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SERGIO COTTA, MAESTRO INVISIBLE' Francesco D'Agostino En 1965 Cotta es llamado a ensefiar Filosofia del Derecho en la Universidad de Roma y a dirigir el homdninio Institute unico en Italia dedicado exclusivamente a esta disciplina. Apenas con cuarenta y cinco afios. era. y seguin'a siendo durante varios anos, el catedratico mas joven de la prestigiosisima Facultad de Derecho. Pocos podi'an imaginarlo entonces, pero se creaban asf las premisas para consolidar, en Roma, la linica autentica altemativa a! pensamiento juridico-filosofico que se habi'a impuesto como dominante en los primeros decenios de la segunda posguerra: el pensamiento de matriz tbrmalista. representado al maximo nivel en la persona y en la obra de Norberto Bobbio. Por otro lado. precisamente bajo su intlujo habi'a escrito un libro, tan inteligente como curioso, sobre la nocion de ley en Santo Tomas de Aquino, en el que el pensamiento del gran teologo era interpretado desde categon'as formalistas. Este libro le suscito una cierta hostilidad en ambientes ligados al tomismo, lo que obstaculizo su llamada a la Universidad Catolica de Milan, en la que de todos modes, en los anos de madurez, termino por verse reconocido. Logra conquistar la catedra en 1956 gracias a sus brillantes estudios historiograficos, dedicados en particular a Montesquieu, a Filangieri y a Rousseau. Asf las cosas, suscito cierta admiracion en los ambientes academi- * Original en italiano: Sergio Cotta, maestro invisibile. Traduccion de Jos6 Antonio Santos. Persona y Derecho. 57 (2007**) 19-24 ISSN 0211 -4526 20 FRANCESCO D'AGOSTINO COS que, abandonando (siquiera provisionalmente) la historia del pensamiento juridico y politico del siglo XVIII, publicase en 1960 un libro titulado La citta politica di S. Agostino. Un libro tambien de alta historiografia, pero pleno de filosoffa. En la universidad italiana se iba abriendo paso por aquellos anos la primera catedra de Filosoffa polftica. Con su lectura profunda e innovadora de San Agustfn, Cotta activaba la reflexion sobre un tema esencial: el des'cetnramiento de la politica, que se convertin'a en nucleo de sus intereses de esludioso. Como fruto de sus primeros anos de docencia en Roma aparece un libro que alcanza un notabilisimo exito, tambien fuera del limitado mundo de los juristas: La sfida tecnolohgica. En esta obra se convierte en definitiva su superacion de la filosoffa del derecho de matriz kelseniana. de la que se habfa embebido en sus aiios de formacion. El kelsenismo es una tQoviapiini del derecho, Uena de melancolico escepticismo, que proyecta el saber juridico fuera de la historia. Cotta en su libro parte sin embargo precisamente de la historia, identificando en la irrupcion de la tecnoiogi'a en el mundo de la vida, con su caractenstica ambivalencia y un ineludible aire de desaffo, el fenomeno que marca la epoca de la modernidad. Alimentandose del pensamiento de autores rara vez puestos muluamente en conexion, como Bergson y Heidegger, Cotta sitiia en la sintesis de ciencia, tecnica y produccion (smtesis que resume en la eficaz expresion energia tecnologica) el motor propulsor de nuestro tiempo. Un motor que si, por una parte, es expresion de la voluntad de vivir y de la conciencia dinamica del hombre, por otra, lleva constitutivamente dentro de si' una concreta posibilidad de involucion y de muerte. Sustrayendose agilmente a la esteril altemativa entre apocalipticos e integradores, convertida en celebre anos antes por Umberto Eco, Cotta muestra como el desaffo tecnologico ha de tomarse en serio. Solo una continua y sabia referencia al ser puede dar al hombre el equilibrio indispensable para no dejarse obcecar por la dinamica vertiginosa de un desarrollo, que, con su aceleracion, tiende inevitablemente a perder todo SERGIO COTTA. MAESTRO INVISIBLE 21 orientacion teleologica. En este horizonte, explica Cotta, el modelo positivista del jurista muestra definitivamente todas sus limitaciones. Abandonando la funcion de mero exegeta de la norma, en la que al jurista, kelsenianamente, no se confiere responsabilidad alguna. para Colta, debe asumir una funcion, casi de ingenien'a, de idealizacion y de proyeccion de las nuevas y arriesgadas estructuras sociales. requeridas por la modernidad, que exigen un profundo compromiso humano, para orientarse al bien comun. La sfida tecnologica, una obra profundamente anti-ideologica, data de 1968, ano fatidico en el que da comienzo una exaltacion de la ideologi'a, destinada a prolongarse durante afios y a producir efectos que todos recordamos. Es un libro que, lefdo hoy sin perjuicios, parece capaz de explicar hasta el fondo la genesis del "sesenta y ocho" y de indicar sus posibles salidas. En Cotta, en efecto, aparece bien claro como era indispensable dar respuesta a la turbulenta crisis antropologica y cultural inducida por la energfa tecnologica, e identificaba una constante y desinhibida atencion a las necesidades objetivas del hombre como el linico modo de "administrarla". El sesenta y ocho elige. por el contrario otro camino: el de un pragmatismo ciego, un libertarismo voiuntarista, un individualismo narcisista. una exaltacion ruda y ciega de la violencia: elementos todos ellos que acaban muchas veces identificados o fructiferamente conjugados con innumerables variantes heterodoxas del marxismo. La hostilidad de Cotta hacia el "sesenta y ocho" y todas sus sucesivas degeneraciones fue radical e irreductible: combatio la "protesta estudiantil" con la rara firmeza de quien, habiendo participado intensamente en la resistencia, Uegando a conquistar una medalla al valor militar, no podia ciertamente dejarse intimidar. Su posterior trabajo cienti'fico estuvo ampliamente orientado por la experiencia del sesenta y ocho. El canicter casi endemico de la violencia politica en los "anos de plomo" no se limito a suscitar en Cotta, como en tantos otros, solo un fuerte sentido de repulsion moral, sino que activo sus mas profundas energfas espe- 22 FRANCESCO D AGOSTINO culativas. En una serie de libros admirables (recordemos por todos Perche la violenza de 1977) Cotta comienza una paciente obra de deconstruccion del contexto cultural dentro del cual el sesenta y ocho se habi'a manifestado y que objetivamente lo habia producido, si bien no de modo intencionado: el contexto representado al maximo nivel por Norberto Bobbio. Aun cuando fuese personalmente un hombre profundamente moderado, en Bobbio, como en todos los intelectuales que reconocen a la "praxis" una primacia sobre la "teoria", quedo siempre una cierta sumision respecto a la violencia. Lo demuestra el hecho de que nunca llegara a condenar a fondo la violencia "ideologica" (o sea, la puesta en marcha por la "izquierda"), limitandose a estigmatizar con firmeza solo la violencia que el consideraba "bruta" (la de la "derecha"). A nivel jurfdico-filosofico. Bobbio no lograba explicar el derecho. si no era reduciendolo a un conjunto de normas emanadas del ''soberano" e impuestas a los ''subditos" y garantizado por lo tanto exclusivamente por la amenaza de las sanciones {en definitiva, por el "monopolio legal de la fuerza"). En consecuencia, Bobbio se resignaba a pensar la guerra como un concepto "fuerte" y la paz como un concepto "debil". Cotta le dio la vuelta a esta version del derecho y de la politica, y creo una escuela de pensamiento para la cual ei derecho aparece como relacion entre i^uales, una actividad-para y no una actividad-contra; una experiencia en la que el momento sancionatorio, obviamente ineludibie, debe darse siempre, sin embargo, marcado por una mesura, que lo aparta netamente de la logica ciega e irracional de la violencia. De ello se deriva. que la paz, para Cotta, no se concibe como el fruto de un mero acuerdo convencional, noble quiza pero ciertamente fragil, sino como el valor intri'nseco de toda coexistencia social, o, si se desea, la clave que resume \ajiisricia. De esta manera, Cotta vuelve a recuperar y revitalizar, gracias a una antropologia originalisima, la tematica iusnaturalista: el hombre tiene necesidad del otro, porque por naturaleza es un ser relacional, que solo en el otro se encuentra a si mismo. EI derecho custodia la relacion interperso- SERGIO COTTA. MAESTRO INVISIBLE 23 nal, como relacion pacffica y pacificadora, valida universalmente, hostil a cualquier forma de discriminacion (este es el tema central de su obra maestra filosofica, // diritto neU'esistenza, de 1984). Es \a politica, en cambio, la que creando logicas cerradas y antagonicas de poder activa, inevitablemente, formas de agresividad y de hostilidad, que ningun acuerdo podra nunca frfamente, ni tampoCO de modo democraticamente procedimental, contener adecuadamente. Solamente si se des-centra la politica (segun la distincion agustiniana entre la ciudad de los hombres y la ciudad de Dios); es decir, solo si se encuadra la polftica en una logica relacional, en cuyo vertice se situa la experiencia humana de \a fraternidad (presupuesto de la experiencia mfstica de la caridad) es posible, segun Cotta, desenmascarar y repudiar definitivamente la violencia, mostrando su verdadera identidad: que no es. como pensaban los teoricos de la revolucion, la de una praxis pseudo-salvffica que se abre a lo nuevo en la historia, sino la de una humillante cesion ante nuestros mas brutales impulsos narcisistas. El libro dedicado por Cotta a estos temas, Dalla guerra alia pace, de 1989, probablemente el texto mas importante de la filosoffa polftica italiana de aquellos anos, puede interpretarse como una supcracion filosofica admirable y detlnitiva de los anos de la protesta y la violencia. En los anos setenta, Sergio Cotta asumio posturas muy firmes e inequfvocas^ante la introduccion del divorcio y la legalizacion del aborto y se erigio en protagonista de las correspondientes campafias del referendo. Segun sus adversarios, y mas de una vez tambien segun algunos de sus amigos (reales o presunlos), su empeno contra el divorcio y el aborto veni'a impulsado por motivos primariamente religiosos, reconducibles sin mediacion alguna a su fe catolica. que a lo largo de su vida nunca oculto. pero que tampoco exhibio intempestivamente. A la par que indebida, la acusacion de integrismo afecto pesadamente a su imagen y fue a la vez concienzudamente instrumentalizada para ocultar la inspiracion exquisitamente laica de sus batallas. Cotta no combatfa por la indisolubilidad del vfnculo matrimonial en cuanto vi'nculo sacramental, ni 24 FRANCESCO D •AGOSTINO se converti'a en defensor de la vida humana prenatal, recurriendo a argumentaciones teologicas o para-teologicas, como las implicitas en la expresion sacraUdad de la vida. Para el, en uno como en otro caso, no se trataba de defender valores religiosos, sino principios juridicos, compatibles por creyentes y no creyentes, conscientes de que el vinculo jun'dico existe para defender las reci'procas expectativas correspondientes de los sujetos y no para avalar arbitrarias pretensiones individuales. No es la fe, sino el derecho a instituir el matrimonio como reciproco empeno de vida comiin sin plazos ni condiciones, como un vfnculo que solo sujetos //bres y responsables pueden si quieren asumir piiblicamente. La introduccion del divorcio, desde la perspectiva de Cotta (y no solo desde la suya, sino desde la de toda la rigurosa escuela jun'dica de la laicfsima Italia liberal posterior al Risorgimento) es si'ntoma de una inaceptable cesion a la logica del subjetivismo. Analogamente, si el derecho legaliza el aborto, opta de hecho, en el dramatico contraste de intereses entre madre e hijo, en favor del mas fuerte, es decir, simplemente, de la injusticia. En un hombre, como Cotta, en el que la firmeza especulativa se vei'a acompanada por la firmeza moral, estas razones eran mas que suficientes para justitlcar su empeno en las campanas del referendo para la abolicion de la ley del divorcio, primero, y la del aborto despues. No hay ninguna duda de que ni en una ni en otra campana, terminadas con fracasos inequivocos, sus argumentaciones lograron captar la atencion de la opinion publica. Pero no hay tampoco ninguna duda de que, mas alia de los dos casos concretos de referencia, poni'a el dedo en la llaga del derecho contemporaneo, que no esta ya en condiciones de presentarse coxno justificable en terminos de Justicia; esto es, como motivado por la exigencia de defender y promover el bien humano objetivo, como bien de todos. Estamos hoy llegando al fin a ser concientes de esta crisis del derecho, y es del legado de ideas de Sergio Cotta desde donde podemos y debemos ponernos en marcha para afrontar los nuevos problemas que nuestro tiempo nos plantea.