Universidad de Guadalajara
Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas
Tesis
“Ecofeminismos: prácticas, discursos y experiencias en torno a las
alternativas menstruales, desde el Área Metropolitana de Guadalajara”
TRABAJO DE TITULACIÓN (TESIS) PARA OBTENER EL
TÍTULO DE LICENCIADO EN GESTIÓN Y ECONOMÍA
AMBIENTAL
PRESENTA
Aurora Isabel Macías Rea
DIRECTOR DE TITULACIÓN
Dra. Gisela Valdés Padilla
Zapopan, Jal. Primavera 2019
DEDICATORIA
A mis abuelas que en lo visible y lo invisible me acompañan.
A Mari, Alejandra, Natalia y Luz, el círculo primero,
las fases de mi luna, los espejos más bellos.
A papá, sostén y refugio de lo que elegimos ser.
A Marlon, halconcillo renovador de nuestras esperanzas.
I
AGRADECIMIENTOS
Con toda la alegría que trae consigo la conclusión de este trabajo, agradezco infinitamente a
la Gran Madre por guiar mis pasos y cuidar mis creaciones, por permitir las circunstancias
y encontrarme con las personas que favorecieron la escritura de estas líneas finales, que
paradójicamente son las primeras.
Agradezco a todas las personas que trabajan día a día por la Licenciatura en Gestión y
Economía Ambiental, por el impulso de hacer de ella un espacio crítico, propicio para la
formación de profesionales comprometidos con la realidad ecosocial, que enfrentamos
todas y todos como colectivo.
Gisela Valdés, toda mi gratitud contigo co-madre. Tu corazón y sabiduría me dieron toda la
calidez y confianza necesarias para soltarme al misterio de la hoja en blanco, para librar los
juicios internos y el miedo al error.
Con especial afecto digo gracias a las mujeres que con toda su dignidad, resisten en
comunidad y me enseñan tanto. No tengo palabras que alcancen para agradecer a quienes
que abrieron su corazón y me permitieron recuperar su voz en este trabajo.
Agradezco infinitamente al Universo que sigue confabulando para que aprendamos juntas:
Elia González, Jeannette Flores, Tere Maciel, Monse Corona, Mariana BE, Gabi Vidal,
Silvia(s), Regina Villaseñor y Karina Cortés, muchas gracias por acuerparme, por creer y
crecer mis sueños. Claudia López, Mony Plascencia y Mayte Asencio, gracias siempre por
su empatía e incansable oído. Todas son parte de mi corazón y mi familia.
Gisela Carlos, no puedo decir más que: ¡ha sido todo un viaje conocernos, querida!
Te agradezco el tiempo invertido en la lectura de este trabajo y tus acertados comentarios
para repensar varios temas. Helen Juárez, gracias por tu ojo de águila al revisar esta tesis,
por las recomendaciones que me llevaron leerme más concreta. Rezo por que la fuerza de
los volcanes nutra nuestro vínculo.
César Díaz, te agradezco todo el impulso y la experiencia puesta en este proceso, mismo
que demora lo necesario para comprender que el presente es un regalo de infinitas
potencialidades.
II
ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTOS
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Metodología
I
II
VII
VIII
XI
Capitulado
XVIII
CAPÍTULO 1. CRISIS ECOSOCIAL Y PROPUESTAS FEMINISTAS
1.1. Civilización en crisis
21
21
1.1.1. La expansión del capitalismo.
22
1.1.2. La expansión del neoliberalismo.
25
1.1.3. Violencia y degradación: síntomas de la crisis ecosocial.
29
1.2. Acercamiento a los feminismos: de los inicios de la teoría política feminista
a los movimientos feministas latinoamericanos
39
1.2.1. Feminismo Occidental.
40
1.2.2. Aproximación a las experiencias feministas en Latinoamérica.
54
1.2.3. Aproximación a las luchas feministas en México.
60
1.3. Despojo y tabú: de la invalidación de los conocimientos de las brujas a la
institucionalización de la ginecología
81
1.3.1. Despojo de la autonomía del cuerpo.
81
1.3.2. El tabú menstrual.
86
1.3.3. Opciones para desechar la menstruación.
89
1.3.4. La rentabilidad de ocultar y desechar la menstruación.
91
III
CAPÍTULO 2. PLURALIDAD
ECOFEMINISTAS
2.1. Ecofeminismos occidentales
DE
PENSAMIENTOS
Y
PRÁCTICAS
104
106
2.1.1. Ecofeminismos clásicos: afinidad mujer-naturaleza.
106
2.1.2. Espiritualidad ecofeminista.
110
2.1.3. Ecofeminismo de países empobrecidos.
112
2.1.4. Ecofeminismo constructivista/construccionista.
114
2.1.5. Algunas consideraciones a modo de cierre.
117
2.2. Mirada a los ecofeminismos latinoamericanos
118
2.2.1. Teología feminista y epistemología ecofeminista en América Latina.
120
2.2.2. Imaginarios ecofeministas: prácticas contra el despojo de los territorios.
135
2.3. Entre el auto-conocimiento y el cuidado de la vida: comunidades promotoras de
alternativas menstruales en México
152
2.3.1. Resignificación del cuidado del cuerpo, la ecología y la comunidad: la línea
conductora de las Comunidades Ecosociales de Mujeres.
153
2.3.2. Ixchel Aradia.
159
2.3.3. Yeztli: educación gyn/ecológica.
164
2.3.4. Ecored feminista La Lechuza Buza.
170
CAPÍTULO 3. RED COMUNITARIA DE ALTERNATIVAS MENSTRUALES EN
EL ÁREA METROPOLITANA DE GUADALAJARA. ACERCAMIENTO DESDE
EL COLECTIVO SEMBRADORAS
178
3.1. Repensar la ecología, la economía, la salud y la comunidad, desde la vivencia
menstrual
178
3.2. Descripción de las alternativas para menstruar
183
3.2.1. Copa Menstrual.
184
3.2.2. Toallas de tela.
191
3.2.3. Esponjas Marinas.
194
3.2.4. Sangrado libre.
197
3.3. Nodos comunitarios de promoción de alternativas menstruales
201
3.3.1. Colectivo Sembradoras.
202
3.3.2. Espacio 13 lunas.
204
3.3.3. Luneras.
205
IV
3.3.4. ¡Qué verde!
206
3.3.5. Toalla Sana.
207
3.3.6. Promotoras independientes.
209
3.4. Horizontes de reflexión-acción ecofeminista de la red comunitaria de
promoción de alternativas menstruales
210
3.4.1. La reivindicación de la voz de las mujeres.
213
3.4.2. La reapropiación y descolonización del cuerpo femenino.
214
3.4.3. La reconstitución del círculo y revaloración del conocimiento socializado entre
mujeres.
216
3.4.4. La recuperación de la autonomía.
220
3.3.5. El cuidado de la tierra.
224
3.3.6. Construcción colectiva de la salud.
227
3.5. La visibilidad de la sangre, como principio integrador de la reflexión-acción
ecofeminista
234
CONCLUSIONES
239
REFERENCIAS
255
ANEXOS
Anexo 1. Ley Revolucionaria de las Mujeres.
i
i
Anexo 2. Tipos de absorbentes y variedades por marca.
ii
Anexo 3. Contenidos web.
iv
Anexo 4. Cantidades y costos de absorbentes desechables
Anexo 5. Calendario espiral lunar 2018
viii
x
Anexo 6. Ilustraciones de copa menstrual en patentes de Leona W. Chalmers
V
xi
ÍNDICE DE RECORTES DE PANTALLA
Recorte de pantalla 1. Kilos de plástico.
160
Recorte de pantalla 2. Por el agua.
161
Recorte de pantalla 3. Carpa Roja.
162
Recorte de pantalla 4. Por nuestra comunidad.
163
Recorte de pantalla 5. Ecosistema del cuerpo.
166
Recorte de pantalla 6. Activismo ecofeminista.
167
Recorte de pantalla 7. Consumo y desecho responsable.
168
Recorte de pantalla 8. Como cuando tiras tu dinero.
169
Recorte de pantalla 9. Jornadas de Sexualidad y Género.
230
Recorte de pantalla 10. Círculo de Saberes y Autocuidados.
231
Recorte de pantalla 11. Circulo de mujeres.
232
Recorte de pantalla 12. Taller: Abrazando mi ciclicidad.
233
Recorte de pantalla 13. Taller: Conciencia Uterina.
236
Recorte de pantalla 14. Taller: Menstruar en tiempos de sangre.
237
Recorte de pantalla 15. Carpa Roja y Temazcal.
238
VI
RESUMEN
En la pluralidad del movimiento feminista, los ecofeminismos denuncian la estrecha
relación entre la destrucción de la naturaleza y la subordinación de las mujeres (Gebara,
2000; Mellor, 2015), relación fundada por la expansión del capitalismo y gravada por la
dominación del paradigma neoliberal en gran parte del mundo. La violencia sobre el cuerpo
femenino y la degradación ecológica, como síntomas de la crisis ecosocial generan
dinámicas de reflexión y acción desde las mujeres, que se encaminan a resarcir esos
efectos. En la actualidad, las alternativas menstruales propician éstas dinámicas, a partir del
cuidado del cuerpo y la resignificación de la menstruación.
Desde dichas premisas, esta investigación se enfoca en la identificación de
prácticas, discursos y experiencias ecofeministas en torno al uso de alternativas
menstruales. Si bien las alternativas se han divulgado popularmente como opciones
ecológicas para la menstruación, se observa que este sentido se amplía desde visiones
diversas, ya que las alternativas menstruales reúnen además tanto un componente
comunitario como uno de salud/bienestar, que las posicionan como herramientas políticas,
que favorecen la reflexión-acción ecofeminista.
En el Área Metropolitana de Guadalajara, se tejen en red comunitaria discursos,
prácticas y experiencias que desde el cuerpo y la vivencia menstrual, nutren la diversidad
de propuestas ecofeministas que se pronuncian por el mejoramiento de las condiciones de
vida de las mujeres, que en sentido amplio enlazan concepciones útiles para la construcción
de opciones que cuidan la vida –no solo humana- frente a los efectos violentos y
destructivos del avance del proyecto civilizatorio occidental.
VII
INTRODUCCIÓN
Las alternativas menstruales, representan la punta del iceberg de un movimiento
heterogéneo de mujeres, que construyen desde sus propios contextos e idearios una cultura
menstrual alternativa de alcances globales. Este movimiento se manifiesta en la diversidad
de propuestas y comunidades ecofeministas del Área Metropolitana de Guadalajara
(AMG). Estas opciones hilvanan hebras desde el movimiento feminista de salud de las
mujeres en la década de 1960, la propuesta política de los feminismos comunitarios que
reconoce el cuerpo como territorio, elementos de la epistemología ecofeminista del sur y las
preocupaciones de las actuales comunidades ecosociales.
El uso de estas opciones para menstruar, transforma la vida de las mujeres en
diferentes dimensiones, una de ellas es la resignificación de la menstruación como un
proceso vital y favorable, desde el cual se ponen en tensión imposiciones y paradigmas
patriarcales que tienen lugar en la visión occidental del mundo.
Formar parte del Colectivo Sembradoras (CS) le ha permitido a la sustentante de
esta tesis, el encuentro con mujeres que expresan distintas preocupaciones que de cierto
modo, son las líneas conductoras para propiciar cambios sociales desde, para y con otras
mujeres que menstrúan. Desde esta comunidad, la sustentante se posiciona para recuperar
experiencias y discursos que mujeres diversas construyen y hacen suyos a partir de su
interés por experimentar formas otras de menstruar, en las que el sangrado no es visto como
desecho o basura, potencialmente contaminante, insalubre y socialmente incómodo, sino
como un elemento vital que nutre la experiencia de ser mujer.
La idea de comunidad que se repiensa en el CS, está influenciada por el sentido
comunitario compartido/aprendido con las comunidades indígenas y zapatistas, es por ello
que la crítica al modelo neoliberal de desarrollo ocupa un lugar importante para el análisis
de la realidad, desde el cual se construyen acciones para actuar desde la reflexión situada y
colectiva.
La posición privilegiada de la sustentante, al realizar estudios profesionales,
favoreció el acercamiento a la lucha comunitaria emprendida por los Pueblos organizados
en el CNI y el EZLN. Prestar servicio social en la ―Unidad de Apoyo a Comunidades
VIII
Indígenas‖ adscrita a la Benemérita Universidad de Guadalajara, fue un parteaguas para el
entendimiento de una realidad invisible a muchos ojos, desde la cual pudo conocer
importantes luchas por la defensa de la vida, frente a los embates de la política neoliberal
en el país.
El programa de la Licenciatura en Gestión y Economía ambiental, proporcionó
herramientas para el estudio de temas socioambientales, particularmente en las asignaturas
―Ética social del medio ambiente‖ y ―Sociedad y medio ambiente‖ en las que el feminismo
ecológico fue un tema que abordado, a través del cual se exploró la pluralidad ecofeminista.
Asimismo, la licenciatura facilitó el acercamiento a proyectos de emprendimiento entre los
que la sustentante participó con la venta de toallas de tela confeccionadas en casa, durante
la feria del 2014.
Asistir a las jornadas de medicina femenina, organizadas por la comunidad Ixchel
Ecoalternativas, en Aguascalientes y Torreón, impulsó la necesidad de continuar con la
apertura de espacios sororos para el aprendizaje mutuo y la construcción de la idea de
comunidad.
A partir de las reflexiones y diálogos entre las mujeres que conforman el núcleo del
CS, se definieron algunas líneas para dirigir sus labores colectivas, entre éstas se planteó
explorar las dinámicas sociales y sororales vinculadas al uso y promoción de las
alternativas menstruales, es así como surge el doble propósito de esta investigación ya que
por una parte busca complementar las líneas de acción del colectivo y por otra pretende la
obtención del grado. La plataforma creativa y de vinculación que representa el CS, facilitó
el encuentro y recuperación de las experiencias de mujeres que autorizaron poner su voz
para la redacción de este trabajo.
Con las premisas anteriores, el desarrollo del tema se vinculó a las propuestas
comunitarias del feminismo latinoamericano, en respuesta a las crisis globales que produce
el proyecto occidental. Un componente trascendental para nutrir la investigación, fue la
identificación de las dinámicas comunitarias de alcance nacional entorno a las alternativas
menstruales, la vinculación con diferentes propuestas aportó la inspiración necesaria para
IX
conocer con mayor profundidad las dinámicas locales y con ello repensar la ecología, la
salud, la sororidad, la autonomía y el cuerpo de mujer, desde y con mujeres.
En relación a las ideas expuestas, esta tesis se plantea como una forma de
sistematizar y revalorar el conocimiento que surge desde diferentes ejercicios colectivos y
en diferentes momentos de la experiencia personal. Por ello, más que observadora de una
realidad externa, la sustentante pretende tejer los puntos de encuentro entre su vivencia
como mujer que menstrúa y las vivencias de otras mujeres menstruantes. De este modo,
participar en los encuentros que se convocan desde el CS toma una importancia vital tanto
en el enriquecimiento de la reflexividad personal y comunitaria, como para la articulación
de este trabajo.
Fortalecer la idea de comunidad es un compromiso colectivo, articulado por el CS
para contribuir a erradicar condiciones inseguras y limitantes que enfrentamos las mujeres
en medio de las crisis actuales, producto del paradigma occidental con que se piensa el
mundo. A partir del descubrimiento de las alternativas menstruales, diversas mujeres
encontramos las motivaciones para construir comunidad desde la recuperación del cuerpo
propio, que implica reconocerlo como una unidad compleja, interdependiente del el medio
natural y las relaciones sociales, más allá de las visiones fragmentarias que lo han
colonizado.
La opción de tener información sobre diferentes herramientas y cuestionar la
vivencia menstrual con absorbentes desechables, pone al alcance de las mujeres,
conocimientos que se tejen a la idea del cuerpo como primer territorio. La discusión está en
que todas las mujeres tienen derecho a la información y todas deberían tener condiciones
económicas y de salubridad que les permitan elegir cómo y con qué opciones pueden
transitar los días de menstruación en bienestar y conciencia plena, lejos de imposiciones
limitantes, desagradables o vergonzosas.
La mitad de la población en el AMG está compuesta por mujeres, de esta
proporción, igualmente, la mitad se encuentra transitando su vida menstrual; que a decir por
X
la edad, se encuentran entre los 15 y 49 años 1. La gran cantidad de absorbentes que se
utilizan durante este periodo, no solo desafía las estrategias de gestión de los residuos en
esta área, sino que conduce a repensar las condiciones de bienestar y salud de las mujeres.
Con estos temas surgen cuestiones medulares para entender la operación de los preceptos
patriarcales y comerciales de la visión occidental. Por ejemplo, si la copa menstrual y los
absorbentes desechables, surgen casi en la misma época ¿por qué el uso de la copa no se
extendió de manera similar? Desde este tipo de cuestionamientos emerge, la relación
dialéctica reflexión-acción, que articula formas alternativas de pensar y habitar el mundo,
con el potencial de desafiar la estructura impuesta del paradigma occidental que ha
destruido la naturaleza y subordinado a las mujeres.
Metodología
La participación en diferentes eventos convocados por el CS, el diálogo y la observación de
las dinámicas entre mujeres, fueron delineando cuestionamientos que se sintetizaron el
planteamiento de la hipótesis de esta investigación, misma que se presentó en el protocolo
como: Las alternativas ecológicas para menstruar son una herramienta política que
articula diversos saberes y prácticas que permiten concebir nuevas formas para cuidar la
vida en el planeta.
Con el avance de la investigación se confirma que en diferentes contextos, particularmente
en el contexto de las redes comunitarias de promoción de alternativas menstruales, éstas se
conciben expresamente como herramientas políticas que además de articular saberes y
prácticas, propician la reflexión y acción ecofeminista en diversas dimensiones, por lo tanto
se puede decir que generan dinámicas encaminadas a cuidar la vida. Se observó que se no
solo se describen como opciones ecológicas, sino que integran otros componentes
importantes de la vida de las mujeres y la dinámica comunitaria.
―Edad fértil‖ definida en el encuesta dinámica de población del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI). En este trabajo se refiere a este periodo aproximado, como vida menstrual o años menstruales, ya
que la fertilidad se concibe en sentido amplio, es decir que no está limitado a la posibilidad de embarazarse o
a los años en que se presenta la menstruación.
1
XI
La propuesta metodológica para la integración de esta tesis se dirigió al
cumplimiento de los objetivos planteados en dicho protocolo, mismos que fueron:
1. Analizar el contexto de la crisis civilizatoria y su impacto en las condiciones
de existencia de las mujeres.
2. Poner en diálogo diferentes posturas teóricas ecofeministas que aporten al
debate de la resignificación del cuidado del cuerpo y la tierra.
3. Documentar experiencias ecofeministas acerca del uso y divulgación de las
Alternativas Ecológicas para Menstruar en diferentes espacios y contextos
de Guadalajara, Jalisco.
4. Reflexionar acerca de las Alternativas Ecológicas para Menstruar, más
comunes.
5. Presentar conclusiones
En congruencia con los objetivos uno y dos, se construyó el marco contextual y
teórico, a partir de la recuperación, revisión, consulta y análisis de bibliografía, revistas y
tesis de grado, además de la consulta de diferentes sitios web. La información permitió la
elaboración de una línea de tiempo de las propuestas feministas y ecofeministas desde una
visión global que condujo a lo local, con ello se facilitó el seguimiento y redacción de las
luchas feministas hasta la actualidad y el encuentro con las corrientes latinoamericanas, así
como el diálogo entre autoras de la pluralidad de voces y perspectivas ecofeministas. La
consulta bibliográfica permitió además, el enfoque en la crisis ecosocial, que en primer
momento se pretendía abordar como crisis socioambiental y que con el desarrollo del tema
se sustituyó por dicha idea.
Aunado a este proceso de recuperación de información teórica y contextual, la
observación y escucha de la experiencia de algunas mujeres y propuestas comunitarias, se
plantearon las categorías de análisis a partir del reconocimiento de sus preocupaciones y los
temas en los que buscan generar cambios favorables para las mujeres. Esta reflexión se
nutrió del trabajo de campo, que fue realizado desde tres actividades principales:
XII
1. Grupo de discusión entre promotoras de alternativas menstruales del AMG,
convocada a través del CS, el 08 de octubre de 2018
2. El taller ―Alternativas Menstruales‖, convocado por el CS el 14 de octubre
de 2018.
3. Identificación de marcas y análisis de discurso de páginas web y visita a un
supermercado concurrido en el centro Guadalajara, en agosto de 2018.
El grupo de discusión se conformó por ocho mujeres entre los 27 y los 36 años,
todas con estudios profesionales y habitantes del AMG, de las cuales seis eran
representantes de una comunidad y dos eran promotoras independientes. Entre estas
mujeres se identificaron temáticas comunes en la experiencia de promoción, con las que se
terminaron de integrar las categorías de análisis que en desarrollo de la investigación se
enuncian como los horizontes de reflexión-acción ecofeminista, entendidos como las miras
hacía donde las promotoras dirigen su labor comunitaria.
La información sobre las alternativas menstruales –caracterización y forma de usoproporcionada por las promotoras y las narraciones de su experiencia o hallazgos fue
recuperada en una relatoría del encuentro, que se realizó de manera colaborativa con
integrantes del CS, asimismo se realizó la grabación del encuentro con la autorización de
todas las participantes y solo una solicitó que su nombre real no apareciera en el trabajo,
por lo que fue sustituido.
La discusión fue dirigida a partir de la realización de seis preguntas generadoras que
se respondieron de forma espontánea –es decir, en un principio no se pensó de esta manerabajo la dinámica del Círculo de Mujeres, en la que todas hicieron uso de la voz en forma
consecutiva, surgió la metáfora del espejo y se respetó el tiempo de cada una, además de
que todas las aportaciones se consideraron valiosas para el desarrollo del tema. De esta
forma se identificaron los componentes del discurso que acompaña a las alternativas
menstruales y algunas prácticas que propician, con ello se dio por alcanzado el primer
XIII
objetivo de este encuentro, así como la recuperación de información importante para la
redacción del tercer Capítulo.
Las preguntas generadoras de la discusión fueron:
1. ¿Qué son para nosotras las alternativas menstruales?
2. ¿Cuáles fueron las motivaciones que nos llevaron a promover las
alternativas menstruales?
3. ¿Qué transformaciones se perciben con el uso? ¿Se expresan a nivel
subjetivo, económico, ecológico, político incluso o corporal? ¿Cómo?
4. ¿Qué resistencias hemos observado, en una ciudad como Guadalajara?
¿Cuáles son las razones de aceptación y resistencia en particular con las
mujeres de aquí?
5. Sobre el acompañamiento, ¿cómo lo estamos llevando? ¿creemos que es
importante en la promoción?
6. ¿Cómo vemos el futuro de las alternativas menstruales?
La documentación de este grupo de discusión, sustituyó la idea de realizar
entrevistas particulares a las promotoras de alternativas menstruales, debido a que se
priorizó en la investigación la identificación y el seguimiento del discurso que acompaña la
promoción, además de que se buscó el intercambio de información de las diferentes
experiencias.
Asimismo, de este intercambio se recuperó la información que se incluye en el
diseño de un cuaderno colaborativo –referido en el protocolo como un catálogo y que a la
fecha se encuentra en construcción- sobre alternativas menstruales propuesto entre los
objetivos de este trabajo como una forma de circular la información y divulgar contenidos
útiles tanto para la promoción, como para las mujeres que buscan aclarar sus dudas en el
tema. De esta manera se logra el segundo objetivo del grupo convocado y otro de los
objetivos particulares de investigación.
XIV
El taller ―Alternativas Menstruales‖ organizado por el CS, convocó a mujeres
interesadas en usar estas opciones, a través de redes sociales y del programa de radiofónico
―Conciencia nutricional‖, transmitido por el 1310 de am. A este evento asistieron un total
de 14 mujeres entre 18 y 41 años, todas habitantes del AMG, algunas estudiantes y otras
profesionistas. En una relatoría y una grabación de esta actividad, se recogieron diferentes
puntos de vista y las necesidades expresas, que despiertan el interés por el uso de
alternativas menstruales. Al igual que en el grupo de discusión, se contó con la autorización
de las mujeres para recuperar sus ideas y en algunos casos, se usaron nombres genéricos
para referirse a las informantes.
Durante el desarrollo del taller se encontró que cuatro participantes ya habían usado
alguna alternativa –tres de ellas copa menstrual y una toallas de tela caseras-, este hecho
sirvió para nutrir la reflexión de todas sobre el tema, además de que sus relatos
enriquecieron la construcción del discurso implícito. Por esta razón se omitieron las
entrevistas particulares a usuarias que se habían planteado en los objetivos particulares de
la investigación.
Con el propósito de que se generará confianza entre todas las participantes el taller
comenzó con una dinámica de integración grupal, seguida de la presentación de cada mujer,
se les preguntó cuál era la razón por la cual habían asistido al taller. Con el análisis de las
respuestas se encontró una aproximación a los intereses que tenían sobre las alternativas
menstruales.
A decir de los preparativos del taller por parte del CS, este fue pensado como un
espacio propicio para la construcción colectiva del diálogo alrededor de las alternativas, así
que la segunda dinámica se desarrolló a partir de la pregunta: ¿Qué sabemos de las
alternativas menstruales, cuáles son? Las respuestas de cada una abonaron a la reflexión y
sirvieron a este trabajo para identificar las alternativas más comunes en el AMG.
El tercer momento del taller se abrió con las preguntas: ¿Qué nos gusta y que no nos
gusta de las alternativas menstruales? ¿Por qué las usaríamos y por qué no? ¿Qué
preferiríamos usar? Las respuestas generaron un diálogo nutrido entre las participantes, del
que se recuperaron puntos de vista diversos y que aportaron claridad para el desarrollo del
XV
tercer Capítulo. También en este momento dos integrantes del CS –entre ellas la sustentante
de este trabajo- realizaron una descripción de las características de las tres alternativas
menstruales que previamente se había definido como las comunes entre las promotoras: la
copa menstrual, la esponja marina y las toallas de tela. Además se abordó el sangrado libre,
ya que fue una alternativa que las participantes del taller refirieron.
A partir de la vista al supermercado, se realizó un registro de precios de tampones
desechables –que a diferencia del caso de las toallas, es un dato que no se logró obtener de
la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO)- y se corroboró parte de la
información expuesta en la página web de cada una de las marcas de absorbentes
desechables, que es la categoría en la que se incluyen toallas y tampones en este estudio2.
Vinculado a la idea anterior, se llevó a cabo un análisis del discurso de los
diferentes contenidos de la página web de cada una de las marcas incluidas. Este análisis se
realizó con dos objetivos principales: el primero fue conocer la variedad de absorbentes
desechables que ofrece cada marca; el segundo, se enfocó en identificar de qué forma es
nombrada o referida, la menstruación en los contenidos informativos o educativos que se
encuentran en cada uno de los sitios web de las marcas para México.
Siguiendo las aportaciones de Sayago (2014, p. 04), para integrar el análisis se
recurrió primeramente a la técnica de recolección de datos, con la cual se construyó una
primera tabla en la que se sistematizó por marca, la información acerca de todos los tipos
de absorbentes desechables y las variedades que se ofrecen de cada uno. Los resultados
obtenidos arrojan un total -entre las tres marcas- de 42 tipos diferentes de toallas, 14 de
pantiprotectores diarios y nueve de tampones (ver Anexo 2. Tipos de absorbentes y
variedades por marca).
La recolección de datos cualitativos se llevó a cabo para acercarse a las formas
discursivas en que las marcas se refieren a la menstruación, según el caso se consideraron
las publicaciones que las marcas exponen en su página web, específicamente en las áreas de
educación o sexualidad. Se consultaron los textos encontrados durante el mes de agosto de
2
Al tratarse de absorbentes de flujo, los pantiprotectores diarios caben en esta categoría sin embargo, con la
categoría de absorbentes desechables se referirá principalmente a toallas y tampones que son productos
específicos para la menstruación, que es el tema medular de este trabajo.
XVI
2018, a fin de simplificar y acotar la presentación de esta información, luego de leer el
contenido en el marco del contexto de esta investigación, únicamente se recuperaron en una
tabla sus encabezados.
Del análisis del discurso de los contenidos educativos/informativos de las marcas,
las diferentes maneras de referir a la menstruación que se encontraron fueron: ―el periodo‖,
―esos días‖, ―mis días‖, ―tus días‖, ―menstruación‖, ―flujo‖, ―sangrado‖, ―ciclo menstrual‖
y las expresiones ―bajó‖ o ―bajar‖ con la que se omite o no se deja en claro la referencia a
la menstruación. Todas estas denominaciones se concentraron en la categoría de análisis
enunciación y con un total de 67 textos en los que se refiere la expresión ―el periodo‖, es la
manera más frecuente en la que la menstruación es nombrada.
Adicionalmente, con la información de las páginas web se realizaron cálculos
acerca del consumo de absorbentes durante los años menstruales y los costos implicados.
En base a las ―estadísticas menstruales‖ que ofrece Saba® la cantidad de toallas requeridas
para cubrir los años menstruales es de 9 mil 120, misma que potencialmente generaría un
gasto de hasta $22,708.80. La presentación detallada de ésta información se incluyó el
Anexo 4. Cantidades y costos de absorbentes.
El estudio de los discursos y prácticas vinculados a las alternativas menstruales, se
realizó a través de entrevistas personales y la recuperación de contenidos publicados en las
redes sociales de las comunidades observadas. El acercamiento al contexto nacional del
tema, se realizó a través de la investigación de tres comunidades y el diálogo con sus
representantes. Las temáticas que se abordaron durante las conversaciones fueron diferentes
en todos los casos y específicos para cada comunidad. La aproximación a los discursos y
prácticas ecofeministas de dichas comunidades y mujeres, se nutrió a través del
seguimiento de sus redes sociales, tal como ya se ha mencionado.
XVII
El diálogo con las mujeres de la Ecored feminista La Lechuza Buza, se realizó en el
marco de la celebración del 08 de marzo de 2018 en territorio zapatista, de este se obtuvo
una grabación que fue transcrita para su análisis, mientras que en el caso de la comunidad
Ixchel Aradia se realizó el manuscrito de una llamada que se concretó en noviembre del
mismo año, misma fecha en la que se estableció comunicación con Jimena Chalchi, de la
comunidad Yeztli: educación gyn/ecológica, a través de la aplicación móvil de watsapp,
con la que se obtuvieron varios mensajes de voz.
Adicionalmente, el CS proporcionó información de algunas encuestas aplicadas a
las mujeres al final de cada taller, correspondientes al taller ―Cuidados ginecológicos
naturales‖ realizado periódicamente durante el 2018, en el que el uso de alternativas
menstruales es un tema recurrente. La información se recuperó bajo autorización de las
mujeres que las respondieron y solo fueron analizadas dos preguntas, que correspondían
específicamente al tema de las alternativas menstruales: ¿Cómo fue tu acercamiento a las
alternativas ecológicas para menstruar? y Si las usas ¿podrías contarnos, brevemente, tu
experiencia?
Capitulado
Para cumplir con los cinco objetivos generales planteados y aproximarse a la hipótesis de
investigación, la tesis se desarrolla en tres capítulos ordenados desde una visión general
tanto del avance del proyecto de civilización occidental, como de las referencias feministas,
que se decanta hasta la descripción particular de las resistencias que articulan las mujeres
desde el AMG, para construir condiciones dignas para menstruar y vivir, desde el
reconocimiento de habitar un cuerpo inserto en la naturaleza.
En el Capítulo uno, se reconoce que la civilización occidental se encuentra en crisis
debido las tensiones producidas por la aplicación indiscriminada de su proyecto de
desarrollo en gran parte del mundo. Uno de los síntomas innegables de esta situación es la
crisis ecosocial, misma que es enfrentada de manera particular por las mujeres, debido a los
paradigmas que las subordinan, así como por los métodos de acción que articulan para
resistir. En congruencia con esta última idea se incluye en este capítulo una aproximación a
la diversidad de feminismos que emergen en diferentes momentos de la historia y sus
XVIII
demandas específicas, con ello el feminismo es visto en este trabajo como una ―opción de
vida‖ que permanentemente ha cuestionado la visión occidental del mundo de la que el
Hombre es centro y medida.
De los feminismos de occidente se llega a los feminismos latinoamericanos, en los
que se encuentra una fuerte crítica a la modernidad y sus mecanismos de dominación, desde
esta visión se reconoce la violencia contra los cuerpos y la destrucción de la naturaleza, son
elementos fundacionales de la civilización occidental. En este sentido, se plantea el
panorama feminista en México para explicar los efectos del despojo del cuerpo de las
mujeres y también de la naturaleza. Con este marco, se presenta el análisis de las dinámicas
y costos impuestos por la ―cultura menstrual hegemónica‖ (Valdés Padilla, 2017, p. 379),
caracterizada por el desprecio de las sangre y expansión del uso de toallas y tampones
desechables, entre otros productos que invisibilizan el proceso.
El Capítulo dos, expone diferentes corrientes ecofeministas, que se abordan en
congruencia a la estructura con que se desarrolla el tema de los feminismos en el capítulo
anterior, es decir, la exposición parte de los ecofeminismos de occidente y llega hasta las
propuestas latinoamericanas. De estas últimas, se exponen prácticas y discursos de algunas
comunidades promotoras de alternativas menstruales en México, a partir de ellas se
concretan las categorías de análisis propuestas en la investigación. En este Capítulo se
encuentran los conceptos e idearios que sustentan la labor de las mujeres que se organizan
en torno a sus principales preocupaciones desde su identidad y su contexto.
En el Capítulo tres, se describen los horizontes de reflexión-acción ecofeminista que
se observan desde la experiencia de las mujeres promotoras de alternativas y quienes tienen
interés en usarlas, ambos grupos en el contexto del AMG. Se incluye la descripción de las
comunidades y mujeres independientes que promueven dichas alternativas, con el fin de
acercarse al discurso que acompaña esta labor y las prácticas que sustenta, además para
reconocer la importancia que tienen sus reflexiones y acciones en la transformación de la
realidad compleja de las vivencias menstruales en la geografía enunciada. Se incluye una
descripción de las alternativas menstruales comunes en este contexto y las experiencias,
XIX
discursos y prácticas que se encontraron entorno a cada una, desde la propia voz de las
mujeres.
Para cerrar se presentan las conclusiones que se desprenden del análisis, mismas que se
plantean para continuar la reflexión. Este apartado busca presentar líneas que pueden
nutrirse a través de diferentes perspectivas, que se encuentran en el programa de
licenciatura al que la sustentante se adscribe.
Los hallazgos de investigación se sintetizan en la comprensión de que las alternativas
menstruales además de entenderse como opciones ecológicas, integran un componente
comunitario, así como uno de salud, mismos que las posicionan como herramientas
políticas, es decir que favorecen la reflexión y acción ecofeminista, desde contenidos y
vínculos complejos que les permiten a las mujeres tejer alternativas para mejorar sus
condiciones de existencia y de manera amplia, las condiciones de la vida en el planeta.
XX
CAPÍTULO 1. CRISIS ECOSOCIAL Y PROPUESTAS FEMINISTAS
1.1. Civilización en crisis
Los síntomas de la crisis civilizatoria se encuentran presentes en diferentes áreas de la
existencia humana y en los ecosistemas que la sustentan. Los principios de operación y
expansión del desarrollo se sintetizan en el llamado ―proyecto civilizatorio occidental‖
(Morales Hernández, 2004, p. 30) 3, como modelo de existencia en el mundo, en los últimos
siglos llegaron al límite y su permanencia en el tiempo amenaza seriamente las condiciones
de sustento de la vida en el planeta.
No se trata de una crisis cíclica o típica del capitalismo. De acuerdo con Lander
(2011, p. 141) la crisis civilizatoria no representa directamente una amenaza al sistema
económico mundial, tampoco se trata de una simple problemática ecológica. Esta crisis
representa una amenaza directa a humanidad y a otras formas de vida en el planeta, se habla
de una ―crisis sistémica‖ que supera el ámbito financiero y prolifera en los ámbitos
ecológico, político y social.
La complejidad y los amplios alcances que tiene dicha crisis, en diferentes
dimensiones
de la vida humana y no humana nos conducen a reconocer diferentes
―Policrisis‖ (Morín, 2011, p. 22), es decir, en un entramado de circunstancias que
evidencian una crisis planetaria que amenaza la economía mundial, el equilibrio ecológico,
las sociedades tradicionales, el crecimiento demográfico, las urbes, el mundo rural, la
política y la religión. Morin reconoce que:
El conjunto de esas múltiples crisis interdependientes es ocasionado por una
mundialización que, al igual que la Trinidad cristiana, es una y trina:
globalización,
occidentalización
y
desarrollo.
Mientras
que
la
occidentalización se sobreentiende, el término «desarrollo» se ha convertido
en la palabra clave que pone una etiqueta de solución y de progreso al
―La noción de proyecto civilizatorio comprende el conjunto de valores, símbolos y conocimientos, el sentido
de trascendencia y realización humana, e incluye las ideas sobre la democracia y la comprensión de la
naturaleza, del trabajo y de la producción material.‖ (Morales Hernández, 2004, pp. 29-30).
3
21
complejo trinitario. Todavía se considera en buena parte del mundo como la
vía de salvación para la humanidad. (Morin, 2010, pp. 24-25).
Existe una conexión entre tres hechos historicos que han configurado la realidad
actual: La caza de brujas, La Conquista de América y la expansión del desarrollo como
visión de mundo. Morin (2011) habla de la globalización, como la continuidad
intensificada del proceso de mundialización que surge con la invasión de América en 1492.
Esa intensificación impulsada por la instauración y expansión continental del capitalismo,
que ahora se mantiene en su fase neoliberal, un proceso voraz que inicia en 1989, con el
avance de una red global de comunicaciones inmediatas a favor de la conexión ―tecnoeconómica‖ partir de 1989 (p. 20).
El paradigma occidental como visión del mundo, expande su hegemonía a través del
despliegue de los modelos de desarrollo. Con la misión de ―sacar del atraso‖, a los llamados
países subdesarrollados o del tercer mundo 4 –reivindicados actualmente como países del
Sur global- los países del Norte han impulsado, mediante diferentes políticas de reajuste
estructural, los cambios necesarios para encaminar a las naciones ―pobres‖ hacia el
progreso a través de la expansión de la ciencia y tecnología modernas.
La expansión del proyecto occidental de modernidad ha producido, desde sus
inicios, explotación de la Tierra y violencia contra los cuerpos. La racionalidad económica
es el gran paradigma en el que se sustenta el desarrollo y la reproducción de la vida
simbólica y material en el mundo.
1.1.1. La expansión del capitalismo.
El avance del capitalismo como sistema económico se logró a través de mecanismos
violentos que aseguraron la conquista de cuerpos y territorios para la producción de capital.
Autoras como Silvia Federicci (2010), afirman que este orden se institucionalizó y fue
extendiendo su dominio a partir de la ruptura de los vínculos comunales de la Europa
campesina, aunada a la cacería de mujeres identificadas y juzgadas como ―brujas‖ desde el
―La producción social del espacio implícita en estos términos [Primer y Tercer mundo, norte y sur, centro y
periferia] está ligada a la producción de diferencias, subjetividades y ordenes sociales. A pesar de los cambios
recientes en esta geopolítica […] ella continúa ejerciendo influencia en el imaginario‖. (Escobar, 2007, p. 27)
4
22
Siglo XV5. Federicci (2010) explica que el orden mundial se reorganizo y tomo fuerza a
partir de dos hechos que corrían paralelamente en Europa y América: La caza de brujas y
La Conquista, respectivamente. Estos hechos contemporáneos ampliaron los alcances del
orden capitalista naciente.
Mientras que en Europa los juicios que condenaron a un sinnúmero 6 de mujeres
acusadas de practicar brujería, engendraban el miedo en la sociedad para facilitar el
dominio; en el continente americano, las conquistas territoriales enriquecían la corona
española a costa del exterminio, la esclavitud y el despojo de las civilizaciones que tenían
lugar en Mesoamérica (Bonfil Batalla, 2005). Durante 300 años de Colonia, el saqueo de
América ofreció un soporte económico que fortaleció el dominio europeo y concretó las
dinámicas del sistema económico capitalista/global.
Las medidas adaptadas para la persecución de las brujas, en Europa desde el Siglo
XV, se exportaron al ―nuevo mundo‖ con el fin de extender el dominio de los
conquistadores sobre los pueblos de Abya Yala 7. La llegada de los españoles al llamado
continente Americano, amplió los alcances capitalistas y sentó las bases para la futura
institucionalización de una economía de mercado. Mientras tanto, en Europa ―La caza de
brujas alcanzó su punto máximo entre 1580 y 1630, es decir, en la época en la que las
relaciones feudales ya estaban dando paso a las instituciones económicas y políticas típicas
del capitalismo mercantil‖ (Federicci, 2010, p. 226).
5
En esta época de revueltas populares, epidemias y de crisis feudal incipiente tuvieron lugar los primeros
juicios a brujas (en Francia meridional, Alemania, Suiza e Italia), las primeras descripciones del aquelarre
(Monter, 1976: 18) y el desarrollo de la doctrina sobre la brujería, en la que la magia fue declarada una forma
de herejía y el máximo crimen contra Dios, la Naturaleza y el Estado (Monter, 1976: 11-7). Entre 1435 y
1487 se escribieron veintiocho tratados sobre brujería (Monter, 1976: 19), culminando, en la víspera del viaje
de Colón, con la publicación en 1486 del tristemente célebre Malleus Maleficarum (El martillo de los brujos)
que, de acuerdo con una nueva bula papal sobre la cuestión, la Summis Desiderantes (1484) de Inocencio
VIII, señalaba que la Iglesia consideraba a la brujería como una nueva amenaza (Federicci, 2010, pp. 225226).
6
No hay consenso en la cifra de las mujeres que fueron asesinadas, Federicci menciona que hay autoras que
la comparan con cifras del holocausto judío. Concluye que al menos 100 mil fueron asesinadas, sin contar a
todas las que fueron perseguidas y marginadas (Federicci, 2010, p. 222).
7
―Abya Yala es el nombre en lengua Kuna (pueblo que habita el territorio correspondiente a Panamá y a
Colombia) del continente que los colonizadores españoles nombraron ‗América‘. Significa: ―tierra en plena
madurez‖ o ―tierra de sangre vital‖‖. (Espinosa Miñoso, Gómez Correal, & Ochoa Muñoz, 2014, p. 13).
También puede entenderse como una posición político-epistémica que reivindica la existencia de
civilizaciones precolombinas. Más información en: http://latinoamericana.wiki.br/es/entradas/a/abya-yala
23
La acusación de brujería que refiere Federicci (2010) fue el pretexto con el que se
desarticuló la resistencia de las mujeres a la expansión de relaciones de poder que las
condenaban a la subordinación y despojaban los conocimientos que tenían sobre el cuerpo,
especialmente acerca de la curación y la gestión de la fertilidad.
Si consideramos el contexto social en el que se produjo la caza de brujas, el
género y la clase de los acusados y los efectos de la persecución, podemos
concluir que la caza de brujas en Europa fue un ataque a la resistencia que las
mujeres opusieron a la difusión de las relaciones capitalistas y al poder que habían
obtenido en virtud de su sexualidad, su control sobre la reproducción y su
capacidad de curar (Federicci, 2010, pp. 232- 233).
La dominación de las brujas y de los pueblos de Abya Yala, fundamentó el modelo
capitalista de producción que continúa transformándose sobre esta base hasta la actualidad.
Se puede reconocer a lo largo de la historia que las dinámicas capitalistas no han
permanecido estáticas, por el contrario, se han acelerado los ritmos de producción y sus
alcances se han expandido. Diferentes políticas de reajuste, en diferentes épocas de la
historia, han especializado sus mecanismos de control económico y corporal.
Una vez constituido el modelo de producción capitalista, sus condiciones de
acumulación y de reproducción ampliada a escala mundial han determinado
los ritmos de extracción de materias primas, las formas de utilización de los
recursos y los procesos de transformación del medio natural. Este proceso ha
sido la causa principal de la erosión de los suelos, la pérdida de la fertilidad
de las tierras, de la destrucción de la capacidad de producción de los
ecosistemas, así como del agotamiento de los recursos naturales. La
degradación ambiental se acentúa en las regiones donde, históricamente se
han desarrollado las formaciones sociales que se han visto sometidas y
explotadas a los países capitalistas industrializados, sobre todo en los
ecosistemas tropicales (Leff, 1994, pp. 140-141).
24
1.1.2. La expansión del neoliberalismo.
En el siglo XX a mediados de los años 40 –tras el fin de la Segunda Guerra Mundialnuevas políticas de ajuste económico fueron implementadas desde Estados Unidos a través
de los acuerdos de Bretton Wood. Estos acuerdos se discutieron en torno a los temas de
desarrollo, estabilidad financiera internacional y liberación comercial (Martínez Rangel &
Soto Reyes, 2012, p. 36).
Con la presencia de más de cuarenta países, pero con la influyente participación
estadounidense –dada por el poder que representaba luego del ya anunciado, triunfo en la
guerra- se acordaron diferentes medidas económicas en pos de beneficiar a los países
miembros. Entre estas políticas se estableció el dólar como patrón de cambio y,
respondiendo a la estrategia británica, se acordó la creación de los organismo internaciones:
el Banco Mundial8 (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) (Martínez Rangel &
Soto Reyes, 2012, p. 37).
El BM se crea para realizar préstamos en favor de la reconstrucción de los países
afectados por la guerra y fomentar el desarrollo en los que se consideraron años más tarde
como ―subdesarrollados‖. Mientras que el FMI se encargó de determinar ―las normas del
sistema monetario internacional, presta atención financiera en determinados casos a los
países miembros y actúa como órgano consultivo con los Gobiernos‖. (Martínez Rangel &
Soto Reyes, 2012, p. 38). Así, con acuerdos adaptados a las estrategias económicas de
Estados Unidos y Europa, los países fueron ajustando sus dinámicas en nombre del
desarrollo y la esperanza de la modernidad. El neoliberalismo ganaba fuerza y se proponía
por los países dominantes como único camino para estabilizar la economía mundial
después de las Guerras.
En enero de 1949, el ideal de desarrollo fue impulsado por el gobierno de Estados
Unidos a través de las políticas expuestas en el discurso del entonces presidente, Harry
Truman. El contenido acentuaba las diferencias entre los países del Norte y los del Sur, al
nombrar a estos últimos, como ―subdesarrollados‖, esta categoría impulsó el cometido de
8
Primeramente llamado Banco internacional de reconstrucción y fomento.
25
modernizar las áreas subdesarrolladas a través de la aplicación de la ciencia y la tecnología
del mundo moderno, representado por Estados Unidos y Europa (Escobar, 2007).
El propósito era bastante ambicioso: crear las condiciones necesarias para
reproducir en todo el mundo los rasgos característicos de las sociedades
avanzadas de la época: altos niveles de industrialización y urbanización,
tecnificación de la agricultura, rápido crecimiento de la producción material
y los niveles de vida, y adopción generalizada de la educación y los valores
culturales modernos. En concepto de Truman, el capital, la ciencia y la
tecnología eran los principales componentes que harían posible tal
revolución masiva. Solo así el sueño americano de paz y abundancia podría
extenderse a todos los pueblos del planeta (Escobar, 2007, p. 20).
El desarrollo como discurso y estrategia de pacificación así como de crecimiento
económico, condenó a todas aquellas concepciones que no empataran con este paradigma o
que se mantenían al margen de él. La imposición del desarrollo como el imaginario
civilizatorio del mundo, aún se encuentra vigente en la actualidad y es a través de esta
visión, que se agrava la dominación colonial que ha sometido a los países del Sur.
Los resultados de la implementación de las políticas desarrollistas, fueron
catastróficos y denunciados por diferentes movimientos. Después de dos décadas de
aplicación e impulso, las tensiones producidas por este paradigma, se expresan tanto en el
aspecto económico, como en el político y ecológico. Sin embargo, las políticas de
desarrollo encontraron nuevos ajustes para su ejercicio.
Las transformaciones económicas que se vivieron a finales del Siglo XX, abrieron
paso a una nueva ola de modernidad, que se venía esbozando desde los años 70 y que se
concretó con el desarrollo de las redes globales de comunicación y la transformación de las
―economías socialistas‖ a partir de 1989 (Morin, 2011, pp. 20).
Las medidas neoliberales de 1990 declaradas en el Consenso de Washington, tenían
el fin de estabilizar la economía y resolver la crisis de los países en desarrollo. El escrito
26
enlista diez9 medidas económicas acordadas entre los organismos internaciones de crédito,
el Congreso de Estados Unidos y sus grupos de expertos, junto con la Reserva Federal. Con
ello el giro neoliberal (Harvey, 2007) se enfoca en lograr lo que se consideraba urgente para
el pensamiento y la práctica económica: liberar el mercado y asegurar la estabilidad de la
moneda.
El neoliberalismo es, ante todo, una teoría de prácticas político-económicas
que afirma que la mejor manera de promover el bienestar del ser humano,
consiste en no restringir el libre desarrollo de las capacidades y libertades
empresariales del individuo, dentro de un marco institucional caracterizado
por derechos de propiedad privada, fuertes mercados libres y libertad de
comercio. El papel del Estado es crear y preservar el marco institucional
apropiado para el desarrollo de estas prácticas. (Harvey, 2007, p. 08).
Esta tesis expone algunas implicaciones de la adopción/imposición de las políticas
neoliberales, específicamente las que amenazan directamente el equilibrio ambiental y con
ello las condiciones de existencia de las mujeres. Sin embargo, la información presentada
es apenas un acercamiento a los efectos destructivos que el avance modernizador deja a su
paso sobre la naturaleza, la vida humana y la no humana. No por ello, insuficiente para
abordar el problema planteado y exponer el caso de estudio.
Repensar los fundamentos del proyecto occidental es un objetivo que sostiene el
análisis de este trabajo, ya que a través de su estudio, se pueden observar los efectos de la
expansión del proyecto civilizatorio de occidente, en la agudización de las problemáticas
sociales y ecológicas.
9
Disciplina presupuestaria; cambios en las prioridades del gasto público (de áreas menos productivas a
sanidad, educación e infraestructuras); reforma fiscal encaminada a buscar bases imponibles amplias y tipos
marginales moderados; liberalización financiera, especialmente de los tipos de interés; búsqueda y
mantenimiento de tipos de cambio competitivos; liberalización comercial; apertura a la entrada de inversiones
extranjeras directas; privatizaciones, desregulaciones y garantía de los derechos de propiedad. (Mària Serrano,
2000, p. 40).
27
1.1.2.1. Los rasgos fundamentales del proyecto civilizatorio de Occidente.
Con el objetivo de profundizar el entendimiento de las tensiones generadas por la
expansión del modelo civilizatorio occidental; se enlistan a continuación las aportaciones
sobre los rasgos fundamentales del proyecto de civilización, expuestas por Morales
Hernández (2004, pp. 31- 35). La importancia de estos rasgos radica en conducir a la
reflexión de la complejidad socioambiental, tan urgente en el análisis y la construcción de
alternativas para trascender la crisis.
1.1.2.1.1. La relación sociedad-naturaleza.
El antropocentrismo deviene del racionalismo económico, el paradigma antropocéntrico le
confiere al Hombre, una posición privilegiada respecto a otras especies, incluso sobre las
mujeres, colocándolo en el centro del Universo, con ello se abroga su autoridad para
conquistar, modificar y saquear a la naturaleza, al mismo tiempo que se obvia la
relación/dependencia que la sociedad mantiene con el medio natural, por lo tanto la
naturaleza solo tiene valor al ser apropiada o transformada. En consecuencia, esta omisión
sostiene el planteamiento de que ―el proyecto occidental establece relaciones con la
naturaleza sólo con base en criterios económicos y productivos, sin considerar aspectos
éticos y filosóficos, o de corresponsabilidad‖ (Morales-Hernández, 2004, p. 32).
1.1.2.1.2. Industrialización y urbanización.
La racionalidad moderna reconoce como entes impulsores de desarrollo y referentes
inequívocos a la industria y a la urbe ―Desde esta percepción, la naturaleza y los espacios
rurales tienen razón de ser en la medida que soportan el desarrollo industrial y la
urbanización‖ (Morales-Hernández, 2004, p. 32). Esta visión niega a la naturaleza como
soporte de la producción y asimismo se omiten los altos costos materiales y simbólicos que
las sociedades en transición a la urbanización, deben asumir.
1.1.2.1.3. Procesos económicos y naturaleza.
Este rasgo describe la superposición de las leyes económicas a las leyes de la naturaleza. La
racionalidad económica infringe perjuicios contra el equilibrio ecológico ya que valora a la
naturaleza como recurso explotable para la producción de capital, que se regulará a través
28
del libre mercado y no considera los límites ecológicos tanto de la extracción de recursos,
como en el depósito de desechos.
1.1.2.1.4. Ciencia y conocimiento.
El impulso modernizador está sustentado en el conocimiento científico, la ciencia
occidental es la generadora y validadora de los conocimientos que son necesarios y útiles
para conducir a la humanidad por el camino del progreso, en consecuencia, a los
conocimientos ajenos la ideología cientificista no se les reconoce como tal y se encuentran
subordinados a las categorías de saberes tradicionales, místicos, atrasados, empíricos o
simples costumbres.
1.1.2.1.5. Democracia representativa.
El ideal democrático es la base que asegura la implementación legitima del paradigma del
desarrollo, por un lado el ejercicio del poder se realiza a través de una estructura jerárquica
y centralizada; y por otro se confía en que la ciencia complementará ese ejercicio para el
bien de
las y los representados. En la actualidad es evidente que los gobiernos
democráticos, están convertidos en agencias desarrollistas que sirven a las corporaciones.
1.1.3. Violencia y degradación: síntomas de la crisis ecosocial.
La aplicación indiscriminada de dichos rasgos que sostienen el paradigma del desarrollo,
desata graves problemáticas que se vinculan a la crisis civilizatoria que enfrenta la
humanidad. Sustentados en la racionalidad económica moderna, mutante desde los tiempos
de La Conquista y La caza de brujas, estos rasgos han fragmentado y destruido las formas
ancestrales de organización en las civilizaciones que conquistan.
Como se ha mencionado, las contradicciones que ponen en crisis a la civilización
occidental, trastocan diferentes esferas de la existencia humana y no humana, y aunque no
deben perderse de vista todas estas esferas en la construcción de alternativas para la vida,
en este trabajo nos centraremos en reconocer la tan argumentada crisis ecológica global
como uno de los síntomas más graves de la crisis civilizatoria.
29
La economía Latinoamericana, ha estado fuertemente vinculada a los cambios en la
economía mundial, por ello en los periodos de crisis las cúpulas internacionales
implementan planes que estabilicen las condiciones para trascenderla (Martínez-Rangel &
Soto-Reyes, 2012). Sin embargo los planes de desarrollo que se han impuesto,
particularmente en esta región, han generado tensiones que vulneran las condiciones
políticas, sociales, económicas y ecológicas de diferentes regiones.
Según las aportaciones de Leff (2004), el daño ecológico, en el presente tiene
alcances globales y es innegablemente uno de los síntomas más graves de la crisis.
Hablamos de que la naturaleza, como sustento material de la vida y de sentido humano, se
encuentra amenazada por las dinámicas de (re)producción capitalista.
Las pruebas de la crisis ecológica global, son irrefutables (Lander, 2011). Aunque
los debates en torno al tema del calentamiento global son permeados por las visiones e
inversiones de países dominantes como Estados Unidos, las evidencias que demuestran los
efectos destructivos de las actividades humanas –principalmente por las vinculadas al uso
de combustibles fósiles y las industrialización del campo- son visibles en el medio natural
planetario
Asimismo, la homogenización es un efecto de la aplicación/adopción de la visión
occidental del mundo, dirigida desde la centralidad económica y los valores de ―libertad‖ y
―dignidad‖ –recurrentes en los discursos estadounidenses-. El caso latinoamericano ilustra
ampliamente este efecto ya que el paso de la modernización ha destruido la diversidad
natural/cultural que hasta hoy condena a la desaparición diferentes visiones de mundo que
se reconocen en lo ancestral pero también en las reivindicaciones anticapitalistas que se
expresan en la diversidad de resistencias y movimientos por el cuidado de la vida, de todas
las especies, así como de todos los ecosistemas planetarios.
En el contexto de dicha civilización hegemónica en crisis, el encuentro de las graves
problemáticas del ámbito ecológico y social da lugar a lo que Valdés Padilla (2016, pp. 4849) refiere como la crisis ecosocial:
30
…una crisis global que provienen de las dos principales irracionalidades que
hoy padece el mundo contemporáneo: la dilapidación de la naturaleza (crisis
ecológica) y la explotación y marginación de miles de millones de seres
humanos (crisis social) (Toledo, 2003). La crisis ecosocial radica en la
conjunción entre ciencia moderna y desarrollo capitalista; por lo que este
paradigma no ofrece soluciones (Shiva, 1995).
Los estándares que dicta el desarrollo no tienen en cuenta las condiciones
específicas de cada lugar en que se aplican, esto genera una especie de poblaciones modelo
que tal como los productos y servicios del capital se producen con ciertas características
que aseguren el avance de las sociedades hacia la modernidad del Norte. Sin embargo los
altos costos materiales e inmateriales que deben asumir países como los de América Latina
agravan las condiciones ecológicas y sociales.
Estás medidas que toman impulso con los ajustes neoliberales, prometen nuevas
libertades a conquistar a través de la modernización, pero mantienen los intercambios
desiguales entre países y al interior de cada uno. En México estos intercambios han
permitido la apertura comercial, la venta de las reservas de petróleo y otros recursos
naturales estratégicos, la enorme cantidad de territorios concesionados a empresas
trasnacionales y la privatización de la empresa pública.
Los rasgos civilizatorios que se han descrito anteriormente, tienen una profunda
vinculación entre ellos y de esa relación emanan las prácticas implementadas en América
Latina y específicamente en México, sin embargo se plantea la cuestión: ¿es ingenuidad
política lo que permite la indiscriminada aplicación/adopción de estos fundamentos, que
han demostrado incidir negativamente en los diversos contextos sociales, culturales,
políticos, económicos y ecológicos?
Las respuestas a esta pregunta son complejas. Las políticas que definen las
estrategias de modernización del país sirven a los intereses de un pequeño sector de la
población –la oligarquía- mexicana que mantiene el poder. Sin embargo desde La
Conquista, el elemento oculto de la expansión del capital ha sido la violencia. La
dominación de las civilizaciones fue resultado de la exportación de los mecanismos de
31
persecución y opresión que ya se practicaban en Europa con el fin de mantener y extender
el poder en manos de la iglesia y la burguesía (Federicci, 2010).
La violencia implícita en el despojo territorial, en la esclavitud, en la explotación de
la naturaleza y en la imposición de nuevas dinámicas sociales, se mantuvo en México
durante los 300 años que duró La Colonia, sin embargo este sistema colonial se ha
adaptado para seguir sirviendo a los intereses de los colonizadores –ahora políticos,
empresarios e inversionistas nacionales y sobretodo extranjeros-. En la realidad actual, las
políticas neoliberales mantienen intercambios injustos y nos siguen convenciendo de que la
solución progresista para los problemas económicos, ecológicos y sociales, se encuentra en
el crecimiento económico, en la liberación de los mercados nacionales y el avance tecnocientífico.
Los planes modernizadores en el país se sustentan en los rasgos explicados
anteriormente y su integración en los países del Sur ha generado una alineación a sus
teorías y prácticas. Con ello, se reproduce un paradigma que coloca al Hombre como el
centro del Universo y que en el fondo subordina a todas las especies incluyendo a la mujer.
La conceptualización antropocéntrica, se encuentra en el trasfondo del vínculo entre
la explotación del mundo natural y la opresión de las mujeres, ya que pensar al hombre
separado de la naturaleza conlleva al establecimiento de una ―relación instrumentalizadora‖
(Cavana, 2004, p.12) en primer momento con la naturaleza, debido a que esta se valora
únicamente por los servicios e insumos de los que puede proveer a la sociedad y no se ve
como el espacio reproductor de la vida. Entre hombres y mujeres esta relación se replica ya
que el Hombre mantiene su posición central y con ello subordinan la existencia de las
mujeres, además de que su valor se define través del trabajo y los servicios que puede
realizar.
En ese sentido, el Hombre es el depositario de los beneficios de las dinámicas de la
naturaleza y a él se le confieren las atribuciones de dominarla y modificarla en su beneficio.
En consecuencia se subordina la naturaleza a las necesidades del Hombre, pero por otra
relega a la mujer al mundo de lo natural, es decir, a todo aquello que puede ser dominado y
valorado por su carácter instrumental.
32
Esta jerarquización ha limitado el entendimiento de la naturaleza, ya que se ve como
un ente ajeno a la sociedad y la cultura, con ello las relaciones de intercambio y
corresponsabilidad permanecen fuera de la visión con que es abordado el estudio y
aprovechamiento de los ecosistemas. La fragmentación de la relación sociedad-naturaleza
abre la puerta al agotamiento del sustento natural y material de la sociedad, ya que este
paradigma antropocéntrico se articula a la superposición de las leyes económicas sobre las
leyes naturales.
La adopción de los patrones de desarrollo occidentales, específicamente las
imposiciones de la noción de desarrollo y modernidad han sumado a diferentes gobiernos
latinoamericanos, a una carrera progresista donde el avance es a toda velocidad y con los
ojos cerrados. La confianza en el desarrollo de la industria y la transición de lo rural-local a
lo urbano-globalizado, como premisa para la estabilidad económica, implica la
transformación y asimilación de la diversidad natural y cultural de las regiones
latinoamericanas. Según explica Morin:
Finalmente el desarrollo ha permanecido ciego, durante mucho tiempo, a la
degradación ecológica que aún sigue provocando (industrias contaminantes,
ciudades
contaminadas,
agricultura,
ganadería
y
piscicultura
industrializadas); ha puesto y pone cada vez más en peligro la biosfera,
debido a la sobreexplotación del petróleo y del carbón, a la deforestación y a
la
desnaturalización provocada
por
los
cultivos
y
la
ganadería
industrializados (2011, p. 27).
La centralidad de los espacios urbanos y las dinámicas que se deben articular para
sostenerlos generan una dependencia a los recursos naturales, además la voracidad de los
ritmos urbanos de consumo producen la degradación de las condiciones naturales. La
experiencia urbana invisibiliza a la naturaleza y a las sociedades que dependen
directamente de ella, a través de la imposición de patrones occidentales de sentido y
existencia.
33
La racionalidad económica del modelo hegemónico, plantea un sistema de
producción infinita o exponencial, sin considerar que la naturaleza es finita. Esta visión
produce supuestos económicos como el que enuncia que siempre puede encontrarse un
sustituto a través de la aplicación de la tecnología y el avance de la ciencia. Asimismo, el
mercado en sus procesos de autorregulación compensará las externalidades negativas del
proceso de producción que impactan en el equilibrio del ecosistema y en las dinámicas de
la sociedad, además dichas leyes establecerán un equilibrio que supere las desigualdades
sociales. Sin embargo las disposiciones neoliberales, han transformado a la naturaleza sin
considerar las condiciones de regeneración y conservación propias. Con ello, el valor de la
naturaleza se vuelve instrumental y es importante únicamente cuando se puede convertir en
capital, sin hacer otras consideraciones.
La transformación económica de los sistemas ecológicos ha trastornado el
comportamiento de los procesos dinámicos más importantes que
condicionan su estabilidad y productividad natural a largo plazo: la
producción de material orgánico y su proceso de descomposición, los flujos
de energía, la circulación de nutrientes y los ciclos hidrológicos (Leff, 1994,
p. 207).
Un ejemplo claro de los efectos de las dinámicas neoliberales en México, es el caso
del extractivismo, que evidencía estas prácticas económicas –orquestadas entre el Estado y
las corporaciones- que niegan el sustento natural de la producción y sus límites. La
administración de los recursos naturales se sustenta en la explotación y el despojo; millones
de hectáreas comunales han sido repartidas en concesiones privadas y/o extranjeras para
mega proyectos; declaraciones de reservas de biósfera para expropiar el control de los
ecosistemas a las comunidades originarias y ponerlo en manos de la ciencia y el lucro
futuro; cultivos intensivos y tiraderos de desechos de todo tipo, figuran en la larga lista de
mecanismos progresistas de organización del territorio y aprovechamiento de los recursos
naturales que afectan trágicamente el equilibrio ecológico y ponen en riesgo las condiciones
de la existencia humana y no humana.
34
Los mecanismos de mercado se postulan como el medio más certero para
asimilar las condiciones ecológicas y los valores culturales al proceso de
crecimiento económico. En la perspectiva neoliberal desaparecen las causas
económicas de los problemas ecológicos. La crisis ambiental ya no es efecto
de la acumulación de capital, sino del hecho de no haber otorgado derechos
de propiedad (privada) y asignado valores (de mercado) a los bienes
comunes. Una vez establecido lo anterior –afirma el discurso del desarrollo
sostenible-, las clarividentes leyes de mercado se encargarían de ajustar los
desequilibrios ecológicos y las diferencias sociales, la equidad y
la
sustentabilidad. (Leff, 2004, p. 105).
La expansión de la modernidad y la racionalidad económica hegemónica, se
sustenta en el desarrollo de la ciencia y la producción de conocimiento. Occidente ha
impuesto sus métodos y conceptos en todos los lugares donde se han desplegado los
modelos de desarrollo. Esto significa la invalidación de diversos conocimientos fuera de la
concepción occidental como las ciencias ancestrales de las civilizaciones precolombinas.
Sin embargo actualmente se encuentran conocimientos que no están preocupados en
validarse bajo los preceptos de la ciencia moderna y por el contrario desafían sus preceptos,
entre estas, las epistemologías del Sur o epistemologías decoloniales representan un campo
de suma importancia para el estudio de alternativas al desarrollo o la articulación de
alternativas para la crisis civilizatoria. Por esta razón, en este trabajo se plantea un
acercamiento a dicho campo, ya que uno de los objetivos es identificar las tensiones
producidas por el proyecto civilizatorio occidental y la aproximación a las alternativas que
desde contextos particulares están articulando, en este caso las mujeres. Sin duda,
diferentes visiones que reivindican la diferencia –no la condenan- están aportando a la
construcción de opciones de vida, ante la crisis multidimensional que enfrenta la
35
humanidad y que tiene su cimiente en las formas en que se ha entendido al mundo desde la
matriz colonial10.
En este sentido, cuestionarse acerca de el origen del conocimiento generado sobre
los países latinoamericanos y sus diversas sociedades, conducen a resolverse cuestiones que
han limitado las libertades humanas, invalidado diversas formas de entender y dar
significado a la existencia y con ello concebir formas ―otras‖ de habitar el mundo que
desafían el orden occidental. La universalidad del conocimiento científico ha limitado la
construcción y preservación de conocimientos del Sur y el cúmulo de investigaciones ha
servido para (re)producir una jerarquía muy parecida a la esclavitud colonial, disfrazada
elegantemente de modernidad.
Tanto la crisis ecológica y como la crisis social, han sido abordadas con una visión
tecno-científica que conduce a planteamientos y soluciones desde el libre mercado, lo que
limita cualquier intervención del Estado. Sin embargo, actualmente pueden encontrarse
diferentes análisis que ponen en cuestión las relaciones de dominación que se producen
sobre la naturaleza y que abren la posibilidad de entender las causas estructurales de la
crisis.
De acuerdo con Enrique Leff (2004), los efectos de la crisis tanto en el ámbito
ecológico, como en el social es producto de la falta de significado y también de la forma en
que se ha entendido a la naturaleza desde la racionalidad económica que sustenta toda
estructura moderna. Asimismo el autor plantea que dicha crisis, cuestiona ―los fundamentos
ideológicos y teóricos que han impulsado y legitimado el crecimiento económico, negando
a la naturaleza y a la cultura, dislocando la relación entre lo Real y lo Simbólico‖ (2004, p.
99). En ese sentido, se entiende la idea de que la crisis civilizatoria es también una crisis de
significado, de la perspectiva desarrollista con que humanidad ha entendido, explicado y
construido gran parte del mundo.
10
La realización de este trabajo se adscribe a un programa proveniente de la ciencia occidental, por ello se
plantea la utilización crítica de sus metodologías y conceptos. La autora trata de reservarse el papel positivista
que limita el contacto con la realidad para así explicarla, el trabajo es resultado de una reflexión que la ubica
en una posición privilegiada, como sujeto de estudio y observante desde adentro de la realidad planteada. En
este sentido, el objetivo profundo es explorar herramientas de investigación científica que puedan servir a la
construcción de nuevas metodologías adaptadas a las formas de conocimiento que surgen en los encuentros de
mujeres y de la reivindicación de sus necesidades.
36
La degradación ambiental irrumpió en la escena política como síntoma de
una crisis de civilización, marcada por el modelo de modernidad regido bajo
el pensamiento del conocimiento científico y la razón tecnológica sobre la
naturaleza. La cuestión ambiental problematiza así las bases mismas de la
producción; apunta hacia la desconstrucción del paradigma económico de la
modernidad y a la construcción de una nueva racionalidad productiva,
fundada en los límites de las leyes naturales, así como en los potenciales
ecológicos y en creatividad humana (Leff, 2004, p. 102).
Los ajustes neoliberales del proyecto civilizatorio, han significado la modernización
de los preceptos coloniales que se impusieron en La Conquista y durante La Colonia. La
expansión del desarrollo, continúa su avance a costa de la marginación/homogenización de
los cuerpos y la degradación/destrucción del ambiente.
Para que todos los ―portentos‖ del desarrollo puedan llegar a los países del Sur, los
gobiernos se han convertido en una agencia de corporaciones que garantiza las condiciones
favorables para el crecimiento económico, específicamente liberando el mercado y
respaldando las garantías de estabilidad. En Latinoamérica, el resultado de la imposición de
la democracia representativa en sustitución de las dictaduras, representó la proliferación de
gobiernos corruptos e ineficientes para satisfacer las necesidades o proteger los
ecosistemas, cuyo ejercicio del poder condiciona las estructuras de gobierno tradicionales y
subordina a las mayorías.
Los países latinoamericanos son poseedores de riquezas que el capitalismo entiende
solo como materias primas o recursos naturales susceptibles a la explotación para
transformarse en mercancías y posteriormente en capital. Bajo sus fundamentos, el
capitalismo impone sobre las sociedades insertas en la economía global, disposiciones
neoliberales, que exigen el desarrollo de una economía de endeudamiento y apertura
comercial, el resguardo de los derechos de propiedad privada, gobiernos de democracia
representativa para impulsar su modelo, la confianza en la ciencia y tecnología para
resolver los problemas sociales y ambientales. Además, este modelo económico influye en
las condiciones de existencia de las personas dictando la adopción del individualismo como
37
camino de evolución, estructuras familiares moralistas y religiones monoteístas, que
invisibilizan la diversidad de concepciones latinoamericanas.
Este modelo global de acumulación, ampliamente estudiado por Harvey (2005)
habla de la violencia implícita en el despojo de las condiciones naturales y las
homogenización de las culturas en nombre la acumulación de capital. Estas condiciones
también son explicadas por Federicci (2010) como la acumulación originaria, perpetuada y
profundizada, con los ideales de progreso en los países ricos y pobres. Esta dinámica
capitalista, es entonces colonial y su continuidad hasta hoy es nombrada como ―La
colonialidad‖, que persiste no solo en el ejercicio del poder (Quijano 2014), sino que
permea en diferentes ámbitos de la organización de la vida y representa la cara oculta de la
modernidad.
El análisis de la huella ecológica 11 realizado por Lander (2011, p.145-151) hace
evidente esta relación de explotación/dominación de los país del Norte sobre los del Sur.
Las reflexiones del autor concluye que ―La abundancia de los países centrales depende
crecientemente de la apropiación desigual de la capacidad de carga de la atmósfera, de la
exportación de su huella ecológica y de la utilización de la biocapacidad de los territorios
donde viven otros‖ (Lander, 2011, p. 150).
Para que la civilización sea lo que se conoce actualmente, se han despojado cuerpos
y territorios, analizar esta idea nos lleva a identificar la explotación y la contaminación que
ha degradado a tierra, pero también podemos reconocer la violencia perpetuada contra los
cuerpos, organizados como sociedades de mujeres y hombres, pero con componentes que
agravan las hostilidades y limitan las condiciones de existencia de ellas.
El orden civilizatorio ha subordinado a las mujeres, para mantener sus dinámicas. El
capitalismo emergió con la guerra contra las mujeres consideradas brujas, se expandió a
través de explotación que se expresa en el trabajo doméstico no remunerado la
responsabilidad unilateral de la crianza y el cuidado de los otros que se ha asignado
―La huella ecológica es un indicador de sustentabilidad diseñado por William Rees y Malthis Wackernagel
a mediados de la década de los noventa del siglo pasado, para conocer el grado de impacto que ejerce cierta
comunidad humana, persona, organización, país, región o ciudad sobre el ambiente.‖ (Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales, 2012, p.05).
11
38
históricamente a las mujeres, a través de la institucionalización de discursos que tienen
como medida al Hombre. La dependencia económica de las mujeres a los hombres, que se
instauró por la relación matrimonial, las sometió y con ello naturalizó la violencia sexista
dentro del hogar (Guillen, 2018, p.10).
Sin embargo, la reproducción de la violencia sexista trasciende el hogar y sus
expresiones mutan hasta la actualidad. Desde la negación de la ciudadanía a las mujeres,
hasta el control del Estado de las decisiones sobre el cuerpo propio, las mujeres han
enfrentado contextos que sistemáticamente las han excluido y con ello han condenado la
seguridad de sus condiciones de existencia.
En México, el avance del proyecto de civilización occidental, deja ver la
insostenibilidad de un proyecto de nación que afecta a grandes sectores de la población,
arrasa con la Tierra y vulnera gravemente la existencia de las mujeres, a través de la
implantación de relaciones de valores instrumentales, que subordinan la reproducción
natural y material de la vida. Un acercamiento a la idea anterior, se ve con las cifras
registradas sobre asesinatos de mujeres, en este país son asesinadas siete mujeres cada 24
horas (Secretaria de Gobernación & ONU Mujeres, 2017), en casos como este se vuelven
vitales los estudios que se planteen reflexiones acerca de la estructura jerárquica/domínate
que permite la grave incidencia de crímenes y restringe las libertades de esta población, así
como la organización entre mujeres para reivindicar su derecho a una vida digna.
1.2. Acercamiento a los feminismos: de los inicios de la teoría política feminista a los
movimientos feministas latinoamericanos
A lo largo de la historia, en diferentes geografías del mundo, las mujeres han vivido las
limitaciones de un orden económico y social que ha sido protagonizado por hombres. Los
procesos de Independencia de las colonias, que traían consigo ideales de libertad y derechos
civiles y políticos se reservaron para los varones, eso significó que las estructuras de poder
que mantenían la sujeción de las mujeres y la esclavitud, permanecieron operando sobre
ellas.
39
El feminismo como teoría y práctica política, emerge en tiempos de la Ilustración
como respuesta a la crisis social que las mujeres percibían respecto a la desigualdad frente a
los hombres y las libertades que para ellas estaban negadas. Desde entonces, las
vindicaciones y reivindicaciones de las mujeres se condensan en una ―teoría política
feminista‖ (Miyares, 2003, p. 107) que no es estática, sino que se transforma para enfrentar
las injusticias que el orden patriarcal impone en los más variados contextos. En este
sentido, reconocemos que la pluralidad de luchas que han emprendido las mujeres –en
diferentes territorios y épocas-, conduce necesariamente a hablar de feminismos y no de un
solo movimiento general u homogéneo.
La idea anterior plantea un desafío para este capítulo, ya que sería imposible realizar
una ―genealogía‖ concluyente de los feminismos, así que en su lugar el análisis se enfoca
en retomar elementos y posicionamientos que las feministas han construido frente al
paradigma la civilización occidental, particularmente en los últimos 40 años; arco temporal
donde además convergen los movimientos feminista y ecologista. Sin embargo, los
contenidos que aquí se presentan tienen como propósito, resarcir el olvido a partir de
nombrar las experiencias que han marcado la historia feminista, aportando a las luchas del
presente.
1.2.1. Feminismo Occidental.
Dicho lo anterior, se reconoce que es importante para el desarrollo del tema, mencionar las
acciones políticas de las mujeres en la República francesa del siglo XVIII, de las que nace
el feminismo, así que comenzaremos el del análisis de la historia feminista, retomando las
aportaciones del libro ―Feminismo para principiantes‖, de Nuria Varela (2014) donde la
autora recupera algunos acontecimientos y corrientes de pensamiento que marcaron la
historia de la lucha de las mujeres en Occidente por sus derechos primigenios. En ese
sentido es necesario precisar que, aunque este trabajo pretende acercarse a las propuestas
feministas latinoamericanas –específicamente en México-, es importante reconocer que el
feminismo como movimiento internacional, tiene sus orígenes en la reivindicación del
reconocimiento igualitario de los derechos que los hombres se adjudicaron luego de la
Independencia en los Estados Unidos y las Revoluciones de Europa, que de cierto modo
40
definieron las dinámicas sociopolíticas de sus colonias dispersas en el mundo y del
entonces, nuevo orden capitalista.
1.2.1.1. El feminismo en la Ilustración.
En el siglo XVIII, los portentos de la ciencia veían su esplendor (Harvey, 2007). Las
revoluciones que dieron apertura a las transformaciones progresistas, celebraban sus
triunfos y se configuraban nuevos derechos civiles/políticos con la reestructuración de los
sistemas políticos. La Revolución Francesa, aunada a las
transformaciones que
inauguraban una nueva era de desarrollo tecnológico y científico, trajeron nuevos preceptos
basados en los ideales de ―libertad, igualdad y fraternidad‖, sin embargo en este siglo la
vida pública y el ejercicio ciudadano eran exclusivos de los varones.
Las nuevas reformas y conquistas, restringían la participación de las mujeres en la
esfera socioeconómica y política, con ello se agudizaba el sometimiento de las mujeres
dado por la visión patriarcal y que el orden capitalista institucionalizaba y hacía oficial.
Este efecto pudo verse en los escasos derechos que su ―condición‖ les permitía ejercer
públicamente y en el ámbito doméstico.
Las organizaciones feministas de este tiempo eran activas, aunque en pocos años
fueron vigiladas, perseguidas y disueltas por el Estado. Entre las actividades realizadas por
las mujeres existían ―Los Clubes‖; que eran lugares para la discusión de temas literarios y
políticos, además de que promovían diferentes actividades culturales. Para hacer públicas
sus demandas, se escribieron ―Los Cuadernos de Quejas 12‖, en ellos exponían –a veces de
manera anónima- diferentes temas de la vida pública y doméstica que redundaban en la
atención a los maltratos dentro del hogar y la familia, el derecho al voto, la educación, el
derecho al trabajo, la potestad de los hijos, la independencia económica, los derechos de
propiedad y hasta la abolición de la prostitución (Varela, 2014, p.18). Lejos de conquistar
estas demandas, la persecución y el encarcelamiento de mujeres se intensificó y sus
12
Los Cuadernos de Quejas eran manuscritos realizados por las mujeres, ante la exclusión de su voz en la
estructura de gobierno de la época. Se redactaron en 1789, con la participación de mujeres de todas las clases
sociales y hasta las religiosas. Son considerados como ―testimonio colectivo‖ de los cambios que las mujeres
esperaban para ellas, en esos años de trasformación social (Varela, 2008, p. 18).
41
exigencias expresadas en los escritos como quejas, no fueron consideradas en las nacientes
reformas ciudadanas de ese tiempo.
En 1789, en Francia fue publicada la ―Declaración de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano‖, que reconocía los derechos de ―la ciudadanía‖, pero tales derechos no
fueron universales; solo eran reconocidos como ciudadanos activos los hombres mayores
de 25 años, independientes y poseedores de propiedades. Mientras que se consideraban
―individuos pasivos‖ todos los hombres sin propiedades o menores de 25 años, y a las
mujeres sin excepción (Varela, 2014, p. 21). Los individuos pasivos, no eran sujetos de
derecho, es decir, que no se reconocía su ciudadanía y por lo tanto estaban excluidos de la
participación política y de los derechos civiles. Mientras que los activos, al reconocerse
como ciudadanos, participaban en la toma de decisiones y contaban con todos los
beneficios que el Estado garantizaba.
La categoría de pasivos, que excluía a las mujeres del ejercicio ciudadano, no fue
aceptada tácitamente y en los años siguientes creció la agitación. El principio del
movimiento feminista sucede con la publicación de las obras que después se reconocerían
por muchas mujeres como los fundamentos de la teoría política feminista.
En Francia, Olimpia de Gouges realizó una réplica a la Declaración de 1789 con su
obra ―Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana‖, en la cual señalaba la
fatal exclusión de las mujeres en la construcción de la nueva sociedad fundamentada en los
ideales de igualdad y libertad. Cuestionaba las imposiciones que las restringían de los
derechos civiles, las condenaban a depender de los varones y las sujetaba también al hogar
(Varela, 2014, p.20).
Esta publicación desafiaba el orden ciudadano y representaba el creciente
descontento de las mujeres que se negaban a permanecer desprovistas de las libertades que
el Estado naciente garantizaba a algunos. La obra de Gouges sintetizaba los reclamos de
muchas mujeres y cada vez sumaba más adeptas que cuestionaron el orden impuesto. La
enérgica labor por exigir el reconocimiento de la ciudadanía de las mujeres, fue perseguida
por el Estado hasta que en 1793 Olimpia de Gouges es condenada a muerte en la guillotina
42
(Varela, 2014, p. 25). Sin embargo, la semilla del movimiento feminista estaba puesta y se
nutría de diferentes propuestas para alcanzar los derechos negados.
En 1792, antes de la condena de Olimpia, Mary Wollstonecraft dio a conocer su
obra ―Vindicación de los derechos de la mujer‖, en Inglaterra. Esta publicación sentó, lo
que algunas autoras consideran el fundamento del feminismo, ya que aporta a la
construcción de la idea de género y la discriminación positiva, conceptos que se han
recuperado por algunas corrientes feministas en los siglos posteriores (Varela, 2014, p. 23).
La exigencia de los derechos no cesó y la represión iba en aumento. Era urgente
para el orden establecido, imponer fuertes medidas de control. En poco tiempo nuevas
medidas fueron dictadas en el llamado ―Código de Napoleón‖ que se extendió por Europa
ya entrado el siglo XIX. Estas disposiciones profundizaron las desigualdades en el
matrimonio y obligaron la obediencia absoluta y la abnegación al marido o a los hombres
de la familia (Varela, 2014, p. 25).
Los momentos históricos descritos anteriormente, definen una etapa conocida como
la Primera ola del feminismo, caracterizada por las aportaciones de las mujeres a la
construcción de una teoría política y la gestión institucional de sus demandas a través de la
presentación de sus exigencias ante el parlamento durante años (Varela, 2014).
1.2.1.2. Las luchas sufragistas.
El igualitarismo que proclamaban las mujeres desde el Siglo XIX, ganó fuerza,
reconocimiento tanto en Europa como en Estados Unidos, dado que en ambos contextos los
derechos solo estaban reservados para los hombres considerados como ciudadanos. A raíz
de la activa participación de las mujeres en la lucha antiesclavista estadounidense, ellas
pudieron reflexionar sobre su propia libertad y sus restringidos derechos (Gamba, 2009, p.
145).
Elizabeth Cady Stanton convocó en 1848, a diversas personas de organizaciones
políticas y sociales, liberales abolicionistas a una reunión. Se trataba de la ―Convención
sobre los derechos de la mujer‖. Luego dos días de foro público y colectivo, emitieron la
―Declaración de Seneca Falls‖, también conocida como ―Declaración de Sentimientos‖. La
43
legitimidad política de sus reivindicaciones estaba sustentada en la ―Declaración de
Independencia de Estados Unidos‖, ya que las mujeres tomaron de ella los discursos
políticos que se difundían en ese tiempo (Varela, 2014, pp. 29-30)
En principio no había unanimidad sobre el tema de exigir como fundamental el
derecho al voto, sin embargo, con el avance de la lucha se volvió urgente esta
reivindicación. Después de dos décadas de búsqueda de cambios constitucionales que
dieran acceso al voto universal, sin resultados, Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony
iniciaron la ―Asociación Nacional pro Sufragio de la Mujer‖ (NWSA) 13, marcando con ello
una momento importante para el movimiento feminista en Estado Unidos. (Varela, 2014,
p. 30).
Estos hechos dieron impulso al movimiento sufragista que definió la Segunda ola
del feminismo. La NWSA, sostenía que la lucha dependía únicamente de las mujeres –no
de los hombres ni del Estado-, lo que generaba diferencias entre las integrantes y un año
después de la fundación de la Asociación, ocurre una ruptura entre las sufragistas; las más
conservadoras comenzaron a realizar campañas graduales a favor del voto igualitario estado
por estado y consiguieron que en 1869 se reconociera este derecho en el estado de
Wyoming. Ambas fracciones del movimiento siguieron la lucha y ante la necesidad reunir
fuerzas volvieron a unirse a finales del siglo, en 1890 (Varela, 2014, pp. 30- 31).
Mientras tanto en Europa, las peticiones presentadas al Parlamento británico no
fructificaban, entonces se creó la ―Sociedad Nacional pro Sufragio de la Mujer‖ en 1866. Si
bien el movimiento sufragista inauguraba la Segunda ola del feminismo, votar no era el
tema exclusivo, las demandas de las mujeres se fueron transformando y con ello sus
tácticas de lucha. Son dos, las aportaciones más visibles del Sufragismo a la lucha civil. La
primera es la palabra ―solidaridad‖, que surge para cuestionar el concepto ―fraternidad‖ 14
de los discursos de la época; la segunda son los métodos innovadores de la lucha no
violenta. ―El sufragismo se inventó las manifestaciones, la interrupción de oradores
13
Siglas en Inglés.
Deviene de los pregonados ideales revolucionarios: ―libertad, igualdad, fraternidad‖, y hacía referencia a la
relación entre hermanos varones.
14
44
mediante preguntas sistemáticas, la huelga de hambre, el autoencadenamiento, la tirada de
panfletos… Todos estos fueron sus métodos habituales‖ (Varela, 2014, p. 31).
El sufragio igualitario fue la demanda central de las mujeres en este tiempo, pero
además existía una diversidad de temas reivindicados por las mujeres, tales como ―…el
derecho al libre acceso a los estudios superiores y a todas las profesiones, los derechos
civiles, compartir la patria potestad de los hijos y administrar sus propios bienes‖ (Varela,
2014, p.32). Seguramente fue eso lo que generó una diversidad de métodos de lucha para
posicionar éstos temas en la agenda política y los debates ciudadanos.
La demanda de acceso al voto era un tema común, las convocaba a todas ya que
independientemente de las condiciones y demandas particulares, todas estaban excluidas de
la participación política por el hecho de ser mujeres (Varela, 2014, p. 34). La conciencia de
exclusión, que nacía del sufragismo y que articulaba las luchas feministas, fue un
parteaguas para extender los alcances del feminismo como un movimiento social
internacional ―con una identidad autónoma teórica y organizativa‖ (Varela, 2014, p. 34).
1.2.1.3. El acceso al voto y la visibilización de otras luchas.
El feminismo se fortalecía y se expresaba en diferentes lugares para evidenciar la limitada
libertad de las mujeres. Así en 1850, en la Convención de Akron, Estados Unidos,
Sojourner Truth, quien había sido esclava, alzaba la voz en su discurso ―¿A caso no soy una
mujer?‖ y con ello abría paso al feminismo de las mujeres negras (Varela, 2014, p. 34).
Las relaciones de trabajo que se construían alrededor de la producción industrial que
se desarrollaba vertiginosamente tanto en América como en la Europa del Siglo XIX,
trajeron consigo un nuevo sujeto entre las mujeres: las obreras (Varela, 2008, p. 40). Su
situación era complicada debido a que el trabajo que realizaban se pagaba más barato que el
de los hombres, además estaban sometidas a condiciones laborales injustas, la sujeción en
el hogar no había cambiado y las restricciones del ―Código de Napoleón‖ seguían
presentes.
Así surgía el doble trabajo de feministas como Flora Tristán, comprometida con el
movimiento obrero y con el feminista (Varela, 2014, p. 41). Por un lado; denunciaban la
45
explotación y la miseria de las relaciones capitalistas, tanto en Europa como fuera de ella;
por otro, abogaban por la insubordinación de las mujeres en diferentes contextos. Flora
realizó un minucioso trabajo que cuestionaba los diferentes mecanismos que subordinaban
a las mujeres y sus críticas iban desde la desigualdad en el matrimonio hasta el uso del
corsé, al que vinculaba a la cosificación femenina. Tristán es reconocida en el feminismo
latinoamericano debido a que durante un tiempo residió y militó en Perú (Gamba, 200, p.
144).
Las transformaciones tecnológicas, económicas y políticas propias del Siglo XIX
abrieron paso a una reorganización mundial en la que las mujeres se negaban a ser
excluidas, así que los esfuerzos por conquistar mejores condiciones para su vida no se
detuvieron, las peticiones sufragistas no perdían impulso y se complejizaba el debate de
diferentes temas que seguían en la agenda y que se iban tejiendo a las filosofías
contemporáneas. Entrado el Siglo XX, en el contexto de posguerra es que se materializan
las peticiones sufragistas. El pragmatismo propio de estos tiempos, hizo posible el
reconocimiento del derecho al voto de las mujeres. En estados Unidos y en Europa, se
dieron las primeras enmiendas que permitían que las mujeres votaran.
En Estados Unidos, hasta 1920 entra en vigor la enmienda que permitió el voto de
las mujeres. En este momento el movimiento sufragista estaba unificado nuevamente y
daba muestra de su capacidad organizativa, ya que desde 1910 realizaba grandes
movilizaciones, con las que se consiguió que en 1918 se modificara la ley que les impedía
votar (Varela, 2014, p. 31).
Entrado Siglo XX, a causa del rechazo de las peticiones sufragistas, en Europa las
feministas deciden trascender los medios legales y avanzan en ―lucha directa‖ 15 a partir de
1903, lo que significó, debido a la agitación permanente, el inicio de la represión y el
enfrentamiento constante con la policía. Después de 2 mil 588 peticiones, e innumerables
movilizaciones, encarcelamientos y algunos exilios, fue aprobada la ley que permitió el
sufragio a las mujeres, exclusivamente a las mayores de 30 años (Varela, 2014, pp. 32- 33).
Esta restricción cambió años después y el derecho fue igualitario en 1927.
―Describe María salas que la táctica que emplearon fue interrumpir los discursos de los ministros y
presentarse en todas las reuniones del partido liberal para plantear sus demandas‖ (Varela, 2014, p.32).
15
46
El siglo XX llegaba con nuevas conquistas de derechos femeninos y la
independencia de las mujeres no tenía precedentes, pero el periodo entre guerras y las
ideologías que acusaban a las feministas, de subversivas y de atentar contra la familia –y
hasta contra el crecimiento poblacional- al ejercer sus libertades, generaron pausas en los
esfuerzos que mantenían las mujeres, con las que se cerraba esta etapa de lucha incansable
para el feminismo occidental.
1.2.1.4. La sexualidad y el género, temas centrales en las reflexiones políticas
feministas del Siglo XX.
A pesar de que los periodos de guerra debilitaron y desarticularon diferentes luchas
feministas, su avance no se detenía. Alejandra Kollontai en Rusia y Emma Goldman,
también de origen ruso, pero residente en Estados Unidos, sentaban los precedentes que
caracterizarían al movimiento feminista radical de la década de 1960, en el que se integra la
reflexión acerca de la vida sexual. Varela relata las aportaciones de Kollontai:
Lo más significativo de su discurso fue hacer suya la idea de Marx de que
para construir un mundo mejor, además de cambiar la economía, tenía que
surgir el hombre nuevo. Así, defendió el amor libre, igual salario para las
mujeres, la legalización del aborto y la socialización del trabajo doméstico y
del cuidado de los niños, pero, sobre todo, señaló la necesidad de cambiar la
vida íntima y sexual de las mujeres. Para Kollontai, era necesaria la mujer
nueva que, además de independiente económicamente, también tenía que
serlo psicológica y sentimentalmente (Varela, 2008, p. 46).
Las de libertad sexual y la atención de la sexualidad femenina cada vez tenían
mayor incidencia en la sociedad de esos años. Por su parte, Goldman fue impulsora de la
libertad, a través de sus escritos en los que vinculaba el anarquismo y la lucha obrera con el
feminismo, para disociar las relaciones que limitaban a las mujeres (Gamba, 2009, p. 145).
Sus ideas la llevaron a ser la primer mujer en América, que explicara a un público mixto y
abierto, la forma en que se usaba un anticonceptivo en 1915 (Varela, 2014, 47).
47
Ambas pensadoras creían que la revolución de las mujeres tendría que venir de ellas
mismas y no de cambios políticos como el acceso al voto. En sus análisis Emma Goldman
consideraba la temática sexual como ―el arma más importante que la sociedad esgrimía
contra la mujer‖ (Varela, 2014, p. 48). Señala que la mujer debe dejar de verse como
mercancía sexual y además debe restringir el derecho a otros de decidir sobre su cuerpo,
específicamente lo relativo a la decisión de tener hijos o no tenerlos.
En 1949, Simone de Beauvoir publicó su libro ―El Segundo Sexo‖, esta obra trajo
nuevos impulsos al movimiento feminista. Beauvoir planteaba en dos tomos un análisis
completo sobre la condición de la mujer y expuso algunos temas que se retomaron como
exigencias feministas, y que desde estos años permanecen en el actual debate de género
(Varela, 2014, p. 48). La autora hace una crítica al androcentrismo, reconociendo que la
mujer siempre ha sido considerada como ―otra‖ en relación al hombre, él es ―…el centro
del mundo, es la medida y la autoridad‖ (Varela, 2014, p.50). En el Primer volumen
desarrolla todo un marco conceptual que trasciende los límites de las ciencias y a través de
diferentes disciplinas concluye en que:
―…no hay nada biológico ni natural que explique esa subordinación de las
mujeres, lo que ha ocurrido es que la cultura –desde la edad de bronce- dio
más valor a quien arriesgaba la vida –que es lo que hacían los hombres en
las guerras y las conquistas de nuevos territorios- que a quienes la dabanque es lo que hacían las mujeres con su poder de concebir‖ (Varela, 2014,
pp. 50-51).
Mientras que en el Segundo volumen inicia con la reconocida frase ―No se nace
mujer, se llega a serlo‖, misma que resumía que la cultura se sobreponía a la naturaleza ya
que dictaba como debían comportarse hombres y mujeres, por lo tanto estas categorías eran
una construcción social. Además esta síntesis aportó a las reflexiones posteriores sobre el
género. La aceptación e influencia que tuvo la obra de Simone de Beauvoir en los
movimientos feministas de Europa y Estados unidos, fue tal que la autora terminó
asumiéndose como feminista luego de la respuesta, tan positiva que tuvo a la publicación
(Varela, 2014, p. 50- 51)
48
En la década de los 50 y durante los 60, Bety Friedan difundía su idea de ―el
problema que no tiene nombre‖, en la que sintetizaba el agobiante rol que asumían en el
hogar las mujeres de la posguerra, en Estados Unidos que las obligaba a ser perfectas amas
de casa, esposas y madres, etiquetas que definía su personalidad sin importar sus deseos
reales más allá de ellas (Varela, 2014, p. 53).
Tras una reflexión de su vida personal, Friedan escribió el libro ―La Mística de la
Feminidad‖ (1963). Tal como pasó con Beauvoir, la autora se transformó tras la
publicación de su libro y sirvió para que diferentes mujeres continuaran la reflexión
feminista, a pesar de que la obra respondía al contexto particular que vivían las mujeres de
clase privilegiada, en Estados Unidos. La mística de la feminidad se refería al ―…modelo
ama-de-casa-madre-de-familia‖ (Varela, 2014, p.57) que se imponía a todas las mujeres de
la época.
Los hechos de la vida cotidiana que analizaba y exponía Friedan, eran tan simples
que por esa razón fueron aceptados entre mujeres en contextos similares, que les
permitieron reconocer sus opresiones particulares como parte una realidad común y
construir una identidad colectiva movilizadora sin enfrentarse con los hombres, que incluso
estaban incluidos en los primeros años de su movimiento.
Así en 1966 nace la ―Organización Nacional para las Mujeres‖ (NOW) 16, que en su
declaración de principios demandaba educación superior libre para las mujeres,
erradicación de la discriminación laboral –no solo para las mujeres, sino que consideraba a
otros grupos marginados- así como de la imagen que los medios de comunicación difundían
sobre la mujer y de las políticas proteccionistas que limitaban la igualdad de oportunidades,
además se exigía que mujeres y hombres participaran en los partidos políticos en igual
número (Varela, 2014, 57- 59).
…Friedan y su organización han llegado a ser las máximas representantes
del feminismo liberal. NOW se constituyó en una de las organizaciones
feministas más poderosas de EE. UU. En el año 2003 ya tenía 500.000
afiliadas. El feminismo liberal se caracteriza por definir la situación de las
16
Siglas en inglés.
49
mujeres como una desigualdad —y no una opresión o una explotación—.
Por ello, defienden que hay que reformar el sistema hasta lograr la igualdad
entre los sexos. Las liberales definieron el problema principal de las mujeres
como su exclusión de la esfera pública, y propugnaron reformas
relacionadas con la inclusión de las mismas en el mercado laboral. También,
desde el principio tuvieron una sección destinada a formar y promover a las
mujeres para ocupar cargos políticos (Varela, 2014, 59).
En la década de los sesenta, tras años de agitación política, se formaba una nueva
izquierda en Estados Unidos y aunque las mujeres habían realizado importantes
aportaciones para que eso fuera posible, el trabajo que hacían dentro del movimiento se
limitaba a la reproducción de las actividades de género a las que se les había condenado en
casa: terminaron siendo sirvientas y asistentes de los hombres que dirigían la lucha contra
el sistema y por la liberación sexual. Estos hechos detonaron la decisión política que
tomarían las mujeres, sobre realizar una organización autónoma en la que no se incluyeron
los hombres. Con ello nacía el ―Movimiento de la Liberación de la Mujer‖ (Varela, 2014,
pp. 60- 61).
Para 1967, comenzaba la revolución femenina del siglo, el giro radical fue
inevitable. En esta fase el movimiento se reconoce como ―nuevo feminismo‖ (Gamba,
2009, p. 146), que se caracterizó por centrar la atención en la sexualidad y la vida privada
con ello, la tarea de las feministas era trasformar sus condiciones sociales desde la
transformación del ámbito privado, su ideología se resumía en la célebre frase ―Lo personal
es político‖. En esta fase las movilizaciones eran impresionantes y con la conquista del
derecho a la educación, las feministas de esta época estaban mejor preparadas con niveles
académicos reconocidos, así habían conseguido legitimar sus discursos y construir sus
conceptos, a partir del análisis de diferentes filosofías (Varela, 2014, pp. 61-62).
Entre estos análisis surgía la obra de Kate Millet, ―Política Sexual‖ (1969)
presentada como tesis doctoral en la Universidad de Oxford, que fue de gran influencia al
movimiento ya que reflejaba las reivindicaciones de las protestas del momento. La
propuesta radical expuesta en ―La Dialéctica del Sexo‖ (1970), escrita por Sulamith
50
Firestone en Estados unidos, proponía ir a la raíz de la opresión femenina, en congruencia
al sentido de la palabra ―radical‖ que utilizaba Marx (Varela, 2014, p. 61). Algunos
conceptos que se deben a estas obras no solo siguen vigentes, sino que representan la parte
nodal de algunas discusiones feministas. Estos conceptos son: ―patriarcado‖ y ―género‖, los
cuales están definidos en la cita que recupera Nuria Varela:
El patriarcado se define como un sistema de dominación sexual que es,
además, el sistema básico de dominación sobre el que se levantan el resto de
las dominaciones, como la de clase y raza. El patriarcado es un sistema de
dominación masculina que determina la opresión y subordinación de las
mujeres. El género expresa la construcción social de la feminidad (2014, p.
61).
Con el análisis de las relaciones de poder, en las que sustentan los acuerdos dentro
del matrimonio y la familia, cambió profundamente la política que habían concebido las
mujeres tiempo antes, esto las llevaba a trascender el fin de conquistar más espacios
públicos y la igualdad. La lucha se trasladaba ahora al núcleo del hogar, incluso a las
alcobas, desde ahí se cuestionaban los privilegios masculinos, ésta reflexión marcaba la
radicalidad del movimiento. Era momento de una lucha renovada que se mantuvo a la
vanguardia de la transformación de la vida de las mujeres. Al movimiento radical se le
deben al menos tres grandes aportaciones a la lucha feminista: las movilizaciones masivas,
los ―grupos de autoconciencia‖ 17 y los centros de ayuda.
En los ―grupos de autoconciencia‖ se invitaba a las mujeres a realizar una
interpretación política de su propia experiencia de vida, a través de la exposición lo que
cada una sentía como opresión. Con ello, desde la realidad propia se construían reflexiones
teóricas a cerca de la sexualidad y de los roles en las relaciones supuestamente naturales,
entre hombres y mujeres que encaminaron la acción política, hasta concluir en que dichas
El caso de estudio que se presenta en esta investigación se encuentra vinculado a estos ―grupos de
autoconciencia‖. Aunque actualmente no se nombren de esa manera, encontramos que esta propuesta de las
radicales ha influenciado la creación de grupos propicios para la reflexión desde el cuerpo y la organización
política. El tema se retomará en el apartado correspondiente.
17
51
relaciones, son ―relaciones políticas de poder‖ lo que implicaba rupturas necesarias tanto en
el matrimonio como en la familia, para alcanzar la libertad (Varela, 2014, p. 63- 64)
A partir de la reflexión política, centrada en la sexualidad, las feministas radicales
encaminaron sus esfuerzos a construir alternativas para transformar su realidad y no solo
para repensarla, ―…también desarrollaron una salud y ginecología fuera de las normas del
patriarcado, animando a las mujeres a conocer su propio cuerpo, y fundaron guarderías,
centros para mujeres maltratadas, centros de defensa personal…‖ (Varela, 2014, p. 62).
Las radicales hicieron todo al mismo tiempo: desarrollar la teoría que dejaba
en evidencia las relaciones de poder entre hombres y mujeres, ponerle
nombre a la raíz de la desigualdad, sacarlo a la luz pública y manifestarse
subversivamente contra el orden establecido; crear los medios para que cada
mujer hiciera un proceso personal de liberación, apoyarla y, además, proveer
los recursos materiales (guarderías, casas de acogida...) que esa libertad
recién estrenada necesitaba (Varela, 2014, p. 64).
Todas estas acciones las realizaron sin perder de vista que la sexualidad femenina
era el centro de la discusión. Además de que en Europa y Estados Unidos, los grupos
radicales se movilizaban a favor de la diversidad femenina, protestando en los concursos de
belleza como Miss América y Miss Mundo (Varela, 2014, p.62.), reclamaban que fuera
abolido el modelo único femenino de estos certámenes ya que sin duda estos establecían
estándares impositivos sobre las mujeres:
Los patrones culturales tradicionales conllevaban una mutilación sexual
simbólica de las mujeres al negar su sexualidad y anestesiar cualquier
expresión de placer sexual femenino por considerarse antinatural y
pecaminosa. El descubrimiento y la publicidad dada al orgasmo a través del
clítoris respecto al vaginal fue una ruptura extraordinaria en la práctica
sexual (Varela, 2014, p. 65).
Este último hecho, fue de suma importancia para la lucha ya que rompía con el
enorme peso del tabú del placer sexual femenino y logro trascenderse en un derecho que
52
había estado negado en los contratos de pareja, con ello la autonomía estaba abriéndose
lugar en las relaciones intrapersonales y también entre la relación que las mujeres tenían
con sigo mismas.
Por primera vez se pone en entre dicho que –por su capacidad de reproducir
la especie- la mujer deba asumir como mandato biológico la crianza de los
hijos, y el cuidado de la familia. Se analiza el trabajo doméstico
denunciando su carácter de adjudicado a ésta de por vida, así como la
función social del mismo y su no remuneración (Gamba, 2009, p. 146).
1.2.1.5. Los feminismos: pluralidad feminista.
El camino andado por las radicales influenció diferentes esfuerzos de lucha e inspiró los
movimientos en diferentes lugares del mundo, la política sexual articulaba reflexiones
liberadoras a cerca del dominio que empezaba desde la sexual, el problema del trabajo
femenino no remunerado o mal remunerado y sin derechos como el de las obreras o
trabajadoras domésticas, estas reflexiones tanto en grupos de auto-conciencia como fuera
de ellos, permitieron la expansión y apertura de diferentes frentes de lucha feminista.
A partir de 1975, el feminismo ya no volvió a ser uno, singular. El
feminismo radical abrió las compuertas. A partir de su teoría y su práctica
—de «lo personal es político» y los grupos de autoconciencia—, las aguas se
desbordaron. Cada feminista comenzó a trabajar sobre su propia realidad.
Las semillas echaron raíces, con lo que el feminismo fue floreciendo en cada
lugar del mundo con sus características, tiempos y necesidades propias
(Varela, 2014, p. 67).
El movimiento radical, se vio menguado por los limitados alcances que tenía su
teoría en otros contextos, se dice que desapareció, pero lo que es cierto es que gracias a la
influencia teórica y la práctica política de las feministas, actualmente reconocemos
diferentes corrientes feministas que responden a una amplia pluralidad de luchas por todo el
mundo que se complementan, se cuestionan e incluso se enfrentan, lo que produce una
53
amplia diversidad que responde a las necesidades particulares de cada lucha y organización
femenina.
Entre las referencias consultadas para este trabajo, podemos reconocer los
feminismos latinoamericanos y los ecofeminismos, sin dejar de mencionar al feminismo de
la diferencia, el lésbico, el académico, el institucional, el ciberfeminismo y el feminismo
postcolonial, mismos que detalla Nuria Varela (2014, pp. 69- 75) en la reconstrucción
histórica de su libro, más un amplio etcétera que demuestran la heterogeneidad mundial del
movimiento.
A través del recuento de algunos hechos significativos entre las Olas feministas es
posible concluir que la lucha de las mujeres por sus derechos es de data antigua, así que no
se trata de un movimiento de moda o contemporáneo. Podemos decir también, que las
exigencias de sus derechos y las críticas al orden hegemónico diseñado por varones, se han
tratado de silenciar a través de la persecución y la condena, a lo largo de la historia.
1.2.2. Aproximación a las experiencias feministas en Latinoamérica.
La pluralidad del movimiento feminista en Latinoamérica, está dada por la diversidad de las
mujeres que lo constituyen, entre las que encontramos indígenas, afrodescendientes,
lesbianas, campesinas, jóvenes urbanas, intelectuales activistas, migrantes, chicanas y
teólogas18. Como se ha mencionado anteriormente, existen conexiones entre otros
movimientos que fortalecen la lucha común y se apoyan mutuamente ya que comparten las
opresiones sistemáticas del neoliberalismo y el patriarcado, pero también la conciencia por
el cuidado de la vida.
Las feministas de las corrientes mencionadas, comparten una mirada crítica hacia el
llamado ―feminismo hegemónico‖19 debido a las limitaciones que identificaron al tratar de
18
Con la mención de estas identidades no se pretende negar ni excluir la participación y aportaciones, de
otras, sin embargo son las que se encontraron comúnmente en las fuentes consultadas para la realización de
esta tesis. Asimismo, no se plantea que todas las mujeres que reivindican tal identidad, sean feministas. Cabe
precisar que el objetivo de mencionar dichas identidades, es ilustrativo y útil para el reconocimiento de la
pluralidad feminista, más no quiere decir que se realizó un abordaje amplio de todas ellas.
19
Entendido como el feminismo de Occidente y que está representado generalmente por las mujeres blancas
del Norte. Ochy Curiel CICODE UGR. (2016, noviembre, 07), explica a detalle esta idea en la conferencia
―El Feminismo Decolonial Latinoamericano y Caribeño. Aportes para las Prácticas Políticas
Transformadoras‖.
54
interpretar sus realidades desde el feminismo occidental, con ello han trasformado sus
enfoques y desarrollado prácticas políticas de resistencia a las secuelas coloniales, que se
sostienen en la otredad.
Durante largos periodos de enfrentamientos bélicos, para instaurar el orden
dominante en Latinoamérica y las múltiples transformaciones políticas constantes desde La
Conquista, las mujeres tuvieron que sortear en calidad de combatientes, botines, soldaderas,
sirvientas, cuidadoras, proveedoras y otros papeles de subordinación, la dominación
patriarcal heredada de occidente dentro de sus propias comunidades (Gargallo Celentani,
2007). Los procesos de resistencia a la colonialidad de diferentes poblaciones, produjeron
que el feminismo occidental pareciera ―tardío‖, es decir, la influencia internacional de este
movimiento encontró a las latinoamericanas ocupadas en resarcir los efectos coloniales,
expresados en el despojo, la esclavitud, la violencia, la explotación y contaminación de la
naturaleza, la desigualdad y el racismo contra sus pueblos, que son parte de la cara oculta
de la modernidad.
Sin duda el ideario feminista occidental aportó herramientas que permitieron,
formar y enriquecer
procesos de organización de las mujeres latinoamericanas, para
posicionar sus demandas antihegemónicas y repensar los patrones de dominación que
trastocaban múltiples dimensiones de la vida dentro de sus comunidades (Gargallo
Celentani, 2007, p. 18).
La consigna ―lo personal es político‖, llegaba a Latinoamérica en la década de 1980,
en un momento de transformaciones políticas emergentes. Las mujeres se encontraban y
organizaban sus frentes de lucha, a partir de las demandas contra el régimen dictatorial en
diferentes países (De Giorgi, 2016, 239).
La transición democrática, representaba para las organizaciones civiles la
oportunidad de conquistar libertades sociales que permanecieron negadas durante las
dictaduras, en este periodo emergían denuncias y campañas protagonizadas por diferentes
organizaciones, donde participan exclusivamente mujeres. Se configuraba entonces en
Latinoamérica ―...un nuevo sujeto político: las feministas‖ (De Giorgi, 2016, 239).
Diferentes esfuerzos y visiones se unían por la exigencia común de posicionar la voz de las
55
mujeres en la lucha democrática, ―Con la incorporación de mujeres provenientes de
distintas vertientes, el feminismo latinoamericano se fue gestando en un proceso dinámico
de discusiones teóricas y estratégicas‖ (De Giorgi, 2016, p. 241).
Las reflexiones y acciones del feminismo naciente, se encaminaban a la
construcción de una política democrática, que incluyera sus demandas y exigencias de
libertad. La reivindicación de la categoría de ―mujer‖ proponía el encuentro de muchas de
ellas para fortalecer la lucha por la democracia y el reclamo de justicia ante los crímenes de
Estado. ―…los movimientos de mujeres debieron primero que nada enfrentar el primer
desafío de hacer de la categoría mujer un término significativo y movilizador‖ (De Giorgi,
2016, p. 246).
Países como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay contaban con la participación de
grupos feministas en la transición política, quienes a través de los partidos y movimientos
políticos de izquierda, organizaciones religiosas y sindicatos, luchaban por la construcción
de nuevas organizaciones democráticas. Las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina, la
demanda brasileña de ―reconciliar la política con la vida‖ y los movimientos por la
amnistía, así como la reivindicación en Chile de ―democracia en el país y en la casa‖,
fueron luchas que hicieron visible el movimiento feminista en esos países (De Giorgi, 2016,
pp. 244- 245).
Sin embargo, los temas que décadas antes caracterizaban al movimiento feminista
radical del Norte: la vinculación de lo privado a lo político, la libertad sexual, la maternidad
obligatoria, el aborto, el cuestionamiento a los cánones de belleza, los mitos de la
maternidad y los injustos pagos de las obreras y del trabajo doméstico, resonaban en
diferentes contextos de la organización femenina en el continente, además en otros países
las feministas mantenían los esfuerzos por posicionar el cuestionamiento de las relaciones
de poder heredadas del colonialismo occidental.
La influencia neoliberal, que definía los patrones de desarrollo comenzó a establecer
la ponderación de los temas que formarían parte de la agenda de atención a la
―problemática de las mujeres‖. La temática feminista y las demandas de diferentes
movimientos
fueron
abordadas
–incluso
corporativizadas-
desde
las
esferas
56
gubernamentales y a través de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que fungían
como agencias para la cooperación internacional, e impulsaban la visión de las políticas
neoliberales que se dictaban desde el Norte.
Ante dicho escenario, las mujeres comenzaron a plantearse nuevas formas de acción
que posicionaran sus demandas y les permitieran construir políticas para erradicar la
desigualdad y la violencia que marcaban sus realidades. Con ello la propuesta de autonomía
tomaba fuerza entre diferentes grupos y sus integrantes delinearon rutas de acción para
concebir nuevos significados y conceptualizaciones útiles para encausar sus discursos y
prácticas.
De esta ruptura emergen distintas corrientes que comparten una perspectiva
feminista decolonial, es decir que cuestionan las relaciones de dominación que persisten en
los países del Sur y se articulan desde el Norte. Entre estas perspectivas se encuentran el
feminismo autónomo, el feminismo comunitario, el pensamiento feminista decolonial, el
lesbo feminismo y el feminismo espiritual20, que si bien plantean y desarrollan visiones
particulares, se tejen en la crítica a la colonialidad. Cabe precisar que el enfoque de esta
tesis pasa por la relación del feminismo comunitario y ecofeminismo latinoamericano, que
son corrientes que se consideran dentro del pensamiento decolonial, puesto que ambos se
posicionan contra las relaciones de dominación sostenidas por el paradigma patriarcal y
neoliberal.
1.2.2.1. El pensamiento feminista decolonial.
Las pensadoras decoloniales en Latinoamérica, han realizado aportaciones importantes en
la construcción de marcos conceptuales que permiten entender los matices del feminismo
latinoamericano y con ello, cada vez reúne a más pensadoras y activistas. En los últimos
años, el desarrollo de análisis y acciones políticas es creciente y emerge a partir de la crítica
de la modernidad occidental. Las feministas decoloniales desarrollan sus prácticas y teorías
20
Tal como se planteó en la exposición del feminismo occidental, las limitaciones de este trabajo
imposibilitan la realización de una ―genealogía‖ feminista latinoamericana, pero los objetivos de la
investigación sí plantean un acercamiento a algunas experiencias, por ello se retomarán más adelante sin
pretensión de hacer un análisis a profundidad de todas las perspectivas mencionadas.
57
planteando una visión macro del contexto de dominación que se detona en La Conquista y
se fortalece durante La Colonia.
Diferentes análisis feministas de esta corriente parten de las tesis propuestas por los
pensadores del grupo Modernidad/Colonialidad 21, para reconocer la colonización como un
hecho fundamental para el desarrollo del orden capitalista y explicar los efectos de la
colonialidad, perpetuados a través de los mecanismos del desarrollo neoliberal, en las
últimas décadas.
La ―Colonialidad del género‖22 (Mendoza, 2010, p. 28) es un concepto que surge de
la reflexión acerca de las críticas y debates que las feministas decoloniales han sostenido,
en un esfuerzo por construir un marco conceptual útil para sus luchas. Este concepto
explica que la dominación femenina fue una condición para la expansión de las colonias y
del capitalismo –incluso en Europa, a través de La Caza de brujas- y sin embargo ésta
quedó velada por la ―idea de raza‖ (Quijano, 2014), lo que supone una reproducción de los
acuerdos entre los colonizadores y colonizados varones y que definen, los relaciones
sociales entre hombres y mujeres blancos, mismas que limitan las condiciones para
establecer relaciones de solidaridad femenina internacional, debido a que imponen
jerarquías concebidas a partir de la idea de la colonialidad del género y la raza. (Mendoza,
2010, p.28).
A partir de la reivindicación de la ―diferencia‖ creada por la dominación colonial,
se han configurado las prácticas políticas y las teorizaciones de las mujeres en
Latinoamérica. Como se ha dicho antes, a pesar de que la teoría feminista latinoamericana,
es un campo en construcción, las experiencias de lucha de las mujeres son incluso,
precoloniales y muchas veces no se autodenominan feministas.
21
Este grupo de estudios reúne a pensadores latinoamericanos que plantean diferentes reflexiones sobre la
colonialidad y proponen la construcción de epistemologías ―otras‖ que permitan abordar la realidad de la
región de manera crítica, para el planteamiento de alternativas a la hegemonía occidental. Arturo Escobar
describe la propuesta de estudio y acción de este grupo en ―Mundos y conocimientos de otro modo. El
programa de investigación de modernidad/colonialidad latinoamericano‖, el artículo puede ser consultado en:
https://www.redalyc.org/pdf/396/39600104.pdf
22
El concepto es introducido por María Lugones y surge de la crítica a ―la colonialidad del poder‖ (Mendoza,
2010).
58
1.2.2.2. Feminismo comunitario.
Partir del cuerpo como primer territorio de lucha ha sido la propuesta de diversos
feminismos populares, entre los que destacan el feminismo comunitario y el ecofeminismo
gestados en América Latina. Las ideas tejidas desde este reconocimiento, desafían los
condicionamientos que la hegemonía occidental ha impuesto sobre las percepciones de ser
mujer o habitar un cuerpo con las características fisiológica que permiten menstruar, dicha
imposición a través de mecanismos de orden colonial, capitalista y patriarcal justificados en
la sociedad moderna por la ciencia, la religión y el sistema económico-político.
Esta idea alude a la conceptualización del cuerpo como territorio, que se ha
planteado desde diferentes filosofías feministas y ecofeministas, para denunciar la relación
que existe entre la violencia contra los cuerpos y la explotación de la tierra. La defensa de
estos espacios de vida y lucha, bajo la consigna ―Ni la tierra, ni las mujeres somos territorio
de conquista‖, adoptada por diferentes movimientos y experiencias de mujeres defendiendo
sus territorios del despojo –inducido por megaproyectos productivos y extractivos,
generalmente trasnacionales-, de la contaminación y la fragmentación que condena la salud
de sus cuerpos y los ecosistemas.
La propuesta de los feminismos comunitarios, parte de la reflexión de las relaciones
patriarcales que se mantuvieron sobre las mujeres antes de La Conquista y que se vieron
intensificadas por el ―entronque patriarcal‖ (Paredes, 2013, p. 71), el encuentro del
patriarcado occidental con el patriarcado de en las comunidades originarias. Esta propuesta
nutrida por el lesbofeminismo boliviano y la espiritualidad ecofeminista de Guatemala,
pone en cuestión los argumentos heteropatriarcales que han subordinado a las mujeres y sus
territorios por más de 500 años.
A partir del reconocimiento de que las mujeres no son un sector minoritario, se
plantean el cuestionamiento de los ajustes neoliberales y los efectos que producen en las
comunidades tanto urbanas y rurales como indígenas y mestizas. Esta corriente, desarrolla
imaginaros incluyentes que permiten la libertad e incentivan las relaciones comunitarias,
asimismo rescatan conceptos del feminismo occidental y los resignifican desde sus
percepciones y localizaciones.
59
El surgimiento de estas reflexiones situadas ―desde‖ Abya Yala, ha permitido la
construcción de iniciativas y propuestas que se tejen en un entramado complejo y diverso
entre la lucha de las mujeres, los movimientos indígenas, campesinos, afrodescendientes,
ecologistas y antihegemónicos y antineoliberales. Esta vinculación ha servido para
reivindicar las demandas, mejorar las condiciones de existencia de las mujeres e impulsar el
objetivo común de cuestionar los patrones occidentales que agravan la violencia en las
comunidades y con ello, amenazan la vida y producen la crisis ambiental actual.
La multiculturalidad de los países latinoamericanos, está reflejada en la diversidad
de los movimientos sociales que se han presenciado en los últimos años –entre los cuales el
feminismo ocupa un lugar importante- en respuesta a lo que González Casanova (2006)
define como el ―colonialismo interno‖, es decir, el fallo de las independencias de los
Estados nacionales, heredado de los siglos de colonización europea. El auge de los
movimientos comunitarios, representados por indígenas y campesinos en resistencia, cuenta
con organizaciones feministas que a través de diversas visiones encabezan alternativas por
la libre determinación y la defensa de la tierra, tal como lo describe Gargallo Celentani:
Las mujeres que participan en el movimiento zapatista en México, las
cocaleras en Bolivia, las indígenas amazónicas y andinas de Ecuador y
Venezuela están denunciando la relación entre el colonialismo, el racismo y
las desigualdades económicas, de oportunidades y de acceso a los servicios
públicos que las marginan. (2007, p. 20).
Entre las luchas y resistencias de dichos movimientos, se reconocen organizaciones
de mujeres que impulsan acciones radicales contra la desigualdad, repensando y
considerando ―…la imbricación de los sistemas de dominación sexista, racial heterosexista
y capitalista…‖ (Curiel, 2010, p. 71), implícita en las dinámicas de dominación expandidas
en la región desde La Conquista, hasta la implementación de la política neoliberal.
1.2.3. Aproximación a las luchas feministas en México.
En México es posible encontrar casos que exponen la creciente influencia de los
movimientos feministas. Es en la denuncia y resolución de las problemáticas que enfrentan
60
las mujeres en el cotidiano, donde observamos que actúan diferentes propuestas feministas
para hacer frente a situaciones agravadas por la ola de violencia sistemática y la crisis
estructural que ha golpeado al país en años recientes. Las propuestas feministas
confeccionan una red de contención, solidaridad-sororidad, autoconciencia, gestión
legislativa, centros de estudios, encuentros de reflexión, entre otras propuestas, necesarias
para reconstruir el tejido social abatido por múltiples crisis que emanan del paradigma
occidental de desarrollo.
1.2.3.1. De la lucha anti-reeleccionista al Primer Congreso Feminista de México.
La participación de las mujeres mexicanas en los movimientos sociales con la exigencia de
derechos civiles, se registra desde el periodo virreinal, hasta el actual debate por la
despenalización del aborto y atraviesa los procesos de Independencia y el antiautoritarismo
de La Revolución23.
Sin embargo, en este último periodo histórico surgen las primeras expresiones de un
movimiento feminista -influenciado por las ideas y acciones que en esos años surgían del
feminismo de Occidente- que integraba debates sobre la desigualdad y las labores de
propaganda liberal. Este movimiento no fue homogéneo, pero las organizaciones
participantes tenían el objetivo común de luchar contra el régimen de Porfirio Díaz
(INEHRM, 2015).
Años más tarde, un grupo de diez mujeres propagandistas 24, comenzaron su labor
feminista divulgando publicaciones de su autoría y creando agrupaciones para mujeres con
el fin de continuar y fortalecer las discusiones sobre sus derechos, así para 1916 habían
logrado la realización de un Congreso Feministas en el sur del país (Rocha Isalas, 2015, p.
217). El 13 de enero de dicho año, en el teatro Peón Contreras, de Mérida, Yucatán se
23
(Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones en México, 2015).
Estas mujeres fueron: ―Elena Torres Cuéllar, Elvia Carrillo Puerto, Rosa Torre González, Florinda Lazos
León, María del Refugio García Martínez, Julia Nava de Ruisánchez, Atala Apodaca Anaya, Esperanza
Velázquez Bringas, María Ríos Cárdenas y Hermila Galindo Acosta‖ (Rocha Isalas, 2015, p. 217).
24
61
encontraron 617 mujeres de diferentes estados y clases sociales, para celebrar el llamado
―Primer Congreso Feminista de México‖25 (Valles Ruiz, 2015, pp. 253- 255).
El Congreso inició con la ponencia de Hermila Galindo Acosta, sobre sexualidad
titulada: ―La mujer en el porvenir‖, donde la autora exponía una fuerte crítica a la
limitaciones que restringían el acceso universal a la educación superior, dado que los
hombres eran los supuestos portadores de la razón y a las mujeres se les educaba
medianamente y respecto a la ―vida del corazón y del alma‖ (Valles Ruiz, 2015, p. 257).
Galindo Acosta, señalaba que por esa razón el intelecto femenino se atrofiaba y en
consecuencia, permitía que las mujeres fueran proclives a creer en ―charlatanerías‖
religiosas –católicas sobre todo- que terminaban por arrebatarles el control y conocimiento
de su cuerpo.
La ponencia insistía en que era necesario educar desde nivel secundaria sobre
fisiología y anatomía –temas reservados a los médicos- además de que debía instruirse a la
mujer en ―cuidados higiénicos‖ lejos del pudor, estos reclamos en favor de tener poder
sobre su cuerpo. Hermila observaba que la moralidad conservadoras de la época, condenaba
el instinto sexual femenino y las mujeres podían quedar ―marcadas‖ al expresarlo, lo que no
pasaba con los hombres a quienes incluso se les celebraba y auspiciaba: ―Mientras que las
mujeres pueden quedar embarazadas, los hombres fundan orfanatorios y casas de cuna,
como artificioso expediente para eludir sus responsabilidades‖ (Valles Ruiz, 2015, p. 259).
A causa de los fuertes principios conservadores del momento, el tema desató gran
polémica y la mayoría de las mujeres pidió que se realizara una revisión de los
planteamientos de la ponencia y muchas objetaron totalmente los argumentos de la autora.
A los planteamientos de Hermila, se sumó la exposición de Elvia Carrillo Puerto, sobre los
derechos reproductivos y el amor libre (Rodríguez Bravo, 2015, p. 274) que fueron temas
que complicaron el debate.
25
Existe discrepancia sobre si fueron dos congresos o solo uno, al respecto Rosa María Valles Ruíz (2015)
señala –citando a Alaíde Foppa (1979)- que el primero tuvo lugar en Villahermosa Tabasco, pero no fue
documentado, por esa razón generalmente se conoce como el primer congreso, al realizado en Mérida,
Yucatán en 1916.
62
Sin embargo este no fue el único tema en que las mujeres difirieron, el voto
femenino generó un amplio debate del que no surgió acuerdo alguno (Valles Ruiz, 2015, p.
260), por una parte; las mujeres cuestionaban su papel de ciudadanas y trabajadoras frente a
las responsabilidades que tenían en casa, la educación formal que les faltaba para poder
ejercer los cargos que podían conquistar en caso de poder votar y ser votadas, y por otra, las
mujeres se negaban a participar en la política, debido a los abusos y fraudes que habían
identificado por parte de los hombres que por esos años manejaban la política, sobre todo
en Yucatán (Rodríguez Bravo, 2015, p. 275).
Sin consenso y con una protesta contra el sufragio, firmada por más de treinta
mujeres (Valles Ruiz, 2015, p. 270), la demanda por este derecho se dejó para después y
aunque se planteó la participación política de las mujeres, no fue considerada ni en los
acuerdos del Congreso, ni se vio reflejada en la Constitución de 1917. El resultado del
debate entre las posturas liberal y conservadora del Congreso Feminista, tuvo poco eco en
la promulgación de La Constitución un año después, a pesar de eso las discusiones
feministas lograron influir en la ―Ley de Relaciones Familiares‖ de 1917, en la que por
primera vez, se reconocían los derechos de las mujeres dentro del matrimonio:
Ésta [ley] garantizaba los derechos de las mujeres casadas respecto a:
extender contratos, participar en demandas legales, ser tutoras y tener los
mismos derechos que los hombres en la custodia de los hijos. También se les
dio los mismos derechos que a los hombres para gastar los fondos
familiares, establecer demandas de paternidad y reconocer hijos ilegítimos
(Rodríguez Bravo, 2015, p. 274).
Mientras que en La Constitución sólo fueron mencionadas en el título sexto,
correspondiente al trabajo y la previsión social; el Artículo 123 26, establecía restricciones
laborales con pago durante el tercer trimestre del embarazo y un mes después del parto, se
restringía para ellas el trabajo nocturno y el considerado peligroso e insalubre, además de
las horas extras a la jornada de ocho horas.
26
Versión digital de La Constitución original de 1917. Obtenida de:
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/cpeum/CPEUM_orig_05feb1917_ima.pdf el 19 de julio 2018.
63
1.2.3.2. Reivindicación de los derechos políticos y el voto.
El movimiento feminista cada vez generaba más eco entre las masas, así que surgieron y se
reestructuraron diversas organizaciones que trabajaron por los derechos de las mujeres y
que continuaron la lucha décadas después de las primeras modificaciones de La
Constitución. Rodríguez Bravo (2015, p. 276) refiere que durante las décadas de 1920 y
1930, existieron dos agrupaciones importantes en la lucha por los derechos: el Consejo
Feminista Mexicano (CFM) que defendía derechos políticos como la igualdad de salarios
entre hombres y mujeres, el derecho a espacios de trabajo dignos -seguridad laboral y en la
maternidad y comedores-, el derecho de agrupación y reconocimiento por igual de los
derechos ciudadanos; además el Frente Único Pro Derechos de la mujer (FUPDM) que era
una organización con participación de mujeres comunistas, concentrado en exigir el
derecho al voto y que en 1937 postuló a Refugio García y a Soledad Orozco como
candidatas a diputadas en Michoacán y Tabasco, respectivamente, aunque no tuvieron éxito
debido a que en ese año el derecho ciudadano de votar y ser votadas aún no se reconocía
para las mujeres.
En ese mismo año, el presidente Lázaro Cárdenas presentó la iniciativa de reformar
el artículo 34 constitucional, para reconocer la ciudadanía femenina y aunque fue aprobada
por las cámaras, la reforma no tuvo efectos ya que no fue publicada en el Diario Oficial.
Entre los motivos que restringían el sufragio estaba el miedo de los políticos a que las
mujeres votaran influenciadas por la iglesia y que la participación se inclinara por los
partidos de oposición (Rodríguez Bravo, 2015, p. 278- 279).
Así las feministas recorrían el sinuoso camino del reconocimiento de sus derechos,
fue hasta 1946 que pudieron votar en elecciones municipales, sin que eso significara la
modificación en las condiciones de la mujer como cuidadora de los hijos y del hogar, y en
los discursos políticos del entonces presidente, Miguel Alemán, se perpetuaban las
sujeciones de género:
64
Pensamos que, para los puestos de dirección popular en el municipio libre,
la mujer tiene un sitio que le está esperando, porque la organización
municipal es la que tiene contacto con los intereses de la familia y la que
debe más atención a las necesidades del hogar y de la infancia‖ 27.
Cabe señalar que a partir de ese año, la inclusión de organizaciones de mujeres en
los partidos políticos, fue marcando una ruta que se puede seguir hasta la actualidad y que
ha propiciado la institucionalización de las demandas feministas en la medida que legitiman
el discurso de los gobiernos en turno, no sin resistencias por parte de grupos autónomos y
críticos de la política mexicana. Sin embargo, como hemos explicado antes, la influencia de
los organismos internacionales en los gobiernos latinoamericanos ha definido en diferentes
momentos de la historia, las temáticas prioritarias de atención a las mujeres, encaminadas al
desarrollo y su inserción en el contexto global.
Cuatro años más tarde en 1953, el sufragio universal fue posible y las mujeres -al
menos las empadronadas- en todo el país pudieron participar por primera vez en las
elecciones presidenciales, sin embargo autoras como Gabriela Cano (1991) y Roxana
Rodríguez Bravo (2015), coinciden en que la aprobación del derecho al voto respondía a
intereses de la esfera política del gobierno de Ruíz Cortines. El derecho se decretaba por la
influencia de los movimientos estadounidenses, y porque la administración mexicana
pretendía congraciarse y utilizar el voto como ―símbolo de modernidad política‖
(Rodríguez Bravo, 2015, p. 281) ya que por muchos años México se encontraba atrás en
este tema, respecto a la mayoría de los países latinoamericanos.
1.2.3.3. Feminismo institucional.
La influencia del feminismo institucional en México fue tal, que en el año de 1975 se
celebró en la ciudad de México la ―Conferencia Mundial del Año Internacional de la
27
Tuñón Pablos (citado en Rodríguez Bravo, 2015, p. 280).
65
Mujer‖28, convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con este evento
se inauguraba la ―Década de la Mujer‖, durante la cual se trabajaría por una serie de
objetivos que las naciones debían atender para resolver la situación de las mujeres, a través
de tres ejes: igualdad, desarrollo y paz. Según Rodríguez Bravo es a partir de este evento
que los temas de ―…sexualidad, anticonceptivos y los derechos a decidir sobre la
reproducción y la interrupción del embarazo‖, se comenzaron a debatir en foros
internaciones (2015, p. 291). En México el resultado de esta conferencia se vio reflejado en
la reforma del Código Civil, que liberó el acceso de las mujeres casadas, al trabajo
remunerado y el derecho a la dotación de tierras ejidales (Rodríguez Bravo, 2015, p. 283).
Además de la representación oficial de las naciones invitadas, en dicha conferencia
se llevó a cabo un foro paralelo que contó con la participación de 6 mil 29 mujeres
representantes de diferentes ONGs. Las mujeres que se encontraban en este foro, trataron
de posicionar sus demandas con una postura crítica, agregando ―subtemas‖ que se
vinculaban a las líneas de acción propuestas desde el ámbito institucional, pero que trataban
de exponer la complejidad de las realidades diversas que enfrentaban las mujeres por el
mundo.
En estos años comenzaba a hablarse de la relación directa que tenían las mujeres
con el cuidado del medioambiente, en consecuencia diferentes organizaciones institucionales y autónomas-, participaron en los planteamientos para lograr mejores
condiciones para el entorno de la vida de las mujeres. En Francia desde 1974 el feminismo
occidental integraba esta relación a partir del surgimiento del movimiento ecofeminista, que
tal como se describe en el capítulo siguiente, más allá de responsabilizar a las mujeres del
cuidado del medio ambiente, denuncia el vínculo entre la explotación de la naturaleza y la
subordinación de las mujeres, en función del sostenimiento del paradigma de desarrollo
(Mellor, 2000).
Más información en la publicación ―Conferencias mundiales sobre la mujer‖, consultada en:
http://www.unwomen.org/es/how-we-work/intergovernmental-support/world-conferences-on-women
recuperado el 23 de julio de 2018.
29
Según datos de las Naciones Unidas. ―Conferencias Mundiales sobre la Mujer‖. Recuperado de:
http://www.unwomen.org/es/how-we-work/intergovernmental-support/world-conferences-on-women
el 23 de julio de 2018.
28
66
La agenda feminista se transformaba con los años y luego de la obtención del voto
universal, las preocupaciones de las mujeres se fueron inclinando hacia la desigualdad que
prevalecía en el ámbito doméstico y social. Como ya se mencionó, la sexualidad femenina
y los temas alrededor de ésta: maternidad voluntaria, despenalización del aborto y
anticoncepción, estuvieron entre las principales reivindicaciones de la lucha de los años 70.
Más tarde se sumarían a estas exigencias, el tema de la violencia y la pauperización de las
condiciones laborales –denunciada principalmente por el ―Sindicato de Costureras 19 de
septiembre‖, luego del temblor de 1985-. A finales de la década de los 80 la perspectiva del
discurso de los derechos humanos, posicionó en la agenda política, las demandas feministas
(Rodríguez Bravo, 2015, 284). Según la investigadora Eli Bartra30 en estos años se avanzó
en las condenas a la violación y la restricción de la libertad bajo fianza a violadores y se
tipificó como delito el hostigamiento sexual.
A partir de 1995 la ―perspectiva de género‖ (Rodríguez Bravo, 2015, p. 286), se
integraba a los discursos y prácticas gubernamentales en respuesta a la adhesión a los
acuerdos internacionales, emanados de las conferencias mundiales en las que participó
México, con ello la complejidad de las problemáticas femeninas se reducía a la defensa de
la igualdad, con lo que otras demandas reivindicadas por los movimientos feministas en
décadas anteriores, quedaron veladas, y en lo profundo el discurso igualitarista continuó
reproduciendo la opresión y normalizando la violencia.
La entrada del Siglo XXI presenció el fin de la ―dictadura perfecta‖ 31, luego de 71
años de gobierno priista llegaba a la presidencia, Fox Quezada a través del Partido Acción
Nacional (PAN). Esta administración se apegó a las disposiciones del debate internacional
para la atención de las necesidades de las mujeres y en 2001 se promulgo la ley que
permitía la operación del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) que incluía,
mayoritariamente, la participación de las militantes de dicho partido (Rodríguez Bravo,
2015, p. 286).
30
Bartra (citado en Rodríguez Bravo, 2015, p. 184).
Una década antes, en 1990 durante el debate televisivo “El siglo XX: la experiencia de la libertad”, Vargas
Llosa usaba este término para referir la permanencia del Partido Revolucionario Institucional en el poder: ―La
dictadura perfecta es México […] Tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre,
pero sí de un partido. Y de un partido que es inamovible" (Vargas Llosa, 1 de septiembre de 1990).
31
67
A su vez los gobiernos locales generaron sus propios institutos mediante los cuales
se atendieron las temáticas menos incómodas para la política panista, profundamente
católica y conservadora. ―…las agendas de estos institutos locales privilegiaron los temas
que menos oposición encontraban en estos sectores, tales como la desigualdad de género en
la pobreza, en los organismos de representación política y la violencia doméstica‖
(Rodríguez Bravo, 2015, p. 287).
Se evitaron así los conflictos o confrontaciones derivados de los desacuerdos
en temas como la sexualidad, la diversidad sexual, la liberación de recursos
para controlar la fecundidad o permitir la interrupción del embarazo.
También una parte de estos institutos tendió a reproducir una política de tipo
asistencial donde la mujer aparecía como vulnerable o víctima 32.
Desde la administración de Fox Quezada hasta 2012, atravesando dos sexenios, los
―Objetivos del Milenio‖ definieron parte de la política de atención a las mujeres que se
desarrolló en el país bajo el gobierno del PAN. En letra, los compromisos planteados para
cumplir la declaratoria incluían –entre otras metas sociales- lograr la igualdad entre mujeres
y hombres, erradicar la pobreza, combatir la desigualdad y procurar la justicia y proteger el
medio ambiente (Rodríguez Bravo, 2015, p. 288).
Tres conferencias mundiales sobre la mujer, se han celebrado a partir de 1975:
Copenhague 1980, Nairobi 1985 y Beijín 1995, además, a partir de esta última se han
hecho revisiones de los acuerdos cada cinco años y en 2015 se propuso la ―Plataforma de
Acción Beijín+20‖ que se propuso evaluar los avances nacionales por región de las
―medidas para el progreso de las mujeres y el logro de la igualdad de género‖ que
contemplaron doce ejes de acción33.
32
Tarrés (citado en Rodríguez Bravo, 2015, p. 287).
La mujer y la pobreza; educación y capacitación de la mujer; la mujer y la salud; la violencia contra la
mujer; la mujer y los conflictos armados; la mujer y la economía; la mujer en el ejercicio del poder y la
adopción de decisiones; mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer; los derechos humanos de la
mujer; la mujer y los medios de difusión, la mujer y el medio ambiente y la niña. Información recuperada de
http://www.unwomen.org/es/how-we-work/intergovernmental-support/world-conferences-on-women. el 23
de julio de 2018.
33
68
Estos eventos constituyen lo que podría reconocerse como el
feminismo
institucional que está impulsado por organismos internaciones defensores de la cooperación
y la encomienda de llevar el ―progreso‖ a las naciones ―pobres‖. La participación de la
comisión mexicana en la conferencia mundial de Beijín, reunía a ―…mujeres de los
partidos de la Revolución Democrática (PRD), el Revolucionario de los Trabajadores
(PRT), el Revolucionario Institucional (PRI), que gobernaba al país en ese tiempo, e
incluso algunas mujeres del Partido Acción Nacional (PAN)‖ (Rodríguez Bravo, 2015, p.
285). México realizó un diagnóstico de la situación de las mujeres, a través de dicha
comisión.
Desde esta perspectiva, donde las temáticas femeninas dependen de los gobiernos,
los acuerdos internaciones y el asistencialismo, se fue configurando la política ―oficial‖ con
la que ha sido atendida la ―problemática de las mujeres‖ en el país. Asimismo, la
emergencia de organizaciones autónomas visibilizó la necesidad de resolver las cuestiones
que no estaban consideradas en los planes de desarrollo y por ende no se reflejaban en las
propuestas de acción para atender las necesidades reales de muchas mujeres mexicanas, en
un contexto de guerra34 y apertura a la globalización sostenido por las políticas
neoliberales.
1.2.3.4. Miradas “otras” del feminismo.
El paradigma neoliberal se convirtió en piedra angular de los gobiernos mexicanos desde la
publicación las medidas del ―Consenso de Washington‖, mismas que privilegian la libre
empresa, a costa de la agudización de las problemáticas ecológicas y la desigualdad social,
la previsión de los efectos de la aplicación de las políticas neoliberales, se manifestaron en
el estallido de la guerra en 1994.
En el artículo ――Enfrentar la guerra todos juntos‖: María de Jesús Patricio‖ (Guillén, 2017), su autora
menciona que desde 1999 los Pueblos zapatistas denunciaban que con el neoliberalismo se avenía la IV
Guerra mundial que abriría paso al libre mercado. En 2016, los Pueblos zapatistas junto a otros Pueblos del
CNI, hablaban de ―la agudización de la guerra del capital‖ (Guillén, 2017, p. 29), dadas las condiciones de
despojo y saqueo de la tierra; el asesinato de mujeres, niños y pueblos; la mercantilización de la vida, por
parte de las grandes corporaciones y los cárteles de las drogas, la explotación y las desapariciones.
Reconocieron que estas situaciones destruyen las condiciones para la vida digna, tanto en contextos urbanos
como rurales, por ello, previo a las elecciones de 2018 los Pueblos hicieron un llamado a la organización, a
todos los mexicanos que resisten de diferentes formas a las múltiples expresiones de violencia, para buscar
entre todos, las acciones pacíficas que pudieran dignificar la vida en el país, frente a un sistema de muerte.
34
69
El 31 de diciembre de 1993 el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
lanzó el primer número de su periódico ―El despertador Mexicano‖ -órgano informativo de
los primeros años de lucha pública-, en el cual dejaba ver la otra cara del progreso y la
política de ―solidaridad‖ en el país. En ese número se exponía la grave situación de olvido,
que el Estado mexicano mantenía respecto a la satisfacción de las necesidades básicas en
las comunidades indígenas del Sureste y en diversos sectores de las urbes mexicanas:
―trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia,
justicia y paz35‖. La publicación incluía, entre otras, la Ley Revolucionaria de Mujeres 36 en
la cual se exponían, en diez puntos, las demandas de mujeres indígenas y trabajadoras
respecto a la participación política, el trabajo, la educación, erradicación de la violencia,
libertad, acceso a la salud y planificación familiar.
Al día siguiente se declaraba la guerra al gobierno mexicano, a través de la ―Primera
declaración de la Selva Lacandona‖ 37 y el enfrentamiento estalló en Chiapas el 1° de enero
de 1994, año en que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN), dejando al descubierto la desigualdad y los procesos de saqueo de las ―riquezas
naturales‖ del país. Doce días después con el apoyo de la sociedad civil, cesó el fuego y
comenzó una lucha pacífica que ha logrado –a pesar de la guerra de ―baja intensidad‖ que
prevalece en la zona- la conformación de un gobierno autónomo fundado en los siete
principios zapatistas38 y del que las mujeres forman parte importante a través del ejercicio
de diferentes cargos comunitarios de ―Buen Gobierno‖, labores de promoción de la
educación y la salud; prácticas agroecológicas; organización de cooperativas bancarias y de
producción.
La irrupción del EZLN en 1994, logró hermanar a diferentes Pueblos indígenas,
organizaciones de izquierda y de la sociedad civil dispersas por el país, con ello se articula
35
Estas son las 11 demandas que definen el camino de lucha que el EZLN y las bases de apoyo zapatistas,
siguen hasta hoy. ―Editorial de El Despertador Mexicano‖ (1993). Obtenido de:
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/1993/12/31/editorial-de-el-despertador-mexicano/ 24 de julio de 2018.
36
Ver Anexo1. Ley Revolucionaria de las Mujeres.
37
―Primera declaración de la selva lacandona‖ (1994). Obtenido de:
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/1994/01/01/primera-declaracion-de-la-selva-lacandona/ 23 de julio de
2018.
38
―Obedecer y no mandar; Representar y no suplantar; Bajar y no subir; Servir y no servirse; Convencer y no
vencer, Construir y no destruir y Proponer y no imponer‖. ―Ellos y nosotros. VII.- l@s más pequeñ@s‖
(2013), obtenido de: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2013/02/19/ellos-y-nosotros-vii-ls-mas-pequens/
70
una red de solidaridad nacional e internacional. Este tejido ha permitido integrar un
movimiento social contra las relaciones de dominación, explotación y racismo que el
Estado y su política neoliberal, impone no solo en las comunidades zapatistas o indígenas.
La participación de las mujeres –que se nombran o no, feministas- en este movimiento ―de
abajo y a la izquierda‖ ha reunido a luchadoras de larga trayectoria y ha posibilitado que las
injusticias relacionadas al hecho de ser mujer, se expongan y tengan alcances de cambio.
Frente a las políticas de institucionalización de las demandas de las mujeres, surgen
diversas alternativas que desde el siglo pasado, han puesto en cuestión la manera en que los
gobiernos las atienden. En voz de los feminismos autónomos o populares 39 se ponen en
debate temas alternos a los discutidos por el feminismo occidental-hegemónico, sobre todo
los de tendencia institucional.
En 2002, al margen de la política institucional se llevó a cabo en Oaxaca la
―Primera Cumbre de las Mujeres Indígenas de América‖, donde se encontraron cerca de
400 mujeres, de veintidós países para revisar y resignificar temas como el género, entre
otros temas políticos y culturales 40. Con este encuentro se hizo visible el esfuerzo de
feminismos populares que no compartían la visión neoliberal, tanto del gobierno como de
las organizaciones de cooperación internacional.
Las metas de paz planteadas en los ―Objetivos del Milenio‖, suscritas por el
gobierno de Fox y ratificadas por la administración de Calderón, estuvieron lejos de
cumplirse y la represión del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), que
mantenía frenada la construcción de un mega aeropuerto en San Salvador Atenco, fue
muestra de un crimen de Estado agravado por la misoginia. Con el objetivo colateral de
interrumpir las acciones de La Otra Campaña 41, en mayo del 2006 la policía reprime a los
militantes del FDP, por órdenes de los tres niveles de gobierno. Éste hecho dejo un saldo de
39
Nos referimos a organizaciones feministas que no dependen de recursos gubernamentales y que tampoco
forman parte de ONGs, generalmente de base indígena o anticapitalistas.
40
(El Rebozo; Zapateándole; Lente Flotante; En cortito que's palargo; AliFem AC, 2013, p.14).
41
La Otra Campaña, fue una iniciativa política del EZLN que buscaba recorrer comunidades de diferentes
estados de la república, con el fin de escuchar, hacer visibles y hermanar las necesidades del pueblo mexicano
–sobre todo organizaciones anticapitalistas-, en el contexto de las simulaciones propias de los procesos
electorales. En esos momentos la caravana pararía en Atenco, pero las actividades fueron suspendidas tras el
ambiente de inseguridad que se vivía en la zona.
71
dos muertos, 200 personas lesionadas, múltiples casos de tortura, además de la detención,
tortura y violación sexual de 47 mujeres (El Rebozo et al., 2013, p. 16); Los discursos que
anunciaban la pasificación del país y la justicia quedaban huecos ante este hecho sustentado
en una política misógina.
Un año después, se celebró en territorio zapatista el ―Primer encuentro de las
Mujeres Zapatistas con las Mujeres del Mundo‖ (El Rebozo et al., 2013, pp. 18- 19), un
espacio para la reflexión acerca de las problemáticas que cada mujer enfrentaba en su
realidad local, a partir de la experiencia propia, las mujeres zapatistas y de otras
organizaciones expusieron sus estrategias de lucha y organización comunitaria, para tejer
esperanza.
Los años subsecuentes, estuvieron marcados por el asesinato de tres mujeres
activistas oaxaqueñas en diferentes lugares. Teresa Bautista Merino y Felicitas Martínez
Sánchez fueron asesinadas al dirigirse a un encuentro de derechos humanos, ambas eran
comunicadoras en la radio comunitaria ―La Voz que Rompe el Silencio‖ del municipio
autónomo de San Juan Copala, territorio del Pueblo Triqui. A estos casos se sumó el de
Alberta ―Bety‖ Cariño Trujillo, defensora de la autonomía, los derechos de las mujeres y
del medio ambiente, fue emboscada por paramilitares mientras se dirigía en una caravana
solidaria a San Juan Copala (El Rebozo et al., 2013, pp. 19- 21).
Pese a los embates, las luchas por la autonomía y la libre determinación no se
detuvieron y en 2010 en la Costa Chica de Guerrero, las mujeres dejaron escritas sus
demandas en la ―Carta de los Derechos de las Mujeres‖, que fue presentada en el ―Primer
Encuentro de las Mujeres de la Montaña‖. Dicha carta resumía en quince puntos42 las
demandas para una vida digna: el respeto por la autonomía del cuerpo, la valoración de su
trabajo, el acceso a la salud y a la educación y la participación política.
Mientras tanto en Cherán, ahora municipio autónomo del estado de Michoacán, las
mujeres dieron un paso importante para la lucha de su pueblo. Las condiciones de
Un reportaje completo y los quince puntos de la carta puede verse en ―Las mujeres en La Montaña de
Guerrero: el otro brazo de la justicia comunitaria‖ (2011). Obtenido de:
https://desinformemonos.org/el-otro-brazo-de-la-justicia-comunitaria-organizacion-de-mujeres-en-lamontana-de-guerrero/ recuperado el 23 de julio de 2018.
42
72
inseguridad y saqueo que prevalecían en la comunidad, obligaron a las mujeres a
organizarse para detener los camiones que transportaban madera robada de sus bosques, así
comenzaba una lucha contra el crimen organizado que después se transformó en una lucha
contra los partidos políticos, que terminó por echarlos de la comunidad y con ello fue
posible la instauración del gobierno autónomo de Cherán que sigue gobernando la
comunidad (El Rebozo et al., 2013, pp. 26-27).
Al final de la administración de Calderón Hinojosa –también panista que gobernó
hasta 2012-, México contabilizaba más de 60 millones 43 de personas pobres, debido al
deterioro del mercado laboral, además de reportarse una creciente ola de violencia desatada
por la llamada ―Guerra contra el narco44‖, un contexto sumamente complejo que
ensombrecía cualquier esfuerzo por promover la igualdad y la justicia.
1.2.3.5. Panorama 2018: entre las elecciones y la construcción de la esperanza.
En 2018 concluye el sexenio de Enrique Peña Nieto, un periodo marcado por la corrupción
e injusticia en temas graves tales como el aumento de personas desaparecidas, de las cuales
hay incertidumbre respecto a la cantidad y al porcentaje de mujeres, la creciente incidencia
de feminicidios, la discriminación y la incapacidad de reducir la pobreza –por mencionar
algunos temas vinculados directamente al tema este trabajo-. Cabe señalar que el ineficiente
desempeño de la política priista, se reflejó en el descontento social, expresado en las
elecciones históricas del pasado mes de julio, en las cuales se registró una participación
43
La metodología oficial reportaba 53.3 millones, sin embargo mediciones del Centro de Investigación en
Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, realizadas por el Dr. José Luis de la Cruz Gallegos
reportan un total de 61.4 millones de pobres por ingresos. ―2006-2012: el sexenio de la pobreza en México‖
(2013). Obtenido de:
http://www.anei.org.mx/wp/wp-content/uploads/2013/08/Semanal66_SexenioPobrezaenMexico-1.pdf
consultado el 30 de julio de 2018.
44
A través del portal único del gobierno de la República se dio a conocer en 2017, que el Centro de
Investigación y Docencia Económica (CIDE), presentaría una base de datos que contenía información acerca
de la ―Guerra contra el narco‖ del periodo entre 2006 y 2011. Ésta base, en manos del Programa de Política de
Drogas (PPD), reunió ―…36,378 eventos o hechos relacionados con la violencia del narco divididos en tres
categorías: ejecuciones presuntamente cometidas por el crimen organizado, agresiones de la delincuencia
hacia la fuerza pública o la población civil, y enfrentamientos entre las fuerzas del Estado y las
organizaciones criminales o de éstas entre sí‖. Recuperado de:
https://www.cide.edu/saladeprensa/cide-region-centro-lanza-base-de-datos-sobre-la-guerra-contra-el-narco-yuna-cobertura-especial-en-colaboracion-con-vice-news/ el 30 de julio 20018. El acceso a la base está
disponible en: http://www.politicadedrogas.org/PPD/index.php/observatorio.html
73
nunca antes vista de votantes45, que le dieron la presidencia a López Obrador con una
ventaja indiscutible.
Las estrategias definidas en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) de este último
sexenio, para lograr pacificar al país no han fructificado y al contrario evidencian la
―problemática estructural‖ (Rodríguez Bravo, 2015, p. 289) que limita las condiciones de
vida digna, de la población mexicana en su mayoría, hecho que se encubre con los
discursos de prosperidad expresos en los informes de gobierno que se publican cada año.
La encomienda de erradicar la violencia de género, se incluyó en el PND del
gobierno saliente y a pesar de que en diferentes entidades federativas se han activado
―Alertas de Violencia Género‖46, el reporte para 2016 señala que en México son asesinadas
siete mujeres cada día 47, a razón de 2 mil 746 defunciones femeninas por homicidio.
Mientras que el portal 4minutos.mx48, del Instituto Municipal de las Mujeres de
Guadalajara, denuncia sobre la violencia sexual y señala que en México una mujer es
abusada sexualmente cada cuatro minutos. Referente a los primeros meses del 2017 se
registraron 16 mil 631 delitos sexuales de los que 6 mil 444 fueron violaciones 49, de los
cuales el 80% son contra mujeres 50.
45
El Instituto Nacional Electoral (INE) dio a conocer los resultados que indican 30 millones 113 mil 483
votos para el virtual ganador -que lo convierte en el candidato más votado en la historia- y un porcentaje de
participación ciudadana del 63.4290%. Obtenido de:
https://computos2018.ine.mx/#/presidencia/nacional/1/1/1/1 el 04 de agosto del 2018.
46
Según lo dispuesto en el artículo 22 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia (LGAMVLV), ―Alerta de violencia de género: es el conjunto de acciones gubernamentales de
emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida en un territorio determinado, ya sea ejercida por
individuos o por la propia comunidad‖. Recuperado de:
http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=4961209&fecha=01/02/2007, el 30 de julio 2018.
47
El informe ―La violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2016‖, se realizó por la
Secretaria de Gobernación, el Instituto Nacional de las Mujeres y la entidad de las Naciones Unidas para la
igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en México. Se encuentra disponible en el portal de
ONU mujeres para su consulta y descarga, en:
http://mexico.unwomen.org/es/digiteca/publicaciones/2017/12/violencia-feminicida
48
El portal presenta información para realizar denuncias, definición de conceptos y estadísticas de violencia
sexual. En el mismo, se define la violencia sexual como: cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la
sexualidad de la Víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una
expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla
como objeto. Información obtenida de: http://4minutos.mx/ el 30 de julio de 2018.
49
Datos recuperados de http://4minutos.mx/ el 30 de julio de 2018.
50
Se reporta que 8 de cada 10 víctimas de delitos sexuales son mujeres. El 30% de las víctimas son agredidas
por familiares. Información obtenida de: http://4minutos.mx/ el 30 de julio de 2018.
74
Según información del Inmujeres publicada el 13 de julio de 2018 en el portal único
de la República51, la Alerta de Violencia de Género federal se ha declarado en diferentes
municipios de doce entidades entre 2015 y 2017: Estado de México, Morelos, Michoacán,
Chiapas, Nuevo León, Veracruz, Sinaloa, Colima, San Luis Potosí, Guerrero, Quintana Roo
y Nayarit. Mientras que en estados como Guanajuato, Baja California, Querétaro, Puebla,
Sonora, Tabasco y Tlaxcala, la solicitud no ha procedido y en los estados de Campeche,
Ciudad de México, Coahuila, Durango, Jalisco, Oaxaca, Puebla, Yucatán y Zacatecas el
procedimiento sigue en trámite, a la fecha referida.
Hablar de muertes violentas en el país, remite inmediatamente al fenómeno de las
muertas en Ciudad Juárez, pese a los inútiles esfuerzos de los gobiernos para resolver el
problema de raíz, dicho caso ha permitido la visibilización y denuncia de casos de tortura y
feminicidio, padecidos por mujeres de otras entidades.
Según relata en sus consideraciones finales el estudio ―La violencia feminicida en
México, aproximaciones y tendencias 1985-2016‖, el avance de las políticas para enfrentar
la gravedad del tema, deja muchas cuestiones por resolver ya que, para empezar, las
autoridades correspondientes no cuentan con los mecanismos ni capacitaciones adecuados
para recoger información acerca de los crímenes, que permita determinar si se trata de un
feminicidio y por otro lado,
las desarmonías entre las leyes federales, estatales,
municipales, los códigos civiles y los acuerdos internaciones, limitan la impartición de
justicia.
En consecuencia, las mujeres se enfrentan a la realidad de que la seguridad no está
garantizada siquiera dentro del hogar, lo que evidencia -como se ha mencionado antes- que
el Estado mexicano se enfrenta a una crisis social, devenida de una crisis de significados,
que anuncia una compleja problemática estructural de la que los feminicidios, son una
muestra contundente. El informe ―Implementación del tipo penal de feminicidio en
México: desafíos para acreditar las razones de género 2014-2017‖52, en su marco
―Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres‖ (2018). Obtenido de:
https://www.gob.mx/inmujeres/acciones-y-programas/alerta-de-violencia-de-genero-contra-las-mujeres80739
52
(Católicas por el derecho a decidir A.C., 2018).
51
75
conceptual refiere la profunda crueldad con que son masacradas las mujeres por razones de
género:
Por medio de los feminicidios, se refundan y perpetúan los patrones que
culturalmente han sido asignados a lo que significa ser mujer:
subordinación, debilidad, sentimientos, delicadeza, femineidad, etc., que
están arraigados en ideas misóginas de superioridad del hombre,
discriminación contra la mujer y desprecio contra ella y su vida. Así, las
razones de género comprenden los elementos culturales y el sistema de
creencias que hacen creer al feminicida o asesino que tiene el poder
suficiente para determinar la vida y disponer del cuerpo de las mujeres, para
castigarlas o sancionarlas, y en última instancia, para preservar los órdenes
sociales de inferioridad y opresión.
La dominación y el control son los elementos centrales de las razones de
género. Ejemplo de esto, son la violencia sexual, la saña, las lesiones
infamantes, la incomunicación y la basurización, todas expresiones de
extrema violencia y crueldad, vinculadas a las formas en cómo se encuentran
los cuerpos de las mujeres, esto nos manifiesta el poco valor que se le da a
su vida. A diario tenemos conocimiento de que a las mujeres se les
encuentra en bolsas, costales, alcantarillas, terrenos baldíos, entre otros.
Estas expresiones son consideradas una basurización simbólica, que
significa que los cuerpos de las mujeres no tienen valor (Católicas por el
derecho a decidir A.C., 2018, p. 16).
Este informe es un ejemplo de los esfuerzos de la sociedad civil organizada, para
compensar los deficientes resultados de la impartición de justicia en la mayoría de los
estados, donde la violencia feminicida sigue proliferando.
Lo mismo ocurre en el caso de las desapariciones, donde las familias además de
enfrentar los obstáculos para denunciar, gestionan los procesos legales, realizan bancos de
información genética, entre otras actividades encaminadas a la localización de sus
familiares desaparecidos. Pese a que a principios de 2018, entro en funciones la Fiscalía
76
Especializada, en el país no se cuenta con una metodología clara para construir una base de
datos que permita llevar un conteo y dar seguimiento a los casos denunciados. Reportes de
la Secretaría de Gobernación y la Comisión Nacional de los Derecho Humanos (CNDH)
indican que será en el mes de agosto de dicho años, cuando se publique el ―Programa
Nacional de Búsqueda‖ que estará en coordinación con la Comisión Nacional de Búsqueda
(CNB).
La discrepancia de los números –que más allá de cifras, representan vidas-,
recabados por diferentes instituciones y niveles de gobierno, expone una problemática
institucional que la sociedad civil organizada se ha esforzado en resarcir y gracias a eso, en
el reporte realizado Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED)
del trimestre entre agosto y octubre del 2017, se incluyeron datos presentados por las
organizaciones civiles, que refieren la desaparición de un apersona cada hora y media, lo
que supera el promedio que las estadísticas oficiales reportaban hasta esos meses:
Se trata de una cifra que supera el promedio que se ha observado en el actual
sexenio. De acuerdo con los mismos datos del RNPED, en la administración
de Enrique Peña Nieto se ha reportado la desaparición de una persona cada 2
horas con 6 minutos… El trabajo de Data Cívica ha permitido saber que, en
el último trimestre reportado, hubo 1,411 nuevos casos que ingresaron al
RNPED, el 69% se concentró en 5 entidades: Estado de México (440),
Sinaloa (205), Puebla (150), Guerrero (105) y Nuevo León (71)53.
Mientras que los registros de Data cívica 54 indican 33 mil 125 personas
desaparecidas, de las cuales hasta el 31 de octubre del 2017, 8 mil 714 son mujeres y se
encuentra el dato 622 que han sido borradas del RNPED.
Las respuestas comunitarias a estos hechos alarmantes perpetrados contra las
mujeres, se hacen presentes para seguir levantando la voz por la justicia y el castigo de la
impunidad, en un contexto de violencia normalizada, donde la soberanía se define desde la
53
Aroche Aguilar, E. (24 de enero de 2018).
―Data Cívica‖, es una asociación civil que registra datos de personas desaparecidas, además de que cuenta a
las que han sido borradas del RNPED y continúan sin localizarse. El sitio oficial puede consultarse en:
https://personasdesaparecidas.org.mx/db/db recuperado el 31 de julio de 2018.
54
77
―necropolítica‖ (Mbembe, 2011), es decir: en el poder de unos cuantos para decidir que
sujetos se ―hacen morir‖ o se ―dejan vivir‖, en función de los patrones de dominación que
sostienen al capitalismo.
Recientemente la consigna ―Nuestra lucha es por la vida‖ puso en cuestión una vez
más la lógica patriarcal y capitalista a partir del surgimiento de la propuesta del Consejo
Nacional Indígena55 (CNI) y el EZLN de constituir un Concejo Indígena de Gobierno
(CIG) compuesto por un hombre y una mujer de cada pueblo y que tuvo como vocera a
María de Jesús Patricio Martínez, ―Marichuy‖, indígena nahua de Tuxpan, Jalisco, que sería
aspirante a una candidatura independiente para contender en las elecciones de 2018 56.
Además de la voz de todos los Pueblos, Marichuy representa ―la triple explotación‖ que
viven diferentes mujeres en el país: el hecho de ―ser mujer, ser pobre y ser indígena‖.
La propuesta fue un llamado a la organización de todos los sectores de la sociedad
civil mexicana, para terminar con lo que el CNI ha llamado la ―corporación‖ en que se ha
convertido el Estado Mexicano y con la política ―electorera‖ que divide y somete a las
comunidades. Tras años de denuncia y lucha pacífica, fue la primera vez que el EZLN y los
Pueblos indígenas, organizados en el CNI, participaban en procesos de política
oficial/institucional. Sin embargo, las predicciones del CIG fueron acertadas y la
imposibilidad de obtener el registro para la candidatura de Marichuy, dejó al descubierto la
corrupción, el racismo y la ineficiencia de las instituciones y los procesos electorales.
Pese a las restricciones que impuso el INE para la verificación del apoyo ciudadano
–la recolección de firmas a través de una aplicación móvil- y a la negación a utilizar
recursos institucionales, Marichuy logro recorrer todo el país visitando y prestando oído a
comunidades indígenas, organizaciones civiles e individuos simpatizantes con la propuesta.
Aunque la cantidad de firmas necesarias para el registro de la candidatura no se obtuvo,
Según sus sitio web, el CNI ―…se constituyó el 12 de octubre de 1996, planteándose ser la casa de todos los
pueblos indígenas, es decir un espacio donde los pueblos originarios encontráramos el espacio de reflexión y
solidaridad para fortalecer nuestras luchas de resistencia y rebeldía, con nuestras propias formas de
organización, de representación y toma de decisiones, es el espacio de los indios que somos‖. ―¿Qué es el
CNI?‖ (s.f.). Obtenido de: https://www.congresonacionalindigena.org/que-es-el-cni/ el 31 de julio 2018.
56
La información puede ser verificada en el comunicado del CNI-EZLN, publicado en:
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2017/05/28/llego-la-hora-cni-ezln/ consultada el 31 de julio de 2018.
55
78
María de Jesús pudo comprobar la legitimidad de su apoyo al verificarse más del 90% 57 de
las firmas recaudadas, en contraste con los porcentajes que les darían la candidatura a
Margarita Zavala y a Jaime Rodríguez.
La lucha del CNI y el EZLN, sigue con la propuesta de evaluar y seguir
fortaleciendo el vínculo con los grupos que apoyaron o sostuvieron la recolección de
firmas. Mantienen su postura de que ningún gobierno de ―arriba‖ prevé soluciones para las
problemáticas que enfrentan los pueblos y comunidades de ―abajo‖. La propuesta de la
organización civil a nivel local, se empeña en construir redes que articulen una gran
organización que ponga fin a las injusticias, el olvido y a la guerra contra el pueblo
mexicano originada por La Conquista hace más de 500 años.
Recientemente, el 08 de marzo de 2018, las mujeres zapatistas organizaron el
―Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que
Luchan‖, un evento sin precedentes que reunió aproximadamente a 2 mil mujeres zapatistas
y más de 5 mil58 mujeres convocadas por el reconocimiento de ―…que somos, mujeres que
luchan, resisten y se rebelan en contra del sistema capitalista machista y patriarcal‖59 y que
representaron 27 estados de la república mexicana además de la representación
internacional que contó con 36 países. Durante tres días se realizaron diferentes actividades
políticas, artísticas y deportivas de disciplinas diversas60, que sin duda dieron cuenta de la
heterogeneidad de la lucha de las mujeres en este y otros países, aunque algunas
organizaciones y mujeres se reconozcan expresamente feministas y otras no.
57
López y Rivas (23 de febrero de 2018).
Las palabras de clausura del evento, por parte de las mujeres zapatistas refieren: ―ustedes son como cinco
mil, aunque algunas dicen que 8 mil y otras dicen que 9 mil‖. ―Palabras de las mujeres zapatistas en la
clausura del Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que luchan
en el caracol zapatista de la zona tzotz choj. 10 de marzo del 2018‖ (2018). Obtenido de:
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2018/03/10/palabras-de-las-mujeres-zapatistas-en-la-clausura-del-primerencuentro-internacional/ el 31 de julio, 2018.
59
―Convocatoria al Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que
luchan‖ (2017). Obtenido de: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2017/12/29/convocatoria-al-primerencuentro-internacional-politico-artistico-deportivo-y-cultural-de-mujeres-que-luchan/ recuperado el 31 de
julio de 2017.
60
A un mes de la convocatoria se contaba con la cantidad de 202 actividades propuestas de diferentes
temáticas, además de encontrarse las cifras mencionadas acerca de los lugares de destino de las mujeres
participantes. ―Avances para el Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de
Mujeres que luchan.‖ (2018). Obtenido de: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2018/01/25/avances-para-elprimer-encuentro-internacional-politico-artistico-deportivo-y-cultural-de-mujeres-que-luchan/ 31 de julio de
2018.
58
79
Las temáticas de los talleres y charlas registradas previas al evento, pueden
agruparse en tres temas generales: Violencia contra las mujeres, Feminismo y Conciencia
corporal. El primero contó con actividades referentes a la violencia de género, violencia
sexual, violación, derechos humanos, experiencia de sobrevivientes a la violencia,
feminicidio, menstruación y deconstrucción del uso de roles, educación antimachista y
machismo en los medios. El tema Feminismo estuvo nutrido del feminismo de las mujeres
de color, el de las indígenas, la experiencia Mapuche, el feminismo cubano, el
lesbofeminismo, el antiminero y la perspectiva ecofeminista. Mientras que el de Conciencia
corporal contó con una amplia propuesta de actividades, entre las que estuvieron la
valoración y uso de la sangre menstrual, teatro, danza y pintura para sanar, sensibilización,
descolonización de las caderas, cuerpo y resistencias creativas, auto-masaje, reflexología,
aborto, danza terapia, ginecología autogestiva, confección de toallas de tela, producción de
artículos de higiene personal, linaje femenino y cuerpo de la mujer 61. A estas últimas
actividades se sumaron las charlas ―menstruactivismo‖, ―experiencias de partería‖,
―ginecología natural‖, ―autonomía emocional‖, ―lucha hormonal‖ ―la copa menstrual‖
―sabiduría del cuerpo femenino‖ y los talleres ―vivencia ginecológica‖ ―auto-inspección
ginecológica‖ ―nuestro cuerpo, nuestro territorio‖ y ―mapeando nuestro cuerpo-territorio‖62.
El reconocimiento del cuerpo, abordado desde diferentes metodologías y temáticas
fue central en el desarrollo del encuentro y sin duda develó la necesidad de resarcir la
desconexión que la visón dualista o cartesiana que la ciencia, la religión y el Estado ha
impuesto sobre los cuerpos de las mujeres, misma que ha funcionado para desconectarlas
de su poder de agencia, sanación y emancipación. El ―valor y uso de la sangre menstrual‖
se perfiló como el inicio de los cambios culturales necesarios para recuperar la sabiduría
que guarda el cuerpo femenino, pero también se presentó como el detonante de una serie de
cuestionamientos que vienen a transformar las maneras en que la mujer se concibe y
establece su relación con la menstruación. En consecuencia durante el diálogo, se planteó:
61
Información de temas tomada del enlace referido en la nota anterior, recuperada el 31 de julio de 2018.
Estas actividades fueron parte del programa definitivo del Encuentro, mismas en las que la sustentante de
este trabajo participó, además de exponer el tema ―Sabiduría del cuerpo femenino‖, el 09 de marzo en la mesa
siete del auditorio dos.
62
80
¿Por qué se oculta la menstruación? ¿La valorización/visibilización de la sangre, puede ser
un acto político?
Las líneas del feminismo que se han descrito en este apartado, nos llevan a concluir
lo que anteriormente se ha mencionado: no se puede ver al feminismo como un movimiento
homogéneo, por el contrario, la diversidad de las corrientes de pensamiento y prácticas
políticas que lo constituyen, son necesarias en la búsqueda de alternativas y soluciones para
las problemáticas que enfrentan las mujeres en sus contextos particulares, a lo largo y
ancho del territorio nacional.
A pesar de que entre algunas visiones no exista consenso y en ocasiones otras se
encuentran en oposición, para este trabajo la ruta trazada por los feminismos populares; es
decir, los feminismos que se demarcan de las posturas institucionales o hacen críticas a
estas, aportan a la construcción de marcos de referencia y experiencias útiles para explicar
el caso de estudio que nos ocupa en este trabajo. Sin embargo, los hechos históricos que
componen el capítulo se incluyen para exponer un panorama de la lucha feminista.
Ante un horizonte de cambios estructurales en el país, el feminismo institucional se
va perfilando con la inclusión de mujeres al gabinete del presidente electo o en la reciente
inclusión de feministas en los diseños de los billetes que circularán en el país
próximamente. Sin embargo, las propuestas de ―abajo‖ -como se han reconocido los
esfuerzos populares de resistencia anticolonial- se fortalecen con propuestas como la
convocatoria de realizar año con año encuentros de mujeres en la lucha, en donde se
generen espacios de reflexión que analicen las relaciones patriarcales que restringen la
libertad de las mujeres y a los gobiernos que las reproducen.
1.3. Despojo y tabú: de la invalidación de los conocimientos de las brujas a la
institucionalización de la ginecología
1.3.1. Despojo de la autonomía del cuerpo.
Las politicas neoliberales a finales de 1980, agudizaron la dominación en los llamados
países del ―tercer mundo‖ y sobre las mujeres, sin embargo, las relaciones de poder que
81
colonizaron la vida e implantaron a la civilización occidental como la única posible, se
definieron con los hechos que se abordaron al inició del capítulo: La caza de brujas y La
Conquista de América.
El modelo civilizatorio occidental está sustentado en la dominación de la tierra, en
tanto recursos naturales y de las mujeres como reproductoras de mano de obra, cuidadoras,
trabajadoras con salarios injustos –o sin ellos- y consumidoras. La práctica y el discurso de
la ciencia moderna, han permitido la colonización y alineación del cuerpo de las mujeres al
orden capitalista, en el cual solo tiene valía por los servicios reproductivos, de utilidad
patriarcal o de cuidado, que puede ofertar.
La idea de reconocer el cuerpo como primer territorio de lucha, fundamento de
diferentes organizaciones feministas, plantea la defensa de todos los elementos que integran
el equilibrio de la vida humana y el reconocimiento de las interconexiones con el medio
natural. En este sentido, el ecofeminismo y el feminismo comunitario pone en tensión los
rasgos que fundamentan al modelo de civilización occidental, que se siguen reproduciendo
para sostener las dinámicas capitalistas de desarrollo y progreso. Dicha corriente cuestiona
el despojo y dominación implícitos en la expansión de la modernidad y propone recuperar –
primero- la autonomía del cuerpo, usurpada con el terror de la persecución de las brujas y la
subordinación de las mujeres en la ciencia, la religión y el orden sociopolítico.
La expanción capitalista requería un nuevo orden sociopolítico que demandaba
cuerpos normados (Federicci, 2010), para ello las tácticas de la religión y el desarrollo de la
ciencia y la jerarquización social, jugaron un papel determinate para moldear las conductas
sexuales y permitir el establecimiento de los roles de género.
Los sucesos conocidos como ―caza de brujas‖ que tuvieron lugar en Europa
central en los cominezos de la Edad Moderna, resultan un hito social, a
apartir del cual declina el protagonismo histórico de las mujer como sujeto
activo en la sanación y experta en los cuidados de la salud sexual de la mujer
(partera, cuarandera, comadrona). ―La caza de de brujas ahondó las
divisiones entre mujeres y hombres, inculcó a los hombres el miedo al poder
82
de las mujeres y destruyó un universo de prácticas, creencias y sujetos
sociales‖ (Pérez San Martín, 2015, p. 38).
La medicina moderna junto con la estructura social, la económica, la religiosa y la
política, se vincularon para invisibilizar y silenciar a las mujeres, a través de relaciones de
poder que produjeron el control y la homogenización de todos los procesos vitales
femeninos, que tal como lo explica Valdés Padilla (2017), fueron intervenidos y juzgados
desde la mirada patriarcal, que ha dejado secuelas que se pueden observar aún en el
presente, entre las cuales el tabú sobre la menstruación es una muestra.
En
este
sistema
médico/cultural,
los
procesos,
experiencias
y
manifestaciones del cuerpo femenino son homogenizados, estigmatizados y
regularizados. Procesos naturales y vitales como la menstruación, el
embarazo, el parto, la lactancia, la menopausia y la vejez, son intervenidos
médica y farmacológicamente. Mujeres de contextos urbanos y rurales
encarnan -hacen cuerpo, experiencia y existencia- representaciones y
discursos de este cuerpo femenino inscrito, cuerpo que es padecido y vivido
en malestar: cuerpo que sufre dolor, cuerpo/emoción que es inestable,
experiencias de debilidad, desventaja, de pérdida, de incapacidad, de
enfermedad. Este cuerpo inestable, es un cuerpo cíclico que ha sido
silenciado por tabús femeninos y menstruales (Valdés Padilla, 2017, p. 35).
El desarrollo de la ciencia médica, emerge desde un paradigma jerárquico y
dicotómico, que separó al cuerpo y subordinó a la mujer, influenciado por el
conservadurismo religioso que logro normar conductas sexuales y anclar las prescripciones
de género. Así el cuerpo femenino fue estudiado desde la premisa de ser un cuerpo
incompleto, enfermo y pecaminoso.
A lo largo de la Historia, los cuerpos de las mujeres han sido presa de
constantes abusos y experimentaciones. Nuestra sexualidad se ha visto como
un territorio que se controla, se analiza y se somete. Es como si un parte
nuestra estuviese borrada. La Historia no solo nos ha negado socialmente,
sino que también nos ha castrado a nivel sexual, partiendo por la religión y
83
el gran mito de la manzana, ―fruto del conocimiento‖, al que no debíamos
acercarnos. Un universo de culpas se adjudican a este ―ser errante‖; a este
―hombre mutilado‖, como nos llamó Aristóteles; a este ―sexo que no existe‖
como afirma Sigmund Freud. Así nos han encasillado y nos han despreciado
por ser misteriosas para la ciencia, provocadoras para la moral, peligrosas
para la política y pecadoras para las religiones (Pérez San Martín, 2015, p.
31).
El efecto de La caza de brujas, fue la invalidación de los conocimientos que las
mujeres conservaban sobre la salud y toda la sabiduría que las dotaba de autonomía, así que
en su lugar la medicina ejercida exclusivamente por hombres, comenzó a implantar nuevas
prácticas y teorías para abordar los cuerpos femeninos. Como ya se mencionó, la
colonización expandió la condena de las brujas por el continente americano –incluso al
africano-. ―…la acusación de adoración al Demonio fue llevada al ―Nuevo Mundo‖ por los
misioneros y conquistadores como una herramienta para subyugación de las poblaciones
locales‖ (Federicci, 2010, p. 220). Bajo la acusación de practicar brujería, se desacreditó e
invisibilizó todo el conocimiento que las mujeres poseían acerca de su cuerpo, la
naturaleza, la curación, los cuidados de diferentes enfermedades o el parto.
La ginecología como ciencia de la mujer se desarrolló desde la ciencia occidental
con un enfoque en los órganos sexuales y la vida reproductiva, desde la perspectiva
fragmentaria –sostenida por el paradigma mecanicista de la modernidad-. El cuerpo
femenino fue estudiado desde preceptos que lo describieron como incompleto, anormal y
enfermo, este hecho justificó control y la violencia implícita en sus tratamientos y
procedimientos de intervención, pero no solo eso, esta visión fundamentó las ideas y
conceptos para habitar el cuerpo y la tendencia a la homogenización de sus procesos
fisiológicos y emocionales.
Las consecuencias de esta visión se encuentran más allá del ámbito médico. ―Estas
concepciones del cuerpo femenino, trascendieron la esfera médica para ser un discurso que
ha producido representaciones y prácticas de lo femenino y de la identidad de las mujeres,
que hasta nuestros días prevalece en la vida cotidiana‖ (Valdés Padilla, 2017, p. 35).
84
Una muestra de la invasión y manipulación del cuerpo en nombre de la ciencia, se
encuentra en los experimentos del médico James Marion Sims -considerado el padre de la
ginecología moderna-, que tal como relata en sus memorias, fueron realizados con mujeres
afroamericanas esclavas de los campos de Algodón en Alabama. Sin duda el caso más
crítico de estas mujeres –mas no el único- fue el de Anarcha, quien sufrió alrededor de 30
intervenciones quirúrgicas sin anestesia, para tratar fístula vésico-vaginal y recto vaginal,
derivados de la mala práctica con fórceps, durante su parto realizada por el mismo doctor
(Pérez San Martín, 2015,p. 35).
Según la autora, las experimentaciones que este médico realizó durante años,
propiciaron la creación de diferentes herramientas médicas y la fundación de una clínica
para mujeres en la ciudad de Nueva York, donde otras mujeres en situaciones vulnerables –
migrantes, pobres o campesinas- fueron cuerpos para nuevos experimentos (Pérez San
Martín, 2015,p. 34). De esta manera, se institucionalizó la ciencia médica que llegó a
sustituir todos los conocimientos que las mujeres conservaban y practicaban sobre sus
propios cuerpos, sin embargo la colonización corporal se expresó también a partir de los
estudios anatómicos que nombraron partes femeninas con los apellidos de los médicos que
los realizaron, entre los que igualmente se descubre la violencia 63. Aunque no se desmeriten
los esfuerzos de la ciencia médica para atender necesidades de la vida, desde diversas
posturas feministas es cuestionada, denunciada y en algunos casos resignificada.
La medicina y su desarrollo son imprescindibles para salvar muchas vidas,
pero su paradigma está mal enfocado, y resaltan su falta de humanidad, de
contexto y de sensibilidad. Hoy en día es un negocio y un servicio
despersonalizado y elitista que no está al alcance de todos/as. Como si eso
fuera poco, nuestras vidas giran en torno a la enfermedad […] estamos
destinados a ser ―pacientes‖ de la industria médica farmacéutica, una
realidad avalada por el poder religioso y científico. La mujer se ve hoy
despojada de todo el conocimiento de su sexualidad […] No entendemos lo
que nos sucede, al mismo tiempo que odiamos nuestros cuerpos ya sea por
63
Ante esta colonización diversas feministas proponen renombrar el cuerpo desde concepciones propias. Más
información en ―Anarcha gland. Lucy & Betsey. Herramienta para la descolonización corporal‖. Obtenido
de: https://hysteria.mx/herramienta-para-la-descolonizacion/
85
disconformidad
estética
o
porque
nos
generamos
―enfermedades
hormonales‖ al intoxicarnos con ridículas sobredosis de hormonas que nos
impone la transgénica industria médica (Pérez San Martín, 2015, p. 37).
En la esfera social, el cuerpo de mujer fue colonizado con el fin de crear cuerpos
normados, que cubrieran las necesidades capitalistas de reproducción y cuidado. El
colonialismo, el patriarcado y el sistema económico han condicionado la vida de las
mujeres y silenciado sus procesos fisiológicos.
La información expuesta hasta aquí, da cuenta de cómo el cuerpo femenino se ha
colonizado en función del avance de los paradigmas científicos de la modernidad. Esta
colonización se percibe en el control de los procesos y cambios fisiológicos, que las
mujeres experimentan en diferentes etapas a lo largo de su vida y de los cuales un ejemplo
fehaciente es la menstruación.
Desde la ciencia, la religión y las políticas de Estado, la menstruación se ha
asociado históricamente con la vergüenza, que se preserva a través de las ideas que la
asocian con el malestar y la enfermedad, el pecado, lo privado y lo oculto. En
consecuencia, hasta el día de hoy podemos encontrar preceptos que no permiten hablar
abiertamente de ella y en consecuencia es un tabú, mismo que han limitado las
posibilidades de entender su vinculación con la salud, lejos de las concepciones utilitaristas,
mercantiles y de rechazo.
1.3.2. El tabú menstrual.
Un sinfín de denominaciones se han adoptado para esconder la menstruación y han
servido para mantener un código entre mujeres para hablar de ella sin incomodar o alterar
los preceptos sociales que sostienen la estructura del género 64. Reconocidos como
eufemismos, Tarzibachi los describe así:
64
Tarzibachi en sus investigaciones de doctorado y posdoctorado recupera algunos eufemismos que se han
adoptado social e históricamente, para referirse a la menstruación como efecto de la vergüenza impuesta sobre
ella: ――Eso‖, ―La cosa‖, ―Vino Andrés‖, ―Estoy en esos días‖ (Argentina). ―Andrés, el de cada mes‖
(México). ―Estoy con Andrés Rojas‖, ―Estoy con el mes‖ (Perú). ―Llegó Andrés‖, ―Juana, la colorada‖
(Colombia). ―Estou com Chico‖, ―Sinal vermelho‖ (Brasil). ―Me cantó el gallo‖ (Puerto Rico). ―Aunt Flo‖,
86
…[los] eufemismos fueron un modo de institucionalizar en el lenguaje la
vergüenza con que se suele vivir el cuerpo menstrual ante otros. En esa
vergüenza sobre la experiencia corporal de la menstruación hubo y aún hay
un modo profundo y sutil de hacer género. Lo vergonzante que reviste esa
dimensión del cuerpo de las mujeres cuando se hace evidente ante otros no
es una mera experiencia emotiva singular, sino una emoción regulada por
una política sobre esos cuerpos (Tarzibachi, 2017, párr. 3).
Las denominaciones que se han utilizado para referirse a la menstruación sin
nombrarla la desprecian, perpetúan el silencio y la mantienen oculta. La sangre menstrual
se ha generalizado como un desecho, por lo tanto se concibe como algo sucio e incómodo
que debe ponerse en la basura lo antes posible, antes de que los que están al rededor se den
cuenta de su presencia. A la menstruación se le han atribuido adjetivos relacionados a la
incomodidad, a la suciedad, la contaminación, al peligro, al mal humor, a la enfermedad y
hasta al pecado. El cuerpo de la persona que menstrúa, se encuentra fragmentado por
decretos de la ciencia y la cultura que mantienen en silencio los días de sangrado menstrual
y parece que esa parte de la fisiología, no existiera porque no es nombrada.
A lo largo de la historia y en diferentes geografías, las mujeres han gestionado la
sangre menstrual -y todo el ciclo- de formas diversas. Los productos absorbentes que son
usados comúnmente en la actualidad, para retener el flujo menstrual, son las toallas
femeninas y los tampones desechables 65, además existen los ―pantiprotectores diarios‖, que
si bien no se venden para contener la menstruación, diferentes marcas los venden con la
intención de mantener las pantaletas libres de los flujos vaginales que se presentan a lo
largo del ciclo menstrual.
Tales productos se desarrollaron con la intención de controlar la menstruación y de
cierto modo, a los cuerpos que menstrúan. El control de los fluidos y desechos del cuerpo,
fue impuesto por el avance de la modernidad (Felitti, 2016, p. 177), sustentado en los
paradigmas médicos que subordinan al cuerpo femenino, con etiquetas de enfermedad e
―On the rag‖, ―Falling off the roof‖ (Estados Unidos). ―Got the painters in‖ (Inglaterra). ―I´ve got the flags
out‖ (Australia)‖ (Tarzibachi, 2017, párr. 2).
65
En delante se referirán con la categoría absorbentes desechables.
87
inferioridad, además de percibir a la menstruación como una fuente de contaminación
perjudicial para la salud, sobre todo lo referente a la estabilidad mental de las mujeres
(Valdés Padilla, 2017, p. 340).
El misterio con el que se aborda este proceso y la imposición de mantenerlo como
secreto entre mujeres, muestran cómo la complejidad vital, se ha reducido y se ha
menospreciado, con ello diferentes violencias se han vinculado a la sangre menstrual y a la
sexualidad de las mujeres. A la invisibilización de la sangre se sumó el estudio del llamado
―síndrome premenstrual‖, al que se vinculan múltiples ―síntomas‖ en los días previos al
sangrado menstrual y para el que se han desarrollado diferentes métodos de intervención.
El discurso menstrual predominante es estigmatizador de lo que tenga que
ver con las fases pre-menstrual y menstrual. Ahora y siempre la industria
farmacéutica asocia la menstruación con malestar y la industria de la
―higiene‖ femenina invisibiliza la sangre, y la equipara con vergüenza, por
lo que la esconde con geles absorbentes y olores sintéticos. El tabú
menstrual, manera hegemónica de no-nombrar la menstruación, no permite
nombrar-vivir la complejidad y la completud del cuerpo/ser femenino
cíclico, reproduciendo la ignorancia y la desconexión de las mujeres con su
cuerpo y sus ciclos sexuales-vitales (Valdés Padilla, 2017, p.35).
Tradicionalmente, las madres son las encargadas de educar a sus hijas sobre los
cuidados de la menstruación, sin embargo el rechazo sociocultural de este proceso se han
transmitido de generación en generación. Con esto, las primeras menstruaciones son
recibidas como una ―maldición‖ o ―regla‖ que debe vivirse en secreto. Actualmente, las
grandes marcas de absorbentes desechables que se venden en México, ofrecen información
para intentar resolver las dudas más frecuentes sobre la menstruación y diferentes
cuestiones vinculadas a este proceso, así junto a las lecciones de educación sexual de los
programas escolares –algunos impulsados por las marcas de absorbentes desechables-, las
mujeres jóvenes van moldeando su relación con este proceso y en general con su
sexualidad.
88
1.3.3. Opciones para desechar la menstruación.
Con la modernidad se ―impuso el control de los fluidos y desechos corporales‖ (Felitti,
2016, p. 177), así la menstruación –depositaria de una carga social negativa- y otros flujos
vaginales motivaron la producción de absorbentes desechables para todo el ciclo, tales
como las toallas, tampones y protectores diarios.
… la industria autodenominada de ―Cuidado Personal Femenino‖ o
―Protección Femenina‖, simplemente retomó y usó muy astutamente el
estigma de la menstruación (y su correlato en la experiencia vivida, la
emoción de la vergüenza) para vendernos modernización y hasta liberación
femenina. Así ayudó a perpetuar y veremos que también ayudó a velar el
estigma de la menstruación (Tarzibachi, 2017, párr. 03).
Sin embargo, en diferentes lugares las mujeres han reivindicado la necesidad de
contar con diferentes herramintas de gestión menstrual, que favorezcan la salud y el
acercamiento a la menstruación como un proceso vital y necesario, lejos de los absorbentes
desechables, mismas que se abordan en el Capítulo tres.
Al inicio del Siglo XX se comercializaban compresas de tela que se sujetaban con
un cinturón o un delantal (Felitti, 2016, p. 177-178), pero no era todo, existen referencias
que hablan de que en Estados Unidos, algunos años antes de entrar a dicho Siglo, las
mujeres usaban esponjas tanto para retener el flujo menstrual como para controlar la
concepción y aplicar medicamentos en la vagina 66.
Según Felitti (2016, p. 182), en la década de 1920 fueron creadas, en Estados
Unidos las ―toallas higiénicas‖ a partir de un ―sustituto de algodón‖, empleado por el
ejército en la Primera Guerra Mundial. El absorbente consistió en una compresa hecha de
Se piensa que la esponja se ha a lo largo de la historia, según información del sitio web ―Museo de la
Menstruación y la Salud de las mujeres‖. Obtenido de: http://www.mum.org/sponge.htm el 03 de agosto de
2018.
66
89
varias capas de celulosa, que resultó ser hasta cinco veces más efectivo que el algodón, para
absorber la sangre67.
… es necesario situar un proceso fundamental que ocurrió relativamente
rápido a lo largo del siglo XX. Una nueva práctica de disciplinamiento sobre
el cuerpo de las bio-mujeres se originó y consolidó, con temporalidades y
alcances matizados entre y dentro de cada país, con la diseminación mundial
de la industria productora de toallas y tampones manufacturados y
descartables. Esa nueva práctica sobre los cuerpos que menstrúan se jactó de
ser la forma moderna de menstruar. Y la vergüenza por menstruar pareció a
desaparecer a medida este proceso fue consolidándose, cuando en realidad lo
que ocurrió es que permaneció activa y productiva desde las sombras
(Tarzibachi, 2017, párr. 4).
Una década después, según Felitti, surgieron los tampones, que se ofrecieron como
dispositivo que permitía la libertad de movimiento, requerida para trabajar o hacer deporte.
Aunque existen referencias del uso de gaza, lana, papel, fibras vegetales y rollos de
hierbas68, usadas en la antigüedad como tampón en diferentes lugares del mundo, hacia
1930 se diseñó el tampón comercial que se conoce actualmente. También en los años 30, se
registra la primera patente de una copa menstrual69 por Leona W. Chalmers, que años
después se intentaría comercializar bajo el nombre de ―Tass-ette‖ (Felitti, 2016, p. 182) sin
éxito. Las ideas conservadoras que se vivían en esos años restringió la publicidad de esta
herramienta que solo fue anunciada para mujeres casadas y con mensajes que no
expresaban abiertamente que se trataba de un dispositivo intravaginal.
Felitti (2016, p. 182) agrega que la innovación de utilizar adhesivos en los
absorbentes de ―algodón‖, volvió obsoletos a los sujetadores en la década de 1970. En esos
años la aceptación del tampón, produjo entre las feministas una idea de liberación ya que su
uso permitía realizar actividades, como nadar o vestir ropa entallada, que con las toallas
Según información de ―La historia de las toallas y tampones‖ (2018). Obtenido de: https://saba.com.mx/lahistoria-las-toallas-tampones/ el 27 de agosto de 2018.
68
Según la información de la nota anterior -65-, estos materiales se usaron 3 mil 500 años antes de que se
usaran las toallas.
69
En este trabajo se usa indistintamente copa, copita y copa menstrual.
67
90
estaban limitadas. Por otro lado, en años posteriores comenzaron a evidenciarse las
consecuencias del llamado ―síndrome de shock tóxico‖70, que se denunció por diferentes
movimientos, además de que se desataron las críticas a la contaminación que producía la
industria de la ―higiene femenina‖. Con ello se da uno de los encuentros entre el
movimiento feminista por la salud de las mujeres y el movimiento ecologista.
Las feministas de esta época, en Estados Unidos, denunciaban que los agentes
contaminantes que estaban presentes en el proceso de manufactura de toallas y tampones,
ponía en riesgo la salud de las mujeres y el equilibrio ecológico de la naturaleza, dichas
denuncias vincularon las preocupaciones feministas con las del movimiento ecologista. En
esa época era común encontrar diversos movimientos que se manifestaban contra las
amenazas del desarrollo, medible solo en crecimiento económico. Además en 1974, surgía
el ecofeminismo 71, como una corriente que ligaba la explotación de la naturaleza con la
subordinación de las mujeres; ideología que sostuvo diversas investigaciones sobre
agrotóxicos y sustancias contenidas en los productos de higiene.
1.3.4. La rentabilidad de ocultar y desechar la menstruación.
Entre la industria de la ―cuidado femenino‖ 72 en México, actualmente se encuentran
cuatro grandes marcas de empresas trasnacionales: Always®, Kotex®, Naturella® y
Saba®73.
Always® y Naturella® 74 son marcas propiedad de Procter & GambleTM –P>M-. Con más
de 180 años en el mercado de los bienes de consumo, esta empresa estadounidense tiene
presencia en al menos 160 países con una gran diversidad de marcas, agrupadas
70
Es una enfermedad asociada al uso de tampones, que se da por la proliferación de bacterias como la
Staphylococcus Aureus y puede ser mortal.
71
El tema será ampliado en el capítulo posterior.
72
Higiene femenina o cuidado femenino, son dos nombres comunes con que se auto-refieren las empresas
manufactureras de toallas, tampones, pantiprotectores, toallas húmedas –todos desechables- y champús para
gestionar la menstruación y otros flujos vaginales.
73
Se consideran las marcas principales, debido a la observación de la popularidad en los comerciales
televisivos, publicidad por medio de espectaculares, parabuses y en supermercados accesibles de la ciudad de
Guadalajara, además de que son las referidas en los estudios de precios que se realizan por la PROFECO. En
algunos lugares, es común encontrar que a las toallas no se les llame así, sino que se refieren como ―Kotex‖,
debido a la influencia de la marca.
74
En delante se omiten las referencias de la marca Naturella®, debido a que no cuenta con página oficial para
México o América Latina.
91
actualmente en diez categorías: cuidado del bebé, cuidado de telas, cuidado familiar,
cuidado femenino, cuidado del cabello, cuidados en el hogar, aseo, cuidado personal de
salud, cuidado bucal, piel y cuidado personal75. Estas categorías aseguran enormes
ganancias a la empresa y es por tal razón que a mediados de la década de 2010, se
anunciara la venta de más de cien marcas que controlaba, con el fin de innovar en dichos
rubros especializados76.
Desde 1948 siendo México la sede de su primera filial en América latina, la expansión de
P>M se ha dado a partir de la introducción de una diversidad creciente de productos de
uso cotidiano y la adquisición de empresas y laboratorios que ya operaban en la región, tal
es el caso del Laboratorio Geka en Chile o de la empresa Shulton Limitada en Argentina77.
Por su parte Kimberly-Clark Wordwide Inc., es una empresa líder en la fabricación de
productos de higiene; tiene presencia en 175 países desde 1842 y es propietaria de la marca
Kotex® que se distribuye en al menos 18 países –con algunas variaciones en el nombre-.
Cuenta también con la marca Intimus® con presencia en Brasil, además de Camelia® que
se distribuye en Alemania 78.
Según la historia que reseña en sus páginas web para Latinoamérica, la compañía comenzó
operaciones en México a través de la fábrica de papel La Aurora, S.A. en 1925,
posteriormente en 1959 adquirió el 100% del capital de ésta, instaurándose como Kimberly
Clark de México, que años más tarde contaría con importantes inversiones públicas
mexicanas. El éxito de sus ventas nacionales y de importación ha producido la
especialización de la compañía en productos absorbentes y de higiene entre los que se
encuentran los pañales para bebé, ropa interior desechable para adulto, productos
institucionales consumibles y otros para la gestión menstrual.
75
Para más información de las marcas ver: https://us.pg.com/brands/ y
https://www.pg.com/es_LATAM/MX/marcas-productos-p-and-g.shtml. Enlaces recuperados el 08 de abril de
2019.
76
Sobre el tema se pueden seguir los enlaces siguientes: https://www.merca20.com/por-que-pg-le-vendio-losjabones-camay-y-zest-unilever/ https://www.merca20.com/por-que-pg-esta-vendiendo-tantas-marcas-hoy-sedeshizo-de-43-mas/ Recuperados el 09 de abril de 2019.
77
Algunos datos adicionales al respecto en: https://www.pg.com/es_LATAM/MX/compania-p-and-g/nuestrahistoria.shtml Recuperado el 08 de abril de 2019.
78
Información recuperada de sus sitios web: https://www.kimberly-clark.com/en/company/about-us y
https://www.kimberly-clark.com/en/brands/feminine-care Recuperados el 09 de abril de 2019.
92
Como efecto de tal éxito la compañía ha expandido la operación de sus plantas, entre las
que se encuentran: la Planta de Ramos Arizpe y la Planta Tlaxcala -dedicada a la
fabricación de telas no tejidas, componente de las toallas desechables-. Asimismo se ha
inclinado por la adquisición de otras empresas del rubro tales como la Compañía Industrial
de San Cristóbal, filial mexicana de Scott®, Artículos Higiénicos, S.A de C.V., Evenflo® o
el 50% de la empresa 4e. A esta dinámica de expansión se suma la compra de activos
productivos de Georgia Pacific Tissue de México, S. A. de C. V. y la compra de las marcas
Diapro®, Biosan® y Escudo®. Con todas estas operaciones en el año 2015 Kimberly Clark
de México logró record de ventas netas, que ascendió a los $32,206 millones de pesos79.
Saba® es una de las seis marcas de toallas sanitarias que pertenecen a Essity©. A mediados
del 2017 Essity© se consolida a partir de la división de la empresa sueca, Svenska
Cellulosa Aktiebolaget –SCA en delante- dedicada al rubro forestal, papelero, de higiene y
salud que tiene presencia en 100 países. SCA controla una parte del mercado forestal
internacional a través de las operaciones productivas de un bosque de su propiedad, por esa
razón separar sus actividades fue la estrategia para innovar y expandir su alcance en el
ámbito de la higiene y la salud, que es ahora responsabilidad de Essity©: ―Es una estrategia
que se separa de lo que [SCA] hacía antes para volverla más agresiva. La empresa estima el
mercado global de ambas categorías en 112 mil millones de Euros‖ (Mota, 2017, párr.3).
Entre las primeras acciones que la nueva empresa realizó para expandirse, se encuentra la
compra de BSN Medical, una empresa de especialidades médicas que incluye marcas como
Actimove, JOBST y Leukoplast. Además de consolidar un ―… acuerdo en la Ciudad de
México para donar un millón de toallas sanitarias con el fin de elevar la calidad de vida de
las mujeres mediante el acceso a este tipo de productos a través de la Secretaría de Salud‖
(Castillejos, 2017, párr.5).
Si bien, pueden encontrarse diferencias entre los productos y las marcas que se
distribuyen en cada país, lo que comparten las empresas descritas en este apartado
coinciden en que el mercado en América Latina, o en lo que llaman ―países emergentes‖,
Así lo describe en su sección ―historia‖, contenida en el enlace: https://www.kimberlyclark.com.mx/conoce-kcm/historia Recuperado el 08 de abril de 2019.
79
93
actualmente se encuentra en crecimiento, como ejemplo ejecutivos de SCA refieren a la
revista Forbes:
La facturación de SCA en Latinoamérica es de 1,400 millones de dólares. La
compañía líder a nivel mundial en la fabricación de papel higiénico observa
un gran potencial de crecimiento en la región. Sólo Centroamérica es una
zona de 40 millones de consumidores, por lo que observa grandes
oportunidades de crecimiento.
En el caso particular de México, se trata de un país muy grande para la
compañía, el séptimo en importancia a nivel mundial para SCA. En él
operan cinco plantas de producción desde donde proveen al mercado
centroamericano. Desde 2012, la estrategia de SCA a nivel global es crecer
en mercados emergentes de manera agresiva (Jiménez, 2015, párr. 4-5)
Con diferentes discursos y herramientas publicitarias, estas empresas tienen una
influencia determinante en las dinámicas de consumo de productos de higiene y salud en
Latinoamérica. Desde la fabricación de las primera toallas sanitarias de Kotex®, se han
edificado concepciones respecto a la menstruación que condicionan la vivencia menstrual a
un proceso silencioso que puede controlarse e invisibilizarse y que tal
como los
absorbentes especializados, puede ser desechable. Entre otras imposiciones, la manera
―moderna‖ de menstruar establece que este proceso fisiológico no debe detener la
productividad de las mujeres, ni tampoco exponer ninguna evidencia de su presencia. De
manera atinada, Tarzibachi contextualiza este efecto:
…es necesario situar un proceso fundamental que ocurrió relativamente
rápido a lo largo del siglo XX. Una nueva práctica de disciplinamiento sobre
el cuerpo de las bio-mujeres se originó y consolidó, con temporalidades y
alcances matizados entre y dentro de cada país, con la diseminación mundial
de la industria productora de toallas y tampones manufacturados y
descartables. Esa nueva práctica sobre los cuerpos que menstrúan se jactó de
ser la forma moderna de menstruar. Y la vergüenza por menstruar pareció a
desaparecer a medida este proceso fue consolidándose, cuando en realidad lo
94
que ocurrió es que permaneció activa y productiva desde las sombras (2017,
párr. 4).
La revisión de la publicidad en línea de cada una de las marcas referidas antes –
disponible para Latinoamérica- y de la que se halla expuesta comúnmente en
supermercados, permiten observar que la menstruación es vista desde preceptos
mercantiles. La información que acompaña los contenidos ―educativos‖ se usa para
justificar e incitar el consumo de variadas líneas de productos con que cuentan las marcas,
es decir, no solo se vende un absorbente para cubrir la necesidad de retener la menstruación
sino que se sugiere la compra de complementos para mantener ―limpieza y la frescura‖ todo
el día, durante todos los días y en ―esas noches‖; tal es el caso de toallitas húmedas, jabones
vaginales y pantiprotectores diarios. Como lo argumenta la autora que venimos siguiendo,
la industria de la higiene o cuidado femenino, desde sus estrategias de venta produjo un
nuevo lenguaje sobre los cuerpos menstruantes:
Ese modo moderno de menstruar supuso la utilización de tácticas dirigidas a
producir un nuevo modo de hablar, pensar y hacer sobre el cuerpo menstrual
que normalizó ―ese problema femenino‖ al tiempo que reinscribió narrativas
tradicionales sobre el género bajo el nombre de la modernización. La
industria ayudó a difundir el saber bio-médico moderno sobre la
menstruación. Con éste, la pedagogía sobre la menstruación se dirigió a
erigir como correcta la palabra ―científica‖ menstruación para referirse a ese
sangrado. Un sangrado que se representó insistentemente como ―normal‖ y
deseable en el cuerpo de las mujeres cuando era un mero supuesto no visto
porque aludía a su condición fértil y su futura posición de madre.
Las empresas de la industria, a través de las intervenciones de los
Departamentos Educativos, transmitieron el conocimiento sobre el ciclo
menstrual que proveyó el modelo de la Medicina Hegemónica. De esta
forma, democratizó un saber científico sobre el cuerpo que fue desplazando
el saber tradicional de generaciones pasadas (Tarzibachi, 2017, párr. 5- 6).
95
De dicha observación surge el interés de ahondar, a través del análisis de discurso
(Sayago, 2014), en la información de los sitios oficiales de las marcas indicadas disponibles
México, para ello se plantean dos objetivos: el primero es conocer qué tipos de absorbentes
desechables ofrecen las marcas y sus variantes; el segundo, se enfoca en identificar el
discurso sobre la menstruación, es decir de qué forma es nombrada o referida en los
contenidos informativos o educativos que se encuentran en cada uno de los sitios web de
las marcas.
Siguiendo tales objetivos se consultó y recuperó información sobre las líneas de
productos, educación y sexualidad, de cada marca a través de su página web oficial. Los
datos se encuentran sistematizados en las tablas contenidas en el Anexo 2 ―Tipos de
absorbentes y variedades que ofrece cada marca‖ y el Anexo 3 ―Contenidos web‖. Con este
análisis se encontró que Kotex® y Saba® cuentan con toallas, tampones y pantiprotectores,
además de vender toallas húmedas y champús ―íntimos‖.
En el caso de Always®, solo fueron encontrados toallas y pantiprotectores, se
piensa que la marca no oferta tampones debido a que es filial de P&G TM y ésta corporación
cuenta con la marca Tampax®, dedicada a la venta de tampones –además que está por
lanzar una copa menstrual-. Se encontró que las líneas de productos, están diseñadas para
cubrir la necesidad de absorber flujo menstrual durante el día, la noche e incluso se ofrecen
productos que pueden usarse durante ―todos los días‖ para absorber y desechar el flujo
vaginal.
Always® ofrece 12 absorbentes desechables diferentes: nueve presentaciones de
toallas y tres tipos de protectores diarios. Mientras que Kotex® cuenta con 11 toallas
diferentes, tres tampones y tres tipos de pantiprotectores. Adicionalmente, Kotex® ofrece
un jabón ―intimo‖ y Saba® oferta tres más, ambas marcas cuentan con toallitas húmedas,
recomendadas para uso diario.
La marca Saba®, a diferencia de las otras dos, cuenta con productos para mujeres
jóvenes además de tener una sección informativa y una línea de productos específica para
96
―Teens‖, que según la presentación de la página, son menarcas entre los 10 y los 15 años 80.
Dicha marca, es la que mayor diversidad de productos oferta con un total de 36 absorbentes
desechables: 22 presentaciones diferentes de toallas, ocho de protectores diarios y seis tipos
de tampones.
Además de la venta de múltiples versiones de absorbentes desechables, estas marcas
en sus sitios de internet, facilitan contenidos informativos, que como en el caso de Kotex®
se encuentran en su sección de educación. Dichos contenidos tratan de explicar diferentes
temas vinculados a la menstruación y a los días en que se presenta, pero hay una carga
importante de mensajes que están relacionados con el hecho de vivir/sentir como mujer. Sin
embargo, solamente Always® cuenta con un programa educativo como tal, y según sus
referencias, se implementa desde hace treinta años, sin embargo es posible encontrar
algunas publicaciones en el inicio de su página, que también se consideraron en el análisis
de las otras dos marcas.
En los contenidos presentados en los sitios web de cada una de las marcas,
predominan concepciones que abordan la menstruación como un proceso molesto y
limitante que puede llevarse con mejor actitud si se usan productos con ―sistemas de
absorción‖ especializados: ―anatómicos, ultra delgados y súper absorbentes‖ que se
encargan de reducir el contacto con la sangre, a través del encapsulamiento del flujo y el
―mal olor‖ en los innovadores geles y fibras con los que están manufacturados.
Como se ha mencionado con anterioridad, el interés de revisar la información
educativa, es saber cómo estás marcas conciben la menstruación, entendiendo que aunque
comúnmente las madres, los medios de comunicación y los centros educativos, como
primarias, secundarias y preparatorias 81 representan fuentes de información importante para
las mujeres que comienzan a menstruar, así que las marcas tienen la responsabilidad de
ofrecer referencias claras, dado que sus productos atienden directamente este proceso.
80
Acceso a la página web en: https://www.saba.com.mx/mundoteens/ recuperado el 02 de agosto de 2018.
En la preparatoria Tonalá Centro, de la Red Universitaria de la UdeG, al inicio del calendario 2017B,
maestras y maestros repartieron entre las alumnas, una agenda con cupones y publicidad variada que incluía la
de la marca Kotex®, así como un paquete de toallas de la misma marca. Además se les recomendó que podían
buscar información en internet sobre las opciones de absorbentes desechables que las hicieran sentir más
cómodas para asistir a clases. L. Macías (comunicación personal, 04 de febrero de 2018).
81
97
Pese a que la información de los sitios web de las marcas, puede analizarse desde
diferentes enfoques y para diferentes propósitos, en este apartado el análisis se enfoca en
las formas en que las marcas se refieren a la menstruación en sus contenidos. Para ello se
realizó una categoría de análisis, en la que se reunieron textos publicados por las marcas, en
los que se presenta información acerca de la menstruación, la cual se denominó
―enunciación‖.
Con esta categoría se observó que, aunque la palabra menstruación se menciona en
la información de 40 textos publicados por las tres marcas consultadas, la referencia con la
que es nombrada con más frecuencia es ―el periodo‖, denominación con la cual se
encontraron 67 publicaciones; también se encontró que ―mis días‖, ―esos días‖, ―tus días‖ e
incluso ―esas noches‖, es otra forma con la que se hace alegoría a la presencia de la
menstruación, en al menos 13 textos. Con menos frecuencia, encontramos que se le dice
―flujo‖ y solo una vez se menciona flujo menstrual, también se refiere como ―sangrado‖.
En algunos otros textos, se omite del todo y se dice solamente ―me bajó‖ o ―me
baja‖, según sea el caso. Adicionalmente se identificó que se utiliza de manera errónea
―ciclo menstrual‖ para referir a la menstruación. ―El periodo‖ es utilizado para sustituir la
palabra menstruación, con lo que oculta toda referencia a ésta, aunque se presente como el
tema central del texto. Pese a que en algunos contextos se sobreentiende que ésta idea
refiere a los días de menstruación, en muy pocos se especifica ―el periodo menstrual‖.
Se identifica que ―ciclo menstrual‖ se utiliza erróneamente y de manera confusa,
debido a que se enuncia de esta manera a los días de menstruación, sin considerar que el
ciclo está compuesto de cuatro fases: menstrual, pre-ovulatoria, ovulatoria y pre-menstrual.
Así que al no especificarlo en los contenidos, se puede pensar que las recomendaciones se
refieren a cualquiera de las otras fases, en las que es común la presencia de flujo vaginal.
Las concepciones de ―mis días‖, ―esos días‖, ―tus días‖ o ―esas noches‖, representan
otra forma de evitar hablar de menstruación. Con ―mis‖ o ―tus‖, se plantea la siguiente
cuestión: ¿acaso los días en que la mujer no está menstruando, no le pertenecen? ―esos
días‖ contienen una carga negativa ya que, ésta forma de nombrar se vincula en las
publicaciones con temas como, la incomodidad, el estrés y los cambios físicos que pueden
98
ser molestos. Mientras que el hablar de ―esas noches‖ además de evadir el tema menstrual,
se observa que responde a la introducción de líneas de productos para uso nocturno.
El artículo de Saba®, “Personas nos cuentan las veces más inesperadas en las que
les bajó”, es un ejemplo de cómo utilizan ―les bajó‖ o sus ideas equivalentes ―me baja‖ o
―me bajó‖, omite y con ello silencia a la menstruación ya que la dan por entendido y no se
especifica el flujo al que se hace referencia.
En este escenario donde la menstruación se presenta como un tema que no se habla
abiertamente, resulta propicio contar con productos que las marcas ofrecen para que ésta
pase inadvertida y se vuelva invisible tal como prometen las toallas ofertadas. Entonces,
bajo esta concepción son imprescindibles toallas y tampones, asimismo los pantiprotectores
diarios, pues el flujo vaginal que aparece regularmente en diferentes fases del ciclo
menstrual también se refiere como una molestia. En ese sentido, estos últimos juegan un
papel importante en la llamada ―rutina de higiene íntima‖ que está garantizada por el uso de
las diferentes combinaciones de productos que venden las marcas.
Adicionalmente se observa que en el caso particular de Saba® y Saba Teens®, la
gran variedad de tipos de absorbentes que se ofertan, son parte de una estrategia de ventas
sostenida en la creación de necesidades que se expresa en las particularidades de cada
producto, aunque en algunos solo cambian los empaques, las especificaciones remiten a la
comodidad, el combate del mal olor, la seguridad, la suavidad y la limpieza, durante los
días de menstruación.
El enfoque de la educación en las páginas web, se centra en convencer a las mujeres
de consumir los productos para tener mejores cuidados en todo el ciclo menstrual, cuidar su
salud y superar las limitaciones que supone el hecho de estar menstruando, a partir de
información que alerta sobre los riesgos de ―accidentes‖ 82; que provocarían que los demás
se den cuenta de que se está menstruando, la inseguridad de no usar los absorbentes
adecuados para el día o la noche, las cosas que ―debes‖ hacer o no y que es ―normal‖
durante el sangrado.
82
Por accidente se entiende el derrame de la sangre menstrual en la ropa exterior, que exhibe la menstruación.
99
Estos mensajes reproducen el tabú con que aun en la actualidad, muchas mujeres
viven la menstruación ya que contienen una importante carga de miedo a que alguien más
―lo note‖ y las molestias que se vinculan al rechazo de ―esos días‖, deben ser enfrentados
con la seguridad, higiene y comodidad que toallas y tampones venden en diferentes
presentaciones. Así las mujeres durante sus años menstruales, se convierten en
consumidoras dependientes que a lo largo de su vida menstrual deberán usar una cantidad
exorbitante de absorbentes, con lo que asegurarán las ganancias de empresas de ―higiene
íntima‖ como Always® Kotex® y Saba®.
La idea anterior surge del cálculo que se realizó, para dimensionar los
requerimientos materiales y económicos de las mujeres que menstrúan, el cual se sustentó
en algunos datos disponibles en la página de internet de Saba® de los que resultó un total
de 9 mil 12083 toallas o tampones necesarios para cubrir los años menstruales de una mujer.
Para llegar a este número se consideró el dato de 38 años84 en que se presenta la
menstruación, cuatro85 días promedio que dura la misma y el promedio de las toallas que se
utilizarán en estos días según la frecuencia indicada por la marca en sus estadísticas
menstruales, que corresponde a seis toallas o tampones 86 por día, o cuatro si se cambian
entre tres y seis veces por día respectivamente.
Del cálculo anterior se desglosan otros cálculos relevantes para esta investigación,
como es el costo que las mujeres -que tienen acceso a absorbentes desechables-, deben
asumir por el hecho de menstruar mes con mes. Los resultados obtenidos para este rubro
fueron de $22,708.80 correspondiente a la marca Always® que se posiciona como la marca
más cara, $17,784.00 para a Kotex® y $13,953.00 correspondiente a Saba®. Este cálculo87
se realizó a partir de la multiplicación de la cantidad antes obtenida para el total de toallas
83
El número está desglosado en el Anexo 4. Cálculos menstruales: “Tabla 1: Cálculo de toallas o tampones
utilizados durante los años menstruales según datos de Saba®”.
84
Son los años que la marca Saba® considera que se presenta la menstruación. ―¿Cuántas toallas necesito
durante mi periodo?‖ (s.f.) Obtenido de: http://www.saba.com.mx/mundoteens/teens/cuantas-toallas-necesitomi-periodo/ recuperado el 30 de agosto de 2018.
85
El promedio se calculó con los días que las estadísticas menstruales de Saba® reportan. ―Estadísticas de la
menstruación‖ (2017). Obtenido de: https://saba.com.mx/estadisticas-de-la-menstruacion/ el 30 de agosto de
2018.
86
Los tampones se cambian de 4 a 6 horas, es decir con la misma frecuencia que las toallas según la respuesta
de la pregunta ¿Cada cuándo debo cambiarme el tampón?, obtenida de:
https://saba.com.mx/preguntas-frecuentes/mi-periodo/ recuperado el 30 de agosto de 2018.
87
El desglose de estos cálculos se encuentra en el Anexo 4. Cantidades y costos de absorbentes desechables.
100
requeridas durante los años menstruales, por el precio promedio, actualizado hasta julio de
2018, que se calculó en base al comparativo de toallas realizado por la Procuraduría Federal
del Consumidor (PROFECO), correspondiente al año 201588.
Mientras que como referencia para acercarnos al gasto por uso de tampones se tomó
el precio encontrado en la visita realizada el 29 de agosto de 2018 a un concurrido
supermercado de Guadalajara, el cual fue de $47.90 por paquete de 10 piezas con aplicador
de plástico, de la marca Kotex®, la única que disponía tampones en tres presentaciones, al
mismo precio. El total del costo respecto a las toallas aumenta considerablemente y en caso
de que una mujer usara constantemente debería considerar un gasto de $43,684.80 en
tampones.
Existe conciencia de que estos datos pueden resultar laxos, debido a que solo fueron
considerados los precios de las toallas y algunos tampones y no fueron considerados otros
gastos involucrados en la tan mencionada ―higiene íntima‖ que publicitan las marcas, tales
como los protectores diarios, los jabones o champús y las toallitas húmedas, que son
productos eficaces para ocultar cualquier rastro de la menstruación que pueda ser incómodo
para las normas sociales y a su vez garantes del usufructo de las empresas por las que son
manufacturados:
…la industria usufructuó la vergüenza sobre la experiencia de menstruar, a
la vez que lo veló, tras ―normalizar‖ la menstruación y al permitirnos ocultar
la menstruación con más eficacia que lo que permitían los viejos productos
caseros. Los ―protectores femeninos‖ nos permitieron componer el cuerpo
ideal para la aceptación social (el a-menstrual, masculino) a costa de
sostener una profunda desmentida. Así, el cuerpo de las personas que
menstrúan se tornó híper-productivo, todos los días del mes, sin excepción
(Tarzibachi, 2017, párr. 8).
Sin embargo los costos vinculados a la gestión de la menstruación, han motivado
esfuerzos que emergen de diferentes esferas sociales 89, desde la propuesta de dejar de ver a
Abaroa Silva, S. ―Toallas sanitarias‖ (2015). Obtenido de:
https://www.profeco.gob.mx/encuesta/brujula/bruj_2015/bol299_toallas_sanitarias.asp
88
101
la menstruación como un proceso inminentemente privado y sea integrado a las agendas de
política pública y con ello puedan existir leyes que aseguren los recursos económicos
necesarios para adquirir absorbentes desechables, así como otras que reconozcan a estos
productos como de primera necesidad y se exenten de impuestos, además de invertir en
campañas de información acerca de higiene menstrual.
Ante este escenario donde hablar de menstruación se vuelve un tema exclusivo de
las charlas en secreto entre las mujeres; donde el mercado crea necesidades desde las
concepciones neoliberales-modernas de lo que significa ser mujer, en donde es imposible
negar que la capacidad de los ecosistemas ha sido rebasada por las actividades humanas y
donde la desigualdad limita las posibilidades de acceso a la educación y a los recursos
económicos para adquirir productos convencionales o alternativas para la gestión
menstrual, existen experiencias que están transformando esta realidad entendiendo que
existe una vinculación entre la mujer y la naturaleza que, lejos del esencialismo, tiene la
potencialidad de combatir las condiciones que limitan la libertad del cuerpo/ser femenino y
de expandir una ―cultura menstrual alternativa‖ 90 que reconfigure el entendimiento de este
importante proceso fisiológico, la interconexión con el todo y las relaciones de poder que
han subordinado a las mujeres en la historia.
Actualmente la relación entre el cuidado de las condiciones de salud/bienestar de las
mujeres y el equilibrio ecológico, se puede vislumbrar en los discursos, corrientes de
pensamiento y prácticas políticas que se enmarcan en el ecofeminismo. Desde este enfoque
las mujeres se pronuncian y actúan por la reconstrucción del tejido social que las relaciones
instrumentalizadoras (Cavana, 2004, p.12) sobre ellas y la naturaleza, han abatido en aras
del desarrollo de la civilización occidental.
Entre las diversas iniciativas de mujeres y comunidades ecofeministas –que pueden
no autodenominarse de esta manera-, existen diferentes esfuerzos que manifiestan el avance
89
Desde el ámbito gubernamental se han propuesto diferentes acciones, tales como exentar de impuestos a los
absorbentes desechables y otros productos implicados en la gestión menstrual, así como agilizar el registro
sanitario de las copas menstruales (Valdés, 18 de mayo de 2018).
90
Valdés Padilla (2017, p. 381) menciona que esta cultura ―…propone y re-crea prácticas y experiencias
asociadas al uso de la sangre y a las necesidades físicas, subjetivas y espirituales de las mujeres menstruantes,
buscando tener experiencias que les permitan vivir con plenitud y bienestar su estado‖. Aclara que dicha
cultura es diversa.
102
de resistencias de emergencia local y alcances continentales, que se integran como agentes
favorables al cambio estructural necesario en el contexto de violencia y despojo, que
permanece en México.
En el contexto específico de Guadalajara, Jalisco y su Área Metropolitana se
encuentran diversas experiencias ecofeministas, que hablan de un interesante proceso que
data de varios años y que se expresa en una búsqueda continua de alternativas útiles para
mejorar de las condiciones de existencia de las mujeres partiendo de la atención a la
menstruación, que sin duda ofrece elementos que permiten poner en cuestión los rasgos
fundamentales de la civilización occidental.
103
CAPÍTULO 2. PLURALIDAD DE PENSAMIENTOS Y PRÁCTICAS
ECOFEMINISTAS
El propósito de este Capítulo es identificar los temas de encuentro que permiten una
aproximación a la teoría del movimiento ecofeminista, que tal como lo expone Gonzálvez
Conde, abordarla de esta forma ―…permite hablar de una corriente de ideas, teorías y
prácticas, que se construye sobre las luchas reales de las personas‖ (2010, p. 26).
La propuesta de este Capítulo se inclina por evitar la generalización -o
colonización- los ecofeminismos, así que con la exposición de los pensamientos y
movimientos que aquí se recuperan, se plantea para seguir un hilo conductor teórico, que
ayude a entender y explicar la realidad particular del caso de estudio. Tal como lo menciona
Curiel91, es importante hacer teoría para dirigir la práctica política, pero es igual de
importante hacer teoría desde la práctica política. En este sentido, el ecofeminismo es una
muestra de dicha relación que se construye en la realidad, ya que se trata de una corriente
teórica que emerge de las luchas ambientales de las mujeres, mismas que se nutren de las
aportaciones teóricas.
Así como los feminismos están integrados por diferentes corrientes vinculadas a
realidades particulares, y es imposible hablar de uno solo, en el caso del ecofeminismo
sucede lo mismo. Pese a la influencia de Occidente tanto de corrientes dadas en el norte
como en el sur, puede reconocerse que en Latinoamérica emergen conocimientos y
movimientos que ofrecen marcos referenciales para explicar la relación sociedadnaturaleza. Si bien, en este capítulo se expone apenas un acercamiento a la teoría
occidental, surgido de la experiencia de movimientos en países empobrecidos y países ricos
de occidente, igualmente se realiza un acercamiento a las propuestas ecofeministas de
países latinoamericanos.
Actualmente, es posible encontrar ecofeminismos que aportan al entendimiento y a
la búsqueda de alternativas frente a la ―crisis ecosocial‖ (Valdés Padilla, 2017, p. 48)
enmarcada en la crisis de civilización que amenaza a la vida humana y no humana en el
91
CICODE UGR. (2016, noviembre, 07).
104
planeta. Diferentes corriente ecofeministas y feministas coinciden en que es ineludible
partir del reconocimiento de que la humanidad depende de los vínculos sociales y
ecológicos para continuar la trama de la vida, debido a que se encuentra inserta en un
medio natural, así que negar las relaciones de dominación y explotación que existen en el
sustento de la civilización sobre las mujeres y la naturaleza, que se justifican por medio de
la razón científica, destruyen el equilibrio entre la sociedad y la naturaleza, condenando a la
extinción a las condiciones básicas de vida en el planeta. La mirada ecofeminista ―Afirma
que la lógica subyacente a la opresión de las mujeres y a la explotación de la naturaleza no
humana es la misma y por eso se posiciona políticamente ante la actual crisis civilizatoria
del Antropoceno‖92 (Herrero, 2017, pp. 22- 22).
Hablar de ecofeminismos permite considerar diferentes enfoques feministas, desde
los que se aborda la crisis ecosocial, las relaciones establecidas entre la humanidad y la
naturaleza, así como las relaciones establecidas entre humanos en un contexto de
dominación. Algunos puntos de encuentro que se identifican entre los ecofeminismos, son:
la crítica al paradigma de la modernidad, el cuestionamiento a los conocimientos que
jerarquizan o dividen a los sujetos y a la naturaleza, los patrones de (re)producción de la
dominación, así como las críticas al esencialismo del que se ha acusado al ecofeminismo
como propuesta teórica.
Al igual que el feminismo, el ecofeminismo da cuenta de una importante influencia
de los movimientos y producciones teóricas de Occidente, tal como se enuncia a lo largo
del Capítulo, en los últimos años emergen luchas y teorías vinculadas a esta corriente,
desde geografías y puntos de vista diferentes. En este sentido, la reflexión se detiene un
poco a identificar cómo las concepciones ecofeministas de occidente, tanto en el Norte
como en el Sur, abren la puerta a la construcción de perspectivas, enfocadas al análisis de la
subordinación de las mujeres y su vínculo con la destrucción de la naturaleza. Como se
refiere antes, la diversidad de posturas obliga a hablar de ecofeminismos, de esta manera el
análisis se acerca a las diferencias entre las voces y marcos de referencia que constituyen la
pluralidad y diversidad de dicha corriente.
Definido por Paul Crutzen – Premio Nobel de química en 2002- ―…como el periodo histórico donde el
volumen de actividades humanas ha tenido tal efecto sobre el planeta, que ha alterado los sistemas
fundamentales para el sostenimiento de la vida‖ (Chaparro Mendivelso & Meneses Arias, 2015, p. 03).
92
105
Con este reconocimiento no se plantea un estudio exhaustivo de cada corriente en
este trabajo, ya que como lo hemos mencionado sería imposible realizar una genealogía
concluyente, sino que se propone recabar conceptos y metodologías que nos permitan
explicar la realidad del caso de estudio que justifica la realización de esta tesis. Dicho lo
anterior comenzaremos haciendo un recuento de algunos hitos que han aportado a la
práctica y teoría ecofeminista. Al igual que el feminismo, la corriente ecofeminista emerge
para cuestionar las imposiciones que han subordinado el papel de las mujeres en la historia
de la civilización moderna, con la particularidad de que el ecofeminismo reconoce que las
relaciones de poder que sostienen a la modernidad afectan, de igual manera las relaciones
con la naturaleza, por lo que ésta ha sido también subordinada.
2.1. Ecofeminismos occidentales
2.1.1. Ecofeminismos clásicos: afinidad mujer-naturaleza.
El término Ecofeminismo, fue acuñado en 1974 por Françoise d‘Eaubonne (Herrero, 2017;
Mellor, 2000)93, utilizado para establecer vínculo entre la destrucción ambiental y el control
masculino de la producción y la sexualidad de las mujeres. Dado el contexto de las
protestas que tuvieron lugar en esta década tanto en Europa como en Estados Unidos, para
denunciar las consecuencias del progreso, fue que el concepto se extendió y algunos años
después se conformó como el sustento de un movimiento social que emerge del encuentro
entre los movimientos ecologista, feminista y pacifista (Herrero, 2017) con expresiones en
diversas partes del mundo.
El ecofeminismo, reunió dos temas que cobraron gran importancia en la época: la
crítica a las evidentes consecuencias destructivas del desarrollo -sostenido en tecnología y
ciencia modernas- y el desacuerdo entre las pretensiones del feminismo liberal, de que las
mujeres se abrieran lugar en los roles masculinos, en lugar de cuestionar las estructuras que
los definen y perpetúan. Tal como lo describe Mellor (2000, pp. 65-66), incluyendo la
reflexión de Friedan:
93
Por su parte Mary Mellor (2000, p. 63), menciona que el término se reclama también en favor de Chiah
Heller, ecofeminista social estadounidense.
106
El nacimiento del ecofeminismo a principios de los setenta juntó dos crisis
de la modernidad. Una fue la pérdida de la fe en la ciencia, la tecnología y el
desarrollo tal como se refleja en la crítica verde del industrialismo
occidental, la crítica del Sur al imperialismo económico y el crecimiento de
las campañas antinucleares. La segunda fue la comprensión de que el
optimismo de las feministas liberales acerca del progreso político y social de
las mujeres estaba fuera de lugar. La educación y el progreso económico no
habían permitido a las mujeres escapar de la feminidad, la familia o los
suburbios (Friedan, 1963).
En su obra ―El feminismo o la muerte‖ (1974), d‘Eaubonne aborda temas que se son
el sustento de múltiples reflexiones ecofeministas, como las evidentes consecuencias
ecológicas del avance desarrollista, sintetizadas en la crisis de la modernidad; el
señalamiento de que el hombre occidental, a quien llamó el ―hombre patriarcal‖ era el
causante de tal crisis –aunque reconocía que el gran problema era el patriarcado-; el
llamado a las mujeres a convertirse en agentes del cambio; la construcción de un
igualitarismo más allá del género y afirmó que las mujeres poseían una afinidad con la
naturaleza, que el hombre patriarcal parecía no tener (Mellor, 2000).
Según Mary Mellor, pese a que el ecofeminismo se expandió por diferentes países,
fue en Estados Unidos donde en principio, se logran avances importantes para el desarrollo
de este pensamiento, principalmente en dos perspectivas: una que se enfoca en aceptar la
afinidad
entre
la
mujer
y
la
naturaleza,
representada
por
el
―feminismo
radical/cultural/espiritual‖ y otra, que argumenta desde posturas políticas constructivistas y
radicales sociales como el ecoanarquismo o el ―socialismo/marxismo‖. Pese a las
diferencias, ambas perspectivas tienen el propósito común de erradicar la subordinación,
para lograr la sustentabilidad de la sociedad (2000, p. 63).
El tema de mujeres y medio ambiente, desde dichas tendencias, ganó espacios
debido al trabajo de mujeres como Elizabeth Gould Davis, Mary Daly en Boston,
Rosemary Radford Ruether en Míchigan, y Susan Griffin en California, que trabajaron por
los espacios de reflexión en sus universidades, por posiciones partidistas como en el caso
107
de la alemana Petra Kelly, en el activismo pacifista y ecologista o los debates teóricos y
filosóficos tales como Ynestra King, Val Plummwood, Karen Warren y Barbara Holland
Cunz (Mellor, 2000).
El ecofeminismo clásico, también conocido como cultural, surge a finales de los
setenta (Navarro Casillas, 2016, p.65), con el encuentro de la crítica feminista y ecologista
hacia la dominación dada por la centralidad ideológica del hombre, sobre la mujer y la
naturaleza. Una de las aportaciones más significativas a esta corriente, se dio con el libro
―El primer sexo‖ (1971), de Elizabeth Gould Davis, en la que señala que las mujeres y la
naturaleza están condenadas por el poder masculino y celebra las diferencias biológicas
entre mujeres y hombres, que tal como lo menciona Gonzálvez Conde (2010, p. 42) ―Esta
celebración cultural de la mujer llegó a hacer pensar a algunas, en la recuperación del mito
del matriarcado y en la búsqueda de la historia espiritual de las mujeres de la teoría
patriarcal‖.
La tesis de Davis, fue rigurosamente criticada ya que excluía las realidades de las
mujeres afrodescendientes
y el hecho de vincular el cuerpo de las mujeres con la
naturaleza le daba un tinte esencialista, que fue señalado por los críticos. Pese a eso se
reconoce que a partir de éste trabajo, las académicas interesadas en temáticas asociadas,
pudieron dejar de trabajar bajo los formalismos tradicionales de la época (Gonzálvez
Conde, 2010, p. 42).
Otra línea de este ecofeminismo, fue nutrida por las aportaciones de ―Gyn/ecology‖
(1978), obra de Mary Daly, y ―Woman and Nature‖ (1978), de Susan Griffin. Daly llamaba
a las mujeres a recuperar su poder como amante de la vida, es decir: ―biofílico‖ (Gonzálvez
Conde, 2010, p. 42), asociado a las características del cuerpo femenino, que como la
naturaleza también podía dar vida. Daly pensaba que el cambio político que el mundo
necesitaba, requería de un cambio espiritual previo, mismo que solo era posible a partir del
reconocimiento de que las diferencias biológicas entre hombres y mujeres determinan las
relaciones entre humanos y de estos con la naturaleza.
Lejos del misticismo y la ingenuidad de los que algunos críticos señalan, los aportes
de la filósofa y teóloga, estadounidense, Mary Daly se reconocen respecto a sus
108
teorizaciones acerca de los grupos de auto-ayuda que las feministas radicales popularizaron
a partir de la década de 1960, con el fin de encontrar terapias alternativas a la ginecología
moderna y buscar estrategias que respondieran a los cuestionamientos entorno a los riesgos
para la salud, que suponía la presencia de elementos químicos tóxicos en las cadenas de
producción y consumo, que generalizaban su utilización como conservadores, pesticidas o
fertilizantes. A estas reflexiones, Mary Daly sumó su particular visión de las religiones y
concluyó que es el ―culto al patriarcado‖94 la religión que sintetiza toda expresión de las
religiones hegemónicas.
El radicalismo de este ecofeminismo se caracteriza por proponer la búsqueda de una
―ginecología alternativa‖ (Navarro Casillas, 2016, p. 65) para superar las disposiciones
invasivas y violentas de un sistema médico sostenido en la lógica de la ciencia moderna
que, como lo hemos referido antes, excluyó a las mujeres y dejó en manos de hombres el
desarrollo de los tratamientos e instrumentos para la intervención de los ―males‖
femeninos. Así se integraba un ecofeminismo que se pronunciaba por la diferencia
biológica entre hombres y mujeres que prestó especial atención a la recuperación del
control del cuerpo propio, la celebración de sus características diferenciadas, las ideas de la
maternidad y el cuidado –de los hijos y la naturaleza- como virtudes femeninas que estaban
entre los fundamentos para crear una conciencia ―ginocéntrica‖ frente a la ―falocéntrica‖
dominante95.
Por su parte, Griffin desde una mirada poética, enunciaba la afinidad de las mujeres
y la naturaleza con el análisis de la relación de éstas con el hombre científico. En esta
misma línea, Irene Diamond reconoce que surge la inspiración que dota a las mujeres de la
capacidad de transformar al mundo (Gonzálvez Conde, 2010, p. 43). Así se configura una
perspectiva que apostó por subvertir el poder patriarcal, desde una espiritualidad sostenida
por la aclamada, ―esencia femenina‖.
Rosemary Radford Ruether, teóloga feminista y pacifista, realizó un análisis
ecofeminista a partir de la relación del sexismo y la teología, en el que reconocía al
patriarcado como la fuente de la grave situación ecosocial que se denunciaba en esos años.
94
95
Puleo (citado en Navarro Casillas, 2016, p. 66).
Puleo (citado en Navarro Casillas, 2016, p. 65).
109
De su análisis resulta la tesis que afirma que la experiencia de las mujeres, en tanto cuerpo,
las ha acercado a la naturaleza, mientras que la posición privilegiada de los hombres los ha
alejado para ir en busca de la cultura y la autonomía. La postura de la autora puede leerse
como de afinidad, sin embargo, Radford no perdió de vista las desigualdades entre las
mujeres y apostó por un socialismo comunitario en el que los trabajos que históricamente
han sido realizados por mujeres fueran colectivizados, además de que pudiera preservarse
el sentido ecológico de estos. Con estas ideas, se estableció el fundamento de una
perspectiva social, dentro del ecofeminismo (Gonzálvez Conde, 2010, p. 42).
2.1.2. Espiritualidad ecofeminista.
Diferentes pensamientos, han surgido del llamado culto a la Diosa, que puede entenderse
como una religión que recupera la sacralidad de lo femenino, tanto de la corporalidad
femenina, como de la naturaleza y reivindica ritualidades tradicionales o ancestrales
encaminadas al reconocimiento tanto de lo sagrado en la vida de las mujeres, como
fundamento del empoderamiento femenino. La apuesta de esta visión es que al entender la
religión como un ―sistema cultural‖ (Navarro Casillas, 2016, p. 68) el culto o religión de la
Diosa, podría reformar la espiritualidad de las mujeres y con ello se generarían los cambios
en el sistema cultural, necesarios para empoderarlas frente a la subordinación al poder
masculino, universalizado por la religión judeocristiana, representada por un dios único,
varón y omnipotente.
Una exponente de estas ideas fue Carol P. Christ autora de “Why women need the
Goddess” en 1978, quien suscribió la idea de ―lo personal es político‖, planteando que un
cambio personal en la conciencia espiritual de las mujeres cambiaría el orden cultural que
las ha sometido. Dicho cambio podría darse a través de la recuperación del poder femenino
que la Diosa legitimaba como benéfico e independiente del poder masculino y que se
enfrenta a las figuraciones patriarcales que lo asocian con el pecado o el caos; la afirmación
del cuerpo de mujer y sus ciclos, en oposición a las asociaciones religiosas que los vinculan
a los males de la humanidad o niegan su sexualidad manteniendo el tabú en temas como la
menstruación, el parto o la menopausia; la afirmación de la voluntad femenina, mediante el
reconocimiento de la legitimidad que la Diosa aporta.
110
También Christ planteó la afirmación de los lazos y la herencia entre mujeres –sobre
todo madre-hija-, para construir vínculos de liberación y que no se reproduzca la enseñanza
de la subordinación que se transmite de unas a otras. Según Christ, la Diosa sugería una
figura de empoderamiento para las mujeres que tenía el potencial de cambiar el mundo
(Navarro Casillas, 2016, p. 68).
La oposición biológica entre hombres y mujeres y el misticismo, característicos en
estas primeras reflexiones, le otorgaron al ecofeminismo clásico, un tinte esencialista que
hasta años recientes ha permeado los debates académicos sobre el ecofeminismo, entre los
que se ha cuestionado su seriedad, sus alcances explicativos y políticos e incluso lo han
vinculado a posturas que demeritan o demonizan el papel de los hombres en sus relaciones
con la sociedad o la naturaleza.
Según Herrero (2017, p. 24) el argumento fundamental de estos ecofeminismos, es
el de afirmar que las mujeres cuentan con características biológicas que las relacionan de
manera profunda y especial con la naturaleza. Esta idea da sentido a la recuperación de los
―valores matriarcales‖ o la reivindicación de la maternidad como fuente de
empoderamiento, vinculada a la sacralidad de la vida. Sin embargo estos planteamientos
han sido severamente criticados debido a su tendencia a reproducir y fortalecer los
estereotipos atribuidos al género femenino dentro del orden patriarcal.
Contra las acusaciones que se hacen al ecofeminismo respecto al escencialismo y
sobre todo al misticismo de la influecia espiritual, puede argumentarse que la propuesta de
una nueva religión fundada en el reconocimiento de las virtudes femeninas, con sus propios
simbolos y rituales, el reconocimeito de lo terrenal, pero sobre todo en la que el cuerpo y la
sexualidad de las mujeres tienen lugar, desafía la estructura occidental fundada en la cuasi
universal religión juedeocristiana que pregona la vida en el reino de los cielos, la
separación del cuerpo, el pecado original y la costilla del hombre como origen de la mujer,
además del derecho concedido por dios para dominar la naturaleza.
111
2.1.3. Ecofeminismo de países empobrecidos 96.
Esta corriente también recupera conceptos y rituales espirituales, pero en este caso son
recuperados de tradiciones nativas o ancestrales de diferentes pueblos, encontrados en
India, Latinoamérica o Norteamérica. Entre las mujeres más representativas de esa
corriente se encuentra Vandana Shiva, que con fundamento en la cosmovisión hindú, ha
emprendido diferentes esfuerzos por la defensa del medio ambiente, principalmente en
temas de protección de la biodiversidad, frente a los efectos de las políticas del desarrollo
neoliberal, debido a que propaga el uso de semillas modificadas y la proliferación de
monocultivos, que atentan contra la diversidad biológica y las condiciones de subsistencia
de las mujeres (Shiva, 1998).
Shiva defiende la sacralidad de la naturaleza, como parte de un todo conectado que
la lógica de la civilización occidental fragmenta, ella argumenta que las mujeres
empobrecidas o del ―tercer mundo‖, son sensibles a la destrucción del medio ambiente ya
que sus actividades cotidianas las mantienen directamente vinculadas a la naturaleza y por
ello la perciben anticipadamente. Asimismo, estas mujeres son las primeras afectadas por
dicha destrucción ya que por los efectos del mal desarrollo en el campo, son desplazadas y
deben buscar empleo en lugares que las ven como mano de obra subordinada o no
calificada (Navarro Casillas, 2010, p. 72- 73).
La relación que Vandana Shiva encuentra entre la mujer y la diversidad biológica,
está dada por los conocimientos especializados que las mujeres han desarrollado en su
trabajo con la tierra, mismo que les han permitido conservarla como medios para asegurar
el alimento y el trabajo en sus comunidades. Sin embargo la relación, la subsistencia de las
mujeres y el ecosistema se ven afectados por las pérdidas biológicas que ocasiona ―el
modelo patriarcal de progreso‖ (Shiva, 1998, p. 13) que no reconoce el trabajo ni esos
conocimientos.
La postura política de Shiva se sostiene en una crítca a la logica capitalista de
producción global y el reconocimiento de la vinculacion de las mujeres con la naturaleza,
Tal como lo hace Herrero (2017, p. 25), usaremos ―países empobrecidos‖ en lugar de países pobres para
referirnos a esos que han sido posicionados por el orden global, en la periferia o el tercer mundo.
96
112
desde una visión que las declara como ―guardianas de la diversidad biológica‖ 97, debido a
los conocimientos que son fruto de su cercania con lo natural en función del trabajo.
Entonces, la propuesta de la activista sostiene que las bases para una economía ética, se
encuentran en las actividades domésticas que historicamente han sido relegadas a las
mujeres. A este planteamiento se suma la crítica a la tecnología, sobre todo la que es
utilizada por la ingeniería genética, que además de desempoderar a las personas que
trabajan la tierra, genera inestabilidad ambiental y enfermedades nuevas (Shiva, 1998).
La perspectiva espiritual de este ecofeminsmo, tambien ha sido referido como
esencialista por sugerir la cercanía de las mujeres con la naturaleza, a lo que Shiva responde
que en sus planteamientos que la mujer es otro elemento del ecosistema y esa es la manera
en que deben verse todos los seres humanos, para evitar la destruccion de las condiciones
naturales que permiten la supervivencia. Sin embargo, las responsabilidades que
socialmente se han delegado al papel de las mujeres, las han mantenido más próximas a la
naturaleza y por esa razón, son ellas quienes advierten de manera temprana el deterioro
ecológico. Por ello, considera a las mujeres como guardianas de la diversidad, ya que sus
conocimientos dados por la experiencia, aportan en la búsqueda de alternativas al
desarrollo.
Para muchas de ellas, la biodiversidad ha sido sinónimo de supervivencia, y
la privatización de las tierras comunales, el extractivismo, o la deforestación,
afectan dramaticamente sus vidas. Ellas se convierten en un grupo social
muy castigado por la destrucción ecológica en muchas sociedades y también
en lideresas de movimientos ecologistas […]
Este ecofeminismo apuesta por formas alternativas al desarrollo occidental,
pone en valor el conocimiento de las culturas tradicionales, y establece
múltiples conexiones y ramificaciones vinculadas a los feminismos
comunitarios, indígenas y poscoloniales (Herrero, 2017, p. 25).
Las tres ideas principales que resumen el pensamiento ecofeminista de Shiva, según
Hernández Piñero (2012, p. 330) son: el señalamiento de que el desarrollo capitalista y su
97
Shiva (citado en Navarro Casillas, 2016, p. 73).
113
ciencia, como entes coloniales y patriarcales, son responsables de la crisis ecológica; la
inoperancia de los conceptos que sostienen la lógica del modelo de desarrollo y a la ciencia,
en la búsqueda de soluciones a la crisis y el reconiciento del potencial político que tienen
las experiencias cotidianas de las mujeres del ―tercer mundo‖, para transforar la relación de
las sociedades con la naturaleza y así mantener las condiciones para la reproducción de la
vida.
2.1.4. Ecofeminismo constructivista/construccionista.
Este feminismo surge en la década de 1980, de la necesidad de superar el ―esencialismo‖
del que era etiquetado el pensamiento clásico y las corrientes espirituales. Así que como su
nombre lo indica, este ecofeminismo nace del constructivismo y por tal plantea que lo
femenino y lo masculino como identidades son una construcción social e histórica –tal
como lo había expuesto años antes Beauvoir-, en consecuencia la propuesta de esta
corriente es encontrar paradigmas que trasciendan los binarismos 98, de la estructura dualista
y jerárquica de la lógica occidental patriarcal.
El ecofeminismo constructivista, traza una línea histórica en la que son señalados
―Platón, el pensamiento católico y Descartes como los hitos históricos que marcan el
desprecio por lo que se considera naturaleza: el cuerpo, las emociones, la afectividad, la
sexualidad‖ (Navarro Casillas, 2017, p. 76). Con ello, igualmente se intenta de trascender la
acusación que se hizo a las primeros ecofeminismos de ser ahistóricos.
Esta corriente, propone analizar las implicaciones socioeconómicas y políticas del
sexo como característica biológica, no desde el esencialismo con el que se había visto a las
mujeres, sino desde una postura que entienda las condiciones materiales de ser mujer
(Navarro Casillas, 2017), mismas que determinan diferencias en la manera de pensar y ser
en el mundo, tales como el parto, la maternidad, las lactancia. Es decir, estas posibilidades,
98
Puleo (citado en Herrero 2017, p. 23), enlista los binarismos con que se piensa el mundo, desde la lógica
occidental: Cultura/Naturaleza, Razón/Naturaleza Masculino/Femenino, Mente/Cuerpo (naturaleza),
Señor/Esclavo, Racionalidad/Animalidad (naturaleza), Razón/Emoción (naturaleza), Libertad/Necesidad
(naturaleza),
Universal/Particular,
Humano/Naturaleza
(no-humana),
Civilizado/Primitivo,
Producción/Reproducción,
Público/Privado,
Sujeto/objeto,
Heterosexualidad/Queer,
Un(a)
mismo(a)/Otros(as), Urbano/Rural, Adulto/infante. Recuperados del Cuadro1. Elementos clave en la
estructura dual jerarquizante del pensamiento occidental.
114
determinadas por la biología femenina podrían generar en las mujeres una conciencia por el
cuidado de la vida dado por la experiencia biológica e histórica.
Como lo describe Gonzálvez Conde (2010, p. 48), las pensadoras constructivistas
coinciden en que la relación mujer-naturaleza influyen diferentes factores sociales que
deben ser estudiados. Asimismo, en esta corriente se reconocen los aportes de Ynestra
King, Val Plumwood, María Mies y Karen Warren, quienes coinciden en que la lógica
patriarcal de la civilización ha producido el dualismo Mujer/Naturaleza con el cual se ha
dominado a ambas.
Según las ideas radicales de Ynestra King, que Gonzálvez Conde (2010, p. 48)
recupera, ese dualismo se ha mantenido para posicionar a la mujer cercana a la naturaleza y
de eso se ha valido para subordinar y explotar a ambas, con ello su planteamiento se inclina
hacia la tesis de que una postura ecofeminista sensata debe ser antidualista. Con el fin de
encontrar planteamientos antidualistas, King estudió la evolución tanto de los feminismos
como de los ecologismos, así construyó su crítica al feminismo liberal ilustrado, centrada
en advertir que los roles que se creían naturales respecto al género masculino, no podían ser
extendidos a las mujeres sin cuestionar las estructuras sociales y de poder que definían los
roles de las mujeres. Asimismo, King encontró que las feministas radicales fueron quienes
consideraron a la naturaleza en sus reflexiones, a diferencia de otras feministas. En
resumen, desde su esta postura feminista radical cultural, la identificación de la mujer con
la naturaleza es una ideología masculina y un instrumento de opresión que debe ser
trascendido (Gonzálvez Conde, 2010, p. 49).
Un feminismo social ecológico es el término empleado por King para
encontrar el equilibrio, entre el construccionismo social absoluto de las
feministas socialistas, un tanto descorporeizado y el feminismo cultural que
se excede en la importancia atribuida a personalizar lo político, a la
transformación personal y la toma de poder. Así, el ecofeminismo interpreta
el significado histórico del hecho de que las mujeres han estado situadas en
la línea divisoria biológica donde lo orgánico se proyecta en lo social. Como
menciona la autora [King], ―La dominación de la naturaleza se origina en la
115
sociedad y, por lo tanto, debe ser resuelta en la sociedad‖ y aunque la
creación de una cultura y política ginocéntrica fue condición necesaria, no es
suficiente para el ecofeminismo (Gonzálvez Conde, 2010, p. 50).
Desde el punto de vista constructivista, se reconoce que las conexiones entre la
dominación de las mujeres y la de la naturaleza, son conceptuales, sobre lo que Karen
Warren señala que están insertas en un marco conceptual que en el caso de las sociedades
occidentales, se trata de un marco patriarcal que rige la ―lógica de la dominación‖ 99,
resumida en tres pasos; el primero que identifica a los elementos del dualismo con un
concepto, esto es: ―mujer = naturaleza, hombre = razón‖; el segundo es el ―pensamiento
jerárquico-valorativo‖ (Gonzálvez Conde, 2010, p. 51); con el cual se afirma que los
conceptos se ordenan en superiores e inferiores, es decir hombre sobre mujer o razón sobre
naturaleza y el tercero donde se justifica la subordinación de los conceptos inferiorizados,
según describe la autora.
Desde el constructivismo, el género y la naturaleza se ven como construcciones
sociales, por lo tanto las formas de concebirse están dadas por condiciones históricas y
sociales que cambian de una cultura a otra y de un momento a otro, por lo tanto es
importante referir en las discusiones acerca de la dominación de la mujer o la naturaleza,
las formas específicas sociales e históricas que se han impuesto sobre estas, entonces:
…una defensa ecofeminista de las conexiones históricas entre las
dominaciones de las mujeres y de la naturaleza implica mostrar que, dentro
del patriarcado, la feminización de la naturaleza y la naturalización de las
mujeres ha sido crucial para la subordinación históricamente exitosa de
ambas (Gonzálvez Conde, 2010, p.51).
Por su parte, María Mies realiza una crítica al paradigma científico dominante y al
dualismo que ha subordinado históricamente tanto a las mujeres como a la naturaleza,
mismos que han saturado a las mujeres de prejuicios de orden androcéntrico y que
facilitaron los instrumentos para su explotación y dominio. Señala que la civilización
99
Warren (citado en Gonzálvez Conde, 2010, p.51).
116
occidental, sostenida en el paradigma del progreso, la ciencia y la tecnología, no existiría
sin los países colonizados, sin la naturaleza y sin las mujeres. Refiere puntualmente que la
ciencia históricamente responde a intereses de carácter político, militar o económico, así
que no ha existido nunca, una ciencia pura, imparcial ni asexual (Gonzálvez Conde, 2010,
p. 51).
La crítica anterior ha tenido eco en la postura de Val Plumwood, quien en su obra
―Feminims and the Mastery of Nature‖ (1993) plantea que el pensamiento de la civilización
dominante ve a lo humano fuera de la naturaleza incluso en oposición, debido a que los
dualismos del pensamiento occidental, bajo esta lógica se pone en primer orden todo lo
cercano a la razón y subordina todo lo que es considerado naturaleza; lo femenino e incluso
a diferentes culturas. Así lo expresa Martínez Pérez (2017, p. 145):
Dado que las relaciones entre los dos términos de la lógica dualista son
siempre de poder, la racionalidad ha sido entendida como el dominio de un
grupo que se autoconstituye como ―la razón‖ o ―la cultura‖ y que concibe
como subordinados a la naturaleza, a lo material, a lo femenino, y a otras
culturas supuestamente más cercanas a la naturaleza. ―naturaleza‖ es el
concepto clave dado que, dentro de esta lógica dualista, la naturaleza
constituye el campo de exclusión múltiple en el que se ejerce control.
Las pensadoras constructivistas, no reconocen la existencia de una ―esencia
femenina‖ (Herrero, 2017, p. 26) que acerque especialmente a las mujeres con la
naturaleza, sin embargo afirman que la historia, en función al sexo las ha colocado en
lugares de proximidad a la destrucción ecológica, particularmente en países pobres, como
resultado de la opresión que han sufrido ambas. El modelo de opresión descrito por la
corriente constructivista, forma una red de múltiples enlaces ―entre la clase, la raza, el
género y la dominación de la naturaleza‖ (Herrero 2017, p. 26).
2.1.5. Algunas consideraciones a modo de cierre.
La gran influencia del pensamiento estadounidense y la permanencia de su literatura en las
discusiones actuales sobre el ecofeminismo de tendencia cultural/espiritual han propiciado
117
fuertes críticas centradas en el esencialismo que esta corriente sugiere y la idealización de
la mujeres que excluye las diferencias entre ellas. Sin embargo, tal como plantea Mellor
(2010) carece de utilidad realizar una clasificación detallada de las autoras o de los
ecofeminismos ya que existen casos en los que observa una combinación interesante entre
las posturas, que responde a contextos particulares de luchas de mujeres por el ambiente.
Si bien el papel de la espiritualidad ecofeminista es cuestionable desde la
argumentción teórica, lo que no debe perderse de vista es que la apuesta de las
ecofeministas espirituales es dotar a las mujeres de sentido para realizar los cambios
sociales, en funcion de su liberación y para frenar la explotación de la naturaleza, lo que es
una invitación que necesariamente vincula la lucha política.
Los debates y críticas que se han atribuido a las corrientes ecofeministas, han
propiciado que algunas pensadoras prefieran identificar sus teorías y postulados con la
denominación de feminismos ecológicos, sin embargo el ecofeminismo es reconocido cada
vez más como un ―concepto paraguas‖ (Herrero, 2017, p. 20), que abarca diferentes
pensamemientos. Sin embargo es importate mencionar que el enfoque de los
ecofeminismos busca explicar la compleja relación entre la opresión de las mujeres con la
explotación de la naturaleza –entendida como el mundo de lo vivo no humano-, pero sin
duda al referir la opresión cabría mencionar a otros grupos que historicamente han
compartido esta condición, tal es el caso de las personas negras o de color, empobrecidas,
indigenas y grupos LGBTI+, tal como señala Amaranta Herrero (2017, p. 20).
2.2. Mirada a los ecofeminismos latinoamericanos
Yo me atrevo a pensar que el feminismo necesariamente tuvo que evolucionar hacia el ecofeminismo al poner
en evidencia las vinculaciones de todas las formas de opresión y violencia, desde la opresión en el interior de
la familia hasta la destrucción del planeta.
Dominga Trapasso.
En Latinoamérica existen propuestas ecofeministas que parten tanto de la teología como de
las luchas por la defensa del territorio, entre los que se incluye el cuerpo. Entre estas,
algunas se reconocen expresamente como feministas y otras sin nombrarse de esta manera
en la práctica lo son. Debido a la gran influencia de la teología ecofeminista en Sudamérica,
118
en ocasiones otras corrientes se identifican y piensan desde ésta, sin embargo la diversidad
de la región propicia la producción de teorías y prácticas con diferentes matices y enfoques
(LaDanta LasCanta, 2017).
En función a este planteamiento, el grupo venezolano ecofeminista de investigación
y acción, ―LaDanta LasCanta‖100, recientemente realizó una investigación en la que esboza
una mirada histórica de los ecofeminismos en y desde Abya Yala. En dicha investigación
recopiló información sobre organizaciones expresamente auto-reconocidas ecofeministas y
algunas que sin definirse de esta manera lo son, el arco temporal que definen va desde
finales del siglo XX hasta la actualidad, con el estudio de las organizaciones reconstruyen
una línea temporal que va desde la teología feminista hasta las luchas antiextractivistas del
presente. El grupo reconoce que diversas corrientes ecofeministas de la región se
encuentran invisibilizadas, debido a cuatro razones:
1) el contexto de alta violencia y precariedad que enfrentan gran parte de las
investigadoras y activistas de esta región; 2) la gobernabilidad epistémica
del Norte global, con su copiosa movilización de recursos financieros,
incluso en las corrientes del pensamiento crítico; 3) la tendencia de esa
gobernabilidad a clasificar como esencialistas las racionalidades diferentes,
sin conocer su complejidad antropológica, cultural y territorial, y 4) la
práctica inexistencia de una historia de nuestros ecofeminismos (LaDanta
LasCanta, 2017, p. 37).
Pese a estas razones, la teoría y práctica ecofeminista de Abya Yala son dinámicas y
se nutren de diferentes vertientes. En Latinoamérica los efectos del desarrollo han desatado
incansables luchas por la justicia, el cuidado de la tierra y los derechos humanos. En
consecuencia el trabajo colectivo que presenta LaDanta LasCanta (2017), se desarrolla en
dos partes, la primera nos acerca al ecofeminismo desde la teología y la segunda expone las
resistencias ecofeministas que emergen en el continente por el cuidado de los territorios,
Se trata del primer grupo que ha participado en el equipo editorial de la revista ―Ecología Política.
Cuadernos de debate internacional‖. Además de participar en el trabajo editorial, el grupo expone el artículo:
―De la teología al antiextractivismo: ecofeminismos en Abya Yala‖ que es medular en el desarrollo de este
capítulo, debido a la línea conductora que construye acerca de los ecofeminismos en el continente.
100
119
entre los que hay un énfasis particular por reconocer e incluir el cuerpo como un territorio
más.
Este reconocimiento, tal como se describe en el desarrollo de este capítulo, supone
formas alternativas de concebir no solo la práctica ecofeminista, sino que plantea una
territorialidad desde la que es posible revalorar los procesos cognoscitivos implícitos en la
experiencia de las mujeres, que permiten desarrollar conocimientos situados, fechados y
corporizados. Así desde la teología hasta el feminismo comunitario, se han incluido en esta
pluralidad como ―imaginarios ecofeministas‖ (LaDanta LasCanta, 2017, p. 40), que
enriquecen los discursos, prácticas y epistemologías de esta corriente, sin que se nombren
expresamente dentro de ella.
2.2.1. Teología feminista y epistemología ecofeminista en América Latina.
A partir de las reflexiones y argumentaciones frente a una teología patriarcal –católicasurge la teología feminista, desde diversas visiones y geografías101, las mujeres han
marcado la historia del ecofeminismo latinoamericano a través de la experiencia propia,
desde donde han construido metodologías sostenidas ―en su conocimiento encarnado y
situado‖ (LaDanta LasCanta, 2017, p. 38).
2.2.1.1. Teología Ecofeminista del sur.
En 1991 surgió el colectivo ecofeminista ―Con-spirando‖, que debido a sus labores
vinculadas a la visibilización de las mujeres, la pobreza y la destrucción ecológica, ha sido
considerado uno de los colectivos más prestigiosos en Abya Yala y que se ha convertido en
una referencia para entender el avance ecofeminista en Latinoamérica. Este colectivo
reunió a ―mujeres feministas buscadoras de nuevas visiones en los ámbitos de la
espiritualidad, la teología feminista y el ecofeminismo‖102.
101
En este Capítulo solo se expone la propuesta de Gebara por la influencia que ha tenido en los movimientos
de base y en el desarrollo de una epistemología ecofeminista, sin embargo tal como LaDanta Las Canta (2017,
p. 39) expone, en la corriente teológica podemos encontrar referencias en diferentes países a cargo de Coca
Trillini en Argentina; Fanny Geymonat-Pantelís y Alcira Agreda en Bolivia; Agamedilza Sales de Oliveira,
Sandra Duarte y Sandra Raquew en Brasil; Marcia Moya en Ecuador; Rosa Dominga Trapasso en Perú; Mary
Judith Ress en Chile; Graciela Pujolen en Uruguay, y Gladys Parentelli y Rosa Trujillo en Venezuela.
102
―Quiénes somos/conspiradoras‖. Recuperado de:
http://conspirando.cl/pagina-ejemplo/ el 11 de septiembre de 2018.
120
De diferentes nacionalidades y sin depender de la iglesia, alguna otra organización
religiosa, ni de beneficios académicos, estas mujeres lograron construir una organización
horizontal, con los siguientes objetivos: ―1) desenmascarar algunos aspectos de la violencia
teológica contra las mujeres, 2) renombrar lo sagrado y reconectarse con este ámbito, 3)
ofrecer una teología encarnada y 4) llevar una perspectiva ecofeminista a la teología‖103.
Mismos objetivos que han logrado a través de la creación de espacios de formación
fundamentados en su propia metodología para la transformación cultural, compuesta de tres
módulos llamados Nuestro cuerpo-nuestro territorio, que incluyen los temas: Cuerpo, Ética
y sexualidades y Más allá de la violencia, además de contar con módulos adicionales
referentes al liderazgo, VIH y ciudadanía104.
Parte de las actividades de dichos módulos, están sustentadas en las reflexiones de
diferentes autoras que pueden encontrarse en la revista homónima ―Con-spirando‖,
publicación colectiva, que cuenta con 60 números publicados entre 1992 y 2009 y que son
una muestra fehaciente de la red de trabajo que ha logrado articular el colectivo. Entre estas
publicaciones es posible encontrar diferentes investigaciones ecofeministas que no están
limitadas a la perspectiva teológica y que recogen sistemáticamente los intercambios de
experiencias sobre temáticas diversas, donde es abordada la realidad de las mujeres en
contextos diferentes, entre las que es posible dialogar sobre temas que culturalmente han
sido blanco de polémicas y debates complicados, tales como:
…el aborto, el sida, la prostitución, el cuerpo y la teología, el derecho al
placer, las raíces indígenas de nuestras manifestaciones culturales, temas
antropológicos e históricos con perspectiva feminista, el arte, la creatividad,
la fertilidad y la violencia intrafamiliar. Y muchos otros temas, como las
economías de subsistencia, el desarrollo a escala humana, la Cumbre
Mundial de Desarrollo Social de Copenhague de 1995, la economía
ecológica, los procesos de descapitalización ambiental, la economía de la
solidaridad, el fin del armamentismo y del militarismo, la división sexual del
103
Ress (citado en LaDanta LasCanta, 2017, p. 39).
Los detalles de estos temas pueden consultarse en: http://conspirando.cl/formacion/ recuperado el 11 de
septiembre de 2018. El enlace cuenta con información disponible para descarga.
104
121
trabajo, las fuentes de energía, la producción y la distribución sostenible de
alimentos, las ecoaldeas y la agroecología, las actitudes suicidas y los
fundamentalismos, además de sus reseñas históricas sobre la IV Conferencia
Internacional de la Mujer en Pekín en 1995 (LaDanta LasCanta, 2017, p.
39).
La reflexión de estos temas se ha realizado por las teologas ecofeministas, en
prufunda vinculación al trabajo político en sus comunidades, que en ocaciones se trata de
lugares marginados. Por este motivo las teologas ecofeministas son reconocidas en el
ambito de la militancia, además de que se les reconoce el mérito de ser las únicas que han
logrado llevar los principios de justicia, igualdad y empatía más allá del paradigama
androcéntrico de la religión hegemónica.
El propósito de estas mujeres fue articular una consmovisión más empática con las
mujeres y una ―utopía‖ que aún se encuentra en construcción -a decir la teología
ecofeminnista-, desde la influencia y el permanente cuestiomiento de la Teología de la
liberación. Las pensadoras ecofeministas, lograron combinar el estudio con el trabajo
político en Comunidades Eclesiales de Base (CEB‘S), generalmente marginadas o
empobrecidas, vinculadas con otros grupos de mujeres organizadas 105. Según la experiencia
del ―Colectivo Miradas Críticas al Territorio desde el Feminismo‖, las teológas
ecofeministas han aportado a la comprensión del cuerpo como el primer territorio de lucha
y desde sus reflexiones y alcances lo ven como un espacio político-religioso:
Las teólogas feministas, desde una mirada crítica a la teología y a la iglesia
católica tradicional a la que consideran patriarcal, ponen en cuestión la
imagen dominadora de Dios y proponen superar la visión cristiana
tradicional basada en la dualidad cuerpo-espíritu. Para la iglesia tradicional,
la transcendencia se alcanza mediante cuerpos sometidos: cuerpos
disciplinados, cuerpos para los demás, cuerpos para el Señor, cuerpos
negados o sacrificados, cuerpos de servicio, cuerpos sometidos. Sin
105
En el siguiente enlace pueden consultarse algunas de las organizaciones con las que el colectivo
Conspirando ha tejido redes en Latinoamérica y el mundo. http://conspirando.cl/redes/ recuperado el 10 de
septiembre de 2018.
122
embargo, para ellas se llega a la trascendencia a través de cuerpos
entendidos como fuente y territorio de inspiración. Proponen identificar
cómo ha operado el poder religioso y cuáles han sido los mecanismos de
violencia que han estado presentes en ese ámbito. Las teólogas feministas
persiguen el fin de liberar el cuerpo de las mujeres. También argumentan
que la primera dimensión de vulneración en las personas se da en el
cuerpo106.
Con estas visiones, han logrado costruir un pensamiento ecofeminista enfocado en
compreder la relación que los seres humanos mantienen entre sí y con la naturaleza, desde
la influencia de los escritos bíblicos señalan la invisibilización de las mujeres en esos
textos, así como la necesidad de construir nueva formas para generar conocimientos desde
la experiencia cotidiana que desafien las limitaciones de la ―epistemología patriarcal‖, que
es como llaman a la epistemología científica.
2.2.1.2. Epistemología ecofeminista de Ivonne Gebara.
Para nosotras, las mujeres, la invitación a que movamos las aguas patriarcales en todos los niveles del saber,
se impone hoy más que nunca como una exigencia de justicia hacia nosotras mismas y hacia la humanidad.
Ivonne Gebara.
Según las aportaciones de Ivonne Gebara
107
en la construcción del ecofeminismo brasileño,
encontramos su definición:
El ecofeminismo como pensamiento y movimiento social refiere
basicamente a la conección ideológica, entre la explotación de la naturaleza
y la explotación de las mujeres dentro del sistema jerárquico-patriarcal.
Desde el punto de vista filosófico y teológico, el ecofeminismo puede ser
considerado como una sabiduría que intenta recuperar el ecosistema y las
106
(Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017, p. 17).
Ivonne Gebara es religiosa de la congregación de las Hermanas de Nuestra Señora, Doctorada en Filosofía
y Ciencias Religiosas. Desde su perspectiva ecofeminista, apoya las luchas por los pobres y temas relativos a
la mujer como el aborto o el papel que ellas ocupan en la teología. Por estos polémicos temas, el Vaticano la
censuró con dos años de silencio en 1994, a fin de que replanteara su postura. Durante ese tiempo se dedicó a
escribir una tesis doctoral que se publicó como El rostro oculto del mal. Una teología desde la experiencia de
las mujeres. Gebara vive y es militante del movimiento de las mujeres en un barrio popular de Camaraqgibe,
Brasil (Comesaña Santalices, 2010). Entre las publicaciones que ha realizado, destaca Intuiciones
ecofeministas. Ensayos para repensar el conocimiento y la religión, que se retoma en este apartado.
107
123
mujeres. Éstas fueron relegadas por el sistema patriarcal, y particularmente
por la modernidad a ser fuerza de reproducción de mano de obra –―vientres
benditos‖- en tanto lo naturaleza se tornó objeto de dominación para el
crecimiento del capital. Como recuerda bien Carolyn Merchant, la
modernidad –aunque los historiadores no hablen de eso- comienza con la
tortura de las brujas y el establecimiento de un nuevo método científico
(Gebara, 2000, p.18).
Continua explicando líneas abajo:
La modernidad comienza, pues, con la redefinición del papel de la mujer
como ama de casa, subordinada a las relaciones matrimoniales y a la familia.
A su vez la naturaleza liberada de la fuerza de los espíritus, despojada
gradualmente de sus secretos, pasa a ser dominada por el espíritu científico
masculino (Gebara, 2000, p. 18).
Gebara, al igual que otras autoras del tema, señala que la perspectiva androcéntrica,
ha separado a la naturaleza y la cultura, considerando que los varones se encuentran más
próximos a la cultura y las mujeres –además de otros grupos subordinados como los
indígenas o las personas de color- a la naturaleza, lo que ha se ha justificado de acuerdo a
las funciones reproductivas y de cuidado, que las mujeres aportan a la sociedad, entre éstas
la gestación, la lactancia y el cuidado de los niños y los enfermos (Gebara, 2000, p. 21).
Gebara expresa que la realiad de las mujeres no puede ser estudiada desde el
esencialismo ecofeminista que afirma el vínculo entre la naturaleza y una esencia femenina
afín a ella. Por el contrario, en las problemáticas del cotidiano que tienen que ver con la
gestión de los recursos naturales o la supervivencia –tareas hitóricamente relegadas a las
mujeres-, es donde pueden articularse las respuestas a la subordinación y a la asociación de
la proximidad con la naturaleza que las estructuras jerarquícas imponen sobre las mujeres.
Para ella, es evidente la esclavitud económica y social, y aunque esta esclavitud
afecte también contra los hombres, señala que esta condición es vivida por las mujeres de
forma más grave debido a que la organización de la sociedad privilegia a los hombres
124
imponiendo a las mujeres, entre otras cosas, la responsabilidad de los hijos y en general de
la familia, además de que son ellas quienes permanentemente están buscando mejorar las
condiciones del entorno social y natural. Así desde las experiencias observadas en el
cotidiano de las mujeres en zonas periféricas de Brasil, Gebara expresa su postura y su
visión ecofeminista:
Una postura ecofeminsta para mí es una postura política crítica, que tiene
que ver con la lucha antiracista, antisexista y antielitista. Las mujeres, los
niños, las pobalaciones de origen africano e indígena son las primeras
víctimas y, por lo tanto, los primeros en ser excluidos de los bienes
producidos por la Tierra. Son ellos tambien los que ocupan los lugares más
amenazados del ecosistema. Son ellos los que viven más fuertemente en el
cuerpo el peligro de muerte que el desequilibrio ecológico les impone. Estas
afirmaciones pueden ser verificadas a simplevista si nos tomamos un tiempo
para andar por los barrios pobres de las grandes ciudades latinoamericanas,
por los barrios industriales, por los caseríos de zonas rurales. Facilmente
percibiremos cuál es el color de piel de los más pobres, cuál es el sexo de las
personas que viven en las pequeñas casuchas rodeadas de niños de difrentes
edades.
La problemática ecológica tiene que ver con la raza, el sexo y la clase, y por
consiguiente no puede ser estudiada como disciplina aislada de la
problemática social mundial en la cual vivimos (Gebara, 2000, p. 25).
Ivonne Gebara (2000) deja en claro que su postura ecofeminista, a pesar de que
surge de la teología, no pretende sacralizar el mundo de la naturaleza ni el de las mujeres,
sino que busca ampliar los referentes de la teología cristiana para generar alternativas de
convivencia que permitan la preservación de la vida, frente a las posturas esencialistas o las
que se pronuncia por el elogio de la difrencia, referidas anteriormente.
Gebara expone la necesidad de repensar las maneras en que las mujeres producen
conocimiento útil para entender las relaciones humanas y las relaciones con la naturaleza. A
partir de ello, plantea que la observación empírica produce cuestionamientos y respuestas
125
que proveen aproximaciones para resolver problemáticas socioecológicas que enfrentamos
como humanidad y que se atribuyen al dominio del pensamiento patriarcal de la ciencia
moderna, inclusive en la teología.
Su intensión con el desarrollo de la epistemología ecofeminista, ―…es dar a las
personas comunes una cierta posesión de su saber y una cierta posibilidad de reflexionar
sobre su capacidad cognoscitiva‖ (Gebara, 2000, p. 38). Menciona que es imperante que las
personas se den cuenta de que el conocimiento forma parte de la vida, de la experiencia de
cada una. Entonces se preocupa por dejar en claro que el conocimiento no está limitado a
los especialistas y por lo tanto indica que, aunque en ocaciones las palabras pueden parecer
complicadas éstas deben encontrar sentido en lo cotidiano y dejar en reposo las
imposiciones científicas que se reservan la excusividad de explicar la realidad y la vida.
Se trata, pues, de una metodología del conocimiento que tiene como
finalidad des-complicar las palabras, desnudarlas del ropaje que dificulta el
acceso a ellas. Se trata de devolver al común de las personas aquello que
forma parte de su vida, pero que de algún modo les fue quitado por el exceso
de elitismo científico presente en nuestra sociedad. Se trata finalmente de
democratizar el conocimiento, entregando a las personas el poder de conocer
los mecanismos de su conocimiento a partir de su propia experiencia
(Gebara, 2000, p. 39).
La autora reconoce que la importancia del desarrollo de su epistemología, no solo se
encuentra en la transmisión de conocimientos, sino que radica en la necesidad de
transformar la estructura jerárquica del poder, expresa en la organización de la sociedad y
en el conocimiento (Gebara, 2000). Asimismo, plantea de forma concisa que la perspectiva
ecofeminista trasciende la idea de explicar la conexión entre la ―dominación gemela‖
(Herrero, 2017) de las mujeres y la naturaleza, para concebir nuevas formas de pensar la
justicia social y la justicia ambiental. En consecuencia, Gebara expresa: ―Queremos
introducir la cuestión de género y las cuestiones ecológicas como parte constitutiva de los
modos humanos de conocer‖ (Gebara, 2000, p. 41).
126
Esta propuesta responde a los limitados alcances para explicar la realidad, de las
perspectivas científicas patriarcales que han sido responsables de la producción del
conocimiento. Gebara menciona que para transformar el conocimiento, necesariamente
deben realizarse dos tareas; la primera es la de incluir en la epistemología existente, nuevos
contenidos y con ello aproximarse a la segunda, que es construir una epistemología nueva:
Necesitamos construir poco a poco nuevos modos de conocer que se
relacionen íntimamente con las nuevas cosmologías y cosmovisiones, y con
las antropologías más unitarias. Necesitamos superar las divisiones dualistas
y jerárquicas de nuestras formas de conocimiento y acentuar la conexión e
interdependencia entre ellas. Necesitamos asimismo salir del eurocentrísmo
del conocimiento y de las diferentes dominaciones imperialistas de la verdad
sustentadas por el mundo occidental (Gebara, 2000, p. 42).
Desde esta idea, la propuesta epistemológica de Ivonne Gebara integra el
pensamiento y la acción para favorecer la construcción de nuevas relaciones. Advierte que
todas las reflexiones que ella plantea, no están terminadas ni mucho menos libres de
críticas, se trata de sus intuiciones y como tal deben ser cuestionadas y ampliadas. En
concreto, describe de esta manera su espistemología ecofeminista:
Es una postura, una actitud, una búsqueda de sabiduría, una convicción que
se desenvuelve en conexión con el conjunto de todos los seres vivos. La
propuesta ecofeminista que desarrollo es una línea de acción y pensamiento
que, junto a otras, abre caminos para aventurar una nueva relación con todos
los seres (Gebara, 2000, p. 42).
La crítica que Gebara realiza a la epistemología patriarcal, desde su visión
ecofeminista, comienza con el señalamiento de que los conocimientos de las mujeres están
subordinados por el conocimiento patriarcal, que al ser desarrollado por hombres relega el
conocimiento de las mujeres –y otro grupos oprimidos- al llamado ―conocimiento
empírico‖. La experiencia de los ―andros‖, se divulgó como el conocimiento universal y
verdadero, mientras que el conocimiento empírico no fue reconocido e incluso se subordinó
127
como respuesta a la jerarquía social en la que los hombres se encuentran a nivel superior
(2000, p. 45).
En el mundo patriarcal, la jerarquización del saber corresponde a la propia
jerarquización de la sociedad, fundada en la excusión creciente de la
mayoría en favor de una élite masculina detentadora del poder y del saber.
La jerarquización del saber tiene que ver, pues, con la cuestión de las clases
sociales, pero tambien del género (Gebara, 2000, p. 45).
Dicha jerarquización determina las formas de conocimiento y los conocimientos
mismos que deben ser introyectados por las mayorías. Para este fin los medios de
comunicación son pieza clave, con ellos se llega a las poblaciones excluidas y al mismo
tiempo que las invisibiliza, ponen en tensión la realidad cotidiana que se observa desde la
experiencia, así el conocimiento patriarcal se reproduce en distintos niveles de la existencia
invalidando o sustituyendo el conocimiento de las personas en el cotidiano (Gebara, 2000,
p. 46).
Por otra parte, la autora señala que la producción del conocimiento está cooptada
por intereses del sistema de dominación y como argumento explica las omisiones de los
análisis científicos, sobre temas como el recuento de los daños que las guerras producen.
Gebara expone que las mujeres y la naturaleza son víctimas y armas de la guerra, pero que
este es un tema poco abordado por la ―razón‖ científica, no se trata de un tema que tenga
lugar en los análisis históricos debido a que el avance de los conocimientos sirven a
intereses económicos y políticos de unos cuantos o generalmente enfocados en beneficios
particulares.
Desde su perspectiva, se vuelve imprescindible cuestionar las implicaciones éticas
sobre las maneras en que se produce el conocimiento, cuál es la finalidad de su producción
divulgación y los medios con que se desarrolla. De la misma manera, Gebara (2000, p. 4950) insite en la reflexión crítica de las ideológias que las personas heredan, influenciadas
por la sociedad mercantil y consumista de la modernidad. Además destaca que es
importante la participación de pensadores científicos para llegar a perspectivas más amplias
128
de conocimiento que incluyan valores como la solidaridad en los procesos de producción de
conocimiento o de educación.
De la experiencia emergen cuestionamientos que propician la democratización de
los poderes, que han sido reservados para quienes se encuentran en la parte superior de la
estructura jerárquica, a través de los cuales se producen y transmiten los conocimientos. Por
esa razón la experiencia personal es para Gebara el pilar de su propuesta y la invitación que
sostiene desde su postura. ―Eso es justamente lo que trata de hacer el ecofeminismo,
recuperando la experiencia humana y permitiendo que el significado más profundo de
nuestras creencias salga a la superficie de nuestra mente y de nuestro cuerpo‖ (Comesaña
Santalices, 2010, p. 51). Las vivencias que forman parte de la experiencia de cada ser
humano, son imperantes para la propuesta epistemológica de Gebara ya que según ella,
aceptar sin cuestionamiento o repetir las verdades que se enseñan la teología –y otras
ciencias- es permitir que esas verdades controlen y dominen la experiencia propia de
conocimiento, que dota de sentido las vivencias personales.
Lo anterior representa la piedra angular de la propuesta epistemológica ecofeminista
de Gebara, misma que se integra por ocho elementos que desafían el modelo científico de
generación de conocimiento o lo que ella describe como la epistemologia patriarcal: la
interdependencia como punto central, el conocimiento como proceso, la unicidad espíritumateria, el género y la ecología como mediaciones cognoscitivas, el contexto como primera
referencia básica, la aproximación holística, la introducción de la afectividad y la actitud
inclusiva (Gebara, 2000). En los párrafos subsiguientes, se describirán a grandes rasgos
estos elementos sin pretensión ahondar en cada uno, pero con el propósito de invitar a
seguir el análisis de la propuesta ecofeminista de la autora.
2.2.1.2.1. La interdependencia como punto central.
Según Gebara, el reconocimiento de la interdependencia dota a los seres humanos de un
sentido de cuidado, fundamentado en las conexiones que su existencia mantiene, no sólo
con otros humanos, sino con todos los seres vivos y otros elementos de la tierra. La mirada
del ecofeminismo, busca acercarnos a la conciencia de que somos un cuerpo que depende
129
de la conexión con un ―Cuerpo mayor‖ (Gebara, 2000, p.74), entendido como el cuerpo de
la tierra y el cosmos.
La interdependencia significa acoger como hecho básico que una situación
vital, un comportamiento o una creencia son siempre fruto de todas las
interacciones que constituyen nuestra vida, nuestra historia, nuestra realidad
terrena y cósmica más amplias. No se trata solo de la interdependencia y
relación con los otros seres humanos, sino también con la naturaleza, las
fuerzas de la Tierra y el cosmos (Gebara, 2000, p. 74).
Entonces, la autora explica que la experiencia de cada persona está sostenida por la
interdependencia, es lo que constituye la experiencia misma incluso si no se tiene
conciencia de ella. El reconocimiento de la interdependencia en el proceso cognoscitivo,
permite integrar una perspectiva envolvente –como es el ecofeminismo- de las relaciones
más íntimas entre los seres que habitamos el planeta y los elementos que lo componen.
Por lo tanto, este reconocimiento abriría la posibilidad de cuestionar desde posturas
más éticas el paradigma que ha subordinado a la naturaleza, posicionando al hombre como
el conquitador ―…el ecofeminismo nos invita a salir de la subjetividad cerrada y de la
consideración del mundo y de los otros seres como objetos sometidos a nuestra voluntad‖
(Gebara, 2000, p. 75).
La apuesta de Gebara con la introducción de la interdependencia –que llama
además, interdependencia sagrada-, es modificar la manera en que los seres humanos nos
pensamos dentro del mundo y en consecuencia podamos repensar las relaciones jerárquicas
establecidas en la modernidad para, el funcionamiento de sus sistemas de reproducción.
―Esta interdependencia sagrada exigiría, por ejemplo, una modificación radical en las
economías de mercado trasnacionales que no respetan las culturas regionales y agreden casi
siempre el suelo de las poblaciones establecidas‖ (Gebara, 2000, p. 76).
2.2.1.2.2. El conocimiento como proceso.
Ver el conocimiento como un proceso, contraviene la idea de linealidad que caracteriza el
conocimiento de la epistemología patriarcal, vinculada a la linealidad del progreso. ―Hablar
130
de conocimiento como un proceso significa que al conocimiento global de la humanidad le
agregamos múltiples formas que no necesariamente obedecen a una causalidad previsible‖
(Gebara, 2000, p. 77).
Con esta visión puede reconocerse que el conocimiento es diverso y está vinculado
al movimiento y al cambio constante. La autora agrega, que el proceso es la estructura
cognitiva característica de los seres humanos, por lo tanto la diversidad cognoscitiva
dependerá de cada cultura o grupo social en su contexto particular.
2.2.1.2.3. Unicidad espíritu-materia.
En palabras de Ivonne Gebara, la perspectiva ecofeminista descarta la separación del
espíritu y la materia, al contrario a lo que ha hecho la antropología cristiana que ella critica.
Con esto asevera que el espíritu y la materia son elementos que constituyen la existencia,
tal como se demuestra a través de diferentes estudios y debates (Gebara, 2000, p. 78).
Desde esta perspectiva ecofeminista no existe separación entre el espíritu y la materia, hay
unidad. La unidad desafía la visión cartesiana que ve al cuerpo como una máquina
funcional al orden neoliberal.
Es preciso recomenzar en todos los niveles de nuestra actividad a reconstruir
la unidad de que somos, la inclusión de nuestro ser en todos los procesos
evolutivos, tanto en el espacio como en el tiempo (Gebara, 2000, p. 79).
Desde esta visión se cuestiona la teología patriarcal, ya que separa al cuerpo y al
espíritu, designándolos como elementos de lo terrenal y lo divino, respectivamente, Gebara
indica que de unidad, emergen posturas que permitan a los humanos vivir anclados en el
presente, revalorando lo efímero y el misterio de la vida.
Hay una belleza en esa indisociabilidad y en esa interconexión que nos
invita a desarrollar posturas de vida que no posterguen la justicia y la ternura
para mañana y la felicidad para una eternidad imaginada; que revaloricen lo
efímero, lo accidental, el momento que pasa, la puesta de sol, la flor, la
muerte. Efímera es la vida, efímero el conocimiento, efímera y misteriosa es
la sabiduría (Gebara, 2000, p. 79).
131
2.2.1.2.4. Género y ecología: mediaciones cognoscitivas.
Para Gebara, la cuestión de género y la ecología son mediaciones importantes para entender
el mundo y a los seres humanos, ya que estas dimensiones forman parte de la realidad,
aunque históricamente no se tenga conciencia de ellas, debido al dominio de las
perspectivas masculinas. ―Hablar de género en epistemología es afirmar que en la
construcción social del conocimiento humano, lo masculino y lo femenino deben expresar
su manera de ver el mundo‖ (Gebara, 2000, p. 80).
Así como lo ecológico tiene que dejar de verse como un objeto a ser estudiado por
el hombre, con el fin de lograr su dominio, entonces estas mediaciones permiten ampliar
los referentes epistemológicos y diversificar los conocimientos en favor de una pluralidad –
no solo de género- que se pronuncie por el cuidado de las condiciones para la vida.
Introducir el feminismo en la epistemología, o hacer una epistemología
feminista, es afirmar que la dimensión de género no sólo tiene algo que
aportar al conocimiento, sino que modifica sus principios, su fundamento y
su expresión histórica. La cuestión de género abre una perspectiva plural que
incluye aspectos comunes a hombres y mujeres de una cultura dada, pero
incluye también los aspectos diferentes nacidos de experiencias diversas
(Gebara, 2000, p. 82).
La ecología promueve en diferentes partes del mundo un movimiento de
rescate de las llamadas culturas originarias, que no se limitan sólo al mundo
indígena latinoamericano, sino que se abren también a las diferentes
tradiciones africanas vigentes en nuestro continente. Un mundo donde los
ancestros y las fuerzas de la naturaleza tienen un lugar privilegiado, es
rescatado como valor cultural y no como ―cosa del demonio‖ como decían
los antiguos misioneros (Gebara, 2000, p. 84).
Estas mediaciones, permiten revalorar la historia propia y respetar la historia de
otros para construir vínculos de solidaridad comunitaria, que permita la supervivencia de
todas las formas de vida. Esta idea sugiere un desafío ético para la propuesta de la
132
epistemología ecofeminista ya que la solidaridad implica además el destierro de la violencia
para la conservación de la existencia y el cuidado de la tierra.
2.2.1.2.5. El contexto: primera referencia básica.
Gebara afirma que la epistemología ecofeminista es contextual, debido a que emerge como
respuesta al momento histórico actual y desde lo local. Con esta afirmación se reconoce que
es necesario mantener una apertura a ampliar los referentes epistémicos que van surgiendo
en la experiencia personal o local (Gebara, 2000).
De manera concreta, una epistemología contextual toma el contexto vital de
cada grupo humano como primera referencia básica. Es a partir de ese
contexto que son formuladas sus preguntas y sus tentativas de respuesta.
Busca igualmente afirmar la originalidad de cada grupo, así como sus
límites de apertura y de acogida de lo diferente (Gebara, 2000, p. 83).
2.2.1.2.6. La aproximación holística.
La aproximación holística desafía a las epistemologías que emanan del paradigma
cartesiano o la objetividad científica, que limita toda la gama de capacidades cognoscitivas
que pueden emplearse para conocer y generar conocimiento. ―Una epistemología holística
quiere acoger el hecho de que no sólo somos un todo, sino que el todo está en nosotros; y
aún más, que conocemos de esta manera porque la evolución del todo nos preparó para que
así fuera‖ (Gebara, 2000, p. 85).
Agrega que ―La epistemología holística nos abre hacia la posibilidad de conocer lo
que está para ser conocido, de múltiples formas, apelando a las diferentes capacidades
cognoscitivas que nos habitan y que son irreductibles a un único discurso de tipo
racionalista‖ (Gebara, 2000, p. 85).
2.2.1.2.7. La introducción de la afectividad.
Introducir a la afectividad en la epistemología ecofeminista, pretende trascender la
objetividad científica. Es a partir de las emociones que es posible abrirse a la percepción de
elementos que escapan a la razón en el proceso cognoscitivo, plantea en sus reflexiones
133
Gebara. Asimismo, menciona que esta idea rompe con la naturalización que históricamente
se ha defendido de que la razón es una virtud masculina, mientras que la emoción o la
intuición son dotes femeninos, para concluir en que no existe una separación entre la razón
y la emoción (Gebara, 2000, p. 86).
La razón no existe en sí misma, no es algo en nosotros con existencia
independiente o autónoma. Somos razón, y emoción, y sentimiento, y
pasión, y seducción, somos esa extraordinaria mezcla capaz de acentuar hora
a hora otro aspecto de nosotras/os mismas/os. (Gebara, 2000, p. 87)
2.2.1.2.8. Una actitud inclusiva.
Esta actitud, permite salir del patrón único de conocimiento que impone la epistemología
patriarcal para reconocer la verdad. El inclusivismo, busca ir más allá de las formas
mecanicistas del saber para reconocer la interdependencia en la que los seres humanos
estamos inmersos.
Esto significa que no impone límites rígidos al conocimiento. En primer
lugar se trata de inclusivismo en lo que se refiere a la diversidad de nuestras
experiencias. Este inclusivismo no tiene sólo consecuencias cognitivas, sino
también éticas. Así no nos orientamos por un patrón único, un paradigma
único, una cultura única, un cristianismo único, una orientación sexual
única, que se imponen como normativas. En esa perspectiva no hay un único
patrón o criterio para establecer un conocimiento verdadero (Gebara, 2000,
p. 87).
Sin embargo es importante no perder de vista, que el inclusivismo debe ser siempre
crítico y debe incluir los valores de vida al proceso cognoscitivo, así con ello se podrá
reconocer la biodiversidad como parte constitutiva de la realidad humana (Gebara, 2000,
p.87- 88).
En síntesis, la propuesta epistemológica ecofeminista, de Ivonne Gebara, ofrece una
visión particular que tiene su centro en la teología y que sin duda, abre la posibilidad de
ampliar los referentes para construir rutas que abonen al análisis del ecofeminismo como
134
corriente filosófica y práctica política, desarrolladas paralelamente desde hace décadas en
Latinoamérica y Occidente, a través de diferentes luchas, experiencias, discursos y matices.
El desafío a la ciencia patriarcal que plantea Gebara, invita al cuestionamiento de
las estructuras de la razón y el saber a la vez que evoca la justicia epistémica que está en
deuda con las mujeres y la naturaleza. Los elementos de la epistemología ecofeminista, tal
como los explica la autora, tienen el objetivo de acercarnos a procesos cognoscitivos más
éticos y útiles en contextos específicos, con la flexibilidad de ampliar sus referentes,
comprender la unidad, sumar la afectividad y ser inclusivos.
2.2.2. Imaginarios ecofeministas: prácticas contra el despojo de los territorios.
La segunda parte del análisis realizado por LaDanta LasCanta (2017), se enfoca en
organizaciones ecofeministas que se pronuncian por la defensa de la integridad de sus/los
territorios, entre las cuales se encuentran algunas que no se nomabran ecofemenistas, pero
aunque no lo sean de nombre, se incluyen debido a que las prácticas que llevan a cabo las
definen de esta manera. Consecuentescon esta idea, las autoras adoptan el concepto de
―imaginarios ecofeministas‖ (LaDanta LasCanta, 2017, p. 40), para referirse a las
organizaciones de práxis ecofeminista.
Si bien el grupo reconoce bajo ese concepto a las práctica de organizaciones de mujeres
―…en defensa de las cuencas y contra el extractivismo, la desforestación y la
contaminación, con una particular sensibilidad hacia la defensa de todos los seres vivos‖
(LaDanta LasCanta, 2017, p. 40). En este capítulo incluiremos a las organizaciones
promotoras de alternativas menstruales, dado que tal como se observa, son sensibles al
cuidado de las condiciones que sustentan la vida en el planeta, se pronuncian de formas
diversas por la defensa del cuerpo como primer territorio y sus prácticas son valiosas para
repensar la crisis ecosocial que amenaza a todos los seres vivos.
A partir de esta reflexión el grupo describe un conjunto heterogéneo, en cuanto a la
diversidad de prácticas ecofeministas y respecto a los países latinoamericanos en que se
ubican:
135
Entre las explícitamente ecofeministas están: EcoRed Feminista La Lechuza
Buza (México); Corporación de Mujeres Ecofeministas Comunitar
(Colombia); el mencionado grupo Con-spirando (Chile); Fundación Medio
Ambiente y Alternativas al Desarrollo (Bolivia); Colectivo Miradas Críticas
del Territorio desde el Feminismo (Ecuador); Comando María Moñito,
impulsado por la artista plástica conceptual ecofeminista y antiespecista
Argelia Bravo Melet, y LaDanta LasCanta, nuestro colectivo de
investigación y acción (Venezuela) 108.
Estas organizaciones comparten el objetivo de defender sus territorios de las
condiciones actuales de violencia, expresadas en despojo, sobreexplotación, contaminación
y subordinación, efecto de la colonialidad. Dichas organizaciones desde sus realidades han
hecho aportaciones fundamentales para enriquecer las rutas de acción ecofeminista que
diversos grupos y mujeres han trazado desde hace décadas. Entre los objetivos que
comparten, se encuentran el de vincular esfuerzos para transitar hacia formas sustentables
de existencia, que no pierdan de vista las demandas feministas por erradicar la violencia
contra cualquier expresión de vida y el de la reivindicación de espacios sanos donde
habitar y expandir la trama comunitaria o su idea de comunidad.
La gravedad de los conflictos que han proliferado en América Latina, durante las
últimas décadas en nombre del desarrollo, han provocado la movilización y encuentro de
diversas organizaciones sociales. Entre los conflictos que han marcado las agendas
feministas y que han movilizado a diversas organizaciones, encontramos los megaproyectos
de extracción minera, la explotación petrolera –ambos de fuerte incidencia en territorios
indígenas-, la privatización del agua, la destrucción o invalidación de los conocimientos
tradicionales, la biopirateria 109, la contaminación del campo y los alimentos -por
agrotóxicos de utilización común en monocultivos.
108
(LaDanta LasCanta, 2017, p. 41).
Según el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual, la biopiratería es el acceso, uso y/o
aprovechamiento ilegal, irregular y/o inequitativo de recursos biológicos y sus derivados, así como de los
conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas asociados a ellos, en especial mediante el uso de la
propiedad intelectual, con la finalidad de irrogarse derechos exclusivos sobre ellos. Obtenido de:
https://www.propiedadintelectual.gob.ec/biopirateria/ el 20 de septiembre de 2018.
109
136
La compleja realidad de dichos conflictos, dados en un contexto patriarcal
neoliberal, exigen la articulación de abordajes transdisciplinarios, multiculturales y
esfuerzos colaborativos organizados, tal como lo han demostrado organizaciones como el
Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indigenas de Honduras 110, Red de Mujeres
Defensoras de Derechos Ambientales y Sociales 111 y Asociación de Mujeres Indígenas
Xincas de Santa María Xalapán112 (Amismaxaj) -ademas de las organizaciones antes
mencionadas-, que contribuyen la defensa de la integralidad de los territorios, mismos que
desde su concepción incluyen también al cuerpo, enunciándolo como el primer territorio de
lucha, el primer territorio a defender del embate patriarcal neoliberal.
2.2.2.1. El cuerpo como territorio, algunas visiones de los feminismos
latinoamericanos.
La asociación cuerpo-territorio, desafía la idea establecida por el paradigma dominante de
la modernidad, respecto a la relación mujer/naturaleza, que al considerarse como
subordinadas al hombre y al capital, se establece una ―relación instrumentalizadora‖
(Cavana, 2004, p. 12), donde el valor de ambas se encuentra únicamente en la utilidad que
representan para el orden capitalista patriarcal, y no se reconoce el vínculo que sostienen
para el desarrollo de la vida, más allá de los servicios de reproducción y provisión. ―La
dominación del cuerpo femenino tiene que ver con la escisión binaria y jerárquica; en
dónde se asocia mujer/naturaleza para expropiar, explotar, oprimir, devaluar, y asociarla
110
Del que formaba parte la activista por los derechos humanos y el agua, Berta Cáceres, quien fue asesinada
el 2 de marzo de 2016, por oponerse a la construcción del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca y para quien
hasta el día de hoy -17 de septiembre de 2018- se exige justicia. Para más información acerca de su labor y la
del Consejo ver: https://copinh.org/2018/09/nota-de-prensa-del-copinh-17-de-septiembre-2018-espanolenglish/ recuperado el 17 de septiembre de 2018.
111
Esta red ―nace con el propósito de visibilizar los impactos de la minería sobre las mujeres, visibilizar sus
luchas, cuestionar este sistema colonizador de los pueblos, de sus tierras, de las mujeres y de la naturaleza…‖
Recuperado de: https://www.redlatinoamericanademujeres.org/historia el 20 de septiembre de 2018.
112
Es una organización de mujeres indígenas de la etnia Xinca. Su trabajo se orienta a defender el cuerpo a
través de la denuncia y el acompañamiento a mujeres supervivientes de violencias físicas, emocionales,
sexuales y simbólicas. La defensa de los cuerpos de las mujeres y del territorio frente a la construcción de
megaproyectos que atentan contra la tierra que habitan los pueblos indígenas se enmarca dentro de la
propuesta Xinca denominada Feminismo Comunitario que contempla acciones para la cura y la recuperación
emocional y física de las mujeres defensoras de los derechos humanos. Recuperado de https://suds.cat/es/conquien-trabajamos/amismaxaj-asociacion-de-mujeres-indigenas-xinkas-de-santa-mariaxalapan-jalapaguatemala/ 20 de septiembre de 2018.
137
con un valor cultural negativo, argumento patriarcal para despojarla de su autonomía‖
(Valdés Padilla, 2017, p. 36).
La visión antropocéntrica que forma parte de la lógica de la civilización occidental,
ha relegado a la esfera de la naturaleza, todas aquellas formas de vida diferentes a la
humana, además de que esta visión le ha atribuido al Hombre el papel central de
conquistador de todo lo que está por abajo de su medida, así las mujeres y la naturaleza han
encontrado subordinadas dentro de las estructuras de la modernidad que ha colonizado las
formas de existir en el mundo.
Esta concepción del cuerpo como territorio se trata de una construcción colectiva,
que se enriquece de metodologías diversas propuestas por organizaciones feministas y
ecofeministas, con el interés de comprender los vinculos entre su espacio de vida y los
cuerpos incertos en él y con ello, integrar frentes de lucha para resistir el despojo y la
destrucción, tal como lo exponen las mujeres del Colectivo Miradas Críticas del Territorio
desde el Feminismo:
Pensamos el cuerpo como nuestro primer territorio y al territorio lo
reconocemos en nuestros cuerpos: cuando se violentan los lugares donde
habitamos se afectan nuestros cuerpos, cuando se afectan nuestros cuerpos
se violentan los lugares donde habitamos. Reivindicamos la importancia de
la experiencia sensible, son nuestros cuerpos los que encarnan nuestra vida,
nuestra memoria y son los sentidos los que nos conectan con los territorios.
Sobre el cuerpo queda impreso lo que ocurre en los territorios: la tristeza por
la explotación, la angustia por la contaminación, la alegría por estar
construyendo otros mundos pese a tanta violencia. Frente al despojo,
tratamos de trazar puentes entre el feminismo, el ecologismo, la naturaleza y
los territorios que nos permitan mirar de manera más integral y a la vez
sensible el mundo y sobre todo que este [pensamiento] se convierta en
acciones que transformen nuestra vida. A menudo, lo hacemos a través de
138
metodologías corporales, que tratan de conectar la experiencia con las
reflexiones, para buscar estrategias colectivas de resistencia 113.
Esta reflexión es resultado del encuentro y díalogo entre mujeres defensoras
territoriales, de diferentes países y colectivos, entre las que se encuentran representantes
mexicanas de la de la comunidad de geografas GeoBrujas114. Desde difrentes perspectivas
que reconocen la vinculación del cuerpo con el territortio, estas defensoras construyen
metodologías que facilitan procesos de reflexión y acción con el propósito de defender sus
territorios de múltiples amenazas. Estas metodologías parten de la recuperación e
intercambio de experiencias, con ello logran diseñar métodos aptos a sus necesidades
particulares. Entre las perspectivas 115 que nutren los díalogos y las metodologías acerca del
cuerpo-territorio se encuentran los Feminismos latinoamericanos decoloniales, que
reconocen que las mujeres –particularmente, las mujeres indígenas- son otro territorio de
dominio colonial.
Plantean que es necesaria una reflexión que permita dar la vuelta a la
historia y analice cómo el sometimiento del cuerpo de las mujeres también
está atravesado por el hecho colonial. Consideran que la opresión de los
cuerpos de las mujeres latinoamericanas en el momento presente está
profundamente impregnado de la invasión europea de América Latina.
Además, profundizan en la idea de que el cuerpo es un territorio-lugar,
vivencia emociones y sensaciones. Entonces, entendido de esta forma, el
cuerpo es también un lugar de resistencia porque permiten establecer
estrategias de toma de conciencia que llevan a acciones de liberación
colectiva116.
Los feminismos latinoamericanos comunitarios, que se pronuncian por el territorio
cuerpo-tierra, reconocen que las violencias se expresan en el primer territorio que es el
113
(Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017, p. 07)
Geobrujas se define como un ―Espacio para construir y compartir un conocimiento geográfico crítico,
disidente y subalterno‖. Según la información de su página de Facebook. Obtenida de:
https://www.facebook.com/pg/geobrujas/about/?ref=page_internal el 27 de septiembre de 2018.
115
Estas perspectivas se reúnen respondiendo la pregunta: ―¿Qué han dicho las feministas de los cuerpos y los
territorios?‖ (Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017, p. 16).
116
(Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017, p. 16).
114
139
cuerpo y en la tierra que representa el territorio histórico que es parte de la vida de la
comunidad y de los sujetos.
Las teologías feministas de la liberación, que identifican al cuerpo como un espacio
político-religioso y ven en él, el primer espacio donde son vulneradas las personas, sin
embargo representa para ellas un espacio de inspiración desde donde pueden cuestionar el
poder –de la iglesia y del Estado-. ―Proponen identificar cómo ha operado el poder
religioso y cuáles han sido los mecanismos de violencia que han estado presentes en ese
ámbito‖117.
Finalmente incluyen la mirada de Geografas Feministas, quienes estudian el lugar
ocupado por los cuerpos en el territorio y las estructuras que definen las relaciones sociales:
Ellas plantean que el poder tiene una geografía que genera desigualdad entre
personas y lugares. Piensan que los cuerpos son la primera frontera entre yo
y el otro/la otra. Nos han mostrado cómo todo lo que hacemos está
espacialmente situado y encarnado en cuerpos diferentes y jerarquizados por
género. Cuerpos que a su vez son construcciones culturales en base a la idea
de un espacio, un lugar, una comunidad y un contexto 118.
De acuerdo a estas visiones, la lucha desde el cuerpo se enuncia necesaria debido a
que los proyectos extractivistas y productivos en Latinoamérica, amenazan gravemente la
integridad de los territorios y a su vez son vulneradas las condiciones de existencia de los
cuerpos incertos en un espacio territorial, especialmente los cuerpos de las mujeres y los
niños, debido a la estrecha relación –configurada históricamente- que tiene su trabajo con la
naturaleza y las dinámicas de cuidado.
La lucha de las mujeres por el cuerpo-territorio119, se expresa en las denuncias
contra las empresas extractivas ya que los efectos del despojo, la explotación y la
contaminación de la tierra como territorio, ―…dejan huellas de dolor porque rompen
117
(Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017, p. 17).
(Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017, p. 17).
119
Las concepciones ―cuerpo-territorio‖, ―territorio cuerpo‖, ―cuerpo territorio‖, se utilizan indistintamente en
las publicaciones que se consultaron para la realización de este capítulo, así que de ese modo se utilizarán.
118
140
nuestras relaciones comunitarias, si extraen agua, tierra, o envenan nuestros espacios que
habitamos, nos dañan el cuerpo‖120. Desde esas reflexiones el cuerpo tiene un papel central
en la lucha: demarca el territorio desde donde surge la resistencia ya que los daños a la
tierra tienen lugar en él mismo:
Entonces, creemos que nuestra lucha ha de iniciar en el cuerpo de las
personas que más dependen del territorio y muchas veces, esas personas
somos las mujeres. Pero no entender el cuerpo sólo como carne y huesos,
sino también con su espíritu, con sus miedos, angustías y felicidades; es
decir, entender el cuerpo como un territorio político para defender 121.
Mediante estos diálogos que reconocen el vínculo del cuerpo y el territorio, la
práctica ecofeminista en Abya Yala, se retroalimenta y evoluciona. Con ello, los discursos
feministas también se han transformado para proponer nuevos enfoques que amplien los
alcances explicativos de las complejas realidades que enfrentan las mujeres en el contexto
neoliberal. Feministas como Silvia Federicci explican esa evolución:
Considero que el ecofeminismo ha cambiado mucho el sentido del
movimiento feminista, ha ampliado su capacidad para pensar la
transformación social. Esto nos ha permitido abrir el discurso e introducir
nuevas temáticas, como la tierra, el agua, el cuerpo, el territorio, el cuerpotierra […].
Las mujeres han sufrido en su propio cuerpo esa apropiación [la producción
de la vida por el capitalismo], la distorsión de su capacidad de crear la vida,
la penalización del control de la procreación, de su sexualidad. A partir de
esas experiencias han comprendido que el patriarcado y la destrucción de los
elementos de la naturaleza son parte de un mismo sistema de pensamiento y
dominación122.
120
(Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017, p. 20).
(Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017, p. 20).
122
(Navarro Trujillo & Gutiérrez Aguilar, 2017, p. 121).
121
141
Esta vinculación cuerpo-territorio no refiere una ideología romántica ni esencialista,
por el contrario, se plantea como una reivindicación política, que ha llevado a muchas
mujeres a la reflexión desde su experiencia y con ello, permite construir interpretaciones
propias de sus contextos y sus vivencias corporales en la historia.
2.2.2.2. Ecofeminismo: la apuesta de los feminismos comunitarios de Guatemala
y Bolivia.
La propuesta política de emancipación del feminismo comunitario Xinka, en Guatemala, es
recuperar y defender de forma consciente, el ―Primer territorio cuerpo‖ (Cabnal & ACSURLas Segovias, 2010). Con ello se cultiva la auto-conciencia para reconocer las opresiones
patriarcales desde la historia personal y colectiva cercana, que permite desafiar las
imposiciones del desarrollo planteado desde occidente, a través de un posicionamiento que
reclama no solo el poder de agencia de las mujeres, sino que también se pronuncia por el
derecho de existir desde sus propios significados.
Asumir la corporalidad individual como territorio propio e irrepetible,
permite ir fortaleciendo el sentido de afirmación de su existencia de ser y
estar en el mundo. Por lo tanto emerge la autoconciencia, que va dando
cuenta de cómo ha vivido este cuerpo en su historia personal, particular y
temporal, las diferentes manifestaciones y expresiones de los patriarcados y
todas las opresiones derivadas de ellos (Cabnal & ACSUR-Las Segovias,
2010, p. 22).
La idea de la auto-conciencia, implica nombrar lo que ha permanecido oculto por
los condicionamientos del sistema dominante y emprender la lucha desde un territorio en
concreto y conocido: el propio cuerpo. Desde ese posicionamiento se combaten las
condiciones injustas que el patriarcado ancestral y colonial impone y con las que mantiene
la subordinación de cuerpos diversos y el saqueo del ―territorio tierra‖ (Cabnal & ACSURLas Segovias, 2010, p. 23), reconociendo la estrecha vinculación que existe entre ellos.
Asimismo, la auto-conciencia reivindica los conocimientos que han desarrollado las
mujeres a través del cúmulo de experiencias a lo largo de la historia y el reconocimiento de
las luchas emprendidas por las mujeres que les antecedieron.
142
Recuperar el cuerpo para defenderlo del embate histórico estructural que
atenta contra él, se vuelve una lucha cotidiana e indispensable, porque el
territorio cuerpo, ha sido milenariamente un territorio en disputa por los
patriarcados, para asegurar su sostenibilidad desde y sobre el cuerpo de las
mujeres (Cabnal & ACSUR-Las Segovias, 2010, p. 22).
Para las mujeres de la ―Asociación de Mujeres Indígenas Xincas de Santa María
Xalapán‖, territorio-cuerpo es una categoría interpretativa
propia, que refiere la
recuperación y la defensa, frente a la expropiación y el despojo que amenaza no sólo la vida
de las mujeres, sino que pone en riesgo la permanencia de la vida comunitaria.
…―territorio cuerpo‖, que implica el primer territorio cuerpo de las mujeres
indígenas en una acción de recuperación y defensa, ese territorio expropiado
por los patriarcados y pactados doblemente para sostenerlos, un territorio
con memoria corporal y memoria histórica, por lo tanto el primer lugar de
enunciación, el lugar para ser sanado, emancipado liberado, el lugar para
recuperar y reivindicar la alegría 123.
Estas categorías interpretativas contienen reflexiones que vinculan el despojo y la
violencia del cuerpo de las mujeres, con el despojo territorial y la destrucción de las
condiciones naturales de vida. Sin ser autonombradas ecofeministas estas reflexiones lo
son, ya
que introducen a la visión feminista cuestiones ecológicas, mediante las
reivindicaciones territoriales que su movimiento ha demandado históricamente, desde la
postura del feminismo comunitario de las mujeres montañeras, como ellas se enuncian.
El cuerpo que se abraza con el ―territorio tierra‖, el cual implica un lugar
significado e histórico donde habita la memoria larga de los pueblos, un
territorio de recuperación por la expropiación colonial, la usurpación de
modelos organizativos impropios, su imposición mercantilista de propiedad
privada, remitido a ser parte del estado nación-colonial pero también su
defensa ante el auge del neoliberalismo a través de las trasnacionales
123
Cabnal (citado en Gargallo Celentani, 2014, p. 153).
143
extractivas como otra nueva forma de despojo, saqueo y amenaza para la
vida de los pueblos124.
El feminismo comunitario de la Amismaxaj, surge en respuesta a las más de 30
licencias de exploración minera en el territorio del Pueblo Xinca de Guatemala, así como
del esfuerzo por la erradicación de la violencia contra las mujeres indígenas. Ellas,
reconocen el feminismo como una forma de vida y una herramienta para continuar la lucha
contra los sistemas colonaliales, patriarcales, neoliberales y racistas (Gargallo Celentani,
2014, p. 153). Desde su feminismo otorgan un papel central al cuerpo en la lucha por su
territorio, así además de pronunciarse por las invasiones neoliberales, defienden la
integralidad de su primer territorio, como lo exponen en su declaración política ―Violentan
nuestros derechos, cuando deciden sobre nuestros cuerpos de mujeres, por nuestra
sexualidad y por nuestra tierra‖, emitida el 25 de noviembre de 2011 125.
Tal declaración, de entrada denuncia las amenazas que sufre el territorio cuerpo,
tanto en los hogares como en la comunidad, entre las que incluyen el acoso sexual, la
cosificación, la trata, la prostitución, la imposición de la maternidad, el prejuicio que asocia
al feminismo con la destrucción del hogar y el cuestionamiento constante de sus acciones
feministas dentro de la comunidad. El reconocimiento de estas violencias en sus realidades,
provocó que se declararan en lucha permanente contra las estructuras ancestrales y
occidentales que originan y reproducen la violencia en sus múltiples expresiones, tanto en
el territorio cuerpo y en el territorio tierra.
Las reflexiones de las feministas comunitarias de Guatemala, enlazan la vitalidad
del territorio cuerpo, a la conservación del territorio tierra donde se inserta, con ello aportan
a la amplitud de los referentes del movimiento feminista, que tal como lo enuncia Ivonne
Gebara (2000), resulta importante dado que ejercen la libertad de construir conocimientos
propios sostenidos en la experiencia, que responden a su contexto particular y momento
124
Cabnal (citado en Gargallo Celentani, 2014, p. 153).
La declaración está disponible para consulta en línea en:
https://amismaxaj.files.wordpress.com/2012/09/declaracic3b3n-polc3adtica-25-noviembre-2011.pdf Obtenido
el 10 de octubre de 2018.
125
144
histórico. Momento en el que expresan la preocupación por el cuerpo y el entorno en que se
encuentra inserto.
Cuando nosotras empezamos a construir planteamientos de recuperación y
defensa del territorio, cuerpo y tierra, primero reconocemos que el cuerpo de
las mujeres ha sido expropiado históricamente y que es primordial para
nosotras como principio feminista de mujeres comunitarias la recuperación
de este primer territorio de energía vital que es el cuerpo. Segundo, ¿dónde
va a vivir nuestro cuerpo? ¿En el agua, en el aire? No, vive en relación con
todos los elementos de la naturaleza y del cosmos, y para que tu tengas un
cuerpo en relación con el agua, con las piedras, con el árbol, con el sol, con
las montañas, tu cuerpo tienen que tener paridad de condiciones con este
entorno, y un entorno sano y armónico para que se manifieste la plenitud de
la vida126.
La importancia de la autonomía del territorio cuerpo, es reivindicada por las
feministas comunitarias de Guatemala en otra declaración y titulada ―No hay
descolonización sin despatriarcalización‖, fechada el 12 de octubre 2011. En esa
declarción, mencionan: ―La expropiación histórica de nuestros cuerpos sigue presente
cuando no podemos decidir por nuestros cuerpos y por nuestra sexualidad en libertad y
autonomía‖127. Tal denuncia tiende un puente entre los feminismos y ecofeminismos que
luchan por abolir las restricciones impuestas sobre las decisiones que las mujeres deberían
tomar libremente, respecto a su propio cuerpo, tanto en el ambito privado como en el
público.
De la misma forma, la organización ―Mujeres Creando Comunidad‖ feministas
comunitarias aimaras de Bolivia, expresan que su lucha comienza a partir del
reconocimiento del cuerpo como el primer espacio de ―acción y lucha desde la base de la
existencia misma‖ (Paredes, 2013, pp. 99- 100).
126
Cabnal (citado en Gargallo Celentani, p. 2014).
Fragmento, recuperado de la declaración completa que se encuentra disponible en:
http://redulam.org/noticias/declaracion-xinka/ el 10 de octubre de 2018.
127
145
Plantean que para descolonizar la idea de cuerpo es necesario trascender la
separación heredada de paradigmas dualistas y jerárquicos, asimismo es necesario liberarse
de los preceptos de la estética neoliberal que limitan la felicidad de los cuerpos de las
mujeres.
Nosotras partimos del cuerpo como una integralidad de corporeidad, que
comprende desde la biogenética hasta la energética, desde la afectividad,
pasando por la sensibilidad, los sentimientos, el erotismo, la espiritualidad y
la sensualidad, llegando hasta la creatividad.
El cuerpo nuestro nos plantea recuperar nuestras energías y nuestra salud,
queremos mirarnos al espejo y amar nuestras formas corporales, nuestros
colores de piel y los colores de nuestros cabellos, porque estamos hartas de
una estética colonial de lo blanco como bello, cansadas del espectáculo
frívolo de cuerpos que se exhiben para el consumo machista, elementos que
son parte del culto a la apariencia que el neoliberalismo implantó (Paredes,
2013, pp. 100-101).
La introducción de la consigna ―No hay descolonización sin despatriarcalización‖,
se atribuye al feminismo comunitario aymara de Bolivia, con la que hacen puente con las
feministas comuntarias de Guatemala, para hacer un llamado a la liberación de los pueblos
desde el respeto por las mujeres ya que según lo mencionan es incoherente la
descolonización sin la superación de las imposiciones de los patriarcados –el occidental y el
ancestral-.
Despatriarcalizar es un acción, una actividad que pone fin a una estuructura
social jerárquica: detiene y extingue la subordinación, discriminación y
exclusión, prácticas y simbólicas, de las mujeres por los hombres.
A la vez la despatriarcalización es una acción netamente feminista que inicia
por el hacerse cargo de sí y del propio cuerpo para descolonizar su estética y
para dotarlo de sentido, reconociéndole un derecho al placer y al ser
(Gargallo Celentani, 2014, p. 170).
146
El feminismo comunitario, se ha integrado como un movimiento que enlaza
diversas epistemologías, cosmovisiones y políticas de mujeres en diferentes pueblos y
territorialidades de Abya Yala, que proponen la transformación de su realidad, partiendo de
la revalorización de la comunidad ―…entendiendo por comunidad una categoría política de
reorganización de la sociedad‖ (Gargallo Celentani, 2014, p. 184), que apuesta por la
articulación de una comunidad de comunidades, que sustituya al estado ―…mediante una
actuación política de verdadera descolonización, porque en su misma construcción se
enfrenta con la tarea de despatriarcalizar todas las relaciones‖ (Gargallo Celentani, 2014, p.
184).
Es importante destacar que el feminismo comunitario, especificamente el que surge
de las mujeres bolivianas ―Mujeres Creando Comunidad‖, no limitan su quehacer político a
las comunidades de mujeres indígenas o campesinas, sino que su concepción es inclusiva
dado que a través de diversidad de comunidades tratan de entender a la sociedad y desde
ahí organizarla de tal modo que sea vivible para todos y todas.
Cuando decimos comunidad, nos referimos a todas las comunidades de
nuestra sociedad, comunidades urbanas, comunidades rurales, comunidades
religiosas, comunidades deportivas, comunidades culturales, comunidades
políticas, comunidades de lucha, comunidades territoriales, comunidades
educativas, comunidades de tiempo libre, comunidades de amistad,
comunidades barriales, comunidades generacionales, comunidades sexuales,
comunidades agrícolas, comunidades de afecto, comunidades universitarias,
etc. Es comprender que de todo grupo humano podemos hacer y construir
comunidades. Es un apropuesta alternativa a la sociedad individualista
(Paredes, 2013, pp. 86-87).
Los feminimos comunitarios de Guatemala y Bolivia, en 2010 realizaron un
pronunciamiento conjunto durante la ―Cumbre de los Pueblos sobre el Cambio Climático y
los Derechos de la Madre Tierra‖, celebrado en Cochabamba, Bolivia. El documento
denunciaba desde sus particulares posturas, que el concepto ―Madre Tierra‖que se asocia a
algunas cosmovisiones indígenas, ha sido utilizado desde la visión neoliberal para reducir a
la naturaleza a su funcion reproductiva y nutricia, además idealizar la relación heterosexual
147
monógama, en la que se vincula a la Madre Tierra –orden femenino- al Padre Cosmos –
orden masculino-.
Sus argumentos se sostienen en las construcciones categóricas ―…dada la relación
que tienen con su cuerpo como vehículo de comprensión de la realidad y de definición de la
territorialidad primera‖ (Gargallo Celentani, 2014, p. 186) y en la comprensión de que tal
territorialidad –territorio cuerpo-, se encuentra contenida en la ―Papachamama‖ 128 que es la
palabra en la que resumen su crítica a la concepción de la tierra como una Madre, en este
sentido denuncian ―que la comprensión de Pachamama como sinónimo de ―Madre Tierra‖
es reduccionista y machista, que hace referencia solamente a la fertilidad para tener a las
mujeres y a la Pachamama en su arbitrio patriarcal‖129.
Las posturas que dichas feministas argumentaban en el ―Pronunciamiento de
feminismo comunitario en la conferencia de los pueblos sobre el cambio climático‖ fueron
censuradas debido a las confrontaciones que sugerian con su crítica al desarrollo, los
financiamientos y la sociedad del consumo. Pese a esa circunstancia las mujeres dejaron
clara su vinculación con el ecofeminismo y el desplegado del texto enuncia sus visiones a
cerca de la comunidad, la reciprocidad, el cuerpo y la autonomía el par político, la
propiedad, la depredación, la maternidad y el clambio climático, con esos argumentos las
feministas comunitarias dieron un giro a su visión, tal como lo explica Gargallo Celentani
(2014, p. 186):
Radicalizaron su feminismo comunitario desde una perspectiva ecofeminista
y su ecofeminismo desde una lectura de la economía del cuerpo y la tierra,
postulando la absoluta no-propiedad de ambos: como Pachamama la tierra
no puede pertenercer ni a un conjunto de personas que se dicen comunidad,
En el Pronunciamiento del feminismo comunitario en la ―Conferencia de los Pueblos sobre el Cambio
Climático‖, las feministas comunitarias comienzan explicando: ―Entendemos a la Pachamama, a la Mapu,
como un todo que va más allá de los planetas, que contienen la vida, las relaciones establecidas entre los seres
con vida, sus energías sus necesidades y sus deseos.‖ Obtenido de:
http://mujerescreandocomunidad.blogspot.com/2010/04/pronunciamiento-del-feminismo.html el 15 de
octubre de 2018.
129
―Pronunciamiento de feminismo comunitario en la Conferencia de los Pueblos sobre el Cambio Climático:
obtenido de: http://mujerescreandocomunidad.blogspot.com/2010/04/pronunciamiento-del-feminismo.html
recuperado el 15 de octubre de 2018.
128
148
sino que la comunidad existe en cuanto está y comparte su ser con la
Pachamama.
Reiteran que la comunidad no es una idea romántica, sino que esta organización
debe terminar las relaciones de dominación y las jerarquías, para reconocer a los miembros
de la comunidad como libres y autónomos, sin caer en el engaño de la individualidad.
Aclaran que la reciprocidad implica una relación ética con la tierra y con sus habitantes, así
como la autonomía ―…será el principio que garantizará a cada persona igualdad en
dignidad y derechos130‖, pero implica existir desde el espacio intímo para estar en
comunidad. Explican la relación hombre-mujer como un par político y no una relación
complementaria entre lo masculino y lo femenino de las definiciones patriarcales de género
o como una norma heterosexual de las relaciones erótico-afectivas.
Las feministas comunitarias, denuncian la reducción utilitaria que el orden patriarcal
ha impuesto sobre las mujeres y la naturaleza, a partir del reconocimiento de que
Pachamama tiene la capacidad de sostener la vida humana, pero no quiere decir que deba
alinearse a las disposiciones del mercado, así como las mujeres que poseen la capacidad de
parir, no deben alinearse a las determinaciones de género en la comunidad.
Señalan que los paises autodenominados ―desarrollados‖ son los principales
responsables del cambio climático ya que emiten más el 75% de los gases de efecto
invernadero y rechazan que la ―deuda ambiental‖ pueda resarcir o compensar la destrucción
implícita en el modelo de desarrollo occidental (Gargallo Celentani, 2014, pp.192- 193).
También rechazan que los discursos de la responsabilidad social, pretendan empoderar a las
mujeres con mecanismos de cooperación internacional, para que sean ellas las que integren
las soluciones a la problemática ecológica, explotando el papel que historicamente ha
vinculado a las mujeres con la naturaleza.
Nuevamente la visión patriarcal que entiende al hombre como cultura y a la
mujer como naturaleza, se impone para asignarnos una responsabilidad más
130
Ver enlace del mismo pronunciamiento. Recuperado el 15 de octubre de 2018.
149
―reparar el daño que causaron al planeta‖, una más a nuestras múltiples
responsabilidades de arduo trabajo y mínimo reconocimiento. Si nuestras
visiones y conocimientos no han sido asumidas en el análisis de la
problemática
ambiental,
hecha
por
los
estados
y
organismos
―especializados‖ no seremos nosotras ―ejecutoras de soluciones‖ […].
Tampoco aceptaremos que nos responsabilicen a las mujeres por la
depredación, lo que tenemos ante nosotras y nosotros es una tarea
comunitaria. O sea, de todas y todos131.
Con estas ideas, las feministas comunitarias hacen expreso su entendimiento de la
relación entre la destrucción de la naturaleza y la subordinación de las mujeres, ante las
agravantes neoliberales desplegadas desde los organismos internaciones de financiamiento
y cooperación. Desde el reconocimiento de su corporalidad entendida como un territorio,
tejen vínculos entre diversos movimientos por la resignificación, el cuidado y la
apropiación del cuerpo para habitarse en autonomía y desde esa posición generar
alternativas para incertarse de manera más armónica, como comunidad en un ―Cuerpo
Mayor‖, como lo refería Gebara (2000, p. 74), la Pachamama o la comunidad de
comunidades, que ellas conciben.
Las categorías descriptivas territorio-cuerpo
y territorio-tierra abordadas
anteriormente, nos conducen a enunciar la interdependecia de la que hablaba la propuesta
epistemológica ecofeminista de Gebara. Es importante reiterar que muchas prácticas
ecofeministas provienen de mujeres que pueden o no nombrarse de esta manera, sin duda el
feminismo comunitario, establece y nutre un vínculo entre el territorio el cuerpo,
destacando que la dominación patriarcal ha provocado el despojo de ambos espacios,
invalidando la expresión de la autonomía de las mujeres y saqueando los elementos de la
naturaleza que contienen los territorios.
El feminismo comunitario con las categorías territorio-cuerpo y territorio-tierra,
impulsa enérgicamente, esfuerzos por la reapropiación del cuerpo que se dan desde diversas
131
Fragmento obtenido de: http://mujerescreandocomunidad.blogspot.com/2010/04/pronunciamiento-delfeminismo.html, el 15 de octubre de 2018.
150
trincheras –no exclusivamente a través del feminismo comunitario-, entre las cuales
actualmente podemos encontrar la revalorización de la medicina ancestral, expresada en
redes de sanadoras como ―Tzk‘at‖132 integrada por mujeres indígenas ―…defensoras de la
vida, particularmente los derechos de las mujeres indígenas y de los bienes naturales‖, que
se
hermanan
y
comparten
rasgos
significativos
―femenino/feministas‖ Valdés Padilla (2017, p. 46)
133
con
―modelos
de
salud
entre los que encontramos la
articulación de modelos alternativos de salud que desafían las visiones cartesianas del
cuerpo y ponen en tensión –aunque no se invaliden del todo- los preceptos de la medicina
occidental que se han impuesto sobre el cuerpo de mujer.
Ver al cuerpo como el primer espacio de lucha, implica reconocerlo para habitarlo
como espacio político que ha sido despojado y sometido por las ideas de belleza,
enfermedad, fragmentación y utilidad, que la dominación a impuesto para reproducir su
estructura y que de alguna manera las mujeres han interiorizado. Desde esta visisón, la
defensa del cuerpo toma una importancia trascendental para revitalizar la defensa del
territorio y la de la naturaleza.
Defender el cuerpo de las mujeres desde el reconocimiento de todos los elementos
sutíles y materiales que componen su integralidad, es sostener la lucha por el cuidado de las
condiciones naturales necesarias para mantener su propia existencia y continuar la trama de
la vida de todas las especies. En palabras de la ―Corporación de Mujeres ecofeministas
Comunitar‖134, cuidar la biodiversidad pasa por el cuerpo, entonces, recuperar el cuerpo
En idioma quiché significa red y se trata de la ―Red de sanadoras ancestrales del feminismo
comunitario‖, que desde 2015 ―…participan en los procesos de recuperación emocional y espiritual de las
indígenas que defienden sus territorios‖ (Cabnal, 2017, p. 100).
133
La autora habla de alcances mundiales del ―modelo de salud femenino/feminista integral‖, mencionando al
―Colectivo de mujeres de Boston‖, el trabajo de la ginecóloga canadiense Cristiane Northrup, el centro de
salud ―Artemisa‖, fundado por la doctora española Ana María Fuentes y en América latina el proyecto
―ecosofía‖ de la investigadora social y partera Pabla Pérez San Martín, así como el trabajo colectivo de
―Vulva Sapiens‖, que ilustran concepciones holísticas de sanación femenina frente al modelo
institucionalizado de salud biomédica.
134
Se trata de una asociación colombiana de El Cauca, que brinda acompañamiento psicológico y jurídico a
mujeres violentadas. Trabaja desde 1987 por los derechos humanos de las mujeres y la paz, en el contexto del
conflicto armado en Colombia. La información completa acerca de sus actividades puede consultarse en:
http://www.comunitar.org.co/comunitar recuperado el 17 de octubre de 2018.
132
151
pasa por la defensa, el cuidado y la construcción de espacios sanos donde habitar. Así lo
expresa y promueve su ecofeminismo 135.
Reconocer esa integralidad del cuerpo, plantea la construcción de comunidades
sostenidas en modelos alternativos al desarrollo occidental, donde el florecimiento de la
vida ocupe el papel central. La propuesta del feminismo comunitario abre la posibilidad de
repensar la opción comunitaria, no sólo en contextos rurales e indígenas, sino que tiende
puentes con organizaciones en resistencia y lucha constante, frente al despojo del territorio
cuerpo y la destrucción del territorio tierra, también en las grandes ciudades.
2.3. Entre el auto-conocimiento y el cuidado de la vida: comunidades promotoras de
alternativas menstruales en México
Organizaciones ecofeministas mexicanas como la ―Ecored feminista La Lechuza Buza‖ –en
adelante La Ecored o La Lechuza- y las que se pueden encontrar dentro de los imaginarios
ecofeministas, es decir que no se nombran abiertamente ecofeministas, pero con sus
prácticas se reconocen así, como ―Ixchel Aradia‖ y ―Yeztli: escuela gyn-ecológica‖ –
Yeztli-, son muestra de un movimiento que se pronuncia y actúa por el cuidado del cuerpo
sin desasociarlo del cuidado de la tierra, ambos urgentes en un contexto de crisis ecosocial
provocada por la secuela colonial que sigue amezando el cuerpo de las mujeres y la
naturaleza.
En dichas organizaciones, se comparten elementos que posibilitan un análisis
conjunto para acercarnos al entendimiento de las dinámicas y discursos ecofeministas que
al encontrarse, las mujeres construyen. Entre estos elementos, la promoción y difusión de
alternativas menstruales es central, ya que implica la construcción de diálogos y acciones
enfocados en resarcir las consecuencias negativas que se observan contra el bienestar
femenino y el equilibrio ecológico, de la implementación generalizada del modelo
civilizatorio dominante.
En un video que acompaña a su libro ―foto-síntesis‖, exponen cuál es el ecofeminismo que han construido
y que pregonan desde sus concepciones epistémicas, mismas que le han dado contenido y sentido a otras
palabras que guían su andar, sostienen sus labores e integran sus procesos colectivos. El libro con toda su
experiencia y el video complementario, obtenido de: http://www.comunitar.org.co/foto-sintesis recuperado el
17 de octubre de 2018.
135
152
Sin pretención de excluir o invisibilizar acciones y discursos ecofeministas de otras
organizaciones presentes en Mexico, pero consecuentes a los límites de este trabajo, se
recuperaron algunas experiencias de las tres organizaciones antes mencionadas, dado que se
encuentra un vínculo entre ellas a través de la copa menstrual y otro, dado por el desarrollo
de metodologías para la resignificación del cuidado del cuerpo y el ambiente. Pese a que la
Ecored es la única organización reconocida como ecofeminista, veremos que Yeztli e
Ixchel Aradia tienen contenidos importantes que se abrazan en esta corriente.
A lo largo de este apartado, veremos cómo las ecofeministas –reconocidas
expresamente o no- amplian sus alcances de acción y complejizan sus discursos desde la
reapropiación del cuerpo como primer territorio, para eso construyen y adoptan
metodologías diversas de descolonización136, que generalmente parten del autoconocimiento y se tejen en lo colectivo. De estas concepciones surgen propuestas para el
cuidado de la salud y el bienestar integral de las mujeres, que desafían las imposiciones de
la modernidad.
2.3.1. Resignificación del cuidado del cuerpo, la ecología y la comunidad: la
línea conductora de las Comunidades Ecosociales de Mujeres.
La información, el auto-conocimiento y la ayuda mutua, en diferentes proyectos son
imprescindibles para encaminarse al bienestar -condicionado por la estructura sociocultural
y el equilibrio ecológico-, pero como se explica, otros elementos comunes influyen en la
construcción de alternativas de restencia contra el despojo, la individualidad, la
dependencia, la expoliación del ambiente y la desigualdad. Tales elementos comunes,
conforman lo que Navarro Casillas (2016) reconoce como las ―Comunidades Ecosociales
de Mujeres‖ –CESM-.
Estas comunidades que describe la autora, presentan un componenete espiritual,
inspirado en tradiciones nativas y ancestrales, además expresan preocupaciones vinculadas
al ecofeminismo, entre ellas se encuentra la necesidad de integrar en la experiencia de las
De acuerdo con Valdés Padilla (2017, p. 48) ―La descolonización del cuerpo/ser se gesta en develar los
tabús femeninos, los discursos patologizantes, para nombrar en colectivo las experiencias íntimas y
entramadas‖.
136
153
mujeres, las alternativas menstruales en las que ellas ven un potencial para generara
acciones en caminadas al cuidado ecológico y la generación dinamicas sociales que
fortalecen el sentido de comundad.
Navarro Casillas (2016), explica cómo construye y utiliza la definición de las
CESM en su estudio, misma que se retoman para construir el análisis de las organizaciones
abordadas en esta tesis, a través de las cuales se identifican subjetividades, discursos y
prácticas ecofeministas de las organizaciones adscritas a esa corriente de manera consciente
y expresa, y las que se ubican entre los imaginarios ecofeministas, es decir, que no se
nombran de esta manera, pero en su práctica lo son.
…las CESM promueven una seríe de principios y concepciones sobre lo
social y lo ambiental, en lo que quieren intervenir: el componente eco, de la
palabra ecosocial, hace referencia a la preocupación de las comunidades
estudiadas por el cuidado del medio ambiente, pero también por el uso de
métodos naturales, ecológicamente sustentables y de poco impacto
ambiental para el cuidado de sus cuerpos. La promoción y utilización de
productos como la copa menstrual o las compresas menstruales de tela, se
integran en este proyecto.
Son sociales porque pretenden un impacto en el contexto social y cultural en
el que tienen su ámbito de acción. Al reconocerlas como agentes
estratégicamente situadas las reconozco como agentes sociales, esto es, están
situadas en una sociedad en la que desempeñan o pretenden desempeñar un
pepel determinado. Ellas mismas asumen su actuar y la propuesta de
comunidad que promeven o a la que se adhieren como un ―movimiento‖.
Se trata de comunidades específicamente dirigidas a mujeres, constituidas
por mujeres, y con la pretensión de unir y sanar a las mujeres, esta es la
razón por las que se les nombra aquí como cumunidades de mujeres.
(Navarro Casillas, 2016, p. 161-162).
Navarro Casillas (2016, p. 159- 160), describe los rasgos que sostienen el sentido
cumunitario de las CESM:
154
a) Un círculo sin jerarquías.
b) Comunidad de apoyo y contención.
c) Una identidad común137.
Los rasgos que identifican a las CESM sin duda pueden ser dinámicos e integrativos
de otras propuestas comunitarias diferentes a las estudiadas por Navarro Casillas (2016) en
su trabajo, pero partiremos de los elementos que ella aporta con su investigación, para
analizar el quehacer ecofeminista de comunidades mexicanas, es decir, las acciones que
distintos grupos han emprendido para denunciar el origen de la subordinación de las
mujeres y la explotación de la naturaleza.
El pimer rasgo, círculo sin jerarquías, refiere a una forma horizontal de
organización, que para darse en círculo requiere un centro –se utilizan altares, el fuego,
flores, instrumentos, agua, entre otros elementos naturales- alrededor del cual se reunen las
mujeres de la comunidad, en el círculo ninguna es más que otra. ―El círculo supone la
igualdad entre las integrantes de la comunidad y simboliza a la vez una postura en contra de
cualquier orden jerárquico que consideran patriarcal‖ (Navarro Casillas, 2016, p. 159).
El círculo se sostiene por el acuerdo de que la confianza que se genera entre todas,
ya que es un espacio en el que se comparten experiencias íntimas, emociones y opiniones
personales, que solo son para las mujeres que se encuentren presentes en el momento que
surgen, por lo tanto se genera una dinámica en la que todas cuidan la confidencialidad del
encuentro, evitando hablar de lo sucedido, con personas que no lo presenciaron, así se
garantiza que la información de todas no salga del círculo. Esta dinámica integra el segudo
rasgo: comunidad de apoyo y contención.
El apoyo y la contención se hacen necesarios debido a que en muchas ocasiones los
temas que se desarrollan en el círculo tocan fibras sensibles de las participantes, así que
ante todo se requiere un espacio seguro para la expresión y el soporte emocional de todas
las mujeres que escuchan.
137
Los rasgos a, b y c que se enlistan, fueron recuperados de (Navarro Casillas, 2016, pp. 159-160).
155
La identidad común que sostiene el sentido comunitario de las CESM, es que las
participacipantes se reconocen como mujeres, esta identidad generalmente toma sentido en
el reconocimiento del hecho común de que todas las participantes menstruan o
menstruaron, en el caso de quienes ya se encuentran en la menopausia.
Las ―preocupaciones fundamentales‖ (Navarro Casillas, 2016, p. 132), son
elementos que se identificaron, como temas en que organizadoras y participantes buscan
insidir, a través del quehacer ecofeminista que poenen en práctica. A fin de integrar un
análisis conjunto de las organizaciones que se abordan en este apartado y completar el
marco teórico de esta tesis, se recuperan dichas preocupaciones presentadas por Navarro
Casillas (2016, p. 136).
a) El silencio.
b) La desconexión con sus cuerpos.
c) La pérdida de la memoria ancestral.
d) La pérdida del círculo.
e) La pérdida del poder para ser libre, de la soberanía de sí misma.
f) El daño ecológico.
g) ―Heridas emocionales, físicas e inconsientes por sanar.‖ 138
El silencio se vincula al papel secundario o subordinado que el patriarcado les ha
otorgado a las mujeres, en el que es mas valiosa la palabra de los hombres y en función a
esta norma, son ellos los que tienen el poder de hablar por ellas y sobre sus cuerpos.
Al no tener voz para nombrarse, las mujeres han perdido también la
capacidad de nombrar lo que pasa con ellas, con sus cuerpos, con sus
procesos y ciclos, esto está relacionado con otra preocupación: la falta de
conocimiento de sí mismas. Las mujeres han sido obligadas mediante la
fuerza y el descrédito a olvidar ese conocimiento (Navarro Casillas, p. 134).
138
(Navarro Casillas, 2016, p.136).
Todas las preocupaciones que se enlistan, han sido tomadas de la ―Tabla 11: Preocupaciones Fundamentales‖
(Navarro Casillas, 2016, p.136).
156
La desconexión del cuerpo es el resultado del silencio, de la voz de los varones
desacreditando los conocimientos de las mujeres y el saber de lo que pasa con sus propios
cuerpos. Esto es un efecto de La caza de brujas, que se ve claramente en las diposiciones de
la ciencia médica y las imposiciones de género, que sostienen las relaciones de poder e
impactan en diferentes dimensiones de la vida de las mujeres, comenzando por el cuerpo.
La pérdida de la memoria ancestral y el círculo, resulta de la estructura de
modernidad, por efecto de las dinamicas sociales y económicas, que limitan el
sostenimiento de las relaciones cercanas –incluso entre madre e hijas- de las mujeres y en
su lugar se ha implantado la competencia entre ellas, lo que supone una pérdida de los
conocimientos que se socializan entre todas, además de la fuerza que otroga el ser parte de
un grupo y su colaboración en él (Navarro Casillas, 2016, p. 135).
Desde la visión de las CESM, el daño ecológico se nombra generalmente como el
daño a la tierra y como las mujeres entienden que se encuentran insertas en ella, cualquier
afección a la tierra daña a las mujeres. La denuncia principal ante este tema, es que la
explotación de la naturaleza es resultado de la lógica de la economía patriarcal (Navarro
Casillas, 2016, p. 135).
En aras de erradicar dichas preocupaciones, las mujeres buscan asociarse y reunirse
con otras. Tales preocupaciones, como podrá verse líneas abajo, se convierten en ejes que
guían las acciones en las comunidades de mujeres a fin de generar cambios contextuales en
su realidad. Algunas de estas preocupaciones presentadas por Navarro Casillas (2016), son
observables en el caso de las organizaciones expuestas más adelante.
Las ―preocupaciones fundamentales‖ (Navarro Casillas, 2016, p. 123), han llevado a
muchas mujeres ha crear, recuperar y adaptar metodológias, que permitan el encuentro y
díalogo con otras mujeres que comparten esas preocupaciones o tienen algunas afines.
Entre los objetivos de estos encuentros, está el repensar el papel de las mujeres en la
sociedad moderna para generar posibles cambios en el cotidiano que cada una habita y en el
que habitan en común, así estos encuentros con sus propuestas particulares, dan lugar a las
ya mencionadas CESM, mismas que a su vez comparten caracteristicas similares.
157
La observación de las características comunes entre las comunidades que la autora
presenta, concluye con la identificación de tres tipos de Comunidades Ecosociales de
Mujeres: ―Círculos Rituales de Mujeres‖ 139, ―Círculos Urbanos de Mujeres‖ 140 y ―Carpas
rojas‖141. Navarro Casillas, aclara que éstas categorías fueron definidas con el objetivo de
realizar estudio más enfocado que posibilitara ahondar en sus prácticas y discursos, más
que delimitarlas o separarlas entre sí. Sin embargo es importante tomar en cuenta que en los
contextos urbanos las reuniones y comunidades femeninas, son cada vez más diversas.
Siguiendo como hilo conductor los rasgos y las preocupaciones que dan sentido a
las CESM, se analiza la información de algunas comunidades, que tal como sucede con los
imaginarios ecofeministas, aunque no reconozcan expresamente esa identidad, con sus
prácticas se acercan a diferentes planteamientos de esta teoría que se pronuncian por la
abolición de las relaciones de poder que las subordinan a las mujeres y a la naturaleza,
ademas de cuestionar el paradigma económico que sostienen la explotación de ambas.
Los proyectos que se observan en este apartado, comparten la labor de difundir
información sobre las alternativas menstruales y entre éstas, la copa se perfila como una
herramienta para el cambio social, que atraviesa múltiples dimensiones de la crisis
ecosocial actual y junto con otras alternativas se difunden de manera importante entre las
CESM –aunque no sólo entre éstas-. Cada organización desde su contexto, plantea
estrategias para resolver sus preocupaciones que al mismo tiempo son temas que las
motivan a generar cambios en la realidad mexicana, partiendo de transformaciones en los
cuerpos con vivencias ginecológicas-menstruales.
Hay un énfasis en el tema de las preocupaciones mencionadas, debido a que son
parte de las categorías de análisis planteadas en esta investigación. Cabe señalar que dichas
―Se llevan a cabo en el temazcal. Buscan terrenos apartados de las zonas urbanas. Se apegan a prácticas
tradicionales y conservan elementos rituales‖ (Navarro Casillas, 2016, p. 169). Tabla 12. Tipos de
comunidades ecosociales.
140
―Se realizan en áreas urbanas. Integran prácticas diversas (cursos, talleres, terapias). (Navarro Casillas,
2016, p. 169) Tabla 12. Tipos de comunidades ecosociales.
141
―Reuniones dentro de espacios predominantemente rojos‖. (Navarro Casillas, 2016, p. 169) Tabla 12.
Tipos de comunidades ecosociales. Por su parte Valdés Padilla (2017, p. 108), describe las ―Carpas Rojas‖ o
―Carpas lunares‖ como otra forma de Círculo de Mujeres, en las que se convoca comúnmente en espacios
públicos para así incluir a más mujeres. Actualmente esta propuesta se sostiene en la red internacional
―Carpas Rojas en cada vecindario. Estos espacios buscan honrar la feminidad, lo que incluye a la
menstruación.
139
158
preocupaciones se vinculan entre sí, no solo porque son comunes entre las agrupaciones
que promueven las alternativas, sino que en los procesos de las organizaciones expuestas,
se puede identificar cómo las preocupaciones integran un mismo discurso que favorece las
prácticas ecofeministas. En este sentido encontramos que expresamente y entre líneas, los
mensajes de las organizaciones sintetizan todas las preocupaciones o la expresión de
alguna, trastoca los contenidos de las demás.
2.3.2. Ixchel Aradia.
Tal como lo expresan en sus redes, Ixchel Aradia es un proyecto social que parte de un
Programa de salud menstrual, sostenido en la copa142. Pretende llevar conocimientos sobre
el cuerpo de mujer a comunidades de mujeres, donde el acceso a esta herramienta está
limitado por cuestiones económicas o culturales. El proyecto sostiene un compromiso con
el cuidado del ambiente y del cuerpo, que guía sus labores de concientización sobre la
contaminación, relacionada al uso de desechables para la menstruación y la exposición a los
tóxicos de los mismos. En la definición de su proyecto, encontramos la expresión de sus
preocupaciones. Así como el sentido ecofeminista y comunitario de sus labores:
Ixchel Aradia es un proyecto social autogestionado dedicado especialmente
a la salud de las mujeres y al cuidado del medio ambiente. Nuestro eje
principal es la copa menstrual, usándola como herramienta para poder hablar
de temas como salud sexual, anatomía, ginecología natural, anticoncepción
y sobre todo la reconexión con nuestro propio cuerpo143.
El daño ecológico es una de las preocupaciones principales que se pueden observar
en este proyecto, entre los efectos contaminantes refieren que la cantidad de toallas
El proyecto cuenta con una su propia copa menstrual: ―Wey-Cup‖. ―Esta copa menstrual está vinculada al
Proyecto Social Ixchel Aradia, que busca llevar copas menstruales a todos los rincones donde sean necesarias.
Así, con la compra de la ―Wey-Cup‖ estás apoyándonos en la donación de una copa más para comunidades,
cárceles, barrios marginales, albergues juveniles, etc... espacios donde estas alternativas no se conocen ni se
tienen los recursos para adquirirlas. Nuestro objetivo real es despertar esta conexión con nuestro cuerpo
acompañando la copa con talleres de: sanación, reconexión con nuestro útero, reconocimiento de violencias
de género, sexualidad, etc.‖ Obtenido de:
https://lunaroja.mercadoshops.com.mx/weycup-copa-menstrual-mexicana-certificada-628124276xJM el 13 de
noviembre de 2018.
143
Obtenido de: https://donadora.mx/projects/wey-cup--ixchel-aradia- el 10 de noviembre de 2018.
142
159
desechables que una mujer llega a utilizar es de 11 mil 375, de los cuales se producen 60
kilos de plástico, que potencialmente pueden contaminar los cuerpos de agua. Es visible en
sus planteamientos la relación de la economía patriarcal, con la generación de residuos que
afectan el equilibrio ecológico. Asimismo, abren la posibilidad de romper el silencio sobre
los temas que se han silenciado socialmente y por lo tanto han limitado la conexión con el
cuerpo.
Recorte de pantalla 1. Kilos de plástico.
Publicación de facebook de la comunidad Ixchel Aradia, noviembre 2018.
160
Recorte de pantalla 2. Por el agua.
Publicación de Facebook de la comunidad Ixchel Aradia, octubre 2018.
Steph Ferrera y Laia Cerqueda, responsables de la organización, mencionan que la
copa les cambio la vida 144 y es por eso que sus esfuerzos se enfocan en compartir sus
experiencia con todas las mujeres a su alcance, para motivarlas a repensar el cambio desde
la preocupación por el cuidado del ambiente y la reconexión con el cuerpo. En
consecuencia, se han planteado la fabricación de una copa menstrual mexicana, que cumpla
con las diposiciones de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios –
COFEPRIS-, para que así su Programa de salud mestrual, pueda acompañarse de ésta y así
propiciar cambios que se necesitan para reducir los efectos del uso de desechables. ―Cocreadoras de la copa menstrual social Wey Cup, llevan la carpa roja y espacios de siembra
de luna en comunidades indígenas, cárceles, albergues juveniles y eventos de conciencia
para seguir expandiendo el recuerdo de nuestro sagrado femenino‖ 145.
144
Así lo expresan en una comunicación personal, del 30 de noviembre de 2018 y también en un video que
refleja sus objetivos y su forma de trabajo. Ixchel Aradia (2016, marzo 10) Proyecto Social Ixchel Aradia:
Guatemala (Chuk Muk) [archivo de video] Obtenido de:
https://www.youtube.com/watch?v=plQ0a7HQR98 recuperado el 13 de noviembre de 2018.
145
Obtenido de: http://www.mujerraiz.com.mx/category/ponentes/page/8/ el 13 de noviembre de 2018.
161
Recorte de pantalla 3. Carpa Roja.
Publicación de facebook de la comunidad Ixchel Aradia, enero 2018.
El sentido comunitario de la propuesta de Ixchel Aradia, además de la promoción de
la copa, giran en torno a La Carpa Roja en la que se plantea la reunión en círculo, es decir
que no hay jerarquía entre las participantes y así entre todas se construye un ambiente de
apoyo y contención para hablar abiertamente de las experiencias menstruales y temas
relacionados, es así, que pueden generarse nuevas relaciones o el fortalecimiento de las que
ya existen. La Carpa Roja refuerza la identidad femenina dada por la posibilidad de
menstruar y ―sembrar su luna‖ 146.
146
La siembra de luna, es una práctica que se facilita con la copa menstrual, ya que consiste en recolectar la
menstruación –que es llamada afectivamente como luna- para ponerla o ―sembrarla‖ en la tierra, que en el
ámbito urbano puede ser en macetas. Se piensa que la sangre contiene nutrientes que favorecen la fertilidad de
la tierra, pero más allá de eso, la práctica se considera como un hecho ritual para resignificar la menstruación
así como para reconectarse con el cuerpo y la feminidad. Valdés Padilla (2017, p. 406) refiere que este acto,
tiene sustento histórico en ―…un ritual de la Antigua Grecia llamado Tesmoforias. Una celebración
prepatriarcal de fertilidad que vinculaba las semillas de la cosecha a las semillas del cuerpo de la mujer‖.
162
Recorte de pantalla 4. Por nuestra comunidad.
Publicación de facebook de la comunidad Ixchel Aradia, septiembre 2018.
Recientemente, las coordinadoras del proyecto Ixchel Aradia han realizado labores
de fondeo147 para cubrir los gastos implicados en los trámites que requieren las autoridades
mexicanas para certificar las copas, ya que desde febrero del 2016, se emitió una alerta
sanitaria sobre estas, debido a que algunas marcas que circulan en el país no con ninguna
certificación respecto al proceso de fabricación o al material con que se producen. Es por
esto, que sostener una iniciativa como ―Wey Cup-Ixchel Aradia‖148 implica demostrar que
la copa es una herramienta de gestión menstrual, segura y de calidad.
147
Toda la información acerca de la campaña en el enlace: https://donadora.mx/projects/wey-cup--ixchelaradia- recuperado el 13 de noviembre de 2018.
148
Este es el nombre del programa de salud propuesto por la organización Ixchel Aradia y sostenido en su
copa menstrual. "Programa de salud menstrual que brinda acceso a las copas menstruales en comunidades
indígenas, barrios marginales, albergues juveniles, escuelas y cárceles.‖ Obtenido de
https://donadora.mx/projects/wey-cup-ixchel-aradia- el 13 de noviembre de 2018.
163
Cabe mencionar que en México, es posible encontrar marcas que garantizan su
fiabilidad, al contar con certificaciones internacionales 149 respecto al proceso de fabricación
y al material utilizado, sin embargo debido a la reorganizacipon operativa de de la
COFEPRIS –puesto que es un organismo de reciente creación-, no ha sido posible que
diferentes marcas de copas obtengan el registo sanitario 150. Sin duda una herramienta de
este tipo, debe garantizar su calidad y evitar cualquier riesgo a las usuarias, en un mercado
donde es posible encontrarse copas ―piratas 151‖, generalmente fabricadas con plástico e
importadas de China.
2.3.3. Yeztli: educación gyn/ecológica.
El proyecto educativo Yeztli, cuenta con diferentes opciones para profundizar en el estudio
de la ―ecología femenina‖152, entre estas opciones se encuentran dos talleres acerca de la
fertilidad y un seminario con el tema ―Gyn-ecología activa‖, los tres se ofrecen en línea y
están apoyados en diversas herramientas como las alternativas menstruales, productos de
herbolaria, auxiliares para observación de la fertilidad y otras para el cuidado del suelo
pélvico y los genitales. Cabe destacar que los talleres de fertilidad, se anuncian tanto para
mujeres como para hombres, lo que habla de la necesidad de que más hombres se ocupen
del tema y pueda ser gestionado en pareja, sin embargo, el énfasis educativo está enfocado
en las mujeres que menstruan.
149
Angel Cup® y Lunacup®, son un par de marcas que cuentan con diferentes certificaciones, que pueden
corroborarse respectivamente en los enlaces siguientes: https://www.angelcupmexico.com/ y
https://lunacup.online/como-se-usa/ recuperados el 13 de noviembre de 2018.
150
J. Chalchi, (comunicación personal, 15 de noviembre 2018).
151
Respecto a éstas, la colectiva de Guadalajara Ixchel Ecoalternativas realizó una publicación donde explica
las características que podrían ayudar a la identificación de una copa ―pirata‖ o que pueda no ser una opción
segura. Obtenido de: http://ixchelecoalternativas.com/de-cuando-tu-copa-menstrual-resulto-ser-pirata/
recuperado el 10 de noviembre de 2018.
152
En la introducción al Seminario ―Gyn-ecología activa. La medicina de la auto-observación‖ se explica el
juego de palabras que compone esta idea de la ecología femenina o la Gyn-ecología, que se usa como ―el
estudio del orden de la mujer o el estudio del orden femenino‖. Por las raíces etimológicas de estas palabras ―gyn‖ o ―gin‖: mujer, ―eco‖: casa y ―logia‖: estudio-, me parece que el significado se acerca más al estudio de
la casa de la mujer. Dado el contexto y los contenidos del seminario, podría entenderse el cuerpo como la
primera casa que habitamos las mujeres y la ecología femenina como el orden interno que mantiene la salud.
(Reflexiones personales, tras la participación en el seminario, primavera 2017).
164
Yeztli es un proyecto que comenzó a funcionar desde el año 2007 en
México. Sin embargo, tenemos varios años más investigando en temas
relacionados con la ecología, salud preventiva femenina, círculos de mujeres
y medicina alternativa en sus ramas clínica, psicológica y espiritual 153.
Jimena Chalchi, creadora del proyecto y fundadora de la empresa mexicana
Lunacup®154, comaparte que cinco años después de que surgiera Yeztli, nace el proyecto
de comercializar una copa. Ambos proyectos, responden a las investigaciones que ha
realizado a partir de sus estudios de herbolaria, anticoncepción natural y alternativas
femeninas, el encuentro novedoso con las alternativas menstruales y un tema personal que
la llevó a iniciar un proceso profundo de auto-conocimiento155.
Las labores de Yeztli no se limitan a la educación en línea, sino que convoca
actividades presenciales en diferentes estados de la República que se imparten por alguna
de las instructoras de la red, que generalmente son promotoras de la copa menstrual. Como
ejemplo reciente, se encuentran las ―Jornadas de bienestar menstrual‖ que durante la
primavera y el verano del 2018, se llevaron a cabo en diferentes ciudades del país, entre las
que se incluyeron Guadalajara y Zapopan156 con la conferencia ―Bienestar menstrual‖ y
Cancún, donde en donde ésta actividad se acompañó de un taller de herbolaria157.
153
Información recuperada de:
https://www.facebook.com/pg/yeztli/about/?ref=page_internal el 13 de noviembre de 2018.
154
Dedicada a la promoción y venta de una copa menstrual con el mismo nombre.
155
J. Chalchi (comunicación personal, 15 de noviembre 2018).
156
En Guadalajara a cargo de la colectiva ―Ixchel Ecoalternativas‖ y en Zapopan de parte del proyecto ―¡Qué
verde!‖.
157
La invitación a este evento se compartió a través de redes sociales. Video disponible y una publicación con
información del evento en los respectivos enlaces: https://www.youtube.com/watch?v=7zlPj_fz40w
https://allevents.in/playa%20del%20carmen/bienestar-menstrual/20002000393402 recuperados el 13 de
noviembre de 2018.
165
La apuesta educativa de Yeztli se centra en el auto-conocimiento del cuerpo, a
través de lo que se ha llamado la ―medicina de la auto-observación‖158. La autoobservación, se presenta como el principio para la autogestión 159 de la salud integral
femenina, con énfasís en que ésta última depende también de la observación y el cuidado
del entorno y los ritmos de la naturaleza.
Recorte de pantalla 5. Ecosistema del cuerpo.
Publicación de facebook de la comunidad de Yeztli, noviembre 2018.
Esta asociación del bienestar menstrual con la ecología, tanto femenina –interna-,
como del ambiente –externa- deja ver la práctica ecofeminista de Yeztli. Desde su visión, el
cuidado de la tierra emerge como una extensión del el auto-cuidado corporal, que es posible
a partir de la observación de sí misma, el entendidmiento de los ritmos del cuerpo, la
elección conciente de productos para el bienestar que no afecten el equilibrio ecológico del
cuerpo y el ambiente, así como el desarrollo de propuestas de incidencia sociocultural, que
158
Toda la información del seminario en el enlace: https://yeztli.com/producto/seminario-gyn-ecologia-activaen-linea-mj/ recuperado el 13 de nov de 2018.
159
Autogestión en el sentido de que las mujeres sean capaces de generar sus opciones de curación o sanación
a partir del auto-conocimiento, esto es por ejemplo, que puedan llegar a decidir, libremente y de acuerdo a sus
necesidades, el tipo de tratamiento o intervención más adecuado para su caso. No se pretende descartar la
consulta con un profesional de la salud, sino que las mujeres tengan más claridad del tipo de ayuda que
necesitan solicitar o más seguridad al momento de recurrir al servicio médico.
166
permitan repensar las perspectivas limitantes sobre la menstruación y la calidad de vida de
las mujeres con vida menstrual.
Recorte de pantalla 6. Activismo ecofeminista.
Publicación de facebook de la comunidad de Yeztli, noviembre 2018
Los esfuerzos de Yeztli se pronuncian contra el daño ecológico del planeta y dejan
claro que éste efecto tiene un vínculo directo con el equilibrio de la salud, particularmente
la de las mujeres. Dada la situación de violencia y contaminación, en el contexto de la crisis
ecosocial de la modernidad, los procesos que parten del conocimiento del cuerpo propio recuperación de la autonomía, la memoria ancestral y los vínculos entre mujeres-, en una
propuesta educativa como la de Yeztli, son facilitadores de una reflexión que pretende ser
colectiva, para repensar las condiciones actuales de vida de las mujeres y las concepciones
transmitidas culturalmente sobre menstruación.
167
Recorte de pantalla 7. Consumo y desecho responsable.
Publicación de facebook de la comunidad de Yeztli, noviembre 2018.
El proyecto de educación de Yeztli, como lo hemos dicho antes, se apoya en
diferentes herramientas para el cuidado preventivo de la salud, entre las que se encuentran
como eje importante las alternativas menstruales. Los contenidos acerca de estas, ponen un
díalogo entre estudios de biomendicina y de medicina tradicional, así la propuesta de esta
organización, integra una perspectiva holística que lleva a las mujeres a resignificar el
proceso menstrual, entendiendo primeramente al cuerpo y cuestionando las concepciones
de malestar asociado culturalmente a dicho proceso, y con ello poder identificar opciones
viables de gestión de la salud o la prevención desde el auto-cuidado.
Nuestro principal objetivo es ofrecer a las mujeres de habla hispana diversas
herramientas de auto-curación para permanecer fuertes y alertas frente a las
pruebas que la vida moderna nos depara.
Buscamos desarrollar nuevas formas de intercambio con nuestros clientes y
una justa y orgánica organización laboral en nuestra empresa 160.
160
Información obtenida de:
https://www.facebook.com/pg/yeztli/about/?ref=page_internal el 13 de noviembre de 2018.
168
A decir de la dimensión económica, en Yeztli se observan dos líneas, la primera es la
que se enuncia en la cita anterior, en la que se ve una necesidad de generar intercambios
justos y la otra se refiere al ahorro económico que el uso de alternativas menstruales
supone, frente a las compras de productos desechables mes con mes.
Recorte de pantalla 8. Como cuando tiras tu dinero.
Publicación de facebook de la comunidad de Yeztli, noviembre 2018.
Al igual que Wey Cup-Ixchel Aradia, en Yeztli, la copa menstrual se ve como una
herramienta que facilita el proceso de auto-conocimiento del cuerpo, en este sentido y ante
la alerta que permanece sobre las copas menstruales en México, se reconoce la importancia
de contar con el registro sanitario de COFEPRIS, para la venta libre de la marca
Lunacup®®, que está vinculada a este proyecto. Por ello, las responsables realizaron en
dos ocaciones los tramites para obtenerlo, sin tener éxtito.
169
Entre las dificultades refieren los huecos y discrepancias de las normas implícitas,
agravados debido a que en el momento del trámite la norma para dispositivos médicos –que
es cómo se cataloga la copa- era aún proyecto de norma y por lo tanto debía seguirse la
normatividad de los farmacos, aunque la copa se describa como un dispositivo. Además,
luego de haberse catalogado como un dispositivo ―tipo I‖, cambió a ―tipo II‖, debido a que
se usa al interior del cuerpo, con ello los requisitos para el tramite cambiaron y el avance en
los tramites sufrió un retroceso.
Asimismo se refiere que COFEPRIS no cuenta con una ruta clara para obtener
tramitar el certificado, por lo que en apoyo a las empresas nacionales que están interesdas
en la venta de copas, podrían establecer un solo procedimiento que evite que cada empresa
trace una ruta propia y tenga que invertir en asesorias para la homologación de normas,
además de los costos que deben cubrir en pruebas e investigaciones del producto 161.
Los proyectos que aquí se presentan, comparten la preocupación por que las copas
cuenten con registro sanitario y están convencidos de que es neccesario, debido al hecho de
que al país llegan copas de dudosa calidad y ese hecho puede demeritar el trabajo de las
marcas de calidad. Sin embrago, las dificultades que encuentran en COFEPRIS, hacen el
proceso largo y costoso162. Algunos importadores de copas, comparten que en el fondo se
ve que esta instancia pretende favorecer solo a las grandes marcas de higiene de la salud
que ya tienen entre sus objetivos la introducción de las copas. Entre las prioridades de
Yeztli esta garantizar la seguridad de las mujeres que ponen su confianza para estudiar o
adquirir alguna alternativa.
2.3.4. Ecored feminista La Lechuza Buza.
La Ecored feminista La Lechuza Buza, es una organización adscrita expresamente al
ecofeminismo que surge en 2013, con el objetivo común de promover cambios de hábitos
sustentables desde la perspectiva feminista, especificamente de la corriente crítica del
ecofeminismo. Emilia y Karla Helena 163 -fundadoras y coordinadoras de la red-, explican
que hasta marzo del 2018, la red integra un total de 22 proyectos de mujeres, localizados en
161
J. Chalchi (comunicación personal, 15 de noviembre 2018).
J. Chalchi (comunicación personal, 15 de noviembre 2018).
163
E. Almanza & K. Guzmán (comunicación personal, 09 de marzo 2018).
162
170
al menos diez estados de la República: Nayarit, Puebla, Veracruz, Jalisco, Aguascalientes,
Oaxaca, Morelos, Estado de México, Guanajuato y la Ciudad de México, sin considerar los
territorios que están cubiertos por algunos proyectos itinerantes.
Entre las preocupaciones que dieron origen a esta Ecored, se
encontraba la
necesidad de establecer diálogo entre los feminismos, además de encontrar una visión
feminista que integrara la ecología, que para ellas es un aspecto primordial en la lucha por
la visibilización y abolición de la violencia estructural y patriarcal contra las mujeres 164. Al
no encontrar mucho eco con otros grupos, decidieron iniciar un proyecto que integrara a
diversas mujeres con intereses afines, en una dinámica del trabajo en red como una manera
de encontrarse y vincularse con otras que ya estuvieran dedicadas a un proyecto personal o
colectivo, a través una plataforma común -que en este caso se trata de la Ecored- y con ello
evitar que el trabajo fuera desigual o que se diera la organización en una estructura
jerárquica165.
Estas premisas llevaron a integrar proyectos dedicados a la venta e intercambio de
alternativas menstruales como las copas y toallas lavables, por lo tanto, la menstruación se
ve como un eje importante para el desarrollo de los proyectos particulares y de la red. En
ese sentido las alternativas menstruales son concebidas como herramientas que facilitan el
auto-cuidado, tal como se refiere en lo sucesivo. Por otra parte y relacionado al autocuidado, la red difunde un mensaje en el que la gestión alternativa de la menstruación y su
resignificación, es parte de una ―conciencia‖ dada por la cercanía a ese proceso, así que es
común en las redes de esta organización encontrar actividades o información con el tema de
―menstruación consciente‖166.
La EcoRed busca ser un espacio de apoyo y contención, tanto para las mujeres que
forman parte de ella con sus proyectos, como para las mujeres que se acercan con el interés
de sustituir los absorbentes desechables. Si bien, el trabajo de esta comunidad, es en red y
164
K. Guzmán (comunicación personal, 09 de marzo 2018).
E. Almanza (comunicación personal, 09 de marzo de 2018).
166
Valdés Padilla (2017, p. 384) define este concepto desde la observación del contexto de la espiritualidad y
salud holística, que igualmente se puede entender en el contexto de este trabajo: ―…las mujeres están
resignificando la capacidad de menstruar en bienestar y conciencia plena, en este contexto se le llama
menstruación consciente a ese estado‖.
165
171
no a trvés de un Círculo de Mujeres como tal, la propuesta de la EcoRed empata con el
sentido comunitario de las descripciones de las CESM, debido a que incluyen el Círculo de
Mujeres como práctica por parte de algunos proyectos suscritos y como principio de
organización al interior.
Entre las integrantes de la EcoRed, se mantiene la comunicación a través de un
grupo de whatsapp que les permite permanecer en contacto para acordar temas de compraventa de los productos que promueven; dirigir a las mujeres al nodo más cercano, donde
pueden ser informadas o atendidas de acuerdo a su ubicación o necesidad; hacer
intercambio de información que cada una investiga, acerca de los temas de interés para la
red o simplemente solicitar apoyo y contención emocional, cuando lo necesitan. De esta
manera integran lo que para ellas es un Círculo de Mujeres virtual, como una extensión del
círculo que tienen de forma presencial167.
Desde el ecofeminismo crítico como identidad, buscan reposicionar la voz de las
mujeres y su participación en temas de arte, auto-cuidado, contaminación industrial y
menstruación conciente, mismos que se plantean como respuesta a sus preocupaciones.
Entre estas se discute la lógica económica imperante; es decir, la economía capitalista que
se sostiene en la explotación y el despojo; la recuperación de la soberanía del cuerpo y en
consecuencia sobre sí; el silencio de la sabiduría propia y la desconexión del cuerpo que se
reflejan en el desconocimiento del proceso menstrual; además de las repercusiones que el
daño ecológico tiene sobre el cuerpo, no solamente de las mujeres, pero si con efectos
particulares168.
Tales preocupaciones tienen un fuerte vínculo con la promoción del uso de la copa
menstrual, que para ellas es una ―opción política‖, es decir, que a partir de la utilidad
ecológica y educativa, genera transformaciones en la concepción de la menstruación y el
cuerpo propio, además de cuestionamientos acerca de la de la razón económica
predominante -impuesta particularmente sobre la vivencia menstrual-. De esta manera la
copa menstrual como instrumento político, incide en el cuidado del medio ambiente, en el
167
168
E. Almanza (comunicación personal, 09 de marzo de 2018).
K. Guzmán (comunicación personal, 09 de marzo de 2018).
172
cuidado de sí y en la creación de vínculos sororales que ayuden a trascender las
imposiciones sobre las mujeres169.
A través de la promoción y venta, tienen la opción de generar dinámicas
económicas que resuenan con su visión y les permite continuar con sus iniciativas:
―Nuestro vinculo principal es la copa, porque en ella ya existe todo un discurso, toda una
visión de la salud de las mujeres, y algo bien importante para sostener un proyecto: hay una
economía‖170.
Consecuentes a las preocupaciones que se plantean, sus líneas de acción
ecofeminista persiguen cuatro objetivos 171 principales, que son parte de la propuesta
operativa de la EcoRed y que puede que no sean los mismos dentro de cada proyecto:
1.- Difundir información, textos y conocimiento sobre sustentabilidad y
ecofeminismo crítico (no esencialista).
2.- Contribuir a la formación y sensibilización en ecofeminismo crítico y
alternativas sustentables a través del tequio, trueque, charlas, talleres
informativos e intercambio de saberes.
3.- Promover el uso de productos ecológicos y asequibles para mujeres
como la copa menstrual, las toallas femeninas de tela, entre otras
herramientas prácticas y económicas.
4.- Generar prácticas sustentables y proyectos en lo individual y en lo
colectivo, intergeneracional e integral172.
El flujo de información que se da al interior de la EcoRed, está dado por la
recuperación de conocimientos de medicina tradicional, la investigación colectiva, el
intercambio de información y la experiencia personal. En relación con las mujeres que se
169
K. Guzmán (comunicación personal, 09 de marzo de 2018).
E. Almanza (comunicación personal, 09 de marzo de 2018).
171
Informacipon presentada en su sitio web. Obtenido de:
https://ecoredfeministamx.wordpress.com/lalechuzabuza/ recuperado el 13 de noviembre de 2018.
172
Además de estos objetivos, en el sitio web pueden encontrarse publicaciones sobre temas de interés y la
información específica de algunos proyectos que conforman la red, éstos contenidos se encuentran disponibles
en: https://ecoredfeministamx.wordpress.com/lalechuzabuza/ recuperado el 13 de noviembre de 2018.
170
173
acercan a la EcoRed, se crean relaciones fortalecidas por la idea del ―acompañamiento‖ y la
contención.
Emilia expresa que el ―acompañamiento‖ de los procesos de trancisión de las
mujeres, con información adecuada y la contención de sus necesidades, se vuelven tareas
importantes que tienen como promotoras, para lograr cambios reales que beneficien al
colectivo, ya que desde sus concepciones, la salud femenina –que puede de cierto modo,
―medirse‖ a través del ciclo menstrual173- es un tema que debe ser asumido por las
colectividades no solo de mujeres, pero es destacable que entre ellas se están generando
opciones de conocimiento para sostener opciones alternativas de salud.
Emilia menciona, además, que una reivindicación ecofeminista relacionada con el
tema de la salud, es replantearse en auto-cuidado, como sosten de una salud preventiva,
autogestiva e integral, ya que desde el punto de vista de la ciencia médica patriarcal, los
procedimientos o tratamientos para atender las enfermedades ginecológicas, son limitados.
Sin embargo, deja claro que la exigencia de mejores condiciones de atención a las mujeres
en el sistema médico, es política y por lo tanto debe ser colectiva.
En el ecofeminismo el auto-cuidado es fundamental, porque [en] la guerra
de la contaminación ambiental -porque es una guerra-, las principales
víctimas somos las mujeres en el sentido de que los contaminantes, está
comprobado, que tienen un efecto directo no sólo cuando son explícitamente
cancerígenos, sino también cuando son xenoestrógenos [es decir],
estrógenos ambientales [que vienen] de la contaminación ambiental y que
irrumpen el equilibrio hormonal de las mujeres y producen cánceres
hormonodependientes.
Nos repiten y nos repiten por todos, la cuestión de: ―tocate aquí, tócate acá‖
[simula la autoexploración de senos],―estas mal‖… pero no nos dicen que no
―La menstruación es un proceso clave porque es un termómetro [con el que] nos vamos dando cuenta del
cambio que hay cuando se sustituyen la toalla o los tampones desechables 173 (E. Almanza, comunicación
personal, 09 de marzo de 2018).
173
174
se trata de una cuestión individual, sino de una cuestión cultural. Es una
cuestión que tenemos que tomar como colectividades y responsabilizar a las
grandes empresas que están contaminando el agua, suelo, el aire y nuestros
cuerpos para empezar 174.
Karla señala que es importante contar con información sistematizada de diversas
fuentes y de la propia experiencia, que pueda servir para guiar sus investigaciones y rutas
de acción, asimismo, para comparar resultados en el tiempo y con ello comprobar sus
hipótesis en temas como la relación de la contaminación química con las enfermedades
comunes en las las mujeres de la actualidad, que puedan sustentar tratamientos de salud
alternativos, desde una visión autogestiva y la reflexión colectiva.
A mí me encantaría que todas las chavas que vendan copas, o vendan
cuestiones ecológicas, lo llevaran más a nivel político, porque esa es la clave
para regresar al cuerpo y tener poder sobre el mismo […] realmente tener un
ejercicio de incidencia psicoemocional sobre el cuerpo, entonces por eso
creo que hace falta recolectar las metodologías para llevar todos estos
procesos de economía solidaria, saberes de auto-cuidado, a muchas otras,
que se reproduzcan en otros espacios, ¿no?. Todas las que estamos metidas
en cosas de ecología, de feminismo, ecofeminismo, conciencia sobre el
cuerpo, auto-cuidado, herbolaria, medicina tradicional, recuperación de
saberes, tenemos que ir registrando, no lo hemos hecho y registrarlo [no] es
sólo subir una foto a Facebook o instagram, no...registrar es sentarnos a
reflexionar, a hacer foros, documentarlos, compartirlos, hacer entrevistas,
audios, transcripciones175.
La importancia socioeconómica de una red ecofeminista como La Lechuza, radica
en el fortalecimiento de los proyectos a través de una plataforma común, que sirve como
medio operativo. Sin duda, la importancia política de esta red se encuentra en la generación
174
175
E. Almanza (comunicación personal, 09 de marzo de 2018).
K. Guzmán (comunicación personal, 09 de marzo de 2018).
175
de espacios de lucha contra el despojo del cuerpo-territorio, la EcoRed recupera esta
concepción categorica para reconocer en la corporalidad el primer territorio de resistencia,
pero no sólo en teoría o en lo discursivo, sino que ese reconocimiento ―debe sentirse‖ en la
vivencia corporal.
En ese sentido, para fortalecer la concepción del cuerpo como un territorio, Karla a
través de su proyecto ―Ecología y Feminismo‖ y su participación en la comunidad
―Geobrujas‖, ha propuesto el mapeo del ciclo menstrual a partir de una cartografía en
espiral176 diseñada a partir de una investigación, de conocmientos celtas, mayas, aymaras y
mapuches.
Los aspectos revisados a cerca de La Ecored, pretenden dar una lectura para
entender los aspectos fundamentales su quehacer ecofeminista, sin embargo, hay conciencia
de que la revisón de cada uno de los proyectos que la conforman, da para un estudio más
amplio, mismo que no es parte del enfoque de los objetivos planteados en esta tesis.
Como se presenta en el desarrollo de este Capítulo, las metodologías que utilizan las
mujeres para encontrarse y hacer comunidad con otras, son particulares en cada contexto,
pero sin duda comparten elementos que de acuerdo a la investigación de Navarro Casillas
(2016) podrían permitirnos ubicarlas entre las CESM, que si bien son agrupaciones con una
visión que integra de manera importante, el rescate o el acercamiento a las tradiciones
ancestrales, también expresan en su sentido comunitario preocupaciones vinculadas a los
ecofeminismos, tales como la preocupación por el daño ecológico -del que responsabilizan
a la racionalidad económica-, la fragmentación del cuerpo, así como las relaciones de las
mujeres.
Con la presentación de las comunidades anteriores concluimos este Capítulo y como
parte del cierre, cabe mencionar que dentro de las CEMS las alternativas menstruales
amplian su sentido comunitario ya que son vistas como herramientas que propician
cambios sociales, en una realidad donde la existencia de las mujeres está condicionada por
una crisis multifactorial que las afecta de formas particulares, en este caso se refiere la
imposición de menstruar con absorbentes desechables. La diversidad de prácticas, discursos
176
Anexo 4. Calendario espiral lunar 2018.
176
y experiencias ecofeministas descritas en este Capítulo, abonan a la construcción de una
―cultura menstrual alternativa‖ (Valdes Padilla, 2017, p. 381) que es impulsada a través de
una diversidad de prácticas y experiencias que las mujeres desarrollan a partir de darle uso
a la sangre menstrual y negarse a desecharla cual basura, así como de atender las
necesidades que ellas presentan en diferentes tiempos y dimensiones, a fin de transitar en
bienestar su vivencia menstrual.
Si bien no todas las comunidades expuestas se autodenominan ecofemninistas,
encontramos que sus prácticas lo son, por lo tanto se enmarcan en los llamados
―imaginarios ecofeminstas‖ (LaDanta LasCanta, 2017, p. 40), idea con la que se abre paso
al estudio de los procesos que en los últimos años surgen en el Área Metropolitana de
Guadalajara, e invitan a conocer las propuestas ecofeministas que están cambiando las
concepciones negativas acerca de la menstruación y con ello la colonización del cuerpo,
que históricamente limitado la experiencia y el bienestar de las mujeres. Las acciones
ecofeministas que emergen en esta ciudad, ayudan a repensar las condiciones en que las
mujeres viven el cuerpo y la menstruación y con ello facilitar la generación de
colectividades que sostengan los pasos de todas las mujeres que se están buscando cambios
desde sus propios cuestionamientos sobre el contexto y sus experiencias menstruales.
177
CAPÍTULO 3. RED COMUNITARIA DE ALTERNATIVAS MENSTRUALES EN
EL ÁREA METROPOLITANA DE GUADALAJARA. ACERCAMIENTO DESDE
EL COLECTIVO SEMBRADORAS
3.1. Repensar la ecología, la economía, la salud y la comunidad, desde la vivencia
menstrual
En Guadalajara y su área metropolitana, la lucha por la defensa del cuerpo como primer
territorio tiene diferentes expresiones, en este Capítulo se abordan algunas referencias
identificadas dentro de esa pluralidad, que a partir de su articulación en comunidades,
fortalecen esa lucha desde la trinchera del cuidado del cuerpo y la resignificación de la
menstruación.
En específico, se describen a las comunidades de acción ecofeminista que recorren
el camino de la recuperación de la voz de las mujeres, de su cuerpo, de los vínculos entre
ellas, de su autonomía y del bienestar, que desde visiones complejas invitan a repensar la
manera en que se vive la menstruación, el cuerpo y las circunstancias implicadas en esa
vivencia, así como las opiniones e intereses de las mujeres que ven en las alternativas
menstruales una opción para transformarla.
Según los datos del Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco
(IIEG Jalisco), la población en el municipio de Guadalajara en 2010, fue de 1 millón 495
mil 189 habitantes, de la cual 777 mil 785 eran mujeres 177, cifra que representa el 52% de la
población total. Coincidentemente el 52%, es decir 406 mil 874 de estas mujeres, se
encontraba entre los 15 y los 49 años, edades que conforman lo que en la Encuesta
Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) de 2014, se considera como la ―edad
fértil‖ (Consejo Nacional de Población, 2015) de una mujer178.
177
Información recuperada de: https://iieg.gob.mx/general.php?id=4&idg=45 el 18 de diciembre de 2018.
Cabe destacar que este parámetro de edad, debe repensarse a la luz de datos escalofriantes que posicionan
a México como el país número uno de la OCDE, en embarazos de niñas y adolescentes, entre los que hay
registros de nacimientos alumbrados por niñas de 10 años, de los que no se descarta que sean casos de
violencia sexual y que igual ponen al descubierto la gravedad de la violencia de género y la débil atención a
esta la población. Así lo reporta el Ipas México (s.f.) y Castillo (17 de diciembre 2018).
178
178
La información del Gobierno del estado de Jalisco, destaca que el Área
Metropolitana de Guadalajara (AMG) es la segunda más poblada del país, tan sólo después
del Área Metropolitana del Valle de México, se constituye por la suma de ocho municipios:
Zapopán, Guadalajara, San Pedro Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto,
Ixtlahuacán de los Membrillos y Juanacatlán, que en total alberga 4 millones 434 mil 878
habitantes179. La población femenina para 2010 fue del 51% y la población en ―edad fértil‖
de 1 millón 221 mil 753, es decir el 54% del total de las mujeres del AMG.
Se considerará que estas cifras no son estáticas, pero si representativas de un
contexto específico y ayudan a dimensionar la importancia de atender las condiciones de
higiene y salud de un porcentaje importante de mujeres en edad de menstruación, además
ofrecen un piso para dimensionar los impactos ecológicos que el uso generalizado de
toallas y tampones supone.
De acuerdo a publicaciones de la organización Ixchel Aradia, el uso de absorbentes
desechables durante los años promedio que dura la vida menstrual en una mujer, genera 60
kilos de plástico. Al considerar esta cantidad, se tiene que en un periodo de 34 años, se
generarán alrededor de 733 mil 305 toneladas de plástico, que corresponden a un
aproximado de 2 mil 156 toneladas por año solo de plástico, proveniente del uso y desecho
de toallas y tampones. Este estimado anual representa apenas una cantidad cercana a los
residuos sólidos urbanos (RSU) que produce al día solamente el municipio de Guadalajara.
En consecuencia, la cuestión es si la gestión municipal de residuos estará preparada
para disponer de manera adecuada las más de 2 mil toneladas de plástico, tomando en
cuenta que actualmente este tema representa una problemática metropolitana importante
(Meza, Pacheco-Vega, Purón, Rodrigues, & Sainz, 2016).
De acuerdo a un estudio de las políticas públicas del AMG, realizado en
coordinación con ONU-Hábitat, entre las principales razones que agravan el tema de los
RSU se encuentra que la generación de residuos es creciente y en algunos casos es un tema
179
Ver información del Gobierno del estado de Jalisco en: https://www.jalisco.gob.mx/es/jalisco/guadalajara
Recuperado el 18 de diciembre de 2018.
179
del que la ciudadanía parece no ser consciente; los costos de infraestructura y operación son
altos, sobre todo en lo referente a la disposición final y la discrepancia entre los planes y
programas municipales para atender el tema, produce en una reducida coordinación entre
los municipios metropolitanos (Meza, Pacheco-Vega, Purón, Rodrigues, & Sainz, 2016).
Entre las comunidades consultadas se habla de que los absorbentes desechables no
solo contaminan a través de los residuos plásticos que generan, sino que el uso constante de
estos expone gravemente al cuerpo a materiales contaminantes con los que son fabricados.
Así que otra preocupación que expresan las comunidades se da en torno a la salud de las
mujeres por diferentes cuestiones; en el estado físico la exposición a químicos que alteran
las condiciones de pH y temperatura tanto en la vulva como en la vagina, vulneran la
llamada ecología femenina, aumentando las posibilidades de irritación, infecciones
recurrentes, cólicos, mal olor e incomodidad, además el riesgo de ―shock tóxico‖ que se
advierte en los empaques de tampones puede traer consecuencias irreversibles para la salud
de las mujeres.
Asimismo se plantea que en lo subjetivo, la asociación de la sangre menstrual a un
desecho desagradable y sucio provoca desinterés por el ciclo, rechazo y por lo tanto una
desconexión con el cuerpo que, como se explica a lo largo de este Capítulo, es un elemento
necesario tanto para la salud personal como para la transformación colectiva.
Como se mencionó en el Capítulo uno, la violencia contra el cuerpo de las mujeres
y la degradación ecológica son síntomas de la crisis, ocasionada por el modelo de
desarrollo predominante, ente estos efectos las luchas feministas se tejen a través de
diversas propuestas. El ecofeminismo integra una mirada que descubre el entramado
complejo entre la subordinación de las mujeres y la destrucción de la naturaleza. La
contaminación del cuerpo y de los ecosistemas por absorbentes desechables, es una
situación que requiere a más mujeres reflexionando y articulando acciones para visibilizarla
y entablar diálogos desde ellas mismas, no sólo dentro del ámbito privado, sino que precisa
diálogo, reflexión y acción en comunidad, sin olvidar que lo comunitario integra tanto al
entorno, como a los varones.
180
El tabú que persiste sobre la menstruación en la actualidad, requiere plantearse
cuestiones alrededor de las dinámicas de consumo, mismas que son establecidas por la
publicidad de las grandes marcas. En estas cuestiones, es posible encontrar el hilo que une a
diferentes propuestas y perspectivas feministas, debido a la complejidad y al doble discurso
que existe sobre el cuerpo de mujer. Por un lado; persisten las restricciones socioculturales
que impiden hablar abiertamente del cuerpo y de la menstruación como un proceso
importante para la vida –sí para la reproducción, pero también para la propia vida de la
mujer que menstrua-, y por otra parte; la utilización del cuerpo y la menstruación, desde
los paradigmas comerciales de grandes marcas, los ha convertido en vetas para el sistema
económico.
De acuerdo a las cifras poblacionales y el rango de edad, puede decirse que el
AMG, cuenta con una potencialidad de confluencia de mujeres jóvenes, lo que favorece la
construcción de dinámicas organizativas feministas y particularmente ecofeministas, que se
pronuncian por la dignidad de la vida de las mujeres y el cuidado del entorno, entre las que
se
encuentran espacios, proyectos, colectivos, expresiones artísticas, círculos,
comunidades, redes, propuestas educativas y encuentros que enriquecen las prácticas
ecofeministas y muestran casos de una incidencia en la política pública180.
Existen diversas razones por las cuales las mujeres en el AMG, buscan opciones
alternativas a los productos convencionales para atender la menstruación, así que el
propósito de este apartado es exponer los intereses que motivan a las mujeres a convertirse
en usuarias de éstas, así como la descripción de cada una de las alternativas menstruales
que se encontraron entre las mujeres que son promotoras y otras mujeres interesadas en su
uso, que participaron el taller ―Alternativas Menstruales‖ convocado por el Colectivo
Sembradoras (CS) en octubre de 2018.
180
Diversos temas alrededor de la menstruación y el ecofeminismo, como la ginecología natural,
permacultura y salud femenina, herbolaria para mujer y huertos urbanos, han sido incluidos en la agenda del
Instituto municipal de las mujeres de Guadalajara y facilitados por organizaciones de mujeres entre las que se
encuentra la participación de representantes de ―Ixchel Ecoalternativas‖ y ―Toalla Sana‖. El historial que
contiene algunos eventos con estas temáticas, que fueron realizados durante el 2018, pueden consultarse en el
siguiente enlace: https://www.facebook.com/pg/InMujeresGDL/events/?ref=page_internal recuperado el 18
de diciembre de 2018.
181
Cabe mencionar que en este Capítulo, retomamos el sentido comunitario zapatista,
donde las promotoras y promotores, son quienes se preparan en algún área útil para atender
las necesidades de su comunidad. Con esta aclaración se busca destacar que las promotoras
no son simples vendedoras o distribuidoras de alternativas menstruales, sino que además de
contar con la experiencia acerca del uso de cada una, con su labor impulsan aspectos
diversos entorno a ellas, como la divulgación y construcción del conocimiento entre
mujeres, el cuidado de la salud, el fortalecimiento de las relaciones comunitarias, la
autonomía y la concientización y acción por el cuidado de la naturaleza.
Con el propósito de acercarnos a las experiencias en torno al uso y promoción de las
alternativas menstruales en el AMG, se ha definido el Colectivo Sembradoras como punto
de partida, debido a tres razones principales; la primera es que entre sus labores, esta
comunidad busca insistentemente promover, acompañar y ser un puente, entre las mujeres
que tienen interés en usar alguna alternativa y las mujeres que se dedican a la promoción y
acompañamiento, para la sustitución de productos desechables; la segunda es que a través
de diferentes actividades que se llevan a cabo periódicamente el CS, reconoce el potencial
político de estas opciones; y la tercera, es que la sustentante de este trabajo, mantiene una
participación activa en esta comunidad, lo que ha facilitado el acercamiento al tema y a los
comunidades en Guadalajara que en este Capítulo se abordan.
No solo desde el CS, las alternativas menstruales son vistas e impulsadas como
herramientas que facilitan el acercamiento a nuevas concepciones del cuerpo, el cuidado, la
ecología, la salud, la economía y las relaciones entre mujeres, como se describe en el
desarrollo de este apartado, existen diferentes comunidades y propuestas que desde hace
años, atienden las necesidades para el bienestar de mujeres en diferentes etapas de vida,
entre las cuales se reconoce la etapa menstrual y el potencial que tiene para transformar la
realidad de las mujeres en el contexto del AMG, sin perder de vista el contexto nacional e
internacional.
En esta primera parte del Capítulo, la información que se presenta, se recuperó de
dicho taller, en el que asistieron catorce mujeres entre 18 y 41 años de edad, habitantes del
AMG de las que cuatro de ellas ya habían usado alguna alternativa menstrual. Pese a que la
182
invitación fue dirigida a mujeres que no las usaran, sino que tuvieran interés en hacerlo,
este hecho más que demeritar el proceso del taller, sirvió para nutrir el diálogo además de
que algunas experiencias aportaron más seguridad a las mujeres que al principio, parecían
no estar familiarizadas con algunos temas implícitos en el tema central.
Entre los intereses comentados en el círculo de palabra 181 con el que se inició el
taller, se expresó una repetitiva necesidad de usar ―algo más ecológico‖ además de ―una
opción más cómoda‖, lo que lleva a pensar que las mujeres presentes no encuentran estas
características en los absorbentes desechables, que son los artículos con que comúnmente
se atiende la menstruación y finalmente, esta necesidad se convierte en una de las
motivaciones para asistir al encuentro. Marcela lo expresa de la siguiente manera: ―Vine
porque he estado investigando para cambiar a una forma más ecológica […] tengo la
curiosidad de conocer más, me interesa mucho migrar de los métodos convencionales [para
la menstruación] a una forma más ecológica‖182. Durante el desarrollo del taller se
identificaron opiniones y experiencias que nutren la reflexión y acción ecofeminista,
vinculadas a las categorías definidas para el análisis.
3.2. Descripción de las alternativas para menstruar
En lo consecuente, se presentan tanto las características de las alternativas menstruales
comunes entre las promotoras del AMG y las reflexiones de las participantes del taller
―Alternativas Menstruales‖. Adicionalmente se recuperaran algunos puntos de vista, de
encuestas realizadas a diferentes mujeres por el CS, al final de su taller ―Cuidados
Ginecológicos Naturales‖, que durante el 2018 se realizó periódicamente y en el cual el
tema de las alternativas menstruales es recurrente.
181
El CS, ha adoptado esta forma para los Círculos de Mujeres y los talleres. El círculo de palabra consiste en
que las participantes estén reunidas alrededor de un centro simbólico (en este caso fueron los materiales con
los que se trabajaría en el taller, ilustraciones y modelos del útero y la vagina, así como una canasta con
alternativas menstruales) y cada una en orden consecutivo, tiene un tiempo determinado para el uso de la voz,
de esta forma todas pueden estar seguras de que tendrán oportunidad de hablar, y que su voz es valiosa para
nutrir el Círculo.
182
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre de 2018.
183
3.2.1. Copa Menstrual.
La copa menstrual es una alternativa que ha provocado polémica, desde sus primeros años
de existencia. En México su introducción es reciente183, si se considera que la primera
patente que fue registrada por Leona W. Chalmers en Estados Unidos, data de agosto de
1937184 y desde el siglo XIX existían algunos diseños de dispositivos intravaginales para
recolectar el flujo menstrual185.
El documento descriptivo de la patente de Chalmers, clasifica este invento como un
dispositivo sanitario, que tiene como propósito de captar el sangrado menstrual, a partir de
un diseño pensado para adaptarse a la vagina y que a diferencia de otros, no dependía de
cinturones o algún otro tipo de sujetador, para mantenerlo en su lugar. En relación a esta
idea, la copa de Chalmers fue descrita como un dispositivo simple, una opción económica,
cómoda y eficiente para recoger la menstruación, que además permitía el uso de cualquier
ropa ya que prescindía de sujetadores.
Según descripción de la patente, dicha copa se fabricó con caucho vulcanizado,
material flexible y firme, características necesarias para adaptarse a los movimientos
vagina sin colapsarse. El diseño de sus bordes, que eran más densos y anchos que el resto
del cuerpo de la copa, y sus formas biseladas fueron pensados para favorecer su apertura
dentro de la vagina tras la colocación, asimismo el diseño permitía dirigir el flujo hacia el
receptáculo –descrito como ―un recipiente en forma de bellota‖-, para ser contenido ahí, por
efecto de una adhesión o vacío, generado cuando la copa se abre y los orificios de los
bordes se sellan con la membrana vaginal.
Es por tal adhesión, que la copa puede sostenerse dentro de la vagina sin necesidad
de un instrumento de soporte. Para retirarla se debe romper dicha adhesión que la sostiene
183
Algunas informantes refieren que conocieron las copas menstruales, a través de algunas amigas europeas y
en México fue posible conseguirlas alrededor del año 2010 con el proyecto ―Menstruación Alternativa‖ que
fue antecesor de ―Luna Cup‖, ambos fundados por Jimena Chalchi. L. Cerqueda & S. Ferreira (comunicación
personal, 30 de noviembre de 2018).
184
El documento con los detalles que describe la inventora Leona W. Chalmers, se encuentra en:
https://patents.google.com/patent/US2089113 enlace recuperado el 30 de octubre 2018.
185
Información recuperada de: http://www.lacopamenstrual.es/aprendelo-todo/historia/ el 30 de octubre de
2018. Imágenes y descripción de algunos dispositivos para recoger la menstruación en el video ―The History
of Menstrual Cups‖ recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=uNXJSEApokY el 31 de octubre de
2018.
184
y para ello se le añadió una lengüeta o apéndice en el extremo inferior del receptáculo, que
se trata de un cilindro de diámetro muy pequeño que facilita el agarre para poder liberar los
orificios –romper el vacío- y extraerla una vez que esté llena 186.
Algunas referencias indican que la copa de caucho vulcanizado no tuvo mucho éxito
y dejó de fabricarse debido principalmente, a dos razones; la primera, fue que el material no
resultaba cómodo ni rentable, debido a su dureza y porque en esos años comenzaba a ser
escaso; la segunda tenía que ver con el tabú fuertemente instaurado en occidente, sobre el
contacto con los genitales para la introducción del dispositivo en la vagina, al que se
sumaba la idea de virginidad –de hecho los tampones y la copa eran vistos como opciones
solo para las mujeres casadas-, esto recayó en limitaciones publicitarias que no permitieron
la difusión y pronto las copas dejaron de fabricarse 187.
Hasta la década de 1980, las copas comienzan a ganar aceptación debido a la
fabricación de copas de látex -que tampoco resultó ser el mejor material- que estuvieron
disponibles en los mercados de Europa y Estados Unidos, y a causa de los cambios
culturales auspiciados por los movimientos feministas que ya tenían camino recorrido en
temas de liberación sexual, el poder sobre el propio cuerpo y la salud colectiva. Como lo
menciona Valdés Padilla (2017, p. 378), ―En la década de los setenta, el movimiento de
autocuidado femenino recomendaba usar la copa menstrual por económica y saludable…‖,
frente al uso de tampones, que se extendía debido a la publicidad que aseguraba libertad de
movimiento y el uso de prendas ajustadas, pese a los efectos en la salud que en esos años ya
eran conocidos.
Por su parte Felitti (2016, p. 180) contrasta esta idea con lo que en el Siglo XXI está
generando la copa y su vinculación a reflexiones ecofeministas: ―…si en los años 1970 para
algunas mujeres el tampón fue el dispositivo de liberación, en la actualidad la copa
186
Ver Anexo 5. Ilustraciones de copa menstrual en patentes de Leona W. Chalmers.
Esta información y otros datos sobre la historia de la copa menstrual fue consultada en los siguientes
enlaces:
http://www.lacopamenstrual.es/aprendelo-todo/historia/, https://www.copasmenstruales.com/blog/historia-dela-copa-menstrual-todo-lo-que-has-de-saber/
https://vivelacopamenstrual.wordpress.com/2016/05/03/historia-de-la-copa-menstrual/ Recuperados el 05 de
noviembre de 2018.
187
185
menstrual se presenta como un alternativa superadora, herramienta de conocimiento y
poder femenino en sintonía con premisas de cuidado del cuerpo y del medio ambiente.‖
A partir del año 2000188, se encuentran diferentes modelos de copas fabricadas de
silicón grado médico 189, material biocompatible que se utiliza en la fabricación de
implantes, prótesis o sondas, útiles en diferentes procedimientos médicos y que debido a su
origen -el sílice-, es biodegradable e hipoalergénico. Además de la gran variedad de
modelos y medidas que se pueden encontrar en el mercado actualmente –aún en México
que es un país que mantiene una alerta sanitaria contra la copa desde febrero de 2016-,
existen diferentes marcas y materiales adaptables a las necesidades particulares de cada
usuaria. En una publicación de 2016, en el blog ―vivelacopamenstrual‖190 se menciona que
existen más de 50 marcas, las diferencias de diseño entre estas, son sustanciales y van
desde el tamaño hasta la textura.
Debido a la flexibilidad del material, la copa puede ser doblada e incluso enrollada
verticalmente hasta quedar casi tan delgada como un tampón. La primera indicación para
colocarla es doblarla de tal manera que pueda sujetarse con seguridad para introducirla
completamente en la vagina, es decir, sin que el apéndice o lengüeta quede fuera 191. Una
vez dentro, se suelta y se da tiempo a que la copa abra y genere vacío, lo que puede
comprobarse rodeando su diámetro con un dedo. Cada usuaria deberá calcular la frecuencia
de llenado de acuerdo a la cantidad de flujo menstrual, debido a que la copa anula la
sensación de ―bajón‖, que se percibe cuando la sangre fluye a lo largo de la vagina, es muy
probable que cuando se llena se sienta que desciende un poco de fluido.
Para vaciarla es necesario tomar una postura cómoda que permita introducir los
dedos hasta llegar al apéndice y hacer una presión cerca de la base del receptáculo que
188
J. Chalchi (comunicación personal, 25 de noviembre de 2018) y L. Cerqueda & S. Ferreira (comunicación
personal, 30 de noviembre de 2018).
189
Este material se conoce también como silicón o silicona, y aunque existen otros materiales aptos para la
fabricación de copas, se tomó este como referencia debido a que es el común entre las marcas que ofrecen las
promotoras del AMG.
190
Blog ―Vivelacopamenstrual‖, recuperado de:
https://vivelacopamenstrual.wordpress.com/2016/05/03/historia-de-la-copa-menstrual/el 05 de noviembre de
2018.
191
Tres dobleces básicos para colocar la copa pueden verse en el video ―¿Cómo doblar tu Lunacup?‖,
recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=uDb40qxJWEQ&feature=youtu.be el 08 de enero de
2019.
186
permita romper el vacío suavemente para poder extraer sin jalar, de este modo se evita
algún tirón incómodo o doloroso en la vagina o que el flujo se derrame.
La sangre menstrual recolectada puede recuperarse con diversos propósitos, en lugar
de disponerse en el sanitario o en el basurero. Cuando se retira el menstruo, basta con
enjuagarla con agua potable y se puede volver a introducir de inmediato. Las marcas
comunes de copas en el AMG, recomiendan su esterilización al inicio o al final de cada
fase menstrual y puede realizarse en agua hirviendo, no más de 10 minutos.
En conversaciones previas al encuentro con las promotoras, algunas compartieron
que para elegir la talla y diseño de una copa menstrual es importante tener en cuenta
información personal como la edad, los partos vaginales, los hábitos de ejercicio –que están
relacionados al tono muscular del suelo pélvico-, la talla y la cantidad de flujo 192.
Mencionaron que lo ideal para evitar complicaciones en la colocación o al retirarla,
es conocer las características del canal vaginal, lo que también favorece que las mujeres
tengan la seguridad de que la copa menstrual no puede ―perderse‖ o ―irse‖ más allá del
fondo dela vagina, y también que las probabilidades de que se atore o se salga son
reducidas –se refiere que estas son preocupaciones frecuentes-. Cabe mencionar que las
promotoras comentan que entre las mujeres que buscan alternativas es común encontrar
esas dudas, así que se identifica que la labor de acompañamiento y asesoría de las
promotoras, es importante ya que en ocasiones algunas mujeres no se sienten seguras para
elegir la mejor opción.
Según el material de fabricación y la marca, una copa menstrual tiene una vida útil
entre 5 y 7 años –existen marcas que indican hasta diez-, por lo que se puede pensar que
durante los 34 años que aproximadamente la menstruación está presente, se calcula que una
mujer requeriría alrededor de 5 copas para cubrir ese periodo. El costo promedio de las
copas menstruales encontradas entre las promotoras del AMG es de $675, lo que quiere
decir que menstruar con una copa durante un año costaría $56.25 al mes, con la ventaja de
que al menos en 5 años más, no se realizará otro gasto. Al gestionar la menstruación con
192
Al respecto la marca Lunacup®, ofrece un test para saber el tamaño que puede adaptarse mejor a las
características de cada mujer, en: https://lunacup.online/test-de-modelos/ recuperado el 07 de enero 2019.
187
absorbentes desechables, cada mes tendría un costo de $49.80 o $95.80 si se utilizan toallas
Always© o tampones Kotex©, respectivamente.
Quienes ya usan la copa, refieren una reducción considerable en los gastos
implicados en la compra de productos para la menstruación, además de mencionar que
despreocuparse por realizar compras frecuentes de toallas o tampones, es otra ventaja.
Neftalí lo expresa así: ―Gasto mucho menos y con la copa me libré de todo eso‖. Mientras
que Greta comparte su experiencia durante un viaje: ―…estuve muy a gusto, no tuve
derrames ni nada y pude estar [menstruando] sin tener que comprar nada más, no tuve que
preocuparme por comprar toallas‖ 193.
Se considera que además de los costos, la compra de una copa reduce o anula los
residuos implicados en el consumo de absorbentes desechables, sin olvidar que también se
evita la exposición del cuerpo a los materiales con los que estos son fabricados. Tal como
se mencionó, en los proyectos expuestos en el capítulo anterior, la copa menstrual se ha
distribuido y promocionado como una opción ecológica, económica, saludable e incluso,
comunitaria. Tales adjetivos han sido atribuidos tanto por promotoras como por usuarias,
sin embargo una de las ventajas que las usuarias consideran importante de la copa, es el
hecho de contener y recuperar la menstruación.
Se observa que recuperar la sangre menstrual, representa diversas posibilidades que
van desde el reconocimiento de las características del menstruo, como una síntesis del
estado se salud en general194, hasta la opción de utilizarlo con fines rituales, terapéuticos o
artísticos195. Con esta posibilidad se tejen concepciones complejas que sirven a las mujeres
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre 2018. Testimonios de Neftalí y Greta.
Según la publicación de ―Yeztli‖: ―Colores de la sangre menstrual‖, el color, la cantidad y la consistencia
son características que pueden dar señales del estado de salud de la mujer. Recuperado de:
https://yeztli.com/gyn-ecologia-blog/colores-sangre-menstrual/ el 02 de enero de 2019.
195
―Fluir en tinta roja‖ es un catálogo que recopila obras pictóricas y textiles realizadas con sangre menstrual
que participaron el ―1er Concurso Nacional de Dibujo y Pintura Menstrual‖, evento convocado por la empresa
―Alternativas Ecológicas‖ en 2014. Tal como refiere Pérez San Martín (2015, p. 147), está comprobado que
las células madres endometriales, tienen la capacidad de sanar heridas y enfermedades. Así como de regenerar
huesos rotos, según prácticas de indígenas australianos. En diferentes sitios web, se encuentran usos para la
sangre menstrual recolectada, por ejemplo: ―Qué hacer con la sangre menstrual‖, recuperado de:
https://www.copitamenstrual.com/blog/qu-hacer-con-la-sangre-menstrual el 01 de enero de 2019, ―Tintura de
sangre sagrada‖ recuperado de:
http://mujeresdelquintomundo.blogspot.com/2015/02/tintura-de-sangre-sagrada.html 01 de enero de 2019.
193
194
188
para resignificar positivamente la menstruación y fortalecer el sentido comunitario desde
esa vivencia.
Con el uso de la copa se encuentra la recuperación de la voz, entorno al menstruar y
nombrar la sangre de manera afectiva, al enunciarla como o ―mi luna‖ o ―nuestra luna‖.
Nombrarla de esta manera, significa que las mujeres asumen que cuentan con un ritmo
cíclico como el de la luna, en el que son equivalentes sus fases a las del ciclo menstrual 196 en este sentido, la menstruación correspondería a la luna nueva-, además de asociarla al
cambio hormonal y emocional.
El hecho de nombrar la menstruación y hacerlo desde sus propias concepciones, se
enlaza al horizonte de la reapropiación del cuerpo, ya que al conocer su flujo menstrual y su
vinculación con otros procesos corporales, se amplía la información que las mujeres tienen
sobre sí mismas. Con ello, se nutre el auto-conocimiento y auto-cuidado, que tal como se
explica a detalle en apartados siguientes, son elementos imprescindibles para la
construcción colectiva de la salud y el bienestar. Al bienestar se integra la comodidad como
otro elemento que las mujeres reconocen en el uso de alternativas menstruales, comparado
al uso de opciones convencionales, así la necesidad de sentirse cómodas, se convierte en
uno de los motivos por el cual se interesan por éstas. Estas reflexiones se sintetizan
claramente en el relato de Raquel197, sobre su vivencia con la copa menstrual:
La copa da comodidad, también es muy práctica y económica, además evita
muchos cólicos. Me gusta que en nuestra luna podemos, sembrar nuestra
sangre que tiene tantos nutrientes, [y eso] te conecta con tu feminidad, te
conectas con la energía de la luna, que es la que rige las emociones y vas
identificando tu emoción transmitida en tu sangre. Si cambia de color
puedes saber qué emociones tuviste en ese periodo, en cada periodo va
cambiando tu menstruación.
196
Diferentes propuestas se han encaminado a reconocer esta similitud, con el fin de explicar que los ritmos
de la mujer no son lineales y la imposición de ritmos de este tipo en la actualidad son los que afectan la
estabilidad emocional y en general del estado de salud de las mujeres. Entre estas se encuentra la literatura de
Miranda Gray, la ―Agenda menstrual‖ de Loreto Contreras –Coeditada en México por la colectiva ―Ixchel
Ecoalternativas‖- y la apuesta de la marca ―Luna Cup‖, que tal como lo refiere su fundadora, al nombrarla así
se buscó que cada vez más mujeres asociaran la menstruación a la luna.
197
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre 2018.
189
Lo que me gusta de la copa es que puedo verlo [el flujo menstrual] y tal vez
con la toalla también lo ves, pero con la copa yo me daba cuenta si había
estado triste, si había muchos coágulos o incluso si fue un mes relajado.
[Puedes ver] como no te cuidas en el día a día, por ejemplo si acostumbras
sentarte en el piso frío, si comiste mucha chatarra, mucho picante, irritantes,
etcétera, [con el flujo] te das cuenta. Hay quienes pintan con su sangre y se
me hace bonito y hay quienes hasta hacen mascarillas.
La observación de los cambios en las características del flujo menstrual, que puede
realizarse en cada ciclo con el uso de la copa, ha servido a las usuarias para darse cuenta de
lo diversa que es la menstruación. El uso de una alternativa como la copa abre la
posibilidad de entender otras dimensiones del cuerpo que la gestión con absorbentes
desechables esconden o silencian y que son importantes para bienestar y la salud de las
mujeres.
Todos los años que usé desechables o absorbentes yo había aprendido que
todas menstruamos igual, todas entramos en categorías de ―flujo ligero,
medio, abundante y nocturnas‖ esos grupos y ya. Con la copa he aprendido
que no, que nuestro flujo menstrual es bien diverso, como nuestros cuerpos
son diversos también y que en ese sentido nada puede ser estandarizado para
nuestros cuerpos, entonces creo que ese es uno de los grandes paradigmas
que se me ha roto con lo copa. Habrá ciclos en los que me queda bien la
copa, y otros en los que tal vez sea mejor usar la esponja marina, o no usar
nada. La copa ha sido mucho más cómoda, más económica que los
absorbentes y yo me siento más saludable porque me ha permitido observar
cosas de mí que con los desechables nunca me hubiera podido enterar, pues
los usé muchos años y me enteré hasta que usé la copa198.
Entre las mujeres que habían usado la copa menstrual, se encontró el comentario de
que a pesar de sentirse más cómodas con ella, en ocasiones presentan fugas o
complicaciones para ponerla o quitarla. Estos casos tenían en común, que las mujeres no
198
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre 2018. Relato de Monserrat.
190
habían recibido acompañamiento, debido a que la compra se realizó por internet, así que la
información que tenían se había obtenido también por ese medio. Como se menciona, pese
a esas dificultades las mujeres refieren que en comparación con los absorbentes
desechables, el uso de la copa les fue más cómodo.
Itzel comparte: ―yo uso la copa, me encanta, me costó trabajo usarla, pero cada vez
me siento más cómoda y me hace sentir muy bien‖. Asimismo, Monserrat cuenta que su
acercamiento a las alternativas menstruales fue a través de información de internet y estas
opciones le convencieron debido a que ―sufría la menstruación por tener que usar toallas
femeninas [desechables]‖ y agrega que decidió usar la copa por comodidad e higiene,
además de que con ella está ―más en contacto de manera positiva con la sangre
menstrual‖199.
El contacto con la sangre a través de la copa, ha despertado afectividades en la
experiencia de las mujeres, tanto por su propio cuerpo y sangre como por la copa, en ese
sentido Karla opina que las alternativas son lo mejor que le pudo pasar a las mujeres y
menciona: ―Amo mi copa, ahora espero con ansias mi luna para usarla‖. Belén coincide con
ella y agrega que aunque la copa sea un objeto le tiene mucho cariño debido a que está en
contacto con su sangre menstrual y reconoce que usarla le significó libertad: ―En algún
momento sentí que compraba algo ―prohibido‖, pero no me arrepiento, eso ―prohibido‖ fue
más bien rebelde y liberador‖200.
3.2.2. Toallas de tela.
Como lo menciona Cristina, directora del proyecto ―Toalla Sana‖, en algunas comunidades
de las que ella tenía conocimiento, se usaban textiles recortados y doblados de forma
simple para recibir la menstruación, mismos que no se han dejado de usar en la actualidad y
que comúnmente se conocen como ―trapos‖ o ―trapitos‖ menstruales. Sin embargo, hoy en
día se encuentran toallas de tela confeccionadas de tal forma que asemejan una toalla
desechable y su uso no es tan diferente, salvo que las de tela son reutilizables y carecen de
Encuesta de cierre del taller ―Cuidados Ginecológicos Naturales‖, abril 2018. Respuestas de Itzel y
Monserrat.
200
Encuesta de cierre del taller ―Cuidados Ginecológicos Naturales‖, abril 2018. Respuestas de Karla y Belén.
199
191
adhesivos, por lo que su ajuste se realiza comúnmente con un broche que une los extremos
de la toalla bajo el calzón, permitiendo que la parte absorbente quede fija sobre este.
A pesar de que esta alternativa, es casi tan popular como la copa en el AMG, entre
algunas participantes del taller ―Alternativas menstruales‖, se observó una resistencia al uso
de éstas, debido a que no les parece tan práctico el lavado, además de que expresaron una
preocupación por que se noten bajo la ropa, sin embargo hubo acuerdo en que son buena
opción para combinarse con la copa o la esponja marina, sobre todo en los primeros meses
de uso, para facilitar la adaptación y evitar fugas de sangre menstrual, en ese sentido se
mencionó que era una opción para sentirse seguras.
Al hablar de su experiencia, Laura animó a varias a usarlas ya que compartió que ha
usado tela durante todos los años que ha tenido la menstruación, lo que ha sido cómodo y
práctico además de que se ha librado de la exposición a los materiales y sustancias
químicas con las que son fabricadas las tollas desechables. Laura trastoca con sus relatos
algunos horizontes de reflexión-acción ecofeminista, de los que se habla en el siguiente
apartado; por un lado, revalora y pone en práctica el conocimiento de su madre, que fue
quien le enseñó a elegir la tela, cortarla y colocarla adecuadamente; por otro, esta práctica
autogestiva se acerca a la autonomía, ya que ella misma se encarga de elaborarlos y no
implica más gasto que la inversión en la tela.
El uso de tela es una opción que cuida de la tierra al reducir o anular el consumo de
desechables, lo que a su vez reduce efectos negativos en la salud. Los ―trapitos‖, como
Laura los nombra, son parte de su bienestar ya que además de la comodidad que le
proporcionan, le han permitido estar en contacto con su cuerpo y su sangre, esto ha
favorecido además, que se interese por otras alternativas menstruales. Contrario a lo que
algunas comentaban, para ella es fácil lavarlos y tenerlos disponibles en cualquier momento
que los necesite. Así lo expresa en voz propia:
Yo soy muy feliz con mis trapitos y hasta tienen su lugar especial, creo que
la forma de colocarlos tiene mucho que ver, es muy sencillo [hacerlos] les
puedo decir así rápido: compras franela la recortas en cuadritos del tamaño
que tú quieras, calculando que te den dos o tres dobleces finalmente no se
192
nota, los sujetas bien –puede ser con un calzón ajustado- y funcionan,
además de que son fáciles de lavar, pero si me gustaría usar la copa para
conocer más esa parte de mí que se va al drenaje 201.
También para Fátima, está alternativa menstrual a abierto su interés por otras y le ha
permitido concebir su menstruación de manera positiva y recordar afectivamente el
momento en que se decidió a dejar de usar desechables. En su experiencia se identifica una
preocupación por el cuidado de la tierra, que para ella es importante, tanto como mamá que
se niega a seguir contaminado el planeta –menciona que quiere dejar mejores condiciones
para generaciones futuras-, como desde su visión espiritual en la que refiere que la Madre
Tierra es la que da todo para que la vida de la humanidad y de otras especies exista.
La autogestión también se observa en la experiencia de Fátima, especialmente
porque comparte que algunos ―trapitos‖ eran recortes de prendas que ya no usaba y otros
los realizó con telas que ya tenía. La construcción de la salud y el bienestar, son horizontes
presentes en sus concepciones y una razón importante por la que continua usándolos, es la
reducción de los cólicos menstruales y la irritación:
Estoy abierta a probar más opciones ecológicas para mis días menstruales.
Recuerdo mi primer periodo usando trapitos que puedo lavar, como una
experiencia muy hermosa. Curiosamente con menos cólicos, creo que nos
ayudan en muchos aspectos, sobre todo ayudamos a no contaminar más la
Madre Tierra, me salió más económico, pues no gasté ni un peso y me evité
comezones que tendría si hubiera utilizado toallas desechables 202.
El tabú menstrual, fue un tema que estuvo presente durante el taller ―Alternativas
menstruales‖. Cuando se hablaba de las tollas o trapitos lavables, algunas participantes
coincidieron en que su madre o abuelas que usaban la tela por no tener otra opción, debían
lavarla a escondidas para que los hombres no se dieran cuenta de que había alguien
menstruando en casa. Sin embargo quienes ya usan alguna alternativa, estuvieron de
acuerdo en que ese hecho les permite visibilizar la menstruación y normalizar los días en
201
202
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre de 2018.
Encuesta de cierre del taller ―Cuidados Ginecológicos Naturales‖, abril 2018.
193
que se presenta: ―A mí se me hace feo eso de que antes se escondían, pero yo ya
acostumbré a mi familia a hervir mi copa en la cocina y es normal, es un ciclo normal para
todos‖203.
Entre las indicaciones de lavado 204 de las toallas, se encontró que una buena opción
es ponerlas en remojo con agua, así puede recuperase parte de la menstruación contenida,
además que se facilita el lavado. Se sugiere que después del remojo sean exprimidas y
pueden ser lavar a mano o en la lavadora como cualquier otra prenda interior, evitando el
uso de cloro o suavizantes. En caso de hacerlo a mano el último enjuague puede realizarse
con una dilución de vinagre en agua para quitar cualquier residuo de jabón y suavizar la
tela.
Otra cuestión al respecto de las toallas, que se abordó durante el taller, fue el aroma
de la sangre en la tela debido a que la mayoría asociaba el mal olor a la menstruación
atendida con toallas desechables. Incluso se preguntó si por ejemplo en el trayecto del
trabajo a la casa, la sangre en la toalla de tela no se descomponía. En este sentido, se
observó que es común entre todas el hecho de que las toallas desechables producen olores
desagradables, que según la experiencia de las que habían usado toallas de tela o los
trapitos, no son generados y al contrario propician que la usuaria se familiarice con el olor
real de su propia sangre. La reapropiación del cuerpo, es otro componente identificado en
esta práctica que las mujeres conservan de voz en voz y que ahora está impulsada por
diferentes proyectos que se especializan en la confección de toallas lavables.
3.2.3. Esponjas Marinas.
Los tampones industrializados, aparecieron en la década de 1930, como referimos antes
para 1970 eran considerados por las feministas –y otras mujeres- como ―dispositivos de
liberación‖ (Felitti, 2016, p. 182), sin embargo en esos años ya comenzaban a denunciarse
las afecciones y muertes relacionadas al ―síndrome de shock tóxico‖ que estos producen,
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre 2018. Comentario de Raquel.
Se consultaron las indicaciones en las etiquetas de la marca Toalla Sana, folletos de Ixchel Mujeres y de
otras toallas sin marca elaboradas por mujeres independientes.
203
204
194
debido al efecto absorbente en la vagina 205. Esta problemática se incluía en las
reivindicaciones tanto del movimiento de salud feminista del que ―La Colectiva de salud de
las Mujeres de Boston‖ era un referente, así como en las del movimiento ecologista y los
movimientos contra las corporaciones, que denunciaban las prácticas de la industria de la
higiene (Felitti, 2016).
El uso de tampones, es decir dispositivos de uso intravaginal para absorber la sangre
menstrual, es de larga data. Se encuentran datos206 que refieren el uso de ―tampones‖ en la
antigüedad, elaborados con gasas, madera, papiro y otras fibras naturales. Actualmente,
―Sea Pearls‖ es una marca que tiene alrededor de 40 años comercializando esponjas
marinas como tampones reutilizables, sin registrar en ese tiempo ningún caso de ―síndrome
de shock tóxico‖. Según su información, además de esa gran ventaja frente a los
absorbentes, las esponjas se presentan como una herramienta, que en cultivos controlados
es una opción sustentable 207:
Las esponjas son criaturas parecidas a las plantas, que crecen en colonias en
el suelo oceánico […] las esponjas tienen la capacidad de regenerarse,
incluso con un pequeño fragmento de la esponja original. Como las esponjas
son cultivadas, millones de huevecillos y espermas son liberados en el área
circundante, esto convierte a las esponjas en un recurso renovable y en un
producto ecológico para menstruación208.
La marca ―Jade & pearls‖ comercializadora de ―Sea pearls‖ -tampones de esponjas marinas-, responde en
sus materiales informativos, porque los tampones producen tal síndrome: ―La causa directa de este síndrome
es la presencia de la bacteria S. Aureus en el torrente sanguíneo. Científicos han determinado que está bacteria
entra en la sangre a través de lesiones en la vagina […] Los estudios realizados sobre el efecto del uso de
tampones, revelan que estos resecan la mucosa vaginal […] Esto puede crear lesiones…‖.
Cabe mencionar que la marca es referida como tal debido a que no existe otra entre las promotoras y usuarias
en el AMG.
206
―Historia del tampón‖ recuperada de:
https://www.evaxtampax.es/es-es/consejos/higiene-intima/historia-del-tampon el 08 de enero de 2019.
207
Con fines ilustrativos del cultivo de esponjas marinas, se consultó a la organización ―Marinecultures org‖
a través del siguiente enlace: https://www.marinecultures.org/ recuperado el 23 de noviembre de 2018.
Algunos datos adicionales sobre estos animales se encuentran en la publicación: ―Esponjas marinas:
importancia ecológica en los ecosistemas arrecifales‖, recuperado de:
https://www.biodiversidad.gob.mx/Biodiversitas/Articulos/biodiv123art3.pdf el 25 de noviembre de 2018.
208
Material informativo anexo en el paquete de ―Sea Pearls‖.
205
195
Según esta marca, las esponjas son cultivadas y seleccionadas cuidadosamente. Para
que puedan ser usadas como tampón, son lavadas, desinfectadas y secadas. En las
especificaciones, se describen como suaves, fáciles de remover y cómodas por el hecho de
que no se sienten al estar en la vagina. Para facilitar la inserción se puede humedecer un
poco y exprimir, con esto se vuelve más suave, en una postura cómoda –en cuclillas o
recostada-, se introduce con los dedos hasta alcanzar una altura deseada, que puede ser
hasta el fondo de la vagina.
La frecuencia con que debe cambiarse es específica en cada mujer, pero se
recomienda hacerlo entre 3 y 4 horas, además en caso de flujo abundante se sugiere el uso
de dos esponjas a la vez. Al estar llena, basta con sacar y enjuagar con suficiente agua hasta
que el flujo menstrual se extraiga completamente, también se recomienda el remojo unos
minutos y de esta manera recuperar el menstruo, se exprime y puede volver a ser insertada
de inmediato. Generalmente, el momento de cambiarla se anuncia con la salida de un poco
de flujo menstrual. Para una limpieza profunda, al inicio o al final de los días menstruales,
se indica el remojo en un poco de agua con jabón neutro o algún otro producto natural para
desinfectar, como el vinagre de manzana o la sal de mar.
Algunas vivencias relatadas por las promotoras, refieren que adicionalmente las
esponjas marinas se han utilizado y se utilizan en la actualidad, como un método
anticonceptivo de barrera, que
al combinarse con alguna preparación de plantas
espermicidas es efectivo. En la página web del ―Museo de la menstruación y la salud de la
mujer‖, se encuentra que a lo largo de la historia las mujeres han usado esponjas con tres
propósitos: contener la menstruación, evitar embarazos y para administrar medicamentos en
la vagina209.
Entre las participantes del taller se comentó que las esponjas eran una buena opción
para sustituir los tampones desechables y el gasto que implican, para quienes no se
209
Adicionalmente, entre la información de este museo, se encontró que las esponjas se publicitaban para
lavados vaginales, cuando la anticoncepción estaba prohibida en Estados Unidos. ―Museo de la menstruación
y la salud de la mujer‖ –traducción de la sustentante-: http://www.mum.org/sponge.htm recuperado el 05 de
enero de 2019. Entre los anticonceptivos no hormonales, comunes en Estados unidos se encuentra la esponja
anticonceptiva, según información de la página web de Kotex®:
https://www.kotex.mx/educacion/informacion-relevante/esponja-anticonceptiva recuperado del 05 de enero
de 2019.
196
convencían de la idea de aprender a usar la copa o quienes prefieren evitar el lavado de las
toallas de tela. Al respecto Marcela comenta: ―Ya conociendo las esponjas me están
haciendo ojitos, yo encuentro más cómodo el tampón que la toalla convencional, pero no
los uso tanto como quisiera por el precio, las toallas no me llaman la atención, yo estaría
entre la copa y la esponja‖210, asimismo Maricarmen agrega: ―Yo tengo la idea de usar la
copa o las esponjas, por comodidad‖ 211. Andrea concluyó que al conocer las alternativas
menstruales se puede probar hacer combinaciones debido a que entre los días la cantidad de
flujo cambia con los días e incluso mes con mes, así que ella prefiere alternar entre la copa
y las esponjas para descubrir que es lo que se adapta mejor a sus necesidades y también a
sus tiempos.
Como se observa en estos casos, la comodidad es un determinante para que las
mujeres consideren la sustitución de los absorbentes desechables, en este sentido se puede
pensar que la incomodidad está asociada a dichos productos. Esta idea está vinculada al
sentido de bienestar que conciben las participantes, además de que al pronunciar sus
necesidades se encaminan al horizonte de la recuperación de su voz y al elegir sus prácticas
desde lo que ven y sienten en sí mismas, se están reconectando con su cuerpo.
3.2.4. Sangrado libre.
Durante el desarrollo del taller ―Alternativas menstruales‖, se expusieron las opciones que
el CS había encontrado en común entre las promotoras en el AMG, mismas que ya se
abordaron, y se abrió un espacio para que las participantes hablaran de otras opciones que
conocían o que habían probado, entre estas se mencionaron los calzones absorbentes 212 y el
sangrado libre, que es una práctica que consiste en prescindir de toallas, tampones o copas,
para dejar que la menstruación descienda libremente.
210
211
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre de 2018.
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre de 2018.
212
Debido a que ninguna de las participantes los había probado y porque en Guadalajara no se encontraron
promotoras de este artículo, se omitió su descripción detallada. Sin embargo, puede mencionarse brevemente
que se trata de una prenda interior, aparentemente igual que cualquier otro calzón, confeccionada con telas
absorbentes que permiten prescindir de dispositivos para contener la menstruación. Algunas marcas cuentan
con diferentes niveles de absorción, que se miden en relación a un tampón o toalla desechable. A decir de la
experiencia personal, son cómodos y de fácil lavado.
197
Entre las ideas alrededor de dicha práctica se discutieron dos idea principales, la
primera es respecto a que la concepción de menstruar ―libre‖, se relaciona a dejar que la
menstruación fluya sin que nada la retenga o la recoja. En este caso, quienes practican
sangrado libre optan por destinar alguna prenda preferentemente oscura y de esta manera
evitan que las huellas de sangre se noten. Karen N. expuso la vivencia que tuvo con esta
modalidad:
Al principio me daba pena que me vieran manchada, pero ya después dejó
de preocuparme. Mi sangrado no es muy abundante, entonces creo que eso
ayuda. De repente me surgían dudas porque una chica me dijo que era
posible que me dieran infecciones por [practicar] eso, pero yo me sentía
bien, nunca me dio una infección y ella argumentaba que podía pasar porque
todo [el menstruo] lo traía en la ropa, pero pues para mí, es lo mismo que
usar una toalla. Al principio [el sangrado libre] implicaba muchas cosas,
desde que no te vean, la ropa que escoges, pero ya después, cuando no me
importó hasta sin ropa interior lo hacía. A mí me va bien con el sangrado
libre es cómodo213.
La segunda idea tiene que ver con un entrenamiento muscular, tanto de la vagina
como del cuello del útero –dado por la identificación y atención de las sensaciones
pélvicas- para controlar el descenso de la sangre menstrual y lograr identificar el momento
en que viene para ir al baño a realizar la descarga o disponer algún recipiente para
recolectarla, esto supone una reducción de marcas de sangre en la ropa. Karen H. practica el
sangrado libre intermitentemente:
Leí una historia de una chica que al no tener copa, tuvo que hacer sangrado
libre. En mi periodo siguiente estuve en casa y [lo practique], pude sentir mi
cuerpo con más atención y sólo iba al baño cuando sentía que iba a tener un
bajón, de repente había una manchita en el calzón, pero ya lo demás lo hacía
en el baño […] en la noche que casi no me baja, también podía sentir y
rápido corría al baño. Me sentí bien a gusto porque estaba más pendiente de
213
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre 2018.
198
mí, más pendiente de lo que mi cuerpo sentía, muy chido, pero sólo puedo
hacerlo algunas veces214.
En ambos casos se encontró que lo más conveniente es comenzar con esta práctica
mientras la mujer se encuentra en casa, por lo que su práctica es intermitente en los casos
expuestos. En el primer relato es claro como el sangrado libre, rompe con el tabú que
impone invisibilizar la menstruación, como se menciona, en principio Karen N. estaba
preocupada porque nadie la viera y ese fue un hecho que se transformó con la práctica.
Los temas recurrentes en las experiencias compartidas a cerca del sangrado libre, se
relacionan con la reapropiación del cuerpo y la recuperación de la autonomía, además de
que los testimonios permitieron que algunas se convencieran de practicarlo en la medida
que les fuera posible y con ello se observa una revaloración del conocimiento socializado
entre las participantes durante el encuentro.
Prestar atención al cuerpo y a la sangre son elementos medulares para el sangrado
libre, sobre todo cuando se quiere controlar la disposición del sangrado. Como se ve, esta
práctica se asocia a la comodidad, que es parte importante del bienestar de las mujeres. Si
bien esta práctica no se asocia expresamente al cuidado de la tierra, en congruencia a lo
planteado, se puede pensar que evitar el uso de absorbentes desechables implica reducir la
producción de residuos que potencialmente pueden convertirse en contaminantes, además
de que trascender el consumo y uso de algún dispositivo, encamina a las mujeres hacia la
autonomía.
Con estas ideas se concluye el análisis acerca de las motivaciones que llevan a las
mujeres a interesarse por el uso de alternativas menstruales, las necesidades que buscan
cubrir con ellas, así como las características específicas de alternativa. Adicional a ello, se
identifica la importancia del acompañamiento a quienes están interesadas en alguna
alternativa menstrual, como para las que ya las usan y que por diferentes razones no lo
recibieron.
214
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre 2018.
199
Pese a que algunas mujeres refieren que es fácil encontrar información e
instrucciones en internet, en mercados o tianguis alternativos, durante el uso de alternativas
menstruales surgen situaciones en las que necesitan sentirse acompañadas, además de que
en ocasiones la publicidad propicia que las mujeres tengan una idea muy optimista acerca
del uso, que en la realidad les causa conflicto. Por ejemplo, en el caso de la copa menstrual,
algunos videos que circulan en la red omiten detalles que pueden presentarse en la vivencia,
además de que no consideran que cada mujer es diferente. Las participantes del taller, están
de acuerdo en que la cercanía de otra mujer y la certeza de que alguien puede estar para
resolver cualquier duda o complicación que surja, es importante para ellas. Al respecto
Monserrat comenta:
He aprendido mucho de las alternativas menstruales desde mi experiencia,
sin que nadie me acompañara en ese proceso, de buscar en internet, ver
vídeos de youtube, de ver mercadotecnia y […] me di cuenta de que hay
cosas en las que tenía que ir acompañada y cosas que tenía que cuidar en ese
proceso, no nada más era comprar la copa y metérmela como yo entendiera,
o como youtube me dijera y ya. Entonces, estoy aquí para seguir
aprendiendo junto con ustedes de esto215.
Se identifica que el tema del acompañamiento se relaciona más al uso de la copa
menstrual que al de otra alternativa menstrual, sin embargo este se propone también para
elegir la opción que mejor se adapte a las necesidades de cada mujer.
Algunas mujeres que no fueron acompañadas, mencionan que en ocasiones basta
con reunirse a hablar con otras que ya las usen y así poder aprender en colectivo: ―En este
caminar de auto-conocimiento me he dado cuenta de que me ha hecho falta aliarme con
otras mujeres que están en este proceso, o con mujeres que tienen más conocimientos para
poder aprender juntas‖216. De esta manera se explica el potencial que tienen las alternativas
menstruales para fortalecer sentido comunitario entre las mujeres, además de verse como
opciones económicas y saludables.
215
216
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre 2018.
Taller ―Alternativas Menstruales‖, octubre 2018.
200
Las alternativas menstruales descritas en este apartado, a excepción del sangrado
libre, son opciones que forman parte del ―mercado alternativo‖ (Felitti, 2016, p. 182)
conocido desde la década de 1980 en Estados Unidos e impulsado por algunas luchas
feministas para hacer frente al mercado de la higiene femenina, del que por esos años ya se
identificaban los efectos adversos de sus productos.
La idea un mercado alternativo de artículos para la menstruación, se encuentra en
desarrollo a través de diversas propuestas que emergen desde lo local. Tal como se expone
en los apartados siguientes, éste mercado incluye prácticas comunitarias de economía
solidaria y no solo existe a partir del intercambio monetario, sino que integra prácticas
diversas entre mujeres, como la recuperación de experiencias tanto de divulgación como de
uso de alternativas menstruales.
3.3. Nodos comunitarios de promoción de alternativas menstruales
¿Cómo se tejen las redes comunitarias de acción ecofeminista, en las grandes ciudades?
Esta cuestión puede tiene respuestas diversas, dado que en los últimos años los contextos de
la mayor parte de las mujeres en el país, se encuentran vulnerados por la guerra, misma que
se expresa en el aumento de los feminicidios, el despojo del cuerpo, el trabajo no
remunerado, la trata, el racismo, el aborto inseguro y la limitación de las decisiones sobre el
propio cuerpo, las desapariciones, el abuso y la impunidad.
El Colectivo Sembradoras, con sus labores por el bienestar femenino abona a una
pluralidad que desde hace años se teje por la experiencia de muchas mujeres en Guadalajara
dedicadas a este ámbito. El acercamiento con las mujeres desde visiones compartidas, le ha
permitido una vinculación favorable para el diálogo constante y la permanente búsqueda de
opciones colaborativas que fortalezcan, primeramente, las relaciones entre mujeres y en un
segundo momento, se encaminen a la construcción –o adaptación- de alternativas para la
salud de ellas mismas, hechos que se reconocen necesariamente comunitarios.
De dicha vinculación surgió la idea de generar diálogo entre diferentes comunidades
que entre sus labores incluyen la promoción de alternativas menstruales, así que el CS
201
convocó en octubre de 2018 a un grupo de discusión217 en el que participaron cinco
comunidades y dos promotoras independientes, mismas que se describen en el apartado
correspondiente. Es preciso mencionar que todas ellas, se vinculan entre sí y hasta cierto
punto comparten visiones que nos permiten reconocer discursos y experiencias afines, en
torno a las alternativas para la menstruación.
Aunque se trata de evitar generalizaciones, el interés del abordaje realizado se
esfuerza por reconocer los temas y opiniones de confluencia entre las comunidades, mismas
que se tomaron como referencia para entender el tejido que las mujeres están formando con
intención de cuidar su salud, el ambiente, su economía, fortalecer la idea de comunidad,
generar conocimientos entre ellas y la reivindicación de su autonomía.
3.3.1. Colectivo Sembradoras.
Reunidas por la inquietud de encontrarse con más mujeres para repensar temas como la
medicina tradicional y el diálogo a cerca de terapias y productos alternativos para el
bienestar de las mujeres, Jeannette Flores y Aurora Macías -luego de varios meses de
reuniones previas-, convocaron en abril de 2016 a un taller sobre auto-cuidado y salud
femenina, en la delegación de San Gaspar de las Flores, Tonalá, Jalisco. Bajo el nombre de
Colectivo Sembradoras (CS), comenzó un diálogo frecuente con otras mujeres que las llevo
a establecerse en Guadalajara, meses después, y junto con Elia Gonzáles, Mariana BE y
Monserrat Corona y Teresa Maciel, ampliar el núcleo coordinador y las visiones de este
colectivo.
El uso de alternativas para la menstruación, fue el tema que propició el encuentro
entre las coordinadoras, ya que éste abrió una puerta a diferentes opciones tejidas al
cuidado de la salud y la transformación de las relaciones sociales, desde un aspecto
fundamental y común entre ellas: la posibilidad de dejar de ver a la menstruación como
―una regla‖ desagradable, un tabú o un hecho asociado al dolor, la enfermedad, la
incomodidad, el mal humor, el pecado, la subordinación y el límite con el cuerpo. Además,
Definido así de acuerdo a la explicación de Jorge Ruiz Ruiz en ―Focus group y grupo de discusión:
similitudes y diferencias‖. Recuperado de:
https://www.fes-sociologia.com/focus-group-y-grupo-de-discusion-similitudes-y-diferencias/congresspapers/3385/ el 03 de octubre de 2018.
217
202
la diferencia en la formación académica y vivencial de cada una de las mujeres que integran
dicho núcleo, aportó visiones diversas que siguen nutriendo la apuesta de caminar juntas
para tejer alternativas de bienestar y salud colectiva.
A juzgar por las actividades que el CS comparte al interior y con otras mujeres, se
observan intereses que las acercan al ecofeminismo y entre estas actividades se encuentran
elementos que resuenan con las ―preocupaciones fundamentales‖ (Navarro Casillas, 2016)
antes explicadas y con el sentido comunitario que la misma autora expone.
El sentido comunitario del CS, se sostiene en la adopción del Círculo de Mujeres
como una estructura horizontal, en donde no existen jerarquías y se reconoce el mismo
valor a la opinión y experiencia de cada una, para generar diálogo, discursos y acción entre
todas, en común. El apoyo y la contención en las reuniones, son elementos que han servido
para poder hablar de temas delicados como el reconocimiento de la violencia implícita en el
hecho de ser mujer o la exploración de la anatomía propia –que vinculado al uso de copa, se
observa que es necesario- así que los principios que sostienen el Círculo son, escuchar a la
otra sin interrupción y cuidar de sus experiencias, evitando hablar de ellas con otras
personas que no compartieron el encuentro.
―Mujeres que menstrúan‖218, es una identidad con la que frecuentemente el
Colectivo abre la convocatoria a diferentes actividades, pero cabe decir que las mujeres que
ya están en la menopausia son recibidas y tienen un papel importante, ya que se les
reconoce como las portadoras de la experiencia que les otorga la edad, así como se les da
un lugar importante a las niñas y adolescentes que con frecuencia, acompañan a sus madres.
De acuerdo a los tipos de comunidad que ha definido Navarro Casillas (2016) en su
investigación, encontramos que el CS, expresa características de los Círculos rituales de
Mujeres (CRM), ya que en sus inicios apostó por la integración de la terapia del temazcal y
218
Esta identidad ha generado polémica entre algunos espacios transgénero que se han encontrado con las
convocatorias a través de internet, pero los alcances de las propuestas del Colectivo Sembradoras, aún no se
plantean el trabajo con estas comunidades ya que los temas que se comparten están respaldados por la
experiencia personal de las facilitadoras y la transición al cambio de sexo es un tema poco estudiado y sería
irresponsable abrir la convocatoria sin un trabajo de concientización y sensibilización al tema, sin embargo, el
CS no descarta que el diálogo pueda generar las condiciones para la inclusión de mujeres ―trans‖ con intereses
afines.
203
el lugar en donde éste se encuentra fue, visto como un espacio de encuentro seguro para las
mujeres. El CS además, intenta integrar en sus propuestas elementos rituales que sirvan
para ampliar los referentes de todas las mujeres que participan.
Asimismo, el CS puede identificarse como un Círculo Urbano de Mujeres (CUM)
ya que actualmente sus actividades se desarrollan principalmente en el centro de la ciudad
de Guadalajara, entre las cuales se conjugan talleres y terapias que complementan los temas
de la reunión circular. La Carpa Roja es parte de la propuesta de esta organización que es
vista como espacio de encuentro para hablar del útero y la menstruación, también ha sido
una opción que se ha elegido para convocar las mujeres cuando se cuenta con espacios
abiertos donde pueda ser colocada la carpa o su equivalente simbólico.
Dado el contexto en el cual se dan las actividades del colectivo, se puede concluir
que aunque el colectivo integre características diversas de las ―Comunidades Ecosociales
de Mujeres‖ (CESM), descritas por Navarro Casillas (2016), en el CS, se observa una
tendencia hacia los encuentros en el ámbito urbano, sin perder de vista que los encuentros
en lugares fuera de la ciudad, rituales como el temazcal o la carpa, nutren la experiencia
tanto al interior del Colectivo Sembradoras, como para las mujeres que acuden a la
convocatorias, aunque estos encuentros sean un poco menos frecuentes, que el círculo
mensual en la ciudad.
3.3.2. Espacio 13 lunas.
Es un espacio de reunión abierto para mujeres en el municipio de Zapotlanejo, que es
incluido en este estudio debido a la relación que sus organizadoras mantienen con el AMG,
donde el centro de la ciudad de Guadalajara, se considera como un lugar de encuentro para
venta de copas, asesorías y participación en talleres o formaciones, además que permite la
vinculación con los proyectos y distribuidoras de esta geografía. Otro motivo que justifica
su inclusión en este trabajo, pese a su ubicación, es que algunas referencias consultadas en
el tema de manejo de residuos sólidos urbanos219, considera metropolitano a dicho
municipio.
219
Por ejemplo: (Meza, Pacheco-Vega, Purón, Rodrigues, & Sainz, 2016).
204
Espacio 13 lunas nace como un proyecto personal de Gema Hernández, en la
búsqueda de amalgamar la filosofía social y el ecofeminismo, con una opción digna e
independiente de trabajo. Como proyecto consolidado, tiene dos años reuniendo a
diferentes mujeres con la intención de promover la copa, toallas femeninas de tela y
sinergias de aceites esenciales para el bienestar femenino, tanto en ferias como bazares,
mercados itinerantes y venta en línea. El proyecto ofrece acompañamiento y asesorías
acerca de las alternativas, estos temas considerados centrales en sus labores.
El Círculo de mujeres, el temazcal y los talleres son parte de las actividades, que
ofrecen con el propósito de trabajar colectivamente el tema de la menstruación consciente,
en Zapotlanejo. En sus actividades, Espacio 13 lunas integra elementos tradicionales y
rituales, como el temazcal y también facilita asesorías, cursos, círculos, acompañamiento y
terapias, en el espacio urbano, lo que podría acercarlo a las definiciones del Círculo Ritual
de Mujeres y el Círculo Urbano de Mujeres, como sentido comunitario.
3.3.3. Luneras.
Es un colectivo adherente a La Sexta220, que se dedica a la venta de la copa menstrual,
playeras y bolsas bordadas. Es itinerante en diferentes bazares y mercados alternativos de
Guadalajara y regularmente se les encuentra en el bazar del Rincón Zapatista 221. En la
descripción de su página mencionan: ―Creamos con las manos y con el corazón, los saberes
que nos dejaron las ancestras‖, además que en sus publicaciones se describen como
tejedoras, bordadoras y cuidadoras del medio ambiente y del cuerpo.
El núcleo coordinador se integra por dos compañeras de diferentes formaciones e
intereses, Tania comenta que la inclusión de la distribución de la copa en sus actividades, se
dio a partir de que ella hablaba de su experiencia con otras mujeres y frecuentemente
publicaba en sus redes sociales información sobre alternativas menstruales, así que muchas
mujeres comenzaron a pedirle asesorías y ayuda para conseguir alguna copa, entonces poco
a poco fue incluida entre sus productos ya que además de considerarla una opción
220
Es decir que simpatiza con el movimiento zapatista y está suscrito a La Sexta Declaración de La Selva
Lacandona, emitida por el EZLN en el año 2005, en Chiapas. La Declaración está disponible en:
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/sdsl-es/ recuperado el 15 de octubre de 2018.
221
Se trata de un espacio autogestivo, encargado de difundir y apoyar la lucha zapatista a partir de diferentes
iniciativas como la venta de café producido por las comunidades, eventos públicos y talleres constantes.
205
ecológicamente responsable, las promotoras, reconocen en ella una herramienta útil para
conocer el cuerpo, así como una opción para dejar de consumir los absorbentes fabrican y
distribuyen las grandes marcas.
Si bien Luneras no se define como un Círculo de Mujeres, puede considerarse
dentro de lo que se ha enunciado como los ―imaginarios ecofeministas‖ (LaDanta
LasCanta, 2017). Esta iniciativa encuentra eco, lugar de encuentro y contención en el
semillero de mujeres Nosotras las Otras222 que a lo largo de tres años ha organizado
diferentes actividades, entre las cuales hay una sesión ordinaria el segundo domingo de
cada mes y actividades extraordinarias como la coordinación de festivales, talleres,
manifestaciones públicas, trueques, cooperativas, tequios e intercambios, donde se trabaja
por la construcción de alternativas de seguridad, el trabajo, la sororidad, la reconexión del
cuerpo, la revalorización de la voz y la reivindicación de la autonomía de las mujeres en el
espacio urbano. Aunque en ocasiones el semillero de mujeres Nosotras las Otras, ni
Luneras adoptan el círculo como símbolo de reunión, en todos sus encuentros se
pronuncian expresamente, por la organización sin jerarquías, además de que su sentido
comunitario se inspira en las propuesta de las comunidades zapatistas.
3.3.4. ¡Qué verde!
Es una comunidad que integra diferentes propuestas alternativas para el cuidado personal y
la crianza. Cuenta con una tienda en el barrio de Santa Teresita, en Guadalajara, donde se
222
Los semilleros fueron una propuesta del EZLN que surge en 2015, con el fin de abrir espacios para nutrir
el pensamiento crítico, así que la adopción de la palabra semillero fue alegórica a la reunión de semillas,
entendidas como dudas, ideas, capacidades, herramientas, teorías, prácticas y talentos diversos, que pudieran
servir para construir propuestas de resistencia a lo que en esas fechas, las comunidades zapatistas llamaron ―la
tormenta‖ o la ―hidra capitalista‖ y que refiere a los embates sociales y ambientales, consecuencia del actual
modelo de desarrollo neoliberal. Se destaca que el semillero acerca de ―Mujeres, resistencia y autonomía‖ –
del que es parte Nosotras, las Otras- es el único que continúa activo, aunque en un principio se coordinaron
semilleros mixtos con distintos temas y perspectivas de abordaje. Esta información fue recuperada de una
comunicación personal con Eva Gutiérrez, participante desde hace tres años el semillero Nosotras las Otras.
Cabe mencionar que recientemente, los días 10 y 11 de noviembre de 2018, este semillero, organizó el
―Primer encuentro-festival resistencias y rebeldías de mujeres que luchan en Jalisco‖ -en cumplimiento del
acuerdo con las mujeres zapatistas, de realizar encuentros previos al 08 de marzo del 2019-, donde se abrió el
espacio para diferentes actividades entre las que se incluyó la venta de algunas alternativas menstruales y una
charla acerca de la observación del ciclo menstrual compartida por el CS. Información sobre este primer
encuentro-festival en:
https://www.xn--lavozdelanhuac-sextaxlalibre-xkc.gratis/2018/11/semillero-de-mujeres-nosotras-lasotras.html?fbclid=IwAR3jk9rmWAGVrOxpc2py4bk_hxjX2tTlD7Qh5ziYnD2dSUdy1jMROBmxZgc
recuperado el 04 de diciembre de 2018.
206
distribuyen alternativas menstruales como la copa y toallas lavables, además de pañales de
tela, productos herbolarios para distintos propósitos, fulares 223 y ropa diseñada para facilitar
la lactancia.
El proyecto encargado de la promoción de alternativas menstruales se llama Mujer
Ecoalternativa, del cual una de sus responsables es Priscila Topete –nutrióloga y mamá, que
asistió en su representación-, además de atender personalmente algunos días la tienda,
participa junto con Diana Meza, en bazares y mercados alternativos de la ciudad. Mujer
Ecoalternativa, busca difundir las alternativas como herramientas para repensar las ideas
generalizadas que conciben la menstruación un hecho sufrible y desagradable, así que
tienen una participación activa en la difusión de información sobre las alternativas y los
temas cercanos.
Como se mencionó antes, Priscila facilitó la conferencia sobre bienestar menstrual
de la red de Yeztli en Zapopan, tanto ella como Diana se disponen para acompañar a las
mujeres que lo necesiten, en el tránsito de los desechables a las alternativas menstruales.
Esta comunidad puede verse como un CUM, ya que facilita diversos talleres,
conferencias y capacitaciones, relacionados a todos los productos que distribuyen en
conjunto, que generalmente se realizan en sus instalaciones o en espacios adaptados, pero
dentro del ámbito urbano.
3.3.5. Toalla Sana.
Es una propuesta de mujeres que surge en 2012, especializada en la confección de toallas
de tela. Ofrece diferentes tamaños y diseños, elaborados con textiles orgánicos, capas
protectoras e insertos absorbentes, que constituyen una toalla segura, fácil de lavar, con
terminados coloridos y sobre todo, libre de los productos químicos y plásticos que
contienen las toallas desechables224. Cuenta con algunas marcas de copas, esponjas marinas
223
Un fular es un portabebés ergonómico parecido a un rebozo, que a diferencia este, es más largo y muchas
veces confeccionado con tela elástica. Sus características facilitan el amarre y la postura adecuada del bebé,
así como la comodidad de quien lo carga.
224
Más información acerca de las alternativas, eventos y ventas en:
https://www.facebook.com/toalla.sana/videos/384448495419986/
https://www.facebook.com/toalla.sana/?eid=ARAS6xnE8G_m_i5gWhQAFEcKg0tEhhFEa2d6uASkjHpP0ovniEw5SAnqd4BsuiZzUIXjTgbOeaoJK00 Recuperado el 01 de octubre 2018.
207
y otras herramientas para el cuidado femenino, como el Uixi225, las regaderas vaginales,
jabones y detergentes degradables para lavado de copas y toallas, un jabón íntimo, además
de libros para sensibilización y valoración del ciclo y la sangre menstrual.
Cristina Aldana es bióloga de formación, directora y responsable de la marca de
toallas, además dentro de esta comunidad, realiza labores de acompañamiento y asesoría
referente a la sustitución de productos desechables, comparte conocimientos de ginecología
natural, menstruación alternativa, medicina preventiva y compañía del parto. Toalla Sana
ofrece actividades educativas como talleres periódicos de auto-cuidado y salud femenina.
Durante el 2018, algunos talleres fueron realizados en alianza con la colectiva
Ixchel Ecoalternativas226, otra propuesta educativa importante en el tema de las alternativas
menstruales en el AMG, especializada en el acompañamiento, que divulga sus contenidos
informativos y productos, a través de sus redes sociales y su página de internet. Esta
comunidad integra los Círculos Urbanos de Mujeres, la Carpa Roja, los Círculos Rituales
de Mujeres y encuentros anuales de mujeres durante la primavera. En ocasiones los talleres
que surgen de esta vinculación entre Toalla Sana e Ixchel Ecoalternativas, son itinerantes,
así como su presencia en bazares y eventos vinculados al bienestar femenino, la ecología,
economías solidarias y la producción local.
En Toalla Sana se conjugan características de los CRM y de los CUM, ya que
eventualmente se convoca a actividades en un temazcal tradicional, a las afueras de la
ciudad, pero se encuentra en actividad constante en la zona urbana con diferentes
225
Uixi es la marca y nombre de una práctica canaleta, diseñada y fabricada en Guadalajara, que sirve para
que las mujeres puedan orinar de pie, con ello favorece la higiene femenina ya que puede usarse en baños
públicos, evitando que dicho acto se realice sentada, igualmente facilita que las mujeres puedan orinar en
lugares donde no hay un sanitario cerca. Ver: https://www.uixi.com.mx/ recuperado el 01 de octubre de 2018.
226
De acuerdo a su visión feminista, esta organización se nombra a sí misma como una ―colectiva‖, por esa
razón se refiere así en este trabajo. Además de su vinculación con ―Toalla Sana‖, la colectiva se incluye –
aunque de manera breve, debido a que en los últimos ocho años –como lo anunciaron en su perfil de
facebook el 23 de noviembre- ha realizado una importante labor en el tema de las alternativas menstruales, a
partir del cual despliega una propuesta ecofeminista por el bien menstruar y la dignificación de la
menstruación, ideas expresadas recientemente por su vocera Nadia Ávila, en el programa de radio en línea
Café Sororo, con el tema de la copa menstrual. Ella se reconoce como promotora de las alternativas
menstruales y la ginecología natural, miasmas que son para ella herramientas con la potencialidad de
dignificar el cuerpo y la menstruación. El pódcast del programa, puede escucharse en:
https://www.facebook.com/MalasangreRadioOficial/videos/368733090355647/ recuperado el 19 de
diciembre 2018.
208
propuestas de estudio, sanación, reconexión y encuentro entre
mujeres, de esta
combinación emerge su sentido comunitario.
3.3.6. Promotoras independientes.
Durante el desarrollo del grupo de discusión, se contó con la presencia de Leticia Ontiveros
y Carla Sigüenza, quienes son distribuidoras independientes, por esta característica en
común se hablara de ellas en conjunto. Ambas coinciden en que su experiencia personal
con la copa menstrual, las llevo a compartir con otras mujeres todo lo que experimentaron y
por la empática respuesta que obtuvieron, fue que empezaron a distribuirla y a acompañar
los procesos de sustitución de los desechables.
Leticia es mamá, bióloga y buscadora constante de alternativas respetuosas de la
vida de las mujeres y otras especies del planeta. Así que el uso de la copa menstrual, fue
una motivación para compartir su filosofía de vida con otras mujeres y tiempo después, se
convirtió en una posibilidad para generar ingresos, por eso comenzó a distribuirla y a
ofrecer asesorías, constituyendo así, una actividad económica congruente con su
compromiso por el medio ambiente y el cuidado del cuerpo y también adaptable a sus
tiempos como mamá. Leticia participa activamente en CRM y en CUM, en los cuales ha
podido coincidir con proyectos como Toalla Sana, Ixchel Ecoalternativas, Espacio 13 lunas
y el CS.
Carla encontró eco entre sus amigas que también se interesaban por las copas, así
que a partir de una compra colectiva, ella empezó a hablar con más mujeres y se dio cuenta
de que por su recomendación, la buscaban para resolver dudas principalmente acerca de la
copa, entonces comenzó a tener esta alternativa menstrual para venta, hecho que vio como
un pretexto para hacer amigas y fortalecer su feminismo, tal como lo relató durante la
reunión. Cabe precisar que fue ella, quien en 2015 trajo la copa al CS, a través de la voz de
otras mujeres que ya habían recurrido a ella para asesorarse. Carla tiene un empleo que no
está vinculado a las alternativas menstruales, así que la distribución y divulgación de
información acerca de la copa es parte su activismo político y del gusto de compartir las
transformaciones que esta propicia a nivel económico, ecológico, personal y político.
209
Carla, está vinculada a los CUM a través de las mujeres que se acercan a ella, como
refiere, su labor se ha realizado de la mano con Toalla Sana que ha sido una vía para
obtener mayoreo de copas.
Con esta breve presentación de las comunidades que asistieron al diálogo y que se
tejen en una red de intercambio frecuente, tanto de productos como de conocimientos,
damos paso a la exposición de las reflexiones recuperadas del encuentro.
3.4. Horizontes de reflexión-acción ecofeminista de la red comunitaria de promoción
de alternativas menstruales
Con el propósito de darle un giro a las ―preocupaciones fundamentales‖ (Navarro Casillas,
2016) que mueven a las mujeres a buscar encuentros con otras, se plantean los horizontes
de reflexión-acción ecofeminista, que se tejen en torno a las alternativas menstruales. Estos
horizontes, se proyectan de acuerdo a la bibliografía revisada y se aterrizan con las
apreciaciones realizadas durante el trabajo de campo, en el que fue posible el acercamiento
a la experiencia de diferentes comunidades y perspectivas de la promoción de alternativas
menstruales.
Relacionados a las preocupaciones antes mencionadas, los horizontes se plantean
como elementos que permiten construir o reforzar comunidades y redes ecosociales.
Asimismo, se definen como las líneas o temáticas en las que comunidades y esfuerzos
independientes ponen su mira para incidir en la transformación de la vivencia menstrual y
con ello en las dinámicas sociales entre mujeres del AMG. Los horizontes de reflexión y
acción ecofeminista que se siguen en este trabajo son:
a)
La reivindicación de la voz de las mujeres.
b)
La reapropiación y descolonización del cuerpo femenino.
c)
La reconstitución del círculo y la revaloración de la sabiduría de las
mujeres.
d)
La recuperación de la autonomía.
e)
El cuidado de la tierra.
f)
La construcción colectiva de la salud.
210
Estos horizontes se identifican tanto en el discurso como en la acción de las
comunidades de promoción de alternativas menstruales en Guadalajara, así como en la
vivencia de algunas mujeres que ya las usan, tal como se expone en apartados antes. Las
experiencias recuperadas dejan ver estos temas como algunas motivaciones importantes que
dirigen sus labores, en este sentido estudiar las preocupaciones que comparten las
Comunidades Ecosociales, tal como lo hicimos con las aportaciones de Navarro Casillas
(2016) en el Capítulo anterior, permite vislumbrar ahora las propuestas que las mujeres
están articulando con el propósito de transformar las relaciones comunitarias en función de
la defensa/creación de condiciones para la vida, las rupturas con las limitaciones sobre las
mujeres y el cuidado ecológico.
De acuerdo a las ideas de Marina Garcés (2013, pp. 21- 22), entre las propuesta
emancipadoras de la modernidad, se encuentra aquella que vincula la emancipación con la
transformación libre de un mundo compartido, perspectiva en la que ―Liberarse consistiría
en poder crear y transformar colectivamente nuestras condiciones de existencia‖ (Garcés,
2013, p. 22). Esta autora agrega, que desde la experiencia corporal se ponen en cuestión
horizontes emancipatorios y revolucionarios dados a lo largo de la historia, y por lo tanto
los cuerpos accionan más allá de los discursos, para generar cambios y transformaciones.
Como puede verse en el desarrollo de este Capítulo, dicha idea envuelve las labores
realizadas por las organizaciones y personas que promueven alternativas menstruales en el
contexto del AMG.
Los horizontes de reflexión-acción ecofeminista, se proponen como las líneas
conductoras del análisis de las experiencias alrededor de las alternativas menstruales en el
AMG, espacio geográfico en el que los proyectos descritos, desarrollan sus propuestas de
intervención social que se tejen en una red ecosocial de alcance metropolitano.
Estos horizontes de reflexión-acción son elementos comunes entre las mujeres
vinculadas a la promoción e interés por las alternativas menstruales, y en el caso de las
primeras, son las motivaciones que sostienen su deseo de transformar la realidad de las
mujeres en la ciudad –y si les es posible de otras en el país-, desde la resignificación de la
menstruación, o lo que en ocasiones se nombra como la conciencia menstrual.
211
En cada propuesta, se encontraron elementos que la caracterizan como una
comunidad particular o una red por sí misma, ya que generan vínculos tanto de
acompañamiento, como para llegar a más mujeres. Sin embargo, las conexiones que hay
entre las coordinadoras y distribuidoras independientes, permiten describirlas y
caracterizarlas, como una comunidad ecosocial en su conjunto, que a fin acercarnos más a
la realidad, podría nombrarse como una Red Ecosocial, ya que se trata de comunidades –
por sí mismas- vinculadas que comparten dichas preocupaciones, presentan elementos
afines y mantienen prácticas que mantienen vivo su sentido comunitario. Con ello se
encaminan hacia los horizontes mencionados, además de tejerse en un espacio propicio
para llegar a diferentes lugares del AMG.
Otro elemento que se sigue en el análisis, es el componente eco de las comunidades
que describe Navarro Casillas (2016), dado por la adopción de alternativas menstruales
como herramientas de acercamiento, transformación, diálogo y reconexión entre mujeres,
así como herramientas políticas que permiten cuestionar la dominación y la explotación
ilustradas en la relación mujer-naturaleza. Como se describe en lo subsecuente, a los
elementos que caracterizan a estas comunidades como CESM, se suman otros como el
acompañamiento, que enriquecen este sentido y abren nuevas visiones para el análisis
ecofeminista de la crisis civilizatoria.
Durante el encuentro de las promotoras, se obtuvieron respuestas que no se
esperaban al hacer la pregunta ¿qué son para nosotras las alternativas para menstruar?,
puesto que ninguna de ellas respondió algo cercano a la información que se encuentra
comúnmente cuando se realiza esa pregunta en otro contexto, o cuando se hace una
búsqueda por internet. No hubo alguna que respondiera por ejemplo: ―son dispositivos
alternativos‖ o ―son productos reutilizables‖, sino que las respuestas se encaminaron hacia
lo que significan en diferentes aspectos de su vida que se asocian a los horizontes de
reflexión y acción ecofeminista, así que en delante se presenta lo que las promotoras
abonan desde sus experiencias a la reivindicación de su voz, la reapropiación y
descolonización del cuerpo, la reconstitución del círculo de mujeres, a la valoración del
conocimiento que ha sido socializado entre mujeres -muchas veces se resguarda desde
212
tiempos ancestrales-, la recuperación de la autonomía, el cuidado de la tierra y construcción
colectiva de la salud.
3.4.1. La reivindicación de la voz de las mujeres.
El silencio sobre la menstruación y la desconexión con el cuerpo, son dos preocupaciones,
que se han abordado antes y que de acuerdo a las exposiciones, el uso de las alternativas
menstruales tiene el potencial de cambiar. Las promotoras identifican el poder de nombrar
el cuerpo al estar en contacto con la menstruación –a partir de su recolección en la copa, al
lavar las toallas o limpiar las esponjas- así como la construcción de otras formas de
concebirse, diferentes a las impuestas por la sociedad y la cultura. Tanto promotoras y
usuarias, se acercan al horizonte de la reivindicación de la voz cuando pueden hablar de sí
mismas y nombrar desde concepciones propias a la menstruación, hecho que se vincula
también al horizonte de la reapropiación y descolonización del cuerpo.
Las promotoras están de acuerdo en que aun en la actualidad, persiste el silencio
sobre el cuerpo de las mujeres, donde no solo la menstruación es un tabú. El silencio sobre
el cuerpo, se relaciona a cuestiones asumidas del entorno sociocultural, como la virginidad,
el miedo a tocarse, la vergüenza, el asco y el miedo al dolor. Estas cuestiones, llevan a las
mujeres a la pérdida del poder sobre sí mismas, el rechazo del cuerpo y el desconocimiento
de su funcionamiento, mismas que se convierten en las razones más importantes por las que
se resisten a usar las alternativas.
Priscila, promotora de ¡Qué verde! se refiere a los tabús: ―Lo que he visto, sobre
todo es el tabú del cuerpo, el tabú a tocarse o el de la virginidad cuando las chavitas van
con su mamá‖. Al respecto, Carla agrega: ―A un puesto donde yo estaba, llegó una chica
con su mamá, le expliqué sobre el uso de la copa y la mamá hizo cara de asco, me preguntó
el precio y la mamá le dijo que mejor le compraba una bolsa‖ 227.
El rechazo del cuerpo se ve en las expresiones de asco que las mujeres relacionan al
hecho de tocar sus genitales o estar en contacto con la sangre menstrual, también los
aromas corporales son otro blanco de rechazo que las empresas productoras de absorbentes
227
Grupo de discusión, octubre 2018.
213
desechables aprovechan para ofrecer toallas sanitarias con aromas sintéticos que encubran
el aroma real de la sangre, sin explicar a qué huele un menstruo saludable. El bombardeo
publicitario de las grandes marcas de productos para gestión menstrual, es un mecanismo
para preservar los estereotipos, los tabús y el desconocimiento o la desconexión del cuerpo,
sobre todas las mujeres a las que llegan.
Frente a estas condiciones, Cristina percibe que gracias a la información que
empieza a generarse entre los encuentros de mujeres, la que está disponible en internet y así
como la que se transmite de voz en voz entre mujeres, paulatinamente el silencio y
desconocimiento sobre el cuerpo se va resarciendo, ella expresa que las alternativas
menstruales abren una posibilidad de contacto directo con la menstruación que no es fácil
asimilar, dadas las condiciones de silencio que se sostienen en el tiempo. Cristina es
consciente de que los esfuerzos de diferentes mujeres –tanto promotoras como usuarias-,
han ampliado una red que sostiene a las mujeres interesadas en sustituir desechables y
facilita los cambios de las percepciones negativas del cuerpo y del ciclo menstrual, a través
del reconocimiento de su propia voz.
3.4.2. La reapropiación y descolonización del cuerpo femenino.
Cristina habló de los cambios que ella ha identificado tanto en su experiencia, como en
retroalimentación con las mujeres que ha acompañado durante el uso de la copa y las
toallas lavables, comenta que el silencio sobre el cuerpo de las mujeres y sobre sus
procesos, genera una desconexión que imposibilita la exploración y el conocimiento
anatómico-fisiológico, de la vulva, la vagina, la uretra y el ano, y asimismo genera el
rechazo de la menstruación.
Esta desconexión y desconocimiento que viven las mujeres, se expresa en una
pregunta que Cristina recurrentemente se ha encontrado cuando comparte información
acerca del uso de la copa: ―¿puedo hacer pipí/popó?‖. Ella está convencida de que las
alternativas son herramientas útiles para resarcir esa desconexión y el desconocimiento,
porque ha observado que siembran curiosidad por conocer el cuerpo -no necesariamente
solo el área genital-, menciona que cuando la relación con el cuerpo comienza a ser más
cercana, es más fácil cambiar la percepción de la menstruación y la sexualidad, lo que tiene
214
un efecto en la confianza que las mujeres crean sobre sí mismas a partir de reconocer el
cuerpo como propio y eso es transformador.
Tania ha observado que después de usar la copa, las mujeres pueden nombrar
abiertamente su vulva o incluso partes específicas, como el clítoris, mientras que en charlas
previas al uso la copa ella identificaba que las interesadas preferían evitar hablar
abiertamente de los genitales y órganos femeninos y estos quedaban reducidos en la
expresión ―donde ya sabes‖. En algunos encuentros Tania se dio cuenta de que algunas
interesadas, preferían verla a solas para evitar que alguien más escuchara su conversación,
pero después, al usarla, eso cambió y podían hablar sin reservas sobre sus dudas, en
cualquier lugar. Para ella, las transformaciones subjetivas respecto al cuerpo conducen a las
mujeres a mejorar sus relaciones, específicamente la relación de pareja, ya que la
posibilidad de nombrar su cuerpo, les permite hablar de cuestiones implícitas en la
sexualidad compartida, de sus límites y de los cambios durante el ciclo menstrual, procesos
inherentes a ser mujer y no como un castigo o enfermedad.
Tania, Gema y Leticia, comparten una visión interesante de la copa, ya que para
ellas es ―un pretexto‖, que sirve a la transformación subjetiva de la relación de las mujeres
con su cuerpo y por eso la consideran revolucionaria. Gema refiere que la reapropiación del
cuerpo es facilitada por las alternativas y se relaciona con la lucha feminista, porque cree
que ―lo personal es político‖, entonces la menstruación como proceso íntimo y personal, se
transforma a partir de la adopción de la copa y en muchas mujeres, se rompen concepciones
que antes limitaron la aceptación de su cuerpo y el acercamiento agradable a su sangre y
sus aromas. Leticia agrega que entre las transformaciones que ve en las usuarias de la copa,
se encuentra el auto-conocimiento: ―simplemente con el hecho de cómo introducirla, he
notado esa cuestión de auto-conocer su cuerpo‖228. Así comienzan a darse los pasos para
que las mujeres puedan reapropiarse de su cuerpo silenciado y despojado.
Esta reapropiación significa también que las mujeres tienen el poder de nombrar y
renombrar su cuerpo o partes de él de manera que puedan establecer una relación más
cercana, este acto se reconoce entre las promotoras como descolonizador. Descolonizar el
228
Grupo de discusión, octubre 2018.
215
cuerpo, como lo señala Pérez San Martin (2015, p. 45), no es otra cosa que superar las
visiones científicas que a lo largo de la historia han reducido la complejidad femenina a la
genitalidad y la reproducción, renombrar las partes anatómicas que se han conocido con los
apellidos de los médicos que las ―descubrieron‖ y estudiaron, además romper con los
paradigmas que han asociado el cuerpo de las mujeres a la enfermedad y lo incompletoimperfecto. Con ello, la propuesta descolonización comienza con el reconocimiento del
cuerpo a través de la auto-exploración y a partir de eso, hacer el ejercicio de nombrarlo de
la forma que a cada una le permita sentirse cómoda y dueña de sí. Tal como se explica más
adelante, el conocimiento y reapropiación del cuerpo, dota a las mujeres del poder para
desarrollar o adaptar protocolos de salud adecuados a sus necesidades y particularidades.
3.4.3. La reconstitución del círculo y revaloración del conocimiento socializado
entre mujeres.
Algunas veces el conocimiento –o desconocimiento- sobre el ciclo menstrual es transmitido
de madre a hija, la información que las menarcas tienen sobre el ciclo en ocasiones reafirma
los condicionamientos y los prejuicios que históricamente se han asociado al cuerpo de las
mujeres y la menstruación. Sin embargo, las formas de gestionar el sangrado menstrual que
en generaciones atrás se usaron por las mujeres, persisten por la comunicación entre las
mujeres del círculo familiar, aunque no exclusivamente.
Abuelas, madres y tías, conservan la memoria del uso de los textiles para contener
el flujo, mismos que en su momento no fueron vistos como una alternativa, sino como la
única opción. En las historias familiares expuestas –tanto en la reunión como en el taller- es
común encontrar casos en los que puede verse la gravedad del tabú y censura contra el
cuerpo femenino, por ejemplo cuando las mujeres mayores relatan que antes de los
absorbentes desechables, la menstruación se contenía usando compresas de tela, que debían
ser lavadas y secadas en secreto para que los hombres de la familia no se percataran de la
presencia de la menstruación y debían ser cuidadosas para no dejar ningún rastro de ella.
Las toallas de tela o el sangrado libre, son vistas en la actualidad como alternativas
que vienen de la experiencia de las mujeres de generaciones de antaño, así como algunos
conocimientos para el cuidado de la menstruación entre los que se incluye el uso de plantas
216
medicinales o métodos para mantener la temperatura corporal -para evitar cólico o
favorecer la fertilidad-. Hay acuerdo entre las promotoras respecto a que las alternativas
menstruales, que se conocen comúnmente en la actualidad, ofrecen un acervo necesario
para vivirse de manera diferente a las instauradas por la cultura y que abren las
posibilidades a otras formas de gestión de la salud y el bienestar. Carla asocia las
alternativas con la recuperación de los conocimientos de su abuela, además que desde su
experiencia, han sido medios para establecer vínculos con otras mujeres en su presente y
también han propiciado la recuperación del poder de sí misma, o lo que se conoce como el
empoderamiento229.
Cristina añade un elemento importante para este análisis, cuando comenta que el uso
de desechables para menstruación230 es una opción más accesible para las mujeres de las
ciudades o áreas ―desarrolladas‖, debido a que están más expuestas a la publicidad y
generalmente cuentan con mayores recursos económicos, a diferencia de las mujeres en
contextos rurales, así que a estas últimas por diferentes razones, las considera más cercanas
al uso de toallas o compresas confeccionadas con tela, y entre ellas se encuentra un
conocimiento que es transmitido entre diferentes generaciones de mujeres.
Al darse cuenta de que la expansión de los absorbentes desechables tomó fuerza con
la publicidad engañosa de las grandes marcas, se abrió para Cristina la oportunidad de
cuestionarse por qué en algunas comunidades nunca se había dejado de usar la tela y con
esos cuestionamientos descubrió, que la influencia de las madres que no usaron
desechables, fue imperante para que las generaciones actuales continúen utilizando tela
para recibir la menstruación, además, muchas veces en contextos rurales la compra de
desechables no es económicamente accesible, por lo que hay que preguntarse ¿realmente
qué tan accesible es esta opción en la ciudades?
229
A decir de las ideas que se documentaron durante la reunión de promotoras, éstas refirieron que el
empoderamiento está relacionado con la capacidad de conocer y reconocer su cuerpo, hacer válida su voz,
construir opciones de autoempleo que les de libertad, compartir y aplicar por ellas mismas conocimientos de
salud alternativa y ser corresponsables en el cuidado del medio ambiente y la vida. Ideas que se conciben lejos
del paradigma neoliberal de la ―súper mujer‖ o ―la mujer exitosa‖, que están más cercanas al ideal de igualdad
con los varones|.
230
En esta categoría, además de los absorbentes, se incluye la copa menstrual desechable de reciente
lanzamiento en el mercado.
217
El círculo familiar o la reconexión con este, es importante para recuperar los
conocimientos que las mujeres han desarrollado desde su propia experiencia. En relación a
la reconstitución de los vínculos entre mujeres, no solo se trata de socializar conocimientos
entre las que pertenecen a una misma familia consanguínea. En este sentido el
acompañamiento juega un papel central para reconstituir las relaciones entre mujeres, que
la individualidad y la competencia -impuestas entre las mujeres por la cultura patriarcalhan disuelto.
El acompañamiento es un componente que puede llevar a una mujer a decidirse
sobre el uso de una alternativa, pero más allá de eso, permite fortalecer vínculos que
continúan la trama de la red o la comunidad. Las promotoras hablan de que el
acompañamiento consiste en brindar información completa sobre las alternativas
menstruales, que les permita a las mujeres evaluar o elegir la mejor opción para sí. Cuando
una interesada se decide por una alternativa, la acompañante se mantiene al tanto de
cualquier duda o complicación, que pueda suceder en el proceso de adaptación. Esta
actividad en algunas ocasiones es virtual y en otras, las mujeres se encuentran en algún
lugar de manera presencial. Los relatos suponen una charla comúnmente, sin formalidades
en la que se trata de evitar la jerarquía y hablar desde la experiencia.
Este proceso forma parte del sentido comunitario de los proyectos en particular,
dado que las participantes refieren que es de suma importancia acompañar para que las
mujeres se sientan seguras al momento de dejar los absorbentes desechables y contenidas por la experiencia de otras mujeres que ya prescinden de ellos- para recibir los cambios que
puedan llegar a darse231 en la transición. Es frecuente que a través del acompañamiento se
extiendan los vínculos, más allá del tema de las alternativas y eso tiene un valor importante
que reconocen las promotoras. Todas coinciden que el acompañamiento no es opcional,
sobre todo porque con la promoción se trata de hacer red, más que solo vender las
alternativas como si se tratara de cualquier otro producto.
El acompañamiento se condensa algunas veces, en círculos virtuales que
aprovechan la conexión instantánea o a distancia, para encontrarse y resolver dudas,
231
Gema comenta que el cambio a las alternativas, los primeros meses puede provocar disminución en los
cólicos o aumento del sangrado por la ―desintoxicación‖ de los compuestos químicos de toallas y tampones.
218
compartir aprendizajes y atender cuestiones de emergencia que puede ser por ejemplo, el
caso de dificultad para extraer la copa o las esponjas. Tania está de acuerdo en que el
acompañamiento es una parte fundamental para la promoción y distribución, así como un
espacio en el que se generan vínculos para construir el saber sin jerarquías. Para ella es
importante saber el momento que está viviendo la mujer que se acerca a pedir la compañía
o información y partiendo de su situación actual le propone que ambas traten de resolver las
dudas, puntualiza que ella no puede saber todo porque cada mujer es particular, pero lo que
trata de hacer es dar información precisa para que cada usuaria pueda estar tranquila y
confíe en su proceso personal y en su propia intuición.
Carla reconoce que el acompañamiento es una forma de fortalecer la relación entre
las mujeres con interés por las alternativas y que eso le ha retribuido en satisfacciones que
tienen un valor importante y como lo expresa, ha enriquecido su vida. También comparte la
idea anterior, sobre la necesidad de que cada una se tenga paciencia y confianza, así que
acompañar es tener la posibilidad de construir conocimientos entre todas, eso para ella es
necesario porque reconstituye tejido social y se fortalecen los círculos/vínculos de mujeres
o pueden crearse nuevos lazos de amistad: ―Podría agregar [que al compartir información]
hago amigas, siempre conoces a alguien diferente y se forma un vínculo lindo, porque se
rompe una barrera fuerte, ya que estamos hablando de tu vulva y mi vulva, cómo fue la
primera vez que yo la use, etcétera‖232.
Las promotoras comparten que el acompañamiento es favorable en ambas
direcciones, ya que las usuarias pueden sentir seguridad y confianza y transmitir eso a otras
mujeres que quizá se decidan a buscar los servicios de la promotora acompañante. En esta
relación, la usuaria puede estar tranquila y tener la confianza de que recibirá información
que la auxilie para en su caso, resolver complicaciones con la alternativa que adquirió.
Como se ha mencionado, el acompañamiento se sostiene por la experiencia
personal, así que una preocupación que se abordó en el encuentro, fue que debido al auge
que recientemente han tenido las alternativas, cada vez hay más distribuidoras que las
venden, pero no las usan y por lo tanto resulta más complicado cuidar los procesos de las
232
Grupo de discusión, octubre 2018.
219
mujeres y en consecuencia se puede desacreditar la funcionalidad de las alternativas
menstruales. Las promotoras, se disponen a ofrecer información y contención a mujeres que
no fueron acompañadas o que no cuenten con información suficiente en torno a alguna
alternativa -por ejemplo cuando se compró la copa por internet y no hubo seguimiento-, a
fin de seguir creciendo la red y de seguir generando espacios para el diálogo, el
acercamiento y el fortalecimiento del sentido comunitario y sororal.
El tema del acompañamiento es visto también, como estrategia y propuesta de valor
de su trabajo debido a que al vender una copa o las toallas lavables, las promotoras están
posibilitando una cercanía entre mujeres que las grandes marcas no propician, aunque
algunas ya vendan la copa menstrual233.
3.4.4. La recuperación de la autonomía.
La confianza y la seguridad sobre sí misma, fueron temas que surgieron en el grupo y que
se mencionaron en relación a lo que las promotoras reconocían como el empoderamiento,
que si bien éste parte de la reapropiación del cuerpo se reconoció que empoderarse tiene
que ver con la integración del tema de la economía o la autogestión, como elementos
necesarios para que las mujeres recuperen su poder y la soberanía sobre sí misma, de la que
hablaba Navarro Casillas (2016), estas ideas se encuentran cercanas a uno de los horizontes
de reflexión acción ecofeminista, que es la recuperación de la autonomía.
En las experiencias de las promotoras es clara la relación de estos elementos debido
a que sin excepción, antes de ser promotoras, las asistentes fueron usuarias de alternativas
menstruales, así que una vez que reconectaron con su cuerpo a través del contacto con la
menstruación, cambiaron sus concepciones y la forma de nombrarse, llegó una necesidad
de compartir la información que tenían y que integraron con su vivencia. De esta forma las
promotoras conjugaron el conocimiento y la reapropiación del cuerpo con la construcción
de proyectos que les permitieran generar ingresos, sin que tuvieran que estar sujetas a
empleos que consideran injustos u opuestos a sus necesidades y ritmos. Ésta idea resuena
con la exposición de Valdés Padilla (2017, p. 207) sobre ―dejar el trabajo y encontrar la
233
La marca Tampax© anunció en octubre de 2018, el lanzamiento de su copa menstrual de silicón
reutilizable, mientras que Prudence©, en este mismo año lanzó a la venta una copa desechable, que se había
anunciado un par de años antes, luego de la alerta sanitaria de COFEPRIS.
220
labor‖ que representa un posicionamiento crítico frente a los ritmos lineales de la economía
capitalista de la modernidad.
Las promotoras refieren que a través de la labor de promoción, pudieron disponer de
ingresos y del tiempo necesario para realizar actividades afines a sus ideales de vida o a sus
propios ritmos, que según la concepción de Valdés Padilla (2017, p. 345), podría
reconocerse como ―la ciclicidad encarnada‖234. Leticia habla acerca de dos potencialidades
relacionadas a su visión del empoderamiento, que las alternativas favorecen para que las
mujeres recuperen el poder sobre sí misma; una de ellas es el poder que emerge del
reconocimiento del cuerpo y la vivencia consciente del ritmo menstrual y la otra consiste en
la venta de copas, que para ella ha significado una opción económica que no se contrapone
a sus tiempos como mamá y a sus necesidades cíclicas, que incluyen tiempos de descanso o
atención para ella misma.
Si bien, para algunas participantes la promoción les permite generar auto-empleo y
para otras se trata de una labor comunitaria, todas están de acuerdo en que las alternativas y
los lazos sororales les permiten abrirse a trueques, colaboraciones o facilidades que no
están limitadas al intercambio monetario, ya que en algunas situaciones el pago es un tema
difícil para las mujeres que buscan las alternativas, considerando que la inversión se
recupera gradualmente y en algunos contextos no se alcanza a observar que a mediano
plazo resulta más económica la inversión en una alternativa, que costear mes con mes el
gasto de desechables. Estas dinámicas de intercambio y solidaridad, son parte de la
construcción de alternativas económicas entre mujeres.
Como el tema de la economía personal y el trabajo fueron temas relacionados de
manera importante a la idea de la autonomía, la lógica imperante de la economía neoliberal
es una cuestión incluida en las reflexiones de las promotoras, como lo veíamos antes, ésta
reconoce como responsable del saqueo y destrucción de la naturaleza, pero también se
relaciona a los ritmos lineales que la productividad impone sobre la vida de las mujeres.
234
Este concepto explica cómo las mujeres se benefician de los movimientos físicos, emocionales y
hormonales de las fases que componen el ciclo menstrual para auto-conocerse y a partir de ello, gestionar y
proyectar actividades para la satisfacción de sus necesidades que son cambiantes durante el tiempo que dura
el ciclo.
221
Estas dinámicas económicas y autogestivas que las alternativas propician, ponen en tensión
los lineamientos del modelo económico de la modernidad.
Todas las promotoras presentes en la reunión, coinciden en que su trabajo inicio con
la experiencia personal, todas expresaron que fue a partir del uso de alternativas, que se
convencieron de distribuirlas y acompañar a las mujeres en transición. Algunas expresan
que su motivación principal se encuentra en compartir la información con todas las mujeres
que les sea posible e incluso hacer amigas y no solo es obtener dinero, el hecho de
informarse y ayudar a las demás a tener información, es un asunto que se consideró vital
para retomar su poder de decisión que no se contrapone a la visión de la promoción como
un empleo redituable y adaptable a sus formas de vida.
Un punto de acuerdo entre todas las participantes es que obtener retribución por la
actividad de informar y, de alguna manera, educar a las mujeres en temas que para ellas son
vitales, trae satisfacciones que no son exclusivamente monetarias. Así la cercanía que el
tema de las alternativas propicia, es lo que le da un valor agregado a su trabajo, ya que a
diferencia de las grandes marcas que en 2018 liberaron la venta de copas, las promotoras
realizan una labor de frente y de voz en voz.
Tal como refiere Carla en la reunión de promotoras, hay un acto político en el hecho
de prescindir de los productos que ofrecen las grandes marcas, que cada vez parecen más
especializados en el control de los fluidos corporales, asimismo reconoce que la
oportunidad de hablar con otras mujeres rompiendo la barrera de los temas del cuerpo que
históricamente se han ocultado, fortalece relaciones y las reúne para compartir experiencias
de las que puedan aprender juntas o generar sus propios conocimientos.
Con esto de las alternativas menstruales siempre hay una comadre con la
que puedes hablar de eso, sobre qué funciona o cómo hacer y eso hace una
red de mujeres, es empoderamiento y es un acto político. En el momento que
paso por el ―filonón‖ de toallas y tampones [en las tiendas], a mí me da
mucho orgullo pensar que no necesito dinero para menstruar, lo que ya
invertí en mi copita ya lo puse y estoy conociéndome y cuidándome, además
222
le estoy dando a un asunto político, porque ya no les doy mi dinero [a las
marcas] y hago redes para hablar de esto235.
Las promotoras no solo tienen claro que deben generarse opciones económicas que
desafíen la lógica económica actual, sino que hay otra cuestión política referente al poder
de decisión sobre su cuerpo que todas las mujeres deberían tener, Tania comenta que el uso
de alternativas puede ayudar a recuperar el poder de decisión que se les ha despojado:
En lo político sale mucho esta cuestión de que nos han quitado el derecho a
decidir qué queremos usar, qué metemos en nuestro cuerpo, si queremos
tener hijos o no, eso nos lo ha quitado el sistema, en todas sus formas no
solo el sistema capitalista en sí. Todas las empresas nos venden al precio que
quieren, lo que quieren, hacen las toallas o los tampones con los materiales
que quieren y nos dan la información que quieren, no nos dicen todo lo que
les ponen, nos muestran líquido azul para hablar de menstruación, no nos
dicen que el ―algodón‖ [conque fabrican los absorbentes] así de blanco tiene
dioxinas y [las farmacéuticas] no nos permiten decidir si quiero tomarme la
syncol o no, cuando tengo cólico o mejor me tomo un té o me unto un
aceitito236.
Tania agrega que las dinámicas consumistas que las grandes empresas generan a través del
bombardeo publicitario, limita la autonomía de las mujeres y a partir del cuestionamiento
de los productos que se utilizan cotidianamente, esas limitaciones pueden cambiar y
favorecer el consumo de productos más responsables con la naturaleza y sus cuerpos.
Como se ve, la idea de autonomía que las promotoras expresan, trastoca diferentes
cuestiones que se integran con el uso de las alternativas menstruales, pero lo que queda
claro con los relatos de las participantes, es que es necesaria una red consistente de mujeres
para sostenerse entre sí y generar opciones que pongan en el centro el cuidado de sí, y con
ello el cuidado de la vida.
235
236
Grupo de discusión, octubre 2018.
Grupo de discusión, octubre 2018.
223
3.3.5. El cuidado de la tierra.
Con el encuentro de las promotoras, se observa que las alternativas menstruales se asumen
como ecológicas debido a todos los temas que enlazan, entre los que encontramos la
posibilidad de reducir o incluso anular, la producción de desechos sólidos. Asimismo, la
recuperación de la sangre y su disposición como elemento orgánico en la tierra, es otro
tema a considerar en la cuestión del cuidado ambiental y también del cuidado personal.
Los materiales con los que se fabrican toallas, tampones, pantiprotectores y toallas
húmedas, suponen riesgos de contaminación ambiental, además de que vulneran la salud de
las mujeres, al estar en contacto con los órganos femeninos internos y externos. Adriana
Ordóñez Ortiz, educadora y aprendiz de partera, menciona en su blog, algunos efectos
relacionados al consumo de estos productos:
Las toallas menstruales con cloro y otros materiales y químicos, permean la
vagina, lastiman el canal vaginal y afectan el pH genital, aumentan la
cantidad [de sangrado] y afectan la calidad del endometrio, lo mismo sucede
con los tampones, los jabones vaginales, las toallas húmedas para limpieza
de los deliciosos olores de nuestra vulva. Casi todo lo que nos venden con
publicidad, nos está intoxicando, aumenta la posibilidad de vivir nuestro
ciclo como patología y aumenta nuestra posibilidad de tener una
patología237.
En consecuencia, las promotoras hablan de que la sustitución de desechables genera
cambios de hábitos en cadena, por ejemplo quienes deciden usar las toallas reutilizables
recuperan su sangre para regar las plantas, buscan jabones degradables para su lavado, así
como otras opciones que favorezcan su ciclo menstrual, tal es el caso de los alimentos
libres de agroquímicos o el reemplazo de productos para el cuidado personal que contienen
disruptores endócrinos o que se envasan en plástico de difícil reciclado y degradación
tardía.
―El poder de la Menstruación‖ publicación recuperada de:
https://adrianaordonezortiz.blogspot.com/2016/ el 18 de diciembre de 2018.
237
224
Los disruptores endócrinos generan impactos directos en el ecosistema ya que el
sistema hormonal de los animales -incluidos los humanos- es vulnerable a algunos de los
efectos que producen estas sustancias y que pueden manifestarse a través de la suplantación
de las hormonas que produce el cuerpo, el bloqueo de su acción o el cambio en los niveles
normales. Estos efectos producen desequilibrios que generalmente complican el desarrollo
de las especies:
Dado que los mensajes hormonales organizan muchos aspectos decisivos del
desarrollo, desde la diferenciación sexual hasta la organización del cerebro,
las sustancias químicas disruptoras hormonales representan un especial
peligro antes del nacimiento y en las primeras etapas de vida. Los
disruptores endócrinos pueden poner en peligro la supervivencia de especies
enteras, quizá a largo plazo incluso la especie humana (Colborn & Peterson
Myers John, 1996, p. 02).
La liberación de sustancias químicas en el ambiente afecta a las poblaciones de
aves, peces, tortugas, crustáceos y mamíferos, además de incidir de manera adversa en la
salud humana. Los efectos relacionados a sustancias disruptoras, como las dioxinas 238,
afectan la función tiroidea, reducen la fertilidad, disminución en el éxito de incubación en
el caso de los ovíparos, deformidades, anormalidad metabólica o deficiencia en el sistema
inmune (Colborn & Peterson Myers John, 1996). Los autores argumentan que la especie
humana se ve amenazada por estos componentes, puesto que se ha encontrado que una
reducción en el conteo de espermatozoides por mililitro de semen, así como una reducción
del flujo seminal. A esto que se suma, la vulnerabilidad del ciclo menstrual debido a la
importancia del balance hormonal para la fertilidad y la salud de las mujeres.
Durante el encuentro, Cristina introdujo el tema de los efectos de la contaminación
en la salud endócrina cuando mencionó que el uso de toallas de tela para contener la
menstruación favorecía el cuidado integral del cuerpo en conexión con la tierra, esta
238
Las dioxinas son sustancias con efecto disruptor endócrino, que se encuentran en las toallas y tampones
desechables producidos por el proceso de blanqueado con cloro, al que es sometida la pasta de madera con la
que se fabrica el relleno de esos productos.
225
alternativa a diferencia de las desechables ―no la vas a tirar y eso no va a regresar a ti en
forma de disruptores endócrinos, eso es de verdad cuidar un poco más de ti‖ 239.
En relación a la menstruación y a la reducción de la fertilidad -no solo en las
mujeres-, se hizo mención del uso de la píldora anticonceptiva y su efecto contaminante en
las aguas240, que es otro tema recurrente en la reflexión acerca de las cuestiones ecológicas
alrededor de la menstruación y fertilidad de las mujeres, que se introduce por las
alternativas menstruales y que por otro lado, es centro de importantes debates a cerca de las
opciones saludables en torno a la elección de no embarazarse. La necesidad de cuidar el
equilibrio endócrino se ve pues, como una necesidad que inevitablemente está conectada al
entorno, y por ello al cuidado del equilibrio ecológico.
Sin embargo, las aguas, el suelo y las especies no son los únicos que reciben el
impacto de la fabricación y disposición de los absorbentes desechables para la
menstruación, sino que tal como se cuenta en una historia ilustrativa encontrada en la
página de Luna Cup241, la producción de polietileno, polipropileno y pulpa de madera –
materiales con que se fabrican los absorbentes- tiene un impacto directo en los océanos, los
bosques o selvas y la tierra ya que de los dos primeros se obtienen de la transformación del
petróleo y la pulpa de madera, de los árboles.
Pero eso no es todo, la contaminación del cuerpo y de la tierra, es agravada por los
perfumes y otros aditivos que se añaden a los absorbentes para hacerlos más
delgados/pequeños y más absorbentes en menor tiempo, entre estos se encuentra el
poliacrilato y adicionalmente la industria de la higiene femenina, hace uso de materiales
como el asbesto y el rayón, que al ser liberados en el ambiente, están condenando la
alimentación humana -y la existencia de otras especies- debido a que la contaminación de
239
Grupo de discusión, octubre de 2018.
―¡Aguas con tus aguas!‖ Recuperado de: http://ixchelecoalternativas.com/aguas-con-tus-aguas/ el 01 de
diciembre de 2018.
241
―Nacimiento y vida de una toalla sanitaria‖. Recuperado de: http://lunacup.mx/copamenstrual/como-sehacen-las-toallas-femeninas/ el 01 de diciembre de 2018.
240
226
los suelos, supone que los compuestos seguramente ―volverán a la mesa‖, debido a la
reciprocidad en la relación de los seres vivos con la naturaleza 242.
3.3.6. Construcción colectiva de la salud.
La salud y el bienestar son temas recurrentes en las ideas expuestas durante el encuentro de
promotoras. La experiencia de uso y la promoción de alternativas son elementos que se
integran para repensar dimensiones complejas de la vida de las mujeres, entre las que se
encuentra una necesidad por reconocer las conexiones con la naturaleza, como el medio
que sustenta la vida. Pese a que esta idea parezca difuminada en contextos urbanos, para las
mujeres que promueven alternativas en dentro del AMG y para las que encuentran en ellas
una opción viable para menstruar, la salud es una concepción compleja que implica la
articulación de cambios, resistencias y nuevas construcciones, algunas veces inspirados por
prácticas y hechos de generaciones pasadas, incluso por cosmovisiones ancestrales.
Para las promotoras, la salud de las mujeres pasa por la reivindicación de su voz y
sus decisiones, la importancia de ser/sentirse dueñas de su cuerpo, el fortalecimiento de las
relaciones sororales como una herencia del feminismo y el sentido de comunidad, la
construcción de autonomía y el cuidado de la tierra como ente sostenedor de la comunidad.
Con los relatos de las promotoras se entiende que la salud no solo implica ausencia
de enfermedad, sino que es vista como la armonía entre el cuerpo –reconocido como un
cuerpo integral-, el medio natural del que depende y las relaciones sociales. Se observa que
las alternativas menstruales juegan un papel importante en esta idea, ya que favorecen el
cuidado de las mujeres, de sus vínculos y de la naturaleza. Los encuentros que surgen para
promover, compartir y acompañar procesos vinculados al uso de alternativas menstruales
son propuestas que invitan al bienestar, pero sobre todo a cuestionar las concepciones de
salud de diversos modelos.
(Re)construir la comunidad no es posible si se deja de lado la integralidad y salud
personal. Bajo este discurso, encontramos que las promotoras de alternativas menstruales
Así se menciona la publicación de La Lechuza ―La ―higiene femenina‖: el negocio de una industria tóxica
y mortal‖. Recuperado de: https://ecoredfeministamx.wordpress.com/2014/02/24/la-higiene-femenina-elnegocio-de-una-industria-toxica-y-mortal/
242
227
tanto en lo individual, como en proyectos colaborativos están vinculadas a diversas
propuestas para la salud y el bienestar en el AMG, que entre ellas configuran un modelo de
salud alternativo que se acerca los que Valdés Padilla describe como un ―modelo de salud
femenino/feminista‖ (2017, p. 45).
En dicho modelo se puede reconocer la importancia de las dinámicas colectivas que
los proyectos promotores de alternativas menstruales, están generando en el contexto del
AMG. Este modelo que tiene la característica de ser holístico, en diferentes contextos
denuncia la praxis clínica y los tratamientos violentos, los paradigmas que asocian el
cuerpo femenino a la enfermedad, así como al orden jerárquico del ejercicio médico
institucional. Sin embargo,
no se descarten del todo algunos puntos de vista e
investigaciones de la ciencia médica –columna vertebral del sistema de salud hegemónicoy en ocasiones, estos son reapropiados o adaptados a diferentes contextos y prácticas de las
mujeres.
La perspectiva de salud femenino/feminista, se construye a partir de la articulación
de algunos aspectos vinculados a los horizontes ya descritos, como la recuperación de
conocimientos de diversas ramas de las ciencias de la salud, que son ampliados
gradualmente por otros campos científicos, por ejemplo el de las ciencias sociales, las artes
o la ecología, de esta articulación emergen discursos alternativos y prácticas diversas que
constituyen dicho modelo. Como refiere Valdés Padilla (2017), la salud femenino/feminista
a diferencia de la salud institucionalizada, busca que las mujeres recuperen la autoridad -su
voz- y la capacidad innata de sanarse a sí misma, que residen en su interior. El
reconocimiento de dicha capacidad comienza entonces, con la recuperación de la voz
propia y la reconexión con el cuerpo para después, integrar una visión descolonizadora de
lo que es habitar un cuerpo de mujer.
La reconexión con el cuerpo, es otro pilar del modelo de salud alternativa que
estamos abordando ―…en este sistema de salud se parte de un nivel de autoconocimiento
228
profundo para concebir los propios conceptos y resituar el cuerpo/mujer ante la propia
experiencia, y parir así, una mirada sanadora sobre el propio cuerpo y la vida, ello está
siendo posible en colectividad‖ (Valdés Padilla, 2017, p. 47). Es por ello que las
alternativas menstruales son valiosas para la construcción colectiva de la salud, ya que en
un contexto de desconocimiento de la anatomía propia e invalidación de la voz –que las
promotoras relacionaban a la confusión de los orificios pélvicos- son una herramienta
potente, una brújula que permite comenzar la auto-exploración, la reconstrucción del
vínculo con el cuerpo y la descolonización de diferentes partes.
Tanto en el grupo de discusión, como en el taller, convocados por el CS el autoconocimiento, fue una necesidad que algunas participantes expresaron y según sus relatos,
relacionaban al uso de alternativas, sobre todo a la copa menstrual. Quienes la habían usado
antes, referían que el hecho de recuperar su flujo menstrual y la posibilidad de verlo, abrió
el interés de buscar información acerca del proceso menstrual y también a pensarlo desde
su propia intuición y sus reflexiones. Mencionaron que el uso de la copa les permitió una
relación directa con su vulva y su vagina, entonces estas son vistas como puertas para el
conocimiento del cuerpo en su integralidad.
―Conocerme mejor‖, fue una necesidad expresada con frecuencia, que se ve
enlazada a la ampliación de las opciones de auto-cuidado, ya que este último se plantea
como una respuesta a las necesidades que previamente, el auto-conocimiento permite
identificar en varias dimensiones de la vida de las mujeres. Es así como el autoconocimiento aunado al auto-cuidado, se convierten en elementos fundamentales para
construir la salud, y mantenerse en bienestar.
Como se menciona párrafos atrás, las promotoras de alternativas menstruales
desarrollan o participan en propuestas, que incluyen las alternativas menstruales como
herramientas fundamentales de salud femenina, ya que según las experiencias relatadas,
facilitan los procesos de reconexión, descolonización y conocimiento del cuerpo. Tanto en
talleres, como en círculos de estudio, es abordado el tema de las alternativas menstruales
dado que son opciones que se reconocen más saludables tanto para el cuerpo como para la
tierra, que los desechables y también se ven como herramientas que facilitan el auto229
conocimiento y la resignificación del ciclo menstrual, como un elemento imprescindible
para la salud de las mujeres.
En la construcción colectiva de la salud, no se descartan algunas prácticas,
tratamientos e investigaciones de la medicina institucionalizada, pero si se cuestionan y en
ocasiones se denuncian, en el caso del CS la construcción colectiva de la salud se propone a
través de talleres como ―Autonomía del cuerpo: descolonizar la ginecología‖, realizado en
el marco de las ―5ª Jornadas de Sexualidad y Género‖243 y facilitado por el CS, propuso
repensar los orígenes violentos de la ginecología moderna y resignificar el uso del espéculo
vaginal como práctica de auto-conocimiento y auto-cuidado en lugar de un acto, que las
mujeres en ese momento, reconocieron como tortuoso y relacionaban al miedo de acudir
frecuentemente a revisiones con un especialista.
Recorte de pantalla 9. Jornadas de Sexualidad y Género.
Publicación de Facebook: de Jornadas de Sexualidad y Género. UdeG, noviembre 2018.
243
Estas jornadas se realizan anualmente en Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, en
coordinación con diferentes organizaciones autónomas y el Instituto Municipal de las Mujeres. En 2018, el
tema fue: ―Políticamente incorrectas. Cuerpos, sexualidad y política‖. El programa generalmente se desarrolla
con una conferencia magistral de inauguración, seguida de actividades culturales y talleres.
230
Además de la reflexión y denuncia, en dicho modelo de salud, según Valdés Padilla
(2017, pp. 45-47), las mujeres se reapropian de algunas aportaciones de diferentes ramas de
la ciencia institucionalizada, como la anatomía, la endocrinología o la nutrición, así lo
hacen en sus círculos de estudio conjunto Toalla Sana e Ixchel Ecoalternativas. En estos
círculos se reivindica la sabiduría que tradicionalmente se ha conservado y divulgado entre
mujeres, tal como la herbolaria que es una base importante de la ginecología natural, que
ellas refieren como ―gine natural‖.
Recorte de pantalla 10. Círculo de Saberes y Autocuidados.
Evento de Facebook de la comunidad Toalla Sana, noviembre 2018.
Como parte de la visión holística de la salud, la ciclicidad 244 es valiosa para
mantener un estado de bienestar adaptado a las necesidades de cada mujer en cada fase que
transita, de esta manera conocer el ciclo menstrual para beneficiarse de las energías y
habilidades que cada fase proporciona, es otra forma de desafiar las concepciones negativas
asociadas a él y también las imposiciones de los ritmos lineales de la modernidad, por esta
razón desde la perspectiva feminista las mujeres del Espacio 13 lunas proponen talleres y
círculo de mujeres para la reconexión con el cuerpo, a partir del reconocimiento del ritmo
244
Como la característica de transitar repetitivamente y en conciencia las fases del ciclo menstrual.
231
de la menstruación, además de que se han desarrollado herramientas como los diagramas
lunares y agendas menstruales245, que son utilizadas para recuperar las observaciones que
cada una puede hacer sobre su estado emocional o físico, la alimentación, la sexualidad, lo
sueños, sus flujos, el trabajo y otros aspectos relacionados al día a día de cada mujer.
Recorte de pantalla 11. Circulo de mujeres.
Evento de facebook de la comunidad Espacio 13 lunas, diciembre 2018.
Estas actividades reposicionan la sabiduría de las mujeres, ya que según las
promotoras se trata de que entre todas las participantes se logre una sinergia que facilite el
diálogo y la construcción colectiva de conocimientos que sean útiles para la vida de las
mujeres. Etas actividades son muestra de las respuestas que se tejen entre mujeres, ante la
subordinación y silencio sobre el cuerpo.
Con estas dinámicas se trastocan elementos de la epistemología eco-feminista de
Ivonne Gebara (2000) como la interdependencia, no solo del cuerpo y la naturaleza, sino
245
Estas herramientas facilitan el proceso de auto-observación y con ello el proceso de auto-conocimiento, a
través del registro diario del ciclo menstrual que puede comenzar en el primer día de la menstruación o en el
día de ovulación. Tanto en el diagrama como en la agenda, se trata de que cada mujer se pregunte: ¿qué
aspecto o área de la vida quiero/necesito explorar? Así, al paso del tiempo pueden leerse patrones, hábitos o
necesidades, que en ocasiones corresponden a ciertas particularidades de las fases del ciclo menstrual y eso
sirve para evaluar las opciones de auto-cuidado o a programar de manera más eficiente las actividades del
mes.
232
también entre las mujeres que se reúnen; la afectividad como un elemento importante para
el desarrollo de temas tan personales como el menstruar o el reconocimiento de la anatomía
propia. Asimismo, en el tema particular de las alternativas menstruales, se encuentra este
elemento de la interdependencia del cuerpo y la naturaleza, además de que el género y la
ecología son mediaciones para aprender y generar conocimientos, según lo que describe la
autora.
Recorte de pantalla 12. Taller: Abrazando mi ciclicidad.
Publicación de facebook de la comunidad Espacio 13 Lunas, diciembre 2018.
En los talleres, círculos de estudio y Círculos de Mujeres, la experiencia personal es
determinante para articular los conocimientos que de ella emanan, que tal como lo veíamos
con la ―metáfora del espejo‖ 246 Navarro Casillas (2016, p.178), pueden servir cuando las
mujeres comparten vivencias similares. En este sentido, la experiencia es parte un contexto
particular que tal como describe la epistemología ecofeminista, se trata de la primera
referencia
para
la
construcción
de
conocimiento.
De
esta
manera
tanto
promotoras/facilitadoras, como las participantes en diferentes actividades, van articulando
un proceso de conocimiento que es recíproco y se nutre entre todas, desde una visión
Navarro Casillas (2016, p. 178), refiere: ―Otra de las actividades y conceptos clave de los círculos urbanos
de mujeres es la metáfora del espejo cuyo principio es el de ―tú eres igual a mí‖ […] se promueve la
concepción del espejo cuando unas comparten experiencias que las otras pueden interpretar como similares a
sus propias vivencias, lo que crea una empatía y apoyo entre las mujeres del círculo‖.
246
233
holística e inclusiva, estos elementos también forman parte de la propuesta epistemológica
del ecofeminismo latinoamericano.
Como se puede ver, la complejidad de las concepciones acerca de la menstruación y
su vivencia, desarrollada y difundida por las promotoras de alternativas menstruales, abre la
posibilidad de construcciones alternativas de salud desde el propio cuerpo -un acto de por
sí, político-, pero no solo eso ya que a decir de las experiencias que se han analizado, se
encuentra que tanto promotoras como usuarias, están replanteando en conjunto cuestiones
como el cuidado ecológico, la reconstitución de los vínculos entre mujeres y la autonomía,
como elementos importantes para retejer la dinámica comunitaria desde la vivencia
menstrual.
3.5. La visibilidad de la sangre, como principio integrador de la reflexión-acción
ecofeminista
La opción de recolectar la sangre para no disponerla en los basureros o en el drenaje, es un
hecho facilitado por el uso y práctica de las alternativas menstruales que se han descrito en
el apartado anterior. Actualmente en Guadalajara, se encuentran diversas propuestas
ecofeministas con diferentes enfoques que se pronuncian por revalorar y visibilizar
positivamente la menstruación, Valdés Padilla (2017) documenta ampliamente la
experiencia de Círculos ecofeministas en esta ciudad, que si bien se centra en su
componente espiritual, no pierde de vista el profundo sentido político que contienen sus
prácticas. Estos círculos son cercanos a casi todas las mujeres -promotoras, usuarias e
interesadas- que fueron consultadas para la elaboración de esta tesis. La autora referida, en
su investigación desarrolla un capítulo que lleva por título ―Menstruación y el poder de
amar la sangre‖ (Valdés Padilla, 2017, p. 338) en el que describe prácticas menstruales que
las mujeres realizan a partir de la recuperación de su sangre menstrual.
Respecto a esta última idea, se encuentra que las alternativas menstruales o
―ecoalternativas‖ (Valdés Padilla, 2017, p. 375) como la autora las nombra, son
herramientas importantes para regresarle a la sangre la sacralidad que la cultura patriarcal le
ha arrebatado, al grado de convertirla en tabú. A lo largo del capítulo, recupera símbolos y
concepciones contenidos en las prácticas rituales, que pueden considerarse dentro de los
234
imaginarios ecofeministas, es decir que aunque no se nombren de esta manera, encuentran
un vínculo entre la subordinación de las mujeres y la explotación de la naturaleza, que
puede entenderse como el hilo conductor de las reflexiones y acciones que llevan a cabo las
mujeres, para reivindicar su valor en la sociedad y para cuidar de la tierra.
Entre las experiencias descritas por Valdés Padilla (2017), encontramos la
reconexión con el útero; la reconexión con la menstruación, su arquetipo y su ritmo cíclico;
la espiritualidad menstrual, que incluye prácticas como rezos menstruales, oráculos
menstruales, el cinturón menstrual y el punto de sangre en el entrecejo; la recuperación de
la sacralidad de la sangre, así como los rituales de paso para la menarquía y la menopausia.
Todas estas experiencias, son posibles a partir de la visibilización y recuperación de la
sangre menstrual y se realizan en favor de construir en comunidad nuevos significados, que
permiten a las mujeres habitar el cuerpo femenino desde sus propias concepciones y vivir la
menstruación sin tabú frente a una ―cultura menstrual hegemónica‖ (Valdés Padilla, 2017,
p. 379) que despoja la sabiduría propia y oculta la menstruación.
Entre dichas prácticas y experiencias, se encuentran algunas que han sido retomadas
e integradas en diferentes momentos por el CS. La reconexión con el útero, es considerada
por esta organización como un eje de partida para reconectar con todo el cuerpo, pero
también se ve como un elemento necesario para vivir la menstruación en armonía y en
conciencia. Desde esta visión, en las propuestas del Colectivo Sembradoras se incluyen
actividades enfocadas a revitalizar la conexión con el útero.
Una muestra de ello es el taller ―Conciencia uterina‖ presentado con el propósito de
ayudar a las mujeres a sentir su útero y sus movimientos, a través de técnicas de masaje y
meditación. El discurso que acompaña este tipo de eventos, incluye una visión en la que la
fertilidad –potencial guardado en el útero y la menstruación- no solo se relaciona a la
reproducción, sino que se reivindica en favor del bienestar y la gestación de los deseos
propios de las mujeres. Asimismo, incluye la concepción de que las características del
cuerpo de las mujeres codifican sabiduría disponible para guiar la vida y mantener la salud
(Northrup, 1999) misma que es posible descubrir y enriquecer a través del intercambio de
235
experiencias en colectivo y de la valorización de las funciones vitales del cuerpo de mujer,
más allá de la reproducción.
Recorte de pantalla 13. Taller: Conciencia Uterina.
Evento de facebook de la comunidad Colectivo Sembradoras, enero 2019.
El dialogo constante que mantiene el CS, con mujeres diversas le ha permitido
ampliar sus visiones y repensar el contexto de violencia contra las mujeres que se vive en
un país como México, es por ello que rumbo al 08 de marzo del 2018, esta organización
convocó al taller ―Menstruar en tiempos de sangre‖ que se planteó como un espacio para la
reflexión profunda acerca de la violencia a la que está expuesto el cuerpo femenino y para
ello se realizó un mapeo del ―territorio cuerpo‖ (Cabnal; ACSUR-Las Segovias, 2010) que
reunía las partes de este, que se identificaron como receptivas o susceptibles de abuso. A
través de este encuentro se buscaba reposicionar a la menstruación como ―sangre de vida‖,
es decir como la única sangre derramada sin trauma o a causa de la violencia y de cierta
manera se pensó para refutar la ―hipocresía‖ de la cultura que esconde la sangre menstrual
y expone por todos los medios la sangre producto de la violencia.
Pese a que el taller incluyó la exposición de fuertes hechos violentos, se hizo un
llamado al ―reconocimiento de las potencialidades de nuestro cuerpo cíclico y con este
236
ejercicio queremos ubicar los nodos que nos lleven a tejer redes de contención y a
materializar sueños colectivos‖ 247.
Recorte de pantalla 14. Taller: Menstruar en tiempos de sangre.
Evento de facebook de la comunidad Colectivo Sembradoras, enero 2019.
En sentido ritual, la Carpa Roja y el temazcal son espacios propicios para reconocer
el valor de la menstruación y hablar de temas relacionados al cuerpo, al bienestar y a la
importancia de reconocerse como mujer valiosa. La exploración de los ritmos de la
menstruación, o lo que hemos referido como la ciclicidad, supone descubrir los ―regalos‖
que el ciclo menstrual guarda para las mujeres que se reconectan con él y con el útero.
El lugar donde se encuentra el temazcal, es el espacio propicio para realizar la
―siembra de luna‖ y con ello ―elevar‖ los rezos menstruales tanto de las coordinadoras del
CS, como de otras mujeres que desean hacerlo. Estas actividades se realizan en colectivo y
son acompañadas con cantos y elementos rituales como los altares y las ofrendas. Los
momentos en los que se llevan a cabo por parte del CS responden a una necesidad de
fortalecer ―intenciones y pedimentos‖ para el bienestar común, que van desde la idea de
sanar y fortalecer las relaciones entre mujeres, hasta las peticiones por el ―despertar de la
conciencia‖ y el cese la violencia contra el cuerpo y contra la tierra.
Taller: ―Menstruar en tiempos de sangre‖. Recuperado de:
https://www.facebook.com/events/202473337002837/ el 05 de enero de 2019.
247
237
Recorte de pantalla 15. Carpa Roja y Temazcal.
Evento de facebook de la comunidad Colectivo Sembradoras, enero 2019.
Estas experiencias y prácticas son apenas una muestra de la gran diversidad de
Círculos y comunidades ecosociales, ubicados en el AMG que integran una visión compleja
de la realidad de las mujeres, a partir del cuestionamiento de las imposiciones sobre el
cuerpo y el efecto del tabú menstrual. Como lo hemos mencionado, con la presentación de
la experiencia del Colectivo Sembradoras, no se pretende invisibilizar otros esfuerzos y/o
espacios para la reflexión y transformación de las condiciones de vida de las mujeres, desde
perspectivas ecofeministas diversas, sin embargo el enfoque de esta tesis se encuentra en
esta organización. Entre los proyectos, organizaciones y promotoras que se presentaron en
este Capítulo, es posible encontrar importantes esfuerzos e iniciativas que se pronuncian
por la visibilidad de la sangre menstrual, como un hecho necesario para mejorar las
condiciones de existencia de las mujeres, pero también por cuestionar las imposiciones que
condenan el equilibrio natural que sostiene la vida en el planeta.
238
CONCLUSIONES
El feminismo emerge en la modernidad como una corriente filosófica y práctica política
que desde el establecimiento del Estado y los reajustes del orden capitalista, ha cuestionado
las imposiciones que condenan, someten y limitan la vida de las mujeres. Compuesto por
una pluralidad creciente, este movimiento abraza al ecofeminismo que de igual manera es
plural.
La secuela de invalidación y estigmatización de los conocimientos de las mujeres
llamadas brujas por la instauración de la ciencia occidental moderna, se expresa en el tabú
que persiste actualmente sobre el cuerpo de las mujeres, particularmente sobre la
menstruación. Los paradigmas a través de los que se piensa y estudia el cuerpo, despojan a
las mujeres de la autonomía de sí mismas, con ello son proclives a alinearse a los ritmos y
necesidades del proyecto civilizatorio de occidente, que pone en el centro al hombre y las
leyes económicas.
Entre las múltiples violencias que se ejercen sobre las mujeres, ellas enfrentan la
imposición de una cultura menstrual hegemónica que se caracteriza por la ignorancia de la
ciclicidad femenina y el repudio de la sangre, mismo que se observa en la percepción de
ésta como un desecho vergonzoso incómodo, sucio y contaminante. Con estos preceptos, se
ha desarrollado la creciente industria de la ―higiene‖ femenina que generaliza la utilización
de absorbentes desechables, productos que facilitan la disposición de la sangre menstrual en
la basura y que prometen ―limpieza y frescura‖ durante ―esos días‖.
Sin embargo lo realmente contaminante, es la gestión de menstruación con dichos
productos, debido a que durante la vida menstrual de una mujer –que se extiende entre 34 y
38 años- la cantidad que consume se encuentra alrededor de 9 mil 120 unidades de
tampones o toallas desechables, que potencialmente pueden producir hasta 60 kg de
residuos plásticos y afecciones corporales como la incomodidad, infecciones recurrentes,
irritaciones y hasta riesgo de shock tóxico.
La dependencia de estos absorbentes se extiende a través de estrategias comerciales
que esconden la menstruación y presentan una imagen ideal de la vivencia menstrual que
239
estandariza el cuerpo de las mujeres. Asimismo, los contenidos informativos y educativos
que ofrecen diferentes marcas, limitan la comprensión y aceptación de la menstruación,
además de que continúan extendiendo una visión fragmentada del cuerpo y preceptos
idealistas que desde los subjetivo, lo siguen colonizando.
Los altos costos que las mujeres deben asumir por el consumo de toallas y tampones
desechables, no solo se reflejan en el gasto mensual, sino que se expresan como impactos
en la naturaleza, la salud y las dinámicas sociales. Generación de residuos sólidos,
proliferación de patologías y reproducción del tabú menstrual, son algunas consecuencias
comunes asociadas al uso generalizado de desechables, mismas que son denunciadas por
diferentes corrientes del movimiento feminista desde hace décadas.
Los ecofeminismos hacen visible la relación entre la subordinación de las mujeres y
el deterioro de la naturaleza, misma que se exige como condición necesaria para la
expansión del desarrollo occidental/patriarcal. La pluralidad ecofeminista abarca prácticas y
corrientes de pensamiento, entre las que existen tanto convergencias como debates. Los
conocimientos que las mujeres construyen desde metodologías situadas y encarnadas, crean
entramados complejos que buscan explicar su realidad y plantearse alternativas ante la
crisis ecosocial.
En el contexto de despojo territorial que permanece en regiones diversas de
Latinoamérica, emergen diferentes propuestas ecofeministas que incluyen visiones
teológicas y comunitarias, que se pronuncian por la defensa del territorio y del cuerpo. La
categoría política cuerpo-territorio que introducen los feminismos comunitarios desde su
lucha, deja ver el vínculo indisociable entre estas dos territorialidades, así que sus
propuestas de acción parten del cuerpo e integran al territorio, desde una visión que
reconoce la interdependencia, ya que este provee las condiciones para su existencia y para
el sostenimiento de la comunidad.
Las comunidades ecosociales de mujeres en México, tienen fundamento en una
organización horizontal/circular, con características particulares que dirigen sus formas de
acción. Desde concepciones constructivistas, tradicionales/espirituales y urbanas diversas,
estas comunidades confluyen en dos temáticas fundamentales que parten del cuerpo; una es
240
la necesidad de transformar la realidad social de las mujeres, condicionada por las crisis y
la otra se trata de la preocupación creciente por el cuidado ecológico. De esta confluencia
emerge la importancia de las alternativas menstruales como herramientas para el encuentro,
la transformación subjetiva y la creación de vínculos entre mujeres, además de ser vistas
como opciones que reducen la presión de los residuos en la naturaleza.
La diversidad de prácticas, metodologías, concepciones, visiones y experiencias, en
torno a las alternativas menstruales, se condensa en un discurso ecofeminista que hilvana
hebras desde los grupos de auto-conciencia de la década de los 60, hasta el encuentro de los
feminismos comunitarios. En este discurso, las alternativas son consideradas como
opciones ecológicas, comunitarias y de salud, es decir herramientas políticas.
En el AMG las comunidades que las promueven, sostienen vínculos entre ellas que
permiten reconocerlas como una red comunitaria que tiene miras en diversos horizontes: la
reivindicación de la voz de las mujeres; la reapropiación y descolonización del cuerpo
femenino; la reconstitución del círculo y la revaloración de la sabiduría de las mujeres; la
recuperación de la autonomía, el cuidado de la tierra y la construcción colectiva de la salud.
Estos elementos enriquecen el sentido comunitario al interior de cada nodo de la red y por
lo tanto en toda ella.
Estas miras resignifican la labor de las promotoras de alternativas menstruales, ya
que no solo se concentra en promover información para concretar ventas, sino que está
motivada por la construcción de lo que globalmente se va integrando como una cultura
menstrual alternativa, que ponen en el centro el cuidado y la experiencia del cuerpo y
desde ahí, apuesta por la reconstrucción de la comunidad que incluye necesariamente, el
cuidado de las condiciones naturales que sustentan la vida en el planeta.
241
Hallazgos
Los hallazgos obtenidos del diálogo, observación, análisis, y recuperación de la voz de las
mujeres promotoras, usuarias e interesadas en las alternativas menstruales del AMG, se
sintetizan en los siguientes incisos:
a) Se identifica una red comunitaria ecofeminista, en el AMG que a través del uso y
promoción de alternativas menstruales generara cuestionamientos, prácticas,
discursos, reflexiones y conocimientos a partir de los cuales las mujeres buscan
incidir en la transformación de la/su realidad y a su vez nutren la concepción de una
cultura menstrual alternativa que rompe el tabú menstrual y deja de ver a la sangre
como un desecho, desde estas premisas se articulan visiones que plantean
cuestionamientos ante las imposiciones del proyecto occidental de desarrollo.
b) Existe la comprensión de que las alternativas menstruales, planteadas en el
protocolo que dio paso a esta investigación, como alternativas ecológicas para
menstruación, no pueden acotarse al componente ecológico debido a que integran
además un importante componente comunitario, así como uno de salud. Estas
opciones son entendidas y utilizadas por diversas comunidades, como herramientas
políticas vinculadas a las propuestas ecofeministas. Dichos componentes favorecen
la transformación de las condiciones de vida de las mujeres, mismas que no pueden
entenderse de manera aislada, sino que forman parte del complejo tejido de la vida
en el planeta.
A partir del encuentro con las alternativas menstruales, diversas mujeres y
comunidades en el AMG intercambian visiones, discursos, experiencias, prácticas y
estrategias por la resignificación de la menstruación como proceso vital que tiene la
potencialidad de transformar la realidad de las mujeres. Tener contacto con la sangre es el
inicio para resignificar la menstruación, contactar con ella desestructura concepciones e
imposiciones que limitan las condiciones para la vida, a través de estigmatizar el cuerpo
femenino y mantener una relación instrumental con la naturaleza.
242
El interés de las mujeres por usar alternativas menstruales responde comúnmente a
tres necesidades que, a decir por su experiencia, no son cubiertas por toallas o tampones
desechables:
a)
Utilizar una opción ecológica.
b)
Sentirse cómodas.
c)
Conocer más su menstruación/cuerpo.
De estas necesidades emergen dinámicas sociales entre mujeres que enriquecen los
resultados de la búsqueda de opciones para cubrirlas, que hacen de las alternativas
menstruales opciones ecológicas, comunitarias y de salud, que politizan la vivencia
menstrual y con ello se nutren las propuestas teóricas y políticas ecofeministas para
enfrentar la crisis ecosocial. En el contexto del AMG, las mujeres que usan o se interesan
por las alternativas menstruales, construyen conocimientos y acciones alrededor de temas
ecológicos, comunitarios y de salud.
El componente ecológico.
A través de la asociación de la menstruación con la luna, las mujeres asumen una
interconexión con la tierra y el cosmos que, lejos de esencialismos sostiene su idea de
corresponsabilidad con el cuidado de la naturaleza. De inicio, las alternativas menstruales
refuerzan dicha idea ya que su uso reduce o anula la cantidad de residuos sólidos, lo mismo
sucede con el gasto implicado en la compra frecuente de desechables y la exposición del
cuerpo a sustancias que afectan la ecología femenina.
Por esa razón, a simple vista dichas alternativas se reconocen popularmente como
opciones ecológicas y aunque es así, el cuidado de la tierra no es el único horizonte que
delinean. Desde perspectivas diversas, que pueden o no llamarse a sí mismas ecofeministas,
la menstruación se reconoce como un eje importante para la liberación del cuerpo y para
sostener la conciencia por el cuidado de la naturaleza.
Las mujeres cuestionan la visión antropocéntrica del desarrollo, entre ellas se gesta
el entendimiento de que la relación sociedad-naturaleza, en la actualidad no puede seguir
243
interpretándose y viviéndose desde paradigma y tampoco puede ser reducida a una relación
instrumentalizadora.
Las mujeres que se acercan a las alternativas menstruales, comparten la idea de que
las crisis del presente son efecto de la racionalidad económica que impera en el mundo.
Con la transformación de su vivencia menstrual, las mujeres ponen en tensión el rasgo
civilizatorio procesos económicos y naturaleza en el que se subordinan las leyes de la
naturaleza a las leyes económicas, al poner en el centro la vida/naturaleza y no a la
economía, ellas tejen posturas y concepciones que señalan a la racionalidad económica
como la responsable de la crisis ecosocial.
Desde sus concepciones, las mujeres se abren a la construcción de formas diversas
de intercambio, al margen de la racionalidad económica con la que construyen autoempleos redituables. Esta dinámica no solo se refiere a la retribución monetaria, sino que
las mujeres generan alternativas económicas comunitarias a través de intercambios justos,
experiencias significativas y creación de vínculos que nutren su vida, además de darle
sentido y valor a su labor. Así las mujeres también abonan a la construcción de su
autonomía, además de adaptar el trabajo a sus ritmos ciclicos para cubrir sus necesidades
cambiantes.
Se reconoce que la naturaleza es finita y es el sustento de la vida, así como de los
procesos económicos. Vivir la menstruación en conciencia plena de ese estado, abre la
posibilidad de cuestionar las normas impuestas por el mercado de la ―higiene femenina‖,
entonces las mujeres comienzan a preguntarse qué hay detrás de las dinámicas de
producción y consumo de toallas, tampones e incluso las novedosas copas desechables.
Esconder la menstruación bajo la enunciación de ―el periodo‖, ―esos días‖ o cuando
se evita nombrarla con expresiones como ―me bajó‖, es parte de la cultura menstrual
hegemónica que extiende el uso de absorbentes desechables a través de publicidad y
contenidos educativos e informativos, que aseguran ganancias a las marcas con el desecho
y disposición de la menstruación como basura.
244
Los costos implicados en la gestión de la menstruación con absorbentes
desechables, son percibidos por las mujeres más allá del gasto mensual, es decir, la compra
constante de esos artículos conlleva costos que son asumidos por el ambiente, tales como
la disposición de residuos plásticos o la explotación de petróleo y madera implicado en la
manufactura de absorbentes desechables.
Promotoras, usuarias e interesadas en las alternativas menstruales, son mujeres que
paulatinamente transforman sus patrones de consumo por hábitos sustentables a partir del
cuestionamiento y la búsqueda constante de información, acerca de su cuerpo, la
menstruación y las opciones para gestionarla; de los canales por los que se promueven o las
implicaciones éticas de su consumo, los impactos producidos por absorbentes desechables
en la salud y el ambiente, a diferencia de ―…quien consume productos industriales y solo
necesita ir al supermercado por ellos‖ Felitti (2016, p. 189).
Entre las dinámicas de las CESM se encuentra la vinculación con espacios dentro
del AMG que no se encuentran totalmente urbanizados y conservan sus características
naturales, esta relación permite a las mujeres el contacto con la naturaleza y con ello el
fortalecimiento de su conciencia ecológica, a partir de otorgarles la posibilidad de expandir
sus prácticas rituales que incluyen el temazcal, la siembra de luna o alguna otra práctica
que dota de sentido la vivencia menstrual. Tal como se explica en el Capítulo tres,
diferentes prácticas menstruales son facilitadas por el uso de alternativas ya que estas
permiten recuperar la sangre para darle algún uso y no desecharla de inmediato, acciones
que expresan dinámicas de una cultura menstrual alternativa creciente.
245
El componente comunitario.
Desde su vivencia menstrual, promotoras y otras usuarias hacen evidente que el uso de
alternativas menstruales propicia en las mujeres, transformaciones tanto en la dimensión
subjetiva y discursiva y también en sus prácticas. Así, las mujeres resignifican la
menstruación como proceso vital personal e integrativo de dinámicas comunitarias que se
expresan de diversas formas. Desde el contexto urbano e industrializado, las mujeres del
AMG se pronuncian por la construcción de su idea de comunidad, así con particularidades
respectivas cada nodo nutre el sentido comunitario de la red.
A partir del contacto, reconocimiento y visibilización de su sangre, las mujeres
nombran la menstruación de manera afectiva, adoptando expresiones como mi luna, misma
que incluye la concepción de una conexión con el cosmos y con todo lo que habita el
planeta, igualmente de esta concepción emerge el reconocimiento de un ritmo cíclico
identificado con la llegada de cada menstruación, que les permite generar dinámicas otras
de convivencia y vinculación.
Vivir el ritmo cíclico de esta asociación de la menstruación y la luna, introduce una
visión en la que las mujeres reconocen cambios de estado constante, con ello ponen en
cuestión el ritmo lineal de la modernidad. La conexión con su ritmo les permite comprender
sus cambios físicos, emocionales y hormonales, para poder beneficiarse de ellos, de esta
manera las mujeres pueden salir de los tiempos que el desarrollo con su visión
antropocéntrica les impone. Este proceso es facilitado por la generación de comunidades y
colectividades diversas que les permita acuerpar248, sostenerse entre sí, para construir y
mantener dinámicas otras de conocimiento, economía, salud, organización, consumo y
seguridad.
Las reflexiones que comparten las mujeres cercanas a las alternativas menstruales,
en el AMG, confeccionan conocimientos que les permiten transformar su relación con la
248
Según lo expuesto por Lorena Cabnal en el sitio web de la Asociación de Solidaridad, Feminista e
Internacionalista (SUDS), se nombra acuerpamiento o acuerpar ―…a la acción personal y colectiva de
nuestros cuerpos indignados ante las injusticias que viven otros cuerpos. Que se auto convocan para proveerse
de energía política para resistir y actuar contra las múltiples opresiones patriarcales, colonialistas, racista y
capitalistas.‖ Recuperado de: https://suds.cat/es/experiencias/lorena-cabnal-feminista-comunitaria/
246
menstruación a través de los vínculos y experiencias con mujeres cercanas o la
construcción de dinámicas circulares con otras. El contacto con la menstruación hace
posible la conexión con un cúmulo de sabiduría socializada entre diferentes generaciones
de mujeres, para el bienestar personal y del entorno común, con este hecho se cuestiona la
ciencia y el conocimiento dominante.
El acompañamiento es una dinámica que les permite a las mujeres tejer comunidad,
la experiencia de uso de alternativas menstruales es fundamental para acompañar y para
difundir información acerca de estas. Desde la vivencia personal las promotoras acompañan
a otras mujeres, resuelven sus dudas y tejen vínculos desde el conocimiento encarnado,
además se observa que de la experiencia de uso, las mujeres se convencen hacer labores de
divulgación de las alternativas, como opciones que transformaron su vida y esperan que así
sea para otras mujeres, así la integración de estas acciones fortalece el sentido comunitario
a través del acompañamiento y la socialización de conocimientos entre ellas. Pese a que en
el AMG se identifican distribuidoras de alternativas menstruales que no las usan, las
promotoras consultadas encuentran fundamental este hecho para poder divulgar
información de manera responsable y certera.
La ocupación de espacios urbanos para el encuentro, reconciliación de las mujeres y
la socialización de la menstruación, tiene efecto en la construcción paulatina de espacios
seguros para las mujeres, mismos que se vuelven necesarios y urgentes ante la creciente
violencia que se vive en el país. Con diversas actividades, se busca hacer públicos y
visibles temas que han permanecido bajo el tabú impuesto sobre el cuerpo menstruante.
Con la utilización de las redes sociales se expande el alcance de las comunidades y,
ha logrado integrar Círculos Virtuales de Mujeres, como el que se observa en el núcleo de
la Ecored. Ésta práctica no sustituye la apuesta de las comunidades por la reunión
presencial constante, pero a través de internet se favorece la difusión y puede llegarse a más
mujeres.
247
Componente de salud.
Con el uso de alternativas menstruales, las mujeres recuperan su voz y dan la vuelta a
concepciones corporales limitantes, así pueden reapropiarse de su cuerpo históricamente
colonizado. Esto se observa cuando ellas pueden hablar abiertamente de los genitales, la
sexualidad, la menstruación o la fertilidad. De esta manera emergen conocimientos entre las
mujeres, que sirven para construir su propio lenguaje y sus conceptos, además de sus
formas de aprendizaje y modelos de salud alternativos o complementarios a los
establecidos por la ciencia occidental.
La menstruación deja de vivirse como tabú y de desecharse a través de los
productos convencionales, para ser recuperada con el propósito de sembrarse, pintar con
ella, hacer mascarillas, abonar las plantas, leer el estado de salud y, en el contexto de la
espiritualidad, hacer rezos menstruales, que son formas que sanan aspectos intangibles
relacionados con el bienestar de las mujeres.
A partir de la auto-exploración, el auto-conocimiento y la encarnación de la
ciclicidad, las mujeres construyen alternativas y modelos propios de salud. Explorar su
anatomía, fisiología, emociones o estado físico por sí mismas, dota a las mujeres de
información fundamental para desarrollar concepciones que les permitan sentirse cómodas
con su cuerpo y adaptar protocolos de salud adecuados a sus necesidades particulares, este
hecho también favorece la recuperación de la autonomía que la ciencia médica despoja.
Las mujeres que recolectan su sangre menstrual y observan el ritmo de sus ciclos,
reconocen en estas acciones el fundamento de una guía personal para entender su cuerpo,
tomar acciones de medicina preventiva e incluso entender la influencia del entorno en su
salud. Con ello las mujeres hacen consciente el hecho de que los absorbentes desechables
limitan estos ejercicios y por lo tanto la posibilidad de entender lo que pasa con su salud.
Además existe la comprensión de que los materiales con que se fabrican toallas y tampones
impactan negativamente en la salud y que los beneficios de su uso solo se reflejan en las
ganancias de la industria de la ―higiene‖ y de la industria farmacéutica.
248
Propuesta ecofeminista.
Los componentes anteriores hacen de las alternativas menstruales, herramientas políticas
que nutren el poder de agencia de las mujeres, producen reflexiones colectivas y formas de
organización para propiciar cambios en su realidad. Con la transformación de la vivencia
menstrual se gestan reflexiones que permiten parir acciones de resistencia frente la crisis
ecosocial, misma que recae en las mujeres como violencia y en la naturaleza como
degradación. Entre las herramientas que el feminismo y el ecofeminismo han adoptado en
su largo caminar, las alternativas menstruales actualmente permiten vislumbrar horizontes
que conducen a resarcir desde el ámbito local, los efectos del modelo de desarrollo
occidental sobre ambas.
Desde su propio cuerpo y geografía, usuarias y promotoras hacen comunidad, con
ello desafían la estructura jerárquica que sostiene la modernidad. El uso de alternativas
menstruales y el interés por éstas, genera dinámicas entre mujeres que ponen en tensión los
rasgos que sustentan la expansión del desarrollo como propuesta civilizatoria y
colonizadora en gran parte del mundo.
En torno a las alternativas menstruales, las mujeres establecen diálogos e
intercambios de conocimientos con los que se socializa la sangre, se anima a otras a
probar alternativas o se ayuda a resolver dudas sobre su uso y también se propicia la
construcción y fortalecimiento de vínculos sororales.
El reconocimiento del potencial político de la identidad mujer menstruante, que se
refuerza en las Carpas Rojas, permite articular un intercambio de experiencias personales
que revalora y ofrece elementos para dotar de sentido la vivencia menstrual de todas y
además pone en cuestión las condiciones socioculturales que reproducen el tabú menstrual,
fragmentan el cuerpo, imponen ritmos lineales sobre la experiencia cíclica y han
comercializado con la idea de que la menstruación es un proceso vergonzoso, sucio o
contaminante que debe ser higienizado.
Las comunidades que conforman la red comunitaria de promoción de alternativas
menstruales son núcleos de generación de conocimiento que cuestionan las imposiciones de
249
la ciencia y el conocimiento occidental, debido a que propician la reflexión y acción
localizada y encarnada. En ellas se propicia el intercambio de experiencias que de acuerdo
a la propuesta epistemológica ecofeminista de Ivonne Gebara (2000), es el principio de la
construcción del conocimiento propio y situado. Además se identifica que entre las mujeres
de la red existe la comprensión e integración del género y la ecología como mediaciones
cognoscitivas, el contexto como primera referencia, la inclusión de la afectividad y la
actitud inclusiva, como elementos presentes la dinámica de reflexión-acción, como proceso
de generación de conocimientos entre interesadas, promotoras y usuarias de las alternativas.
La experiencia de mujeres que eligieron prescindir de los absorbentes desechables y
de quienes por diferentes razones nunca los han utilizado, es una fuente de inspiración y
referentes para repensar las particularidades del contexto del AMG, que impulsa la
búsqueda constante por entender qué temas se tejen en torno a las alternativas menstruales.
De la recuperación de la memoria de las mujeres, surge el encuentro con una
pluralidad de conceptos y acciones que desde el propio cuerpo está transformando el tejido
social, poniendo en el centro el cuidado de la vida humana y no humana. En la recuperación
de la voz de las mujeres se encuentran las narrativas y prácticas transformadoras que son
útiles para cuidar la vida, la comunidad y la relación con la naturaleza a través de la
reconexión con el cuerpo.
Desde sus cuerpos y sus prácticas, las mujeres cuestionan los conceptos
colonizadores que se han edificado sobre el cuerpo y han generado la desconexión de él.
Entonces la descolonización emerge como la superación de las visiones científicas, que a lo
largo de la historia han reducido la complejidad femenina a la genitalidad y la
reproducción, así como la opción de renombrar las partes anatómicas colonizadas con los
apellidos de los médicos que las ―descubrieron y estudiaron‖, además romper con los
paradigmas que han asociado el cuerpo de las mujeres a la enfermedad y lo incompleto o
imperfecto.
La integración de las prácticas de auto-exploración y auto-conocimiento, nutre la
práctica política ecofeminista que cuestiona las imposiciones que las mujeres han
enfrentado respecto a la relación con el cuerpo propio, el tabú menstrual, la exposición a los
250
componentes tóxicos de absorbentes desechables, la violencia de las instituciones médicas,
así como a la contaminación de las aguas, la generación de residuos no degradables o la
disposición de la menstruación como basura.
Propuestas.
El efecto contaminante de los absorbentes desechables sobre el cuerpo y sobre la
naturaleza, es una situación que gradualmente suma a más mujeres a la reflexión y
articulación de acciones para resarcirla desde su propia concepción y vivencia. Este hecho
es de vital importancia para mejorar las condiciones de existencia de las mujeres y
favorecer el cuidado de las condiciones naturales que sustentan la vida, así que el diálogo y
reflexión debe extenderse al ámbito público, para definir acciones en materia de salud,
ecología, género y educación.
Del diálogo con las promotoras de diferentes comunidades, se identificó la
necesidad de divulgar información acerca de las cantidades de absorbentes y los gastos que
ocasionan, sin duda, esa información visibiliza un aspecto que es más complejo que la
multiplicación de precios por la cantidad de toallas o tampones que se prevé que una mujer
utilizará. Los resultados de esos cálculos ponen al descubierto la desigualdad de género ya
que son costos que deben asumirse solo por el hecho de ser mujer y difícilmente se discuten
en la agenda pública, además se denuncia que los artículos para desechar la menstruación
no son accesibles en todos los contextos, así que deben integrarse diálogos para emprender
acciones integrativas de soluciones en realidades particulares.
Relacionada a la idea anterior, surge la propuesta de realizar estudios
multidisciplinarios que se enfoquen en registrar y detallar, costos directos e indirectos de la
menstruación, así como las condiciones económicas y de salubridad de las mujeres que
menstrúan, aprovechando la disposición al diálogo y las acciones llevadas a cabo por la red
comunitaria de promoción de alternativas menstruales en el AMG.
Dichos estudios deben propiciar la reflexión para incluir la copa y las esponjas
marinas en los debates legislativos, a fin de propiciar las condiciones para que las marcas
de calidad que no pertenecen a las grandes industrias de la ―higiene‖, logren el registro
251
sanitario y con ello aseguren que no existen riesgos para la salud, además de que tal como
lo hacen ya diversas comunidades, estas herramientas sirvan para ampliar referentes en los
proyectos educativos acerca de menstruación o sexualidad.
Si bien las alternativas menstruales descritas en el Capítulo tres, son opciones que
pueden ser integradas para resarcir limitaciones y efectos producidos por los absorbentes en
contextos diversos, es necesario explorar otras opciones asequibles para mejorar
condiciones implicadas en la vivencia menstrual, de mujeres en sectores marginados.
La idea anterior se reconoce como una asignatura pendiente en este trabajo debido a
dos razones; la primera es que desde el CS hay un acercamiento con mujeres de Tonalá,
Jalisco –que representan sectores vulnerables-, que no fueron incluidas debido a las
limitaciones para organizar encuentros y asumir los compromisos que ese hecho supone. La
segunda tiene que ver con que la mayoría de las mujeres que se consultaron en el desarrollo
de esta tesis, promotoras, interesadas y usuarias, son mayores de 18 años, citadinas con
formación profesional, así que es de gran interés contar con las concepciones de
adolescentes y mujeres adultas de la periferia de la ciudad, para ampliar el alcance de
intervención social, desde otras variables.
Acercarse al análisis de las diferencias socioeconómicas de las mujeres,
seguramente ofrecerá visiones para nutrir una cultura menstrual alternativa con mayores
alcances inclusivos. De esta manera se puede abrir la puerta al diálogo de las dinámicas
desarrolladas por comunidades plurales, entre las que se puede mencionar a las indígenas y
las que conforman el movimiento LGBTI+.
La socialización de las experiencias y saberes relacionados al uso de alternativas
menstruales es la mejor ―publicidad‖ para que las mujeres se decidan a probarlas, esto se
observó durante el taller Alternativas Menstruales, en el caso de los trapitos menstruales y
el sangrado libre, que fueron las alternativas en las que se detectó más resistencia para
adoptarlas. Así como en el desarrollo del grupo de discusión con promotoras, que incluso
se explicó esta dinámica como importante para generar un ambiente de seguridad entre
promotoras y usuarias.
252
Trascender los efectos de la cultura menstrual hegemónica, es un proceso paulatino.
Aún en algunas mujeres que ya usan alternativas menstruales o que están interesadas en
hacerlo, se observan preocupaciones que son alimentadas por el bombardeo de la
publicidad de absorbentes desechables, tales como el miedo a que los demás noten que
están menstruando, expresado en la necesidad de evitar a toda costa las manchas en la ropa
exterior o que se note la toalla de tela, así como la elección de ropa oscura para practicar el
sangrado libre y la idea encarnada de que el olor de la sangre es desagradable. En
consecuencia, la transformación de estas ideas puede favorecerse a través del activismo
menstrual, que como bien ha dado muestra en Guadalajara, integra prácticas para socializar
la sangre haciendo uso de expresiones artísticas, contenidos informativos en formatos
impresos y digitales o eventos abiertos en lugares públicos.
Las posibilidades para realizar activismo menstrual son amplias y deben repensarse
a la luz del contexto y la creatividad propios de cada comunidad, de lo que no hay duda es
que así como el acompañamiento, el activismo menstrual se considera fundamental para
que paulatinamente más mujeres, transformen las vivencias menstruales desagradables o
limitantes en oportunidades para cuidar la vida, desde el cuidado de su propio cuerpo.
Desde el CS, la apuesta se inclina por difundir información acerca de la
menstruación y la fertilidad entre niñas y adolescentes, tal como están haciendo diversas
comunidades con la esperanza de poner las semillas que florecerán en el mañana, y
sumarán a la construcción de condiciones de vida digna para las mujeres, desde la vivencia
menstrual. Sin embargo, no se descarta el diálogo constante con mujeres adultas que es
visto como una oportunidad de tejer conocimientos que desde la experiencia nutren el
tránsito de los años menstruales, de manera que todas las mujeres puedan expresar y vivir
dignamente el potencial fértil, que reside en la vivencia menstrual.
En el AMG existen actualmente un sinnúmero de espacios, comunidades y
actividades que invitan a la resignificación de la menstruación y el cuerpo desde diversas
visiones, algunos que pueden reconocerse ecofeministas aunque no se llamen de esta forma
y tampoco se dediquen directamente a la promoción de alternativas menstruales, sin
embargo desde sus prácticas, discursos y experiencias particulares suman a la red
253
comunitaria ecofeminista, descrita en este trabajo. Entre estos, no se puede dejar de
mencionar las iniciativas y propuestas de comunidades y espacios dentro del AMG que
desde el CS se han identificado, tales como la organización de mujeres de La Casita, en
Rancho Nuevo, el centro holístico Mandrágora, círculo de estudios Antimusas, Casa Iyari,
Escuela de Danza y Sexualidad Consciente, Red Tekia, Los Ariles, Mercadito Flor de
Luna, Tiendita de la Salud, Tribu Guadalajara y Tribu Panecatl.
Las relaciones de sororidad que se articulan a partir de las comunidades descritas y
las mencionadas en el párrafo anterior, dan cuenta del acuerpamiento que las mujeres
construyen con el propósito de defender y mejorar sus condiciones de existencia, así como
de sanar el tejido social/comunitario afectado por las dinámicas de violencia y degradación
desencadenadas por los procesos de desarrollo. A partir de esa acción, las mujeres pueden
vivir tiempos cíclicos al margen de la linealidad impuesta por la modernidad. Como lo
explica Cabnal, ―El acuerpamiento genera energías afectivas y espirituales y rompe las
fronteras y el tiempo impuesto. Nos provee cercanía, indignación colectiva pero también
revitalización y nuevas fuerzas, para recuperar la alegría sin perder la indignación‖ 249.
249
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https://suds.cat/es/experiencias/lorena-cabnal-feminista-comunitaria/
254
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https://elpais.com/diario/1990/09/01/cultura/652140001_850215.html
Zavala Trías, S. (2012). Guía a la redacción en el estilo APA, 6ta edición. Universidad
Metropolitana.
263
ANEXOS
Anexo 1. Ley Revolucionaria de las Mujeres.
Recorte de pantalla obtenido de: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/1993/12/31/ley-revolucionaria-de-mujeres/
i
Anexo 2. Tipos de absorbentes y variedades por marca.
Tabla 1
Variables de absorbentes desechables por marca
Pantiprotectores
Marca
Always®
Ultrafino.
Diarios
Tampón
Otros productos
Always® día:
No ofrece
No ofrece
Súper plus
Súper
Regulares
Ultrafina seca.
Protección total
suave.
Protección total
seca.
Ultrafina suave.
Always® nocturna:
regulares.
Toalla
Diarios
largos.
Kotex®
Regular
y
tanga.
Largos.
pH control.
Noches
tranquilas suave
larga.
Noches
tranquilas seca
extra larga.
Noches
tranquilas
ultrafina seca.
Noches
tranquilas seca
larga.
Noches
tranquilas
ultrafina suave.
Maxi con alas.
Nocturnas
Con alas.
Con
manzanilla.
Ultra delgada.
Shampoo
íntimo
Toallitas
húmedas
Anatómica
Con alas con
manzanilla.
Con alas.
Sin alas con
manzanilla.
Sin alas.
U by Kotex®
Saba®
Saba
y
Multiestilos:
Regular.
Anatómica.
Nocturna.
Ultra delgada.
Ultradelgadas:
Ultra invisible
Tampones
Compacto
Jabón íntimo:
V-natural
ii
Teens®
Largos.
Multiforma
Ultra
delgado.
Confort
manzanilla
regular.
Confort
manzanilla
largo.
Tradicional
es regular.
Tradicional
es largo.
Ultra invisible
larga.
Ultra invisible
nocturna.
Invisible
delgada.
Nocturnas:
Buenas noches.
Buenas noches
sin alas.
Buenas noches
extra.
Estilos
nocturna.
Amore
nocturna.
Regulares:
regular
Compacto
súper
Compacto
súper plus
Largo
regular
Largo súper
Largo súper
plus
V-fresh
V-nutritivo
Toallitas húmedas
Íntima.
Íntima regular
sin alas.
Estilos.
Amore.
Amore regular
sin alas.
Con manzanilla:
Confort
manzanilla
delgada
Confort
manzanilla
regular
Confort
manzanilla
regular sin alas
Confort
manzanilla
nocturna
Teens
1.
2.
Fuente:
Elaboración
propia
Ultradelgada.
Ultradelgada
larga.
3. Ultradelgada
nocturna.
4. Regular.
con información de:
https://saba.com.mx/,
https://www.kotex.mx/
y
https://www.always.com.mx/es-mx recuperada entre el 03 y el 25 de agosto de 2018.
iii
Anexo 3. Contenidos web. ¿Se nombra la menstruación en los contenidos
educativos/informativos de las páginas web de absorbentes desechables? ¿Cómo se
nombra?
Tabla 1. “El periodo”
Contenidos de Saba®
1. Mi primer periodo.
2. ¿La apariencia de mi periodo es normal?
3. ¿Cambio de color en mi periodo?
4. ¿Por qué sudo durante las noches en mi periodo?
5. ¡Ayuda! Ya llegó mi periodo.
6. ¿Cuál es la mejor posición para dormir durante mi periodo?
7. ¿Cómo dormir mejor durante tu periodo?
8. 5 cosas que debes hacer si tu periodo te fatiga.
9. Papás y periodo.
10. ¿A qué edad es normal que me llegue mi primer periodo?
11. Beneficios de patinar durante tu periodo.
12. ¿Qué hacer para dormir mejor durante el periodo?
13. Tips para dormir como un bebé durante tu periodo.
14. ¿Qué puedo hacer si mi periodo menstrual es muy doloroso?
15. ¿Cómo sentirte cómoda en cada día de tu periodo?
16. ¿Por qué me sale acné antes de mi periodo?
17. Dolor de espalda antes del periodo.
18. Remedios para dormir bien en tu periodo.
19. Lo básico que debes conocer sobre tu periodo.
20. ¿Por qué se retrasa mi periodo?
21. Síntomas que no puedes confundir durante tu periodo
22. Náuseas durante el periodo.
23. ¿Dudas sobre tu periodo? ¡Te resolvemos las más comunes!
24. ¿Te duele la cabeza durante tu periodo?
25. ¿Qué problemas pueden presentarse durante nuestro periodo?
26. Malestar estomacal durante el periodo.
27. Lo que tu periodo puede decirte sobre tu salud
28. ¿De qué color debe ser mi periodo?
29. ¡5 tips para tener un periodo perfecto!
30. ¿Qué hago si mi periodo llega por sorpresa?
31. ¿Por qué mis periodos son tan irregulares?
32. ¿Por qué me siento tan rara durante mi periodo?
33. ¡El periodo no se detiene si te metes a bañar!
34. Guía para amar tu periodo.
35. ¿Por qué me canso más durante mi periodo?
36. ¿Dolor de piernas en tu periodo?
37. Lo que el estrés le hace a tu periodo.
38. ¿Los demás pueden saber que estoy en mi periodo?
39. ¿Por qué nos duelen los pechos durante nuestro periodo?
40. ¿Cuántas toallas necesito durante mi periodo?
41. ¿Sabes cuánta sangre pierdes durante el periodo?
42. Cómo controlar 5 cosas súper comunes durante tu periodo.
43. ¿Hay comida que me hace daño durante mi periodo?
44. Básicos sobre tu periodo.
45. ¿Por qué tengo malestares antes de mi periodo?
46. Prepárate para la llegada de tu periodo, arma tu propio kit
iv
47. ¿Por qué mi periodo se ve así?
48. ¿Hacer ejercicio durante mi periodo es malo?
49. ¿Durante mi periodo debo descansar más?
50. ¿Hay comida que me puede caer mal durante mi periodo?
51. ¿Durante mi periodo debo descansar más?
52. ¿Me hace daño si me baño durante mi periodo?
53. ¿Nadar durante mi periodo es malo?
54. ¿Qué hago cuando llegue mi primer periodo?
55. ¿Hacer ejercicio durante mi periodo es malo?
Contenidos de Kotex®
1. Es normal que mi periodo dure más de 7 días.
2. Periodo anormal.
3. Edad promedio en que aparece el periodo.
4. No te detengas (ni el periodo te puede detener en tu vida diaria Kotex® sí sabe lo que necesitas).
5. Educación y periodo tienen que ver.
6. Qué no debes hacer cuando estás en tu periodo.
7. Coágulos en tu periodo.
8. Registro de los periodos.
9. El periodo es diferente en épocas de frío.
Contenidos de Always®
1. 10 preguntas frecuentes del periodo.
2. ¿Qué es la menorragia? Síntomas de periodo abundante.
3. Primer periodo: 3 señales de que se aproxima tu periodo.
Fuente: Elaboración propia con información de: https://saba.com.mx/, https://www.kotex.mx/ y
https://www.always.com.mx/es-mx recuperada entre el 03 y el 25 de agosto de 2018.
Tabla 2. “Esos días”, “Mis días” y ”Tus días”
Saba® y Saba teens®
1. Tips para relajarte en esos días.
2. ¿Temperatura durante mis días?
3. Tres remedios para aliviar los síntomas si estás en tus días.
4. ¿Debo dormir más en esos días?
5. ¿Por qué me salen granitos en esos días?
6. ¿Qué comer cuando estoy en mis días?
7. Mis senos se sienten diferentes en esos días.
8. Tips para evitar accidentes durante ―esas noches‖.
9. Evita el estrés en esas noches.
10. ¿Los demás notan cuando estoy en mis días?
11. Siéntete ultra cómo da durante esos días.
Kotex®
1. Medidas higiénicas ¿Qué medidas higiénicas debemos tener en esos días?
2. Necesito protección en mis días para poder correr.
Fuente: Elaboración propia con información de: https://saba.com.mx/, https://www.kotex.mx/ y
https://www.always.com.mx/es-mx recuperada entre el 03 y el 25 de agosto de 2018.
v
Tabla 3. “Menstruación”
Saba® y Saba Teens®
1. ¿Yoga durante la menstruación?
2. ¿Menstruación abundante?
3. ¿La menstruación afecta tu digestión?
4. ¿Cómo lograr un buen descanso durante la menstruación?
5. Personas nos cuentan los mitos más graciosos que creyeron de las menstruación
6. ¿La menstruación nos crea el mal humor?
7. ¿Una menstruación muy abundante podría romper el himen?
8. Estadísticas de la menstruación.
9. Facts acerca de la menstruación.
10. ¿El sobre peso causa una menstruación irregular?
11. ¿Menstruación escasa o embarazo?
12. La menstruación después del parto
13. ¿Menstruación durante el embarazo?
14. ¿Cómo lograr un buen descanso durante la menstruación?
15. Cómo calmar 5 de los síntomas más comunes de la menstruación.
16. Fatiga durante la menstruación.
17. ¡Los nervios y el estrés en la menstruación!
18. Cambios de peso y la menstruación.
19. Mujeres y menstruación.
20. 10 preguntas para saber si sufres de sangrado menstrual abundante.
21. ¿La menstruación nos crea el mal humor?
22. ¿Cómo se altera el estado de ánimo con la menstruación?
23. La menstruación abundante y la anemia.
24. Cosas sobre la menstruación que debemos dejar de creer.
25. 6 cambios físicos durante mi menstruación.
26. ¿La menstruación sólo se retrasa por un embarazo?
27. ¿Menstruación y sobrepeso?
28. Cólicos y menstruación.
29. 9 cosas sobre la menstruación que no debes creer.
30. ¿Puedo detener mi menstruación?
31. ¿Por qué mi flujo menstrual es más abundante?
Kotex®
1. Mi menstruación como momento de purificación.
2. Pérdida de peso durante la menstruación.
3. Embarazo con menstruación.
4. Anticonceptivos y tu menstruación.
5. El color de mi menstruación.
6. Periodo menstrual típico.
7. Menstruación en la TV.
8. Activista que viaja en bicicleta para hablar de la menstruación.
Always®
1. Cómo explicarle la menstruación a tu hija.
Fuente: Elaboración propia con información de: https://saba.com.mx/, https://www.kotex.mx/ y
https://www.always.com.mx/es-mx recuperada entre el 03 y el 25 de agosto de 2018.
vi
Tabla 4. “Flujo” y “sangrado”
Saba®
1. ¿Cómo saber que el flujo durante mi periodo es normal?
2. ¿Tu sangrado es muy ligero?
3. ¿Sangrado entre periodos?
4. ¿Qué hacer esos días de sangrado abundante?
5. ¿Tu sangrado es muy ligero?
Kotex®
1. La artista que convierte el flujo menstrual en arte
Fuente: Elaboración propia con información de: https://saba.com.mx/, https://www.kotex.mx/ y
https://www.always.com.mx/es-mx recuperada entre el 03 y el 25 de agosto de 2018.
Tabla 5. “Ciclo menstrual”
Saba®
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
¿Hay algún riesgo si nos ejercitamos durante el ciclo menstrual?
Correr durante el ciclo menstrual.
¿Hacer ejercicio afecta el ciclo menstrual?
Tu cabello durante el ciclo menstrual.
Sueño y ciclo menstrual.
Cambios de humor durante el ciclo menstrual.
Retención de líquidos durante el ciclo menstrual.
Fuente: Elaboración propia con información de: https://saba.com.mx/, https://www.kotex.mx/ y
https://www.always.com.mx/es-mx recuperada entre el 03 y el 25 de agosto de 2018.
Tabla 6. Se omite
Saba®
1. Cuando te baja.
2. Personas nos cuentan las veces más inesperadas en las que les bajó.
3. ¿Cómo les cuento a mis papás que ya me bajó?
Kotex®
1. SOS Me acaba de bajar.
2. Quiero usar tampones pero me baja mucho.
3. ¿Por qué no me ha bajado?
4. ¿Cuándo me deja de bajar?
Fuente: Elaboración propia con información de: https://saba.com.mx/, https://www.kotex.mx/ y
https://www.always.com.mx/es-mx recuperada entre el 03 y el 25 de agosto de 2018.
vii
Anexo 4. Cantidades y costos de absorbentes desechables
Tabla 1. Cálculo de toallas o tampones utilizados durante los años menstruales según datos de
Saba®
Inició del periodo a los 12
Inicio de la menopausia a
En total
años.
los 50 años
38 años menstruales
Meses al año: 12
48 días de menstruación en un año
Días promedio de
menstruación al mes
indicados por la marca: 4
Toallas por día, según
Días promedio de
horas de cambio indicadas
menstruación al mes
por la marca: 5
indicados por la marca: 4
Meses al año: 12
Años menstruales: 38
Total de toallas usadas en
un mes: 20
Total de toallas usadas en un mes: 20
240 toallas al año
Total de toallas al año:
Total de toallas utilizadas durante los
240
años menstruales: 9 mil 120
Fuente: Elaboración propia con información de Saba®. Recuperada de:
http://www.saba.com.mx/mundoteens/teens/cuantas-toallas-necesito-mi-periodo/;
https://saba.com.mx/estadisticas-de-la-menstruacion/ y https://saba.com.mx/preguntas-frecuentes/miperiodo/ el 30 de agosto de 2018.
viii
Costos de toalla por marca.
Recorte de pantalla 1: Cálculo de inflación. Recuperado de:
http://www.inegi.org.mx/sistemas/indiceprecios/CalculadoraInflacion.aspx 30 de agosto de 2018.
Tabla 1. Cálculo de costos de toalla, por marca
Marca
Costo unitario a
Inflación
de
febrero de 2015
febrero de 2015 a
Costo unitario a
Gasto
julio de 2018
toallas durante los
julio de 2018
total
de
años menstruales
Always®
$2.18
14.48%
$2.49
$22,708.80
Kotex®
$1.71
14.48%
$1.95
$17,784.00
Saba®
$1.34
14.48%
$1.53
$13,953.00
Costo promedio entre las diferentes marcas: $18,148.60
Fuente: Elaboración propia con información de PROFECO. Recuperada de:
https://www.profeco.gob.mx/encuesta/brujula/bruj_2015/bol299_toallas_sanitarias.asp y
http://www.inegi.org.mx/sistemas/indiceprecios/CalculadoraInflacion.aspx el 30 de agosto de 2018.
ix
Anexo 5. Calendario espiral lunar 2018
x
Anexo 6. Ilustraciones de copa menstrual en patentes de Leona W. Chalmers
xi
Descripción de estos inventos, en inglés, disponible en el enlace respectivo:
https://patents.google.com/patent/US2089113A/en?inventor=Leona+Chalmers&oq=Leona+Chalmers
https://patents.google.com/patent/US2534900A/en?inventor=Leona+Chalmers&oq=Leona+Chalmers
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