Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
CORE Metadata, citation and similar papers at core.ac.uk Provided by Alteridad: Revista de Educacion (E-Journal) La transformación participativa del espacio público comunitario: análisis socioespacial de una investigación-acción Héctor Berroeta T.* Marcelo Rodríguez M.** Despertar andino. Acrílico sobre lienzo. 2008 * Hector Berroeta Torres, Departamento de Psicología Social, Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile. E-mail: hector.berroeta@uv.cl hector.berroeta@gmail.com ** Marcelo Rodríguez Mancilla, Carrera de Psicología, Universidad Politécnica Salesiana, Campus Girón, Quito, Ecuador. E-mail: marce lor26@yahoo.es 22 Alteridad Mayo de 2010 La transformación participativa del espacio público comunitario Resumen En este trabajo se analiza un proceso de investigación-acción-participativas, desde marcos conceptuales socioespaciales, cuyo objeto fue la transformación del entorno de una comunidad semirural de la periferia de Santiago de Chile. El análisis de este caso tiene como objetivo fundamental discutir los límites y las posibilidades de este tipo de intervenciones a la luz de los elementos conceptuales y metodológicos de la Psicología comunitaria y ambiental en la gestión de los espacios públicos. Aquí se presentan los principales conceptos socioespaciales que guiaron la investigación y se analizan las tensiones teórico-aplicadas más importantes que se identificaron durante el proceso de investigación acción. Se concluye sobre la conveniencia de un abordaje transdisciplinar en la regeneración participativa de espacios públicos a escala de barrio. Palabras Clave: Espacio Público, Barrio, Investigación Acción, Interdisciplinariedad. Nuevas políticas económicas y sociales, entrelazadas con políticas urbanísticas, han sido la respuesta que los gobiernos locales han comenzado a implementar para hacer frente a los procesos de relocalización que la transformación de las ciudades contemporáneas ha producido. Fenómenos descritos como ciudad global (Sas sen, 2001) o ciudad red (Castell, 1997), fundamentan estas iniciativas mixtas, que a través de la intervención urbanística buscan propiciar la integración socioespacial de amplios sectores de la población que residen en zonas urbanas deterio radas. Uno de los focos preferidos de estas estra tegias es la intervención sobre el espacio público; distintos autores (Borja y Muxi, 2003; Carr, 1995) han destacado el efecto cualificador que éste tiene sobre el tejido urbano y social. El espacio público en la escala de barrio ad quiere características singulares que lo distin guen de los espacios públicos de centralidad; en esta escala se articulan aspectos físicos y sociales, donde el entorno físico y las dinámicas comunitarias conforman un todo sociofísico (Berroeta, 2007). De ahí que las estrategias de planificación urbana, cada vez con más frecuencia, promueven procesos participativos con las comunidades que habitan los barrios intervenidos. No obstante, esta participación se concreta de modos diversos dependiendo de la formación disciplinar de los agentes involucrados y de la colaboración entre las disciplinas que abordan estos procesos, como señala Manzo y Perkins: Los psicólogos que estudian el apego al lugar no suelen hablar de desarrollo comunitario, ni los planificadores urbanos incorporar conceptos de la psicología ambiental, como el apego al lugar, en sus investigaciones o prácticas. Sin embargo, una combinación de estas perspectivas puede proporcionar una comprensión más fructífera no sólo en cómo la planificación impacta en nuestra experiencia del lugar, sino también en cómo las emociones, cogniciones, y comportamientos de la comunidad hacia el lugar pueden incidir en su propia planificación y desarrollo (Manzo y Perkins, 2006, p. 336). El espacio público comunitario Las infraestructuras y los espacios públicos en los entornos comunitarios son elementos materiales determinantes del sentido de pertenencia y de vertebración social (Pol, 2002b), como lo muestran distintos autores (Certeau, Gi rad, Mayol, 2006; Gehl, 2006; Proyect for public space, 2008), es en estos espacios donde se desarrolla una parte importante de las relaciones sociales de la vivencia comunitaria. El espacio público es fundamental para situar espacialmente las prácticas comunitarias y fundamentar los procesos de transformación que tienen lugar en su entorno. Como señala Safa (2000) las identi dades vecinales se constituyen a partir de la preservación del lugar de residencia legítima y de la toma de decisiones en el desarrollo, tanto de acciones e innovaciones socio urbanas como de Alteridad Mayo de 2010 23 Psicología comunitaria y transformación social demandas (preservación, cambio o mejoramiento del entorno) y sus problemáticas (contaminación, inseguridad y distribución desigual de bienes y servicios). La noción de espacio público, tanto en su acepción de esfera política como en su significado de espacio urbano, se articula de un modo particular en los contextos comunitarios, tanto por la recurrencia y el tipo de interacción como por la homogeneidad y el control de sus usuarios. La intervención colectiva en la transformación física, junto a otras formas y grados de participación en los asuntos del barrio, es una forma de acción sobre el espacio público político de una comunidad territorial, en tanto las características constructivas resultantes, los usos y los significados de los espacios físicos del barrio constituyen su dimensión urbana. Por tanto, resulta fundamental promover la participación de las propias comunidades en la transformación del espacio público de sus barrios. Apropiación y simbolismo espacial La apropiación social del espacio es un proceso psicosocial que involucra tanto acciones físicas como construcciones simbólicas que los sujetos realizan en un lugar. El individuo se apropia del espacio transformándolo física y/o simbólicamente, incorporando en su identificación personal determinadas cogniciones, afectos, sentimientos o actitudes relacionadas con él, que resultan fundamentales en su definición como sujeto (Proshansky, 1976). Este proceso es explicado por Pol (1996; 2002) mediante el modelo dual de apropiación: un primer mecanismo es la acción-transformación, proceso que llevan a cabo los sujetos o miembros de colectivos cuando dotan de significado a sus entornos, mediante las propias ac ciones que emprenden para modificarlos; y un segundo principio de identificación simbólica, dinámica generada por la categorización del yo que se produce cuando los sujetos se atribuyen 24 Alteridad Mayo de 2010 cualidades del espacio en la definición de su identidad individual y colectiva. La incorporación de acciones que fomenten la identificación de los habitantes con sus entornos construidos favorece el uso sostenible del espacio y el cuidado de las infraestructuras comunitarias. En este sentido, la participación de los habitantes y la comunicación de contenidos históricos son recursos que favorecen la apropiación espacial; la primera permite coordinar acciones orientadas a la transformación, mientras que la segunda dota de contenido a la identificación de las personas con sus entornos. Otro elemento a considerar es el simbolismo que alcanza un espacio, según Valera (1993; 1996), éste puede estar dado por el significado asociado a las características físicas de una estructura espacial, a la función adjudicada por su uso o a las interacciones simbólicas entre los sujetos que las ocupan. En este proceso de atribuir significado a un entorno, Pol (1997) identifica la existencia de dos fuentes de origen para la simbolización de un espacio, la proveniente de un órgano de poder institucional (simbolismo a priori) que apela al mecanismo de identificación y la que se genera desde la misma comunidad (simbolismo a posteriori) a través de la acción transformación. Distinción que resulta pertinente para comprender los habituales conflictos de interés que se generan en las intervenciones dirigidas por organismos gubernamentales entre los usos propuestos y los usos desarrollados por los miembros de las comunidades. De ahí que resulte esencial, con independencia de las instituciones u organismos promotores de las iniciativas, la participación activa de las comunidades en los procesos de regeneración urbana que tienen lu gar en los espacios comunitarios. Participación y gestión de espacios públicos Diversos enfoques vinculados al desarrollo urbano y a la intervención psicosocial han plan- La transformación participativa del espacio público comunitario teado la participación de la población local en materia social y de desarrollo físico del medio ambiente donde residen las personas. Desde un punto de vista urbano, Sanoff (2000) plantea que el término diseño comunitario cubre enfoques como el planeamiento comunitario, la arquitectura social y el desarrollo comunitario; y Hamdi afirma que “la Participación de la Comunidad es el término que abarca todas las escalas y las técnicas, que se refieren a los procesos de profesionales, familias, grupos comunitarios, y el gobierno en la conformación del entorno” (Hamdi, 1991). Desde este ámbito se han propuesto diferentes enfoques y escalas para clarificar las funciones de los diferentes grupos que participan en procesos de toma de decisiones en el diseño del medio ambiente físico. Wulz (1986) presenta un continuo integrado por siete etapas de participación que van desde la completa autonomía de los profesionales a la completa autonomía de los usuarios. Respecto a esto, Sanoff (2000, p. 38) plantea que un proceso de facilitación es el medio que permite unir a las personas para determinar lo que quieren hacer, ayudarlos a encontrar maneras de trabajar juntos y decidir el modo adecuado de hacerlo. Un proceso de facilitación, según Sanoff (2000), abarcaría desde la cuarta hasta la séptima etapa propuestas por Wulz (1986), a saber: el ‘diálogo’, las ‘alternativas’, la ‘co-decisión’ y la ‘libre decisión’. El ‘diálogo’ son las conversaciones informales entre el arquitecto y los usuarios; las ‘alternativas’ de participación se dan cuando a los residentes locales tienen la oportunidad de elegir entre las alternativas pre paradas por el arquitecto, dentro de un marco fijo. La ‘co-decisión’ tiene por objeto lograr una participación directa y activa de los usuarios a través de todo el proceso de diseño, y por último, en la ‘libre decisión’, el usuario controla todo el proceso de diseño y construcción (Toker, 2007). Desde un punto de vista psicosocial, Vidal señala que: La participación puede ser entendida como el desarrollo, en el entorno más inmediato, de los ámbitos de acción de la persona, el que repercute en la sensación de control y en la implicación con el propio entorno. Mediante la participación el entorno se transforma, dejando impronta e incorporándose en los procesos cognitivos y afectivos de manera activa. Y a la inversa, a través de la identificación simbólica, el espacio apropiado pasa a ser un factor de continuidad y estabilidad del self, elf a la vez que un factor de estabilidad de la identidad y la cohesión del grupo (Vidal, en prensa). Desde esta perspectiva, los procesos psicosociales se enmarcan en fenómenos colectivos como la identidad comunitaria o el sentido de comunidad. Estas aproximaciones resultan pertinentes como modelos analíticos que permiten ligar tan- Serie Árbol de la vida - Verano. Acrílico sobre lienzo. 2008 Alteridad Mayo de 2010 25 Psicología comunitaria y transformación social to la acción cotidiana en los procesos de apropia ción espacial como las dinámicas concretas de acción colectivas desplegadas en un proceso participativo de transformación del espacio público a escala de barrio. En consecuencia, el proceso de investigación acción se orientó tanto a la facilitación profesional de la acción personal y colectiva de los habitantes de un barrio decididos a conseguir una meta, como al proceso de identificación simbólica producido como efecto de la reflexión acerca de la pertenencia y apropiación del espa - 26 Alteridad Mayo de 2010 cio mediante mecanismos de acción transformación e identificación simbólicas. El principio guía de la aproximación metodológica de la investigación acción es que el propio grupo debe estipular sus relaciones en función del problema, y buscar a partir de sus propios recursos las soluciones, en un proyecto de desarrollo que mejore o cambie la situación. Proyecto en el que, como señala Montero (2004), se involucra una variedad de actores en distintas actividades y con diversos grados de compromiso, y en cuya consecución se producen transfor- La transformación participativa del espacio público comunitario maciones comunitarias e individuales, a las que nosotros agregaremos, espaciales. La investigación acción participativa en el barrio Las Canteras El proceso de investigación acción, que a continuación se describe, corresponde a la implementación de las primeras 3 fases del programa “Quiero Mi Barrio”, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile, desarrolladas en el barrio Las Canteras, asentamiento semirural de la perife ria de Santiago. Este sitio es producto de un poblamiento espontáneo de autoconstrucción de mediados de los años veinte del siglo anterior, cuyos habitantes se han dedicado históricamente a la extracción de piedras de una cantera aledaña. La población actual es de 1 550 habitantes, 331 viviendas y 388 familias. El proceso de investigación acción se inició con la presentación de la iniciativa a la comunidad, espacio en el que fundamentalmente se acogieron y reelaboraron las opiniones de desconfianza e incertidumbre que manifestaron los participantes, producto de anteriores experiencias de trabajo con programas estatales. Como resultado de esta primera etapa se conformó un equipo encargado de desarrollar el estudio diagnóstico inicial, constituido por miembros de la comunidad del barrio; un equipo multidiscipli nario integrado por un psicólogo comunitario, dos trabajadores sociales, un antropólogo, un geógrafo, un arquitecto y un historiador; repre sentantes del gobierno local y técnicos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. La estrategia del estudio diagnóstico se or ganizó en torno a tres ejes: aspectos físicos, aspectos sociales y aspectos transversales, desagre gados de la siguiente forma: 1. Aspectos físicos: vivienda, equipamiento, áreas verdes, circulación y normativa urbanística; 2. Aspectos sociales: asociatividad, educación, trabajo, relaciones ve cinales, salud, deporte y recreación; y 3. Transversales: patrimonio e identidad local, participa- ción ciudadana, medio ambiente, conectividad y género. Su propósito fue identificar las condiciones de vulnerabilidad barrial que orienten la elaboración de un proyecto de regeneración socioespacial. Como primera acción del estudio técnico de base se elaboró un mapa de actores clave y el catastro de representantes de las organizaciones sociales del barrio. Actividad que permitió comunicar las líneas de acción y comprometer el apoyo necesario para iniciar el proceso de difusión y la aplicación de las técnicas de recolección de datos cuantitativos y cualitativos. Se aplicó un cuestionario con reactivos cerrados y abiertos a 388 familias del barrio. Esta técnica permitió conocer las tendencias y regula ridades en la percepción de los vecinos y vecinas acerca de los componentes indagados. Posteriormente, como parte de las técnicas colectivas, se trabajó en un espacio-taller con las organizaciones del barrio, donde se entregaron y discutieron los resultados de las encuestas. En tercer lugar, se entrevistó a los principales representantes de las organizaciones sociales, con el objetivo de comprender las dinámicas sociales del barrio, identi ficando fortalezas y capacidades en función de las problemáticas del barrio. Finalmente, se elaboró una representación cartográfica de los resultados de las etapas anteriores, proceso que consistió en la reconstrucción gráfica, en el mapa del territorio, de las di námicas internas y de los principales problemas físicos y sociales identificados. Los participantes, de acuerdo a cada componente, coloreaban en el mapa del territorio la síntesis de las experiencias barriales. Procedimiento que se complementó con caminatas por el barrio con dirigentes de organizaciones, para constatar las condicionantes del deterioro. Como resultado de esta fase, se conoció la percepción de las necesidades sociales y urbanas más relevantes de los habitantes del barrio. Una vez sistematizada y articulada la información recabada, desde una perspectiva metodológica de complementariedad, se procedió a or- Alteridad Mayo de 2010 27 Psicología comunitaria y transformación social ganizar un festival comunitario, en el que se presentaron los principales resultados del estudio. En la segunda etapa se efectuaron talleres participativos de priorización de las necesidades sociales y físicas del barrio. Se conformaron 5 grupos de trabajo de distintas edades; con el grupo de niños y niñas se elaboraron dibujos del barrio real e ideal y se representaron los principales problemas sentidos; con los jóvenes se priorizaron las necesidades e intereses según los resultados de cada componente; con el grupo de mujeres se realizó un sociodrama para jerarquizar los problemas más importantes; con el grupo de hombres adultos (canteros) se analizaron fundamentalmente los problemas legales asociados a negocios de inmobiliarias del sector aledaño; finalmente, con el grupo de adultos mayores se reconstruyó la evolución social y urbana del barrio. El conjunto de estas acciones permitió profundizar en los significados asociados a las mejoras priorizadas para el barrio, identificar las fortalezas del capital social local, construir perfiles de proyectos para las obras físicas, y proponer iniciativas para la elaboración de un plan de gestión social. En la siguiente etapa del proceso, para lle var a cabo la toma de decisiones respecto a las diversas iniciativas que surgieron en el estudio diagnóstico integral, se conformó un Consejo Vecinal de Desarrollo (CVD) integrado por 53 miembros de la comunidad, elegidos en un proceso abierto de votación. Las funciones y roles de esta organización son: representar los diversos intereses de las organizaciones y habitantes del barrio, velar por el adecuado funcionamiento del programa y ser la contraparte de la comunidad que decide y aprueba los diversos proyectos que se emprenden. Esta agrupación se reúne semanalmente para la toma de decisiones sobre la inversión dispuesta para el barrio, proceso en el cual los pro fesionales sólo participan como miembros asesores, no tienen derecho a voto. Para tener conocimiento de los acuerdos que se realizan, la co munidad tiene libre acceso a las actas de reunio- 28 Alteridad Mayo de 2010 nes, participa en las asambleas informativas trimestrales y mediante un tríptico periódico en el que se reportan las actividades y el estadode la ejecución de las obras. Este Consejo definió que la estrategia principal de recuperación se focalizara en la explotación turística del barrio, para lo cual era necesario realzar su patrimonio local y cultural. Como primera acción se realizó el diseño participativo de un espacio denominado Plaza Patrimonial de Las Canteras. El procedimiento fue la presentación de la iniciativa en una asamblea comunitaria, donde se propusieron dos alternativas de inversión: intervenir una plaza existente o hacer una plaza nueva. Se decidió la construcción de una plaza nueva en un sector visible y de fácil acceso. Se pusieron como condiciones para el diseño arquitectónico, que se utilizara materia prima de las canteras —piedra basalto gris— e incorporaran elementos simbólicos propios de la historia del barrio. Posteriormente, se realizó un diseño participativo con 13 vecinos de la comunidad. Se di bujaron alternativas de diseño físico y paisajístico e identificaron los principales elementos de mobiliario urbano. Todo el proceso fue acompañado por el arquitecto del equipo profesional quien, como producto final, presentó el diseño arquitectónico acompañado de una maqueta conceptual. Posteriormente, el CVD, por iniciativa propia, efectuó un recorrido por las viviendas del barrio presentando las alternativas de diseño de fuentes propuestas por los contratistas, cada representante de la vivienda debió firmar por el diseño más representativo; finalmente, se cons truyó la alternativa más votada. El Consejo se relacionó contractualmente con los contratistas de las obras simbólicas de la Plaza Patrimonial. Se hizo una reunión con representantes del Municipio en la que cinco contratistas presentaron sus ofertas de las diferentes obras en piedra solicitadas. De acuerdo a un criterio económico, se eligieron por votación las mejores ofertas y se legalizaron los contratos con apoyo del Municipio. Luego, el CDV administró La transformación participativa del espacio público comunitario los recursos económicos y fiscalizó la ejecución de las obras en el terreno. Como iniciativa para fomentar la identifi cación desde, para y con el barrio, se implementó una feria como primera muestra artesanal en el sector de la Plaza Patrimonial, que contó con la presencia de diversos artesanos de localidades aledañas y se difundió en toda la comuna. Esta feria duró tres días e incorporó actividades recreativas para niños, música para adultos y muestra de comidas. Para finalizar esta fase del programa se realizó una ceremonia-hito de Firma del Contrato de Barrio, un convenio en que las partes involucradas se comprometieron a trabajar para la ejecución de las iniciativas priorizadas por el CVD. Las obras físicas priorizadas fueron: módulos de exhibición para los artesanos canteros, reconstrucción de un centro multiuso y posta rural, construcción de una vereda peatonal, la compra de un terreno para la construcción de un complejo deportivo y de un anfiteatro. Las iniciativas sociales priorizadas fueron: la recuperación de la historia local y patrimonio cultural, el fomento productivo, acciones de promoción de salud y prevención de enfermedades, actividades deportivas y culturales, fortalecimiento de organizaciones sociales y fomento turístico. Las partes involucradas en la suscripción de este contrato fueron: el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el Municipio y el presidente del CVD de Las Canteras. Análisis socioespacial de la Investigación-AcciónParticipativas y sociales En este apartado analizaremos las princi pales tensiones que se evidenciaron en el desa rrollo del proceso de investigación acción, entre la propuesta teórica y el desarrollo del trabajo de campo. La relación asimétrica en la toma de deci siones entre el organismo gubernamental finan- Sara. Difuminado. Óleo sobre lienzo. 2008 cista, el organismo no gubernamental ejecutor del programa y la comunidad, es un elemento complejo que incide significativamente en la posición que alcanza la participación de los distintos grupos dentro del continuo autonomía profesional-autonomía de usuario (Wulz, 1986). Si bien se implementó un proceso de facilitación (Sanoff, 2000) que osciló entre el ‘diálogo’, las ‘alternativas’ y la ‘co-decisión’, no fue posible, por la propia lógica del programa y la administración de los recursos del organismo gubernamental financista, alcanzar la libre decisión de los usuarios. Durante el proceso de trabajo se presentaron dificultades de traducción y comprensión de los lenguajes técnicos de los distintos profesiona les ‘expertos’, con la consecuente dificultad para mantener un diálogo fluido y compatibilizar las distintas expectativas de logro. Sin embargo, el principio rector de aceptar y promover las deci- Alteridad Mayo de 2010 29 Psicología comunitaria y transformación social siones e intereses de la propia comunidad permitió resolver estas divergencias. En la práctica, es muy complejo alcanzar una efectiva intervención transdisciplinar en la práctica; el equilibrio que plantea Moser (2005) entre la lógica mono disciplinar de la teoría y la interdisciplinariedad de la intervención urbana se ve dificultado por las carencias de soportes comunicativos interprofesionales. Cada profesional tiende a priorizar el desarrollo de aquellos objetivos más directamente asociados a su campo disciplinar, es así como el arquitecto se centra en la producción de las obras físicas, mientras 30 Alteridad Mayo de 2010 que los trabajadores sociales se orientan más en potenciar los procesos intangibles de la comunidad. Prioridades que muchas veces se superponen y generan conflictos. A este respecto, compartimos con Vidal (2008), la idea de que en la gestión de los soportes comunicativos (planos, fotografías, maquetas, dibujos, tarjetas escritas, textos escritos, interacciones verbales, software, etcétera) hay una oportunidad para facilitar el diálogo y la colaboración en el diseño de un espacio público. Los diversos soportes comunicativos, no sólo facilitan la conversación entre profesionales, sino que se consti- La transformación participativa del espacio público comunitario tuyen en recursos fundamentales para representar la experiencia, los intereses y las opiniones de la comunidad en este tipo de iniciativas. En relación a algunos aspectos teóricos, el proceso y los contenidos con que se elaboró el diseño de la Plaza Patrimonial revelan la necesidad por par te de los vecinos de contar con un espacio de carácter representativo que cristalizara la identificación de la comunidad con sus propias prác ticas espa ciales. La fuente construida en piedra, como elemento escultórico, es el símbolo que quiere contar la historia de vinculación del barrio con su origen y arraigo espacial, el asentamiento nace y se desarrolla en torno a la explotación de la cantera. Esta par ticularidad del barrio y del proceso par ticipativo pone en tensión la distinción polar que propone Pol (1996) cuando nos habla de un simbolismo a priori o a posteriori, según se trate de un contenido simbólico intencionado desde el promotor del diseño espacial o como producto de la apropiación de los usuarios. Al parecer, cuando es la propia comunidad quien decide y diseña el espacio, las categorías de acción transformación e identificación simbólicas se condensan en un mismo acto de apropiación, capaz de construir por sí mismo un nuevo espacio simbólico. El carácter semi-rural del barrio estudia do, su historia de poblamiento y su homogeneidad social determinan ciertas características y prácticas de convivencia en la comunidad que habita el territorio que hacen difícil distinguir tanto analítica como empíricamente aquellos procesos vinculados a la dimensión espacial que intenta explicar la propuesta de apropiación espacial (Pol, 2002) —a través de sus mecanismos de acción transformación e identificación sim bólica— de aquellos procesos vinculados a la di mensión social que se abordan en el sentido de comunidad (Chavis y Wandersman, 1990). Ambos procesos operan como catalizadores, tanto de la participación activa de los miembros de la comunidad en acciones de transformación como en la promoción de una participación pasiva a través de contenidos específicos de identificación y pertenencia. Por otro lado, desde un punto de vista teórico-aplicado el enfoque mono disciplinar del espacio público genera un fenómeno complejo; el espacio público es un objeto de estudio pluridisciplinar, donde confluyen teorías del diseño urbano y las ciencias sociales. Disciplinas que han establecido distinciones y puntuaciones explicativas, que se desprenden más del análisis de sus propios objetos de estudio y de las demandas normativas en la construcción de conocimiento científico que de la realidad integral del fenómeno. Esta fragmentación disciplinar genera una paradoja en la intervención: en el trabajo de campo resulta difícil separar y aislar los aspectos físicos de los sociales, sin embargo, resulta igualmente complejo compatibilizar los lenguajes y las miradas de las distintas disciplinas cuando nos referimos al espacio público en términos aplicados. La manera de concebir y actuar en una comunidad como el barrio Las Canteras, edificado a través de la autoconstrucción, con una larga historia de trabajo cooperativo y con una muy baja permeabilidad espacial y social, hacen inoficioso preguntarse por separado sobre la genealogía de la apropiación espacial y el sentimiento de comunidad en el barrio. Sin embargo, en la fase de planificación de la experiencia participativa es totalmente indispensable considerar ambas dimensiones e incorporar estrategias focalizadas para su promoción. Un proceso participativo de diseño comunitario de un espacio público de ba rrio, desencadena distintos procesos de vincula ción con el lugar planteados por la Psicología Ambiental (identidad de lugar, identidad urba na, identidad social urbana) y desencadena diversos procesos intersubjetivos estudiados por la Psicología Comunitaria (empoderamiento, sentido de comunidad, capital social). Por último, se plantea una incertidumbre respecto a la profundidad del proceso participativo, a propósito de algunas de las obras físicas construidas como producto de este estudio. Si consideramos, por una parte, que el diseño co- Alteridad Mayo de 2010 31 Psicología comunitaria y transformación social rresponde a un ejercicio técnico de un conocimiento altamente especializado y, por otra, que la participación es una situación que surge en el encuentro de dos dinámicas; la capacidad de participar, es decir, que los actores posean las actitudes y las habilidades necesarias para incorporarse en una acción común y la oportunidad de participar, esto es, tener el espacio que permite el adecuado ejercicio de la capacidad de participación, ¿hasta qué punto el proceso participativo logra conciliar el trabajo de diseño realizado por la comunidad y el valor estético y funcional de las obras producidas? Conclusiones En una experiencia participativa de diseño comunitario del espacio público en la escala de barrio tienen lugar distintos procesos de vinculación con el lugar (identidad de lugar, identidad urbana, identidad social urbana), así como un conjunto de procesos intersubjetivos (empode ramiento, sentido de comunidad, capital social), y transformaciones materiales en los espacios urbanos intervenidos. Sin embargo, los psicólogos ambientales que estudian el apego al lugar y la identidad de lugar, a menudo se centran en las experiencias individuales y el significado, y con menor frecuencia examinan la naturaleza colectiva de estos fenómenos; los psicólogos comunitarios abordan el desarrollo de la comunidad, la potenciación y el capital social creado por los agrega dos de las personas, pero se centran menos en la experiencia individual o el lugar; mientras que los planificadores y diseñadores urbanos centran su atención en el lugar, examinando las dinámicas macroestructurales, políticas y económicas, pero no reparan en las experiencias personales o colectivas ni en el rol del apego (Berroeta, Vidal y Di Masso, 2008). Por lo tanto, es fundamental profundizar y compartir las reflexiones sobre la necesidad de la interdisciplinariedad en la Psicología Co - 32 Alteridad Mayo de 2010 munitaria (Perkins, 2000; Wiesenfeld, 2001; Sutton y Kemps, 2006; Maton y Perkins, 2006), la Psicología Ambiental (Moser, 2005; Stokols, 2006; Uzzell y Romice, 2007) y las disciplinas del Diseño Urbano (Elali, 1997; Romice, 2003; Sanoff, 2006; Toker, 2007). Se constata en esta experiencia, que los monismos teóricos con que cada disciplina analiza el mundo comunitario de un barrio no son claramente distinguibles en una práctica de in tervención. Conceptos como Apropiación Espa cial, Identidad de lugar, Vertebración Social, Apego al Lugar, Identidad Comunitaria, Empo deramiento, Capital Social, Sentido de Comunidad, Desarrollo Comunitario, Diseño Comunitario, etcétera, no son separables al momento de intervenir. Por último, es fundamental tener una vi sión transdisciplinar a la hora de emprender procesos participativos de regeneración urbana, es necesario minimizar los riesgos de los reduccionismos unidisciplinares que tienden a subva lorar o invisibilizar los efectos que determinadas actuaciones tienen sobre otras. Una mejor forma de abordar esto es respetar los énfasis y ritmos definidos por la propia comunidad. Bibliografía • • • • • BERROETA, H.: “Espacio público: notas para la articulación de una psicología ambiental comunitaria”. en J. Alfaro, & H. Berroeta (Eds.), Trayectoria de la psicología comunitaria en chile (pp. 259285). Valparaíso: Universidad de Valparaíso, 2007. BERROETA, Vidal y Di Masso: El diseño de espa cios públicos como oportunidad para la potenciación de comunidades. Comunicación presentada en la II International Conference on Community Psychology, 4 al 6 de junio. Lisboa, 2008. BORJA, J. & Z. Muxí: Espacio público: Ciudad y ciudadanía. Barcelona: Editorial Electa, 2003. CARR, S: Public space. Cambridge England: Cambridge University Press, 1995. CASTELLS, M: La era de la información: Economía, sociedad y cultura. Madrid: Alianza, 1997; 1998. La transformación participativa del espacio público comunitario • • • • • • • • • • • • • • CERTEAU, M., Giard, L. & P. Mayol: La invención de lo cotidiano, 2 habitar, cocinar. nar Universidad Iberoamericana, México D. F, 2006. CHAVIS, D. & A. Wandersman: Sense of community in the urban-environment a catalyst for participation and community-development. Ameri can Journal of Community Psychology, 18(1), 5581; 1990. ELALI, G.: Psychology and architecture: Looking for the interdisciplinary locus. Estudos de Psicologia (Natal), 2(2), 05-03-2008-349-362. doi:10.1590/S1413-294X1997000200009, 1997. GEHL, J.: La humanización del espacio urbano: la vida social entre los edificios (1st ed.) Rever ted, 2006. HAMDI, N.: Housing without houses: Participation, flexibility, enablement, nt Van Nostrand Rein hold Company, New York, 1991. MANZO, L. & D. Perkins (). Finding common ground: The importance of place attachment to community participation and planning. Journal of Planning Literature, 20(4), 335-350, 2006. MARTÍN, A., Chacón, F. & M. Martínez: Psicología Comunitaria. Madrid: Visor, 1993. MATON, K. I., Perkins, D. D. & S. Saegert: Community psychology at the crossroads: Prospects for interdisciplinary research. American Journal of Community Psychology, 38(1), 9-21. 2006. MONTERO, M.: Introducción a la psicología comunitaria. Buenos Aires: Paidós, 2004. MOSER, G.: Psicología ambiental e estudos pessoas-ambiente: Que tipo de colaboraçao multidisciplinar? Psicol. USP, 16(1-2), 131-140. doi:10.1590/S0103-65642005000100015. 2005. PERKINS, D. D.: Research, teaching, and service in aplied, multidisciplinary academic programs and in community organizations. Journal of Pre vention & Intervention in the Community, 19(2), 121-128. 2000. POL, E.: “La apropiación del espacio”. En Iñiguez, L. y Pol, E. (Eds.), Cognición, representación y apropiación del espacio (pp. 45-62). Publicacions de la Universitat de Barcelona, Barcelona, 1996. POL, E.: Symbolism a priori. symbolism a posterio ri. In A. Remesar (Ed.), Urban regeneration. A cha llenge for public art. rt Collecció monografies Psico/So cio/Ambientals. (vol.6) (pp. 71-76). Publicacions de la Universitat de Barcelona, Barcelona, 1997. POL, E.: Impacte social, comunicació ambiental i • • • • • • • • • • • • participació (Monografies Universitàries ed.). Generalitat de Catalunya / Departament de Medi Ambient, Barcelona, 2000. POL, E.: “El modelo dual de la apropiación del espacio”. In R. García Mira, J. Sabucedo & j. Romay (Eds.), Psicología y medio ambiente. Aspectos psicosociales, educativos y metodológicos (pp. 123-132). Asociación galega de estudios, A Coruña, 2002. POL, E. y S. Valera: Patrimoine architectonique et patrimoine social La Vile Vieille de Barcelona: Universidad de Barcelona. Texto no publicado, 1998. Project for public space. Placemaking for commu ni ties. Re trie ved 5/3, 2008, from http://www.pps.org/ PROSHANSKY, H. M.: “The appropriation and misappropriation of space”. In P. Korosec (Ed.), Appropriation of space, proceedings of the stras bourg conference (pp. 31-45). CIACO, Bélgica: Louvain-la-Neuve, 1976. ROMICE, O.: “Sustainable design: A question of community (visual) awareness”. in moser, G. et. al. (2002). In G. Moser, E. Pol, I. Bernard, M. Bones, J. Corraliza & M. Giuliani (Eds.), People, places and sustainability. (pp. 146-160). Hogrefe & Huber Publishers, Seattle, 2003. SAFA, P.: El estudio de las identidades vecinales: una propuesta metodológica. [En Red]. Disponible en: http://www.cge.udg.mx/revistaudg/rug19/articulo3.html, 2000. SANOFF, H.: Community participation methods in desing and planning ning. Jhon Wiley and Sons, New York. 2000. SANOFF, H.: Programación y participación en el di seño arquitectónico [programming and participation in architectual design]. Upc, Barcelona, 2006. SASSEN, S.: The global city: New york, london, tokyo (2nd ed.). N.J.: Princeton University Press, 2001. STOKOLS, D.: Toward a science of transdisciplinary action research. American Journal of Community Psychology, 38(1-2), 63, 2006. SUTTON, S. E. & S. P. Kemp: Integrating social science and design inquiry through interdisciplinary design charrettes: An approach to participatory community problem solving. American Journal of Community Psychology, 38(1-2), 125. 2006. TOKER, Z.: Recent trends in community design: the eminence of participation. Design Studies Vol. 28 (3), 309-323. 2007. Alteridad Mayo de 2010 33 Psicología comunitaria y transformación social • • • • UZZELL, D. & O. Romice, O. (2007): Community design studio: A collaboration of architects and psychologists. CEBE Transactions, 2(1), April 2005. VALERA, S.: El simbolisme en la ciutat. Funcions de l’espai simbòlic urbà. Barcelona: Universitat de Barcelona, 1993. VALERA, S.: “Análisis de los aspectos simbólicos del espacio urbano. Perspectivas desde la psicología ambiental”. Revista de Psicología. Universitas Tarraconensis, 18, 63-84. 1996. VIDAL, T.: Participación y diseño del espacio público. En Vidal, T. y Fernández, B. (ed.) (2008). Psicología de la ciudad. Debate sobre el espacio • • • urbano (pp. 41–57). Barcelona: Editorial UOC, 2008. VIDAL, T. (En prensa). La dimensión psicosocial de la participación. Colección Monografies SocioAmbientals. Publicacions de la UB. WIESENFELD, E.: La problemática ambiental desde la perspectiva psicosocial comunitaria: Hacia una psicología ambiental del cambio. Me dio Ambiente y Comportamiento Humano, 2(1), 2-20. 2001. WULZ, F.: The concept of participation. Design Studies, 7, 7 153-162. In. Toker, Z. (2007). Recent trends in community design: The eminence of participation. Design Studies, 28(3), 309-323. 1986. Serie Símbolos del hombre. Acrílico sobre lienzo. 1993 34 Alteridad Mayo de 2010