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Dossier: Producción, distribución, exhibición y consumo cinematográfico en la Argentina Introducción Carolina Barnesi cbarnes@ungs.edu.ar José A. Borello ii jborello@ungs.edu.ar Leandro Gonzáleziii legonzal@ungs.edu.ar Aída Quintariv aquintar@ungs.edu.ar Este dossier de tres trabajos tiene el objetivo de hacer una caracterización de la problemática de la producción, de la distribución, de la exhibición y del consumo cinematográfico en la Argentina desde una perspectiva económica y organizacional. Aunque, evidentemente, estos trabajos no pretenden, ni mucho menos, ser un aporte definitivo sobre un tema que, como veremos, sólo ha empezado a ser estudiado con una cierta profundidad en los últimos años. Con algunas excepciones,1 la bibliografía publicada antes de la década del 2000 sobre el cine en la Argentina se ha concentrado casi exclusivamente en i Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento. Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento / Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas ( CONICET ). iii Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento. iv Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento. El conjunto de trabajos de este dossier ha sido posible gracias al apoyo del FONCYT ( PICT 2007, “Redes de conocimiento: La industria cinematográfica argentina”), de la Secretaría de Política Universitaria, del INDEC y de la UNGS. Agradecemos la paciencia y valiosos comentarios del editor de la revista, del secretario de redacción y de varios árbitros. Otros trabajos del equipo pueden encontrarse en www.ungs.edu.ar/proyectocine. 1 Getino (1987). ii 9 Carolina Barnes, José A. Borello, Leandro González y Aída Quintar examinar cuestiones estéticas e históricas. Por otro lado, parte de los estudios históricos han sido escritos por personas allegadas al cine y no por historiadores profesionales. O como dice Gonzalo Aguilar (2009) en el prólogo de una reciente compilación sobre el nuevo cine argentino: “Durante mucho tiempo, los estudiosos del cine debieron acudir a la historia del cine de Domingo Di Núbila, un texto que, aunque de gran utilidad, carece de rigor historiográfico”. Gran parte de las historias del cine argentino reúnen y ordenan nombres, fechas, datos y anécdotas pero no avanzan demasiado en interpretar desde perspectivas más abstractas ese devenir histórico. En general, puede afirmarse que el estudio académico de la actividad cinematográfica desde una perspectiva económica y organizacional ha estado casi ausente. De hecho, Aguilar afirma que el volumen Una década de nuevo cine argentino (1995-2005), publicado en el 2009, constituye “el primer trabajo colectivo sobre el Nuevo Cine Argentino que surge del ámbito académico de las ciencias sociales”. Recientemente, sin embargo, trabajos como el de Amatriain (2009), Aprea (2008), Campero (2009), Katz (2006), Lusnich y Piedras (2009) y Perelman y Seivach (2005) toman distancia de los detalles anecdóticos de la producción cinematográfica y trazan líneas interpretativas más generales desde el análisis de las políticas públicas, la crítica cinematográfica, el análisis sociocultural y la economía política. Al mismo tiempo, si bien hay un cúmulo de trabajos sobre el cine argentino desde una perspectiva de la crítica cultural poco se ha dicho en esa bibliografía acerca de algunos aspectos fundamentales para entender el funcionamiento del complejo cinematográfico: la distribución, la exhibición y el consumo.2 Desde el análisis económico esto es entendible ya que el análisis de la actividad económica en general, ha tendido a dirigirse hacia la producción y poco hacia el consumo. Argumentaremos, sin embargo, que en el caso de las actividades cinematográficas, pero también en otras del campo cultural, el consumo y la distribución son fundamentales. Hay otras razones que explican la escasa atención que ha recibido el cine desde una perspectiva de las ciencias sociales y, especialmente, desde perspectivas económicas y organizacionales. Una razón que podemos mencionar es que las ciencias económicas, la sociología o la geografía humana han 2 Pero véase Katz (2006) y Perelman y Seivach (2005). 10 H-industri@ | Año 8, nro. 14, primer semestre de 2014 | ISSN 1851-703X puesto su atención mayormente en la industria manufacturera y en las actividades agropecuarias pero no en los servicios y el comercio.3 Otra razón es que como el cine es parte de las actividades culturales (aunque sea la más industrial de ellas), sólo recientemente se la ha tenido en cuenta como actividad económica, especialmente en el caso argentino. Por ello, puede que este dossier sea novedoso en el campo de la investigación en la Argentina. Sin embargo, cabe aclarar que los textos que lo componen dialogan con una serie de estudios completados en otros países, y que dan cuenta de una creciente producción bibliográfica en los últimos años. Algunos trabajos que pueden nombrarse son los de Scott (2005), Christopherson (2006; 2013), Miller y Maxwell (2006), Foster y Terkla (2011), referidos principalmente al caso de los Estados Unidos; aunque también existen ejemplos de otros países: Asheim y Cruz (2007) para Nueva Zelanda, Cucco y Richeri (2011) para Italia, Ciller y Beceiro (2013) para España, Goldsmith y O´Regan (2003) para Australia, y Camacho y Rocha (2013) para Uruguay, entre otros. La importancia de estudiar este tema no deviene solamente de su relativa vacancia, esto es, de que haya pocas investigaciones del cine desde una perspectiva organizacional, social y económica. Resulta importante estudiar esta actividad por diversas razones, entre las que se destacan: (i) su contribución a la construcción de un perfil productivo más complejo; (ii) las múltiples vinculaciones de la producción cinematográfica no sólo con otras de la esfera audiovisual (TV, publicidad) y de las industrias culturales sino con otras actividades económicas; y (iii) su importancia simbólica. Como es harto conocido, gran parte de las actividades económicas que se desarrollan en la Argentina son de baja complejidad. Esto es, generan poco valor agregado, tienen limitados encadenamientos con otras actividades y se asocian a ellas perfiles de empleo de bajas capacidades y bajos salarios. La producción cinematográfica tiene el potencial de generar enormes ingresos y a ella se asocian capacidades empresariales y técnicas y en general de los recursos humanos, significativas. La Argentina tiene una importante trayectoria no sólo en la producción cinematográfica sino, también, en las otras actividades audiovisuales como la TV y la publicidad. Al mismo tiempo, en los últimos 20 años, ha desarrollado de manera significativa sus capacidades empresariales y de sus recursos humanos, en un marco de expansión de 3 Bryson, Henry, Keeble y Martin (1999). 11 Carolina Barnes, José A. Borello, Leandro González y Aída Quintar sus instituciones de formación y de mayor experiencia en la gestión de políticas gubernamentales de fomento.4 Como parte del conjunto de actividades del complejo cultural, el cine tiene nexos relevantes con otras actividades audiovisuales (televisión, publicidad, música, videojuegos, fotografía), del espectáculo (teatro, recitales), y de la cultura en general (literatura, pintura, artes plásticas). El cine se nutre de y nutre esas actividades. La producción cinematográfica, entonces, no es solamente importante en sí misma sino que resulta relevante por sus nexos con otras actividades ubicadas tanto dentro como fuera del complejo cultural. Sin embargo, la importancia del cine no se asocia, solamente, a cuestiones estrictamente económicas sino también simbólicas. Y esta es la razón que explica tanto las intenciones de censurarlo (en el pasado) como de promoverlo (en la actualidad). El volumen de recursos orientados a la promoción de una producción cinematográfica nacional sólo se puede explicar por el peso simbólico y por la misma naturaleza de lo que llamamos película. A diferencia de otras expresiones artísticas, el cine es, casi por definición, masivo y multifacético; o sea, es un arte que efectivamente alcanza a un número significativo de personas y, al mismo tiempo, el producto cinematográfico es una compleja y singular combinación de narración, imagen y sonido. Es de destacar también, en este sentido, que el cine es una de las pocas manifestaciones artísticas de características industriales que existe. Esto significa que requiere para su funcionamiento una serie de elementos mínimos de infraestructura y formas de financiación. Esta condición industrial, junto con la importancia simbólica de su producto final (textos audiovisuales de altísima circulación), genera que la producción cinematográfica nacional tenga prioridad en la agenda de las políticas culturales de diversos estados alrededor del mundo. De este modo, la importancia simbólica, social y económica del cine y la relativa escasez de investigaciones que lo analicen desde esas perspectivas es lo que ha motivado la elaboración de los trabajos que constituyen este dossier. El primer artículo titulado “La producción cinematográfica en la Argentina: Datos, formas de organización y tipos de empresas” tiene como objetivo avanzar la investigación sobre la producción cinematográfica a través de 4 Borello y González (2013). 12 H-industri@ | Año 8, nro. 14, primer semestre de 2014 | ISSN 1851-703X un análisis de parte de las fuentes secundarias existentes y de una caracterización, tanto de las formas de producción cinematográfica, como de los agentes que organizan esa producción. Este trabajo tiene la intención de mostrar los serios problemas que existen en las estadísticas referidas al complejo cinematográfico y audiovisual. Al mismo tiempo, el artículo también muestra, a través de una caracterización de las formas de producción cinematográficas existentes en la Argentina que, en parte, los problemas estadísticos tienen que ver con la misma actividad. Esto es, se trata de un tipo de producción que, en gran parte, se organiza por proyectos y, por lo tanto, en ella lo que cuenta son las redes informales de técnicos, profesionales y trabajadores especializados. Ya que son esas redes las que permiten el paso del conocimiento de un proyecto a otro y, en el tiempo, la reproducción del conjunto productivo hacia el futuro. El segundo texto denominado “El talón de Aquiles: exhibición y distribución de cine en la Argentina” está centrado en entender, en especial, los problemas de la distribución y su relación con la exhibición; tema que a pesar de su enorme importancia ha sido absolutamente dejado de lado de casi toda la investigación académica realizada en la Argentina. Tal como lo refleja la bibliografía existente, el campo de la investigación sobre el cine y el audiovisual en las ciencias sociales ha estado enfocado mayormente en la producción y el consumo.5 Este segundo texto muestra la importancia, para el análisis de las actividades cinematográficas y culturales, en general, de la perspectiva de la economía política. El texto también desnuda la enorme dificultad que enfrentan los productores argentinos para capturar una porción más grande del consumo local al mismo tiempo que muestra la necesidad de pensar nuevas acciones para cambiar esa situación; acciones que no deberían limitarse al estado nacional para incorporar al conjunto de instituciones locales vinculadas a la producción cinematográfica en la Argentina. El tercer trabajo titulado “Evolución histórica de la exhibición y el consumo de cine en Buenos Aires” analiza la tecnología de la exhibición, las características de las empresas exhibidoras, la relación entre los espectadores y la exhibición, y los cambios en el espacio físico y el lugar donde se da la exhibición y el consumo. Al plantearse desde una perspectiva histórica, este último artículo permite ver lo que acontece con la ventaja de examinarlo como un proceso, no como algo estático. En ese sentido, si bien se eligieron 5 Couselo (1984); Di Núbila (1998); Dos Santos (1972); España (1994); Maranghello (2005). 13 Carolina Barnes, José A. Borello, Leandro González y Aída Quintar sólo cinco dimensiones de análisis (que seguramente no agotan las perspectivas para examinar la exhibición y el consumo), es posible ver a la exhibición y el consumo como parte de un sistema en el cual hay interdependencias significativas y procesos de retroalimentación entre muchos de los elementos analizados. Confiamos en que el conjunto de trabajos que presentamos sea un disparador de nuevas investigaciones sobre un tema sobre el cual se ha escrito bastante poco desde la perspectiva que hemos privilegiado en estas contribuciones, a pesar de la creciente importancia de estas actividades para el desarrollo económico en general pero, en particular, para la complejización del perfil productivo del país, para la inserción de crecientes números de trabajadores, técnicos y profesionales y para la consolidación de una cinematografía diversa, innovadora y económicamente viable. Bibliografía Aguilar, Gonzalo (2009), “Prólogo” en Una década de nuevo cine argentino, 19952005, industria, crítica, formación, estéticas, Buenos Aires, Ediciones CICCUS. Amatriain, Ignacio (coord.) (2009); Una década de nuevo cine argentino (19952005): industria, crítica, formación, estéticas, Buenos Aires, CICCUS. Aprea, Gustavo (2008), Cine y políticas en Argentina. Continuidades y discontinuidades en 25 años de democracia, Los Polvorines-Buenos Aires, UNGSBiblioteca Nacional. Asheim, Björn y Cruz, Sara (2007), “Cultural Industries, Talent Attraction and Knowledge Bases-The New Zealand Film Industry as Constructed Advantage”, 2nd International Seminar on ´Regional Innovation Policies´, Salzburgo. Borello, José A. y González, Leandro R. (2013), “Industrias culturales, innovación y formas de organización en un país semi-industrializado: El caso de la producción audiovisual en la Argentina”, ponencia presentada en el Primer congreso de LALICS, Río de Janeiro. 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