LA PESADA CARGA DE LA GUERRA. MILICIAS,
RECLUTAMIENTOS Y ALOJAMIENTOS DE TROPAS EN MARCHENA
(1700-1759)
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
IES López de Arenas. Marchena (Sevilla)
os Cabildos ante la coyuntura de la Guerra de Sucesión.
El territorio peninsular ha sufrido “in situ” a lo largo de la Edad Moderna,
numerosos episodios de ataques o asaltos puntuales, por su enorme extensión
litoral, sobre todo los ejecutados por turcos, franceses, ingleses y holandeses. Sin
embargo son escasas las ocasiones en que ha existido una guerra abierta y declarada
en el propio “suelo peninsular”, y que se haya alargado en el tiempo varios años o
décadas. En esta 2ª categoría encontramos conflictos que no afectaron en algunos
casos a la totalidad del territorio peninsular: la Guerra Civil Castellana (1475-1479),
la 1ª y la 2ª Guerra de las Alpujarras (1499-1502 y 1568-1571), la Guerra hispanoportuguesa (1640-1668), la Guerra de Sucesión española (1701-1714), la Guerra de
las Naranjas (1801) y la Guerra de la Independencia (1808-1814).
L
Nuestra principal fuente y guía para elaborar este trabajo, ha sido las Actas
Capitulares del Cabildo de Marchena. Es decir, los libros que registran los acuerdos
del Cabildo como principal institución de gobierno del municipio. Los Cabildos como
órganos colegiados de carácter representativo de sus localidades, manifestaban su más
87
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
alta capacidad de gobierno a través de reuniones o “ayuntamientos”. Además ejercían
como cadenas de transmisión de las órdenes de entidades político-administrativas
y militares de rango superior. El Cabildo de Marchena a inicios del siglo XVIII
contaba con poca autonomía, y en su quehacer diario estaba bastante subordinado a
la “cadena de mando” que suponían las legislaciones y órdenes, tanto reales como
ducales (al ser lugar de señorío)1.
Sobre las actas capitulares se han elaborado estudios de carácter archivístico,
paleográfico y diplomático. Otros se han centrado en su naturaleza como fuente y su
importancia para la historia urbana, política y militar. La política de las corporaciones
locales aparecía como un factor decisivo en la evolución de las poblaciones, como
una institución básica en la estructura político-administrativa de la monarquía y en el
desarrollo de la vida cotidiana del conjunto social, al ser el eslabón de la cadena del
poder más cercano a los ciudadanos2.
En ellas de forma directa o indirecta se reflejan noticias de acontecimientos y
eventos de ámbito internacional y nacional, gracias a la documentación que llega de
organismos de rango superior. Por tanto en cierta forma las Actas Capitulares son
“espejos” que reflejan los acontecimientos del “microcosmos” que supone cada uno
de los reinados de la monarquía hispánica (Habsburgos y Borbones). En nuestro caso
también se reflejan muchos acontecimientos del devenir de los Ponce de León al
Para evitar citas continuas, en el texto haremos referencia de la sesión capitular, remitiéndonos con
esta primera nota a la fuente documental principal y primigenia. Archivo Municipal De Marchena (en
adelante A. M. Marchena), Actas Capitulares, Libro 10 (1679-1699), Libro 11 (1700-1709), Libro 12
(1710-1721), Libro 13 (1722-1739), Libro 14 (1757-1758). Nota: No se conserva el libro de acuerdos de
los años 1740-1756. Igualmente nos remitimos al trabajo que se presentó al Departamento de Historia
Moderna de la Universidad de Sevilla, en el marco del programa de Doctorado bajo la dirección de Dª
Mercedes Gamero Rojas, y del cual se extraen algunos epígrafes para el presente trabajo. Gutiérrez
Núñez, F. J.: “Gobierno municipal y coyuntura bélica. Marchena y Morón de la Frontera durante la
Guerra de Sucesión”. Abril 2002. Inédito.
1
Entre la amplia bibliografía dedicada a las actas capitulares, podemos destacar: García Cano, M.
I.: “Las actas capitulares como fuente para la Historia urbana”, en Axerquía. Revista de Estudios
cordobeses, nº 10 (1984), pp. 155-181. Pozas Poveda, L.; Cuesta Martínez, M.; García Cano, M. I.;
Belmonte López-Huici, M. C.; “Las actas capitulares como fuente para la historia urbana”, en En la
España medieval nº 10 (1987), pp. 39-68. Cabrera Cruz, José P.: “Las actas capitulares como fuente
para la historia urbana: Motril durante el siglo XVI”, en Cuadernos de arte de la Universidad de
Granada nº 28 (1997), pp. 65-75. Cruz Cabrera, José P.: “Los archivos municipales como fuente para
la historia militar: la defensa de Motril a través de las Actas Capitulares del siglo XVI”, en Vv. Aa.:
Fuentes para la historia militar en los archivos españoles: actas VI Jornadas Nacionales de Historia
Militar. Sevilla 6-10 de mayo de 1996, Cátedra del General Castaños – R. M. Sur, 2000, pp. 443-452.
Marina Barba, J.: Poder municipal y reforma en Granada durante el siglo XVIII, Universidad de
Granada; Ayuntamiento de Granada, 1992, p. 8.
2
88
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
frente de la Casa ducal de Arcos3. Nuestro objetivo es analizar la coyuntura bélica de
la Guerra de Sucesión durante el reinado de Felipe V, así como la posterior evolución
de las “milicias” de Marchena, en tiempos de Fernando VI.
2.-La ruptura de lo “cotidiano”: el esfuerzo de guerra.
El acta capitular es una fuente imprescindible para observar cual es la “percepción”
que tiene cada Cabildo de la guerra (como institución o colectivo) y para comprobar
cómo “respiran” los capitulares a nivel de grupo e individual, pues en definitiva
conformaban la oligarquía que se perpetuaba en muchos casos al frente del poder
del mismo4.
Los Cabildos afrontarán tanto los problemas cotidianos/locales como las
órdenes que reciben sobre problemas regionales/nacionales, en función de su propia
“percepción”. Si los ven cercanos y urgentes actúan con ligereza y rapidez, pero si los
ven lejanos y poco importantes, dilatan su respuesta ante ellos, ante la “desesperación”
de las autoridades superiores.
A inicios del siglo XVIII, la acción del proceso político-administrativo del
municipio para dar respuesta a éstas órdenes, se va ralentizando por diversos factores.
La maquinaria del esfuerzo de guerra estaba “desengrasada”. Desde la guerra hispanoportuguesa (1640-1668), los Cabildos no habían percibido el “problema” tan cercano
y urgente, con campañas militares fronterizas en pleno territorio peninsular. En 17011702 no existía conciencia de la “gravedad” del conflicto sucesorio, ni se percibía
como una amenaza que se acercara y que necesitara obligatoriamente actuar con
premura y eficacia, contribuyendo con hombres, caballos y dinero.
Esta “percepción” de lejanía es la que predominará en Marchena durante la mayor
parte de años del conflicto, a pesar de su relativa cercanía geográfica al teatro de
operaciones que afectó a Andalucía: la costa gaditana (agosto de 1702 y septiembre
de 1704) y la frontera portuguesa. Los acontecimientos de agosto de 1702 fueron una
Tarifa Fernández,Adela; Linage Conde, JoséAntonio: “Las actas capitulares de Úbeda y sus cronistas,
espejo ¿o microcosmos?) del reinado de Carlos II”, en Aranda Pérez, Fco. José (coord.): VIIª Reunión
Científica de la Fundación Española de Historia Moderna. Vol. 1. La declinación de la monarquía
hispánica, pp. 793-810. Mairal Jiménez, Mª Del Carmen: Documentos del reinado de Carlos III
existentes en la colección de actas capitulares del Archivo Municipal de Málaga, Ayuntamiento de
Málaga, Málaga 1988.
3
Sobre el tema puede consultarse: Gutiérrez Núñez, F. J.: “La contribución del Reino de Sevilla a la
Guerra de Sucesión española (1702-1713). Una visión desde las actas capitulares”, en Bernardo Ares,
José Manuel De (coord): La Sucesión de la Monarquía Hispánica, 1665-1725. Biografías relevantes y procesos
complejos, Sílex Ediciones (Madrid) y Cajasur (Córdoba), Madrid 2009, pp. 209-244.
4
89
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
importante llamada de atención para la mayoría de localidades sevillanas, y se tuvieron
que movilizar las milicias para acudir en defensa de la costa. Marchena consiguió
formarlas y enviarlas hacia Rota, aunque ya era tarde, las tropas angloholandesas
se habían retirado y en menos de un mes la compañía de milicias estaría de regreso.
Iniciado el conflicto comienzan a llegar Reales Cédulas, órdenes y epistolario,
como ocurre durante la coyuntura bélica de la Guerra de Sucesión. Las órdenes y
peticiones se agolparán en determinados meses del año, y el volumen de trabajo
aumentó de forma excepcional, sobre todo en los años “centrales” del conflicto, 1706,
1707 y 1708, a raíz del asedio español para retomar Gibraltar. Todo ello repercutirá
en la convocatoria de un número mayor de reuniones capitulares en dichos años, en
algunos casos hasta duplicarse si tomamos de referencia el año 1701. Igualmente el
trabajo aumentará en el año 1712, a punto de cerrarse el conflicto, aunque no afectó
al número de convocatorias. (Vid. Gráfico nº 1 y 2).
La frecuencia de las sesiones capitulares de Morón de la Frontera, fue bastante
menor en la década de 1701-1709, las sesiones están por debajo de 20, sólo en 1702,
1706 y 1709, superan esta cifra. En cambio a partir de 1709, todos los años las sesiones
si la superan. Es evidente al comparar Marchena y Morón, ver que la actividad del
Cabildo marchenero fue mayor. El vecindario de ambas villas era similar, pero hay que
tener en cuenta que Morón tenía embargado sus bienes de propios; esto nos explicaría
que su iniciativa estuvo muy limitada, por tanto su actividad en determinados años se
reduce tan sólo al control del abastecimiento de la villa.
Por su parte Marchena, desborda “vitalidad”, sobre todo en 1707. Si comparamos
la actividad de ambos Cabildos en este año, Marchena llega a su culmen celebrando
65 sesiones, y Morón toca “fondo” con sólo 11. Sólo hay un motivo que explica este
contraste, la formación de 3 compañías para el Regimiento de Carmona, las cuáles
en 1706 tenían que ser aportadas por Morón de la Frontera y que en 1707, por orden
del Capitán General de Andalucía, pasarán a ser obligación de Marchena, lo cual le
provoca la frenética actividad de la institución y de sus capitulares. Vid. Gráfico nº
2.- Número de asuntos relacionados con la Guerra de Sucesión. Cabildo de Marchena
(1701-1713).
Muchas órdenes y peticiones son difíciles de interpretar por parte de los
capitulares, así como de llevar de la teoría a la práctica; lo cual perjudica en la
eficacia y en la resolución de los asuntos, muchos de los cuáles se eternizan. Tendrán
que responder a situaciones de contribución humana y/o económica, a las que no se
90
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
habían enfrentado desde hacía décadas (1668), todo ello requería en muchos casos la
necesidad de consultar y estudiar cómo hacerlo.
Los capitulares tenían que atender la “vida cotidiana” (abastecimiento, orden,
vigilancia, justicia, obras públicas) y además las exigencias “extraordinarias” que
suponía la coyuntura bélica. El Cabildo de Marchena afrontó las urgencias que
demandaba el conflicto (contribuciones y servicios), a través de diputaciones y
comisiones capitulares, que trabajaban en la confección de padrones, de repartimientos
fiscales, de armas, registros de caballos, sorteo de levas, etc. Otras ciudades y villas
de mayor tamaño, organizaron Juntas de Guerra para todo ello5.
En momentos puntuales y críticos, y debido a la acumulación de trabajo, de
forma momentánea, se nombraban más diputados y comisionados para ayudar a los
diputados permanentes de guerra, con el objetivo de atender las urgencias surgidas
y descargarlos de trabajo, encargándose de algún aspecto puntual de la contribución
solicitada, ya fuera acopio de armas y pólvora, compra de caballos y uniformes, etc.6.
Incluso las propias autoridades superiores, podían entrar en choques
jurisdiccionales, contradiciéndose en sus órdenes. A partir de ahora profundizaremos
en las formas de contribución:
5
Dos buenas síntesis de la contribución de Andalucía son: Andújar Castillo, Francisco: Andalucía en
la Guerra de Sucesión, Caja General Ahorros de Granada, Granada 2010. Calvo Poyato, José: Guerra
de Sucesión en Andalucía, Editorial Sarriá, Málaga, 2002.
Tenemos constancia que al menos el regidor D. Nicolás de Tejada que fue “diputado de guerra” varios
años (1711-1714), actuó en 1712, como tercer diputado ante la avalancha de trabajo que tenían sus
otros dos compañeros. A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sesión de 24 de febrero de 1712:
“Nombramiento de Diputado de Guerra en el señor Regidor Texada. La Villa atendiendo al mucho
trabajo que tiene aqui las quatro Compañias y media de dragones y en lo demas que se ofrese para
aliviarles en parte el trabajo y que ayude a los que oy lo son acordo nombrar nuebo Diputado de
Guerra al Señor D. Nicolas de Texada Regidor quien estando presente azepto dicha Diputazion”.
6
91
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Marchena ante la Guerra de Sucesión (1701-1713)
2.- Contribuciones humanas.
1.- Contribuciones económicas y materiales.
a).- Contribuciones monetarias:
repartimientos y donativos.
o
o
o
o
o
Donativo general y voluntario (1707).
Donativo de 12 reales (1709).
Donativo de 12 reales (1710-1711).
Donativo de 60 reales por vecino o del “doblón”
(1711-1712).
Donativo de 10 reales (1713-1714).
o
o
Reclutamiento de milicias (ejército
“no regular”).
Reclutamientos para el ejército
“regular”.
b).- Carretas y servicios para la caballería.
c).- Contribución de caballos y animales de tiro: bagajes
y transportes.
d).- Tránsitos y alojamientos de soldados.
3.- Contribuciones económicas y materiales.
3.1.- Contribuciones monetarias.
3.1.1.- Repartimiento y donativos.
Como ya hemos comentado anteriormente, el impacto de la guerra implicó un
aumento de la fiscalidad, tanto de las contribuciones a la Hacienda real como a las
administraciones locales, a las habituales imposiciones de repartimientos ordinarios
se le unieron las de carácter extraordinario (donativos, servicio de milicias, servicio de
paja para la caballería). Los costes de la guerra fueron en aumento según se dilataba
el conflicto7.
También podría catalogarse como gasto vinculado a la guerra, las honras fúnebres por Carlos II, y
la organización de rogativas públicas por el buen devenir de la guerra para Felipe V, así como de
iluminarias, corridas de toros, etc., celebrando las victorias de su ejército. De ello se da cuenta en
Gutiérrez Núñez, F. J.; Carpio Elías, J. B.: “Vida y poder municipal en Marchena durante el reinado
de Felipe V (1.700-1.720)”, en Actas VI Jornadas sobre Historia de Marchena (3 al 6 de Octubre de
2000), Edita. Ilustre Ayto. de Marchena y Fundación El Monte 2002, pp. 71-114, “Celebraciones y
festividades”, pp. 95-100. Alcaide Aguilar, J. F.: “Las fiestas religiosas y profanas. Participación del
Concejo de la villa en el primer tercio del siglo XVIII”, en Vv. Aa.: Actas de las XII Jornadas sobre
Historia de Marchena. Las Fiestas en la historia de Marchena, Excmo. Ayto. de Marchena, Marchena
(Sevilla), pp. 151-173.
7
92
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
La monarquía y la hacienda real van a ir experimentando a lo largo del conflicto
numerosas fórmulas de financiación, recurriendo a una venalidad generalizada,
así como a asientos de la iniciativa privada, todo a cambio de contraprestaciones
económicas y honoríficas, lo que ha venido trabajando numerosos historiadores,
pero con especial énfasis el profesor Andújar Castillo (Universidad de Almería);
cuyos trabajos nos ofrecen la compresión de éstas fórmulas de financiación durante
la coyuntura bélica y las posibilidades de ascenso social que ofreció8.
Además desde inicios de la misma, la monarquía también va a recurrir a solicitar
ayuda a los municipios, inaugurando de esta forma un modelo de actuación que se
mantendrá toda la guerra9.
Los Cabildos van a financiar la guerra sobre todo a través de la multiplicidad de
arbitrios que gravaban el consumo y la propiedad de la tierra. Ante la precariedad de
sus arcas y recursos, y ante la inminente necesidad de hacer frente a las continuas
exigencias de las autoridades político-militares terminaron por recurrir e incluso abusar
de los arbitrios para costear las aportaciones así como de hipotecar rentas futuras de
bienes de propios.
Entre sus libros destacan; Andújar Castillo, Francisco: Necesidad y venalidad. España e Indias,
1704–1711, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2008. Andújar Castillo,
Francisco: El sonido del dinero. Monarquía, ejército y venalidad en la España del siglo XVIII, Marcial
Pons, Madrid 2004. Entre muchos estudios y trabajos destacan; Andújar Castillo, F.: “Nobleza y
fidelidad dinástica: la hornada de títulos nobiliarios andaluces de 1711”, en Díaz López, J. P., Andújar
Castillo, F.; Galán Sánchez, Ángel: Casas, familias y rentas: la nobleza del Reino de Granada entre
los siglos XV-XVIII, Granada 2010, pp. 37-53. Andújar Castillo, F.: “Vender cargos y honores. Un
recurso extraordinario para la financiación de la corte de Felipe V”, en Castellano Castellano, J.
L.; López-Guadalupe Muñoz, Miguel Luis (coords.): Homenaje a Antonio Domínguez Ortiz, Granada
2008, Vol. 3, pp. 89-110. Andújar Castillo, F.: “La financiación desconocida de la Guerra de Sucesión:
la venta de cargos y honores”, en Álvarez-Ossorio Alvariño, A. (coord.): La pérdida de Europa:
la guerra de Sucesión por la Monarquía de España, 2007, pp. 313-334. Andújar Castillo, F.: “La
privatización del reclutamiento en el siglo XVIII: el sistema de asientos”, en Studia Histórica. Historia
Moderna, nº 25 (2003), pp. 123-147. Andújar Castillo, F.: “La Guerra de Sucesión y los cambios en
el ejército”, en González Beltrán, J. M. (ed.): El asalto anglo-holandés a la bahía de Cádiz, entre la
política internacional y las repercusiones locales, Puerto de Santa María, 2003, págs. 53-74, cit. pp.
60-62. Andújar Castillo, F.: “Servicios para la guerra, mercedes para las oligarquías. Las recompensas
de la Guerra de Sucesión en Andalucía”, en Bernardo De Ares, J. M. de (coord.): La Sucesión de la
Monarquía Hispánica, 1665-1725 (I). Luchas políticas en las Cortes y fragilidad económica-fiscal en
los Reinos, Universidad de Córdoba; Cajasur, Córdoba 2006, pp. 43-74. Andújar Castillo, F.: “La
privatización del reclutamiento en el siglo XVIII: el sistema de asientos”, en Studia historica. Historia
moderna, nº 25 (2003), pp. 123-147.
8
Calvo Poyato, José: “Los Ayuntamientos andaluces durante la Guerra de Sucesión”, en Actas X
Jornadas Nacionales de Hª Militar (Sevilla, 13-17 Noviembre 2000). La Guerra de Sucesión en España
y América, Cátedra “General Castaños” Región Militar Sur - Ed. Deimos Madrid 2001, pp. 713-728,
cit. p. 715.
9
93
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Las fórmulas de captación de recursos e ingresos fueron varias:
1. Incremento de viejos arbitrios y creación de otros nuevos.
2. Toma a préstamo de los caudales y bolsas públicas: de los pósitos, de las
rentas reales, de la bolsa de arbitrios, etc.
3. Toma de dinero a préstamo de particulares y otras instituciones.
4. Arrendamiento de bienes de propios y rentas municipales a largo plazo.
5. Adjudicación o prórroga del arrendamiento de rentas municipales.
6. Adelanto de dinero de las rentas municipales.
7. Venta / arrendamiento de baldíos y comunales.
La falta de medios y financiación que argumentaban los Cabildos, para afrontar
sus servicios extraordinarios, se basaba en muchos casos en ideas muy vagas y
ambiguas, que se convierten en “estereotipos”, como “lo calamitoso de los tiempos”
y la “suma miseria y pobreza” que padecía su vecindario, así como lo exhausto que
se hallaba según avanzaba la guerra. En cierta forma se puede concebir como un
lenguaje “defensivo” que pretendía retrasar, aminorar y/o evitar las contribuciones. Se
convertiría en rutinario en muchas sesiones, lo cual dificulta dilucidar si las situaciones
que plantean eran reales o ficticias10.
Son numerosas las sesiones que registran acuerdos de solicitar a las autoridades
superiores, rebaja y disminución de contribuciones y servicios. Ante la ineficacia e
inoperancia de la institución municipal (Cabildo), la oligarquía local que la controlaba,
intentaba en muchas ocasiones traspasar el peso de las contribuciones al grueso de
la población, “a la postre era, como siempre, el sufrido vecino el que pechaba con el
gasto por una u otra vía”11. Por tanto, las contribuciones extraordinarias y urgentes,
10
Sobre la aportación económica de otras poblaciones puede consultarse: Pezzi Cristóbal, Pilar:
La Guerra de Sucesión en Vélez-Málaga (1700-1714), 1997; Martínez Ruíz, Emilia: “El Cabildo
municipal de Granada ante los impuestos estatales durante la Guerra de Sucesión. 1700-1713”,
en Chronica Nova nº 11 (Dpto. de Historia Moderna, Universidad de Granada 1980), pp. 269-284;
Picazo Muntaner, Antoni: “ La situación económica de la Hacienda municipal durante la Guerra
de Sucesión”, en X Jornadas Nacionales de Historia Militar, op. cit., Madrid 2001, pp. 729-735.
Rodríguez De Gracia, Hilario: “La Guerra de Sucesión y el crecimiento de los impuestos en Jaén”, en
Actas X Jornadas Nacionales de Historia Militar, op. cit., Madrid 2001, pp. 737-752.
11
De aquí en adelante las referencias sobre Écija y Carmona proceden de: Calvo Poyato, José: “La
Guerra de Sucesión en Écija”, en Actas del I Congreso sobre Historia de Écija. Tomo II, Excmo.
Ayto. de Écija, Écija 1988, pp. 73-94. Calvo Poyato, José: “La Guerra de Sucesión en Écija”, en
Archivo Hispalense nº 221 (Sevilla 1989), pp. 53-70, cit. p. 62. Gutiérrez Núñez, F. J.: “El Cabildo
94
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
terminaban trasladándose al “común” del vecindario, a través de impuestos directos
o indirectos, que repercutían en el aumento de la presión fiscal y en el perjuicio de
los estratos sociales inferiores.
Al margen de las contribuciones ordinarias a la hacienda real, podemos hacer
balance de las principales contribuciones y donativos extraordinarios de ambas villas
durante todo el conflicto:
a).- Donativo general y voluntario (1707). El donativo era un impuesto camuflado
con apariencia de aportación voluntaria, cuando en realidad no era así. En Marchena
y Morón no se recibió la orden directa de su cobro: “dos doblones de a dos escudos
de oro cada uno”. El 9 de diciembre de 1707 ambos Cabildos recibieron una carta
del Arzobispo de Sevilla remitiendo un Real Decreto, que solicitaba un donativo
general voluntario a todos los vecinos. La razón era evidente, costear las “presentes
urgencias” de la guerra. El Cabildo de Morón acordó servir con 50 doblones que se
sacarían prestado del Pósito, y reintegrados con los ingresos de los arbitrios sobre
tierras y bellotas. De Marchena no tenemos constancia que aportara cantidad alguna,
aunque el “silencio” no significa que quedara exenta de pago.
b).- Donativo de 12 reales (1709). La guerra seguía en marcha y los costes
aumentaban para la hacienda real. En este año ya no quedaban apenas arbitrios que
poner sobre los productos de mayor consumo, y era necesario cambiar la forma de
recaudación optando por el repartimiento y capitación por vecino. En septiembre de
1709 se impuso un nuevo donativo de 12 reales por cada vecino, incluyendo a los
nobles, y excluyendo sólo a los eclesiásticos, “(…) recaiendo en los menos pobres y
mas acomodados las porziones que dejaran de repartirse a los mas ymposibilitados
(...)”. En Marchena en la sesión de 26 de septiembre, se nombraron diputados
para realizar y confeccionar padrón, mientras que en el caso de Morón no tenemos
constancia de su cobro, ni de la recepción de la orden. En la villa del Duque de Arcos,
ya se tenía previsto el importe de 12.132 reales correspondientes a 1011 vecinos del
padrón. Como no se podía recaudar entre el vecindario, se acordó vender trigo del
Pósito para el abasto público, con el cual afrontar el importe total. Muchos municipios
para evitar esta fiscalidad directa, terminarían pagando mediante las vías ya citadas:
venta de trigo del pósito, venta de propios, nuevos arbitrios sobre el consumo, etc.
de Carmona en los inicios de la Guerra de Sucesión (1700-1706)”, en González Jiménez, Manuel
(ed.): III Congreso de Hª de Carmona. Carmona en la Edad Moderna, Universidad de Sevilla, Ayto.
de Carmona, Consejería de Educación y Ciencia (Junta de Andalucía), Carmona 2003, pp. 133-140.
95
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Habitualmente el pago se realizaba por meses, aunque era habitual acumular
retrasos en los pagos. Desconocemos la razón, pero la orden de este donativo llegó
a Écija, bastantes meses antes, en concreto el 12 febrero de 1709, y se le solicitó en
función de 5.133 vecinos, la cantidad de 63.467 reales.
c).- Donativo de 12 reales (1710-1711). En julio de 1710 se le ordenó a Morón
contribuir con un repartimiento de 12 reales por vecino (384.744 maravedís), y con
un repartimiento de utensilios fijado en 396 mil maravedís, cantidades que sin éxito
intentaron ser rebajados. Fue un hecho habitual que los ayuntamientos, ante la
asignación de impuestos regulados en función del número de vecinos, argumentaran
el descenso demográfico de su vecindario (a veces de forma exagerada), para que
la aportación económica fuera menor. En sí no era una estrategia, sino una realidad,
el bienio 1708-1709 fue durísimo para las villas andaluzas, con carestía de cereales,
hambrunas y epidemia, con la consiguiente mortandad12.
Al año siguiente, en 1711 de nuevo se reclamaba a ambas villas un donativo de
12 reales, por armas, vestidos y utensilios. En Morón se trató en la sesión de 25 de
marzo, y en Marchena se abordó también en marzo de 1711, cuando aún no se había
pagado el repartimiento de 1709 que se terminó de liquidar en 171313.
d).- Donativo de 60 reales por vecino o del “doblón” (1711-1712). Su orden
de recaudación llegaría a la mayoría de municipios entre noviembre y diciembre de
171114. Su destino sería pagar el alojamiento de las tropas del Ejército de Extremadura
y Castilla. En el repartimiento, en teoría cada vecino debía pagar 50 reales (en cinco
pagos) y 10 reales para remonta de la caballería. Al Reino de Sevilla se le fijó una
cantidad de 320.000 escudos de vellón (64.000 vecinos). La cantidad que correspondió
Sobre el impacto de esta crisis del bienio 1708-1709: Gutiérrez Núñez, Francisco Javier; García
Bernal, Jaime: “La crisis de 1709 en Sevilla a la luz de nuevas fuentes documentales (I): Crónicas,
anales y sucesos”, en Congreso Internacional Andalucía Barroca. II. Historia demográfica, Económica
y Social. Actas, Consejería de Cultura - Junta de Andalucía, 2009, pp. 259-268. Gutiérrez Núñez,
Francisco Javier; García Bernal, Jaime: “La crisis de 1709 en Sevilla a la luz de nuevas fuentes
documentales (II): las certificaciones parroquiales”, en Congreso Internacional Andalucía Barroca. II.
Historia demográfica, Económica y Social. Actas, Consejería de Cultura - Junta de Andalucía, 2009,
pp. 269-277.
12
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sesiones de 21 de marzo de 1711, 20 de Julio de 1711
y 30 de Marzo de 1713.
13
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sesión de 11 de Diciembre de 1711. Que la orden “(...)
se guarde y execute como Su Magestad lo manda y que respectto de que todo el bezindario de esta dicha
Villa es de mill y onze bezinos en que comprehenden los nobles y esenttos los quales segun la mente de
Su Magestad no se deven yncluir segun lo qual a tenido por conbeniente esta Villa se haga consulta
sobre ello al dicho Señor Marques asistente Lara (...)”.
14
96
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
a Sevilla capital (13.600 doblones de a dos escudos), se recaudó a través del arbitrio
del 2% que se cobraba sobre las mercaderías en la Aduana. La ciudad tardaría 2 años
para pagar el montante total del donativo15. Granada contribuía por 12.000 vecinos,
Marchena lo haría por 1.011 vecinos y Morón de la Frontera por 943. Jaén optaría
por aportar el dinero de las arcas municipales16.
El año de 1712 tuvo que ser un año crítico tanto para Marchena y Morón, en
ésta última el cobro de este donativo empezó con grandes dificultades a inicios del
mismo. En el repartimiento, en teoría cada vecino debía pagar 50 reales (en cinco
pagos) y 10 reales por remonta. Las autoridades superiores habían fijado la población
en 943 vecinos, y el Cabildo reclamaba que no era correcto, al haberse de descontar el
número de nobles, que se habían incluido. Aunque los capitulares estaban dispuestos
a ejecutar el repartimiento, en el Cabildo se expresó que era harto difícil su ejecución
por la pobreza del vecindario. Finalmente también fueron incluidos los nobles17.
Marchena comenzó a tener muchos problemas para su cobro y pago a la hacienda
real. Su Cabildo reconocía “la pobreza” por la que atravesaba la población a causa
del sinfín de contribuciones que debía afrontar. El 24 de febrero de 1712, se debatía
sobre la imposibilidad de cobrar el repartimiento que ya requería el Superintendente de
Sevilla, pues “el vezindario de esta Villa se halla sumamente pobre con el continuo y
dilatado quartel de quatro Compañias y media de Dragones, transito y repartimiento”.
Muestra de ello es que el 17 de marzo el Cabildo acordaba costear 400 reales de gastos
de acuartelamiento “para aliviar los vezinos por la suma estrechez y pobreza en que
se hallan por lo mucho que han contribuido”.
Al Reino por 64.000 vecinos le correspondía pagar 3.840.000 reales, y a Sevilla capital por 13.600
vecinos, 816.000 reales. Martínez Ruiz, José Ignacio: Finanzas municipales y crédito público en la
España moderna: la hacienda de la ciudad de Sevilla, 1528-1768, Ayuntamiento de Sevilla 1992, p.
280. Guichot, Joaquín: Historia de la Ciudad de Sevilla (…). Siglo XVIII, Establecimiento Tipográfico
de “El Progreso”, Sevilla 1892, pp. 64. Guichot, Joaquín: Historia del Excmo. Ayuntamiento de la
Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica e invicta Ciudad de Sevilla (…), Tomo III. Desde Felipe V hasta
Fernando VII (1701-1808), Tip. de la Revista de Tribunales, Sevilla 1898, p. 24.
15
16
Rodríguez De Gracia, Hilario: “La Guerra de Sucesión y el crecimiento de los impuestos en Jaén”,
en Actas X Jornadas…, op. cit., 2001, pp. 737–752, cit. pp. 744-745. Martínez Ruiz, E.: “El Cabildo…”,
art. cit., 1980, p. 281.
A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 35. Acta de 4 de Enero de 1712 “(...) y que conste que si no
tubiere caval efecto es unicamente ocasionado de la pobresa ymposibilidad de dichos vecinos y no
higualar sus fuerzas a la lealtad y afecto en dieran dichas cantidades y muchas mas que fueran si las
tubieran y pudieren por lo mucho con que esta Villa y dichos sus vecinos a atendido y atendera siempre
quanto ha sido y pudiere ser del Real Servicio de S. m. y de su Real Gratitud (...)”.
17
97
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
e).- Donativo de 10 reales (1713-1714). Cuando la guerra entraba en su fase final
(octubre de 1713), la monarquía apremiaba en el cobro de un nuevo donativo de diez
reales de vellón a cada vecino, para afrontar la manutención de los Reales Ejércitos
“en la empresa y conquista de Cataluña”. A la ciudad de Sevilla le correspondía
pagar 13.900 escudos, tardó en hacerlo 2 años mediante arbitrios y después de lograr
una transacción a la baja.
Las órdenes se trataron por primera vez en Morón el 29 de septiembre y en
Marchena el 27 de octubre, la cual pagó 18.310 reales de vellón, por un vecindario de
1.831 vecinos (1.011 en 1711). A modo de comparación: a Jaén se le fijó una población
de 4.393 vecinos, y una aportación de 43.930 reales.
El 19 de octubre 1714 también se le pediría al Cabildo de Marchena el pago en
6 veces de 93.460 reales de vellón que le había tocado para terminar con el asedio
de Barcelona.
3.1.2.- Fórmulas de gestión y financiación.
En los casos de Marchena y Morón de la Frontera, el continuo esfuerzo
realizado por cada villa sin duda con el paso del tiempo terminó traduciéndose en
un debilitamiento demográfico y económico de cada una, teniendo en cuenta que
su predominante economía agraria sufría períodos cíclicos de crisis, tipo “Antiguo
Régimen”, como la del bienio 1708-1709, que como ya dijimos se tradujo en una
gran mortandad.
En el caso de Marchena, en varias sesiones de la década de 1710, encontramos
varios acuerdos intentando de mediar en favor del vecindario asumiendo cargas, que
en principio tenían que ser recaudadas de forma directa sobre el mismo. La razón
era evidente, se aludía a la enorme presión fiscal que éste soportaba. El 18 de julio
de 1710 se afirmaba que se intervenía “atendiendo a la pobreza de los vezinos”. En
otras ocasiones, como en las sesiones de 21 de mayo y 6 de julio de 1711, se tuvo
que acordar eliminar arbitrios destinados a costear gastos de guerra, ya que gravaban
productos de primera necesidad: “atendiendo al alibio comun de los vezinos quienes se
allan muy grabados con las repetidas contribusiones que continuamente se ofresen”.
Cuando realmente los sectores más populares, ya no podían soportar los continuos
gravámenes humanos y económicos, se tenía que recurrir a los sectores medios y altos,
a los cuáles se le solicitaba la colaboración militar y económica. Las peticiones a los
principales caudales de la villa se repitieron varias veces, en agosto de 1702, con
el repartimiento del servicio de paja, en marzo de 1707 cuando se debía costear la
98
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
formación de 3 compañías para el Regimiento de Carmona y en febrero de 1712, con
la contribución de 60 reales del cuartel y remonta. Incluso el 22 de febrero de 1713, en
uno de los repartimientos se incluyeron a vecinos que vivían fuera de la villa, como el
Duque de Benavente (300 reales), D. Diego Santos de San Pedro (250 reales), ambos
residentes en Madrid, y D. Pedro Mejías (70 reales), residente en Tocina.
Caso parecido ocurrió el 10 de mayo de 1713, cuando el Cabildo para pagar al
Superintendente de Rentas Reales del Reino de Sevilla que había llegado a la villa,
estableció un “préstamo obligatorio” a ciertos vecinos, a los cuales se les amenazaba
con la prisión18.
La razón que se ofrecía para esta “incautación”, era que “(...) no solo los pobres
sino los acomodados pueden dar satisfazion, por no aver empezado a cojer los frutos
y que muy en breve lo empezaran a executar y el comun a travajar (...)”. De esta
forma a cambio de unos vales tuvieron que pagar, Francisco Ramos (3 mil reales),
Francisco Ortiz (“otros tantos”), Manuel Baena (1.500 reales), Luis Moreno (1.000
reales) y Luis Barrera (1.000 reales). Como se puede apreciar ninguno era capitular,
y posiblemente serían labradores acomodados.
3.2.- Carretas y servicios para la caballería.
Una contribución continua y constante a lo largo del conflicto bélico, fue el servicio
de paja con destino a los almacenes de Jerez, Cádiz e Isla León, para la manutención
de la caballería del ejército, la cual en los primeros años pasaría acuartelada largos
períodos en zonas gaditanas ante la necesidad de defensa de sus costas frente a los
ataques angloholandeses. Para ver como fue evolucionando los montantes aportados
seguiremos un criterio cronológico.
El inicio de esta contribución se produjo en junio de 1702, cuando se le solicitaron
a Marchena mil arrobas de paja cada mes durante un año, en total 12 mil arrobas de
paja con destino Jerez. En un principio la gestión del Duque ante el Capitán General
no sirvió para rebajar la cantidad, por lo cual el Cabildo remitió carta al Corregidor de
Jerez para conseguirlo, en julio de dicho año. En un segundo intento el Duque consiguió
del Capitán General, una reducción del servicio, fijándose en 8.000 arrobas, lo cual
se conoció en la sesión de 7 de agosto. A partir de ahí los capitulares se centraron
en como afrontar su coste. El día 8 debatieron y acordaron no realizar repartimiento
entre el vecindario, sino o bien pagarlo de los propios o bien mediante contribución
voluntaria de los caballeros de la villa, sin que eso supusiera perjuicio de su nobleza.
18
“(…) prission en casso de negarse al entriego, en considerazion de que es del vien comun (...) y que
las urgenzias del Reyno son grandes”.
99
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Finalmente se determinó tras consultar al Duque de Arcos, no realizar
repartimiento, pero tampoco pagar de los bienes propios ante las cargas que ya
soportaban. La solución que se adoptó fue la recaudación voluntaria tal como se había
hecho en Carmona y El Arahal, tan sólo si faltaba algo para completar la cantidad se
recurriría a los propios. Él mismo ofrecía 300 arrobas, 200 en su nombre y otras 100 en
nombre de los pobres de la villa. Ante el gesto del Duque, el resto de capitulares en la
sesión del 21 de agosto, también ofrecieron ciertas cantidades o su valor monetario19.
El coste total de las 8 mil arrobas se fijaron en 16 mil reales. Para seguir
completando la recaudación el Asistente se ofrecía a “salir callejita”, es decir a pedir
voluntariamente a la nobleza y a los vecinos; pero se nombró para tal función a dos
capitulares, que sólo consiguieron recaudar 6 mil reales en agosto y 3.187 reales en
septiembre. El servicio se llegó a costear aunque de forma tardía al año siguiente, en
las sesiones de 5 de enero de 1703 y 8 de enero de 1704 se seguía pagando20.
Por su parte a Morón se le repartieron 1.500 arrobas de paja cada mes, en total
18 mil arrobas, noticia que llegaba en la sesión de 6 de julio, tras lo cual se acordó
intentar rebajar la cantidad mediante gestiones con el Corregidor de Jerez. A partir
de aquí no aparecen más noticias de cómo se llevó a cabo el servicio, ni si se hizo
efectivo. A Écija le solicitaron también 18 mil arrobas (1.500 por mes), pero ante las
quejas del Cabildo a Villadarias, de los grandes costos de su transporte y compra, éste
aceptó rebajar la contribución y aceptar 40 mil reales para comprarlas en la misma
ciudad de Cádiz.
En junio de 1703 se le repartieron de contribución a la villa de Morón, 24 mil
arrobas de paja, una cantidad muy considerable si atendemos a que a Carmona se le
solicitaron 40 mil arrobas, y a Marchena una cantidad menor21. Morón logró gracias
a la intervención de D. Agustín Espínola (presbítero y vecino de Morón), que las
Lorenzo Begines, 150 arrobas; Francisco de Cifontes 25 arrobas; Francisco Castañeda, 50 arrobas;
Policarpo Fuentes, 50 arrobas; Bartolomé Rueda, 60 arrobas; Rodrigo Blázquez, 50 arrobas; Juan
Rodríguez, 75 arrobas; Cristóbal Caraballo, 30 arrobas; Juan de Aguilar, 30 arrobas.
19
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 20 de Junio, 3-8-13-17 de Julio, 7-8-21-26-28
de Agosto, 25 de Septiembre de 1702. La tardanza y el atraso en los pagos llegó a ser habitual durante
estos tres quinquenios, y casi una forma de sobrevivir de la hacienda municipal, ante la necesidad de
afrontar el pago de contribuciones de mayor importancia, caso de la formación de compañías.
20
La carta del Marqués de Villadarias realizando la petición estaba fechada el 15 de junio, en ella se
recogía las solicitudes realizadas a otras poblaciones relativamente cercanas: Bornos 24 mil arrobas,
Lora 24 mil, Grazalema 16 mil, Arcos 12 mil, Espera 12 mil, Zahara 12 mil, Ubrique 8 mil, Benaocas
6 mil, Trebujena 6 mil, Villaluenga 6 mil, Algámitas 4 mil, Pruna 4 mil. (Fuente: A.H.M.M.F. Actas
Capitulares. Libro 33. Acta de 4 de Octubre de 1703).
21
100
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
rebajara a sólo 16 mil arrobas. Este clérigo residente en Cádiz, mandó una carta
al Marqués de Villadarias (Capitán General), y le presentó las causas por las que
Morón no podía contribuir con tal cantidad. Aunque no se cita la cantidad requerida
a Marchena, sí hay pagos al Depositario de esta contribución y otros pagos similares,
entre los meses de junio y agosto de 1703, posiblemente se repitiera la contribución
de 8 mil arrobas del año anterior22.
En abril de 1706 llegaron las primeras órdenes de un nuevo repartimiento de paja,
aunque hasta mayo y junio no se iniciaron las gestiones para cumplirlo, tocándole a
Marchena 150 carretadas (7.500 arrobas) y a Morón 200 carretadas (10 mil arrobas).
Marchena desde el 27 de mayo (1706) inició gestiones para su minoración,
aludiendo a la escasez y necesidad que había de ella en la villa, para los animales de
labor23. Mientras se acordó escribir a D. Alonso Begines de Coria, natural de Marchena
y Alcalde de Sanlúcar, para que las comprara a buen precio. Su hermano Lorenzo era
Alcalde Ordinario en Marchena ese mismo año. El Capitán General dejó reducido el
servicio 7.500 a 5000 arrobas, que se costearon del pósito.
Las 10 mil arrobas adjudicadas a Morón, se apreciaron en un coste de 10 mil
reales (6 de abril de 1706). Los hidalgos y eclesiásticos, contribuyeron con 5 mil
reales de forma voluntaria, la otra mitad se tendría que obtener de los labradores, y
si no se completaba, se repartiría entre los vecinos las cantidades que debían aportar.
Villadarias apremiaba el servicio y volvió a pedir las 200 carretadas, argumentando
que debían llevarse al Puerto de Santa María, antes de la llegada del invierno y que los
caminos se volvían intransitables. El Cabildo en sesión de 10 de junio acordó iniciar
diligencias para solicitar su moderación, aunque desconocemos que lo consiguiera.
A Marchena en julio 1709 se le repartieron 2.400 arrobas de paja, a razón de 60
carretadas de 40 arrobas cada una. De nuevo se intentó la mediación de D. Alonso
A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 33. Acta 4 de Octubre de 1703. Carta de D. Agustín de
Espínola: “Dize que aviendo V. E. mandado que dicha Villa entregase de contado 24 mil arrobas de
paja (...), siendo esta porzion crecidisima que no pueda dar el poco sembrado, en toda cosecha, de
dicha Villa, y en rigor sería dejar a sus pobres vezinos, sin la que nezesitan para la manutenzion de
sus cabalgaduras (...) suplica a V. E. se digne moderar el repartimiento de dicha paja, a la porzion que
V. E. benignamente considerara puede dar dicha villa, sin dejar nezesitados a sus vezinos, que en ello
rezivirán sumo favor (...)”.
22
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11: Contribución de 3660 arrobas (11/7/1710); 3600 arrobas
(1711); 5.055 arrobas (27/5/1712): “(...) atendiendo a la corta cosecha deste año y que la de paxa es
muy presisa y nesesaria para manutenzion de las lavores y ganados dellas y que mediante lo corto de
los panes sera mui corta la porcion, envia atencion se escriva al Capitan General suplicandole se sirva
minorar el repartimiento de dicha paxa (...)”.
23
101
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Begines de Coria. En la sesión de 24 de julio se acordó costearlas de forma transitoria
de los propios ante la amenaza de multa, para posteriormente cobrarlas al vecindario
mediante repartimiento.
Las contribuciones finales de los años 1710-1713, fueron sucesivas para ambas
villas, pero las cantidades solicitadas fueron menores que en los inicios de la Guerra.
La contribución de Marchena en 1710 y 1711 se fijó en 3660 arrobas cada año, a pagar
en especie o en dinero. En 1711 se solicitó sin éxito rebajarlo a pesar de argumentar
la imposibilidad de su cobranza por la “summa pobreza” de vecinos y labradores y
estar contribuyendo a los utensilios de una compañía acuartelada. En 1712 la cantidad
ascendió a 5.055 arrobas, acordando el Cabildo pagarla de las rentas de propios, “por
estar tan gravado este vesindario con tanta contribuzion y repartimiento”24.
Por su parte a Morón se le solicitarían 3.360 arrobas en 1710, 3.370 arrobas en
1711, 4.175 arrobas en 1712 y 4.767 arrobas en 171325.
A modo de síntesis, las contribuciones fueron las siguientes:
Año
Marchena
Morón Ftra.
Carmona
Écija
Junio 1702
12.000 @
/ 8000 @
(16 mil reales)
¿18000 @?
---
18.000 @ / 8000
(40 mil reales)
Junio 1703
8.000 @
24.000 @
/ 16.000 @
¿40.000 @?
---
Abril 1706
7500 @
/ 5000 @
10.000 @ /
10.0000 @
20.000 @ /
15.550 @
---
Julio 1709
2400 @
---
---
---
1710
3660 @
3660 @
---
---
1711
3660 @
3370 @
---
---
1712
5.055 @
4175 @
---
---
1713
5493 @
4767 @
---
----
A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libros 34 y 35. Actas de 9 de Julio de 1710, 15 de Noviembre de
1711, 7 de Agosto de 1712, 29 de Agosto de 1713. A. M. Marchena. Actas Capitulares, Libro 12. Actas
de 11 de Julio de 1710, 23 de Octubre de 1711, 30 de Junio de 1712.
24
A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 35. Contribución de 3.360 arrobas (9/7/1710), 3.370 arrobas
(15/11/1711), 4.175 arrobas (7/8/1712) y 4.767 arrobas (29/8/1713).
25
102
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
3.3.- Registro de caballos, transportes y bagajes.
Las peticiones de contribuir con caballos y animales de tiro con el avance del
conflicto, se convirtieron en un tema muy repetido en las sesiones capitulares; pero
sobre todo durante el asedio a la plaza de Gibraltar (1704-1705). Se recibieron órdenes
para realizar registro de caballos, asnos y mulas de carga y de tiro, los primeros
destinados a la caballería, y el resto destinado para el transporte de la artillería e
infantería. En el caso de éstos últimos en la mayoría de veces los Cabildos acudían
a los arrieros a los cuáles, en sí se les “incautaban” las recuas de acémilas y asnos,
pagándoles un precio simbólico a modo de arrendamiento. Se les obligaban a realizar
los transportes de cada servicio de guerra, en función de cada campaña.
A Marchena en diciembre de 1703, llegan órdenes para realizar un primer registro
de caballos útiles para la guerra, remitiendo testimonio de su número y de sus dueños.
Ese mismo mes se le reclamaron 100 mulos con orden de entregarlos el 1 de enero
en Sevilla, lo cual se efectuó y se libró 62 reales al arriero que los llevó (8 de enero
de 1704). La preparación de la campaña de 1704, en la frontera portuguesa estaba en
pleno auge y requería servicios de este tipo.
Igualmente a los pocos meses, en julio de 1704 se le solicitaron 150 mulos que
debían estar el 17 de julio en Mérida, pero en esos momentos ya se servía con un
porte entre las ciudades de Cádiz y Badajoz, y la mayoría de mulos de la villa estaban
empleados en él. Por tanto se atrasó el servicio hasta que regresaran a Marchena26.
En agosto de 1704, llegaron a los Cabildos órdenes del conde de Puertollano,
solicitando ante la disminución de la Caballería del rey, la contribución de 20 caballos
en el caso de Marchena, otros 20 a Carmona y 15 en el caso de Morón, aunque podían
costearlos con la imposición de arbitrios27.
En Marchena, en la sesión de 28 de agosto se propusieron 2 maravedíes en cada
libra de carne de 16 onzas, mientras que en Morón en la sesión de 31 de dicho mes,
se propuso para tal efecto, 1 real en cada fanega de trigo que del Pósito se prestara
a los vecinos, y medio real en cada arroba de aceite que se sacara de la villa. El
Corregidor convocó a Cabildo abierto para que fueran aprobados dichos arbitrios, el
cual se celebró el 16 de noviembre de 1704. De Marchena tenemos una referencia
aproximada al posible coste final del servicio. El 5 de junio del año siguiente (1705),
A. M. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 10 y 17 de Diciembre de 1703. Acta de 9
de Julio de 1703.
26
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 28 de Agosto de 1704. Carta del Conde de
Puertollano solicitándole al Cabildo de Marchena el servicio de 20 caballos.
27
103
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
se libraron 17.680 reales por la compra de los 20 caballos, gastos de su mantenimiento
y herraje, pago de los mozos y conducción hasta Sevilla.
Durante el asedio de Gibraltar, en diciembre de 1704, el Marqués de
Villadarias, solicitaría a Marchena como a otras localidades carretas y yuntas de
bueyes con el que poder transportar el tren de artillería para el sitio del Peñón.
Fue habitual una solicitud inicial mayor que la contribución final. A Marchena
en un principio se le ordenó la contribución de 10 carretas con 20 bueyes, aunque al
final, tras distintas gestiones, quedaron reducidas al servicio de 50 mulos de carga,
cuyo coste ascendió a 3000 reales que se pagaron en la sesión de 21 de agosto de
1705. De ello trataremos más adelante28.
Para comparar la contribución de Marchena tenemos el caso de Carmona, a cuyo
Cabildo se le solicitó en un principio 15 carretas y 30 yuntas de bueyes, para lo cual
la nobleza terrateniente se comprometió a aportar 12 carretas y 24 yuntas (4/12/1704).
Sin embargo tras la negociación con Villadarias, la contribución fue moderada a un
servicio de 30 carretas y 300 gastadores (12/12/1704). Reunir este número de hombres
fue totalmente imposible, y las evasivas fueron constantes. Algo similar le tuvo que
acontecer a Écija, a la cual le solicitaron 40 carretas con 80 bueyes, aunque es muy
posible que también se le moderara el servicio.
En abril de 1708 llegaron nuevas peticiones de contribución de caballos. En
Marchena se abordaron en la sesión del día 27, pero sin intención de cumplirla ante
la miseria que padecía la villa en los albores de la crisis del bienio 1708-170929. Por
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta 2 de Diciembre de 1704. Carta del Marqués de
Villadarias, Capitán General solicitando 20 yuntas y 10 carretas y hombres que las gobiernen para el
ataque y asedio de la plaza de Gibraltar. “Es ynponderable el perjuicio que ocasiona la falta de las
carretas y bueyes para poder conduzir las faginas muniziones y demas cosas que deven servir para el
ataque de esta plaza que me obliga a despachar esta a V. ms. previniendoles con la mayor prezision
y brevedad enbien aqui veinte yuntas y 10 carretas hombres que las goviernen y para que se haga en
mejor forma el servizio dispondrán V. ms., que se remita así el ganado como las carretas siendo uno
y otro de los hombres más acomodados en que se encontrará la utilidad de ser de mejor calidad y por
consequenzia se redundará en mayor veneficio del Rey a que todos devemos contribuir y V. ms. por su
particular, espero lo ejecute sin que sea nezesario hazer ni repetir esta ynstancia. Guarde Dios a Vuesas
mercedes muchos años, Campo de Gibraltar 22 de noviembre de 1704. Marqués de Villadarias”.
28
29
En el caso de Marchena se manifestaba la imposibilidad de cumplir con esta contribución, debido a
las “(...) contribuciones que tienen puesto a los vezinos de esta villa en la última miseria”. A ello se
sumaban también otros argumentos sempieternos, que el caudal público se hallaba gravado con los
débitos reales, que aún se cobraba el donativo general (diciembre 1707), que se tuvo que mantener a dos
compañías de caballos acuarteladas, y que se han enviado 48 hombres para el Regimiento de Carmona,
6 para el Regimiento de Jerez y 6 para las Reales Guardias.
104
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
su parte Morón pese a recibirla, en la sesión del día 17, aceptó contribuir con los 4
caballos que se le habían asignado. Para sufragar su coste se acordó sacar a préstamo
3 mil reales del caudal del Pósito, solicitando para ello la correspondiente licencia
real.
A ambas villas se le pidieron nueva contribución de caballos en 1710.
Marchena en la sesión de 24 de enero, conoció la petición de la contribución de 20
caballos, que se pretendía financiar vendiendo trigo del Pósito, a razón de 22 reales
cada fanega, aunque con la promesa de restituirlas con la recaudación de arbitrios: 2
maravedíes en cada libra de carne de 32 onzas, 4 maravedíes en cada libra de jabón
de 16 onzas, medio real de vellón en cada arroba de lana, medio real de vellón en
cada arroba de aceite. Se calculaba que cada caballo costaría 900 reales. A Morón
también se le solicitaron otros 20 caballos, y tampoco hubo ningún intento por parte del
Cabildo para que se rebajara, por ello en la sesión de 11 de marzo de 1710 se acordó
todo el trigo del Pósito, que fuera necesario para costear la compra, reintegrándose
con lo que se obtuviera de los arbitrios que se fijarían. En la sesión de 20 de marzo
se reconocía que serían, 1 real vellón sobre cada aranzada a pagar por los dueños o
arrendatarios de olivares y viñas, 1 real vellón sobre cada fanega de labor sembrada
de trigo o cebada, 1 real vellón en cada cabeza de ganado vacuno servil, y un cuarto
de real sobre la cabeza de ganado menor. El dinero de la venta del trigo se acordó el
26 de marzo remitirlo a Sevilla, su coste y traslado, se anunció en la sesión de 15 de
mayo, que había alcanzado la cifra de 19.161 reales vellón.
En la sesión del Cabildo de Marchena de 10 de diciembre de 1710, se recibieron
órdenes del Presidente del Consejo de Castilla, para que se realizara registro de
caballos30. Este registro sería el que sirvió para ordenar de nuevo en marzo de 1711
la misma contribución de 20 caballos para la remonta de la Caballería del Ejército.
Las órdenes llegaron a Marchena el 21 de marzo y se fijó de arbitrio 1 real en cada
fanega de trigo vendida del pósito. El coste de cada caballo ascendió a 850 reales, y
fueron entregados al Coronel D. Juan Fernando de Guzmán y Bazán. En el caso de
Morón el tema se abordó en la sesión de 25 de marzo de 1711.
30
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Acta de 10 de Diciembre de 1710. Órdenes “(...) en
que se manda azer y que se aga Registro Judizial de todos los Cavallos que huviere en este Pueblo y
su termino y tubieren sus vezinos y otras personas de qualquiera calidad que sean de edad de quatro
años arriba...”, expresando las edades, marca, buena calidad o defectos. El pregonero debían anunciar
que todos los vecinos debían declarar la tenencia de caballos de dicha edad a partir del segundo día del
bando, con la advertencia que si no registraban, si se descubrieran serían incautados para la Caballería
del Ejército.
105
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
En síntesis la contribución de Marchena fue la siguiente:
Enero 1704
Julio
1704
Agosto
1704
Diciembre 1704
Enero
1710
Diciembre 1710 –
Enero 1711
100 mulos
150 mulos
20 caballos
50 mulos de carga
20
caballos
20 caballos
3.4.- Tránsito y acuartelamiento de compañías.
El conflicto bélico conllevó una serie de costes extras para las arcas municipales
de ambos Cabildos, los cuáles procedían del tránsito temporal de soldados, del
acuartelamiento de ciertas compañías durante el invierno de algunos años, y del
mantenimiento incluso de prisioneros como ocurrió en Marchena. De los primeros
años del conflicto no tenemos muchos datos sobre el nombre de las unidades militares
que transitaron y se alojaron temporalmente en la villa, ni de las que se acuartelaron
por durante algunos meses, y que se mantenían en el término municipal forrajeando.
En cambio según fue avanzando el mismo, sí van apareciendo noticias concretas de
los nombres de compañías y Regimientos.
3.4.1.- Tránsitos y alojamientos temporales.
Marchena por su excepcional situación en la Campiña era un lugar de continuo
paso y tránsito de regimientos del Ejército regular y de las Milicias Provinciales, que
solían ir hacia Sevilla, Jerez, Cádiz o Gibraltar.
Temprano comenzaron los tránsitos de tropas. En la sesión de 25 de mayo de
1701, se daba a conocer un despacho del Marqués de Castañeda, Comisario General
de la Infantería y Caballería de España. Anunciaba que iba a pasar por la villa un
trozo de caballería con 5 compañías, con destino a Cádiz y otros lugares. Castañeda
“amenazaba” que la pena de no atender su alojamiento ascendería a 200 ducados.
Además afirmaba que anteriormente la villa no había atendido el tránsito y alojamiento
de otras compañías, con el pretexto de “no ser estilo de la villa”, recordando que aunque
ésta contaba con privilegio para ello, ahora existían otras circunstancias políticas que
requerían actuaciones distintas.
Quizás esta llamada de atención, es lo que explica que el mismo Duque de Arcos
estuviera atento a que la villa cumpliera y facilitara la estancia de soldados. En la
sesión de 21 de noviembre de 1702, se recibía carta suya dirigida al Cabildo a tal
respecto: “Sea bien que en las ocasiones que hubiere de tránsito de soldados la villa
los acuartele en los mesones y pague de sus propios la costa que tuvieren”.
106
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
Si el alojamiento de los soldados era problemático, a veces no lo era menos el
de los oficiales. Los vecinos eran reacios a tener que albergar a éstos últimos en sus
casas, y se oponían a ello cuando podían, ya que sus costes eran superiores. El Cabildo
tuvo que pagar en sesión de 4 de junio de 1712, 50 reales de vellón al vecino Pedro
Roldán, por el gasto de tener en su casa al Capitán Nicolás de Perea, Comandante
de las Compañías que pasaron por la villa a mitad de dicho año: “... y después de
no haberle pagado, le rompieron la llave y cerradura de una sala dejándole toda la
casa maltratada sin poderlo remediar por ser pobre...”. Aunque Roldán solicitó 3
ducados, la villa acordó sólo darle sólo 50 reales de vellón.
Otros dos vecinos franceses de Marchena, Pedro y Diego Cárceles, favorecidos
por el origen dinástico del nuevo rey, ganaron un despacho en la Audiencia de Sevilla,
para que no se les obligara a alojar soldados ni a pagar repartimientos. En base a este
despacho el 11 de agosto de 1711 solicitaban la restitución de lo que se les había
cobrado hasta el momento31.
Los tránsitos y alojamientos suponían la pernocta en la villa de varios días por parte
de los soldados y sus oficiales. Aunque su coste era menor en comparación con otras
contribuciones, sin duda perjudicaba a la hacienda municipal que tenía que afrontar
en primera instancia su pago. El Cabildo intentaba siempre recuperar lo gastado por
este concepto, y luchaba con mayor o menor éxito con las autoridades superiores para
que éstas le restituyeran y reembolsaran estos gastos.
La reincidencia de los mismos llegó a despertar el recelo e incluso enfado del
Cabildo de Marchena, al pensar con fundamento, que el Duque de Osuna, utilizaba
su cargo de Capitán General de Andalucía, para desplazar el tránsito de soldados
por Marchena y así favorecer a sus villas (Arahal, Puebla de Cazalla y Osuna). Ello
motivó que en noviembre de 1709, el propio Asistente de Marchena viajara hasta el
Puerto de Santa María, para entrevistarse con el Duque de Osuna y solicitarle que
el repartimiento de tránsitos se hiciera con equidad a partir de entonces. Asimismo
le expuso el exceso de repartimientos de quintas hechos en la villa de Marchena, en
beneficio de las villas de su Ducado de Osuna que habían contribuido mucho menos.
Ante tales “quejas”, el Duque en el tema de las “quintas” le remitió a que acudiese
a la autoridad real para lograr “deshacer” el agravio, aunque sí accedió a relevar a la
No se les podría repartir“(…) soldados de alojamiento, bagajes ni otras cargas ni repartimientos en
conformidad del Capitulo veinte y nueve de paces y se les guarden los demas privilexios consedidos a
los de dicha nacion”.
31
107
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
villa de acuartelar tropa ese invierno como forma de compensar a Marchena por los
posibles perjuicios recibidos32.
En 1706 transitaron soldados del Regimiento de Luis Galindo, dos Regimientos
de caballería de los que desconocemos su nombre, y varias compañías de los
Regimientos de Arcos y Jerez de la Frontera. En el año 1708 lo harían soldados del
Regimiento de Paterna, de caballería. Al año siguiente de 1709, en julio transitarían
3 compañías del Regimiento de Vicente Raya, que seguirían camino hacia Écija,
donde terminaron por alojarse 6 de sus compañías, teniendo que costear el Cabildo
astigitano su alojamiento y utensilios durante varias semanas, lo que provocó fuertes
tensiones y enfrentamientos. En la década de 1710 transitaron por Marchena unidades
y compañías del Regimiento de Cuantiosos, del Regimiento Provincial de la Costa, del
Cuarto Escuadrón del Regimiento de Granada Nuevo, del Regimiento de la Corona,
de Dragones del Conde de Pezuela, del Regimiento de Granada, etc.33. (Vid. Cuadro nº
1.- Tránsitos, alojamientos y acuartelamiento de soldados en Marchena,1701-1757).
Los mesones eran el lugar idóneo sobre todo para la caballería, que era la que con
mayor regularidad transitaba. Cada año hemos contabilizado numerosos libramientos
de pagos a lo largo de todo el conflicto a los mesoneros de la villa en concepto de
tránsito y alojamiento, cantidades que en la mayoría de ocasiones se moderaban
siempre a la baja34.
A. M. de Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Sesión de 13 de Noviembre de 1709. Resumen que
realiza el Asistente de la Villa de su entrevista con el Decreto de Osuna, Capitán General.
33
A. M. M. Actas Capitulares, Legajo 12: 11/11/1710; 30/12/1710; 21/11/1710; 10/12/1710; 27/2/1711;
8/5/1711.
32
Como botón de muestra de las relaciones juradas que los mesoneros presentaban al Cabildo, para que
les fueran abonado los gastos del alojamiento y tránsito de soldados, podemos tomar la realizada por
Juan de Vega en diciembre de 1708, de los gastos que en su mesón hicieron el Regimiento de Dragones
el día 11 de noviembre, y el Regimiento de Paterna el día 27 de noviembre. A. M. Marchena. Actas
Capitulares. Libro 11. Documento suelto (fol. 68). Vid. Acta 6 y 10 de Diciembre de 1708. “Relazion
jurada y firmada que yo Juan de Bega hago de los gastos que en mi posada se hicieron como los
Rejimientos de Dragones y Paterna que transitaron por esta Villa”.
“Del Rejimiento de Dragones que alojé quarenta caballos y a cada uno quatro harneses de paja hazen
160 que a medio real ymportan ochenta reales ..........................................................................80 reales.
Mas a dicho Rejimiento diez camas para los cabos a real y medio...............................................15 reales
Mas de leña azeite carbon y demas adrentes quinze reales..........................................................15 reales.
Del Rejimiento de Paterna de la primera noche treinta caballos y el dia que estubieron aguardando a
su rejimiento a seis harneses a cada uno son 180, hazen............................................................90 reales.
Mas seis camas a los furrieles mas del gasto doze reales............................................................12 reales.
Mas de quando vino todo el rejimiento quarenta caballos a quatro harneres hazen 160………..80 reales.
Mas diez camas del Sarjento maior y camas............................................................................... 15 reales.
Mas de adrentes, azeite, carbon, leña y otras costas todo importa..........................................331 reales“.
34
108
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
Para hacernos una idea de estas cargas, nos sirve la sesión de 7 de julio de 1710,
en la cual se afirmaba que el gasto en dicho año, desde el 1 de enero al 7 de julio en
alojamientos y tránsitos de soldados, ya había supuesto un montante de 15.437 reales.
D. Juan Sanz de Villarroel fue enviado a Sevilla con la misión de cobrar y recuperar
esos 15.437 reales.
En otras ocasiones los costes se repartían entre los vecinos y los bienes de propios,
como fue el caso de la sesión de 8 de mayo de 1711, cuando se afirmaba que el gasto
por el alojamiento 3 compañías del Regimiento de Granada y de Dragones del conde de
Pezuela, ascendía a 6.249 reales, de los cuáles los vecinos habían pagado 1130 reales y
el resto se iban a pagar de los propios. De nuevo para su reembolso, le correspondió al
señor Villarroel entregar los recibos del mantenimiento de estas compañías en Sevilla.
3.4.2.- Acuartelamientos.
Las compañías se acuartelaban llegando el invierno en determinadas plazas de
armas, hasta la reanudación de la campaña militar que se producía con la llegada del
buen tiempo del año siguiente. Este acuartelamiento o “invernada” causaba numerosos
gastos a los Cabildos y graves perjuicios al vecindario si tenía que alojar en sus
casas a los soldados, aunque por lo general eran los mesones los lugares habituales
de acuartelamiento. Pero el acuartelamiento no suponía sólo costear el edificio que
debía ocupar la compañía o compañías, sino que también requería el pago por parte de
los vecinos del correspondiente repartimiento para costear los llamados “utensilios”,
consistente en mantener y equipar a la compañía de camas (jergones) y candiles,
carbón, leña, sal, etc.35.
En el caso de Marchena tras el acuartelamiento de las distintas compañías, hemos
constatado que era habitual que los mesones quedaran destrozados o en un pésimo
estado. El Cabildo debía costear su reparación como ocurrió en los casos de los
mesones de los Caballeros y de la Fuente (propiedad del Hospital de la Misericordia),
de la Fruta, de la Ventilla y de la Miel36.
Los gastos de reparación de mesones y utensilios no eran los únicos, ya que si
el acuartelamiento se alargaba durante meses, el hecho llegaba a ser un verdadero
problema para la villa, ya que las compañías se mantenían en el término municipal
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12: Acuartelamiento. 8/5/1711; 21/5/1711; 29/8/1711. A.
M. Marchena. Actas Capitulares. Legajo 12: Utensilios. Sesiones 8/5/1711, 2/1/1712; 8/6/1713: 500
reales; 9/11/1711: 237 reales; 6/2/1.712: 682 reales.
35
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sobre el tema de los mesones, vid. sesiones 29/8/1711;
8/5/1711; 29/8/1.711; 31/7/1713.
36
109
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
forrajeando y en ocasiones incordiando de forma violenta a la vecindad. Por ejemplo
de 1711, se tiene constancia del vandalismo de las tropas acuarteladas en La Puebla
de Cazalla que produjeron graves daños en los montes de propios de Marchena (del
Chaparral, Fuente de la Arena y del Perotanal). El Corregidor de La Puebla se veía
impotente para evitarlo, a lo que se sumaba las extorsiones y robo de ganado a los
vecinos de la villa vecina37.
Una noticia curiosa que hemos encontrado a través de las actas capitulares, es la
llegada en junio de 1707, de 100 portugueses hechos prisioneros en la plaza de Serpa,
que fueron enviados por el Asistente de Sevilla a Marchena, para que la justicia local
se hiciera cargo de ellos, los cuales en un principio fueron encarcelados en la Cilla.
El problema que marcó toda la estancia de estos prisioneros en la villa fue a quién
correspondía su sustento diario. Al principio se planteó que para ello se tendría que
utilizar dinero de la recaudación destinada a la hacienda real, aunque de inmediato
(13 de junio) para evitar costes, se optó por seguir el ejemplo de Carmona, a donde
también había llegado otro grupo, y consistía en dejarlos libres y desencarcelarlos, para
que se buscaran ellos mismos la vida, con la intimidación del castigo si se fugaban38.
En la sesión de 20 de junio (1707) de nuevo se trataba el asunto, y se reconocía
que los portugueses ya liberados no terminaban de buscarse el sustento por ellos
mismos, y que era imposible de costear su manutención, por lo cual se consultaría
el asunto a Sevilla, para ver si correspondía a la hacienda real. Se mantuvieron en
Marchena hasta julio de 1708, asignados a los vecinos de la villa, que eran los que
tenían que hacerse cargo de su manutención. Este hecho lo conocemos a través de las
órdenes que llegaron en la sesión del 21 de julio, cuando el Capitán General ordenaba
la remisión de los 100 prisioneros a la plaza de Cádiz39.
37
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Sesión 23 de noviembre de 1711. “(...) haziendo
grandes daños por los soldados que estan aquartelados en la villa de la Puebla mui ynmediata a ellos
cortando muchos arboles y chaparros en grande excesso sin poderlo remediar por venir de hecho
armados, y (...) el Corregidor de aquella Villa, a manifestado no poderlo remediar, como ni tampoco
las estorçiones que hazen a los vezinos de ella, hurtando ganados y gallinas, que la Villa provea de
remedio para escuzar este daño”.
38
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 13 de Junio de 1707: “(...) se acordó seguir
dicho exemplo (Carmona) poniendo a dichos prisioneros fuera de el encierro en que se han tenido
desde que entraron para su custodia e yntimandoseles por el presente escribano como dicho encierro
que era en las casas de la Silla se les da salida a todo el casco de esta Villa y su termino, para que
en todo el procuren buscar su vida segun la aplicacion a que cada uno se inclinare, intimandoles asi
mismo que si alguno o algunos intentaren hacer fuga seran castigados con la pena que corresponda al
faltar a la confianza a que mirando a su alivio es conveniente que se sirve de estos (...)”.
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta 20 de Junio de 1707: “En este Cavildo se acordo
39
110
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
Son varias las noticias que tenemos del acuartelamiento de invierno de las
compañías en Marchena.
En la sesión de 27 de abril de 1708, se reconocía lo gravoso que supuso el cuartel
de dos compañías de caballos. Al año siguiente, en sesión de 17 de abril de 1709,
llegaba Despacho del Asistente de Sevilla transmitiendo una carta del Presidente
del Consejo de Castilla, anunciando un repartimiento de 421.420 reales al partido
de Sevilla, compuesto de 34.118 vecinos. La causa era el coste de los utensilios,
alojamiento y acuartelamiento de soldados, durante los 4 meses de invierno en todas
las villas (desde diciembre de 1708 a marzo de 1709). Debido al perjuicio que suponía
el alojamiento, se dispuso que las tropas de Andalucía (16 batallones, 18 escuadrones),
se acuartelen en sitios de la frontera durante el invierno, a cambio de que contribuyeran
todas las provincias a costear el peso del alojamiento40.
Cada vecino tendría que pagar 3,5 maravedíes al día. A Marchena le corresponde
por el cálculo de 1000 vecinos, la cantidad de 420.000 maravedíes (12.352 reales). El
Cabildo acordó suspender el cobro hasta agosto, por la pobreza del vecindario, pues
parte del mismo está “(...) pidiendo limosna por la nunca experimentada calamidad
que se padeze”. Sin duda se estaba entrando en la parte más álgida de la crisis del
bienio 1708-1709.
En sesión de 24 de julio de 1709, ante el temor que la villa fuera castigada con
el alojamiento “presencial” de un Regimiento, se tomó el acuerdo de pagar toda la
cantidad de forma inmediata. El dinero saldría de forma momentánea de los propios,
para posteriormente recuperar el dinero ejecutando repartimiento entre los vecinos.
Como ya vimos a finales de 1709 se hicieron gestiones ante el Duque de Osuna
(Capitán General), para conseguir el relevo del cuartel del invierno, argumentando
que cargaba a Marchena para liberar a las villas del ducado de Osuna. Las gestiones
dieron resultado positivo, en la sesión de 13 de noviembre, se afirmaba que había
accedido al relevo solicitado y que había prometido aliviar los tránsitos de soldados.
que por quanto muchos de los cien prisioneros repartidos a esta villa por no poder trabajar o no hallar
a que no se han acomodado y por esta razon y no tener alimento puede suceder alguna fuga, si para
su seguridad es preciso sustentarlos y esta debe ser la Real hazienda se buelva a escribir al Sr. Conde
Asistente de la ciudad de Sevilla para que de providencia en este particular (...)”.
En este repartimiento quedaban exengas de pago varias ciudades y villas: El Puerto de Santa María,
Aroche, Puebla de Guzmán, Rota, Sanlúcar de Barrameda, Jerez de la Frontera, Gibraleón, Paymogo,
Sanlúcar de Guadiana, Ayamoente, Encinasola y Fregenal.
40
111
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Los largos inviernos de 1711, 1712 y 1713 fueron propicios para asentar y
acuartelar unidades que se hallaban cada vez más inactivas al desplazarse el frente
de guerra a Cataluña, pero que tenían que seguir alistadas ante cualquier urgencia.
El 24 de febrero de 1712 se hallaban acuarteladas en la villa cuatro compañías
y media de Dragones, debido a lo cual se nombró a un tercer Diputado de Guerra. El
19 de agosto de ese año se reconocía en el Cabildo que se debía pagar 200 reales a
D. Miguel de Vargas (médico de la villa del Arahal), dueño de las casas de enfrente
del Pósito, porque se arrendaron para servir de cuartel, y 120 reales por el coste de
los daños que los soldados ocasionaron. También se le debían 300 reales de vellón a
D. Diego Sandino “dueño de las cassas que tambien sirvieron de quartel en la calle
de los Conegeros”.
El 7 de enero de 1713 se recibían 3 compañías de caballos del Regimiento del
Brigadier Marqués de Pozoblanco, “con la obligazion de darles solo el fin de cubierto,
que consiste en camas y casas para quartel sin otra cosa y (...) que los oficiales y
demas cabos se acuartelen en casa de los vecinos mas acomodados por el termino”.
El 21 de abril, se realizó un pago parcial de 7061 reales por su alojamiento (camas,
aceite, leña); de los cuales los vecinos aportaron 1628 reales.
El 27 de junio de 1713, se anunciaba que el día 30 de junio o 1 de julio llegaría el
Marqués de Vadillo, Superintendente General de Rentas y Ejércitos de Su Majestad,
para hacer revista de inspección al Regimiento del Marqués de Pozoblanco. Se acordó
que comenzaran a entrar en la villa las compañías del mismo, y que se alojaran en
el barrio de San Miguel, porque aún no había contribuido en nada a su alojamiento
durante los meses anteriores. Si no fuera suficiente también se alojarían en los barrios
de San Sebastián y San Juan. El Superintendente se hospedaría en el Colegio del señor
San Jerónimo, ofrecido por su patrono D. Francisco de Ayllon, “poniéndole quarto
decente y todo lo demas que sea nezesario”. En esta ocasión conocemos que al menos
se acuartelaron en los mesones de la Fruta, de la Ventilla (Isidro Rojas) y en el mesón
alto de los Caballeros, parte de sus pagos se libraron en 13 de noviembre de 1713.
El 26 de febrero de 1714 se acordaba que las dos compañías de caballos del
Regimiento del Brigadier D. Vicente Raya, se acuartelaran en los mesones “pagando
arrendamiento dellos a sus dueños el tiempo que los ocuparen”. El de 3 de agosto de
1715 se daba lectura a la orden de acuartelar a todo el Estado Mayor y a una Compañía
del Regimiento de caballería de Dupuys, a cuyo acuartelamiento debía de contribuir
Paradas con la mitad de los costos. A los oficiales se les daría “casa y cama decente”,
y a los soldados además de acuartelarlos en un mesón, se les repartiría por las casas
112
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
de los vecinos y se les daría: “para dos una cama de jergón, manta y cabezal, la luz
y lumbre precisa, sin otra cosa teniendo por conveniente señalar un quartel para el
cubierto...”41.
Acabado el conflicto, las compañías seguían llegando a la villa para acuartelarse y
ser abastecidas, como una compañía del Regimiento de Zayas con el Capitán Manuel
de Leyton al frente. Según la sesión de 17 abril de 1717, contaban con permiso para
permanecer 20 días en la villa y su término. Al año siguiente lo hicieron compañías
de caballos que se acuartelaron desde el 13 de enero de 1718, aunque desconocemos
su unidad.
El 14 de agosto de 1720, cuando ya estaban alojadas en la villa dos Compañías del
Regimiento de Montesa (en los mesones de la Fruta y de los Caballeros), el Cabildo
se encuentra con la obligación de preparar el alojamiento de soldados del Regimiento
de caballería de Órdenes, que tenía prevista su llegada al día siguiente.
En sesión de 12 de julio de 1723, se realizaba un pago a un antiguo Asistente,
Fernando Mir, por el valor de 1400 arrobas de paja que dio para los caballos del
Regimiento de Dragones de Pavía, que sin duda tuvieron que acuartelarse en la villa
durante un buen tiempo.
Las referencias a unidades militares dejan de aparecer en las sesiones capitulares,
posiblemente por su menor tránsito, alojamiento y acuartelamiento en años de relativa
calma y prosperidad. También hay que tener en cuenta que no se conserva el libro de
acuerdos de los años 1740-1756, a la vuelta de la serie, encontramos la noticia que
en la sesión de 4 de julio de 1757, se dio lectura a una carta de D. Juan de Villalba y
Angulo, Capitán General de Andalucía, notificando que a inicios de ese mes, tenía que
abandonar y salir de la villa un escuadrón del Regimiento de caballería de Sevilla que
había estado acuartelado, siendo sustituido por otro del Regimiento de Extremadura.
4.- Contribución humana y militar.
La Guerra de Sucesión en líneas generales tuvo distintos hitos que marcaron los
períodos de la misma. Marchena dentro del contexto del Ducado de Arcos, contribuyó
El Regimiento de Dupuys como era habitual, durante un tiempo tomó el nombre de su Coronel, Felipe
Dupuis, que recibió la Coronelía del mismo en 1715 y que la mantuvo hasta junio de 1718, en que fue
promocionado a Mariscal. Este Regimiento tomó varios nombres a lo largo de su Historia, la sucesión
parece que fue: 1670, Tercio del Barón de St. Jean de Steen; 1676, Tercio del Conde de Mastaing; 1692,
Tercio de Borja; 1695, Tercio y luego Regimiento del Barón de Noirmont; 1704, Regimiento de Cano;
1715, Regimiento de Dupuys; y 1718, Regimiento de Barcelona.
41
113
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
al mismo con hombres, armas y caballos, en función de sus posibilidades tal como
veremos a continuación42.
En muchas ocasiones compararemos Marchena con Morón, al ser ésta última
villa de señorío del Ducado de Osuna, y puede darnos el contraste oportuno para
analizar en su justa medida las aportaciones marcheneras. A pesar de los servicios
y contribuciones, del trabajo y esfuerzo de sus Asistentes y Capitulares, Marchena
quedó fuera del circuito de recompensas de mercedes y privilegios, con las que el
rey premió a muchas ciudades como Sevilla, Jerez de la Frontera, Cádiz, Carmona,
Écija y Antequera. Marchena contribuyó y mucho, pero las oligarquías ecijanas y
carmonenses de su entorno se llevaron las “mercedes”, al ser de realengo.
En el siguiente cuadro-resumen podemos comprobar la contribución humana de
Marchena, que superó ampliamente los 500 hombres:
Año /
Regimiento o
Unidad
Nº
Soldados
Año /
Regimiento o
Unidad
Nº
Soldados
Año /
Regimiento o
Unidad
Nº
Soldados
Febrero 1697
(Cataluña)
12
Diciembre 1706
(Reg. Málaga)
8
Diciembre 1708
(Reg. Casa Pabón)
10
1697-1698
(Milicias, Ceuta)
65
1707-1708
(Milicias, Reg.
Carmona)
150 (*)
Julio 1709 (Aragón
y Valencia)
15
1702 (Milicias,
Cádiz)
60
Agosto 1707
(Reg. Casa Pabón)
16
Enero - Febrero
1711 (Reg. Málaga)
24
1703 (1%)
8
Noviembre 1707
(Reg. Málaga)
26
Abril-Junio 1711
(Milicias, PSMª)
60
1704-1707
(Milicias, Cádiz)
60
Marzo 1708
(Guardias)
6
1734 (Milicias)
100
1706 (Destino:
Cádiz)
25
Marzo 1708 (Reg.
Málaga)
15
10
Julio 1708 (Reg.
Casa Pavón)
15
Julio 1706
(Caballería)
Asistentes de Marchena entre 1700 y 1714: José Navarro Malo y Lussa (1700-1701), Pedro Armenteros
(1702-1705), Manuel de Céspedes Ventaja (interino, 1689, 1699-1702 , 1704), Juan Freyle Balbuena
(1705-1706), Juan Mendoza y Madrid (1706-1707), Nicolás Antonio de Arjona y Aranda (1707-1710),
Luis Monzón y Guzmán de Hinestrosa (1710, 1715, 1720), Pedro Antonio de Cost y Zabaleta (17101714). La nómina ampliada hasta 1759 se recoge en Gutiérrez Núñez, F. J.: “Marchena y el VII Duque
de Arcos (1693-1729). Aspectos sobre el control del estado señorial”, en Andújar Castillo, F.; Díaz
López, Julián Pablo (coords.): Los señoríos en la Andalucía Moderna. El Marquesado de los Vélez,
Vélez Blanco-María-Vélez Rubio, mayo 2007. Almería 2007, pp. 769-793.
42
114
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
NOTAS:
(*) No se incluyen el relevo de las numerosas deserciones para el Regimiento de
Carmona (milicias).
(**) Esta información se amplia en Gráfico nº 4 y Cuadro nº 2.- Reclutamientos en
la villa de Marchena (1697-1734).
4.1.- Las milicias de Marchena entre dos siglos.
4.1.- El socorro de Ceuta (1696-1697).
Aunque la muerte de Carlos II se produjo en noviembre de 1700, la crisis
sucesoria que se debatiría a nivel internacional, no estalló hasta meses después. Pero
en prevención del estallido del conflicto bélico, a lo largo de 1701 y 1702, ya se dejan
notar intentos por parte de las autoridades superiores de ir organizando las milicias
municipales. Para comprender el papel de las milicias de Marchena a inicios del
setecientos, hay que definir brevemente el concepto y hacer referencia a la intervención
que tuvieron en el socorro de Ceuta en los años 1696-1697.
Las milicias originadas en tiempos de Felipe II, eran compañías integradas
por vecinos sobre la base numérica de un diez por ciento del total de la vecindad,
según establecía una Real Cédula de noviembre de 1693. Surgían y se formaban
eventualmente como apoyo al Ejército regular, más por necesidades coyunturales y
de peligro inminente, que por una planificación. Su última intervención importante
había sido durante el conflicto con Portugal (1640-1668), desde el cual no se habían
ejercitado con asiduidad43.
Otro problema con el que contaban las milicias eran las carencias armamentísticas.
Con tal motivo por dicha Real Cédula de 1693, se ordenaba establecer hasta 10
ciudades en la Andalucía occidental con almacenes de pertrechos militares, cada uno
de ellos con 250 picas, 250 mosquetas, 250 arcabuces y 200 zelines. Sin embargo
el abastecimiento no se llevó a cabo y al inicio del conflicto sucesorio los distintos
Las milicias se definen como una fuerza de gente gratuita o casi gratuita durante el Antiguo Régimen,
sin la preparación ni la disciplina o los medios de los ejércitos reales, que sin embargo jugó un papel
importante desde el punto de vista de la defensa interior y de la reserva a la hora de extender el servicio
militar entre el pueblo llano y de ensayar nuevos sistemas de reclutamiento. Su utilización como fuerza
complementaria de los ejércitos reales se debió a la escasez de medios económicos por parte de los
Estados, al bajo costo del mantenimiento de las milicias y a las limitaciones que tenían las monarquías
absolutas para hacer frente a la defensa de sus propias fronteras. Contreras Gay, José: Las milicias
provinciales en el siglo XVIII. Estudio sobre los regimientos de Andalucía, Ed. Instituto de Estudios
Almerienses 1993, pág 11. Contreras Gay, José: “Las milicias de la Baja Andalucía en la Guerra de
Sucesión”, en Actas VII Jornadas Nacionales de Historia Militar, Madrid 1999, pags. 351-376.
43
115
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
municipios tuvieron que adquirir armamento a toda prisa y en circunstancias gravosas
para las arcas municipales.
En 1694 el sultán de Marruecos, Muley Ismail I, pone sitio a la plaza de Ceuta, en
momentos críticos para España que mantenía una dura guerra en Cataluña, Flandes,
Milán y el Mediterráneo contra los franceses y sus aliados. El sitio de Ceuta comenzó
en 1694 y continuó hasta 1727, durando 34 años, pero manteniéndose la plaza en
manos españolas. Vid. Imagen 01.- Vista parcial de las murallas de Ceuta44.
La Corona en el período 1694-1696, para lograr formar las compañías milicias
recurrió a reclutamientos obligatorios, los cuáles se fijaban por cupos en función del
nº de vecinos de la villa o localidad, lo que provocaba una gran impopularidad. A
todo ello se unía el reclutamiento para el servicio real.
En un principio, en teoría los milicianos sólo podían salir de sus casas para
defender la integridad del territorio castellano, éstos no debían embarcarse, algo
que finalmente tuvieron que hacer. A lo largo de la última década del siglo XVII, se
producen intentos de reorganizar el sistema de milicias, sin lograr grandes cambios.
La Corona consiguió cierta reorganización logrando finalmente que un alto número
de compañías de milicias volvieran a tener oficiales y soldados.
Marchena contaba con 2 compañías de milicias, que fueron alistadas en 1696 y
remitidas al socorro de Ceuta, en los que se mantuvo en 1696 y 1697. Veamos como
se desarrolló el mismo.
En la sesión del 6 de marzo de 1696, el duque le solicitaba al Cabildo que le
propusiera una nómina de personas que pudieran ocupar la oficialidad de las milicias:
Capitán
Alférez
Sargento
D. Antonio de
Saavedra Alarcón
D. Lorenzo de Paz
de la Barrera
Martín
Contreras
D. Enrique de Paz
D. Juan de Guzmán
(el menor)
Juan de Albarrán
D. Francisco de Cifontes
D. Isidro Guerrero
de Ahumada
Luis Jiménez Carranza
Rodríguez Hernández, Antonio José: La ciudad y la guarnición de Ceuta (1640-1700). Ejército,
fidelidad e integración de una ciudad portuguesa en la Monarquía Hispánica, Ceuta, Instituto de
Estudios Ceutíes, 2011, Capítulo 4: La ciudad durante los primeros años del sitio de Muley Ismail
(1694-1699), pp. 179-241. Correa Franca, A.: Historia de la mui noble y fidelíssima ciudad de Ceuta,
(original del siglo XVIII), Ceuta, 1999. Montes Ramos, J.: El ejército de Carlos II y Felipe V, 16941727. El Sitio de Ceuta, Madrid, 1999, pp. 25-35.
44
116
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
A los pocos días, el 26 de marzo de 1696, llegaba una carta del Duque de
Alburquerque (Capitán General), confirmando que por repartimiento le tocaba a la villa
la recluta de 65 soldados milicianos para el socorro de Ceuta, que sin dilación debían
ser enviados a Gibraltar. Resultaba imposible de cumplir esta orden de forma rápida
y precisa, por una razón de peso, las milicias en Marchena se habían extinguido45.
Ante la doble orden del Duque de Arcos y del Capitán General, el Cabildo decidió
realizar un padrón de vecinos para reunir mediante sorteo los 65 milicianos. Fueron
designados por Diputados para las 3 parroquias: (01).- Parroquia de San Juan, D. Juan
de Ayllon, D. Luis de Monzón y D. Juan Maraver. (02).- Parroquia de S. Sebastián. D.
Pedro de Castañeda, D. Jerónimo de Villegas y D. Tomás Hurtado. (03).- Parroquia
de San Miguel. D. Cristóbal de Lara, D. Luis de Ojeda, y Matías Liñán.
Al poco tiempo (30 de marzo), los diputados reconocían que comenzaban a tener
graves problemas para conformar el padrón, porque muchos vecinos para librarse del
sorteo mentían y afirmaban tener más edad y más hijos de los que tenían realmente.
Ante tal dificultad se acordó que los diputados de cada parroquia llamaran a
uno o dos vecinos de cada calle, que tuvieran conocimiento del vecindario, y bajo
juramento declararan si todos los datos aportados de edad e hijos eran verdaderos o
existía fraudes.
En sesión de 23 de abril de 1696, llegaba una nueva carta del Duque de
Alburquerque, apremiando el envío de los 65 hombres, aclarando que marcharan sin
armas, porque éstas corrían por cuenta del rey. El 27 de abril llegaba Provisión ducal
(26/3/1696), nombrando como Capitán de las milicias a D. Francisco de Cifontes. El
Cabildo acordó comprar una bandera para las compañías.
A inicios de mayo el reclutamiento seguía sin avanzar. El Asistente propuso que
se pregonase la posibilidad de sentar plaza voluntaria para formar los 65 soldados. Sin
embargo nadie se había presentado y de nuevo quedaba como única salida el sorteo,
el cual se fijó para el domingo 6 de mayo46.
45
A. M. Marchena. Libro 10. Sesión de 26 de marzo de 1696: “(...) a muchos dias que en esta Villa
se an consumido las milicias sin aver quedado cavos ni soldados para executar la orden que dicho Sr.
Capitan General dio (...)”.
A. M. Marchena. Libro 10. Sesión de 4 de mayo de 1696. Para el sorteo serían citadas dos personas
de cada calle en cuya presencia se hará, para que “(...) vean las personas que se sortean y si faltaren
algunas como que tienen dichas conozimiento las declaren porque el ánimo de esta villa es no agraviar
a ninguna persona y si algunos mas vezinos quisieren hallarse tambien presentes lo haga sin embarazo
(...)”.
46
117
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Dicho día se realizó el sorteo de milicianos. En el acta se describe la forma del
sorteo, con los nombres de los elegidos, con las calles donde residen, y el nombre
de su padre.
De nuevo volvía a la carga el Duque de Alburquerque con otra carta apremiando
el envío (sesión de 17 de mayo). El 18 de mayo, el Cabildo acordaba pagar con 2 mil
reales a los 65 soldados y sus oficiales, desde el 21 de mayo. Por día la paga sería: 10
reales al Capitán, 6 reales al Alférez, 4 reales al Sargento, y 3 reales a cada soldado.
Ante los costes diarios que comenzaba a generar para el Cabildo, en la sesión
de 25 de mayo, se reconocía el intento para que la compañía marchara con sólo
40 hombres, a pesar de estar incompleta. El Capitán se negó a partir hasta que no
estuviera reclutada al completo, aunque fue presionado e incluso amenazado que si no
cumplía la orden de partida, se le multaría. En la misma sesión se acordó notificarle
que el número de soldados reclutados ya eran 50, y que la marcha se fijaba para el
día siguiente, 26 de mayo. El Capitán de nuevo desobedeció el 2º aviso de salida,
insistiendo en su idea de partir con el total de soldados. Aunque no tenemos la fecha
exacta de partida hacia Gibraltar y Ceuta, tuvo que ser antes del 5 julio, fecha en la
que ya se hallaban en su destino47.
En la sesión de 7 de junio de 1696, se daba lectura a un Decreto ducal que ordenaba
que ante lo gravoso que suponía para el vecindario de Marchena, el repartimiento del
socorro de Ceuta, se realizaría de forma bimensual en vez de anual. En 23 de junio un
nuevo Decreto ducal ordenaba que el relevo de los milicianos se realizara de forma
mensual, para que los “veteranos” volvieran a sus casas. El 10 de julio, el Duque
rectificaba y establecía el relevo cada dos meses. Sin duda tanto el relevo mensual como
el bimensual, eran medidas casi “utópicas”, casi imposibles de cumplir por distintos
factores que se abordaban en esta sesión. Completar el primer reclutamiento había
necesitado casi de 4 meses de trabajo. Además la mayoría del vecindario era pobre y
no podían costear sustitutos, el temor se extendía y gran parte de él se escondía o se
ausentaba de la villa, perjudicando las labores agrícolas48.
Rodríguez Hernández, Antonio José: La ciudad y la guarnición (…), op. cit., 2011, pág. 224.
47
A. M. Marchena. Libro 10. Sesión de 10 de julio de 1696 (…) como por componerse la mayor parte
(como asi consta) de hombres pobres quienes no ostante de serlo atemorizados y llenos de pabor solo
de oir hivan a servir a S. M. y guarnezer dicha plaza (cosa en que no están expertos) la mayor parte de
los sujetos a quiénes salió la suerte vendieron las pobres alajas que tenían y con sus productos pusieron
sustitutos, y otros que no tenían que de poderlo hazer abandonando las combeniencias de vivir en esta
Villa entre sus parientes, y donde estavan yntrodusidos para lo que miraba a su trabaxo se aussentaron
de ella sin esperanzas de que buelban. Agregandose a esto el yncombenientte de que como subzedio en
el sorteo passado que temiendo toda la jente travaxadora salir en suerte y por si les salían no cumplirla
48
118
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
El tema de las milicias en Ceuta se abordó a lo largo de los siguientes meses,
ya fuera por los repartimientos, por los costes o por el posible relevo de las mismas,
acordándose en noviembre incluso el embargo de los bienes de los vecinos que no
querían cumplir con marchar a Ceuta para reemplazar a los veteranos.
En enero de 1697 se nombraba a un Comisario que se encargara de custodiar a
los nuevos milicianos en el viaje hacia Gibraltar y Ceuta, en lo que pensamos que
pudo ser el primer relevo49.
En junio de 1697 el Duque de Alburquerque, reclama la sustitución de 17 soldados
milicianos, aunque desconocemos si fue por motivo de deserción o fallecimiento.
En septiembre sigue insistiendo al Cabildo la necesidad de cumplir la orden, lo cual
finalmente se lleva a término entre noviembre y diciembre.
También se recogen pagos a los oficiales, en concreto al Capitán (Francisco
de Cifontes) y al Alférez (D. Isidoro de Ahumada), casi siempre tras recibirse una
provisión ducal dictaminando el pago.
4.1.2.- El ataque angloholandés a las costas gaditanas (1702).
En los preámbulos de la Guerra de Sucesión, en abril de 1701, las milicias de
Marchena estaban desorganizadas al pasar varios años desde su actuación en Ceuta.
En ese momento llegan nuevas órdenes de alistamiento por parte del Duque de
Alburquerque, Capitán General de Andalucía. En Marchena se abordan el la 2 de
se ocultaron de forma que en mas de tiempo de un mes hasta que se declaró quiénes heran, a quiénes
avia tocado no se hallava un hombre que saliera a travaxar ni cultivar las labores de que se compone
el trato de esta Villa quedándose muchas por esta causa sin hazerlas. Y de publicas aora voz de que en
tan breve tiempo se a de formar otra compañía que según lo experimentado subzedera lo propio y sera
motibo para que no se recoxan los cortos panes que aya este año, y que lo contadigan los que tienen
puestos sustitutos por haverles pagado por tiempo de tres meses por no ponerse en la contixencias de
que marchando una Compañía compuesta de diferentes vezinos todos los meses para executarlo por ser
el número, de los que entran en el sorteo corto por estar ezentos los que tienen tres Hijos, y mayores de
zinquenta años les cayga la suerte en un año dos o tres vezes, el que se agrega el que a costa desta Villa
se forme dicha Compañía y mantenga el tiempo questubiere sin marchar y el que tardaren en el camino
hasta llegar a dicha Plaza como se executto en la primera marcha en que se gastó más de quatro mil
Reales causa que da mas atrazo a el que tiende desta Villa ya ymposibilitan su desempeño, reconosidos
estos yncombenientes por esta Villa se acordó se escriva así partizipandoselos para que enterado de
ellos sea servido de tener a bien se executten dicha mozion de Plazas de tres a tres meses como S. M.
manda o lo que más fuera de su agrado”.
El tema de las milicias aparece en numerosas sesiones. AÑO 1696: 14 y 17 de septiembre, 1 de
octubre, 13, 18, 20 y 24 de octubre, 9 de noviembre, 15, 18, 19 y 21 de noviembre. AÑO 1697: 8 y 29 de
enero, 11 y 14 de febrero, 12 de marzo, 8 y 24 de abril, 28 de junio, 18 de septiembre, 11 de noviembre,
30 de diciembre. AÑO 1698: 21 de enero y 3 de febrero.
49
119
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
abril de 1701, y en Morón, en sesión de 17 de abril. La carta de Alburquerque estaba
fechada el 3 de marzo, y ordenaba que la villa tuviera prevenidas sus compañías de
milicias para los inconvenientes que pudieran surgir en las costas: “(…) para que las
milicias desta villa estén alistadas para los accidentes que ynpensadamente pueden
sobrevenir del Servicio de S. M. el rey nuestro señor (…)”.
Las milicias no contaban con oficiales nombrados, y se acordó darle noticia
al Duque de Arcos para que proveyera el nombramiento de oficiales y cabos para
las compañías. Se le propuso nombres por cada puesto a ocupar, en esta nómina
encontramos los apellidos que hemos visto que se perpetuaban como capitulares, caso
de Ayllon, Castañeda, de Paz, Quirós y Ojeda50:
Capitán
Alférez
Sargento
D. Francisco Cifontes
D. Francisco de
Quirós y Córdoba
Lorenzo Gutiérrez
D. Enrique Paz Ponce de León
D. Diego de Castañeda
Ponce de León
Nicolás Alfaro
D. Gabriel de Ojeda y Lara
D. Lorenzo de Paz
y la Barrera
Luis Jiménez Carranza
D. Francisco de Ayllon
Montalbán
D. Juan Montiel
Antonio Escalera Guerrero
D. Isidoro de Ahumada
D. Luis Caravallo
En 9 de mayo de dicho año, se recibía carta del Duque negándose a realizar los
nombramientos, dilatando el tema en el tiempo. Al año siguiente, al acontecer el
ataque angloholandés, se recibieron de nuevo órdenes para formar y enviar milicias,
las cuáles se trataron en la sesión de 26 de agosto de 1702. En ese momento de nuevo
se recordaba que las milicias sólo contaban con un oficial nombrado, su Alférez: D.
Isidoro de Ahumada. Éste compareció en el Cabildo de dicho día, afirmando que ya
era Alférez veterano con antigüedad de varios años y que ya no era miliciano, y por
Las propuestas en 1701 para la elección del Duque fueron: Para Capitán: D. Francisco Cifontes, D.
Enrique Paz Ponce de León, D. Gabriel de Ojeda y Lara, D. Francisco de Ayllon Montalbán. D. Isidoro
de Ahumada. Para Alférez: D. Francisco de Quirós y Córdoba, D. Diego de Castañeda Ponce de León.
D. Lorenzo de Paz y la Barrera, D. Juan Montiel, D. Luis Caravallo. Para Sargento: Lorenzo Gutiérrez,
Nicolás Alfaro, Luis Jiménez Carranza, Antonio Escalera Guerrero.
50
120
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
tanto el cuidado de las mismas no estaba a su cargo. Para levarlas de nuevo se acordó
en la sesión del día 28 de agosto realizar el correspondiente padrón de vecinos51.
La noticia se confirmaba el 3 de septiembre, cuando se recibía carta del Corregidor
de Jerez solicitando ayuda humana (“gente de socorro”), para combatir la invasión. De
forma inmediata los capitulares procedieron mediante votación a proponer nombres
para ocupar los cargos de Capitán, Alférez y Sargento de la compañía de milicias. El
Capitán tendría que recibir por ayuda de costa 1.000 reales, y por salario 1 escudo
diario. Este arrojo inicial pronto se vio frenado, por el eterno motivo que se alegaría el
resto de la Guerra, la falta de medios económicos; así en la sesión de 5 de septiembre
ya se planteaba las graves dificultades a la hora de pagar el coste de la compañía de
60 hombres. El Síndico y Capitán, Juan Rodríguez de Herrera, ofrecía su “vida” para
llevar estos hombres al frente de guerra.
En la sesión de 10 de septiembre de 1702, se daba lectura a una carta del
Duque, nombrando a D. Isidoro de Ahumada como Capitán, el cual se encontraba en
Jerez, por lo cual se acordó no hacerlo venir, sino remitirle la compañía con el regidor
Juan de Aguilar Gamero, que era nombrado cabo. Su misión era entregar la compañía
a Ahumada, así como 50 escudos de plata. Se confirmaba a Rodrigo de Morón como
Alférez y a Nicolás Alfaro como Sargento:
Capitán
Alférez
Sargento
D. Isidoro de Ahumada
Rodrigo de Morón
Nicolás Alfaro
No consta la fecha de la salida de la compañía hacia las costas gaditanas, aunque
sin duda se presupone que salió poco después del día 10. Tampoco se ofrecen noticias
de como se produjo el reclutamiento si fue de forma voluntaria o por sorteo. Sólo
sabemos que en la sesión de 25 de septiembre (1702) se libraba un pago de 3.088
reales por la composición de las milicias.
En síntesis, Marchena respondió enviando una compañía de milicias de 50
hombres al frente del Capitán D. Isidoro de Ahumada. Podemos comparar esta
contribución con las de otros lugares de mayor vecindario:
Sobre el desarrollo general del mismo y sus repercusiones puede consultarse: Ponce Cordones,
Francisco: Rota 1702. Un episodio olvidado de la Guerra de Sucesión, Cádiz 1979. Ponce Cordones,
Francisco J.: “El desembarco de 1702 en Rota”, en Actas X Jornadas Nacionales de Historia Militar.
La Guerra de Sucesión en España y América, Cátedra “General Castaños” R.M. Sur, (Sevilla, 13-17
Noviembre de 2000), Ed. Deimos, Madrid 2001, pags. 612-636.
51
121
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
•
Carmona contribuiría con una compañía de infantería de 63 soldados al mando
del Capitán D. Fernando Merino, y otra compañía de caballos de 30 soldados
al mando del capitán D. Francisco de Briones Quintanilla.
•
Écija lo haría sólo con dos compañías de caballería al frente del marqués
de Peñaflor y D. Juan Antonio Aguilar Ponce de León, ya que no llegaron a
formarse las milicias previstas, 10 compañías de 50 hombres cada una. La
causa fue la lentitud habitual en su formación.
•
Morón de la Frontera con el mismo motivo, enviaría también como milicias,
una compañía de 100 hombres, al frente del Capitán D. José Ignacio Topete
Sabemos que las compañías de milicias de Marchena y Morón de la Frontera,
partieron con destino a las costas gaditanas casi de forma simultánea, la marchenera
saldría después del 10 de septiembre, y la moronense el día 12. En cambio no tenemos
constancia de sus actuaciones militares. Todos los estudios apuntan que debido a las
características de su formación su operatividad militar era escasa y cuestionable52.
En el caso de Marchena, en la sesión de 6 de octubre (1702), se recibía una carta
ducal notificando que D. Isidoro de Ahumada le había informado sobre la deserción
de 10 soldados, y su orden al Cabildo era muy clara: “Os mando que los prendáis
y luego que ellos u otros en su lugar lo remitáis con efecto a su costa y además que
se le socorra a la compañía con la más porción que se pueda”. En dicha sesión se
reconocía que por haberse “desalojado al enemigo de los puertos y costas”, y por
haberse retirado las compañías de otros pueblos de la comarca, se pediría al Capitán
General, licencia para que regresara la compañía, y aprestarla para futuras actuaciones.
Se acordó enviar 20 escudos para los costes de su vuelta53.
Según Contreras Gay en la historia de las milicias provinciales se distingue dos fases, unas milicias
territoriales y locales, anteriores al siglo XVIII, que surgían por necesidades coyunturales, de peligro
inminente, no por una planificación, y unas milicias que durante el siglo XVIII, serán mejor instruidas
y con una organización más consistente, regular y centralizada. Sólo se levantaron en la corona de
Castilla, y Andalucía soportó la mayor carga del reclutamiento de ellas. Contreras Gay, José: Las
milicias provinciales (…), op. cit., 1993, pág. 11.
52
También son escasas las noticias sobre la compañía de Morón. Si su partida se realizó el 12 de
septiembre, muy breve fue el mando de su Capitán, D. José Ignacio Topete, que en la sesión del día 24,
manifestaba que estuvo en el frente hasta que el ejército angloholandés abandonó el Puerto de Santa
María y Rota. Solicitaba el relevo en su puesto, alegando que sus ocupaciones, falta de medios y otros
motivos no le permitían continuar con su cargo. Su sustituto sería D. José Topete y Ayala. La vuelta de
la compañía también tuvo que producirse a lo largo de la primera quincena de octubre.
53
122
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
4.2. De las contribuciones de 1703 a la pérdida y asedio de Gibraltar (1704-1705).
Desde el ataque angloholandés de 1702, el conflicto tuvo otra vertiente interesante
de analizar: la propaganda ideológica desplegada por ambos bandos de la contienda. Al
margen del origen político del conflicto, desde el bando filipista se impregnó al mismo
de connotaciones religiosas, planteando como causa principal del mismo la lucha en
favor de la religión católica frente a los protestantes. Este planteamiento se trasluce en
el fondo del lenguaje que se utiliza en la documentación. Al inicio de 1703, se produjo
una petición general del Arzobispo de Sevilla, como Presidente el Consejo de Castilla,
para que distintas ciudades y villas, sirvieran al rey con compañías de caballería o
infantería, para la inminente campaña que se avecinaba: “(...) en defensa de nuestra
sagrada religión y nuestras patrias”. El encabezamiento de la carta del Arzobispo,
fechada el 2 de enero, nos ejemplifica el lenguaje y la propaganda elaborada en torno
a la monarquía, la lealtad de los buenos vasallos, la defensa de la patria y la religión,
que utilizarían en numerosas ocasiones las autoridades superiores para intentar espolear
a los gestores municipales a lograr y sacar adelante sus contribuciones54.
La orden del Arzobispo llegó al Cabildo de Marchena, en la sesión de 8 de enero
(1703), y como ocurrió durante todo el conflicto, se recibió con las mejores intenciones
de cumplirlas, pero se argumentaban los obstáculos que impedían a la villa contribuir:
la cortedad de su vecindario y de los caudales de sus bienes de propios, para intentar
así dilatar en el tiempo su cumplimiento55.
En dicha sesión se afirmaba que el número de la milicia en esos momentos era
menor que cuando se envió de urgencia a las costas gaditanas (1702). Se acordó levar
de nuevo las milicias y que se alistará un total de 60 soldados, primero admitiendo a
54
A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 33. Acta de 28 de Enero de 1703. “Siendo tan preciso hacer
los mayores esfuerzos para oponernos a las prebenciones que nuestros enemigos estan haciendo en
todas partes para la campaña futura y siendo tan de la obligacion de todos concurrir a la defensa
de la Patria y de la relijion y corresponder al amor con que nuestro Rey solicita defendernos de tales
ostilidades haviendo expuesto en la campaña pasada su Real Persona en los mayores riesgos; biene
su Magestad en animo de disponer sus fuerzas de suerte que los enemigos experimenten el castigo que
merece el atrebimiento de la ynjusta guerra que nos an mobido y con la esperanza y consuelo de que
todos sus vasallos an de concurrir a tan justo yntento siendo prueba de su amor y lealtad la fineza con
que las Ciudades y Villas sean servido y que con ygual celo lo an de continuar (...)”.
55
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 8 de Enero de 1703. “(...) oída por la villa la
apreció con el mayor rendimiento y se ofreció a la execucion de su contenido con la ley, zelo y amor
que profesa a nuestro Rey y Señor natural y con la que deve a las órdenes y mandatos de dicho señor
Presidente de Castilla sintiendo solo el que la cortedad de su vecindad, de los valores de sus propios y
de los caudales de sus partes (...) no den lugar a que la villa pueda aser la demonstracion que su afecto
y obligacion desea (...)”.
123
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
los voluntarios que sentarán plaza, y si no se completaba el número se pasaría al sorteo.
Por lo que respecta a las armas y vestidos de la compañía, se planteó que estos últimos
se realizaran a propósito y “ajustados a la moda”, y que los vecinos entregaran las
armas que tuvieran con el fin de hacer los alardes y demás ejercicios militares en los
días festivos a modo de entrenamiento. La forma habitual para transmitir el acuerdo,
era el pregón en los principales lugares públicos de la villa.
Marchena tras las dificultades iniciales que expuso, comenzó los trámites para
formar la compañía de milicias, pero éstos se fueron dilatando y a finales de año
seguía sin formarse. El sorteo según se fijó en la sesión del día 3 de marzo (1703) se
celebraría en Cabildo abierto, el domingo día 4 a las tres de la tarde. Este Cabildo no
llegó a celebrarse o al menos no se ha conservado el acta, y quizás tampoco el sorteo.
En la sesión del 18 de marzo, José de Vargas fue recibido como Tambor. Incluso
se propuso nombres al Duque para que eligiera Alférez, y se le notificó las dificultades
de asumir el gasto de los vestidos, cada uno a 284 reales. Tras la sesión de 15 de junio
en que se libró 100 reales de ayuda de costa al Sargento para su vestido, no se tiene
más noticias del asunto. Al igual que en Morón el tema no se vuelve a tocar más a lo
largo del año, pensamos que la compañía sí se formó, pero como 1703 no fue un año
de peligros inminentes, no tuvo que salir de la villa, y seguía formada al año siguiente
ya que en abril de 1704 al mismo Sargento Francisco Herrera, se le libraba 50 reales
de ayuda de costa, debido a su “pobreza”.
A ambos Cabildos a través del Asistente de Sevilla, llegó una orden real en marzo,
que tuvo que ser puntualizada con otra orden recibida en abril de 1703l, consistente
en que cada villa debía contribuir con un soltero por cada 100 vecinos (1%). A
Marchena se le solicitaron 8 soldados y a Morón 12, por tanto el cálculo que hacían
las autoridades era de 800 y 1200 vecinos para cada villa.
Los soldados reclutados debían ser voluntarios, y naturales del lugar donde se
reclutaban, teniendo que ser entregados el 30 de abril en Sevilla. La aclaración de la
orden se debía a las alteraciones acaecidas en distintos pueblos al usar las justicias
de cada lugar del sistema de sorteo y de la prisión provisional de los elegidos, lo cual
había llevado a muchos naturales de esas poblaciones a huir de ellas56.
56
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta 15 de Abril de 1703. “Que por quanto el aver
dexado al arbitrio de los Corregidores, Juezes y Justicias, el usar de la eleccion, o sorteo de aquellos
a quienes puede tocar el ir a servir, y el aver passado algunos de los Juezes asegurar en las Carceles a
los Soldados elegidos. Ha ocasionado una comun alteracion, retirandose de los Pueblos sus naturales,
por no aver sido comprehendida de ellos lo suave de esta disposicion, y reconociendose, que la regla
mas justificada, mas pacifica, y menos gravosa a los Pueblos para lo presente, y futuro es, la del sorteo,
manda Su Magestad, que sea esta la que se practique, y observe por las Justicias, y Regidores de
124
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
En el caso de Marchena, tras recibir la orden en la sesión de 18 de marzo, se realizó
un primer sorteo, que parece que quedó invalidado ya que se realizó un segundo en
la sesión de 15 de abril57.
Se nombró a Joseph de Quirós, Alcalde Ordinario, para que recibiera las
alegaciones de los sorteados. Tres de ellos estaban en fuga: Juan de Ribera, Juan
Mateo y Francisco Mulillos. Juan de Ribera era hijo de Diego de Ribera, sacristán de
la iglesia mayor de la villa, contra el cual no se podía proceder por estar casi baldado
y gozar del fuero eclesiástico. El otro, Juan Mateo, era hijo de Alonso Colorado, pero
tanto padre como hijo estaban fugados, y no tenían bienes para proceder contra ellos.
Los capitulares en la sesión del 27 de abril estaban confusos como cumplir con la
orden a falta sólo de tres días para la entrega en Sevilla, por lo cual votaron enviar
sólo a los cinco soldados con los que se contaba, los cuáles ya estaban custodiados
para que no huyera ninguno más.
El Asistente de Sevilla se negó a recibir a los 5 soldados, hasta que no estuvieran
completos los 8, lo cual se cumplió con otro sorteo en la sesión de 5 de mayo. Los 8
soldados fueron conducidos a Sevilla, con un coste de 903 reales58.
En la sesión de 5 de mayo se sorteó de nuevo las tres plazas que faltaban, saliendo
elegido Juan de Lucenilla, hijo de Francisco Lucenilla (plaza de la Fuente), un hijo
de Miguel Díaz (c/ Cantarerías viejas), Francisco Pulido hijo de Juan Pulido (c/
Luna). Aunque como a los tres días apareció uno de los fugados, fue liberado Juan
de Lucenilla, que tenía 7 hijos y era de oficio sangrador, con mucha edad y “cortos
medios”.
Andalucía de nuevo fue escenario de parte del conflicto a lo largo del año 1704.
En este año se produjo la entrada de Portugal en el conflicto como aliado inglés, lo
cual repercutió en la zona fronteriza onubense y portuguesa59.
todos los Pueblos, aplicando especial cuydado en la especulacion, y nominacion de los mozos solteros
que huviere en todo su Territorio, en quienes concurran las calidades que contienen las ordenes, que
estan dadas, exceptuando los hijos unicos de Viudas, y los demas exceptuados en las mismas ordenes
anteriores”.
57
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 15 de Abril de 1703. Sorteo de 8 soldados.
Un hijo de Juan de la Rosa (c/ Purgatorio), Francisco Escalera hijo de Juan Escalera (c/ del Torno), un
hijo de Felipe Vázquez (c/ la Sintera), Juan de Ribera hijo de Diego Ribera (c/ de San Juan), Mateo
Jiménez, cuñado de Juan Navarro (c/ Pernía), Pedro Lorenzo hijo de Juan Lorenzo, (c/ Espíritu Santo),
Juan Mateo hijo de Alonso Colorado (c/ La Mina), Francisco Mulillos sobrino de Joseph de Santaella
(c/ Bolaños).
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 5 y 8 de Mayo , y 15 de Junio de 1703.
58
Stampa Piñeiro, Leopoldo & Sánchez Martín, Juan L.: “La primera campaña de Portugal en la Guerra
59
125
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Pero también acaeció otro hecho de suma trascendencia y repercusión, el ataque
angloholandés a Gibraltar y su consiguiente pérdida (verano de 1704). A renglón
seguido el ejército filipista comandado por el Marqués de Villadarias, Capitán General,
comenzó el asedio para reconquistar la plaza. Morón no envió milicias a la defensa
de Gibraltar, pero sí al asedio (1704-1705)60.
Las actas capitulares de Marchena del año 1704, son escuetas en noticias sobre
la guerra. La creencia que las tropas de Felipe V iban ganándole al bando austracista,
explica que el Asistente propusiera en julio de 1704, la celebración de una corrida de
toros para el 18 de agosto: “(...) con el motibo del Buen Susezo que nuestro monarca
a tenido y cada dia se va continuando en las Guerras con Portugal, El Ymperio,
Ynglaterra y Olanda (...)”. El Duque aceptó la propuesta y se acordó celebrarla el
18 de agosto.
Curiosa propuesta y ajena a los acontecimientos posteriores. El 4 y 5 de agosto, se
produce la invasión anglo-holandesa de la plaza de Gibraltar. En los meses siguientes
no hay más noticias de la invasión. Ya a finales de 1704, en las sesiones del 17 de
noviembre y 2 de diciembre, cuando ya se había iniciado el asedio y cerco español
para reconquistar la plaza de Gibraltar, comienza a llegar las órdenes para contribuir
al mismo.
Un Decreto real ordenaba incautar por un año, la tercera parte de todos los censos
impuestos sobre los propios, rentas y arbitrios de todas las ciudades, villas y lugares
de los Reinos. El objetivo estaba claro: “la manutención de los Ejércitos”61.
Igual que en el caso anterior, en las actas de Marchena tampoco encontramos
ni una sola alusión al ataque y pérdida de Gibraltar, en el verano de 1704, ni se cita
de Sucesión, 1704 (I) y (II)”, en Researching & Dragona, nº 2, pp. 52-95 y nº 3 pp. 97-103.
60
Sobre la intervención andaluza en este episodio del conflicto puede verse: Solis Peña, Susana:
“Participación andaluza y americana en la defensa de Gibraltar”, en Actas X Jornadas Nacionales de
Historia Militar. La Guerra de Sucesión en España y América, Cátedra “General CastañosS” R.M. Sur,
(Sevilla, 13-17 Noviembre de 2000), Ed. Deimos Madrid 2001, pags. 651-673.
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 17 de Noviembre de 1704. “Es pública la
obligación de reclutar y mantener los Exercitos que defienden estos Reynos, hazer los mayores esfuerzos
para recuperar la importante Plaza de Gibraltar, que desgraciadamente dio en manos de nuestros
Enemigos, y resguardar a Ceuta, interesando en uno y otro la Religión, sin olvidar las asistencias de
Milán, y las que han de ser puntuales a nuestros Aliados, y como a tan grandes empeños no bastan los
efectos de la Real hazienda, ha precisado este conocimiento a discurrir algunos medios que subvengan
a estas crecidas inexcusables cargas, entre los quales he resuelto por aora valerme por un año de la
tercera parte de todos los censos impuestos sobre los propios, rentas y arbitrios de todas las Ciudades,
Villas y lugares de estos Reynos (...)”.
61
126
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
envío de milicias para un auxilio urgente, tan sólo fueron remitidas al asedio el 6 de
julio de 1705.
Como ya citamos con anterioridad, en las sesiones de 2 y 9 de diciembre de 1704
se concretaron las órdenes de contribución para Marchena, 20 yuntas de bueyes en 10
carretas con hombres que las gobernaran, así como 200 gastadores, aunque luego en
la sesión del día 20 se recibieron nueva notificación reduciendo el servicio a 50 mulos
y los 200 gastadores. En la sesión de 28 de diciembre los capitulares reconocían que
en la noche del día 26 se habían apresado entre 60 y 70 hombres para cumplir con
esta contribución, pero que la mayoría tenían hijos, y además eran pobres y estaban
enfermos. Además el envío de estos hombres, era muy perjudicial para la economía de
la villa, porque los vecinos más acomodados del pueblo se oponían al mismo ante la
inminente cosecha de aceituna y la posible falta de mano de obra que se iba a producir.
Ante tal situación se acordó solicitar permutar este reclutamiento por el pago de un
donativo que sería recaudado entre los vecinos más pudientes.
En la sesión del 7 de enero de 1705, los capitulares acordaron y se ofrecieron
a salir junto al Asistente, el viernes en la noche al campo, para seguir reuniendo y
apresando el número de gastadores necesario. Sin embargo en la sesión de 18 de enero
llegaban noticias del Regente de la Audiencia de Sevilla, que informaba que mediante
Real Orden se perdonaba la aportación humana a cambio de que la villa entregara 600
fanegas de cebada a depositar en Ubrique, agradeciéndosele al Asistente su mediación.
La aportación de ganado sin embargo se hizo efectiva62.
Meses después cuando el asedio terminaba a su fin, el Marqués de Villadarias
de nuevo solicitaba otra contribución de Marchena, la remisión de sus milicias a la
guarnición de Cádiz. En la sesión de 29 de junio de 1705 se acordó avisar al Capitán
D. Isidoro de Ahumada, para que alistara a sus cabos y soldados para iniciar la marcha.
La compañía ya estaba alistada a inicios de julio, según se expresaba en la sesión del
día 4 de julio. Esta rapidez y falta de obstáculos para su formación, nos confirma e
indica que como manteníamos con anterioridad, la compañía estaba ya sorteada y
constituida desde 1703, tras la orden del Arzobispo de Sevilla.
62
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 18 de Enero de 1705: “(...) por el mucho zelo
y cuidado que pone en todo lo puesto en esta ocasion mirando por el alibio desta Villa y sus pobres
vezinos procurando el yndulto y remesa de los gastadores que se le avian repartido para las faxinas
del campo y cordon de Gibraltar y de los que para este efecto se avian preso reduziendolo todo a
seiscientas fanegas de zevada transportadas por quenta desta villa a la de Ubrique (...)”. En la sesión
de 31 de agosto de 1705, se libró 3000 reales de la remisión de 50 mulos de carga enviados a Gibraltar,
de los cuales 2.100 iban destinados a pagar a los arrieros para que prestaran los mulos durante 8 días.
127
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
En dicha sesión del día 4 se acordó que la compañía partiera el lunes día 6 de
julio con destino a Cádiz, socorriendo a la oficialidad y a los milicianos para el día
de marcha, lo cual consistió en 1000 reales para el Capitán D. Isidoro de Ahumada,
50 escudos para el Alférez D. Lorenzo de Paz y 100 reales para el Sargento Francisco
de Herrera. A los milicianos se les socorrería con 2 reales diarios, a los cabos con 3
reales diarios, y al sargento con 4 hasta su llegada a Cádiz. La situación de pobreza
a la cual siempre se aludía, parece que en esta ocasión era bastante real, ya que en
dicha sesión encontramos un acuerdo que no hemos vuelto a encontrar, el Cabildo
acordó socorrer a las familias de los soldados milicianos reclutados, con dos fanegas
de trigo para cada una, durante cada mes que estuvieran fuera de su casa.
De la actuación de la compañía no volvemos a tener noticias, pero sabemos que
desde julio de 1705 hasta enero de 1707 estuvo en la plaza de Cádiz, gracias a que
en la sesión de 14 de enero de 1707, se recibió carta del Duque de Osuna, Capitán
General, solicitando explicaciones del por qué las milicias de Marchena que estaban en
dicha ciudad bajo sus órdenes, se habían marchado sin licencia ni permiso. Terminaba
recordando que la vuelta de las milicias correría a costa de la villa, la cual acordó
pedir explicaciones al capitán D. Isidoro de Ahumada. (Vid. Imagen 02).
4.3.- Las contribuciones del año 1706.
A finales de 1705, en la sesión de 17 de noviembre llegaba la noticia que el Duque
de Arcos había sido nombrado Virrey de Valencia, pero el venidero año 1706 fue un año
crítico tanto para la gestión política del Duque como para la monarquía borbónica ante
las incursiones portuguesas, la pérdida de Barcelona y el levante español, y la invasión
de Madrid, que provocó la marcha temporal de la corte a Burgos. La movilización
que se avecinaba era de bastante consideración e importancia.
La sublevación de Cataluña y Valencia a favor de la causa del Archiduque,
provocaría un aumento de peticiones de hombres, dinero caballos y bastimentos, a
los Cabildos andaluces. Reclutamiento y reposición de bajas y deserciones (con sus
vestuarios respectivos), fueron temas habituales en las reuniones capitulares de los
años 1706, 1707 y 1708.
A principios de 1706, de nuevo llegaron órdenes a ambas villas para que
contribuyeran militarmente, Marchena con 30 hombres y Morón con 20 para la plaza de
Cádiz. La orden llegó a Marchena en la sesión de 6 de febrero, y al no existir voluntarios
se apresaron algunos hombres en el campo. En la sesión del día 13 se acordó escribir
128
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
al Capitán General notificándole las dificultades para quintar los 30 hombres, ya que
algunos se han refugiado en la Iglesia y otros habían huido de la villa63.
En la sesión de 22 de febrero (1706) se conoció que se había rebajado la
contribución a 25 soldados, y que los apresados no eran todos naturales de la villa,
sin embargo “atendiendo al alivio de sus vecinos y que estén en quietud y no reciban
mayor quebranto”, se acordó entregarlos al Capitán D. Pedro Asturey Ramírez,
encargado de conducirlos hasta el Puerto de Santa María, con un socorro de real y
medio a cada uno durante 6 días de trayecto.
Asturey podría elegir a los 25 del total de hombres apresados, tras seleccionarlos,
se supo que 14 eran naturales, 6 no lo eran y los otros 5 eran residentes. Sin embargo
como era habitual el sistema de quintas hacía “aguas”. En marzo se tenían noticias
del Capitán General de la deserción de algunos soldados que la villa debía de suplir,
algo después, en la sesión de 10 de abril se conocía que se trataba de Roque García y
Juan de Mesa; uno de ello había desertado con vestido y munición, el cual se terminó
pagando de los propios.
Tras esta contribución militar a inicios de 1706, llegarían nuevas órdenes del
Marqués de Villadarias, esta vez relativas al llamamiento a la nobleza de Andalucía
para que “montase a caballo” a servir militarmente al rey. Aunque la orden original
databa del 26 de febrero, en el caso de Morón, las actas capitulares no registran el
asunto, aunque sí las de Marchena en la sesión de 15 de marzo. En todos los lugares
se dilató la respuesta de la nobleza para realizar esta contribución, incluso a finales de
mayo e inicios de junio, aún no se había producido, estando fijada desde marzo como
lugar de reunión y plaza de armas, el Puerto de Santa María. De otras muchas villas
tenemos registros y listas de nobles que acudieron al servicio, pero de Marchena no
tenemos ninguna constancia documental.
De forma similar se ordenó el servicio de armas de los caballeros cruzados de
Órdenes Militares, el tema se trató en Marchena en la sesión de 27 de mayo, pero se
afirmó que en la villa no vivían caballeros con hábitos. En el caso de Morón la orden
ni se recoge a lo largo de todo el año.
Nobleza en Marchena existió sin lugar a dudas, pero tenía unas particularidades.
No contaba con mitad de oficios, y se consideraba que la villa era lugar de behetría, y
63
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 13 de febrero de 1706: “(...) se a hecho pricion
de diferentes personas que no alcansan a dicho numero y se an ahuyentado de manera que no se puede
allar un hombre por averse refugiadose a la Yglecia y otros ydose a los montes (...)”.
129
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
que no se distinguía a la nobleza con dicha mitad (nobleza moral o natural) sino que
la nobleza era por simple reconocimiento y estimación del común (nobleza política)64.
El 7 de julio de 1706, llegaron cartas del rey fechadas el 18 del mes anterior,
acompañadas de otra del Marqués de Villadarias, del día 30, con órdenes que aludían
a la urgencia que se padecía ante la invasión enemiga. Se solicitaba la contribución
de un soldado montado, equipado y sustentado en campaña durante cuatro meses (a
razón de 2 reales diarios), por cada labrador que tuviera más de 4 arados. Además se
reclamaba que los Cabildos realizaran el reconocimiento de los hombres capaces de
usar armas, así como registros de las armas y los caballos que hubiera en cada villa.
En ambas se acordó que las órdenes fueron pregonadas, y que se iniciarían todas las
diligencias necesarias para cumplirlas, realizándose también un censo de los labradores.
Las cartas tanto del rey como del Capitán General, contenían un lenguaje que
resaltaba una serie de valores, que como decíamos con anterioridad eran “baluartes”
de la propaganda filipista, como eran los de la defensa de la religión, de la patria y
de la Monarquía. Se presentaba a Felipe V, como el primer rey que desde Carlos I, se
había puesto al frente de sus tropas para combatir. La carta del Borbón denunciaba la
gravedad del momento, con la rebelión de Cataluña, la pérdida de Barcelona auxiliada
por la armada angloholandesa, y el peligro que suponía una posible invasión portuguesa
de Extremadura y Castilla. Además anunciaba su decisión de abandonar Madrid, para
ponerse al frente de una infantería y caballería que se igualaría en número a la del
enemigo, a la espera de recibir apoyos de unidades francesas a través de Navarra.
Por todas estas causas el rey solicitaba al Cabildo de Sevilla, su esfuerzo para que
persuadiera a sus vecinos y a los pueblos de su reinado, para contribuir a la defensa
del país, anunciando su esperanza en el triunfo final con la intervención divina65.
En Marchena la nobleza no contaba con mitad de oficios, en la sesión de 28 de septiembre de 1718, a
la hora de realizar una quinta de 7 soldados, se planteaba que era lugar de behetría, en un informe del
Auditor de Guerra, se afirmaba que en esta villa no se distinguía a la nobleza con dicha mitad (nobleza
moral o natural) sino que la nobleza era por simple reconocimiento y estimación del común (nobleza
política). Behetría en sentido estricto era “una población cuyos vecinos tenían derecho a elegir su
señor”, eligiendo como tal a quién les hiciera más bien. A modo de hipótesis podemos lanzar la idea
que esta diferencia quizás se debe de rastrear en el origen de ambos señoríos (Marchena y Morón), es
decir en los distintos modos en que se cristalizó la señorialización de cada villa, rastrearla en cómo cada
una pasó a la jurisdicción de un señor, y qué grado de competencias jurisdiccionales adquirió éste y
sus sucesores a lo largo de los siglos XIV-XVI, lo cual sin duda tuvo que repercutir en la organización
municipal. Por tanto posiblemente la distinta evolución señorial de Marchena, en parte explique el que
no contara en su Cabildo con mitad de oficios, ni reconocimiento natural y moral de la nobleza, el cual
sí se estableció en Morón de la Frontera.
64
De la amplia bibliografía sobre el tema puede consultarse dos buenos estudios del profesor González
65
130
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
La razón de solicitar soldados a caballo a los labradores con más de 4 arados,
se basaba en el temor de un nuevo desembarco de la armada enemiga en la plaza
estratégica de Cádiz, así como en la convicción que la caballería era más eficaz para
repeler el ataque66.
En el caso de Marchena el censo de labradores, arrojó un total de 49 personas
con más de cuatro arados, aunque sólo 14 de ellos eran capaces de poder costear el
montado; el resto, los otros 35, no podían afrontar los costos según se decía, “por
su mucha pobreza”, muchos de ellos aparceros. Por este motivo se acordó enviar al
regidor D. Alonso Ramos como diputado a Sevilla, para que comunicara al Asistente
el hecho y permitiera que estos últimos se mancomunaran para costear el servicio
solicitado, gestiones que no dieron resultado67.
La contribución quedó fijada en 20 soldados montados, que serían repartidos
entre los labradores, en función de la hacienda de cada uno, lo cual se evaluaba en la
sesión de 22 de julio en unos elevadísimos costos de 4000 ducados. Sin embargo los
capitulares acordaron convocar a los labradores a una reunión a la mañana siguiente
en las casas capitulares, con la consigna que si no se conseguía la moderación del
servicio, se procedería contra ellos si no contribuían.
El Asistente y D. Alonso Begines (Alcalde Ordinario), de nuevo viajaron a Sevilla
para ajustar la contribución, y lo consiguieron, rebajándose a 10 montados, según
Cruz: González Cruz, David: Guerra de religión entre príncipes católicos. El discurso del cambio
dinástico en España y América (1700-1714), Ministerio de Defensa, Madrid 2002. González Cruz,
David (coord.): Propaganda y mentalidad bélica en España y América durante el siglo XVIII, Madrid,
Ministerio de Defensa, 2007.
66
A. H. M. M. F. Actas Capitulares. Libro 34. Acta de 7 de Julio de 1706. “(...) debiendo oponerme,
ayudado de Dios a que no logren la execucion de sus designios contra Cádiz, hasta perder la última
gota de sangre por conserbar esta importantisima Plaza, de que pende la seguridad de las Andaluzias,
y aun de todos los dominios de S. M., siendo la principal fuerza para embarazar los desembarcos la
que se funda en mayor cuerpo de Cavalleria que sea dable juntar (...) obligan tan señalados motivos a
que todos en general y en particular, atiendan con los mayores esfuerços”.
67
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 11 de Julio de 1706: “(...) y aviendo examinado
en dicho vezindario se halla aver quarenta y nueve personas que tiene labor de quatro arados arriba
y en ellos los catorce que pueden dar cavallo montado y en la forma que S. M. lo manda y los treinta
y sinco que no son capaces en manera alguna de poder dar un soldado y cavallo en la forma que
se previene por las dichas Reales Ordenes por su mucha pobreza y que algunos de ellos tiene las
labores de aparcería para poder mantener dichos quatro arados, en cuia atenciony para que no queden
extinguidas las dichas labores se remite testimonio de el número de vezindad y personas capaces de
tomar armas a el dicho señor Asistente (...)”, al cual se le comunicaría “(...) la pobreza e imposibilidad
de la maior parte de los labradores de esta villa para que con el conocimiento de ellos esta villa pueda
mancomunarlos a la composición del más proporcionado número de cavallos y montados (...)”.
131
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
se expresaba en la sesión de 3 de agosto. Sus costes se evaluaban ahora en 17.700
reales. La adquisición de caballos y equipamiento la realizó el Cabildo, contando
con un arbitrio para tal cometido e iniciando el cobro a los labradores, pelentrines
y pegujaleros. Incluso en la sesión del día 6 se acordó recibir ofertas voluntarias de
los nobles. De forma individual D. Luis Monzón de Hinestrosa que contaba con 15
arados, mandó a Sevilla, un montado costeado por su propia cuenta al margen de los
establecidos y sin orden de la villa68.
En septiembre ya se tenían preparados los 10 montados, los costes de su
equipamiento, armas y gastos de viajes, ascendieron a 11.204 reales. De ellos 5 eran
naturales de Marchena, 1 natural de Sevilla, 3 gallegos y un santanderino:
1. Álvarez de Benjumea, Manuel Rodrigo (24 años). Natural de Marchena.
Hijo de Diego y Ana (c/ Huéscar). Descripción: “pelo castaño lleva cavallo
color bayo”.
2. Carvallido Troncoso, Domingo (29 años). Natural de Tui (Galicia). Hijo de
Domingo y María. Descripción: “pelo largo negro lleva un cavallo castaño
con lusero y lista blanca en la cara y el pie izquierdo blanco”.
3. Chaves Jiménez, Juan de (20 años). Natural de Marchena. Hijo de Juan y
Juana. Descripción: “pelo castaño corto cavallo rubio”.
4. Fontanilla Ríos, Francisco de (19 años). Natural de Marchena. Hijo de José
y Ana. Descripción del caballo: “lleva un castaño claro”.
5. Gavielo, José (40 años). Natural de la Riera (Montañas). Hijo de Juan de
Gavielo. Descripción: “lleva un cavallo ruvio claro”.
6. González Rodríguez, Francisco (26 años). Natural de Salvatierra (Galicia).
Hijo de Francisco y Ana. Descripción: “lleva cavallo castaño claro lusero
en la frente y los pies blancos”.
68
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 17 y 30 de Septiembre de 1706. “Los quales
dichos dies soldados montados ban con todo su equipaxe cumplido y nesesario y tambien socorridos
por quatro meses de campaña a rason de dos reales cada dia”. Fueron remitidos a Sevilla a cargo de D.
Francisco de Cifontes y Quesada (Fiel Ejecutor). Acta de 7 de octubre de 1706: Gracias a la regulación
hecha a un grupo de labradores que se le rebajó parte de su contribución conocemos sus nombres,
muchos de ellos capitulares: D. Lorenzo Begines, D. Pedro Rubio, Capitán D. Juan Rodríguez, D.
Roque Galindo, D. Juan y D. Antonio de Bohórquez (éste último vecino de Morón), D. Antonio
Galindo, D. Sebastián de Vargas, D. Juan de Alfonseca (manifestó que su padre Luis de Alfonseca y
su cuñado Antonio de Rueda, eran los que por convenio disfrutaban de sus arados), Cristóbal Barrera,
Francisco García Conejo, Francisco de la Barrera, Francisco de Vega, Juan Romero Gudiel.
132
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
7. Lorenzo, Pablo (35 años). Natural de Sotomayor (Galicia). Hijo de Juan
Lorenzo y María Lorenzo. Descripción: “lleva un cavallo castaño oscuro
los pies blanco”.
8. Macho Ortíz, Francisco (18 años). Natural de Marchena. Hijo de Juan y María.
Descripción: “pelo corto mediano lleva un cavallo morillo”.
9. Martínez, José (25 años). Natural de Marchena. Hijo de Cristóbal Mateos y
María Jiménez (c/ del Horno de las dos calles). Descripción: “buen cuerpo
hoios de viruelas lleva un cavallo ruvio”.
10. Sánchez de San Francisco, Fernando Pablo (19 años). Natural de Sevilla. Hijo
de José y Juana. Descripción: “pelo liso lleva un cavallo ruvio”.
Aunque este servicio en un principio iba destinado a las defensas de Cádiz ante
otro posible ataque inglés a la costa, los acontecimientos cambiaron su destino. Eran
momentos en el cual el ejército austracista triunfaba en la Meseta castellana, y estos
“nuevos montados” terminaron siendo destinados a la defensa de Castilla.
Del destino final de los montados de Marchena, no contamos con más noticias,
aunque tuvieron que correr la misma suerte que los montados de otras villas sevillanas.
Morón formó una compañía bajo el mando del Capitán D. Martín Dionisio de Auñón,
y Carmona organizó otra compañía comandada por el Teniente Manuel Navarro, al
estar ausente en Italia su Capitán Francisco María de Milán. Ambas se integraron en
el Regimiento de caballería de D. Jorge Blasco, al que se unieron en Toledo69.
Écija reunió 56 soldados de caballería, también remitidos a Castilla, posiblemente
también agregados a este Regimiento, hecho que aún no tenemos confirmado.
4.4.- La contribución “miliciana” al Regimiento de Carmona (1707-1709).
El destino le tenía reservada a los Cabildos de las villas de Morón y Marchena
sorpresas para los años 1706-1707. Incluso Morón acababa de organizar una compañía
de caballería y se vio con la obligación de levar otras tres compañías de infantería.
La organización tradicional de las milicias fue reformada a través de un nuevo
Reglamento emitido en febrero de 1704, surgiendo los Regimientos, ideados para
El Regimiento de Don Jorge Blasco fue levado en Córdoba el 3 de julio de 1706, siendo su primer
Coronel, don Jorge Blasco, posiblemente falleciera en Almansa (25 de abril de 1707), ya que el 21
de junio de 1707 fue sustituido por Manuel Duque de Estrada y Meneses (marqués de Lanzarote).
Stampa Piñeiro, Leopoldo; Sánchez Martín, Juan L.: “La primera campaña de Portugal en la Guerra
de Sucesión, 1704 (I)”, en R & D, n° 2 (1996), pp. 53-71 cit. p. 50.
69
133
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
que fueran unidades de infantería más operativas. Al Reino de Sevilla se le adjudicó
la formación de 10 Regimientos70.
El origen de la formación del Regimiento de Carmona, reside en este nuevo
Reglamento de milicias (1704). A Carmona le correspondía formar un Regimiento
de 12 compañías, ya que era cabeza del distrito o partido del cobro del servicio de
milicias, impuesto que se recibía anualmente de los pueblos de dicho partido. Carmona
alegando los excesos cometidos con esta orden, propuso a la superioridad, aportar sólo
la mitad del mismo, mientras que los lugares de la Tesorería del partido de Carmona
que no tuvieran por Real Orden que formar milicias, aportarían la otra mitad71.
Esta propuesta fue aceptada por el Marqués de Villadarias (Capitán General) y
para ello, la otra mitad, es decir 6 compañías tendrían que ser levadas por las villas de
Morón (tres), Arahal (dos) y Paradas (una). A las sesiones capitulares de Carmona de
24 de julio y 8 de agosto de 1705, llegaron órdenes para que Carmona se encargara
de formar el Regimiento de milicias.
Los Cabildos de Morón y Arahal, dilatarían su contribución a lo largo de todo
el año de 1706. El de Morón mediante carta fechada el 17 de agosto notificaría al
Corregidor de Carmona, que no le era posible formar las 3 compañías, por los costes
que estaba suponiendo el levantar la compañía de caballos del Capitán D. Martín
Auñón y Herrera.
El Cabildo de Carmona siguió trabajando para lograr la formación del Regimiento
pero se encontraron con numerosos retrasos e inconvenientes por parte sobre todo
del Cabildo de Morón72. A pesar de sus esfuerzos, en los últimos meses de 1706 y
primeros de 1707, el mismo seguía sin formarse. Pero se produjo un giro cuando el
Duque de Osuna fue nombrado Capitán General de Andalucía.
A finales del mes de noviembre de 1706, el Duque de Osuna, estaba formando
un Regimiento de caballería de Dragones entre las villas y vasallos de su Estado, para
disponer la defensa de la ciudad de Cádiz. Este hecho motivó que el Duque, enviara
La organización interna de cada Regimiento era la siguiente: 1 Coronel, 1 Teniente Coronel, 1 Sargento
Mayor, un capellán, 10 capitanes, 12 tenientes, 12 alféreces, 22 sargentos, 120 cadetes y 380 soldados.
71
Los motivos del Cabildo de Carmona se recogen en: Gutiérrez Núñez, F. J.: “El Cabildo de Carmona
(…)”, art. cit., pp. 133-140.
70
Gutiérrez Núñez, F. J.: “El Cabildo de Morón de la Frontera a inicios del siglo XVIII: Poder y
gobierno municipal durante la Guerra de Sucesión (1700-1713)”, en Actas de las V Jornadas de Temas
Moronenses (26 al 30 de septiembre de 2001), Fundación Fernando Villalón (Patronato Municipal de
Cultura) - Exmo. Ayto. de Morón de la Frontera, Morón de la Frontera (Sevilla), 2003, pp. 111-143,
vid. pp. 137-139.
72
134
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
al Corregidor de Carmona, una carta fechada en Osuna el 20 de febrero de 1707,
notificando que traspasaba la contribución de 3 compañías de Morón, a Marchena,
y las 2 de Arahal a Estepa, alegando su aportación al Regimiento de caballería de
Dragones. Paradas seguía con la suya73.
La contribución de las 3 compañías hubiera supuesto para Morón sólo en la
manutención durante cuatro meses, de oficiales y soldados, un coste de 10 mil
reales, sin contabilizar el gravamen humano que suponía perder vecindario, el coste
del equipamiento y el reemplazo de desertores. En cambio para el Regimiento de
caballería de Dragones, se ofreció al Duque, 300 fanegas de trigo (a restituir al Pósito)
por un valor de 6 mil reales, tal como se fijó en la sesión de 25 de marzo de 1707.
(Vid. Imagen 03).
El traspaso de las 3 compañías de la contribución del Regimiento de Carmona,
se conoció en Marchena en su sesión de 22 de febrero de 1707, al recibirse la citada
carta del Duque de Osuna con fecha 20 del mismo mes. Todos los derechos y
obligaciones que tenía Morón, fueron transmitidas a Marchena, incluyendo el poder
nombrar Teniente Coronel e imponer arbitrios para afrontar los costes. El Cabildo de
esta última acordó escribir al Duque de Arcos para que gestionara redimir a la villa de
tal servicio, y escribir al Coronel del Regimiento para consultarse si se podría servir
con las compañías de milicias y como debía de ser el reclutamiento, sentando plaza
de voluntario o por sorteo.
De nuevo salió a la luz la falta de medios económicos para afrontar los costos
de la formación de las 3 compañías. Al no contar con efectivo con el cual afrontar de
forma inmediata los gastos de armas y vestidos, en la sesión de 10 de marzo de 1707
se acordó realizar dos actuaciones urgentes. En primer lugar solicitar al Arzobispo de
Sevilla, permiso para que la fábrica de las iglesias de Marchena, le prestase dinero.
En segundo lugar el Asistente, el Alcalde Ordinario y un Regidor, también pedirían
préstamos a los vecinos más acomodados, cantidades que se les devolvería a plazos.
En esa misma sesión del día 10 de marzo, se valoraba el costo de formar las
3 compañías en 100 mil reales. En ella se acordó hacer padrón de vecinos con
73
A. M. C. Legajo 568. Expediente de formación del Regimiento de Carmona (1706-1707). “(...). En
cuanto a las çinco compañias que se pedían a Morón y al Arahal respecto de que estas avian hecho
maior servizio que este que es darla de caballos montados equipados bestidos y armados para el
rejimiento de dragones que lebante en los lugares de mi estado he repartido las tres compañias de
Moron a Marchena y las dos del Arahal a Estepa y lugares de aquel Marquesado y para que las
apronten y dispongan el entrego de ellas para la formazion del rejimiento y ponerlo completo les
escrivo a este fin..(...)”.
135
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
vistas a levar 150 hombres, contando con los solteros, casados y viudos. La tarea le
correspondió a dos capitulares por barrio, excepto en San Miguel que serían tres, por
el gran conocimiento que tenía en dicho barrio el jurado Capitán Juan Rodríguez.
El Cabildo viendo que el Duque no conseguía relevar la contribución, acordó en la
sesión de 22 de marzo, remitirle carta para que nombrara cabos y conociera que la
villa para afrontar los costos pensaba fijar como arbitrios, 4 maravedíes en cada libra
de 32 onzas, 1 real en cada arroba de aceite (a pagar por el comprador), 4 maravedíes
en cada libra de jabón, y 1 real en cada arroba de lana (a pagar por el comprador)
y medio almud (o bien un real) en las fanegas de trigo que del pósito se prestasen.
El Duque terminó por anunciar que no había conseguido el relevo de la
contribución. En la sesión de 5 de abril de 1707, se acordó enviarle carta con la nómina
propuesta para los distintos cargos de la oficialidad de las 3 compañías, contando con
los habituales apellidos de la oligarquía local, pero aunque la respuesta llegó a inicios
de mayo, sufrió modificaciones74:
Compañía
Capitán
Teniente
Alférez
Para Alférez: D.
Diego de Vargas
(hijo de Sebastián),
D. Cristóbal
Galindo, D. Manuel
de Quirós.
Sargento
1ª
Para Teniente
Coronel: D. José
Pastor.
Para Teniente: D.
José de Ayllon
y D. Nicolás de
Zayas.
Para Sargento:
Francisco de
Herrera, Francisco
Pulido.
2ª
Para Capitán,
D. Francisco de
Quirós y D. Pedro
de Paz.
Para Teniente: D.
Nicolás de Tejada
y D. Francisco de
Luna.
Para Alférez: D.
José de Tobar,
Diego de Vargas
(hijo de Cristóbal).
Para Sargento:
Fernando de
Carmona y Pedro
Romero Gudiel.
3ª
Para Capitán: D.
Luis de Céspedes,
D. Juan Calderón,
D. Miguel de
Quirós.
Para Teniente: D.
Antonio Galindo
y D. Francisco
Tobar.
Para Alférez:
D. Francisco
Vázquez Centeno,
D. Tomás
Contonente.
Para Sargento:
Pedro Romero
Góngora, Antonio
Carranza.
El Coronel del Regimiento, D. Antonio Cervantes cuando estaban formadas
las 6 compañías de Carmona, llegó a Marchena a finales de abril solicitando que se
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 5 de Abril de 1707. Propuesta de nombres de
la oficialidad.
74
136
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
acelerara la formación del resto de compañías, cuando aún no se había formado ni una
sola. En la sesión del 28 de abril se nombró dos capitulares para hacer las gestiones
y un depositario de los arbitrios a recaudar. Además se acordó hacer una bandera
que quedara en la villa, con el fin que sirviera para sentar plaza. La recompensa por
ingresar de voluntario consistía en el equipamiento de vestido y armas, 30 reales de
entrada, más 2 reales diarios.
El 1 de mayo, el Coronel continuaba apremiando la entrega de las compañías, ya
que tenía órdenes del Capitán General, para marchar con el Regimiento a Encinasola
y Aroche (Huelva) el día 3. En la sesión del día 1, se reconocía la imposibilidad de
hacer todas las gestiones, y que las compañías no estarían dispuestas hasta mediados
de mes. En la sesión del día 2 se revisaron los padrones y se configuraron 508 cédulas
de los sujetos considerados hábiles, que entraron en sorteo en la sesión del día 3 en
Cabildo abierto, sacándose 180 cédulas para cubrir con creces los 150 soldados de las
tres compañías, por si había reclamaciones o bajas de última hora. Sólo se apuntaron
como voluntarios dos personas: Manuel Rodríguez y José Cortés.
El Coronel seguía apretando al Cabildo y el día 4 de mayo le solicitó que como
debía de marchar al día siguiente, que le entregaran al menos una compañía de 50
hombres. Sin embargo hasta la sesión del 10 de mayo, no se afirmaba que la 1ª
Compañía estaba presta y vestida. Los costes de su formación se afrontaron poniendo
a la venta 200 fanegas del Pósito a razón de 17 reales cada una, y tomando a préstamo
2.300 reales de cuatro vecinos a quiénes se les tendrían que devolver por el día de
Santiago. En la sesión de 18 de mayo ya se reconocía que la 1ª Compañía también
estaba equipada y armada, y se dispuso que marchara a Sevilla donde se incorporaría
al Regimiento de Carmona75.
La oficialidad de la 1ª Compañía se componía de D. José Ayllon (Capitán teniente,
del Teniente Coronel), D. José Tovar (Subteniente), y Francisco de Herrera (Sargento),
su tambor sería Gabriel Bermúdez, al margen de los 48 soldados restantes.
En la sesión del día 25 de mayo se recibió carta del Coronel D. Antonio de
Cervantes escrita por orden del Duque de Osuna, ordenando que la dos compañías
que faltaban aún para cumplir con el servicio, fueran enviadas aún sin vestidos para
incorporarse al Regimiento, ante la necesidad de gente para las operaciones de la
presente campaña. Se planteó cumplir la orden, aunque se reconocía un problema: si
Ya en julio y septiembre se pagarían a José Fabre y Sebastián Álvarez, mercaderes de Carmona,
490 y 425 reales respectivamente de las bayetas de paño para los vestidos de la 1ª compañía. A Juan
Bernardino de Morales, mercader local, también se le compraría ropa para la 1ª y 2.
75
137
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
salían de la villa sin vestidos muchos se volverían. En estas fechas las 2 compañías
de Estepa pertenecientes al mismo Regimiento, transitaron por Marchena76.
En la sesión del 3 de junio de 1707, el Asistente llamó al orden a los capitulares,
para que se cumpliera con la formación de las otras 2 compañías. De nuevo se
planteó vender otras 200 fanegas de trigo del Pósito, a restituir el día de Santiago,
pero hubo voces discrepantes que expresaron que no se podía contradecir las órdenes
del Duque de Arcos, que no era partidario del uso del Pósito como medio crediticio
para el Cabildo, al ser éste una institución que debía servir en momentos de crisis y
necesidad, para socorrer al vecindario, ya que ésta era “la razón fundamental de la
erección y conservación de los pósitos”.
El Duque nombró por Capitanes de la 2ª Compañía a D. Luis de Céspedes, y de
la 3ª a D. Nicolás de Tejada. Pero en julio seguía sin formarse ambas compañías, y el
Teniente Coronel, D. José Pastor solicitaba premura77.
En la sesión de 11 de julio se recibió carta del Duque de Osuna Capitán General,
agradeciéndole a los capitulares y al Teniente Coronel sus esfuerzos en la formación de
la 1ª compañía. El Cabildo acordó escribirle agradeciéndole la gratitud de sus palabras,
aprovechando para comentarle las dificultades económicas por las que pasaban los
propios de la villa; aunque se pensaba que la 2ª Compañía estaría lista antes del día
de Santiago. El 26 de julio se solicitaba la relación de sus integrantes. Pero aunque
se pagó 300 reales de sus soldadas de parte del mes de julio hasta el 22 de agosto no
estuvo completa con vestidos, armas, cartucheras y espadas. En dicha sesión se acordó
que marchara con su Capitán, D. Luis de Céspedes, al cual se le entregarían 300 reales
vellón, al Teniente Vargas 150 reales de vellón y al tambor Gabriel de Cárdenas 68
reales (para el coste del traje). Además se pagarían a los soldados, 444 reales vellón
de los sueldos de 6 días de marcha, y de sueldo a 10 voluntarios, 300 reales. Un total
A. M. C. Legajo 568. Expediente de formación del Regimiento de Carmona (1706-1707). La
oficialidad de estas dos compañías de Estepa era la siguiente; Sargento Mayor: D. Bartolomé Suárez
de Negrón y Córdoba, D. Bartolomé (natural y vecino de Estepa) ; Capitán 1ª Compañía.: D. José
Saavedra y Figueroa, D. José (natural y vecino de Estepa) ; Capitán 2ª Compañía: D. Nicolás Rodríguez
de Alcántara y Cos, D. Nicolás. (vecino, natural de Granada); Alférez 1ª Compañía: D. Alonso Vicente
de Mora (vecino, natural del lugar de Sierra de Yeguas).
76
D. José Pastor muy posiblemente dejó de ser Teniente Coronel del Regimiento de Carmona hacia
1709, año en el que obtuvo patente para formar un Regimiento de caballería, siendo él su Coronel.
En 1710 este nuevo Regimiento estaba sirviendo en Andalucía y en 1712 pasó a Extremadura, donde
terminó la guerra y fue disuelto en abril de 1715. Vid. al respecto Sánchez Martín, Juan L.: “Los
Regimientos de Caballería en la Guerra de Sucesión, 1701-1715”, en Researching & Dragona nº 6
(1998), págs. 36-82, cit. pág. 65.
77
138
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
que ascendía a 1500 reales vellón. A una semana escasa de haber partido de la villa
ya habían desertado dos soldados.
A inicios de noviembre de 1707, se le reclamaba el reemplazo de 26 desertores,
pero en la sesión del 26 de noviembre se recibió carta del Duque de Osuna, reclamando
104 hombres solteros y naturales para completar el Regimiento de Carmona. Las
causas eran pocas: o deserción o el Regimiento había entrado en combate y tuvo
muchísimas bajas.
Si esto se llevaba a cumplimiento era comenzar de nuevo casi con toda la
contribución, por ello se acordó recurrir la orden. Hasta la sesión de 4 de febrero
1708 no volvemos a tener noticias de esta reclamación como veremos más adelante.
En la sesión de 4 de febrero de 1708, el Asistente de Sevilla le reclamaba aún 25
soldados para el Regimiento de Málaga (8 desertores y 17 de nuevo repartimiento),
teniendo que cumplir con otros 15 soldados para el Regimiento de Jerez y 104 hombres
para el Regimiento de Carmona. El problema de las deserciones se convirtió en un
verdadero suplicio para la villa, ya que este hecho suponía costos extras a desembolsar
de sus propios, encontrándose en crisis sus arcas municipales y con graves carencias
demográficas para cubrir todas las peticiones. Ante la fuga de mozos solteros se tenía
que tirar de los casados, e incluso apresarlos ante el peligro de fuga78.
La crisis de sus arcas municipales era tan real que ante el apremio del Coronel D.
Antonio Cervantes para suplir los desertores de las dos primeras compañías y formar la
3ª se reconocía de forma evidente. En la sesión del 23 de febrero de 1708 se afirmaba
que todos los ingresos de sus bienes de propios se encontraban embargados por la
Real Hacienda, a pesar de lo cual se intentaría cumplir lo solicitado. En mayo renace
el tema cuando el Duque de Osuna envió carta solicitando que se le entregaran al
Capitán D. Luis de Céspedes un total de 113 hombres, por varios conceptos: 65 que la
villa dejó de dar en las quintas del año pasado (en los cuáles se incluyen 50 hombres
de la 3ra. Compañía), y 43 entre muertos, desertores y desechados, y 5 aplicados para
la guarnición de Ceuta.
En la sesión de 16 de mayo se acordó solicitar suspender la entrega por ahora de
la 3ª Compañía, y sólo entregar el reemplazo de los desertores, desechados o muertos,
de la 1ª y 2ª. Las causas alegadas de nuevo eran las mismas de siempre, las carencias
78
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 4 de Febrero de 1708: “(...) y por quanto sea
experimentado la fuga de los mozos solteros a quienes toca este servicio sin que basten para su apresto
ningunas urgencias ni para que se conserben en los Regimientos donde se conduce y que por estos
motibos se hace ymposible el Servicio de dicha calidad de jente (...)”.
139
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
del caudal público, por lo gastado en las dos compañías, y la falta de mozos por la
continua contribución a otros Regimientos79.
El 22 de junio se reconocía haber reemplazado ya 37 soldados, y que los 5
para Ceuta no eran obligatorio, al remitir la villa 85 soldados en 1707 para las dos
primeras compañías, cuando cada una sólo debía de ser de 40 hombres. En la sesión
de 9 de julio llegaba la orden del Duque de Osuna, de entregarle la 3ª compañía al
Capitán Céspedes, y a renglón seguido el resto de sustitutos de desertores. El Cabildo
acordó que viajara el regidor Juan Montiel a Cádiz para entrevistarse con el Duque
y hacerle ver la imposibilidad de formar la 3ª compañía, aunque sí se reemplazaría a
los desertores que faltaban.
Al final a Cádiz marchó D. Tomás de Paz, al cual se le libró 750 reales, y trajo un
decreto del Duque de Osuna que se leyó en la sesión de 21 de julio de 1708, por el cual
relevaba a la villa de la contribución de 17 hombres para el Regimiento de Málaga,
pero confirmaba la obligación de aportar la 3ª compañía, para lo cual se dispuso de
nuevo el sistema de reclutamiento por cuadrillas80.
En septiembre de nuevo el Duque de Osuna reclamaba que se cumpliera su
orden a cambio que la villa no tuviera que reemplazar los desertores de los demás
Regimientos (de Málaga y de Jerez). Por ello en la sesión del 27 de septiembre, se
acordó realizar el sorteo para el día 30 y completar los que faltasen. Además ya se
conocía la oficialidad de la 3ª Compañía, D. Martín Muñoz de Dueñas (Capitán), D.
Juan Bacaro (Teniente), D. José de la Cruz y Cueto (Alférez), José Ponce de León
(Sargento). D. Martín de Dueñas había sido nombrado por haber sufragado 30 vestidos
79
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 16 de Mayo de 1708: “(...) añadiéndose lo
aniquilado de este vezindario por los repetidos e ynsufribles transitos de tropas y con el alojamiento de
dos compañías que a tenido de cuartel cuias sircunstancias lo an constituido en la mayor miseria (...)”.
80
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 21 de Julio de 1708: “Cádiz diez y siete de
julio de mil setezientos y ocho. El Capitán de Ynfantería del Regimiento de Carmona que se alla en la
villa de Marchena a la recluta no obstante la ultima orden que le fue y atendiendo a la representazion
que me a echo el Cavildo de ella por medio del Cavallero diputado D. Thomas de Paz, a quien e oydo
con gran gusto, luego que reciba esta se retirara y bendra a esta plaza con la jente de reemplazo que
la Villa tuviere promta quedando al cuidado de sus capitulares embiar aqui luego la demas que faltare
siendo lo primero la 3ra. Compañía estando en ynteligenzia que en su defecto pasaran dos de caballos
con orden de alojarse en sus mismas casas manteniendose en ellas asta que la Villa lo cumpla y los
diez y siete hombres que se la pidieron para el Regimiento de Malaga, no siendo por Reemplazo de
desertores sino por nuebo repartimiento que se le haze se le recibiran en quenta de lo que a de dar por
la tercera compañía lo cual ejecutara luego este oficial haziendo primero yntimar esta resolucion a la
misma Villa en su Cavildo para su puntual cumplimiento en la parte que le toca trayendo testimonio de
aberlo echo con yntenzion de ella (...)”.
140
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
completos, gasto que había ahorrado a la villa. Esta compañía se entregó completa y
vestida en octubre de 1708.
El reemplazo de deserciones por parte de Marchena es una tarea ardua y difícil.
Las reclamaciones fueron tan habituales que en ocasiones se dejaban de registrar en
los Cabildos, y el diputado de Guerra gestionaba por su cuenta el reclutamiento, envío
y remisión si el número de soldados no era considerable. Al menos eso se desprende
de una documentación variada, relativa a listados de nombres de desertores, gastos de
equipamiento y certificaciones de entrega, que se inserta en las actas pero inconexas
cronológicamente con la sesión en la que se encuadernaron.
En marzo de 1709, se tuvieron nuevas noticias de deserciones, en concreto en
la sesión del día 6 de dicho mes se conoció que del Regimiento había desertado 8
soldados, dos con vestidos y armas, y a Marchena se le reclamaba el reemplazo. El
Asistente dijo tener apresados dicho número en la cárcel y contar con la vestimenta.
Se acordó su remisión a la plaza de Cádiz81.
Tras seguir el Regimiento en campaña, las bajas continuaron. Ello motivó que
al año siguiente, la villa el 15 de abril (1710), acordará utilizar el apresamiento para
mandar otra remesa de soldados para las nuevas tropas del mismo.
Si no eran las bajas, resurgía el problema de las deserciones. A inicios de 1711,
en la sesión de 14 de enero, se dió lectura a un despacho del Asistente de Sevilla
ordenando que en 8 días se arrestaran 85 soldados desertores, 60 del Regimiento de
Carmona, 24 del Regimiento de Málaga, 1 del Nuevo Repartimiento de tropas. Se
acordó hacer 4 copias de las listas con los nombres de los desertores, para los dos
Alcaldes Ordinarios, el Alguacil Mayor y el Diputado de Guerra, que se encargarían
de apresarlos. Sin embargo esta tarea no tenía que ser nada fácil.
Un ejemplo de esta documentación es una relación firmada en Cádiz, el 13 de marzo de 1709, por
el Teniente Coronel del Regimiento de Carmona, D. José Pastor. “Relacion de los soldados que han
desertado de la Compañía de D. Martín de Dueñas una de las del Regimiento de Carmona. Ynclusos
en relacion antecedente. En dos de diziembre de 1708 desertó Pedro Fernández hijo de Pedro, calle
San Agustin y llevo casaca chupa, calzón, medias zapatos, dos camisas, dos corbatas y sombrero. En
dicho dia desertó Diego de Ríos, hijo del mismo, calle Guillermos que se llevó casaca chupa, calzón,
medias, zapatos, dos camisas, dos corbatas, sombrero y bridas. Después de la relación zitada. En dos
de febrero de 1709 desertó Francisco González hijo de Andrés de la Cuesta de Misericordia, que se
llevó casaca chupa, medias, zapatos, dos camisas, dos corbatas, sombrero y bridas. En nuebe de marzo
de 1709 desertó Bartolomé Moreno hijo de Miguel, calle Santa Clara i se llevo chupa, calzón, medias,
zapatos, dos camisas, dos corbatas, sombrero y bridas. Cádiz y marzo 13 de 1709. Joseph Pastor”. (A.
M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Documento suelto sin acta).
81
141
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
En la sesión de 27 de febrero se exponía que los Alguaciles sólo habían capturado
a cinco, pero que se tenía que buscar otra solución ante el enorme gasto que estaban
ocasionando dos capitanes y otros oficiales de los Regimientos de Carmona y Málaga.
Se acordó optar por reclutar un soldado de cada 20 vecinos del padrón. El asunto sin
embargo no estaba resuelto en mayo. En la sesión del día 8 las autoridades volvían
a reclamar el apresamiento de desertores o bien su reemplazo para el Regimiento de
Carmona, y como última solución, se quintarían a los mozos solteros y naturales, e
incluso si hacía falta a los casados de menos de tres años.
Al no registrarse sorteo en las actas, pensamos que para el reclutamiento de nuevo
se optaría por el apresamiento o el sistema de cuadrillas. Sólo se cumpliría en parte
con el envío de algunos soldados de reemplazo, cuando el 8 de mayo se libró 1657
reales de la conducción de soldados del Regimiento de Carmona y Málaga, pero de
nuevo se solicitaban el 5 de junio la entrega de otro grupo.
El Regimiento de Carmona se hallaba en Badajoz, según se expresa en la sesión
de 17 de marzo de 1712, cuando fue necesario de conducir tres nuevos soldados para
el mismo. Su inactividad tuvo que producirse a partir de ese año ya que no hay más
noticias del mismo, incluso en la sesión de 21 de enero de 1713 se hacía balance de
las aportaciones y los costes de las tres compañías para este Regimiento.
Años después el 29 de mayo de 1719, se recibía orden del Capitán General para
que la villa informara sobre el estado de las milicias, para lo cual se consultó el archivo
y se le iba a remitir información sobre el hecho que en mayo de 1711 se reclutaron 60
hombres, y que como oficiales sirvieron en el Regimiento de Carmona, D. Francisco
y D. Diego de Vargas, Capitanes, y Nicolás de Alfaro, Sargento. En ese año de 1719
se expresaba que no había ni oficiales ni armas de milicias.
4.5.- Contribuciones intermedias (1707-1709).
Al margen de la contribución al Regimiento de Carmona, Marchena a lo largo de
1707 tuvo que contribuir en distintas ocasiones con soldados para completar distintos
regimientos de infantería veteranos y provinciales:
a) Regimiento de D. Juan de Medina o Regimiento de Málaga.
A finales de diciembre de 1706, llegaron órdenes del Duque de Osuna para que
Marchena reclutara 8 soldados naturales y vecinos, para el Regimiento de Málaga.
En la sesión de 28 de diciembre se acordó realizar el sorteo en Cabildo abierto, en la
142
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
mañana del día siguiente miércoles, y se hizo en la cuadra el Cabildo, por ser “corto”
el sorteo: 8 vecinos a reclutar82.
Fijado el día 4 de enero de 1707 para que se presentaran en la plaza, sólo concurrió
uno de ellos, Francisco Hornillo, por lo cual se acordó proceder contra los padres de
los huídos, para embargarles sus bienes como era habitual en estos casos. Ante tal
hecho se acordó el día 10 de enero, completar el número con 6 presos que estaban
en la cárcel pública.
En la sesión del 30 de marzo, se recibió carta de D. Juan Antonio de Charril y
Vidarte Medina, Coronel del Regimiento de Málaga, anunciando haber recibido los
8 soldados, pero dos de ellos habían sido declarados inútiles: Juan González (hijo de
Andrés Rodríguez), y Bartolomé Enríquez (hijo de Pedro Enríquez). La villa acordó
sustituirlos y reemplazarlos por Pedro de Carmona y Juan de León, los cuáles serían
entregados en Cádiz. Ante las deserciones, la villa tuvo que restituir a un buen número
soldados, para lo cual vino a finales de septiembre D. Francisco de Salamanca,
Capitán de dicho Regimiento, con motivo de conducirlos a Ayamonte. A través de la
sesión de 26 de noviembre conocemos que seguía en la villa y además de 8 desertores
solicitaba otros 17 soldados, ya que si no se les entregaban, amenazaba con el hecho
que llegarían cabos militares a imponer y cobrar 50 ducados de pena, además de tener
que comparecer un Alcalde Ordinario y un Regidor ante las autoridades superiores83.
Los obstáculos iniciales desaparecieron y en la sesión de 9 de diciembre, se
acordaba remitir 25 mozos que se hallaban encarcelados para el Regimiento de Málaga,
siendo reconocidos por el Asistente y los Diputados de Guerra. Se les asistiría a cada
82
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 29 de Diciembre de 1706. Barrio de San
Sebastián: (1) Hidalgo, Francisco (C/ Sta. Clara). (2) Rueda, Diego de (C/ San Sebastián). (3)
Ruíz, Francisco (C/ Sta. Clara, próximo a casarse). En su lugar un hermano de Antonio Macho (C/
de Olmedo). (4) Sánchez, Francisco (C/ de Mendes, próximo a casarse). En su lugar Francisco de
Olmedo (C/ Guillermos). Barrio de San Juan: (5) Gordillo, Sebastián (C/ de Alcaudete). Barrio de
San Miguel: (6) Díaz, Juan (C/ Conejero, inútil), en su lugar Juan de Miguel (de más de 50 años),
sustituido también por Antonio de Alcalá (C/ San Miguel). (7) Morales, Diego de (C/ La Sintera) y (8)
Marcos, Juan (C/ La Cruz).
En la sesión de 26 de noviembre (1707), se acordó realizar las diligencias pertinentes a pesar de estar
el asunto recurrido, y se alegaba que al rey ya se le servía con 2 compañías vestidas (Regimiento de
Carmona), 16 soldados del Regimiento del Marqués de Casa Pabón, y 8 de reemplazo para el Regimiento
de Málaga, y que se le estaban pidiendo a la villa el reemplazo de 26 desertores del Regimiento de
Carmona, y formación de un 3ª Compañía: “(...) y dicha jente de que se han de componer estos servicios
ha de ser soltera y natural y se a experimentado la ymposibilidad de su contribuzion con los pocos
mozos que de esta calidad se allan como por la fuga que han echo, aun a bista de tener aprisionados
a sus padres (...)”.
83
143
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
soldado con 1 real cada día para que pudiera mantenerse en el período de espera hasta
que se incorporara a él. La orden de remisión se dio en la sesión del 22 de diciembre,
y el destino era Paymogo (Huelva), donde se encontraba dicho Regimiento; aunque
no se tuvo que llevar a cabo ya que en la sesión de 4 de febrero de 1708 aún se le
reclamaba su envío.
En marzo de 1708 parece que se cumplió con el envío de los 25 soldados al
Regimiento de Málaga, lo cual le costó a la villa 1.941 reales, aunque en julio el Duque
de Osuna terminó como hemos visto por relevar a la villa del continuo reemplazo de
desertores para este regimiento. En esos instantes estaba el Capitán D. Francisco de
Salamanca intentando reclutar a otros 11 hombres, por lo cual se acordó enseñarle la
orden del Capitán General para que desistiera y se marchara.
Este perdón temporal del Duque se esfumó en 1709, en la sesión de 6 marzo de
este año, de nuevo por orden del Duque de Osuna se le reclamaba el reemplazo de 7
desertores para el Regimiento de Málaga, que debían de remitirse a Cádiz. En la sesión
de 16 de julio se le libró al mesonero Isidro de Rojas, el dinero por el alojamiento del
Capitán D. Alfonso de Palma y un cabo de este Regimiento, su estancia de 11 días se
había producido para reemplazar otros 2 soldados84.
En enero y febrero de 1711 de nuevo se reclamaban 24 soldados para este
Regimiento, lo cual abordaremos más adelante.
b) Regimiento del Marqués de Casa Pabón o de Jerez.
La contribución de Marchena a este Regimiento también estuvo salpicada de
inconvenientes. En la sesión de 28 de marzo de 1707, se recibieron órdenes para
contribuir a la sustitución de los veteranos de quintas del Regimiento de Infantería
del Coronel Marqués de Casa Pabón con 12 soldados vecinos y naturales. Debían
ser conducidos a Salamanca, percibiendo 2 reales de vellón cada día. La villa acordó
gestionar el relevo de esta contribución, aludiendo a que sería imposible formar las
3 compañías (del Regimiento de Carmona), más los 8 soldados con los que sirvió
para el reemplazo de los Regimientos de infantería veteranos y provinciales. Las
gestiones dieron sus frutos y en la sesión de 12 de abril se comunicaba el relevo de
esta contribución.
84
“Relacion de los desertores que la Villa de Marchena deve reemplazar al Reximiento de Infanteria
de Málaga de que es Coronel D. Juan de Medina como tanvien de los que sean muerto y desechado.
Alonso Mallorca. Luis Ramírez. Pedro Barrera. Luis Martin. Juan Atacador. Diego Barrera le sacó
el reximiento de Carmona por ser suyo. Pedro de Luque. Hijo de Mateo, le sacó el mismo reximiento
de Carmona por ser suio”. (Fuente: A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Documento suelto
acompañando carta del Duque de Osuna, su fecha en El Arahal a 31 de enero de 1709).
144
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
Sin embargo en la sesión de 26 de agosto, de nuevo se le reclamaba a Marchena,
una nueva contribución, esta vez de 16 soldados para completar el Regimiento del
Marqués de Casa Pabón. Los argumentos para solicitar el relevo se basaban ahora en
el hecho que se estaba formando la 3ª Compañía del Regimiento de Carmona, y el
esfuerzo realizado meses atrás85.
En la sesión de 29 de agosto se acordó remitir al Regimiento del Marqués de Casa
Pabón, los 16 soldados solicitados, pero reuniéndolos de los desertores apresados y de
la demasía de hombres sorteados el 3 de mayo para las compañías (Reg. de Carmona).
A fines de marzo de 1708, se gestionó una nueva leva de 15 soldados para el
Regimiento del Marqués de Casa Pabón o Regimiento de Jerez. Se recurrió de nuevo
al apresamiento como fórmula más práctica y ágil. En la sesión de 26 de marzo se
acordó enviarlos a Sevilla.
Pero la hilera de contribuciones seguía, en la sesión del 27 de abril de 1708
llegaba carta del Asistente de Sevilla, solicitando 6 soldados para las Guardias de Su
Majestad y otros 5 soldados para reemplazar a desertores del Regimiento de Jerez.
Los 6 Guardias aún era una contribución por cumplir del año anterior86.
Si las justicias no cumplían con las órdenes, serían encarcelados un Alcalde y un
Regidor, embargándose sus bienes. Por esta razón ahora se eligió una nueva fórmula
también práctica y ágil, formar cuadrillas entre el vecindario, encomendándosele
a cada una encontrar en el plazo de 24 horas, un soltero capaz para el manejo de
las armas, teniendo cada una que socorrer y vestir al soldado. Si no lo conseguían
se procedería contra los bienes de los integrantes de las cuadrillas sus personas y
bienes. En las actas se recogen la formación de un total de 10 cuadrillas atendiendo a
las calles (San Sebastián, Bolaños, Purgatorio, La Cruz y Quemada, Plaza de Abajo,
Jamarilla, Barranco, San Juan y Santa Clara), cada una compuesta por una media de
22 o 23 compañeros87.
85
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Sesión de 26 de agosto de 1708: “(…) oy se halla esta
villa con mucho mas ahogo que entonces por aver despachado dos compañías y que aunque se ha
hecho (...) extorsiones a padres y parientes de soldados sorteados para que pareciesen, no ha surtido
efecto en rigor por su mucha pobreza y otros impedimentos (...)”.
86
La orden de la contribución de 6 soldados para las Guardias de S. M. llegaron en la sesión de 7 de
mayo de 1707, mediante carta remitida por el Duque de Osuna. Como curiosidad podemos decir que
se pedía que estos soldados debían mediar al menos 2 varas y tener 4 dedos.
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Acta de 27 de Abril de 1708. Las cuadrillas citadas eran:
1ª Cuadrilla, de Diego Vázquez (atahonero), y Francisco Gil, calle San Sebastián con 23 compañeros.
2ª Cuadrilla, de Juan de Albarrán y Juan de Vega, calle Bolaños con 22 compañeros. 3ª Cuadrilla, de
Sebastián Caro y Luis Jiménez Carranza, calle Purgatorio con 23 compañeros. 4ª Cuadrilla de José
87
145
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
En la sesión del 19 de julio de 1708, se supo que D. Pedro del Barrio, Sargento
Mayor del Regimiento de Casa Pabón, estaba en la villa para reemplazar 15 desertores,
ocho vestidos y un arma. Se prendió a José Ruiz, desertor, se le quitó su vestido y se
le embargó un caballo que fue vendido en 600 reales al mismo Sargento, para pagar el
valor de dicho vestido. Su madre María de Jesús ganaría provisión de la Chancillería
de Granada para que se le entregara el caballo o el valor de 835 reales vellón, y el
Cabildo se los tuvo que pagar.
A finales de año, el 5 de diciembre de 1708, llegaba una nueva orden sobre el
reemplazo de otros 7 soldados para el Regimiento de Jerez y 3 al de Guardias de Su
Majestad. A partir de aquí no se tienen más noticias del reemplazo a este Regimiento.
4.6.- Últimas contribuciones.
4.6.1.- Año 1709.
Al Cabildo de Marchena al margen de las contribuciones habituales a los
Regimientos de Carmona y Málaga, no llegaron más órdenes con solicitudes
importantes hasta el año 1711, aunque ante hay que citar otra petición recibida en la
sesión del 9 de julio de 1709.
Esta vez se le exigía a Marchena soldados para los batallones de Aragón y
Valencia, que se habían aumentado en 20 batallones. Se le repartía a Marchena 15
soldados. Las gestiones ante el Asistente de Sevilla tenían que incidir en lo castigado
que se hallaba el vecindario ante tantas contribuciones (3 compañías del Regimiento
de Carmona, 25 soldados al Regimiento de Málaga, 16 al de Jerez y los 6 guardas de
Su Majestad). Se le expresaba lo “aniquilado” que había quedado el vecindario por
la grave epidemia que se había padecido, y que por ello existían dificultades para la
recogida de cereales ante la falta de trabajadores. Estos argumentos hicieron efecto,
ya que de esta contribución no existen más noticias.
A finales de año en la sesión de 2 de diciembre (1709), llegaron órdenes para
reclutar 40 soldados para el aumento de tropas. El asunto no se volvió a tratar por
tanto posiblemente no se contribuyó.
Sánchez y Bartolomé Enríquez, calle La Cruz y calle Quemada con 22 compañeros. 5ª Cuadrilla de
Pedro Garrido y Juan Rodríguez Chillón, Plaza de Abajo con 24 compañeros. 6ª Cuadrilla de Andrés
Pérez y Bartolomé Vázquez Ferrón, calle Jamarilla con 22 compañeros. 7ª Cuadrilla de Luis de Mora
y Jerónimo de Porras, calle Barranco, con 22 compañeros. 8ª Cuadrilla de Francisco Ortíz y Sebastián
de Carmona, calle San Juan con 22 compañeros. 9ª Cuadrilla de Sebastián Baena y José Miranda, calle
de San Sebastián, 22 compañeros. 10ª Cuadrilla de Miguel de Vega y Antonio Mondragón, calle Santa
Clara, 22 compañeros.
146
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
4.6.2.- Año 1711.
En enero y febrero de 1711 como ya vimos se hallaban otra vez oficiales del
mismo Regimiento intentando reemplazar a 24 soldados desertores, no sabemos si
el servicio se rebajó, pero sin duda se reclutaron un buen número. En la sesión de 8
de mayo se libraba 1657 reales de la conducción de soldados a los Regimientos de
Carmona y Málaga, y en la de 21 de mayo se libraba 105 reales a Manuel de Vallejo
por la manutención de los soldados remitidos a este Regimiento, al cual no se le
contribuyó más.
En abril de 1711, D. Juan Francisco Manrique y Arana, nuevo Capitán General,
solicitaría a la villa la puesta en marcha de las compañías de milicias, con armas y
oficiales. La orden era reclutar a la mitad de la gente “más ágil y capaz”, teniendo
que reunirse en el Puerto de Santa María con la de otros pueblos. El reclutamiento
obligatorio exigido se hacía extensivo a las localidades de Trebujena, Arcos, Medina
Sidonia, Bornos, Villamartín, Morón, Arahal, Marchena, Puebla de Cazalla y Osuna.
En mayo de nuevo solicitaba cumplir su orden y recordaba que cada villa debía costear
15 días de marcha88.
El Cabildo ante la necesidad de cumplir con esta orden y teniendo que seguir
reemplazando los contingentes del Regimiento de Carmona, realizó un sorteo, que
se empezó a preparar en las sesiones de 28 de mayo y 12 de junio, aunque se hizo
efectivo en la del día 13 de junio (1711). Se sortearon 80 soldados de entre un total
de 481 vecinos, aunque no sabemos si finalmente se encaminaron al Puerto de Santa
María y si este fue su destino definitivo.
Con motivo de estar ya la guerra en sus últimos coletazos, y centrada en el frente
de Cataluña, en agosto de 1711 se hacía nuevo repartimiento al Reino de Sevilla de
un total de 640 hombres de nueva leva para la infantería89.
A Marchena en el reparto le tocaban 14 hombres, según reparto realizado por la
Contaduría de la Superintendencia General. El Cabildo acordó quintarlos por sorteo a
realizar entre los mozos solteros, y si no los hubiera entre los casados, “los que menos
falta hagan y que sean hábiles de edad, estatura, y disposición para el manejo de las
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 11. Actas de 10 de Abril de 1711 y 28 de Mayo de 1711.
88
A. M. Marchena. Actas Capitulares. Libro 12. Acta de 29 de Agosto de 1711. En esta sesión llegó
carta del Cabildo de Sevilla expresando órdenes de Su Majestad, con las órdenes de quintar de nuevo
“(...) siete mil hombres para reclutar la infantería de los ejercitos de España previniendo sea con
toda ygualdad, equidad y justificazion para que pueda lograr el alivio de sus vasallos por medio del
grabisimo esfuerzo que quiere hazer para arrojar sus enemigos de Cataluña”.
89
147
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
armas”. La orden era que debían de estar en Sevilla el próximo día 15 de septiembre.
Ese mes el Capitán General, también solicitaba soldados de nuevo reclutamiento a
Marchena para los Regimientos de Granada, Antequera, Utrera, Estepa y Málaga. La
orden no parece que se cumpliera ya que no hubo sorteo. Al final de la década se le
solicitaría en enero y abril de 1718, la leva de 14 y 8 hombres respectivamente.
4.7.- Las milicias de Marchena y el nuevo Regimiento de Écija-Carmona (1734).
El Regimiento de Carmona surgido del reglamento de febrero de 1704, tras
la Guerra de Sucesión tuvo que remodelarse y organizarse. En el año 1734 éste
Regimiento contaba con 700 soldados aportados por los lugares de su partido de
milicias, de la siguiente forma: Carmona 200, Osuna y sus aldeas 150, Marchena
150, Fuentes 50, Lora del Río 50, Campana 35, Tocina 25, Alcolea 25 y Villanueva
del Río 15 soldados90.
Ese año 1734 se dicta una nueva Real Ordenanza sobre formación de milicias, la
cual establecía la formación de 33 Regimientos de milicias. Uno de ellos sería formado
por Écija y Carmona, aportando la mitad de soldados del mismo, completándose con
otros lugares del partido de milicias, como Osuna, Fuentes, Marchena y Lora del Río.
El Regimiento tendría como cuartel-asamblea la ciudad de Écija91.
De ambas ciudades tendría que salir el Coronel y el Teniente Coronel, así como
otros oficiales. El diseño inicial era el siguiente:
Establecimiento de un Regimiento de milicias, siendo su cuartel-asamblea la ciudad de Écija.
Nota: “Que entre las dos Ciudades de Ezija y Carmona se a de sortear a quien toca nombrar
Coronel y la que perdiere lo ejecutara de Theniente Coronel como dize la ordenanza”.
Legua de
distancia
al cuartel
Localidad
Coronel
Tte.
Coronel
Écija
1
0
2
2
2
200
0
Carmona
0
1
2
1
1
150
8
Osuna
0
0
2
1
1
150
4
Capitanes
Tenientes
Alfereces
Soldados
90
A. M. Carmona. Legajo 568. Expediente. “Autos sobre la Formazion del Regimiento de Milicias”
(1734), 122 folios.
91
La Ordenanza de 1734 estuvo vigente hasta la Ordenanza publicada el 18 de Noviembre de 1766, que
reformó de nuevo el sistema de Milicias Provinciales.
148
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
Lora del
Río
0
0
0
1
1
50
6
Fuentes
0
0
0
1
1
50
5
Marchena
0
0
1
1
1
100
5
Totales
1
1
7
7
7
700
En un principio a Marchena le correspondía nombrar 1 Capitán, 1 Teniente
y 1 Alférez y levar 100 soldados. El reclutamiento fue un proceso lentísimo, que
se desarrolló durante todo el año 1734 e inicios de 1735. El diseño original fue
derivando en ajustes y recortes que terminó estableciendo un Regimiento constituido
por 7 compañías y 456 soldados, siendo nombrado D. Juan Francisco de Castro su
Coronel y D. Alonso Gutiérrez de Armijo su Teniente Coronel. Marchena terminó
contribuyendo con 58 soldados a la 3ª compañía y a la 7ª compañía, pero esta vez
compartiendo sus 57 soldados con la villa de Osuna. Vid. Cuadro nº 3.- Cuadro de
mando del Regimiento de Carmona (1735).
5.- El reinado de Fernando VI (1746-1759).
Haría falta un estudio más profundo y preciso, para mantener un estudio
cronológico y lineal sobre las milicias de Marchena. Sin embargo contamos con el
obstáculo que no se conserva el Libro de Acuerdos del Cabildo de Marchena entre
1740 y 1756. A falta de esta fuente contamos con otras, una de ellas es el Libro 1074,
el Libro de Quintas del período 1751-1799. (Vid. Cuadro nº 4.- Inventario del Libro
1074. Libro de Quintas, 1751-1799; Archivo Municipal de Marchena).
El Cabildo de Marchena continuaba con la obligación de relevar y completar
su cupo de soldados milicianos al Regimiento de Carmona / Écija, ante cualquier
incidencia que pudiera acontecer (muerte, deserción u otro motivo). En septiembre de
1751, D. Alonso Gutiérrez de Armijo era el Coronel de ese Regimiento de Carmona,
D. Tomas Romera Calderón su Teniente Coronel y D. Antonio Cejudo su Sargento
Mayor.
En esa fecha faltaban varios soldados de la dotación de Marchena: Fco. Javier
Moro, fallecido en agosto de ese año, Miguel de Utrera preso, Esteban Martín Agustín
Granados y José Concosero, desaparecidos.
Este relevo y nueva leva de 5 soldados nos puede servir de ejemplo de la
documentación que nos ofrece el Libro de Quintas. Sería muy laborioso desgranar
149
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
estos pequeños relevos de unos pocos soldados, que en muchos casos no superan la
decena, que se suceden cada pocos años en las décadas de 1750 y 1760.
Para terminar lo único que queremos resaltar es el valor de esta fuente para el
conocimiento del callejero y profesiones del Barrio de San Juan, San Sebastián y
San Miguel. Además nos ofrece listados nominales de vecinos solteros que entraban
en sorteo y un listado interesantísimo de los soldados que conformaba la milicia de
Marchena en el año 1754. (Vid. Cuadro 5.- Relación de los soldados milicianos de la
villa de Marchena, a 8 de febrero de 1754. Fuente: Archivo Municipal de Marchena.
Libro 1074. Libro de Quintas, años 1751-1799).
En los últimos años se han realizado distintos trabajos sobre la temática que
hemos abordado en el presente trabajo. Recomendamos la consulta del estudio del
profesor Andújar Castillo titulado “El peso de la guerra- Factores de conflictividad en
la Andalucía Barroca”, en el cual da a conocer las últimas tendencias de investigación
y las novedades bibliográficas92.
”El peso de la guerra. Factores de conflictividad en la Andalucía Barroca”, en López-Guadalupe,
Miguel Luis; Iglesias Rodríguez, Juan José (coord.): Realidades conflictivas. Andalucía y América en
la España del Barroco, Sevilla, 2012, pp. 195-209.
92
150
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
6.- Anexos.
6.1.- Gráficos.
Gráfico nº 1.- Número de sesiones capitulares de Marchena y Morón de la Frontera
(1701-1713).
Gráfico nº 2.- Número de asuntos relacionados con la Guerra de Sucesión. Cabildo
de Marchena (1701-1713).
151
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Gráfico nº 3.- Distribución por barrios de los varones sorteados para el Regimiento
de Milicias. Marchena, 1751, 1753 y 1756.
Gráfico nº 4.- Reclutamientos en la villa de Marchena (1697-1734).
152
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
6.2.- Imágenes.
Imagen 01.- Vista parcial de las murallas de Ceuta.
Las milicias de Marchena estuvieron destinadas allí entre 1697 y 1698.
Imagen 02.- Puerta Tierra, Cádiz.
Las milicias de Marchena estuvieron destinadas en Cádiz,
desde julio de 1705 hasta enero de 1707
153
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Imagen nº 03.- Dragones de Osuna.
Por Emilio Martín Ferrer. Fuente: Contraportada de la revista, Researching &
Dragona, vol. VII, nº 17 (agosto de 2002)
154
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
6.3.- Cuadros.
Cuadro nº 1.- Tránsitos, alojamientos y acuartelamiento de soldados en Marchena
(1701-1757).
Nº
Concepto
Unidades militares
Ampliación
25 de mayo
de 1701
T/A
Paso por la villa un trozo de
caballería con 5 compañías,
con destino a Cádiz y otros
lugares.
Castañeda “amenazaba”
que la pena de no atender
su alojamiento ascendería a
200 ducados.
01
22 de marzo
de 1706
T/A
Soldados del Regimiento del
Coronel Luis Galindo.
02
30 de
septiembre
de 1706
T/A
Gasto de del tránsito de 2
Regimientos de Caballerías
y de 5 Compañías (1 del
Regimiento de Arcos y 4 del
Regimiento de Jerez).
03
5 de
diciembre
de 1708
T/A
Tránsito de soldados del
Regimiento de Paterna
(caballería): 446 reales.
04
19 de julio
de 1709
T/A
3 compañías del Regimiento de
Vicente Raya que llegaron a las
7 de la mañana.
Alojamiento
Juan de Rojas, mesonero del
mesón de los Caballeros,
solicita los gastos del
alojamiento del Capitán D.
Francisco de Salamanca y
otros oficiales durante 27 días
hasta que se fueron con los
25 hombres repartidos para el
Regimiento de Málaga.
05
Fecha
8 de marzo
de 1708
1.463 reales (se compraron
132 fanegas y 3 almudes de
cebada)
Solicitó 1355 que se
moderaron a 1000 reales.
155
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
06
21 de julio
de 1708
07
15 de abril
de 1710
08
11 de
noviembre
de 1710
09
10
156
10 de
noviembre
de 1710
27 de
febrero de
1711
Apresamiento
T/A
28 días
T/A
T/A
T/A
Orden del Asistente de Sevilla
(16 de julio), para que se
remitan a Cádiz los 100
prisioneros portugueses que en
1707 se remitieron a Marchena,
prisioneros en la Plaza de Serpa.
70 caballos de S. M. que
pasaron por esta villa: “(…)
alojadas dos compañías de
cavallos del Regimiento de (...)
dando berde veinte y ocho dias
abian ymportado las azas que
de arcazel se compraron con
el gasto de los operarios que
lo segaban y bestias en que se
conducia el berde al quartel
tres mil ziento y treinta y zinco
reales (...)” (13 r/v).
Caballos del Regimiento de
Cuantiosos que transitaron
hacia Córdoba.
2 Compañías y media
de caballos del Cuarto
Escuadrón del Regimiento de
Granada nuevo.
Soldados del Regimiento de la
Corona.
La orden viene del Capitán
General, “(...) y oida por
la villa acordo se rompa
bando para que los vezinos
de esta villa que tuvieren
en su poder los portugueses
que se la repartieron los y
se remitan a la Ziudad de
Cádiz como se manda por
dicho Capitán General”.
79,5 reales de 9 fanegas de
cebada. Pago adelantado por
Cristóbal Riquel, antes vº de
Fuentes.
183 reales de 12 fanegas
de cebada + 180 reales de
12 fanegas de cebada +
90 reales de vellón, de 6
fanegas de cebada (pagos)
Lorenzo de San Pedro,
solicita 100 reales de vellón
de 10 fanegas de cebada
que entregó por orden del
Asistente para las 2 cías y
media.
Gastos solicitados por el
mesonero Isidro de Rojas.
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
11
8 de mayo
de 1711
12
4 de junio
de 1712
13
4 de junio
de 1712
14
15
24 de
febrero de
1712
7 de enero,
21 de abril,
27 de junio
de 1713
T/A
Tres compañías del
Regimiento de Granada y
de Dragones del Conde de
Pezuela.
Gasto de 6.249 reales
pagados por el alojamiento
de tres compañías del
Regimiento de Granada y
de Dragones del Conde de
Pezuela, de los cuáles los
vecinos han pagado 1130
reales. Se acuerda que
el resto se paguen de los
propios.
T/A
8 soldados de caballería al
mando del Teniente D. Juan
de Ugalde.
Coste: 1227 reales.
T/A
Tres compañías del Capitán
Ceballos.
Se unieron a otras
acuarteladas, iban a Jerez.
El alojamiento costó 318
reales.
Acuartelamiento
“el vezindario de esta Villa
se halla sumamente pobre
con el continuo y dilatado
quartel de quatro Compañias y
media de Dragones, transito y
repartimiento”.
El 17 de marzo el Cabildo
acordaba costear 400 reales
de gastos de acuartelamiento
“para aliviar los vezinos
por la suma estrechez y
pobreza en que se hallan
por lo mucho que han
contribuido”.
Alojamiento /
Acuartelamiento
3 compañías de caballos del
Regimiento del Brigadier
Marqués de Pozoblanco, “con
la obligazion de darles solo el
fin de cubierto, que consiste en
camas y casas para quartel sin
otra cosa y (...) que los oficiales
y demas cabos se acuartelen
en casa de los vecinos mas
acomodados por el termino”.
Su alojamiento (camas,
aceite, leña) costaría 7061
reales, de los cuales los
vecinos aportaron 1628
reales (21-4-1713).
157
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Tienen permiso del
Superintendente para poder
permanecer en la villa y su
término municipal, durante
20 días.
16
17 de abril
de 1717
Acuartelamiento
1 compañía de caballos del
Regimiento de Zayas, con el
capitán D. Manuel de Leyton al
frente de la misma.
17
14 de
agosto de
1720
Acuartelamiento
Dos compañías del Regimiento
de Montesa.
Acuarteladas en el Mesón
de la Fruta y en el Mesón de
los Caballeros.
18
14 de
agosto de
1720
Acuartelamiento
Regimiento de caballería de
Órdenes.
Se hacen pagos en especie a
su Coronel.
19
25 de enero
de 1723
Acuartelamiento
1 compañía del Regimiento del
Algarbe.
20
12 de julio
de 1723
Acuartelamiento
Caballos del Regimiento de
Dragones de Pavía
Pago a Fernando Mir
(antiguo Asistente), del
valor de 1400 arrobas
de paja que dio para los
caballos del Regimiento de
Dragones de Pavía.
21
4 de julio
de 1757 (f.
133)
Acuartelamiento
Escuadrón del Regimiento de
caballería de Sevilla
Carta de Juan de Villalba y
Angulo, Capitán General
de Andalucía (Pto. Sta.
María, 20 junio). Notifica
a inicios del mes de julio
tiene que salir de la villa un
escuadrón del Regimiento
de caballería de Sevilla que
estaba acuartelado, siendo
sustituido por otro del
Regimiento de Extremadura.
22
4 de julio
de 1757 (f.
133)
Acuartelamiento
Escuadrón del Regimiento de
Extremadura (caballería)
Idem
158
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
Cuadro nº 2.- Reclutamientos en la villa de Marchena (1697-1734).
Nº
Fecha
Concepto
Aportación
Nº
Ampliación
01
12 de
febrero de
1697
Reclutamiento
12 soldados para el Ejército
de Cataluña.
12
Orden del Asistente de
Sevilla.
02
Marzo
– Junio
1697
Reclutamiento
(milicias)
65
Destino: Presidio de
Ceuta, años 1696-1697.
03
26 de
agosto de
1702
Reclutamiento
(milicias)
60
Leva iniciada con
motivo del ataque
anglo-holandés a la
costa de Cádiz (agostoseptiembre de 1702)
8
Cada villa debía
contribuir con un soltero
por cada 100 vecinos
(1 %).
04
05
06
07
15 de
abril
de 1703
65 soldados. Capitán: D.
Francisco de Cifontes.
60 soldados. Destino
inicial: costa gaditana.
Capitán: D. Isidoro de
Ahumada.
Reclutamiento
8 soldados.
29 de
junio de
1705
Reclutamiento
(milicias)
60 soldados milicianos.
Capitán: D. Isidoro de
Ahumada.
60
Desde julio de 1705
hasta enero de 1707
estuvieron destinados en
la plaza de Cádiz.
6 y 22
de febrero
de 1706
Reclutamiento
25 soldados: 14 eran
naturales, 6 no lo eran y los
otros 5 eran residentes.
25
Destino: Cádiz.
Reclutamiento
– caballería
10 soldados montados y
equipados
10
Se conservan sus
nombres, descripciones
y naturaleza. Destino:
Castilla.
7 de julio
de 1706
159
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
08
09
10
11
12
160
29 de
diciembre
de 1706
22 de
febrero de
1707
28 de
marzo
de 1707
26 de
agosto
de 1707
26 de
noviembre
de 1707 y
7 de enero
de 1708
Reclutamiento
8 soldados naturales
y vecinos, para el
Regimiento de Málaga. (Su
coronel: D. Juan Antonio
de Charril y Vidarte).
Reclutamiento
(milicias)
3 compañías para el
Regimiento de milicias de
Carmona. (Carmona levó
6, Estepa 2, Paradas 1).
Reclutamiento
Reclutamiento
Reclutamiento
12 soldados para
reemplazar a otros del
Regimiento de Infantería
del Coronel Marqués de
Casa Pabón (Reg. de Jerez)
16 soldados para completar
el Regimiento del Marqués
de Casa Pabón (Reg. de
Jerez).
17 soldados repartidos para
el Regimiento de Málaga,
junto con 8 desertores
dentro de 6 días. En enero
se pide 1 soldado que ha
desertado con su vestido,
para el Regimiento del
Marqués de Casa Pabón
8
En septiembre y octubre
de 1707, se vuelve a
“reclutar” 7, ya que han
desertado.
150
Servicio en la zona
serrana de Huelva:
frontera hispanoportuguesa.
12
Contribución anulada
por el Asistente de
Sevilla, 12 de abril
de 1707. En teoría:
debían ser conducidos a
Salamanca, percibiendo
2 reales de vellón cada
día.
16
Fueron reunidos de los
desertores apresados
y de la demasía de
hombres sorteados
el 3 de mayo para
las compañías (Reg.
Carmona).
26
25 mozos fueron
encarcelados para el
Regimiento de Málaga
(9 de diciembre
de 1707). Destino:
Paymogo (Huelva).
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
13
24 de
marzo de
1708
14
19 de
Julio 1708
15
5 de
diciembre
de 1708
16
17
Reclutamiento
6 soldados para las
Guardias de Su Majestad
y otros 15 soldados para
reemplazar a desertores del
Regimiento de Jerez.
21
Dentro de 4 días se
debían aportar 15
soldados que desertaron
del Regimiento de Jerez
y enviarse en Sevilla
con el importe de 8
vestidos y 1 arma (de
desertores). Para los
15 soldados (Jerez)
se apresaron mozos
solteros y naturales.
Se enviarían a Sevilla,
tras el reconocimiento
del Asistente y los
diputados de guerra (26
de marzo).
El Sargento Mayor
del Regimiento de
Casa Pabón, D.
Pedro del Barrio,
vino para reemplazar
15 desertores, ocho
vestidos y un arma. 19
de julio de 1708.
Reclutamiento
15 soldados para el
Regimiento del Marqués de
Casa Pabón.
15
Reclutamiento
Orden del Asistente
de Sevilla, sobre el
reemplazo de 7 soldados al
Regimiento de Jerez, 3 al
de Guardias de S. M.
10
9 de julio
de 1709
Reclutamiento
15 soldados para los
batallones de Aragón y
Valencia.
15
Ante la crisis de 17081709, posiblemente los
intentos del relevo de
este servicio, dieron
frutos y no se realizó la
leva.
Enero y
febrero de
1711
Reclutamiento
24 soldados para el
Regimiento de Málaga.
24
Desconocemos si se
rebajó el servicio a
menos soldados.
161
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
18
19
162
Abril y
Junio de
1711
Reclutamiento
(milicias)
60 soldados milicianos
60
1734
Reclutamiento
(milicias)
100 soldados milicianos.
Se integraban en el
Regimiento de Carmona/
Écija.
100
Destino: Puerto de Santa
María.
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
Cuadro nº 3.- Cuadro de mando del Regimiento de Carmona (1735).
“Relazion y estado de la formazion de el Reximiento de ynfanteria de Milizias de Carmona, de
el que es Coronel D. Juan Francisco de Castro, echa en treinta y uno de Mayo de el presente
año, en que se notan los ofiziales, sarxentos, tambores y cavos que se hallaron presentes en dicha
formazion (...) y los soldados rezividos y aprovados, por el Comisario de Guerra, D. Joseph
Leonardo Lequiur, y satisfechos de prestt, y pan, por los seis días de la primera asamblea, sobre
cuio pie de soldados se formó cada compañía y el todo de el Reximiento en la forma siguiente”.
PLANA MAYOR: Coronel: D. Juan Francisco de Castro ; Teniente Coronel: D. Alonso Gutiérrez de Armijo;
Sargento Mayor: Vacante; Ayudante: D . Fernando de Tapia; Otro: D. José Padrerna.
Coronel
Capitán
Teniente
Teniente
Coronel
3ª
4ª
5ª
6ª
7ª
Castro,
Gutiérrez
D. Juan
de Armijo, Gutiérrez
Figueroa, Araoz y Arjona, D.
Francisco
Romera, D.
D. Alonso de Armijo,
D. Gómez Sirman, D. Francisco --de
Tomás
(Tte.
D. Antonio
de
Ignacio
de
(Coronel)
Coronel)
Gutiérrez de
García
Jiménez Tamayo y
Leiba, D. Berrugo,
Camuñez,
Armijo, D.
Jinete, D.
del Hierro, Oliva, D.
Ignacio de D. Antonio
D. Juan
Francisco
Diego
D. Ignacio
Juan
Carmona
Pereda Álvarez de
Villalobos, León, D.
Gómez
Tamariz,
Delgado, Arguijo,
Subteniente Vacante D. Manuel Cristóbal
Carbonel,
D. Miguel
D.
D.
de
de
D. Juan
de
Bartolomé Antonio
Guzmán,
Villa, Juan Peligro,
Martín,
Luque,
Sargento Igual, Juan Francisco
Vacante
de
Francisco Domingo Francisco
Félix de
Mayor,
Gallego,
González, Andrade,
Flores,
Tambor
Mario
José, Pedro Díaz, Juan
Juan
Ignacio
José
Manuel de
Antonio
Antonio
Cruz,
Ronda,
Santiago,
Barranco, Rondón,
Díaz,
Martín,
Cabo
Francisco
Francisco
Felipe de
Benito
Domingo
Manuel
Andrés
de la
José de
Sotelo,
Madrid,
Jiménez,
Herrera, Lorenzo,
Cabo
Manuel
Francisco
----Juan
Agustín de Diego
Francisco
de
Campana;
Tocina;
Lora;
Osuna ;
Lugares
Carmona Carmona Marchena
Osuna
Alcolea;
Fuentes
Marchena
Villanueva
del Río
Soldados
Total
69
69
58
76
58
69
57
---
---
-------
---
---
456
163
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
Cuadro nº 4.- Inventario del Libro 1074. Libro de Quintas, 1751-1799
(Archivo Municipal de Marchena).
Documento
Nº
Folios
Años
Contenido
01
44
1751
Milicias para el sorteo de 5 hombres. Regimiento de Carmona.
1753
Autos hechos por los Sres. Alcalde Ordinarios de esta villa de
Marchena para el reemplazo de diferentes soldados milicianos
de la dotación de esta villa correspondiente a la demarcación
del Regimiento de la Ciudad de Carmona.
1756
Autos hechos para el sorteo de 2 soldados milicianos de la
dotación desta villa para el reemplazo de Francisco Gómez
Cárdenas y Juan de Almodóvar retirados con licencia por hacer
servido 12 años de ordenanza.
02
03
133
04
70
1759
Autos de alistamiento formados de mandato de los señores
Alcaldes Ordinarios de esta villa en virtud de orden de D.
Tomás de la Romera Calderón para el sorteo que se ha de
celebrar el 22 de abril.
05
20
1760
Autos formados para el sorteo de un soldado miliciano
sustituto en lugar de Tomás Vázquez enfermo.
06
37
1760
Autos de alistamientos formados de mandato de los señores
Alcalde Ordinarios de esta villa en virtud de orden de D. Tomás
de la Romera Calderón de la Barca par el sorteo que se ha de
celebrar el 27 de enero de 1760.
07
20
1760
Autos Formados para el sorteo de soldados milicianos
sustitutos que sea de celebrar el día 3 de mayo de dicho año
de 1760.
1760
Autos de alistamientos formados de mandato de los señores
Alcaldes Ordinarios de esta villa de Marchena en virtud de
orden del señor D. Tomás de Romera Calderón para el sorteo
que se ha de celebrar el 27 de abril de 1760.
08
164
185
33
La pesada carga de la guerra. Milicias, reclutamientos y alojamientos de tropas...
Cuadro 5.- Relación de los soldados milicianos de la villa de Marchena, a 8 de
febrero de 1754. Fuente: Archivo Municipal de Marchena. Libro 1074. Libro
de Quintas, años 1751-1799
Nº
Nombre
Cargo
Estado/
Familia
Profesión
Calle
Militar,
Capitán del
Regimiento
de Guadix
Del Pósito
---
San Sebastián
01
D. Manuel Antolinez
Capitán
Soltero, sin
familia
02
D. Luis Hurtado
1er.
Teniente
Soltero, sin
familia
03
D. José Montiel de Paz
Ponce de León
Soltero sin
familia
---
Montiel
04
Francisco Hidalgo
Casado
Campesino
Harina
05
Antonio de Carmona
2º
Teniente
Cabo de
escuadra
Cabo de
escuadra
Casado
Lanero
La Cuna
06
Antonio Romero Vilorio
Soldado
Casado
Arriero
Hornilla
07
Miguel Bazán
Soldado
Casado
Albañil
Huéscar
08
Manuel Crespo
Soldado
Soltero
Campesino
Torres Caídas.
09
Soldado
Casado
Campo
Guillermos
Soldado
Casado
Campo
Compañía
11
Sebastián Carrasco
Antonio de Carmona
Lorente
Juan Ramos de Ríos
Soldado
Casado
Campo
Solares
12
Miguel Sánchez Fárrago
Soldado
Soltero
Campo
Santa Clara
13
Francisco Martín
Soldado
Casado
Campo
Marco Ruiz
14
Juan Rodríguez
Soldado
Casado
Hornero
Florida
15
Manuel Bruno
Soldado
Casado
Campo
Plaza de Arriba
16
Antonio González
Soldado
Casado
Campo
La Mina
17
Juan Cordero
Soldado
Casado
Arriero
Solares
18
Juan Martín Arcacel
Soldado
Casado
Campo
Florida
19
Vicente de Benjumea
Soldado
Casado
Campo
Méndez
20
Javier Díaz
Soldado
Casado
Campo
Compañía
21
Francisco Balán
Soldado
Soltero
Campo
Hornilla
22
Esteban Martín
Soldado
Casado
Alfarero
Del Estudio
23
Francisco de Vega
Soldado
Viudo
Campo
Jamaya
10
165
Francisco Javier Gutiérrez Núñez
24
Salvador de Carmona
Soldado
Casado
Campo
Buendía
25
Juan Ponce
Soldado
Casado
Campo
Espíritu Santo
26
Tomás Seco de Luna
Soldado
Casado
Campo
San Sebastián
27
Cristóbal González
Soldado
Casado
Campo
Maro Ruiz
28
Agustín Guisado
Soldado
Casado
Campo
Gudiel
29
Miguel Caballos
Soldado
Casado
Campo
Carreño
30
Diego Romero
Soldado
Casado
Campo
Solares
31
Juan de Almodóvar
Soldado
Casado
Campo
Solares
32
Miguel Martín
Soldado
Casado
Campo
Quemada
33
Alonso Ramírez
Soldado
Casado
Campo
Santa Clara
34
Francisco Morón
Soldado
Casado
Campo
Media Aranzada
35
José Segovia
Soldado
Soltero
Campo
Méndez
36
Antonio de Rueda
Soldado
Casado
Campo
Olmedo
37
Andrés Núñez
Soldado
Soltero
Campo
De la Cruz
38
Francisco Gómez Cadenas
Soldado
Casado
Campo
Marco Ruiz
39
José Ramírez Botijo
Soldado
Soltero
Campo
Del Cid
40
Francisco Serrano
Soldado
Soltero
Campo
Plaza de la Fuente
41
Luis de Morillas
Soldado
Soltero
Campo
Gudiel
42
Cristóbal Gómez
Soldado
Soltero
Arriero
Del Cid
43
Antonio Fernández Peralta
Soldado
Soltero
Campo
Mesones
44
Sebastián de Arjona
Soldado
Soltero
Campo
De la Mina
45
Alonso Marín “alias”
valentón
Soldado
Soltero
Campo
De la Cilla
46
José Guijarro Jataco
Soldado
Soltero
Campo
Plaza de Arriba
47
Diego Pérez
Soldado
Soltero
Campo
Solares
48
José Caravaca
Soldado
Soltero
Campo
Pernía
49
Juan Peralta
Soldado
Soltero
Hornero
Purgatorio
50
José Cortés
Soldado
Soltero
Campo
Del Cid
51
José Díaz
Soldado
Soltero
Campo
San Juan
52
José Narváez
Soldado
Soltero
Campo
Arena
166