y 35. Actas de 9 de Julio de 1710, 15 de Noviembre de 1711, 7 de Agosto de 1712, 29 de Agosto de 1713. A. M. Marchena. Actas Capitulares, Libro 12. Actas de 11 de Julio de 1710, 23 de Octubre de 1711, 30 de Junio de 1712. 24 A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 35. Contribución de 3.360 arrobas (9/7/1710), 3.370 arrobas (15/11/1711), 4.175 arrobas (7/8/1712) y 4.767 arrobas (29/8/1713). 25 102 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... 3.3.- Registro de caballos, transportes y bagajes. Las peticiones de contribuir con caballos y animales de tiro con el avance del conflicto, se convirtieron en un tema muy repetido en las sesiones capitulares; pero sobre todo durante el asedio a la plaza de Gibraltar (1704-1705). Se recibieron órdenes para realizar registro de caballos, asnos y mulas de carga y de tiro, los primeros destinados a la caballería, y el resto destinado para el transporte de la artillería e infantería. En el caso de éstos últimos en la mayoría de veces los Cabildos acudían a los arrieros a los cuáles, en sí se les “incautaban” las recuas de acémilas y asnos, pagándoles un precio simbólico a modo de arrendamiento. Se les obligaban a realizar los transportes de cada servicio de guerra, en función de cada campaña. A Marchena en diciembre de 1703, llegan órdenes para realizar un primer registro de caballos útiles para la guerra, remitiendo testimonio de su número y de sus dueños. Ese mismo mes se le reclamaron 100 mulos con orden de entregarlos el 1 de enero en Sevilla, lo cual se efectuó y se libró 62 reales al arriero que los llevó (8 de enero de 1704). La preparación de la campaña de 1704, en la frontera portuguesa estaba en pleno auge y requería servicios de este tipo. Igualmente a los pocos meses, en julio de 1704 se le solicitaron 150 mulos que debían estar el 17 de julio en Mérida, pero en esos momentos ya se servía con un porte entre las ciudades de Cádiz y Badajoz, y la mayoría de mulos de la villa estaban empleados en él. Por tanto se atrasó el servicio hasta que regresaran a Marchena26. En agosto de 1704, llegaron a los Cabildos órdenes del conde de Puertollano, solicitando ante la disminución de la Caballería del rey, la contribución de 20 caballos en el caso de Marchena, otros 20 a Carmona y 15 en el caso de Morón, aunque podían costearlos con la imposición de arbitrios27. En Marchena, en la sesión de 28 de agosto se propusieron 2 maravedíes en cada libra de carne de 16 onzas, mientras que en Morón en la sesión de 31 de dicho mes, se propuso para tal efecto, 1 real en cada fanega de trigo que del Pósito se prestara a los vecinos, y medio real en cada arroba de aceite que se sacara de la villa. El Corregidor convocó a Cabildo abierto para que fueran aprobados dichos arbitrios, el cual se celebró el 16 de noviembre de 1704. De Marchena tenemos una referencia aproximada al posible coste final del servicio. El 5 de junio del año siguiente (1705), A. M. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 10 y 17 de Diciembre de 1703. Acta de 9 de Julio de 1703. 26 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 28 de Agosto de 1704. Carta del Conde de Puertollano solicitándole al Cabildo de Marchena el servicio de 20 caballos. 27 103 Francisco Javier Gutiérrez Núñez se libraron 17.680 reales por la compra de los 20 caballos, gastos de su mantenimiento y herraje, pago de los mozos y conducción hasta Sevilla. Durante el asedio de Gibraltar, en diciembre de 1704, el Marqués de Villadarias, solicitaría a Marchena como a otras localidades carretas y yuntas de bueyes con el que poder transportar el tren de artillería para el sitio del Peñón. Fue habitual una solicitud inicial mayor que la contribución final. A Marchena en un principio se le ordenó la contribución de 10 carretas con 20 bueyes, aunque al final, tras distintas gestiones, quedaron reducidas al servicio de 50 mulos de carga, cuyo coste ascendió a 3000 reales que se pagaron en la sesión de 21 de agosto de 1705. De ello trataremos más adelante28. Para comparar la contribución de Marchena tenemos el caso de Carmona, a cuyo Cabildo se le solicitó en un principio 15 carretas y 30 yuntas de bueyes, para lo cual la nobleza terrateniente se comprometió a aportar 12 carretas y 24 yuntas (4/12/1704). Sin embargo tras la negociación con Villadarias, la contribución fue moderada a un servicio de 30 carretas y 300 gastadores (12/12/1704). Reunir este número de hombres fue totalmente imposible, y las evasivas fueron constantes. Algo similar le tuvo que acontecer a Écija, a la cual le solicitaron 40 carretas con 80 bueyes, aunque es muy posible que también se le moderara el servicio. En abril de 1708 llegaron nuevas peticiones de contribución de caballos. En Marchena se abordaron en la sesión del día 27, pero sin intención de cumplirla ante la miseria que padecía la villa en los albores de la crisis del bienio 1708-170929. Por A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta 2 de Diciembre de 1704. Carta del Marqués de Villadarias, Capitán General solicitando 20 yuntas y 10 carretas y hombres que las gobiernen para el ataque y asedio de la plaza de Gibraltar. “Es ynponderable el perjuicio que ocasiona la falta de las carretas y bueyes para poder conduzir las faginas muniziones y demas cosas que deven servir para el ataque de esta plaza que me obliga a despachar esta a V. ms. previniendoles con la mayor prezision y brevedad enbien aqui veinte yuntas y 10 carretas hombres que las goviernen y para que se haga en mejor forma el servizio dispondrán V. ms., que se remita así el ganado como las carretas siendo uno y otro de los hombres más acomodados en que se encontrará la utilidad de ser de mejor calidad y por consequenzia se redundará en mayor veneficio del Rey a que todos devemos contribuir y V. ms. por su particular, espero lo ejecute sin que sea nezesario hazer ni repetir esta ynstancia. Guarde Dios a Vuesas mercedes muchos años, Campo de Gibraltar 22 de noviembre de 1704. Marqués de Villadarias”. 28 29 En el caso de Marchena se manifestaba la imposibilidad de cumplir con esta contribución, debido a las “(...) contribuciones que tienen puesto a los vezinos de esta villa en la última miseria”. A ello se sumaban también otros argumentos sempieternos, que el caudal público se hallaba gravado con los débitos reales, que aún se cobraba el donativo general (diciembre 1707), que se tuvo que mantener a dos compañías de caballos acuarteladas, y que se han enviado 48 hombres para el Regimiento de Carmona, 6 para el Regimiento de Jerez y 6 para las Reales Guardias. 104 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... su parte Morón pese a recibirla, en la sesión del día 17, aceptó contribuir con los 4 caballos que se le habían asignado. Para sufragar su coste se acordó sacar a préstamo 3 mil reales del caudal del Pósito, solicitando para ello la correspondiente licencia real. A ambas villas se le pidieron nueva contribución de caballos en 1710. Marchena en la sesión de 24 de enero, conoció la petición de la contribución de 20 caballos, que se pretendía financiar vendiendo trigo del Pósito, a razón de 22 reales cada fanega, aunque con la promesa de restituirlas con la recaudación de arbitrios: 2 maravedíes en cada libra de carne de 32 onzas, 4 maravedíes en cada libra de jabón de 16 onzas, medio real de vellón en cada arroba de lana, medio real de vellón en cada arroba de aceite. Se calculaba que cada caballo costaría 900 reales. A Morón también se le solicitaron otros 20 caballos, y tampoco hubo ningún intento por parte del Cabildo para que se rebajara, por ello en la sesión de 11 de marzo de 1710 se acordó todo el trigo del Pósito, que fuera necesario para costear la compra, reintegrándose con lo que se obtuviera de los arbitrios que se fijarían. En la sesión de 20 de marzo se reconocía que serían, 1 real vellón sobre cada aranzada a pagar por los dueños o arrendatarios de olivares y viñas, 1 real vellón sobre cada fanega de labor sembrada de trigo o cebada, 1 real vellón en cada cabeza de ganado vacuno servil, y un cuarto de real sobre la cabeza de ganado menor. El dinero de la venta del trigo se acordó el 26 de marzo remitirlo a Sevilla, su coste y traslado, se anunció en la sesión de 15 de mayo, que había alcanzado la cifra de 19.161 reales vellón. En la sesión del Cabildo de Marchena de 10 de diciembre de 1710, se recibieron órdenes del Presidente del Consejo de Castilla, para que se realizara registro de caballos30. Este registro sería el que sirvió para ordenar de nuevo en marzo de 1711 la misma contribución de 20 caballos para la remonta de la Caballería del Ejército. Las órdenes llegaron a Marchena el 21 de marzo y se fijó de arbitrio 1 real en cada fanega de trigo vendida del pósito. El coste de cada caballo ascendió a 850 reales, y fueron entregados al Coronel D. Juan Fernando de Guzmán y Bazán. En el caso de Morón el tema se abordó en la sesión de 25 de marzo de 1711. 30 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Acta de 10 de Diciembre de 1710. Órdenes “(...) en que se manda azer y que se aga Registro Judizial de todos los Cavallos que huviere en este Pueblo y su termino y tubieren sus vezinos y otras personas de qualquiera calidad que sean de edad de quatro años arriba...”, expresando las edades, marca, buena calidad o defectos. El pregonero debían anunciar que todos los vecinos debían declarar la tenencia de caballos de dicha edad a partir del segundo día del bando, con la advertencia que si no registraban, si se descubrieran serían incautados para la Caballería del Ejército. 105 Francisco Javier Gutiérrez Núñez En síntesis la contribución de Marchena fue la siguiente: Enero 1704 Julio 1704 Agosto 1704 Diciembre 1704 Enero 1710 Diciembre 1710 – Enero 1711 100 mulos 150 mulos 20 caballos 50 mulos de carga 20 caballos 20 caballos 3.4.- Tránsito y acuartelamiento de compañías. El conflicto bélico conllevó una serie de costes extras para las arcas municipales de ambos Cabildos, los cuáles procedían del tránsito temporal de soldados, del acuartelamiento de ciertas compañías durante el invierno de algunos años, y del mantenimiento incluso de prisioneros como ocurrió en Marchena. De los primeros años del conflicto no tenemos muchos datos sobre el nombre de las unidades militares que transitaron y se alojaron temporalmente en la villa, ni de las que se acuartelaron por durante algunos meses, y que se mantenían en el término municipal forrajeando. En cambio según fue avanzando el mismo, sí van apareciendo noticias concretas de los nombres de compañías y Regimientos. 3.4.1.- Tránsitos y alojamientos temporales. Marchena por su excepcional situación en la Campiña era un lugar de continuo paso y tránsito de regimientos del Ejército regular y de las Milicias Provinciales, que solían ir hacia Sevilla, Jerez, Cádiz o Gibraltar. Temprano comenzaron los tránsitos de tropas. En la sesión de 25 de mayo de 1701, se daba a conocer un despacho del Marqués de Castañeda, Comisario General de la Infantería y Caballería de España. Anunciaba que iba a pasar por la villa un trozo de caballería con 5 compañías, con destino a Cádiz y otros lugares. Castañeda “amenazaba” que la pena de no atender su alojamiento ascendería a 200 ducados. Además afirmaba que anteriormente la villa no había atendido el tránsito y alojamiento de otras compañías, con el pretexto de “no ser estilo de la villa”, recordando que aunque ésta contaba con privilegio para ello, ahora existían otras circunstancias políticas que requerían actuaciones distintas. Quizás esta llamada de atención, es lo que explica que el mismo Duque de Arcos estuviera atento a que la villa cumpliera y facilitara la estancia de soldados. En la sesión de 21 de noviembre de 1702, se recibía carta suya dirigida al Cabildo a tal respecto: “Sea bien que en las ocasiones que hubiere de tránsito de soldados la villa los acuartele en los mesones y pague de sus propios la costa que tuvieren”. 106 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... Si el alojamiento de los soldados era problemático, a veces no lo era menos el de los oficiales. Los vecinos eran reacios a tener que albergar a éstos últimos en sus casas, y se oponían a ello cuando podían, ya que sus costes eran superiores. El Cabildo tuvo que pagar en sesión de 4 de junio de 1712, 50 reales de vellón al vecino Pedro Roldán, por el gasto de tener en su casa al Capitán Nicolás de Perea, Comandante de las Compañías que pasaron por la villa a mitad de dicho año: “... y después de no haberle pagado, le rompieron la llave y cerradura de una sala dejándole toda la casa maltratada sin poderlo remediar por ser pobre...”. Aunque Roldán solicitó 3 ducados, la villa acordó sólo darle sólo 50 reales de vellón. Otros dos vecinos franceses de Marchena, Pedro y Diego Cárceles, favorecidos por el origen dinástico del nuevo rey, ganaron un despacho en la Audiencia de Sevilla, para que no se les obligara a alojar soldados ni a pagar repartimientos. En base a este despacho el 11 de agosto de 1711 solicitaban la restitución de lo que se les había cobrado hasta el momento31. Los tránsitos y alojamientos suponían la pernocta en la villa de varios días por parte de los soldados y sus oficiales. Aunque su coste era menor en comparación con otras contribuciones, sin duda perjudicaba a la hacienda municipal que tenía que afrontar en primera instancia su pago. El Cabildo intentaba siempre recuperar lo gastado por este concepto, y luchaba con mayor o menor éxito con las autoridades superiores para que éstas le restituyeran y reembolsaran estos gastos. La reincidencia de los mismos llegó a despertar el recelo e incluso enfado del Cabildo de Marchena, al pensar con fundamento, que el Duque de Osuna, utilizaba su cargo de Capitán General de Andalucía, para desplazar el tránsito de soldados por Marchena y así favorecer a sus villas (Arahal, Puebla de Cazalla y Osuna). Ello motivó que en noviembre de 1709, el propio Asistente de Marchena viajara hasta el Puerto de Santa María, para entrevistarse con el Duque de Osuna y solicitarle que el repartimiento de tránsitos se hiciera con equidad a partir de entonces. Asimismo le expuso el exceso de repartimientos de quintas hechos en la villa de Marchena, en beneficio de las villas de su Ducado de Osuna que habían contribuido mucho menos. Ante tales “quejas”, el Duque en el tema de las “quintas” le remitió a que acudiese a la autoridad real para lograr “deshacer” el agravio, aunque sí accedió a relevar a la No se les podría repartir“(…) soldados de alojamiento, bagajes ni otras cargas ni repartimientos en conformidad del Capitulo veinte y nueve de paces y se les guarden los demas privilexios consedidos a los de dicha nacion”. 31 107 Francisco Javier Gutiérrez Núñez villa de acuartelar tropa ese invierno como forma de compensar a Marchena por los posibles perjuicios recibidos32. En 1706 transitaron soldados del Regimiento de Luis Galindo, dos Regimientos de caballería de los que desconocemos su nombre, y varias compañías de los Regimientos de Arcos y Jerez de la Frontera. En el año 1708 lo harían soldados del Regimiento de Paterna, de caballería. Al año siguiente de 1709, en julio transitarían 3 compañías del Regimiento de Vicente Raya, que seguirían camino hacia Écija, donde terminaron por alojarse 6 de sus compañías, teniendo que costear el Cabildo astigitano su alojamiento y utensilios durante varias semanas, lo que provocó fuertes tensiones y enfrentamientos. En la década de 1710 transitaron por Marchena unidades y compañías del Regimiento de Cuantiosos, del Regimiento Provincial de la Costa, del Cuarto Escuadrón del Regimiento de Granada Nuevo, del Regimiento de la Corona, de Dragones del Conde de Pezuela, del Regimiento de Granada, etc.33. (Vid. Cuadro nº 1.- Tránsitos, alojamientos y acuartelamiento de soldados en Marchena,1701-1757). Los mesones eran el lugar idóneo sobre todo para la caballería, que era la que con mayor regularidad transitaba. Cada año hemos contabilizado numerosos libramientos de pagos a lo largo de todo el conflicto a los mesoneros de la villa en concepto de tránsito y alojamiento, cantidades que en la mayoría de ocasiones se moderaban siempre a la baja34. A. M. de Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Sesión de 13 de Noviembre de 1709. Resumen que realiza el Asistente de la Villa de su entrevista con el Decreto de Osuna, Capitán General. 33 A. M. M. Actas Capitulares, Legajo 12: 11/11/1710; 30/12/1710; 21/11/1710; 10/12/1710; 27/2/1711; 8/5/1711. 32 Como botón de muestra de las relaciones juradas que los mesoneros presentaban al Cabildo, para que les fueran abonado los gastos del alojamiento y tránsito de soldados, podemos tomar la realizada por Juan de Vega en diciembre de 1708, de los gastos que en su mesón hicieron el Regimiento de Dragones el día 11 de noviembre, y el Regimiento de Paterna el día 27 de noviembre. A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Documento suelto (fol. 68). Vid. Acta 6 y 10 de Diciembre de 1708. “Relazion jurada y firmada que yo Juan de Bega hago de los gastos que en mi posada se hicieron como los Rejimientos de Dragones y Paterna que transitaron por esta Villa”. “Del Rejimiento de Dragones que alojé quarenta caballos y a cada uno quatro harneses de paja hazen 160 que a medio real ymportan ochenta reales ..........................................................................80 reales. Mas a dicho Rejimiento diez camas para los cabos a real y medio...............................................15 reales Mas de leña azeite carbon y demas adrentes quinze reales..........................................................15 reales. Del Rejimiento de Paterna de la primera noche treinta caballos y el dia que estubieron aguardando a su rejimiento a seis harneses a cada uno son 180, hazen............................................................90 reales. Mas seis camas a los furrieles mas del gasto doze reales............................................................12 reales. Mas de quando vino todo el rejimiento quarenta caballos a quatro harneres hazen 160………..80 reales. Mas diez camas del Sarjento maior y camas............................................................................... 15 reales. Mas de adrentes, azeite, carbon, leña y otras costas todo importa..........................................331 reales“. 34 108 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... Para hacernos una idea de estas cargas, nos sirve la sesión de 7 de julio de 1710, en la cual se afirmaba que el gasto en dicho año, desde el 1 de enero al 7 de julio en alojamientos y tránsitos de soldados, ya había supuesto un montante de 15.437 reales. D. Juan Sanz de Villarroel fue enviado a Sevilla con la misión de cobrar y recuperar esos 15.437 reales. En otras ocasiones los costes se repartían entre los vecinos y los bienes de propios, como fue el caso de la sesión de 8 de mayo de 1711, cuando se afirmaba que el gasto por el alojamiento 3 compañías del Regimiento de Granada y de Dragones del conde de Pezuela, ascendía a 6.249 reales, de los cuáles los vecinos habían pagado 1130 reales y el resto se iban a pagar de los propios. De nuevo para su reembolso, le correspondió al señor Villarroel entregar los recibos del mantenimiento de estas compañías en Sevilla. 3.4.2.- Acuartelamientos. Las compañías se acuartelaban llegando el invierno en determinadas plazas de armas, hasta la reanudación de la campaña militar que se producía con la llegada del buen tiempo del año siguiente. Este acuartelamiento o “invernada” causaba numerosos gastos a los Cabildos y graves perjuicios al vecindario si tenía que alojar en sus casas a los soldados, aunque por lo general eran los mesones los lugares habituales de acuartelamiento. Pero el acuartelamiento no suponía sólo costear el edificio que debía ocupar la compañía o compañías, sino que también requería el pago por parte de los vecinos del correspondiente repartimiento para costear los llamados “utensilios”, consistente en mantener y equipar a la compañía de camas (jergones) y candiles, carbón, leña, sal, etc.35. En el caso de Marchena tras el acuartelamiento de las distintas compañías, hemos constatado que era habitual que los mesones quedaran destrozados o en un pésimo estado. El Cabildo debía costear su reparación como ocurrió en los casos de los mesones de los Caballeros y de la Fuente (propiedad del Hospital de la Misericordia), de la Fruta, de la Ventilla y de la Miel36. Los gastos de reparación de mesones y utensilios no eran los únicos, ya que si el acuartelamiento se alargaba durante meses, el hecho llegaba a ser un verdadero problema para la villa, ya que las compañías se mantenían en el término municipal A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12: Acuartelamiento. 8/5/1711; 21/5/1711; 29/8/1711. A. M. Marchena. Actas Capitulares. Legajo 12: Utensilios. Sesiones 8/5/1711, 2/1/1712; 8/6/1713: 500 reales; 9/11/1711: 237 reales; 6/2/1.712: 682 reales. 35 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sobre el tema de los mesones, vid. sesiones 29/8/1711; 8/5/1711; 29/8/1.711; 31/7/1713. 36 109 Francisco Javier Gutiérrez Núñez forrajeando y en ocasiones incordiando de forma violenta a la vecindad. Por ejemplo de 1711, se tiene constancia del vandalismo de las tropas acuarteladas en La Puebla de Cazalla que produjeron graves daños en los montes de propios de Marchena (del Chaparral, Fuente de la Arena y del Perotanal). El Corregidor de La Puebla se veía impotente para evitarlo, a lo que se sumaba las extorsiones y robo de ganado a los vecinos de la villa vecina37. Una noticia curiosa que hemos encontrado a través de las actas capitulares, es la llegada en junio de 1707, de 100 portugueses hechos prisioneros en la plaza de Serpa, que fueron enviados por el Asistente de Sevilla a Marchena, para que la justicia local se hiciera cargo de ellos, los cuales en un principio fueron encarcelados en la Cilla. El problema que marcó toda la estancia de estos prisioneros en la villa fue a quién correspondía su sustento diario. Al principio se planteó que para ello se tendría que utilizar dinero de la recaudación destinada a la hacienda real, aunque de inmediato (13 de junio) para evitar costes, se optó por seguir el ejemplo de Carmona, a donde también había llegado otro grupo, y consistía en dejarlos libres y desencarcelarlos, para que se buscaran ellos mismos la vida, con la intimidación del castigo si se fugaban38. En la sesión de 20 de junio (1707) de nuevo se trataba el asunto, y se reconocía que los portugueses ya liberados no terminaban de buscarse el sustento por ellos mismos, y que era imposible de costear su manutención, por lo cual se consultaría el asunto a Sevilla, para ver si correspondía a la hacienda real. Se mantuvieron en Marchena hasta julio de 1708, asignados a los vecinos de la villa, que eran los que tenían que hacerse cargo de su manutención. Este hecho lo conocemos a través de las órdenes que llegaron en la sesión del 21 de julio, cuando el Capitán General ordenaba la remisión de los 100 prisioneros a la plaza de Cádiz39. 37 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sesión 23 de noviembre de 1711. “(...) haziendo grandes daños por los soldados que estan aquartelados en la villa de la Puebla mui ynmediata a ellos cortando muchos arboles y chaparros en grande excesso sin poderlo remediar por venir de hecho armados, y (...) el Corregidor de aquella Villa, a manifestado no poderlo remediar, como ni tampoco las estorçiones que hazen a los vezinos de ella, hurtando ganados y gallinas, que la Villa provea de remedio para escuzar este daño”. 38 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 13 de Junio de 1707: “(...) se acordó seguir dicho exemplo (Carmona) poniendo a dichos prisioneros fuera de el encierro en que se han tenido desde que entraron para su custodia e yntimandoseles por el presente escribano como dicho encierro que era en las casas de la Silla se les da salida a todo el casco de esta Villa y su termino, para que en todo el procuren buscar su vida segun la aplicacion a que cada uno se inclinare, intimandoles asi mismo que si alguno o algunos intentaren hacer fuga seran castigados con la pena que corresponda al faltar a la confianza a que mirando a su alivio es conveniente que se sirve de estos (...)”. A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta 20 de Junio de 1707: “En este Cavildo se acordo 39 110 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... Son varias las noticias que tenemos del acuartelamiento de invierno de las compañías en Marchena. En la sesión de 27 de abril de 1708, se reconocía lo gravoso que supuso el cuartel de dos compañías de caballos. Al año siguiente, en sesión de 17 de abril de 1709, llegaba Despacho del Asistente de Sevilla transmitiendo una carta del Presidente del Consejo de Castilla, anunciando un repartimiento de 421.420 reales al partido de Sevilla, compuesto de 34.118 vecinos. La causa era el coste de los utensilios, alojamiento y acuartelamiento de soldados, durante los 4 meses de invierno en todas las villas (desde diciembre de 1708 a marzo de 1709). Debido al perjuicio que suponía el alojamiento, se dispuso que las tropas de Andalucía (16 batallones, 18 escuadrones), se acuartelen en sitios de la frontera durante el invierno, a cambio de que contribuyeran todas las provincias a costear el peso del alojamiento40. Cada vecino tendría que pagar 3,5 maravedíes al día. A Marchena le corresponde por el cálculo de 1000 vecinos, la cantidad de 420.000 maravedíes (12.352 reales). El Cabildo acordó suspender el cobro hasta agosto, por la pobreza del vecindario, pues parte del mismo está “(...) pidiendo limosna por la nunca experimentada calamidad que se padeze”. Sin duda se estaba entrando en la parte más álgida de la crisis del bienio 1708-1709. En sesión de 24 de julio de 1709, ante el temor que la villa fuera castigada con el alojamiento “presencial” de un Regimiento, se tomó el acuerdo de pagar toda la cantidad de forma inmediata. El dinero saldría de forma momentánea de los propios, para posteriormente recuperar el dinero ejecutando repartimiento entre los vecinos. Como ya vimos a finales de 1709 se hicieron gestiones ante el Duque de Osuna (Capitán General), para conseguir el relevo del cuartel del invierno, argumentando que cargaba a Marchena para liberar a las villas del ducado de Osuna. Las gestiones dieron resultado positivo, en la sesión de 13 de noviembre, se afirmaba que había accedido al relevo solicitado y que había prometido aliviar los tránsitos de soldados. que por quanto muchos de los cien prisioneros repartidos a esta villa por no poder trabajar o no hallar a que no se han acomodado y por esta razon y no tener alimento puede suceder alguna fuga, si para su seguridad es preciso sustentarlos y esta debe ser la Real hazienda se buelva a escribir al Sr. Conde Asistente de la ciudad de Sevilla para que de providencia en este particular (...)”. En este repartimiento quedaban exengas de pago varias ciudades y villas: El Puerto de Santa María, Aroche, Puebla de Guzmán, Rota, Sanlúcar de Barrameda, Jerez de la Frontera, Gibraleón, Paymogo, Sanlúcar de Guadiana, Ayamoente, Encinasola y Fregenal. 40 111 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Los largos inviernos de 1711, 1712 y 1713 fueron propicios para asentar y acuartelar unidades que se hallaban cada vez más inactivas al desplazarse el frente de guerra a Cataluña, pero que tenían que seguir alistadas ante cualquier urgencia. El 24 de febrero de 1712 se hallaban acuarteladas en la villa cuatro compañías y media de Dragones, debido a lo cual se nombró a un tercer Diputado de Guerra. El 19 de agosto de ese año se reconocía en el Cabildo que se debía pagar 200 reales a D. Miguel de Vargas (médico de la villa del Arahal), dueño de las casas de enfrente del Pósito, porque se arrendaron para servir de cuartel, y 120 reales por el coste de los daños que los soldados ocasionaron. También se le debían 300 reales de vellón a D. Diego Sandino “dueño de las cassas que tambien sirvieron de quartel en la calle de los Conegeros”. El 7 de enero de 1713 se recibían 3 compañías de caballos del Regimiento del Brigadier Marqués de Pozoblanco, “con la obligazion de darles solo el fin de cubierto, que consiste en camas y casas para quartel sin otra cosa y (...) que los oficiales y demas cabos se acuartelen en casa de los vecinos mas acomodados por el termino”. El 21 de abril, se realizó un pago parcial de 7061 reales por su alojamiento (camas, aceite, leña); de los cuales los vecinos aportaron 1628 reales. El 27 de junio de 1713, se anunciaba que el día 30 de junio o 1 de julio llegaría el Marqués de Vadillo, Superintendente General de Rentas y Ejércitos de Su Majestad, para hacer revista de inspección al Regimiento del Marqués de Pozoblanco. Se acordó que comenzaran a entrar en la villa las compañías del mismo, y que se alojaran en el barrio de San Miguel, porque aún no había contribuido en nada a su alojamiento durante los meses anteriores. Si no fuera suficiente también se alojarían en los barrios de San Sebastián y San Juan. El Superintendente se hospedaría en el Colegio del señor San Jerónimo, ofrecido por su patrono D. Francisco de Ayllon, “poniéndole quarto decente y todo lo demas que sea nezesario”. En esta ocasión conocemos que al menos se acuartelaron en los mesones de la Fruta, de la Ventilla (Isidro Rojas) y en el mesón alto de los Caballeros, parte de sus pagos se libraron en 13 de noviembre de 1713. El 26 de febrero de 1714 se acordaba que las dos compañías de caballos del Regimiento del Brigadier D. Vicente Raya, se acuartelaran en los mesones “pagando arrendamiento dellos a sus dueños el tiempo que los ocuparen”. El de 3 de agosto de 1715 se daba lectura a la orden de acuartelar a todo el Estado Mayor y a una Compañía del Regimiento de caballería de Dupuys, a cuyo acuartelamiento debía de contribuir Paradas con la mitad de los costos. A los oficiales se les daría “casa y cama decente”, y a los soldados además de acuartelarlos en un mesón, se les repartiría por las casas 112 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... de los vecinos y se les daría: “para dos una cama de jergón, manta y cabezal, la luz y lumbre precisa, sin otra cosa teniendo por conveniente señalar un quartel para el cubierto...”41. Acabado el conflicto, las compañías seguían llegando a la villa para acuartelarse y ser abastecidas, como una compañía del Regimiento de Zayas con el Capitán Manuel de Leyton al frente. Según la sesión de 17 abril de 1717, contaban con permiso para permanecer 20 días en la villa y su término. Al año siguiente lo hicieron compañías de caballos que se acuartelaron desde el 13 de enero de 1718, aunque desconocemos su unidad. El 14 de agosto de 1720, cuando ya estaban alojadas en la villa dos Compañías del Regimiento de Montesa (en los mesones de la Fruta y de los Caballeros), el Cabildo se encuentra con la obligación de preparar el alojamiento de soldados del Regimiento de caballería de Órdenes, que tenía prevista su llegada al día siguiente. En sesión de 12 de julio de 1723, se realizaba un pago a un antiguo Asistente, Fernando Mir, por el valor de 1400 arrobas de paja que dio para los caballos del Regimiento de Dragones de Pavía, que sin duda tuvieron que acuartelarse en la villa durante un buen tiempo. Las referencias a unidades militares dejan de aparecer en las sesiones capitulares, posiblemente por su menor tránsito, alojamiento y acuartelamiento en años de relativa calma y prosperidad. También hay que tener en cuenta que no se conserva el libro de acuerdos de los años 1740-1756, a la vuelta de la serie, encontramos la noticia que en la sesión de 4 de julio de 1757, se dio lectura a una carta de D. Juan de Villalba y Angulo, Capitán General de Andalucía, notificando que a inicios de ese mes, tenía que abandonar y salir de la villa un escuadrón del Regimiento de caballería de Sevilla que había estado acuartelado, siendo sustituido por otro del Regimiento de Extremadura. 4.- Contribución humana y militar. La Guerra de Sucesión en líneas generales tuvo distintos hitos que marcaron los períodos de la misma. Marchena dentro del contexto del Ducado de Arcos, contribuyó El Regimiento de Dupuys como era habitual, durante un tiempo tomó el nombre de su Coronel, Felipe Dupuis, que recibió la Coronelía del mismo en 1715 y que la mantuvo hasta junio de 1718, en que fue promocionado a Mariscal. Este Regimiento tomó varios nombres a lo largo de su Historia, la sucesión parece que fue: 1670, Tercio del Barón de St. Jean de Steen; 1676, Tercio del Conde de Mastaing; 1692, Tercio de Borja; 1695, Tercio y luego Regimiento del Barón de Noirmont; 1704, Regimiento de Cano; 1715, Regimiento de Dupuys; y 1718, Regimiento de Barcelona. 41 113 Francisco Javier Gutiérrez Núñez al mismo con hombres, armas y caballos, en función de sus posibilidades tal como veremos a continuación42. En muchas ocasiones compararemos Marchena con Morón, al ser ésta última villa de señorío del Ducado de Osuna, y puede darnos el contraste oportuno para analizar en su justa medida las aportaciones marcheneras. A pesar de los servicios y contribuciones, del trabajo y esfuerzo de sus Asistentes y Capitulares, Marchena quedó fuera del circuito de recompensas de mercedes y privilegios, con las que el rey premió a muchas ciudades como Sevilla, Jerez de la Frontera, Cádiz, Carmona, Écija y Antequera. Marchena contribuyó y mucho, pero las oligarquías ecijanas y carmonenses de su entorno se llevaron las “mercedes”, al ser de realengo. En el siguiente cuadro-resumen podemos comprobar la contribución humana de Marchena, que superó ampliamente los 500 hombres: Año / Regimiento o Unidad Nº Soldados Año / Regimiento o Unidad Nº Soldados Año / Regimiento o Unidad Nº Soldados Febrero 1697 (Cataluña) 12 Diciembre 1706 (Reg. Málaga) 8 Diciembre 1708 (Reg. Casa Pabón) 10 1697-1698 (Milicias, Ceuta) 65 1707-1708 (Milicias, Reg. Carmona) 150 (*) Julio 1709 (Aragón y Valencia) 15 1702 (Milicias, Cádiz) 60 Agosto 1707 (Reg. Casa Pabón) 16 Enero - Febrero 1711 (Reg. Málaga) 24 1703 (1%) 8 Noviembre 1707 (Reg. Málaga) 26 Abril-Junio 1711 (Milicias, PSMª) 60 1704-1707 (Milicias, Cádiz) 60 Marzo 1708 (Guardias) 6 1734 (Milicias) 100 1706 (Destino: Cádiz) 25 Marzo 1708 (Reg. Málaga) 15 10 Julio 1708 (Reg. Casa Pavón) 15 Julio 1706 (Caballería) Asistentes de Marchena entre 1700 y 1714: José Navarro Malo y Lussa (1700-1701), Pedro Armenteros (1702-1705), Manuel de Céspedes Ventaja (interino, 1689, 1699-1702 , 1704), Juan Freyle Balbuena (1705-1706), Juan Mendoza y Madrid (1706-1707), Nicolás Antonio de Arjona y Aranda (1707-1710), Luis Monzón y Guzmán de Hinestrosa (1710, 1715, 1720), Pedro Antonio de Cost y Zabaleta (17101714). La nómina ampliada hasta 1759 se recoge en Gutiérrez Núñez, F. J.: “Marchena y el VII Duque de Arcos (1693-1729). Aspectos sobre el control del estado señorial”, en Andújar Castillo, F.; Díaz López, Julián Pablo (coords.): Los señoríos en la Andalucía Moderna. El Marquesado de los Vélez, Vélez Blanco-María-Vélez Rubio, mayo 2007. Almería 2007, pp. 769-793. 42 114 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... NOTAS: (*) No se incluyen el relevo de las numerosas deserciones para el Regimiento de Carmona (milicias). (**) Esta información se amplia en Gráfico nº 4 y Cuadro nº 2.- Reclutamientos en la villa de Marchena (1697-1734). 4.1.- Las milicias de Marchena entre dos siglos. 4.1.- El socorro de Ceuta (1696-1697). Aunque la muerte de Carlos II se produjo en noviembre de 1700, la crisis sucesoria que se debatiría a nivel internacional, no estalló hasta meses después. Pero en prevención del estallido del conflicto bélico, a lo largo de 1701 y 1702, ya se dejan notar intentos por parte de las autoridades superiores de ir organizando las milicias municipales. Para comprender el papel de las milicias de Marchena a inicios del setecientos, hay que definir brevemente el concepto y hacer referencia a la intervención que tuvieron en el socorro de Ceuta en los años 1696-1697. Las milicias originadas en tiempos de Felipe II, eran compañías integradas por vecinos sobre la base numérica de un diez por ciento del total de la vecindad, según establecía una Real Cédula de noviembre de 1693. Surgían y se formaban eventualmente como apoyo al Ejército regular, más por necesidades coyunturales y de peligro inminente, que por una planificación. Su última intervención importante había sido durante el conflicto con Portugal (1640-1668), desde el cual no se habían ejercitado con asiduidad43. Otro problema con el que contaban las milicias eran las carencias armamentísticas. Con tal motivo por dicha Real Cédula de 1693, se ordenaba establecer hasta 10 ciudades en la Andalucía occidental con almacenes de pertrechos militares, cada uno de ellos con 250 picas, 250 mosquetas, 250 arcabuces y 200 zelines. Sin embargo el abastecimiento no se llevó a cabo y al inicio del conflicto sucesorio los distintos Las milicias se definen como una fuerza de gente gratuita o casi gratuita durante el Antiguo Régimen, sin la preparación ni la disciplina o los medios de los ejércitos reales, que sin embargo jugó un papel importante desde el punto de vista de la defensa interior y de la reserva a la hora de extender el servicio militar entre el pueblo llano y de ensayar nuevos sistemas de reclutamiento. Su utilización como fuerza complementaria de los ejércitos reales se debió a la escasez de medios económicos por parte de los Estados, al bajo costo del mantenimiento de las milicias y a las limitaciones que tenían las monarquías absolutas para hacer frente a la defensa de sus propias fronteras. Contreras Gay, José: Las milicias provinciales en el siglo XVIII. Estudio sobre los regimientos de Andalucía, Ed. Instituto de Estudios Almerienses 1993, pág 11. Contreras Gay, José: “Las milicias de la Baja Andalucía en la Guerra de Sucesión”, en Actas VII Jornadas Nacionales de Historia Militar, Madrid 1999, pags. 351-376. 43 115 Francisco Javier Gutiérrez Núñez municipios tuvieron que adquirir armamento a toda prisa y en circunstancias gravosas para las arcas municipales. En 1694 el sultán de Marruecos, Muley Ismail I, pone sitio a la plaza de Ceuta, en momentos críticos para España que mantenía una dura guerra en Cataluña, Flandes, Milán y el Mediterráneo contra los franceses y sus aliados. El sitio de Ceuta comenzó en 1694 y continuó hasta 1727, durando 34 años, pero manteniéndose la plaza en manos españolas. Vid. Imagen 01.- Vista parcial de las murallas de Ceuta44. La Corona en el período 1694-1696, para lograr formar las compañías milicias recurrió a reclutamientos obligatorios, los cuáles se fijaban por cupos en función del nº de vecinos de la villa o localidad, lo que provocaba una gran impopularidad. A todo ello se unía el reclutamiento para el servicio real. En un principio, en teoría los milicianos sólo podían salir de sus casas para defender la integridad del territorio castellano, éstos no debían embarcarse, algo que finalmente tuvieron que hacer. A lo largo de la última década del siglo XVII, se producen intentos de reorganizar el sistema de milicias, sin lograr grandes cambios. La Corona consiguió cierta reorganización logrando finalmente que un alto número de compañías de milicias volvieran a tener oficiales y soldados. Marchena contaba con 2 compañías de milicias, que fueron alistadas en 1696 y remitidas al socorro de Ceuta, en los que se mantuvo en 1696 y 1697. Veamos como se desarrolló el mismo. En la sesión del 6 de marzo de 1696, el duque le solicitaba al Cabildo que le propusiera una nómina de personas que pudieran ocupar la oficialidad de las milicias: Capitán Alférez Sargento D. Antonio de Saavedra Alarcón D. Lorenzo de Paz de la Barrera Martín Contreras D. Enrique de Paz D. Juan de Guzmán (el menor) Juan de Albarrán D. Francisco de Cifontes D. Isidro Guerrero de Ahumada Luis Jiménez Carranza Rodríguez Hernández, Antonio José: La ciudad y la guarnición de Ceuta (1640-1700). Ejército, fidelidad e integración de una ciudad portuguesa en la Monarquía Hispánica, Ceuta, Instituto de Estudios Ceutíes, 2011, Capítulo 4: La ciudad durante los primeros años del sitio de Muley Ismail (1694-1699), pp. 179-241. Correa Franca, A.: Historia de la mui noble y fidelíssima ciudad de Ceuta, (original del siglo XVIII), Ceuta, 1999. Montes Ramos, J.: El ejército de Carlos II y Felipe V, 16941727. El Sitio de Ceuta, Madrid, 1999, pp. 25-35. 44 116 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... A los pocos días, el 26 de marzo de 1696, llegaba una carta del Duque de Alburquerque (Capitán General), confirmando que por repartimiento le tocaba a la villa la recluta de 65 soldados milicianos para el socorro de Ceuta, que sin dilación debían ser enviados a Gibraltar. Resultaba imposible de cumplir esta orden de forma rápida y precisa, por una razón de peso, las milicias en Marchena se habían extinguido45. Ante la doble orden del Duque de Arcos y del Capitán General, el Cabildo decidió realizar un padrón de vecinos para reunir mediante sorteo los 65 milicianos. Fueron designados por Diputados para las 3 parroquias: (01).- Parroquia de San Juan, D. Juan de Ayllon, D. Luis de Monzón y D. Juan Maraver. (02).- Parroquia de S. Sebastián. D. Pedro de Castañeda, D. Jerónimo de Villegas y D. Tomás Hurtado. (03).- Parroquia de San Miguel. D. Cristóbal de Lara, D. Luis de Ojeda, y Matías Liñán. Al poco tiempo (30 de marzo), los diputados reconocían que comenzaban a tener graves problemas para conformar el padrón, porque muchos vecinos para librarse del sorteo mentían y afirmaban tener más edad y más hijos de los que tenían realmente. Ante tal dificultad se acordó que los diputados de cada parroquia llamaran a uno o dos vecinos de cada calle, que tuvieran conocimiento del vecindario, y bajo juramento declararan si todos los datos aportados de edad e hijos eran verdaderos o existía fraudes. En sesión de 23 de abril de 1696, llegaba una nueva carta del Duque de Alburquerque, apremiando el envío de los 65 hombres, aclarando que marcharan sin armas, porque éstas corrían por cuenta del rey. El 27 de abril llegaba Provisión ducal (26/3/1696), nombrando como Capitán de las milicias a D. Francisco de Cifontes. El Cabildo acordó comprar una bandera para las compañías. A inicios de mayo el reclutamiento seguía sin avanzar. El Asistente propuso que se pregonase la posibilidad de sentar plaza voluntaria para formar los 65 soldados. Sin embargo nadie se había presentado y de nuevo quedaba como única salida el sorteo, el cual se fijó para el domingo 6 de mayo46. 45 A. M. Marchena. Libro 10. Sesión de 26 de marzo de 1696: “(...) a muchos dias que en esta Villa se an consumido las milicias sin aver quedado cavos ni soldados para executar la orden que dicho Sr. Capitan General dio (...)”. A. M. Marchena. Libro 10. Sesión de 4 de mayo de 1696. Para el sorteo serían citadas dos personas de cada calle en cuya presencia se hará, para que “(...) vean las personas que se sortean y si faltaren algunas como que tienen dichas conozimiento las declaren porque el ánimo de esta villa es no agraviar a ninguna persona y si algunos mas vezinos quisieren hallarse tambien presentes lo haga sin embarazo (...)”. 46 117 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Dicho día se realizó el sorteo de milicianos. En el acta se describe la forma del sorteo, con los nombres de los elegidos, con las calles donde residen, y el nombre de su padre. De nuevo volvía a la carga el Duque de Alburquerque con otra carta apremiando el envío (sesión de 17 de mayo). El 18 de mayo, el Cabildo acordaba pagar con 2 mil reales a los 65 soldados y sus oficiales, desde el 21 de mayo. Por día la paga sería: 10 reales al Capitán, 6 reales al Alférez, 4 reales al Sargento, y 3 reales a cada soldado. Ante los costes diarios que comenzaba a generar para el Cabildo, en la sesión de 25 de mayo, se reconocía el intento para que la compañía marchara con sólo 40 hombres, a pesar de estar incompleta. El Capitán se negó a partir hasta que no estuviera reclutada al completo, aunque fue presionado e incluso amenazado que si no cumplía la orden de partida, se le multaría. En la misma sesión se acordó notificarle que el número de soldados reclutados ya eran 50, y que la marcha se fijaba para el día siguiente, 26 de mayo. El Capitán de nuevo desobedeció el 2º aviso de salida, insistiendo en su idea de partir con el total de soldados. Aunque no tenemos la fecha exacta de partida hacia Gibraltar y Ceuta, tuvo que ser antes del 5 julio, fecha en la que ya se hallaban en su destino47. En la sesión de 7 de junio de 1696, se daba lectura a un Decreto ducal que ordenaba que ante lo gravoso que suponía para el vecindario de Marchena, el repartimiento del socorro de Ceuta, se realizaría de forma bimensual en vez de anual. En 23 de junio un nuevo Decreto ducal ordenaba que el relevo de los milicianos se realizara de forma mensual, para que los “veteranos” volvieran a sus casas. El 10 de julio, el Duque rectificaba y establecía el relevo cada dos meses. Sin duda tanto el relevo mensual como el bimensual, eran medidas casi “utópicas”, casi imposibles de cumplir por distintos factores que se abordaban en esta sesión. Completar el primer reclutamiento había necesitado casi de 4 meses de trabajo. Además la mayoría del vecindario era pobre y no podían costear sustitutos, el temor se extendía y gran parte de él se escondía o se ausentaba de la villa, perjudicando las labores agrícolas48. Rodríguez Hernández, Antonio José: La ciudad y la guarnición (…), op. cit., 2011, pág. 224. 47 A. M. Marchena. Libro 10. Sesión de 10 de julio de 1696 (…) como por componerse la mayor parte (como asi consta) de hombres pobres quienes no ostante de serlo atemorizados y llenos de pabor solo de oir hivan a servir a S. M. y guarnezer dicha plaza (cosa en que no están expertos) la mayor parte de los sujetos a quiénes salió la suerte vendieron las pobres alajas que tenían y con sus productos pusieron sustitutos, y otros que no tenían que de poderlo hazer abandonando las combeniencias de vivir en esta Villa entre sus parientes, y donde estavan yntrodusidos para lo que miraba a su trabaxo se aussentaron de ella sin esperanzas de que buelban. Agregandose a esto el yncombenientte de que como subzedio en el sorteo passado que temiendo toda la jente travaxadora salir en suerte y por si les salían no cumplirla 48 118 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... El tema de las milicias en Ceuta se abordó a lo largo de los siguientes meses, ya fuera por los repartimientos, por los costes o por el posible relevo de las mismas, acordándose en noviembre incluso el embargo de los bienes de los vecinos que no querían cumplir con marchar a Ceuta para reemplazar a los veteranos. En enero de 1697 se nombraba a un Comisario que se encargara de custodiar a los nuevos milicianos en el viaje hacia Gibraltar y Ceuta, en lo que pensamos que pudo ser el primer relevo49. En junio de 1697 el Duque de Alburquerque, reclama la sustitución de 17 soldados milicianos, aunque desconocemos si fue por motivo de deserción o fallecimiento. En septiembre sigue insistiendo al Cabildo la necesidad de cumplir la orden, lo cual finalmente se lleva a término entre noviembre y diciembre. También se recogen pagos a los oficiales, en concreto al Capitán (Francisco de Cifontes) y al Alférez (D. Isidoro de Ahumada), casi siempre tras recibirse una provisión ducal dictaminando el pago. 4.1.2.- El ataque angloholandés a las costas gaditanas (1702). En los preámbulos de la Guerra de Sucesión, en abril de 1701, las milicias de Marchena estaban desorganizadas al pasar varios años desde su actuación en Ceuta. En ese momento llegan nuevas órdenes de alistamiento por parte del Duque de Alburquerque, Capitán General de Andalucía. En Marchena se abordan el la 2 de se ocultaron de forma que en mas de tiempo de un mes hasta que se declaró quiénes heran, a quiénes avia tocado no se hallava un hombre que saliera a travaxar ni cultivar las labores de que se compone el trato de esta Villa quedándose muchas por esta causa sin hazerlas. Y de publicas aora voz de que en tan breve tiempo se a de formar otra compañía que según lo experimentado subzedera lo propio y sera motibo para que no se recoxan los cortos panes que aya este año, y que lo contadigan los que tienen puestos sustitutos por haverles pagado por tiempo de tres meses por no ponerse en la contixencias de que marchando una Compañía compuesta de diferentes vezinos todos los meses para executarlo por ser el número, de los que entran en el sorteo corto por estar ezentos los que tienen tres Hijos, y mayores de zinquenta años les cayga la suerte en un año dos o tres vezes, el que se agrega el que a costa desta Villa se forme dicha Compañía y mantenga el tiempo questubiere sin marchar y el que tardaren en el camino hasta llegar a dicha Plaza como se executto en la primera marcha en que se gastó más de quatro mil Reales causa que da mas atrazo a el que tiende desta Villa ya ymposibilitan su desempeño, reconosidos estos yncombenientes por esta Villa se acordó se escriva así partizipandoselos para que enterado de ellos sea servido de tener a bien se executten dicha mozion de Plazas de tres a tres meses como S. M. manda o lo que más fuera de su agrado”. El tema de las milicias aparece en numerosas sesiones. AÑO 1696: 14 y 17 de septiembre, 1 de octubre, 13, 18, 20 y 24 de octubre, 9 de noviembre, 15, 18, 19 y 21 de noviembre. AÑO 1697: 8 y 29 de enero, 11 y 14 de febrero, 12 de marzo, 8 y 24 de abril, 28 de junio, 18 de septiembre, 11 de noviembre, 30 de diciembre. AÑO 1698: 21 de enero y 3 de febrero. 49 119 Francisco Javier Gutiérrez Núñez abril de 1701, y en Morón, en sesión de 17 de abril. La carta de Alburquerque estaba fechada el 3 de marzo, y ordenaba que la villa tuviera prevenidas sus compañías de milicias para los inconvenientes que pudieran surgir en las costas: “(…) para que las milicias desta villa estén alistadas para los accidentes que ynpensadamente pueden sobrevenir del Servicio de S. M. el rey nuestro señor (…)”. Las milicias no contaban con oficiales nombrados, y se acordó darle noticia al Duque de Arcos para que proveyera el nombramiento de oficiales y cabos para las compañías. Se le propuso nombres por cada puesto a ocupar, en esta nómina encontramos los apellidos que hemos visto que se perpetuaban como capitulares, caso de Ayllon, Castañeda, de Paz, Quirós y Ojeda50: Capitán Alférez Sargento D. Francisco Cifontes D. Francisco de Quirós y Córdoba Lorenzo Gutiérrez D. Enrique Paz Ponce de León D. Diego de Castañeda Ponce de León Nicolás Alfaro D. Gabriel de Ojeda y Lara D. Lorenzo de Paz y la Barrera Luis Jiménez Carranza D. Francisco de Ayllon Montalbán D. Juan Montiel Antonio Escalera Guerrero D. Isidoro de Ahumada D. Luis Caravallo En 9 de mayo de dicho año, se recibía carta del Duque negándose a realizar los nombramientos, dilatando el tema en el tiempo. Al año siguiente, al acontecer el ataque angloholandés, se recibieron de nuevo órdenes para formar y enviar milicias, las cuáles se trataron en la sesión de 26 de agosto de 1702. En ese momento de nuevo se recordaba que las milicias sólo contaban con un oficial nombrado, su Alférez: D. Isidoro de Ahumada. Éste compareció en el Cabildo de dicho día, afirmando que ya era Alférez veterano con antigüedad de varios años y que ya no era miliciano, y por Las propuestas en 1701 para la elección del Duque fueron: Para Capitán: D. Francisco Cifontes, D. Enrique Paz Ponce de León, D. Gabriel de Ojeda y Lara, D. Francisco de Ayllon Montalbán. D. Isidoro de Ahumada. Para Alférez: D. Francisco de Quirós y Córdoba, D. Diego de Castañeda Ponce de León. D. Lorenzo de Paz y la Barrera, D. Juan Montiel, D. Luis Caravallo. Para Sargento: Lorenzo Gutiérrez, Nicolás Alfaro, Luis Jiménez Carranza, Antonio Escalera Guerrero. 50 120 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... tanto el cuidado de las mismas no estaba a su cargo. Para levarlas de nuevo se acordó en la sesión del día 28 de agosto realizar el correspondiente padrón de vecinos51. La noticia se confirmaba el 3 de septiembre, cuando se recibía carta del Corregidor de Jerez solicitando ayuda humana (“gente de socorro”), para combatir la invasión. De forma inmediata los capitulares procedieron mediante votación a proponer nombres para ocupar los cargos de Capitán, Alférez y Sargento de la compañía de milicias. El Capitán tendría que recibir por ayuda de costa 1.000 reales, y por salario 1 escudo diario. Este arrojo inicial pronto se vio frenado, por el eterno motivo que se alegaría el resto de la Guerra, la falta de medios económicos; así en la sesión de 5 de septiembre ya se planteaba las graves dificultades a la hora de pagar el coste de la compañía de 60 hombres. El Síndico y Capitán, Juan Rodríguez de Herrera, ofrecía su “vida” para llevar estos hombres al frente de guerra. En la sesión de 10 de septiembre de 1702, se daba lectura a una carta del Duque, nombrando a D. Isidoro de Ahumada como Capitán, el cual se encontraba en Jerez, por lo cual se acordó no hacerlo venir, sino remitirle la compañía con el regidor Juan de Aguilar Gamero, que era nombrado cabo. Su misión era entregar la compañía a Ahumada, así como 50 escudos de plata. Se confirmaba a Rodrigo de Morón como Alférez y a Nicolás Alfaro como Sargento: Capitán Alférez Sargento D. Isidoro de Ahumada Rodrigo de Morón Nicolás Alfaro No consta la fecha de la salida de la compañía hacia las costas gaditanas, aunque sin duda se presupone que salió poco después del día 10. Tampoco se ofrecen noticias de como se produjo el reclutamiento si fue de forma voluntaria o por sorteo. Sólo sabemos que en la sesión de 25 de septiembre (1702) se libraba un pago de 3.088 reales por la composición de las milicias. En síntesis, Marchena respondió enviando una compañía de milicias de 50 hombres al frente del Capitán D. Isidoro de Ahumada. Podemos comparar esta contribución con las de otros lugares de mayor vecindario: Sobre el desarrollo general del mismo y sus repercusiones puede consultarse: Ponce Cordones, Francisco: Rota 1702. Un episodio olvidado de la Guerra de Sucesión, Cádiz 1979. Ponce Cordones, Francisco J.: “El desembarco de 1702 en Rota”, en Actas X Jornadas Nacionales de Historia Militar. La Guerra de Sucesión en España y América, Cátedra “General Castaños” R.M. Sur, (Sevilla, 13-17 Noviembre de 2000), Ed. Deimos, Madrid 2001, pags. 612-636. 51 121 Francisco Javier Gutiérrez Núñez • Carmona contribuiría con una compañía de infantería de 63 soldados al mando del Capitán D. Fernando Merino, y otra compañía de caballos de 30 soldados al mando del capitán D. Francisco de Briones Quintanilla. • Écija lo haría sólo con dos compañías de caballería al frente del marqués de Peñaflor y D. Juan Antonio Aguilar Ponce de León, ya que no llegaron a formarse las milicias previstas, 10 compañías de 50 hombres cada una. La causa fue la lentitud habitual en su formación. • Morón de la Frontera con el mismo motivo, enviaría también como milicias, una compañía de 100 hombres, al frente del Capitán D. José Ignacio Topete Sabemos que las compañías de milicias de Marchena y Morón de la Frontera, partieron con destino a las costas gaditanas casi de forma simultánea, la marchenera saldría después del 10 de septiembre, y la moronense el día 12. En cambio no tenemos constancia de sus actuaciones militares. Todos los estudios apuntan que debido a las características de su formación su operatividad militar era escasa y cuestionable52. En el caso de Marchena, en la sesión de 6 de octubre (1702), se recibía una carta ducal notificando que D. Isidoro de Ahumada le había informado sobre la deserción de 10 soldados, y su orden al Cabildo era muy clara: “Os mando que los prendáis y luego que ellos u otros en su lugar lo remitáis con efecto a su costa y además que se le socorra a la compañía con la más porción que se pueda”. En dicha sesión se reconocía que por haberse “desalojado al enemigo de los puertos y costas”, y por haberse retirado las compañías de otros pueblos de la comarca, se pediría al Capitán General, licencia para que regresara la compañía, y aprestarla para futuras actuaciones. Se acordó enviar 20 escudos para los costes de su vuelta53. Según Contreras Gay en la historia de las milicias provinciales se distingue dos fases, unas milicias territoriales y locales, anteriores al siglo XVIII, que surgían por necesidades coyunturales, de peligro inminente, no por una planificación, y unas milicias que durante el siglo XVIII, serán mejor instruidas y con una organización más consistente, regular y centralizada. Sólo se levantaron en la corona de Castilla, y Andalucía soportó la mayor carga del reclutamiento de ellas. Contreras Gay, José: Las milicias provinciales (…), op. cit., 1993, pág. 11. 52 También son escasas las noticias sobre la compañía de Morón. Si su partida se realizó el 12 de septiembre, muy breve fue el mando de su Capitán, D. José Ignacio Topete, que en la sesión del día 24, manifestaba que estuvo en el frente hasta que el ejército angloholandés abandonó el Puerto de Santa María y Rota. Solicitaba el relevo en su puesto, alegando que sus ocupaciones, falta de medios y otros motivos no le permitían continuar con su cargo. Su sustituto sería D. José Topete y Ayala. La vuelta de la compañía también tuvo que producirse a lo largo de la primera quincena de octubre. 53 122 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... 4.2. De las contribuciones de 1703 a la pérdida y asedio de Gibraltar (1704-1705). Desde el ataque angloholandés de 1702, el conflicto tuvo otra vertiente interesante de analizar: la propaganda ideológica desplegada por ambos bandos de la contienda. Al margen del origen político del conflicto, desde el bando filipista se impregnó al mismo de connotaciones religiosas, planteando como causa principal del mismo la lucha en favor de la religión católica frente a los protestantes. Este planteamiento se trasluce en el fondo del lenguaje que se utiliza en la documentación. Al inicio de 1703, se produjo una petición general del Arzobispo de Sevilla, como Presidente el Consejo de Castilla, para que distintas ciudades y villas, sirvieran al rey con compañías de caballería o infantería, para la inminente campaña que se avecinaba: “(...) en defensa de nuestra sagrada religión y nuestras patrias”. El encabezamiento de la carta del Arzobispo, fechada el 2 de enero, nos ejemplifica el lenguaje y la propaganda elaborada en torno a la monarquía, la lealtad de los buenos vasallos, la defensa de la patria y la religión, que utilizarían en numerosas ocasiones las autoridades superiores para intentar espolear a los gestores municipales a lograr y sacar adelante sus contribuciones54. La orden del Arzobispo llegó al Cabildo de Marchena, en la sesión de 8 de enero (1703), y como ocurrió durante todo el conflicto, se recibió con las mejores intenciones de cumplirlas, pero se argumentaban los obstáculos que impedían a la villa contribuir: la cortedad de su vecindario y de los caudales de sus bienes de propios, para intentar así dilatar en el tiempo su cumplimiento55. En dicha sesión se afirmaba que el número de la milicia en esos momentos era menor que cuando se envió de urgencia a las costas gaditanas (1702). Se acordó levar de nuevo las milicias y que se alistará un total de 60 soldados, primero admitiendo a 54 A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 33. Acta de 28 de Enero de 1703. “Siendo tan preciso hacer los mayores esfuerzos para oponernos a las prebenciones que nuestros enemigos estan haciendo en todas partes para la campaña futura y siendo tan de la obligacion de todos concurrir a la defensa de la Patria y de la relijion y corresponder al amor con que nuestro Rey solicita defendernos de tales ostilidades haviendo expuesto en la campaña pasada su Real Persona en los mayores riesgos; biene su Magestad en animo de disponer sus fuerzas de suerte que los enemigos experimenten el castigo que merece el atrebimiento de la ynjusta guerra que nos an mobido y con la esperanza y consuelo de que todos sus vasallos an de concurrir a tan justo yntento siendo prueba de su amor y lealtad la fineza con que las Ciudades y Villas sean servido y que con ygual celo lo an de continuar (...)”. 55 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 8 de Enero de 1703. “(...) oída por la villa la apreció con el mayor rendimiento y se ofreció a la execucion de su contenido con la ley, zelo y amor que profesa a nuestro Rey y Señor natural y con la que deve a las órdenes y mandatos de dicho señor Presidente de Castilla sintiendo solo el que la cortedad de su vecindad, de los valores de sus propios y de los caudales de sus partes (...) no den lugar a que la villa pueda aser la demonstracion que su afecto y obligacion desea (...)”. 123 Francisco Javier Gutiérrez Núñez los voluntarios que sentarán plaza, y si no se completaba el número se pasaría al sorteo. Por lo que respecta a las armas y vestidos de la compañía, se planteó que estos últimos se realizaran a propósito y “ajustados a la moda”, y que los vecinos entregaran las armas que tuvieran con el fin de hacer los alardes y demás ejercicios militares en los días festivos a modo de entrenamiento. La forma habitual para transmitir el acuerdo, era el pregón en los principales lugares públicos de la villa. Marchena tras las dificultades iniciales que expuso, comenzó los trámites para formar la compañía de milicias, pero éstos se fueron dilatando y a finales de año seguía sin formarse. El sorteo según se fijó en la sesión del día 3 de marzo (1703) se celebraría en Cabildo abierto, el domingo día 4 a las tres de la tarde. Este Cabildo no llegó a celebrarse o al menos no se ha conservado el acta, y quizás tampoco el sorteo. En la sesión del 18 de marzo, José de Vargas fue recibido como Tambor. Incluso se propuso nombres al Duque para que eligiera Alférez, y se le notificó las dificultades de asumir el gasto de los vestidos, cada uno a 284 reales. Tras la sesión de 15 de junio en que se libró 100 reales de ayuda de costa al Sargento para su vestido, no se tiene más noticias del asunto. Al igual que en Morón el tema no se vuelve a tocar más a lo largo del año, pensamos que la compañía sí se formó, pero como 1703 no fue un año de peligros inminentes, no tuvo que salir de la villa, y seguía formada al año siguiente ya que en abril de 1704 al mismo Sargento Francisco Herrera, se le libraba 50 reales de ayuda de costa, debido a su “pobreza”. A ambos Cabildos a través del Asistente de Sevilla, llegó una orden real en marzo, que tuvo que ser puntualizada con otra orden recibida en abril de 1703l, consistente en que cada villa debía contribuir con un soltero por cada 100 vecinos (1%). A Marchena se le solicitaron 8 soldados y a Morón 12, por tanto el cálculo que hacían las autoridades era de 800 y 1200 vecinos para cada villa. Los soldados reclutados debían ser voluntarios, y naturales del lugar donde se reclutaban, teniendo que ser entregados el 30 de abril en Sevilla. La aclaración de la orden se debía a las alteraciones acaecidas en distintos pueblos al usar las justicias de cada lugar del sistema de sorteo y de la prisión provisional de los elegidos, lo cual había llevado a muchos naturales de esas poblaciones a huir de ellas56. 56 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta 15 de Abril de 1703. “Que por quanto el aver dexado al arbitrio de los Corregidores, Juezes y Justicias, el usar de la eleccion, o sorteo de aquellos a quienes puede tocar el ir a servir, y el aver passado algunos de los Juezes asegurar en las Carceles a los Soldados elegidos. Ha ocasionado una comun alteracion, retirandose de los Pueblos sus naturales, por no aver sido comprehendida de ellos lo suave de esta disposicion, y reconociendose, que la regla mas justificada, mas pacifica, y menos gravosa a los Pueblos para lo presente, y futuro es, la del sorteo, manda Su Magestad, que sea esta la que se practique, y observe por las Justicias, y Regidores de 124 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... En el caso de Marchena, tras recibir la orden en la sesión de 18 de marzo, se realizó un primer sorteo, que parece que quedó invalidado ya que se realizó un segundo en la sesión de 15 de abril57. Se nombró a Joseph de Quirós, Alcalde Ordinario, para que recibiera las alegaciones de los sorteados. Tres de ellos estaban en fuga: Juan de Ribera, Juan Mateo y Francisco Mulillos. Juan de Ribera era hijo de Diego de Ribera, sacristán de la iglesia mayor de la villa, contra el cual no se podía proceder por estar casi baldado y gozar del fuero eclesiástico. El otro, Juan Mateo, era hijo de Alonso Colorado, pero tanto padre como hijo estaban fugados, y no tenían bienes para proceder contra ellos. Los capitulares en la sesión del 27 de abril estaban confusos como cumplir con la orden a falta sólo de tres días para la entrega en Sevilla, por lo cual votaron enviar sólo a los cinco soldados con los que se contaba, los cuáles ya estaban custodiados para que no huyera ninguno más. El Asistente de Sevilla se negó a recibir a los 5 soldados, hasta que no estuvieran completos los 8, lo cual se cumplió con otro sorteo en la sesión de 5 de mayo. Los 8 soldados fueron conducidos a Sevilla, con un coste de 903 reales58. En la sesión de 5 de mayo se sorteó de nuevo las tres plazas que faltaban, saliendo elegido Juan de Lucenilla, hijo de Francisco Lucenilla (plaza de la Fuente), un hijo de Miguel Díaz (c/ Cantarerías viejas), Francisco Pulido hijo de Juan Pulido (c/ Luna). Aunque como a los tres días apareció uno de los fugados, fue liberado Juan de Lucenilla, que tenía 7 hijos y era de oficio sangrador, con mucha edad y “cortos medios”. Andalucía de nuevo fue escenario de parte del conflicto a lo largo del año 1704. En este año se produjo la entrada de Portugal en el conflicto como aliado inglés, lo cual repercutió en la zona fronteriza onubense y portuguesa59. todos los Pueblos, aplicando especial cuydado en la especulacion, y nominacion de los mozos solteros que huviere en todo su Territorio, en quienes concurran las calidades que contienen las ordenes, que estan dadas, exceptuando los hijos unicos de Viudas, y los demas exceptuados en las mismas ordenes anteriores”. 57 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 15 de Abril de 1703. Sorteo de 8 soldados. Un hijo de Juan de la Rosa (c/ Purgatorio), Francisco Escalera hijo de Juan Escalera (c/ del Torno), un hijo de Felipe Vázquez (c/ la Sintera), Juan de Ribera hijo de Diego Ribera (c/ de San Juan), Mateo Jiménez, cuñado de Juan Navarro (c/ Pernía), Pedro Lorenzo hijo de Juan Lorenzo, (c/ Espíritu Santo), Juan Mateo hijo de Alonso Colorado (c/ La Mina), Francisco Mulillos sobrino de Joseph de Santaella (c/ Bolaños). A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 5 y 8 de Mayo , y 15 de Junio de 1703. 58 Stampa Piñeiro, Leopoldo & Sánchez Martín, Juan L.: “La primera campaña de Portugal en la Guerra 59 125 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Pero también acaeció otro hecho de suma trascendencia y repercusión, el ataque angloholandés a Gibraltar y su consiguiente pérdida (verano de 1704). A renglón seguido el ejército filipista comandado por el Marqués de Villadarias, Capitán General, comenzó el asedio para reconquistar la plaza. Morón no envió milicias a la defensa de Gibraltar, pero sí al asedio (1704-1705)60. Las actas capitulares de Marchena del año 1704, son escuetas en noticias sobre la guerra. La creencia que las tropas de Felipe V iban ganándole al bando austracista, explica que el Asistente propusiera en julio de 1704, la celebración de una corrida de toros para el 18 de agosto: “(...) con el motibo del Buen Susezo que nuestro monarca a tenido y cada dia se va continuando en las Guerras con Portugal, El Ymperio, Ynglaterra y Olanda (...)”. El Duque aceptó la propuesta y se acordó celebrarla el 18 de agosto. Curiosa propuesta y ajena a los acontecimientos posteriores. El 4 y 5 de agosto, se produce la invasión anglo-holandesa de la plaza de Gibraltar. En los meses siguientes no hay más noticias de la invasión. Ya a finales de 1704, en las sesiones del 17 de noviembre y 2 de diciembre, cuando ya se había iniciado el asedio y cerco español para reconquistar la plaza de Gibraltar, comienza a llegar las órdenes para contribuir al mismo. Un Decreto real ordenaba incautar por un año, la tercera parte de todos los censos impuestos sobre los propios, rentas y arbitrios de todas las ciudades, villas y lugares de los Reinos. El objetivo estaba claro: “la manutención de los Ejércitos”61. Igual que en el caso anterior, en las actas de Marchena tampoco encontramos ni una sola alusión al ataque y pérdida de Gibraltar, en el verano de 1704, ni se cita de Sucesión, 1704 (I) y (II)”, en Researching & Dragona, nº 2, pp. 52-95 y nº 3 pp. 97-103. 60 Sobre la intervención andaluza en este episodio del conflicto puede verse: Solis Peña, Susana: “Participación andaluza y americana en la defensa de Gibraltar”, en Actas X Jornadas Nacionales de Historia Militar. La Guerra de Sucesión en España y América, Cátedra “General CastañosS” R.M. Sur, (Sevilla, 13-17 Noviembre de 2000), Ed. Deimos Madrid 2001, pags. 651-673. A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 17 de Noviembre de 1704. “Es pública la obligación de reclutar y mantener los Exercitos que defienden estos Reynos, hazer los mayores esfuerzos para recuperar la importante Plaza de Gibraltar, que desgraciadamente dio en manos de nuestros Enemigos, y resguardar a Ceuta, interesando en uno y otro la Religión, sin olvidar las asistencias de Milán, y las que han de ser puntuales a nuestros Aliados, y como a tan grandes empeños no bastan los efectos de la Real hazienda, ha precisado este conocimiento a discurrir algunos medios que subvengan a estas crecidas inexcusables cargas, entre los quales he resuelto por aora valerme por un año de la tercera parte de todos los censos impuestos sobre los propios, rentas y arbitrios de todas las Ciudades, Villas y lugares de estos Reynos (...)”. 61 126 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... envío de milicias para un auxilio urgente, tan sólo fueron remitidas al asedio el 6 de julio de 1705. Como ya citamos con anterioridad, en las sesiones de 2 y 9 de diciembre de 1704 se concretaron las órdenes de contribución para Marchena, 20 yuntas de bueyes en 10 carretas con hombres que las gobernaran, así como 200 gastadores, aunque luego en la sesión del día 20 se recibieron nueva notificación reduciendo el servicio a 50 mulos y los 200 gastadores. En la sesión de 28 de diciembre los capitulares reconocían que en la noche del día 26 se habían apresado entre 60 y 70 hombres para cumplir con esta contribución, pero que la mayoría tenían hijos, y además eran pobres y estaban enfermos. Además el envío de estos hombres, era muy perjudicial para la economía de la villa, porque los vecinos más acomodados del pueblo se oponían al mismo ante la inminente cosecha de aceituna y la posible falta de mano de obra que se iba a producir. Ante tal situación se acordó solicitar permutar este reclutamiento por el pago de un donativo que sería recaudado entre los vecinos más pudientes. En la sesión del 7 de enero de 1705, los capitulares acordaron y se ofrecieron a salir junto al Asistente, el viernes en la noche al campo, para seguir reuniendo y apresando el número de gastadores necesario. Sin embargo en la sesión de 18 de enero llegaban noticias del Regente de la Audiencia de Sevilla, que informaba que mediante Real Orden se perdonaba la aportación humana a cambio de que la villa entregara 600 fanegas de cebada a depositar en Ubrique, agradeciéndosele al Asistente su mediación. La aportación de ganado sin embargo se hizo efectiva62. Meses después cuando el asedio terminaba a su fin, el Marqués de Villadarias de nuevo solicitaba otra contribución de Marchena, la remisión de sus milicias a la guarnición de Cádiz. En la sesión de 29 de junio de 1705 se acordó avisar al Capitán D. Isidoro de Ahumada, para que alistara a sus cabos y soldados para iniciar la marcha. La compañía ya estaba alistada a inicios de julio, según se expresaba en la sesión del día 4 de julio. Esta rapidez y falta de obstáculos para su formación, nos confirma e indica que como manteníamos con anterioridad, la compañía estaba ya sorteada y constituida desde 1703, tras la orden del Arzobispo de Sevilla. 62 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 18 de Enero de 1705: “(...) por el mucho zelo y cuidado que pone en todo lo puesto en esta ocasion mirando por el alibio desta Villa y sus pobres vezinos procurando el yndulto y remesa de los gastadores que se le avian repartido para las faxinas del campo y cordon de Gibraltar y de los que para este efecto se avian preso reduziendolo todo a seiscientas fanegas de zevada transportadas por quenta desta villa a la de Ubrique (...)”. En la sesión de 31 de agosto de 1705, se libró 3000 reales de la remisión de 50 mulos de carga enviados a Gibraltar, de los cuales 2.100 iban destinados a pagar a los arrieros para que prestaran los mulos durante 8 días. 127 Francisco Javier Gutiérrez Núñez En dicha sesión del día 4 se acordó que la compañía partiera el lunes día 6 de julio con destino a Cádiz, socorriendo a la oficialidad y a los milicianos para el día de marcha, lo cual consistió en 1000 reales para el Capitán D. Isidoro de Ahumada, 50 escudos para el Alférez D. Lorenzo de Paz y 100 reales para el Sargento Francisco de Herrera. A los milicianos se les socorrería con 2 reales diarios, a los cabos con 3 reales diarios, y al sargento con 4 hasta su llegada a Cádiz. La situación de pobreza a la cual siempre se aludía, parece que en esta ocasión era bastante real, ya que en dicha sesión encontramos un acuerdo que no hemos vuelto a encontrar, el Cabildo acordó socorrer a las familias de los soldados milicianos reclutados, con dos fanegas de trigo para cada una, durante cada mes que estuvieran fuera de su casa. De la actuación de la compañía no volvemos a tener noticias, pero sabemos que desde julio de 1705 hasta enero de 1707 estuvo en la plaza de Cádiz, gracias a que en la sesión de 14 de enero de 1707, se recibió carta del Duque de Osuna, Capitán General, solicitando explicaciones del por qué las milicias de Marchena que estaban en dicha ciudad bajo sus órdenes, se habían marchado sin licencia ni permiso. Terminaba recordando que la vuelta de las milicias correría a costa de la villa, la cual acordó pedir explicaciones al capitán D. Isidoro de Ahumada. (Vid. Imagen 02). 4.3.- Las contribuciones del año 1706. A finales de 1705, en la sesión de 17 de noviembre llegaba la noticia que el Duque de Arcos había sido nombrado Virrey de Valencia, pero el venidero año 1706 fue un año crítico tanto para la gestión política del Duque como para la monarquía borbónica ante las incursiones portuguesas, la pérdida de Barcelona y el levante español, y la invasión de Madrid, que provocó la marcha temporal de la corte a Burgos. La movilización que se avecinaba era de bastante consideración e importancia. La sublevación de Cataluña y Valencia a favor de la causa del Archiduque, provocaría un aumento de peticiones de hombres, dinero caballos y bastimentos, a los Cabildos andaluces. Reclutamiento y reposición de bajas y deserciones (con sus vestuarios respectivos), fueron temas habituales en las reuniones capitulares de los años 1706, 1707 y 1708. A principios de 1706, de nuevo llegaron órdenes a ambas villas para que contribuyeran militarmente, Marchena con 30 hombres y Morón con 20 para la plaza de Cádiz. La orden llegó a Marchena en la sesión de 6 de febrero, y al no existir voluntarios se apresaron algunos hombres en el campo. En la sesión del día 13 se acordó escribir 128 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... al Capitán General notificándole las dificultades para quintar los 30 hombres, ya que algunos se han refugiado en la Iglesia y otros habían huido de la villa63. En la sesión de 22 de febrero (1706) se conoció que se había rebajado la contribución a 25 soldados, y que los apresados no eran todos naturales de la villa, sin embargo “atendiendo al alivio de sus vecinos y que estén en quietud y no reciban mayor quebranto”, se acordó entregarlos al Capitán D. Pedro Asturey Ramírez, encargado de conducirlos hasta el Puerto de Santa María, con un socorro de real y medio a cada uno durante 6 días de trayecto. Asturey podría elegir a los 25 del total de hombres apresados, tras seleccionarlos, se supo que 14 eran naturales, 6 no lo eran y los otros 5 eran residentes. Sin embargo como era habitual el sistema de quintas hacía “aguas”. En marzo se tenían noticias del Capitán General de la deserción de algunos soldados que la villa debía de suplir, algo después, en la sesión de 10 de abril se conocía que se trataba de Roque García y Juan de Mesa; uno de ello había desertado con vestido y munición, el cual se terminó pagando de los propios. Tras esta contribución militar a inicios de 1706, llegarían nuevas órdenes del Marqués de Villadarias, esta vez relativas al llamamiento a la nobleza de Andalucía para que “montase a caballo” a servir militarmente al rey. Aunque la orden original databa del 26 de febrero, en el caso de Morón, las actas capitulares no registran el asunto, aunque sí las de Marchena en la sesión de 15 de marzo. En todos los lugares se dilató la respuesta de la nobleza para realizar esta contribución, incluso a finales de mayo e inicios de junio, aún no se había producido, estando fijada desde marzo como lugar de reunión y plaza de armas, el Puerto de Santa María. De otras muchas villas tenemos registros y listas de nobles que acudieron al servicio, pero de Marchena no tenemos ninguna constancia documental. De forma similar se ordenó el servicio de armas de los caballeros cruzados de Órdenes Militares, el tema se trató en Marchena en la sesión de 27 de mayo, pero se afirmó que en la villa no vivían caballeros con hábitos. En el caso de Morón la orden ni se recoge a lo largo de todo el año. Nobleza en Marchena existió sin lugar a dudas, pero tenía unas particularidades. No contaba con mitad de oficios, y se consideraba que la villa era lugar de behetría, y 63 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 13 de febrero de 1706: “(...) se a hecho pricion de diferentes personas que no alcansan a dicho numero y se an ahuyentado de manera que no se puede allar un hombre por averse refugiadose a la Yglecia y otros ydose a los montes (...)”. 129 Francisco Javier Gutiérrez Núñez que no se distinguía a la nobleza con dicha mitad (nobleza moral o natural) sino que la nobleza era por simple reconocimiento y estimación del común (nobleza política)64. El 7 de julio de 1706, llegaron cartas del rey fechadas el 18 del mes anterior, acompañadas de otra del Marqués de Villadarias, del día 30, con órdenes que aludían a la urgencia que se padecía ante la invasión enemiga. Se solicitaba la contribución de un soldado montado, equipado y sustentado en campaña durante cuatro meses (a razón de 2 reales diarios), por cada labrador que tuviera más de 4 arados. Además se reclamaba que los Cabildos realizaran el reconocimiento de los hombres capaces de usar armas, así como registros de las armas y los caballos que hubiera en cada villa. En ambas se acordó que las órdenes fueron pregonadas, y que se iniciarían todas las diligencias necesarias para cumplirlas, realizándose también un censo de los labradores. Las cartas tanto del rey como del Capitán General, contenían un lenguaje que resaltaba una serie de valores, que como decíamos con anterioridad eran “baluartes” de la propaganda filipista, como eran los de la defensa de la religión, de la patria y de la Monarquía. Se presentaba a Felipe V, como el primer rey que desde Carlos I, se había puesto al frente de sus tropas para combatir. La carta del Borbón denunciaba la gravedad del momento, con la rebelión de Cataluña, la pérdida de Barcelona auxiliada por la armada angloholandesa, y el peligro que suponía una posible invasión portuguesa de Extremadura y Castilla. Además anunciaba su decisión de abandonar Madrid, para ponerse al frente de una infantería y caballería que se igualaría en número a la del enemigo, a la espera de recibir apoyos de unidades francesas a través de Navarra. Por todas estas causas el rey solicitaba al Cabildo de Sevilla, su esfuerzo para que persuadiera a sus vecinos y a los pueblos de su reinado, para contribuir a la defensa del país, anunciando su esperanza en el triunfo final con la intervención divina65. En Marchena la nobleza no contaba con mitad de oficios, en la sesión de 28 de septiembre de 1718, a la hora de realizar una quinta de 7 soldados, se planteaba que era lugar de behetría, en un informe del Auditor de Guerra, se afirmaba que en esta villa no se distinguía a la nobleza con dicha mitad (nobleza moral o natural) sino que la nobleza era por simple reconocimiento y estimación del común (nobleza política). Behetría en sentido estricto era “una población cuyos vecinos tenían derecho a elegir su señor”, eligiendo como tal a quién les hiciera más bien. A modo de hipótesis podemos lanzar la idea que esta diferencia quizás se debe de rastrear en el origen de ambos señoríos (Marchena y Morón), es decir en los distintos modos en que se cristalizó la señorialización de cada villa, rastrearla en cómo cada una pasó a la jurisdicción de un señor, y qué grado de competencias jurisdiccionales adquirió éste y sus sucesores a lo largo de los siglos XIV-XVI, lo cual sin duda tuvo que repercutir en la organización municipal. Por tanto posiblemente la distinta evolución señorial de Marchena, en parte explique el que no contara en su Cabildo con mitad de oficios, ni reconocimiento natural y moral de la nobleza, el cual sí se estableció en Morón de la Frontera. 64 De la amplia bibliografía sobre el tema puede consultarse dos buenos estudios del profesor González 65 130 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... La razón de solicitar soldados a caballo a los labradores con más de 4 arados, se basaba en el temor de un nuevo desembarco de la armada enemiga en la plaza estratégica de Cádiz, así como en la convicción que la caballería era más eficaz para repeler el ataque66. En el caso de Marchena el censo de labradores, arrojó un total de 49 personas con más de cuatro arados, aunque sólo 14 de ellos eran capaces de poder costear el montado; el resto, los otros 35, no podían afrontar los costos según se decía, “por su mucha pobreza”, muchos de ellos aparceros. Por este motivo se acordó enviar al regidor D. Alonso Ramos como diputado a Sevilla, para que comunicara al Asistente el hecho y permitiera que estos últimos se mancomunaran para costear el servicio solicitado, gestiones que no dieron resultado67. La contribución quedó fijada en 20 soldados montados, que serían repartidos entre los labradores, en función de la hacienda de cada uno, lo cual se evaluaba en la sesión de 22 de julio en unos elevadísimos costos de 4000 ducados. Sin embargo los capitulares acordaron convocar a los labradores a una reunión a la mañana siguiente en las casas capitulares, con la consigna que si no se conseguía la moderación del servicio, se procedería contra ellos si no contribuían. El Asistente y D. Alonso Begines (Alcalde Ordinario), de nuevo viajaron a Sevilla para ajustar la contribución, y lo consiguieron, rebajándose a 10 montados, según Cruz: González Cruz, David: Guerra de religión entre príncipes católicos. El discurso del cambio dinástico en España y América (1700-1714), Ministerio de Defensa, Madrid 2002. González Cruz, David (coord.): Propaganda y mentalidad bélica en España y América durante el siglo XVIII, Madrid, Ministerio de Defensa, 2007. 66 A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 34. Acta de 7 de Julio de 1706. “(...) debiendo oponerme, ayudado de Dios a que no logren la execucion de sus designios contra Cádiz, hasta perder la última gota de sangre por conserbar esta importantisima Plaza, de que pende la seguridad de las Andaluzias, y aun de todos los dominios de S. M., siendo la principal fuerza para embarazar los desembarcos la que se funda en mayor cuerpo de Cavalleria que sea dable juntar (...) obligan tan señalados motivos a que todos en general y en particular, atiendan con los mayores esfuerços”. 67 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 11 de Julio de 1706: “(...) y aviendo examinado en dicho vezindario se halla aver quarenta y nueve personas que tiene labor de quatro arados arriba y en ellos los catorce que pueden dar cavallo montado y en la forma que S. M. lo manda y los treinta y sinco que no son capaces en manera alguna de poder dar un soldado y cavallo en la forma que se previene por las dichas Reales Ordenes por su mucha pobreza y que algunos de ellos tiene las labores de aparcería para poder mantener dichos quatro arados, en cuia atenciony para que no queden extinguidas las dichas labores se remite testimonio de el número de vezindad y personas capaces de tomar armas a el dicho señor Asistente (...)”, al cual se le comunicaría “(...) la pobreza e imposibilidad de la maior parte de los labradores de esta villa para que con el conocimiento de ellos esta villa pueda mancomunarlos a la composición del más proporcionado número de cavallos y montados (...)”. 131 Francisco Javier Gutiérrez Núñez se expresaba en la sesión de 3 de agosto. Sus costes se evaluaban ahora en 17.700 reales. La adquisición de caballos y equipamiento la realizó el Cabildo, contando con un arbitrio para tal cometido e iniciando el cobro a los labradores, pelentrines y pegujaleros. Incluso en la sesión del día 6 se acordó recibir ofertas voluntarias de los nobles. De forma individual D. Luis Monzón de Hinestrosa que contaba con 15 arados, mandó a Sevilla, un montado costeado por su propia cuenta al margen de los establecidos y sin orden de la villa68. En septiembre ya se tenían preparados los 10 montados, los costes de su equipamiento, armas y gastos de viajes, ascendieron a 11.204 reales. De ellos 5 eran naturales de Marchena, 1 natural de Sevilla, 3 gallegos y un santanderino: 1. Álvarez de Benjumea, Manuel Rodrigo (24 años). Natural de Marchena. Hijo de Diego y Ana (c/ Huéscar). Descripción: “pelo castaño lleva cavallo color bayo”. 2. Carvallido Troncoso, Domingo (29 años). Natural de Tui (Galicia). Hijo de Domingo y María. Descripción: “pelo largo negro lleva un cavallo castaño con lusero y lista blanca en la cara y el pie izquierdo blanco”. 3. Chaves Jiménez, Juan de (20 años). Natural de Marchena. Hijo de Juan y Juana. Descripción: “pelo castaño corto cavallo rubio”. 4. Fontanilla Ríos, Francisco de (19 años). Natural de Marchena. Hijo de José y Ana. Descripción del caballo: “lleva un castaño claro”. 5. Gavielo, José (40 años). Natural de la Riera (Montañas). Hijo de Juan de Gavielo. Descripción: “lleva un cavallo ruvio claro”. 6. González Rodríguez, Francisco (26 años). Natural de Salvatierra (Galicia). Hijo de Francisco y Ana. Descripción: “lleva cavallo castaño claro lusero en la frente y los pies blancos”. 68 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 17 y 30 de Septiembre de 1706. “Los quales dichos dies soldados montados ban con todo su equipaxe cumplido y nesesario y tambien socorridos por quatro meses de campaña a rason de dos reales cada dia”. Fueron remitidos a Sevilla a cargo de D. Francisco de Cifontes y Quesada (Fiel Ejecutor). Acta de 7 de octubre de 1706: Gracias a la regulación hecha a un grupo de labradores que se le rebajó parte de su contribución conocemos sus nombres, muchos de ellos capitulares: D. Lorenzo Begines, D. Pedro Rubio, Capitán D. Juan Rodríguez, D. Roque Galindo, D. Juan y D. Antonio de Bohórquez (éste último vecino de Morón), D. Antonio Galindo, D. Sebastián de Vargas, D. Juan de Alfonseca (manifestó que su padre Luis de Alfonseca y su cuñado Antonio de Rueda, eran los que por convenio disfrutaban de sus arados), Cristóbal Barrera, Francisco García Conejo, Francisco de la Barrera, Francisco de Vega, Juan Romero Gudiel. 132 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... 7. Lorenzo, Pablo (35 años). Natural de Sotomayor (Galicia). Hijo de Juan Lorenzo y María Lorenzo. Descripción: “lleva un cavallo castaño oscuro los pies blanco”. 8. Macho Ortíz, Francisco (18 años). Natural de Marchena. Hijo de Juan y María. Descripción: “pelo corto mediano lleva un cavallo morillo”. 9. Martínez, José (25 años). Natural de Marchena. Hijo de Cristóbal Mateos y María Jiménez (c/ del Horno de las dos calles). Descripción: “buen cuerpo hoios de viruelas lleva un cavallo ruvio”. 10. Sánchez de San Francisco, Fernando Pablo (19 años). Natural de Sevilla. Hijo de José y Juana. Descripción: “pelo liso lleva un cavallo ruvio”. Aunque este servicio en un principio iba destinado a las defensas de Cádiz ante otro posible ataque inglés a la costa, los acontecimientos cambiaron su destino. Eran momentos en el cual el ejército austracista triunfaba en la Meseta castellana, y estos “nuevos montados” terminaron siendo destinados a la defensa de Castilla. Del destino final de los montados de Marchena, no contamos con más noticias, aunque tuvieron que correr la misma suerte que los montados de otras villas sevillanas. Morón formó una compañía bajo el mando del Capitán D. Martín Dionisio de Auñón, y Carmona organizó otra compañía comandada por el Teniente Manuel Navarro, al estar ausente en Italia su Capitán Francisco María de Milán. Ambas se integraron en el Regimiento de caballería de D. Jorge Blasco, al que se unieron en Toledo69. Écija reunió 56 soldados de caballería, también remitidos a Castilla, posiblemente también agregados a este Regimiento, hecho que aún no tenemos confirmado. 4.4.- La contribución “miliciana” al Regimiento de Carmona (1707-1709). El destino le tenía reservada a los Cabildos de las villas de Morón y Marchena sorpresas para los años 1706-1707. Incluso Morón acababa de organizar una compañía de caballería y se vio con la obligación de levar otras tres compañías de infantería. La organización tradicional de las milicias fue reformada a través de un nuevo Reglamento emitido en febrero de 1704, surgiendo los Regimientos, ideados para El Regimiento de Don Jorge Blasco fue levado en Córdoba el 3 de julio de 1706, siendo su primer Coronel, don Jorge Blasco, posiblemente falleciera en Almansa (25 de abril de 1707), ya que el 21 de junio de 1707 fue sustituido por Manuel Duque de Estrada y Meneses (marqués de Lanzarote). Stampa Piñeiro, Leopoldo; Sánchez Martín, Juan L.: “La primera campaña de Portugal en la Guerra de Sucesión, 1704 (I)”, en R & D, n° 2 (1996), pp. 53-71 cit. p. 50. 69 133 Francisco Javier Gutiérrez Núñez que fueran unidades de infantería más operativas. Al Reino de Sevilla se le adjudicó la formación de 10 Regimientos70. El origen de la formación del Regimiento de Carmona, reside en este nuevo Reglamento de milicias (1704). A Carmona le correspondía formar un Regimiento de 12 compañías, ya que era cabeza del distrito o partido del cobro del servicio de milicias, impuesto que se recibía anualmente de los pueblos de dicho partido. Carmona alegando los excesos cometidos con esta orden, propuso a la superioridad, aportar sólo la mitad del mismo, mientras que los lugares de la Tesorería del partido de Carmona que no tuvieran por Real Orden que formar milicias, aportarían la otra mitad71. Esta propuesta fue aceptada por el Marqués de Villadarias (Capitán General) y para ello, la otra mitad, es decir 6 compañías tendrían que ser levadas por las villas de Morón (tres), Arahal (dos) y Paradas (una). A las sesiones capitulares de Carmona de 24 de julio y 8 de agosto de 1705, llegaron órdenes para que Carmona se encargara de formar el Regimiento de milicias. Los Cabildos de Morón y Arahal, dilatarían su contribución a lo largo de todo el año de 1706. El de Morón mediante carta fechada el 17 de agosto notificaría al Corregidor de Carmona, que no le era posible formar las 3 compañías, por los costes que estaba suponiendo el levantar la compañía de caballos del Capitán D. Martín Auñón y Herrera. El Cabildo de Carmona siguió trabajando para lograr la formación del Regimiento pero se encontraron con numerosos retrasos e inconvenientes por parte sobre todo del Cabildo de Morón72. A pesar de sus esfuerzos, en los últimos meses de 1706 y primeros de 1707, el mismo seguía sin formarse. Pero se produjo un giro cuando el Duque de Osuna fue nombrado Capitán General de Andalucía. A finales del mes de noviembre de 1706, el Duque de Osuna, estaba formando un Regimiento de caballería de Dragones entre las villas y vasallos de su Estado, para disponer la defensa de la ciudad de Cádiz. Este hecho motivó que el Duque, enviara La organización interna de cada Regimiento era la siguiente: 1 Coronel, 1 Teniente Coronel, 1 Sargento Mayor, un capellán, 10 capitanes, 12 tenientes, 12 alféreces, 22 sargentos, 120 cadetes y 380 soldados. 71 Los motivos del Cabildo de Carmona se recogen en: Gutiérrez Núñez, F. J.: “El Cabildo de Carmona (…)”, art. cit., pp. 133-140. 70 Gutiérrez Núñez, F. J.: “El Cabildo de Morón de la Frontera a inicios del siglo XVIII: Poder y gobierno municipal durante la Guerra de Sucesión (1700-1713)”, en Actas de las V Jornadas de Temas Moronenses (26 al 30 de septiembre de 2001), Fundación Fernando Villalón (Patronato Municipal de Cultura) - Exmo. Ayto. de Morón de la Frontera, Morón de la Frontera (Sevilla), 2003, pp. 111-143, vid. pp. 137-139. 72 134 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... al Corregidor de Carmona, una carta fechada en Osuna el 20 de febrero de 1707, notificando que traspasaba la contribución de 3 compañías de Morón, a Marchena, y las 2 de Arahal a Estepa, alegando su aportación al Regimiento de caballería de Dragones. Paradas seguía con la suya73. La contribución de las 3 compañías hubiera supuesto para Morón sólo en la manutención durante cuatro meses, de oficiales y soldados, un coste de 10 mil reales, sin contabilizar el gravamen humano que suponía perder vecindario, el coste del equipamiento y el reemplazo de desertores. En cambio para el Regimiento de caballería de Dragones, se ofreció al Duque, 300 fanegas de trigo (a restituir al Pósito) por un valor de 6 mil reales, tal como se fijó en la sesión de 25 de marzo de 1707. (Vid. Imagen 03). El traspaso de las 3 compañías de la contribución del Regimiento de Carmona, se conoció en Marchena en su sesión de 22 de febrero de 1707, al recibirse la citada carta del Duque de Osuna con fecha 20 del mismo mes. Todos los derechos y obligaciones que tenía Morón, fueron transmitidas a Marchena, incluyendo el poder nombrar Teniente Coronel e imponer arbitrios para afrontar los costes. El Cabildo de esta última acordó escribir al Duque de Arcos para que gestionara redimir a la villa de tal servicio, y escribir al Coronel del Regimiento para consultarse si se podría servir con las compañías de milicias y como debía de ser el reclutamiento, sentando plaza de voluntario o por sorteo. De nuevo salió a la luz la falta de medios económicos para afrontar los costos de la formación de las 3 compañías. Al no contar con efectivo con el cual afrontar de forma inmediata los gastos de armas y vestidos, en la sesión de 10 de marzo de 1707 se acordó realizar dos actuaciones urgentes. En primer lugar solicitar al Arzobispo de Sevilla, permiso para que la fábrica de las iglesias de Marchena, le prestase dinero. En segundo lugar el Asistente, el Alcalde Ordinario y un Regidor, también pedirían préstamos a los vecinos más acomodados, cantidades que se les devolvería a plazos. En esa misma sesión del día 10 de marzo, se valoraba el costo de formar las 3 compañías en 100 mil reales. En ella se acordó hacer padrón de vecinos con 73 A. M. C. Legajo 568. Expediente de formación del Regimiento de Carmona (1706-1707). “(...). En cuanto a las çinco compañias que se pedían a Morón y al Arahal respecto de que estas avian hecho maior servizio que este que es darla de caballos montados equipados bestidos y armados para el rejimiento de dragones que lebante en los lugares de mi estado he repartido las tres compañias de Moron a Marchena y las dos del Arahal a Estepa y lugares de aquel Marquesado y para que las apronten y dispongan el entrego de ellas para la formazion del rejimiento y ponerlo completo les escrivo a este fin..(...)”. 135 Francisco Javier Gutiérrez Núñez vistas a levar 150 hombres, contando con los solteros, casados y viudos. La tarea le correspondió a dos capitulares por barrio, excepto en San Miguel que serían tres, por el gran conocimiento que tenía en dicho barrio el jurado Capitán Juan Rodríguez. El Cabildo viendo que el Duque no conseguía relevar la contribución, acordó en la sesión de 22 de marzo, remitirle carta para que nombrara cabos y conociera que la villa para afrontar los costos pensaba fijar como arbitrios, 4 maravedíes en cada libra de 32 onzas, 1 real en cada arroba de aceite (a pagar por el comprador), 4 maravedíes en cada libra de jabón, y 1 real en cada arroba de lana (a pagar por el comprador) y medio almud (o bien un real) en las fanegas de trigo que del pósito se prestasen. El Duque terminó por anunciar que no había conseguido el relevo de la contribución. En la sesión de 5 de abril de 1707, se acordó enviarle carta con la nómina propuesta para los distintos cargos de la oficialidad de las 3 compañías, contando con los habituales apellidos de la oligarquía local, pero aunque la respuesta llegó a inicios de mayo, sufrió modificaciones74: Compañía Capitán Teniente Alférez Para Alférez: D. Diego de Vargas (hijo de Sebastián), D. Cristóbal Galindo, D. Manuel de Quirós. Sargento 1ª Para Teniente Coronel: D. José Pastor. Para Teniente: D. José de Ayllon y D. Nicolás de Zayas. Para Sargento: Francisco de Herrera, Francisco Pulido. 2ª Para Capitán, D. Francisco de Quirós y D. Pedro de Paz. Para Teniente: D. Nicolás de Tejada y D. Francisco de Luna. Para Alférez: D. José de Tobar, Diego de Vargas (hijo de Cristóbal). Para Sargento: Fernando de Carmona y Pedro Romero Gudiel. 3ª Para Capitán: D. Luis de Céspedes, D. Juan Calderón, D. Miguel de Quirós. Para Teniente: D. Antonio Galindo y D. Francisco Tobar. Para Alférez: D. Francisco Vázquez Centeno, D. Tomás Contonente. Para Sargento: Pedro Romero Góngora, Antonio Carranza. El Coronel del Regimiento, D. Antonio Cervantes cuando estaban formadas las 6 compañías de Carmona, llegó a Marchena a finales de abril solicitando que se A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 5 de Abril de 1707. Propuesta de nombres de la oficialidad. 74 136 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... acelerara la formación del resto de compañías, cuando aún no se había formado ni una sola. En la sesión del 28 de abril se nombró dos capitulares para hacer las gestiones y un depositario de los arbitrios a recaudar. Además se acordó hacer una bandera que quedara en la villa, con el fin que sirviera para sentar plaza. La recompensa por ingresar de voluntario consistía en el equipamiento de vestido y armas, 30 reales de entrada, más 2 reales diarios. El 1 de mayo, el Coronel continuaba apremiando la entrega de las compañías, ya que tenía órdenes del Capitán General, para marchar con el Regimiento a Encinasola y Aroche (Huelva) el día 3. En la sesión del día 1, se reconocía la imposibilidad de hacer todas las gestiones, y que las compañías no estarían dispuestas hasta mediados de mes. En la sesión del día 2 se revisaron los padrones y se configuraron 508 cédulas de los sujetos considerados hábiles, que entraron en sorteo en la sesión del día 3 en Cabildo abierto, sacándose 180 cédulas para cubrir con creces los 150 soldados de las tres compañías, por si había reclamaciones o bajas de última hora. Sólo se apuntaron como voluntarios dos personas: Manuel Rodríguez y José Cortés. El Coronel seguía apretando al Cabildo y el día 4 de mayo le solicitó que como debía de marchar al día siguiente, que le entregaran al menos una compañía de 50 hombres. Sin embargo hasta la sesión del 10 de mayo, no se afirmaba que la 1ª Compañía estaba presta y vestida. Los costes de su formación se afrontaron poniendo a la venta 200 fanegas del Pósito a razón de 17 reales cada una, y tomando a préstamo 2.300 reales de cuatro vecinos a quiénes se les tendrían que devolver por el día de Santiago. En la sesión de 18 de mayo ya se reconocía que la 1ª Compañía también estaba equipada y armada, y se dispuso que marchara a Sevilla donde se incorporaría al Regimiento de Carmona75. La oficialidad de la 1ª Compañía se componía de D. José Ayllon (Capitán teniente, del Teniente Coronel), D. José Tovar (Subteniente), y Francisco de Herrera (Sargento), su tambor sería Gabriel Bermúdez, al margen de los 48 soldados restantes. En la sesión del día 25 de mayo se recibió carta del Coronel D. Antonio de Cervantes escrita por orden del Duque de Osuna, ordenando que la dos compañías que faltaban aún para cumplir con el servicio, fueran enviadas aún sin vestidos para incorporarse al Regimiento, ante la necesidad de gente para las operaciones de la presente campaña. Se planteó cumplir la orden, aunque se reconocía un problema: si Ya en julio y septiembre se pagarían a José Fabre y Sebastián Álvarez, mercaderes de Carmona, 490 y 425 reales respectivamente de las bayetas de paño para los vestidos de la 1ª compañía. A Juan Bernardino de Morales, mercader local, también se le compraría ropa para la 1ª y 2. 75 137 Francisco Javier Gutiérrez Núñez salían de la villa sin vestidos muchos se volverían. En estas fechas las 2 compañías de Estepa pertenecientes al mismo Regimiento, transitaron por Marchena76. En la sesión del 3 de junio de 1707, el Asistente llamó al orden a los capitulares, para que se cumpliera con la formación de las otras 2 compañías. De nuevo se planteó vender otras 200 fanegas de trigo del Pósito, a restituir el día de Santiago, pero hubo voces discrepantes que expresaron que no se podía contradecir las órdenes del Duque de Arcos, que no era partidario del uso del Pósito como medio crediticio para el Cabildo, al ser éste una institución que debía servir en momentos de crisis y necesidad, para socorrer al vecindario, ya que ésta era “la razón fundamental de la erección y conservación de los pósitos”. El Duque nombró por Capitanes de la 2ª Compañía a D. Luis de Céspedes, y de la 3ª a D. Nicolás de Tejada. Pero en julio seguía sin formarse ambas compañías, y el Teniente Coronel, D. José Pastor solicitaba premura77. En la sesión de 11 de julio se recibió carta del Duque de Osuna Capitán General, agradeciéndole a los capitulares y al Teniente Coronel sus esfuerzos en la formación de la 1ª compañía. El Cabildo acordó escribirle agradeciéndole la gratitud de sus palabras, aprovechando para comentarle las dificultades económicas por las que pasaban los propios de la villa; aunque se pensaba que la 2ª Compañía estaría lista antes del día de Santiago. El 26 de julio se solicitaba la relación de sus integrantes. Pero aunque se pagó 300 reales de sus soldadas de parte del mes de julio hasta el 22 de agosto no estuvo completa con vestidos, armas, cartucheras y espadas. En dicha sesión se acordó que marchara con su Capitán, D. Luis de Céspedes, al cual se le entregarían 300 reales vellón, al Teniente Vargas 150 reales de vellón y al tambor Gabriel de Cárdenas 68 reales (para el coste del traje). Además se pagarían a los soldados, 444 reales vellón de los sueldos de 6 días de marcha, y de sueldo a 10 voluntarios, 300 reales. Un total A. M. C. Legajo 568. Expediente de formación del Regimiento de Carmona (1706-1707). La oficialidad de estas dos compañías de Estepa era la siguiente; Sargento Mayor: D. Bartolomé Suárez de Negrón y Córdoba, D. Bartolomé (natural y vecino de Estepa) ; Capitán 1ª Compañía.: D. José Saavedra y Figueroa, D. José (natural y vecino de Estepa) ; Capitán 2ª Compañía: D. Nicolás Rodríguez de Alcántara y Cos, D. Nicolás. (vecino, natural de Granada); Alférez 1ª Compañía: D. Alonso Vicente de Mora (vecino, natural del lugar de Sierra de Yeguas). 76 D. José Pastor muy posiblemente dejó de ser Teniente Coronel del Regimiento de Carmona hacia 1709, año en el que obtuvo patente para formar un Regimiento de caballería, siendo él su Coronel. En 1710 este nuevo Regimiento estaba sirviendo en Andalucía y en 1712 pasó a Extremadura, donde terminó la guerra y fue disuelto en abril de 1715. Vid. al respecto Sánchez Martín, Juan L.: “Los Regimientos de Caballería en la Guerra de Sucesión, 1701-1715”, en Researching & Dragona nº 6 (1998), págs. 36-82, cit. pág. 65. 77 138 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... que ascendía a 1500 reales vellón. A una semana escasa de haber partido de la villa ya habían desertado dos soldados. A inicios de noviembre de 1707, se le reclamaba el reemplazo de 26 desertores, pero en la sesión del 26 de noviembre se recibió carta del Duque de Osuna, reclamando 104 hombres solteros y naturales para completar el Regimiento de Carmona. Las causas eran pocas: o deserción o el Regimiento había entrado en combate y tuvo muchísimas bajas. Si esto se llevaba a cumplimiento era comenzar de nuevo casi con toda la contribución, por ello se acordó recurrir la orden. Hasta la sesión de 4 de febrero 1708 no volvemos a tener noticias de esta reclamación como veremos más adelante. En la sesión de 4 de febrero de 1708, el Asistente de Sevilla le reclamaba aún 25 soldados para el Regimiento de Málaga (8 desertores y 17 de nuevo repartimiento), teniendo que cumplir con otros 15 soldados para el Regimiento de Jerez y 104 hombres para el Regimiento de Carmona. El problema de las deserciones se convirtió en un verdadero suplicio para la villa, ya que este hecho suponía costos extras a desembolsar de sus propios, encontrándose en crisis sus arcas municipales y con graves carencias demográficas para cubrir todas las peticiones. Ante la fuga de mozos solteros se tenía que tirar de los casados, e incluso apresarlos ante el peligro de fuga78. La crisis de sus arcas municipales era tan real que ante el apremio del Coronel D. Antonio Cervantes para suplir los desertores de las dos primeras compañías y formar la 3ª se reconocía de forma evidente. En la sesión del 23 de febrero de 1708 se afirmaba que todos los ingresos de sus bienes de propios se encontraban embargados por la Real Hacienda, a pesar de lo cual se intentaría cumplir lo solicitado. En mayo renace el tema cuando el Duque de Osuna envió carta solicitando que se le entregaran al Capitán D. Luis de Céspedes un total de 113 hombres, por varios conceptos: 65 que la villa dejó de dar en las quintas del año pasado (en los cuáles se incluyen 50 hombres de la 3ra. Compañía), y 43 entre muertos, desertores y desechados, y 5 aplicados para la guarnición de Ceuta. En la sesión de 16 de mayo se acordó solicitar suspender la entrega por ahora de la 3ª Compañía, y sólo entregar el reemplazo de los desertores, desechados o muertos, de la 1ª y 2ª. Las causas alegadas de nuevo eran las mismas de siempre, las carencias 78 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 4 de Febrero de 1708: “(...) y por quanto sea experimentado la fuga de los mozos solteros a quienes toca este servicio sin que basten para su apresto ningunas urgencias ni para que se conserben en los Regimientos donde se conduce y que por estos motibos se hace ymposible el Servicio de dicha calidad de jente (...)”. 139 Francisco Javier Gutiérrez Núñez del caudal público, por lo gastado en las dos compañías, y la falta de mozos por la continua contribución a otros Regimientos79. El 22 de junio se reconocía haber reemplazado ya 37 soldados, y que los 5 para Ceuta no eran obligatorio, al remitir la villa 85 soldados en 1707 para las dos primeras compañías, cuando cada una sólo debía de ser de 40 hombres. En la sesión de 9 de julio llegaba la orden del Duque de Osuna, de entregarle la 3ª compañía al Capitán Céspedes, y a renglón seguido el resto de sustitutos de desertores. El Cabildo acordó que viajara el regidor Juan Montiel a Cádiz para entrevistarse con el Duque y hacerle ver la imposibilidad de formar la 3ª compañía, aunque sí se reemplazaría a los desertores que faltaban. Al final a Cádiz marchó D. Tomás de Paz, al cual se le libró 750 reales, y trajo un decreto del Duque de Osuna que se leyó en la sesión de 21 de julio de 1708, por el cual relevaba a la villa de la contribución de 17 hombres para el Regimiento de Málaga, pero confirmaba la obligación de aportar la 3ª compañía, para lo cual se dispuso de nuevo el sistema de reclutamiento por cuadrillas80. En septiembre de nuevo el Duque de Osuna reclamaba que se cumpliera su orden a cambio que la villa no tuviera que reemplazar los desertores de los demás Regimientos (de Málaga y de Jerez). Por ello en la sesión del 27 de septiembre, se acordó realizar el sorteo para el día 30 y completar los que faltasen. Además ya se conocía la oficialidad de la 3ª Compañía, D. Martín Muñoz de Dueñas (Capitán), D. Juan Bacaro (Teniente), D. José de la Cruz y Cueto (Alférez), José Ponce de León (Sargento). D. Martín de Dueñas había sido nombrado por haber sufragado 30 vestidos 79 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 16 de Mayo de 1708: “(...) añadiéndose lo aniquilado de este vezindario por los repetidos e ynsufribles transitos de tropas y con el alojamiento de dos compañías que a tenido de cuartel cuias sircunstancias lo an constituido en la mayor miseria (...)”. 80 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 21 de Julio de 1708: “Cádiz diez y siete de julio de mil setezientos y ocho. El Capitán de Ynfantería del Regimiento de Carmona que se alla en la villa de Marchena a la recluta no obstante la ultima orden que le fue y atendiendo a la representazion que me a echo el Cavildo de ella por medio del Cavallero diputado D. Thomas de Paz, a quien e oydo con gran gusto, luego que reciba esta se retirara y bendra a esta plaza con la jente de reemplazo que la Villa tuviere promta quedando al cuidado de sus capitulares embiar aqui luego la demas que faltare siendo lo primero la 3ra. Compañía estando en ynteligenzia que en su defecto pasaran dos de caballos con orden de alojarse en sus mismas casas manteniendose en ellas asta que la Villa lo cumpla y los diez y siete hombres que se la pidieron para el Regimiento de Malaga, no siendo por Reemplazo de desertores sino por nuebo repartimiento que se le haze se le recibiran en quenta de lo que a de dar por la tercera compañía lo cual ejecutara luego este oficial haziendo primero yntimar esta resolucion a la misma Villa en su Cavildo para su puntual cumplimiento en la parte que le toca trayendo testimonio de aberlo echo con yntenzion de ella (...)”. 140 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... completos, gasto que había ahorrado a la villa. Esta compañía se entregó completa y vestida en octubre de 1708. El reemplazo de deserciones por parte de Marchena es una tarea ardua y difícil. Las reclamaciones fueron tan habituales que en ocasiones se dejaban de registrar en los Cabildos, y el diputado de Guerra gestionaba por su cuenta el reclutamiento, envío y remisión si el número de soldados no era considerable. Al menos eso se desprende de una documentación variada, relativa a listados de nombres de desertores, gastos de equipamiento y certificaciones de entrega, que se inserta en las actas pero inconexas cronológicamente con la sesión en la que se encuadernaron. En marzo de 1709, se tuvieron nuevas noticias de deserciones, en concreto en la sesión del día 6 de dicho mes se conoció que del Regimiento había desertado 8 soldados, dos con vestidos y armas, y a Marchena se le reclamaba el reemplazo. El Asistente dijo tener apresados dicho número en la cárcel y contar con la vestimenta. Se acordó su remisión a la plaza de Cádiz81. Tras seguir el Regimiento en campaña, las bajas continuaron. Ello motivó que al año siguiente, la villa el 15 de abril (1710), acordará utilizar el apresamiento para mandar otra remesa de soldados para las nuevas tropas del mismo. Si no eran las bajas, resurgía el problema de las deserciones. A inicios de 1711, en la sesión de 14 de enero, se dió lectura a un despacho del Asistente de Sevilla ordenando que en 8 días se arrestaran 85 soldados desertores, 60 del Regimiento de Carmona, 24 del Regimiento de Málaga, 1 del Nuevo Repartimiento de tropas. Se acordó hacer 4 copias de las listas con los nombres de los desertores, para los dos Alcaldes Ordinarios, el Alguacil Mayor y el Diputado de Guerra, que se encargarían de apresarlos. Sin embargo esta tarea no tenía que ser nada fácil. Un ejemplo de esta documentación es una relación firmada en Cádiz, el 13 de marzo de 1709, por el Teniente Coronel del Regimiento de Carmona, D. José Pastor. “Relacion de los soldados que han desertado de la Compañía de D. Martín de Dueñas una de las del Regimiento de Carmona. Ynclusos en relacion antecedente. En dos de diziembre de 1708 desertó Pedro Fernández hijo de Pedro, calle San Agustin y llevo casaca chupa, calzón, medias zapatos, dos camisas, dos corbatas y sombrero. En dicho dia desertó Diego de Ríos, hijo del mismo, calle Guillermos que se llevó casaca chupa, calzón, medias, zapatos, dos camisas, dos corbatas, sombrero y bridas. Después de la relación zitada. En dos de febrero de 1709 desertó Francisco González hijo de Andrés de la Cuesta de Misericordia, que se llevó casaca chupa, medias, zapatos, dos camisas, dos corbatas, sombrero y bridas. En nuebe de marzo de 1709 desertó Bartolomé Moreno hijo de Miguel, calle Santa Clara i se llevo chupa, calzón, medias, zapatos, dos camisas, dos corbatas, sombrero y bridas. Cádiz y marzo 13 de 1709. Joseph Pastor”. (A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Documento suelto sin acta). 81 141 Francisco Javier Gutiérrez Núñez En la sesión de 27 de febrero se exponía que los Alguaciles sólo habían capturado a cinco, pero que se tenía que buscar otra solución ante el enorme gasto que estaban ocasionando dos capitanes y otros oficiales de los Regimientos de Carmona y Málaga. Se acordó optar por reclutar un soldado de cada 20 vecinos del padrón. El asunto sin embargo no estaba resuelto en mayo. En la sesión del día 8 las autoridades volvían a reclamar el apresamiento de desertores o bien su reemplazo para el Regimiento de Carmona, y como última solución, se quintarían a los mozos solteros y naturales, e incluso si hacía falta a los casados de menos de tres años. Al no registrarse sorteo en las actas, pensamos que para el reclutamiento de nuevo se optaría por el apresamiento o el sistema de cuadrillas. Sólo se cumpliría en parte con el envío de algunos soldados de reemplazo, cuando el 8 de mayo se libró 1657 reales de la conducción de soldados del Regimiento de Carmona y Málaga, pero de nuevo se solicitaban el 5 de junio la entrega de otro grupo. El Regimiento de Carmona se hallaba en Badajoz, según se expresa en la sesión de 17 de marzo de 1712, cuando fue necesario de conducir tres nuevos soldados para el mismo. Su inactividad tuvo que producirse a partir de ese año ya que no hay más noticias del mismo, incluso en la sesión de 21 de enero de 1713 se hacía balance de las aportaciones y los costes de las tres compañías para este Regimiento. Años después el 29 de mayo de 1719, se recibía orden del Capitán General para que la villa informara sobre el estado de las milicias, para lo cual se consultó el archivo y se le iba a remitir información sobre el hecho que en mayo de 1711 se reclutaron 60 hombres, y que como oficiales sirvieron en el Regimiento de Carmona, D. Francisco y D. Diego de Vargas, Capitanes, y Nicolás de Alfaro, Sargento. En ese año de 1719 se expresaba que no había ni oficiales ni armas de milicias. 4.5.- Contribuciones intermedias (1707-1709). Al margen de la contribución al Regimiento de Carmona, Marchena a lo largo de 1707 tuvo que contribuir en distintas ocasiones con soldados para completar distintos regimientos de infantería veteranos y provinciales: a) Regimiento de D. Juan de Medina o Regimiento de Málaga. A finales de diciembre de 1706, llegaron órdenes del Duque de Osuna para que Marchena reclutara 8 soldados naturales y vecinos, para el Regimiento de Málaga. En la sesión de 28 de diciembre se acordó realizar el sorteo en Cabildo abierto, en la 142 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... mañana del día siguiente miércoles, y se hizo en la cuadra el Cabildo, por ser “corto” el sorteo: 8 vecinos a reclutar82. Fijado el día 4 de enero de 1707 para que se presentaran en la plaza, sólo concurrió uno de ellos, Francisco Hornillo, por lo cual se acordó proceder contra los padres de los huídos, para embargarles sus bienes como era habitual en estos casos. Ante tal hecho se acordó el día 10 de enero, completar el número con 6 presos que estaban en la cárcel pública. En la sesión del 30 de marzo, se recibió carta de D. Juan Antonio de Charril y Vidarte Medina, Coronel del Regimiento de Málaga, anunciando haber recibido los 8 soldados, pero dos de ellos habían sido declarados inútiles: Juan González (hijo de Andrés Rodríguez), y Bartolomé Enríquez (hijo de Pedro Enríquez). La villa acordó sustituirlos y reemplazarlos por Pedro de Carmona y Juan de León, los cuáles serían entregados en Cádiz. Ante las deserciones, la villa tuvo que restituir a un buen número soldados, para lo cual vino a finales de septiembre D. Francisco de Salamanca, Capitán de dicho Regimiento, con motivo de conducirlos a Ayamonte. A través de la sesión de 26 de noviembre conocemos que seguía en la villa y además de 8 desertores solicitaba otros 17 soldados, ya que si no se les entregaban, amenazaba con el hecho que llegarían cabos militares a imponer y cobrar 50 ducados de pena, además de tener que comparecer un Alcalde Ordinario y un Regidor ante las autoridades superiores83. Los obstáculos iniciales desaparecieron y en la sesión de 9 de diciembre, se acordaba remitir 25 mozos que se hallaban encarcelados para el Regimiento de Málaga, siendo reconocidos por el Asistente y los Diputados de Guerra. Se les asistiría a cada 82 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 29 de Diciembre de 1706. Barrio de San Sebastián: (1) Hidalgo, Francisco (C/ Sta. Clara). (2) Rueda, Diego de (C/ San Sebastián). (3) Ruíz, Francisco (C/ Sta. Clara, próximo a casarse). En su lugar un hermano de Antonio Macho (C/ de Olmedo). (4) Sánchez, Francisco (C/ de Mendes, próximo a casarse). En su lugar Francisco de Olmedo (C/ Guillermos). Barrio de San Juan: (5) Gordillo, Sebastián (C/ de Alcaudete). Barrio de San Miguel: (6) Díaz, Juan (C/ Conejero, inútil), en su lugar Juan de Miguel (de más de 50 años), sustituido también por Antonio de Alcalá (C/ San Miguel). (7) Morales, Diego de (C/ La Sintera) y (8) Marcos, Juan (C/ La Cruz). En la sesión de 26 de noviembre (1707), se acordó realizar las diligencias pertinentes a pesar de estar el asunto recurrido, y se alegaba que al rey ya se le servía con 2 compañías vestidas (Regimiento de Carmona), 16 soldados del Regimiento del Marqués de Casa Pabón, y 8 de reemplazo para el Regimiento de Málaga, y que se le estaban pidiendo a la villa el reemplazo de 26 desertores del Regimiento de Carmona, y formación de un 3ª Compañía: “(...) y dicha jente de que se han de componer estos servicios ha de ser soltera y natural y se a experimentado la ymposibilidad de su contribuzion con los pocos mozos que de esta calidad se allan como por la fuga que han echo, aun a bista de tener aprisionados a sus padres (...)”. 83 143 Francisco Javier Gutiérrez Núñez soldado con 1 real cada día para que pudiera mantenerse en el período de espera hasta que se incorporara a él. La orden de remisión se dio en la sesión del 22 de diciembre, y el destino era Paymogo (Huelva), donde se encontraba dicho Regimiento; aunque no se tuvo que llevar a cabo ya que en la sesión de 4 de febrero de 1708 aún se le reclamaba su envío. En marzo de 1708 parece que se cumplió con el envío de los 25 soldados al Regimiento de Málaga, lo cual le costó a la villa 1.941 reales, aunque en julio el Duque de Osuna terminó como hemos visto por relevar a la villa del continuo reemplazo de desertores para este regimiento. En esos instantes estaba el Capitán D. Francisco de Salamanca intentando reclutar a otros 11 hombres, por lo cual se acordó enseñarle la orden del Capitán General para que desistiera y se marchara. Este perdón temporal del Duque se esfumó en 1709, en la sesión de 6 marzo de este año, de nuevo por orden del Duque de Osuna se le reclamaba el reemplazo de 7 desertores para el Regimiento de Málaga, que debían de remitirse a Cádiz. En la sesión de 16 de julio se le libró al mesonero Isidro de Rojas, el dinero por el alojamiento del Capitán D. Alfonso de Palma y un cabo de este Regimiento, su estancia de 11 días se había producido para reemplazar otros 2 soldados84. En enero y febrero de 1711 de nuevo se reclamaban 24 soldados para este Regimiento, lo cual abordaremos más adelante. b) Regimiento del Marqués de Casa Pabón o de Jerez. La contribución de Marchena a este Regimiento también estuvo salpicada de inconvenientes. En la sesión de 28 de marzo de 1707, se recibieron órdenes para contribuir a la sustitución de los veteranos de quintas del Regimiento de Infantería del Coronel Marqués de Casa Pabón con 12 soldados vecinos y naturales. Debían ser conducidos a Salamanca, percibiendo 2 reales de vellón cada día. La villa acordó gestionar el relevo de esta contribución, aludiendo a que sería imposible formar las 3 compañías (del Regimiento de Carmona), más los 8 soldados con los que sirvió para el reemplazo de los Regimientos de infantería veteranos y provinciales. Las gestiones dieron sus frutos y en la sesión de 12 de abril se comunicaba el relevo de esta contribución. 84 “Relacion de los desertores que la Villa de Marchena deve reemplazar al Reximiento de Infanteria de Málaga de que es Coronel D. Juan de Medina como tanvien de los que sean muerto y desechado. Alonso Mallorca. Luis Ramírez. Pedro Barrera. Luis Martin. Juan Atacador. Diego Barrera le sacó el reximiento de Carmona por ser suyo. Pedro de Luque. Hijo de Mateo, le sacó el mismo reximiento de Carmona por ser suio”. (Fuente: A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Documento suelto acompañando carta del Duque de Osuna, su fecha en El Arahal a 31 de enero de 1709). 144 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... Sin embargo en la sesión de 26 de agosto, de nuevo se le reclamaba a Marchena, una nueva contribución, esta vez de 16 soldados para completar el Regimiento del Marqués de Casa Pabón. Los argumentos para solicitar el relevo se basaban ahora en el hecho que se estaba formando la 3ª Compañía del Regimiento de Carmona, y el esfuerzo realizado meses atrás85. En la sesión de 29 de agosto se acordó remitir al Regimiento del Marqués de Casa Pabón, los 16 soldados solicitados, pero reuniéndolos de los desertores apresados y de la demasía de hombres sorteados el 3 de mayo para las compañías (Reg. de Carmona). A fines de marzo de 1708, se gestionó una nueva leva de 15 soldados para el Regimiento del Marqués de Casa Pabón o Regimiento de Jerez. Se recurrió de nuevo al apresamiento como fórmula más práctica y ágil. En la sesión de 26 de marzo se acordó enviarlos a Sevilla. Pero la hilera de contribuciones seguía, en la sesión del 27 de abril de 1708 llegaba carta del Asistente de Sevilla, solicitando 6 soldados para las Guardias de Su Majestad y otros 5 soldados para reemplazar a desertores del Regimiento de Jerez. Los 6 Guardias aún era una contribución por cumplir del año anterior86. Si las justicias no cumplían con las órdenes, serían encarcelados un Alcalde y un Regidor, embargándose sus bienes. Por esta razón ahora se eligió una nueva fórmula también práctica y ágil, formar cuadrillas entre el vecindario, encomendándosele a cada una encontrar en el plazo de 24 horas, un soltero capaz para el manejo de las armas, teniendo cada una que socorrer y vestir al soldado. Si no lo conseguían se procedería contra los bienes de los integrantes de las cuadrillas sus personas y bienes. En las actas se recogen la formación de un total de 10 cuadrillas atendiendo a las calles (San Sebastián, Bolaños, Purgatorio, La Cruz y Quemada, Plaza de Abajo, Jamarilla, Barranco, San Juan y Santa Clara), cada una compuesta por una media de 22 o 23 compañeros87. 85 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Sesión de 26 de agosto de 1708: “(…) oy se halla esta villa con mucho mas ahogo que entonces por aver despachado dos compañías y que aunque se ha hecho (...) extorsiones a padres y parientes de soldados sorteados para que pareciesen, no ha surtido efecto en rigor por su mucha pobreza y otros impedimentos (...)”. 86 La orden de la contribución de 6 soldados para las Guardias de S. M. llegaron en la sesión de 7 de mayo de 1707, mediante carta remitida por el Duque de Osuna. Como curiosidad podemos decir que se pedía que estos soldados debían mediar al menos 2 varas y tener 4 dedos. A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 27 de Abril de 1708. Las cuadrillas citadas eran: 1ª Cuadrilla, de Diego Vázquez (atahonero), y Francisco Gil, calle San Sebastián con 23 compañeros. 2ª Cuadrilla, de Juan de Albarrán y Juan de Vega, calle Bolaños con 22 compañeros. 3ª Cuadrilla, de Sebastián Caro y Luis Jiménez Carranza, calle Purgatorio con 23 compañeros. 4ª Cuadrilla de José 87 145 Francisco Javier Gutiérrez Núñez En la sesión del 19 de julio de 1708, se supo que D. Pedro del Barrio, Sargento Mayor del Regimiento de Casa Pabón, estaba en la villa para reemplazar 15 desertores, ocho vestidos y un arma. Se prendió a José Ruiz, desertor, se le quitó su vestido y se le embargó un caballo que fue vendido en 600 reales al mismo Sargento, para pagar el valor de dicho vestido. Su madre María de Jesús ganaría provisión de la Chancillería de Granada para que se le entregara el caballo o el valor de 835 reales vellón, y el Cabildo se los tuvo que pagar. A finales de año, el 5 de diciembre de 1708, llegaba una nueva orden sobre el reemplazo de otros 7 soldados para el Regimiento de Jerez y 3 al de Guardias de Su Majestad. A partir de aquí no se tienen más noticias del reemplazo a este Regimiento. 4.6.- Últimas contribuciones. 4.6.1.- Año 1709. Al Cabildo de Marchena al margen de las contribuciones habituales a los Regimientos de Carmona y Málaga, no llegaron más órdenes con solicitudes importantes hasta el año 1711, aunque ante hay que citar otra petición recibida en la sesión del 9 de julio de 1709. Esta vez se le exigía a Marchena soldados para los batallones de Aragón y Valencia, que se habían aumentado en 20 batallones. Se le repartía a Marchena 15 soldados. Las gestiones ante el Asistente de Sevilla tenían que incidir en lo castigado que se hallaba el vecindario ante tantas contribuciones (3 compañías del Regimiento de Carmona, 25 soldados al Regimiento de Málaga, 16 al de Jerez y los 6 guardas de Su Majestad). Se le expresaba lo “aniquilado” que había quedado el vecindario por la grave epidemia que se había padecido, y que por ello existían dificultades para la recogida de cereales ante la falta de trabajadores. Estos argumentos hicieron efecto, ya que de esta contribución no existen más noticias. A finales de año en la sesión de 2 de diciembre (1709), llegaron órdenes para reclutar 40 soldados para el aumento de tropas. El asunto no se volvió a tratar por tanto posiblemente no se contribuyó. Sánchez y Bartolomé Enríquez, calle La Cruz y calle Quemada con 22 compañeros. 5ª Cuadrilla de Pedro Garrido y Juan Rodríguez Chillón, Plaza de Abajo con 24 compañeros. 6ª Cuadrilla de Andrés Pérez y Bartolomé Vázquez Ferrón, calle Jamarilla con 22 compañeros. 7ª Cuadrilla de Luis de Mora y Jerónimo de Porras, calle Barranco, con 22 compañeros. 8ª Cuadrilla de Francisco Ortíz y Sebastián de Carmona, calle San Juan con 22 compañeros. 9ª Cuadrilla de Sebastián Baena y José Miranda, calle de San Sebastián, 22 compañeros. 10ª Cuadrilla de Miguel de Vega y Antonio Mondragón, calle Santa Clara, 22 compañeros. 146 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... 4.6.2.- Año 1711. En enero y febrero de 1711 como ya vimos se hallaban otra vez oficiales del mismo Regimiento intentando reemplazar a 24 soldados desertores, no sabemos si el servicio se rebajó, pero sin duda se reclutaron un buen número. En la sesión de 8 de mayo se libraba 1657 reales de la conducción de soldados a los Regimientos de Carmona y Málaga, y en la de 21 de mayo se libraba 105 reales a Manuel de Vallejo por la manutención de los soldados remitidos a este Regimiento, al cual no se le contribuyó más. En abril de 1711, D. Juan Francisco Manrique y Arana, nuevo Capitán General, solicitaría a la villa la puesta en marcha de las compañías de milicias, con armas y oficiales. La orden era reclutar a la mitad de la gente “más ágil y capaz”, teniendo que reunirse en el Puerto de Santa María con la de otros pueblos. El reclutamiento obligatorio exigido se hacía extensivo a las localidades de Trebujena, Arcos, Medina Sidonia, Bornos, Villamartín, Morón, Arahal, Marchena, Puebla de Cazalla y Osuna. En mayo de nuevo solicitaba cumplir su orden y recordaba que cada villa debía costear 15 días de marcha88. El Cabildo ante la necesidad de cumplir con esta orden y teniendo que seguir reemplazando los contingentes del Regimiento de Carmona, realizó un sorteo, que se empezó a preparar en las sesiones de 28 de mayo y 12 de junio, aunque se hizo efectivo en la del día 13 de junio (1711). Se sortearon 80 soldados de entre un total de 481 vecinos, aunque no sabemos si finalmente se encaminaron al Puerto de Santa María y si este fue su destino definitivo. Con motivo de estar ya la guerra en sus últimos coletazos, y centrada en el frente de Cataluña, en agosto de 1711 se hacía nuevo repartimiento al Reino de Sevilla de un total de 640 hombres de nueva leva para la infantería89. A Marchena en el reparto le tocaban 14 hombres, según reparto realizado por la Contaduría de la Superintendencia General. El Cabildo acordó quintarlos por sorteo a realizar entre los mozos solteros, y si no los hubiera entre los casados, “los que menos falta hagan y que sean hábiles de edad, estatura, y disposición para el manejo de las A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 10 de Abril de 1711 y 28 de Mayo de 1711. 88 A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Acta de 29 de Agosto de 1711. En esta sesión llegó carta del Cabildo de Sevilla expresando órdenes de Su Majestad, con las órdenes de quintar de nuevo “(...) siete mil hombres para reclutar la infantería de los ejercitos de España previniendo sea con toda ygualdad, equidad y justificazion para que pueda lograr el alivio de sus vasallos por medio del grabisimo esfuerzo que quiere hazer para arrojar sus enemigos de Cataluña”. 89 147 Francisco Javier Gutiérrez Núñez armas”. La orden era que debían de estar en Sevilla el próximo día 15 de septiembre. Ese mes el Capitán General, también solicitaba soldados de nuevo reclutamiento a Marchena para los Regimientos de Granada, Antequera, Utrera, Estepa y Málaga. La orden no parece que se cumpliera ya que no hubo sorteo. Al final de la década se le solicitaría en enero y abril de 1718, la leva de 14 y 8 hombres respectivamente. 4.7.- Las milicias de Marchena y el nuevo Regimiento de Écija-Carmona (1734). El Regimiento de Carmona surgido del reglamento de febrero de 1704, tras la Guerra de Sucesión tuvo que remodelarse y organizarse. En el año 1734 éste Regimiento contaba con 700 soldados aportados por los lugares de su partido de milicias, de la siguiente forma: Carmona 200, Osuna y sus aldeas 150, Marchena 150, Fuentes 50, Lora del Río 50, Campana 35, Tocina 25, Alcolea 25 y Villanueva del Río 15 soldados90. Ese año 1734 se dicta una nueva Real Ordenanza sobre formación de milicias, la cual establecía la formación de 33 Regimientos de milicias. Uno de ellos sería formado por Écija y Carmona, aportando la mitad de soldados del mismo, completándose con otros lugares del partido de milicias, como Osuna, Fuentes, Marchena y Lora del Río. El Regimiento tendría como cuartel-asamblea la ciudad de Écija91. De ambas ciudades tendría que salir el Coronel y el Teniente Coronel, así como otros oficiales. El diseño inicial era el siguiente: Establecimiento de un Regimiento de milicias, siendo su cuartel-asamblea la ciudad de Écija. Nota: “Que entre las dos Ciudades de Ezija y Carmona se a de sortear a quien toca nombrar Coronel y la que perdiere lo ejecutara de Theniente Coronel como dize la ordenanza”. Legua de distancia al cuartel Localidad Coronel Tte. Coronel Écija 1 0 2 2 2 200 0 Carmona 0 1 2 1 1 150 8 Osuna 0 0 2 1 1 150 4 Capitanes Tenientes Alfereces Soldados 90 A. M. Carmona. Legajo 568. Expediente. “Autos sobre la Formazion del Regimiento de Milicias” (1734), 122 folios. 91 La Ordenanza de 1734 estuvo vigente hasta la Ordenanza publicada el 18 de Noviembre de 1766, que reformó de nuevo el sistema de Milicias Provinciales. 148 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... Lora del Río 0 0 0 1 1 50 6 Fuentes 0 0 0 1 1 50 5 Marchena 0 0 1 1 1 100 5 Totales 1 1 7 7 7 700 En un principio a Marchena le correspondía nombrar 1 Capitán, 1 Teniente y 1 Alférez y levar 100 soldados. El reclutamiento fue un proceso lentísimo, que se desarrolló durante todo el año 1734 e inicios de 1735. El diseño original fue derivando en ajustes y recortes que terminó estableciendo un Regimiento constituido por 7 compañías y 456 soldados, siendo nombrado D. Juan Francisco de Castro su Coronel y D. Alonso Gutiérrez de Armijo su Teniente Coronel. Marchena terminó contribuyendo con 58 soldados a la 3ª compañía y a la 7ª compañía, pero esta vez compartiendo sus 57 soldados con la villa de Osuna. Vid. Cuadro nº 3.- Cuadro de mando del Regimiento de Carmona (1735). 5.- El reinado de Fernando VI (1746-1759). Haría falta un estudio más profundo y preciso, para mantener un estudio cronológico y lineal sobre las milicias de Marchena. Sin embargo contamos con el obstáculo que no se conserva el Libro de Acuerdos del Cabildo de Marchena entre 1740 y 1756. A falta de esta fuente contamos con otras, una de ellas es el Libro 1074, el Libro de Quintas del período 1751-1799. (Vid. Cuadro nº 4.- Inventario del Libro 1074. Libro de Quintas, 1751-1799; Archivo Municipal de Marchena). El Cabildo de Marchena continuaba con la obligación de relevar y completar su cupo de soldados milicianos al Regimiento de Carmona / Écija, ante cualquier incidencia que pudiera acontecer (muerte, deserción u otro motivo). En septiembre de 1751, D. Alonso Gutiérrez de Armijo era el Coronel de ese Regimiento de Carmona, D. Tomas Romera Calderón su Teniente Coronel y D. Antonio Cejudo su Sargento Mayor. En esa fecha faltaban varios soldados de la dotación de Marchena: Fco. Javier Moro, fallecido en agosto de ese año, Miguel de Utrera preso, Esteban Martín Agustín Granados y José Concosero, desaparecidos. Este relevo y nueva leva de 5 soldados nos puede servir de ejemplo de la documentación que nos ofrece el Libro de Quintas. Sería muy laborioso desgranar 149 Francisco Javier Gutiérrez Núñez estos pequeños relevos de unos pocos soldados, que en muchos casos no superan la decena, que se suceden cada pocos años en las décadas de 1750 y 1760. Para terminar lo único que queremos resaltar es el valor de esta fuente para el conocimiento del callejero y profesiones del Barrio de San Juan, San Sebastián y San Miguel. Además nos ofrece listados nominales de vecinos solteros que entraban en sorteo y un listado interesantísimo de los soldados que conformaba la milicia de Marchena en el año 1754. (Vid. Cuadro 5.- Relación de los soldados milicianos de la villa de Marchena, a 8 de febrero de 1754. Fuente: Archivo Municipal de Marchena. Libro 1074. Libro de Quintas, años 1751-1799). En los últimos años se han realizado distintos trabajos sobre la temática que hemos abordado en el presente trabajo. Recomendamos la consulta del estudio del profesor Andújar Castillo titulado “El peso de la guerra- Factores de conflictividad en la Andalucía Barroca”, en el cual da a conocer las últimas tendencias de investigación y las novedades bibliográficas92. ”El peso de la guerra. Factores de conflictividad en la Andalucía Barroca”, en López-Guadalupe, Miguel Luis; Iglesias Rodríguez, Juan José (coord.): Realidades conflictivas. Andalucía y América en la España del Barroco, Sevilla, 2012, pp. 195-209. 92 150 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... 6.- Anexos. 6.1.- Gráficos. Gráfico nº 1.- Número de sesiones capitulares de Marchena y Morón de la Frontera (1701-1713). Gráfico nº 2.- Número de asuntos relacionados con la Guerra de Sucesión. Cabildo de Marchena (1701-1713). 151 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Gráfico nº 3.- Distribución por barrios de los varones sorteados para el Regimiento de Milicias. Marchena, 1751, 1753 y 1756. Gráfico nº 4.- Reclutamientos en la villa de Marchena (1697-1734). 152 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... 6.2.- Imágenes. Imagen 01.- Vista parcial de las murallas de Ceuta. Las milicias de Marchena estuvieron destinadas allí entre 1697 y 1698. Imagen 02.- Puerta Tierra, Cádiz. Las milicias de Marchena estuvieron destinadas en Cádiz, desde julio de 1705 hasta enero de 1707 153 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Imagen nº 03.- Dragones de Osuna. Por Emilio Martín Ferrer. Fuente: Contraportada de la revista, Researching & Dragona, vol. VII, nº 17 (agosto de 2002) 154 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... 6.3.- Cuadros. Cuadro nº 1.- Tránsitos, alojamientos y acuartelamiento de soldados en Marchena (1701-1757). Nº Concepto Unidades militares Ampliación 25 de mayo de 1701 T/A Paso por la villa un trozo de caballería con 5 compañías, con destino a Cádiz y otros lugares. Castañeda “amenazaba” que la pena de no atender su alojamiento ascendería a 200 ducados. 01 22 de marzo de 1706 T/A Soldados del Regimiento del Coronel Luis Galindo. 02 30 de septiembre de 1706 T/A Gasto de del tránsito de 2 Regimientos de Caballerías y de 5 Compañías (1 del Regimiento de Arcos y 4 del Regimiento de Jerez). 03 5 de diciembre de 1708 T/A Tránsito de soldados del Regimiento de Paterna (caballería): 446 reales. 04 19 de julio de 1709 T/A 3 compañías del Regimiento de Vicente Raya que llegaron a las 7 de la mañana. Alojamiento Juan de Rojas, mesonero del mesón de los Caballeros, solicita los gastos del alojamiento del Capitán D. Francisco de Salamanca y otros oficiales durante 27 días hasta que se fueron con los 25 hombres repartidos para el Regimiento de Málaga. 05 Fecha 8 de marzo de 1708 1.463 reales (se compraron 132 fanegas y 3 almudes de cebada) Solicitó 1355 que se moderaron a 1000 reales. 155 Francisco Javier Gutiérrez Núñez 06 21 de julio de 1708 07 15 de abril de 1710 08 11 de noviembre de 1710 09 10 156 10 de noviembre de 1710 27 de febrero de 1711 Apresamiento T/A 28 días T/A T/A T/A Orden del Asistente de Sevilla (16 de julio), para que se remitan a Cádiz los 100 prisioneros portugueses que en 1707 se remitieron a Marchena, prisioneros en la Plaza de Serpa. 70 caballos de S. M. que pasaron por esta villa: “(…) alojadas dos compañías de cavallos del Regimiento de (...) dando berde veinte y ocho dias abian ymportado las azas que de arcazel se compraron con el gasto de los operarios que lo segaban y bestias en que se conducia el berde al quartel tres mil ziento y treinta y zinco reales (...)” (13 r/v). Caballos del Regimiento de Cuantiosos que transitaron hacia Córdoba. 2 Compañías y media de caballos del Cuarto Escuadrón del Regimiento de Granada nuevo. Soldados del Regimiento de la Corona. La orden viene del Capitán General, “(...) y oida por la villa acordo se rompa bando para que los vezinos de esta villa que tuvieren en su poder los portugueses que se la repartieron los y se remitan a la Ziudad de Cádiz como se manda por dicho Capitán General”. 79,5 reales de 9 fanegas de cebada. Pago adelantado por Cristóbal Riquel, antes vº de Fuentes. 183 reales de 12 fanegas de cebada + 180 reales de 12 fanegas de cebada + 90 reales de vellón, de 6 fanegas de cebada (pagos) Lorenzo de San Pedro, solicita 100 reales de vellón de 10 fanegas de cebada que entregó por orden del Asistente para las 2 cías y media. Gastos solicitados por el mesonero Isidro de Rojas. La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... 11 8 de mayo de 1711 12 4 de junio de 1712 13 4 de junio de 1712 14 15 24 de febrero de 1712 7 de enero, 21 de abril, 27 de junio de 1713 T/A Tres compañías del Regimiento de Granada y de Dragones del Conde de Pezuela. Gasto de 6.249 reales pagados por el alojamiento de tres compañías del Regimiento de Granada y de Dragones del Conde de Pezuela, de los cuáles los vecinos han pagado 1130 reales. Se acuerda que el resto se paguen de los propios. T/A 8 soldados de caballería al mando del Teniente D. Juan de Ugalde. Coste: 1227 reales. T/A Tres compañías del Capitán Ceballos. Se unieron a otras acuarteladas, iban a Jerez. El alojamiento costó 318 reales. Acuartelamiento “el vezindario de esta Villa se halla sumamente pobre con el continuo y dilatado quartel de quatro Compañias y media de Dragones, transito y repartimiento”. El 17 de marzo el Cabildo acordaba costear 400 reales de gastos de acuartelamiento “para aliviar los vezinos por la suma estrechez y pobreza en que se hallan por lo mucho que han contribuido”. Alojamiento / Acuartelamiento 3 compañías de caballos del Regimiento del Brigadier Marqués de Pozoblanco, “con la obligazion de darles solo el fin de cubierto, que consiste en camas y casas para quartel sin otra cosa y (...) que los oficiales y demas cabos se acuartelen en casa de los vecinos mas acomodados por el termino”. Su alojamiento (camas, aceite, leña) costaría 7061 reales, de los cuales los vecinos aportaron 1628 reales (21-4-1713). 157 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Tienen permiso del Superintendente para poder permanecer en la villa y su término municipal, durante 20 días. 16 17 de abril de 1717 Acuartelamiento 1 compañía de caballos del Regimiento de Zayas, con el capitán D. Manuel de Leyton al frente de la misma. 17 14 de agosto de 1720 Acuartelamiento Dos compañías del Regimiento de Montesa. Acuarteladas en el Mesón de la Fruta y en el Mesón de los Caballeros. 18 14 de agosto de 1720 Acuartelamiento Regimiento de caballería de Órdenes. Se hacen pagos en especie a su Coronel. 19 25 de enero de 1723 Acuartelamiento 1 compañía del Regimiento del Algarbe. 20 12 de julio de 1723 Acuartelamiento Caballos del Regimiento de Dragones de Pavía Pago a Fernando Mir (antiguo Asistente), del valor de 1400 arrobas de paja que dio para los caballos del Regimiento de Dragones de Pavía. 21 4 de julio de 1757 (f. 133) Acuartelamiento Escuadrón del Regimiento de caballería de Sevilla Carta de Juan de Villalba y Angulo, Capitán General de Andalucía (Pto. Sta. María, 20 junio). Notifica a inicios del mes de julio tiene que salir de la villa un escuadrón del Regimiento de caballería de Sevilla que estaba acuartelado, siendo sustituido por otro del Regimiento de Extremadura. 22 4 de julio de 1757 (f. 133) Acuartelamiento Escuadrón del Regimiento de Extremadura (caballería) Idem 158 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... Cuadro nº 2.- Reclutamientos en la villa de Marchena (1697-1734). Nº Fecha Concepto Aportación Nº Ampliación 01 12 de febrero de 1697 Reclutamiento 12 soldados para el Ejército de Cataluña. 12 Orden del Asistente de Sevilla. 02 Marzo – Junio 1697 Reclutamiento (milicias) 65 Destino: Presidio de Ceuta, años 1696-1697. 03 26 de agosto de 1702 Reclutamiento (milicias) 60 Leva iniciada con motivo del ataque anglo-holandés a la costa de Cádiz (agostoseptiembre de 1702) 8 Cada villa debía contribuir con un soltero por cada 100 vecinos (1 %). 04 05 06 07 15 de abril de 1703 65 soldados. Capitán: D. Francisco de Cifontes. 60 soldados. Destino inicial: costa gaditana. Capitán: D. Isidoro de Ahumada. Reclutamiento 8 soldados. 29 de junio de 1705 Reclutamiento (milicias) 60 soldados milicianos. Capitán: D. Isidoro de Ahumada. 60 Desde julio de 1705 hasta enero de 1707 estuvieron destinados en la plaza de Cádiz. 6 y 22 de febrero de 1706 Reclutamiento 25 soldados: 14 eran naturales, 6 no lo eran y los otros 5 eran residentes. 25 Destino: Cádiz. Reclutamiento – caballería 10 soldados montados y equipados 10 Se conservan sus nombres, descripciones y naturaleza. Destino: Castilla. 7 de julio de 1706 159 Francisco Javier Gutiérrez Núñez 08 09 10 11 12 160 29 de diciembre de 1706 22 de febrero de 1707 28 de marzo de 1707 26 de agosto de 1707 26 de noviembre de 1707 y 7 de enero de 1708 Reclutamiento 8 soldados naturales y vecinos, para el Regimiento de Málaga. (Su coronel: D. Juan Antonio de Charril y Vidarte). Reclutamiento (milicias) 3 compañías para el Regimiento de milicias de Carmona. (Carmona levó 6, Estepa 2, Paradas 1). Reclutamiento Reclutamiento Reclutamiento 12 soldados para reemplazar a otros del Regimiento de Infantería del Coronel Marqués de Casa Pabón (Reg. de Jerez) 16 soldados para completar el Regimiento del Marqués de Casa Pabón (Reg. de Jerez). 17 soldados repartidos para el Regimiento de Málaga, junto con 8 desertores dentro de 6 días. En enero se pide 1 soldado que ha desertado con su vestido, para el Regimiento del Marqués de Casa Pabón 8 En septiembre y octubre de 1707, se vuelve a “reclutar” 7, ya que han desertado. 150 Servicio en la zona serrana de Huelva: frontera hispanoportuguesa. 12 Contribución anulada por el Asistente de Sevilla, 12 de abril de 1707. En teoría: debían ser conducidos a Salamanca, percibiendo 2 reales de vellón cada día. 16 Fueron reunidos de los desertores apresados y de la demasía de hombres sorteados el 3 de mayo para las compañías (Reg. Carmona). 26 25 mozos fueron encarcelados para el Regimiento de Málaga (9 de diciembre de 1707). Destino: Paymogo (Huelva). La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... 13 24 de marzo de 1708 14 19 de Julio 1708 15 5 de diciembre de 1708 16 17 Reclutamiento 6 soldados para las Guardias de Su Majestad y otros 15 soldados para reemplazar a desertores del Regimiento de Jerez. 21 Dentro de 4 días se debían aportar 15 soldados que desertaron del Regimiento de Jerez y enviarse en Sevilla con el importe de 8 vestidos y 1 arma (de desertores). Para los 15 soldados (Jerez) se apresaron mozos solteros y naturales. Se enviarían a Sevilla, tras el reconocimiento del Asistente y los diputados de guerra (26 de marzo). El Sargento Mayor del Regimiento de Casa Pabón, D. Pedro del Barrio, vino para reemplazar 15 desertores, ocho vestidos y un arma. 19 de julio de 1708. Reclutamiento 15 soldados para el Regimiento del Marqués de Casa Pabón. 15 Reclutamiento Orden del Asistente de Sevilla, sobre el reemplazo de 7 soldados al Regimiento de Jerez, 3 al de Guardias de S. M. 10 9 de julio de 1709 Reclutamiento 15 soldados para los batallones de Aragón y Valencia. 15 Ante la crisis de 17081709, posiblemente los intentos del relevo de este servicio, dieron frutos y no se realizó la leva. Enero y febrero de 1711 Reclutamiento 24 soldados para el Regimiento de Málaga. 24 Desconocemos si se rebajó el servicio a menos soldados. 161 Francisco Javier Gutiérrez Núñez 18 19 162 Abril y Junio de 1711 Reclutamiento (milicias) 60 soldados milicianos 60 1734 Reclutamiento (milicias) 100 soldados milicianos. Se integraban en el Regimiento de Carmona/ Écija. 100 Destino: Puerto de Santa María. La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... Cuadro nº 3.- Cuadro de mando del Regimiento de Carmona (1735). “Relazion y estado de la formazion de el Reximiento de ynfanteria de Milizias de Carmona, de el que es Coronel D. Juan Francisco de Castro, echa en treinta y uno de Mayo de el presente año, en que se notan los ofiziales, sarxentos, tambores y cavos que se hallaron presentes en dicha formazion (...) y los soldados rezividos y aprovados, por el Comisario de Guerra, D. Joseph Leonardo Lequiur, y satisfechos de prestt, y pan, por los seis días de la primera asamblea, sobre cuio pie de soldados se formó cada compañía y el todo de el Reximiento en la forma siguiente”. PLANA MAYOR: Coronel: D. Juan Francisco de Castro ; Teniente Coronel: D. Alonso Gutiérrez de Armijo; Sargento Mayor: Vacante; Ayudante: D . Fernando de Tapia; Otro: D. José Padrerna. Coronel Capitán Teniente Teniente Coronel 3ª 4ª 5ª 6ª 7ª Castro, Gutiérrez D. Juan de Armijo, Gutiérrez Figueroa, Araoz y Arjona, D. Francisco Romera, D. D. Alonso de Armijo, D. Gómez Sirman, D. Francisco --de Tomás (Tte. D. Antonio de Ignacio de (Coronel) Coronel) Gutiérrez de García Jiménez Tamayo y Leiba, D. Berrugo, Camuñez, Armijo, D. Jinete, D. del Hierro, Oliva, D. Ignacio de D. Antonio D. Juan Francisco Diego D. Ignacio Juan Carmona Pereda Álvarez de Villalobos, León, D. Gómez Tamariz, Delgado, Arguijo, Subteniente Vacante D. Manuel Cristóbal Carbonel, D. Miguel D. D. de de D. Juan de Bartolomé Antonio Guzmán, Villa, Juan Peligro, Martín, Luque, Sargento Igual, Juan Francisco Vacante de Francisco Domingo Francisco Félix de Mayor, Gallego, González, Andrade, Flores, Tambor Mario José, Pedro Díaz, Juan Juan Ignacio José Manuel de Antonio Antonio Cruz, Ronda, Santiago, Barranco, Rondón, Díaz, Martín, Cabo Francisco Francisco Felipe de Benito Domingo Manuel Andrés de la José de Sotelo, Madrid, Jiménez, Herrera, Lorenzo, Cabo Manuel Francisco ----Juan Agustín de Diego Francisco de Campana; Tocina; Lora; Osuna ; Lugares Carmona Carmona Marchena Osuna Alcolea; Fuentes Marchena Villanueva del Río Soldados Total 69 69 58 76 58 69 57 --- --- ------- --- --- 456 163 Francisco Javier Gutiérrez Núñez Cuadro nº 4.- Inventario del Libro 1074. Libro de Quintas, 1751-1799 (Archivo Municipal de Marchena). Documento Nº Folios Años Contenido 01 44 1751 Milicias para el sorteo de 5 hombres. Regimiento de Carmona. 1753 Autos hechos por los Sres. Alcalde Ordinarios de esta villa de Marchena para el reemplazo de diferentes soldados milicianos de la dotación de esta villa correspondiente a la demarcación del Regimiento de la Ciudad de Carmona. 1756 Autos hechos para el sorteo de 2 soldados milicianos de la dotación desta villa para el reemplazo de Francisco Gómez Cárdenas y Juan de Almodóvar retirados con licencia por hacer servido 12 años de ordenanza. 02 03 133 04 70 1759 Autos de alistamiento formados de mandato de los señores Alcaldes Ordinarios de esta villa en virtud de orden de D. Tomás de la Romera Calderón para el sorteo que se ha de celebrar el 22 de abril. 05 20 1760 Autos formados para el sorteo de un soldado miliciano sustituto en lugar de Tomás Vázquez enfermo. 06 37 1760 Autos de alistamientos formados de mandato de los señores Alcalde Ordinarios de esta villa en virtud de orden de D. Tomás de la Romera Calderón de la Barca par el sorteo que se ha de celebrar el 27 de enero de 1760. 07 20 1760 Autos Formados para el sorteo de soldados milicianos sustitutos que sea de celebrar el día 3 de mayo de dicho año de 1760. 1760 Autos de alistamientos formados de mandato de los señores Alcaldes Ordinarios de esta villa de Marchena en virtud de orden del señor D. Tomás de Romera Calderón para el sorteo que se ha de celebrar el 27 de abril de 1760. 08 164 185 33 La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas... Cuadro 5.- Relación de los soldados milicianos de la villa de Marchena, a 8 de febrero de 1754. Fuente: Archivo Municipal de Marchena. Libro 1074. Libro de Quintas, años 1751-1799 Nº Nombre Cargo Estado/ Familia Profesión Calle Militar, Capitán del Regimiento de Guadix Del Pósito --- San Sebastián 01 D. Manuel Antolinez Capitán Soltero, sin familia 02 D. Luis Hurtado 1er. Teniente Soltero, sin familia 03 D. José Montiel de Paz Ponce de León Soltero sin familia --- Montiel 04 Francisco Hidalgo Casado Campesino Harina 05 Antonio de Carmona 2º Teniente Cabo de escuadra Cabo de escuadra Casado Lanero La Cuna 06 Antonio Romero Vilorio Soldado Casado Arriero Hornilla 07 Miguel Bazán Soldado Casado Albañil Huéscar 08 Manuel Crespo Soldado Soltero Campesino Torres Caídas. 09 Soldado Casado Campo Guillermos Soldado Casado Campo Compañía 11 Sebastián Carrasco Antonio de Carmona Lorente Juan Ramos de Ríos Soldado Casado Campo Solares 12 Miguel Sánchez Fárrago Soldado Soltero Campo Santa Clara 13 Francisco Martín Soldado Casado Campo Marco Ruiz 14 Juan Rodríguez Soldado Casado Hornero Florida 15 Manuel Bruno Soldado Casado Campo Plaza de Arriba 16 Antonio González Soldado Casado Campo La Mina 17 Juan Cordero Soldado Casado Arriero Solares 18 Juan Martín Arcacel Soldado Casado Campo Florida 19 Vicente de Benjumea Soldado Casado Campo Méndez 20 Javier Díaz Soldado Casado Campo Compañía 21 Francisco Balán Soldado Soltero Campo Hornilla 22 Esteban Martín Soldado Casado Alfarero Del Estudio 23 Francisco de Vega Soldado Viudo Campo Jamaya 10 165 Francisco Javier Gutiérrez Núñez 24 Salvador de Carmona Soldado Casado Campo Buendía 25 Juan Ponce Soldado Casado Campo Espíritu Santo 26 Tomás Seco de Luna Soldado Casado Campo San Sebastián 27 Cristóbal González Soldado Casado Campo Maro Ruiz 28 Agustín Guisado Soldado Casado Campo Gudiel 29 Miguel Caballos Soldado Casado Campo Carreño 30 Diego Romero Soldado Casado Campo Solares 31 Juan de Almodóvar Soldado Casado Campo Solares 32 Miguel Martín Soldado Casado Campo Quemada 33 Alonso Ramírez Soldado Casado Campo Santa Clara 34 Francisco Morón Soldado Casado Campo Media Aranzada 35 José Segovia Soldado Soltero Campo Méndez 36 Antonio de Rueda Soldado Casado Campo Olmedo 37 Andrés Núñez Soldado Soltero Campo De la Cruz 38 Francisco Gómez Cadenas Soldado Casado Campo Marco Ruiz 39 José Ramírez Botijo Soldado Soltero Campo Del Cid 40 Francisco Serrano Soldado Soltero Campo Plaza de la Fuente 41 Luis de Morillas Soldado Soltero Campo Gudiel 42 Cristóbal Gómez Soldado Soltero Arriero Del Cid 43 Antonio Fernández Peralta Soldado Soltero Campo Mesones 44 Sebastián de Arjona Soldado Soltero Campo De la Mina 45 Alonso Marín “alias” valentón Soldado Soltero Campo De la Cilla 46 José Guijarro Jataco Soldado Soltero Campo Plaza de Arriba 47 Diego Pérez Soldado Soltero Campo Solares 48 José Caravaca Soldado Soltero Campo Pernía 49 Juan Peralta Soldado Soltero Hornero Purgatorio 50 José Cortés Soldado Soltero Campo Del Cid 51 José Díaz Soldado Soltero Campo San Juan 52 José Narváez Soldado Soltero Campo Arena 166